Medidas tomadas por el Juez de Instrucción pese a haber delegado la Instrucción en el Fiscal.

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Cámara Federal de Casación Penal 1 Sala III Causa Nº CCC 2912/2012/TO1/CFC1 “Rojas, Eduardo Walter s/recurso de casación” // la ciudad de Buenos Aires, a los 31 días del mes de marzo del año dos mil quince, reunidos los miembros de la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal integrada por los doctores Liliana E. Catucci como presidente, Eduardo R. Riggi y Ana María Figueroa como vocales, asistidos por la Secretaria de Cámara, doctora María de las Mercedes López Alducin, con el objeto de dictar sentencia en la causa CCC2912/2012/TO1/CFC1 del registro de esta Sala, caratulada: ―Rojas, Eduardo Walter s/recurso de casación‖. Interviene en representación del Ministerio Público Fiscal, el doctor Raúl Omar Pleé, y la querella —Adriana del Ojo— por los doctores Fernando José Berdichevsky y Fernando Ezequiel Sicilia. Ejerce la defensa de Eduardo Walter Rojas, la Defensora Pública Oficial ad hoc, doctora María Florencia Lago. Efectuado el sorteo para que los jueces emitan su voto, resultó establecido el siguiente orden: doctores Ana María Figueroa, Liliana E. Catucci y Eduardo R. Riggi. VISTOS Y CONSIDERANDO: La señora jueza doctora Ana María Figueroa dijo: PRIMERO: I. Llegan las presentes actuaciones a conocimiento de esta Alzada a raíz del recurso de casación e inconstitucionalidad deducido a fs. 1820/1872, por el Defensor Auxiliar de la DGN, interinamente a cargo de la Defensoría Oficial Adjunta, doctor Ricardo Antonio Richiello en representación de Eduardo Walter Rojas, y por el recurso de casación interpuesto por los doctores Fernando José Berdichevsky y Fernando Ezequiel Sicilia en representación de la querella —Adriana del Ojo—, ambos encauzados contra la sentencia dictada el 16 de diciembre de 2013 por el Tribunal Oral en lo Criminal nº 19 de Capital Federal, en la que resolvió: I) No hacer lugar al planteo de inconstitucionalidad efectuado por el Sr. Defensor Público Oficial respecto del art. 50 del Código Penal. II. No hacer lugar a la nulidad articulada por la defensa en relación a la validez del procedimiento realizado por el Sr. Juez de Instrucción. III. No hacer lugar a Registro nro.: 412/15

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Alcance del art. 196 C.P.P.N. Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal, causa CCC2912/2012/TO1/CFC1, caratulada: “Rojas, Eduardo Walter s/recurso de casación”, rta. 31 marzo 2015.

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    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    // la ciudad de Buenos Aires, a los 31 das del mes de marzo

    del ao dos mil quince, reunidos los miembros de la Sala III de

    la Cmara Federal de Casacin Penal integrada por los doctores

    Liliana E. Catucci como presidente, Eduardo R. Riggi y Ana Mara

    Figueroa como vocales, asistidos por la Secretaria de Cmara,

    doctora Mara de las Mercedes Lpez Alducin, con el objeto de

    dictar sentencia en la causa CCC2912/2012/TO1/CFC1 del registro

    de esta Sala, caratulada: Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin. Interviene en representacin del Ministerio Pblico

    Fiscal, el doctor Ral Omar Ple, y la querella Adriana del Ojo

    por los doctores Fernando Jos Berdichevsky y Fernando Ezequiel

    Sicilia. Ejerce la defensa de Eduardo Walter Rojas, la Defensora

    Pblica Oficial ad hoc, doctora Mara Florencia Lago.

    Efectuado el sorteo para que los jueces emitan su voto,

    result establecido el siguiente orden: doctores Ana Mara

    Figueroa, Liliana E. Catucci y Eduardo R. Riggi.

    VISTOS Y CONSIDERANDO:

    La seora jueza doctora Ana Mara Figueroa dijo:

    PRIMERO:

    I. Llegan las presentes actuaciones a conocimiento de

    esta Alzada a raz del recurso de casacin e inconstitucionalidad

    deducido a fs. 1820/1872, por el Defensor Auxiliar de la DGN,

    interinamente a cargo de la Defensora Oficial Adjunta, doctor

    Ricardo Antonio Richiello en representacin de Eduardo Walter

    Rojas, y por el recurso de casacin interpuesto por los doctores

    Fernando Jos Berdichevsky y Fernando Ezequiel Sicilia en

    representacin de la querella Adriana del Ojo, ambos encauzados

    contra la sentencia dictada el 16 de diciembre de 2013 por el

    Tribunal Oral en lo Criminal n 19 de Capital Federal, en la que

    resolvi: I) No hacer lugar al planteo de inconstitucionalidad

    efectuado por el Sr. Defensor Pblico Oficial respecto del art.

    50 del Cdigo Penal. II. No hacer lugar a la nulidad articulada

    por la defensa en relacin a la validez del procedimiento

    realizado por el Sr. Juez de Instruccin. III. No hacer lugar a

    Registro nro.: 412/15

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    la nulidad efectuada por el Dr. Richiello, respecto de las

    fotografas e informacin obtenida a travs de la red social

    Facebook. IV. No hacer lugar a la nulidad introducida por la

    defensa tcnica, en virtud del reconocimiento espontneo

    efectuado por el testigo Daro Ramn Galvn durante la

    celebracin del debate. V. No hacer lugar a la nulidad requerida

    por la defensa respecto de la calificacin legal solicitada por

    la parte querellante al momento de alegar. VI. CONDENAR a EDUARDO

    WALTER ROJAS Eduardo Walter Rojas Bogarn Jonathan Ariel

    Rojas Walter Eudaldo Rojas Walter Eudalio Rojas Walter

    Eulalio Rojas o Walter Eduardo Eulalio Rojas Bagarn, a la pena

    de veinte aos de prisin, accesorias legales y costas, por

    considerarlo autor penalmente responsable del delito de homicidio

    agravado por su comisin con un arma de fuego en concurso ideal

    con homicidio agravado por su comisin con arma de fuego en grado

    de tentativa dos hechos (arts. 12, 29 inc. 3, 40, 41 bis, 42,

    44, 45, 54 y 79 del Cdigo Penal). VII. CONDENAR a EDUARDO WALTER

    ROJAS Eduardo Walter Rojas Bogarn Jonathan Ariel Rojas

    Walter Eudaldo Rojas Walter Eudalio Rojas Walter Eulalio

    Rojas Walter Eduardo Eulalio Rojas Bagarn, a la PENA NICA de

    veintinueve aos de prisin, accesorias legales y costas,

    comprensiva de la impuesta en el apartado VI del presente y de la

    pena nica de nueve aos de prisin, accesorias legales y costas,

    impuesta el 21 de agosto de 2012 por el Tribunal en lo Criminal

    n 9 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, en la causa

    nro. 3590/9 que a su vez incluye la pena de tres aos y ocho

    meses de prisin, accesorias legales y costas en orden a los

    delitos de resistencia a la autoridad en concurso ideal con abuso

    de arma de fuego, en concurso real con portacin de arma de

    guerra sin la debida autorizacin legal, impuesta por dicho

    Tribunal en la misma fecha y causa, y la de seis aos y ocho

    meses de prisin, accesorias legales y costas, por resultar

    coautor penalmente responsable del delito de robo calificado por

    el empleo de arma en forma reiterada (dos hechos), impuesta el 29

    de mayo de 2008 en la causa n 3509 por el Tribunal en lo

    Criminal n 4 de la Matanza (art. 58 del Cdigo Penal). VIII.

    MANTENER la declaracin de reincidencia dictada respecto de

    Eduardo Walter Rojas el 21 de agosto de 2012 por el Tribunal en

    lo Criminal n 9 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora,

    Provincia de Buenos Aires (art. 50 del Cdigo Penal).

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    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    II. Los mentados recursos fueron concedidos a fs.

    1892/1895, y mantenidos en esta instancia a fs. 1904 y 1905,

    respectivamente.

    III. a) Recurso de casacin deducido por la defensa de

    Eduardo Walter Rojas

    El recurrente encauz su presentacin con invocacin de

    las causales previstas en los incisos 1 y 2 del art. 456 del

    cdigo de forma.

    1) En primer lugar se agravi a raz de que el

    magistrado instructor impuls la accin sin peticin del fiscal.

    En tal sentido seal que a pesar de que el juez le haba

    delegado la direccin de las actuaciones al Agente Fiscal en los

    trminos del art. 196 del C.P.P.N., a posteriori y sin haber

    reasumido la investigacin, el juez orden, entre otras medidas,

    detener e indagar al imputado Rojas, todo ello sin que stas

    hubieran sido instadas por el fiscal.

    Aadi que el propio magistrado cedi la direccin del

    proceso mediante aquella orden del 31 de enero, de delegar la

    instruccin a favor del Ministerio Pblico Fiscal, retomndola

    recin el 22 de marzo, luego de la protesta de la magistrada de

    ese poder que hiciera, no porque no se le enviara la causa

    discusin que pretende minimizar el agravio como si lo importante

    fuera con qu papel o con qu tinta se completa el expediente o

    si se lo hace en el edificio del juzgado o de la Fiscala- sino

    por la omisin de asignarle el lugar, que ministerio ley (art.

    196 del C.P.P.) y por decisin del Juez le fue adjudicado; la de

    directora del proceso, burlando durante ese lapso de tiempo a

    partir de la disposicin de innumerables diligencias de

    investigacin con un claro norte o designio dirigido respecto de

    mi representado, sin que aquella lo impulsara y que llegase al

    punto de ordenar la detencin del seor Rojas y su declaracin

    indagatoria de modo infundado y en franca transgresin al art.

    213 del C.P.P., por lo que solicit que se fulmine lo actuado de

    modo oficioso por el juez instructor y se absuelva a su asistido.

    2) Por otra parte, invalid el procedimiento por medio

    del cual se obtuvieron imgenes de la red social Facebook.

    En este aspecto, la defensa se agravi de que la

  • 4

    referencia de que el eventual agresor sera Walter de Barrakas,

    no le fue brindada al oficial preventor Vilas desde un principio.

    Seal, que la verdadera filiacin de su asistido no aparece en

    ninguna imagen o contacto personal o va Facebook, ni fue

    aportada por los testigos que declararon al comienzo de la

    investigacin.

    A ello se suma que las posteriores identificaciones

    personales que los testigos hicieron no resultan espontneas,

    pues proceden de aquella imagen obtenida de internet con la que

    parece que la suerte de mi representado estuvo sellada desde un

    comienzo.

    Aleg que no es cierto que las imgenes de Walter de

    Barrakas se encontraban entre los contactos de Facebook del

    boliche, sino que se obtuvieron del perfil Oskarcito Lauti.

