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MATERIAL COMPLEMENTARIO: ILUSTRACIÓN 1. HISTORIA MÍNIMA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA, J. C. MAINER Continuidades y reformas - Poca estima de los méritos literarios del XVIII desde Larra: falta de atrevimiento, minoría de funcionarios que admiraban el XVI español, execraban el XVII y leían obras recientes francesas y británicas. En más de un caso habían viajado por Europa. Reformas: - Novatores (título dado por un fraile, Francisco de Palanco en 1714) a quienes iniciaron el proceso de las ciencias experimentales en las universidades y hospitales de la época de Carlos II. - Crítica de las fuentes historiográficas y denuncia de fábulas y leyendas que se confundían con aquellas. Nicolás Antonio, bibliófilo, compiló las Bibliotheca Hispana Vetus y Nova y su Censura de historias fabulosas. Mayans i Siscar lo editó > sabio de familia austracista que encarnó como nadie el rescate de los antecedentes humanistas españoles del XVI: editó a Luis Vives, Juan de Valdés, admiró a Luis de Granada, al Brocense y Arias montano. Término «ilustración»: - Inexactitud: El brote de revisión historicista y la religiosidad jansenista que exigía una moral más estricta, la erradicación de la incultura clerical y el control de lo eclesial por el estado, venían ya desde la mitad del siglo anterior. Tampoco era ilustrado el propósito de educación popular de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País, impulsadas por funcionarios reales y clérigos, a favor de las tendencias de la economía. - Las nuevas ideas (criticismo racionalista, sensualismo, enciclopedismo) se aceptaron siempre con cautelas y reservas, intentando dar un fundamento nacional a lo que tuvo su momento culminante en la generación que acometió: o la reforma de la universidad y los colegios mayores, o la aplicación de los principios del iusnaturalismo o descrédito de religiosidad tradicional frente a piedad ilustrada y personal o reforma económica que comportaba la extinción de los gremios, libertad de comercio, protección a la industria y desamortización de la propiedad agraria de manos muertas, e incluso polemizaba sobre la función social del lujo como estímulo de la producción. La revisión del pasado 1

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MATERIAL COMPLEMENTARIO: ILUSTRACIÓN

1. HISTORIA MÍNIMA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA, J. C. MAINERContinuidades y reformas

- Poca estima de los méritos literarios del XVIII desde Larra: falta de atrevimiento, minoría de funcionarios que admiraban el XVI español, execraban el XVII y leían obras recientes francesas y británicas. En más de un caso habían viajado por Europa.

Reformas:- Novatores (título dado por un fraile, Francisco de Palanco en 1714) a quienes

iniciaron el proceso de las ciencias experimentales en las universidades y hospitales de la época de Carlos II.

- Crítica de las fuentes historiográficas y denuncia de fábulas y leyendas que se confundían con aquellas. Nicolás Antonio, bibliófilo, compiló las Bibliotheca Hispana Vetus y Nova y su Censura de historias fabulosas. Mayans i Siscar lo editó > sabio de familia austracista que encarnó como nadie el rescate de los antecedentes humanistas españoles del XVI: editó a Luis Vives, Juan de Valdés, admiró a Luis de Granada, al Brocense y Arias montano.

Término «ilustración»: - Inexactitud: El brote de revisión historicista y la religiosidad jansenista que exigía

una moral más estricta, la erradicación de la incultura clerical y el control de lo eclesial por el estado, venían ya desde la mitad del siglo anterior. Tampoco era ilustrado el propósito de educación popular de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País, impulsadas por funcionarios reales y clérigos, a favor de las tendencias de la economía.

- Las nuevas ideas (criticismo racionalista, sensualismo, enciclopedismo) se aceptaron siempre con cautelas y reservas, intentando dar un fundamento nacional a lo que tuvo su momento culminante en la generación que acometió:

o la reforma de la universidad y los colegios mayores, o la aplicación de los principios del iusnaturalismoo descrédito de religiosidad tradicional frente a piedad ilustrada y

personalo reforma económica que comportaba la extinción de los gremios, libertad

de comercio, protección a la industria y desamortización de la propiedad agraria de manos muertas, e incluso polemizaba sobre la función social del lujo como estímulo de la producción.

La revisión del pasado

- Masa de supersticiones y convencionalismos: o Achabacanamiento colectivo con el majismo y la afición al toreo a pie. o Dramas sacros donde, como vio Jovellanos, una notoria mujer de mala

nota y embarazada representaba a la virgen. o Arquitectura de columnas retorcidas y tupidas decoraciones barrocas que

siempre atribuían a Churriguera. o Los tradicionalistas se defendían: motín de subsistencias manipulado por

una parte de la nobleza como una queja del pueblo frente a la normativa extranjerizante del ministro Esquilache que obligaba a abandonar el atuendo tradicional, la capa larga y el sombreo de alas anchas. El nuevo

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atuendo prevaleció, pero también los aspectos más lamentables de la vieja religiosidad y los usos y creencias más arcaicos.

- Aparición de una vigilante conciencia intelectual:o Relación de la literatura con el poder político y la pedagogía social. o Lo más nuevo (ideal estético clasicista, reforma del teatro, música italiana,

publicación de periódicos) necesitó de protección oficial finalmente se logró un público interesado en ello: algunos “burgueses”, funcionarios, profesionales liberales, militares, clérigos seculares convencidos de que debían ejercer una misión educativa y moral.

o Fundación de academias: Real Academia de la Lengua (1713), Historia (1735), Nobles Artes de San Fernando (1752). Algunas fueron de iniciativas privadas: Academia de las Buenas Letras de Barcelona (1751) y sevillana (1752). Otras se parecieron más a la del siglo anterior: Academia madrileña del Buen Gusto y la granadina del Trípode (1738) poesía postgongorina con el conde de Torrepalma y José Antonio Porcel (Deucalión y Adonis).

- Expulsión de los jesuitas en 1767 integración de los desterrados en la vida cultural italiana que les permitió desarrollar obras importantes:

o Sobre la historia y el progreso de las letras: Juan Andrés, Lorenzo Hervás y Panduro, Fco. Javier Llampilas y Juan Fco. Masdeu

o Sobre los aspectos teóricos del arte: Esteban de Arteaga. - El patriotismo impulsó la erudición y bajo inspiración dieciochesca nació la noción

de historia literaria española:o Historia literaria de España desde su primera población hasta nuestros

días, de los frailes franciscanos Pedro y Rafael Rodríguez Mohedano. Abandonaron en el décimo volumen sin haber logrado pasar de las letras hispanolatinas.

o Rescate de textos antiguos: Martín Sarmiento, amigo de Feijoo, dejó unas Memorias para la historia de la poesía y poetas españoles.

o Tomás Antonio Sánchez, bibliotecario real, Colección de poesías castellanas anteriores al siglo XV, de 1779.

o Polémicas sobre el valor del pasado literario que alentó su conocimiento desdén por el teatro barroco, por el Quijote… Entre la Vida de Miguel de Cervantes y Saavedra (1737) de Gregorio Mayans i Siscar y la edición del Quijote de Joaquín Ibarra en 1780 (RAE), se dieron pasos decisivos.

o Antonio de Capmany: antología de prosistas, Teatro de la elocuencia española (1785-1794).

o Leandro Fernández de Moratín (investigación sobre los Orígenes del teatro español) y Manuel José Quintana (antología de poesía nacional, Poesías selectas castellanas).

o Antonio Ponz, secretario de la Academia de Bellas Artes, empezó por inventariar los bienes artísticos de los jesuitas y acabó por dar cuenta de todo el patrimonio artístico del país en su extenso Viage de España, escrito en forma epistolar.

Los primeros pasos de la razón: de Feijoo a Samaniego

No es fácil separar en esta época lo literario de lo cultural en sentido amplio. Inicio del reformismo: 3 de septiembre de 1726: en la portería del monasterio

madrileño de San Martín y por el precio de dos reales de a ocho, comenzó a venderse el primer tomo del Teatro crítico universal de FEIJOO. Gran éxito: cuenta que tras haber concluido el Teatro en 1739, “cincuenta años ha, y aún menos, ni en las más cultas asambleas se oían jamás las voces de crítica, sistema, fenómeno, y hoy están atestados los pueblos de críticos, sistemáticos y fenomenistas”.

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Feijoo era un genio de la divulgación que aborrecía a Tomás de Aquino, aunque hubo de leer la cátedra de escolástica en la universidad de Oviedo, y que confesaba que, habiendo pensado escribir una historia de la teología, la ignorancia que veía en su entorno le decidió a que cultivara aquella “literatura mixta” dirigida al destierro de los “errores comunes”. Combatió muchos de ellos con éxito, le combatieron a él y, de hecho, su obra fue una mezcla de buen sentido, claridad expositiva, lecturas del Journal des Savants y de las jesuíticas Mémoires de Trévoux. El cambio de título de sus dos series de artículos reflejó bien el abandono del escudo retórico barroco (Teatro) y el deliberado paso a la complicidad del lector (Cartas). Siendo niño demostró que no era indigesto comer tras haber tomado chocolate atracándose de torreznos después de de haber tomado chocolate. Le regaló a su defensor y compañero de orden, Martín Sarmiento, el microscopio que le habían ofrendado sus amigos porque “no tengo paciencia para escudriñar átomos”.

