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Mary de la Libertad Díaz Márquez
Facultad de Jurisprudencia - Noveno Semestre
Foro III
Inclusión: una mirada desde la incapacidad de la Educación Superior
Redefinir la “discapacidad” y entender que su origen responde al “fracaso de un
entorno social estructurado a la hora de ajustarse a las necesidades y las
aspiraciones de los ciudadanos con carencias, más que de la incapacidad de
los individuos discapacitados para adaptarse a las exigencias de la sociedad”1,
nos lleva a reflexionar en relación con el rol que la Educación Superior debe
cumplir como instrumento de inclusión y cohesión social, así como de la
importancia del acceso a un sistema de calidad en el que las necesidades del
individuo sean la base de un proyecto de formación integral.
En ese sentido, el propósito del presente escrito consistirá en demostrar la
manera en la que la educación superior inclusiva no sólo garantiza el goce
efectivo de los derechos fundamentales de las personas con discapacidad, sino
que además es un presupuesto básico para la construcción de una educación
de calidad que valore la heterogeneidad y ayude a mejorar los procesos de
aprendizaje de toda la comunidad.
Es así, como en primer lugar realizaremos una descripción de los mecanismos
que históricamente han sido empleados con objeto de superar la falta de
inclusión de las personas con discapacidad. Segundo, se analizará la manera
en la que un sistema inclusivo se convierte en presupuesto esencial para
hablar de calidad. Tercero, haremos una breve revisión del Proyecto de
Reforma presentado por el Gobierno en relación con la discapacidad y por
último, se presentaran algunas propuestas a manera de conclusión.
1 Hahn H. (1988). The politics of phisical differences: disability and discrimination, Journal of Social
Isssues,Vol. 44, No. 1, pp. 39- 47.
1. Modelos de una educación inclusiva en relación con las personas
con discapacidad.
Si bien la falta de inclusión de las personas con discapacidad dentro del
sistema educativo ha sido una constante en nuestro país, el problema se
acentúa cuando de Educación Superior se trata. Lo anterior, no únicamente
responde a cifras según las cuales sólo el 2.34% de esta población logra
acceder a instituciones universitarias, sino además a un conjunto de políticas, y
en general de reglamentación educativa que se limita a dar lineamientos para
la educación básica primaria y secundaria pero no ha logrado extenderse al
nivel superior.
De esta manera, en los últimos años crear alternativas que respondan a un
modelo de educación inclusiva se ha convertido en la manera de integrar a las
personas con discapacidad al Sistema Nacional Educativo. En este orden de
ideas, y con objeto de evaluar tanto los beneficios como las dificultades que
presentan tales estrategias, haremos mención a tres tipos en particular:
primero, la educación segregada (tradicionalmente aceptada en Colombia)
segundo, la educación integrada y por último, la denominada educación
inclusiva.
La educación segregada ha sido definida como aquella que contempla una
oferta educativa exclusiva para personas con discapacidad por considerarse
que, dadas sus necesidades especiales, alcanzaran mejoras en su proceso
educativo en tanto hagan parte de instituciones que tengan la capacidad de
brindarles atención especializada.
Por consiguiente, quienes defienden este modelo aseguran que desarrolla un
proceso educativo más eficiente al atender de mejor manera las necesidades
individuales de las personas con discapacidad pues no sólo las protege de
permanecer dentro de un ambiente hostil, como lo sería el aula regular de
clases, sino que incluso es benéfica para otros ya que evita que las personas
con discapacidad interfieran en el proceso educativo de estudiantes sin
discapacidad y lo retrasen.2
Sin embargo, en las últimas décadas la estrategia educativa de la escuela
segregada ha sido cuestionada ya que ubica a la persona con discapacidad en
“un perverso paradigma de “normalidad/anormalidad" y, en consecuencia,
perpetua la exclusión que enfrentan las personas con discapacidad en todos
los espacios de la vida social”3, ignorando además uno de los presupuestos
básicos de la educación en Colombia, que consiste en brindar una formación
bajo un espíritu de tolerancia y de aceptación del pluralismo, en el marco del
respeto de los derechos humanos, la paz y la democracia.
Así pues, y en respuesta a la segregación, surge una segunda categoría
diseñada para permitir que personas con diferentes niveles de capacidad
accedan a la escuela regular pero a través de una oferta educativa
especializada: la educación integrada. Allí, si bien se promueven espacios de
combinación en las horas de descanso, los almuerzos y salidas de clase; existe
aun la idea de que las personas con discapacidad sólo pueden educarse
mientras tengan procesos y aulas de aprendizaje diferentes de las personas sin
discapacidad.
