Marketing y Customer Equity
description
Transcript of Marketing y Customer Equity
EL CONCEPTO DE CUSTOMER EQUITY
COMO TRANSFORMADOR DEL
MARKETING ESTRATÉGICO
Manuel Sáenz Guirado
Licenciado en Derecho, UP Comillas Madrid
Licenciado en CCEE y Empresariales, UP Comillas Madrid
Madrid, junio 2003
Marketing y Customer Equity
Página 2 de 2
INDICE DE CONTENIDOS
1 El lugar de los Clientes en el Marketing ..................................... 4
1.1 Los Clientes en la Definición de Marketing........................... 4
1.2 Valor y satisfacción de los clientes ...................................... 6
1.3 El aprendizaje empresarial del marketing de relaciones ...... 8
2 Marketing y CRM........................................................................ 9
2.1 Qué es CRM.......................................................................... 9
2.2 Quién es el dueño de CRM.................................................. 11
2.3 La importancia de los Clientes ........................................... 13
3 Customer Equity ...................................................................... 15
3.1 Las pirámides de clientes................................................... 15
3.2 El cliente como activo: Customer Equity ............................ 17
3.3 Medición del valor de un cliente: LTV................................. 18
3.4 Dificultades del concepto LTV ............................................ 21
3.5 Implantación de un sistema de Customer Equity en la
empresa...................................................................................... 23
4 Conclusión: presente y futuro de Customer Equity................... 27
4.1 Las señales del cambio ...................................................... 27
4.2 El nuevo paradigma ........................................................... 29
4.3 Implicaciones prácticas para la gestión del marketing ...... 31
Bibliografía .................................................................................... 34
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 3 de 3
ABSTRACT
Nada en la definición de Marketing indica que el marketing es una actividad
dedicada exclusivamente a la venta y captación de nuevos clientes. Y sin
embargo, una gran parte de las empresas dedican casi la totalidad de sus
recursos de marketing a la consecución de nuevos clientes.
Mi trabajo pretende incidir en la importancia que para la empresa tiene la
actividad de marketing respecto de los clientes corrientes (customer
portfolio) y no los clientes potenciales, un enfoque que se engloba bajo las
estrategias de CRM (Customer Relationship Management) tan de moda
actualmente. Ésta idea de “marketing de clientes” o CRM sirve a su vez para
justificar una exploración: ¿cuánto valen los clientes de una empresa? Ésta
visión se conoce como Customer Equity, y consiste en aproximarse a los
clientes de una empresa como un activo empresarial, intangible, como lo es
la marca de la compañía, pero al igual que ésta de un valor incuestionable.
Una aproximación más o menos exacta o razonable al valor de un cliente
puede transformar la ejecución de actividades del marketing como la
segmentación o incluso la propia organización de las empresas (los
ingenieros de clientes son figuras de reciente creación que parecen sugerir
esto).
Marketing y Customer Equity
Página 4 de 4
1 EL LUGAR DE LOS CLIENTES EN EL MARKETING 1.1 Los Clientes en la Definición de Marketing
Marketing es “el proceso de planificar y ejecutar la concepción del producto,
precio, promoción y distribución de ideas, bienes y servicios, para crear
intercambios que satisfagan los objetivos de los individuos y de las
organizaciones”, según la definición de la American Marketing Association
publicada en 1986. En su Dirección de Marketing, P.Kotler define marketing
como “un proceso social y de gestión a través del cual los distintos grupos e
individuos obtienen lo que necesitan y desean, creando, ofreciendo e
intercambiando productos con valor para otros”. En una y otra definición se
omite utilizar la palabra cliente, por más que se reciben alusiones a los
clientes en clave de sujetos de necesidades que son satisfechas (satisfacer
“los objetivos de los individuos”, o individuos que “obtienen lo que
necesitan”).
¿Por qué no aparece la palabra cliente en dos reputadas definiciones del
marketing? Sin duda el marketing comprende unas fronteras que exceden al
ámbito de los clientes, fronteras que quedan mejor explicadas con el
término individuo –del que puede predicarse o no la condición de cliente-, o
actuando sobre entidades como la demanda, o el mercado, de grandes
proporciones y alcance.
Y sin embargo, el cliente ocupa cada día un papel más preponderante
dentro del marketing, probablemente en detrimento de objetivos o
conceptos alternativos como demanda, consumidores, mercados. Kotler
(1999) también parece señalar esta transición al indicar que “la teoría y la
práctica clásica del marketing se han centrado en el arte de atraer nuevos
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 5 de 5
clientes en lugar de retener a los existentes”. Se intuye que el mercado
potencial de las empresas, el destino de sus esfuerzos y recursos de
marketing puede ser la base actual de clientes y no tanto los consumidores
a los que no se está vendiendo el producto. Se ha suscitado la idea de que
en los mercados actuales de nuestras sociedades opulentas -mercados
sobreabastecidos- el mayor reto para las empresas proveedoras pasa por
conseguir la atención de los consumidores para sus productos entre los
millones de estímulos a que aquéllos son sometidos, y una vez hecho esto,
lograr que dicha atención se mantenga (Steidtmann, 2000).
El marketing ha tenido que evolucionar pues para dar respuesta a una
situación en la que:
- Las empresas advierten que obtener nuevos clientes es cada vez
más complejo y costoso: los consumidores no atendidos por la
empresa casi siempre están ya abastecidos por la competencia, con
lo que sus necesidades se encuentran razonablemente satisfechas.
- Por otro lado, los esfuerzos de la competencia, los ciclos de vida de
productos y de clientes y la propia evolución de la gestión
empresarial provocan una hemorragia continua en la base de
clientes de la compañía. Algunos estudios estiman que en 5 años la
compañía media ha visto a la mitad de los clientes con que contaba
al inicio de dicho periodo, abandonar la compañía, lo que la obliga a
capturar otro 50% de clientes en ese tiempo, ¡sólo para no ver su
base de clientes decrecer! (Reichheld, 1996)
- Otros estudios han venido a cerrar el círculo comparando los costes
de adquirir nuevos clientes (marketing ofensivo) frente a lo que
supone dedicarse a no perder o conservar a los ya adquiridos
Marketing y Customer Equity
Página 6 de 6
(marketing defensivo), arrojando resultados contundentes: cuesta
varias veces más (entre 3 y 10, según los estudios), adquirir un
cliente nuevo que retenerlo cuando ya se tiene. Simplemente la
consideración de estos costes compromete la posibilidad de extraer
alguna vez algún beneficio del cliente. Reichheld (1996) aún va
más allá, y sostiene que los clientes aumentan el beneficio que
proporcionan a la empresa cuanto más tiempo llevan haciendo
negocios con ella, abundando en la relevancia de los clientes ya
obtenidos.
Así las cosas, no es extraño pues que, teóricos del marketing y directivos de
compañías, dediquen crecientemente recursos a la base de clientes frente a
la gestión de prospectos. ¿Afecta esta evolución a la definición misma de lo
que sea marketing? El propio Kotler, sin invalidar su primera definición,
apunta otra unas páginas después, (Kotler, 1999, p.60): “actualmente se
entiende que marketing es el arte de atraer y mantener clientes rentables”.
