Medieval España II

258
TEMA 1 LA GRAN EXPANSIÓN CRISTIANA DE LAS CORONAS DE CASTILLA Y DE ARAGÓN, EN EL SIGLO XIII, Y EL AISLAMIENTO DE NAVARRA. 1. LAS CONQUISTAS DEL S. XIII. Como bien es sabido, la victoria de las Navas de Tolosa va a marcar un antes y un después en el estatus de los reinos hispanos, aprovechando éstos a partir de ahora la creciente debilidad de las taifas almorávides. Pero cabe comentar que la gran ofensiva por parte de Castilla sobre Andalucía, así como la de Aragón hacia Baleares o Valencia no serán inmediatas a la victoria de las Navas. Antes deberán resolver problemas internos como la minoría de edad de algunos reyes, así como sofocar algunas revueltas nobiliarias que pretenden aprovechar estas circunstancias para obtener más poder. Será a partir de la tercera década del siglo XIII cuando, tras solucionar los problemas internos, se produzcan las primeras intervenciones sobre territorio almohade, aprovechando sus conflictos internos debido a una escasa integración de ciertos grupos étnicos. 1.1 La conquista de Andalucía y Murcia. Por lo tanto, será debido a la descomposición y debilitamiento del imperio almohade, lo que va a facilitar la expansión de los reyes cristianos por las tierras del sur. Los estudios de Julio González admiten tres etapas diferenciadas para esta conquista andaluza: - Desde 1224 a 1236 en la que Fernando III rey de Castilla logra ocupar algunas poblaciones o firmar pactos con ciertos núcleos musulmanes. - Desde 1244 a 1248 , donde Fernando III ocupa el Bajo Guadalquivir. - Desde 1292 a 1492 , periodo durante el cual los reyes musulmanes son vasallos de los castellanos, y muy lentamente se lograrán ocupar las plazas del estrecho hasta la reconquista finalizada con los Reyes Católicos en 1492. Como ya hemos visto, el primer periodo de conquistas se inicia en 1224, cuando entre algunos gobernadores españoles se inician una serie de peleas y pactos, de los que van a dar cuenta a Fernando III buscando su colaboración. Por ese entonces, se proclama, por otro lado, califa al antiguo 1

Transcript of Medieval España II

Page 1: Medieval España II

TEMA 1LA GRAN EXPANSIÓN CRISTIANA DE LAS CORONAS DE CASTILLA Y DE ARAGÓN, EN EL

SIGLO XIII, Y EL AISLAMIENTO DE NAVARRA.

1. LAS CONQUISTAS DEL S. XIII. Como bien es sabido, la victoria de las Navas de Tolosa va a marcar un antes y un después en el estatus de los reinos hispanos, aprovechando éstos a partir de ahora la creciente debilidad de las taifas almorávides. Pero cabe comentar que la gran ofensiva por parte de Castilla sobre Andalucía, así como la de Aragón hacia Baleares o Valencia no serán inmediatas a la victoria de las Navas. Antes deberán resolver problemas internos como la minoría de edad de algunos reyes, así como sofocar algunas revueltas nobiliarias que pretenden aprovechar estas circunstancias para obtener más poder. Será a partir de la tercera década del siglo XIII cuando, tras solucionar los problemas internos, se produzcan las primeras intervenciones sobre territorio almohade, aprovechando sus conflictos internos debido a una escasa integración de ciertos grupos étnicos.

1.1 La conquista de Andalucía y Murcia. Por lo tanto, será debido a la descomposición y debilitamiento del imperio almohade, lo que va a facilitar la expansión de los reyes cristianos por las tierras del sur.Los estudios de Julio González admiten tres etapas diferenciadas para esta conquista andaluza:- Desde 1224 a 1236 en la que Fernando III rey de Castilla logra ocupar algunas poblaciones o firmar pactos con ciertos núcleos musulmanes.- Desde 1244 a 1248 , donde Fernando III ocupa el Bajo Guadalquivir.- Desde 1292 a 1492 , periodo durante el cual los reyes musulmanes son vasallos de los castellanos, y muy lentamente se lograrán ocupar las plazas del estrecho hasta la reconquista finalizada con los Reyes Católicos en 1492.Como ya hemos visto, el primer periodo de conquistas se inicia en 1224, cuando entre algunos gobernadores españoles se inician una serie de peleas y pactos, de los que van a dar cuenta a Fernando III buscando su colaboración. Por ese entonces, se proclama, por otro lado, califa al antiguo gobernador de Sevilla, Abu-Ula. Este nuevo califa es reconocido de inmediato en al-Andalus, pero la necesidad del califa de implantar su dominio en el Magreb le va a obligar a firmar una tregua con Fernando III de Castilla a cambio de una compensación económica. A todo esto, el nuevo califa va tener que enfrentarse a una rebelión dirigida desde Murcia por Ibn Hud. Derrotado éste último, el califa vuelve a centrarse en el Magreb, y para ello reanuda su tregua con Fernando III, al que va a solicitar ayuda militar para sus campañas. Fernando se beneficiará de esta ayuda prestada con la obtención de diez fortalezas fronterizas que pasan ahora a la corona de Castilla.Pero la ausencia de éstos, centrados en el Magreb, da la oportunidad perfecta al rebelde Ibn Hud que va a reunificar prácticamente al-Andalus. El alarmante suceso va a provocar una rápida reacción: Alfonso IX de León atacará la ciudad de Mérida y destrozará al ejército de Ibn Hud. Por su parte, las tropas de Fernando III van a poner sitio a Jaén, pero va a ser en este mismo instante cuando el rey castellano abandone el sitio, pues debido a la muerte de su padre, Alfonso IX, va a verse obligado a retirarse del frente para dirigirse a León a resolver la cuestión dinástica.

1

Page 2: Medieval España II

Una vez en tierras leonesas, empieza un tanteo entre Fernando III y Sancha y Dulce, hijas del matrimonio entre Berenguela y Alfonso IX, por la sucesión del reino. Fruto de estas conversaciones se llegará a la reunificación definitiva de Castilla y León bajo el reinado de Fernando III, pues sus hermanas, a cambio de una fuerte compensación económica van a renunciar a sus derechos.De vuelta de nuevo al escenario de conquista en el sur, y debido a la ya patente continuidad de problemas en el seno de al-Andalus, Castilla va a conquistar algunas poblaciones como Trujillo en 1232 y Úbeda en 1233. En 1234 las órdenes militares, por su parte, emprenden una campaña en Extremadura. A raíz de ello, Ibn Hud no va a tener más remedio que negociarla paz a cambio de grandes concesiones: se trata del compromiso de entregarle al rey castellano una cantidad enorme de moneda y de permanecer inactivo ante el ataque del rey castellano a una serie de fortalezas en Sierra Morena.Con las puertas abiertas hacia el sur, el rey castellano tenía como objetivo prioritario la toma de Jaén, aunque los descontentos internos de la sociedad cordobesa van a propiciar la toma de Córdoba antes de lo previsto. En Córdoba existían varios grupos. Uno de estos grupos pidió la intervención de los castellanos para suprimir unos altercados y les dieron acceso a la ciudad, abriéndoles las puertas del barrio de la Ajarquía. Así comenzaron dentro de Córdoba las luchas entre cristianos y musulmanes de la Ajarquía contra los musulmanes de la madina. El asedio militar se completó con un acoso diplomático, por lo que cinco meses de asedio después Córdoba capitulaba ante Fernando III.La descomposición política de la España musulmana se agudizaba cada día más. En el año 1238 fue asesinado el caudillo andalusí Ibn Hud. En esta situación de creciente anarquía, Fernando III continuará intensificando la presión sobre al-Andalus. El castellano llega a negociar directamente una serie de pactos con núcleos y algunos alcaides de castillos diseminados por la campiña. Écija, Lucena o Marchena se comprometerán a pagarle tributos.En 1241 se integrará el reino de Murcia. Una embajada murciana se traslada a Toledo y ofrece al infante Alfonso (futuro Alfonso X) la soberanía sobre Murcia y su reino, decisión que se va a formalizar con la firma del tratado de Alcaraz en 1243. Pero esta primera incorporación del reino de Murcia a los dominios castellanos no fue duradera, pues veinte años después, en 1264, un gran alzamiento de la población hacía tambalear la obra de Fernando III. Alfonso X va a requerir la ayuda de su suegro Jaime I de Aragón para sofocar la revuelta y reconquistar el territorio murciano en 1266.Mientras tanto, Ben Nasr desde Granada hostigaba constantemente las posiciones cristianas de la Andalucía oriental. Esta actitud llevó al monarca Fernando III a emprender acciones decisivas sobre Arjona y Jaén. Con esta actuación se considera el inicio de la verdadera reconquista andaluza (toma de Arjona en 1244). El asedio de Jaén se presentaba como largo y difícil, por lo que se hacía aconsejable intentar la rendición por hambre. Será por fin en 1246, cuando Ben Nasr ceda Jaén a Fernando III y se proclame su vasallo, comprometiéndose a servirle en la paz y en la guerra, además de obtener el título de rey de Granada por sus servicios prestados de ahora en adelante a Fernando.Ganadas Córdoba y Jaén, Sevilla se convierte en el objetivo inmediato. El rey castellano preparó cuidadosamente una ofensiva, ya que la ciudad conservaba intacto su potencial militar. Era preciso controlar militarmente el río y el territorio circundante, por lo que se va a preparar una flota en el Cantábrico para operar en aguas del Guadalquivir. Al mismo tiempo, por tierra, se ocupan las plazas que permiten el control sobre las vías de acceso a Sevilla. Los sitiados se rinden a Fernando de Castilla con la condición de que entreguen el alcázar, la

2

Page 3: Medieval España II

ciudad y sus territorios, y abandonen el núcleo urbano en un plazo no inferior a un mes toda la población musulmana. El 23 de Noviembre de 1248 Fernando III entra en Sevilla. Con un balance positivo, Fernando III había conseguido en su reconquista Córdoba, Jaén, Murcia y Sevilla, el vasallaje de Granada y otros reinos de menor importancia como Cádiz y Niebla, que mantuvieron una independencia controlada por Castilla hasta que Alfonso X, sucesor de Fernando, decide suprimirla en 1262.

