Mattini Pensamiento Político Del Che

8/16/2019 Mattini Pensamiento Político Del Che

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El pensamiento político del Che1

Luis Mattini

Empecemos por reconocer un hecho: cuando se habla del “pensamiento del Che”, más

aún cuando se adjetiviza esa expresin con el aditamento “econmico!, “militar” o

incluso “pol"tico”, la ma#or parte de los intelectuales marxistas # hal$enos al

marxismo, en el mejor de los casos arru$an el entrecejo # en el peor tuercen la boca

despectivamente%

& esto tiene al$ún sentido, pues tanto la práctica como la teor"a del Che, son di'"ciles de

comprender desde la ptica más o menos ri$urosa del “pensamiento” marxista clásico,

sea este leninismo, trots(ismo, mao"smo, incluidos los latinoamericanismos% En

realidad, los $uevaristas de los setenta hemos hecho malabarismos “tericos” para

encajar la praxis $uevarista en el dispositivo epistemol$ico del marxismo

)esde lue$o, tampoco el Che era la expresin particular de otras corrientes

emancipadoras americanas, populistas, indi$enistas # menos aún nacionalistas% *in

embar$o, el Che no slo inspiraba a todas las corrientes revolucionarias sino tambi+n a

todo lo rebelde # contestatario desde la resistencia pasiva hasta la lucha armada%

& ho# en d"a llama la atencin ue en medio del derrumbe de sistemas # de "dolos, los

cuales en resultados hab"an lle$ado mu# lejos, el Che sobresale # se eleva con el

tiempo% El $eneral -iap, por ejemplo, derrot a tres imperios, un verdadero $enio

militar revolucionario #, sin embar$o, está pasando sus últimos a.os #a olvidado por el

mundo% Mao, incluso *talin, 'ueron "dolos de masas, no slo en sus pa"ses sino en $ran

parte del mundo donde millones de personas des'ilaban con su retrato /recu+rdese ue

incluso sali la ropa de moda al estilo Mao0% Esos "dolos se ca#eron #, al hacerla,

aplastaron con todo el peso del culto a la personalidad a sus idlatras%

El Che nunca 'ue "dolo% )icho uizás con más precisin: nunca se lo pudo idolatrar

como a otros% 1i hubo con el Che un culto a la personalidad% 1o 'ue el “$ran timonel”,

ni el $ran estrate$a, ni el padrecito, ni el $enial je'e del proletariado% 1i siuiera 'ue el

“$ran comandante”% Era simplemente el comandante -uevara% En una 2m+rica Latina

tan llena de comandantes, al$unos con una tra#ectoria militar más extensa # bien $a3

nados m+ritos, el Che podr"a haber sido el más destacado entre todos% Es decir, ni

talentos militares, ni erudicin en econom"a, ni especial sa$acidad pol"tica 3sin ue esto

si$ni'iue restarle su importancia3 con'orman al Che #, al mismo tiempo, todos son sus

4 5echa de la charla


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componentes%

El Che es distinto% El Che no era “brillante”, era pro'undo% 2'ortunadamente no lo

pudieron convertir en un )ios ue todo lo pod"a, todo lo sab"a # todo lo explicaba% 5ue

/# es0, sobre todo, un modo de vivir el presente, un modelo bien real # sobre todo

posible% 6ero, como la realidad actual es virtualidad, el Che slo puede aparecer ho#

como mito% Los "dolos, como 'alsa deidad, terminan por caerse # se hacen polvo% Los

mitos, como expresin subjetiva de al$o real, se extienden en el tiempo al punto ue lo

ue hicieron # dijeron se convierte en lo ue la $ente cree ue hicieron o dijeron

trans'ormándose en una identi'icacin colectiva de $ran potencialidad% 2l no ser un

)ios, al ser un hombre, el Che es posible%

7o# se presenta al Che como mito o le#enda, paradi$ma de una +poca de má$icas

juventudes lanzadas a sue.os imposibles, dilu#endo sus potencialidades en el presente%

Comprender por u+ no es un "dolo como Mao o 6ern #, en cambio, tiende a ser un

mito, es prerreuisito indispensable para extraer de la mitolo$"a toda la potencialidad

actual de su pensamiento% )icho de otro modo, ha# ue salir de la virtualidad ue la

llamada $lobalizacin nos pretende imponer, para tomar contacto con el Che real%

2 treinta a.os de su muerte, es lu$ar común decir ue el Che era un hombre de su

+poca% 6ero esta a'irmacin, como toda media verdad se trans'orma en 'alsa si se olvida

ue el Che 'ue tambi+n constructor de su +poca, más ue nin$uno de sus

contemporáneos%

La primera pre$unta ue deber"an responder uienes reducen al Che a la 'rmula “un

hombre con su +poca” es por u+ los jvenes de ho# en d"a rescatan de auella +poca,

supuestamente dorada, a un “perdedor” como el Che # no a los $randes “$anadores”

contemporáneos de -uevara, ue son varios # con indiscutidos m+ritos realmente

“contantes # sonantes”%

6ara el marxismo pre3ochentista, es decir, de antes de la ca"da del muro del 8erl"n, la

respuesta podr"a haber sido más o menos as": porue el Che es voluntarista, idealista, no

tiene en cuenta la correlacin de 'uerzas, el desarrollo de las 'uerzas productivas, se

euivoca de sujeto, etc% plantea un imposible% 6or lo tanto, una vez muerto, la misma

bur$ues"a lo pro#ecta para canalizar las inuietudes juveniles hacia un imposible no

peli$roso para el poder% En cambio, Mao es concreto, hizo temblar al imperialismo%

