MÓDULO 6Evaluación de los estilos de aprendizaje e implicaciones educativas

Estilos, técnicas y estrategias

de aprendizaje

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1 Introducción

2 Estrategias e instrumentos para evaluar los estilos de aprendizaje

3 Implicaciones educativas

IntroducciónEstrategias e instrumentos para evaluar

los estilos de aprendizajeImplicaciones educativas

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1 Introducción

La evaluación de los estilos de aprendizaje de los alumnos es tan importante como la evaluación de sus aptitudes, ya que se ha demostrado que se trata de un factor determinante del rendimiento académico. Pero ¿cuándo se ha de evaluar? ¿Cómo hacerlo? ¿Con qué finalidad? ¿Quién debe evaluar?

Responder a estas preguntas no es fácil, ya que en este campo de estudio encontramos heterogeniedad no solo en los modelos teóricos que estudian y clasifican los estilos de aprendizaje, sino también en los instrumentos que los evalúan.

La falta de un modelo que globalice o unifique diferentes posiciones teóricas dificulta la toma de decisiones respecto a qué técnica de evaluación podemos utilizar en el aula que nos ayude a diagnosticar los estilos de nuestros alumnos.

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A continuación vamos a presentar algunos criterios para orientar la selección de la técnica de evaluación de estilos de aprendizaje más idónea:

� Evitar instrumentos de evaluación poco rigurosos, en el sentido de que no tengan en cuenta la modificabilidad estilística, para centrarse en evaluar un número limitado y reducido de estilos de aprendizaje o incluso atender únicamente un aspecto dentro de los estilos, bien sea conductual o cognitivo o afectivo, lejos de las considera-ciones más globales que se barajan en estos días sobre la conceptualización de estilos de aprendizaje.

� Es necesario conocer y entender los modelos que enmarcan teóricamente cada cuestionario, inventario o prue-ba utilizada para evaluar el estilo.

� Se deben tener en cuenta los datos de fiabilidad y validez de las pruebas seleccionadas.

� Deben adaptarse a las características de los alumnos: edad, intereses, preferencias, etc. Por ejemplo, en cursos superiores utilizaremos pruebas que tengan un mayor contenido en estilos de procesamiento de la información más elaborados y abstractos que en la Educación Primaria.

� Debe tenerse en cuenta la mayor o menor compatibilidad de los estilos de enseñanza con los estilos de los alum-nos. El estilo que emplea el docente para aproximar la información al alumno es un modelo de aprendizaje que condiciona el estilo de aprendizaje del propio alumno.

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2 Estrategias e instrumentos para evaluar los estilos de aprendizaje

La evaluación de los estilos de aprendizaje facilitará al profesor-tutor y al orientador los puntos fuertes y débiles del método de aprendizaje de sus alumnos. A partir de ello, en un segundo paso, les permitiría establecer pautas de ac-ción docente y tutorial, de forma que incorporaran en su materia actividades más variadas, con la finalidad de favore-cer un amplio abanico de estrategias en el proceso de aprendizaje del alumno y propiciar un proceso de reflexión en el que se indique a cada alumno qué aspectos de su forma de aprender debe potenciar o de qué modo debe organi-zar su aprendizaje atendiendo a los requerimientos de las distintas materias, profesores o situaciones de aprendizaje.

Para el análisis y revisión de algunas formas básicas de evaluar el estilo, vamos a utilizar la clasificación elaborada por Harvés (2003).

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El objetivo de esta clasificación es analizar y revisar algunas de las formas básicas de evaluar el estilo. Las investiga-ciones sobre estilos y los autores que han diseñado instrumentos de evaluación de los mismos coinciden en afirmar que ningún instrumento es válido por sí solo y que es necesario contrastar información de diferentes fuentes que se complementen.

� Pruebas sobre una habilidad o una tarea concreta

La valoración se obtiene de relacionar tareas específicas con las características de un estilo. Igualmente, el éxito obtenido en la tarea pone de manifiesto la afinidad a determinados estilos. Esta valoración tiene la ventaja de ser objetiva, pero queda limitada a la medición de la habilidad en una tarea específica, y hay que deducir las posibles implicaciones estilísticas.