DIEGO TORRES DE VILLARROEL, 1694-1770. Admiración por Quevedo. Pese a sus atrabilarios Almanaques del Gran Piscator de Salamanca, que lo enfrentaron a Feijoo y a sus imaginaciones satíricas quevedescas (Visiones y visitas de Torres con Quevedo por Madrid), su autobiografía (Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del doctor don Diego de Torres Villarroel) no es un libro de pícaros, sino el reflejo de un carácter “burgués” con toques de libertinaje intelectual. Histriónico, pero con valores reformadores.

JOSÉ FRANCISCO DE ISLA: último de los grandes renovadores de la época de Fernando VI: hidalgo de origen y orgulloso y mordaz de temperamento. La expulsión de los jesuitas le llegó ya viejo y achacoso, pese a lo cual escribió una combativa Anatomía del informe fiscal del ministro Campomanes, responsable del destierro. Publicó en 1759 y 1768 bajo el seudónimo de Francisco Lobón de Salazar las dos partes de Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes, sátira de la florida predicación barroca, con un éxito inmediato y también críticas, motivo de una pragmática real que prohibía los dicterios de quienes se sintieron vejados por aquella burla. Pese a ello, al tiempo fue prohibida por la Inquisición.

1737, Diario de los Literatos de España, hasta 1742 bajo protección de Felipe V. También la Poética o reglas de la poesía en general y de sus principales especies, de IGNACIO DE LUZÁN > tildado de código del nuevo clasicismo a la francesa, sin embargo, es una reflexión inteligente, comedida y pragmática que cita a Boileau mucho menso a los humanistas italianos de su tiempo y a los españoles precedentes. Anduvo por París Memorias literarias de París.

NICOLÁS FERNÁNDEZ DE MORATÍN nació en 1737. Estudió con los jesuitas e hizo carrera en la corte como guardajoyas de Isabel de Farnesio, y en sus últimos años como catedrático de Poética en el Colegio Imperial. Logró en 1760 y 1780 una reforma del gusto en la tertulia de la Fonda de San Sebastián. Sus folletos de Desengaños al teatro español contribuyeron más a la nueva escena que su comedia La petimetra y sus tragedias, ajustadas a las 3 unidades clásicas, lo que venía a repudiar la inverosimilitud del teatro barroco.

TOMÁS DE IRIARTE, joven canario llegado a la corte como sobrino del traductor real y latinista Juan de Iriarte. Políglota, inteligente y polemista terrible, los enemigos le pudieron negar la inspiración pero nunca el ingenio. Logró gran éxito con sus comedias (El señorito mimado, La señorita malcriada), y consiguió esbozar una pedagogía y moral acerca del oficio de escribir en sus Fábulas literarias. Escribió un poema didáctico, La música, donde registró su admiración por Haydn. Tocaba bien el violín y la viola y compuso sinfonías y melólogo sobre Guzmán el Bueno. Se llevaba mal con casi todo el mundo, especialmente con

FÉLIX MARÍA SAMANIEGO, otro gran fabulista. Dedicó sus Fábulas de 1781 a la educación de los pupilos de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País.

VICENTE GARCÍA DE LA HUERTA, mal carácter. Anduvo empeñado en la restauración de la temática patriótica de la vieja comedia, que reeditó con escaso tino en su larguísima serie de Theatro Hespañol. Logró acertar en la fusión de tragedia clasicista y el brío de un tema lopesco en Raquel, peculiar lectura antirreformista del motín de Esquilache,

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presentado bajo las especies de los amores de Alfonso VIII de Castilla y una judía de Toledo, inmolada por los cortesanos (y que representaría al odiado ministro de Carlos III).

Estos tres últimos autores compartieron su afición por la poesía escatológica y picante, lo que ha de verse como una consciente afirmación de la autonomía de la naturaleza (Arte de las putas, de Moratín) y una manifestación del anticlericalismo militante (El jardín de Venus, Samaniego; había leído a La Fontaine y pobló sus poemas de rijosos frailes jerónimos, tontos maridos engañados, beatas insaciables, inocentes jovencitos y legos onanistas).

La madurez de las letras ilustradas

JOSÉ DE CADALSO, frecuentó la fonda de San Sebastián y es el enlace de la primera renovación y la tarea del grupo de Salamanca, con el que trabó contacto durante su destierro de 1771. A él pertenecían:

- Poetaso Fray Diego Tadeo Gonzálezo José Iglesias de la Casa.

- Seglareso Jovellanoso Fornero Juan Meléndez Valdés

Características del grupo: - Poesía anacreóntica, que por encima del convencionalismo bucólico, podía ser

una notable poesía erótica y un canto a la verdad de la naturaleza. - La carta de Jovellanos dedicada “A sus amigos de Salamanca” les asignó tareas

más serias: o Oda filosófica y humanitaria, vehículo de la nueva sensibilidad

universitaria. Cadalso observa que unos estudian a Newton en su cuarto y explican a Aristóteles en su cátedra.

JUAN MELÉNDEZ VALDÉS: Considerado como el Garcilaso de su época desde que en 1780 ganara el premio de la academia con su égloga Batilo (su nombre poético, como Jovellanos Jovino y Dalmiro de Cadalso). Tempranamente huérfano, de carácter melancólico, logro hacer de sus limitaciones personales el meollo emocional de sus versos: los amorosos, que algunas veces rozan el atrevimiento, y los filosóficos, que tienen como punto de partida la efusión ante la vida natural, la necesidad de la amistad, el encendido deísmo y las convicciones filantrópicas. Habló del “tedio amargo”, pero no supone un romanticismo precoz, sino una conciencia ilustrada y moderna de la insatisfacción emocional. Desde la publicación de sus Poesías en 1785 hasta las ediciones de 1820, fue el referente de la lírica española, al igual que sus Discursos forenses lo fueron de la jurisprudencia progresista.

JOSÉ CADALSO: cayó en el asedio de Gibraltar. Hijo de una familia de hidalgos y comerciantes, se educó en reputados colegios extranjeros, hablaba muchas lenguas y en él se combinaban la cordial simpatía con esnobismo de petimetre y cierta tendencia a la melancolía pesimista. Le admiraron todos, incluido el conde de Aranda (en cuya casa estrenó su tragedia Sancho García) y fue centro de referencia de las novedades posteriores a 1770. Escribió las Cartas marruecas a comienzos de la década de 1770 para el círculo de a condesa de Benavente, un epistolario ficticio que intercambian un despierto y joven noble marroquí (Gazel), su sesudo preceptor (Ben Beley) y otro desengañado y algo irritable corresponsal español (Nuño). El texto combinó atractivamente el pesimismo crítico y la esperanza de renovación, la seriedad reflexiva y la sátira caprichosa, además de encerrar retratos muy felices de los petimetres urbanos o del majismo de la nobleza campesina, elogios patrióticos de las hazañas de Hernán Cortés o una penetrante y premonitoria interpretación del Quijote como libro “nacional”. Se editaron póstumamente en el Correo de Madrid en 1789, casi a la vez que su obra más difundida por entonces, las

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Noches lúgubres, que recogen los diálogos atormentados entre un hombre (Tediato) que quiere desenterrar a su amada y un sepulturero, donde la desesperación personal, la escenografía espantosa y la reflexión estoica sobre la muerte se combinan con raro atractivo literario y notable altura de pensamiento.

GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS: Admirable tarea en el Instituto Asturiano de Gijón, que diseñó como centro de enseñanza múltiple y para el que escribió algunas de sus más hermosas piezas oratorias (“Oración sobre la necesidad de unir el estudio de la Literatura al de las Ciencias”) y de sus informes más provechosos (Memoria sobre el arreglo de la policía de los espectáculos públicos, que incluye una historia de los mismos). Dignidad ante su persecución por Godoy y, a la salida de su penoso confinamiento en Mallorca (1801-1808) el patriotismo que le llevó a optar por la defensa de la Junta Central y el principio de moderación política. La mayor parte de su obra escapa a una consideración estrictamente literaria, pese a que fue autor de entonados poemas y obras teatrales. Merece especial mención su expresión más personal: el copioso epistolario y los Darios que llevó entre 1790 y 1801. Aunque redactados en forma casi telegráfica, asoma en estos el mejor y más espontáneo Jovellanos: el visitante entusiasta de la próspera Bilbao, el que abomina del poblachón castellano dominado por las torres de sus iglesias (“quisiera derribarlas todas”), el que sabe apreciar el gesto de un campesino que se niega a arreglar el coche de los “señores” porque “el Hombre, suspirando siempre por recobrar su natural igualdad, mira con gusto el sufrimiento de los que la alteran”.