En ese sentido, una de las objeciones principales a este modelo educativo
radica en el hecho de que la educación de integración así como las escuelas
segregadas, parten de la idea equivocada de que es la persona con
necesidades educativas especiales quien debe adaptarse a la escuela, y no la
escuela quien debe desarrollar transformaciones importantes para adaptarse a
la diversidad de sus alumnos.
Por ello, la dinámica de la integración consiste en trasladar el modelo de
atención propio de la educación especial a las demás escuelas, brindando
2 Corte Constitucional, 24 de febrero de 2011, MP Jorge Iván Palacio Palacio. Sentencia T-051 de 2011.
3 Ibid.
asistencia individualizada a las personas con discapacidad (programas
individuales, estrategias y materiales diferenciados, etc.) pero sin modificar
aquellos factores del contexto educativo y de la enseñanza que limitan la
participación y el aprendizaje, no sólo de los niños y jóvenes integrados, sino
de todo el alumnado.
En ese sentido, la persistente visión individual de las dificultades de
aprendizaje, en la que éstas se atribuyen solamente a variables del individuo,
(sus competencias, su origen social, el capital cultural de su familia, etc.)
ignora la gran influencia que tienen los entornos educativo, familiar y social en
el desarrollo y aprendizaje de los estudiantes4.
Bajo esa perspectiva, la educación inclusiva se constituye como un tercer
grupo y a la vez una apuesta, reconocida por diferentes instrumentos
internacionales y acogida en la actualidad por el Ministerio de Educación
Nacional, que busca ampliar el espectro de inclusión de personas con
necesidades educativas especiales más allá del acceso a la escuela regular,
con el objetivo de eliminar los ambientes segregados y así conseguir que
todos los niños, niñas y jóvenes, independientemente de sus necesidades
educativas, puedan estudiar y aprender juntos.
Desde la anterior óptica, la atención de las personas con necesidades
educativas especiales se proyecta en la atención a la diversidad y el respeto a
la diferencia. Ello sin olvidar que por su condición especial, reconocida
constitucionalmente, las personas en situación de discapacidad demandan
ayudas especiales para optimizar su proceso de aprendizaje y desarrollar
plenamente sus potencialidades, tal es el caso del profesor intérprete, las
ayudas técnicas y otros factores que permiten la inclusión5.
4 Blanco Rosa. La equidad y la inclusión social: uno de los desafíos de la educación y la escuela de hoy.
Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad Eficacia y Cambio en Educación, 2006. Vol. 4 Núm. 3 5 Corte Constitucional, 24 de febrero de 2011, MP Jorge Iván Palacio Palacio. Sentencia T-051 de 2011.
No obstante, si bien esta parece ser una respuesta adecuada a los problemas
de inclusión de las personas con discapacidad en el sistema educativo, sigue
siendo, por lo menos en Colombia, un proyecto en construcción que parece no
arrojar los resultados esperados. Estudios del Ministerio de educación
registran 24.043 instituciones educativas formales de Educación Superior, de
las cuales sólo el 27.8 % informan matricula de personas con discapacidad.
Adicionalmente, únicamente el Quindío cuenta con oferta para personas con
discapacidad en más de la mitad de sus instituciones (63. 2%) y lo que es más
grave: las personas con discapacidad representan el 37.5% de la población
analfabeta en el país6.
2. La inclusión como requerimiento esencial para una educación
superior de calidad.
La inclusión como factor determinante para la creación de una educación
superior de calidad impone retos que deben ser abordados desde un enfoque
diferencial donde las necesidades particulares del individuo constituyan una
fuente de enriquecimiento y una oportunidad de aprendizaje mutuo.
Por ello, al hablar de calidad necesariamente debemos remitirnos a una
educación que logre promover el desarrollo pleno de las capacidades de cada
individuo tanto a nivel social, intelectual como emocional. Lo anterior, desde un
enfoque inclusivo que garantice a la totalidad de la población el acceso efectivo
al sistema educativo.
No obstante, las personas con discapacidad se ven enfrentadas diariamente a
múltiples obstáculos que impiden su participación y acceso a la educación
superior: desde exámenes de admisión que no toman en consideración las
necesidades propias de su discapacidad hasta falta de accesibilidad a nivel de
infraestructura a los planteles educativos.