¿Cómo se practica dicho arte pues?
1.2 Valor y satisfacción de los clientes
Si el marketing es ahora una disciplina enfocada en una gran parte a la
retención de los clientes de una compañía, habremos de indagar en las
motivaciones de éstos, en las causas o razones que hacen que un cliente
consuma los productos o servicios de una compañía de forma reiterada a lo
largo del tiempo, algo que se ha dado en llamar fidelidad del cliente. ¿Qué
motiva la fidelidad de un cliente?
Normalmente se han buscado respuestas a esta pregunta en dos conceptos:
el de valor y el de satisfacción de un cliente. No hay que olvidar que “los
clientes únicamente de manera voluntaria establecen relaciones que son
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 7 de 7
percibidas como beneficiosas [para ellos], y es probable que sólo unas
pocas [relaciones] lleguen a ser de naturaleza cercana y comprometida”
(Day, 2001b). Se entiende que sólo una oferta valiosa es capaz de
conseguir satisfacción en un cliente, y que la satisfacción (continuada) es a
su vez lo que provoca el hábito de repetir en el consumo.
No corresponde a este trabajo estudiar la determinación del valor de la
oferta empresarial, aunque es necesario precisar que el valor descansa en el
proceso completo de satisfacción de la necesidad y aún después, por tanto
no puede circunscribirse al producto, salvo que entendamos por éste todo lo
que la empresa es capaz de proporcionar al usuario. Un valor adecuado es
aquél que es percibido como suficiente o excedente para lo que el
consumidor aporta al intercambio...
Si los consumidores adquieren o usan aquello en lo que encuentran valor
este valor genera satisfacción, que a su vez provoca la reiteración en el
comportamiento que la originó. Se trata de un proceso circular o continuo,
que se aleja de una concepción del marketing orientada a la venta, y por lo
tanto, a un espacio o momento puntual. Las oportunidades de aportar valor
aparecen en cualquier momento en que el usuario esté en condiciones de
percibirlo, y consecuentemente el esfuerzo de marketing –en tanto que
corresponsable, junto a otras funciones de la empresa- se vuelve asimismo
continuo. Junto a la idea tan interiorizada por la teoría del marketing de
ciclo de vida del producto aparece también la de ciclo de vida de un cliente,
susceptible de ser estudiada y accionada por la empresa con aquellos
recursos de que disponga o que sea capaz de idear para extender el tiempo
vital que un cliente pasa haciendo negocios –satisfactorios, se entiende- con
la empresa y aumentar el valor económico –por vía de una mayor
Marketing y Customer Equity
Página 8 de 8
frecuencia de compra o un incremento monetario de las transacciones
individuales- del cliente para la empresa. Esta transición es la que da lugar
al marketing relacional o de relaciones.
1.3 El aprendizaje empresarial del marketing de relaciones
“A la tarea de crear fuerte lealtad a los clientes se le llama marketing de
relaciones”, explica Kotler en su Dirección de Marketing. El Marketing
Relacional o de Relaciones, tal y como afirma el profesor Alfaro de ESADE,
es un concepto que aparece en 1983, y supone recoger el descubrimiento
de que “no es lo mismo relaciones con clientes, que siempre han existido,
que marketing de relaciones. En este planteamiento se gestionan
activamente relaciones de colaboración con el cliente con el propósito de
crear valor y distribuirlo” (Alfaro, 2000). Se parte de la idea de que en la
creación de valor para el cliente la colaboración continuada entre empresa y
cliente constituye una palanca esencial, palanca que puede fundar ventajas
competitivas de difícil imitación por la siempre acechante competencia. De
forma progresiva, el marketing está pasando de maximizar el beneficio de
cada transacción individual a maximizar los beneficios en las relaciones con
otras partes. El principio en el que se basa es: “construye buenas relaciones
y a ello le seguirán transacciones rentables” (Kotler, 1999, p.11). Así, el
marketing de transacciones pasa a formar parte de un conjunto mayor y
más estratégico, el concepto de marketing de relaciones. El marketing de
relaciones busca construir relaciones de largo plazo, basadas en la mutua
confianza con los clientes, distribuidores, comercios y suministradores más
interesantes. Esto se consigue a través del proceso y entrega de productos
de calidad, buen servicio y precios razonables a lo largo del tiempo.
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 9 de 9
La relación con el cliente, que tradicionalmente ha sido una prioridad en
ciertos entornos B2B (mercados en que suministradores y demandantes son
empresas), se extiende a la luz de esta evolución a todos los mercados y
sectores en la actualidad, como nos recuerda el profesor George S. Day de
Wharton, como forma de hacer frente a unos mercados en los que
apariciones como internet hacen más sencillo que nunca la comparación de
precios y la sustitución de un proveedor por otro.
El cuidado y desarrollo de la relación entre la empresa y sus clientes a
través de este nuevo paradigma del marketing relacional lleva a diversos
estados, o niveles en terminología de Kotler, hasta llegar –si el sector y las
características del mercado lo permiten- al nivel asociativo, en el que el
cliente es un socio con el que “la empresa se relaciona permanentemente
[...] para descubrir formas mutuas de encontrar ahorros o mejora de la
productividad en relación con sus intercambios” (Kotler, 1999).
Imaginar los beneficios de la armonía empresa-cliente no es difícil pero,
¿qué exige de la empresa? y, ¿a qué ámbitos de la empresa afecta? ¿cómo
organizar y coordinar la puesta en práctica de dicha ambición?
2 MARKETING Y CRM 2.1 Qué es CRM
El marketing relacional exige cultivar relaciones, pero las relaciones con los
clientes exceden en mucho al departamento de marketing o incluso a la
función del marketing. Normalmente las relaciones se fundan en cada uno
de los puntos o momentos (“momentos de la verdad”, como se han dado en
llamar) en los que la empresa y sus clientes establecen algún tipo de
contacto o transacción, y éstos normalmente caen en esferas distintas al
Marketing y Customer Equity
Página 10 de 10
departamento de marketing. Se hace pues necesaria una estrategia o un
desarrollo empresarial que supere al marketing, por más que, como hemos
visto, es legítimo pensar que es la gestión de marketing quien lo haya
inspirado. A esta visión o estrategia es la que conocemos por CRM,
acrónimo del inglés de Gestión de Relaciones con el Cliente.
De la definición que el profesor de Wharton G. Day ofrece para el CRM se
observa por encima de otras cosas la ambición el concepto: “Definimos CRM
como un proceso transfuncional para la consecución de:
- Un diálogo continuo con los clientes.
- A través de todos los puntos de contacto y acceso con los mismos,
con
- Tratamiento personalizado de los clientes más valiosos,
- Para incrementar la retención de los clientes y la eficacia de las
iniciativas de marketing” (Day, 2001b).
