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Guía Práctica Estrategias de Mediación para el desarrollo del Lenguaje Primer Ciclo de Educación Parvularia

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Guía Práctica

Estrategias de Mediación para el desarrollo del Lenguaje

Primer Ciclo de Educación Parvularia

Introducción

Durante el año 2003 hemos avanzado como institución en la implementación de las

Bases Curriculares de la Educación Parvularia a través de diversas iniciativas:

capacitaciones a educadoras, educadores y técnicos; selección de recursos para el

aprendizaje; la puesta en marcha del proyecto Jardines Infantiles de Anticipación

Curricular (JIAC); entre otras. Nuestro mayor énfasis ha estado en el logro de

aprendizajes de calidad de niños y niñas, relevando el rol de los agentes educativos

institucionales y el rol de la familia para este propósito.

Frente a los magros resultados, tanto a nivel nacional como internacional, de

estudios sobre la calidad de la educación donde se da cuenta de importantes limitaciones

de la población chilena en la comprensión lectora en particular, y en las habilidades de

comunicación en general, como la evidencia de las evaluaciones institucionales, que nos

muestran como el área más disminuida de nuestros párvulos es el ámbito de la

comunicación; y por otro lado, el convencimiento que tenemos sobre las posibilidades de

potenciar el desarrollo de niños y niñas a través de una educación parvularia de calidad,

es que hemos hecho énfasis en el desarrollo de la comunicación y el lenguaje oral y

escrito a través de diversas estrategias a nivel nacional y regional. Sabemos que los

Equipos Técnicos Regionales (ETR) y los Equipos Técnicos de los Jardines (ETJ) han

comenzado a implementar estrategias específicas en esta línea, enriqueciendo las

interacciones pedagógicas al dotarlas de una clara intencionalidad, de focalizar

concientemente en este ámbito, considerado como fundamental para expandir en los

niños y niñas el desarrollo del pensamiento.

A continuación les presentamos algunas orientaciones cuyo objetivo es apoyar el

trabajo de los agentes educativos en el logro de este desafío, especialmente enfocadas

al Primer Ciclo de la educación parvularia. Contiene una serie de aspectos a tener en

cuenta en la dinámica general del aula, con una metodología activa y participativa en la

que se parte de cada realidad y se contextualiza la intervención, que pone énfasis en

enriquecer las interacciones y la práctica pedagógica para el logro de los aprendizajes

esperados en el ámbito de la comunicación, y por lo tanto en el logro de mayores niveles

de desarrollo de niños y niñas que asisten a la JUNJI.

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Desarrollo del lenguaje en el Primer Ciclo

ALGUNAS CONSIDERACIONES RELEVANTES

Aportes de las neurociencias

Variadas investigaciones nos han ido mostrando la inmensa plasticidad del cerebro, es

decir su capacidad de reorganizar su estructura y funciones; postulando la existencia de

periodos óptimos o ventanas de oportunidades para el aprendizaje y el desarrollo del ser

humano durante los primeros seis años de vida.

La influencia de las interacciones sociales

Se ha demostrado que el grado de plasticidad neurológica va a depender del tipo y

calidad de las interacciones que se establezcan con el medio ambiente circundante. La

idea que existen seres predeterminados para el resto de su vida, dadas sus características

genéticas, y por lo tanto no podrían llegar más allá de un cierto nivel de funcionamiento, ha

sido ampliamente refutada.

Resultados de programas de intervención temprana y con niños con necesidades

educativas especiales, han mostrado que estrategias de trabajo con énfasis en la calidad

de las interacciones y en el desarrollo cognitivo de los párvulos tienen un efecto continuo,

no sólo a través de mejoras en la función cognitiva, sino mediante el efecto a largo plazo

de una buena adaptación escolar, éxito académico, mayor tolerancia a la frustración y

adecuada expresión de conductas sociales.

El lenguaje y el pensamiento como adquisiciones socioculturales

Las funciones cognitivas superiores tienen un origen social. Es en un contexto cultural, a

través de nuestra interacción con otros seres humanos que vamos apropiándonos de

contenidos, de medios de acción propios de nuestro entorno, a través de mediaciones

verbales. Por lo tanto, es el lenguaje lo que nos permite internalizar las funciones

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cognitivas superiores como el pensamiento inferencial, la memoria lógica, el

razonamiento, la resolución de problemas.

El lenguaje es una herramienta privilegiada para el desarrollo

del pensamiento.

Nuestros desafíos

Fortalecer el vínculo afectivo temprano e intencionar el desarrollo del lenguaje y los

procesos superiores de pensamiento, nos permite ir equipando a los niños y niñas desde

los primeros años de vida, con herramientas cognitivas y afectivas que les posibiliten

una adaptación flexible y eficiente a los desafíos que deberán enfrentar.