1.2 La reconquista de los reinos de Mallorca y Valencia.

Cuando el monarca Jaime I de Aragón accede a la mayoría de edad, intenta dar solución a los graves conflictos y tensiones que habían agitado su reino durante la minoría de edad de éste. Posteriormente podrá dedicarse a la política exterior, concretamente al área mediterránea y la zona levantina.La proyección mediterránea de la corona aragonesa fue obra de nobles y burgueses catalanes. La ruptura de las relaciones con Mallorca, obedece al deseo de facilitar las comunicaciones entre Cataluña y el norte de África, interceptadas por corsarios y piratas mallorquines. Los más perjudicados ante estas acciones eran los miembros de la burguesía barcelonesa, por lo que lo más lógico era que fuesen ellos quienes estuviesen dispuestos a financiar una empresa destinada a eliminar la piratería en la zona. Junto a los mercaderes barceloneses intervienen en la zona los ciudadanos de Marsella, que vieron premiados sus esfuerzos con la entrega de un barrio en Palma y el dominio sobre Inca.La expedición formada por 150 naves sale de la costa en 1229 y, tras un largo asedio la ciudad de Palma se rendirá el último día del año antes citado. Posteriormente se conquistará Ibiza en 1235 y casi a finales del siglo, en 1286, pasará lo mismo con Menorca.Por otro lado, en la zona oriental de la península, el rey Jaime I sometió al reino almohade de Valencia tras una campaña que duró más de doce años. Cierto es que Valencia se había mantenido al margen de los acontecimientos que se estaban produciendo en territorio andalusí, pero esta situación de independencia fue a su vez su debilidad. Mientras Jaime I se hallaba ocupado en la conquista de Mallorca, algunas tropas de la nobleza aragonesa iniciaron las hostilidades en la zona fronteriza del alto Palencia en 1232. Ante esta circunstancia militar, el rey es consciente del peligro que entrañaban los éxitos de la nobleza al margen de la monarquía, por lo que el rey se va a ver forzado a cortar de raíz estas conquistas personales, para tomar él mismo las riendas de la batalla.En 1233, después de haber conseguido financiación en las cortes de Monzón, se comienzan las operaciones militares. En 1235 se toma la torre de Montcada, en las proximidades de Valencia. A partir de aquí, la ofensiva tuvo que prepararse cuidadosamente. Para su ataque sobre Valencia conseguirá de nuevo financiación, e incluso el papa Gregorio IX le concede la bula cruzada. Sin embargo la imposibilidad de una conquista militar conducirá a las negociaciones para rendir la ciudad por capitulación. Esto sucede en 1238. Con esta ocupación se dan por concluidas en Aragón las conquistas peninsulares.

2. LA ACCIÓN REPOBLADORA Y SUS VARIANTES.

En líneas generales, los efectos sociales de la repoblación efectuada durante el siglo XIII son similares a los de épocas pasadas.

3

Page 4: Medieval España II

2.1 La repoblación de tierras andaluzas.

La repoblación de las tierras meridionales fue extremadamente lenta en comparación con las campañas militares. La política seguida por los monarcas castellanos buscaba la completa castellanización del territorio, sin embargo las huellas de época de dominio musulmán eran muy profundas.Tras la ocupación de al-Andalus se respetó a la población musulmana. En algunas ocasiones éstos preservaron la vida y la totalidad de sus heredades, caso de núcleos sometidos a Fernando III como Jerez o Arcos. En ocasiones se aniquiló o esclavizó a los habitantes de las ciudades conquistadas al asalto. Sin embargo lo usual fueron las capitulaciones. Por ellas la población musulmana se comprometía a evacuar la ciudad en entregarla intacta a los cristianos. Este es el sistema seguido en la mayoría de las grandes ciudades andaluzas como Córdoba, Jaén o Sevilla. En la Andalucía bética las zonas de mayor peligro fueron entregadas a las órdenes militares. Con el propósito de paliar la descomposición de la estructura urbana, los monarcas van a potenciar la creación de los poderosos concejos (verdadero eje de la política repobladora) los cuales reproducen el modelo establecido en el reino de Toledo.Los repartos de tierra a los nuevos pobladores se realizaron de forma ordenada según conocemos de algunos documentos como los hallados en Sevilla, denominados Libros de Repartimiento (registran las tierras y casas distribuidas a los colonos). Además estos repartimientos incitaron una elevada inmigración de un campesinado libre o semilibre, procedente en su mayoría del norte. También consta la presencia de repobladores procedentes de la zona de Toledo-Guadalajara. Si antes existía una voluntad en las reconquistas de establecer a numerosos campesinos en propiedades medianas y pequeñas con un régimen fiscal favorable, a partir de ahora el modelo imperante será bien distinto. Los nuevos concejos andaluces reproducirán con exactitud la estructura de clases y las divisiones internas de la sociedad feudal de los conquistadores septentrionales. A la cabeza de los más beneficiados van a aparecer miembros de la alta nobleza como los Castro, los Lara o los Haro, que van a recibir donaciones que comprenden varias aldeas o alquerías. En este grupo entraría también la iglesia. Este sistema favorecerá el desarrollo de grandes haciendas territoriales (de ahí los intentos de los reyes castellanos por frenar la creciente influencia nobiliaria). Por otra parte la nobleza de rango inferior también recibe donaciones que suelen ser fracciones de alquerías o extensiones de tierra cerealista y olivarera sensiblemente inferiores. Pero el peso fundamental de la repoblación va a recaer sobre caballeros hidalgos o de linaje, los cuales se asientan dentro de las ciudades a cambio de recibir heredamientos que constan básicamente de una o varias casas y tierras de cereal. A continuación en la escala de categorías sociales se encuentran los caballeros no hidalgos, compensados con propiedades en la ciudad, en menor proporción. En último lugar se hallan los peones, que reciben la mitad que los caballeros urbanos.Esta repoblación en Andalucía no resultó nada fácil, pues las acciones bélicas hacían muy difícil la explotación agraria. Además fueron frecuentes las correrías protagonizadas por los musulmanes de Granada. Por si fuera poco, las capitulaciones dejaron de cumplirse, desembocando en una revuelta mudéjar que permitió al ejército real incorporar de facto a la corona las tierras de la zona meridional, dejando el campo andaluz tras su paso en gran parte despoblado. Las consecuencias que derivan de estos hechos son importantes, pues en primer lugar, como resultado del desplazamiento de campesinos hacia el sur, se inició en el reino de

4

Page 5: Medieval España II

Castilla y León una crisis agrícola, que se trasladará hasta el sur debido a la descomposición del antiguo sistema de cultivo del campo andaluz. Siguiendo esta misma línea los recién llegados tuvieron un problema técnico importante, pues no estaban habituados al sistema de labranza y cosecha utilizada por los musulmanes. Su agricultura era floreciente, pero éstos desconocían las técnicas para conseguir el rendimiento adecuado, por lo que la mayor parte de los colonos se vieron incapaces de mantener los cultivos tradicionales. Por eso mayoritariamente se van a dedicar las tierras a los pastos y al cultivo de cereales y olivo.En el plano demográfico, la monarquía se ve impotente para colmatar los vacíos humanos producidos tras la rebelión de 1264. Este hecho favorecerá la concentración de tierras en pocas manos, influyendo también esta concentración con la dedicación de gran parte de las parcelas a pastos.En Murcia, Alfonso X completó la repoblación inicial dirigida por el rey Jaime I, intentando no acrecentar la influencia de la nobleza. Les otorgará a éstos grandes extensiones de tierra en la frontera con Granada, pues en estos campos la población era muy escasa.

2.2 Las repoblaciones litorales e insulares.

La repoblación valenciana estuvo supeditada al compromiso contraído por Jaime I en las cortes de Monzón de 1236, en las que se estableció que el rey repartiría la tierra conquistada entre los nobles y caballeros que le acompañasen en la conquista. Asimismo la repoblación rural musulmana permanecerá en la mayoría de los territorios conquistados. En el plano urbano la conquista provocó un repliegue de la población musulmana que, en ocasiones, optará por la emigración, mientras que el resto se retirará en su totalidad a los arrabales dejando vacio el núcleo de las ciudades.En esta zona, en los centros urbanos y en las zonas de regadío y huerta va a predominar la pequeña y también la mediana propiedad, mientras que en el interior y áreas más empobrecidas se establecerán latifundios en manos señoriales y de las órdenes militares. Tras la revuelta mudéjar de 1248 se produce una nueva oleada de migraciones de catalanes y aragoneses hacia tierras valencianas. La primera etapa de la conquista sólo se desarrolló en la zona más septentrional del reino y obedeció únicamente a la iniciativa de la nobleza aragonesa que con su agresividad produjo una emigración generalizada de la población musulmana. Esta inicial agresividad cedió poco a poco a una política más flexible. En general se respetó la estructura de la población e incluso a la propia organización político-administrativa y fiscal del territorio. Pero el descontento de los musulmanes provocó la revuelta de 1247, que acabó con la emigración de muchos y la estimulación de una nueva fase repobladora a partir del año siguiente, en la cual el rey va a incentivar la donación de un elevado número de territorios en el sur del reino.A todo esto, la mayoría mudéjar debió ver transformada paulatinamente su estatus, aunque perdurarían muchas de sus actividades cotidianas, así como también las económicas. Igualmente se van a intensificar los asentamientos de pobladores cristianos gracias a las donaciones.En conclusión, para estas regiones, más que de una colonización, debemos hablar de una culturización, de la cual habría beneficio mutuo que iría desde el aprovechamiento de recursos naturales y reconvertidos por irrigación tradicional, hasta la lengua y las formas culturales y materiales.

