Medidas para tener un sistema hÌdrico sustentable en la ...

1
EL UNIVERSAL Viernes 29 de mayo de 2 02 0 CULTURA A23 PROYECTO UNAM Texto: Roberto Gutiérrez Alcalá [email protected] ¿Humanos transmiten el coronavirus a animales? En opinión de Gerardo Suzán Azpiri, investigador de la Facultad de Me- dicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, la emergencia sanitaria obli- ga a realizar estudios simultáneos en poblaciones animales y humanas para identificar si podemos transmitir el coronavirus a los animales, prin- cipalmente a los domésticos, y si éstos pueden ser un factor que man- tenga activa la enfermedad. ESPECIAL Por pandemia, mayor bioluminiscencia en costas mexicanas Según David Uriel Hernández, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, la disminución de las actividades humanas por la pandemia ha propiciado que la naturaleza se recupere y se ex- prese mediante fenómenos como la bioluminiscencia, que es pro- ducido por unos organismos microscópicos marinos llamados di- noflagelados. “No hay registro sobre la periodicidad o los lugares donde ocurre la bioluminiscencia, pero la mínima presencia de actividad humana ha hecho posible que se disperse a zonas donde antes se veía poco, como varias costas de México”, dijo. ESPECIAL Falta más personal de enfermería en México De acuerdo con Rosa Amarilis Zá- rate Grajales, directora de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetri- cia de la UNAM, en México hay al- rededor de 315 mil enfermeras y en- fermeros, casi la mitad de ellos egre- sados de la Universidad Nacional, pero hacen falta 350 mil más para cubrir el déficit generado por la pan- demia y estar en condiciones de atender a los afectados. “En una po- blación de más de 120 millones de personas, actualmente se contabili- zan cerca de 2.4 de estos profesio- nales de la salud por cada mil ha- bitantes, cuando deberíamos tener por lo menos 4.4”, destacó. Medidas para tener un sistema hídrico sustentable en la cuenca de México Con ellas se podría reducir, de manera considerable, la extracción de agua de los acuíferos y, también, su importación de los sistemas Lerma y Cutzamala El abastecimiento de agua en la cuenca de México, donde vi- ven 22 millones de personas (9 millones en la Ciudad de Mé- xico y 13 millones en los mu- nicipios aledaños del Estado de México), es uno de los más gigantescos del planeta: 62 mil litros por segundo o, lo que es lo mismo, 3 mi- llones 720 mil litros por minuto. “Para tener una idea de lo que representa esta cantidad de agua, diré que con ella se po- drían llenar 223 mil 200 tinacos de mil litros cada uno en una hora; y 5 millones 356 mil al d í a”, apunta Manuel Perló Cohen, investiga- dor de Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y especialista en el tema. Dos terceras partes del total, esto es, 40 mil litros por segundo, son bombeados, a través de pozos, de los acuíferos o depósitos subte- rráneos que se localizan en toda la cuenca de México. El sistema Lerma proporciona entre 4 mil y 5 mil litros por segundo; y el sistema Cut- zamala, que está más lejos que el Lerma y re- quiere un gran aparato de bombeo para elevar el agua de las zonas más bajas hasta una altura de 2 mil 700 metros, de manera que luego pueda conducirse por gravedad a la Ciudad de México, contribuye con 15 mil litros por segundo, poco menos de la cuarta parte del total. El Magdalena, el único río vivo que entra en la Ciudad de México, abastece a ésta con una cantidad que oscila entre 500 y 700 litros por s egundo. La presa Madín, la única que le sirve a la cuenca de México y donde opera una planta de tratamiento de aguas residuales, suminis- tra 500 litros por segundo a la zona poniente del Estado de México. Y algunos manantiales también aportan su agua a distintos pueblos, barrios y colonias, tanto de la Ciudad de México como del Estado de México. Ineficiente Si los 62 mil litros de agua por segundo que abastecen a la cuenca de México se dividieran entre los 22 millones de personas que habitan en ella, a cada una le tocaría alrededor de 323 litros al día. Sin embargo, de acuerdo con Perló Cohen, tan sólo en la Ciudad de México hay un millón de personas que no están conectadas a la red de abastecimiento de agua porque viven en lu- gares donde ésta no llega, como zonas altas o barrancas, por lo cual reciben el líquido me- diante pipas. “Asimismo, 2 millones de personas en la Ciudad de México y entre 4 y 5 millones en municipios del Estado de México no reciben agua en cantidad y calidad suficientes. Quizá les llegue agua, por lo general de un color ama- rillento, un par de días a la semana o un día a la semana durante dos o tres horas. Mucha gente utiliza esa agua para la limpieza y los baños, pero no para tomarla o preparar ali- mentos, ni siquiera para bañarse”, añade. Esto confirma un hecho inocultable: el sis- tema de abastecimiento de agua para la cuen- ca de México funciona de una manera muy i n e f i c i e n te. “Por ejemplo, 40% de los 62 mil litros por segundo que llegan a ella se desperdicia en fu- gas en la red primaria de distribución; o sea, de cada 10 litros que entran en dicho sistema se pierden cuatro. A esto se le debe añadir las fu- gas en los domicilios particulares y el desper- dicio o uso ineficiente del agua.” Bases En opinión del investigador universitario, a partir de unas cuantas