María Pérez Enciso: una poeta en el olvido€¦ · mecánico enrolado en barcos de bandera...

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido

    Antonio Sevillano Miralles

    Antonio Torres Flores

    ALMERAInstituto de Estudios Almerienses

    2012

  • INSTITUTO DE ESTUDIOS ALMERIENSES

    Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido Textos: Antonio Sevillano Miralles y Antonio Torres Flores Edicin: Instituto de Estudios Almerienses www.iealmerienses.es

    Dep. Legal: Al-268-2012Primera Edicin: Mayo 2012Maquetacion y cubierta: Servicio Tcnico del IEA Imprime: Imprenta Provincial. Diputacin de AlmeraImpreso en Espaa

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  • ndice

    Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido Texto introductorio ............................................................................... 5 Infancia y adolescencia .......................................................................... 7 Marcha a Barcelona ............................................................................. 11 Activismo poltico ............................................................................... 14 Peregrinaje por Europa ........................................................................ 18 Amrica, estacin trmino ................................................................... 21 Hija y hermano ................................................................................... 40

    Mara Enciso: una pincelada de cal en la ciudad provinciana .............. 45

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    Texto introductorio

    Pa cantar bien por fandangosque den pena o alegra,es preciso haber nacoen un barrio de Almera

    Sin embargo, la Almera de la copla no ha sido (ni es) especialmente generosa a la hora de valorar en su justo trmino los mritos de los ms preciados hombres y mujeres nacidos de sus entraas. Salvo en contadas ocasiones, el reconocimiento no ha ido ms all, en el mejor de los casos, de rotular una calle, plaza o edificio pblico con su nombre. No es de extraar por tanto que ante la general indiferencia de sus paisanos en ocasiones hayan considerado a Antonio de Torres Jurado -el genial constructor de guitarras de La Caada de San Urbano- como natural de Sevilla; tenido por granadino al poeta laujareo Francisco Villaespesa Martn o valenciano al compositor Jos Padilla Snchez.

    En enero de 2012 la interpretacin del Fandanguillo de Almera -emblemtica composicin de Gaspar Vivas y oficioso himno de la ciudad- por la Banda de Msica Municipal, pona el colofn a un acto sencillo pero emotivo, justamente demandado. Reparador de un olvido largamente mantenido en el tiempo. En el n 27 de la calle San Ildefonso el alcalde de la capital, a instancias de la AA.VV Casco Histrico, descubra un azulejo recordando que en aquella casa reedificada vino al mundo en una maana marcea de 1908 nuestra convecina Mara Prez Enciso. La letra del fandango incorporada a la cermica certifica la aoranza que desde la lejana del exilio mejicano senta por su tierra una extraordinaria mujer, fallecida con el nombre de Almera musitado en sus labios y el corazn lastimado por la pena del no regreso a las races amadas.

    Cuando el Instituto de Estudios Almerienses me encarg una revisin biogrfica, reducida, de Mara Enciso, ya me senta deudor de Arturo

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    Medina Padilla (Almera, 1915-Madrid, 1995) por la suya elaborada aos atrs1. La mayora recordar probablemente al caballeroso almedinero por su feliz matrimonio, truncado en junio de 1954 prematuramente, con la tambin profesora Celia Vias Olivella almeriense de adopcin y cuna ilerdense-; pero D. Arturo signific bastante ms para la Cultura local en los aos previos a fijar definitivamente su residencia en Madrid, despus de ejercer la docencia de Magisterio en vila, Sevilla y en esta ltima, donde se jubil en 1984. Amn de entregarse a la encomiable tarea de recopilar y catalogar la obra de su esposa, nos dej el poso de su sabidura en las numerosas conferencias impartidas, en los lcidos prlogos para los que fue requerido y, tal como expone Jos Heras Snchez en una obra de consulta obligada2, en los significados ttulos sobre literatura infantil y su didctica: El silbo del aire, Pinto Maraa. Juegos populares infantiles y La ta Mirl. Juegos populares escnicos. En cualquier caso, y aunque solo fuese por el rigor y cario derrochado en rescatar la figura de Mara Enciso a la que lleg a conocer en su infancia y fue compaero de colegio de su hermano Guillermo- y el tesonero empeo en ver publicada la biografa elaborada, inexistente hasta ese momento, es merecedor del respeto y agradecimiento de todos. Por l aprend a amar a aquella excepcional mujer y de su documentada obra debo ahora beber para confeccionar el opsculo encomendado. En este punto, quiero agradecer sinceramente a su sobrino, Antonio Morales Medina, la generosidad mostrada al proporcionarme para la ocasin el impagable archivo personal de su to.

    Por estas fechas, el Ayuntamiento de la ciudad, a peticin nuevamente de la AA.VV. Casco Histrico, ha reconocido finalmente los mritos que adornaban al profesor Medina Padilla, descubriendo una placa-homenaje en su hogar natal de la calle Descanso, en la populosa Almedina. En ella, junto a su condicin de literato y docente, campea la leyenda de almeriense apasionado.

    1 Mara Enciso, escritora almeriense del exilio. Estudio y antologa. Excma. Diputacin Provincial de Almera, 1987

    2 Diccionario Biogrfico de Almera. Instituto de Estudios Almerienses, 2006

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    Infancia y adolescencia

    Como prolongacin de la ancestral medina musulmana, sobre el despejado altozano antiguamente ocupado por un reducto defensivo al pie de la alcazaba-fortaleza, se alz el barrio obrero que tiene a la plaza Pava como eje vertebrador. Mara Prez Enciso vio la luz primera en la maana del 31 de marzo de 1908 en una tpica casa almeriense en trance de desaparicin (De cal y agua / ms blanca todava / yo te soaba): reducida, encalada y de planta baja, de puerta y ventana de la anchurosa calle San Ildefonso. Una de las arterias principales del ensanche a poniente de la capital ejecutado progresivamente desde el siglo XIX por los arquitectos municipales Joaqun Cabrera, Enrique Lpez Rull y Trinidad Cuartara.

    Sus padres, Francisco Prez Castro y Dolores Enciso Amat, contrajeron matrimonio eclesistico en diciembre de 1903 en la capilla parroquial del Sagrario. l, de 24 aos, de naturaleza almeriense y clase humilde, soltero y domiciliado en la primitiva calle del Baile (hoy Aristteles), era maquinista naval en la flota del por entonces todopoderoso armador naviero Juan March. Ella, tambin soltera y almeriense, de ascendencia roquetera, tena 20 aos al formalizar el casamiento. Siendo su padre capataz del Puerto, la rama materna prosper hasta alcanzar un estimable estatus social: su hermano Jos, destacado poltico de izquierdas, dispuso de oficina de farmacia en el Paseo, mientras que otras dos hermanas casronse con prestigiosos mdicos. Las exigencias laborales del progenitor obligaron a Mara y a los suyos a frecuentes desplazamientos a Barcelona, ciudad, como veremos, donde definitivamente se afinc antes del xodo europeo y americano; y donde naci el segundo de sus hermanos, Guillermo. El que le segua, Francisco, falleci a los tres aos vctima de fiebres tifoideas (los tres nacieron en fechas muy alejadas el uno del otro).

    Cuando Almera capital no alcanzaba los cincuenta mil habitantes, Mara debi disfrutar de una niez plcida y feliz en el laborioso barrio, alternando juegos infantiles alrededor de la circular fuente de la plaza Pava, en la rocosa ladera de la Alcazaba o en el cercano Malecn y Parque. Tampoco debieron serle ajenos los fuegos artificiales y verbenas

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    Francisco Prez Castro, padre de la biografiada

    Dolores Enciso Amat, ma-dre de la biografiada

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    durante el mes de enero ante la ermita de San Antn; con su tradicional procesin, subasta del rabico del marrano y bendicin de los animales domsticos trados de un extremo a otro de la capital. Adems, en un momento u otro de su existencia, tuvo posibilidad de compartir vecindad con tres renombrados personajes almerienses: el msico Gaspar Vivas, el torero Relampaguito y el escritor Fermn Estrella, con el que guarda cierto paralelismo: los dos hunden parte de sus races familiares en Roquetas de Mar, ambos compartieron (por distintas causas) el destierro americano, reflejaron moceriles vivencias en sus libros, ejercieron la docencia y pedagoga y destacaron en el campo de la Literatura.

    Tras repetidas ausencias debido a su actividad profesional como mecnico enrolado en barcos de bandera espaola, Francisco Prez Castro regres a Almera para morir (septiembre, 1924), de bronconeumona, a los cuarenta y cuatro aos, en la casa que sus suegros posean en c/. Pedro Jover. La madre, ya viuda, malvivi los aos siguientes con los mnimos beneficios de un modesto establecimiento de quincalla y mercera regentado en la calle Real de La Almedina hasta que dcadas despus falleci (abril, 1961) de asistolia (es el diagnstico oficial, el extraoficial que fue a resultas de un cncer): octogenaria, senil y un tanto desequilibrada, atendida por el mdico Francisco Prez Rodrguez en el sanatorio del Dr. Domingo Arts. Don Paco Prez fue el albacea testamentario encargado de liquidar a favor del hijo y nieta su patrimonio (una casa en la plaza Carabineros y la heredada de sus mayores en Pedro Jover). Dolores Enciso Amat haba superado, dicen, parte de la guerra en Barcelona junto a sus hijos (aunque opt por no secundarles en el abandono del pas), y la posguerra en Almera; protegida por la familia en sucesivos domicilios: Magistral Domnguez, Las Almadrabillas (colindante al Balneario Diana) y Zapillo (Villa Dolores). No est demostrado que se casase en segundas nupcias con un tal Muoz de Lanez (el Registro Civil de Almera no lo inscribe), pero la relacin, si la hubo, dur muy poco tiempo. Muri con la tristeza de no volver a ver a su hija Mara despus de 1939. Por el contrario, segn comentarios poco precisos de la poca, s vino de Caracas el benjamn Guillermo y su novia, Gisela; y Rosa del Olmo Prez, su nica nieta, en una estancia de dos meses cuando la joven contaba 18 o 20 aos de edad.

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    Retrato de Mara en su Primera Co-munin

    Mara, con su madre y su hermano Guillermo

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    Marcha a Barcelona

    Por razones ignoradas, aunque no es aventurado sospechar ciertas desavenencias conyugales asociadas a dificultades econmicas de los padres, el to materno result determinante en la vida acadmica de Mara, ejerciendo una especie de patria potestad o tutelaje. Jos Gabriel Enciso Amat (1891-1938), farmacutico con rentable botica abierta en la avenida principal, librepensador, concejal electo y gobernador Civil interino, dirigi en Almera la formacin poltica Izquierda Republica, por cuya razn, al finalizar la guerra y pese a haber fallecido un ao antes, el Tribunal de Represin Poltica creado con afn punible y recaudatorio por el bando vencedor3 le conden a prisin y al pago de una fuerte multa. Despus de la obligada asistencia a la Escuela pblica y al Instituto, al cumplir los 15 aos la matricul en la Escuela Normal de Maestras, instalada en Pedro Jover (semi esquina a calle La Reina, frente al Hospital Provincial), muy prxima al propio domicilio de la aspirante a docente titulada.