5

Page 6: Medieval España II

Por lo que se refiere a las Baleares, el inventario elaborado para la isla de Mallorca, concerniente a su reparto reservaba para Jaime I la mitad de los bienes disponibles. En la isla predominó la pequeña y mediana propiedad en manos de los repobladores, que las habrían recibido directamente por cesión o venta.Gracias a la presencia de mudéjares y hebreos, el tráfico mercantil se convirtió en el fundamento económico insular, especialmente en Mallorca, a partir de la conquista catalana, dirigiéndose principalmente hacia los mercados islámicos africanos.

3. NAVARRA, PACTISMO Y FORALIDAD.

En el primer tercio del siglo XIII se produce en el reino de Navarra un debilitamiento político como consecuencia del fin de su participación en la reconquista, y la imposibilidad de expandirse territorialmente. Sancho VIII el Fuerte, último rey de Navarra, pactó con Jaime I la inclusión de su reino en la corona de Aragón mediante un acuerdo de prohijamiento mutuo. Este pacto nunca se llevó a cabo, y tras la muerte de Sancho VII, la nobleza navarra ofreció el trono del reino al conde Teobaldo de Champagne. Con la entronización de la dinastía Champagne, Navarra, hasta su definitiva incorporación a Castilla en 1512, queda dentro de la órbita de influencia francesa. En las décadas centrales del siglo XIII, el reino de Navarra se dota a si misma de un ordenamiento legal: el Fuero General de Navarra.Este fuero era una recopilación del derecho tradicional del reino (ius propium) escasamente influido por el romanismo jurídico (ius comune).El primitivo texto del Fuero General nunca fue oficialmente promulgado, pero se creó con la intención de llegar a un acuerdo entre todos los estamentos del reino.En 1237, nobles, caballeros y clérigos impusieron a Teobaldo I la aceptación de las leyes.Solo a partir del juramento de los fueros, los nuevos monarcas serían proclamados como tales.De este modo, en el siglo XIII en Navarra se constituye la monarquía a través de los pactos y el respeto a los fueros tradicionales.

TEMA 2:

LA CONSOLIDACIÓN DE LAS MONARQUÍAS PENINSULARES EN EL SIGLO XIII

1. LA AFIRMACIÓN DEL PODER REAL EN CASTILLA Y LAS RESISTENCIAS A DICHA CONSOLIDACIÓN EN LOS REINADOS DE FERNANDO III Y ALFONSO X

1.1 La institucionalización política de los reinos: Derechos, Cortes y organización territorial.

La solidez institucional de las monarquías del siglo XIII descansa sobre tres pilares fundamentales: el Derecho romano- canónico (o ley común), la integración política de los ciudadanos en unas asambleas representativas (Cortes) y la organización del territorio mediante una desarrollada administración de carácter fiscal.

Los reinados de Fernando III (desde 1230 titular de Castilla y León definitivamente unidos) y de su hijo Alfonso X (1252- 1284) resultan de especial trascendencia, ya que son ellos quienes

6

Page 7: Medieval España II

elaboran una serie de iniciativas destinadas a reforzar el poder real y a integrar el conjunto territorial del reino.

En el siglo XIII la monarquía dio el paso para convertir la auctoritas inherente al título imperial en expresión soberana del señorío del rey.

Con Alfonso X, el concepto de Imperio sufre una importante transformación, ya que se desvincula de la tradición hispánica y se asocia al Sacro Imperio Romano Germánico, cuya corona ostenta Alfonso X desde el 1256. → Con el gobierno del Sacro Imperio Romano Germánico, Alfonso X lleva a cabo una política autoritaria en el interior del reino.

1.1.1. El fundamento jurídico. Las Partidas.

El Derecho es el pilar sobre el que se apoya el programa monárquico de Alfonso X.

Su obra legisladora superó con creces la de su padre Fernando III, y tiene dos objetivos: servir al proyecto centralizador de la monarquía y establecer un marco jurídico- territorial en los diferentes reinos que integraban la corona.

Se elaboraron las grandes codificaciones del reinado (Fuero Real, Espéculo y Partida), y los ordenamientos (como las Leyes de los Adelantados Mayores, la normativa reguladora de la Mesta o el Ordenamiento de las Tafurerías).

Las primeras constituyen la base teórica, aunque no fue plenamente aplicado en el siglo XIII → El Fuero Real era un proyecto unificador de las leyes municipales, pero fue frenado por la oposición aristocrático- nobiliaria.

El Espéculo fue una obra interrumpida por Alfonso X para refundirla con otro proyecto más ambicioso: Las Partidas, que es una recopilación de derecho común plenomedieval. Está dividido en siete secciones:

(1) En la primera se aborda el tema de la fe cristiana, la Iglesia y su organización,(2) En la segunda contempla todo lo relativo al rey, al ejercicio de su poder, la estructuración de la corte y organización militar, etc.(3) La tercera se dedica a la administración de la justicia(4) La cuarta alude a problemas relativos al derecho matrimonial y feudal(5) La quinta alude a aspectos mercantiles(6) La sexta se hace cargo de herencias y testamentos(7) La séptima incluye una relación de leyes penales, incidiendo en el problema de las minorías confesionales y lo referente al mundo de la hechicería y ortodoxia.

1.1.2. Las Cortes y la visión corporativa del Reino

El Reino constituye un cuerpo a cuya cabeza se encuentra el monarca. Dicho monarca gobierna sobre un territorio definido representado por las Cortes estamentales, que a su vez están sometidas a la autoridad del soberano.

7

Page 8: Medieval España II

Aunque no siempre las Cortes se sometieron a la voluntad del monarca, su voluntad debía afectar a todos los estamentos del reino, incluyendo a aristócratas y eclesiásticos. Esto provocó una pérdida de privilegios señoriales, que derivó en numerosas resistencias, a veces violentas.

En relación a la Iglesia, hay un creciente intervencionismo por parte del rey en las rentas eclesiásticas (como los diezmos o las décimas).

1.1.3. Las articulación espacial: administración territorial, fiscalidad y frontera.

Se institucionaliza el reino a través de las Cortes, lo que provoca una delimitación territorial fronteriza. → Hay más madurez política, que se traduce en la convocatoria de asambleas representativas. En estas asambleas se promulgan los más importantes ordenamientos del reino.

A esta integración territorial se destinan numerosas medidas: se desarrollan las Leyes para los Adelantamientos Mayores, promulgadas por Alfonso X entre 1258 y 1268, así como otras medidas de carácter económico y fiscal, como por ejemplo la fiscalización de los recursos ganaderos.

La política de la monarquía a partir de mediados del siglo XIII tiende a eliminar abusivas percepciones señoriales y limitar los puntos de cobro de impuestos, monopolizando de esta manera el cobro de dichas percepciones y homogeneizando el espacio mercantil del reino.

Esto provocó resistencias nobiliarias que neutralizaron en parte los objetivos de la corona. La corona, a su vez, intento llevar a cabo el cobro unificado de tributos a partir de los grandes circuitos de la transhumancia. → Cañadas y veredas quedaron definidas entre 1230 y 1260.

La Corona impulsó y protegió el asociacionismo mesteño, con la creación del Concejo de la Mesta. También tuvieron gran importancia fiscal los diezmos aduaneros establecidos por Alfonso X antes del 1273, como la imposición de aranceles en puntos fijos de la frontera, o la política proteccionista.

1.2. Dirigismo cultural

La afirmación del poder real cuenta con un argumento cultural: la institucionalización del reino, su fundamento jurídico, su estamentalización corporativa y su articulación territorial se ven reforzados por la conciencia histórica y la política cultural de Alfonso X y su obra historiográfica, como “Estoria de Espanna” o “La General Estoria”, esta última inconclusa.

Ya no solo se dedicó al ámbito historiográfico, sino que ejerció labores de mecenazgo (como se observa en la obra “Cantigas de Santa Maria”) e impulsó las traducciones a diversos campos del saber. Se usa la cultura como instrumento unificador.

1.3. Las resistencias

La imposición de un modelo de soberanía excluyente ocasionó las resistencias de un reino acostumbrado a los privilegios derivados del feudalismo.

8

Page 9: Medieval España II

Ni la nobleza, acostumbrada a un predominio político fruto de su predominio económico, ni la Iglesia, que no quería perder su autoridad, ni las ciudades, gobernadas por oligarquías urbanas aceptaban la nueva política.

Durante el reinado de Fernando III la oposición apenas se manifestó. La incesante actividad reconquistadora del monarca y el hecho de que el autoritarismo real fuera más un proyecto que una realidad neutralizaron los posibles brotes de resistencia.

Es durante el reinado de Alfonso X cuando se hacen patentes: el fin de la reconquista, los primeros síntomas de recesión y la maduración del autoritarismo monárquico generan la oposición nobiliaria, eclesiástica y ciudadana.

El primer brote de rebeldía se da en 1255, protagonizado por Diego López de Haro (Señor de Vizcaya) en connivencia con un hermano del rey y con el apoyo de Aragón.

En 1264 hubo una revuelta mudéjar- granadina, en contra de la política centralizadora del monarca.

La reacción nobiliaria de 1271, de carácter marcadamente conservador, contó con el factor de la gran depresión bajomedieval. Para combatir los efectos de dicha depresión, Alfonso X convocó a mercaderes provenientes de todos sus dominios a una asamblea estamental en 1268, en Jerez.

El programa hegemónico de Alfonso X había resultado bastante caro, y los recursos del reino habían sido mal distribuidos en un territorio que había duplicado su extensión en poco tiempo.

Los sectores más privilegiados inician las revueltas encauzándolas a su propio beneficio.

La rebelión fue liderada por un hermano del rey, el infante Felipe, y uno de los más destacados miembros de la aristocracia: Nuño González de Lara. Se desarrolla entre 1271 y 1273.

A pesar de su carácter nobiliario, se acabó extendiendo al resto de estamentos del reino.