Estamos frente a una gran ventana de oportunidades en el desarrollo infantil temprano,

sabemos de la influencia central de las interacciones sociales en la plasticidad neurológica

y de la centralidad del lenguaje en el desarrollo cognitivo.

En consecuencia, en nuestro trabajo en educación parvularia, especialmente durante el

Primer Ciclo, tenemos la necesidad, la oportunidad y la responsabilidad de estructurar

experiencias de aprendizaje en las cuales se intencione el desarrollo del lenguaje y se

propicien mayores niveles de desarrollo cognitivo y afectivo.

I. DEL BALBUCEO A LAS PRIMERAS PALABRAS

En los primeros meses de vida, los bebés emiten sonidos y vocalizaciones, empezando

a balbucear: Esta actividad es muy importante en el desarrollo del habla y del lenguaje en

el niño, ya que le permite experimentar sonidos distintos y ejercitar los órganos del habla

(labios, lengua, paladar, cuerdas vocales).

Se ha observado que bebés de tres meses ya tienen su forma rudimentaria de

“conversar” con sus madres y personas cercanas. Reaccionan frente a distintos sonidos

y voces, son capaces de captar señales emocionales, lloran ante un tono de regaño,

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sonríen frente a voces tiernas y cariñosas, diferencian voces conocidas y desconocidas.

Diferencian intensidad, duración y movimientos que se dan en esta comunicación.

Así se inicia la discriminación auditiva, por asociación al contenido emocional del

discurso, de acuerdo a la inflexión y entonación vocal de quien habla.

Alrededor de los seis meses las inflexiones y el tono de voz le interesan más al bebé que

las palabras, lo cual es un requisito previo para la comprensión de éstas.

Intencionalmente repite sonidos y hace una especie de conversación autoimitativa. Hacer

preguntas a los bebés, cuando estos aún no hablan, haciendo pausas como para esperar

que ellos respondan les va enseñando la forma de esperar su turno para hablar durante

las conversaciones. Se están iniciando así en la dinámica de hablar y escuchar. Aunque

en un comienzo ellos no comprendan todo lo que les decimos, en su cerebro se están

fortaleciendo las conexiones necesarias para el lenguaje.

De aquí la importancia de centrar nuestra interacción en el desarrollo de las primeras

vocalizaciones alentando al niño a aumentar su balbuceo, a vocalizar sonidos más claros y

a aproximar los sonidos a los que son usados en el lenguaje.

¿Qué podemos hacer?

Responder repitiendo el sonido: Cuando el niño o niña balbucea o emite los

primeros sonidos debemos responder repitiendo el sonido, con la intención de reforzar

esta conducta, acompañado siempre de gestos y expresiones no verbales de satisfacción;

así además le estamos asignando un significado afectivo a sus vocalizaciones. De este

modo cuando el bebé emite un sonido, genera una respuesta en quienes lo escuchan. Si

esta respuesta es escuchada claramente por él, aprenderá a responder al lenguaje,

estableciendo una interacción.

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Iniciar el balbuceo a través de la imitación: Cuando el niño vocaliza poco, debemos

iniciar el balbuceo a través de la imitación, con un sonido alto, claro y lento,

asegurándonos que está haciendo contacto visual con el mediador. El niño debe vernos y

escucharnos.

El contacto físico cálido: es muy importante, tomarlo en brazos, tocarlo, acariciarlo

mientras le hablamos, o cambiar nuestra posición para lograr el contacto visual y la

respuesta del niño.

La expresión afectiva de los adultos es central al interactuar con el párvulo. Generar

un ambiente en que se sienta acogido y seguro pasa por el tono de voz que utilicemos, lo

que digamos y las inflexiones de voz que usemos. El interactuar con los niños y niñas

tocándolos, meciéndolos, cantándoles, sonriéndoles y hablándoles es muy importante

para su desarrollo emocional, y crucial para su desarrollo cognitivo y del lenguaje.

Repetir constantemente es esencial. Un buen modelaje alienta al niño a imitar. El

modelaje debe realizarse de forma prolongada (no solo “ta” sino “ta-ta-ta-ta”) con distintas

entonaciones de tal modo de lograr la atención del párvulo.

Hablarles constantemente: durante la muda, las comidas y cuando los hacemos

dormir. Explicitar lo que hacemos: “ahora vamos a cantar”. “vamos a cambiar el pañal para

que estés más cómodo”, “vamos a tomar la leche para que crezcas sano”, “ahora vamos

a lavarte las manos” “vamos a dormir, que tengas lindos sueños, te quiero mucho”.

Llamarlos por su nombre, evitar los diminutivos, nombrarle a sus compañeros y a los

adultos significativos. Darle nombre a las personas, objetos, acciones y situaciones que se

viven en el jardín. “Ahí está Camilo, vamos a saludarlo”. “¡Qué bueno, llegó la tía Carola”

“Ahora vamos a buscar los juguetes”.Hablar de las actividades que se hacen y las cosas

que están alrededor, señalar con el dedo y nombrar los objetos de la sala y de los

espacios externos como el patio.