6 Sarmiento, Alfredo, “Situación de la Educación en Colombia”, pág. 105. Disponible en:
http://issuu.com/educacioncompromisodetodos/docs/273a1_situacion-educacion-tercera-edicion?mode=window&pageNumber=1.
Es así, como estudios recientes revelan que en Colombia hay por lo menos
2.549.153 personas con discapacidad, de las cuales el 33.3 % no tienen ningún
nivel educativo. El 29.1% alcanzo el nivel de básica primaria incompleta y
únicamente el 2.34% accedió a la educación superior, sin contar claro está, que
solo el 1% de los estudiantes culmina sus estudios superiores.
Ahora bien, cuando definimos el término “inclusión” como la obligación de
reunir los esfuerzos de distintos sectores de la sociedad para brindar una
educación “sensible a las necesidades específicas de cada sector,
compensando las desigualdades, facilitando el acceso, la permanencia y el
progreso a aquéllos que más lo necesiten”7, no nos referimos exclusivamente
a las personas con discapacidad, sino a la negligencia que de manera general
asiste a las instituciones de Educación Superior para identificar y satisfacer las
necesidades educacionales de la totalidad de sus estudiantes.
De esta manera, la falta de inclusión de las personas con discapacidad en el
sistema educativo se convierte en una muestra clara del tipo de educación que
es ofrecida al resto de la población. Esto, debido a que existe un grupo mucho
mayor de estudiantes sin discapacidad que tienen dificultades para adecuarse
a la propuesta de currículo que les es impuesta, viéndose obligados a
abandonar sus estudios. Y es allí precisamente donde debemos cuestionarnos
sobre la calidad con la que se presta el servicio educativo en Colombia, toda
vez que no es suficiente ofrecer oportunidades educativas sino que el reto real
consiste en crear las condiciones para que todos y todas puedan aprovecharlas
de manera efectiva.
Por tal razón, el desarrollo de Universidades con una orientación inclusiva se
convierte en una estrategia efectiva para mejorar la eficiencia de los procesos
educativos y con ello, aumentar la calidad de la educación a nivel nacional ya
7 REICE, “Inclusión Educativa”, Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en
Educación 2008, Vol. 6, No. 2. Disponible en: http://www.rinace.net/arts/vol6num2/Vol6num2.pdf.
que: (i) proporcionan una educación más personalizada, (ii) fomenta la
participación, la solidaridad y cooperación entre los estudiantes, (iii) demanda
una mayor competencia profesional por parte de los docentes, y por último (iiii)
genera proyectos educativos más amplios y flexibles que se puedan adaptar a
las distintas necesidades del alumnado.
En primer lugar, la prestación de una educación más personalizada concebida
como aquella actividad educativa centrada en la persona, cuenta con el
objetivo fundamental de ayudar al “perfeccionamiento de las facultades del niño
o del joven, tanto intelectuales como morales, a través de actividades diversas
que potencien al máximo sus aptitudes”8 y generen una modificación profunda
de la estructura, funcionamiento, y propuesta pedagógica de las escuelas
“regulares” para dar respuesta a las necesidades educativas de la totalidad del
estudiantado, más allá de que tengan una discapacidad o no.
Lo anterior, bajo el entendido de que todos los alumnos presentan notables
diferencias en cuanto a maneras de aprender, necesidades educativas,
conocimientos y experiencias previas, formas de demostrar los aprendizajes
realizados, entre otros, los cuales si bien no necesariamente se relacionan con
una discapacidad, requieren del diseño de estrategias como la realización de
distintas secuencias de actividades para el aprendizaje de un mismo contenido,
un sistema de evaluación con referencia al desarrollo de capacidades en lugar
de centrarse en conductas o logros muy concretos y la flexibilización de la
programación asignada para cada clase.
Ahora bien, en lo que respecta al segundo aspecto es decir, a la promoción de
la participación, la solidaridad y cooperación entre los estudiantes, es menester
recordar que generar espacios dentro del aula de clase en los cuales las
personas con discapacidad tengan la posibilidad de relacionarse con jóvenes
sin discapacidad, trae consigo consecuencias positivas que pueden ser
analizadas desde dos perspectivas: por un lado, es una manera de forjar en la
8 Educación, org: “Educación personalizada”. Disponible en:
http://portal.educar.org/educacionpersonalizada. Consultada el 20 de febrero de 2012.
comunidad un mayor espíritu de tolerancia y de aceptación en el marco de un
pluralismo respetuoso de la diferencia, con el objeto de impedir la reproducción
de modelos de exclusión, y por otro, una forma de ayudar a las personas con
discapacidad a desarrollar una serie de habilidades que les permitan
apropiarse de determinados contenidos culturales necesarios para la
interacción e integración.