En 1272 el rey convoca las Cortes de Burgos para institucionalizar los acuerdos a los que había llegado el monarca con los ricos hombres rebeldes. Pero el resultado fue muy diferente, ya que los nobles usaron las cortes para ampliar sus reivindicaciones, implicando a eclesiásticos y representantes de las ciudades.

Los objetivos básicos de esta rebelión fueron cuatro:

1- Exigencia de absoluto respeto a las tradicionales prerrogativas inherentes al estatus político - jurídico de la nobleza → La política de Alfonso X provocó el recelo de los poderosos. Se acuerda detener la aplicación extensiva del Fuero Real, que provocaba un recorte en las libertades de los nobles.

2- Frenar la actividad repobladora del rey, sobretodo en la zona norte → Esta actividad colonizadora reforzaba al monarca. Solicitaron la supresión de las pueblas reales efectuadas en León, Castilla y Galicia, ya que eran núcleos muy atrayentes para los vasallos de los dominios señoriales.

3- Anulación de las innovaciones fiscales que afectaban a los sectores urbanos.

9

Page 10: Medieval España II

4- Oposición a la política exterior de Alfonso X, sobre todo a sus aspiraciones imperiales. → Estas aspiraciones costaban mucho dinero, y la obtención del título imperial reforzaría la posición del monarca en el interior de sus dominios.

El resultado supuso un triunfo para la nobleza y un deterioro para la corona.

Las iniciativas reales en materia legislativa, política fiscal y actividad repobladora fueron atemperadas, pero no erradicadas.

La corona creó elementos alternativos, como por ejemplo la creación en 1271 de la orden militar de Santa María de España, un prototipo de milicia religiosa sometida a la voluntad real.

El rey era consciente de que para neutralizar los efectos de la rebelión había comprado la lealtad de algunos súbditos. Por ello promulga en Cortes el Ordenamiento de Zamora.

1.4. La guerra civil de 1282- 1284

La oposición, liderada por la nobleza laica y eclesiástica y amparados por el infante Sancho, (heredero de la corona), aprovechó la moderación y debilidad del programa de Alfonso X.

Alfonso X se había visto obligado a abandonar su pretensión imperial y a cambiar las alianzas gibelinas por las de su antiguo enemigo el rey de Francia, Felipe III.

El infante Sancho quiso blindar su futura herencia buscando apoyos entre los antialfonsinos: la ricahombría castellano leonesa, los prelados, los maestres de las órdenes militares (que podían aportar numerosas rentas) y las oligarquías urbanas, que no tardarían en poner en marcha, con el apoyo del infante, todo un entramado de hermandades.

El infante convoca de forma irregular una asamblea en Valladolid, en abril de 1282, lo que constituye una declaración de guerra. Durante dos años se mantienen divididos en dos bandos las tierras y los hombres de Castilla y León.

Esta guerra acabaría con el destronamiento de Alfonso X, que fue acorralado en Sevilla, con pocos apoyos fuera de Andalucía y Murcia. De esta manera subió al trono Sancho IV, que tuvo que neutralizar una nueva reacción nobiliaria.

2. LA PRETENSIÓN IMPERIAL DE ALFONSO X: EL GIBELINISMO CASTELLANO

El ofrecimiento de la corona alemana al rey Alfonso X de Castilla por parte de Pisa, en el contexto del “Gran Interregno” alemán que siguió a la muerte de Conrado IV, cuenta con una justificación dinástica: Alfonso era hijo de Beatriz de Suabia, vástago indirecto de la familia Staufen, por lo cual la gibelina república de Pisa solicitó su aceptación para ceñir la corona imperial.

Había dos corrientes ideológicas:

10

Page 11: Medieval España II

El GIBELINISMO → Asociado a la autoridad sin concesiones del emperador, a gobiernos fuertes y cesaropapistas, que desafiaban al poder eclesiástico y de hondas convicciones centralizadoras. → Esta corriente era seguida por la dinastía germánica de los Staufen.

El GÜELFISMO → Asociado a un poder que respetaba los privilegios de los nobles y de la Iglesia, y estaba abierto a las libertades de las ciudades emergentes, sobretodo las norteitalianas. Eran favorables al diálogo, y sus partidarios eran candidatos propuestos por el pontificado → La Francia de los Capeto fue una gran base de apoyo a la causa del güelfismo.

Alfonso X se erigió paladín del gibelinismo ya que era partidario del reforzamiento del poder y poco dado a las concesiones negociadoras.

El ofrecimiento pisano iba avalado por el papa Alejandro IV. El rey necesitaba la bendición papal para afianzar su posición tanto dentro de su reino y en el conjunto peninsular como en el panorama europeo.

El papa, por su parte, estaba abrumado por el poder que en Italia estaba alcanzando Manfredo, el bastardo de Federico II, que se había hecho con el control de Sicilia , y representaba la opción gibelina.

A ojos del papa no sería el güelfismo el que salvara el pontificado de las pretensiones de Manfredo, así que decidió aliarse con otro gibelino para que se enfrentara a Manfredo y dividiera el propio gibelinismo, debilitando de este modo las posibilidades de los Hohenstaufen en cualquiera de sus ramas. Este gibelino fue Alfonso X, deseoso de obtener el apoyo pontificio.

Este gibelinismo moderado y tutelado por el papa hizo que muchas ciudades italianas se adhirieran a la causa de Alfonso X. Pero la alianza castellano- pontificia no duraría mucho, ya que el pontificado había obtenido su propósito: neutralizar la fuerza de Manfredo en el escenario europeo, lo que hizo que perdiera interés.

2.1. Desarrollo de la pretensión imperial: reacciones y alianzas.

Entre 1256 y 1275, Alfonso X usó el título de Rey de los Romanos, pero la consagración papal nunca llegaría. Su condición de emperador electo era suficiente para legitimar su autoritarismo político en Castilla y para seguir adelante con la pretensión hegemónica peninsular. Esto ocasionó las protestas del resto de reyes hispánicos, entre ellos Jaime I, que no estaba de acuerdo que el rey castellano impusiera su soberanía en el resto de la Península.

La monarquía aragonesa, que acababa de renunciar por el tratado de Corbeil a la expansión ultrapirenaica, se dedicó a reactivar la política mediterránea que muchos años antes había puesto en marcha la conquista de Mallorca, lo que convertía a Italia en un objetivo irrenunciable.

Además de rivalizar con Castilla, debía de distanciarse de los intereses que la Provenza franco- angevina tenía en Italia y el Mediterráneo.

El proyecto aragonés no simpatizaba con el güelfismo de Carlos de Anjou ni con el gibelismo de Alfonso X, así que Jaime I no dudó en aliarse con el gibelinismo más radical encarnado por Manfredo → Esta alianza queda sellada con el matrimonio de su hijo Pedro III con Constanza, la hija del rey siciliano.

11

Page 12: Medieval España II

Esta disparidad de gibelinismos hispánicos (el moderado de Alfonso X frente al más radical de Jaime I) pronto acabaría diluyéndose frente al más peligroso de sus enemigos: Carlos de Anjou.

Entre 1263 y 1264 se crean en Francia un bloque de intereses políticos y económicos contrarios a la política exterior castellana. Este bloque, sostenido por la banca güelfo- toscana y bendecido por la Sede Apostólica, estaba liderado por Carlos de Anjou.

Carlos acabó con el régimen siciliano de Manfredo en 1266.

La causa gibelina (tanto la aragonesa como la castellana) habían encontrado un enemigo común, y desde ese momento actúan en plena colaboración.

En 1269, Jaime I pone en marcha una cruzada de ribetes antiangevinos (pretendía neutralizar la pretensión de Carlos de Anjou de restaurar el Imperio latino en Asia Menor), y Alfonso X le ofreció su ayuda.

2.2. El fin de la pretensión imperial

En 1275 se abre un nuevo periodo en la evolución del reinado de Alfonso X, quien comienza a ser consciente de que no está obteniendo los resultados esperados.

En Beaucaire el papa Gregorio X le niega todo derecho a su pretensión imperial, y con ello pierde la justificación que cimentaba su propia actuación.

La invasión africana de los meriníes y la crisis institucional abierta tras la muerte del heredero obligan a Alfonso X a reconsiderar su política y sus contactos diplomáticos, acercándose al bloque güelfo- francés.

La alianza con Aragón entra en crisis, y muere Jaime I, subiendo al trono Pedro III.

Alfonso X no renuncia a su objetivo de primacía peninsular, pero no cuenta con una justificación que lo fundamente, ni tiene el apoyo de su reino.

Por otra parte, la corona de Aragón incrementa su poder, y Castilla se convierte cada vez más en un debilitado ente político que depende de la coherencia gibelina de la casa catalana.

En los últimos años de reinado de Alfonso X hay diversos problemas que afectan a la política interior, las relaciones externas, etc. Se produce una guerra civil, y Alfonso X se echa en manos del güelfismo francés, comprometiendo de esta manera los dominios de la Corona.

Aragón vuelve a estrechar lazos con Castilla, y Sancho, hijo de Alfonso X, se une a los intereses gibelinos de Pedro III. De esta manera durante un breve periodo de tiempo, Castilla se convierte en una pieza más del ambicioso expansionismo mediterráneo de la Corona de Aragón.

12

Page 13: Medieval España II

2.3. Los indicios de la política mediterránea de la Corona de Aragón: la radicalización del gibelinismo aragonés

El gibelinismo aragonés, radical desde sus inicios, fue la estrategia en la que Jaime I envolvió su política mediterránea.

La experiencia imperial de Alfonso X había acabado en fracaso, y con ella se había debilitado su pretensión de supremacía hispánica. Su política en los últimos años contribuyó a disminuir las posibilidades de la Castilla de Sancho IV.