*in embar$o, ho# podemos observar amar$amente ue lo ue Mao # otros $randes

revolucionarios lo$raron mediante su $enio pol"tico militar, sus talentos or$anizativos,

sus sensibilidades para la conduccin de $randes masas, su captacin de lo “nacional” #


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todos los etc% el capitalismo lo está recuperando con la 'uerza de la mercanc"a% & con

esto no intento en'rentar caprichosamente a ambos revolucionarios, sino constatar las

paradojas del si$lo 99%

6or otro lado, decir ue el mito del Che es producto de la utilizacin de los medios

masivos es lo mismo ue decir ue -ardel es una creacin de 7oll#ood%

La paradoja actual reside en ue este Che ue está siendo utilizado como mercanc"a,

ue deja millones de bene'icio en remeras, a'iches, libros, pel"culas o derechos de autor

de sus bi$ra'os, no pudo ser derrotado por la mercanc"a% & all" reside la 'uerza de su

pensamiento el cual, al no poder tomar contacto con el pensamiento tradicional debido a

la crisis de este, se trans'orma /esperemos ue slo provisoriamente0 en mito%

;tra posible respuesta a la pre$unta ser"a ue el Che renunci al poder% & esto se lo

puede relacionar con el hecho de ue, en realidad, la mercanc"a no derrot al socialismo

sino al socialismo en el poder, o al poder socialista% Esta hiptesis nos introduce en la

reconsideracin de toda la teor"a del poder elaborada # llevada a la práctica por el

marxismo, por lo menos desde la Comuna de 6ar"s hasta nuestros d"as%


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pasado%

En la actual sociedad “posmoderna”, un doble sentimiento de tristeza e impotencia

parece imponer una pro'unda depresin # sensacin de decadencia% ?risteza # dolor

por un si$lo ue se inici con la >evolucin de ;ctubre inau$urando la hora de todas

las emancipaciones # 'inaliza como el si$lo de las ma#ores barbaries # desilusiones%

En consecuencia, el sentimiento de impotencia parece imponerse ante la idea de ue

todo es de tal complejidad, ue los es'uerzos por cambiar el mundo no slo ser"an

est+riles, sino ue podr"an conducir a lo contrario de lo deseado% 2uel 'uturo ue hab"a

sido vivido, so.ado # pensado como la más positiva de las promesas, verdadera

redencin de la humanidad o para"so terrenal, en nuestros d"as ha cambiado de si$no: se

trans'orm en la evocacin de la ne$atividad más inuietante ue pueda haber%

2s", el presente se trans'orma en una realidad unidimensional, sin pasado ni 'uturo, sin

nin$una posibilidad concreta de actuar en +l% La sociedad se nos aparece como una

sociedad virtual, sin principios o l"mites concretos% La 8iblia junto al cale'n% La única

realidad palpable ser"a la muerte% La única certeza, la certeza de lo peor% La vida #a no

es más una evidencia% La única evidencia es, en la sociedad del espectáculo, la muerte%

@Cmo hemos lle$ado a estoA @Cmo es posible ue despu+s de d+cadas de

entusiasmos, sacri'icios # con'ianza, aparentemente slo ueden 'ocos de “resistencia”,

en buena parte actuando más por inercia ue por conviccin # mucho menos con

pasinA @Cmo es posible ue la ma#or"a de auellos ue más entusiasmo # es'uerzos

pusieron en la construccin del llamado “socialismo real” sean lo menos interesados en

de'ender4BA @Cmo es posible incluso ue ni siuiera uienes usu'ructuaron de los

privile$ios de esas sociedades, las castas burocráticas dominantes, no opusieran

resistencia a la “ca"da”A @7ubo realmente “ca"da”A @; es simplemente readecuacin de

un sistema ue nunca 'ue lo ue dijo serA )espu+s de todo 3si se$ún el propio Marx3los

hombres no son lo ue creen ser sino lo ue hacen, las sociedades no son lo ue ellas

a'irman de s" mismas sino lo ue hacen%

Muchos, en particular 'uera de los pa"ses del ex sistema socialista mundial, a'errados a

una esperanza pasiva, por lo tanto expresin de deseos, piensan ue esto es solo un