Incorporar ejercicios de repetición: Por ejemplo: tapar repetidamente nuestra boca

diciendo “o o o”, al estilo indio, y después repetirlo sobre la boca del bebé, soplar una

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vela, succionar con una bombilla, son ejercicios que le ayudan al desarrollo del sistema

fonoarticulatorio.

Canciones infantiles: las canciones infantiles, acompañadas de mímica, gestos y

juego de dedos, son muy motivadoras, atraen la atención del bebé y existen en una gran

variedad que nos permite elegirlas de acuerdo a su contenido, a nuestra intencionalidad

pedagógica y a la actividad que desarrollemos (más tranquila o que implique movimientos

gruesos) Por ej. “las manitos, las manitos ¿dónde están?” “araña, arañita” “este dedito

compró un huevito” “Ay que me duele un dedo tilín”. Durante la muda:”Rapidito, rapidale tu

te pones los pañales”, durante la comida: “La comidita que rica está”.

¿Que debemos evitar?

Hablar con el bebé dándole la espalda o sin acercarnos.

Referirse a los niños o niñas como poseedores de características negativas fijas o

permanentes como: “Son mañosos” “Es llorón” “”Es peleador”. Sus comportamientos

corresponden a reacciones frente a situaciones internas o del medio ambiente, y son

modificables, no son un estado fijo que no cambiará. Por lo tanto nuestro lenguaje tiene

que reflejar la creencia en las potencialidades y en la modificabilidad del niño y niña. Ej.

“Está llorando ¿por qué será? “Ha estado peleando ¿Qué le molestará?”

Nunca es demasiado temprano para empezar a leerles

Ya a la edad de cuatro a seis meses, los bebes pueden enfocar su vista en los dibujos, y

se empieza a desarrollar la coordinación de sus ojos con las manos. Este es un buen

momento para ponerlos en contacto con los libros señalándoles y nombrándoles las

imágenes impresas.

Los dibujos brillantes y de mucho colorido fascinan incluso a los niños y niñas que apenas

están aprendiendo a enfocar sus ojos. Y aún antes de que sus ojos puedan enfocarse, el

sonido de la voz de quien está leyendo atrae la atención del bebé.

Esto implica que desde el nivel de sala cuna menor debemos comenzar a familiarizar a los

párvulos con los libros, escogiendo aquellos que por tamaño y consistencia puedan ser

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manipulados por ellos y ellas, con ilustraciones llamativas, y diferentes texturas, con el

nombre del objeto dibujado, luego frases cortas y después textos breves que nos permitan

focalizar su atención. Igual función pueden cumplir las fotos o revistas.

Las primeras palabras

Una palabra es un símbolo abstracto que representa un objeto, un acto o una idea.

Nombrar los objetos es uno de los primeros pasos para organizar y dar sentido al mundo.

Gradualmente, la percepción del mundo se hace más clara y organizada: el mundo está

constituido por gran cantidad de personas y objetos distintos, separados y con un nombre

particular para designarlos. En la medida que los niños y niñas van aprendiendo las

palabras, se van independizando del objeto y van adquiriendo herramientas del

pensamiento representacional.

Es importante recordar que en esta etapa están aprendiendo a comprender muchas

palabras (lenguaje receptivo) antes de lograr decirlas (lenguaje expresivo). El paso entre

comprender y aprender a hablar se extiende por un periodo que varía entre un niño y otro.

¿Qué podemos hacer?

Las palabras deben ser dichas lentamente, así como las sílabas deben

ser enfatizadas con entonación y moduladas, poniendo mayor énfasis en la primera sílaba.

Nuevamente el contacto visual es importante. El párvulo debe ver

nuestro rostro y boca. Es recomendable también acercarle el objeto para permitir que

focalice su atención en el rostro del adulto y en el objeto simultáneamente.

Posteriormente podemos ir creando situaciones en que los niños y niñas escuchen la

palabra antes de ver el objeto. Esto ayuda a desarrollar su capacidad de anticipación.

Las palabras deben ser enseñadas en un contexto natural de comunicación, donde

la función de la palabra cobre relevancia. Cuando el bebé llora, grita o indica un objeto que

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quiere obtener, debemos mostrarle una alternativa verbal para reemplazar la anterior. Por

ejemplo ¿Quieres que te pase el juguete? ¿Quieres que te tome en brazos? Lo que ayuda

por un lado al desarrollo de su lenguaje y por otro a la regulación de su propio

comportamiento.

Utilizar las onomatopeyas, que suelen ser muy motivadoras y les permiten ir

reconociendo distintos elementos de su ambiente. Es importante aquí asociar el sonido

con el nombre del animal u objeto que lo emite. A partir de cuentos, canciones, láminas o

juegos mostrar el animal u objeto, nombrarlo, realizar el sonido y alentar a que el niño lo

imite.