La definición que hace suya la empresa PricewaterhouseCoopers de CRM es
igualmente ambiciosa, presentándonos el CRM como “una estrategia de
negocio, una actitud frente a empleados y clientes, apoyada por
determinados procesos y sistemas. El objetivo consiste en construir
relaciones duraderas mediante la comprensión de las necesidades y
preferencias individuales y, de este modo, añadir valor a la empresa y al
cliente.” (Andersen, Andreasen, Jacobsen, 2000). En otro momento, Day
explica que “bajo el paraguas de las estrategias de CRM las empresas se
ven impelidas a integrar la información de clientes de distintos
departamentos y canales, usar la información para aprender qué clientes
presentan el mayor potencial de beneficios y posteriormente ajustar las
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 11 de 11
comunicaciones y ofertas para acomodarlas a dichos clientes” (Day,
2001b).
Parece claro que el marketing, aunque guarde una estrecha conexión con
los propósitos expresados en el concepto de CRM, no puede alcanzar a todo
lo que la idea recoge. No es extraño que muchos analistas hablen pues del
CRM como una estrategia empresarial, o que otros estimen la cultura
organizacional como el factor más importante a la hora de identificar qué
funda la superioridad en la gestión de las relaciones con los clientes de unas
empresas sobre otras (Day, 2001a). Bajo las definiciones incorporadas
prácticamente todos los departamentos de la empresa son susceptibles de
quedar incluidos –siquiera parcialmente- en el concepto de CRM. Pero, si
alcanza a tantos ángulos, ¿qué le queda al marketing?
2.2 Quién es el dueño de CRM
El CRM se suele dividir en dos áreas: CRM analítico y CRM operativo. El CRM
operativo comprende todas las operaciones que recogíamos bajo “el
momento de la verdad”: se trata de cada uno de los escenarios en los que
la empresa establece un contacto con sus clientes y desarrolla cualquier tipo
de transacción: una venta, una queja, una entrega, la toma de una orden...
Y el CRM analítico suele ser descrito como todas las actividades y procesos
que permiten que esos momentos de la verdad sean personalizados,
adecuados al valor de los clientes y gocen de la mejor esperanza de éxito
posible, tal y como apuntaba Day en su definición de CRM.
El CRM operativo, en tanto que sujeto a las interacciones cliente-empresa,
puede presentarse en dos versiones: interacciones iniciadas por el cliente e
interacciones iniciadas por la empresa (sin perjuicio de que unas den lugar a
otras, y así hasta constituir un “diálogo”, como indica Day, elemento que
Marketing y Customer Equity
Página 12 de 12
ilustra mejor que ningún otro la relación que se busca establecer). Cuando
tratemos con contactos iniciados por el cliente, normalmente escapará al
marketing (al menos de una forma directa) su gestión. De otra parte,
cuando sea la empresa la que inicie la conversación, el departamento de
marketing sí hará bien en inspirar o iniciar estas iniciativas, y así garantizar
la mayor consistencia posible en los mensajes e imagen de la compañía
para el cliente.
El CRM analítico de alguna forma precede al CRM operativo en tanto que
trata de aportar los conocimientos necesarios en la empresa para que la
relación con el cliente funcione bajo una relación coste/beneficio óptima1. El
objetivo, entre otros, y según palabras de Peter Drucker es “hacer la venta
superflua, es conocer y comprender al cliente tan bien que el producto o
servicio se ajuste perfectamente a sus necesidades. En una situación ideal,
la actividad de marketing debería llevarnos ante un consumidor preparado
para comprar. Lo único que se necesitaría es tener el producto o servicio
disponible..”. En la medida en que el punto de contacto de la organización
con su cliente –ya sea una oficina, un agente comercial, una telefonista o
incluso su página web- esté dotado con un nivel adecuado de conocimiento
sobre el cliente, la empresa se coloca en un plano de enorme ventaja –
entiéndase respecto de la competencia- para aportarle valor, favoreciendo
así la satisfacción y la duración de la relación comercial.
1 Se dice que el CRM Analítico precede al CRM operativo por que aporta la información para que el CRM operativo pueda arrojar resultados lo más exitosos posibles. Sin embargo, ¿cómo se puede recoger la información sobre clientes que alimenta al CRM analítico si no es en los contactos y operaciones que constituyen el CRM operativo? Estamos aquí ante un dilema “huevo-gallina” que muchas empresas se han planteado: ¿dónde dedicar primero los esfuerzos? Tradicionalmente los proyectos relacionados con el CRM empezaban construyendo un sistema de CRM operativo y posteriormente se daba paso a la formación de un entorno de análisis de la información de los clientes. En la actualidad parece más dudosa esta aproximación, y cada vez más empresas prefieren comenzar por la inversión en “información”.
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 13 de 13
Aunque el proceso de generación de dicho conocimiento sobre los clientes
tiene un corte eminentemente tecnológico (se trata de utilizar sistemas de
información, en el entendido de que la ventaja competitiva fundada en la
relación con el cliente es consecuencia de la cantidad y calidad de
información acumulada sobre éste), está justificado que la actuación y
operación de la tecnología esté dirigida por el departamento de marketing,
en tanto que responsable de la investigación del mercado. Sin embargo,
una vez que la información sobre los clientes ha sido procesada y obtenida,
la organización deberá hacer todo lo posible porque fluya hacia todos los
puntos de la compañía, en la medida en que todos son susceptibles de
recibir un contacto iniciado por un cliente.
2.3 La importancia de los Clientes
El concepto de CRM se presenta a menudo por sus promotores como cuasi
revolucionario de la gestión empresarial. Algunos antecedentes apuntan
desde luego a un concepto de un enorme impacto: su consideración como
estrategia empresarial, su vocación transfuncional o interdepartamental...
pero también revisiones de corte empírico abundan en su magnitud: un
estudio documentado por el profesor G.Day de Wharton sobre la base de
unos 350 cuestionarios rellenados por responsables de marketing, ventas y
sistemas de información, realizado en marzo de 2001, arroja dos
conclusiones especialmente significativas:
- La ventaja competitiva derivada de una superior capacidad de
desarrollar las relaciones con los clientes se funda en tres
componentes: “la orientación organizacional de la empresa que
hace de la retención de un cliente una prioridad”; “la disponibilidad,
calidad, y profundidad de información relevante sobre los clientes”;
Marketing y Customer Equity
Página 14 de 14
y “una configuración que incluye la estructura de la organización,
los procesos para personalizar la oferta e incentivos a la
construcción de relaciones”.
- De entre los tres componentes, que ya en sí configuran la
capacidad de relación con los clientes de una empresa como una
superestructura dentro de la organización, es precisamente la
primera y de mayor imbricación con la cultura empresarial, la
orientación a clientes, la que de acuerdo al estudio de Day
discrimina con mayor claridad a las empresas que obtienen una
superioridad reconocible en el CRM.