Pedro III aprovechó la coyuntura, y al tiempo que aseguraba en beneficio de la Corona el carácter feudatario del reino de Mallorca, y consolidaba la amistad con el nuevo monarca castellano, se aplicó a dos importantes proyectos diplomáticos: El matrimonio de su hija Isabel (la futura Reina Santa) con el rey Dinis de Portugal, y el de su heredero Alfonso con la princesa Leonor de Inglaterra (hija de Eduardo I)

Debido al peso que adquirió la corona de Aragón en el conjunto de la cristiandad occidental, los sicilianos pedirán ayuda a los aragoneses, y con el estallido de las Vísperas Sicilianas en 1282, la Corona de Aragón alcanza un gran protagonismo en el Mediterráneo.

3. LA CORONA DE ARAGON Y EL AUTORITARISMO PACTISTA: JAIME I Y PEDRO III

En Castilla y León se produce un autoritarismo real con connotaciones centralizadoras.

En Aragón fue muy diferente, ya que la heterogeneidad de los diferentes reinos, una menor incidencia de la recepción del Derecho Común, y un temprano fin de la empresa reconquistadora en estos dominios contribuyeron a ralentizar la evolución centralizadora. Es por ello que en las décadas centrales del siglo XIII, en Aragón destacan tres notas esenciales: el marcado carácter feudal y pactista del poder, el nacimiento de conciencias territoriales dentro del a Corona, y la lenta articulación de ésta como institución unitaria.

3.1. La dimensión feudal del poder: el pactismo como forma de gobierno

Las circunstancias que envuelven el acceso al trono de Jaime I y la primera parte de su reinado no fueron fáciles. Durante los doce primeros años de gobierno el rey impone trabas feudales.

Jaime I en su minoría de edad estuvo en el castillo templario de Monton bajo la custodia del maestre provincial de la orden, pero la mayoría de edad del monarca no acabó con su cautiverio, la que la nobleza aragonesa, liderada por el tío del rey, el infante Fernando lo redujo de nuevo a un estado de semilibertad mientras se ponía en práctica una nueva forma de gobierno que limitaba el poder real y se veía sometido al control feudal de la curia. → La capacidad de maniobra del monarca queda condicionada por la dependencia vasallática de la Sede Apostólica y el riguroso marcaje de la nobleza feudal.

La empresa reconquistadora de Jaime I le proporcionaron alianzas provechosas:

1. En primer lugar un ejército dependiente del rey, que con la participación en la reconquista se veían recompensados con numerosos botines.

13

Page 14: Medieval España II

2. En segundo lugar, la burguesía del principado de Cataluña, interesados en la puesta en marcha de una maquinaria de guerra que le permitiera un mayor desarrollo comercial.

Desde los años veinte del siglo XIII, hay diversas uniones nobiliarias: en 1127 se creó en Jaca una liga nobiliaria en la que participaban las ciudades de Zaragoza, Huesca y Jaca.

Esta unión nobiliaria se mantuvo durante todo el reinado de Jaime I, y afectó también a la nobleza catalana, sobre todo a la zona de Levante.

Es durante el reinado de su hijo Pedro III (1276 - 1285) cuando adquiere caracteres políticos de mayor presión, naciendo de esta manera la Unión, la cual, en 1283, obligó al monarca a jurar el Privilegio General que consagrará el principio pactista como forma de poder político, tanto en Aragón como en el resto de territorios de la Corona.

La nobleza también usará como arma de presión política la negación de subsidios o la utilización de ellos. La nobleza aragonesa fue la más proclive a su utilización.

El bovatage, un servicio prestado como reconocimiento de señorío, fue votado por los estamentos catalanes durante el reinado de Jaime I. Los nobles aragoneses eran reticentes a su concesión. → En las Cortes de Ejea, en 1265 no solo consiguen mantener su negativa al pago del bovatage, sino que constituyen la Justicia de Aragón, en la que un noble es árbitro entre los conflictos que pudieran surgir entre la nobleza y el rey.

Jaime I no fue un mero instrumento en manos de los nobles, ya que supone imponerse a través de algunas directrices que compensaron ciertos agravios nobiliarios.

La afirmación de una política mediterránea, en la que Cataluña jugó un papel muy importante sirvió para fortalecer la autoridad real, así como la imposición en 1238 del estatus de nuevo reino para Valencia, sustrayéndolo de la nobleza aragonesa que pretendía repartirlo como si fuera un botín.

La Iglesia también se verá afectada: el establecimiento de la Inquisición en parte de los dominios de la Corona fue un hábil instrumento de seguimiento ideológico asociado al poder político.

3.2. El nacimiento de la conciencia territorial

El nacimiento de la conciencia territorial fue un factor muy importante para el fortalecimiento del poder monárquico.

Fue un fenómeno muy desarrollado en la Corona de Aragón, que a diferencia del sentimiento unitario que imperaba en tierras castellanas y leonesas, son sus diferentes reinos y dominios por separado los que lo van descubriendo. → Afecta a Aragón y al principado de Cataluña, y actúan dos fuerzas distintas:

1- Las que a partir de la estamentalizada realidad social, convierte las Cortes en institución reivindicativa y cohesionadora de la conciencia comunitaria.

2- La que envía la Corona a través de la normalización del Derecho común (ius comune) o en su caso, del feudalizante derecho local (ius propium) → Cuenta con importantes

14

Page 15: Medieval España II

manifestaciones, como los Fueros de Aragón, encargados al obispo de Huesca y promulgados en 1247. Sustituyeron las tradiciones jurídicas locales, como el fuero de Jaca.

El triunfo de la manifestación del ius propium, como son los Usatges de Barcelona, luego aplicados al resto del territorio catalán y a Mallorca se debió a la protección de la monarquía.

En Aragón la realeza pensó que el derecho común podía perjudicar la seña de identidad comunitaria que los Usatges representaban.

Las Cortes privativas de cada reino o dominio de la Corona manifestaban una voluntad de diferenciación territorial en todos sus estamentos.

En Aragón y Cataluña las Cortes se reunieron por separado, hasta que en 1244, las de Barcelona decidieron que el límite entre ambos territorios sería Cinca. → Las Cortes decidían sobre cuestiones que afectaban a los reinos.

La presión de las incipientes Cortes valencianas pudo ocasionar que la política de Pedro II frenara la extensión del derecho aragonés, en beneficio de los Furs.

En 1283, las Cortes aragonesas, reunidas en Zaragoza, consiguen la confirmación del Privilegio Real, y exigen su convocatoria anual.

3.3. La lenta articulación de la corona.

La territorialización de cada uno de los elementos que constituían la Corona no fue acompañada por un sentimiento integrador para el conjunto de la monarquía.

La propia realeza estaba en un proceso de inmadurez, como dan a entender los sucesivos testamentos de Jaime I.

En el primero de ellos (1241), se contempla la herencia de Aragón y Cataluña en favor del primogénito, el infante Alfonso. Pedro (hijo de la segunda mujer del rey) recibiría los reinos de Mallorca y Valencia, así como los señoríos ultrapirenaicos de Montpellier, Rosellón y Cerdaña.

En 1248, tras sucesivos nacimientos de infantes, hubo variaciones testamentarias, hasta que se redactaron las disposiciones definitivas de la herencia:

1- Alfonso recibe el reino de Aragón, con Zaragoza y Teruel.2- Pedro hereda Cataluña y Mallorca → Ribagorza queda integrada en el principado de

Cataluña3- Los infantes Jaime y Fernando heredan Valencia y las posesiones ultrapirenaicas

respectivamente.

Frente a estos cambios, las Cortes, reunidas en Alcañiz en 1250, determinaron que una diputación comisional estableciera un acuerdo definitivo.

Este acuerdo consistió en que Alfonso heredara Aragón y Valencia (sin posibilidad de separación de reinos) y Pedro heredara el principado de Cataluña.

15

Page 16: Medieval España II

Pedro, una vez muere Alfonso, recibe en herencia el conjunto de la Corona.

4. LA CENTRALIZACIÓN DEL PODER EN PORTUGAL

El proceso de construcción de la monarquía portuguesa se relaciona con el modelo castellano- leonés, ya que se siguió la vía centralizadora en vez de seguir con el pactismo feudal, lo que provocó descontentos entre los aristócratas y eclesiásticos que acabaron con el destronamiento del rey Sancho II y la subida al trono de su hermano Alfonso III, el candidato alternativo de la nobleza y de la Iglesia.

4.1. Aristocracia y revolución en Portugal: el reinado de Sancho II (1223 - 1245)

Desde su constitución, a mediados del siglo XII, la monarquía portuguesa luchaba por imponer un sólido régimen de autoridad.

Alfonso II (1211 - 1223), con sus leyes inspiradas en el Derecho romano, había provocado la división de la nobleza.

Cuando Sancho II accede al trono no contó con el apoyo de la aristocracia laica y del alto clero, que buscaron el apoyo del hermano del rey, Alfonso, que residía en Francia y era conde de Boulogne.

En 1245, por petición del conde de Boulogne, el papa Inocencio IV declaraba nulo el matrimonio del rey con Mencía López de Haro, hija del señor de Vizcaya, y poco después le pedía que replanteara su política y el trato que tenía hacia la Iglesia.

Ese mismo año, el Papa confiaba el gobierno del reino a Alfonso tras el I Concilio de Lyon, en el cual el emperador Federico II fue excomulgado y destronado. Quedaba patente la primacía de la Iglesia en asuntos políticos.

Desde ese momento y hasta 1246, Sancho II huye a Castilla con apoyo del ejército de este reino, y se produce el desarrollo de la guerra civil a causa de la conflictividad social y los enfrentamientos entre linajes nobiliarios, grandes propietarios y campesinos, burgueses y obispos de ciudades episcopales...

A ojos de la Iglesia, esto se tradujo en una mal gobierno por parte del rey, lo que justificó su destronamiento.

4.2. Alfonso III y la restauración del poder monárquico (1248 - 1279)

El panorama de desórdenes y desarticulación del reino que el conde de Boulogne (Alfonso III) encontró en Portugal explica su labor de restauración en las Cortes de Leira de 1254, a las que acudieron miembros de las oligarquías ciudadanas, y en las que se buscó la colaboración de nobles y burgueses para el restablecimiento de la paz.

