JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ

Nace en La Laguna, Tenerife en 1949

Licenciado en Ciencias Químicas y Farmacia por la Universidad de La Laguna

Exposiciones

Desde 1987 expone su obra individualmente en Santa Cruz de Tenerife, La Laguna, Garachico, Granadi-

lla, Los Llanos de Aridane y Rio Cuarto en Argentina

Obra

. Colección de plumillas “Los Rostros de la Semana Santa lagunera” en la Catedral de La Laguna

. Varios cuadros en la Comunidad de los “Hermano s de Cruz Blanca” de La Laguna, Puerto de la Cruz y

Las Galletas de Arona.

. Murales en el tanatorio de la Casa de la Acogida “Madre del Redentor” en El Sauzal

. Varios cuadros en la Comunidad de “Marta y María” de la Finca España, en La Laguna.

. Trece cuadros que componen “El Canto de las criaturas” de San Francisco en la Comunidad Francisca-

na de Tenerife.

. Vía Crucis en las siguientes iglesias:

. Barrio de Chasna, La Orotava

. El Paso, La Palma

. Barrio del Coromoto, La Laguna

. María Auxiliadora, Santa Cruz de Tenerife

. Los Santos Reyes, Valle Gran Rey, La Laguna

. Decoración, con las oraciones de San Francisco, de la habitación de velas del Santuario del Stmo. Cristo

de La Laguna.

. Decoración del presbiterio de las parroquias:

. Nuestra Señora del Carmen, en el Coromoto de La Laguna.

. San José, en El Escobonal.

. San Antonio de Padua, en La Medida.

. María Auxiliadora, en Santa Cruz de Tenerife.

. Nuestra Señora de Candelaria, en el barrio de La Candelaria de La Laguna.

. Carteles anunciadores de la Esclavitud del Stmo. Cristo de La Laguna en sus ediciones de 1991 y 2000.

. La ilustración del libro “El último de todos y servidor de todos” dedicado al Obispo Emérito de Tenerife

D. Damián Iguacén.

. Retratos de todos los decanos de la Facultad de Farmacia de la Universidad de La Laguna.

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EXPOSICIÓN

“CAMINO, VERDAD Y VIDA” - siglo XXI

José Vicente Rodríguez

“CAMINO, VERDAD Y VIDA” - siglo XXI

Bajo el título “Camino, Verdad y Vida”, el pintor José Vicente Rodríguez Rodríguez, nos acerca a una serie de pasajes en

los que, al igual que en el Evangelio, Cristo es protagonista.

Se trata de un conjunto de 19 obras coloristas y de gran formato que nos proponen un recorrido por la vida de Jesús,

desde su Encarnación hasta su Resurrección. Este precioso conjunto se corona con sendas representaciones de dos

Bienaventuranzas, impregnadas de la profundidad del Mensaje y de la Ternura que ambas emanan.

María protagoniza el prólogo y el epílogo de este discurso gráfico en dos escenas habituales en la Historia del Arte: La

Anunciación y la Asunción.

El conjunto de las composiciones pictóricas dirigen nuestra atención hacia el Hijo encarnado, gestado y nacido; Niño,

adolescente y adulto; vivo, muerto y Resucitado.

No resulta fácil condensar la riqueza del mensaje cristiano en unas pocas imágenes; sin embargo, la selección que hace José

Vicente consigue presentarnos de forma equilibrada y complementaria las dos naturalezas de Jesús: La Humana y la Divina.

Este empeño adquiere particular fuerza en la recreación de episodios correspondientes a los años de su infancia y de su

adolescencia. Priman aquí las escenas amables en las que los sagrados personajes conforman una familia unida y feliz. Cristo

Niño es motivo de alegría para la Virgen y san José. Con lenguaje expresivo y espontáneo, vinculado, pero no ceñido a los

códigos tradicionales, el artista subraya la condición de María como madre.

Pero más novedosa y atractiva resulta la figura de José: el padre discreto que deja de ser en estas pinturas un personaje

secundario. La representación del sueño en el que el ángel le desvela los planes de Dios, abre una serie de escenas iconográ-

ficas, donde el patriarca adquiere una presencia notable que el artista ha sabido plasmar con maestría, a pesar de ser escenas

silenciadas por las Escrituras. A su lado, “Jesús crecía en Sabiduría, en edad y en bondad”

En los Evangelios, Jesús pasa de ser niño a ser adulto. Pero José Vicente medita con sus pinceles sobre los años de la

denominada “Vida oculta” del Señor. Nos descubre a Cristo joven, dormido junto a sus padres, feliz entre las ramas de un

árbol o ayudando a su padre en la carpintería. Ciertamente, el pintor invita, más que a mirar, a contemplar a Jesús en su vida

doméstica y cotidiana. Cierra esta etapa una obra ciertamente novedosa y que insiste en la importancia de José: “Pubertad y

formación entre un padre y un Padre”. Es el Mesías adolescente bajo la tutela paterna en su doble dimensión: terrenal y

celestial.