“impasse” dentro de esa lar$a lucha por el 'uturo comunista una 'uerte derrota

“táctica” 'rente a la $ran “estrate$ia” de la historia universal derrotas debido a

circunstancias histricas # errores de las van$uardias% 6ero la doctrina se$uir"a más o

menos intacta, slo necesita “ajustes” a la nueva realidad% 7a# ue “esperar” a ue el

propio desarrollo de las “'uerzas productivas” re$enere el “sujeto histrico” #, mientras


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tanto, “prepararse” para las 'uturas o'ensivas revolucionarias% 2nalizar “errores”,

resta.ar heridas, insistir en la “concrecin”% Las herramientas ue hab"amos portado

eran buenas pero hubo “desviaciones”%

;tros desarrollan la cmoda teor"a de la “traicin”% La traicin de -orbachov, de )en$

9iao 6in$, de 6ern o de uien sea, incluido el hombre: “El socialismo era una buena

idea pero nos 'all el hombre”% ;tros se autocritican de haber sido demasiado

“izuierdistas” o clasistas: “1o tuvimos su'icientemente en cuenta la cuestin

nacional” “se nos pas la cosa de la democracia”, # as" por el estilo%

Errores hubo # a montones, en particular, pol"ticos, pero por el contrario, creo ue en la

izuierda hemos cometido un solo pecado imperdonable: no haber sido ni ser

su'icientemente subversivos% La izuierda dej de ser cuando hubo dejado de ser

subversiva% & dej de ser subversiva, no #a en las experiencias “re'ormistas” sino

tambi+n en las metodol$icamente más radicales, incluidas las insurrecciones armadas #

las $uerras populares% 1o dej de ser subversiva por no cascotear a la polic"a, armar

barricadas, hacer huel$as por tiempo indeterminado o caer en el “cretinismo

parlamentario” todas estas cuestiones de situacin concreta% )ej de ser subversiva,

cuando a pesar de hacer todo eso # mucho más, empez /o no supo za'ar0 a comprar las

imá$enes identi'icatorias capitalistas expresadas incluso en verbolo$"a revolucionaria%

Cuando empieza a aceptar la pol"tica espectáculo como parte “natural” de la “evolucin

t+cnica”% Cuando acepta criterios cremat"sticos en la consideracin de los asuntos

sociales% Cuando critica la econom"a capitalista desde pautas econmicas capitalistas

/e'iciencia, intensivo, productividad, etc%0 Cuando de'iende a ultranza un inter+s

corporativo ue perjudica al conjunto con un criterio 'alsamente clasista0% Cuando

trans'orma al Che en un "dolo, convierte en consi$nas sus pensamientos, se propone

“ser como el Che” en vez de hacer como el Che, sobre todo pensar como el Che% &

“hacer como el Che”, no si$ni'ica ponerse la boina, tomar un 'usil e iniciar un “'oco”,

/cuestin +sta tambi+n de situacin concreta0% *i$ni'ica ser capaces de subvertir nuestros

propios juicios aprior"sticos, nuestra propia teor"a, en'rentando las apor"as con la praxis

pol"tica, sin dioses en las estanter"as de las bibliotecas ue nos protejan ni sentido

determinista de la historia ue nos $aranticen “triun'o 'inal”%

6orue lo ue aparece a simple vista es ue nin$una de las corrientes supuestamente

anta$nicas dentro del movimiento emancipador ue lo$raron ensa#ar 'ormas sociales

ha demostrado ser la “verdadera” # en todas es 'ácil reconocer, con di'erencias de

$rado, tanto los sacri'icios, la abne$acin # el esp"ritu de lucha, sus lo$ros # sus


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'racasos%

Lo ue es menos 'ácil de ver son los valores aut+nticamente revolucionarios #

libertarios, la verdadera actitud “subversiva”, la real radicalidad, en cada una de las

experiencias # en todas en su conjunto% & esto es as" porue criterios aritm+ticos como

“+xito”, “cumplimiento de objetivos”, estad"sticas de produccin, tantos televisores por

habitante, “acumulacin histrica” #, sobre todo, la idea de un presente de lucha, de

“sacri'icio” hacia un “'uturo luminoso” de 'elicidad, empa.an # distorsionan las

valorizaciones%

2s" la “verdad” estuvo D# si$ue estandoD indicada por el “triun'o”, por los resultados

“'inales”% Las “derrotas” indicaron el “error”% Los ue triun'aron 'ueron “h+roes”, los

derrotados “mártires” cuando no aventureros o ilusos% 2hora ue todo parece

derrumbarse, los “h+roes” pasan a ser traidores # el 'uturo, antes luminoso, una especie

de condena inevitable%

6uede decirse ue prácticamente todo el movimiento emancipador de este si$lo, sea

cuales 'ueren las identidades pol"tico3ideol$icas, tuvo la impronta del pensamiento

socialista3anaruista en donde el marxismo en sus di'erentes corrientes se impuso por

la 'uerza de su estructura l$ica% 6ero, a su vez, el movimiento emancipador al ue