medidas muy puntua- les, pero no fáciles de lograr, se podrían sentar las bases para tener un sistema hídrico más sano, con mejores criterios ambientales, más justo desde el punto de vista distributivo y me- nos complejo y costoso. “Cuando hablamos de un sistema hídrico sustentable, estamos pensando en un siste- ma que funcione bien a lo largo del tiempo sin que se agote, como el actual, que hoy en día corre el riesgo de tener fallas tan graves como para que se reduzca notablemente el flujo de agua que llega a los usuarios”, dice. Y es que, por poner un caso, si en los pró- ximos 20 años se siguen extrayendo 40 mil li- tros por segundo de los acuíferos de la cuenca de México, muchos de éstos se agotarán o se irán a profundidades mayores, lo cual impli- cará un costo más alto para operarlos. La primera medida que Perló Cohen propo- ne es extraer de los acuíferos la misma can- tidad de agua que se infiltra en ellos con la llu- via para mantenerlos en equilibrio. “Si se infiltran mil litros de agua de lluvia en los acuíferos, sólo hay que extraer mil litros de ellos. Hoy en día se extrae el doble o el triple del agua que infiltran.” La segunda consiste en hacer que el sistema hídrico de la cuenca de México vuelva a dis- tribuir el agua con eficacia. “Esto básicamente significa reducir 40% las fugas, no eliminarlas todas, porque eso es muy difícil y costoso. Ya se sabe que 40% de los 62 mil litros por segundo que llegan a la cuenca de México se desperdicia en fugas; si este por- centaje se redujera a 20%, habría 5 mil litros por segundo más para distribuirlos entre la gente que no tiene agua.” La tercera medida es resolver los severos problemas de desperdicio de agua que surgen como consecuencia de la utilización de tec- nologías muy atrasadas en algunos sectores de la industria, en algunos sistemas municipales y, sobre todo, en los sistemas de las grandes infrae struc turas. La cuarta consiste en aprovechar al máximo los enormes volúmenes de agua de lluvia que caen en la Ciudad de México durante cinco o seis meses al año. Es cierto que una parte de esta agua se infiltra en los acuíferos y otra se evapora, pero otra parte considerable se va a través de los escurrimientos de la propia ur- banización, llega a las redes de drenaje y sale de la cuenca de México. “El agua de lluvia podría cubrir entre 15% y 20% del total de las necesidades de agua, pero, como no es potable, se requerirían instalacio- nes adecuadas para tratarla y monitorear su calidad. Y además de los sistemas domésticos de captación, sería necesario contar con otros lugares de almacenamiento como presas y tanques de depósito. Algunas ciudades de otros países tienen presas a las que se conduce el agua de lluvia y allí se trata, se conserva y se utiliza según se va necesitando”, comenta el inve stigador. La quinta medida es aprovechar los siste- mas naturales que aún quedan en la cuenca de México (humedales y pantanos), así como los vasos reguladores, para tratar una por- ción del agua de los drenajes y reutilizarla. La naturaleza sabe depurar el agua y, a veces, mejor de lo que nosotros lo hacemos. “Y si no se utiliza esta agua, se le podría in- filtrar en el subsuelo. Es sabido que uno de los problemas más serios de la Ciudad de México es el hundimiento de su subsuelo debido a la extracción desmedida de agua de todos sus acuífero s.” La sexta consiste en desarrollar un programa de recuperación de presas en la cuenca de Mé- xico, donde hay 27. Y la séptima es impulsar una serie de pro- yectos hídricos locales para solucionar ciertos problemas específicos en determinadas zonas, y no sólo megaobras. “Lo que se ha visto en muchos lugares es que este tipo de proyectos, entre los que destaca el Parque Hídrico La Quebradora, en la alcaldía Iztapalapa, tienen más posibilidades de llevar- se a cabo porque, como en ellos participan las comunidades y se recurre a soluciones locales, son menos costosos”, señala el investigador. Poco a poco La cuenca de México necesita con urgencia una revolución hídrica. Con estas medidas, Perló Cohen cree que se podría reducir con- siderablemente la extracción de agua de los acuíferos de la cuenca de México y, también, su importación de los sistemas Lerma y Cut- zamala, lo cual permitiría ahorrar mucho di- nero y resarcir el daño que estas regiones han sufrido por ser fuentes de abastecimiento del l í q u i d o. “Ahora bien, no se puede pensar que esto se lograría en seis, 10 ó 15 años. No. Debemos te- ner un horizonte de por lo menos 30 ó 40 años, y cumplir objetivos todos los años para con- seguir que el sistema hídrico de la cuenca de México funcione cada vez con más eficacia. La idea es ir poco a poco, pero con pasos firmes, sistemáticos y constantes. De este modo, en 10 años estaríamos más cerca de un sistema hí- drico sustentable y más lejos del que tenemos en este momento, que cada día empeora más”, finaliza. b ESPECIAL “Urge transformar este gran sistema hídrico que tenemos y que funciona mal, darle un mejor funcionamiento y hacerlo más flexible, más autónomo en sus componentes y más resiliente, es decir, que cuando haya una sequía o un problema en el Lerma o el Cutzamala, no tengamos que padecer la falta de agua, como ocurre hoy en día” MANUEL PERLÓ COHEN Investigador de Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM Uno de los canales del sistema Cutzamala.

