Mattelart

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O 9 Un irersidad Nacional del Nordeste Cátedra: *>PCfc¡li de la Comunicación Lic. Adriana Inés Echeverría A, A/ Documento de Lectura: Globalizacion Artículos del Diario Le Monde y Clarín Mane; 5 de diciembre <íe 199S CLARIN . OPINION 5 •o T E N N i A S ¿La comunicación las utopías? ARMAND MATTELART Especialista en comunicación. ^ La idea de que las comunicaciones harán un mundo ^ mejor apareció con cada salto tecnológico, dice el autor ^ - -V : §5 fe L A reciente caída de las grandes utopías políticas lleva a cierto nú- mero de pensadores a proponer la comunicación como una suerte de uto- pía sustituía, único medio de crear entre los hombres el vínculo que fund? las co- munidades y permite la cohesión social. En este sentido, las nueras tecnologías excitan muy particularmente ía imagina- ción: muchos ven en los multimcdios y las redes interactivas del tipo Internet las bases de una dbersociedad más solidaria y más democrática. Las clases sociales se- rian borradas, los enfrentamientos desa- parecerían. Tal actitud no es nueva. La volvemos a encontrar cada vez que las comunicacio- nes (tanto los transportes como la trans- misión de signos) han sufrido saltos tec- nológicos importantes. Desde temprano Así. desde comienzos del siglo XIX la comunicación fue promovida como ga- rantía de una democracia renovada y. al mismo tiempo, como remedio contra la crisis económica. A través de las eras del vapor. la electricidad, las ondas, la ima- gen animada y la telemática, esta "misma idea no ha cesado de renovarse a merced de las generaciones técnicas. El primer indicio de un discurso pro- Ictico, utópico, que se basaba en la trans- misión a larga distancia, data de fines del siglo XVIII. En ocasión de la instalación, en 1793, del telégrafo óptico que unía Li- le con París, se desencadenaron especu- laciones acerca de los posibles usos ci- viles del invento y los pensadores revolu- cionarios consideraron que sería sufi- ciente multiplicar las líneas y liberar su lenguaje codificado para permitir a "to- dos los ciudadanos de Francia comuni- carse sus informaciones y sus deseos". "Enlazar el universo". Todo por el vapor y la electricidad" son las consignas <5e los discípulos de Claude-Henri de Saint-Si- mon (1760-1825). A la visión econonicis- ta del mundo. Saint-Simón opone la uto- pía de la "asociación universal b:< jo el punto de vista de la industria", la explota- ción del globo terrestre por los "hombres asociados", que trabajan por el logvo de una meta común. Dentro de una doctrina de salida de la crisis, las "redes espiritua- les" o de crédito y las "redes materiales" o de comunicación tienen mía función organizadora del organismo social. Civilización circulante En 1S32. Michel Chevalier. cardenal de la iglesia sansimoniana, adhiere ; una concepción determinista de las redts de la "civilización circulante'*- Las redes fe- rroviarias, articuladas con las lineas marí- timas y la comunicación a larga distan- cia, serán, piensa Chevalier. los vec.'ores de la asociación universaL La cuestión de la democracia está lejos de ubicarse en el centro de su preocupación. Pero este no le impide entonar un estribillo: la comu- nicación reduce las distancias no solo de un punto a otro sino también de una cla- se sedal a otra. Un medio contribuye a la formación del imaginaria comunicad o nal de la se- gunda mitad del siglo XIX: lasCgrandes exposiciones universales. La primera Ex- posidón. que tiene lugar en el Crystal Pa> lace de Londres, en 1851. inaugura el pri- mer cable telegráfico submarino, que atraviesa el Canal de la Mancha. La que cierra el siglo en 1899, en París, v? el triunfo del cine. La película hace entrar la mitología de la comunicación universal en la era de la imagen, que se convierte en otro de los símbolos del fin de las desigualdades en- tre las dases, los grupos y las naciones. "Las imágenes animadas -escribía el no- velista norteamericano Jaclc London- de- rriban las barreras de la pobreza y del medio ambiente que obstaculizaban ios caminos que conducen a la educación y difunden el saber en un lenguaje que lo- do el mundo puede comprender. * Incluso antes de sus aplicadones in- dustriales y domésticas, la energía eléc- trica nutrió los imaginarios de la comuni- cación. En 1852. una obra en lengua inglesa^-The SUenl-Revolution. preveía la armonía sodaj de la humanidad sobre la base de una "red perfecta de filamentos eléctricos".. Descofltentradón y descentralización: la nueva energía inaugura la era de la re- » condlíatión entre la ciudad y el campo, ve! trabajo y el ocio, el cerebro y las ma- nos. Desde 1934 Lewis Mumford, histo- riador norteamericano de las técnicas y t las dudades. ve en las redes de radiodifu- sión el medio de restablecer el agora de las más pequeñas dudades de la Grecia antigua. Veinte años más tarde, Marshall McLuhan toma la posta. A fines de la dé- cada del 60 decreta e! advenimiento, aquí y ahora, de la "aldea global" . El momento de la Información Los progresos de la rama informática marcan una transición decisiva en las re- presentaciones utópicas. Desde 1948. el erudito norteamericano Norbert Wiener pronostica el nacimiento de la "sociedad de la información". Insiste en la idea de la circulación de la información como condición necesaria para el ejercicio de la democracia. Los años 70. década del shock petro- lero, ven instalarse las representaciones utópicas de la comunicadón y la infor- mación en el centro de los discursos esta- tales sobre las estrategias de salida de la crisis política y económica. Con las "autopistas de la ínformac de este fin de siglo, e! glr.ljo da una va vuelta en el carrusel dt las utopía reproducción cíclica del discurso s las virtudes de la comunicación ene otra, la de las luchas por el control d dispositivos de comunicación. la heg< nía sobre las normas y los sistemas. En el alba de la era de los muir dios, a fines de febrero de 1995. los ses del G7 realizaron su cónclave en sclas para discutin de común acu- con los grandes industriales dé los dios audiovisuales y la telemática, la talación no solo de las famosas "auto tas" sino también de la "sociedad t información". El grupo preconizó amplia desregulación de las telecom caciones. pero no quisó entrar er cuestiones "demasiado polémicas poi hiralcza" del contenido de hs nuevas electrónicas. En un mundo huérfai» grandes utopias políticas, la utopía t« cista sirve de moneda de cambio ideologías del mercado global en ti po real. El mito igualitarista de la comur ción "sigue estando más que nunca diente de las lógicas de segregación nológica que pesan sobre un or mundial que tiene bastan-e trabaje encontrarse. Queda que. a despech< los avalares de la historia, las diversa ligiones de la comunicación contin reclutando cruzados. CnrrrifK U- Mon* , CUrin. Trad.KtWr Oka Cu

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