“MÁS INFORMACION, MENOS CONOCIMIENTO”

MARIO VARGAS- DIARIO EL PAÍS  

1. ¿ES CIERTO QUE EXISTE UNA DISTORSIÓN EN LA CAPACIDAD DE ANÁLISIS DEL LECTOR QUE ESTÁ ATADO A LA INFORMACIÓN REVERBERANTE DEL INTERNET?

En nuestros días en la sociedad que avanza a pasos agigantados cada día la tecnología hace las cosas más fáciles para las personas abarcando muchos niveles en nuestra sociedad pero también hay pruebas concluyentes de que, cuando la memoria de una persona deja de ejercitarse porque para ello cuenta con el archivo infinito que pone a su alcance un ordenador, se entumece y debilita como los músculos que dejan de usarse.

Porque nos hacemos dependientes y ya no razonamos algunas cosas con claridad ya que no abarcamos otros campos más amplios ya que todo están sencillo y casi y no podemos hacer una investigación más razonada de cada tema de investigación y podamos interpretar mejor los temas a desarrollar de una manera más crítica y ecuánime en nuestro desarrollo de cada problema.

Muchos nos preguntamos para que memorizar muchas cosas si la computadora puede guardar toda la información en una base de datos y hacerlo más simple y detalla nuestra información con solo programarla la respuesta es muy sencilla que si podemos memorizarla cada uno estamos reflexionando sobre los temas aprendidos o la información que tenemos y esto nos nutre en nuestro aprendizaje diario y mejor desenvolvimiento nuestros conocimientos ya aprendidos en nuestra vida diaria y siempre quedara como algo bien desenvuelto en nuestra vida.

2. ¿DE SER POSITIVA SU RESPUESTA, SEGÚN ELAUTOR, CÓMO SE PRODUCE?

Hace referencia a la extraordinaria aportación que servicios como el de Google, Twitter, Facebook o Skype prestan a la información y a la comunicación, el tiempo que ahorran, la facilidad con que una inmensa cantidad de seres humanos pueden compartir experiencias, los beneficios que todo esto acarrea a las empresas, a la investigación científica y al desarrollo económico de las naciones

Pero todo esto tiene un precio y, en última instancia, significará una transformación tan grande en nuestra vida cultural y en la manera de operar del cerebro humano no es verdad que el Internet sea sólo una herramienta. Es un utensilio que pasa a ser una prolongación de nuestro propio cuerpo, de nuestro propio cerebro, el que, también, de una manera discreta, se va adaptando poco a poco a ese nuevo sistema de informarse y de pensar, renunciando poco a poco a las funciones que este sistema hace por él y, a veces, mejor que él.