� Entrevistas

Consiste en preguntar directamente a una persona sobre diferentes cuestiones relacionadas con su actividad, su pensamiento y su personalidad. Con la entrevista, tanto el entrevistador como el entrevistado se ven afectados por sus propios estilos, por lo que aportarán sus propias perspectivas a la conversación y a la interpretación de la misma. Puede utilizarse un inventario de preguntas con un final abierto para que el entrevistado se exprese libremente.

� Observación

Consiste en observar a una persona en una tarea o en una situación mediante una serie de ítems de observación. En este caso, como en la entrevista, hay que tener en cuenta la percepción e interpretación del observador.

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� Análisis de los productos del aprendizaje

Consiste en observar los resultados derivados del comportamiento de un alumno durante el proceso de ense-ñanza-aprendizaje. Las actividades que sean fáciles y en las que una persona tenga un éxito sólido nos indicarán sus pautas y el enfoque que utiliza. De la misma forma, las tareas y situaciones que habitualmente le son difíciles también nos darán información acerca de qué tareas y estilos le resultan incómodos. Por ejemplo, los alumnos que retienen información detallada y precisa pero muestran dificultades en las inferencias manifiestan aspectos que corresponden a un estilo de aprendizaje concreto.

� Inventarios de autoinformación o autoinformes

Es un instrumento de evaluación que permite obtener información sobre el modo en que los alumnos prefieren aprender, si necesitan más o menos dirección, estructura, así como el estilo docente preferido. Los profesores pueden así tomar decisiones curriculares, apoyados en datos, acerca de la selección de materiales, presentación de la información, individualización, creación de grupos y subgrupos y procedimientos de evaluación.

En definitiva, es un instrumento útil para diseñar los objetivos y procedimientos de enseñanza-aprendizaje, en relación con los alumnos de una clase que presenta un determinado perfil de aprendizaje.

Existen numerosos autoinformes para identificar y evaluar estilos de aprendizaje con fines pedagógicos. A con-tinuación vamos a describir los más conocidos y que cuentan con la validez y fiabilidad probadas a lo largo de los años en distintas investigaciones. Además, en este apartado nos vamos a centrar en los instrumentos más actualizados.

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� Bernice McCarthy (1987). 4MAT System

Bernice McCarthy formula un modelo de estilos de aprendizaje apoyado por las teorías propuestas por Kolb y por sus investigaciones sobre los hemisferios cerebrales. McCarthy es el creador del Learning Type Measure (LTM) o «Medidor de tipos de aprendizaje», cuestionario que permite distinguir las preferencias en cuanto a estilos de aprendizaje. El LTM consta de 26 puntos, que miden las preferencias individuales y permiten distinguir entre cua-tro estilos de aprendizaje: imaginativos, analíticos, sentido común y dinámicos.

� Richard M. Felder y Linda K. Silverman (1988). Index of Learning Styles o «Cuestionario índice de estilo de apren-dizaje»

Richard M. Felder y Linda K. Silverman elaboraron un cuestionario llamado «Índice de estilo de aprendizaje (ILS)» para conocer las preferencias de aprendizaje en cuatro dimensiones: activa/reflexiva, sensitivo/intuitivo, visual/verbal y secuencial/global.

� Peter Honey y Alan Mumford

Las aportaciones y experiencias de Peter Honey y Alan Mumford (Peter Honey y Alan Mumford (1988): Learning Styles Questionnaire [LSQ] o «Cuestionario de estilos de aprendizaje») fueron recogidas en España por Catali-na Alonso en 1992, quien adaptó el LSQ al ámbito académico y al idioma español, adaptación que denominó «Cuestionario Honey-Alonso de estilos de aprendizaje» (CHAEA).

Peter Honey y Alan Mumford partieron de las bases de Kolb para crear un cuestionario de estilos de aprendizaje enfocado al mundo empresarial. Con el LSQ pretendían averiguar por qué en una situación en que dos personas comparten texto y contexto, una aprende y la otra no. Estos autores llegaron a la conclusión de que existen cua-tro estilos de aprendizaje, que a su vez responden a las cuatro fases de un proceso cíclico de aprendizaje: activo, reflexivo, teórico y pragmático. El LSQ es un cuestionario de 80 ítems que corresponden a esos cuatro estilos de aprendizaje.