Adicionalmente, si bien las bases para generar mayor igualdad y respeto a la
diferencia se dan en la primera infancia, existe una interconexión necesaria con
la Educación Superior, entendiendo por esta aquella que “hace parte de un
sistema único que empieza por la educación primaria y continua a lo largo de la
vida ”9 ya que el no permitir que los menores con discapacidad interactúen
desde temprana edad con otros, termina por reproducir marginamientos y
exclusiones en otros espacios de la vida, pues tal como lo menciona Gordon
Porter “los niños que han estudiado en escuelas segregadas, por ejemplo,
tienen mayor probabilidad de ser apartados como adultos en áreas de trabajo,
programas recreativos, e instituciones “.10
En tercer lugar, y en relación con la mayor exigencia docente que requiere la
educación inclusiva, debemos desarrollar una propuesta concreta consistente
en integrar la preparación de profesores para una escuela “normal” y la
formación de docentes para una escuela de educación “especial”, pues es
indispensable formar profesores que estén en condiciones de educar en la
diversidad y atender de manera integral a las diferencias. Para ello, será
recomendable hacer énfasis en temáticas como la psicología del desarrollo,
psicología del aprendizaje y procesos de investigación, entre otros mecanismos
que apoyen una labor educadora inclusiva.
Por último, cuando se trata de proyectos educativos más amplios y flexibles,
con objeto de que puedan adaptarse a las distintas necesidades del alumnado 9 Naciones Unidas. Conferencia Mundial sobre Educación Superior. 1998.
10 PORTER, Gordon. Disability and education: towards an inclusive approach. (Working Paper).Prepared
for the Inter-American Development Bank.
y así ser una fuente de mejoramiento de la calidad del sistema educativo,
debemos partir de la base de que si bien no todos aprendemos por medio de
los mismos métodos o contamos con iguales habilidades, estilo y ritmo de
aprendizaje, motivaciones e intereses, los fines educativos si son los mismos
para todos.
En ese entendido, se aconseja introducir un modelo que acentué su atención
en relación con los recursos pedagógicos ya que entre mayor numero de
decisiones de una educación para la diversidad se tomen en el marco del
proyecto educativo de la institución, menos serán las adaptaciones que se
realicen a nivel del aula en general y en la programación de cada alumno en
particular.
Por ello, organizar procesos de enseñanza-aprendizaje con un enfoque
diferencial e inclusivo sugiere la existencia de un proyecto educativo de toda la
Universidad que contemple la atención a la diversidad, la implementación de un
currículo susceptible de ser adaptado a las diferentes capacidades,
motivaciones, ritmos y estilos de aprendizaje de los alumnos, la utilización de
criterios y procedimientos flexibles de evaluación y promoción y, la valoración
de la diversidad como un elemento que enriquece el desarrollo personal y
social.
3. Breve evaluación de cara al actual Proyecto de Reforma.
Si bien dentro de la Ley 30 de 1992 la discapacidad no era un factor que se
viese reflejado en el articulado del texto, la propuesta de reforma presentada
por el Gobierno contempla en su artículo 77 una política de bienestar
encaminada a “a apoyar a jóvenes con dificultades económicas y a personas
con discapacidad, o que enfrenten otro tipo de inequidades que influyan de
manera directa en su acceso y permanencia en la Educación Superior”.
De esta manera, aunque apreciamos un avance en materia de programas o
acciones de apoyo para estudiantes con discapacidad, la propuesta formulada
por el Gobierno sigue siendo vaga en relación con el modelo inclusivo que
debiese imperar en nuestra sociedad.
Por ello, de las menciones que realiza la Propuesta de Reforma en relación con
las personas con discapacidad (las cuales se limitan a dos artículos) es
imposible inferir el marco de acción y la participación con la que contará esta
población dentro del Sistema de Educación planteado. ¿Es entonces este
proyecto, una solución a los problemas de exclusión con los que se enfrentan
diariamente las personas con discapacidad? Y más allá de ello ¿puede
coexistir una educación que no tenga en cuenta las necesidades propias del
individuo con un sistema educativo de calidad? Las respuestas a los dos
interrogantes planteados parecen ser negativas. Sin embargo, lo que debe
ocuparnos es el por qué de ello.