    Tampoco se incorpor prueba sobre el particular dado

    que los testimonios del Oficial Principal Ricardo Juri y del

    Sargento 1 Hctor Carpentieri fueron ingresados por lectura.

    Finaliz sosteniendo que se comprometi la privacidad

    de su asistido, protegida por el art. 19 de la C.N., al haberse

    utilizado imgenes de Rojas, procedentes de Facebook obtenidas

    sin legal autorizacin y desvirtuando la finalidad para la que

    fueron publicadas, circunstancia que sumada a la ausencia de otra

    fuente alternativa determina que deba invalidarse el

    procedimiento de identificacin inicial de Eduardo Walter Rojas y

    por ende decretarse la absolucin de su asistido.

    3) Cuestion la validez del reconocimiento efectuado

    por el testigo Daro Ramn Galvn durante el debate. Seal que

    la identificacin realizada por el referido testigo se concret

    incumpliendo el art. 270 del Cdigo de forma, circunstancia que

    acarrea la nulidad de lo actuado y su ineficacia probatoria.

    4) Plante la nulidad de la acusacin de la querella.

    Exclusin de su rol por la ineficacia de dicha intervencin.

    Afectacin al principio de congruencia.

    Expres que el querellante al momento del alegato

    entendi que los hechos quedaban atrapados en la figura prevista

    en el art. 80 inc. 2 del C.P. al haber actuado Rojas con

    alevosa, lo que implic que se haya modificado la plataforma

    fctica que le fuera descripta a su asistido al tiempo de ser

    indagado, procesado y elevadas las actuaciones a juicio.

    Adujo que An cuando pueda compartirse que la figura

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    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    bsica en el art. 79 del C.P matar a otro es sobre la que se

    montan las distintas agravantes del art. 80 del C.P., lo cierto

    es que cada una de ellas responde a una ultrafinalidad

    especfica, que, a su vez, debe corresponderse con la descripcin

    de conducta/s que conforma la imputacin desde sus albores y que,

    por tanto debe mantenerse inalterable.

    5) Arbitrariedad en el tratamiento de la prueba. Falta

    de fundamentacin. El recurrente indic que el tribunal para

    tener por acreditada la intervencin de su asistido realiz una

    apreciacin discrecional de la prueba. Aadi que desde el

    comienzo de la instruccin, el Sr. Rojas reconoci su presencia

    en el lugar de los hechos y aport algunos datos sobre el punto,

    empero neg enfticamente ser el autor de los disparos o tener

    relacin con los episodios de violencia que se habran producido

    aquella jornada.

    Seal que la prueba documental, los informes y

    peritajes no lograron vincular a su asistido con el suceso

    delictivo, tampoco tomando parte en la pelea previa, ni formando

    parte del grupo agresor.

    Expres el recurrente que del examen balstica, se

    aprecian que la mayora de las improntas (solo una pertenece al

    interior del hall o distribuidor del local), pasaron a travs de

    la puerta de chapa del local. Por ende, no es posible apartarse

    de la conclusin a la que lleg esta defensa: quien dispar lo

    hizo contra la puerta y no contra persona alguna. No existe forma

    lgica de probar que existieron disparos con ambos protagonistas

    sobre la vereda o incluso en el umbral de entrada o fuera del

    local y mucho menos que hubo dos tandas de disparos; una fuera

    del local y otro luego que el grupo cerrara la puerta, pues

    cualquier sentencia sobre tales particularidades, no solo se

    apartara de la prueba pericial balstica sino que se dara de

    bruces con los testimonios recogidos.

    Por otra parte, critic la decisin del tribunal de

    valorar los dichos del testigo Galvn toda vez que no declar

    durante la instruccin, mantena una relacin de amistad o

    proximidad con la vctima, y su reconocimiento del imputado se

    realiz violando todas las formas y garantas legales.

  • 6

    Cuestion el modo en que algunos tramos de los relatos

    proferidos por los dueos del local Garca Martinucci y Fernndez

    y tambin por Navarrete, fueron ponderados en la sentencia,

    concluyendo el recurrente que los nombrados si no mintieron, al

    menos faltaron a la verdad.

    Agreg que el tribunal realiza una seleccin

    equivocada y segmentada de distintos pasajes de un mismo o

    similares relatos para quedarse con aquellos que abonan la

    solucin que parece haber sido alentada desde el vamos,

    desechando otros que, an incidentales, permite sembrar un halo

    de duda respeto de la verosimilitud y solvencia de la fuente

    testimonial empleada para sostener la decisin condenatoria.

    Indic que frente a la imposibilidad de tener por

    cierta la intervencin de su asistido en el suceso delictivo

    investigado resulta de aplicacin el principio establecido en el

    art. 3 del cdigo de forma.

    6) Por otra parte, impugn la calificacin legal

    asignada por el tribunal, en tanto no se verifica ningn dato que

    permita afirmar la existencia de los elementos que conforman la

    conducta alevosa, ya que de acuerdo a las circunstancias tenidas

    por acreditadas no exista la sorpresa o ventaja del ataque

    alevoso.

    A su vez, expres que los jueces no demostraron el dolo

    de homicidio previsto en la figura del art. 79 del C.P., en razn

    a que la totalidad de los disparos atravesaron la puerta de

    acceso, en el sentido de afuera hacia adentro del

    establecimiento, sin que la afirmacin contraria un disparo

    directo sobre el cuerpo de la vctima tenga sostn probatorio

    alguno como lo pretende el fallo, por lo menos en el caso de un

    primer proyectil que habra impactado se dice sobre el joven

    fallecido, que luego pudo volver sobre s y cerrar la puerta.

    Forzoso es entonces reconocer que el agresor sea quien haya

    sido, pues no esta demostrada la intervencin personal del seor

    Rojas pues emprendi su proceder contra el acceso del local y no

    contra una persona determinada, a la que nunca poda conocer ni

    tener presente en el momento mismo de los hechos, como lo afirma

    la sentencia, por el simple dato que el grupo agredido jams

    traspuso la puerta del local.

    Por lo dems, se agravi de la aplicacin en el fallo

    impugnado de la agravante prevista en el art. 41 bis del Cdigo

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    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    Penal.

    Sostuvo que esa agravante debera ser descartada cuando

    la conducta misma bsica, se encuentra dirigida al compromiso de

    aquellos intereses, y que si el sujeto activo lo que busca o

    desea (dolo) es matar y lo persigue con un arma de fuego, no

    existe fundamento para que se distinga una mayor gravedad

    punitiva de otra modalidad.

    Por consiguiente, al no haberse demostrado el designio

    de matar, corresponde decretar su absolucin, de lo contrario,

    excluirse la agravante del empleo del arma de fuego prevista en

    el art. 41 bis del cdigo de fondo.

    Cuestion la individualizacin de la pena que efectu

    el tribunal, a la vez que se quej de que en el caso se aplic

    una pena mayor a la solicitada por el representante del

    Ministerio Publico Fiscal.

    7) De otro lado se agravi por haberle aplicado a su

    asistido una pena nica de 29 aos, y por el modo en que fueron

    ponderados los agravantes y atenuantes.

    8) Por otra parte, plante la inconstitucionalidad de

    la reincidencia establecida en el art. 50 del Cdigo Penal.

    En orden a lo expuesto, solicit que se case la

    sentencia impugnada y se la revise en los trminos sugeridos.

    Subsidiariamente, para el caso de que no se haga lugar al

    remedio deducido, hizo reserva del caso federal.

    b) Recurso de casacin deducido por la querella

    Los recurrentes cuestionaron que los jueces hayan

    subsumido la conducta del imputado en la figura de homicidio

    simple agravado por el uso de arma de fuego, y rechazado la de

    homicidio agravado por alevosa art. 80 inc. 2 del C.P.

    postulada por esa parte.

    Sealaron que de los testimonios recogidos y de los

    resultados de los peritajes realizados surge que Rodrigo Ali

    Bacre del Ojo no tuvo capacidad ni posibilidad alguna de defensa,

    lo que implica que su victimario oper sobre seguro, sin riesgo

    alguno para s, y sin darle oportunidad alguna de escapar.

    Conforme lo expuesto, solicit que se case el fallo

    impugnado y se condene a Eduardo Walter Rojas como autor material

  • 8

    del delito de homicidio agravado por alevosa imponindole la

    pena de prisin perpetua, accesorias legales y costas.

    Hizo reserva del caso federal.

    IV. En la etapa procesal prevista en los arts. 465 del

    C.P.P.N., y en la oportunidad del art. 466 ibdem, el Fiscal

    General ante esta instancia doctor Ral Omar Ple expuso los

    argumentos por los que peticion se rechace el recurso de

    casacin e inconstitucionalidad deducido por la defensa de Rojas.

    Por su parte, la Defensora Pblica Oficial ad hoc,

    doctora Mara Florencia Lago, solicit se haga lugar al recurso

    de casacin e inconstitucionalidad incoado por su predecesor, y

    se rechace el recurso interpuesto por la querella.

    V. A fs. 1946 se dej constancia de haberse superado la

    etapa prevista en el artculo 468 del C.P.P.N.

    SEGUNDO:

    1. Liminarmente habr de recordar que el tribunal tuvo

    por acreditado que Eduardo Walter Rojas el da 29 de enero de

    2012, a las 06:00 hs. aproximadamente, hallndose frente al local

    bailable Blue Diamond Chicharrn, ubicado en la calle Sarand

    1338 de esta ciudad, en posesin de un arma de fuego apuntando

    hacia la puerta del local citado, produjo la balacera que provoc

    la muerte de Rodrigo Ali Bacre del Ojo, y que puso en riesgo las

    vidas de Miguel ngel Albez y de Gonzalo Damin Baillo Silva.

    2. Establecido el factum tenido por cierto habr de

    expedirme en primer trmino en orden a las nulidades articuladas

    por la defensa de Rojas, para posteriormente examinar si los

    elementos probatorios ingresados al sub lite resultan suficientes

    para tener por acreditada la responsabilidad que en calidad de

    autor se le reprocha a Rojas y si la adecuacin tpica referida

    en el fallo se ajusta a las constancias rendidas en la causa.

    a) Respecto del planteo de nulidad fundamentado en que

    el juez instructor llev a cabo medidas probatorias no obstante

    que haba delegado la direccin de las actuaciones al Agente

    Fiscal en los trminos del art. 196 del C.P.P.N., habr de

    sealar que este agravio constituye una reedicin de aquel que la

    defensa de Rojas esboz durante la etapa instructoria y no

    obstante haber sido rechazado, el impugnante lo reedit con

    idnticos trminos durante la celebracin del juicio, corriendo

    la misma suerte que el otrora presentado.