Un concepto de tan alto vuelo pues como es el CRM no puede desde luego
ponerse en movimiento sin transformaciones de gran calado dentro de
la empresa. Andersen et al. ilustran estas transformaciones mediante el
viaje de la cuota de mercado a la cuota de vida del cliente. Bajo el primer
concepto se recoge la parte de un mercado que una empresa es capaz de
atraer como ingresos. Pero este indicador no recoge aspectos como la
calidad o la fidelidad de los clientes, y en alguna medida presenta
insuficiencias como medida de la capacidad futura de la empresa para
competir. Por ello, se argumenta, las empresas que emprenden el camino
del CRM comienzan por sustituir conceptos como el de cuota de mercado
por el de cuota de gasto (share of wallet), entendido este como la
capacidad que tiene la empresa para situarse como proveedor de ciertos
productos o servicios para la satisfacción de determinadas necesidades del
cliente. Posteriormente, incluso el concepto de cuota de gasto es superado
por el de cuota de vida (share of lifetime), que refleja más claramente la
transformación de una empresa que ha entendido que el valor del negocio
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 15 de 15
se encuentra en su capacidad de erigirse como interlocutor del cliente, en la
habilidad para obtener su tiempo y su atención, como medio de acceso al
intercambio de valor económico.
Desde la perspectiva del conjunto de una vida del cliente ahora la empresa
es capaz de comprender el verdadero valor de sus clientes y descubre una
que la nueva dimensión extrema las diferencias en el valor de unos clientes
y otros.
3 CUSTOMER EQUITY 3.1 Las pirámides de clientes
Los clientes aportan valor económico a la empresa desde una triple
dimensión: por aumentar la frecuencia de la compra, por incrementar el
valor monetario de cada compra y por aumentar el tiempo que pasan
comprando los productos de la empresa. Bajo estos tres ejes, cada cliente
establece su propia función de beneficio para la empresa. Ésta puede –y
debe- aspirar a segmentar su base de clientes en función de este diverso
valor. Aún más, no todos los clientes crean valor. Tal y como señala la
profesora de Wharton Barbara Kahn, “mientras que los ingresos [por
clientes] suelen seguir un patrón 80/20, de forma que el 80% de los
ingresos son generados por el 20% de los clientes, los costes puede llegar a
adoptar una regla 90/10, de manera que un 90% de los costes pueden
estar generados por un 10% de clientes quejicas” (Kahn, 2000).
Esta distribución de ingresos y costes arroja un panorama muy revelador:
algunos clientes son sencillamente deficitarios, costosos de conservar para
la empresa, mientras que otros fundan en una gran medida la rentabilidad
final de la misma. En su libro sobre la lealtad, Reichheld explica que “las
Marketing y Customer Equity
Página 16 de 16
compañías de teléfonos [...] al segmentar a sus clientes han descubierto que
el 10% más valioso vale 10 veces más que el 10% menos valioso”
(Reichheld, 1996).
La segmentación de clientes bajo el índice de su rentabilidad para la
empresa suele ser referida como pirámides de clientes, y refleja en varios
segmentos los valores relativos que cada segmento tiene para la empresa,
desde los clientes muy valorados hasta los clientes menos interesantes. Es
sencillo entender cómo el descubrimiento del diferente valor de los clientes
afecta al marketing relacional. Sostener una relación reclama de la empresa
muchos más recursos que la dedicación puntual a las transacciones, por lo
que aquélla tiene que reflexionar detenidamente sobre los beneficios y
costes que cada cliente representa antes de emprender inversiones de
horizontes temporales cada vez mayores. Por lo mismo, el descubrimiento
del valor de un cliente a lo largo de toda la relación de la empresa con él
puede situarlo en una posición muy diferente que la de haberlo evaluado
desde la óptica de una transacción.
La perspectiva de los clientes segmentados por su valor puede conducir a
establecer algunas políticas muy nítidas de actuación sobre los clientes de
cada grupo. Se han propuesto diferentes distribuciones de los clientes en
torno a diversos ejes: ingresos y costes de la relación (Kahn, 2000), cuota
de gasto (share of wallet) y vida esperada del cliente (Reinartz y Kumar,
2001)... todos con la intención de presentar una matriz de políticas
comerciales a adoptar: a los clientes más valiosos, retenerlos a toda costa;
a aquellos con potencial (bien porque producen pocos ingresos sin ser
deficitarios para la empresa bien porque aunque sean costosos generan
mucho ingreso) desarrollar estrategias de migración (aumentar sus ingresos
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 17 de 17
mediante venta cruzada, por ejemplo), y a los clientes deficitarios, por
último, reducirles el servicio hasta hacer sostenible –económicamente- la
relación, o bien e incluso, dejarlos ir (aunque esta última posibilidad
despierta algunas reservas éticas e incluso puede ser contraproducente,
como veremos más adelante).
3.2 El cliente como activo: Customer Equity
La consideración de los clientes como entidades con una vida útil que es
preciso alargar lo más posible, excepto cuando cuesta más mantenerlos que
lo que reportan a la empresa, así como el hecho de que cada uno de ellos
pueda llegar a presentar un perfil diferente de pagos y cobros, los hace muy
parecidos a la definición más tradicional con que contamos de un activo
empresarial. En su Teoría de la Contabilidad, Belkaoui enumera entre las
características que se predican de un activo:
- La asociación o identificación a un beneficio futuro.
- La identificación de un sacrificio en forma de coste de adquisición
del activo
- La especificación de la dimensión temporal (vida del activo)
- La característica de la mensurabilidad, o valoración del activo.
La visión de los clientes presentada hasta el momento bien puede asimilarse
a la de los activos, acaso como un tipo especial de activo, los que
denominamos activos intangibles. Pero el marketing tiene una dilatada
experiencia en el manejo de activos intangibles, entre los cuales se
encuentra prototípicamente la marca. Sobre la marca no existen dudas de
su aportación al valor empresarial, por más que la concreción de la misma
suscite grandes problemas prácticos. Pero así y todo, existen sistemas
contables y prácticas más o menos reconocidas que diseccionan y asignan
Marketing y Customer Equity
Página 18 de 18
un valor a la marca, valor que queda incorporado al conjunto de valor
empresarial como brand equity. Al resultado de aplicar una metodología
parecida a la fuente de valor que son los distintos clientes de una empresa
se le ha dado en llamar igualmente customer equity, o “valor de activo del
conjunto de relaciones con los clientes”, en palabras de Barbara Kahn, o
dicho de otro modo, el sumatorio del valor económico para la empresa de
cada uno de los clientes con los que cuenta o espera contar.
Aunque las razones para asimilar el cliente de la empresa a un activo y
fundar así el concepto de customer equity son bien evidentes, el proceso
presenta algunos retos en su desarrollo. Si recuperamos la enumeración de
Belkaoui,
- La asociación de un beneficio futuro, nos remite a la estimación de
los ingresos que en el futuro la empresa haya de extraer de un
cliente.
- El coste de adquisición de un activo requiere de la empresa la
imputación de costes a nivel de clientes, frente al mecanismo
tradicional de imputación de los costes a los productos o a las
operaciones.
- La dimensión temporal exige la determinación de un momento de
inicio y otro de fin de la relación para cada cliente.
