Mediación Penal

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ALGUNOS COMENTARIOS RELATIVOS A LA APLICACIÒN DE LA MEDIACIÓN PENAL PABLO FERNÀNDEZ QUINTÀS. ABOGADO. FUNCIONARIO JUDICIAL 1. INTRODUCCIÓN Desde la introducción de la mediación penal en el procedimiento criminal y correccional de la Provincia de Buenos Aires, transcurrió ya un tiempo considerable, el cual permite aventurarnos a sacar algunas conclusiones respecto de su aplicación. Es una innovadora modalidad de finalización de la investigación penal preparatoria, diferente del archivo, sobreseimiento o requerimiento de juicio. También, implica un modo anómalo de extinción de la acción pública, colocando al instituto en línea de conflicto con los principios de oficialidad y legalidad. Asimismo, la mediación penal opera como un instrumento procesal, que permite limitar la cantidad que causas penales que se llevan a juicio, al igual que otro instrumento, incorporado por el ritual criminal de la provincia: el archivo por insignificancia o bagatela, del que también se dará cuenta y se lo describirá, primordialmente en su dinámica al ser aplicado ampliamente en el mismo contexto que el instituto de la mediación penal: el ámbito de los delitos culposos. Cabe anticipar, además, que su aplicación, por varias y justificadas razones, es más que satisfactorio en el ámbito de los delitos culposos. En ellos, la mínima culpabilidad, al menos cualitativamente hablando, y en la mayoría de los casos, permite la composición del imputado con la víctima, evitando al menos que ciertos conflictos sociales lleguen a la etapa del juicio oral, contra la voluntad de los implicados en él y, con el consiguiente gasto de recursos del estado, siempre necesarios por escasos, en la investigación de casos criminales donde sí el interés público, sobre la base de los fundamentos que justifican las penas esté comprometido. 2. LA MEDIACIÓN PENAL Y LA PENAL ESTATAL. Si encontramos una justificación en la pena estatal, en su función de la prevención general negativa, tanto a favor de los “no desviados socialmente”, como a favor de los “desviados”,

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AUTOR: Pablo Fernández Quintas

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  • ALGUNOS COMENTARIOS RELATIVOS A LA APLICACIN DE LA

    MEDIACIN PENAL

    PABLO FERNNDEZ QUINTS.

    ABOGADO. FUNCIONARIO JUDICIAL

    1. INTRODUCCIN

    Desde la introduccin de la mediacin penal en el procedimiento criminal y correccional de

    la Provincia de Buenos Aires, transcurri ya un tiempo considerable, el cual permite

    aventurarnos a sacar algunas conclusiones respecto de su aplicacin. Es una innovadora

    modalidad de finalizacin de la investigacin penal preparatoria, diferente del archivo,

    sobreseimiento o requerimiento de juicio. Tambin, implica un modo anmalo de extincin

    de la accin pblica, colocando al instituto en lnea de conflicto con los principios de

    oficialidad y legalidad. Asimismo, la mediacin penal opera como un instrumento

    procesal, que permite limitar la cantidad que causas penales que se llevan a juicio, al igual

    que otro instrumento, incorporado por el ritual criminal de la provincia: el archivo por

    insignificancia o bagatela, del que tambin se dar cuenta y se lo describir,

    primordialmente en su dinmica al ser aplicado ampliamente en el mismo contexto que el

    instituto de la mediacin penal: el mbito de los delitos culposos. Cabe anticipar, adems,

    que su aplicacin, por varias y justificadas razones, es ms que satisfactorio en el mbito de

    los delitos culposos. En ellos, la mnima culpabilidad, al menos cualitativamente hablando,

    y en la mayora de los casos, permite la composicin del imputado con la vctima, evitando

    al menos que ciertos conflictos sociales lleguen a la etapa del juicio oral, contra la voluntad

    de los implicados en l y, con el consiguiente gasto de recursos del estado, siempre

    necesarios por escasos, en la investigacin de casos criminales donde s el inters pblico,

    sobre la base de los fundamentos que justifican las penas est comprometido.

