Medea

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Medea, en la visión de Eurípides y Anouilh Patricia Guerrero Universidad Católica de Valparaíso Chile El propósito del siguiente trabajo es examinar la tragedia "Medea" de Jean Anouilh, a la luz de un texto clásico, Medea de Eurípides, su fuente de inspiración. Este estudio se ha centrado en las figuras de Medea y Jasón, principalmente en la primera. A través de dicho estudio se ha buscado configurar y dilucidar, hasta qué punto la problemática de los personajes, en ambas obras, es coincidente en sus aspectos más trascendentes. El tema de esta tragedia es la venganza que "Medea" en contra de su marido "Jasón". Eurípides, desde el inicio de su creación literaria, había manifestado predilección por la figura demoníaca de esta mujer. Ha tomado su personaje de las más antiguas tradiciones, sin trepidar, eso sí, en hacer las innovaciones necesarias para poder mostrar el problema humano que la interesaba. Medea es la primera maga de la "Cólquide" a quien Afrodita, instigada por la diosa Hera, hace enamorar, hasta la locura, de Jasón, príncipe de Yoleas, quien debería rescatar el vellocino de oro, que guardaba celosamente el padre de Medea, como condición impuesta por el usurpador, para recuperar el reino de su padre. Loca de amor, será la propia Medea, que traicionando a su familia, permitirá a Jasón obtener el difícil botín. La acción de la tragedia se abre en el momento en que Jasón acaba de traicionar a Medea al casarse con la hija del rey absoluto de Corinto, lugar que habitaban ambos luego de la huida de Coleas, después de una funesta acción de Medea en contra de su rey. El inicio de la tragedia muestra a Medea enloquecida, entregada en cuerpo y alma al sufrimiento por la traición del marido. Despechada y dolida, siente que todo le es enemigo, no comprende cómo, ella que ha dejado tanto por ese hombre, patria, parientes y todo lo que antes amara, haya sido finalmente traicionada por él. Entre las exclamaciones de dolor que profiere desde su casa, se escuchan también las maldiciones que lanza sobre sus propios hijos. Es así, como desde el comienzo, se puede apreciar la gran complejidad de este personaje. Medea es la mujer que opone al sufrimiento y a la humillación el exceso de su vehemente pasión. Es la hechicera con todos sus requisitos y que ha olvidado la maldad en brazos del amante, pero que, en su ira desatada, no se detendrá ante mal alguno, aun si

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Medea, en la visin de Eurpides y Anouilh

Patricia Guerrero

Universidad Catlica de Valparaso

Chile

El propsito del siguiente trabajo es examinar la tragedia "Medea" de Jean Anouilh, a la luz de un texto clsico, Medea de Eurpides, su fuente de inspiracin. Este estudio se ha centrado en las figuras de Medea y Jasn, principalmente en la primera. A travs de dicho estudio se ha buscado configurar y dilucidar, hasta qu punto la problemtica de los personajes, en ambas obras, es coincidente en sus aspectos ms trascendentes. El tema de esta tragedia es la venganza que "Medea" en contra de su marido "Jasn". Eurpides, desde el inicio de su creacin literaria, haba manifestado predileccin por la figura demonaca de esta mujer. Ha tomado su personaje de las ms antiguas tradiciones, sin trepidar, eso s, en hacer las innovaciones necesarias para poder mostrar el problema humano que la interesaba. Medea es la primera maga de la "Clquide" a quien Afrodita, instigada por la diosa Hera, hace enamorar, hasta la locura, de Jasn, prncipe de Yoleas, quien debera rescatar el vellocino de oro, que guardaba celosamente el padre de Medea, como condicin impuesta por el usurpador, para recuperar el reino de su padre. Loca de amor, ser la propia Medea, que traicionando a su familia, permitir a Jasn obtener el difcil botn. La accin de la tragedia se abre en el momento en que Jasn acaba de traicionar a Medea al casarse con la hija del rey absoluto de Corinto, lugar que habitaban ambos luego de la huida de Coleas, despus de una funesta accin de Medea en contra de su rey. El inicio de la tragedia muestra a Medea enloquecida, entregada en cuerpo y alma al sufrimiento por la traicin del marido. Despechada y dolida, siente que todo le es enemigo, no comprende cmo, ella que ha dejado tanto por ese hombre, patria, parientes y todo lo que antes amara, haya sido finalmente traicionada por l. Entre las exclamaciones de dolor que profiere desde su casa, se escuchan tambin las maldiciones que lanza sobre sus propios hijos. Es as, como desde el comienzo, se puede apreciar la gran complejidad de este personaje. Medea es la mujer que opone al sufrimiento y a la humillacin el exceso de su vehemente pasin. Es la hechicera con todos sus requisitos y que ha olvidado la maldad en brazos del amante, pero que, en su ira desatada, no se detendr ante mal alguno, aun si ella lo padece. Eurpides pone en su boca palabras que dejan de manifiesto hasta qu punto est entregada a las fuerzas aniquiladoras que surgen de su alma, apoderndose de su ser. "Ha de pagar lo que me debe si un Dios me auxilia! Los hijos que en m tuvo, no ha de volver a vedas vivos y de su nueva esposa no tendr hijos: mal fin va a tener ella por obra de mis venenos. Nadie me juzgue dbil, nadie cobarde, ni demasiado paciente..."1