Transcript of Medidas para tener un sistema hÌdrico sustentable en la ...

EL UNIVERSAL Viernes 29 de mayo de 2 02 0 CULTURA A23

PROYECTO UNAMTexto: Roberto Gutiérrez Alcalá

ro [email protected]

¿Humanos transmiten el coronavirus a animales?En opinión de Gerardo Suzán Azpiri, investigador de la Facultad de Me-dicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, la emergencia sanitaria obli-ga a realizar estudios simultáneos en poblaciones animales y humanaspara identificar si podemos transmitir el coronavirus a los animales, prin-cipalmente a los domésticos, y si éstos pueden ser un factor que man-tenga activa la enfermedad.

E S P E

C I A L Por pandemia,

mayo rb i o l u m i n i sce n c i aen costasm ex i ca na sSegún David Uriel Hernández,investigador del Instituto deCiencias del Mar y Limnologíade la UNAM, la disminución delas actividades humanas por lapandemia ha propiciado que lanaturaleza se recupere y se ex-prese mediante fenómenos como la bioluminiscencia, que es pro-ducido por unos organismos microscópicos marinos llamados di-noflagelados. “No hay registro sobre la periodicidad o los lugaresdonde ocurre la bioluminiscencia, pero la mínima presencia deactividad humana ha hecho posible que se disperse a zonas dondeantes se veía poco, como varias costas de México”, dijo.

E S P E

C I A L Falta más personal

de enfermeríaen MéxicoDe acuerdo con Rosa Amarilis Zá-rate Grajales, directora de la EscuelaNacional de Enfermería y Obstetri-cia de la UNAM, en México hay al-rededor de 315 mil enfermeras y en-fermeros, casi la mitad de ellos egre-sados de la Universidad Nacional,pero hacen falta 350 mil más paracubrir el déficit generado por la pan-demia y estar en condiciones deatender a los afectados. “En una po-blación de más de 120 millones depersonas, actualmente se contabili-zan cerca de 2.4 de estos profesio-nales de la salud por cada mil ha-bitantes, cuando deberíamos tenerpor lo menos 4.4”, destacó.

Medidas para tener unsistema hídrico sustentableen la cuenca de México

Con ellas se podríareducir, de maneraconsiderable, laextracción de aguade los acuíferos y,también, su importaciónde los sistemas Lermay Cutzamala

El abastecimiento de agua enla cuenca de México, donde vi-ven 22 millones de personas (9millones en la Ciudad de Mé-xico y 13 millones en los mu-

nicipios aledaños del Estado de México), esuno de los más gigantescos del planeta: 62 millitros por segundo o, lo que es lo mismo, 3 mi-llones 720 mil litros por minuto.