    2. LA MEDIACIN PENAL Y LA PENAL ESTATAL.

    Si encontramos una justificacin en la pena estatal, en su funcin de la prevencin general

    negativa, tanto a favor de los no desviados socialmente, como a favor de los desviados,

  • es decir la amenaza penal de sufrir un mal mayor al beneficio que se puede obtener de no

    ajustar la conducta a derecho y, por otra parte, evitar la venganza privada, la mediacin

    penal es un instrumento adecuado por las siguientes razones:

    1. Si bien la penal estatal no llega a imponerse, de concluirse el proceso judicial por

    composicin de las partes, su amenaza en abstracto permanece y su aplicacin en

    definitiva se encuentra condicionada a la voluntad de la vctima.

    2. La vctima, obtiene una reparacin econmica, de manera de retrotraer en la

    medida, de lo posible, el estado de situacin al momento anterior al dao

    ocasionado por el hecho delictivo.

    3. La vctima es tenida en cuenta, su participacin cobra protagonismo, el conflicto

    social que es formalizado por la infraccin de una norma, penal en el caso, no es en

    definitiva confiscado por el estado1.

    4. Si bien la instruccin penal se inicia, de todas formas, una considerable cantidad de

    causas judiciales, al menos no alcanzaran la etapa del plenario, evitando un cmulo

    de horas de trabajo y recursos que s podran ser empleados en acortar al menos los

    trminos de fijacin de fecha de debate en los Juzgados Correccionales

    Provinciales.2

    1 Al respecto, podemos sealar que a partir del idealismo alemn, ms precisamente, a desde Hegel, el

    concepto de delito se fue desmaterializando progresivamente, ello, como consecuencia de la prdida de

    referente emprico de la nocin de bien jurdico protegido. Tal como seala Ferrajoli: Tras la huella de

    Hegel desaparecern progresivamente del horizonte de las teoras del bien jurdico los intereses materiales

    de los individuos de carne y hueso, para dejar su puesto, primero, a los intereses y la voluntad de estado, y,

    despus, a la simple idea del derecho y del estado. Cfr. L. Ferrajoli. Derecho y razn. Teora del garantismo

    penal. Trad. Perfecto Andrs Ibez, Alfonso Ruiz Miguel, J. Carlos Bayn Mohino, Juan Terradillos Basoco y

    Roco Cantarero Bandrs. 3ra ed. Valladolid: Ed. Trotta, 1998, p. 468-9

    2 Sin lugar a dudas, que al menos a la etapa del plenario, y como consecuencia de la instancia de la

    mediacin penal, no llegan una considerable cantidad de causas, las cuales ven extinguida la accin penal en

    la etapa de la instruccin penal preparatoria. Suele suceder, en las investigaciones penales incoadas con

    motivo de lesiones culposas, en su mayora accidentes de trnsito, que la instancia mediadora slo es

    solicitada por la vctima, cuando ya est prcticamente reunida toda la prueba y al Fiscal slo le resta citar a

    declarar al imputado, lo cual deja para ltimo momento, de manera tal que no le corran anticipadamente los

    cuatro meses que tiene para requerir la elevacin a juicio a partir de la declaracin del imputado, el que en

    estos tipos de delitos se encuentra en libertad durante la instruccin. Si bien a diferencia de los criterios de

  • El instituto de la mediacin penal, por otra parte, para que la funcin de prevencin general

    negativa de la pena estatal no se vea perjudicada, debe ser de una amplitud tal, que slo

    abarque a todas aquellas causas en las cuales se afectara a bienes jurdicos disponibles tales

    como la propiedad.

    Sin embargo, no podemos considerar del mismo modo al caso, por ejemplo de la integridad

    fsica, ya que su disponibilidad es ms limitada y menos a la vida misma, indisponible, ello

    desde el punto de vista del dao causado.