La pasin que sobrepasa lo reflexivo, la ardiente voluntad de su corazn, est en el poder de sus palabras. La fuerza que se enfrenta con esta potencia devastadora es la serena reflexin, la cual se contrapone a su horrible resolucin. Sabiamente opina acerca de la crianza de los hijos: "Saber mucho les consigue mucha fama de haraganes y se concilian el odio entre sus conciudadanos. Si das a las tortuosas ciencias nuevas, resultas un intil y no un sabio".2

Corresponde a una visin eminentemente griega de ver las cosas, el que la ms peligrosa de las potencias aparezca personificada por Medea y de que sta, dialogue con su personificacin. "Ea pues Medea, no dejes a un lado ninguno de tus hbiles medios, al poner en obra tus planes y al desplegar todas tus artes ahora el tremendo hecho: es el momento de valor! Ves lo que ests sufriendo, no puedes seguir siendo objeto de la risa en las bodas de un Jasn..."3

La complejidad del personaje queda an ms de manifiesto en el momento que, repentinamente, despierta su instinto maternal y siente en todo su ser el dolor interno que la inminente muerte de sus hijos le causa. No es difcil intuir la feroz lucha interior que se le produce entre esos afectos y la oscura rabia que experimenta por la traicin sufrida. Es as como, por cuatro veces, se le ver dudar acerca del camino a seguir. Incluso, en su angustia tratar de encontrar formas de justificarse, aduciendo que si ella perdona la vida a los nios, de todas maneras estn perdidos, pues los alcanzar la mano justiciera de la ciudad de Corinto. "Hijos entrad a casa. Ese que no debe presenciar mi sacrificio, que vea el futuro, no flaquear mi mano". Pero luego agregar. "Ah, ah... corazn mo, no t! no llegues a consumar tal crimen! deja que vivan, desdichada, s indulgente a tus hijos... vivan lejos de ti; an as sern tu dicha!; nunca, por los dioses que en el Hades imperan, esos que ejercen la venganza..."4

Eurpides jams ha puesto en duda que la estructura del orden vlido del mundo sea divina, y es as como sus hroes obran y padecen, de acuerdo a dicha estructura; sin embargo tampoco pone en duda, que todo fluye del interior de ellos mismos. Tomando en cuenta esta afirmacin, y de acuerdo a lo que el personaje es, no causa extraeza el que, finalmente, el demonio que habita en el interior de Medea triunfe, y anteponga a los humanos sentimientos maternales, sus obscuros instintos de destruccin y muerte. El segundo monlogo de Medea frente al coro se constituye como uno de los puntos culminantes de la tragedia; a lo largo de l, Medea se refiere a la preparacin de su malvolo plan. "En un da de luz ver muertos a tres enemigos: Al padre, a la hija, a mi marido"5

Si Jasn la ha abandonado debe, de ah en adelante, vivir una soledad tan cruel como la que l ha decretado para ella. La muerte que espera a su marido no es la muerte fsica, lo que ella busca es hacerlo morir en vida de tristeza, soledad y desesperacin. En su crueldad, ha decidido que sean sus propios hijos los que, inocentemente, porten la muerte en sus infantiles manos. Con las palabras dichas ante un coro horrorizado. Medea borra toda feminil ternura, todo el amor que podra albergar an en su corazn, patentizando slo su deseo de venganza. Olvida su condicin de madre para transformarse slo en una mujer abandonada y traicionada por el amante, y as la veremos hasta el final, cuando asesine a sus hijos, slo para que su venganza sea ms cruel. Jasn aparece como un personaje inferior a Medea, su accin la quiere hacer aparecer como un acto de inteligencia y prudencia. Su perfidia y deslealtad lo hacen mostrarse como un ser mediocre y calculador, como todo hombre que se prefiere a s mismo ms que a los dems, Jasn se ha declarado enemigo de los suyos, nuevos intereses le han hecho perder la ternura por sus hijos y por la mujer con la que ha compartido tantas aventuras y desventuras. Al referirse a su boda es claro en sus explicaciones. "No es, como t reprochas, por hasto de tu lecho conyugal ni por el ardor de codicia hacia una nueva esposa, ni por tener una prole numerosa, con los tuyos me basta y no estoy descontento, nada de eso es lo que yo intentaba, yeso es lo fundamental, era tener una vida sin pena, con todo lo suficiente en abundancia, sin miseria".6