- La mensurabilidad del activo requiere que seamos capaces de
asignar indicadores de valor monetario a cada uno de los puntos
anteriores.
3.3 Medición del valor de un cliente: LTV
Para realizar la medición del valor de un cliente se suelen adoptar fórmulas
parecidas a las que se utilizan para valorar activos: para una vida
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 19 de 19
determinada asignada al activo, se estiman los ingresos que se van a
obtener, se detraen los costes que supone la adquisición y el mantenimiento
del mismo, y en su caso se descuentan a una tasa de interés apropiada
para reflejar el valor temporal de los ingresos y gastos.
Una de las fórmulas más sencillas que se han utilizado para estimar el valor
de un cliente es la que recoge Winer en su trabajo de introducción al CRM
(Winer, 2001). Es la siguiente:
Valor de un Cliente =
Donde
T es el número de periodos que el cliente va a permanecer haciendo
negocios con la empresa (formando parte de su base de clientes)
t, el periodo corriente (un periodo dado)
J es el número de productos comprados (variedad de la oferta de la
empresa)
j es cada uno de los productos específicos que compra el usuario en un
periodo dado
K es el total de recursos o instrumentos de marketing utilizados por la
empresa para captar o retener a un cliente
k es un recurso específico de marketing implicado
P es el precio de los productos y
C es el coste de los productos.
Resumidamente, lo que la fórmula trata de condensar para obtener el valor
de un cliente no es sino tres conceptos: el valor de un cliente se obtiene
restando del ingreso obtenido de un cliente (el precio de los productos que
adquiere) dos tipos de costes: el de la elaboración o producción del
Σ [Σ(Pj-Cj)- ΣMCk]t=1
T
j=1
J
k=1
KΣ [Σ(Pj-Cj)- ΣMCk]t=1
T
j=1
J
k=1
K
Marketing y Customer Equity
Página 20 de 20
producto y el coste de marketing implicado en la captación o retención de
un cliente, y ello para cada uno de los periodos que el cliente pase como tal
para la empresa, esto es, para cada año o mes que el cliente esté
comprando productos y por tanto generando ingresos y costes a la
compañía. En el fondo pues, se trata de un margen del cliente lo que se
proyecta hasta el futuro, lo que nos lleva a otra de las formulaciones del
valor de un cliente, propuesta por Gupta, Lehman y Stuart (2001):
Valor de un Cliente =
En esta formulación la diferencia entre precios y costes se ha reducido a un
margen m, mientras que
r es la tasa de retención, o porcentaje de clientes que una empresa es
capaz de mantener de un periodo a otro (sin contar las adquisiciones)
i es una tasa financiera de descuento
Junto a la incorporación de la consideración financiera, esta aproximación
plantea la variable temporal de otra forma: en lugar de estimar el tiempo
que el cliente va a estar con la empresa, lo que se hace es asumir una serie
infinita e introducir la consideración de la tasa de retención, que hace
tender a cero el valor que aporta un cliente a medida que nos alejamos del
momento presente. El cliente queda así asimilado a “la valoración financiera
de una renta perpetua” (Gupta et al., 2001). En todo caso, cabe decir que
esta segunda aproximación esta condicionada por su propósito: obtener una
medida del valor de una empresa a través del sumatorio del valor de todos
los clientes, una idea interesante y que probablemente gozará de una
atención y popularidad crecientes, por no hablar de que puede ser el
Σ [m ]t=1
∞
tr
(1+i)t
tΣ [m ]t=1
∞
tr
(1+i)t
t
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 21 de 21
concepto que de una vez acerque los mundos financiero-contables y el del
marketing, hasta el momento tan alejados.
En todo caso la formula de valoración de los clientes no está completa
desde la óptica empresarial: aún será necesario reunir los diversos clientes
con los que cuenta la empresa (en una doble dimensión, para cada producto
en un momento dado, y para cada momento, desde el presente hasta el
futuro). A cada una de estas líneas de clientes se las viene llamando
cohortes o clases (Reichheld, 1996. Gupta et al, 2001) para constituir un
agregado que verdaderamente represente el valor que para la empresa
tienen sus clientes.
3.4 Dificultades del concepto LTV
El desarrollo de la fórmula del valor del cliente tiene muchos problemas de
orden práctico. El primero de ellos es sin duda la variable tiempo, que tiene
un efecto determinante en los resultados (de la misma manera que el valor
residual impacta el resultado de una valoración de empresas mediante el
sistema del descuento de flujos de caja). ¿Cómo medir o estimar el tiempo
que un cliente pasa con nosotros? No sólo es difícil de predecir cuánto
tiempo le queda a un cliente por hacer negocios con la compañía, sino que
en algunos casos hasta puede resultar complicado determinar cuándo un
cliente ha dejado de serlo. En la mayoría de los mercados de consumo no
existen relaciones contractuales que puedan denunciarse o vencer para
concluir que la relación ha expirado. Tal y como explican Reinartz y Kumar,
“en el entorno no contractual, medir la duración de la vida [del cliente]
deviene un asunto no trivial. Aquí, los clientes están sujetos a una deserción
silenciosa y las empresas sólo pueden tratar de inferir cuándo una persona
ha abandonado la relación. Por ejemplo, incluso si una persona no realiza
Marketing y Customer Equity
Página 22 de 22
ninguna compra durante un tiempo muy superior a su tiempo medio inter-
compras, la persona aún tiene una probabilidad mayor que cero de volver a
hacer una compra.” (Reinartz y Kumar, 2001). Algunos autores (Gupta el
al, 2001) han tratado de obviar el problema de la temporalidad incluyendo
un horizonte temporal infinito matizado por una tasa de abandono, lo que
sumado al descuento de los flujos de caja generado por los clientes, hace
despreciable su contribución a partir de un periodo dado. Pero aún la tasa
de abandono presenta algunos problemas, puesto que ésta no es constante
(Reichheld, 1996). Si observamos con atención el comportamiento de la
base de clientes, descubrimos que para una tasa de abandono del 10%,
concluir que cada periodo un 10% de la base de clientes desaparece no se
corresponde con la realidad, puesto que los primeros periodos o años este
porcentaje suele ser superior, mientras que a partir de un momento dado,
los clientes que han permanecido hasta ese punto se resisten a abandonar
la empresa al ritmo al que lo hicieron otros clientes en el pasado. Por tanto,
la tasa de abandono debería considerarse como resultado de una media
ponderada. Con la consideración del verdadero comportamiento del
abandono, la vida media de los clientes es más reducida que bajo una
perspectiva constante de las deserciones, haciendo pues más importantes
aún para la empresa a aquellos clientes a los que se consigue retener en el
tiempo.