    En cualquier semblanza biogrfica las citas y detalles de ndole personal resultan obligados puesto que en algn momento de su vida condicionan el comportamiento tico del personaje y el desarrollo de su obra artstica4. Nuestra protagonista, por ejemplo, retir el apellido

    3 Expediente n 31 de 1939. Archivo Histrico Provincial de Almera, caja 3756-16

    4 Salvo la primera, y nica, biografa elaborada por Arturo Medina (adems de distintos trabajos en Prensa), la escasa bibliografa se limita a unos po-cos artculos en diarios y revistas, ms dedicados a recesiones puramente literarias que a circunstancias personales, la mayora muy elementales. Paralelamente, cabe significar el inters mostrado por la Biblioteca Pblica Provincial Francisco Villaespesa por divulgar su vida y obra a travs de visitas guiadas por el paisaje humano de nuestra protagonista y que me cupo la satisfaccin de coordinar.

    A destacar igualmente el audiovisual La silueta del tiempo. Musical so-bre Mara Enciso (1908-1949) y los valores de la Democracia, editado (2007) por la Consejera de Educacin de la Junta de Andaluca en la coleccin Poetas del 27. El dvd didctico, dirigido por Francisco Javier

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    Prez de su firma, sustituyndolo por el materno de Enciso, Mara Enciso. Arturo Medina intuye dos posibles razones justificatorias: evitar referencias al padre (por las razones que fuesen) y que literariamente sera ms atractivo y sonoro. Nosotros, vista la situacin familiar, nos decantamos por la primera. Dichas particularidades de su vida privadas son escasamente tratadas fuera de la biografa oficial5 por quienes han escrito sobre ella en distintos soportes: los locales Asenjo Sedano, Kayros y Juan Jos Ceba; la historiadora Antonina Rodrigo6 y Eva Daz Prez7

    La prueba de acceso a Magisterio la efectu en el mes de septiembre, al inicio del curso 1923/248. El examen escrito consista en desarrollar un tema de Geografa orogrfica: Formas del relieve terrestre. Formacin de las montaas. Principales montaas del globo. El hombre de los pases montaosos. Aprobado ste, no prosigui la carrera en Almera. Mara Prez, autorizada por el to (en lugar del padre, an vivo), pidi en octubre de 1923 el traslado de matrcula Extraordinaria a la Normal de Barcelona, en la que por cdula personal expedida en junio tenemos

    Lpez Rodrguez, est destinado a alumnos de Enseanza Secundaria Obligatoria y entre sus objetivos generales se cuenta el de estimular el inters del alumnado por la Generacin del 27, la figura de Mara Enciso y el contexto histrico de su poca.

    Por ltimo, en abril de 2007 se celebr en Crdoba un Congreso dedi-cado a relevantes mujeres que sufrieron el exilio forzoso. Junto a Mara Zambrano, Isabel de Palencia, Victoria Kent, Zenobia Camprub, Concha Mndez o Mara Teresa Len, se trat el papel jugado por nuestra abne-gada paisana

    5 Los mimbres con los que confeccion tan enriquecedor cesto lo hallamos en el artculo que con el ttulo Aproximacin biogrfica a Mara Enciso Medina Padilla public Sbado Literario del diario Pueblo el 28 de junio de 1980

    6 Revista Meridiana, n 4. Enero-1997, Instituto Andaluz de la Mujer, Junta de Andaluca. Y Mujer y exilio 1939, Flor del Viento Ediciones, Barce-lona-2003

    7 Diario El Mundo, Internet y La Andaluca del exilio, Centro de Estudios Andaluces-Fundacin Jos Manuel Lara, 2008

    8 Escuela Normal de Maestras de Almera. Expediente de Mara Prez Enciso, legajo n 13

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    la certeza de su domiciliacin en la calle San Gervasio, 69. Gracias a contrastados testimonios sabemos que a partir de ahora -sin desatender el obligado plan de estudios- emprendi una intensa actividad cultural, frecuentando distintos foros y como contertulia habitual de la Residencia de Estudiantes de Ros Rosas (en ella se alojaba, cerca del Tibidabo), fundada por el poeta mallorqun Miquel Ramn Ferr i Juan, lejos de la ciudad, entre acacias y madreselvas9. En ella resida prosigue Mara- un grupo reducido de estudiantes, de profesores que fraternizaban con ellos e intelectuales extranjeros de paso por la ciudad. Entre otros cabe citar al doctor Pi i Sunyer, al poeta Gabriel Alomar y al helenista Nicolau D`Oliver; al escritor Eugenio d`Ors (el ms adelante influyente gestor poltico-cultural del rgimen franquista no era en absoluto de su agrado, lo calificaba de pedante) y, singularmente (1926), a la poetisa Gabriela Mistral, quien les deslumbraba en el jardn de la casona que albergaba la Residencia comentando, ante un pblico absorto, cosas de su pas, Chile; de su vida de maestra, de sus poemas .

    Entre las notas revisadas hallamos una de Amalia Tineo -antigua compaera de estudios catalana- afirmando que durante los cursos 1923 a 1927 Mara descollaba por su inteligencia y su talante extrovertido y participativo. Y que con seguridad no accedi a la Universidad, sospechando que trabaj como maestra en las Escuelas Pblicas Primarias fundadas por la Generalitat. El testimonio es importante por cuanto fija su titulacin acadmica y la labor pedaggica desarrollada; indicativo asimismo de su personalidad e inters por adquirir el mximo de conocimientos que la convertiran en una mujer formada intelectualmente y abierta a todo tipo de enseanzas y saberes.

    Al hilo de la cuestin, y con las debidas precauciones, es momento de comentar la otra dedicacin profesional, full time o simultaneada con heterogneas ocupaciones polticas: el Periodismo. Por ensima vez estoy de acuerdo con Arturo Medina cuando establece que, con toda probabilidad, Rosario del Olmo es el seudnimo periodstico utilizado por Mara Prez Enciso (consultado el Registro Civil de Barcelona, no existe ninguna Rosario del Olmo nacida en la primera mitad del siglo

    9 Mara Enciso: Raz al viento; Ediapsa, Mxico, 1947.

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    XX), inspirado en el nombre (Rosa) y primer apellido de su hijita. Si as fuese, y todos los indicios circulan en tal direccin (incluido su enorme parecido fsico con la fotografa que citare), sabemos de al menos tres cabeceras informativas con las que colabor: Octubre y El Mono Azul10, revista republicano-vanguardista editada bajo los auspicios de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura. La lista de quienes prestaron su firma a ella es suficientemente ilustrativa: Miguel Hernndez, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, Jos Bergamn, Luis Cernuda, Antonio Machado, Ramn J. Sender y Mara Zambrano, entre otros. Y en el diario madrileo La Libertad, en cuyo nmero del 12 de enero de 1934 publica la entrevista realizada a Antonio Machado (surgira aqu la devocin de nuestra mujer por el poeta sevillano?): Al comenzar el ao 1934. Deberes del artista en el momento actual; en la que para su ilustracin se acompaa de la quizs ms reconocible imagen del menor de los Machado: sentado ante un velador del Caf de las Salesas, con sombrero y bastn; fotografa lamentable y repetidamente mutilada en las reproducciones de la periodista que se halla a su izquierda: Rosario del Olmo, es decir, Mara Enciso

    Activismo poltico

    En el ambiente cosmopolita y abierto a influencias europeas de la Ciudad Condal, muy alejada del carcter amable y castizo, pero provinciano, de la plaza Pava y Almedina de su infancia, Mara vivi en Catalua la dictadura Militar y Civil de Primo de Rivera y la II Repblica Espaola, esta de manera bastante activa. Ya por entonces gozaba de la consideracin de mujer guapa e inteligente; y en palabras de su compaero literario y editor, Manuel Andjar, de mujer serena, suave y amiga de sus amigos.

    En la esfera ntima, lo ms trascendental de la estancia catalana result sin duda la boda con Francisco del Olmo, el pasaje menos conocido y ms opaco de su biografa humana. Descartado que tuviese lugar en

    10 El primer nmero se public el 27 de agosto de 1936

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    Almera (el Registro Civil no la contempla), nos queda Barcelona como localidad en la que se consum. Presumiblemente se trat de un enlace civil, pero no tenemos certeza de la fecha. No obstante, debi celebrarse sobre 1935 ya que cuando cruz la frontera francesa, su hija Rosita tena cuatro aos de edad. Tampoco sabemos gran cosa del marido; la versin ms repetida es la de un empresario de familia acomodada que ejerci de juez durante la guerra. En algn soporte se apunta igualmente que Mara, una vez roto el compromiso legal, mantuvo relacin marital con otro correligionario, el izquierdista Ramn Costa. Insisto: a falta de una investigacin en profundidad en archivos oficiales de la poca, nos movemos en el campo de la especulacin. Y es que a diferencia

    El poeta Antonio Machado con la periodista Rosario del Olmo (Mara Enci-so?) en el madrileo Caf de las Salesas

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    de Carmen de Burgos, por ejemplo, nuestra protagonista nada rese sobre la experiencia matrimonial ni de otros lances sentimentales en su conocida produccin literaria, correspondencia, confidencias, etc. Su boca fue una tumba al respecto.

    Dicho lo anterior, en sendas entradas en la Red11 dos artculos cientficos tratan del importante papel jugado por investigadores y profesionales espaoles de la Medicina expatriados tras la Guerra Civil al continente americano. Ah se cita a un Francisco del Olmo (1907-1975), psiclogo en Barcelona (director del Laboratorio Psicotcnico de Sabadell) y amigo de Guillermo Prez Enciso, establecidos ambos en Venezuela. Coincidencias sugerentes que nos ponen, quizs, en la pista del marido divorciado de Mara Enciso. Del Olmo trabaj para la Creole Petroleum Corporation y en el Instituto Pedaggico de Caracas.

    Mara, bajo el seudnimo de Rosario del Olmo, firma el 11 de febrero de 1933 el Manifiesto de la Asociacin de Amigos de la Unin Sovitica. Con su rbrica se pronuncia una cincuentena de significados personajes de la sociedad espaola (mdicos, dramaturgos, abogados, poetas, escritores, escultores, arquitectos, pintores, periodistas) de marcada ideologa y/o militancia izquierdista. Entre ellos, y junto al laureado escultor de Ohanes Juan Gonzlez Quesada Juan Cristbal, figuran nombres de reconocido prestigio:

    Gregorio Maran, Eduardo Ortega y Gasset, Po Baroja, Luis Jimnez de Asa, Victoria Kent, Ramn J. Sender, Jacinto Benavente, Clara Campoamor, Victorio Macho, Jos Augusto Barcia, Ramn del Valle Incln, Juan Negrn, Concha Espina (viuda del capitn Garca Hernndez), Julin Zugazagotia, etctera, etctera.

