Medea

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Medea, de Eurípides; Bajo la mirada del matriarcado Los estudiosos han analizado el mito de Medea desde variadas perspectivas. Desde aquéllos que han visto reflejado el caso del bárbaro dentro de la civilización griega, hasta los contemporáneos que lo han analizado sobre la base de una “masculinización” de Medea y una “feminización” de Jasón. El presente trabajo propone una relectura de dichos estudios, con el fin de sumar una nueva visión. Natacha Koss[1] Medea según Eurípides. Eurípides presenta Medea en 431, coincidiendo con el inicio de la guerra del Peloponeso. Para entonces el movimiento de los sofistas nacido durante la época de Pericles, al situar al hombre como medida de todas las cosas, engendra un relativismo sobre la base de la oposición entre lo que es bueno según la naturaleza (naturalistas) y lo que es bueno según la ley (idealistas). La crisis generacional que provocó la guerra dividió las aguas entre quienes anteponían las necesidades de lapolis a las individuales, y los que invertían estos valores. Cuestiones de actualidad se pusieron en escena conformando, según Jaeger , un proto-realismo burgués. Junto a la retórica (en su introducción del lenguaje cotidiano a escena) y a la filosofía, conformaron las principales novedades de la poética de Eurípides. Continúa este pensamiento Medina González, quien afirma que “En las tragedias realistas, como Medea y Electra, los dioses son irrelevantes, y es el hombre quien domina la acción y lleva a cabo la peripecia trágica” . Esto se basa en el progresivo descreimiento de los griegos de sus dioses, tal como lo insinúa Protágoras en un pasaje citado por Lesky: “Acerca de los dioses, yo nada puedo saber, si existen o si no existen, o cómo son, porque hay muchos obstáculos que se oponen a comprobarlo, su invisibilidad y la vida tan breve del ser humano.” Eurípides establece así nuevas relaciones del hombre con la divinidad, reemplazando el poder de los dioses por el de la Tyche. Éste sería otro concepto de divinidad, no ya contra la tradición sino a favor de fuerzas cósmicas. Sin embargo, la profanación del mito es uno de los aspectos del autor que genera rechazo entre sus contemporáneos. La representación de Medea se dio en el marco del arcontado de Pitodoro, en el 1er año de la Olimpíada 87. La tetralogía estaba conformada por Medea, Filoctetes, Dictis y el drama de sátiros Los recolectores. El mito de los Argonautas ya había sido narrado por Apolonio de Rodas, y la primera documentación que tenemos de Medea viene de Hesíodo (vv. 958 a 962): Y Eetes, Hijo de Elios que a los mortales alumbra, desposó a una hija de Océano, el río que en sí mismo termina, por voluntad de los dioses, a Idía de bellas mejillas; y ésta a Medea de bellos tobillos le procreó, en amor sujetada por obra de la áurea Afrodita Sin embargo, el origen del mito es discutido porque responde a dos épocas: Nilsson ubica la expedición de los Argonautas en la época micénica, mientras que Philippson sostiene que se registra anteriormente en Tesalia como fusión de lo autóctono con el aporte mediterráneo. Kirk

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Medea, de Eurpides;Bajo la mirada del matriarcadoLos estudiosos han analizado el mito deMedeadesde variadas perspectivas. Desde aqullos que han visto reflejado el caso del brbaro dentro de la civilizacin griega, hasta los contemporneos que lo han analizado sobre la base de una masculinizacin deMedeay una feminizacin de Jasn. El presente trabajo propone una relectura de dichos estudios, con el fin de sumar una nueva visin.Natacha Koss[1]Medeasegn Eurpides.Eurpides presentaMedeaen 431, coincidiendo con el inicio de la guerra del Peloponeso. Para entonces el movimiento de los sofistas nacido durante la poca de Pericles, al situar al hombre como medida de todas las cosas, engendra un relativismo sobre la base de la oposicin entre lo que es bueno segn la naturaleza (naturalistas) y lo que es bueno segn la ley (idealistas). La crisis generacional que provoc la guerra dividi las aguas entre quienes anteponan las necesidades de lapolisa las individuales, y los que invertan estos valores. Cuestiones de actualidad se pusieron en escena conformando, segn Jaeger, un proto-realismo burgus. Junto a la retrica (en su introduccin del lenguaje cotidiano a escena) y a la filosofa, conformaron las principales novedades de la potica de Eurpides. Contina este pensamiento Medina Gonzlez, quien afirma que En las tragedias realistas, comoMedeayElectra, los dioses son irrelevantes, y es el hombre quien domina la accin y lleva a cabo la peripecia trgica. Esto se basa en el progresivo descreimiento de los griegos de sus dioses, tal como lo insina Protgoras en un pasaje citado por Lesky: Acerca de los dioses, yo nada puedo saber, si existen o si no existen, o cmo son, porque hay muchos obstculos que se oponen acomprobarlo, su invisibilidad y la vida tan breve del ser humano.