Aún queda otro aspecto a considerar en la estimación del valor del cliente:
el continuo flujo de clientes diversos que “entran y salen” del portfolio de la
empresa en cada momento. Como se aprecia de inmediato, cada cliente
tiene su momento en la empresa, lo que hace muy complicado para esta la
estimación agregada de los clientes, exigiendo un cálculo prácticamente
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 23 de 23
individualizado para cada usuario. Las herramientas tecnológicas de que
pueden disponer las empresas en la actualidad, señaladamente las basadas
en técnicas de datamining, permiten no obstante emprender estos cálculos,
como han permitido el desarrollo de soluciones de marketing one-to-one
(personalizando el mensaje hasta el punto de obtener una comunicación
exclusiva con cada uno de los clientes de la empresa)2. Tampoco la unidad
temporal a utilizar es evidente: deberían ser los años, por relación con el
ejercicio contable? ¿Los meses, por su mayor implicación con la
estacionalidad y el comportamiento de consumo de los clientes? Algunos
autores (Gupta et al. 2001) han apostado por ejercicios de cálculo integral
(tomando el tiempo como un continuo, en lugar de hacer una división en
periodos) para salvar este escollo.
Sin embargo y con todas las dificultades de carácter técnico que presenta el
concepto de Customer Equity y su instrumentalización mediante una
fórmula del valor de los clientes, las mayores dificultades prácticas para su
puesta en marcha en las empresas se encuentran, cómo no, en las
transformaciones culturales que exige dentro de las empresas.
3.5 Implantación de un sistema de Customer Equity en la empresa
La idea de extraer un índice que exprese el valor de cada cliente para una
empresa para posteriormente poder dedicar los recursos de la empresa de
forma proporcional al valor obtenido es, como se ha escrito, “más fácil de
2 Esto no es simplemente poner el nombre del cliente al principio del correo comercial que se le envía. La empresa de cosmética Reflect.com, perteneciente a Procter&Gamble, ha llevado sus esfuerzos de personalización tan lejos como para solicitar a cada cliente que acude al portal de belleza que rellene un cuestionario sobre sus hábitos de cuidado personal y aspecto, así como sobre su fisiología, hasta obtener un perfil lo más acabado posible del cliente. A continuación, el sistema selecciona para la cliente un producto considerando todas sus indicaciones. Reflect cuenta así con un portfolio de más de 3,5 millones de productos diferentes (a partir de ingredientes y principios distintos) para sus variadas clientes. En el ámbito de historiales personales, las empresas de telecomunicaciones o de seguros están siendo pioneras en la confección de modelos de estimación de vidas de clientes y de sus valores gracias a las modernas técnicas de manipulación y extracción de datos.
Marketing y Customer Equity
Página 24 de 24
articular que de implementar” (Bell, Deighton, Reinartz, Rust y Schwartz,
2002). Estos mismos autores enumeran una serie de retos a los que la
empresa ha de enfrentarse para incorporar con éxito criterios de gestión
basados en Customer Equity:
- El primero de ellos referido a la necesidad de iniciar la recolección
de datos e historiales personales de clientes. En algunos sectores,
como las telecomunicaciones, la venta por catálogo o las aerolíneas
esta actividad lleva mucho tiempo funcionando y por ello la
información acumulada por las empresas es ya sensible, pero otras
industrias, señaladamente aquellas relacionadas con el consumo de
masas fuera de una relación contractual, tienen que empezar a
confeccionar estos historiales. La proliferación de los planes y
programas de fidelización puede enmarcarse en este esfuerzo,
esfuerzo que por otra parte descansa principalmente en las
tecnologías de la información que la empresa pueda procurarse. Las
empresas que no aborden este camino corren el riesgo de conocer
menos sobre sus clientes y sus necesidades que la competencia en
algún momento, un conocimiento que puede llegar a constituir una
ventaja competitiva de muy difícil imitación (Kahn, 2000).
- La necesidad de aumentar (optimizar) el valor del cliente. La
obtención de medidas del valor de un cliente no es suficiente, sino
que es necesario abundar en los elementos que dirigen la formación
de este valor para dotar a la gerencia de herramientas que
permitan actuar sobre el valor de los clientes y últimamente sobre
el resultado de la empresa. La mayoría de departamentos y
gestores de marketing vienen utilizando el análisis de RFM
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 25 de 25
(recencia, o tiempo desde la última transacción, frecuencia de
transacciones y valor monetario de las mismas) para ajustar el
valor del cliente y las acciones subsiguientes por parte de la
empresa para mejorarlo, pero el uso de la función de valor de
cliente para maximizarlo parece obtener mejores resultados para la
dirección de la empresa (Reinartz y Kumar, 2001). Los estudios de
Reinartz y Kumar establecen junto a parámetros propios de la
transacción (tiempo medio entre transacciones, valor de las
transacciones, amplitud de la línea de productos consumida, tasa
de devoluciones y la existencia o no de programas de fidelidad)
parámetros relacionados con la heterogeneidad de la base de
clientes o cohortes para actuar sobre la maximización del valor de
los clientes para la empresa.
- Alineación de la organización con las actividades de gestión de
clientes. Se trata tanto de conseguir una orientación organizacional
hacia la satisfacción y el mantenimiento de los clientes –en tanto
que estos aporten valor- como de una configuración de la
organización, que dispone los departamentos, procesos y
responsabilidades y recompensas basándose en la generación de
relaciones rentables con los clientes (Day, 2001a). Esto no es
sencillo de obtener, y exige cambios importantes en las
organizaciones y en los departamentos de marketing, de manera
que “donde antes la gestión de marca se consideraba una
experiencia apropiada para un profesional del marketing, la
empresa centrada en clientes pone un mayor énfasis en el
marketing directo, en el marketing de bases de datos o en trabajos
Marketing y Customer Equity
Página 26 de 26
relacionados con el servicio al cliente como palancas de
reclutamiento” (Bell et al. 2002, p. 14).
- Otro reto al que se enfrentan las empresas que abordan la gestión
empresarial bajo el paradigma del Customer Equity es el del
tratamiento adecuado de la información de clientes, al producirse
espacio para la colisión entre el deseo de la firma de demostrar al
cliente el valor al que se accede compartiendo información con la
compañía y la responsabilidad de ésta al manejar datos que afectan
a la privacidad y la preocupación por ésta de los consumidores (Bell
et al. 2002). En este punto es importante la acción legal del
gobierno para imprimir un marco que al tiempo que garantiza las
necesidades de los consumidores, permita la necesaria flexibilidad
de actuación de las empresas. No obstante, estamos aún muy lejos
de llegar a una normalización entre nuestro tejido empresarial de
los requisitos del tratamiento y uso de la información con datos
personales.
- Una imputación de los costes al nivel de los clientes.
Tradicionalmente las empresas han distribuido los costes por
producto o output, o incluso más recientemente por procesos o
actividades (Activity Based Costing), al contrario que los ingresos,
para los que sí se ha seguido una imputación clientelar (Kahn,
2000). Este cambio supone importantes modificaciones en los
sistemas de información y contabilidad analítica de la compañía,
aunque las nuevas tecnologías de la información facilitan la llevanza
simultánea de varios sistemas de contabilidad de costes.