    Proclamada la II Repblica tras el triunfo de la izquierda en las elecciones Municipales de abril de 1931, Mara ingresa en las filas del PSUC (Partido Socialista Unificado de Catalua) y se afilia a UGT (Unin General de Trabajadores). Militando en el sindicato socialista pasa a formar parte de la comisin ejecutiva del Institut d`Adaptaci Profesional de la Dona

    11 La obra de los psiclogos espaoles exiliados tras la guerra civil (2003). Helio Carpintero Capell y Exposicin Luis Simarro. Psicologa cientfica en Espaa (2012)

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    (IAPD) -creado en julio de 1937 por el Departamento de Trabajo y Obras Pblicas de la Generalidad- junto a Carme Quintana i Villafranca, sindicalista de la CNT-FAI12: Mara Prez i Enciso, miembro del PSUC, era tambin una de las dirigentes de la Uni de Dones de Catalunya, lo que en cierta medida permiti que se escuchara su voz en los asuntos del Instituto () Estuvo dirigido al principio por el eminente psiquiatra doctor Emili Mira i Lpez (exiliado en Venezuela tuvo como ayudante, aado, a Francisco del Olmo, esposo divorciado de Mara), si bien a finales de la guerra Mara Prez i Enciso fue propuesta como directora.

    Ante el inminente fin de la guerra tras el avance imparable de las tropas de Franco, Rosario del Olmo (Mara Enciso?) se desplaz a principio de 1939 a Madrid, enviada por el PSUC, para entrevistarse con el rebelado Segismundo Casado. El militar republicano haba constituido el Consejo Nacional de Defensa y Mara pretenda que firmara un Manifiesto a favor del gobierno legal establecido en Valencia13:

    A medioda me visit la Srta. Rosario del Olmo, Jefe del Gabinete de Prensa Extranjera, al servicio del Partido Comunista. Me comunic que haban acordado lanzar un manifiesto al pas, para patentizar la identificacin del pueblo y del Ejrcito con la poltica de guerra dirigida por el Gobierno de Unin Nacional del doctor Negrn.

    Mire, seorita le dije-, ignoro quien habr acordado ese manifiesto, pero tanto al Ejrcito como a m nos est prohibido hacer pblica declaracin de adhesin al Gobierno () Desped a la seorita Olmo despectivamente

    El significado militante anarquista Joseph Peirats14 insiste en las infructuosas negociaciones que en el ocaso del fratricidio blico mantuvo la almeriense como intermediaria protagonista:

    12 Rojas. Republicanas en la Guerra Civil, de Mary Nash. Taurus Historia, Madrid, 1999

    13 As cay Madrid. ltimo episodio de la guerra civil espaola, Coronel Casado. Guadiana de Publicaciones, Madrid, 1968

    14 La CNT en la revolucin espaola. Ruedo Ibrico, Pars-1971

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    Aquel mismo da recibi Casado la visita de una mujer, Rosario del Olmo, agente de Negrn, que vena a proponerle la firma de un manifiesto de adhesin incondicional al Gobierno

    Peregrinaje por Europa

    Lleg el fatdico da. Vista la cantada ocupacin de Barcelona por el Ejrcito surgido del levantamiento en julio del 36 contra la legalidad vigente, en enero de 1939 Mara gana Francia por la frontera de Cervere. El gobierno republicano le encarga la comprometida y peligrosa, pero a la vez hermosa misin de rescatar nios espaoles abandonados a su suerte en estaciones de ferrocarril, arcenes de carreteras y, sobre todo, de los inhumanos campos de refugiados galos para acomodarlos en casas de familias hospitalarias y solventes de Ostende, Malinas, Brujas o Bruselas. Tarea titnica que ha sido obviada sistemticamente en la historiografa de la guerra incivil espaola. Desgraciadamente, su compromiso tico y pico ha sufrido durante dcadas el ms injusto de los olvidos, incluso en la misma ciudad de origen.

    De los miles de nios evacuados de zonas republicanas en el trienio 1936/39, se calcula que 5.000 lo fueron a Blgica y 3.500 de ellos, mayoritariamente vascos, repatriados paulatinamente a Espaa15, aunque el resto no regres jams. Pero fue en aquel camino de salvacin convertido en romera del terror durante el primer trimestre de 1939 donde ms y peor se encarn la tragedia. Nios famlicos, hambrientos, agotados por el cansancio y enfermos, tendidos sobre el suelo de arena glida de Argels-sur-Mer o en barracones separados de los campos de Saint-Cyprin, Clairmon Ferrand, Gueret o Perigeux; espacios miserables cercados de altas y retorcidas alambradas de espino y protegido por gendarmes y feroces guardias senegaleses (con una separacin entre ellos de varios centenares de metros, para delimitar el de hombres y el de mujeres). Bultitos en la planicie de tierra apisonada y dura, muchos bultitos desperdigados, casi sin sitio para moverse Bultitos que son nios. Nios espaoles que ya han perdido su carcter infantil y son como

    15 El Pas, 18 de marzo 2012

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    crecidos de repente, como envejecidos en muy poco tiempo, relata el captulo 4, xodo, de Europa Fugitiva. Treinta estampas de la guerra, primer ttulo dado a la imprenta por Mara Enciso16, con una dedicatoria sin fecha de caducidad, preada de filial esperanza: Para mi hijita, cuando pueda comprender su propia historia que es la de tantos nios europeos :

    Sal de Espaa en enero de 1939, con una misin oficial, Delegada de Evacuacin en Blgica. Por razones de mi cargo presenci y acompa la evacuacin espaola.

    Recorr todos los campos de concentracin de Francia para formar un grupo de nios que Blgica acoga cariosamente. Me acompa en esta triste peregrinacin una delegacin del Gobierno belga, presidida por la diputada Isabelle Blume

    En Blgica resid, vinculada al Cuerpo Diplomtico Sudamericano, hasta que fue invadida. El da 13 de mayo de 1940 sal del pas hacia Francia. Ms tarde cruc Inglaterra y embarqu en Liverpool, en un barco ingls, hacia las playas americanas17

    Aquella mujer menuda y elegante, nacida en el Reducto almeriense, se les apareci en forma de ngel de la guarda a los bultitos de ojos tristes y hundidos. Humanitaria labor escoltada de otra alma benefactora: la belga Isabelle Blume, hija de un pastor protestante, diputada socialista y adscrita igualmente al Cuerpo Diplomtico Suramericano, quien se mostr agradecida por la cita en las primeras pginas de Europa Fugitiva. Escrito con bella y limpia prosa, difana aunque torturada, desembarazado de fechas y datos, doloroso y sorprendentemente lrico e impropio, por su

    16 Europa Fugitiva. Treinta estampas de la guerra, Mara Enciso. Compaa General Editora, S.A. Barranquilla (Colombia) 1941

    17 Ob. citada, prembulo. Europa Fugitiva contiene escenas de todo lo que viv en ese tiempo. Es un libro humano, y un libro triste, pero absoluta-mente verdico. No ha influido en l fantasa alguna, ni tampoco tenden-cia poltica de cualquier clase .

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    calidad, de un debut en las Letras: Gracias querida amiga por este libro interesante que nos tendr unidas en la lucha por poner fin al apocalipsis. Buen viaje, buena suerte para cada uno de los suyos y para usted. Blume, de soltera Gregory, falleci en 1975 prxima a cumplir 82 aos.

    Establecida madre e hija en Bruselas (en una casa con un gran balcn saliente, con grandes cristales. Abierto sobre una gran plaza, teniendo por horizonte, a ambos lados, casitas de dos pisos, de tpica construccin belga), la tranquilidad les dur poco. Se venteaban aires de guerra. Hitler avanzaba inexorablemente por Europa. Sirenas, bombardeos, llantos y vuelta a huir tras despedirse de Isabel Blume. Siempre huir. Ahora en busca de la paz en Amrica. Cruz la frontera franco-belga en direccin Pars en los das previos a la ocupacin nazi, en un tren largo e interminable, desde la estacin del Midi, con un hervidero humano que escuchaba el pavoroso ulular de las sirenas y el estruendo de los bombardeos enemigos. Le acompaa una nia encogida y callada; lleva un abrigo azul y gorrito escocs rojo. La nia est sentada y en su regazo tiene, muy apretado, un osito de felpa. De peluda felpa amarilla, con dos ojos brillantes, de cristal. El osito es todo su equipaje y su tesoro La nia, de cuatro aos, es su hija Rosita, el fruto nico de un matrimonio roto, de un amor fallido del que nunca quiso hablar.

    Logran por fin arribar al puerto francs de El Havre. Formalizan rpidamente los trmites aduaneros y en un barco capaz para doscientos pasajeros, ms de mil fugitivos surcan de noche el Canal de la Mancha para atracar de madrugada al puerto de Southampton. La libertad est prxima. Liverpool es la penltima estacin del xodo. Vamos dejando las costas de Europa Acabamos de descender por el mar de Irlanda y enfilamos el Atlntico rumbo a Amrica. Checoeslovacos, judos alemanes, belgas, holandeses, lituanos, austriacos, espaoles La Europa fugitiva que se escapa por todas las fronteras hacia el ancho mar en un convoy de cuarenta buques mercantes y trasatlnticos protegido por un destroyer de la Armada britnica. Tras veinte das de navegacin avistan el Nuevo Continente, la tierra de promisin y asilo, la costa colombiana. En tropel descienden al andn portuario de Barranquilla. Era mediado julio de 1940. La pesadilla ha concluido felizmente.

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 21

    Amrica, estacin trmino

    Prosa y poemarios

    En Colombia va a vivir al menos hasta comienzos de 1945. Y en dos de sus ms importantes ciudades, Barranquilla y Bogot, publicar los dos ttulos primeros de su bibliografa: el citado Europa Fugitiva y un segundo, este de poemas, Cristal de las Horas18. Si aquel lo dedic a su hija, ahora es a su madre biolgica, en la lejana, y a la terrenal, doliente y ancestral Espaa, que una maldita guerra la oblig a abandonar: A mi madre, mujer fuerte y abnegada en el dolor y el sacrificio Y a mi Espaa, ambas fundidas en el recuerdo.

    Dividido su ndice en tres captulos (Canciones de tierra y agua, Poemas de vida y llanto y Espacios en el tiempo), amalgama un total de 125 composiciones lricas de muy diversa mtrica y cierta unidad temtica. Puesto que Arturo Medina ha sido quien ms y mejor ha diseccionado su produccin literaria, es obligado atenernos a sus acertadas precisiones. Y una apreciacin personal previa a la seleccin efectuada. Muchas, muchsimas de ellas, son merecedoras de incorporarse al Cancionero flamenco para ser cantadas, si es que algn espabilado no lo ha hecho ya, etiquetando los versos de popular:

    La lrica aparece en la obra en un instante en que se decide a interiorizarse consigo mismo en esa forma de expresin, alejndose de momento de su anterior postura de narradora de aconteceres. Mara descartar ahora la historia para manifestar situaciones interiores del alma. Los que congrega bajo el epgrafe Canciones de tierra y agua tienen como nota dominante el paisaje.