“Para tener una idea de lo que representaesta cantidad de agua, diré que con ella se po-drían llenar 223 mil 200 tinacos de mil litroscada uno en una hora; y 5 millones 356 mil ald í a”, apunta Manuel Perló Cohen, investiga-dor de Instituto de Investigaciones Sociales dela UNAM y especialista en el tema.

Dos terceras partes del total, esto es, 40 millitros por segundo, son bombeados, a travésde pozos, de los acuíferos o depósitos subte-rráneos que se localizan en toda la cuenca deM éxico.

El sistema Lerma proporciona entre 4 mily 5 mil litros por segundo; y el sistema Cut-zamala, que está más lejos que el Lerma y re-quiere un gran aparato de bombeo para elevarel agua de las zonas más bajas hasta una alturade 2 mil 700 metros, de manera que luegopueda conducirse por gravedad a la Ciudadde México, contribuye con 15 mil litros porsegundo, poco menos de la cuarta parte delto tal.

El Magdalena, el único río vivo que entra enla Ciudad de México, abastece a ésta con unacantidad que oscila entre 500 y 700 litros pors egundo.

La presa Madín, la única que le sirve a lacuenca de México y donde opera una plantade tratamiento de aguas residuales, suminis-tra 500 litros por segundo a la zona ponientedel Estado de México.

Y algunos manantiales también aportan suagua a distintos pueblos, barrios y colonias,tanto de la Ciudad de México como del Estadode México.

I n ef i c i e nteSi los 62 mil litros de agua por segundo queabastecen a la cuenca de México se dividieranentre los 22 millones de personas que habitanen ella, a cada una le tocaría alrededor de 323litros al día.

Sin embargo, de acuerdo con Perló Cohen,tan sólo en la Ciudad de México hay un millónde personas que no están conectadas a la redde abastecimiento de agua porque viven en lu-gares donde ésta no llega, como zonas altas obarrancas, por lo cual reciben el líquido me-diante pipas.

“Asimismo, 2 millones de personas en laCiudad de México y entre 4 y 5 millones enmunicipios del Estado de México no recibenagua en cantidad y calidad suficientes. Quizáles llegue agua, por lo general de un color ama-rillento, un par de días a la semana o un día ala semana durante dos o tres horas. Muchagente utiliza esa agua para la limpieza y losbaños, pero no para tomarla o preparar ali-mentos, ni siquiera para bañarse”, añade.

Esto confirma un hecho inocultable: el sis-tema de abastecimiento de agua para la cuen-ca de México funciona de una manera muyi n e f i c i e n te.

“Por ejemplo, 40% de los 62 mil litros porsegundo que llegan a ella se desperdicia en fu-gas en la red primaria de distribución; o sea, decada 10 litros que entran en dicho sistema sepierden cuatro. A esto se le debe añadir las fu-gas en los domicilios particulares y el desper-dicio o uso ineficiente del agua.”

B a sesEn opinión del investigador universitario, apartir de unas cuantas medidas muy puntua-les, pero no fáciles de lograr, se podrían sentarlas bases para tener un sistema hídrico mássano, con mejores criterios ambientales, másjusto desde el punto de vista distributivo y me-nos complejo y costoso.

“Cuando hablamos de un sistema hídricosustentable, estamos pensando en un siste-ma que funcione bien a lo largo del tiempo sinque se agote, como el actual, que hoy en díacorre el riesgo de tener fallas tan graves comopara que se reduzca notablemente el flujo de

agua que llega a los usuarios”, dice.Y es que, por poner un caso, si en los pró-

ximos 20 años se siguen extrayendo 40 mil li-tros por segundo de los acuíferos de la cuencade México, muchos de éstos se agotarán o seirán a profundidades mayores, lo cual impli-cará un costo más alto para operarlos.

La primera medida que Perló Cohen propo-ne es extraer de los acuíferos la misma can-tidad de agua que se infiltra en ellos con la llu-via para mantenerlos en equilibrio.

“Si se infiltran mil litros de agua de lluvia enlos acuíferos, sólo hay que extraer mil litros deellos. Hoy en día se extrae el doble o el tripledel agua que infiltran.”

