Marzal Las Exigencias Del Imperio Britanico

4
tema más importante de su reflexión desde que publicó La división del trabajo social (1893) y que, por eso, puede ser considerado un nuevo aporte de Durkheim a Radcliffe-Brovi?n y a la antropología. En efecto, según Durkheim, en las modernas sociedades, donde hay una especiaiización laboral cada vez mayor de los individuos, se da una solidaridad orgánica, que está basada en las funcio- nes complementarias, pues cada individuo necesita de la colabora- ción de los otros para sobrevivir, mientras que las sociedades que carecen de tal especiaiización, se da una solidaridad mecánica, que está basada en las similitudes, pues los individuos tienen conciencia de compartir experiencias comunes, aunque no necesi- tan colaborar para compartir esta experiencia. Además, Durkheim, al referirse a la experiencia común que genera una solidaridad mecánica, elabora un nuevo concepto, muy similar al de cultura de Tylor (1871) y de la antropología norte- americana, el de conciencia colectiva. En su ya citada obra (1893) escribe: el conjunto de creencias y sentimientos comunes al término medio de los miembros de una sociedad forma un sistema de- terminado que tiene vida propia, podemos llamarlo conciencia colectiva o común... Es, pues, algo completamente distinto a las conciencias particulares, aunque sólo se realice en el indi- viduo (1967:74). d) Las exigencias del imperio británico. Es sabido que la antropología, por estudiar los pueblos diferentes que fueron con- quistados por Occidente, se ha desarrollado al compás del colonia- lismo. Es una tesis que, sobre el colonialismo español, recojo en la primera parte de mi Historia de la antropología indigenista: México y Perú (1981), pero que se confirma también en la ex- pansión colonial anterior, como la de Grecia, Roma y el mundo árabe. El imperio británico no podía ser una excepción. Kuper dice al respecto: Desde muy al principio de su existencia, la antropología ingle- sa gustó de presentarse como una ciencia que podía ser útil a la administración colonial. Las razones eran obvias. La admi- 34

description

jkj

Transcript of Marzal Las Exigencias Del Imperio Britanico

Page 1: Marzal Las Exigencias Del Imperio Britanico

tema más importante de su reflexión desde que publicó La división d e l trabajo social (1893) y que, p o r eso, puede ser considerado u n n u e v o aporte de D u r k h e i m a Radcliffe-Brovi?n y a la antropología . E n efecto, según D u r k h e i m , en las m o d e r n a s sociedades, d o n d e hay una especiai ización laboral cada vez mayor de los i n d i v i d u o s , se da una solidaridad orgánica, que está basada e n las funcio­nes complementarias, pues cada i n d i v i d u o necesita de la colabora­c ión de los otros para sobrevivir , mientras que las sociedades que carecen de tal especia i izac ión, se da u n a solidaridad mecánica, q u e es tá basada e n las similitudes, pues los i n d i v i d u o s t i e n e n conciencia de compart i r experiencias comunes , aunque n o necesi­tan colaborar para compart ir esta experiencia.

Además , D u r k h e i m , al referirse a la exper ienc ia c o m ú n q u e genera una sol idaridad mecánica, elabora u n nuevo concepto, m u y s imi lar al de cultura de T y l o r (1871) y de la antropología n o r t e ­a m e r i c a n a , e l de conciencia colectiva. E n su ya c i t a d a o b r a (1893) escribe:

el conjunto de creencias y sentimientos comunes al término medio de los miembros de una sociedad forma un sistema de­terminado que tiene vida propia, podemos llamarlo conciencia colectiva o común... Es, pues, algo completamente distinto a las conciencias particulares, aunque sólo se realice en el indi­viduo (1967:74).

d ) Las exigencias del imperio británico. Es sabido q u e la antropología , p o r estudiar los pueblos diferentes que f u e r o n con­quistados p o r Occidente, se ha desarrollado al compás del colonia­l ismo. Es una tesis que, sobre el co lonia l i smo español, recojo en la p r i m e r a p a r t e de m i H i s t o r i a de la a n t r o p o l o g í a i n d i g e n i s t a : M é x i c o y Perú (1981) , p e r o q u e se c o n f i r m a t a m b i é n e n la ex­p a n s i ó n c o l o n i a l anter ior , c o m o la de Grecia , Roma y e l m u n d o árabe. El i m p e r i o británico no podía ser una excepción. K u p e r dice al respecto:

Desde muy al principio de su existencia, la antropología ingle­sa gustó de presentarse como una ciencia que podía ser útil a la administración colonial. Las razones eran obvias. La admi-

34

Page 2: Marzal Las Exigencias Del Imperio Britanico

1

nistración y los intereses coloniales eran las mejores posibilida­des de ayuda financiera, especialmente en las décadas ante­riores a que la disciplina obtuviera un reconocimiento por parte de las universidades (1972:124).

A pesar de las palabras de K u p e r {.desde el principio de su existencia), la vinculación de la antropología c o n el proceso c o i p -nial inglés no fue rápida, n i homogénea . Pueden señalarse dos pe­r íodos, cuya f isura está e n la nueva política c o l o n i a l de los a ñ o s treinta, c u a n d o se decidió desarrollar económica y administrativa­mente las colonias ( K u p e r 1972:130). En el p r i m e r período, aunque los esquemas de los antropólogos evolucionistas parecían ser útiles para el co lonia l i smo, p o r presentar u n proceso c iv i l izator io (salva­jismo-barbarie-civilización), que parecía justificar la empresa colo­n i a l , dándole una motivación justa, n i los antropólogos pensaban que ellos debían colaborar en la empresa, n i menos los func iona­rios coloniales solicitaban tal colaboración. La razón de ello estaba en las características de la antropología evolucionista o difusionista, tan alejada de la real idad social y tan embarcada en esquemas his­t ó r i c o s d e l pasado r e m o t o . Es n o t a b l e a l r e s p e c t o e l j u i c i o d e Frazer sobre el papel de la antropología en su cátedra inaugural de L iverpool en 1908:

Pero si lo que se desea es destrozar la fábrica social, no debe esperarse que el profesor de antropología ayude y patrocine. No es ningún vidente para percibir, ni un profeta para predicar la bajada del cielo a la tierra, ni un charlatán con remedios para todos los males, ni un caballero de la Cruz Roja para en­cabezar una causa contra la miseria y la penuria, contra la enfermedad y la muerte, contra todos los horribles espectros que combaten a la pobre humanidad. Queda para otros, de más alta valía y de más noble naturaleza que él, proclamar la acusación y dirigirla en esta guerra santa. El sólo es un estu­dioso, un estudioso del pasado, que quizás pueda decir algo, muy poco, de lo que ha sido, pero que no puede, no se atreve a decir lo que tiene que ser (en Kuner 1972:125).

Por otra parte, el m i s m o K u p e r refiere la lucha de pr inc ip ios de siglo de los antropólogos c o n el gobierno inglés para conseguir

35

Page 3: Marzal Las Exigencias Del Imperio Britanico

d i n e r o o r e c o n o c i m i e n t o para su disc ip l ina . A veces se esgrimían b u e n o s a r g u m e n t o s . Así e n 1909 var ios f u n c i o n a r i o s c o l o n i a l e s , m i e m b r o s d e l par lamento y estudiosos p i d i e r o n al p r i m e r m i n i s t r o A s q u i t h una subvención de 500 libras anuales para fundar un cen­tro de enseñanza de antropología al servicio de los funcionarios y los comerciantes coloniales. Decían que si u n func ionar io de la co­lonia tomaba una decisión errónea, de la que se seguía e l levanta­m i e n t o de una t r i b u , la expedic ión mi l i tar en represalia tendrá u n costo quizás diez veces mayor de lo que el instituto pedirá en los cien próximos años. Pero, c o m o las propuestas concretas de los antropólogos parecían demasiado académicas y p o c o útiles, e l p r i ­mer ministro A s q u i t h no se dejó convencer ( K u p e r 1972:125-126).