JUAN PABLO FORNER, tercero de los grandes escritores del final del reinado de Carlos III, el menos simpático de todos. Misoneísta y apocalíptico, además de envidioso que rezumó veneno en sus ataques a sus enemigos literarios. Acertó en sus Exequias de la lengua castellana, “sátira menipea” donde elogió a Mayans frente a Feijoo y dijo cosas muy sensatas respecto al valor de la literatura española anterior. Suyos fueron el Discurso sobre el modo de escribir y mejorar la historia de España y otro Discurso sobre la tortura, que acreditan sus fuertes convicciones ilustradas, aunque no fuera consecuente con ellas.

Entre dos siglos: Ilustración y sensibilidad

En Sevilla, una Academia Particular de letras Humanas (fundada por Forner) y los magisterios del “dulce Batilo” y de Jovellanos, alumbraron una escuela de elevado interés: bucolizaron menos que los salmantinos anteriores, persistieron en la oda de empeño filosófico de temática variada y añadieron al poema meditativo registros de reflexión cultural y religiosa.

ALBERTO LISTA: mejor poeta religioso español desde Fray Luis de León (por más que celebrar en un par de odas humanistas su ingreso en la masonería) y quien aplicó al empaque dieciochesco una sensibilidad menos feble que la de Meléndez. Fue afrancesado y se expatrió; al regreso, la huella de su sabio y ecléctico magisterio fue decisiva en los rumbos del romanticismo español.

FÉLIX JOSÉ REINOSO dejó un notable poema de ambición miltoniana, La inocencia perdida y un apasionado Examen de los delitos de infidelidad a la Patria, en defensa de su actitud cuando la invasión napoleónica.

JOSÉ MARCHENA (heterodoxo), traductor de Lucrecio y Molière, siempre llamado “abate”, por su galicismo, aunque no había recibido órdenes. Vivió un agitado periodo de su vida en la Francia revolucionaria, aunque se movió mejor bajo el imperio.

JOSÉ MARÍA BLANCO Y CRESPO (BLANCO WHITE), otro heterodoxo. Pasó buena parte de sus días en Inglaterra. Renunció a su condición de sacerdote católico por la de clérigo anglicano. En inglés escribió sus dos obras maestras: Autobiografía y sus Cartas a España, junto con la obra de Goya y de Moratín el joven, el más punzante testimonio de la vida española en los inicios de XIX.

NICASIO ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS: poeta en la época de 1790. Invocó la tristeza, la amistad o la compasión por los desafortunados, versos armoniosos y esmaltados de neologismos chocantes.

MANUEL JOSÉ QUINTANA: poesía cívica y elocuente, escultural en la forma, subversiva en las ideas y precisa en el apóstrofe. Desde 1807, Vidas de españoles célebres

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en tres volúmenes, muy significativas para la construcción de la memoria nacional-liberal del XIX español.

JOSÉ MOR DE FUENTES, tradujo el Werther al español y escribió una novela educativo sentimental, La Serafina, aunque se le recuerda más por su autobiografía Bosquejillo de la vida y escritos de J. M. De F., delineado por él mismo.

JUAN NICASIO GALLEGO: estudiante en Salamanca, clérigo mundano, diputado activo en las cortes de Cádiz; dejó la mejor elegía “Al dos de mayo” pero también notables y ardorosos versos “Al pecho de Corila” y “A los hoyuelos de Lesbia”.

NOVELA, refleja algo de la nueva sensibilidad, género de éxito aunque de escaso fuste literario. Narraciones y muy extensas, moralizantes y sentimentales, alguna vez de tenue base histórica (El Valdemaro, de Vicente Martínez Colomer). Se las miró con recelo por la Inquisición y Eudoxia, hija de Belisario fue prohibida.

TEATRO: Nació en el XVIII bajo el signo de Calderón que fue hasta 1770 el autor más representado. No pudieron con él ni la prohibición de los autos sacramentales en 1765 ni la imaginación de sus continuadores ANTONIO DE ZAMORA y JOSÉ DE CAÑIZARES, y menos aún los intentos de un teatro regularizado y clásico o la importación de la ópera italiana. Solamente cedió ante la progresiva implantación de las comedias de magia y santos, que combinaban los recursos de una estrambótica escenografía y la configuración de protagonistas tan inverosímiles en sus hazañas como los de El mágico de Salerno, Pedro Vayalarde y Marta la Romarantina.

Tonadilla escénica (pequeña obrita cantada que reemplazó en su función de intermedio al entremés) y sobre todo los sainetes de don RAMÓN DE LA CRUZ, creador estético del majismo madrileño, maestro en la parodia del teatro serio y la crítica de costumbres (el cortejo, los petimetres, los abates a la moda francesa…). Protegido de las duquesas de Alba y Benavente al que se debió también la madurez de la zarzuela mitológica, de espectáculo y de costumbres.

LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN, primacía del teatro español de su tiempo. Cinco comedias de obediencia estricta a las reglas clásicas. Careció de estudios regulares pero fue políglota y tuvo una cultura refinada: gustaba de la música de Mozart, escribió una Historia de los orígenes del teatro español, planeó una reforma radical e inteligente de los teatros madrileños, organizó para José I la biblioteca de Palacio… Fue protegido de Godoy, compatible con un criterio ilustrado y talante altivo que le convirtió en el dictador literario de la primera década del XIX.

- La comedia nueva, excelente prosa de las razones morales y sociales de las reglas dramáticas.

- El sí de las niñas, primera comedia sobre el tema de los por razón interés, logrando una inolvidable galería de personajes, con final conmovedor y abierto a la comprensión del futuro.

- El viejo y la niña.Sus Obras póstumas, editadas por su albacea Manuel Silvela, incluyen preciosas notas

de viaje por Italia e Inglaterra, justificaciones literarias de su obra, un críptico diario (que ofendió a su editor por registrar abundantes visitas al burdel) y, sobre todo, un copioso epistolario, retrato de un siglo y ejemplo impar de la moderna prosa española.

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2. LAS ÉPOCA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA, PEDRAZA Y RODRÍGUEZ.

El siglo de las luces y sus manifestaciones ideológicas y artísticas

1. UNA ETAPA EXPANSIVA- Punto de arranque de un movimiento expansivo que llega hasta nuestros días

debido a dos factores: o Crecimiento de la población.o Aumento de la producción.

- Crecimiento del peso demográfico, cultural y económico de la burguesía en algunos países liberalismo.

o Inglaterra: reformas paulatinas. o Francia: revolución fin del Antiguo Régimen y sociedad estamental.

- Desarrollo del comercio, cosechas agrícolas muy buenas, desaparición de grandes epidemias e industrialización.

- Apertura de las monarquías absolutistas a un ideal de ilustración. - Afianzamiento de la clase media. - Hazard: “crisis de la conciencia moderna” > Valor de la necesidad de las

innovaciones, reformas, inventos e investigaciones. - Con el avance del siglo se llega al despotismo ilustrado, la Ilustración y el

Neoclasicismo, pero el ascenso de la burguesía y la ideología liberal hará que el arte neoclásico se resquebraje y que se sustituya el culto a la razón por los sentimientos.

2. LA ILUSTRACIÓN- Kant, ¿Qué es la Ilustración? (1784): liberar al hombre para que use su

inteligencia por sí mismo, sin la guía o la tutela de otros. Sapere aude!. - Inglaterra en primer lugar. Francia abanderada de las doctrinas racionalistas y

empiristas. Publicaciones periódicas, libros y contactos epistolares para desterrar creencias falsas y dispuestas a modificar las estructuras del antiguo régimen.

- Newton y la moderna metodología científica crítica sistemática a cualquier autoridad, los asertos precisan ser corroborados por la experiencia para ser admitidos como válidos.

- Locke incorporación del empirismo a las ciencias humanas: descubrimiento, mediante la observación de las leyes que rigen el comportamiento de los hombres.

- Campo religioso:o Deísmo (XVII, John Toland y XVIII, Voltaire): el universo, creado por un

Arquitecto sapientísimo o habitado por un espíritu interior, se rige por unas leyes perfectas que su Creador no suspende jamás, pues sería contradicción inasumible del Ser Supremo. Dios ha puesto los medios para que la razón natural descubra la existencia de tales leyes físicas y morales a través de la observación de la realidad y, por tanto, no recurre a revelaciones sobrenaturales: no existen más leyes de origen divino que las que cada hombre lleva en su interior.

o Materialismo (Barón de Holbach): niega la existencia de Dios y sostiene que en la materia existen fuerzas cuyo funcionamiento mecánico configura la realidad.

- Teorías del liberalismo Adam Smitch en Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776):

o “Principio del egoísmo” como motor de la economía. o Teoría de la división del trabajo (condición para el crecimiento de la

productividad)

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o Libertad de mercados o Trabajo humano = principal fuente de riqueza de las naciones.