El itinerario plástico continúa con diversas escenas de la vida pública de Jesús, que comienza con su bautismo en el Jordán.

La placidez de los primeros años se transforma en dolor y desesperación durante la Pasión y la Muerte. Los colores y la

técnica se vuelven aquí duros, sombríos y violentos, de acuerdo a la propia intensidad del Mensaje, que alcanza su momento

culminante en la Crucifixión. A partir de entonces, una vez cumplido todo, regresa cierta paz a estas imponentes tablas, que

recuerdan a retablos renacentistas y barrocos.

No dejen, pues, de contemplar esta obra con los mismos ojos con que miraba el pintor, mientras su mano escribía con sus

pinceles la vida de Jesús, que marcó un antes y un después en la Historia de la Humanidad.

Página 1

“Bienaventurados los limpios de corazón” (185 x 170 cm)

Nos encontramos en el momento de la muerte de un limpio de corazón, que

llega al Cielo y se encuentra con Jesús, que le tiende una mano de acogida.

Está flanqueado por sus padres, María y José, para dar una imagen más

cercana. Detrás, bondadosamente presente y abriendo los brazos en

actitud de padre, está Dios con el Espíritu Santo.

Página 22

“Bienaventurados los que padecen hambre y sed de justicia…” (240x180 cm)

En una visión actualizada de esta Bienaventuranza, que lleva al lienzo a los

marginados de este siglo, Jesús resucitado se coloca ante el Símbolo

Glorioso de La Cruz, y sostiene con su mano derecha a un drogadicto

desfallecido. María ayuda a una prostituta, exhausta por su ingrato trabajo.

Una familia de emigrantes en la miseria y una pareja de ancianos completan

esta escena. Todos ellos se sienten reconfortados por la Fe, simbolizada

por paños blancos, que aportan luminosidad al conjunto.

Página 21

“Unión de María con Dios” (90x120 cm)

María, rodeada de un lienzo blanco que representa el Espíritu de Dios,

entra en éxtasis al sentirse encinta por intervención divina. En presencia

del Arcángel Gabriel, dice Sí de manera activa.

Página 2

“Fe y obediencia a Dios” (100 x150 cm)

Durante un sueño, un ángel de Dios se le aparece a José para indicarle la

procedencia de la gestación de María. La nobleza de José se refleja

artísticamente en sus rasgos serenos y en el dormir abrazado a su perro.

A sus pies, sus sandalias y la vara que lo acredita como elegido por Dios

para cuidar de su Hijo.

Página 3

“La Asunción de María” (200 x 263 cm)

El cuadro nos muestra a un conjunto angelical que, envueltos en la túnica

mariana, efectúan la Asunción de la Virgen y la hacen Reina de los Cielos.

Página 20

“Regresa al Padre” ( 225 x 180 cm)

Cuando Jesús es enterrado, se sella su sepultura y se pone bajo custodia

de dos soldados romanos y uno del Sanedrín. Así lo dice las Escrituras.

Al tercer día, mientras los soldados duermen, un Ángel le franquea la losa y

Jesús resucita envuelto en la luz de un Cuerpo Glorioso.

Página 19

“Humildad y amor” (70x140 cm)

La lámpara de aceite tiñe de la luz de la noche esta preciosa escena

familiar. María abraza tiernamente a su bebé. Desde fuera y a través de la

ventana, José contempla la escena con una gran ternura. Lo cotidiano y lo

humilde está presente. Así lo evidencia la gallina.

Página 4

“Unción del niño judío en su huida a Egipto” (129 x 62 cm)

Durante la huida a Egipto, la Sagrada Familia encuentra un arroyo.

Después de hacer las abluciones, José presenta su hijo a Yavé.

La complicidad de María queda patente en esta escena cargada de frescura

pictórica.

Página 5

EE””El Amor vence a la muerte” (81 x 122 cm.)

Jesús, muerto y exánime, es bajado de la Cruz y entregado en los brazos de

María, quien, impotente ante el dolor y la muerte de su Hijo, cae

desfallecida. Recibe la ayuda del discípulo amado, Juan, y de María

Magdalena. José de Arimatea asiste consternado a este drama.

Página 18

“Nos ha liberado del Pecado Original” (200x150 cm)

Cuando Jesús está moribundo en la Cruz, su Padre, conmovido ante tanto

sufrimiento, baja a consolarlo. En el momento de su muerte, la Humanidad

queda redimida del Pecado Original de Adán y Eva. Lucifer es derrotado

y excluido de los hombres de buena voluntad.