    En dos de ellos evoca directamente, o recurriendo a metforas, a su nunca olvidada Almera:

    18 Cristal de las Horas, Editorial Cultura. Bogot, 1942

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  • Antonio Sevillano 22

    Casitas blancas. Recortadasen claridad difana.Ni un sonidoturba la calma perfumadadel paisajeAlczar de San Juan,Guadx, Moreda.Lluvia de abril,agua serena.Como huele a toronjily a yerbabuena!Como se oyen las campanaspor las altas sierrasde las Alpujarras!

    Vega de Almera,hueles a romerode la serrana

    Y en aquel primero, a modo de pregn andaluz, hace un guio a su paisana Carmen de Burgos y al artculo costumbrista -Biznagas, biznagas!- de esta en un programa de Feria de los pasados aos veinte:

    Verdes de albahacasy blancos de jazminesflorecidos.Y una mujer morena,pregonando en los airesese grito perdidoen luces claras.Biznagas de jazmines,quin las quiere?

    Y en Guitarra (pg. 23) an parece llegarle al Mxico de acogida las notas de Gaspar Vivas que los nios, arremolinados ante su ventana, le

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 23

    escuchaban pulsar en la plaza Pava, prxima a las calles de San Ildefonso y Pedro Jover; a las casas de sus padres y abuelos:

    Una cancin y un amor.una guitarra. El bordngravemente llora.Ya se va apagando el sol

    En la atormentada horauna reja florecida.luz apenas encendidaes en el viento una voz

    Los Poemas de vida y llanto, prosigue Medina, acentan an ms la melancola. Y el amor, apostillamos. Amor a su hija al comps de una nana:

    Por qu no ser siempreuna nia chiquitay llevarla por todos los caminoscogida de la mano?

    Y agotado su espritu, amor a la madre recordada en La Almedina y por entonces ya viviendo en una casita de Las Almadrabillas, junto al Balneario Diana:

    Dame tus manosblancas, cariosas,djame reposar sobre tu pechoy sentir suavementeen mi rostro cansadoel dulce hueco que forma tu garganta

    Y arrebolada admiracin hacia Antonio Machado, a quien conoci y entrevist con seudnimo periodstico. Su gua y mentor:

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  • Antonio Sevillano 24

    Las campanas estn llorando.El aire lleva sus ecoscon un despertar amargoPor el verde mar,por el viento claroy por las flores blancasde los naranjos

    Espacios en el tiempo es el atractivo epgrafe de la ltima parte de Cristal de las Horas. La relativa uniformidad temtica de las agrupaciones anteriores se ha truncado en este conjunto con una gran variedad de motivos De entre esos motivos espigo (pg. 113) Placita soleada, en la que Mara echa la vista atrs y recrea, idealizada, alguno de aquellos espacios urbanos recoletos y frondosos de su niez, silenciosos o plenos de algaraba, segn:

    No s como te miroplacita soleada,a travs de los aosde mis melancolas,a travs de mis horassolitariascon mis ojos de nia,con recuerdos queridos,de mi infanciaAy, como yo quisieraque volviera mi infancia!

    Por ltimo, en Coplas de olvido, Mara pretende arrinconar en el ntimo fondn del alma trasterrada los recuerdos ms dolorosos y lacerantes aunque no lo logra:

    Tiempo de paz y olvido.si es posibleolvidar lo que ha sido

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 25

    Yo creo que no.cuanto ms lejos,ms cerca del coraznVoz que habla en la sombra,palabra que no suena,pero que vibra honda

    Cundo ser la auroraen el camino de esta noche fra?Tiempo de paz y olvidoPero Quin olvida?

    Salvo lo que se vislumbra en su poesa y algunos velados

    comentarios de conocidos y personas cercanas, escasamente sabemos de su da a da, de medios de supervivencia, de penas y alegras, de la educacin de la hija, de sus apoyos y amistades Solo que fue redactora del semanario Sbado y colaboradora de Revista de las Indias y de El Tiempo, editadas en la industriosa y comercial Bogot. L. E. Nieto Caballero, embajador de Colombia en Mxico, nos ofrece algunas pistas -y un mucho de su perfil psicolgico y profesional- al prologar el ensayo Raz al Viento19:

    Cuando se present en Colombia, Mara Enciso vena de un gran dolor. En Espaa, su patria, caa la obra del espritu y se entronizaba la de la materia () Su rostro conservaba la serenidad () Escribi un libro Europa Fugitiva en el que se explicaba esa despedida al solar familiar, a los recuerdos, al cario de tantos seres esparcidos en la patria, para el xodo a lo desconocido. Ese xodo, para su fortuna, fue Colombia.

    Digo fortuna porque no tard en hacerse all a la simpata, luego a la admiracin y por ltimo al afecto profundo de todos aquellos que

    19 Raz al viento. Ensayo. Edicin y Distribucin Ibero Americana de Publi-caciones, S.A. Mxico, 1947

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  • Antonio Sevillano 26

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 27

    a ella se acercaban. Sus condiciones ejemplares de mujer que llegaba a trabajar para los suyos, su talento de escritora, su inspiracin de poetisa, la suavidad con que saba hablar aun de aquello que le haba herido y que la haba alejado del caro suelo espaol sabe Dios por cuanto tiempo, le ganaron prontamente amistades entraables.

    En el periodismo y en la literatura encontr el trabajo redentor y al propio tiempo el consuelo y la razn para una nueva vida. Public en Bogot un libro de poemas Cristal de las Horas- que saltan como un rayo cristalino, en los que musicales son, y como en sordina, la cancin y la queja. Public tambin en los diarios y revistas estudios crticos de rara penetracin, artculos saturados de emocin, cuentos encantadores, notas en que quiso fijar estados de alma que tuvieron la vibracin del dolor, del ensueo, de la msica. En Raz al Viento recoge algunos de los ms aplaudidos

    Lo expuesto es demostracin inapelable de que no se inici al Periodismo en Amrica para ganarse la vida sino que sus conocimientos, amplios conocimientos, los traa perfectamente aprendidos de Espaa, de Barcelona. Aparentemente, no se explica muy bien que, a la vista del magnfico recibimiento y su encaje en la sociedad bogotana, Mara alzase el campamento acogedor. Arturo Medina aventuraba, con lucidez, que la posible decisin obedeciera a una ley biolgica, no escrita, que los trasterrados, en sus primeros aos de exilio, se debaten angustiosamente ante unos ambientes que, en el mejor de los casos, son impermeables a la situacin anmala a la que han llegado desde la confusin y la derrota. Opinin suscrita igualmente por los ensayistas Julin Amo y Shelby Charmion20.

    Sea como fuere, su peregrinar le lleva a establecerse durante una breve etapa en Cuba (por qu, para qu?). Durante su estancia en La Habana colabor en el peridico La Marina como responsable de la seccin de moda femenina. En estos meses residi en la pensin estudiantil que con su esposa regentaba providencial recurso de

    20 La obra impresa de los intelectuales espaoles en Amrica, 1936-1945. Stanford University Press (California), 1946

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    subsistencia en el destierro poltico- el abogado y periodista Eduardo Ortega y Gasset, hermano mayor del clebre filsofo, a quien Mara conocera desde la firma conjunta del Manifiesto de la Asociacin de Amigos de la Unin Sovitica. En esta ciudad entabl amistad, adems, con la tambin almeriense, Mercedes Rull Alonso; amistad consolidada al reencontrarse en los ltimos aos de su existencia.

    En una fecha sin precisar de 1945 se traslada a la capital de Mjico, de la que ya no cambiar de vecindad. Cuatro intensos aos vividos hasta que la muerte la sorprendi, en lamentabilsimas circunstancias, a finales de marzo-principio de abril de 1949. De ello dio cuenta su amigo, prologuista, editor y compaero trasterrado, Manuel Andjar Muoz (La Carolina (Jan), 1913-Madrid, 1994). Miembro del Partido Comunista, ejerci, como ella, el periodismo en Barcelona y, posiblemente, se viesen en el campo francs de refugiados de Saint-Cyprin donde estaba retenido el jienense. En el n 12 (abril) de Las Espaas21 dio a conocer a sus lectores la triste nueva:

    Con palabras de vida y esperanza debemos recordar a Mara Enciso, muerta a deshora, cuando el tiempo de Espaa, de su libertad, la aguardaba. Su nostalgia de la Patria era la nuestra, una aoranza nutrida con obras y afirmaciones, a veces con duros silencios.

    Mara Enciso, la amiga leal, es una limpia verdad literaria que se trunca, en el momento que su emocin y sus conceptos poticos alcanzaban fecundo equilibrio, clara sazn. En ella, la dignidad de la forma animbase con una ferviente dedicacin temtica a su pueblo.

    En el curso de su exilio en Blgica, en Colombia y en Mxico, este sentimiento autntico inspira el decir de Mara Enciso. Y su propia existencia. Mara, destino y destierro, poesa y Espaa. Un delgado silencio vibrante

    21 Revista fundada en Mjico D.F. junto a Jos Ramn Arana. Se confeccion de 1946 a 1963

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 29

    Habitaba en el n 85 de la calle General Prim (noveno depar-tamento) de Mxico D.F. Pasado los aos Andjar se lamenta de no haberle hecho las preguntas solidarias que probablemente dieran lugar a una amistad preclara, ms frecuentada. As todos sabramos un poco ms de nuestra herona civil. An cuando al conversar evitaba la ms ligera alusin a lo que pudieran ser sus problemas, aada que su vivir era externamente sereno, ms sometido a saudosa carcoma y quiz a enconados debates que trasluca una tnica conflictiva. Y que las realidades cargadas, o allegadas, violentaban, en equis medida, su equilibrio ntimo y un continuo quehacer.

    En este crisol del pensamiento republicano al que entregaban sus originales el propio Manuel Andjar o Jos Bergamn, Mara Enciso public (1947) Almera, ciudad arbigo-andaluza en la seccin Espaa en el recuerdo, reproducido con ligeras modificaciones en Raz al Viento. Aqu se sustituye la letra de un anterior fandango por los cuatro versos octoslabos que campean en la placa de su casa natal del Reducto:

    Pa cantar el fandanguilloque d pena y alegraes preciso haber nacidoen un barrio de Almera

    Mara no volvera a Las Espaas hasta julio de 1948 ltima aparicin escrita- con distintos sonetos y coplas: Abril, El aire, Ocre y Azul.