    Sin embargo, teniendo en cuenta no slo la lesividad de la accin delictiva, sino tambin en

    un nivel cualitativo su grado de culpabilidad, podramos tambin incluir a todas aquellas

    causas judiciales en las cuales si bien el bien jurdico no es disponible, la nfima

    culpabilidad en trminos cuantitativos y su cualidad de culpabilidad, no menoscaben la

    funcin de prevencin general negativa de la penal estatal. El mbito de los delitos

    culposos parece ser el indicado al efecto.

    3. LA MEDIACIN PENAL EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES.

    LEGISLACIN. SUPUESTOS CONTEMPLADOS. PROCEDIMIENTO.

    En honor a la brevedad podemos transcribir de la ley 13.433, que prev el trmite de

    mediacin penal en la provincia de Bs. As su artculo sexto el cual dispone lo siguiente:

    ARTICULO 6: Casos en los que procede. La Oficina de Resolucin Alternativa de Conflictos departamental deber tomar intervencin en cada caso en que los Agentes

    Fiscales deriven una Investigacin Penal Preparatoria, siempre que se trate de causas

    correccionales.

    Sin perjuicio de lo anterior, se consideran casos especialmente susceptibles de

    sometimiento al presente rgimen: a) Causas vinculadas con hechos suscitados por motivos

    de familia, convivencia o vecindad. b) Causas cuyo conflicto es de contenido patrimonial.

    En caso de causas en las que concurran delitos, podrn tramitarse por el presente

    oportunidad utilizados en los archivos, el instituto de mediacin penal es en todo caso, en tanto causal de

    clausura del proceso, sobreviniente a su inicio, una parte no desdeable de la investigacin, como la

    audiencia del imputado y la investigacin consecuente con su descargo, como toda la etapa del juicio oral es

    en muchos casos evitada, ahorrndole recursos tanto del Ministerio Pblico como del Poder Judicial,

    recursos que pueden ser mejor utilizados en aquellos delitos que, principalmente por objeto procesal no

    pueden ser objeto de composicin. Asimismo, y a diferencia del archivo por motivos de oportunidad, la

    mediacin penal otorga a la vctima protagonismo decisivo en el conflicto social. Ver. Julio B. Maier.

    Derecho Procesal Penal. Tomo I. Fundamentos. 2da. Edicin. Bs. As.: Editores del Puerto, 1996. p. 823.

  • procedimiento, siempre que la pena mxima no excediese de seis aos. No proceder el

    trmite de la mediacin penal en aquellas causas que: a) La o las vctimas fueran personas

    menores de edad, con excepcin de las seguidas en orden a las Leyes 13.944 y 24.270. b)

    Los imputados sean funcionarios pblicos, siempre que los hechos denunciados hayan sido

    cometidos en ejercicio o en ocasin de la funcin pblica. c) Causas dolosas relativas a

    delitos previstos en el Libro Segundo del Cdigo Penal, Ttulo 1 (Captulo 1 Delitos contra la vida); Ttulo 3 (Delitos contra la integridad sexual); Ttulo 6 (Captulo 2 Robo).d) Ttulo 10 Delitos contra los Poderes Pblicos y el orden constitucional.

    Es decir que se incluyen tanto los delitos de hurto y estafa como tambin todos los delitos

    culposos contra la integridad fsica y contra la vida misma.

    Con respecto a los supuestos judiciables que cubre la mediacin penal, podemos concluir

    que es bastante amplia. Si bien los delitos con contenido patrimonial quedan incluidos, se

    excluyeron aquellos que se dan en situaciones de violencia sobre las personas y tambin

    aquellos que en virtud de la mayor intencin criminal trasuntada en las fuerza en las cosas

    empleada, hagan presumir la existencia de un inters pblico en la accin penal, tornndola

    indisponible para el damnificado o vctima concreta. Ello, de manera tal de no menoscabar

    la funcin de prevencin general negativa de la pena estatal.