Es la forma de actuar de Jasn la que despierta nuevamente la personalidad adormecida de Medea. Ahora Medea no es demonaca como bruja, sino como ser humano. Eurpides la lleva an ms lejos al convertirla en asesina de sus propios hijos. La tradicin menciona el asesinato de los hijos por los corintios y el culto que se les tribut luego, Eurpides enfrenta la tradicin utilizando quiz una variante, en sta, Medea mata a sus hijos al intentar hacerlos inmortales por medio de las prcticas de hechicera. Tambin pudo ser fuente de inspiracin para el poeta la leyenda que habla de Procn, que dio muerte a su pequeo hijo Itis para vengarse de su marido Tereo, quien se haba enamorado de su cuada Filomena, a quien viol y para que no pudiera quejarse, le cort la lengua. Si en su primer encuentro con Jasn, Medea no ahorr amargos lamentos ni recriminaciones en su contra, al volver a encontrarlo, empleando toda la astucia que es capaz de brotar de un corazn traicionado que busca vengarse, se muestra suave, comprensiva y resignada. "S tolerante de mis arrebatos, ya que tantas muestras de amor nos hemos dado. Yo conmigo misma me puse a reflexionar ya censurarme msera! Qu locura es la tuya? Por qu me he de oponer a justas decisiones? tratar como enemigos a los que en esta tierra tienen el mando? A mi esposo, que en favor nuestro pretende llegar a bodas con la hija de un rey?"7

En esta escena, magistralmente, Eurpides termina de delinear el carcter de Jasn; se puede apreciar cmo, egostamente, y con cruel indiferencia, se despreocupa del hecho que Medea renuncie, a lo nico que le ha dejado. No tarda en ser anunciada la consumacin de la fatdica venganza de Medea. Casi al mismo tiempo, resuenan los gritos de muerte proferidos por los hijos de Jasn. La ltima escena lo muestra, pesaroso, clamar por esas muertes a los dioses; muerte que fue consecuencia de sus funestas bodas, y que ocurriera slo para hacerlo desdichado para toda su vida, por el amargo despecho que se incub en Medea, a causa de su traicin. En "Medea", Eurpides ms que en otras de sus tragedias, se revela como un profundo conocedor del alma humana. Estructura la pieza en base al personaje principal y para demostrar las reacciones sicolgicas de esta mujer, cuyo hacer, en situaciones lmites, va ms all de lo humano y lo reflexivo. Los griegos vean en Medea a una brbara, tomando este trmino como opuesto a helnico, como opuesto a la razn. La situacin dramtica de este personaje ha servido, a lo largo de la historia literaria, para sucesivas reelaboraciones. En el presente siglo, una de las ms conocidas, es la de Jean Anouilh estrenada en Pars en 1943. Las llamadas "Piezas negras" de Anouilh, entre las que se encuentra Medea, no pretenden ser meras interpretaciones del mito griego, en cuanto expresin de los problemas eternos de la existencia humana, sino ms bien responden a la explicacin de una problemtica caracterstica y personal del dramaturgo, que l trata de integrar en las situaciones originalmente expuestas por Eurpides. En el caso de esta tragedia, Anouilh ha elegido un mito que expresa una situacin propia de la existencia humana. Desde el principio, la accin est prefigurada y por esta razn no puede otorgarse concesin alguna, debiendo llevarla, inexorablemente, hasta el fin propuesto. La obrase inicia en el momento en que Medea aguarda impaciente el regreso de Jasn, en su carromato, en las afueras de Corinto. A lo lejos resuenan cnticos alegres; al parecer una boda se celebrar en la ciudad. La mujer siente la felicidad de la gente como un mal presentimiento. "Qu tenis para gritar y bailar? Qu cosa tan alegre pasa esta noche que a m me aprieta, me ahoga?"8