Sin e m b a r g o , c i e r t o s g o b i e r n o s c o l o n i a l e s , c o m o l o s de N i g e r i a , C o s t a d e O r o , A f r i c a d e l Sur y S u d á n , f u e r o n m á s permeables y n o m b r a r o n antropólogos estatales, al menos p o r a l ­gún t iempo, aunque parece que las opiniones de los mismos n o se tenían en cuenta. Así Evans-Pritchard, que sucede a Seligman c o m o antropólogo del g o b i e r n o de Sudán, confiesa en u n artículo sobre antropología aplicada aparecido en la revista Afr ica :

Una vez el profesor Seligman me dijo que en todos los años que había trabajado en el Sudán o en problemas sudaneses, nunca se le pidió su opinión y que la única vez que la dio vo­luntariamente con respecto a los propiciadores de lluvia, no se aceptó. Durante los quince años que trabajé en problemas so­ciológicos en aquella misma región, nunca se me pidió opi­nión absolutamente en ningún problema (1946:97).

Es sabido que este d i v o r c i o entre políticos y antropólogos ha s ido frecuente e n otras la t i tudes y é p o c a s , i n c l u s o c u a n d o és tos , p o r haber desarrol lado una comple ja antropología aplicada, tenían m u c h o que decir sobre los procesos de c a m b i o cu l tura l . Sobre el pr imer período colonia l inglés, Kuper llega a concluir que hasta los años_treinta poco hubo que se pareciera a una antropología oficial en el imperio británico y p o r ccnsiguiente hasta entonces la contri­bución antropológica directa a la administración era fútil (1972:129).

36

Page 4: Marzal Las Exigencias Del Imperio Britanico

;sgrimían ) loniales , • m i n i s t r o r un cen-onarios y de la co-1 levanta-endrá u n irá en los as de los is, e l p r i -¡5-126) .

o l o s d e r o n m á s )s p o r a l -nos n o se l a n c o m o u l o sobre

> los años udaneses, la dio vo­

lvía, no se ?lemas so-pidió opi-

ólogos ha i d o és tos , da, tenían . Sobre el ; hasta los gía oficial

la contri-era fútil

l ' l •icj.tundo período comienza, como se di jo , c o n la nueva p o -l l l l i i i . c i l d i i i a l inglesa de los años treinta. Ya p o c o antes, en 1926,

• • M C I e l International Institute ot' AlVican l.angviages and Cultures. >|ui M i i i i i ó a antropólogos , lingüísticas, misioneros y func ionar ios 11 i|i l i l i , l i e s de varios países y que ofreció becas de investigación a l i i M . i i i i íopoiogos; entre los primeros beneficiados estuvieron Fortes V M . i t l i ' l . A ñ o s d e s p u é s , c o n t a n d o e l I n s t i t u t e c o n f o n d o s

I M I C I I C I - , e laboró u n p l a n de investigación de c inco años , q u e l ' l i M ii i . iba la visión funcional is ta de la antropología aplicada ante 11 i M i i r i i a c i ó n europea en Africa:

/'.'/ problema fundamental que nace de la penetración de las ideas y fuerzas económicas europeas en la vida africana es el de la cohesión de la sociedad africana. La sociedad africana está sometida a varias coacciones, y existe el peligro de que las poderosas fuerzas que están penetrando en el continente pue­dan dar lugar a su completa desintegración, cuyas consecuen­cias podrían ser calamitosas para los individuos que la compo­nen y, al mismo tiempo, hacer imposible una ordenada evolu­ción de la comunidad. Por tanto se propone que las investiga­ciones alentadas por el Institute deben orientarse a conseguir una mejor comprensión de los factores de la cohesión social en 1(1 sociedad africana original, las formas en que se han visto afectados por las nuevas influencias, las tendencias hacia nuevos agrupamientos y la formación de nuevos lazos sociales y formas de cooperación entre las sociedades africanas y la ci­vilización occidentaKKupev 1973:131-32).

%. ÍM etnología francesa: causas, nacimiento y precursores

l'aul..Mejaef en su Histor ia de la antropología (1966), al ha-l i l , i i ( l e esta disc ipl ina en la segunda mi tad del siglo XfX, hace una l i i i r i i a .síntesis:

/!// este período de la construcción de la antropología social y cultural, Francia estuvo un poco ausente. Se practican estu­dios de sociología, pero, dentro de la antropología, en su senti­do más amplio, lo que se desarrolla especialmente es el estudio

37