II. ENRIQUECIENDO EL LENGUAJE

El desarrollo del vocabulario es la acumulación de palabras que el párvulo adquiere, los

nombres de las cosas o las ideas. Contar con un amplio y variado vocabulario dependerá

de la cantidad y calidad de la exposición a nuevos conceptos y categorías mediante el

juego, la lectura y las actividades cotidianas que realizan los adultos cercanos.

Ya al año de edad se observa un alto grado de reciprocidad social, escucha las palabras

con atención, las repite, comienza a orientar sus acciones por las palabras, y agrega

paulatinamente otras nuevas a su vocabulario. Está comenzando a aprender la

pragmática o uso del lenguaje como herramienta para expresar sus necesidades e

intereses en relación a personas y objetos del medio.

Es el momento en que dos adquisiciones fundamentales cambian la relación de los

niños y niñas con el medio ambiente:

-. La aparición de la marcha independiente que amplía el círculo de objetos con los que se

encuentran directamente cambiando las posibilidades de contacto con los adultos

-. Sobre la base de un desarrollo intenso del lenguaje tiene lugar la formación de todos los

procesos psíquicos y el desarrollo de la personalidad del párvulo.

¿Qué podemos hacer?

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Incorporar las imágenes en forma sistemática:

Incorporar al trabajo con los niños y niñas pinturas, fotografías, dibujos. Al igual que las

palabras las imágenes son también una representación simbólica, y tienen distinto nivel de

abstracción. Podemos comenzar con fotografías y dibujos que están muy cercanos a lo

real, para luego ir presentando imágenes más complejas.

-. Fomentar el uso de frases más complejas:

Cuando se muestran las imágenes podemos focalizar la atención del niño o niña en el

nombre del objeto representado, los detalles, las acciones que suceden, algunos adjetivos,

junto con relaciones de posesión (mío), de localización,(fuera, dentro), denominación(esto

se llama..), y petición. (dame el libro”). Ej. “Muéstrame el gato” “¿Cómo se llama este

animal? ¿Dónde está el gato? “Mira el gato grande” “¿De quién es el gato?” “Qué está

haciendo el perro?”.

- Mostrándole fotos, pedir que reconozcan a personas significativas y a sí mismos en

ellas “¿Quién está ahí?” ¿Dónde está el papá?” ”¿Dónde está Vicente?”.”¿Qué tiene

puesto en la cabeza Vicente?”

- Cuando el niño muestre algo y use palabras sueltas, por ejemplo “perro”, convertirlas en

frases simples, “Si, es un perro, un perro de color negro”

- Intencionar la Incorporación de nombres de los objetos, animales y personas de su

entorno familiar y cultural, que le sean significativos, agregando características o atributos

(color, tamaño, forma) que los diferencian de otros.

Pedirles que señalen y nominen partes de su cuerpo y prendas de vestir Ej.

“¿Muéstrame tus ojos?” “¿Dónde está tu nariz? ¿Y tu boca dónde está?, “Pásame el

calcetín” “Toma tus zapatos” ¿Dónde está tu pantalón”?.

Avanzar en el reconocimiento y nominación de estas nuevas palabras en fotografías

dibujos y videos, incorporando cada vez nuevos términos.

Ser muy precisos en la formulación de preguntas y dar tiempo a los niños para

responder: Cuando realizamos una actividad y

hacemos preguntas al grupo, escuchar individualmente a los niños, evitando las

respuestas a coro. Asegurarnos que estamos dando el tiempo necesario para responder,

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teniendo claro que para nosotros lo más importante no es la rapidez con que responden

sino que el proceso que realizan al poner atención a la pregunta y elaborar la respuesta

Por lo tanto, tenemos que lograr una atmósfera que fomente la escucha atenta de las

instrucciones o preguntas, tanto de la educadora como de los párvulos, y luego siempre

dar retroalimentación de su participación al niño o niña, fomentando su motivación y

evitando la frustración.

Verbalizar las actividades y situaciones acompañándolas de una interpretación

de éstas: Explicarles: “te vas a poner la parka porque vamos a salir y afuera hace frío”

”vamos a sentarnos en círculo para que todos nos podamos ver” “nos vamos a quedar en

silencio para poder escuchar a Javier”, esto permite además ir fomentando el

establecimiento de relaciones entre los distintos momentos o situaciones.

Incorporar la poesía infantil:

El ritmo y la repetición de los poemas, hacen que los niños sientan como si las palabras

y los sonidos fueran sus amigos.

Los ritmos y los sonidos les ayudan a construir su sensibilidad hacia los fonemas, un

conocimiento relevante en el aprendizaje de la lectura.