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    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    Cabe sealar, que en la presentacin realizada en la

    instancia, el recurrente insiste sobre el punto sin hacerse cargo

    de rebatir los fundamentos que determinaron su rechazo, ni

    aportar nuevos argumentos que demuestren que la solucin

    alcanzada no se ajusta a derecho, circunstancia que implica que

    no precis cul fue la afectacin a la garanta de defensa a

    juicio y debido proceso infringida a travs del procedimiento

    seguido por el juez de primera instancia.

    Represe en que la nulidad no encuentra previsin

    alguna en las especficas disposiciones del art. 196 del Cdigo

    Procesal Penal de la Nacin, por lo que habr de concluir en que

    la nulidad propiciada por el recurrente conlleva la pretensin de

    conferir a la normativa examinada una exigencia y alcance que la

    norma no contempla.

    A los lineamientos descriptos vale adunar que

    quien introduce un planteo nulificante debe invocar el concreto

    inters que persigue con su declaracin, no bastando la

    referencia genrica a la afectacin de garantas

    constitucionales, ya que de lo contrario la nulidad se declarara

    slo en el inters del formal cumplimiento de la ley, lo que

    implica un manifiesto exceso ritual incompatible con el buen

    servicio de justicia (cfr. Sala I in re: Molteni, Rosa F. s/

    recurso de casacin, causa n 8899, reg. N 11.978, rta. el

    22/05/2008; Barraza, Norberto A. s/ recurso de casacin, causa

    n 9116, reg. N 12.313, rta. el 16/07/2008; Rodrguez, Mara

    Amparo s/ recurso de casacin, causa n 12.364, reg. N 16.768,

    rta. el 26/10/2010; Delgado, Carlos Alberto y otros s/ recurso

    de casacin, causa n 9906, reg. N 16.835, rta. el 26/10/2010),

    supuesto que no se advierte en las presentes actuaciones.

    Finalmente, ms all de sus afirmaciones, no se

    advierte ni el impugnante alcanza a demostrar afectacin real al

    ejercicio del derecho de defensa mxime cuando los distintos

    actos llevados a cabo por el juez instructor fueron ordenados en

    el marco de su competencia, y su produccin fue puesta en

    conocimiento del agente fiscal, quien nicamente critic la

    injerencia del juez cuando haba sido ste quien le deleg la

    direccin de la investigacin, empero no impugn las razones que

  • 10

    llevaron a disponerlas, ni consider nulos los resultados

    obtenidos.

    En ese devenir, advierto que el recurrente omiti

    demostrar fundadamente el modo en que se concret el perjuicio,

    condicin indispensable para declarar la nulidad pretendida,

    aspecto que sella negativamente la suerte del agravio.

    b) Por otra parte, las mismas deficiencias de

    fundamentacin se aprecian con relacin a la reedicin del

    planteo de nulidad articulado por la defensa de Rojas motivado en

    que para individualizar al imputado como al autor de los hechos

    se tomaron ilegalmente imgenes de la red social Facebook. Ello

    as, en la medida en que en el recurso bajo examen la defensa

    tampoco se hizo cargo de demostrar que lo decidido por el

    tribunal sobre este punto resulte arbitrario.

    Independientemente de las fallas de motivacin que

    presenta el extremo bajo examen jurisdiccional, habr de recordar

    que a las pocas horas de producido el suceso delictivo en el

    boliche Blue Diamond, compareci en la sede de la Comisaria n

    18 de la Polica Federal, Walter Alberto Fernndez, quien

    refiri ser socio minoritario del mencionado local bailable, e

    inform que al encontrarse apostado frente a la entrada del local

    le permiti advertir que un sujeto a quien conoce como Walter fue

    el que efectu los disparos. En esa oportunidad, indic que Blue

    Diamond posee Facebook, aportando material relacionado con el

    imputado.

    Al da siguiente, es decir el 30 de enero de 2012,

    el Oficial de la Polica Federal Argentina, Ricardo Juri declar

    en sede policial que se contact con Walter Fernndez quien una

    vez que ingres en la pgina de Facebook de Blue Diamond

    Chicharon busc el perfil de Oskarcito Lauti, figurando entre

    sus contactos el nombre de Walter de Barrakas, perfil que al no

    contar con una limitacin para que su contenido sea observado por

    terceras personas, posibilit acceder a las fotografas y toda

    vez que sus caractersticas fsicas son semejantes al sujeto

    sindicado de ser quien efectu los disparos, imprimieron tres

    fotografas, las cuales fueron puestas de inmediato a disposicin

    del juez instructor (cfr. fs. 132/140, prueba incorporada por

    lectura al debate con la anuencia de la defensa).

    De las referidas constancias es dable colegir que

    la informacin y fotografas que el titular de esa cuenta subi

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    11

    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    voluntariamente a su perfil de Facebook identificado como Walter

    de Barrakas, al no disponer ningn tipo de restriccin, permiti

    que tanto sus seguidores como as terceros ajenos, pudieran

    acceder al contenido de su cuenta.

    Habr de concluir entonces que la crtica que

    formula la defensa relativa a que se conculc la privacidad de su

    asistido, se contrapone con la actitud asumida por el propio

    Rojas, quien subi sus fotos a su perfil y autoriz su difusin.

    De all, que en el caso sometido a inspeccin

    jurisdiccional no puede considerarse vulnerado el principio de

    reserva protegido por el art. 19 de la C.N., en la medida que al

    permitir que terceros pudieran acceder sin restriccin alguna al

    contenido subido a Facebook, determina que el procedimiento se

    llev a cabo sin haberse vulnerando garantas constitucionales en

    la medida que no fueron logradas mediante hackeo, engao o a

    travs de la utilizacin de un mtodo indebido, de adverso

    ingresaron a partir de la autorizacin que el propio titular de

    la cuenta concedi para que se pudiera acceder a los datos que

    subi.

    El criterio que sostengo, resulta coincidente con

    el seguido por el a quo en tanto concluy que Facebook es una

    red social de soporte digital, dando libre albedrio a sus

    usuarios ya sea para formalizar sus contactos, para dar noticia

    de lo que sucede en sus vida, situaciones que se presentan tanto

    a travs de imgenes como por textos, as va de suyo que esa

    apertura de informacin slo la modera y/o limita el interesado,

    no resultando entonces vlido el que ese acceso a datos generales

    o particulares, derive sin hackeo alguno y por datos aportados

    por un tercero, desde una investigacin practicada a raz de la

    comisin de un delito.

    Por lo dems, la proteccin establecida por el

    art. 153 y 153 bis comprenden a aquellas cuentas que constituyen

    una comunicacin electrnica o dato informtico de acceso

    restringido, es decir aquella informacin en las que su titular

    demostr su propsito por evitar que personas no autorizadas

    accedan al contenido subido a sus cuentas, aspecto que como fuera

    explicado no se presenta en el sub examine.

  • 12

    Esa medida fue llevada a cabo por el principal

    Juri, quien dej constancia del modo en que accedi a las fotos

    del causante, las cuales de inmediato fueron puestas a

    disposicin del juez instructor.

    En el particular caso sometido a examen

    jurisdiccional se desconoce si la crtica comprende la lesin a

    una garanta constitucional o al resultado alcanzado en la medida

    que a lo largo de su presentacin no logra identificar con

    precisin haca qu punto se encuentra dirigido su

    cuestionamiento.

    En definitiva, al haber sido incorporada al legajo

    la prueba conforme a los parmetros constitucionales, permite

    concluir que de aceptarse la pretensin defensista, conllevara a

    declarar la nulidad por la nulidad misma, criterio que se aleja

    irrazonablemente de la bsqueda de la verdad material.

    En orden a lo expuesto corresponde rechazar el agravio.

    c) Planteo de nulidad del reconocimiento que el testigo

    Daro Ramn Galvn realiz de Eduardo Walter Rojas como el autor

    de los hechos durante la sustanciacin del debate.

    Cabe sealar que este planteo al igual que los

    anteriores fue introducido por el recurrente en el debate y

    rechazado por el tribunal en el fallo impugnado, sin que en esta

    oportunidad la defensa aporte elementos novedosos que demuestren

    que lo decidido vulnere las garantas constitucionales de defensa

    en juicio y debido proceso, constituyendo por ende una mera

    discrepancia con lo decidido.

    Cabe apuntar que en la sentencia impugnada los jueces

    sealaron que en la etapa de instruccin la querella solicit al

    juez que convoque a prestar declaracin testimonial a Daro Ramn

    Galvn, medida que en esa oportunidad fue rechazada bajo el

    argumento de que dado el caudal probatorio rendido en la especie,

    resultaba innecesaria la presencia del mentado testigo, y que de

    considerarse pertinente poda insistir durante la realizacin del

    juicio.

    Surge as, que la intencin de la querella no fue la de

    introducir subrepticiamente en el debate los dichos de un sujeto

    que no tuvo la intencin de declarar en el legajo, sino que la

    circunstancia de que Galvn recin depusiera en el debate acaeci

    como consecuencia de la decisin del juez instructor.

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    13

    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    El tribunal a quo al momento de resolver sobre la

    admisibilidad de la prueba ofrecida por las partes, hizo lugar al

    pedido de la querella de que se cite a declarar a Daro Ramn

    Galvn, razn por la cual no se advierte de qu modo la defensa

    se pudo haber vista sorprendida o lesionada.

    Habr de resear que el sealamiento del imputado como

    el autor de la muerte de Rodrigo Bacre del Ojo se concret en el

    marco de la deposicin llevada a cabo de manera regular, y su

    referencia se corresponde con lo que el testigo dijo haber

    apreciado a travs de sus sentidos, sin que se verifique por

    consiguiente ningn vicio con entidad que hubiera impedido a los

    jueces excluir de su valoracin al testimonio rendido en el

    debate por Daro Ramn Galvn.

    Para valorar dicho reconocimiento no resulta necesario

    que se hubiera efectuado siguiendo el procedimiento previsto en

    el art. 270 y ss. del C.P.P.N., habida cuenta que durante la

    celebracin del juicio seal al imputado como al autor de la

    muerte de Rodrigo Bacre del Ojo por lo que no tena ningn

    sentido suspender el acto y llevar a cabo la diligencia conforme

    los parmetros del art. 272 del cdigo de forma.

    El reconocimiento indirecto no le quita validez, sino

    que debe ser ponderado en forma global con las restantes

    constancias ingresadas al legajo tal como lo hizo el a quo.

    Por consiguiente, la ausencia de la demostracin de una

    lesin a las garantas constitucionales de defensa en juicio y

    debido proceso legal, sella negativamente la suerte del agravio.

    d) Tampoco habr de prosperar el pedido de la defensa

    vinculado con la presunta violacin al principio de congruencia

    debido a la modificacin de la calificacin legal peticionada por

    la querella y no acogida en el fallo impugnado, ello as habida

    cuenta que frente a la plataforma fctica que precede al debate,

    no se advierte de qu manera la calificacin de homicidio

    agravado por la alevosa, pudo haber afectado el principio de

    congruencia cuando la querella y el representante del Ministerio

    Pblico Fiscal se expidieron sobre el mismo hecho durante el

    desarrollo del proceso, no variando el sustrato material del

  • 14

    reproche, sino la significacin jurdica que cada uno de ellos

    consider aplicable al caso.