16

Page 17: Medieval España II

Para ello se llevó a cabo un programa centralizador, semejante al que se llevó a cabo en Castilla por Fernando II y Alfonso X. Contaba con tres objetivos: recuperación económica, restablecimiento del orden y delimitación de los derechos y atribuciones de la monarquía.

Destaca, a nivel socioeconómico dos hechos:

1- La garantía de estabilidad monetaria acordada en las Cortes de Leiria (1254) a cambio de un nuevo tributo (el monedaje)

2- La labor repobladora y foral llevada a cabo entre 1253 y 1258.

Se perfecciona el sistema judicial y sus agentes, y se rinde homenaje directo al rey por parte de todos y cada uno de los alcaides de las fortalezas del reino.

Hay una defensa de los derechos regios, renovando de forma sistemática las inquiriçöes (puestas en marcha por Alfonso X) para rescatar tierras y rentas de la corona que habían sido usurpadas por nobles, obispos y órdenes monásticas y militares. → Hay una serie de leyes represoras de los abusos señoriales en relación a patronatos sobre iglesias o cobro de los derechos ganaderos.

La restauración del orden monárquico no benefició a los sectores más acomodados, y en 1267 el conjunto del episcopado del reino (excepto el prelado de Lisboa) se manifestaban abiertamente en contra de unas medidas que limitaba los derechos de la Iglesia. Trasladaron las quejas a la corte pontificia.

Salvo este percance, el reinado de Alfonso III supone el restablecimiento del orden monárquico.

El fin de la reconquista tras la ocupación definitiva del Algarve, contribuyó a la institucionalización de la monarquía.

5. NAVARRA: PACTISMO Y FORALIDAD

En el primer tercio del siglo XIII se produce en el reino de Navarra un debilitamiento político como consecuencia del fin de su participación en la reconquista, y la imposibilidad de expandirse territorialmente.

Sancho VIII el Fuerte, último rey de Navarra, pactó con Jaime I la inclusión de su reino en la corona de Aragón mediante un acuerdo de prohijamiento mutuo.

Este pacto nunca se llevó a cabo, y tras la muerte de Sancho VII, la nobleza navarra ofreció el trono del reino al conde Teobaldo de Champagne. Con la entronización de la dinastía Champagne, Navarra, hasta su definitiva incorporación a Castilla en 1512, queda dentro de la órbita de influencia francesa.

En las décadas centrales del siglo XIII, el reino de Navarra se dota a si misma de un ordenamiento legal: el Fuero General de Navarra.

Este fuero era una recopilación del derecho tradicional del reino (ius propium) escasamente influido por el romanismo jurídico (ius comune).

17

Page 18: Medieval España II

El primitivo texto del Fuero General nunca fue oficialmente promulgado, pero se creó con la intención de llegar a un acuerdo entre todos los estamentos del reino.

En 1237, nobles, caballeros y clérigos impusieron a Teobaldo I la aceptación de las leyes.

Solo a partir del juramento de los fueros, los nuevos monarcas serían proclamados como tales.

De este modo, en el siglo XIII en Navarra se constituye la monarquía a través de los pactos y el respeto a los fueros tradicionales.

5.1. Las monarquías y su proyección exterior: la “internacionalización de la Península”

A lo largo de la primera mitad del siglo XIII se produce el final de la empresa reconquistadora en todos los reinos cristianos.

Hasta ese momento, y aunque no faltaron pactos extrapeninsulares, los reinos identificaron sus respectivas políticas exteriores con las llevadas a cabo dentro de la península.

A partir de las décadas centrales de siglo, esto cambia completamente, y se produce una internacionalización de las diferentes monarquías hispánicas, sobretodo Castilla y Aragón. Hay dos hechos clave que permiten esta internacionalización:

La aceptación por parte de Alfonso X de la corona imperial que le ofrecen los representantes de la republica de Pisa en 1258. → Esto introduce a Castilla en el marco del Occidente cristiano.

La firma del tratado de Corbeil en mayo de 1258 entre la corona de Aragón y el reino de Francia. → Aragón renuncia a sus dominios ultrapirenaicos (excepto Montpellier, Rosellón y Cerdaña) y a sus pretensiones occitánicas. Esto favorece la “hispanización de Cataluña”.

TEMA 3LA EXPANSION MEDITERRANEA DE LA C. DE ARAGÓN.

1. La incorporación de Sicilia a la Corona de Aragón.

Pedro III heredó los derechos de la familia Hohenstaufen por matrimonio con Constanza, hija de Manfredo (rey de Sicilia) una vez muerto éste y decapitado el heredero Conradino por Carlos de Anjou, a quien el papa le adjudica la isla en calidad de feudo pontificio.

El descontento en la isla contra los angevinos estalló finalmente en unos tumultos que se prolongaron durante un mes provocando una gran mortandad y que recibe el nombre de “Vísperas sicilianas”. Los sicilianos ofrecieron la corona a Pedro III, el cual acepta dirigiéndose a Mesina, levantando el asedio de Carlos de Anjou y venciéndolo en la batalla naval de Nicotera (16/10/1282). El almirante de la flota, Roger de Lauria, ocuparía además las islas de Malta, Gozzo y Djerba.

18

Page 19: Medieval España II

La conquista de Sicilia provocó un importante cambio en las fuerzas políticas del Mediterráneo, al pasar Aragón a jugar un papel clave y complicándole su política exterior. Además le permitía el control de las principales rutas del Mediterráneo, clave en la ruta de Levante, de hecho, el comercio catalán recibió un gran impulso, gracias a los privilegios obtenidos y a la exportación de cereales casi en monopolio.

El papa reaccionó excomulgando a Pedro y desposeyéndole formalmente de su propio reino. Carlos de Anjou le propuso un duelo de cien caballeros por cada parte para resolver el conflicto, pero ambos comparecieron por separado haciendo constar que la victoria les correspondía a cada uno.

El Parlamento acordó que Sicilia no se incorporara a la Corona de Aragón y el segundogénito, el infante don Jaime, fue jurado sucesor del reino de Sicilia.

El paso siguiente fue la guerra entre Aragón y Francia, en base a la excomunión papal y la donación de la Corona de Aragón a Carlos de Valois, hijo de Felipe III de Francia, que fue investido el 27/2/1284. El papa Martin IV, para estimular la intervención de Francia, dio a la guerra el carácter de cruzada.

Ante las necesidades financieras del rey, éste tuvo que reconocer a los nobles en 1283 el Privilegio General, confirmación de los privilegios aragoneses, concediendo que el fuero de Aragón se hiciera extensivo al reino de Valencia. A los catalanes les concedió que las Cortes se reuniesen anualmente, confirmándoles los Usatges y aboliendo el bovatge.

En aguas sicilianas, se sucedían los triunfos navales de Roger de Lauria. En junio de 1284 Carlos de Salerno (hijo de C. de Anjou) fue hecho prisionero tras una derrota naval y su padre murió en enero de 1285.

En la intervención armada de Felipe III pesó mucho la situación del reino de Navarra, en manos de su hijo, ya que Pedro III se había apoderado de la región de Tudela y podía continuar. Contaba con la ayuda del rey de Mallorca, Jaime II, que entregó al francés importantes plazas en el Rosellón. Tras el asedio y ocupación de Gerona el rey hubo de retirarse por las dificultades de aprovisionamiento (su flota fue derrotada por la de Roger en las islas Formigues) falleciendo en Perpiñán a causa de las penalidades. En octubre de 1285 Cataluña estaba libre. El siguiente paso de Pedro fue confiscar el reino del vasallo traidor Jaime II, pero la muerte el 11/11/1285 le impidió ver consumado su triunfo.

El primogénito, Alfonso III, hereda la Corona aragonesa (1285-1291); el segundo hijo, Jaime, Sicilia (Rey de Sicilia: 1285-1302. Rey de Aragón: 1291-1327) Esta división buscaba alejar la presión internacional y dar cierta satisfacción al papado, que no deseaba ver una Sicilia fuerte.

El papa Martín IV coronó a Carlos de Valois, hijo del rey de Francia, como rey de la Sicilia continental o Nápoles, lo que obligó a Jaime a combatirle. Por el Tratado de Tarascón (1291)

19

Page 20: Medieval España II

el rey de Aragón reconoce la soberanía del Papa y se compromete a no prestar ayuda a su hermano, con lo que obtiene el levantamiento de la excomunión.

La muerte de Alfonso III llevó al trono de Aragón a su hermano Jaime II, que dejó a su hermano Federico como lugarteniente en la isla. En junio de 1295 el nuevo papa Bonifacio VIII consiguió que aragoneses, franceses y sicilianos llegaran a unos acuerdos en el Tratado de Anagni. En él se estableció que Jaime II renunciaba a la isla de Sicilia, reconociendo los derechos sobre ella de la Santa Sede y de la Casa de Anjou, debiendo contraer matrimonio con la princesa Blanca, hija de Carlos, rey de Nápoles. El rey de Francia renunciaba a la Corona de Aragón y el papa anulaba la excomunión. Jaime II se obligaba a ayudar militarmente a los angevinos a recobrar Sicilia. El rey de Aragón devolvía a su homónimo el reino de Mallorca, prestándole éste vasallaje. Además, hubo una cláusula secreta por la que se confiaba la conquista de Córcega y Cerdeña a Jaime II en compensación por la pérdida de Sicilia. La boda se celebró en octubre de 1295. Así pues, se iniciaba la aventura sarda, que afianzaría a Aragón como potencia mediterránea. La paz también permitiría reemprender la política interior, un tanto abandonada, y la lucha contra los musulmanes.