En relación con la primera pregunta, es necesario mencionar que parece
encontrarse por fuera de la mesa de discusión que se ha suscitado en torno a
la reforma, el tema de la discapacidad, aun cuando es precisamente este
momento coyuntural el llamado a repensar el modelo tradicional de Educación
Superior en Colombia.
Es así, como invitar al proceso de reflexión a las personas con discapacidad se
convierte en un paso indispensable para hacer conocedora a la totalidad de la
comunidad de la importancia de superar un modelo de educación “especial”, y
de la necesidad de integrar el concepto de “educación inclusiva” a nivel de la
Educación Superior.
Ahora bien, en lo que respecta a la segunda pregunta debemos visualizar la
doble dimensión con la que cuenta la educación inclusiva: por una parte,
mejora la manera en la que las personas con discapacidad se relacionan con
su entorno y por otra, tal como se ha mantenido durante el desarrollo del
presente escrito, se convierte en un requisito y a la vez en un sinónimo de
calidad que irradia de manera positiva los procesos de aprendizaje de la
comunidad en general.
4. Conclusiones
La educación inclusiva exige el desarrollo de un currículum que sea pertinente
para todos, y un clima escolar en el que se acoja y valore la diferencia. Lo
anterior no solo en lo que respecta a las personas con discapacidad, sino en la
manera en la que esta contribuye al mejoramiento del aprendizaje de un
inmenso grupo de alumnos que no encuentran en el sistema educativo una
respuesta a sus necesidades individuales.
De esta manera, hablar de educación inclusiva como una forma de repensar
los procesos de formación no únicamente de las personas con discapacidad
sino de toda la comunidad, nos muestra que es precisamente desde allí que
podemos forjar una Educación Superior de calidad.
En ese entendido, formular una propuesta que sea incluida dentro del Proyecto
de Reforma por medio de la participación directa de la población con
discapacidad, se vuelve fundamental para la implementación de políticas
institucionales por parte de las Universidades orientadas a la integración de las
personas con discapacidad, así como de estrategias o mecanismos diseñados
para dar cumplimiento a los requisitos de ingreso en igualdad de oportunidades
para todos los estudiantes-aspirantes.
Por último, es fundamental brindar formación a los docentes, administrativos,
directivos y estudiantes en relación con la integración educativa de las
personas con la discapacidad y su inclusión a la educación universitaria. Lo
anterior, con objeto de educar en la diferencia y hacer de ella un mecanismo
más para la optimización del desarrollo social y el enriquecimiento de los
procesos formativos.
Bibliografía
1. Hahn H. (1988). The politics of phisical differences: disability and
discrimination, Journal of Social Isssues,Vol. 44, No. 1, pp. 39- 47. En:
Barton, L.(1998). Discapacidad y Sociedad. Madrid, Esp.( Trabajo
original publicado en 1996.
2. Corte Constitucional, 24 de febrero de 2011, MP Jorge Iván Palacio
Palacio. Sentencia T-051 de 2011.
3. Corte Constitucional, 9 de septiembre de 1998, MP Alejandro Martínez
Caballero. Sentencia C-481/98.
4. Molina, “Rocio, Inequalities in high education for handicapped
population”, Revista OPINIONES, DEBATES Y CONTROVERSIAS. Ed.
Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia.
5. Naciones Unidas. Conferencia Mundial sobre Educación Superior. 1998.
6. PORTER, Gordon. Disability and education: towards an inclusive
approach. (Working Paper).Prepared for the Inter-American
Development Bank.
7. Blanco Rosa. La equidad y la inclusión social: uno de los desafíos de la
educación y la escuela de hoy. Revista Electrónica Iberoamericana
sobre Calidad Eficacia y Cambio en Educación, 2006. Vol. 4 Núm. 3.
8. Sarmiento, Alfredo, “Situación de la Educación en Colombia”, pág. 105.
Disponible.en:http://issuu.com/educacioncompromisodetodos/docs/273a
1_situacion-educacion-tercera-edicion?mode=window&pageNumber=1.
9. REICE, “Inclusión Educativa”, Revista Electrónica Iberoamericana sobre
Calidad, Eficacia y Cambio en Educación 2008, Vol. 6, No. 2. Disponible
en: http://www.rinace.net/arts/vol6num2/Vol6num2.pdf.
10. Educación, org: “Educación personalizada”. Disponible en:
http://portal.educar.org/educacionpersonalizada. Consultada el 20 de
febrero de 2012.