Sistematizar la lectura de cuentos:

Seleccionar cuidadosamente los textos, conocerlos y preparar la lectura de acuerdo al

grupo de niños con que trabajamos. Es importante leer con mucho entusiasmo, cambiar la

voz según el personaje y los sentimientos que aparezcan en el cuento. Con la lectura

compartida en forma diaria, los libros se convierten muy pronto en algo que los párvulos

esperan con entusiasmo, se establece una interacción emotiva que permite que los niños

y niñas asocien la lectura a un momento de grata comunicación con el adulto.

Necesitamos generar un ambiente de acogida y de escucha atenta:

- Asegurarnos que los párvulos están cómodos y puedan ver las ilustraciones.

- Evitar sentarnos de espaldas a la ventana y que el reflejo dificulte la percepción clara de

las letras e ilustraciones.

- Sostener el libro delante o al costado del adulto.

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- Mostrar las partes de un libro, mirar la tapa, comentar de que se puede tratar el libro.

Mencionar el título y quien lo escribió.

- Evitar ruidos o música estridente que puedan distraernos.

- Si los niños hacen preguntas, detenerse y responderles, incluso si eso implica

interrumpir la lectura.

- Darle a los párvulos la oportunidad de escoger que cuento escuchar, para esto, además

de la posibilidad de escoger

tienen que tener los cuentos en un lugar de fácil acceso, a la vista, donde niños y niñas

puedan sacar, manipular y guardar el material.

¿Qué se debe evitar?

Todo tipo de actitud negativa frente al lenguaje de los párvulos.

Utilizar correcciones del tipo: “eso no se dice así”. En su lugar le repetiremos la palabra

o frase de forma correcta, (“ato” por “auto”, “casa banca”, por “la casa es blanca”) e

intencionaremos el uso de esa palabra o frase en otras situaciones para ofrecerle

oportunidades de usarla y si es necesario, realizaremos nuevamente el modelaje.

Impacientarnos y responder por él o ella cuando hacemos una pregunta.

Enunciar preguntas desordenadas o interrumpir nuestro diálogo con el párvulo sin darle

espacio ni tiempo para responder.

Asumir lo que el niño o niña quiere con sólo indicarlo, sin alentarlo a expresarlo

verbalmente.

Contentarnos con respuestas de tipo onomatopéyico. Ej. ¿Qué animal es este?

“guau”. En estos casos es necesario corregir: Este animal es un perro, pe-rro y hace

Guau. ¿Qué es esto? “papú”. Completamos entregando el nombre preciso: es un auto,

au-to .

Usar mal el lenguaje, pronunciar de forma incorrecta o con errores gramaticales en el

contexto pedagógico. (“gánate aquí” “subió para arriba”)

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III.- ESTRUCTURACIÓN DEL LENGUAJE

Alrededor de los dos años, obviamente con diferencias individuales, los párvulos pueden

manejar un vocabulario de aproximadamente 300 palabras y nombrar imágenes o dibujos

conocidos y son capaces de repetir partes de un cuento o poesía. Existe una percepción

exacta de los sonidos del lenguaje, y comienzan a estructurar frases más completas,

aunque no siempre gramaticalmente correctas. Elaboran más unos componentes que

otros. Durante este periodo van incorporando a su expresión artículos (“un”, “una”),

pronombres (”yo”), preposiciones (“a” mí, “para“ mi), y algunos adverbios (“encima”

“debajo”).

En este periodo, además de continuar estructurando actividades para enriquecer el

lenguaje con más palabras relacionadas, tales como: sustantivos, verbos, adjetivos, etc.

necesitamos intencionar nuestra práctica pedagógica en el desarrollo de una mayor

precisión de las expresiones y en la adquisición de reglas gramaticales por parte de los

párvulos.

El desarrollo de conceptos:

La formación de conceptos es un elemento central que va a contribuir de forma relevante

al desarrollo de pensamiento de los niños y niñas, por cuanto le entrega herramientas

cognitivas que le ayudarán a ordenar la información que reciben, a estructurar el mundo y

a representarse mentalmente la realidad.

Cuando estamos sistematizando la enseñanza de conceptos, es importante considerar

algunos pasos:

Asociar: Un primer paso que tenemos que asegurar es asignarle un nombre, asociar el

atributo que estamos trabajando al término preciso que lo designa.

Lo primero es entregar el nombre del atributo: El color de este lápiz es rojo, el tamaño de

esta puerta es grande, la forma de esta figura es cuadrada.

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Discriminar: Luego, llevar al niño a diferenciar entre aquellos objetos que comparten

características similares, pero que se diferencian en el atributo que estamos trabajando ej.

Los lápices que no son rojos.(mostrando lápices de otros colores junto al rojo) y el tipo de

pregunta que hacemos es relevante: ¿Cuál es el lápiz de color rojo? ¿Por qué elegiste

este? (porque es de color rojo) ¿Por qué no elegiste este otro? (Porque no es de color

rojo).

Generalizar: En un tercer paso alentar a los párvulos a que realicen una generalización,

entre elementos que comparten sólo el atributo que estamos enseñando ¿En que se

parecen estos objetos? (en que son de color rojo).