La segunda consiste en hacer que el sistemahídrico de la cuenca de México vuelva a dis-tribuir el agua con eficacia.

“Esto básicamente significa reducir 40% lasfugas, no eliminarlas todas, porque eso es muydifícil y costoso. Ya se sabe que 40% de los 62mil litros por segundo que llegan a la cuencade México se desperdicia en fugas; si este por-centaje se redujera a 20%, habría 5 mil litrospor segundo más para distribuirlos entre lagente que no tiene agua.”

La tercera medida es resolver los severosproblemas de desperdicio de agua que surgencomo consecuencia de la utilización de tec-nologías muy atrasadas en algunos sectores dela industria, en algunos sistemas municipalesy, sobre todo, en los sistemas de las grandesinfrae struc turas.

La cuarta consiste en aprovechar al máximolos enormes volúmenes de agua de lluvia quecaen en la Ciudad de México durante cinco oseis meses al año. Es cierto que una parte deesta agua se infiltra en los acuíferos y otra seevapora, pero otra parte considerable se va através de los escurrimientos de la propia ur-banización, llega a las redes de drenaje y salede la cuenca de México.

“El agua de lluvia podría cubrir entre 15% y20% del total de las necesidades de agua, pero,como no es potable, se requerirían instalacio-

nes adecuadas para tratarla y monitorear sucalidad. Y además de los sistemas domésticosde captación, sería necesario contar con otroslugares de almacenamiento como presas ytanques de depósito. Algunas ciudades deotros países tienen presas a las que se conduceel agua de lluvia y allí se trata, se conserva y seutiliza según se va necesitando”, comenta elinve stigador.

La quinta medida es aprovechar los siste-mas naturales que aún quedan en la cuencade México (humedales y pantanos), así comolos vasos reguladores, para tratar una por-ción del agua de los drenajes y reutilizarla. Lanaturaleza sabe depurar el agua y, a veces,

mejor de lo que nosotros lo hacemos.“Y si no se utiliza esta agua, se le podría in-

filtrar en el subsuelo. Es sabido que uno de losproblemas más serios de la Ciudad de Méxicoes el hundimiento de su subsuelo debido a laextracción desmedida de agua de todos susacuífero s.”

La sexta consiste en desarrollar un programade recuperación de presas en la cuenca de Mé-xico, donde hay 27.

Y la séptima es impulsar una serie de pro-yectos hídricos locales para solucionar ciertosproblemas específicos en determinadas zonas,y no sólo megaobras.

“Lo que se ha visto en muchos lugares es queeste tipo de proyectos, entre los que destaca elParque Hídrico La Quebradora, en la alcaldíaIztapalapa, tienen más posibilidades de llevar-se a cabo porque, como en ellos participan lascomunidades y se recurre a soluciones locales,son menos costosos”, señala el investigador.

Poco a pocoLa cuenca de México necesita con urgenciauna revolución hídrica. Con estas medidas,Perló Cohen cree que se podría reducir con-siderablemente la extracción de agua de losacuíferos de la cuenca de México y, también,su importación de los sistemas Lerma y Cut-zamala, lo cual permitiría ahorrar mucho di-nero y resarcir el daño que estas regiones hansufrido por ser fuentes de abastecimiento dell í q u i d o.

“Ahora bien, no se puede pensar que esto selograría en seis, 10 ó 15 años. No. Debemos te-ner un horizonte de por lo menos 30 ó 40 años,y cumplir objetivos todos los años para con-seguir que el sistema hídrico de la cuenca deMéxico funcione cada vez con más eficacia. Laidea es ir poco a poco, pero con pasos firmes,sistemáticos y constantes. De este modo, en 10años estaríamos más cerca de un sistema hí-drico sustentable y más lejos del que tenemosen este momento, que cada día empeora más”,finaliza. b

E S P E

C I A L

“Urge transformar este gransistema hídrico que tenemosy que funciona mal, darle unmejor funcionamiento y hacerlomás flexible, más autónomoen sus componentes y másresiliente, es decir, que cuandohaya una sequía o un problemaen el Lerma o el Cutzamala,no tengamos que padecer lafalta de agua, como ocurrehoy en día”MANUEL PERLÓ COHENInvestigador de Instituto de InvestigacionesSociales de la UNAM

Uno de los canales del sistema Cutzamala.