Página 17

“Paz familiar en su regreso a Nazaret” (81x121 cm)

Han pasado los años. Jesús ha crecido. El viaje es largo y pesado.

La Sagrada familia con reflejos de ocaso en sus rostros, se adormece a los

pies de un árbol. Un ángel vigila su sueño, ante la mirada vivaz del burro,

compañero de viaje y de fatiga.

Página 6

“Desenfado de la infancia” (80x60 cm)

Jesús, al final de su infancia, se sienta en un árbol con un corderito, recién

nacido, en su regazo. Su sonrisa delata su bondad y su amor a la

Naturaleza. Se siente feliz. Aún está ajeno a la trascendencia de su Vida.

Página 7

“Llegada al Gólgota” (140 x 85 cm)

El dramatismo del dolor humano alcanza su momento culmen en este cuadro.

Despojado de nuevo de su túnica, que va a ser subastada entre los

soldados romanos presentes, cae dolorido y exhausto sobre la Cruz, a la

espera de ser clavado e izado en medio de dos ladrones.

Página 16

“ Varón de los dolores físicos y psíquicos” ( 80x122 cm)

Jesús, despojado de su túnica, es sometido a una cruenta flagelación.

Caído en el suelo, le coronan de espinas, le ponen por encima un manto

granate y con una caña como cetro, se disponen a presentarlo de nuevo ante

su pueblo. El cuadro refleja su dolor, tanto corporal como espiritual.

Página 15

“Pubertad y formación entre un padre y un Padre” (180 x 75 cm)

Jesús adolescente avanza por el camino de la vida, consciente de su papel

de Cordero de Dios. Tiene dos padres: José, que vela por su crecimiento

como hombre, y Dios, que cuida su crecimiento espiritual.

Página 8

¿GLOBALIZACIÓN?

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“Felicidad, cariño y armonía en el trabajo diario” (160x240 cm)

Escena eminentemente familiar y campesina. En la carpintería de José de Nazaret, Jesús y sus padres están entregados a las labores propias de una familia humilde . Mientras José y Jesús trabajan de carpinteros, María ordeña la vaca de la familia. Se respira en toda la escena una atmósfera de complicidad, amor y paz.

CLAVOS

Página 9

“Angustia y aceptación de su fatal destino” (200x200 cm)

Momento dramático y culminante de la Pasión. Jesús, consciente del inicio

de su calvario, entra en un estado tal de ansiedad, que llega a sudar sangre.

Se superponen dos sentimientos: Por un lado, la obediencia al Padre y por

otro, la soledad que provocan sus tres discípulos al dormirse. Acepta el cáliz

de su martirio y se prepara para su prendimiento.

Página 14

“Haced esto en memoria mía” (122x300 cm)

Presenciamos la Última Cena de Jesús con sus Apóstoles, en el momento

de instituir la Eucaristía. Es un trabajo del que el artista se siente

especialmente orgulloso, ya que lo aprovecha para hacer un estudio

psicológico de sus discípulos, prototipos de los diferentes perfiles humanos

ante este hecho: Juan representa el Amor incondicional… Pedro, la

socarronería… Tomé, la duda… Judas, el aislamiento… La atemporalidad del

Sacramento se refleja en los diferentes complementos de los Apóstoles:

pelos rasta, pulseras de cuero, cabeza rapada, etc; El lenguaje de las

manos está magistralmente tratado, así como el lenguaje de la luz que se

difumina desde el centro a los extremos del cuadro.

Página 13

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”El Hijo del Hombre inicia su andadura” (168 x 122 cm)

Jesús, ya adulto, se dirige a ver a su primo Juan, que está en el Jordán. En

el momento de su bautismo, aparece el Espíritu Santo. Jesús, rodeado de

un paisaje bucólico, se ofrece al Padre y acepta su Misión.

Página 10

“Supera la flaqueza de la carne” ( 210 x130 cm)

Lucifer, que fue un Arcángel antes de su caída, sólo manifiesta su maldad y

desobediencia a Dios por la expresión y el tono verdoso que le da el pintor.

Con su manto violeta intenta embaucar al cansado y débil Jesús, después

de 40 días en el desierto. La escena bíblica queda reforzada con la presen-

cia de un jilguero que va a ser devorado por la serpiente.

Página 11

“La naturalidad y sencillez de las Parábolas” (122x93 cm)

Jesús, tal vez abrumado por la multitud, se sienta en una barca a orilla del

lago de Tiberiades. Contrasta la solemnidad de su rostro, acorde a la

trascendencia de su Mensaje, con una postura corporal distendida, que

produce un efecto de acercamiento a su pueblo. La gaviota acrecienta este

efecto. Página 12