    As, mediando plena coincidencia entre la plataforma

    fctica que sustenta la acusacin, expuesta en forma clara,

    precisa y circunstanciada del hecho enrostrado, corresponde

    rechazar el recurso tambin en este punto. Tal ha sido el

    criterio seguido por la Corte Suprema de Justicia de la Nacin,

    que sostuvo que para la proteccin del principio, se requiere la

    simetra aludida, preservando el rgano judicial la facultad

    jurisdiccional de efectuar calificaciones distintas sobre la base

    de esos substratos (G.79.XXIV, Recurso de hecho, Garca DAuro,

    Ramiro E. y otros s/robo de automotor, rta. el 10/08/95). Ante

    la existencia de correlacin fctica, no se advierte obstculo

    para que el juez de mrito adecue el hecho al tipo legal con

    independencia de las acusaciones de las partes.

    De ah que, si se tiene en cuenta que el alegato de la

    querella se basa en el mismo hecho que se le enrostr al imputado

    al momento de ser indagado, en el auto de procesamiento, en el

    requerimiento de elevacin a juicio y en la acusacin, cabe

    concluir que el planteo de la defensa no resulta procedente.

    Ha dicho la doctrina al respecto, que: Se funda ello

    en el principio de la inviolabilidad de la defensa en razn que,

    ante una intimacin concreta, especfica y completa, el imputado

    puede ejercer correctamente su defensa material, oponiendo las

    resistencias necesarias de que disponga, adecuadas a aquella

    intimacin. Por ello, estos hechos tienen que ser la base de

    todos los dems actos del proceso De all entonces, que si en el

    procesamiento o en la requisitoria fiscal, se hubiera imputado un

    hecho distinto del contenido en la intimacin originaria, tales

    actos seran nulos de nulidad absoluta, por cuanto aqul no

    podra haberse defendido de algo que no se le hizo saber

    oportunamente Ocurre otro tanto con la sentencia condenatoria,

    que no puede apartarse de los hechos originarios, sin perjuicio

    de calificar a los mismos de una manera diferente y ms grave.

    Por ejemplo, si a un sujeto se le imputara un delito determinado,

    y del curso del debate surgiera que esta figura resulta agravada,

    podr el Fiscal de Cmara ampliar su acusacin y la defensa pedir

    la suspensin del debate; pero como vemos, la imputacin

    originaria contiene el mismo hecho que posteriormente aparece

    calificado de modo determinado y distinto de aqulla Estas

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    15

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    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    razones no impiden al tribunal dar una calificacin jurdica

    diferente a los hechos que contiene el auto de elevacin a juicio

    o el requerimiento fiscal, aunque deba aplicar penas ms graves

    (Washington balos, Ral. Derecho Procesal Penal. Tomo III.

    Ediciones Jurdicas Cuyo, Mendoza, 1993, pgina 345).

    Conforme surge del acta de debate (cfr. fs. 1719/1740),

    el querellante, al efectuar su alegato, calific el accionar de

    Eduardo Walter Rojas como autor del delito de homicidio agravado

    por alevosa. Conviene precisar que, luego del desarrollo de la

    audiencia de debate, la parte acusadora describi los sucesos

    delictivos tenidos por acreditados, la subsuncin jurdica y

    formul el pertinente pedido de pena.

    Por tanto, el recurrente ha tenido la oportunidad

    procesal de confrontar dicha calificacin legal, atento que

    precisamente nuestro cdigo de rito establece que las partes

    acusadoras efecten sus alegatos en primer trmino, y en ltima

    instancia, la defensa (artculo 393, primer prrafo del CPPN),

    y por ende al verificarse que cont con la posibilidad

    cierta de llevar a cabo en legal forma su ministerio, no se

    advertirse la existencia de un vicio o irregularidad que amerite

    su anulacin, por lo que corresponde rechazar el agravio en este

    punto.

    3. Zanjadas las nulidades impetradas por la defensa,

    habr de abocarme a verificar si la sentencia condenatoria cumple

    con los requisitos de fundamentacin exigidos por los arts. 123 y

    404 inc. 2 del C.P.P.N.

    Cabe sealar que el mtodo seleccionado por el

    legislador para que los jueces ponderen las pruebas se encuentra

    previsto en el art. 398 del C.P.P.N.-, en el cual no se encuentra

    predeterminado el valor de las pruebas, sino que en cada caso y

    conforme sus particulares debern dar a conocer las constancias

    sobre las cuales sustentaron su decisin, de modo de controlar si

    ella resulta consecuencia de un proceso lgico.

    Corresponde sealar que esta Cmara conforme lo

    afirmado por la CSJN en el fallo Casal, lo nico que los jueces

    de casacin no pueden valorar es todo aquello que est

    exclusivamente reservado a quienes hayan estado presentes como

  • 16

    jueces en el juicio oral, no slo porque [valorarlos] cancelara

    el principio de publicidad, sino tambin porque directamente no

    lo conocen, o sea, que a su respecto rige un lmite real de

    conocimiento; se trata directamente de una limitacin fctica,

    impuesta por la naturaleza de las cosas, y que debe apreciarse en

    cada caso (consid. 24, Fallos 328:3399).

    Agreg a ello nuestro mximo Tribunal que [l]o no

    controlable es la impresin personal que los testigos pueden

    causar en el tribunal, pero de la cual el tribunal debe dar

    cuenta circunstanciada si pretende que se la tenga como elemento

    fundante vlido, pues a este respecto tambin el tribunal de

    casacin puede revisar criterios (ibdem, consid. 25).

    As, al analizar la sentencia conforme los referidos

    lineamientos aprecio que la solucin a la que arrib el a quo

    cumple con las referidas exigencias de fundamentacin, y permite

    verificar que la atribucin de los hechos endilgados a Eduardo

    Walter Rojas se encuentra sustentada jurdicamente sobre la base

    de un plexo cargoso constituido por los dichos de la querellante

    Adriana del Ojo madre del fallecido Rodrigo Ali Bacre del Ojo y

    de las vctimas Miguel ngel Albez y Gonzalo Damin Baillo Silva

    y de los testigos Daro Ramn Galvn, Walter Fernndez, Juan

    Facundo Navarrete, Jonatan Sebastin Gutirrez, Abigail Melani

    Leyton Fernndez, Mauricio Daniel Pruyas, Lorenzo Silva, Fernando

    Joel Dure y Leandro Daniel Vilas.

    Tambin lo conforman los informes suministrados por el

    perito oficial de la Polica Federal Argentina, doctor Martn

    Adrin Fernndez, el perito del Cuerpo Mdico Forense, el doctor

    Pedro Daniel Grondona, y del mdico del SAME, doctor Ariel Carlos

    Santorio.

    Al igual que las declaraciones testimoniales del

    Inspector Nicols Calabrese de la Brigada de la Divisin

    Homicidios, del Subinspector de la PFA, Lucas Mariano Almirn,

    del subinspector, Leandro Simn, del polica Carlos Roberto

    Barrera, del principal Ricardo Juri, del Sargento 1 Hctor

    Carpentieri, de Mara Laura Barrio, de Antonio Padilla, del

    Sargento de la Polica Federal Nstor Fabin Palavecino y de los

    testigos civiles Alejandro Almada y Elizabeth Delgado, todas

    ellas incorporadas por lectura al debate.

    Tambin fueron ponderadas el acta de fs. 1/2 de inicio

    del procedimiento llevado a cabo el 29 de enero de 2012,

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    17

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    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    alrededor de las 6.15 en el local bailable Blue Diamond,

    ubicado en Sarand n 1338, las fotografas de fs. 8/9 aportadas

    por Walter Alberto Fernndez, obtenida del Facebook de Blue

    Diamond Chicharron, y de las fotografas de fs. 27/36 del lugar

    del hecho y de la puerta del boliche.

    A su vez integra el cuadro cargoso la fotografa del

    cadver de Rodrigo Ali Bacre del Ojo (fs. 455), las constancias

    de fs. 13 en el que surge que en el Hospital General de Agudos,

    Jos Mara Ramos Meja, fue intervenido quirrgicamente Miguel

    Albez por herida de arma de fuego toracoabdominal y plano del

    lugar de los hechos. Lo mismo que las actas de reconocimiento de

    personas glosada a 778/vta., 779/vta. y 780/vta., donde se dej

    constancia que Adrin Garca Martinucci, Juan Facundo Navarrete y

    Walter Alberto Fernndez, respectivamente identificaron a Eduardo

    Walter Rojas como aquel que disparara contra Rodrigo Bacre del

    Ojo.

    De igual modo fueron considerados los informes mdicos

    legales relativos a Miguel ngel Alvez y Gonzalo Damin Baillo

    Silva y la autopsia n 247/12 realizada a Rodrigo Ali Bacre,

    antecedentes de Eduardo Walter Rojas, entre otras tantas pruebas

    incorporadas al legajo.

    Concretamente, los jueces concibieron de suma

    relevancia el testimonio que durante la celebracin del debate

    prest Daro Ramn Galvn, amigo del fallecido Rodrigo Ali Bacre

    del Ojo y de los heridos Baillo Silva y Alvez, quien sobre el

    suceso acaecido el 29 de enero de 2012 seal que concurri al

    boliche junto a los nombrados y a las novias de Baillo Silva y

    Alvez, con quienes permaneci por el lapso de dos horas hasta que

    estall el quilombo. Record que el incidente se origin cuando

    se dirigan para el sector de la pista, ocasin en la que Gonzalo

    Baillo Silva comenz a discutir con un sujeto, en tanto que

    Rodrigo Bacre del Ojo al observar lo que aconteca reaccion

    generndose una pelea entre dos grupos que incluy el arrojo de

    sillas, mesas etc. Afirm, que entre los sujetos que integraban

    el otro grupo se encontraba la persona que posteriormente asesin

    a Rodrigo.

  • 18

    Aadi que dos de las personas que tomaron intervencin

    en la discusin se fueron del boliche mientras que ellos

    intentaron hacer lo propio, extremo que le fue impedido por los

    patovicas del boliche, quienes les bloquearon la salida que daba

    a la calle. Por ello, junto a Rodrigo, Alvez, Baillo Silva y

    Franco se fueron hacia el sector de la boletera. Una vez

    ubicados en ese sector, Rodrigo abri una cortina desde donde

    alcanz a ver que a un sujeto armado, acompaado por otro hombre,

    y que de inmediato para evitar que las balas impactaran cerr

    la puerta, mientras que el declarante se retir hacia el

    guardarropas.