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 27 de 27
Una de las conclusiones pues que se extraen de la situación actual es que
desarrollo del marketing basado en las relaciones con los clientes y en el
activo cliente (customer equity) se encuentran aún en un periodo más
teórico que práctico, con escasa implantación –al menos de forma integral-
en las empresas, probablemente debido a la magnitud y dificultades de los
cambios y ajustes que se requieren en las empresas para ponerlo en
marcha. Cabe preguntarse pues si estamos ante un ejercicio teórico y
académico o las empresas pueden verdaderamente beneficiarse de su uso y
aplicación.
4 CONCLUSIÓN: PRESENTE Y FUTURO DE CUSTOMER
EQUITY 4.1 Las señales del cambio
No todas las empresas ni todos los sectores han seguido un desarrollo
parejo, pero son cada vez más las que tratan de ponerlos en marcha. Con
todo, el desarrollo es lento, especialmente en los factores relacionados con
la cultura empresarial necesaria para orientar la actividad empresarial al
mantenimiento de los clientes rentables por el mayor tiempo posible. En el
estudio realizado en 2002 por la consultora Qualitas Hispania sobre el
desarrollo del CRM en la empresa española, precisamente es el aspecto del
perfil estratégico cultural el que obtenía una menor valoración en la
muestra de empresas estudiadas, y aún dentro de los perfiles incluidos en
este campo el área de cultura de orientación al cliente el que obtenía una
puntuación menor3. Sin duda son los temas relacionados con la cultura
3 La conclusión que sobre la empresa española hace el estudio, desarrollado entre una muestra de 469 empresas, es que “la empresa española presenta un nivel de orientación al cliente bajo, con una proposición de valor de la fuerza de ventas tendente a venta de solución (producto + servicio). Consigue captar clientes y retenerlos moderadamente, pero no desarrollarlos. Los
Marketing y Customer Equity
Página 28 de 28
empresarial los que toman un mayor tiempo para calar en la ideología y
prácticas empresariales (Day 2001a), aunque terminan obrando
importantes efectos en la dirección empresarial.
El hecho de que esta nueva forma de gestión empresarial esté aún
inmadura no impide observar algunos casos de éxito que apuntan algunas
de sus posibilidades, en éste o en otros mercados. Así, la empresa de
telecomunicaciones americana AT&T atrajo en 1994 siete veces más
clientes de los que consiguió mediante correo directo en 1990, y aún más
importante, los clientes obtenidos demostraron un mejor comportamiento y
mayor vida como clientes. La empresa Bass Hotels & Resorts, propietaria de
marcas como Holiday Inn y los hoteles InterContinental, ha desarrollado un
conocimiento tan ajustado sobre sus clientes que es capaz de ahorrarse
hasta un 50% de los costes de correo aumentando un 20% la tasa de
respuesta a sus campañas simplemente eliminando de sus listas a los
clientes para los que no existen perspectivas de obtener respuesta.
Otros cambios no son tan fáciles de medir económicamente, pero sí son
igualmente apreciables: las empresas de telecomunicaciones han sustituido
sus tradicionales organizaciones en torno a producto por divisiones de
clientes (corporaciones, residenciales, pymes). Los bancos, que
tradicionalmente habían contado con divisiones especiales de banca privada
para los clientes de mayor patrimonio, comienzan a estructurar sus
divisiones en los otros segmentos de clientes, como empresas, autónomos y
particulares. Otras empresas modifican el modo en que recompensan a sus
empleados para ajustarlo al valor que aportan –y obtienen de los clientes-.
canales de recogida y difusión de la información de clientes no están implementados en toda su potencialidad, y los medios y los recursos para la gestión de los clientes son inadecuados”
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 29 de 29
Así, la empresa de software Siebel Systems paga a sus empleados una
parte variable de su remuneración de acuerdo a la satisfacción del cliente,
pero demora la medición de ésta hasta un año después de la venta, para
reflejar el valor sostenido que se ha creado y no el impulso o las
impresiones del primer momento4. Los Call Centers o Centros de Llamadas
o Servicio proliferan como síntoma de la decisión de muchas empresas de
abaratar el coste del servicio a los clientes menos rentables mediante
instrumentos de relación masiva (aunque personalizada). El banco
americano Charles Schwabb distingue las llamadas que recibe y asigna
tiempos distintos de espera en la cola según el valor asignado al cliente de
que se trate5. El uso de internet exacerba aún más esta tendencia, al
remover el coste humano del esfuerzo de relación y permitir que el propio
cliente se de servicio a sí mismo.
4.2 El nuevo paradigma
Se atribuye al publicista Leo Burnett la frase “Me doy cuenta de que la
mitad de mi presupuesto publicitario no sirve para nada: el problema es que
no sé qué mitad es”. El marketing tradicional ha vivido bajo la sospecha de
estar verdaderamente aportando valor a la compañía. Su orientación al
producto y a la captación en abstracto de los clientes potenciales existentes
en el mercado debilitaban enormemente las posibilidades de establecer
relaciones de causalidad entre las acciones del marketing y su impacto en
los resultados de la compañía.
4 Tal y como señala F. Reichheld, “La mayoría de las compañías pagan a sus vendedores por conquista, no por continuidad”, lo que ocasiona una tendencia a cerrar tratos con independencia del valor que se aporte, lo cual se aleja mucho de la idea de marketing relacional. 5 Los clientes de primer nivel, con un patrimonio superior a los 100.000 dólares, nunca esperan más allá de 15 segundos, mientras que otros clientes pueden llegar a estar en la cola de llamadas durante más de 10 minutos (“Why Service Stinks” Business Week, Octubre de 2000)
Marketing y Customer Equity
Página 30 de 30
La orientación al cliente que informa la gestión del marketing bajo el
paradigma del Customer Equity viene a dibujar un nuevo escenario de
actuación para la función del marketing. Mediante la estimación del valor
que cada cliente aporta a la compañía, ésta (y detrás de ellas sus
accionistas) es capaz de distinguir el efecto de sus acciones, y evaluar
cuáles de ellas están verdaderamente aportando valor, tanto en el momento
de destinar recursos a la captación de un cliente que no es rentable (del que
no puede esperarse recuperar vía valor de vida de la relación el esfuerzo y
coste empleado en su adquisición) como en el momento de decidir qué
inversión destinar al mantenimiento de la relación con uno de sus clientes.
En palabras de algunos autores “el giro hacia el foco al cliente permite a las
herramientas de marketing ser más directamente responsables por los
resultados perseguidos [...] el marketing está adentrándose en una fase en
el que el retorno de las inversiones pueden ser medidos con credibilidad, y
de hecho las funciones del marketing pueden asociarse al valor de mercado
y a la creación de valor para el accionista” (Bell et al. 2000). Una
transformación que afecta incluso a la manera en que ha de entenderse el
marketing, pues se piensa que el tratamiento del “Customer Equity será
últimamente el paradigma director de la gestión de marketing, que
conformará la manera en que las escuelas de negocios enseñarán el
marketing” (ídem).
