Material 11
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“ORATORIA FORENSE EN EL PROCESO”, RAMOS SUYO J.A. Edit. San Marcos, Primera Edición 2005, COMPILADO POR MARIO MERCHAN GORDILLO � ��������
Técnicas de expresión del abogado en el proceso
EI abogado al encontrarse frente a los magistrados de la Sala Penal (0 Civil),
tiene la oportunidad de adquirir prestigio, a partir de su expresividad oratorial1,
posiblemente, bastante o poco trabajo le ha demandado al benevolente letrado
para que se lo acepte su participación física e intelectual en tan prestigiado (o
defenestrado) recinto. Su mirada visionaria y talentosa debe estar dirigida al
norte, en señal de buscar un objetivo que le permitirá vislumbrase. El debe
pensar créticamente diciendo: ¡Hoy o nunca! Su actuación será similar al de un
puntero izquierdo, ubicado con la pelota frente al arquero, presumiendo, que
este no receptara la pelota.
En la expresividad oral, el abogado debe de conocer el código lingüístico, que
es el conjunto de signos y reglas que han de permitir -a él al auditorio-,
interpretar el mensaje: tanto codificar como decodificar el mismo. Si tiene
problemas en la codificación de su mensaje, alga similar puede suceder con la
codificación. De suceder este acontecimiento ingrato, el tiene bastante que
perder, pera alibi esta su talento para oportunamente poder evitar. ¿Cómo?
Estudiando bien el contexto o contendido de los hechos. Estos mismos deben
de tener relación con la denuncia (o la demanda) y con todo el proceso, hasta
el alegato que presenta. Muchos abogados, novicios o experimentados,
consideran equivocadamente, que es suficiente la lectura de algunas piezas
procesales para salir airosos de la contienda; pero ignoran que cada uno de los
eventos que se van registrando en el expediente tenga profunda incidencia -
permanente y continua-, en las decisiones de los magistrados.
Las piezas procesales son de suma relevancia en el quehacer del operador del
Derecho, y lo que es el caso, del abogado litigante. Si repasa superficialmente
una o más piezas o las estudia exhaustivamente, le será poco útil comprender
1. Pausado, sereno, elocuente, versátil, litigioso; con la sabiduría de un filosofo, con el análisis de un sociólogo, con la persuasión de un comunicador social y con la dogmatica del abogado.
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“ORATORIA FORENSE EN EL PROCESO”, RAMOS SUYO J.A. Edit. San Marcos, Primera Edición 2005, COMPILADO POR MARIO MERCHAN GORDILLO � ��������
el contenido, si carece de los singulares conocimientos que brindan
permanentemente las asignaturas de redacción, elocución, gramática, y
sintaxis. Estas se amalgaman con el conoci-miento de la asignatura de lectura
dinámica. Dialogando con mis alumnos de pre y postgrado de las
universidades*, llegamos a establecer la poquísima responsabilidad que ellos
tienen, respecto a las asignaturas precitadas, aduciendo equivocadamente, que
la orientación de sus profesores, se limitaba a conocer los códigos, pero no las
formas peculiares de como interpretarlas.
Los abogados que no están formalizados con estas, entre otras asignaturas
afines, es por falta de preocupación personal desde la educación inicial (o
básica). Su mediocricidad es su responsabilidad, que deben ser compartidos
con la delos docentes de aula que han tenido en cada nivel de su enseñanza.
El estudiante de Derecho de ayer, y el abogado de hoy, no muchos llegan a
entender, que el uso del lenguaje - o la expresividad oratorial-, es pan cotidiano
del especialista en leyes: el abogado. Un refrán jurídico precisa: Hazte
abogado, para que no te ahogues con las palabras que expreséis en público.
Abogado litigante, reza otro refrán: "Sea bueno como tú mismo, esperando que
te superes a ti mismo". ¿Quienes están cotidianamente frente al auditorio? Las
figuras políticas, los conferencistas, los artistas y los abogados litigantes.
Consideramos -salvo mejor parecer de tu elevado criterio-, que estos u1timos
ejercen con mayor fascinación la presentación en público. ¿Acaso un abogado
puede dejar de exhibirse? Pero no solo el cuerpo, como hacen los artistas, sino
a través de su elocuencia y convencedora palabra. EI abogado encuentra una
sensación fuerte cuando con elocución habla (o persuade) ante el publico, es
pues debido al producto de la descarga de adrenalina2. Esta es la razón de
hablar bien haciendo alusión a la expresividad oratorial.