    Ms cercana a nuestros das, la historiadora Antonina Rodrigo en este opsculo el amigo Antonio Torres Flores se referir a ella en extenso- aporta esclarecedores detalles del fatal desenlace22. Nos permitimos reproducirlo, literalmente:

    En La Habana, Mara Enciso haba conocido a Mercedes Rull Alonso, de origen almeriense, con la que trab una sincera amistad que

    22 Revista Meridiana, Antonina Rodrigo. Instituto Andaluz de la Juventud, n 4. Sevilla, enero-1997

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    se consolid en Mxico, donde volvieron a encontrarse. El testimonio de Mercedes, que recogimos en Mxico en los aos ochenta, es esencial para conocer los ltimos tiempos de Mara Enciso, pues ella fue quien le asisti hasta su muerte:

    Mara era una persona extraordinaria, servicial, que ayudaba a todo el que poda. Como todos los exiliados era un ser lleno de nostalgia, quizs en ella ms acentuado, por la ausencia de su madre, a la que echaba mucho de menos. La saba sola en Almera, pues su hermano Francisco, cuando lo pudo sacar del campo de concentracin, en Francia, se reuni con ella en Amrica, llegando a ser catedrtico de Filosofa en Caracas. En 1949, Mara tena arreglada su vida, es un decir: su nia iba al colegio Luis Vives y ella dispona de su trabajo. Mara empez a sentir molestias y entonces visit al Dr. espaol Joaqun d`Harcourt, el que con otros mdicos haba fundado la Benfica Hispania, en la calle Marsella. Decidi operarla de apendicitis; la nia qued conmigo, yo la acompaaba al colegio. El mismo da que Mara sali del sanatorio fuimos a verla y la encontramos desmayada y con fiebre. Mi marido avis a D`Harcourt pero, como pasaba el tiempo y no llegaba, llamamos a otro mdico. Eran los primeros tiempos de la penicilina y mand que se inyectara cada tres horas, yo misma se la pona. Al da siguiente, sin moverla de la casa, el Dr. Milln y su mujer fueron all con los aparatos y le hicieron un electrocardiograma.

    Al da siguiente el Dr. Jordi Piol le dijo a mi marido, cuando fue a recoger los resultados que tenia el corazn hecho polvo. Me haban indicado que si Mara empeoraba le pusiera de inmediato una inyeccin. Todo fue muy rpido. Mara estaba en la cama y yo sentada a su lado, estbamos hablando cuando, de repente, me dijo que se senta mal. Empez a enrojecer, yo le puse enseguida la inyeccin y muri en mis brazos. Aquella muerte fue horrible, un caso de mala suerte y de negligencia porque ella no estaba enferma; era una mujer alta, bien desarrollada, llena de salud con 41 aos. Todo fue muy triste. Avisamos al marido a Colombia, vino se llev a su hija, tena entonces trece aos, nunca hemos sabido ms de ella. Yo tard en superar todo aquello ()

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 31

    Mara Enciso, como tantas gentes nuestras, qued en el Panten Espaol, de Mxico. Ignorada su persona y su obra, hay que destacar los estudios de Arturo Medina. Habra que propiciar el conocimiento de su obra, donde encontraran los almerienses su testamento lrico, el anhelado sentir del retorno de su tierra, tantas veces evocado por Mara

    En el mismo artculo Antonina Rodrigo nos dice que tiene que compaginar su buen quehacer literario con un tipo de periodismo trivial, como era la revista Paquita del Jueves; cubra all las sesiones de moda, consejos, relatos, anecdotario que firmaba con seudnimo. El propietario de la publicacin era Garca Balseca, quien sola tener la pistola encima de la mesa de su despacho. Mara le exiga que cuando ella entrara para tratar los asuntos de su trabajo quitase el arma de enmedio

    No, Mxico no era ciudad para Mara. Mara Enciso, pobre de amores se encuentra perdida en la ciudad inmensa y cosmopolita. Como corolario al fatdico fin, el escritor Andjar Muoz manifestaba en un artculo23, tras deplorar el olvido en su Almera natal, que Mara fue una de las voces lricas ms autnticas y entraables de la generacin literaria entroncada en el dolorido sentir de la guerra civil. (Y muri) Cuando anunciaba frutos todava ms granados, pero la edad cabal le fue segada.

    En puridad, al literato nacido en La Carolina y regresado a Espaa debemos adjudicar el honor de haber sido el primero que, en Espaa, se interes por la vida y obra de Mara Enciso. Fue a su vez quien alent al profesor Arturo Medina a investigar sobre ella. Ambos se haban conocido en un homenaje al tambin almeriense Roblescabrera y nuevamente coincidieron (febrero, 1979) con motivo del 1 Congreso de Escritores de Espaa, celebrado en nuestra ciudad y presidido por ngel Mara de Lera. En l se cont con la presencia de Carmen Conde, Daz Plaja, Andrs Sorel, Alfonso Grosso o Germn Snchez (Premio Nadal de novela) entre otros 140

    23 Mara Enciso: El misterio de lo humano y lo humano del misterio, sep-tiembre 1980. Este trabajo sirvi de base para su prlogo al poemario De mar a mar

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 33

    congresistas. A una pregunta en la prensa local sobre las razones de que el importante acontecimiento tuviese lugar precisamente en Almera (algo a lo que Medina Padilla no fue ajeno), respondi:

    Entre otras razones, para m hay, adems, un emocionante motivo de advocacin al celebrarse en Almera el Congreso inicial de los escritores espaoles, puesto que aqu naci una de las voces ms entraables y prometedoras de la poesa del exilio de 1939: Mara Enciso, prematuramente fallecida en Mxico, cuando empezaba a elevar su sensibilidad y verbo, tan fidedignos. Inolvidables lazos de amistad y simpata nos unieron.

    Ojal que ahora, desde Almera, su tierra y cuna, comience a reintegrarse su obra en la memoria viva de nuestras Letras!

    A los pocos meses de la arribada al pas azteca ve la luz un segundo poemario. De mar a mar fue editado por Manuel Altolaguirre Boln (Mlaga, 1905-Burgos), tambin desterrado, tambin poeta de la Generacin del 27 (Premio Nacional de Literatura en 1933 y de la Crtica al Mejor Argumento en el Festival de Cine de Cannes, 1952), en su empresa librera Isla. Manuel Altolaguirre. Impresor. 1946. El malagueo y exmarido de Carmen Conde hizo una sentida recesin periodstica24. A ttulo de curiosidad digamos que, en el periodo 1942-1946, los exiliados espaoles en Buenos Aires promovieron una revista de igual ttulo, De mar a mar.

    Prcticamente desconocida en Espaa, en 1982 la rescat Aurora de Albornoz en la coleccin Espaa Peregrina de Editorial Molinos de Agua. En esta edicin que ahora manejamos se incluye el prlogo (segundo) de Manuel Andjar, citado en parte en pginas anteriores, y una aproximacin biogrfica de Arturo Medina. En su criterio la mejor obra de Mara Enciso, con un encabezamiento que parafrasea unos versos de Antonio Machado: Pienso en Espaa, vendida toda, / de ro a ro, de monte a monte, de mar a mar. Unos magnficos aires

    24 Summa Bibliogrfica. Mxico, 1946. Y otra sin firma ni crtica (abril, 1948) en Las Espaas

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    andaluces por seguidillas, de su camarada de sinsabores y nostalgias Carmen Mndez Cuesta (Madrid, 1898-Mxico, 1986) sirven a manera de prlogo:

    Por una misma causaque defendimosllegamos a estas tierras,Mara EncisoY aqu nos encontramospor vez primeradespus que atravesamoscuntas fronteras?Rumores de paisajesde soles nuevosllevas de esos viajesaventurerosTodo ello se reflejaen tus cancionesy en tu misma personallena de donesDale gracias al Arte,a la Poesa,que es la gran compaerala que nos gua

    Se estructura en cinco captulos heterogneos en extensin y contenido (110 pginas y 109 composiciones lricas): La tierra y el hombre, El exilio, Las veredas, La soledad y el recuerdo y Sonetos.

    En el primer apartado se detiene en El Guerrillero. El maquis, el emboscado que expresa su rechazo al nuevo orden en las agrestes cimas de sierras y montaas que bien podran estar encarnados, en nuestra provincia, en las personas de Prez Berenguel El Mota o Rafael Jimnez Emilio el de Bayarque:

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 35

    Eres el guerrillero. Eres piedray metal de las montaas.eres el hombre que surgi en el tiempo,tierra y semilla humanas.tus venas son antorchas vigilantesEn permanente y lcida vigilia.tu libre corazn palpita al viento,sobre los picos de la serrana.conoces el secreto de los montes,y vives en contacto con la espiga,te amparan los lucerosy un temblor vegetal cubre tu vida

    En Las veredas su estro ardiente produce bellas estrofas albertianas dignas de ser entonadas por fandangos cabogateros:

    Sueo blancode cal y agua yo te soabaCon un farol del airecancin al viento,prendido el fandanguillodel mar serenoDe cal y agua,ms blanca todavayo te soaba

    Y cantias salineras:

    Cruzando la mar serena,una noche en alta maren un barquito de velaViento y noche,redondos de luna llena.Al aire, la vela blanca,

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    lejos, la caliente arena,una noche en alta maren un barquito de vela

    En el bal de los recuerdos mantenidos, Mara evoca la placita donde se enseoreaba la fuente trasladada a la plaza de la Catedral y de aqu al Aeropuerto (a ver los aviones venir al amanecer el da?), la casa solariega de Los Puche y el busto de la seorita Celia Vias; en maridaje con el segundo recinto de La Alcazaba de sonoridades de bronce:

    Plazuela de los Olmos,honda melancola,y un dolor sin remediosobre las ramas tibias.

    Ya no existe la fuentede la cerca florida,ni en la tarde se escuchanlas rondas de las niasLa campana de la Veladoblando est.Madre, en la noche oscurapor quien doblar?La campana de la Veladoblando est.la noche silenciosarompe a cantar

    Y sube a la sierra. Por qu a la de Filabres y no otra?, se embriag de su aroma a espliego y romero?, acaso conoci esa perla bruida que es Bacares, antao almohade y hoy cristiana?:

    En la sierra de Filabres,andaluza serrana,

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 37

    un caballo negrode noche fraSierra de Filabres,tan clara de noche,tan verde de da!Un caballo negro,y una voz de bronce.Del olivar llega,se va por los montes

    Forzosamente sometida a la vil metralla nazi en su largo peregrinar por la Europa fugitiva, sabr en la distancia -por conducto de la Prensa y Radio- del cobarde bombardeo de la Escuadra alemana a la ciudad inerme, su ciudad, al amanecer el da 31 de mayo de 1937. Su corazn llora:

    Dolor de carne, entraa estremecida,fro pual del aire atravesado,se ha prendido gimiendo en tus esquinasy el rostro herido y dulce te ha besadoSilencio y soledad. El aire envuelveel lgubre cantar de tus heridas,ramas de un rbol, al aire levantado,troncos que fueron de una luz nacidos,races que el dolor ha ensangrentadoAlmera del dolor y de la muerte,nombre sencillo de todos ignorado,una esquina del mundo, silenciosa,viviendo su dolor triste y callado.la florecida y andaluza playaque suea, el corazn enamorado

    Mara Enciso concluye De mar a mar con un soneto desgarrado, como de despedida de este mundo a edad temprana. Desolada criatura, desamparada criatura, sin dios, sin amor, sin patria, derribadas sus murallas.