$eneralizamos con el nombre de socialismo es hijo rebelde /lamentablemente no

su'icientemente rebelde0 de la epistemolo$"a de la Modernidad

& as" como Marx 'und su doctrina no slo en el destripamiento del capitalismo sino

tambi+n analizando el a$otamiento del llamado socialismo utpico, ho# es

imprescindible revisar a 'ondo los 'undamentos epistemol$icos modernistas en los

cuales el marxismo ued entrampado # a la postre contribu#eron decididamente en

las supuestas “desviaciones” posteriores # su actual a$otamiento

& en e'ecto, la Modernidad, esa +poca iniciada en el si$lo 9, potenciada en el

>enacimiento cu#o apo$eo 'ue el luminismo del si$lo 99, estableci un dispositivo

epistemol$ico ue determinaba una lectura del mundo a partir de la cual se constru#

el mito central de la +poca: la creencia # la praxis del pro$reso ilimitado, como le#

antol$ica central ue ordenaba el conjunto de las actividades humanas, incluso en su

versin evolucionista, explica el devenir de la materia # la vida%

Es este el llamado determinismo histrico o historicista, el ras$o esencial es ue el

presente slo se puede entender # vivir desde el 'uturo, es decir, un determinismo ue

explicaba a los hombres # las mujeres ue la realidad actual, la situacin en ue se

vive, estaba “ordenada” # era incluso comprensible desde el punto de vista del 'uturo,


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de ese ma.ana ue daba razn de ser al presente%

En la +poca del reinado de la ciencia, el socialismo deb"a trans'ormarse en ciencia% &

as", el empirismo del “socialismo utpico” 'ue superado por el “sistema de ideas del

socialismo cient"'ico”, el cual constitu# una paradoja tal ue, siendo un poderoso

instrumento de accin, condenaba inevitablemente a la espera% La lucha revolucionaria

# la propia revolucin era slo un medio para lle$ar al comunismo% ?al lectura de la

realidad nos pon"a, más allá de nuestra voluntad # conciencia, en una situacin

“mesiánica” de espera% En ese sentido puede usarse la expresin “mesiánica”, no en el

sentido pe#orativo como lo usan nuestros neodemcratas, sino en el sentido de la espera

permanente% La rebeld"a, la militancia, la accin revolucionaria no ten"an sentido de

pasin presente, sino de “deber ser”, dado ue lo vivido resultaba secundario porue

$arantizaba la lle$ada del 'uturo%

6odr"a hablarse tambi+n de “mesianismo cient"'ico”, o “racionalista” para no

con'undimos con el mesianismo m"stico% & todo mesianismo necesita su mes"as%

1uestro mes"as 'ue el saber previo% Fuien detentara el saber estaba destinado por la

historia no solo a conducir la lucha emancipatoria, sino a “ense.ar” a las mujeres # los

hombres u+ es la vida, u+ es la 'elicidad, cmo ha# ue vivir porue ellos todo lo

pod"an prever $racias a una racionalidad ue consideraba real slo auello ue es

anal"ticamente previsible% 6or eso los "dolos ue se constru#eron, en este si$lo, no

'ueron tanto producto del irracionalismo, como comúnmente se cree, sino más bien de

la absolutizacin # de la distorsin de la razn tras'ormada en racionalismo%

La $ran paradoja es ue 'ueron precisamente los prácticos # tericos de la revolucin,

sus pol"ticos, particularmente Lenin, uienes comprobaron ue la revolucin no es

previsible% ?odos, casi sin excepcin, 'ueron sorprendidos por su propia revolucin%

6or otro lado, la idea del comunismo como el nombre de una sociedad 'utura

comunitaria # libertaria, resultante de una acumulacin histrica econmica # cultural,

ue permitir"a pasar del reino de la necesidad al reino de la libertad uni'icaba, a pesar de

unos # otros, tanto a “revolucionarios” como a “re'ormistas” alrededor de la espera%

Es curioso # si$ni'icativo el +xito ue está teniendo en nuestros d"as en 8uenos 2ires la

puesta de la obra de *amuel 8ec(ett Esperando a Godot en donde los personajes esperan

a un tercero, el 'antasmal “-odot”, uien no lle$ará% La obra es la representacin $enial

de uno de los componentes principales de nuestras culturas mesiánicas% Ese desprecio

total por lo ue estamos viviendo esa subestimacin absoluta hacia la situacin

concreta, en nombre de un 'uturo ue no lle$ará jamás% 2l asumir esta espera, habremos

alienado e hipotecado nuestras vidas esperando ue lle$ue ese 'amoso “tiempo de


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vivir”%

Cualuier setentista sabe lo caro ue resulta el concepto de “espera” a nuestras

tradiciones revolucionarias% & puedo comprender ue se sienta con'undido # hasta

herido si decimos ue aún nosotros, los más radicalizados de la +poca, tambi+n pecamos

de “espera”% *in embar$o, precisamente porue intentamos ser “$uevaristas”, la

experiencia de los setenta contiene en 'orma contradictoria tanto la “espera” consciente

como miles de ejemplos “inconscientes” de práctica de la libertad, es decir, de no

espera% 6ara 'ormularlo en dos palabras de manera esuemática di$amos ue nuestras

estrate$ias eran de espera: esperar, por ejemplo, la liberacin del proletariado para

encarar la liberacin 'emenina, de las minor"as o de otros sectores oprimidos de la

sociedad # cuando participábamos en la lucha de estos, lo hac"amos conscientemente

con cierto carácter utilitario, como medio hacia la 'utura emancipacin del proletariado,

el cual a su vez emancipar"a a toda la humanidad% En esas actividades pol"ticas pensadas

