Material Uncion

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La Unción de los enfermos El nombre Hasta 1955 a la unción de los enfermos se le conoció con el nombre de extremaunción, lo que daba a entender que era un sacramento destinado a los que estaban a punto de morir. Otra denominación parecida fue la de últimos sacramentos. Lo primero que debe quedar claro es que la unción no es un sacramento exclusivo para los moribundos, ni una bendición para la muerte, mucho menos un pase automático para entrar al cielo tras la muerte. Entenderlo de esa manera es lo que ha generado su incomprensión dentro del pueblo de Dios, la distorsión en su práctica y, por tanto, la baja solicitud que tiene entre los creyentes. La unción de los enfermos en la Biblia Desde que entró el pecado en la humanidad, el sufrimiento físico y moral ha sido la nota dominante. El estilo de Jesús Mt 4, 23-24; Mc 6, 56; Mt 10, 1; Mc 6, 12-13. El texto bíblico por excelencia que fundamenta la práctica del sacramento de la unción es el que encontramos en la carta de Santiago (5, 14-15) La unción mencionada por Santiago quiere ser un apoyo en la curación del enfermo y, sobre todo, la expresión de que Dios está con él en esos momentos dolorosos. Historia Con este texto de Santiago, podemos afirmar que la unción de los enfermos se comenzó a practicar desde el establecimiento de las primeras iglesias cristianas, por lo que vendría a ser uno de los sacramentos más antiguos del cristianismo. Durante los primeros cinco siglos del cristianismo, se practican la unción privada (hecha por el propio enfermos o sus familiares) y la litúrgica (hecha por el presbítero o el obispo). A partir del siglo IX los únicos ministros válidos de este sacramento fueron los sacerdotes y los obispos, decisión que complicó de varias maneras la pastoral de la unción (pues se pedía un número mayor de sacerdotes presentes, la realización de siete unciones, etc.). Fue hasta el concilio de Trento, en su sesión de 1551, cuando se le devolvió a la unción su carácter de sacramento para todos los enfermos, no solo para los moribundos. El nuevo ritual de la unción de los enfermos, publicado por Pablo VI en 1972, actualizó para estos tiempos la pastoral de este sacramento. Entre otras directrices, aclara que la unción se confiere a los que sufren una enfermedad peligrosa, ungiéndolos en la frente y en las manos con aceite de oliva u otro obtenido de plantas –debidamente bendecido-, al tiempo que se pronuncia la formula. Celebración Jesús Romero 28 de febrero de 2014

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La Unción de los enfermosEl nombre Hasta 1955 a la unción de los enfermos se le conoció con el nombre de extremaunción, lo que daba a entender que

era un sacramento destinado a los que estaban a punto de morir. Otra denominación parecida fue la de últimos sacramentos.

Lo primero que debe quedar claro es que la unción no es un sacramento exclusivo para los moribundos, ni una bendición para la muerte, mucho menos un pase automático para entrar al cielo tras la muerte. Entenderlo de esa manera es lo que ha generado su incomprensión dentro del pueblo de Dios, la distorsión en su práctica y, por tanto, la baja solicitud que tiene entre los creyentes.

La unción de los enfermos en la Biblia Desde que entró el pecado en la humanidad, el sufrimiento físico y moral ha sido la nota dominante. El estilo de Jesús Mt 4, 23-24; Mc 6, 56; Mt 10, 1; Mc 6, 12-13. El texto bíblico por excelencia que fundamenta la práctica del sacramento de la unción es el que encontramos

en la carta de Santiago (5, 14-15) La unción mencionada por Santiago quiere ser un apoyo en la curación del enfermo y, sobre todo, la expresión de que Dios está con él en esos momentos dolorosos.

Historia Con este texto de Santiago, podemos afirmar que la unción de los enfermos se comenzó a practicar desde el

establecimiento de las primeras iglesias cristianas, por lo que vendría a ser uno de los sacramentos más antiguos del cristianismo.

Durante los primeros cinco siglos del cristianismo, se practican la unción privada (hecha por el propio enfermos o sus familiares) y la litúrgica (hecha por el presbítero o el obispo).

A partir del siglo IX los únicos ministros válidos de este sacramento fueron los sacerdotes y los obispos, decisión que complicó de varias maneras la pastoral de la unción (pues se pedía un número mayor de sacerdotes presentes, la realización de siete unciones, etc.).

Fue hasta el concilio de Trento, en su sesión de 1551, cuando se le devolvió a la unción su carácter de sacramento para todos los enfermos, no solo para los moribundos.

El nuevo ritual de la unción de los enfermos, publicado por Pablo VI en 1972, actualizó para estos tiempos la pastoral de este sacramento. Entre otras directrices, aclara que la unción se confiere a los que sufren una enfermedad peligrosa, ungiéndolos en la frente y en las manos con aceite de oliva u otro obtenido de plantas –debidamente bendecido-, al tiempo que se pronuncia la formula.

Celebración⇒ Esencialmente la celebración del sacramento consiste en la imposición de manos sobre la cabeza del enfermo y la unción con el santo óleo en la frente y en las manos, diciendo una sola vez: Por esta santa unción y su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que libre

de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad.⇒ Este sacramento comunica la gracia del Espíritu Santo, como ayuda para superar las dificultades que en orden a la salvación presenta la situación de enfermedad.Efectos del Sacramento:a. La unión del enfermo a la pasión de Cristo, para su bien y de toda la Iglesia.b. El consuelo, la paz y el ánimo para soportar cristianamente los sufrimientos de la enfermedad o de la vejez.c. El perdón de los pecados si el enfermo no ha podido obtenerlo por el sacramento de la Penitencia.d. El restablecimiento de la salud corporal, si conviene a la salud espirituale. La preparación para el paso a la vida eterna.Cuestiones pastorales⇒ El enfermo puede participar de la comunión del Cuerpo de Cristo que, en peligro de muerte, se llama viático, es decir, alimento para el último viaje.⇒ Por lo general, el aceite empleado en la unción ha sido bendecido en la misa crismal del jueves santo, en la que se bendicen también los oleos sagrados que a lo largo de todo el año se van a utilizar para el bautismo, la confirmación y el orden sacerdotal.⇒ Siempre que sea posible, la unción debe ofrecerse pronto al enfermo y se le debe administrar en una celebración en la que esté presente la comunidad local, por lo menos mediante familiares, amigos y algunas personas que lo asisten⇒ Como todos los sacramentos, la unción de los enfermos, lejos de constituir un momento litúrgico aislado, debe ser signo de la coparticipación sensible y cristiana, que nos une con los que sufren y con Cristo paciente y glorioso.

Jesús Romero28 de febrero de 2014Profundización en la fe II