Eurpides establece as nuevas relaciones del hombre con la divinidad, reemplazando el poder de los dioses por el de laTyche. ste sera otro concepto de divinidad, no ya contra la tradicin sino a favor de fuerzas csmicas. Sin embargo, la profanacin del mito es uno de los aspectos del autor que genera rechazo entre sus contemporneos.La representacin deMedease dio en el marco del arcontado de Pitodoro, en el 1er ao de la Olimpada 87. La tetraloga estaba conformada porMedea, Filoctetes, Dictisy el drama de stirosLos recolectores.El mito de los Argonautas ya haba sido narrado por Apolonio de Rodas, y la primera documentacin que tenemos deMedeaviene de Hesodo (vv. 958 a 962):Y Eetes, Hijo de Elios que a los mortales alumbra,despos a una hija de Ocano, el ro que en s mismo termina,por voluntad de los dioses, a Ida de bellas mejillas;y sta aMedeade bellos tobillos le procre, en amorsujetada por obra de la urea AfroditaSin embargo, el origen del mito es discutido porque responde a dos pocas: Nilssonubica la expedicin de los Argonautas en la poca micnica, mientras que Philippsonsostiene que se registra anteriormente en Tesalia como fusin de lo autctono con el aporte mediterrneo. Kirk tambin afirma que se tratara de un mito anterior, ya que el nombre Jasn no est en el mismo nivel de los hroes legendarios ms jvenes como Agamenn o Aquiles, pero en cierto sentido su diversidad es tpica de la dificultad en distinguir rasgos antiguos y jvenes en los temas de loscomplejos mticos demasiado elaborados.

La leyenda deMedeaha sido entonces modificada por las diversas versiones que circularon del mito. Tal es as que la fbula primitiva era completamente independiente de la muerte de Pelias a manos de sus hijas, por instigacin deMedea.En cuanto a tragedias anteriores sobre la base del mismo mito, el nico registro que se conserva alude al poeta Neofrn.Los anlisis que se han realizado sobre la obra pueden dividirse a grandes rasgos en cuatro grupos: primeramente estn los que consideran a Eurpides un misgino y ven en esta obra una demonizacin de la mujer a travs del desenfreno de la pasin. Doddsafirma que la impronta irracional est en la base del ser humano y posteriormente la cultura intent refrenarla, aunque los clasicistas tradicionales afirman que lo irracional es oriental. Si puede afirmarse que el mito de Dioniso es un mito conciliador, ya que lo irracional de Dioniso viene de Asia y se asienta en lapolis, en el caso deMedeaesto no es tan claro. Ella tambin proviene de una regin asitica pero nunca consigue desprenderse del estigma de ser extranjera. Como brbara y como mujer, cae presa de la pasin y sus impulsos irracionales vencen. Es aqu donde algunos exegetas interpretan las acciones deMedeacomo malficas, ya que es plenamente consciente de sus actos y decide cometerlos, y colocan como esencia de la tragedia el tema de la venganza desenfrenada. Al respecto, Jaeger afirma que las mujeres atenienses estaban lejos de ser Medeas ya que eran para ello demasiado toscas y oprimidas o demasiado cultivadas. De ah que el poeta escoja a la brbaraMedea, que mata a sus hijos para ultrajar a su desleal marido, para mostrar lanaturaleza elementalde la mujer, libre de las limitaciones de la moral griega. En el conflicto entre el egosmo sin lmites del hombre y la pasin sin lmites de la mujer, Jaeger reconoce en esta obra un drama de su tiempo. La anttesis entre la razn y la pasin en la vida humana es evidente, al igual que los problemas de la responsabilidad y la culpa, a