- Surge en el propio seno de la Ilustración la reacción sentimental y antirracionalista que aportará uno de los elementos nucleares de la sensibilidad romántica:

o Inglaterra: tendencia de la literatura a lo tenebroso y melancólico, Noches de Young.

o Francia: Rousseau (Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, 1754 y El contrato social, 1762), liberalismo naturalista: es íntegramente bueno cuanto sale de la naturaleza exacerbación del optimismo. Se concede al individuo todo género de libertades y se diluyen sus responsabilidades en la sociedad. El choque de estas doctrinas con la realidad y la evidencia del dolor y la injusticia engendran una angustia que constituye el elemento nuclear de la literatura prerromántica.

3. EL DESPOTISMO ILUSTRADOConcepción política en que una monarquía absoluta mantiene la estructura social

concebida como una rígida pirámide con estamentos separados entre sí. Ideal de la economía y administración del estado en que predominan las cualidades burguesas del trabajo y la eficacia.

Se trata de mantener un estatus nobiliario y feudalizante al mismo tiempo que se impulsaba el desarrollo de la burguesía: acelerar el progreso económico y cultural, fomentar la instrucción y aumentar el bienestar de los pueblos al margen e incluso contra su voluntad. Las minorías ilustradas evolucionarían a posiciones democráticas, liberales y revolucionarias.

4. LA ENCICLOPEDIADennis Diderot y D’Alambert crearon esta máxima expresión del espíritu racionalista y

progresista de la Ilustración. Publicada en 28 volúmenes entre 1751 y 1772, con suplementos posteriores. Tenía el título de Enciclopedia o diccionario razonado de las ciencias, de las artes y de los oficios por un sociedad de gentes de letras . Divulgaba ciencia experimental, técnicas, oficios, nuevas ideas sobre el orden social, religión, moral y política. Sus editores tuvieron problemas con la edición, sin embargo, a pesar de las concesiones reformistas o moralizantes, queda patente el fervor progresista, racionalismo y sentimiento liberal de sus autores.

Tuvo tanto éxito que entre 1782 y 1793, Charles Panckoucke publicó una Enciclopedia metódica más extensa. Estos impresos y otros más revolucionarios influyeron en la revolución de 1789.

5. LA EVOLUCIÓN DE LOS ESTILOS ARTÍSTICOSJunto al purismo neoclásico en el XVIII encontramos concepciones heredadas del pasado

y preludios del futuro. En el conjunto europeo la evolución no es paralela y, además, no existe una sucesión cronológica entre las concepciones artísticas: Posbarroco, Rococó, Neoclasicismo, Prerromanticismo. Estas tres últimas, según Arce, son facetas coetáneas del arte de la Ilustración, aunque el predominio de una u otra se va sucediendo a lo largo de la segunda mitad del siglo.

POSBARROCO Eclosión de la “música barroca” que empieza en Italia (Corelli, Vivaldi, Albinioni) y se extiende por todo el continente (Bach, Telemann, Händel…).

Campo literario > influjo de los creadores del XVII: - Teatro popular con injertos de ideas y tópicos ilustrados. - Arte de la dificultad como envoltura de una visión de la vida más optimista

(Sebold y Suárez Galbán para la Vida de Torres Villarroel; Eugenio Gerardo Lobo, poesía quevedesca en medios expresivos pero alegre y bienhumorada).

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ROCOCÓ Para Aguilar Piñal, se trata de un estilo original de una etapa del XVIII (1720-1780), pero en algunas de sus formas literarias (anacreónticas) se extiende durante el primer tercio del XIX. Es un arte juguetón, superficial y ligero.

Componentes de acuerdo con Hatzfeld: - Buen gusto- Coquetería- Gracia- Esprit (ingenio)- Paradoja- Despreocupación moral- Sensualidad mórbida- Capricho y galantería- Tono voluntariamente menor y gracioso.

Ejemplos son las porcelanas de Sèvres, las fuentes mitológicas imitadas de Versalles, los palacetes lujosos pero recogidos, los cuadros de Watteau… Gusta de la ficción artística: el artificio imita y mejora la naturaleza (cascadas, espejos y luces, laberintos en los jardines…). Hatzfeld denuncia que “esconde la anarquía psíquica bajo la máscara del juego desenfadado”.

NEOCLASICISMO Estilo oficial del Despotismo Ilustrado como reacción a los desvaríos del último Barroco. Austeridad de líneas y sujeción a unos modelos preestablecidos, con presencia e influjo de los clásicos, que serán imitados en ocasiones.

- Las preceptivas se pusieron a la orden del día y el concepto de “buen gusto” y las reglas: el dominio del equilibrio, la sencillez y las simetrías serenas y simples. En teatro se aplicaron con particular rigor: tres unidades seudoaristotélicas de lugar, tiempo y acción, a las que se le añade la de estilo.

- Búsqueda de la utilidad: se diseñan monumentos, edificios y ciudades buscando la armonía estética y la utilidad práctica. La máxima horaciana del docere delectando pesa e impregna el arte de didactismo. Todo parece destinado a elevar la cultura y buscar el bienestar ciudadano.

- Abarcó los diferentes géneros artísticos, pero en música no hay “Neoclasicismo” sino una plenitud del Clasicismo (Haydn, Mozart, el primer Beethoven, Boccherini…).

PRERROMANTICISMO Carnero: su mismo nombres es el “resultado de un fenómeno de ilusión retrospectiva”. Aguilar Piñal propone la etiqueta “neoclasicismo sentimental”. Sebold considera que ya es el arranque del Romanticismo, y señala a Cadalso como primer autor romántico español. Pedraza Jiménez y Rodríguez Cáceres consideran que las condiciones sociales y la expresión artística de 1780 y 1835 son distintas y hay una ruptura formal e ideológica. El término “Prerromanticismo”es útil para preferirse a elementos del arte dieciochesco que reaparecerán con énfasis mayor en las primeras décadas del XIX.

- Sentimentalismo exacerbado con propensión a lo melancólico. - Paisajes nocturnos. - Fascinación de los astros. - Culto a las fuerzas de la naturaleza. - Atracción por los temas fúnebres. - Patetismo expresivo y aproximación visceral y emotiva a los desvalidos.

Estas características y sus formas expresivas consituyen lo que Carnero ha llamado “la cara oscura del Sigo de las luces”.

Caso González ha definido el Prerromanticismo como “la faceta literaria de la Ilustración”.

Existe una zona ocupada por grandes figuras que se formaron en el clasicismo ilustrado pero rompen las amarras expresivas y crean una obra radicalmente nueva que tampoco será asimilable al Romanticismo: Goethe, Beethoven, Goya.

Desde 1754 (Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres, Rousseau), se adivina la reacción antirracionalista que se concreta en dos realidades artísticas:

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Sturm und Drang, que toma el nombre de un drama de Klinger estrenado en 1777 y que florece entre 1770 y 1785. Supone una vuelta a los dramaturgos malditos por el clasicismo francés: Shakespeare y Calderón.

Poesía osiánica: versos del apócrifo celta Ossian que puso a partir de 1760 en circulación James Macpherson, despertaron un nuevo interés por lo medieval y anticlásico.

Llevan a sus últimos extremos el ideal de libertad de la Ilustración, pero contradice sus principios racionalistas y clásicos.

6. LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLAEvolución lenta, solo durante los reinados de Felipe V y Carlos III. Fue breve y no pudo

madurar por la presión que ejerció sobre ella la Revolución francesa. Salvo excepciones como el abate Marchena, nuestros ilustrados no son espíritus revolucionarios ni radicales. La inmensa mayoría es respetuosa con la monarquía y solo lucha para introducir en España novedades que no están reñidas con la moral ni las creencias tradicionales y que suponen un paso para la felicidad pública. A pesar del respeto a los dogmas y doctrinas de la Iglesia, se oponen firmemente a la existencia de tribunales religiosos, procesiones, penitencias públicas y colectivas, etc. Los “filósofos” criticaron a las órdenes religiosas por cuanto eran un obstáculo para la reforma educativa y el desarrollo económica.

En España no penetraron las doctrinas heréticas de la Ilustración francesa. Subirats habla de una “Ilustración insuficiente”, por cuanto se convirtió en mero estandarte institucional y social que encerraba un nuevo dogma, el de la razón; pero no logró asimilar los mecanismo de crítica intelectual que crean la ciencia moderna.

El siglo XVIII en España: marco histórico y social

1. ETAPAS HISTÓRICAS

Guerra de Sucesión y reinado de Felipe V (1700-1746)Muerte de Carlos II sin descendencia duque de Anjou (Felipe V). Se fortaleció el

poderío francés en Europa; Inglaterra apoyó la candidatura de Carlos de Austria guerra de Sucesión (1707-1714), contienda civil y conflicto internacional.