    Galvn, afirm que la balacera fue intensa, y que las

    balas atravesaron la puerta de metal. Una vez que terminaron los

    disparos se palp su cuerpo para verificar si estaba herido,

    mientras observaba que Alvez y Baillo Silva gritaban que haban

    sido alcanzados por los impactos, a la vez que Rodrigo cay

    herido delante suyo, por lo que impidi que la gente se le

    acercara y solicit la presencia de un mdico.

    El testigo aadi que en ese nterin se acerc Adrin

    Garca, uno de los dueos del boliche, quien orden sacar a

    Rodrigo del local para que tomara aire, mientras que se

    comprometi a llevarlo a un hospital, lo que incumpli.

    Posteriormente, arrib al lugar una ambulancia y personal

    policial, y que al proceder a examinar a Rodrigo constaron que se

    encontraba sin vida.

    Seguidamente, reiter que la persona que particip en

    la pelea inicial dentro del boliche fue la misma que dispar.

    Seal que el agresor estaba cerca de la puerta apuntando con el

    brazo extendido y armado, mientras que el otro sujeto se

    encontraba parado detrs. Indic que desde el lugar donde se

    produjo la pelea hasta la puerta de salida del boliche hay una

    distancia de uno 6 o 7 metros, y que la intencin de ellos fue la

    de salir del local para buscar y enfrentar al grupo que en el

    interior los haba agredido.

    El testigo expres que Rodrigo, al advertir que la

    persona armada tena la intencin de disparar, intent cerrar la

    puerta, sin embargo no logr impedir que dos proyectiles de bala

    impactaran en su cuerpo. Expres que observ al agresor disparar

    en dos oportunidades antes de que Rodrigo cerrara la puerta.

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    19

    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    Asimismo, al ser interrogado sobre la ropa que vesta

    el agresor, Galvn respondi que no lo poda especificar, y que

    al serle preguntado si poda describirlo fsicamente el testigo

    de inmediato seal al procesado Rojas, en clara alusin a que se

    trataba del autor de los hechos.

    Por otra parte, integr el cuadro cargoso los dichos de

    Adrin Garca Martinucci titular de Blue Diamond, quien en el

    debate declar que era conocido de Rodrigo del Ojo, y que el da

    del hecho, alrededor de 05:30 horas de la maana se encontraba

    afuera del referido local junto a Walter Fernndez y Juan Facundo

    Navarrete, cuando observ que personal de seguridad retiraba del

    local a Walter Rojas y a otras dos personas que estaban con l.

    Seal que Walter Rojas concurri al boliche unas tres

    o cuatro veces, y que conoca su nombre ya que lo tena como

    contacto en Facebook. Afirm que del local sali un grupo de

    cinco o seis personas, entre ellas Rojas, y dos ms ingresaron a

    un auto Renault Megane verde que tena las ruedas traseras ms

    grandes que las delanteras que se encontraba estacionado, luego

    de lo cual Rojas, cuando advirti la presencia del otro grupo

    comenz a disparar contra la puerta del local, por lo que

    reingresaron, observando a Rodrigo del Ojo cerrar la puerta.

    Una vez concluida la balacera, se abri la puerta de

    emergencia del local y mientras la gente se retiraba, l testigo

    ingres, ocasin en la que advirti que Rodrigo estaba tirado en

    el piso. Indic que los amigos de Rodrigo lo levantaron y sacaron

    a la calle.

    Expres que vio cuando Walter ingres al mencionado

    rodado y que extrajo un arma de fuego del lado del acompaante,

    con la que dispar, luego de lo cual se retir corriendo del

    lugar.

    Record que durante la tramitacin de las actuaciones,

    llev a cabo un reconocimiento de Walter Rojas como el autor de

    los disparos.

    El testigo tambin expres que Walter Rojas integraba

    el grupo que sali del local en primer lugar, mientras deca

    ahora los voy a matar, y que luego extrajo el arma del rodado y

    comenz a disparar desde la calzada mientras caminaba hacia

  • 20

    adelante dirigindose hacia la puerta de ingreso del local.

    El tribunal ponder los dichos de Walter Fernndez,

    socio de Adrin Garca Martinucci en Blue Daimond, quien

    durante el debate record que el da en que acaecieron los hechos

    se encontraba apoyado sobre su auto estacionado en diagonal del

    local, junto con Navarrete. Expres que Adrin Garca Martinucci

    estuvo con l y luego se fue enfrente. Afirm que alrededor de

    las 5.30 observ salir del local a dos personas alteradas, y

    luego otras tres por detrs. Las dos personas se dirigieron hasta

    el rodado Renault Megane de color verde, con llantas

    deportivas, mientras proferan frases tales como ya va a ver y

    a este lo mato, por lo que al percibir que algo malo iba a

    acontecer, intent llamar sin xito al 911.

    Fernndez sostuvo que uno de los sujetos sac un arma

    de fuego del referido rodado y que a esta persona lo conoce

    debido a que la semana anterior haba protagonizado un altercado

    y que la gente le deca tranquilzate Walter.

    Expres que esta persona tom el arma y cuando sali el

    otro grupo comenz a disparar sin mediar palabra alguna,

    alrededor de siete u ocho disparos. Advirti, que luego de tirar

    los primeros dos o tres tiros, el arma se trab, para luego

    seguir la balacera.

    El testigo dijo que las personas fueron heridas en la

    puerta por lo que lograron reingresar al local, aunque aun as el

    agresor sigui disparando. Reiter que los dos primeros disparos

    se efectuaron estando la puerta abierta.

    Seal que acabada la balacera, Walter Rojas se retir

    caminando hacia la calle Cochabamba.

    Adems, los jueces hicieron mrito del testimonio que

    Juan Fernando Navarrete, brind durante el juicio, oportunidad en

    la que relat que conoca de vista a Bacre del Ojo, no as a

    Rojas. Afirm que el da del hecho se encontraba apostado

    enfrente del local hablando con Walter Fernndez y Adrin Garca

    y unos muchachos dominicanos, cuando unos sujetos salieron

    gritando del local, y que despus uno de ellos extrajo un arma de

    fuego del interior del Renault Megane, que se encontraba

    estacionado en la esquina de la calle Sarand.

    Aclar que el otro grupo sali a la calle como para

    pelarse, ocasin en la cual, el muchacho que tena el arma

    comenz a disparar, pegndole no sabe cuntos tiros a Rodrigo del

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    21

    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    Ojo quien se refugi ingresando al local. Dijo que al agresor se

    le trab el arma, y cuando logr destrabarla comenz a disparar

    hacia la puerta, y que al finalizar, Walter se fue por la calle

    Cochabamba.

    El testigo identific a Walter Rojas como la persona

    que fue a buscar el arma al auto y la que posteriormente dispar.

    Record tambin, que antes de disparar, Rojas puteaba al otro

    grupo.

    Dijo que conoca a Walter Rojas, debido a que una

    semana antes de producirse la muerte de Rodrigo Bacre del Ojo,

    Rojas haba tenido un altercado en aquel local, y que sus amigos

    le decan no Walter espera, no te pelees.

    Tambin fue ponderado el testimonio de Adriana del Ojo,

    madre de Rodrigo Bacre del Ojo, quien durante el debate relat el

    modo en que tom conocimiento de que su hijo haba fallecido

    durante un enfrentamiento acecido en el boliche Chicharrn al que

    haba concurrido su hijo.

    Refiri que a travs de los dichos de los amigos de su

    hijo, tom conocimiento que en el interior del boliche se produjo

    una pelea, ocasin en la que el grupo de Rodrigo sali en defensa

    y que cuando las puertas se abrieron Rodrigo que llevaba un vaso

    de cerveza se encontr de frente con el acusado que posea un

    revlver y que al intentar cerrar la puerta recibi balazos de su

    agresor, muriendo Rodrigo en su interior.

    Por su parte, Miguel ngel Albez durante la celebracin

    del juicio declar que el 29 de enero de 2012 fue con su banda a

    tocar en el boliche Chicharrn y que mientras lo haca observ a

    Gonzalo Damin Baillo Silvia enfrentndose a un grupo de

    personas. Posteriormente intentaron salir del boliche para pelear

    con el grupo agresor, y que al abrir la puerta del local, Rodrigo

    observ a una persona que estaba armado al que le arroj un vaso

    de cerveza.

    El testigo seal que el sujeto armado intent gatillar

    y que recin al tercer intent logr hacerlo, disparando hacia el

    portn desde una distancia aproximada de dos metros, y que no se

    encontraba en condiciones de identificar al autor.

  • 22

    Sostuvo que al momento de los disparos comenzaron a

    retroceder, cayendo Rodrigo al piso a unos dos metros herido,

    mientras que el testigo tambin fue herido quedando al acostado

    de una de las puertas en el interior del boliche.

    Record que al momento en que se produjo el tiroteo el

    primero que avanz hacia la puerta fue Rodrigo, mientras que l y

    Baillo Silva se ubicaron detrs.

    Indic que recibi cinco tiros en el cuerpo, que an le

    quedaba una bala y que tena dos tiros en los brazos y tres en el

    pecho. A raz de las heridas, perdi el bazo, tiene perforado un

    pulmn, padece dolores y se encuentra medicado de por vida.

    Finalmente, declar que Daro Ramn Galvn es amigo

    suyo e integraba el grupo que iba a pelearse con el imputado.

    Por su parte, Gonzalo Damin Baillo Silva declar en el

    debate que aquel da concurri al boliche Chicharrn, donde

    arrib alrededor de las 04:30 de la maana acompaado por sus

    amigos, encontrndose en su interior entre otros con Rodrigo.

    Baillo Silva seal que todos ellos estaban en el

    sector vip donde estuvieron bebiendo. Pasada una hora de bailar y

    cantar, l y Miguel se dirigieron al bao, ocasin en el que un

    sujeto empuj a Miguel quien estaba ebrio y drogado, luego de lo

    cual el agresor le dijo si se quera comer un tiro. En ese

    momento comenz la pelea con dos o tres personas.

    Declar que el grupo agresor se dirigi a la salida, y

    que ellos intentaron seguirlos, circunstancia que fue impedida

    por la intervencin de los patovicas. Aadi que en un

    principio estaba convencido de que se trataba de una pelea

    normal, donde no falta que se arrojen botellas, piedras etc.

    Baillo Silva, explic que cuando lograron salir al

    exterior, un sujeto los apuntaba con un arma de fuego, la cual

    gatill en dos ocasiones aunque no salieron las balas. En ese

    momento Rodrigo le arroj al agresor un balde con bebida. Y ah

    se escucharon todos los disparos.

    Aadi que el sujeto que dispar se encontraba en el

    cordn de la vereda y no pudo precisar si el que apuntaba e

    intent gatillar era el mismo que efectu los disparos ya que la

    puerta se encontraba cerrada, y que detrs de ella se ubicaron l

    y Rodrigo. Luego de terminado el hecho supo que tambin estaba

    Albez.