los cuales Aristteles estudia a partir del concepto de voluntad.Pero esta acumulacin de valores negativos en la mujer necesita de una relectura. Al violar Jasn los lazos matrimoniales que lo unan aMedea, ha alterado no slo el microcosmos sin tambin el macrocosmos. Dice el coro:Las aguas de los ros sagrados fluyen haciaarriba, y el justo orden de las cosas y todos los valoresse han trastornado. Son engaosas las decisiones entrelos hombres y ya no tiene validez la fe prometida en elnombre de los dioses. Pero los relatos acerca de la condicinde la mujer cambiarn mi existencia para que tengagloria; el honor llega al linaje femenino. Ya no pesarsobre las mujeres una reputacin maliciosa(vv. 410 a 420)Adems, los estudiosos coinciden en que el Jasn que con sus sofismas quiere marcar con el sello de la inteligencia y de la prudencia el acto de su deslealtad, aparece inferior aMedea, ya que ella rechaza la ayuda que ste le brinda y no ahorra en reproches. Eurpides convierte a Jasn en un cobarde oportunista para hacer deMedeauna figura trgica. Y es este varn, tan degradado, el que tiene a cargo los parlamentos ms evidentemente misginos:Sera necesario que los hombres engendraran hijos de alguna otra manera y que no existiera el sexo femenino; as, por cierto, ninguna imperfeccin habra para los seres humanos(vv. 572 a 575).Si tenemos en cuenta a Ricoeur, es el punto final el que nos ayuda a comprender la totalidad de la pieza, y en este casoMedeaes la que sale triunfante. No slo cumple su cometido, sino que adems no es castigada por ello; al contrario, gracias a Egeo, termina refugindose en Atenas, lo que sera casi un premio. Con esto no se est afirmando que Eurpides no sea misgino, sino que no se lo puede considerar as a causa de esta obra.Dentro de un segundocorpusde anlisis y partiendo de Denys Page, estn los que ven enMedeauna problematizacin del brbaro. Cecilia Ames, en una conferencia an no editada, afirma que el discurso sobre el Otro es un discurso de autodefinicin. En Homero el trmino barbarfonos es peyorativo, en Herclito las lenguas brbaras no comprenden el lgos sino que tienen un razonamiento diferente. Durante la guerra contra los persas, los brbaros se instituyen como la anttesis de lo griego, siendo Herodoto el que construye en ellos el otro absoluto. Es as como los persas se transforman en un enemigo permanente y la barbarie en un concepto poltico, merced al cual Atenas conserva y explota el privilegio de ser lder de la Hlade, con el poder poltico y econmico que ello implica. La tragedia conforma as, adems, una demostracin de superioridad cultural ante las demspleis. Si tenemos en cuenta que el conflicto que trabaja la tragedia no es nunca individual sino que afecta al bienestar y al equilibrio de laplisen su conjunto, el restablecimiento delcosmoscon el que suelen finalizar, se reemplaza enMedeapor una completa y revulsiva conmocin de la escala de los valores cvicos.Adems,Medeaposee rasgos heroicos desde que aparece en escena: no tolera las injusticias, sus decisiones son irreversibles y nadie puede disuadirla, est preocupada por su prestigio personal, aspira a unaaretheroica an cuando es mujer, etc. Asimismo es calificada en varias oportunidades como sabia (soph), tanto por ella misma como por el resto de los personajes, incluido el coro. Por lo tanto, en su triple condicin de mujer heroica, sabia y extranjera, conforma un ser radicalmente otro para esta sociedad que la siente como una amenaza y le teme. Creonte mismo admite que