# explicadas por el

'uturo viv"amos, sin embar$o, “inconscientemente” el presente, la

libertad, el socialismo, materializado en solidaridad, en nuevas 'ormas de relaciones

sociales, de creacin de imá$enes identi'icatorias alternativas # subversivas al sistema,

en pasin militante% Estas vivencias son lo ue explica el extra.o hecho de ue una

+poca de tanta violencia pol"tica, represin # “sacri'icio”, de 'ormacin de

or$anizaciones altamente autoritarias # ue además culmin en la derrota del pro#ecto

“estrat+$ico”, sea recordada por los prota$onistas con 'elicidad, al menos con nostal$ia%G

Compa.eros #, sobre todo, compa.eras con a.os de prisin con las consabidas torturas,

supuestamente con escasa “'ormacin pol"tica” /l+ase escasa “conciencia racional”0 a

punto tal ue 'recuentemente no pueden explicar las tácticas # estrate$ias de sus

or$anizaciones, más de una vez vapuleados por sus propios diri$entes, ho# en d"a se

nie$an a ser consideradas “v"ctimas” # sostienen sin vacilar ue “'ueron los a.os más

'elices de mi vida” madres # padres ue a'irman con conviccin: “nuestros hijos nosense.aron a vivir”%

Me parece o"r a los neodemcratas al$o as" como “mesiánicos cultores de la muerte” sin

poder comprender Dporue para hacerlo ha# ue poner el corazn en elloD ue en

estos sentimientos no ha# nada ue se aproxime al masouismo, a la destructividad # a

la muerte sino, por el contrario, evidencian un sentido de vida # de libertad li$ada al ser,

a la pasin ue no necesita justi'icacin histrica # no a la “conciencia de la necesidad”%

Ese es el sentido de la llamada “ur$encia de la revolucin” en el Che # probablemente el

G Esas vivencias se perciben en los testimonios Mujeres guerrilleras, de Marta )iana La voluntad, deCaparroz # 2n$uita ]osé, de Matilde 7errera, entre otros%


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tesoro atemporal más importante del $uevansmo%

La revolucin no es “ur$ente”, no puede serio, porue la revolucin es esa ruptura

histrica tan inevitable como imprevisible% 6or más ue no les $uste a nuestros neo

demcratas, si ha# una re$ularidad en la historia, es la sucesin de rupturas catastr'icas

llamadas revoluciones catastr'icas no por in'austas o destructivas sino por trastocar el

orden establecido sin previsibilidad en tiempo, espacio # consecuencias% 6ero tambi+n

es evidente ue no ha# revolucin sin accin revolucionaria, sin hombres # mujeres

rebeldes% 1o existen ur$encias sino exi$encia de rebelin “permanente”, por as" decirlo%

Existe la exi$encia de actuar en la situacin concreta sin subordinacin a la supuesta

“situacin universal” #, al mismo tiempo, re'erido a ella como intentaremos ver un poco

más adelante% Existe la exi$encia de llevar a cabo las prácticas alternativas a los

modelos actuales, prácticas destinadas a romper los bloueos a las potencias creadoras

populares%

El marxismo 'ue el intento más pro'undo de comprender, aprehender # utilizar el

proceso hacia # en la revolucin% En ese cometido inda$ en la historia, intent

sistematizar el pensamiento universal, acumul experiencias, estableci cate$or"as, #

'ormul hiptesis de accin, las cuales, in'luidas desde el inicio por el determinismo

evolucionista, presionadas lue$o por los crecientes intereses de los

nov"simos estados

pos revolucionarios, 'ueron paulatinamente 'osilizándose en “le#es objetivas

universales” ue subordinaban toda accin concreta% 6ero además D# esto es lo impor3

tante con respecto al CheD se empez a considerar revolucin slo el momento de

ruptura # el estado posterior, suponiendo ue +sta hubiera “triun'ado”%

6ues bien, si para un revolucionario la vida, la libertad no son la revolucin # considera

esta slo la ruptura, hasta ue dicha ruptura lle$ue, no “!vive”, está a la espera% 2ctiva o

pasiva, aceleramiento del proceso o paciencia pero, en todo caso, entre revolucin #

revolucin, mejor dicho, entre ruptura # ruptura no ha# accin libertaria% 6or el

contrario, para el Che D# eso 'ue lo ue tomamos meta'ricamente al “reco$er su 'usil”

uizás sin saberloD no ha# ni “ur$encia” ni “espera” determinada por la historia% 1o

ha# un deber ser revolucionario ue insta al “sacri'icio” presente para la 'elicidad