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� Robert Sternberg (1997). Thinking Styles Inventory o «Inventario de estilos de pensamiento»

Cuestionario basado en la «teoría mental de autogobierno», desarrollada por Robert Sternberg y su grupo de colaboradores.

� R. Mencke y S. Hartman (2000). Learning Style Assessment (LSA) o «Valoración de estilos de aprendizaje»

La LSA es un instrumento desarrollado para identificar los estilos de aprendizaje de los estudiantes orientado a implementar estrategias adecuadas de estudio. El instrumento consta de 27 ítems que se contestan con tres di-ferentes opciones: regularmente, algunas veces, rara vez. Está disponible en Internet.

� J. Renzulli, L. Smith y M. Rizza (2002). Learning Styles Inventory Version III-Elementary Class Set o «Inventario de estilos de aprendizaje, versión III»

Renzulli, Smith y Rizza investigan sobre distintas teorías (Dewey, Bandura, Gardner, Montessori, Toorance, entre otros) para hacer un instrumento que ayude a que los profesores identifiquen las preferencias de los estudiantes en técnicas instruccionales comunes.

� S. Whiteley y K. Whiteley (2003). The Memletics Learning Styles Inventory o «Inventario de estilos de aprendizaje del proyecto Memletics»

Cuestionario de estilos de aprendizaje con 70 preguntas que se tienen que evaluar con las escalas 0, 1 y 2 («no soy así», «soy así parcialmente» y «así soy»). Las 70 preguntas corresponden a siete diferentes estilos de aprendi-zaje: visual, auditivo, verbal, físico, lógico, social y solitario.

De especial interés son los autoinformes que presentamos a continuación, por poseer baremos españoles con los que poder comparar las puntuaciones obtenidas por los alumnos en los cuestionarios y determinar la prefe-rencia de uno u otro estilo.

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� Alonso, Gallego y Honey (1992, 1994). «Cuestionario Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje» (CHAEA)

El CHAEA cuenta con 80 ítems, en cada uno de los cuales se responde con un signo «+» si se está de acuerdo y con un signo «–» si se está en desacuerdo. Los resultados del cuestionario se plasman en una hoja que sirve para determinar las preferencias en cuanto a estilos de aprendizaje: activo, reflexivo, teórico y pragmático.

� Beatriz Muñoz-Seca y Silva-Santiago (2003). «Portafolio de dimensiones educativas» (PDE)

Beatriz Muñoz-Seca y Silva-Santiago elaboran un modelo de gestión del conocimiento (PDE) basándose en la relación entre los modelos de estilos de aprendizaje de David Kolb y Peter Honey. El modelo propuesto por estas autoras asocia a cada estilo de aprendizaje dos características (componentes) o formas de educar y tres funcio-nes del instructor (variables de acción), que determinan además las técnicas o herramientas idóneas para que cada gestor favorezca el aprendizaje de sus colaboradores. El PDE tiene 32 ítems que se contestan con «sí/no» y está disponible en Internet.

Para saber más sobre los diversos instrumentos para medir los Estilos de Aprendizaje consulta el artículo:

Instrumentos de medición.

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3 Implicaciones educativas

Una vez que hemos evaluado los estilos de aprendizaje de nuestros alumnos, ¿qué podemos hacer? ¿Cómo se afronta la diversidad de preferencias en el modo de aprender?

En primer lugar, es importante que el profesor autoevalúe su propio estilo de enseñanza, ya que este puede deter-minar un favoritismo para los alumnos con el mismo estilo de aprendizaje, los mismos sistemas de pensamiento y cualidades mentales. Por tanto, aunque resulte muy complicado adaptarse al estilo de cada alumno, es conveniente ser flexible y enseñar de un modo que permita a cada uno expresarse según su estilo para conseguir un rendimiento máximo.

Una de las exigencias educativas más importantes es que los profesores utilicen estrategias de enseñanza diversas, en lugar de ser rígidos, y solo aquellas que permitan llegar a todos los alumnos, tanto a aquellos con los que se coincide en estilo como con los que no. El profesor debe ayudar al alumno a conocer su estilo de aprendizaje, de modo que tome conciencia de sus propios recursos, revise los aspectos que más precisan de optimización y reflexione sobre su propio proceso de aprendizaje atendiendo a los requerimientos del entorno académico y social, con el fin de que se potencie no solo un mayor rendimiento académico, en términos de notas, sino además un abanico más amplio de recursos de aprendizaje. El objetivo final ha de ser contribuir al autodiagnóstico, control y regulación del proceso de aprendizaje del alumno.