le tiene terror. Guelerman considera al respecto dos interpretaciones: como el temor hacia la fuerza oculta y violenta que es la mujer en tanto ser desconocido para la sociedad patriarcal, o bien como la fuerza oculta y violenta de esos seres silenciados y/o marginados.En tercer trmino estaran aquellos que ven en Jasn yMedeauna inversin de los valores masculinos y femeninos. Por un lado, la mismaMedeareplica:Oh, el ms malvado, te lo digo porque puedo manifestar eso con mi lengua como el ms grande insulto para tu falta de hombra!(vv. 464 a 466). Por otro, como dijimos anteriormente,Medeaaspira a unaaretheroica, que es exclusiva de los varones. Ambos estaran inmersos en un ciclo de persecucin y lucha, tpico de las escenas de caza. Tomando a Vidal-Naquetcomo referente, podramos decir que coinciden con los modelos de la pantera y del cazador negro.Medeasera una cazadora negra que vence gracias a la astucia y al engao, lo que se ve en los asesinatos de Glauce y Creonte. Jasn sera, segn Racket, un cazador negro fracasado ya que, en los distintos mitos en los que interviene, se evidencia una prolongacin de la efeba merced a la ayuda deMedeay una imposibilidad de incorporarse al grupo social, imposibilidad de convertirse en hoplita. Recordemos que los ritos de iniciacin para pasar a la adultez, incluan la caza. Sin embargo, si tenemos en cuenta que Las formas de combate que haban sido durante mucho tiempo patrimonio de los jvenes, de los prehoplitas, de los combatientes de la noche, se impone poco a poco a todos durante la Guerra del Peloponeso y ms an en el siglo IV, cuando el mercenario sustituye poco a poco al soldado-ciudadano, podramos deducir queMedease masculiniza y Jasn pasa a ser un hoplita. Habra que considerar, adems, el valor negativo que eso conlleva ya que Eurpides puede introducir aqu una crtica al cambio que se intuye por la nueva guerra (recordemos que la obra se estrena con el inicio de la misma).Finalmente, y en cuarto trmino, se encuentran aqullos que proponen una lectura merced a la cual, gracias aldeus ex machina,Medeaaparece al final como un ser ms divino que humano. Ahora pueden comprenderse sus actos, ya que los dioses (segn la visin trgica) no son buenos sino poderosos y el hombre est indefenso ante ellos. Toda la pieza se convertira as en un ritual de iniciacin de la protagonista. Guelerman considera que esto se anticipa a lo largo de la obra, ya queMedeautiliza el lenguaje imperativo propio de los dioses, adems de comportarse con la soberbia y la crueldad de ellos.Aqu entrara en juego el asesinato de los nios. Una de las interpretaciones dice, retomando el discurso de la propiaMedea, que si ella no mata a sus hijos, los van a matar los corintios porque dieron los regalos envenenados. Otras interpretaciones demuestran que no es visto meramente como un filicidio sino como un sacrificio ritual y la mismaMedeaas lo dice antes de darles muerte:Le preocupar a quien no es lcito que est presente en mis sacrificios. Pues no har perder resolucin a mi mano(vv. 1053 a 1055). Si bien esto est relacionado con los mitos de Ino y Procnoe atribuidos al Bronce antiguo, donde los sacrificios servan para aplacar la ira de algn dios, cobra mayor importancia el ms reciente mito de Ifigenia. No slo corrobora la continuidad del pensamiento, justificando el sacrificio al poner a la comunidad por encima del individuo, sino que lo que une tanto a Ifigenia como aMedeaes la presencia de rtemis.En cuanto a los dioses que exigen sacrificios humanos, la que tiene una referencia directa dentro de la obra es rtemis, quien una versin del mito la considera hija de Demter. Prototipo de la doncella virgen que se complace en la caza, es la protectora de las Amazonas y de todas las mujeres independientes del yugo del hombre. Esta diosa es convocada porMedea:Oh gran Temis y rtemis venerada! Veis que dolores padezco, aunque estoy amarrada con grandes juramentos a un marido malvado?