'utura% La ur$encia del Che es la exi$encia del ser, meta'orizada en la conocida

expresin: “*entir como propia la bo'etada en el rostro de los demás”%

La espera 'undada en el determinismo histrico adopta diversas 'ormas # discursos:

puede tratarse de esperar el desarrollo de las 'uerzas productivas% Esto es bien actual #

produce situaciones tan dispares como hacer coincidir objetivamente a menemistas


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“he$elianos” con marxistas% 6uede tratarse de la espera de la liberacin nacional% En

todo caso lo si$ni'icativo es ue la espera tiene poco ue ver con los m+todos de lucha%

6ara los menemistas “he$elianos” será la evolucin econmica # social ue traerá la

riueza # con +sta la 'elicidad% 6ara los marxistas revolucionarios dicha evolucin

econmica desarrollará o recompondrá las 'uerzas productivas # recreará el sujeto

histrico el cual, conducido por los mes"as portadores del saber, desarrollará las

condiciones para la insurreccin victoriosa% 6ara los re'ormistas será la evolucin de la

educacinH # as" de se$uido%

6ero tambi+n se expresa en el encierro en nuestro pasado militante, como al$o ue

'uimos pero #a no somos # uizás en al$ún momento volveremos a ser, cuando por

accin de $racias al$ún caudillo revolee el poncho%

*e establece as" una especie de puente entre el pasado # el 'uturo ue pasa por arriba denuestros d"as de modo tal ue el presente se trans'orma en la más virtual de las

realidades% & as" se ve el inexplicable espectáculo de militantes setentistas de nevadas

sienes o incipientes calvas expresar con candor: “6orue nuestras juventudes ten"an

ideales, valores de solidaridad, esp"ritu de sacri'icio” “cien mil cuadros de super'icie”,

etc% # uno se pre$unta @u+ puede pensar el joven ue escuchaA @Es ue perdieron los

idealesA @Es ue hubo una $eneracin “mila$rosa”A & en tal caso, @dnde estánA @*lo

los muertos 'ueron revolucionariosA

La actitud de “espera” no es entonces una cuestin “moral”, no se trata de “debilidad

ideol$ica” o “comodidad peue.o bur$uesa” o “re'ormismo obrero”% 1o es una

cuestin de buena o mala voluntad, sino las consecuencias de la visin historicista /sin

desconocer ue esta visin puede justi'icar la comodidad0% 6or eso, aunue suene a

contrasentido, la espera está más arrai$ada en la “conciencia” ue en la “no conciencia”

porue la conciencia, tal como la si$ue concibiendo la insubversiva izuierda, es la

reduccin del pensamiento a la sola “conciencia racional”, 'i$ura central de la

modernidad% Esta conciencia exi$e “accin consciente”, propicia “concientizacin” #

condena la supuesta espontaneidad por “irracional”% 2s" como los “re'ormistas” con'"an

en ue la educacin “concientizará” a un pueblo supuestamente sin conciencia, al$unos

“revolucionarios” actuales, como caricatura del setentismo, creen ue acciones más o

menos violentas, a veces rid"culamente violentas, de la “van$uardia” concientizará a ese

pueblo% La espera es, en todo caso, expresin de “accin consciente” en los t+rminos

ue la modernidad relacion la conciencia con el pensamiento, t+rminos cuestionados

por la praxis del Che, ue ho# es imprescindible revisar # de lo cual hablaremos más

adelante%


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Es de entender entonces ue, desde una visin re'ormista3determinista, el Che no

pueda ser otra cosa ue “voluntarista”, “espontaneista” cuando no “aventurero”% 6ero,

a su vez, la visin “revolucionario3determinista”, tal vez mu# valiente # decidida,

ju$ada # corajuda, cuenta sin embar$o, con la $arant"a de la historia, con una hoja de

ruta ue le ase$ura el camino del 'uturo # utiliza al Che como s"mbolo de

“conciencia”, repitiendo “seremos como el Che”, adorando al "dolo en la pancarta, sin

poder hacer como +l%

I;h paradoja de paradojasJ En $rupos de jvenes supuestamente “despolitizados” el

Che, como dijimos, es un mito #, sin embar$o, en al$unos ras$os de la conducta

colectiva de estos jvenes parecen insinuarse embrionariamente /con len$uaje #

cdi$os extra.os para nosotros0 elementos 'rescos del $uevarismo en contraste con la

'osilizacin de los “politizados”% 2s" se expresaba en la concentracin “inor$ánica” del