- Es necesario focalizar en la enseñanza de un concepto a la vez. Por lo tanto, en un

comienzo fijarnos que los objetos que mostramos sean claramente diferentes en las otras

características. Por ejemplo, si estamos trabajando el color rojo, y queremos que

generalice debemos mostrarle objetos que sean claramente diferentes en forma y tamaño,

por lo tanto pueda generalizar que la característica que comparten es el color rojo. O si

queremos que discrimine cuidaremos de mostrarle objetos similares cuya diferencia sea el

color rojo.

- Es importante ir desarrollando en el párvulo la relatividad de algunos conceptos como

la posición y el tamaño, los cuales no son fijos sino que se dan en relación a un referente.

- Todos estos elementos podemos ir presentándolos a través de juegos, objetos,

imágenes, fotografías, relato de historias, lectura de cuentos, canciones, adivinanzas y

fichas especialmente diseñadas para ello.

Categorizar:

Cada objeto pertenece al menos a una categoría o grupo. Un auto es un medio de

transporte, la manzana es una fruta, el martillo es una herramienta, el azul es un color.

A medida que el párvulo está familiarizándose con un rango más amplio de objetos y

atributos vamos entregándole etiquetas verbales o rótulos que le permiten agruparlos.

A través del uso de categorías el párvulo irá aprendiendo las propiedades de los objetos:

tamaño, color, volumen, forma, etc., y será capaz de establecer agrupaciones, relaciones

de orden y correspondencia.

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- Explicar el significado de la categoría:

Es importante que explicitemos el significado de la categoría, no basta con que asumamos

el conocimiento de ésta por el uso. Es necesario explicar: “los juguetes son las cosas con

que tú juegas, así como tu auto, tu muñeca”, la relevancia de la incorporación de

categorías se relaciona con que lo estamos ayudando a organizar su vocabulario,

reforzando su memoria, y sobretodo porque será el comienzo de la realización de

comparaciones, a través de la definición de denominadores comunes, le que es

fundamental en el desarrollo de las funciones del pensamiento, especialmente en el

establecimiento de relaciones.

- Incorporar la categoría a la pregunta:

Siempre debemos incorporar la categoría a la pregunta y propiciar el uso de ésta en las

respuestas de los niños. Siempre propiciar un nivel mayor de abstracción. “El dado

tiene forma de cubo” en lugar de decir “El dado es un cubo” “El tamaño de la pelota es

grande” en lugar de “la pelota es grande” ¿En que se parecen estos lápices? No

conformarnos con la respuesta:”son rojos”, mediar para llegar a respuestas del tipo “son

del mismo color”, “en el color”.

Expresión de sentimientos:

La expresión de sentimientos es otra importante función del lenguaje. El reconocimiento

de expresiones faciales y corporales asignándoles un nombre les ayudará a niños y niñas

a expresar su individualidad.

Esto lo podemos desarrollar a través de la observación de las expresiones de sus

compañeros, dramatizaciones, el uso de espejos, en los cuentos, dándole un nombre

preciso a estados de ánimo, emociones y sentimientos: “triste, alegre, enojado, apenado,

pena, alegría” etc., en un contexto que permita a los niños describirlas en forma más

precisa, asociarlas a indicios y a la expresión gestual.

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Es importante la validación de estos sentimientos y su expresión por parte de los adultos:

“tienes pena porque se rompió tu juguete”, en lugar de decir: “no llores, no importa” o ”ya

estás llorando como guagua”.

¿Qué podemos hacer?

Partiendo del conocimiento previo de determinadas palabras, vamos incorporando nuevos

términos, que describen partes de un objeto, sus atributos (adjetivos), las categorías a las

que pertenece, las acciones y verbos relacionados; y los adverbios. Siempre ejercitando

el lenguaje en forma integrada dentro del contexto de las distintas actividades diarias:

Nombrar partes de Los objetos

Ej. Una casa tiene ventanas, puertas, techo, suelo, etc. podemos tener láminas o

fotografías y motivar con un relato o canción en que aparezca el objeto y sus partes, o

cuando salimos a una visita por el vecindario podemos mostrar la parte y decir la palabra

que lo designa, ir haciendo preguntas ¿Dónde está la puerta?(estamos llevando al niño a

explicitar adverbios de lugar.) ¿Qué es esto? (el sentido es que use en su respuesta la

palabra puerta en consonancia con el artículo una) ¿Por dónde entramos a la casa?¿Por

dónde salimos de la casa? (el objetivo es que aluda al uso que hacemos de la puerta, por

lo tanto a su función) ¿Hay otras puertas en la casa? (diferenciación entre singular y

plural: puerta, puertas, una puerta, dos puertas, muchas puertas) .