(vv. 167 a 169). Tambin se autodefine como consagrada a Hcate, quien segn Grimales una diosa afn a rtemis y no posee mito propiamente dicho. Se la considera como la divinidad que preside la magia y los hechizos. DiceMedea:Pues por mi seora a la que yo reverencio muchsimo entre todos y a la que prefer como colaboradora, por Hcate, que habita en las partes ms recnditas de mi hogar, ninguno de ellos, rindose, causar pesadumbre a mi corazn.(vv. 395 a 399).Pero la relacin con rtemis podra sintetizar adems las otras consideraciones sobreMedeaya que, por un lado, esta diosa rige a los cazadores y por lo tanto al pasaje de efebos a hoplitas; y por otro lado, debido a su origen, conforma junto a Dioniso la figura del extranjero en el sentido de Otredad. Dice Vernant que ... si bien los antiguos a veces la calificaban dexne, extranjera, ese trmino no se refiere tanto a su origen no griego como, al igual que en el caso de Dioniso, a la foraneidad de la diosa, a su distancia de los dems dioses, a la alteridad que representa.Medeay el matriarcado.Hasta aqu se ha dado cuenta de las distintas interpretaciones con respecto aMedea, por lo que ahora se intentar una nueva lectura.En primer lugar, si ampliamos el desarrollo del mito de rtemis, podremos ver que esta diosa incluye caractersticas muy particulares. La primera de ellas, segn afirma Otto, es que se trata de la nica deidad a la cual Homero da el epteto dehagn, que significa puro y santo a la vez. Junto con su hermano gemelo Apolo, se mantienen en una misteriosa lejana, son inaccesibles. As como Apolo est relacionado con el culto solar, Otto asevera que no cabe duda de que en tiempos remotos se la vea [a rtemis] en la Luna, as como posteriormente se la veneraba por doquier como diosa lunar (...) y en las leyendas de fundaciones muestra a los colonos el camino hacia el lugar donde deben construir la nueva ciudad.Si bien Grimal no coincide con esta lectura y afirma que en la Hlade se la veneraba como Cazadora, reconoce su primitiva relacin con el culto lunar. Adems es, como dijimos, una diosa que viene de Asia y que exige sacrificios humanos. Se suma a lo antedicho el hecho de que hacase de rtemis la protectora de las Amazonas.Esto nos permite afirmar que es una diosa con gran cantidad de caractersticas matriarcales.Cuanto ms antiguo es un pueblo, ms elevado est en la religin el principio femenino de la Naturaleza con el poder y la autoridad de la mujer. La ginecocracia es la herencia de aquellos pueblos que, segn Bachofen, Estrabn describe como brbaros. Vemos aqu que ambos aspectos aparecen en el caso deMedea: por un lado es vista como extranjera ya que su origen est en la Clquide. Por otro, cuando hace jurar a Egeo, el hroe salvador, lo hace en primer lugarpor el suelo de la Tierra, y por Helios, padre de mi padre, e incluyendo al mismo tiempo a toda la progenie de los dioses(vv. 746-748). Vemos aqu que, inversamente a lo que se podra pensar desde el sistema patriarcal, no es a Zeus a quien se invoca en primer trmino sino a Gea. En segundo lugar se invoca al Sol, pero por