Medea no tarda en enterarse de la verdad; las bodas de Jasn y de la hija del rey se celebrarn no bien aclare el da. A diferencia de su modelo, no grita, no llora ni ruega, y aunque, como luego le confesara a Cren, siente un miedo terrible a la soledad, predomina en ella el odio que en su interior acaba de nacer. En ese momento siente que esa traicin la ha hecho libre, que se recupera, que es nuevamente ella despus de diez aos. Bsicamente, en su odio, Medea retorna a sus fuerzas elementales, a su propio origen, a su tendencia a destruir todo aquello que le es extrao. Se realiza a s misma en el crimen, en el crimen es nuevamente Medea. En el instante mismo en que Medea siente nacer su odio, siente que ste la limpia y la hace renacer, transformndola en la reina cuyo oscuro reino le ha sido restituido. Si sigui a Jasn en la sangre y en el crimen, ahora necesita de la sangre y del crimen para abandonarlo. En esos diez aos, ella y Jasn han estado unidos en una actitud incondicional frente a la vida, sin aceptar la moral de los seres mediocres, sin otro compromiso que el de su propia libertad. En la dramaturgia de Anouilh, los amantes experimentan profundamente la necesidad de comunin, enmarcada en una confianza que debera tener la transparencia y simplicidad de la fraternidad de los grupos masculinos; su relacin debera ser la de cmplices ante la vida. Sin embargo, el desgaste de la vida diaria, la decepcin que produce el contacto con los otros y toda la fealdad que los rodea, los lleva al fracaso; los amantes ya no parecen dos amigos fraternos, sino dos prisioneros que se golpean contra el muro de su celda. Frente a la imagen tradicional de Medea, fiel a su alianza con el desleal Jasn, esta Medea tambin ha traicionado, ha tenido otros amores. De esta infidelidad mutua, de los engaos y mentiras, lo que era amor se ha transformado en odio. La figura de Jasn representada por Anouilh, es mucho ms positiva que la entregada por Eurpides en su tragedia; es coherente, ms ntegro y no posee la actitud acomodaticia del anterior. En el oscuro universo de Anouilh, dos razas de individuos se enfrentan: Los seres comunes, en cuyo nivel se sitan los "seres de orden", que son, en su mayora, inteligentes, estables y que buscan una felicidad fcil y duradera a este nivel pertenece Jasn, y los seres de raza, a cuyo orden pertenecen generalmente los hroes. Estos ltimos son casi siempre jvenes, orgullosos y ebrios de libertad; se niegan a pactar, y tienden, con frrea voluntad, a situarse en el plano de lo absoluto. En este nivel, con algunas reticencias por las caractersticas originales del personaje, sita Anouilh a Medea. En cuanto a Jasn, ste es el hroe que abandona, que inventa un compromiso entre la fealdad del mundo y su propia exigencia de pureza. "Pero ahora quiero detenerme y ser un hombre, hacer sin ilusiones, quizs, como aquellos que desprecibamos, lo que hicieron mi padre y el padre de mi padre y todos los que aceptaron antes que nosotros".9

Jasn en otro tiempo, sin duda, ha amado a Medea, y mucho. En un extenso parlamento, le recuerda todo lo que ella ha significado para l; tanto, que hasta sus hombres tuvieron miedo porque, de alguna forma, intuan lo que haban perdido. "Comprendieron que ya no era su jefe, que ya no los llevara a buscar nada en ninguna parte, ahora que te haba encontrado".10

La decisin de cortar con su pasado, con la vida incondicionada, sin normas e inmersa en el caos y en el horror, puede entenderse como el deseo de apartar de s el mal humano, lo maldito y lo destructivo, en un acto de libertad suprema. La prudencia de la adultez lo lleva a desear la tranquilidad del buen vivir, la paz de la familia. Al mundo turbulento de Medea, Anouilh contrapone la vida de los seres corrientes, de los seres que slo necesitan del calor, del diario sustento para vivir. Pero Medea se niega a dejarlo partir, ya no lo ama, su amor tambin se ha transformado en odio, pero no puede vivir sin l; le pide huir con ella, Jasn se niega, entonces Medea le pide la muerte. "Ser tan slo un breve instante duro de pasar. Ya has matado a Medea antes, hoy, bien lo sabes, Medea ha muerto".11