    Ya anticipamos, que la vctima tiene un papel protagnico en el proceso mediante la

    introduccin del instituto de la mediacin penal, pero, Qu podemos decir acerca de la

    garantas del imputado? Para ello, nos debemos remitir sucintamente a la ley de mediacin

    que dispone al efecto:

    ARTICULO 9: Citaciones. La Oficina de Resolucin Alternativa de Conflictos departamental deber citar a las partes, invitndolas a una primera reunin, mediante

    cualquier medio fehaciente, debindoles hacer saber el carcter voluntario del trmite y el

    derecho a concurrir con asistencia letrada. En caso de incomparecencia de alguna de las

    partes, la Oficina invitar a concurrir a una segunda reunin, en los mismos

    trminos.ARTICULO 10: Incomparecencia. En caso que alguna o todas las partes no

    concurran a las reuniones fijadas, o de hacerlo, manifiesten su desistimiento al presente

    procedimiento, el trmite se dar por concluido, labrndose un acta, en la que constar las

    circunstancias de las notificaciones y la presencia de la parte que haya concurrido,

    elevndose la misma al Agente Fiscal correspondiente a fin de que contine el trmite de la

    Investigacin Penal Preparatoria.ARTICULO 11: Representacin de las partes. Las partes

    asistirn a las reuniones personalmente, no pudiendo hacerlo mediante apoderado. En caso

    de que ellas no concurran con asistencia letrada, la Oficina de Resolucin Alternativa de

    Conflictos solicitar la asistencia letrada oficial para el imputado y la vctima. Ambas

    partes tendrn derecho a entrevistarse con sus respectivos abogados antes de comenzar las

    reuniones establecidas en el artculo 13.

  • Sin lugar a dudas, se dispone la asistencia letrada permanente para el imputado y, tambin

    para la vctima. De manera que la autonoma de la voluntad, pueda ser desplegada con

    plena consciencia de las consecuencias que conlleva la suscripcin o la no suscripcin de

    un acuerdo. En este sentido, se satisface la garanta de defensa, como norma dirigida a los

    poderes pblicos, la cual contribuye al sistema republicano y democrtico liberal de

    gobierno, garanta irrenunciable por el imputado, quien de no concurrir asistido por letrado,

    de todas formas ser provisto de uno. Asimismo, con respecto a la vctima, y conforme las

    consecuencias relativas a la eventual clausura de cualquier ulterior reclamo idemnizatorio,

    posterior al acuerdo arribado en la mediacin, se la provee de asistencia letrada. Por

    consiguiente, teniendo en cuenta la asistencia letrada por parte del imputado, se mantiene la

    igualdad de las partes, equiparndolas en esta etapa del proceso.

    4. EL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD. EL ARCHIVO POR

    INSIGNIFICANCIA

    El Cdigo de procedimiento penal de la Provincia de Buenos Aires incorpora el principio

    de oportunidad en su art. 56 bis, titulado: Criterios Especiales de Archivo, entre los que se

    encuentra en su inciso 1. El archivo por insignificancia o bagatela el cual reza: art. 56 bis.

    (Incorporado por ley 13.183) El Ministerio Pblico Fiscal podr archivar las actuaciones

    respecto de uno o varios de los hechos imputados, o de uno o ms de los partcipes, en los

    siguientes supuestos: 1. Cuando la afectacin del bien jurdico o el aporte del imputado en

    el hecho fuera insignificante y siempre que la pena mxima del delito imputado no supere

    los seis aos de prisin

    La norma bajo anlisis contiene dos supuestos claramente diferenciados: 1. El supuesto de

    dao o afectacin mnima (la afectacin del bien jurdico) y 2. El supuesto de mnima

    culpabilidad. (Aporte al hecho insignificante)

    En estos casos, la norma trasunta el sentido de que en aquellos casos en que el dao

    causado es mnimo e insignificante o cuando la relacin subjetiva del autor con respecto al

    resultado lesivo, desplegada en su conducta violatoria de algn deber de cuidado en

  • especial, no reviste el mnimo de gravedad necesaria para que intervenga la pena estatal, sin

    perjuicio de las acciones civiles correspondientes3.