su relacin de parentesco conMedea. Y recin en tercer lugar se remite a los dems dioses.Otro aspecto a tener en cuenta es el matrimonio violado.Medeaasegura quede todas las cosas vivientes y que tienen pensamiento, nosotras las mujeres somos las criaturas ms desdichadas. En primer lugar es necesario que compremos un esposo a un precio extravagante y haber conseguido un amo para nuestro cuerpo; de hecho ese mal es todava ms doloroso que el otro(vv. 229-234). Aqu claramente se est aludiendo a la dote, pero surge un problema.Medeano fue entregada a Jasn sino que huy con l. No existi tal dote, por lo que tendramos que pensar que Eurpides est nuevamente haciendo aqu una crtica a la sociedad en la que viva. Sin embargo, podramos considerar que la dote la otorg la mismaMedeaen forma de vellocino de oro. De esta manera estara, en un aspecto, autonomizndose de la dominacin paterna.Esto nos da pie para pensar el desarrollo del mito. Segn Bachofen, el primer encuentro entre el mundo griego y el asitico se representa como una lucha entre el principio afrodtico-hetartico y el heraico-matrimonial, ya que la causa de la guerra de Troya se reduce a la violacin del tlamo. Por todas partes aparece el ataque al Derecho de la mujer, que provoca su resistencia y arma su brazo, primero para defenderse, y luego para vengarse sangrientamente.El mismo ciclo podemos encontrarlo enMedeaya que, ante el perjurio de Jasn, cuestiona los derechos de la mujer dentro del matrimonio y de lapolis; debate cuando diceporque la ruptura de los convenios matrimoniales no son respetables para las mujeres, y no nos es posible repudiar al marido(vv. 235-238).Medeaactu bajo las leyes y dioses patriarcales pero se vio defraudada. Se lo recrimina a Jasn cuando dice:Est desaparecida la garanta de los juramentos y no puedo saber si crees que los dioses de antes ya no tienen vigencia o que en la actualidad estn establecidas nuevas costumbres entre los hombres, porque sabes muy bien por cierto que no ests de acuerdo con tu propio juramento para conmigo(vv. 491-495). E invoca para el castigo del hombre a Hcate, rtemis y Temis; recin en cuarto lugar llama a Zeus.Sobre las primeras dos ya se ha hecho referencia. En cuanto a la tercera, se trata de la diosa de la Ley, pertenece a la raza de los Titanes, madre tanto de Astrea (la Justicia) cuanto de las Parcas. Pertenece a la misma generacin de las Erinias, por lo que puede considerarse como una diosa antigua. Bachofen asegura que donde permanece la ginecocracia se exaltar la justicia y la sabidura; donde sta sucumbe, dominacin y potencia forman el objetivo y el fundamento de la vida jurdica.Nosotros ya vimos queMedeaes considerada sabia tanto por ella misma como por los dems, aspecto que se explicita cuando replica a Creonte sobre la inconveniencia de instruir demasiado a los hijos, puessi empleas nuevas habilidades, a los de poco alcance parecers haber nacido intil e ignorante. Y, al contrario, les parecer que eres causa de ofensas, si fuiste juzgado en la ciudad como superior a los pocos que parece que saben una variedad de cosas. Y yo misma comparto esta fortuna, pues, por ser sabia, para unos soy odiosa y para otros, en cambio, lo contrario(vv. 298-303). Ahora comprobamos que su clamor es por la Justicia, por el cumplimiento de los juramentos. Por lo tanto los dos aspectos que Bachofen resalta de la ginecocracia corresponden a los atribuibles aMedea.Otro punto a considerar sera los actos dehybrisdeMedea, que se enumeran pero en ningn momento son castigados. Por haber asesinado a su padre y a su hermano, es decir, por haber cometido un crimen dentro del clan de sangre, correspondera que las Erinias la persiguieran y vengaran esas muertes. Sin embargo la presencia de estas diosas slo se insina en el coro cuando clama, antes de queMedeamate a los nios,Ponle fin, oh luz nacida de Zeus, impdeselo, quita de su casa a la desdicha y sanguinaria Erinia enviada por las divinidades vengadoras!