GK de marzo de 4 en 6laza de Ma#o en comparacin con la del d"a si$uiente ue

'ue “or$ánica”% Esto no si$ni'ica para nada invalidar la se$unda sino observar en la

primera un nuevo 'enmeno pol"tico%

La lectura atenta de sus escritos cotejados siempre con su práctica revela ue el Che, si

bien identi'icado sin tapujos con el marxismo revolucionario, como pensador era un

hombre cu#a accin romp"a con el pensamiento de la Modernidad # del propio

marxismo% La si$uiente cita, con respecto a la expresin de Lenin “sin teor"a

revolucionaria no ha# movimiento revolucionario” merece especial atencin:

Convendr"a decir ue la teor"a revolucionaria, como expresin de una verdad

social, está por encima de cualuier enunciado es decir, ue la >evolucin puede

hacerse si se interpreta correctamente la realidad histrica # se utilizan

correctamente las 'uerzas ue intervienen en ella, aun sin conocer teor"a%K

*in perder de vista ue ha# medio si$lo entre ambos es evidente ue, al menos ue

pensemos en un Che “má$ico” o “intuitivo”, esta a'irmacin slo puede ser expresada

por al$uien ue está rompiendo el estrecho concepto de un pensamiento li$ado slo a la

conciencia racional% 6orue en e'ecto, la 'i$ura central de la Modernidad era la

conciencia racional, la cual se autopresentaba como el nivel más elaborado de la

evolucin de la especie, al$o as" como el “objetivo 'inal” de la creacin, en 'uncin de

la cual todo lo real está ordenado% El ideal modernista de libertad se identi'ica con

dominacin% Esta dominacin tiene como sujetos a la naturaleza, la materia # la parte

K La cita está tomada de “1otas para el estudio de la ideolo$"a de la >evolucin cubana” de Ernesto-uevara% 2rt"culo publicado en Verde Olivo, el N de octubre de 4B% Escritos y discursos, tomo O% Lahabana: Editorial de Ciencias *ociales, 4PP: 4B4%


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animal del hombre%

5rente a +l #a no aparece la 'i$ura de un hombre o de la humanidad, sino la conciencia

racional, la cual no slo se identi'ica con el pensamiento sino ue reclama el

monopolio de la 'uncin de pensar%

6or esta l$ica se ha entrelazado el conocer con el saber # +ste con el pensamiento de

modo tal ue se identi'ican% El conocer se cristaliza en su aspecto, llam+mosle “pasivo”,

es decir, in'ormacin acumulada% Entonces /si se me permite la trivializacin0, a ma#or

in'ormacin ma#or conciencia, a ma#or conciencia ma#or pensamiento # ma#or

dominacin% >esultado: el poder es de uienes dominan la in'ormacin% El colmo de la

virtualidad ue se ve con tanta claridad en nuestros d"as cuando pareciera ue los

medios masivos detentan el poder% @Fu+ tipo de saberes o ue “in'ormacin” tendr"a

5idel cuando, rodeado de los 4G sobrevivientes del nau'ra$io, expres: “Los d"as de ladictadura están contados”A Lo cierto es ue si los acontecimientos posteriores no le

hubieran dado la razn, ho# se recordar"a va$amente auel “chi'lado” ue uiso liberar

Cuba con doce hombres # siete 'usiles%

6or eso ho# uedan pocas dudas de ue el pensamiento consciente es solo una parte # ni

siuiera la ma#or del pensamiento% Es más, el pensamiento es una combinatoria ue no

tiene a la conciencia como condicin%Esta constatacin rompe con una serie de ideas recibidas ue tiene como e'ecto, entre

otras cosas, desbaratar las jeraru"as ue, en la Modernidad, se hab"an creado basadas

en ese presupuesto%

Existe un pensamiento no consciente # tambi+n un pensamiento no simblico #

prácticas con pensamiento% Las manos del artesano o el artista “piensan”, por as"

decirlo, buscan soluciones a los problemas e inventan nuevas v"as% & eso es tambi+n

racionalidad aunue no “conciencia”% &a Marx lo hab"a barruntado cuando escrib"a

meta'ricamente en al$una parte: “el hombre piensa porue tiene manos”,

si bien es

cierto ue se re'er"a al papel del trabajo en la 'ormacin del hombre%

2simismo, no toda actividad consciente es 'orzosamente una actividad del

pensamiento% Las actividades re'lexivas o corticales ue ejerce la conciencia durante

las tareas mecánicas o repetitivas sin en'rentarse a los problemas en la 'rontera de una

situacin son actividades a !las cuales, en ri$or, no puede cali'icarse de pensamiento%

Los sencillos ejemplos de la di'erencia entre al$uien ue hace muebles # un carpintero,

entre un $estor # un pol"tico, entre un “trabajador de la cultura” # un artista, entre un

pro'esional de la ciencia # un cient"'ico, entre un erudito en 'iloso'"a # un pensador,

entre un docente # un maestro #, por supuesto, entre un pro'esional de la revolucin #


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un revolucionario o simple rebelde%