Los sicilianos en protesta coronaron a Federico III que se apoderó de diversas plazas en Calabria. Jaime II, una vez recibida la investidura de Córcega y Cerdeña en Roma, desembarcó en la isla y puso sitio a Siracusa, el cual fue obligado a levantar. En una segunda expedición contra la isla, Roger de Lauria obtuvo una brillante victoria en Orlando (1299) pero sin obtener provecho posterior. Jaime II, que no deseaba una derrota total de su hermano y considerando cumplidos sus compromisos con la Iglesia, se retiró del teatro de la guerra. La feroz resistencia siciliana y la incapacidad del rey de Nápoles llevaron a la firma de la paz, el Tratado de Caltabellota (1302), por el que se aceptaba la independencia de Sicilia bajo soberanía de Federico, con el título de rey de Trinacria, debiéndose casar con Leonor, hija de Carlos II de Nápoles. Al morir Federico, la isla volvería a los angevinos. Estos procurarían una compensación territorial para sus hijos y, en caso de fallar ésta, retendrían el reino de Sicilia, como así sucedió, permaneciendo la isla bajo la dinastía aragonesa.

2. La expedición de los almogávares al Imperio de Oriente.

Los almogávares, soldados de fortuna, habían aparecido por primera vez en la conquista de Valencia en 1238. Colaboraron en la expulsión de los partidarios de los Anjou en Messina o derrotando a Carlos de Valois en Gerona. Tras Caltabellota quedaron desocupados.

Factores que influyeron en la puesta en marcha de la expedición:

1- Su presencia incomodaba a Federico III que les buscó una salida.

2- Necesidad de Roger de Flor de escapar de sus enemigos.

3- Necesidad de tropas del I. Bizantino para hacer frente a los turcos.

20

Page 21: Medieval España II

Las empresas de la Compañía Catalana presentan dos fases:

1- Anárquica: continúo cambio de jefes (Andrónico II, Carlos V de Valois etc)

2- Asentamiento: en Grecia tras Batalla de Cefiso (1311) y sumisión indirecta al rey de Sicilia.

Fase anárquica: De Flor en 1303 embarcó con 6.500 soldados rumbo a Constantinopla. La procedencia de los almogávares era muy variada, desde los Estados de la Corona de Aragón (sobre todo catalanes) a sicilianos y calabreses. El emperador Andrónico había aceptado entregarle el título de megaduque del Imperio y la boda con una princesa Paleólogo. Los genoveses de Constantinopla captaron el peligro que a sus posiciones económicas suponía la presencia de la Compañía. De Flor expulsó a los turcos de la península de Erked en el Mármara, pasando luego a Anatolia y apoderándose de las ciudades de Filadelfia, Magnesia y Éfeso, derrotando a los turcos en las estribaciones del Tauro y regresando con Berenguer de Rocafort, otro de los jefes, a la Península de Gallípoli, donde acantonaron sus tropas por orden del emperador, temeroso del poder almogávar.

Las victorias contra los turcos alternaron con correrías que despertaron un terror general, en tanto que las ambiciones de R. de Flor y Berenguer de Entença, que obligaron al emperador a concederles los títulos de césar y megaduque, despertaron los recelos del heredero, el príncipe Miguel, cuya guardia asesinó en abril de 1305 a De Flor y cuantos almogávares encontraron en el banquete que les fue ofrecido. Matanzas similares se produjeron en otras ciudades. Los restos de la Compañía se fortificó en Gallípoli y se organizó como un pequeño Estado al mando de Berenguer, llevando a cabo feroces campañas contra Tracia y Macedonia. Comenzaba la Venganza catalana, como la conoce la historia contra el Imperio y los genoveses.

Apresado Entença por los genoveses, quedó como jefe Bernat de Rocafort, que siguió sembrando el terror. La liberación del primero y la llegada del infante Fernando, hijo de Jaime II de Mallorca, con poderes de su tío Federico III, ávido de labrarse un Estado en el Egeo y de controlar la Compañía, no hizo sino agudizar las rivalidades entre los distintos jefes y producir su ruptura. En 1308 Entença fue asesinado por los partidarios de Rocafort, mientras que parte de la Compañía prestó obediencia al emperador. El infante Fernando fue hecho prisionero por los venecianos y entregado a los Anjou.

La Compañía se asentó en la región de Casandria (1307-1309) saqueándola sistemáticamente. La ambición de Rocafort de convertirse en rey de Salónica encontró la oposición de Venecia. El descontento de los jefes de la Compañía hizo que lo entregaran a Roberto de Nápoles, pasando a tener una dirección colegiada de doce miembros. En 1309 Gualterio V de Brienne los contrató con idea de apoderarse de territorios del Imperio. Como Andrónico, cuando quiso licenciar la Compañía tras haberse servido de ella, los almogávares se sublevaron derrotándolo y dándole muerte en la batalla junto al río Cefiso.

21

Page 22: Medieval España II

Fase de asentamiento: Los ducados de Atenas y Neopatria.

La victoria de Cefiso dejó en manos de los catalanes el ducado de Atenas. Sus posesiones se extendieron por Tesalia, Lécrida, Fócida, Beocia, Megárida y Argélida, aunque tuvieron que resolver el problema de colocarse bajo la soberanía de un señor que regularizara su situación internacional. Para ello, entraron en negociación con Federico III de Sicilia, siempre con idea de mantener su autonomía. Éste aceptó la oferta para su segundo hijo, Manfredo, y como era un niño, envió como vicario general a Berenguer Estañol de Ampurias.

La presencia catalana en Grecia planteó problemas internacionales de convivencia, en particular con Venecia y Génova por razones comerciales. Los primeros reaccionaron vía compromiso diplomático; los genoveses, con violencia al no admitir competidores en las rutas al mar Negro.

Tras la muerte de Estañol, Federico envió a su hijo Alfonso Federico, que gobernó trece años y se apoderó de Tesalia al morir el déspota Juan II Angel, constituyéndose el ducado de Neopatria, que en adelante estará unido al de Atenas.

Los ducados de Atenas y Neopatria pasaron de Manfredo a su hermano Guillem (1317-1338), de éste a Juan II de Randazzo (1337-1348), de éste a su hijo, de éste en 1355 a Federico III que en 1357 los transmite a su hermana Leonor, casada con Pedro IV, con lo que en 1380 ambos se incorporaron a la Corona de Aragón. Sin embargo, estos territorios se perdieron en 1388 y 1391 respectivamente debido a la debilidad y cambio de orientación política de Juan I (de la mediterránea a la continental).

3. La conquista de Cerdeña.

Entre las cláusulas secretas concertadas en Anagni figuraba la donación pontificia de Córcega y Cerdeña para Jaime II. A partir de entonces, Cerdeña pasó a convertirse en el centro de gravitación de la política aragonesa en el Mediterráneo, desplazando a Sicilia a partir de la elección de Federico III como rey de la isla.

La intervención de los asuntos sardos suponía un choque de intereses con las repúblicas de la zona: Pisa y Génova, que señoreaban en la isla desde el s. IX y tenían grandes intereses comerciales. La posesión de Córcega y Cerdeña eran necesarias para quien aspirara al control del Mediterráneo central y asegurar la ruta hacia Oriente. Ocupar Cerdeña suponía para los aragoneses disminuir la competencia genovesa, así como los focos piráticos, y para proporcionar tierras y cargos administrativos a la nobleza catalana-aragonesa.

Transcurrieron 26 años entre la investidura papal (1297) y el comienzo de la conquista sarda (1323) debido a la guerra con Castilla, contra Federico de Sicilia, la crisis con Granada, falta

22

Page 23: Medieval España II

de recursos económicos y problemas políticos derivados de la situación italiana. Al aceptar un territorio atribuido por el papado, el rey se convertía en la cabeza del güelfismo, lo que le enfrentaría con los gibelinos encabezados por su hermano Federico.

La preparación diplomática fue costosa dado que la isla no era una unidad política, sino que estaba repartida entre numerosos poderes e intereses (los pisanos, jueces-rey en Arborea, Génova, los Malaspina, los Doria etc). Pero Jaime II fue tan diplomático que incluso contó con una actitud favorable de Génova. Otros a su favor: el juez de Arborea Hugo III y el marqués de Malaspina.

La ocupación de Cerdeña la llevó a cabo el infante Alfonso a partir de 1323 cuando Hugo III con algunos nobles y almogávares enviados por Jaime II se había sublevado contra los pisanos, facilitando la tarea de los expedicionarios. La parte no controlada por los pisanos fue sometida pronto pero la capitulación de Pisa no llegó hasta la derrota naval de Lucocisterna (feb. 1324) y la capitulación de Iglesias y Cagliari.

La firma de la paz llevó a una larga sucesión de guerras con Génova que alentó las revueltas sardas y desplegó una intensa guerra de corso. En 1325, varios miembros de la familia Doria se sublevaron en Sassari a la que siguió otra en Cagliari.

Esta rivalidad catalano-genovesa duraría siglo y medio y supuso un gran esfuerzo en hombres y dinero colaborando activamente en ambos la nobleza que había recibido feudos en Cerdeña y las ciudades marítimas de la Corona, interesadas en los beneficios mercantiles de la empresa. En la isla, se produjo una intensa catalanización de las instituciones públicas y privadas y la instalación de un feudalismo (por concesiones feudales a la nobleza que se implicó en la conquista) con devastadoras consecuencias en la isla, al romper el equilibrio económico entre ciudad y campo.

4. La Corona de Aragón y el Norte de África.

Área de importancia política y sobre todo comercial.

El Tratado de Monteagudo-Calatayud de 1291 entre Castilla y Aragón repartía el área de influencia en el Norte de África, de ahí que la influencia de la Corona de Aragón fue mayor en el Magreb oriental.

Jaime II consideraba el espacio norteafricano como bases y escalas complementarias de Baleares, Sicilia y, más tarde, Cerdeña, y como una importante fuente de recursos económicos y humanos (esclavos, milicias, tributos).

Hubo episodios destacados como la conquista de las islas de Djerba y Querquens por Roger de Lauria en 1284, o el desembarco en Trípoli en 1288.