(vv. 1256-1260). Ntese adems que la nica vez que se hace referencia a las Erinias, sus eptetos son los mismos que los que caracterizaron aMedeaa lo largo de la obra: desdichada y sanguinaria. Las acciones deMedease asemejan as mucho ms (sobre todo por las consecuencias para ella) a una desmesura divina que a un desenfreno mortal, transformndose en inescrutables.Haciendo una recapitulacin, se pueden verificar varios aspectos de la cultura matriarcal que estn relacionados conMedea, lo que permite pensar, no ya en una masculinizacin de su figura, sino en una reivindicacin del derecho materno.Un ltimo aspecto a tener en cuenta, es que Eurpides es quien incorpora al mito el queMedeamate a sus hijos. En versiones anteriores, o eran lapidados por los corintios pues haban entregado los regalos envenenados, oMedease los llevaba en su huida. Ni siquiera la leyenda de Pelias, como ya se dijo, estaba incluida. El mitema constara de la ayuda queMedeabrinda a Jasn para vencer las pruebas, el abandono y la venganza. Si bienMedeano era una figura absolutamente positiva, podramos pensar que el aspecto netamente malfico se lo da Eurpides al convertirla en filicida, plenamente consciente de sus actos. Si aceptamos esto, podramos pensar que estamos una vez ms en presencia de la lucha entre dos sistemas de poder, uno patriarcal y otro matriarcal. El primero con la forma de un hroe (Jasn) que viola un juramento gracias a la complicidad de un rey (Creonte), bajo la mirada indiferente de los dioses. El segundo, con la figura deMedea, quien se va triunfante en el carro que Helios le regal hacia Atenas, llevndose con ella los cadveres de sus hijos (algunas versiones del mito dicen que con la intencin de volverlos a la vida, cosa que finalmente no logra). Jasn se queda en Corintio, teniendo que hacerse cargo de otros dos cadveres: su esposa y su suegro. Al contrario del caso deOrestada, la mujer es ejecutora de su propia venganza y no se la castiga por ello. Volviendo a Ricoeur, en esta obra el punto final nos obliga a considerar que, tal vez, este mito hable del triunfo del derecho materno, razn por la cual ha sido demonizado.BibliografaBachofen, J.J.,El matriarcado. Una investigacin sobre la ginecocracia en el mundo antiguo segn su naturaleza religiosa y jurdica,Madrid, Akal, 1987.Baring, A., Cashford, J.,El mito de la diosa. Evolucin de una imagen, Buenos Aires, F.C.E., 2005.Bauz, H.F.,Voces y visiones. 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Lvi-Strauss, C.,Antropologa estructural, Buenos Aires, Eudeba, 1984.Se trata de una regin que, como indica su nombre, tiene forma aproximada de media luna. Su parte este es lo que podramos llamar Canan. La costa de Canan recibe el nombre de Palestina al sur y Fenicia al norte, si bien estos nombres estn relacionados con pueblos que habitaran la regin posteriormente. La media luna frtil avanza hacia el este por el llamado corredor sirio y luego desciende hacia el sur siguiendo el curso de dos ros que fluyen paralelamente: el ufrates y el Tigris, que finalmente