Describir los atributos o cualidades de los objetos o personas:

La casa puede ser descrita como, vieja o nueva, linda o fea, lo que nos va llevando a

incorporar otros conceptos básicos como “el color de esta casa es azul”, ”el tamaño de

esta casa es grande”. ¿La casa es pequeña o grande? Existe un variado repertorio de

canciones que podemos utilizar con éste propósito Por ej. “Tengo una casita así así”, o

juegos “veo veo, que ves? Una cosa ¿Qué es?..

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La descripción también la podemos ir haciendo en relación al material del cual está

hecha “esta casa está hecha de madera””El vestido está hecho de género”.

A través de la descripción vamos introduciendo nuevas palabras a su vocabulario “ese

gato es muy muy grande, es enorme” “lo hiciste muy muy bien, está excelente”

Incorporar acciones y verbos:

Los verbos son más abstractos, y por lo tanto más intangibles, cuando una acción

fue realizada desaparece, por esta razón, generalmente la adquisición de los verbos es

posterior a los sustantivos.

Al enfatizar los verbos estamos nombrando el objeto, la acción y además hablamos de su

funcionalidad. Por ejemplo “comemos con la cuchara” (la funcionalidad de la cuchara es

que sirve para comer) “seca tus manos con la toalla” (la toalla sirve para secar)

Usando preguntas en relación a la acción: ¿Quién está jugando? ¿Qué haces cuando

tienes sed?

- En la descripción de imágenes y relatos de cuentos es frecuente que podamos

integrar fácilmente estas preguntas frente a las acciones de los personajes.

- Darle órdenes sencillas: que requieran la comprensión de algunos verbos por ej.

“toma” ”dame” “ven” “sube” “baja” o en canciones que incorporan acciones como “Simón

manda”, “Sobre el puente de Avignon” “Salió el sol, salió la luna”

Incluir los adverbios

Para estimular el uso de adverbios es apropiado usar preguntas que contengan

¿Cuándo? (antes-después, ayer-hoy-mañana) ¿Dónde? (arriba-abajo, dentro-fuera,

encima- debajo) ¿Cuántos? (muchos-pocos). ¿Dónde están los libros?”, “Los libros ¿están

encima o debajo de la mesa?” “Vamos a guardar los lápices dentro de la caja” “¿Cuándo

nos tenemos que lavar los dientes? (después de comer). “Antes de salir al patio vamos a

guardar los juguetes” “¿Quién está detrás de la puerta?

A través de los adverbios vamos entregando a los párvulos, términos precisos para

describir las acciones y desarrollamos conceptos que les permitirán ir estableciendo

relaciones espaciales con los objetos y personas, e identificando secuencias temporales

en las acciones.

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Repetir rimas y canciones:

A partir de juegos de palabras, rimas y canciones el párvulo irá perfeccionando y

precisará su discriminación auditiva y su expresión.

La discriminación auditiva, es decir el reconocimiento de sonidos iguales y diferentes es

precursora de la conciencia fonológica, la que a su vez es un importante requisito para el

aprendizaje de las relaciones entre el sonido y las letras.

Las repeticiones rimadas son ideales, porque la capacidad de imitación a esta edad es

extraordinaria. El párvulo aprende las rimas y es capaz de repetirlas imitando incluso la

voz y los gestos de quien se las enseña. En ocasiones lo hacen como parte de un juego

en el que resulta gracioso pronunciar cosas que no tienen mucho sentido para los adultos.

Aquellos cuentos que tengan juegos de palabras, aunque sólo sea en el nombre de los

personajes o lugares que aparecen en la historia, les parecerán muy entretenidos. Se

pueden acompañar los juegos verbales con ritmo ojalá con instrumentos de percusión o

palmas.

Por ej. “el sol es de oro, la luna de plata, las estrellas de hojalata” “Cucú le llamó, cucú le

llamó cucú cucú” “Aserrín, aserrán los maderos de San Juan” “Hop, hop, hop caballito hop”

“Mi gatito cojo está” “Alicia va en el coche”

Leer cuentos:

En la medida que se han familiarizado con los cuentos y el material impreso los niños y

niñas son capaces de repetir partes de cuentos conocidos, e incluso puede advertir que el

adulto ha cambiado palabras en su relato de una historia conocida.

La lectura permite a los párvulos familiarizarse con nuevos conceptos, temas,

vocabulario y estructuras oracionales características de los textos escritos

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Se familiarizan con destrezas de lectura tales como tomar un libro, voltear las páginas,

observar que las palabras se desplazan de izquierda a derecha.

A medida que vamos leyendo es recomendable mostrarles y seguir el texto con el

dedo. En la medida que van siguiendo con sus ojos la lectura, los niños y niñas parean el

habla con sus equivalentes gráficos. Las palabras impresas se van “almacenando” en su

memoria de largo plazo, establecen similitudes y diferencias, distinguiendo formas de

letras y de palabras.

Los párvulos perciben claramente que las palabras impresas conllevan significados.