Cambio de dinastía con consecuencias políticas, económicas y culturales organización centralizada del estado: concepción más racional de la actividad política. Voluntad de reforma que contrasta con la pasividad anterior. Los verdaderos artífices fueron los ministros del rey (Orry, Alberoni, Ripperdá, Patiño, Campillo y el marqués de la Ensenada). Reactivación política, económica y cultural > nuevas concepciones científicas y primeras muestras del arte neoclásico.

Reinado de Fernando VI (1746-1759)Rey pacifista volcado en la reconstrucción interna. José de Carvajal y el marqués de la

Ensenada fueron los pilares. Este último intentó imponer un sistema de contribución única, realizó el catastro y puso enorme empeño en el desarrollo de la marina. El alcance se vio reducido por la inercia social resistente a modificar el sistema tradicional. Es una etapa fundamental en la implantación de los ideales ilustrados.

Reinado de Carlos III (1759-1788)Amplia experiencia adquirida por su reinado en Nápoles y los ducados de Parma y

Plasencia. Intentos de reforma dirigidos por sus ministros de la etapa italiana (marqués de Esquilache). Algunos de estos proyectos chocaban con los jesuitas. En 1766, en medio de

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una crisis de subsistencias y con la excusa de unas medidas de modernización de costumbres e indumentaria, estalló el motín de Esquilache. El rey tuvo que destituir a su ministro, pero al año siguiente se decretó la expulsión de los jesuitas. Se alternaron en el poder dos grupos políticos: los del conde Aranda y el de Floridablanca, con programas similares y apoyados por los grupos ilustrados.

Conde Campomanes impulso de la actividad económica con Discurso sobre el fomento de la industria popular (1774) aparición de las “Sociedades económicas de amigos del país”, con proyectos docentes para enseñar ciencias útiles y productivas. Su desarrollo fue breve, pero con un importante papel en el progreso de la nación.

El campo es objeto de atención especial: canales y embalses para el regadío. Se liberaliza el comercio de los granos. Pablo de Olavide dirige la colonización de Sierra Morena y se fundan La Carolina (Jaén) y La Carlota (Córdoba), con un nuevo sentido de la economía y el urbanismo.

Reinado de Carlos IV (1788-1808)En 1789, el gobierno de Floridablanca frenó el programa de reformas e impuso una

estrecha vigilancia de las fronteras para impedir el contagio e inició la persecución de los innovadores e ilustrados.

En 1793 subió al poder un joven Manuel Godoy, inexperto y con política titubeante que primero se enfrentó a la república francesa, luego aceptó el pacto con ella y más tarde con Napoleón Bonaparte. Los conflictos bélicos se inician en 1805 con la derrota franco-española de Trafalgar frente a Inglaterra, siguen con la ocupación de Portugal (1806) y llegan a su punto culminante el 2 de mayo de 1808.

Los intelectuales van evolucionando des de la ideología del Despotismo Ilustrado hacia un liberalismo constitucional más o menos radicalizado.

2. TRANSFORMACIONES SOCIALES- La población había comenzado a concentrarse desde finales del XVII en la

periferia desarrollo económico de algunas zonas como las Vascongadas y Cataluña. Auge económico + impulso cultural > ciencias positivas.

- Afianzamiento de las clases medias. - Cambios en la mentalidad social > clases medias compuestas por miembros de la

baja nobleza, burgueses y labradores ricos. - Nueva consideración del trabajo > desde Carlos II se quiere quitar la marca

infamante que se asociaba a las tareas industriales y comerciales. Numerosos hidalgos y burgueses no se sienten en falta por el hecho de trabajar. Creación de las “reales fábricas”:

- Creación de una burocracia estatal que intentó ser operativa funcionariado que había pasado por la universidad. Igual en el ejército y en la armada, a pesar de la tendencia aristocratizante y el nepotismo, se abren camino burgueses e hidalgos por sus conocimientos técnicos.

- Los autores de la época pertenecen a esa clase media de extracción universitaria dedicada a la burocracia, milicia o cátedra. Presentan sátiras contra la holgazanería, la incultura y la falta de pulcritud y madurez de la alta nobleza.

3. EL MUNDO DE LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA.

Creación de instituciones públicas y privadas cuya finalidad era la investigación y difusión de la cultura. En 1713 se funda la RAE: Diccionario de autoridades (1726-1739), Ortografía (1741) y Gramática (1771). La Academia fomentó la creación literaria por medio de concursos y publicó algunos textos clásicos en magníficas ediciones.

Otras academias fueron la de la Historia, la de las Bellas Artes de San Fernando, la de las Buenas Letras de Barcelona y de Sevilla o la “Academia del buen gusto”, una reunión

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literaria en el palacio de la condesa de Lemos. Nicolás Fernández de Moratín fundó la tertulia de la fonda de San Sebastián.

Esfuerzo educador de las minorías cultas reforma del sistema educativo. Se plantea la enseñanza como un servicio público que debía ser controlado y regido por el estado.

- Expulsión de los jesuitas en 1767 tuvo como virtud el desarrollo de una enseñanza media más o menos secularizada y difusora de las ideas ilustradas.

- Fue insuficiente y la incorporación de los estudios científicos, insuficiente. - Intentos de reformar la universidad desterrar la escolástica e implantar las

ciencias experimentales y la filosofía racionalista. > Pablo Olavide en la Universidad de Sevilla.

- Supresión en 1798 de los colegios mayores (instituciones con los hijos de la aristocracia que dominaban por coligación la universidad y la concesión de cargos públicos).

- Desaparición de las universidades menores.

Literatura y sociedad

1. EL MUNDO DEL LIBRO, EL PÚBLICO LECTOR Y LAS BIBLIOTECASObstáculos para la industria del libro: analfabetismo (80% de la población) y elevados

precios. - Glendinning ha analizado las listas de suscriptores a veinte ediciones entre 1752

y 1817 cuatro tipos: título nobiliario, clérigos, bibliotecas y seglares no aristócratas. Estos comienzan siendo en 1752 solo un 38% y aumentan en el último cuarto de siglo hasta entre el 70 y el 90%

- Reducción del formato del libro. - Tiradas cortas y distribución precaria. Se organizó, sin embargo, el sistema de

suscripciones, catálogos, propaganda en periódicos y se multiplicaron los puntos de venta. El hecho de que continuara la práctica de editar un mismo libro en dos ciudades distintas da cuenta de la mala comercialización que había.

- Edad de oro de la imprenta española por la mejora en la fabricación del papel y el establecimiento de fundiciones de tipos. Fama y prestigio de imprentas en toda Europa > Joaquín Ibarra y Antonio de Sancha.

Se abren gabinetes de lectura anejos a las librerías y comienzan las bibliotecas universitarias. En 1712 se funda la Biblioteca Real, precedente de la BNE, a la que llegan ejemplares de cuantas obras se publicaban y adquiere numerosas bibliotecas particulares.

2. LA CENSURAMismos mecanismos censores que en siglos precedentes aunque con mayor

permisividad, en términos generales. Lo han estudiado Rumeu de Armas y Domergue. - La Iglesia solo ejercía censura en segunda instancia a través de tribunales

inquisitoriales. - Se filtraban ideas y principios ilustrados en contraposición con las tesis de la

Iglesia. - En la segunda mitad del siglo se exacerbó la vigilancia sobre el decoro público y

se prohibieron textos por contener voces malsonantes y situaciones desenfadadas.

- Censura contra las obras que no se consideraban de utilidad y provecho. - Santo Oficio podía secuestrar la edición, quemarla e imponer castigos al autor y

al impresor. Aunque no actuó muy a menudo, su mera existencia obligaba a una autocensura. Zavala ha señalado las gradaciones de la censura a lo largo del siglo > enfrentamientos de la Iglesia con el regalismo ilustrado de Fernando VI y Carlos III.

- Las condenas inquisitoriales engendraban el rechazo de los creyentes y la atracción morbosa de otro público por el hecho de ser perseguidas.

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Periodos y grupos generacionales

1. LOS LÍMITES CRONOLÓGICOS DE LAS TENDENCIAS LITERARIASLas formas literarias del Barroco se prolongan durante la primera mitad del XVIII. Los

autores no aciertan a escapar al influjo de los maestros barrocos y producen obras que reiteran moldes estilísticos y esquemas de pensamiento. En torno a 1720 es cierto que hay muestras de un nuevo estilo y una actitud distinta ante la vida que se nota principalmente en la prosa discursiva. En 1737 se publica la Poética de Ignacio de Luzán y expone los principios generales del nuevo arte:

- Literatura fiel a la naturaleza- Verosímil- Basada en la observación - Sometida a reglas que eviten los desvaríos de la fantasía- Rechazo del ingenio gratuito- Utilidad didáctica de la poesía

Se ha discutido el influjo que pudo tener en el arte de los ilustrados.

1680-1750: Posbarroco1720-1750: Primeras manifestaciones de la literatura ilustrada: prosa ensayística, Poética de Luzán. 1750-1780: Rococó. Neoclasicismo. 1780-1830: Neoclasicismo. Prerromanticismo.