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  • Antonio Sevillano 38

    Mara se consume sin arrestos y sin necesidad ya de defensa alguna. Vencida al fin. Muerta25:

    Este cauce de sangre que golpeamis sienes, esta congoja ardiente,este amargo sabor, y este dolientedebilitado pulso, que flaquea.es muerte silenciosa

    Raz al viento completa la cuatriloga. Publicado como el anterior en Mxico, est impreso (noviembre, 1947) en los talleres de Editorial Costa-Amic a iniciativa de EDIAPSA. Consta de 197 pginas estructuradas alrededor de tres grandes bloques (Ensayos, Crnicas y Notas), en los que recopila salvo ocho sin datar- buena parte de sus escritos de Bogot y Mxico (en prensa). Tal como adelantaba, el prlogo se debe al embajador Nieto Caballero.

    En su continua evocacin de lugares, situaciones y nombres propios, expone con finura y sin ambages su pensamiento, opinin o agradecimiento a egregias figuras de las Letras espaolas; a los poetas colombianos Len de Greiff y Porfirio Barba Jacob y a la chilena Gabriela Mistral, en homenaje a la que con sensibilidad le abri el espritu y vocacin por la Literatura tras escucharla en la barcelonesa Residencia de Estudiantes de Ros Rosas; Antonio Machado, Benito Prez Galds y el papel de las mujeres en sus novelas, Concepcin Arenal, voz de la justicia y libertad; Rosala de Castro y la soledad, Juan Maragall o el alma de Catalua, la sombra erguida de Luis Company y la llama del libertador Bolvar.

    En sus Notas y Crnicas se deslizan con fluidez los paisajes de la Blgica liberada y los campos de concentracin; Cartagena de Indias y la Bogot sumida en niebla; La Habana de luz y color junto a las siluetas de Mxico; la Tierra Boyacense y, ya en Espaa, la Tunja castellana, guerrilleros y la Semana Santa en abril. Un breve texto sobre la cancin popular en el paisaje de Espaa, de sus cuatro puntos cardinales:

    25 Arturo Medina. Ob. citada, pg. 65

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 39

    Y llegamos a la expresin ms conocida, ms genuina y popular de Espaa al canto andaluz. Al cante hondo, o sea al cantar del ntimo sentimiento. Andaluca esbelta y sensual, a la orilla de sus ros, entre la blancura remozada de la cal y el verdor fresco de sus vegas, va cantando sus penas y sus amores, su dolor y su soledad. La Andaluca trgica del dolor y el llanto Canciones populares que llegan de la impenetrable entraa del alma gitana: la petenera:

    Quien te puso petenerano te supo poner nombre.te deba haber puestola perdicin de los hombres

    Y le dedica un prrafo, naturalmente, a la Urci soleada y mediterrnea:

    Fandanguillo de Almera, la dulce ciudad blanca dormida a orillas del mar; la de la vega empinada sobre la savia de los parrales, la de pequeas sierras que penetran en el corazn de las Alpujarras. La ciudad clida, sensual, morisca y andaluza:

    Tengo una manuela nuevacon cuatro jacas castaas,y el novio ms salalloque calienta el sol de EspaaAlmeriense y morenillo!

    Uno ms dedicado a Canciones en el alba da paso a Almera, ciudad arbigo-andaluza. Recorrido apasionado desde la antigedad de caridemo a la de sus conocidos espacios urbanos, sus gentes, su carcter, su economa y desarrollo, sus esperanzas y desesperanzas la vida en definitiva que fluye. Cuatro pginas en un captulo que por s solo -desde la autoestima almeriense- justificara el postrer trabajo de Mara Enciso. Una andaluza del siglo XX, ejemplo de abnegacin y herosmo, generosa sin esperar nada a cambio, inteligente y culta; excelente prosista, mejor poeta Madre y hermana de dos

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  • Antonio Sevillano 40

    inconmensurables figuras de la Ciencia en el continente americano. Mara Prez Enciso reposa sus cenizas, que no su espritu, en el Panten Espaol de un cementerio de Ciudad de Mxico D.F. Paz a sus restos.

    Hija y hermano

    Abuelos, padres y tos,de los buenos manantialesnacen los mejores ros

    Se lamentaba Arturo Medina en su biografa26, he fracasado en mis intentos de conectar con el hermano y con la hija. Es ms, ni incluso puedo sostener si todava viven. Esto lo escriba en 1987, hace cinco lustros. En la actualidad, con ms informacin y modernas herramientas a nuestro alcance, podemos descifrar algunas -no a todas- de las interrogantes.

    Rosa del Olmo Prez naci en Barcelona en 1935 y acompa a su madre en el nomadeo forzado por Europa, Cuba y Colombia, hasta, desde sus tempranos catorce aos, velar su lecho de muerte en Mjico. Si antes fue un to-abuelo el que tutel la carrera de Magisterio de Mara Prez Enciso, ahora es el to Guillermo quien procurar una esmerada educacin para su sobrina a la que se llev a vivir con l a Venezuela27, donde ya gozaba de un merecido prestigio en el campo de la Psiquiatra. Su buena situacin econmica le permiti enviar a Rosita a la Universidad de Wisconsin (EE.UU.), donde culmin brillantemente la carrera de Sociologa, y posteriormente a Cambrigde (Inglaterra), campus en el que se diplom en Criminologa. Con tamao bagaje en tan renombrados centros educativos mundiales, regres a Venezuela

    26 Arturo Medina. Ob. citada, pg. 3027 Tras la citada conversacin sostenida por Antonina Rodrigo con Mercedes

    Rull, deducimos que su hermano Guillermo viaj junto a su excuado Francisco del Olmo a Mxico. Y que Rosita qued al cuidado de su pa-dre, en Colombia, hasta que el to la acogi en su casa de Caracas.

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 41

    para doctorarse en Ciencias Sociales por su Universidad Central. En sta (tambin en la Catlica Andrs Bello) ejerci la docencia al tiempo que desempe el cargo de directora de su Instituto de Ciencias Penales y Criminolgicas y el de la Fundacin Jos Flix Ribas, dedicada prioritariamente a la investigacin, prevencin y tratamiento del uso indebido de drogas; o bien a aspectos generales de criminalizacin de la mujer en Colombia, Nicaragua o Cuba y de la violencia policial ejercida sobre el maltratado colectivo femenino.

    Su pasin docente le llev a impartir clases en universidades de su querido Mjico, Estados Unidos y Puerto Rico. Y a desempear distintos destinos en la Fiscala General y en el Ministerio de Justicia venezolano, pas caribeo en el que adquiri la plena nacionalidad. Sus innumerables publicaciones28, artculos en revistas especializadas y aportaciones a congresos, simposios, cursos y foros internacionales (en Espaa asisti a dos de ellos, en Valencia y Barcelona), preferentemente de Sociologa aplicada al consumo de drogas y su incidencia sobre la mujer, la hacen acreedora de un currculo profesional impresionante, merecedor de un tratamiento especfico al margen de la semblanza biogrfica de su progenitora. Su expediente acadmico, profesionalidad, brillantez en la exposicin, dedicacin al estudio, investigacin y al debate, le granjearon el respeto, admiracin y cario de colegas, alumnos y resto de ciudadanos. Falleci en enero de 2000 y sus cenizas fueron esparcidas por su hijo en el mar de Morrocoy, en las paradisacas playas del nordeste de Venezuela. A su muerte se sucedieron las muestras de condolencia con frases tales: Con la partida de Rosa del Olmo se registra una prdida enorme, no solo para la Criminologa Crtica, de cuyo movimiento fue pionera, sino para la Criminologa Latino Americana en general. Y Almera sin enterarse! Una autntica desconocida de la que se ignora todo.

    Anticipaba que Guillermo fue el tercero de los hijos habidos en el matrimonio de Francisco Prez Castro y Dolores Enciso Amat, despus de Mara y Francisco (fallecido a los tres aos). Debi nacer en una de

    28 A destacar Amrica Latina y su Criminologa. Editorial Siglo Veintiuno, Mxico-1981

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  • Antonio Sevillano 42

    las estancias de sus padres (1917) en Barcelona (en el Registro Civil de Almera no consta tal nacimiento), aunque en nuestra ciudad discurri su infancia y asisti al Instituto de Enseanza Media. En un nuevo y definitivo traslado curs estudios superiores de Filosofa durante la preguerra en la Universidad, barcelonesa especializndose en Psicologa. Al concluir la contienda incivil hubo de partir al destierro francs y americano, establecindose (a diferencia de su hermana) en Venezuela, donde formaba parte de un nutrido grupo de profesionales espaoles29:

    Otros emigrados, como Guillermo Prez Enciso en Venezuela,

    hicieron posible la organizacin de la carrera de Psicologa en aquellos pases.

    Su sabidura, capacidad docente y la condicin de pionero en aquel baldo, por entonces, campo de las ciencias sociales y humansticas, lo elevaron a la categora de patriarca cientfico30:

    Es oportuna la ocasin para brindar un homenaje pstumo a la memoria del profesor Guillermo Prez Enciso, fundador de los Estudios de Psicologa en Venezuela. Durante muchos aos, su visin universal de las Humanidades marc la orientacin de la enseanza de la Psicologa y la formacin de sus cuadro docentes. El maestro nos abandon en febrero de este ao.

    Elegido en 1957 vice-presidente de la primera Asociacin Venezolana de Psiclogos (con su excuado Francisco del Olmo de secretario general), su presencia fue constante en la ctedra, gabinetes psicotcnicos y foros de estudio y discusin de la materia que imparta. De su obra escrita he podido localizar dos ttulos:

    29 Universidad Complutense de Madrid Exposicin Luis Simarro30 Revista de Psicologa. Escuela de Psicologa de la Universidad Central de

    Venezuela. Caracas, julio-2007. Artculo editorial con motivo de su 50 aniversario

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  • Mara Prez Enciso: una poeta en el olvido 43

    Elementos de Psicologa. Instituto Pedaggico de Caracas (Venezuela), 1955;

    Encantamiento y magia, de Arturo Castiglioni. Traduccin y prlogo de Prez Enciso. Mxico, 1972

    Tras su desaparicin tuvimos la oportunidad de leer el obituario31 brindado por el Dr. Edmundo Chirinos, director del Instituto de Clnicas y Neurociencias de la Universidad Central de Caracas:

    Cuanto inmenso pesar suscita entre los muchos Psiclogos, quienes tuvieron la excepcional oportunidad de ser sus alumnos y colegas profesorales, la dolorosa desaparicin de un verdadero Maestro, el incomparable Guillermo Prez Enciso.

    La sobriedad exquisita de su manera de comunicarse a todos los niveles. La paradigmtica brillantez de sus exposiciones que expresaban, como si cada palabra, frase y concepto, estuviesen rigurosamente cronometrados en su lcida organizacin mental. Todo en l, le convirtieron, no solo en el Fundador de los Estudios de Psicologa en Venezuela, sino en la figura ms importante de su Historia. Los que tuvimos el honor de estar a su lado como aprendices y luego compartiendo tareas directivas, docentes y de investigacin, queremos expresar nuestro ms sincero reconocimiento a su existencia, en el escaso tiempo que nos ha dejado, an cuando su memoria persistir para siempre.