    La ventaja que presenta el archivo de oportunidad por insignificancia, es que le permite al

    Fiscal, al recibir las primeras actuaciones, cuando estas de forma manifiesta dejan ver la

    insignificancia del objeto del procedimiento, dar por terminadas las actuaciones penales, a

    veces previo requerir alguna medida adicional, vg. Reconocimiento mdico para certificar

    lesiones (las cuales ya se anticipan como irrelevantes de la simple lectura de la denuncia o

    del acta de procedimiento)

    Esta causal de archivo, tiene tambin la ventaja de que no es incompatible con el principio

    de instruccin de oficio y legalidad, siempre cuando se encuentre reglado legislativamente.

    Tal como seala Ferrajoli:

    por obligatoriedad de la accin penal no debe entenderse, como

    se ha dicho a propsito de la inderogabilidad del juicio, un irrealizable deber, de proceder

    por el ms leve u oculto delito, sino slo la obligacin de los rganos de la acusacin

    pblica de promover el juicio sobre toda notitia criminis que llegue a su conocimiento,

    aunque sea para pedir despus el archivo o la absolucin, cuando consideren que el hecho

    es penalmente irrelevante o que no existen indicios de culpabilidad4

    De todas formas su uso se encuentra legislativamente condicionado a ciertas limitaciones

    que prev el C.P.P. en su art. 56 bis. Inciso 3, tales como: 1. La consideracin de la

    composicin con la vctima; 2. El imputado deber acreditar haber reparado el dao

    causado o expresar su posibilidad de hacerlo en una audiencia convocada al efecto; 3. El

    archivo ser motivado; 4. Le es notificado a la vctima y 5. Como todo archivo queda sujeto

    a revisin del Fiscal General Deptal, de oficio o a pedido de parte.

    Ahora bien, podemos decir que en la prctica las limitaciones legislativas mencionadas

    como (1); (2) y (4) no suelen cumplirse, vale decir que el Agente Fiscal, ni bien toma vista

    3 Cfr. Julio B. Maier, op. cit. p. 838.

    4 Luigi Ferrajoli, op. cit. p. 570.

  • de las actuaciones, las archiva o requiere alguna medida complementaria adicional, pero sin

    intervencin ni notificacin a la vctima. No obstante, en muchos casos, aunque se obvie la

    notificacin a la vctima, esta toma conocimiento del archivo resuelto por el Fiscal, y

    solicita la revisin de la medida.

    Esta situacin se suele dar en el caso de las lesiones culposas, cuando son de carcter leve,

    art. 94 prrafo primero, el Fiscal suele proceder a su archivo, aplicando el principio de

    oportunidad por insignificancia, previsto por el art. 56 bis. Inciso 1 ya visto, tanto sea por

    el dao causado o la mnima culpabilidad o ambas. La vctima entonces, conforme lo

    dispuesto por la norma ya mencionada del C.P.P. en su ltimo prrafo y tambin segn lo

    prev el art. 83 inciso 8, del mismo cuerpo legal, solicita la revisin del archivo.

    Inexorablemente, el Fiscal General, en virtud de lo dispuesto por el art. 71 y 72 inciso 2,

    hace lugar a la revisin y ordena la instruccin de la investigacin sobre la base de los

    principios de instruccin de oficio y legalidad. Ello s, siempre que la vctima hubiere

    manifestado su intencin de instar la accin penal previamente, lo cual es obvio en el caso

    de pedir la revisin del archivo.

    En resumidas cuentas, el archivo de oportunidad por insignificancia tiene como meritorio el

    posibilitar al Ministerio Pblico el dar por terminada la accin penal ab initio y, de esta

    forma concentrar los recursos humanos y materiales en prosecucin penal ms relevante.