2. LAS GENERACIONES LITERARIAS

Entre el Barroco y la IlustraciónEscriben sus obras de mayor relieve durante la primera mitad del siglo. Confluyen los

continuadores de las formas barrocas con los creadores de la moderna prosa ilustrada. Promociones:

1) Nacidos a finales del siglo XVII: Antonio Zamora, Gabriel Álvarez de Toledo, José de Cañizares, Benito Jerónimo Feijoo, Eugenio Gerardo Lobo, Diego de Torres Villarroel, Agustín Montiano y Luyando.

2) Nacidos a principios del XVIII: Ignacio de Luzán, José Francisco de Isla, conde de Torrepalma, José Antonio Porcel y Salablanca.

La generación ilustradaNacidos entre 1735 y 1760 obra que se desarrolla durante los reinados de Fernando VI y Carlos III. La mayor parte no llegó a ver la Guerra de la Independencia. Comienza con Nicolás Fernández de Moratín y se cierra con Juan Pablo Forner. Figuras capitales: José Cadalso (1741-1782), Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) y Juan Meléndez Valdés (1754-1817). Otros fueron: Vicente García de la Huerta, Cándido María Trigueros, María Gertrudis de Hore, Félix María de Samaniego, Pedro Montengón, Tomás de Iriarte, Luciano Francisco Comella.

Últimos ilustradosNacidos entre 1760 y el final del siglo. Escriben durante el reinado de Carlos IV y viven

las vicisitudes de la guerra y sus trágicas consecuencias. - Década de los 60: Leandro Fernández de Moratín (1760-1828), José de Vargas

Ponce, Nicasio Álvarez de Cienfuegos.

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- Grupo más joven: Manuel José Quintana, Alberto Lista. Juan Bautista Arriaza, Manuel María de Arjona, José María Blanco White, Juan Nicasio Gallego.

La evolución de los géneros literarios.

Bibliografía de la época: Aguilar Piñal (1981-1995), Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, Madrid: CSICAguilar Piñal (1991) “Introducción al siglo XVIII”, en Historia de la literatura española,

dirigida por Ricardo de la Fuente, tomo XXV, Madrid: Júcar. Álvarez Barrientos, López y Urzainqui (1995), La república de las letras en la España del

siglo XVIII, Madrid: CSIC

1. LA NOVELA Y OTRAS FICCIONESSe le ha llamado “siglo sin novela” porque o bien se trata de reminiscencias de textos

barrocos o su intencionalidad es tan didáctica que condiciona la estructura y sentido del relato. Esta centuria carece de una novela autónoma, consistente y nacida de las necesidades expresivas de la época. Esta deficiencia se intentó paliar en la segunda mitad del siglo con la traducción de textos extranjeros. Zavala (Lectura y lectores del discurso narrativo dieciochesco) atribuye esta escasez al rigor de la censura eclesiástica e inquisitoria.

Primera mitad del siglo: Relato lucianesco, fantástico y satírico, conceptista e ingenioso: Visiones y visitas de

Torres con don Francisco de Quevedo por la corte (1727), de Diego de Torres Viallarroel. En su discurso enhebra retratos de oficios, figuras pintorescas, ambientes e instituciones. La técnica es la caricatura expresionista, deshumanizada, cruel, que rebaja a personajes y situaciones hasta niveles grotescos.

En la Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del doctor don Diego de Torres Villarroel (1743-1758), se usa el molde picaresco pero se aplica la alabanza y exaltación del protagonista (el propio autor), sin pretender la moralización a contrario característica del género. En suma, una biografía burguesa que no ha encontrado el molde adecuado.

Segunda mitad del siglo: Novela didáctica: Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campozas, alias

Zotes (1758-1768), del padre Isla, cuya leve trama argumental es el sostén para satirizar la engolada e ininteligible predicación barroca, la educación deformante y algunas facetas de la vida religiosa. Con una mentalidad ilustrada, se enfrenta a los lastres de la Iglesia de su tiempo.

Finales de siglo: Novela sentimental y educativa con el modelo del Emilio (1762) de J. J. Rousseau.

Ejemplificar un proceso de formación moral a través de la vida de un adolescente desmesurado sentimentalismo: Eusebio (1789-1788) y Eudoxia, hija de Belisario (1793) de Pedro Montengón.

Es dudoso que puedan incluirse dentro de las formas novelescas de las Noches lúgubres de Cadalso. Texto dialogado en “el estilo de las que escribió el doctor Young”. Exaltación final den sentimiento humanitario muy acorde con los ideales ilustrados y dieciochescos.

2. El ensayo. La polémica filosófica y literaria. Sin duda, una de las novedades del siglo XVIII fue la conformación del ensayo literario.

Este género se ajusta a las intenciones didácticas y utilitarias de la Ilustración. Creó un nuevo tipo de prosa, llana, directa, natural y precisa. No trata de suscitar la emoción sino la reflexión. Por lo común es prosa noble, de periodos bien construidos y eficaz como medio de difusión del saber ilustrado.

Para la comunicación de nuevas ideas y conocimientos, incorpora neologismos y tecnicismos que vienen a suplir la escasez de términos abstractos del lenguaje áureo. El

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ensayismo dieciochesco impuso finalmente el español como lengua de la ciencia y la filosofía frente al latín, que siguió siendo lengua de uso universitario hasta 1813.

El padre Feijoo (Teatro crítico universal, Cartas eruditas y curiosas) fue el iniciador de este género, que más tarde adoptaría como canal privilegiado el periódico: Diario de los literatos de España (1737-1742), El pensador (1762-1767) de José Clavijo y Fajardo, El censor, dirigido por Luis María García del Cañuelo y Luis Marcelino Pereira, etc. Los números de estas publicaciones están formados por ensayos de divulgación, cuadros costumbristas y escritos polémicos.

La crítica de costumbres se desarrolló a través del libro (Los fantasmas de la corte y estafermos de Madrid, 1761, de Ignacio de la Erbada; El escritor sin título, 1763, Juan Cristóbal Romea y Tapia, etc.) y de los periódicos. El pensador recoge escenas y reflexiones que anticipan a las de Larra.

Más allá del costumbrismo se encuentran las Cartas marruecas, ed. Póstuma de 1789 de José Cadalso, que constituyen una honda meditación sobre los problemas de la España de su tiempo. Una leve ficción arropa el discurso reformista de la política ilustrada.

Las sátiras literarias también tienen leves tramas argumentales, alegóricas. A veces se trata de una crítica de alcance general sobre la literatura, el teatro, el arte y la educación: Los eruditos a la violeta, 1772, de Cadalso, Los literatos en cuaresma, 1773, de Tomás de Iriarte, La derrota de los pedantes (1789), Leandro Fernández de Moratín. En otros casos son directos y biliosos ataques personales como los de Juan Pablo Forner contra Iriarte: El asno erudito (1782), Los gramáticos, historia chinesca (inédita hasta 1970).

Es de especial interés por la repercusión que tuvo el debate en torno a la ciencia española. Nace de un artículo de N. Masson de Morvilliers titulado ¿Qué se debe a España? Que se publicó en 1782 en la Enciclopedia metódica de Panckoucke. Le contestó Forner con una Oración apologética por la España y su mérito literario (1786) en la que se ataca a la filosofía de la Ilustración. Las réplicas se sucedieron. El censor publicó una parodia: Oración apologética por el África y su mérito literario y un cuentecillo alegórico de García Cañuelo conocido con el título de La congoja de uno poderme hacer entender de aquellos bárbaros. La polémica se remata con la irónica, clandestina y revolucionaria Oración apologética en defensa del estado floreciente de España de León del Arroyal.

Por la calidad de su prosa y por carencia de obras más específicamente literarias se acostumbra a incluir en los estudios de literatura escritos técnico-políticos como los de Gaspar Melchor de Jovellanos y libros de viajes y estudios del arte y la sociedad como como el magno Viaje de España (1772-1794) de Antonio Ponz.

3. La poesía

Poesía posbarrocaImitación de los grandes maestros barrocos. Soledad tercera (1718) de José de León y

Mansilla. Continuadores del petrarquismo amoroso y moral (Gabiel Álvarez de Toledo) cultivo de la fábula mitológica tras las huellas del cultismo lopista: Deucalión del conde de Torrepalma, Adonis, y Alfeo y Aretusa de José Antonio Porcel y Salablanca. El arte de Quevedo tuvo continuadores en los sonetos morales de Torres Villarroel y los poemas burlescos de Eugenio Gerardo Lobo.

La poesía ilustrada y sus cenáculosTriunfo entre las élites intelectuales de la estética neoclásica y de la filosofía

racionalista. La llegada al trono de Carlos III coincidió con la consolidación de los grupos literarios que aspiraban a una revolución formal que podara exuberancias barrocas, y a un cambio en los contenidos que atendiera a la verdad moral y la utilidad práctica.

