Marruecos: tan cerca, tan lejos - · PDF fileQuizá por ello la herencia de nuestras...
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Marruecos: tan cerca, tan lejos
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INFORME ECONMICO ESADEMarruecos: tan cerca, tan lejos
Basta con cruzar los 14 kilmetros del Estrecho de Gibraltar que separan a Espaa de Marruecos para cambiar de universo. En los ltimos aos, las autoridades del Reino Alauita han emprendido profundas reformas que se enfrentan a una serie de factores que dificultan su eficacia. La Unin Europea est obligada a tender los puentes necesarios para facilitar su particular acercamiento a la modernidad.
Prof. Agustn Ulied
Departamento de Economa, ESADE
ABSTRACT
El Estrecho de Gibraltar separa dos continentes profundamente aleja-
dos en su desarrollo econmico y social. En la ltima dcada, Marrue-
cos est llevando a cabo una serie de profundas reformas polticas,
econmicas y sociales que le permitan, sin perder su peculiaridad,
aproximar su nivel de desarrollo a la de los pases europeos. La Unin
Europea, consciente de ese esfuerzo, ha reforzado las relaciones bi-
laterales a todos los niveles y reflexiona sobre la puesta en marcha
de un estatuto avanzado que permita a Marruecos actuar a un nivel
semejante al de los Estados miembros, con ciertas limitaciones en
el plano decisorio.
Sin embargo, aunque la economa de Marruecos ha crecido en 2006,
por sptimo ao consecutivo, y cuenta con un importante potencial de
crecimiento, hay una serie de factores que dificultan su desarrollo.
En el presente documento se analiza la situacin econmica marroqu,
sus progresos y las dificultades a las que ha de hacer frente, as como
el marco de sus relaciones con la Unin Europea y con Espaa.
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INFORME ECONMICO ESADEMarruecos: tan cerca, tan lejos
INTRODUCCINBasta con cruzar los 14 kilmetros del Estrecho de Gibraltar que
separan a Espaa de Marruecos para cambiar de universo.
Marruecos se divide en tres regiones naturales: la plataforma
litoral nortea, a lo largo del Mediterrneo, que alberga el Rif,
unas montaas que varan en elevacin hasta cerca de los
2.400 metros; las tierras bajas, entre las sierras del Atlas, y el
rea semirida, que se combina en el desierto de Sahara y las
montaas del Atlas, con una elevacin media de 3.300 metros,
con el Toubkal, el pico ms alto del norte de frica (4.165 m).
La superficie de Marruecos es de 446.550 kilmetros cuadra-
dos (ms de 700.000, si se aaden los territorios del Sahara).
Los caprichos de su variada geografa han dado a Marrue-
cos una personalidad propia. Los montaeses se amolda-
ron a una agricultura y ganadera precarias, los cultivadores
de los oasis desarrollaron tcnicas eficaces para sacar el
mximo partido de las aguas freticas, los pastores tras-
humantes vieron en los rebaos una maquinaria capaz de
transformar la escasa vegetacin en lo necesario para su
sustento y el mejor vehculo de transporte para las zonas
ridas. Mientras, en las ciudades, estudiosos, comercian-
tes y ar tesanos convir tieron el espacio en un foco de civili-
zacin. Son muchas las regiones en las que todava priman
formas de vida que podran calificarse de arcaicas y, sin
embargo, perduran al lado del nuevo Marruecos, que acele-
ra sin cesar su ritmo de cambio, transforma de raz su base
econmica y se adhiere como un imn a la llamada moder-
nidad. Ambos mundos se solapan.
Cuando los marroques se refieren en lengua rabe a su tie-
rra, la denominan Al Magrib, el pas de poniente. Al Magrib, la
ltima posicin conocida de suelo firme lindante con la inmen-
sidad del ocano. Sin embargo, los trminos que se usan para
ello en los diversos idiomas occidentales Marruecos, Maroc,
Morocco y similares no son ms que variantes del vocablo
marrakus, de origen impreciso, con el que se identificaba la
ciudad que hoy ostenta el nombre de Marrakech, fundada en
el siglo XI por los almorvides.
Antigua colonia de Francia y Espaa, la descolonizacin marro-
qu fue tensa, pero mucho menos sangrienta que la de Argelia.
Quiz por ello la herencia de nuestras culturas europeas sigue
presente en las calles, en las instituciones o en el uso de
segundas lenguas.
La poblacin marroqu se divide en dos etnias, rabe y ama-
zigh (berebere). Segn los ltimos datos, la poblacin es de 32
millones de habitantes. El ndice de crecimiento demogrfico
anual no cesa de disminuir: fue del 2,6% en los aos setenta,
del 2,06% en los ochenta y parte de los noventa, y se estima
que ser del 1,4% para el perodo 2004-2015. Hay, por tanto,
un descenso en el ritmo de crecimiento de la poblacin, si bien
hay importantes diferencias entre los ndices de crecimiento
urbano (3,6%) y rural (0,6%).