A esta evolución ha contribuido enormemente el papel que las tecnologías
de la información han ocupado en la revelación de patrones de
comportamiento y pautas escondidas en las bases de clientes de las
empresas, permitiendo incluso una aproximación al nivel personal en el
conocimiento de los clientes (segmentos de tamaño uno). Sin embargo, la
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 31 de 31
gestión de la empresa a través de la gestión del valor de sus clientes dista
de ser una práctica acabada hoy en día pese a los avances vistos. Por un
lado, presenta algunas dificultades técnicas para alcanzar un valor preciso
de los clientes, y de otro, requiere cambios de importancia en la manera en
que las empresas se organizan para competir. Ello no debe llevarnos a
descartar el concepto o sus implicaciones. Cada vez es más importante el
papel que los intangibles representan en la gestión empresarial, y el
marketing está también familiarizado a trabajar con ellos, llámese marca o
todos los elementos que podamos englobar bajo el concepto de capital
relacional de la empresa. Aún con sus imprecisiones, las ideas de gestión de
relaciones con los clientes y la perspectiva de estos como activos que ser
gestionados aportan nuevas y potentes herramientas a la gestión del
marketing. En la naturaleza del marketing está la segmentación y el
Customer Equity representa el lugar al que puede llevarnos la segmentación
por el valor de un cliente con un tamaño de segmentos decreciente.
4.3 Implicaciones prácticas para la gestión del marketing
Con la información revelada mediante la implantación de sistemas de
medición del valor de los clientes, las empresas se enfrentan a una
importante disyuntiva ¿cómo tratar a los clientes que resultan tener un
valor negativo para la empresa? Tal y como se expone en el artículo de la
revista Strategy+Business, “es una idea más inquietante la de tener que
abandonar (despedir) clientes que la de esperar contra toda esperanza que
puedes hacer rentables a todos aquellos clientes de los que deberías
desembarazarte” (Strategy+Business, Knowledge@Wharton, 10/4/2002).
Sin embargo, y aunque la empresa se beneficia enormemente de conocer a
aquellos clientes que están destruyendo beneficio, existen razones para
Marketing y Customer Equity
Página 32 de 32
evitar la salida traumática que es dejar de prestar servicio: no todos los
clientes tienen el mismo comportamiento todo el tiempo, y no es sencillo
concluir que un cliente que no es rentable hoy no lo será mañana6. “Acabar
con una relación debería ser el último recurso, tras haber agotado todos los
esfuerzos para transformar un mal cliente en una relación rentable y que
éstos hayan fracasado”, concluye en otro punto el artículo mencionado.
Existen además elementos intangibles para evitar esta última solución: no
hay forma aún de valorar el impacto que un cliente despechado puede
provocar, transmitiendo su experiencia e impresión, entre clientes de los
considerados valiosos.
Pero las empresas pueden ajustar sus niveles de servicio hasta conseguir
que cada cliente sea atendido de una forma satisfactoria para ambos,
repartiendo equitativamente el valor que se genera en el intercambio. En
ello es importante ajustar la información de que se cuenta en cada punto de
la empresa sobre los clientes, para permitir que emparejamiento entre
cliente y niveles de servicio se realice dinámicamente.
En un futuro probablemente las matrices de productos que se utilizan en la
actualidad para determinar la estrategia empresarial cedan su sitio a
matrices de clientes que permitan dirigir la compañía hacia la maximización
periodo a periodo del valor de la base de clientes, como una función sobre
la que la gestión de marketing despliegue su mayor responsabilidad. En
este punto, el reto del marketing se convertirá en ser capaz de aumentar
6 Los universitarios constituyen un ejemplo muy evidente de clientes que tienen un enorme potencial de rentabilidad pero que a menudo ofrecen un presente poco valioso para las empresas. La firma de tarjetas de crédito Capital One ha establecido sobre esta comunidad parte de su éxito como compañía, anticipándose al hecho de que el enorme riesgo que presentan como clientes tiende a desaparecer con el tiempo.
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 33 de 33
año a año el valor de la base de clientes y al mismo tiempo inspirar un
sentimiento de justicia entre los mismos.
Marketing y Customer Equity
Página 34 de 34
BIBLIOGRAFÍA
Alfaro, Manuel. “Marketing Relacional: de la teoría a la práctica, ¿pero
cuándo?”, 2000. Revista de ESADE Asociación, nº89, págs. 66-70.
Andersen, Henrik; Andreasen, Mike; Jacobsen, Per Ostergaard.
“Fundamentos de la Gestión de Relaciones con el Cliente”, 2000. Edición
PricewaterhouseCoopers.
AT Kearney. “Your Customer, your Boss. A Lifecycle Perspective on
Customer Relationship Management”. White paper, 2001.
Bell (David), Deighton (John), Reinartz (Werner J.), Rust (Roland),
Schwartz (Gordon), 2002. “Seven Barriers to Customer Equity
Management”. Journal of Services Research, Marzo 2002.
“Why Service Stinks”, por Diane Brady. Business Week, Octubre 2000.
Day, George S. “Winning the competition for customer relationships”.
Working Paper, 2001a. University of Pennsylvania’s Wharton School.
Day, George S. “Capabilities for Forging Customer Relationships”. Working
Paper, 2001b. Marketing Science Institute.
Gupta, Sunil; Lehman, Donald R.; Stuart, Jennifer A. “Valuing Customers”.
2001. Working Paper, Report No. 01-119. Marketing Science Institute.
UNED - Trabajo de Doctorado
Página 35 de 35
Kahn, Barbara. “That Elusive Customer Loyalty: How to Build It, Learn From
It and Profit From It”. Financial Times’ Mastering Management series. 9 de
Octubre 2000.
Kotler, Philip; Cámara, Dionisio; Grande, Ildefonso. “Dirección de
Marketing”. 8ª Edición. Prentice Hall. 1999
Qualitas Hispania, “Estudio del Nivel de Orientación al Cliente de la Empresa
Española” Edición 2002.
Reichheld, F. F. “El Efecto lealtad. Crecimiento, beneficios y valor último”.
Ariel Sociedad Económica, 1996.
Reinartz, Werner J; Kumar, V. “The impact of Customer Relationship
Characteristics on Profitable Lifetime Duration”. Insead, R&D Working
Papers, November 2001. A publicarse en el Journal of Marketing en 2003.
Rufín Moreno, R.: "Los Intangibles en las Empresas Turísticas" Revista de la
Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas, , núm.
58, enero-abril, 2002, págs. 38-42.
Steidtmann, Carl. “Consumer Nation: CPG companies in a Consumer-Centric
World”, 2000. Editado por PricewaterhouseCoopers.
Marketing y Customer Equity
Página 36 de 36
Strategy+Business, Knowledge@Wharton, 2002. “The Customer Profitability
Conumdrum: when to love ‘em or leave ‘em”. Booz Allen Hamilton,
University of Pennsilvania’s Wharton School, 10/4/2002.
Winer, Russel S., April 2001. “Customer Relationship Management: a
Framework, Research Directions, and the Future”. Haas School of Business,
University of California at Berkeley.