- Cenáculos y academias. Arte de minorías intelectuales.- La Academia intentó fomentar su cultivo con concursos de églogas, preceptivas

literarias y poemas épicos que se ajustaran a esos moldes estilísticos. Para los

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últimos propusieron asuntos ejemplares y de gran resonancia histórica: las naves de Cortés destruidas, la toma de Granada.

- En Salamanca se desarrolló la escuela más brillante José Cadalso trasladado allí aglutinó al grupo y lo incitó al cultivo de la poesía bucólica. Jovellanos, a través de contactos epistolares cambió su rumbo y recomendó la imitación de los ingleses (Pope y Young) y dirigió la poesía hacia temas morales y filosóficos. Cadalso y Jovellanos contaron entre los discípulos salmantinos con el poeta más dúctil y de más fino oído de la centuria: Juan Meléndez Valdés, encargado de transmitir estos ideales a la segunda promoción (Manuel José Quintana, Álvarez de Cienfuegos…)

Dentro de la poesía neoclásica:

Anacreónticas: Búsqueda de la gracia y el tono menor dentro de una estética rococó. Metros cortos, talante ligero y despreocupado, aire bucólico ingenuo y artificial para una filosofía epicúrea y hedonista. Se exaltan los placeres del vino, la mesa y el amor, pero también la Arcadia perdida. Mi barquerilla de Nicolás Fernández de Moratín y los romancillos y endechas de Cadalso o Meléndez Valdés.

Odas ilustradas: Pretensiones morales y filosóficas, de carácter conmemorativo y monumental, para magnificar las empresas culturales de la Ilustración y predicar la filantropía dieciochesca. Utiliza dos cauces complementarios:

o La canción pindárica: largas y solemnes estancias con alusiones mitológicas. Ensalza los progresos en el campo de la educación, de las artes y de la técnica, sin olvidar a los reyes y políticos impulsores de estas mejoras: Al capitán general don Pedro Ceballos de N. F. M., La gloria de las artes de J. M. V., Al príncipe de la Paz de L. F. M., A Carlos III, restablecedor de las ciencias en España de José María Blanco White… La más célebre es la Canción a Pedro Romero, torero insigne de N. F. M.

o Oda horaciana: aprendida de fray Luis de León y escrita en variantes de la lira. Sirvió de cauce a reflexiones de carácter religioso imbuidas de teísmo racionalista (La presencia de Dios de Meléndez Valdés), expresó la admiración por los fenómenos naturales (Inmensidad de la naturaleza y bondad inefable de su Autor, Meléndez Valdés), afán escrutador de la ciencia y predicó la moral filantrópica: La felicidad pública, La bondad es natural al hombre de Alberto Lista. Con frecuencia se dirigen a los amigos del poeta y, junto con las epístolas, constituyen una poesía de la amistad para reforzar lazos y convicciones de los cenáculos ilustrados.

A principios del XIX cambio por la silva. Se hizo más vehemente en su retórica y liberal en su ideología. Hay críticas a las instituciones y doctrinas que se oponen al progreso de la humanidad. Se cantan los descubrimientos técnicos y científicos: A la invención de la imprenta (1800), A la expedición española para propagar la vacuna en América (1806) de Quintana… Los acontecimientos históricos los transformaron en poemas revolucionarios de exaltación nacionalista y liberal: A España después de la revolución de marzo, Al armamento de las proviencias españolas contra los franceses, de 1808, ambas de Quintana.

La elegía: Prepararó por su tono y contenidos el terreno al Prerromanticismo. Las Noches de Young como fuente de inspiración. Sentimentalismo y cierto masoquismo (Elegía a la ausencia de Marina de Jovellanos, La partida de Meléndez Valdés), la reflexión moral, la fascinación de las ruinas, cementerios y paisajes nocturnos, la melancolía y la soledad, el mundo de ultratumba… (“Los dulcísimos metros de mi pluma…” de María Gertrudis de Hore). Al llegar el XIX, la elegía cobrará aires más vehementes y patéticos. En ocasiones se inclinará a la la exaltación de la fraternidad humana y otras hacia lo tétrico y macabro (La escuela del sepulcro, de Álvarez Cienfuegos).

Poesía didáctica: Escasísima fortuna. Los autores se obstinan en someter al corsé del ritmo, la medida y la rima la exposición de conocimientos que hubiera parecido

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mejor en prosa corriente y moliente. Se trató de asuntos de cierto prestigio literario (La Diana o el arte de la caza, de N. F. M.; El poeta filósofo, de Cándido María Trigueros; La música, de Tomás de Iriarte), sino también de las nuevas ciencias positivas.

o Fábula esópica: verso como mero apoyo mnemotécnico. Estilo prosaico. Las dos colecciones mayores tienen finalidades muy distintas. Las Fábulas en verso castellano de Samaniego se escribieron para formar moralmente a los alumnos del seminario de Vergara, mientras que las Fábulas literarias de Tomás de Iriarte son una poética alegórica: consejos neoclasicistas para los escritores incipientes.

La sátira y otras vetas menores: adoptó la forma horaciana en tercetos o endecasílabos blancos cuando se trata de criticar usos literarios, tipos y costumbres (las dos sátiras A Arnesto, de Jovellanos, A Claudio, de L.F.M.). La diatriba personal, muy abundante y virulenta, adoptó los más diversos metros, desde las redondillas del epigrama a los tercetos del poema extenso. La poesía pornográfica y prostibularia fue una veta menor pero significativa, vaciadas en el molde del poema didáctico (Arte de las putas, de N. F. M.) y otras en el de la fábula (El jardín de Venus de Samaniego).

4. EL TEATROIntensa presencia social del teatro. Cambios de dirección tanto en el arte de representar

como en la concepción del drama o escritura teatral. Hubo debates sobre el sentido y la utilidad del arte escénico. Rossi ha llegado a afirmar que estas polémicas fueron “mucho más vivas y dignas de interés que la producción dramática contemporánea a ellas”.

Segunda mitad de la centuria, ofensiva de los ilustrados contra la dramaturgia de los Siglos de Oro: razones estéticas y políticas:

- Acabar con el teatro inverosímil que divulgaba ideas arcaicas, rémora para las transformaciones que propugnaban.

- Proponen el respeto escrupuloso a las unidades clásicas y aspiran a la verosimilitud a través de la presentación de tipos y conflictos universales de los que se desprenda una enseñanza útil.

Teatro posbarrocoDramaturgia que hereda las fórmulas calderonianas. Continuadores sin originalidad ni

fuerza creativa, que repiten temas y argumentos. Doble esfuerzo de renovación: - Complican la intriga y el montaje de sus comedias para llegar al “espectáculo

completo”. De ahí la afición a la comedia de magia y de asunto militar. - Concentración de espacio y tiempo y reducción del número de personajes, así

como regularización y homogeneización del estilo. Los mejores dramaturgos posbarrocos no eran ajenos al influjo de las nuevas doctrinas y se mostraban partidarios de introducir el buen gusto en el teatro. No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague, de Zamora, o las comedias de figurón (El dómine Lucas, de Cañizares).

Teatro popular de la segunda mitad del sigloGéneros de éxito: comedias de magia (hasta su prohibición en 1788) y comedias

militares. Los textos son mera disculpa para el despliegue del aparato escénico. Son géneros característicos del XVIII y las comedias heroicas sacaron a escena a los grandes monarcas ilustrados y fueron vehículo de las ideas humanitarias de la época. Comella.

Comedias sentimentales o lacrimógenas Ignacio de Luzán tradujo en 1751 Le préjugé à la moda de Pierre-Claude Nivelle de la Cahussée. El espaldarazo definitivo lo constituyó El delincuente honrado de Jovellanos en 1774. Prodigan escenas patéticas y caen en melodramatismo excesivo. En verso y prosa con lenguaje artificioso. La intriga, con

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desenlace trágico normalmente suele mostrar los sufrimientos y obstáculos que han de hacer frente para casarse dos personas. Se pone en evidencia la falta de comprensión de la sociedad. Se insiste en la idea de que la virtud es digna de equipararse a la nobleza, en una clara apuesta por romper el inmovilismo. Cecilia, de Comella; Las víctimas del amor, Ana y Sindham, de Gaspar Zavala y Zamora, El preso por amor, de Antonio Valladares y Sotomayor…

Formas menores del teatro popularSainete: pieza breve humorística que refleja tipos y costumbres populares. Es un espejo

que recoge los aspectos pintorescos y cómicos de la vida cotidiana, el lenguaje y los usos del pueblo bajo. El objetivo es divertir a su público por medio de la caricatura y los diálogos vivos e ingeniosos. Numerosos cultivadores, pero la figura clave fue Ramón de la Cruz:

- Cuadros de costumbres (El Prado por la noche, Las castañeras picadas). - Sátiras de tipos sociales (El petimetre)- Parodias literarias contra el teatro de los ilustrados (El Manolo) - Pieza de circunstancias.