El pensamiento, en cambio, ser"a esa actividad de los carpinteros, los pol"ticos, los

artistas, los cient"'icos, los pensadores, los maestros, etc% # los revolucionarios, donde

la combinatoria se en'renta a una apor"a, a una interrupcin del sentido, a lo

desconocido donde un indecible exi$e un análisis hipot+tico imprevisible #, en $eneral,

con múltiples variables ordenadas por una inc$nita% )esde lue$o, la “resultante” va a

ser casi siempre “sorprendente”% *orprendente 'rente a la “previsin” de la ideolo$"a,

porue toda ideolo$"a antepone las respuesta a las pre$untas%

En ri$or, la ma#or"a de los revolucionarios demostraron este concepto de pensamiento

en su praxis por encima de sus teorizaciones% 6ero de auellos ue tuvieron

oportunidad de ejercer 'unciones de $obierno, se destacan Lenin # el Che% 2mbos

actuaron de la misma 'orma 'rente a la apor"a, al indecible, a la interrupcin del

sentido% El caso de Lenin es más contradictorio por varias razones: complejidad de la

revolucin rusa, +poca ue le toc vivir, su 'ormacin más ri$urosa en la tradicin del

pensamiento modernista, su preocupacin por el atraso civilizatorio de >usia% 6ero aún

as" es el Lenin del “2hora o nunca”, el Lenin de las “?esis de abril o Cartas desde

lejos”, el Lenin de “La 6az de 8rest”%

El Che, por su parte, hombre racional si los ha#, una racionalidad $uiada por un

poderoso pensamiento subversivo, por lo tanto creador, tan subversivo ue subvierte

sus propios prejuicios o juicios aprior"sticos, lo expresa en todo el conjunto de su corta

vida% *in la ri$urosidad de la 'ormacin de Lenin, pero como lector voraz # amplio

ten"a la ventaja de una +poca en ue el cuestionamiento al evolucionismo determinista

empezaba a hacerse sentir con 'uerza # la 'osilizacin del marxismo o'icial era

evidente%

)e su bio$ra'"a # sus escritos se puede cole$ir ue esto se empez a evidenciar en su

conocido viaje juvenil, pero se 'orj en el proceso ue va desde el desembarco hasta la

entrada a La 7abana% *u mirada al horizonte lo manten"a li$ado a la inc$nita, al

'uturo, al objetivo, a la “utop"a”, eso era la liberacin de Cuba pero, en la praxis

concreta, la libertad de Cuba, es decir, la libertad de cubanos # cubanas de carne #

hueso no esperaba la conuista del $obierno, la empezaba a construir en el curso de la

lucha, all" donde pusiera el pie%

Más adelante, #a en el poder, podemos re$istrar sus an$ustiosas preocupaciones

documentadas en actas # escritos sobre su $estin ministerial, desde los problemas

aparentemente más nimios% & es importante detenerse all", en el tratamiento de los

“peue.os” problemas, la desidia, la burocratizacin, etc% *u observacin cotidiana, en


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las peue.as cosas, de cmo la práctica “traicionaba” las teor"as de la Modernidad,

cmo el hombre no es un simple producto del medio, cmo la conciencia no es

simplemente el espejo subjetivo de la realidad, etc% )e modo ue sab"a ue no ten"a

teor"as con'iables para construir el socialismo, a lo sumo una “hipot+tica” hiptesis% 6or

otra parte, lle$aba con su práctica a la misma conclusin de Marx: “1o es posible un

'in justo con medios injustos”% Es precisamente en este sentido ue su cuestionamiento

a la vi$encia de la le# del valor en el socialismo # su propuesta de incentivos morales,

exced"an el problema concreto en s" mismo, para diri$irse a un cuestionamiento más

pro'undo a la capacidad de la re'lexin l$ica anal"tica como pensamiento creador% El

reduccionismo mental tomo la propuesta sobre incentivos morales como solucin del

problema cuando, en realidad, era más bien el planteo de +ste un planteo ue, además,

tiene vi$encia actual%

Como dec"amos al principio, el Che pudo evitar la icono$ra'"a, sin embar$o no se pudo

evitar ue el ejemplo de su conducta práctica como ejercicio de un nuevo pensamiento

uedase reducido a “voluntarismo”% En realidad, cada paso de '+rrea voluntad no estaba

tanto destinado a 'orzar o uebrar la realidad objetiva sino a romper las lecturas tericas

de esa realidad, esas lecturas ue antepon"an las respuestas a las pre$untas%

)e este modo, el pensamiento # la praxis del Che 'ueron con'ormando una visin de la

accin pol"tica ue za'aba de la 'amosa relacin entre medios # 'ines% Empezaba a

vislumbrar ue la lucha # la revolucin no eran medios para lle$ar al comunismo, sino

disparadores de nuevas relaciones sociales subversivas al sistema, aún en sus propias

entra.as% El 'in estaba en el medio #, a su vez, nin$ún medio era un 'in en s" mismo% El

Che no luchaba por una libertad en el 'uturo, sino ue en la lucha estaba la libertad%

Mattini Pensamiento Político Del Che

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