    Sin embargo, como resaltamos precedentemente, su aplicacin se torna ilusoria en el caso

    de las lesiones leves, dado que toda lesin que no sea grave o gravsima, es de todas formas

    leve, y por ser as, conf. El art. 71 y 72 inciso, 2 debe ser instruida, una vez instada la

    accin penal por parte de la vctima. Por otra parte, tiene tambin de reprochable, el hecho

    de que la vctima es completamente ignorada, y slo la investigacin prosigue si solicita la

    revisin, conforme el procedimiento reglado que ya vimos. Esto, genera desigualdades, en

    el mbito de los delitos culposos, sucede que aquellas personas, a la sazn vctimas, que por

    razones geogrficas o econmicas no pueden acercarse a la sede del Ministerio Pblico,

  • quedan fuera de toda posibilidad de que la instruccin proceda y eventualmente lograrse un

    acuerdo indemnizatorio en el marco del instituto de la mediacin penal.5

    Como pudimos ver, el instituto de la mediacin penal, a diferencia del archivo de

    oportunidad, no le confisca el conflicto a la vctima, privndola de la accin penal en su

    favor, aunque impulsada por el estado. De esta forma, se mantiene la amenaza penal,

    aunque ms no sea, como consecuencia de un mnimo dao causado o una mnima

    culpabilidad desplegada en el hecho y; se aplacan los posibles nimos vindicativos por

    parte de la victima, los cuales son adecuadamente sublimados en la obtencin de una

    reparacin, de llegar a un acuerdo con el imputado. En el mbito de los delitos culposos, al

    estar el imputado en libertad, la presin por llegar a un acuerdo, nunca llega a ser de una

    entidad tal como para considerarla extorsiva para el imputado, en perjuicio de la garanta de

    defensa en juicio, por renuncia unilateral de su derecho subjetivo de defensa adecuada

    durante el proceso. Por otra parte, al estar involucradas las compaas de seguros en la

    mayor parte de los casos culposos, el acuerdo en sede penal, pasa a ser la mera secuela de

    lo que ya se negociara y acordara en sede civil.

    5. OBJECIONES CONSTITUCIONALES A LA MEDIACIN PENAL.

    A pesar de los aspectos promisorios relevados, el instituto de la mediacin penal cuenta con

    un serio obstculo constitucional. Es el que plantea el artculo 75 inciso 12 de la Carta

    Magna, el mismo afirma que es atribucin exclusiva del Congreso Nacional el dictar entre

    otros cuerpos legales, el Cdigo Penal y el Cdigo Civil. A ello debemos sumarle la

    supremaca del ordenamiento jurdico federal, consagrada en el art. 31 del texto

    5 En el caso de las lesiones culposas, por lo general las vctimas no presentan un espritu vindicativo, salvo los

    casos de homicidios o lesiones gravsimas y slo esperan obtener una reparacin adecuada por parte del

    imputado. A pesar de la falta de notificacin de los archivos, muchas vctimas igualmente se hacen presentes

    en las fiscalas provinciales, solicitando la instruccin de las causas en las que resultaron perjudicados, el

    hecho de que un noventa y cinco por ciento se trate de accidentes de trnsito, ampliamente cubiertos por

    seguros, al menos uno de cada tres vehculos, implica posibilidades de obtener una reparacin casi segura

    cuyo monto depende ms de la premura con que la vctima precise el dinero que con la magnitud del dao

    causado o el grado de culpabilidad del autor. Quienes en mejor capacidad econmica se encuentren podrn

    soportar hasta el final de la instruccin cuando el peso probatorio acumulado obligue al pago por parte de la

    compaa ante la posibilidad de una condena en un Juzgado Correccional que como mnimo le ocasionar la

    prdida al imputado de su permiso de conducir por cinco aos (en principio) en el caso de un homicidio

  • constitucional. Pero, Sobre cules limitaciones normativas de derecho comn operan estas

    normas constitucionales? La respuesta la encontramos en las dos codificaciones basales del

    Derecho Argentino.