El lector adulto, cuando lee con entusiasmo, claridad y expresión, proporciona un

modelo que los niños y niñas querrán imitar.

Realizar dibujos

La pintura y el dibujo libre ayudan a desarrollar la habilidad para reproducir e interpretar

el mensaje de un autor. A través de la pintura los párvulos toman conciencia de que las

imágenes sobre el papel son significativas y dicen algo. Cuando el niño colorea cuadros

de personas o animales aprende a reparar en detalles significativos, la pintura ayuda a

diferenciar figura y fondo, lo cual es una destreza perceptual necesaria para distinguir los

símbolos de una página impresa y el pintar también ayuda a los niños a desarrollar la

direccionalidad izquierda derecha.

Cuando los párvulos estén desarrollando esta actividad además de trabajar las palabras

que están relacionadas con el tema del dibujo, le ofreceremos poner su nombre en el

dibujo para saber que lo hizo él o ella. Luego de un tiempo ellos intentarán hacerlo por si

mismos e interpretarán esos trazos como su nombre, los adultos reforzaremos estos

intentos y los animaremos a escribir nuevas palabras.

Este interés por la escritura sirve de nexo entre el lenguaje oral y el lenguaje escrito.

Ofrecer una variedad de materiales impresos

Tener una variedad de materiales impresos para que los niños vayan utilizando

incorporados en juego de rincones, dramatizaciones, juego de roles, etc. permitiendo a los

niños y niñas familiarizarse con el uso funcional de la lectura.

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- Menús, libretas para tomar ordenes, dinero de juguete y boletas con productos y

valores impresos, boletos de micro.

- Recetas de cocina.

- Envases vacíos de alimentos y etiquetas con los nombres y marcas impresos.

- Catálogos de compras, etiquetas con precios, calcomanías, bolsas con palabras

impresas.

- Diarios y revistas, guías de teléfono, agendas, libretas.

Ofrecer materiales para estimular la expresión escrita y el dibujo libre.

- Lápices de cera, de colores, plumones.

- Hojas blancas, cuadernos, sobres.

- Block de dibujo

¿Qué se debe evitar?

El uso de de imperativos y negaciones.

El uso de imperativos es cortante y cierra la conversación. Los imperativos “cállense”,

“quédate quieto”, “no te pares”, no te subas a la mesa”, etc. así como las negaciones

absolutas no dejan opción a que el niño o niña estructure en su mente otras opciones que

pueda compartir con el adulto y enriquecer su pensamiento y su inteligencia.

Pedir las cosas utilizando formas distintas: ¿y si…? ¿Por qué no…? ¿Qué te parece

si…? ¿Quieres…? ¿Me...? o responder con otras preguntas o intervenciones a las

preguntas de los párvulos abre caminos de comunicación que crean nuevos

conocimientos.

Ante la pregunta: "¿Puedo ir al patio?", podemos contestar con un "no" seco que acaba

toda interacción comunicativa, o podemos decirle "¿Es el momento de salir al patio?", "Me

parece que no es hora (mostrándole el reloj) de salir al patio, vamos a terminar lo que

estamos haciendo y dentro de diez minutos vamos a salir con tus compañeros a jugar al

patio ", etc. Y a partir de aquí, iniciar una conversación que siempre enriquece.

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Reserve los “NO” terminantes para situaciones en que la seguridad del párvulo esté en

riesgo, y luego explique con razones para que no se repita.

Bibliografía

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2.- Fernández , Víctor: Desafíos como sociedad en la educación del siglo XXI en niños y

niñas menores de seis años. Presentación en Seminario “Intervenciones Psicosociales

Oportunas”, Stgo de Chile, Noviembre 2003.

3. -Feuerstein, Reuven, Cohen Miriam, Mintzker Yael: Aprendizaje Mediado del habla y

del lenguaje, Jerusalén, Julio 1993.

.4- Lebeer, Joseph: “Hacia un modelo ecológico del desarrollo: La plasticidad cerebral y la

influencia del ambiente humano educativo” EN: Memorias del Primer Congreso

Latinoamericano de Aprendizaje Mediado pp 87- 107

Buenos Aires, 2000.

5.- Lebeer, Joseph: Los Criterios de Mediación según Reuven Feuerstein:

Características, Ejemplos y Funciones Cognitivas Implicadas. Documento de trabajo del

centro de Desarrollo Cognitivo. Facultad de Ciencias humanas, Universidad Diego

portales.

.6.- Martinez Beltran J.M., Leber J.,Garbo R. (Eds) ¿Es Modificable la Inteligencia? Ed.

Bruño Madrid 1997.

7- Ministerio de Educación: Bases Curriculares de la Educación Parvularia, Stgo, Chile

2002.

8.-Young Mary Eming: Desarrollo del Niño en la Primera Infancia: Una Inversión en el

Futuro. En: http://www.oas.org/udse/dit/libromary.htm

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