A diferencia del personaje de Eurpides, que no puede consentir en el triunfo de sus enemigos, la herona de Anouilh, como casi todos sus personajes, busca desesperadamente su extincin. No teme desaparecer, puesto que su muerte no significar el final de su unin, ya que viva o muerta, est donde est, Medea siempre estar junto a l, y como ya se lo ha dicho muchas veces, slo podr liberarse de ella con su propia muerte. Para Medea el mundo significa siempre Jasn; para Jasn el mundo slo es posible sin la presencia de Medea, por eso se niega a darle muerte. "Tampoco quiero tu muerte. Tu muerte sigue siendo t. Quiero el olvido y la paz".12

Ahora el amor y el odio de Jasn han desaparecido en forma irrevocable. Ya es imposible que la pasin vuelva a existir, no queda nada y por eso la separacin es definitiva. Parte Jasn sin vacilacin y sin sufrimiento, y con su partida se ha roto el ltimo lazo que poda unir a Medea con el mundo. Con voz cambiada, ordena los primeros preparativos para la muerte de Cren y su hija. "Pronto amanecer. Despierta a los nios, vstelos como para una fiesta. Quiero que vayan a llevar mi regalo de bodas a la hija de Cren".13

La descripcin de la muerte de sus enemigos, est muy prxima de la que entrega Eurpides en su tragedia. Ahora, Medea fija su atencin en los hijos que ha tenido de su unin con Jasn. "No os har dao. Ser rpida, slo el tiempo para el asombro de la muerte en vuestros ojos... Se est bien junto a la madre, desaparece el miedo. Pequeas vidas. Ser tan slo un breve instante duro de pasar".14

La maternidad no aparece como un rasgo dominante en el personaje. No tiene vacilaciones cuando decide matarlos, y si los mata es simplemente porque deban morir. Los degella, y con el mismo hierro, luego se degollar ella. Es se el momento en que recupera todo lo perdido. "He recobrado mi patria y la virginidad que me haban arrebatado. Soy Medea, en fin, para siempre jmrame antes de quedarte solo en ese mundo razonable, mrame bien, Jasn!"15

La ltima parte de la tragedia gira en torno de las diferencias existenciales entre Medea y Jasn. "Ojal puedas seguir preguntndote no hubiera amado tambin la felicidad y la inocencia, si no hubiera podido ser tambin ella la felicidad y la fe. Cuando dentro de un rato sufras, y hasta el da de tu muerte, piensa que hubo una pequea Medea exigente y pura en otro tiempo. Una pequea Medea tierna y amordazada en el fondo de la otra".16

Medea representa la actitud vital de los hroes de Anouilh. El dramaturgo insiste sobre una Medea necesitada de amor y felicidad, pero que no puede decir s, aceptar la vida de los seres comunes, puesto que no puede dejar de ser quin es, para ser otra. La vida no es posible cambiada, por lo tanto, hay que decide no a la felicidad, sean cuales sean los resultados. El no de Medea tiene consecuencias destructivas, en las que prima lo irracional, lo salvaje y lo demonaco que ella lleva en s misma. Su visin despectiva ante el mundo es su postura negativa ante la vida, y es justamente esta postura la que uni, en un momento dado, a Jasn. Con su muerte, recin podr Jasn pensar en volver a comenzar otra vez. "Ahora es preciso vivir, asegurar el orden, dar leyes a Corinto y reconstruir, sin ilusiones, un mundo a nuestra medida, para aguardar en l la muerte".17

Sin duda, Anouilh ha podido encontrar una sugestiva fuente de inspiracin en la tragedia de Eurpides, pero no es difcil comprobar que la similitud de su Medea con el modelo clsico se reduce a lo que la historia tiene de ms superficial. Sin embargo, han sido estas lneas externas del drama las que le han permitido incorporar en su obra sus propias ideas acerca de la impureza de la vida, el hasto del amor y la huida a travs de la muerte.

NOTAS

1Eurpides "Medea" contenido en teatro de Eurpides. Aguilar. Madrid 1965, pgina 62. [Links]

2Ibid Pg. 55.

3Ibid Pg. 53.

4Ibid Pg. 65.

5lbd Pg. 65.

6Ibd Pg. 59

7Ibid Pg. 63.

8Anouilh J. "Medea" contenido en Teatro de Jean Anouilh (Piezas negras) Editorial Losada, Buenos Aires, 1960, pgina 219. [Links]

9Ibid Pg. 240.

10Ibid Pg. 238.

11Ibid Pg. 233.

12Ibid Pg. 233.