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    23

    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    Record que sinti un calor en la espalada, pero que no

    saba bien que pasaba ya que estaba alcoholizado y drogado,

    mientras que Rodrigo se encontraba plido y con varias heridas,

    al igual que Miguel.

    Afirm que no pudo determinar la cantidad de disparos

    que efectu el agresor, que ellos sacaron del boliche a Rodrigo,

    que la puerta del boliche estaba cerrada y que ninguno de ellos

    logr salir a la vereda del boliche antes de que comenzaran los

    disparos.

    Por otra parte, los jueces valoraron los relatos que

    durante la celebracin del debate profirieron Jonatan, Abigail

    Melani Leyton Fernndez, Mauricio Daniel Pruyas y Lorenzo Silva,

    quienes al momento de los hechos, por ser concurrentes o por

    trabajar en el local, se encontraban en el interior del boliche,

    dando cada uno de ellos su versin del modo en que comenz la

    pelea, quienes tomaron intervencin, escucharon disparos,

    verificaron la presencia de heridos y tambin se explayaron

    respecto a las actividades que se llevaron a cabo con los heridos

    una vez que finaliz la balacera.

    El perito oficial de la Polica Federal Argentina,

    doctor Martn Adrin Fernndez declar que el 29 de enero de 2012

    se constituy en la calle Sarand, y que al arribar observ que

    alrededor del occiso [Rodrigo Bacre del Ojo] haba una gran

    cantidad de sangre, y que debido a las heridas presentaban formas

    redondeadas y perforantes infiri que haban sido ocasionadas por

    proyectil de arma de fuego.

    El perito del Cuerpo Mdico Forense, doctor Pedro

    Daniel Grondona, declar que cuando se registran lesiones por

    proyectiles de arma de fuego corresponde establecer cul fue la

    herida mortal, es decir aquella que impacta en rganos blandos, e

    importantes como el corazn, grandes vasos etc. Seal que en el

    caso de Rodrigo la pericia confeccionada como la N 2 fue la

    herida mortal debido a que fue una lesin transfixiante en el

    miembro superior derecho, el proyectil ingres al trax lesion

    las bases de ambos pulmones, aorta, penetr y qued alojada en el

    antebrazo izquierdo, y fue mortal porque lesion esos rganos

    vitales, en tanto que las restantes heridas contribuyeron a

  • 24

    provocar una hemorragia interna y otra externa en el mecanismo de

    la muerte.

    Declar que con respecto a la lesin n 2, afect la

    base de los pulmones y la aorta torxico descendente, y que en

    este tipo de heridas la sobrevida estimada es entre los tres y

    diez minutos, no ms porque la aorta es un vaso de gran calibre

    que lleva un gran caudal de sangre y que si se lesiona, se pierde

    una considerable cantidad de sangre en poco tiempo.

    El testigo confeccion un croquis en el que estableci

    la ubicacin de cada una de las heridas. Respecto a la lesin n

    2 aclar que la posicin de la vctima-victimario, sera

    ligeramente de atrs hacia adelante, y en el lateral hacia la

    derecha, que est a la derecha no hay duda porque el proyectil

    ingres por el brazo derecho.

    Aclar que las lesiones eran limpias, sin rastros de

    metal, y que en caso de que el proyectil hubiese impactado antes

    que en el cuerpo de la vctima con una chapa poda arrastrar

    partculas, pero entenda que de ser una chapa lo ms probable es

    que el proyectil se hubiera fragmentado, y que no encontr

    rastros de pintura.

    En el fallo impugnado tambin fueron ponderadas las

    siguientes fotografas: del lugar del hecho y la puerta de

    entrada del boliche (17/36, 1108/1109), del Renault Megane color

    verde (144), del cadver de quien fuera en vida Rodrigo Ali Bacre

    del Ojo (fs. 455), y del plano del lugar de los hechos (511,

    332).

    Adems, el tribunal consider las actas de

    reconocimiento de personas realizadas por Adrin Garca

    Martinucci, Juan Facundo Navarrete y Walter Alberto Fernndez

    (407/vta., 778/vta., 780/vta.), quienes en todos los casos

    reconocieron a Eduardo Walter Rojas como aquel que efectu los

    disparos.

    La Mdica Legista, doctora Silvia Castellanos, inform

    que Miguel ngel lvez se encontraba orientado, coherente,

    presentaba sonda nasogstrica, en antebrazo derecho, sonda

    vesical, dos drenajes percutneos a la altura del lupocondrio

    derecho y lulocondrio izquierdo respectivamente, y tubo de

    avenamiento plural izquierdo, vendaje en antebrazo izquierdo,

    sigue historia clnica n 407917. Presentaba herida de arma de

    fuego en antebrazo izquierdo y en sexto espacio intercostal

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    25

    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    izquierdo, que fue sometido quirrgicamente producindose rafia

    pulmonar, ms esplenectoma y rafia gstrica, producido por

    golpe, roce o choque con objeto o superficie dura, de menos de 12

    horas de evolucin (114/vta.).

    Con relacin a Gonzalo Damin Baillo Silva, inform que

    presentaba venoclisis en antebrazo derecho, sonda vecinal, y tubo

    de avenamiento plural en hemotrax izquierdo, vendaje oclusivo en

    regin subescapular derecha. El paciente ingresa por herida de

    arma de fuego en hemotrax izquierdo, lo que requiri

    intervencin quirrgica. Dicha lesin present menos de 24 horas

    de evolucin, producido por golpe roce o choque con o contra

    superficie u objeto duro (fs. 115/vta.).

    La autopsia realizada por el Perito Tanatlogo de la

    Morgue Judicial de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin,

    realizada el 29 de enero de 2012, a las 19.00hs. a Rodrigo Ali

    Bacre, concluy que la muerte del nombrado se produjo por

    lesiones de proyectiles de arma de fuego en trax, hemorragia

    interna y externa (v. fs. 196/197).

    Informe pericial confeccionado por el inspector Juan

    Andrs Leguiza de la Divisin Balstica de la Polica Federal

    Argentina, del que se hizo saber que en el local bailable ubicado

    en la calle Sarand 1338 de esta ciudad se detectaron ocho

    improntas atribuibles al accionar de seis proyectiles disparados

    por arma de fuego, los cuales se encuentran dentro de los

    parmetro del calibre 9mm o similar.

    A fs. 858/862 se comunic que las siete vainas servidas

    secuestradas en el lugar del hecho fueron disparadas por una

    misma arma de fuego del tipo pistola. El proyectil encamisado

    extrado del cuerpo de Rodrigo Ali Bacre del Ojo remitido para

    estudio fue disparado por la misma arma de fuego que disparara el

    fragmento de encamisado identificado con el nmero 1 secuestrado

    en el lugar del hecho.

    Todo ello permite sostener que la conclusin a la que

    arribaron los jueces se encuentra sustentada en la existencia de

    indicios graves, precisos y concordantes suficientes para tener

    por acreditada la intervencin del imputado en el hecho ilcito

    por el que fue acusado.

  • 26

    Concretamente, comparto con el a quo que la versin que

    brindaron durante la celebracin del juicio los testigos Daro

    Ramn Galvn, Adrin Garca Martinucci, Walter Fernndez y

    Facundo Navarrete resulta suficiente para tener por probado que

    los disparos con arma de fuego que provocaron la muerte a Rodrigo

    Ali Bacre del Ojo fueron efectuados por el imputado Eduardo

    Walter Rojas.

    Ello as, en la medida que de acuerdo a la posicin en

    la que se encontraban cada uno de los testigos al momento de

    producirse el hecho delictivo, y no obstante tener en

    consideracin que por lo subrepticio en que se desencadena y las

    distintas acciones que realiz el imputado como las vctimas y

    dems testigos determina que puedan surgir ciertas diferencias,

    en lo sustancial resultan coincidentes y posibilitan reconstruir

    razonablemente las circunstancias acontecidas.

    Para ello parto de la base de que Galvn conformaba

    junto con la vctima Rodrigo y Gonzalo Damin Baillo Silva y

    Miguel ngel Albez el grupo que estando dentro del boliche

    mantuvo un enfrentamiento con el compuesto por el imputado Rojas.

    Gonzalo Damian Baillo Silva, Miguel ngel Albez y

    Galvn durante el debate dieron cuenta del modo en que se gener

    el enfrentamiento, las amenazas proferidas y que dado que el

    grupo agresor se retir del local bailable, el otro compuesto por

    Rodrigo, Albez, Baillo Silva y Galvn fue tras ellos a los fines

    de enfrentarse en las afueras del local.

    Baillo Silva seal que no descartaba que en esa palea

    se iba a incluir golpes, piedras, botellas y otros objetos, sin

    embargo se vieron sorprendidos al observar a un sujeto en la va

    pblica blandiendo un arma de fuego. Alvez y Baillo Silva

    alegaron que dado el estado de alcohol y droga que haban

    consumido no pudieron aportar mayores datos que pudieran

    identificar al autor de los disparos.

    En cambio, Galvn quien se encontraba a pocos metros de

    la puerta de ingreso y cercano a Rodrigo, observ la presencia

    del imputado Walter Rojas apuntando y efectuando los disparos

    contra Rodrigo.

    Bajo estas circunstancias su testimonio se erige en una

    prueba de vital relevancia pues permite establecer desde la

    posicin en que se encontraba la vctima el modo en que tuvo que

    enfrentarse con el imputado. Dando precisiones tales como que

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    27

    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    Rojas no pudo efectuar los primeros dos disparos debido a que se

    le trab el arma.

    Asimismo, durante la audiencia de debate identific al

    imputado Rojas como el responsable de haber realizado los

    disparos.

    El tribunal consider que debe representarse que la

    impresin de lo percibido por la situacin en s misma origina un

    recuerdo con fallas, pues la distancia del agresor armado, en el

    caso del testigo Daro Ramn Galvn, no fue mayor a dos metros de

    distancia, con luz de alumbrado y del amanecer, que en su persona

    no se observaron seales de tener una minusvala visual con una

    altura no menor a la de la vctima fatal ni a las de sus

    compaeros heridos, por lo que no se encuentra impedimento para

    que en su lnea de enfoque corresponde recordar que fue frontal-

    , tuviera a las claras el rostro del atacante aunque no el resto

    de su cuerpo, de modo tal que pudiera reconocerlo en su

    oportunidad sin inconvenientes y espontneamente.

    Por lo dems, habr de sealar que los argumentos

    proferidos por la defensa para quitarle entidad a los dichos de

    Galvn no pueden prosperar en la medida que ninguna de ellas

    alcanzan para inferir que lo declarado por el testigo resulte

    falaz o no se ajuste a lo acontecido.