2. Hormona secretada par la medula.
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“ORATORIA FORENSE EN EL PROCESO”, RAMOS SUYO J.A. Edit. San Marcos, Primera Edición 2005, COMPILADO POR MARIO MERCHAN GORDILLO � ��������
El abogado tiene que acostumbrarse a la recepción de mensajes a través del
binomio lenguológico: lectura (o audición) y comprensión. ¿Acaso no se
necesita leer bien, para comprender la lectura? ¿cuantas veces tiene usted que
leer un expediente para comprender su contenido?, ¿cuándo lee un expediente
y encuentra palabras nuevas, usted hace uso del lenguaje o diccionario
jurídico?, ¿usted se limita a leer la parte resolutiva de la sentencia, decreto y
auto o el contenido macro del documento jurídico?, ~¿es lo mismo para usted,
un documento o un escrito jurídico?, ¿antes de formular un escrito, usted lee el
expediente o lo estudia?, ¿en dónde esta la comprensión, en la lectura o en el
estudio? La comprensión de lectura quizá no es tarea del abogado, pero si la
necesita con frecuencia, tanto mas que otros profesionales. Precisamente, las
pruebas de inteligencia y de aptitud en cualquier ámbito, tienen éxito en las
personas, a partir de la comprensión de la lectura, en el que se han de señalar
tiempo-espacio. Esto se corrobora, cuando un abogado ingresa a la Sala de
Lectura de un juzgado, para recabar datos e informaciones sobre la actuación
jurídica procesal de su patrocinado, y en el espacio - tiempo necesario
presentar el recurso que convenga para su defensa.
La expresividad oratorial se inicia con la puesta en práctica de la lectura
dinámica. Su conocimiento práctico permite escudriñar un texto jurídico en
general y un expediente en particular. En uno u otro caso, lo relevante es que
de el se extraen y retienen datos e informaciones de la otra parte. Con
simulación, la lectura dinámica posibilita conocer la inquietud jurídica procesal
del contrincante. Si le satisface con sus escritos, aprende de él; si esta lejos de
su capacidad procesal, considérese que ganara la contienda, siempre que en el
no despierte mayores curiosidades procesales.
La lectura dinámica es un arte que requiere su práctica continua, como única
forma de preservarla. Se inicia muy tardíamente, en las universidades, cuando
el profesor deja materiales de lectura de manera singular. En la asignatura de
oratoria, el estudiante debe leer y comprender temas de Derecho Penal
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“ORATORIA FORENSE EN EL PROCESO”, RAMOS SUYO J.A. Edit. San Marcos, Primera Edición 2005, COMPILADO POR MARIO MERCHAN GORDILLO � ��������
General y Especial. No son menos importantes, los casos de los tribunales en
los que se tienen que presentar los recursos correspondientes. En la
elaboración de estos, esta precisamente la tonalidad del evento: el como
redactar bien para que sea entendible y comprensible.
Los abogados litigantes tienen como trabajo -antes de iniciarse en el mismo-,
escuchar a sus clientes, a los testigos, peritos, jurados, entre otros personajes.
En cada uno de esos momentos escuchará no solo diferentes lenguajes, sino
tratará de comprender el significado, porque de ello depende como presentar
el recurso que el caso requiere. Escuchar y comprender las comunicaciones
orales es en la práctica una función fundamental. ¿Cómo hacer para poder
captar el conocimiento en forma eficiente y eficaz? Es necesario dar y
mantener fijamente los ojos y la mente en cada uno de los interlocutores. Pues,
algunos de estos utilizan claves, gestos y ademanes combinados con palabras;
esto tiene su razón, el mismo que se sustenta en el nivel sociocultural de las
personas con las que se interrelaciona el abogado.
La verdad del que describe los hechos puede estar en los ojos, porque estos
tienen la función de embellecer las palabras, pues en ello puede estar reflejado
el estado de ánimo del interlocutor. Al respecto, el abogado litigante tiene la
misión de escuchar y obtener resultados relevantes.
Se estima conveniente precisar, que los ojos tienden a arder o enfriarse en
razón de la ira, o también se puede percibir en ellos la alegría y el afecto. El
talento, la táctica, la experiencia, entre otras virtudes, hacen tener confianza a
la persona interlocutora que se encuentra frente al abogado Litigante. Difícil
que con los gestos percibidos, se pueda equivocar.