se unen poco antes de desembocar en el Golfo Prsico.Si bien la mayora de los estudiosos tienden a considerar correcta esta afirmacin, es discutible. Los mitos y la tradicin refieren la escritura griega, al menos el alfabeto, en conexin con los fenicios. Marshall McLuhan, retomando a Harold Innis, sostiene que fue Cadmo quien introdujo el alfabeto fontico en Grecia. Cf. McLuhan, M., Cmo Harold Innis fue el primero en demostrar, el alfabeto es un agresivo y militante absorbedor y transformador de culturas enLa galaxia Gutemberg.Bauz, H.F., Voces y visiones. Poesa y representacin en el mundo antiguo, Buenos Aires, Biblos, 1998, p. 95 y ss.Bachofen, J.J., El matriarcado. Una investigacin sobre la ginecocracia en el mundo antiguo segn su naturaleza religiosa y jurdica, Madrid, Akal, 1987.Jaeger, W.,Paideia, Mxico, FCE, 1962.Bachofen,op. cit., p. 141.Esta Atenea es la que tiene como madre a Metroon, anterior al mito que la ubica como nacida de la cabeza de Zeus.La castracin de Urano por parte de Cronos.Bachofen,op. cit., p. 170.Bachofen afirma que Plutarco destaca la pasin de las mujeres por las costumbres crueles y brbaras. La mujer, sanguinaria y nociva en el poder, se convierte en una bendicin para la Humanidad cuando est subordinada al hombre (p. 181 y ss.)Se encuentra en el Museo Nacional de Atenas y es de alabastro de fondo blanco. Piot 26. Tab. 3.Lissarrague, F., Una mirada ateniense, en Duby, G. y Perrot, M., (eds.)Historia de las mujeres en occidente, Madrid, Taurus, 1991, p. 242.Cf. Foucault, M.,Historia de la sexualidad. El uso de los placeres,Buenos Aires, Siglo XXI, 1996.Jaeger, W.,op. cit.Medina Gonzlez, A., Traduccin y estudio crtico de Eurpides,Tragedias, vol. 1, Madrid, Gredos, 1977, p. 53.Lesky, A.,Historia de la literatura griega, Madrid, Gredos, 1973, p. 163.Se ha trabajado con la versin de Paola Vianello de Crdova, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1986, vv. 958 a 962.Nilsson, M.P.,The Mycenaean Origin of Greek Mythology, Berkeley, University of California Press, 1932.Philippson, P.,Origini e forme del mito greco,Torino, Boringhieri, 1983.Kirk, G.S.,La naturaleza de los mitos griegos,Barcelona, Labor, 1992, p. 134.Dodds, E.R.,Los griegos y lo irracional, Madrid, Alianza, 1980.El destacado es mo.Jaeger,op. cit.,p. 313.Salvo que se indique lo contrario, se referir a Eurpides,Medea, versin de Csar Guelerman, Buenos Aires, Bilbos, 2004.Ricoeur, P.,Tiempo y narracin, vol. 1, Mxico, Siglo XXI, 2002.Me refiero a la traduccin y comentario que hizo deMedeaen 1938.Conferencia dada en el marco de las VII Jornadas sobre el imaginario en el mito clsico, realizadas en la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, el 01 IX 2006.Vernant, J-P. y Vidal.Naquet, P.,Mito y tragedia en la Grecia antigua,vol. 1, Barcelona, Paids, 2002.Racket, A.F.,Eurpides .Medea. Una introduccin crtica, Buenos Aires, Santiago Arcos editor, 2005.Vidal-Naquet,op. cit.,p. 165.Grimal, P.,Diccionario de la mitologa griega y romana, Buenos Aires, Paids, 2001.Vernant, J-P.,La muerte en los ojos. Figuras del Otro en la antigua Grecia, Barcelona, Gedisa, 2001, p. 22.Otto, W.F.,Teofana, Buenos Aires, Eudeba, 1978.Otto,op. cit., p. 109.Grimal,op. cit., p. 54.Bachofen,op. cit., p 58.Grimal,op. cit., p. 500.Bachofen,op. cit., p. 157.Ricoeur, P.,op. cit.EN:http://www.dramateatro.com/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=8&Itemid=1

[1]Licenciada Literatura(UBA),Profesora de Artes combinadas (UBA), crtica e investigadora teatral.