    En particular, critica la defensa la relacin de

    amistad y proximidad que Galvn tena con el fallecido. Cabe al

    respecto sealar que la sola referencia apuntada por la defensa

    de ningn modo puede constituir un fundamento para no tener por

    cierto el testimonio, ya que no est tomando partido entre dos

    personas.

    A ello cabe apuntar que Galvn no tuvo trato antes ni

    despus de producido el suceso delictivo con Rojas, es decir que

    no se demostr la existencia de un relacin anterior u otra

    situacin que demostrara una enemistad manifiesta ni de otra

    circunstancias que permitiera sealar que el testigo tuviera un

    propsito por sindicar como responsable de la muerte a un sujeto

    que no intervino, mxime si se tiene en cuenta que al ser su

    amigo la victima tuviera la intencin de que se descubra quien

  • 28

    fue el autor, y no de responsabilizar a un sujeto que no tuvo

    nada que ver.

    El alcohol que ingiri el testigo no represent un

    bice, habida cuenta de la cantidad de precisiones que aport

    durante el debate sobre los aspectos que acontecieron antes y

    despus de producida la muerte de Rodrigo los cuales en lo

    medular se encuentran corroborados por las dems pruebas rendidas

    a la especie sin que la defensa demuestre la arbitrariedad en su

    valoracin.

    Por lo dems, los datos que el testigo acompa

    demuestran que la escasa luz imperante en el interior del local

    no constituy un obstculo para que pudiera observar cmo se

    gener la pelea y quienes tomaron intervencin.

    Cabe destacar que su relato aparece verdico ni bien se

    advierte que los aspectos generales sobre lo que sucedi en el

    interior del local lucen coincidentes con lo referido por los

    testigos Baillo Silva y Alvez.

    Por otra parte que el autor del hecho se concret en la

    puerta del boliche con la luz del amanecer y que adems

    permaneci el tiempo suficiente para advertir que el arma que

    blandi Rojas se trab en dos ocasiones.

    Como ya lo adelantara el testimonio de Galvn no se

    erige en la nica prueba sino que su testimonio en lo sustancial

    se encuentra reforzado a partir de los dichos de Adrin Garca

    Martinucci, Walter Fernndez y Facundo Navarrete quienes a

    diferencia suya se encontraban apostados en el exterior del

    boliche, concretamente frente al local comercial, posicin desde

    la cual pudieron ver cuando Rojas como consecuencia de la pelea

    que se haba generado en el interior del local sali y tom del

    interior de un rodado un arma de fuego con la cual dispar hacia

    el cuerpo de Rodrigo cuando este an se encontraba en la calle, y

    que una vez que ingres continu disparando sobre la puerta.

    Las criticas relativas a la falta de proporcin a los

    familiares de la vctima y a la polica de los datos del autor

    del delito, pueden deberse a la falta de colaboracin que la

    mayora de los testigos refiere que notaron por parte de los

    dueos del local quienes demostraron poco inters en ayudar a los

    heridos y que en esos momentos estaban ms preocupados por

    retirar del interior del local a Rodrigo y en proceder a limpiar

    el local.

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    29

    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    En ese devenir, no surge irrazonable que dado el

    alboroto sorpresa y conmocin por lo que sucedi y la cantidad de

    heridos, en un primer momento no hayan prestado la colaboracin

    mnima y necesaria ni con las vctimas, familiares ni con las

    autoridades para brindarles toda la informacin que disponan.

    No obstante ello, de la lectura del legajo surge que

    una vez en sede policial y pasadas unas pocas horas de producido

    los hechos sealaron a un sujeto conocido como Walter como aquel

    que efectu los disparos.

    Tampoco se vislumbra algn inters por parte de los

    testigos en perjudicar al imputado ni que haya tenido algn

    trato, vnculo u otra circunstancia que permita inferir que se

    expres con mendacidad con el propsito de perjudicarlo.

    Comparto con el tribunal los claros y asertivos

    reconocimientos que en sede instructora concretaron los testigos

    Garca Martinucci, Fernndez y Navarrete, dichos que corroboran

    lo referido por el propio imputado quien reconoci que sali

    junto a Oscar del boliche y que ambos fueron hasta el Renault

    Megane verde propiedad de Oscar, aspecto que le permiti al

    tribunal concluir que los nombrados se encontraban ubicados fuera

    del local cuando se produjo la balacera.

    Frente a estas condiciones, advierto que los

    testimonios proferidos por Fernndez, Garca Martinucci y

    Navarrete no slo surgen coincidentes entre s, sino que adems

    en lo sustancial se corresponde con lo declarado por el testigo

    Galvn, quienes en todos los casos observaron a Rojas blandir el

    arma y apuntar contra Rodrigo Ali Bacre del Ojo.

    Lo referido anteriormente surge suficiente para tener

    por acreditada la responsabilidad de Rojas como el autor del

    suceso delictivo.

    4. Por otra parte, cabe sealar que en el sub examine

    el aspecto subjetivo del delito de homicidio surge como

    consecuencia de que los testigos Fernndez, Garca Martinucci y

    Navarrete advirtieron que Rojas una vez que se retir del local,

    se encamin hacia al rodado Megane de donde extrajo un arma de

    fuego, la cual se encontraba en condiciones aptas de ser

    disparada, y que al advertir la presencia de uno de los

  • 30

    integrantes del grupo con el que se haba enfrentado, apunt

    contra l y a pesar de que el arma se trab en dos ocasiones

    sigui jalando el mecanismo hasta que logr con xito que se

    produjeran los disparos algunos de los cuales impactaron contra

    Rodrigo Ali Bacre del Ojo y que una vez herido reingres al

    local, mientras Rojas continu disparando contra la puerta

    causndole heridas de consideracin a Albez y Silva Baillo.

    Tambin tengo en cuenta el lugar, la distancia, la

    actitud de la vctima, pues constituyen factores sustanciales a

    la hora de establecer la voluntad. Ello as, ya que aprecio que

    el arma de fuego un 9mm resultaba apta para producir la muerte,

    la autopsia realizada sobre el cuerpo de Rodrigo confirma que fue

    herido por un proyectil encamisado, y que la herida se produjo en

    un rgano vital, y que no se encontr ningn elemento de juicio

    que permita sostener que antes de impactar con el cuerpo de

    Rodrigo lo hizo anteriormente con otro material, lo que confirma

    la versin de Galvn en cuanto a que Rojas le dispar contra una

    zona vital cuando Rodrigo estaba a una escasa distancia suya.

    El testigo Baillo Silva declar que mientras disparaba

    caminaba acercndose a la puerta de ingreso al local, y lo hizo

    desde un lugar que no presentaba obstculos contra la vctima. Es

    decir que no disparaba sin sentido de adverso, procur un lugar

    desde el cual no pudiera fallar.

    La situacin de Rodrigo Ali Bacre del Ojo sin duda

    contribuy pues sali del local sin tomar los recaudos

    necesarios, y sin oponer defensa alguna y que a pesar de que el

    arma de Rojas se trab en dos ocasiones no dispuso del tiempo

    necesario para reingresar al local, en la medida que Rojas a

    escasa distancia dispar sobre su cuerpo y cuando este logr

    resguardarse sigui hacindolo contra la puerta del boliche

    producindole seras lesiones a Baillo Silvia y Albez.

    Cabe sealar que dirigirse a otro sujeto en trminos

    amenazantes no significa de por si solo un dato unvoco de una

    posterior intencin homicida, empero en el caso a los dichos

    amenazantes proferidos por el imputado habr de aadir que antes

    de enfrentarse con los integrantes del otro grupo busc

    proporcionarse de los medios idneos para ejecutar su cometido, y

    una vez con que contaba con un arma de fuego, regres hasta la

    puerta del local y colocndose a una distancia razonable esper

    la salida de los sujetos del otro grupo.

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    31

    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    Frente a estas condiciones el haber dicho que iba a

    matar a todos, no puede ser considerada una mera referencia sino

    que form parte de su intencin.

    En virtud de lo reseado, he de concluir que la

    valoracin probatoria efectuada por el Tribunal de grado resiste

    inclume las crticas de la recurrente y conducen al rechazo de

    la aplicacin del principio establecido en el art. 3 del CPPN.

    As las cosas, el impugnante no alcanza a demostrar arbitrariedad

    alguna, por el contrario sus agravios evidencian una opinin

    diversa sobre la cuestin debatida y resuelta (Fallos: 302:284,

    304:415, entre otros).

    5. En cuanto a la calificacin legal impugnada por la

    defensa, y sobre la posibilidad de aplicar el agravante genrico

    previsto en el artculo 41 bis, habr de sealar que ya he tenido

    oportunidad de expedirme al respecto, al emitir mi voto en la

    causa n 12.219, Castillo Carballo, Bruno Martn s/ recurso de

    casacin, rta. el 28/03/12, reg. n 19.769 de la Sala II.

    En dicha ocasin manifest que la norma en cuestin

    establece que Cuando alguno de los delitos previstos en este

    Cdigo se cometa con violencia o intimidacin contra las personas

    mediante el empleo de arma de fuego la escala penal prevista para

    el delito de que se trate se elevar en un tercio de su mnimo y

    en su mximo, sin que esta pueda exceder el mximo legal de la

    especie de pena que corresponda. Este agravante no ser aplicable

    cuando la circunstancia mencionada en ella se encuentre

    contemplada como elemento constitutivo o calificante del delito

    de que se trate.

    Resulta pertinente recordar que la Corte Suprema de

    Justicia de la Nacin ha sostenido que las leyes debidamente

    sancionadas y promulgadas llevan en principio la presuncin de

    validez (Fallos: 263:309). Asimismo, se consider que la

    declaracin de inconstitucionalidad de las leyes es un acto de

    suma gravedad institucional, ultima ratio del orden jurdico,

    ejercindose nicamente cuando la repugnancia con la clusula

    constitucional es manifiesta y la incompatibilidad inconciliable

    (Fallos: 303:625). Adems, el acierto o error, el mrito o la

    conveniencia de las soluciones legislativas no son puntos sobre

  • 32

    lo que al poder judicial quepa pronunciarse, salvo en aquellos

    casos que trascienden ese mbito de apreciacin, para internarse

    en el campo de lo irrazonable, inicuo o arbitrario (Fallos:

    313:410; 318: 1256).