    Despus de recordar que en cierta ocasin, al parecer, regres con su novia a Almera para visitar a la madre, digamos, para concluir, que acudi al entierro en Mjico de su hermana Mara y que ms adelante se hizo cargo de la educacin de su sobrina Rosita del Olmo, llevndola consigo a Venezuela.

    31 Eluniversal.com. Caracas, 25 de febrero 2007

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    Mara Enciso: una pincelada de cal en la ciudad provinciana

    Completamos el trabajo de Antonio Sevillano con dos mujeres sabias, sensibles, que buscan recuperar la memoria de las exiliadas. Antonina Rodrigo, una incansable intelectual que tiene a las mujeres andaluzas en su punto de mira y la novelista Eva Daz que trabaja porque esa memoria permanezca a lo largo del tiempo, a sabiendas del nuevo papel que juega Internet, punto de encuentro para que los nietos del exilio aporten sus experiencias y den a conocer el legado de los miles y miles de personas que tuvieron que dejar su tierra, con todo lo que ello representa. El trabajo de ambas investigadoras contribuye a que sepamos ms de nosotros. La historiadora y escritora Antonina Rodrigo (Granada, 1935), especialista en la II Repblica, en el carcter femenino, en la obra de Mariana de Pineda y en la relacin de Garca Lorca y Dal realiza una importante aportacin femenina a la historia, la poltica, la cultura o la vida pblica de nuestro pas, desde la primera mitad del siglo XIX en adelante. Sin duda, Rodrigo es una intelectual de nuestro tiempo y un referente por su estudio y experiencia. Es una autoridad solvente de la literatura feminista del siglo XX. En Espaa es la pionera y autores de los ltimos aos se limitan a beber de sus fuentes, publicaciones e investigaciones que tienen el sello de la solvencia. Figuras claves en alguno de estos mbitos, como Federica Montseny, Mara Malla, Margarita Xirg, Mara Lejrrega y, sobre todo, Mariana de Pineda, deben al afn investigador y al documentado trabajo de la escritora granadina, afincada en Barcelona, buena parte del conocimiento

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  • Antonio Torres Flores 46

    que la sociedad espaola actual tiene de ellas. Entre sus logros hay tambin que mencionar el que, como granadina de la inmigracin y sin haber renunciado nunca a la defensa de sus races culturales, haya sabido hacer de puente entre los movimientos literarios catalanes y andaluces, segn la Enciclopedia General de Andaluca que dirige el periodista Ramos Espejo.

    Rodrigo confes que viaja anualmente desde mediados del pasado siglo cada 22 de febrero al cementerio de Colliure, en Francia, para homenajear a Antonio Machado, el autor del poema musicado por Serrat Espaolito que vienes al mundo, te salve Dios; una de las dos Espaas ha de helarte el corazn. Gentes que viajan para el homenaje al poeta universal. Le escriben cartas y le cuentan sus problemas, recitan sus poemas, le llevan flores y una pleamar de banderas republicanas alrededor de su tumba. Es el smbolo del exilio del pueblo espaol. Antonina Rodrigo, especialista en biografas de mujeres representativas del movimiento feminista, es autora de Mujer y exilio, 1939, tres volmenes muy conocidos y que analiza el trabajo de 22 biografas de mujeres que se vieron a salir de Espaa, publicado en 2003 y prologado por Vzquez Montalbn. Entre las estudiadas conviene resear la figura de Ana Ruiz Hernndez, la madre de los hermanos Machado. Estas mujeres vivieron el drama de la guerra a travs de sus hijos, como Vicenta Lorca, la madre de Federico Garca Lorca. Mara Enciso (Almera, 1908-Mxico, 1949) ha sido objeto de seguimiento y desde entonces se intenta rescatar con el empeo que se hace desde este monogrfico. Fue una mujer extraordinaria. Olvidada, como tantas otras, hizo una labor muy valiosa, humana y potica, nos coment Antonina Rodrigo. Como delegada de la Repblica, se hizo cargo de los nios sacados del hambre y de las bombas a las que le dio su desbordante amor. Su hijita le acompa siempre. En uno de sus viajes a Mxico, conoci a decenas de espaolas y en particular a la mujer con la que Enciso pas sus ltimas horas. En la muerte de Mara Enciso, rememora, ocurri algo sangrante, dramtico, dado que la mujer espaola que le acompa en ese trance final, muriendo en sus brazos, asegura que los mdicos no dieron con la clave de su enfermedad y al inyectarle muri fulminantemente. Esta mujer me coment muy emocionada que en

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  • Mara Enciso: una pincelada de cal en la ciudad provinciana 47

    ese instante final estaba la hijita de Enciso, y fueron momentos muy sobrecogedores.

    El poema de la maestra y poeta almeriense Llevarme a la otra orilla, llevarme a Almera debera estar en todas las escuelas de Andaluca, seala una de las pioneras escritoras en estudiar la obra de la herona almeriense. Enciso pudo conocer a grandes nombres del exilio como a Len Felipe y a grandes creadores. Antonina tuvo el privilegio de estudiar al mito rosa de la copla, Miguel Fras de Molina Miguel de Molina (Mlaga, 1908-Buenos Ares, 1993). El autor de los xitos de Ojos verdes o La bien pag sufri en Espaa una dura persecucin. El exilio le acogi como a tantos grandes talentos

    All estaba la figura del periodistas granadino, Enrique Fajardo Fernndez Fabin Vidal (Granada, 1883-Mxico, 1946), escritor y poltico. En su faceta literaria de creacin, es autor de Pasin y de Recuerdos de un periodista demasiado viejo, incluido en la obra colectiva Retablo hispnico (1946). Hermano del que fue alcalde republicano de Granada, Lus Fajardo, fusilado en 1936. Fabin Vidal acab suicidndose, vctima de su especial sensibilidad y nostalgia. Lo quera todo el mundo, pero le faltaba su mujer e hija, ese dolor insuperable, lo llev al trgico final de acabar con su vida. Mxico fue el destino principal de miles de exiliados. Entre los 20.000 espaoles que se exiliaron tras la Guerra Civil haba unos 500 periodistas espaoles. Unas trayectorias que Lus Dez ha rescatado en su libro El exilio periodstico espaol, de 1939 al final de la esperanza. El peligro que corremos para recuperar la memoria es el tiempo, lamenta Antonina Rodrigo, una escritora que abri el camino. S, abr el camino, comenta la investigadora granadina, fue una cosa de pura intuicin. No haba ni la Memoria Histrica. En aquellos aos sesenta estaba lejos la dedicacin de la memoria histrica, pero para la gran mayora el nico delito era ser republicano, trabajar por la educacin, la cultura y la convivencia democrtica. Tampoco quiero mitificar que todos los exiliados fueran igual.

    En el momento de la entrevista formulada a Antonia Rodrigo, se encuentra inmersa en el homenaje de reconocimiento que se le tributar, en la Biblioteca de Andaluca, con sede en Granada, a maestras

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  • Antonio Torres Flores 48

    y maestros republicanos. Entre las homenajeadas est mi maestra doa Paquita, Francisca Casares, que nos enseaba a interpretar la lectura. Sus exalumnos hemos preparado algunos textos de recuerdos y precisas evocaciones. Aparecern en el libro Memoria infantil de aquel tiempo, que ha escrito su nieta Carmen Prez Vera. Otra de sus nietas es la magistrada del Tribunal Constitucional, Elisa Prez Vera (Granada, 1940), Medalla de Andaluca, y otras ilustres alumnas, annimas y conocidas.

    Antonina Rodrigo tiene el reconocimiento de la sociedad y de decenas de nuevos talentos de la literatura. En 2006, la Generalitat de Catalua le concede la Cruz de San Jordi en reconocimiento, sobre todo, de sus estudios biogrficos, caracterizados por una fina sensibilidad, un rigor metodolgico y un talento narrativo. El diario Ideal la tiene entre los cien personajes granadinos ms importantes. Cuenta con varios premios como el Mara Zambrano, concedido por la Junta de Andaluca. Mara Zambrano fue una mujer tocada por la luz de Andaluca, comprometida y una mujer silenciada, pese a su gran capacidad literaria, le coment la escritora granadina a Juan Lus Tapia de Ideal. Rodrigo inici su labor periodstica en los diarios granadinos Patria, Ideal y Diario de Granada. El espacio Documentos, de RNE, aborda la presencia de la mujer en el periodismo espaol. El documental radiofnico, elaborado por Julia Murga, toma como eje la figura de Josefina Carabias, la primera espaola periodista, si entendemos por tal a quien trabaja en una redaccin y hace de este oficio su modo de vida. Sin embargo, en el programa se repasa el papel que jugaron antecesoras suyas, como Emilia Pardo Bazn y Carmen de Burgos, Colombine. Aunque estas mujeres escribieron en la Prensa no lo hicieron como ocupacin principal. Tambin estaba en el exilio la voz de Radio Pars, Adelita del Campo (Barcelona, 1916-Muchamiel, Alicante, 1999), que llevaba la actualidad, casi clandestina, a los espaoles que tenan secuestrada la informacin en aquellos aos de hambre, silencio y emigracin. Tiene toda la razn del mundo Antonina Rodrigo cuando subraya que queda conocer la memoria de todos y todas las personas del exilio que queran una Espaa ms demcrata y respetuosa.

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  • Mara Enciso: una pincelada de cal en la ciudad provinciana 49

    La escritora y maestra Mara Enciso recorri los campos de internamiento dispersos por Francia. Como delegada del Gobierno republicano, se ocup de rescatar a los hijos de los republicanos espaoles para refugiarlos en Blgica. Pero la invasin nazi la llevar a seguir huyendo hasta Pars, luego a Londres y, ms tarde, a Liverpool. All embarcar con destino a Amrica. Mara Enciso vivir junto a su hija pequea en Colombia, Cuba y Mxico. Enciso, que en su Espaa perdida ejerci como maestra, termin como poeta y periodista en sus patrias de acogida. En la revista Las Espaas dedic emocionados textos a su tierra natal. Escribi poemarios con el dolor de Espaa como tema. En el poema Recuerdo de Almera afirma: De cal y agua/ ms blanca todava/ yo te soaba. Desde el Mxico que la acoge en su muerte temprana, se agarrara a su memoria como ltima patria. Recuerda sobre todo las largas tardes de sol en la quincallera que su madre, ya viuda, instal en la zona de La Almedina. All quedar su infancia, congelada en un sueo viscoso y tibio, intocable, nica salvacin para la fugitiva, segn la escritora y periodista Eva Daz Prez (Sevilla, 1971), columnista de El Mundo. Finalista del premio Nadal (2008) con El Club de la Memoria (Destino), Daz est en posesin de decenas de premios, entre los que destaca el de narrativa que entreg el programa El Pblico de Canal Sur. Su ltima novela, El sonmbulo de Verdn. se centra en la historia de Europa durante el siglo XX.

    Eva Daz ya trabaja en una nueva novela que ver la luz en el primer trimestre de 2012 y la abordamos con la siguiente entrevista, como estudiosa del exilio y de la obra de la exiliada almeriense.