La poblacin es eminentemente joven: el 31,5% se situaba,
en el ao 2004, por debajo de los 15 aos, y tan slo un 4,8%
supera los 64. La esperanza de vida no cesa de aumentar y
ha pasado de los 65 aos de finales de los aos ochenta a
los 70 actuales.
Segn el informe de desarrollo humano del PNUD, Marruecos
ocupaba en 2004 el lugar 123 en el ranking del IDH. Uno de
los principales retos de Marruecos es el nivel educativo, de los
ms bajos de la regin; su tasa de alfabetizacin es tan slo
del 51%, que espera verse mejorada a medio plazo, gracias al
lanzamiento de un amplio programa de reforma del sector de
la educacin (PARSEM) y que se refleja por su esfuerzo presu-
puestario (6,3% del PIB).
LA HISTORIALos primeros rastros humanos aparecieron en Marruecos hace
unos 800.000 aos en la costa atlntica, como lo atestiguan
algunos utensilios hallados cerca de Casablanca; se trata de
los restos ms antiguos del norte de frica. Cinco mil aos
antes de Cristo, nuevas poblaciones originarias del Prximo
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Oriente cohabitan y se mezclan con los primeros habitantes
de Marruecos. Alrededor de 700 aos antes de Cristo, Ma-
rruecos entra en la historia. La escritura libica, inventada por
los bereberes, aparece en el Atlas. Posteriormente se produ-
cen sucesivas llegadas de fenicios, cartagineses, griegos y
romanos. Roma extender su influencia en la regin y acabar
por anexionarla al imperio, creando la provincia de Mauritania
Tingitana. Tras la cada de Roma tiene lugar la invasin de los
vndalos, hasta que fueron expulsados por los bizantinos. Es
a partir del ao 649 cuando empiezan a llegar al Magreb los
primeros pobladores rabes. Bereberes y bizantinos se suble-
van contra el invasor, pero los rabes musulmanes consiguen
extender su civilizacin.
En el ao 788 nace la primera dinasta musulmana (los idri-
sidas) y en el 791 se crea el Estado marroqu, con capital en
Fez. Diversas dinastas suceden a los idrisidas (almorvides,
almohades, merinies, saadies), hasta la aparicin de los alaui-
tas, en la primera mitad del siglo XVII.
Desde entonces, la dinasta Alauita se ha convertido en la
familia reinante de Marruecos. Su denominacin del francs
est basada en el nombre de su fundador Ali o Mouley Ali Che-
rif, que se convirti en Sultn de Tafilete en 1631. Su hijo Mu-
ley Rachid (1664-1672) consigui unificar y pacificar el pas.
Poniendo fin al caos reinante durante los ltimos cincuenta
aos de la dinasta Saadiana, Muley Rachid se apoder de
Fez y se proclam Sultn en 1660. En diez aos los alauitas
se apoderaron del resto de Marruecos, aunque en realidad su
autoridad directa se limitaba al territorio conocido como Bled
el-Maghzen, quedando unos dos tercios del pas, el Bled el-
Siba, en manos de tribus no sometidas.
Muley Abd el-Aziz Ibn el-Hassn (1894-1908) marca la deca-
dencia de la dinasta por su mala administracin y por permitir
que Marruecos se convirtiera en campo de batalla entre las
aspiraciones imperialistas de las grandes potencias. La exalta-
cin de los movimientos xenfobos fue utilizada como pretexto
por Francia para una primera ocupacin parcial (1900-1903).
En 1904, Francia, Gran Bretaa y Espaa pactaron abierta-
mente el reparto colonial del pas; pero Alemania, que hasta
entonces no haba demostrado inters por Marruecos, lo uti-
liz como pretexto para intentar el aislamiento diplomtico de
Francia. En 1905 el Emperador Guillermo II desembarc en
Tnger, proclam que su pas estaba dispuesto a defender la
independencia del Sultn y reclam la reunin de una confe-
rencia internacional para solucionar el conflicto.
En la conferencia de Algeciras de 1906 se reuni el Sultn Abd
el-Aziz con 14 potencias para negociar las bases de la ocupa-
cin. Se acord el libre comercio con impuestos muy bajos y
se garantiz la soberana del Sultn.
El acuerdo de Francia con el Sultn Mulay Hafid, en 1912, dio
paso al Protectorado. Francia recort a Espaa parte de la
superficie acordada previamente, quedndose sta solamente
con las montaas del Rif y de la Yebala. En el Sahara le recort
tambin una buena franja de la cara sur del Atlas. La ocupacin
fue lenta, dada la resistencia de muchas tribus bereberes.
Hasta 1934 no consiguen pacificar el territorio. Tnger, en 1925,
consigue un estatuto especial como ciudad internacional. En
los aos de Protectorado se crean todas las infraestru