    5.1. El art. 71 del Cdigo Penal. El principio de legalidad. Instruccin de oficio.

    El art. 71 del Cdigo Penal Argentino prescribe la instruccin de oficio de todas las

    acciones penales con excepcin de aquellas que dependieran de instancia privada, previstas

    en el artculo 72 del mismo ordenamiento y; aquellas otras que sean privadas conforme

    establece el art. 73 del mismo cuerpo legal. Vale decir que una vez instada la accin penal,

    esta no es disponible por el representante del Ministerio Pblico ni por el ofendido en los

    delitos que no sean de los previstos en el artculo citado en ltimo trmino. Tampoco se

    encuentra la mediacin como supuesto extintivo de la accin penal en el artculo 59 del

    C.P., slo la renuncia del agraviado, respecto de los delitos de accin privada, pero nunca

    de aquellos delitos de accin pblica. Si a este conjunto normativo del ordenamiento

    punitivo lo leemos a la luz de las normas constitucionales citadas en el punto precedente,

    fcilmente llegaremos a la conclusin que un gobierno local, ya sea la Provincia de Buenos

    Aires o el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a travs de sus respectivas legislaturas,

    no pueden arrogarse la facultad delegada del artculo 75 inciso 12 por ser exclusiva del

    Congreso Federal, sin entrar en un conflicto constitucional. Pero tampoco les est permitido

    modificar legislacin nacional mediante el expediente de realizar modificaciones de

    derecho substancial utilizando su legislacin adjetiva a guisa de caballos de troya, ello sin

    caer inexorablemente bajo la gida del artculo 31 de nuestra Carta Magna y su

    correspondiente tacha de inconstitucionalidad.

    5.2. El artculo 842 del Cdigo Civil

    El artculo 842 del Cdigo Civil afirma lo siguiente:

    La accin civil sobre indeminizacin del dao causado por un delito puede ser

    objeto de las transacciones; pero no la accin para acusar y pedir el castigo de los

    delitos, sea por parte ofendida, sea por el ministerio pblico.

  • Respecto del obstculo que representa esta norma en particular, podemos reiterar los

    comentarios hechos relativos al articulado del Cdigo Penal. Ello, habida cuenta de que la

    supremaca del ordenamiento jurdico federal que afirma el art. 31 de la Carta Magna sea

    subvertida por la legislacin provincial, retomando los gobiernos locales facultades

    delegadas en el Gobierno Federal, ms precisamente en su Congreso Nacional, segn

    dispone en el caso de la legislacin de fondo, el art. 75 inciso 12 del texto constitucional.

    La doctrina judicial del Fuero Penal y Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires, ha

    tomado nota de la incompatibilidad existente entre la mediacin penal, introducida en el

    caso en particular de su competencia en el artculo 204 del Cdigo de Procedimientos en lo

    Penal y Contravencional de la Ciudad y, la normativa de fondo existente, bajo la mirada del

    texto constitucional. La Cmara del Fuero, a travs de sus tres salas, ha resuelto en

    reiteradas oportunidades la inconstitucionalidad del instituto de la mediacin penal,

    previsto en el Cdigo Adjetivo citado precedentemente, luego de pasar revista a los

    argumentos ya esgrimidos. Afirmando adems, que: 1. Es imprescindible un amplio debate

    parlamentario previo a un estudio de la materia mediable; 2. La aplicacin racional de la ley

    penal exige la igual solucin para casos iguales, reforma legislativa nacional mediante y; 3

    El principio de legalidad apunta a impedir la arbitraria discrecionalidad de los funcionarios

    pblicos.6

    No obstante los argumentos reseados, parte de la doctrina entiende que la mediacin penal

    es perfectamente compatible con la instruccin de oficio, dado que en tanto causa

    6 Ver: Sala I causa N 45966-02-CC/09, Incidente de nulidad en autos GONZLEZ, Pedro s/infr.

    art. 183 -Daos -CP. el 29-05-2009; causa N 45039-01-CC/09, Incidente de Apelacin en

    autosJUNCO, Luis Antonio s/ infr. art. 149 bis, Amenazas-CP rta. el 5-06-2009,causa N 36983-

    00-CC/08DEL TRONCO, Nicols s/infr. art. 184 inc. 5-CP rta. el 9-06-2009; Sala II causa

    11917-00-CC/2009, "DOMINGUEZ, Luis Emilio s/ infr. art. 184,inc. 5, CP Apelacin rta. el 26-

    06-2010, Causa 22323-01-CC-2008. autos: Incidente de apelacin en autos LEGUIZAMON,

    Gustavo s/ infr. rt. 149 bis CP Apelacin, rta. el 29-06-2009;Sala III causa N 45966-02-CC/09

    Incidente de nulidad en autos BATISTA, Ramn Andrs Pedro s/infr.art. 149 bis CP rta. el 10-

    06-2009 entre otros.