El teatro ilustradoConsiderado medio fundamental par la educación de las masa y la propaganda política.

El propio gobierno cuidaba de la reforma teatral. La preocupación se inicia durante el reinado de Carlos III y tiene como principal agente al conde de Aranda, que en 1763 emprende medidas destinadas al embellecimiento de los locales y la mejora de las condiciones de representación.

Molde para plasmar los ideales de sumisión al ordenamiento social de racionalidad y eficacia del Despotismo Ilustrado. También de cauce para plantear los problemas políticos de este sistema.

La tragedia neoclásicaTeatro de poetas e intelectuales construido sobre modelos franceses e italianos, al que

no saben dotar del sentido escénico necesario para conectar con el público heterogéneo que asiste a las representaciones. Imposición de las tres unidades que constriñe la libertad del artista y contribuye a hacer más estática la acción. Sobre un fondo histórico más o menos falseado, se desarrollan caracteres grandiosos, ejemplares, abocados a terribles pruebas en las que salen triunfantes su virtud, patriotismo y nobleza. Mundo trascendentalizado donde solo tienen cabida los sentimientos sublimes.

Tema lucha por la libertad- El héroe se enfrenta a un tirano bárbaro e irracional, casi siempre extranjero. El mensaje último acostumbra a ser la exaltación del orden social, equilibrado y razonable del Despotismo Ilustrado.

- Historia antigua primero, Lucrecia de N. F. M. - Temas medievales españoles: Hormensida y Guzmán el Bueno, N. F. M. Pelayo de

Jovellanos, Sancho García de Cadalso. Raquel, de García de la Huerta, recreación de una leyenda de amor y muerte ya tratada por Lope de Vega y crítica del despotismo borbónico y el poder detendado por los ilustrados en detrimento de la vieja nobleza.

- Finales de siglo, más atrevida en planteamientos ideológicos liberales móviles de carácter sentimental y patetismo. Historias de amor trágico: Zoraida, La condesa de Castilla, de Álvarez de Cienfuegos; El duque de Viseo y Pelayo de Quintana…

La comedia neoclásicaRéplica a las fantasías argumentales y la tramoya escénica del teatro posbarroco.

- Simplifica la intriga, se somete a las unidades de tiempo, lugar y acción. - Trata de reproducir el lenguaje coloquial.

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- En una primera etapa utiliza el verso (generalmente el romance octosílabo), hasta que en las dos últimas obras de Leandro Fernández de Moratín se introduce el uso de la prosa.

- Realidad estilizada. Solo saca a escena personajes comunes: burgueses y sus criados.

- Fines didácticos critica sin ensañamiento las debilidades y vicios de la sociedad, y trata de mostrar la vía de la razón y el buen sentido.

- Personajes, situaciones y actos costumbristas. Desarrollo tardío, corresponde al momento en que los ilustrados alcanzan el poder. La

primera muestra, La petimetra, 1762, N. F. M., tiene todavía alguna intriga de comedia de capa y espada. Más ajustado al modelo neoclásico son los ensayos de Tomás de Iriarte: Hacer que hacemos (1770), El señorito mimado y La señorita malcriada (1788).

Las comedias de LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN alcanzarían los ideales de la escuela. Recoge eficazmente la vida social de su tiempo y las preocupaciones del ciudadano medio. Da cierta densidad psicológica a sus personajes. Evita la afectación en el lenguaje y consigue que cada criatura hble de forma coherente con su estado y condición.

Crea la moderna comedia española, en la que el público no espera ya las sorpresas de una intriga complicada, sino el devenir lógico de los acontecimientos y la evolución razonable de los caracteres. Está en las antípodas del teatro popular de efectos y tramoya que Moratín ridiculizó en La comedia nueva o el café (1792).

Invitó a la burguesía a ser ella misma, sin pretender falsos títulos nobiliarios (El barón, 1803), ni fingir una religiosidad que no sentía (La mojigata, 1804), y recomendó una educación basada en la sinceridad y el afecto, que permitiera la expresión de los sentimientos y acabara con las bodas de conveniencia (El viejo y la niña, 1790 y El sí de las niñas, 1806).

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3. HISTORIA SOCIAL DE LA LITERATURA ESPAÑOLA, Blanco Aguinaga, Rodríguez Puértolas y Zavala.

Los problemas del XVIII son aún nuestros. Contra la guerra, la superstición, el fanatismo, la tradición anquilosada; por la moral laica y la libertad intelectual levantaron banderas nuestros dieciochescos escritores, que se oponían a la opresión en todas su formas.

En toda Europa y América se fermentaban cambios: la guerra de emancipación de las colonias inglesas de 1776; la Revolución Francesa y sus contrarrevoluciones. A veces los cambios son lentos y se dan en la esfera del pensamiento. La sociedad burguesa avanza a pasos gigantescos hacia su madurez; como dice Marx, al hablar de Defoe y de Rousseau, el individuo del XVIII es el producto de la disolución del feudalismo y de las fuerzas productivas que se venían desarrollando desde el XVI. El problema del hombre en el siglo XVIII se convierte en problema social.

Las fuerzas productivas en acción provocaron un auge económico que en la segunda mitad del XVII(I) incita a los diversos estamentos a unirse para gozar de los beneficios de la nueva coyuntura.

Felipe V y Felipe VI buscaron ministros hábiles, fomentaron la industria, el comercio, las academias científicas y fueron también mecenas. Facilitaron la difusión de libros y se preocuparon por el desarrollo cultural. Con Carlos III y sus ministros se intentó dar vuelo al espíritu de reforma.

Hitos del pensamiento ilustrado en España: 1) Dos primeros tercios del siglo (antes de la Rev. Fr.), equivale a un desarrollo de la

mentalidad burguesa sin una burguesía propiamente dicha. 2) “Despotismo ilustrado” con Carlos III y Carlos IV hasta la invasión napoleónica. 3) Etapa de la Junta Chica compuesta por jóvenes revolucionarios (José María Blanco-

White, Antonio Sánchez Barbero, Manuel José Quintana y José Antillón). Estos momentos coinciden plenamente con los de la literatura: 1) Perpetuación del barroquismo y la tradición. 2) Coetaneidad con neoclasicismo y actitud ilustrada crítica y de investigación. 3) Generación prerromántica en el crepúsculo del siglo.

Aparición del periodismo. Humanitarismo, actitud laica sobre la caridad. Exaltación del ciudadano honrado y útil que emerge como héroe: competencia

civil. Los novadores no lo tuvieron fácil, solo obtuvieron pocas victorias, puesto que

seguía habiendo juicios inquisitoriales, acusaciones de limpieza de sangre y el patriotismo y el honor de España llevó a polémicas como la de Que doit-on à l’Espagne? de L’Encyclopédie Méthodique.

Sentimiento democrático plenamente visible ya en las Cortes de Cádiz. Las revueltas de 1766 con el motín de Esquilache y la expulsión de los jesuitas

indican la carga explosiva de la situación radicalización el descontento popular debido a las crisis económicas (hambre, escasez) y a los factores ideológicos (propaganda revolucionaria) provoca motines callejeros, asonadas, complots revolucionarios (como la Revolución de San Blas en 1795, encabezada por el mallorquín José Antonio Picornell). El pueblo levantisco irá a las armas durante la invasión napoleónica dirigido por curas y frailes guerrilleros. En adelante, dos bandos: los de la libertad y las ideas republicanas y los absolutistas y monárquicos.

Tradición y modernidad. Torres Villarroel.

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- Ganar lectores para conseguir dinero. - Escribe almanaques. Tuvo la suerte de vaticinar la muerte de Luis I, lo que

acreditó sus predicciones que recibía la pequeña burguesía. Para ella incorporaba el lenguaje popular coloquial en todo su realismo.

- Polémicas con los novadores, como Feijoo, que ponían en peligro su fuente de ingresos: las artes adivinatorias.

- La barca de Aqueronte: al estilo de los Sueños de Quevedo pero con una intención utilitaria y didáctica ausente en aquel. Se destacan sobre todo la vida de los universitarios y nobles de forma satírica.

- Su Vida es uno de los primeros ejemplos de la literatura por entregas de la España moderna, modalidad que seguirá cultivándose a lo largo del siglo. La estructura se afirma en el dualismo paradójico y la confesión mundana. Se inscribe en el género biográfico que abunda en la Europa del XVIII. Es una autobiografía de un pequeño burgués advenedizo que logra un éxito sin precedente a través de ingeniosidades, explotando la credulidad del vulgo y sus supersticiones, en las cuales él no cree.

De la superstición al realismo, FeijooCombate contra la superstición y el fanatismo a favor del pensamiento racional. Temas

de su obra: 1) Alegatos contra los errores y supersticiones2) Artículos de divulgación científica3) Ensayos de contenido filosóficoDefendió con pasión y brío el pensamiento moderno y la búsqueda de la verdad.

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