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La clave, por tanto, es la flexibilidad, tanto por parte de los profesores, que deben diseñar diferentes actividades de enseñanza-aprendizaje, como de los alumnos, que deben ser capaces de cambiar de estilo de aprendizaje según lo requieran las circunstancias. ¿Qué tipo de tareas o estrategias pueden responder a los diversos tipos de estilos de aprendizaje de los alumnos? La flexibilidad en la selección de las actividades de enseñanza-aprendizaje cumple un doble objetivo: por un lado, favorece la adaptación al estilo de cada niño y, por tanto, su rendimiento (por ejemplo, los trabajos en grupo benefician a los alumnos que prefieren la participación social), y, por otro lado, en los casos de falta de correspondencia entre el estilo de enseñanza del profesor y el estilo de aprendizaje del alum-no, ayuda a este a ampliar su forma de aprender y comprender la realidad (por ejemplo, ayudando a los alumnos con un estilo introvertido a participar en clase en un entorno cálido y personal).

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En este sentido, Hervás (2003) propone la utilización de estrategias de enseñanza diversas, en lugar de solo las que se adecuan mejor a nuestro estilo, y presenta algunos ejemplos:

� Combinar los trabajos individuales y los de grupo.

� Dar instrucciones paso a paso cuando sea necesario, pero animar a los alumnos a experimentar solos cuando sea apropiado.

� Hacer algunos trabajos a corto plazo (dos o tres días) y a largo plazo (dos o tres semanas).

� Variar la retroalimentación escrita con comentarios verbales a los estudiantes de manera individual.

� Mandar al menos un trabajo oral.

� Calificar positivamente los esfuerzos por ser creativos y originales.

� Dar muchas oportunidades diferentes en los exámenes para que los alumnos consigan mejorar sus calificaciones.

� Dar las instrucciones oralmente o por escrito.

� Permitir a los alumnos que hagan trabajos fuera de clase, etc.

� La incorporación de las TIC en el aula es una oportunidad atractiva de transmitir los contenidos de forma variada gracias a los diferentes medios y recursos que nos ofrece un ordenador.

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A modo de resumen presentamos las conclusiones relacionadas con los estilos de enseñanza-aprendizaje a las que llega Hervás y de las que se pueden desprender importantes implicaciones educativas:

� El estilo de aprendizaje hay que cultivarlo desde los primeros niveles instruccionales.

� Desde la escuela y la familia se debe fomentar la diversidad de estilos de aprendizaje.

� Suponer que todos los alumnos pueden aprender de la misma forma y con las mismas estrategias es un error.

� Muchas de las dificultades de aprendizaje podrían paliarse si se intentara entender la forma de aprender de los alumnos, sus pre-ferencias y modos de organizarse.

� El estilo de aprendizaje es neutral, es decir, no hay estilos mejores ni peores.

� Potenciar los puntos fuertes de los estilos de aprendizaje debe ser un objetivo educativo.

� Instruir exige evaluar y orientar a los alumnos mediante procedi-mientos diferentes de acuerdo con sus estilos y habilidades.

� El proceso de enseñanza-aprendizaje implica los tres modos de acceso al conocimiento: empírico, intuitivo y racional.

� El profesor ha de alentar el uso de los distintos estilos en las diversas materias curriculares.

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Preguntas para la reflexión

X Enumere algunos criterios para orientarse en la selección de una técnica de evalua-ción de estilos de aprendizaje adecuada.

X ¿Podría comentar brevemente los distintos instrumentos de evaluación estudiados en este módulo?

X Tras la lectura de las conclusiones a las que llega Hervás, relacionadas con los estilos de enseñanza-aprendizaje, ¿podría citar al-gunas implicaciones educativas?

Lectura de ampliaciónDiferentes formas de enseñar y aprender: estilos y enfo-ques de aprendizaje y su aplicación en contextos educa-tivos de Rosa María Hervás y Fuensanta Hernández.

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