  • sobreviniente que obstaculizara7, de llegarse a un acuerdo, el progreso de la accin penal,

    no tiene ningn efecto sobre la gnesis y el inicio de la persecucin estatal de los delitos

    conforme ordenan los artculos 71 y 72 del C.P. De esta forma, se mantiene la instruccin

    de oficio y esta queda sometida a la voluntad tanto de la vctima como del imputado de

    bloquear la accin penal, mediante el arribo a un acuerdo.

    1. CONSIDERACIONES FINALES

    Desde un perspectiva funcional y, pensando en trminos de racionalizar el uso de recursos

    tanto del poder judicial como del Ministerio Pblico, en funcin de la cantidad y calidad de

    las causas en las que entienden, la mediacin penal, por los motivos ya explicitados, es una

    herramienta ms que idnea. Precisamente, la mayor cantidad de investigaciones que se

    inician en el Ministerio Pblico, corresponden a delitos, en los que si bien es aplicable el

    principio de oportunidad por insignificancia, por ello mismo, la mediacin penal es ms

    adecuada an, ya que no slo extingue defintivamente la accin penal sino que incluye el

    papel protagnico de la vctima. Podra argumentarse que, de todos modos, si el Ministerio

    Pblico posee la facultad de disponer de la accin penal, cancelndola, la vctima, de todas

    formas, no slo podra intentar las acciones civiles tendientes a obtener la correspondiente

    reparacin, sino que tambin, podra dejrsele el derecho de iniciar la accin penal como

    privada, disponiendo de la misma. Sin embargo, aunque en teora ello sea correcto,

    aplicndolo a la realidad concreta de nuestra sociedad, se dejara sin proteccin penal a una

    considerable franja de la poblacin, cuyos sujetos integrantes no podran sufragar los gastos

    mnimos que requiere iniciar cualquier procedimiento judicial tales como honorarios, tasas

    y traslados.

    Asimismo, el instituto de la mediacin penal, tiende hacia un sistema de derecho penal

    mnimo, pero su avance es ms progresivo y cauteloso que el que implica la aplicacin lisa

    y llana del principio de oportunidad como criterio selectivo de instruccin por parte del

    Ministerio Pblico. Ello, es as, dado que, por los motivos ya expuestos, es completamente

    compatible con los principios de instruccin de oficio y legalidad y, adems se respeta el

    7 Se puede asimilar el instituto de la mediacin penal a las condiciones de improcedibilidad sobrevinientes,

    conforme la descripcin y clasificacin que utiliza L. Ferrajoli, op. cit. p. 574.

  • protagonismo de la vctima en el conflicto social trasuntado por la infraccin normativa,

    dndole la posibilidad de extinguir la accin penal al acordar con el imputado un

    resarcimiento econmico adecuado. De esta forma, mediante la composicin de las partes,

    queda afirmada la materialidad del conflicto social, por oposicin a la idealizacin que

    representa la infraccin a la norma y, recobrando el delito, en definitiva, mediante la

    aplicacin de este instituto procesal, su referencia emprica, sin dejar de lado de lado el

    papel del Estado, quien regula y controla el mismo, desde la legislacin de los supuestos

    aplicables para la mediacin, hasta cada una de las mediaciones realizadas en particular.

    De todas formas, y para concluir, debera darse comienzo a un amplio debate tendiente a

    una reforma legislativa a nivel nacional, de manera tal de poder reunir los consensos

    suficientes para luego de escuchar a todas las voces, poder encaminar el proceso de

    incorporacin del instituto de la mediacin penal en el Cdigo Penal mismo y lograr as una

    aplicacin armnica y coherente en todo el territorio nacional.