    En esta inteligencia, lleva dicho esta Cmara in re

    Costilla, Jorge y otros s/recurso de inconstitucionalidad(

    causa n 36, reg. n 61, rta. el 24/11/93) que el derecho penal

    representa la ltima lnea de defensa en contra de la lesin de

    valores jurdicos fundamentales, es funcin del legislador

    articular los grandes lineamientos de la poltica criminal ms

    adecuada a la defensa de esos valores esenciales en una

    determinada circunstancia socio-histrica. Esa apreciacin

    realizada por el legislador, involucra una esfera de decisin

    poltica sobre la que no cabe modificacin de parte de este

    Tribunal, ya que representa facultades especficas de aqul sobre

    un sector de poltica criminal. All tambin se afirm que

    ciertamente, las decisiones judiciales tienen, en la

    interpretacin concreta de esa poltica, un papel decisivo a

    desempear porque determinan en cada caso concreto el perfil de

    esos principios generales. Pero esa interrelacin ineludible

    entre la norma y la decisin concreta del juez no puede conducir

    a que se ignoren los criterios legislativos generales, excepto el

    caso en que se lesionen garantas fundamentales reconocidas en la

    Constitucin Nacional o tratados internacionales en que la

    Repblica es parte.

    En estas condiciones, no se vislumbra que el art. 41

    bis del C.P. vulnere el principio de razonabilidad o el de

    proporcionalidad (art. 28 de la C.N.), toda vez que el legislador

    tuvo en cuenta para la aplicacin de esta agravante genrica el

    mayor poder ofensivo de las armas de fuego.

    La intencin del legislador al contemplar la excepcin

    prevista en la parte final de la disposicin ahora cuestionada

    fue establecer un verdadero lmite al judicante al momento de

    aplicar esta agravante, la que slo ser operativa cuando, adems

    de cometerse el hecho ilcito con violencia o intimidacin sobre

    las personas y con arma de fuego, esta ltima referencia o

    circunstancia no se halle expresamente prevista como elemento del

    tipo objetivo de una figura penal especial a aplicar (causa n

    4033 Anfuso, Jos L. s/rec. de casacin, rta. el 26/11/2002,

    reg. n 682/02 de esta Sala III).

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    33

    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    Por otra parte, en la causa n 5624 Alegre, Julio D.

    s/casacin (reg. 718/05, del 12/9/05) la Sala III sostuvo que

    ...no asiste razn a la recurrente en cuanto sostiene que por

    ser el motivo de la agravante del art. 41 bis del C.P. la

    peligrosidad que implica el uso de un arma de fuego, y el delito

    de homicidio ya tiene incluida la seguridad del mayor dao

    imaginable -la muerte- no corresponde su aplicacin. Ello as, ya

    que ...el senador Agndez, miembro informante del proyecto que

    diera origen al artculo en estudio, seal que se toma el

    homicidio, las lesiones leves, graves y gravsimas, la privacin

    ilegtima de la libertad, los apremios ilegales, la extorsin,

    etctera....

    Siendo ello as, considero que se trata de una

    agravante intermedia por el modo de comisin o por el elemento

    utilizado para provocar la muerte, similar al criterio que tuvo

    el legislador para agravar el homicidio cuando se cometiere

    mediante el empleo de veneno u otro procedimiento insidioso (art.

    80 inc. 2 del C.P.), aunque difiriendo sobre este ltimo en

    cuanto a la pena. Nada quita que el valor vida no sea susceptible

    de una vulneracin parcial, puesto que la razn de la agravante

    se vincula con el mayor poder ofensivo elegido por el autor en el

    medio empleado, asunto que se encuentra en una estricta cuestin

    de poltica criminal por el Congreso de la Nacin.

    En definitiva, la figura prevista en el artculo 79 del

    Cdigo Penal no contiene como elemento constitutivo o calificante

    la utilizacin de un arma de fuego, pudindose llevar a cabo por

    cualquier medio, y en consecuencia, es correcta la aplicacin de

    la agravante reglada en el artculo 41 bis del Cdigo Penal

    impuesta por el a quo (cfr. causa n 6658 Ruiz Daz Ros,

    Arnaldo A. y otra s/ recurso de casacin, rta. el 5/12/2006,

    reg. 9385 de la Sala II).

    6. En relacin a la posibilidad de que el a quo imponga

    una pena mayor a la solicitada por el Ministerio Pblico Fiscal

    ya dej asentada mi posicin en la causa Saavedra, Juan Carlos y

    otros s/recurso de casacin, rta. el 9/2/2012, Reg. n 19.656 de

    la Sala II de esta CFCP).

  • 34

    Conforme seal all, la determinacin de la pena

    aplicable al caso concreto se encuentra dentro del marco propio

    del mbito de la jurisdiccin, que por disposicin constitucional

    le est reservado a los jueces -108 y 116 de la Constitucin

    Nacional-.

    Pretender limitar la jurisdiccin y competencia

    otorgada en un sistema republicano de gobierno por normas

    constitucionales y del sistema jurdico, donde los poderes y

    rganos del Estado tienen asignadas funciones determinadas,

    competencias, con contrapesos, mediante una interpretacin sin

    base legal Artculo 401 C.P.P.N.-, donde se desea que los jueces

    slo sentencien como solicita el rgano acusador del Ministerio

    Pblico Fiscal, no es ajustada a derecho.

    Sostener este planteo implica desapoderar al juez penal

    de funciones que le son propias, colocndolo en un rol de

    mediador, no pudiendo incluso fallar ante solicitudes de penas

    arbitrarias, que podran solicitar ya sea el Ministerio Pblico

    Fiscal o las querellas particulares, se lo desapoderara de su

    juris dictio, de poder decir e interpretar el derecho conforme

    al sistema jurdico vigente. Nuestra legislacin no consagra el

    sistema acusatorio puro, sino por el contrario establece un

    sistema mixto, el cual no impone la interpretacin que esgrime la

    defensa.

    As lo ha resuelto la Corte Suprema de Justicia de la

    Nacin, conforme Marcilese, Pedro Julio s/homicidio calificado,

    M. 866. XXXVI. en fecha 15/08/02, considerando 10 del voto del

    Juez Fayt, sostuvo que: En efecto, si llegara a determinarse que

    la peticin del acusador maniata la decisin de quien ha de

    juzgar, se estara reconociendo a los acusadores su

    disponibilidad sobre el derecho penal. Como contrafaz de esta

    nocin, debe subrayarse que la determinacin del objeto mismo de

    la acusacin no puede quedar en manos del tribunal, pues ello s

    afectara su imparcialidad. As circunscripto, el principio

    acusatorio supone como regla de garanta que el juzgador slo

    queda ligado a la acusacin en el sentido de su imposibilidad de

    condenar a persona distinta de la acusada y por hechos distintos

    de los imputados, pero la solicitud concreta del fiscal en modo

    alguno lo vincula.

    El juzgador conserva el poder de decisin sobre la

    procedencia o improcedencia de la acusacin contenida en el

  • Cmara Federal de Casacin Penal

    35

    Sala III

    Causa N CCC 2912/2012/TO1/CFC1

    Rojas, Eduardo Walter s/recurso de

    casacin

    requerimiento fiscal de elevacin a juicio. Dicha decisin se

    enmarca dentro de la esfera propia de la funcin jurisdiccional,

    en cuanto compete al Poder Judicial la decisin final sobre el

    caso, aunque precedido del correspondiente juicio previo, por

    imperio constitucional -artculo 18 de la Constitucin Nacional-,

    cuyo origen ha sido posible a instancias del requerimiento de

    elevacin a juicio.

    7. En cuanto a la configuracin de la agravante de

    alevosa, pretenda por la querella, cabe recordar que esta

    requiere que la vctima se encuentre en un estado de indefensin

    que le impida oponer una resistencia que se transforme en un

    riesgo para el agente, aunque no es indispensable la ausencia

    total de posibilidades de resistencia. Se afirma, asimismo, que

    la indefensin puede haber sido procurada por el autor o

    simplemente aprovechada por l (cfr. DAlessio, Andrs Jos,

    Cdigo Penal. Comentado y Anotado, Edit. La Ley, Bs. As., 2006,

    pg. 11).

    Subjetivamente es necesario que el autor obre sobre

    seguro, esto es, sin el riesgo que puede significar la reaccin

    de la vctima o de terceros con el fin de oponerse a la agresin.

    Ello requiere una preordenacin de la actividad del agente para

    actuar con esa seguridad, es decir, la procuracin o el

    aprovechamiento del estado de indefensin (Ob. cit., pg. 12 y

    en sentido concordante cfr. Creus, Carlos, Derecho Penal. Parte

    especial, Astrea, Buenos Aires, 1997, T. 1, pgs. 20/21; Soler,

    Sebastin, Derecho Penal Argentino, Editorial Tipogrfica

    Editora Argentina, Buenos Aires, 1992, T. III, pgs. 28/29).

    En el presente caso sometido a inspeccin

    jurisdiccional se desprende que Rodrigo Bacre del Ojo junto a

    otras personas se aproxim a la puerta del boliche con la

    intencin de enfrentarse al grupo integrado por Rojas, y que por

    la intervencin de una de los patovicas tuvieron que buscar otra

    salida. A la vez, Baillo Silva declar que iban a pelearse y que

    en ese enfrentamiento no descartaban la utilizacin de piedras,

    sillas etc.

    Dicho extremo, me permite concluir que el grupo

    conformado entre otros por Rodrigo del Ojo Bacre busc salir del

  • 36

    boliche con la inequvoca intensin de enfrentarse con el

    imputado.

    En esa inteligencia, las circunstancias apuntadas

    conducen a sostener que Rojas no actu sobre seguro, es decir que

    no se aprovech de la indefensin de la vctima para causar su

    muerte, motivo por el cual no se encuentran reunidos los

    elementos necesarios para aplicar al caso la agravante prevista

    en el art. 80 inc. 2 del Cdigo Penal.

    Razn por la que habr de rechazar el agravio de la

    querella.

    8. En lo atinente a la individualizacin punitiva,

    corresponde recordar lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia

    de la Nacin respecto a que el ejercicio por los magistrados de

    sus facultades para graduar las sanciones dentro de los lmites

    ofrecidos para ello por las leyes respectivas no suscita, en

    principio, cuestiones que quepa decidir en la instancia del art.

    14 de la ley 48 -Fallos: 304:1626; 305:293; 306:1669; 308:2547;

    causas L.1626, XX, Lombardo, Hctor R., del 4 de septiembre de

    1984, P. 101, XXII, Poblete Aguilera, Norberto, del 6 de

    diciembre de 1988; A. 599, XXII, Alias, Alberto y otro, del 29

    de agosto de 1989; G. 416, XXII, Gmez Dvalos, Sinforiano, del

    26 de octubre de 1989; T. 50, XXIII, Tavares, Flavio Arstides,

    del 19 de agosto de 1992, entre otros-, salvo casos excepcionales

    en los que se ha incurrido en una arbitrariedad manifiestamente

    violatoria de la garanta de defensa en juicio, como sostener la

    sentencia en afirmaciones abstractas que no condicen con las

    constancias de la causa (V. 324, XXII. Villarreal, Jos Alberto

    s/ pedido de unificacin de pena, del 22 de marzo de 1988); o de

    omitir el tratamiento de circunstancias atenuantes, es decir,

    cuando el fallo slo explic el incremento de la pena sobre la

    base de pau