    Quin era Mara Enciso? Una de las heronas ms desconocidas de la gran tragedia espaola,

    un ejemplo que eleva la moral y la tica. Un personaje que representa muy bien a las personas que vivieron la Guerra Civil y el largo exilio. Sobre todo fue maestra, y es un ejemplo de las exiliadas olvidadas que merece ser rescatada. Fue una persona entregada a los dems con la tarea de recoger a los hurfanos, otorgndoles seguridad a todos los nios, recorriendo toda Europa, huyendo de la ocupacin nazi. Me felicito que desde Almera trabajis por recuperar su obra.

    Qu huellas dej a esas mujeres el exilio?

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  • Antonio Torres Flores 50

    Si para los hombres ya fue difcil, ms complejo result para las mujeres del destierro. Descubrimos que Enciso fue una mujer de una fuerza increble. A pesar de las circunstancias, se va sobreponiendo a todo. Se va ganando la vida por varios pases y logra criar y educar a su hija en circunstancias terribles. El exilio dej huella a todos. Es una mujer de pelcula, me sorprende que hasta el momento no se les haya hecho un amplio reconocimiento.

    Es evidente que hubo un compromiso con la Repblica, en qu se centra esa revolucin?

    Con el estado de la guerra se rompen todos sus sueos. Enciso es muy hija de su tiempo, de la Repblica. Cuando est en Barcelona es cuando adquiere compromiso y se da cuenta de que hace falta una Espaa de progreso y de avance de la libertad. Impulsa la revolucin silenciosa que fue la Educacin. La Repblica le enva para proteger a los hurfanos. Por ese compromiso ideolgico que se mantiene hasta el final llega al periodismo para ganarse la vida. En Colombia colabor en el periodo 1940-1944 con el semanario Sbado, El tiempo y La Revista de las Indias. En 1945 residi en La Habana durante tres meses, en una pensin regentada por el matrimonio espaol exiliado, Eduardo Ortega y Gasset y Adela, su mujer. En Mxico colabor en El Nacional. Este lugar ser su patria definitiva, un pas al que nunca termin de acostumbrarse, como detalla Antonina Rodrigo en Exilio y mujer. Mara Enciso tiene un acento ideolgico. En sus libros retrata muy bien a esa Europa fugitiva y fragmentada por la guerra que ha dejado atrs. Cuando parte para Amrica se le queda en el alma esa Europa rota que perdurar hasta su prematura muerte en 1949.

    Cmo afrontan los temas?El drama de los exiliados est recogido en mi novela El club de la

    memoria. Ellas se quedan con el recuerdo de la Espaa que haban dejado. Los que lograron regresar observaron que haba una tragedia silenciosa. Eso se ve reflejado en la obra de Mara Enciso. Iban relatando ese paraso que permaneca en la memoria de todos los desterrados. La verdad es que haca unas descripciones de la Almera que permaneca en su recuerdo. Quera que esos paisajes permanecieran en la memoria. La Almera de Enciso tiene un color definitivo, una pincelada de cal es la

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  • Mara Enciso: una pincelada de cal en la ciudad provinciana 51

    ciudad quieta y provinciana en donde nunca ocurre nada. La maestra y periodista se agarraba a su memoria como ltima patria.

    Quines seran las Maria Enciso de hoy?No hay ninguna mujer que est a la altura tica de estas heronas.

    En estas condiciones es cuando una persona demuestra la talla tica. Claro que hay personas que se comprometen, luchan y son crticas, pero no tienen la experiencia de las exiliadas. Demostraron lo mejor de la condicin humana.

    Desde la Universidad se hacen esfuerzos por recuperar la memoria. Cmo se puede investigar a esas terceras generaciones, a sabiendas de que queda mucha memoria por recuperar?

    Cuando investigu, me percat de la cantidad enorme de historias y de personas que necesitan ser preguntadas para contar sus experiencias. Voy recibiendo correos electrnicos y llamadas de nietos y cuartas generaciones del exilio. S, todos tenemos una deuda. Creo que la memoria hay que incorporarla de forma natural.

    La envidia y la intolerancia se alan muy a menudo, estamos sufriendo algn tipo de regresin que nos lleve a vararnos otra vez en las dos espaas?

    S, es cierto. La democracia tenemos que hacerla a diario. Tenemos que huir de esa cultura que huele a inquisitorial. Recuerdo que en mi primera novela haba muchos quemaderos por acciones del Santo Oficio. Creo que la historia debera servir para conocerla. Desgraciadamente, hay personajes que vuelven. Vivimos una poca hipertensa en la que se reconocen ciertos fantasmas que pueden volver.

    Con qu mujeres del exilio se quedara porque le hayan enamorado, por su ejemplo y conocimiento?

    Son casi todas heronas. La verdad es que casi compondra una especia de puzle. Aparte de Enciso con su trabajo de recuperar a los nios hurfanos, me quedo con la periodista, diplomtica y novelista malaguea Isabel de Oyarzbal, con Mara Zambrano que reflexiona sobre el exilio y con la granadina Matilde Cantos, defensora incansable de los derechos de las mujeres. La gente de los nuevos tiempos apart a Cantos, una poltica con una vida extraordinaria que qued olvidada por todos. Muri en un asilo olvidada. El retrato ms triste

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  • Antonio Torres Flores 52

    del exilio es que te traten como un trasto viejo y te releguen al olvido, como si tu tiempo hubiera pasado. Eso fue muy lamentable.

    Precisamente, la Agencia EFE y diferentes medios han recuperado, una detallada entrevista con Federico Garca Lorca, realizada por el periodista y poeta, Juan de Alfarache en la revista Miradero (1931) en la que subrayaba que uno no es profeta en su tierra. El poeta universal habla sobre su obra y muestra su aficin por los toros y el ftbol. Voy al espectculo deportivo sin prejuicio alguno y son los detalles los que me vuelcan con un equipo. Despus de comentar que en julio de 1931 haba vuelto de un curso en Estados Unidos en la Colombia University y de haber dado un curso de conferencias en Cuba, el poeta contesta, a la pregunta del entrevistador, sobre el pblico de Granada, que nadie es profeta en su tierra. Tengo un grupo de amigos, dice, si es cierto, que toman con el cario de las cosas propias mis triunfos en escena. Pero Granada, que es una ciudad inteligente, es una ciudad muy fra. Lo que vale all es el pueblo, son las afueras, el Albaicn, todo lo que hay de secular en la entraa de las gentes. Es el pueblo de las calles. La ciudad, contina Garca Lorca, es una ciudad acolchada, muerta. Y precisa: El nico sitio donde no ha gustado Mariana Pineda ha sido en Granada.

    En ese mbito del olvido, traigo a modo de conclusin la reflexin del profesor y periodista, colega de la Facultad de Comunicacin y Documentacin de la Universidad de Granada y en Canal Sur Televisin, Jos Lus Masegosa Requena, quien en la lnea de la precursora del estudio de las exiliadas Antonina Rodrigo y de la novelista Eva Daz reclama respeto y reconocimiento para el talento de los exiliados, un patrimonio del que nos desprendimos los espaoles: Historias de tragedias, de dolores y vivencias, como la que en el personal archivo audiovisual habla con voz nonagenaria mi vieja Otilia, que cuenta los pasajes vividos con el exilado Julio Lpez Masegosa (Cllar (Granada), 1900-Puebla de Mxico, 1964), secretario particular de Negrn, y uno de los mximos responsables del traslado del llamado oro de Mosc, desde Madrid a Cartagena, para su posterior embarque hacia la extinta Unin Sovitica. De su figura, adems de algunas citas en textos histricos, entre otros El oro de Mosc: Alfa y omega de un mito franquista,

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  • Mara Enciso: una pincelada de cal en la ciudad provinciana 53

    de Angel Vias, slo pervive el carioso recuerdo en sus descendientes y parientes a un lado y otro del Atlntico. Nada se ha hecho en su memoria. Pero no es esta una excepcin. El dolor, las carencias y el sufrimiento del exilio se hicieron carne, hace unas semanas, sobre el impoluto mantel de un restaurante del Sur. La emocin del prestigioso abogado administrativista, Antonio Tastet Daz, brot a borbotones cuando relat a quien suscribe y al periodista almeriense, Antonio Torres, el reencuentro de su madre con su ex maestro del instituto de Baeza, don Antonio Machado, a quien socorri con un caf en la estacin ferroviaria de Touluse, cuando fatigado, desmejorado y apenado se diriga junto con su progenitora al exilio definitivo de Colliure. La madre del letrado andaluz pudo regresar a Espaa aos despus, pero muri sin ser reconocida. Slo son dos casos del olvido que la Ley de la Memoria acaso no pueda reparar. Son la otra deuda. Tastet Daz est considerado como uno de los abogados referente en Derecho Administrativo ms prestigioso de Espaa. Sent Jurisprudencia que tiene una influencia para todos los espaoles. Consigui con su trabajo de defensa de los derechos ciudadanos que los cargos electos no dependieran de las formaciones polticas sino de la voluntad del cargo electo, aspecto que sigue vigente en nuestra democracia. Durante la Transicin poltica el entonces director de El Pas, Juan Lus Cebrin, le consult varios asuntos de inters general en aquella etapa del inicio de todo con la aprobacin de la Constitucin democrtica.

    En noviembre de 2010, la Ctedra de Exilio celebr sus jornadas anuales sobre el exilio republicano en la capital de Mxico, ciudad emblemtica para la historia del republicanismo espaol. Esta vez, como ocurre tambin en otras ocasiones, el discurso ms interesante no surgi de los plpitos, sino de entre el pblico, asistentes emocionados en bsqueda de un retazo de su pasado. La profesora de la Universidad de Almera, Emilia Martos Contreras (Ludwigsburg, Alemania, 1982), hija de emigrantes, miembro del grupo de investigacin Estudios del Tiempo Presente, recuerda: Al entrevistarme con algunos de ellos pude entrever la herencia de una lejana herida, en muchos casos cicatrizada y convertida en smbolo de vala. La transicin democrtica, de tanto esperarla, pill casi por sorpresa a los exiliados. Algunos de los que no

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  • Antonio Torres Flores 54

    lo haban hecho durante los aos sesenta, pensaron que por fin haba llegado la hora del retorno. Sin embargo, al llegar a Espaa terminaron transformando el ansiado retorno en unas simples vacaciones. Muchos de estos exiliados, acostumbrados a leer su vida en clave poltica, acusaron a la transicin democrtica de incompleta, pues se haban dejado muchas cosas en el tintero, entre ellas el republicanismo. Sin embargo, esta decepcin mezcla otros sentimientos, muchos ms complejos y difciles de reconocer, sentimientos de vidas divididas entre dos pases, entre dos pocas, la de la guerra y la de la transicin; y entre dos o varias ideologas, comenta Martos. En una exposicin de fotografa sobre el exilio, subraya la profesora, me encontr a Paco, 72 aos, llegado con sus padres exiliados en uno de los transatlnticos fotografiados. El apenas tena un ao, sin embargo, en su discurso, el exilio no es reciente, sino presente. Considera que en Espaa quedan comportamientos autoritarios vestidos de demcratas. Apoya