El Egipto de los mamelucos era la principal potencia política, militar y económica de Levante. Tras la conquista de Sicilia, los reyes de Aragón se beneficiaron de la tradicional amistad

23

Page 24: Medieval España II

sículo-egipcia establecida desde Federico II. Las embajadas de Jaime II a Egipto buscaban obtener préstamos para el rey, garantizar la seguridad de los peregrinos que iban a Tierra Santa y mantener las ventajas conseguidas por los mercaderes catalanes.

En las relaciones con Ifriqiya predominó la diplomacia, buscando siempre favorecer las relaciones comerciales existentes más que las conquistas territoriales.

Pedro III y Alfonso IV dirigieron su diplomacia sobre todo a Túnez, junto a Sicilia llave del Mediterráneo central y oriental a través de negociaciones con el Sultán o con los rebeldes a su autoridad.

Jaime II se orientó hacia Tremecén y Marruecos donde alternó fases de amistad con la actividad corsaria cuando los sultanes se negaban a tributar. A los comerciantes catalanes les interesaba instalarse en las ciudades magrebíes, terminal del oro sudanés y de los productos africanos, lo que llevó a la firma de un tratado en 1274 entre Jaime I y el sultán Abú Yusuf Yaqub.

El sultán marroquí se declaró vasallo de Jaime II en 1304, que obtenía el pago de 10 mil dinares de oro.

Tremecén en 1286 se declaró vasalla de Pedro III y comenzó a tributar 2 mil dinares.

En el balance general de la política de los reyes de Aragón sobre el norte de Africa puede afirmarse que ésta se basó en el comercio, el tributo y las milicias cristianas.

5. La incorporación de Mallorca.

Conquistado el reino de Mallorca por Jaime I (1229) fue este monarca quien por decisión testamentaria lo convirtió en reino privativo en 1276, siendo su primer monarca Jaime II. El nuevo reino estaba integrado por una parte insular y otra continental (los condados de Rosellón, Cerdaña, Conflent, Vallespir y Capcir) además de la ciudad de Montpellier y los vizcondados de Omelades y el Carladés. Territorios extraños entre sí. Tanto la Corona como los sectores económicos catalanes lo consideraron inaceptable.

Por el Tratado de infeudación de Perpiñán de 1279 el rey de Mallorca se declaraba vasallo del monarca aragonés y se restablecía la unidad jurisdiccional rota en el testamento de Jaime I.

A partir del Tratado de Anagni, la decisión de Bonifacio VIII se cumple al restituir Jaime II de Aragón a su tío Jaime II de Mallorca las islas y los territorios pirenaicos, prestándole este último homenaje feudal.

24

Page 25: Medieval España II

Tras la muerte de Jaime II en 1312 le sucedió su hijo Sancho (1312-1324), que fue siempre fiel vasallo del rey de Aragón, colaborando en la conquista de Cerdeña. Al morir sin hijos, hizo reconocer a su sobrino Jaime III.

Desde la subida de Pedro IV al trono de Aragón las relaciones dieron un giro radical hasta el punto de intentar Pedro matar a Jaime en Avignon, mientras ambos iban al encuentro del papa.

Razones que favorecieron la incorporación:

-Falta de un proceso que llevara a la formación de una unidad más estable en la Corona de Mallorca, con una clara falta de intercambios comerciales integradores.

-Ningún sentimiento de diferenciación con Cataluña.

-Intereses comunes entre mercaderes catalano-valencianos y mallorquines como el hacer frente al expansionismo mercantil genovés.

-Coyuntura internacional favorable (neutralización de Castilla y Francia).

-Malestar entre los súbditos de Jaime por la extorsión fiscal a la que estaban sometidos.

Jaime III, como vasallo, pidió ayuda a Pedro IV cuando el monarca francés intentó apoderarse de Montpellier en 1341. Pedro IV lo eludió convocando Cortes. Al no acudir Jaime fue declarado desleal y desvinculado de la ayuda militar.

Pedro utilizó el hecho probado de haber permitido que circulara moneda francesa en sus dominios y haber acuñado moneda aragonesa en Perpiñán para incoar proceso contra Jaime. Éste, al ver quebrantado su salvoconducto por unos hechos confusos no se presentó al proceso declarándose libre del vasallaje. El procesó continuó hasta que se le declaró rebelde y contumaz, por lo que se le condenaba a perder el reino. Era la base jurídica que necesitaba. El desembarco tuvo lugar en junio de 1343. Jaime huyó al Rosellón y los nuevos territorios fueron incorporados a la Corona de Aragón, siendo declarados inseparables.

En mayo de 1344 se iniciaron las operaciones contra el Rosellón. En julio Jaime III se entregó, reconociéndole el Parlamento de Barcelona rentas y señoríos a cambio de la renuncia de cualquier reclamación. Jaime III, en desacuerdo con la sentencia, huyó y vendió a Felipe VI de Francia el señorío de Montpellier que, junto a préstamos del papa y cardenales, le sirvió para reclutar un ejército y presentarse frente a Mallorca, donde en agosto de 1349 es derrotado y muerto.

Tampoco su hijo Jaime pudo recobrar sus Estados en su intento de penetración en Urgell en 1379, falleciendo poco después.

25

Page 26: Medieval España II

La reincorporación de Mallorca provocó numerosos gastos, lo que dio lugar a la transferencia de propiedades y rentas reales, endeudamiento público por los municipios de la Corona, incremento de la fiscalidad y demanda de préstamos.

Respecto a la postura de los grupos sociales acerca de la reintegración:

Favorables: burguesía mercantil y los judíos.Indiferencia: el pueblo bajo.Desfavorable: estamentos eclesiástico y militar: su consolidada posición se había hecho gracias al apoyo a la dinastía privativa mallorquina y a costa de la nobleza catalana. Esta aristocracia cortesana casi desaparece.Se puso de manifiesto el mayor peso específico que en el futuro tendría Cataluña en el conjunto de Estados de la Corona, en detrimento de Aragón.

6. La expansión comercial de la Corona de Aragón.

La expansión política y diplomática fue pareja a la mercantil gracias al desarrollo de las actividades productivas: prosperidad rural, consolidación de la industria hacia 1300 y despegue de una industria pañera en Barcelona, Valencia y Mallorca que llegó a tener excedentes exportables al Mediterráneo.

La expansión se vio favorecida por la coincidencia de intereses de la burguesía catalana con la Corona, apreciables en la toma de Mallorca, en Sicilia o en el Norte de Africa.

A partir de Jaime I y sucesores la burguesía mercantil consolidó su presencia gracias al estímulo de los italianos y sus técnicas comerciales, al desarrollo de una marina propia, a los privilegios concedidos, a la creación de un Derecho marítimo propio (a través del Consolat de Mar, jurisdicción específica que entendía en asuntos mercantiles y marítimos) así como a la acumulación de experiencia y capitales reinvertibles.

Todavía en el XIII era modesto y se basaba en los ejes Levante y puertos de Africa, en la redistribución de artículos de lujo orientales (especias, colorantes, sedas) a cambio de materias primas y algunas manufacturas. Pero se pusieron las bases para el esplendor de los s. XIV y XV. Un hecho clave fue la conquista de Mallorca, clave en las rutas de la cuenca occidental del Mediterráneo y, a partir de 1277, del Atlántico.

La iniciativa de los mercaderes catalanes les abrió la ruta de Oriente. Alejandría era la plaza más importante aunque también frecuentaban los puertos sirios, Chipre, los de la Pequeña Armenia y Constantinopla.

En el norte de África se interesaron sobre todo por Ifriqiya, el área de Túnez, Bugía y Trípoli, donde alternaron el comercio con el pago de un tributo del sultán al rey de Aragón. El objetivo principal era el oro, que llegaba a estos puertos desde Sudán y zona subsahariana.

26

Page 27: Medieval España II

De ahí también el interés por el Magreb occidental y Orán, llegándose en 1291 en el acuerdo de Monteagudo a un reparto de influencias en la zona con Castilla.

Sicilia: Jaime II supuso la culminación de la expansión territorial en la que Sicilia tenía una posición privilegiada, al ser la llave de ambas cuencas mediterráneas. Los mercaderes tenían en la isla desde 1286 el privilegio de elegir dos cónsules que velaban por sus privilegios y mercancías. La isla era esencial para el abastecimiento de grano de Barcelona.

La conquista de Cerdeña completó la llamada “ruta de las islas” y fue objeto de una intensa explotación: plata, sal (monopolio del Estado), productos ganaderos (lana, cuero, queso) los más exportados; mientras que a la isla llegaban manufacturas diversas.

El comercio catalán-egipcio ofrecía dos facetas: el realizado con autorización del rey y de los papas (en embajadas) y el ilícito, más provechoso. Este comercio creció durante la 1ª ½ s. XIV gracias a los excelentes contactos de Alejandría con Siria y Chipre, y en ella se conseguían toda clase de productos orientales.

En este comercio con el mundo islámico los catalanes se instalaron en alfòndecs, que constaba de residencia, almacenes, iglesia y horno, estando bajo la autoridad de un cónsul, con poder judicial para intervenir en pleitos entre mercaderes.

Granada era otro punto de enlace con el mundo magrebí y centroafricano. Málaga y sobre todo Almería fueron los puertos claves por donde se exportaba seda, azúcar, frutos secos y se redistribuían productos africanos: oro, cuero, granos, especias, dátiles. Mayor presencia valenciano-mallorquina que catalana.

Durante los s. XIII y XIV Mallorca se convirtió en un emporio mercantil, sobre todo durante el reino privativo ya que Jaime II fomentó el desarrollo económico de la isla y propició acuerdos mercantiles con los sultanatos del norte de Africa, generando una fuerte competencia con catalanes y valencianos ya que los productos que comerciaban eran similares.

El Reino de Valencia también despegó en el s. XIII, sobre todo la capital, si bien todavía no bien integrada en los mercados europeos, ocupando una posición periférica. La afluencia cada vez mayor de operadores mercantiles italianos creó fuertes lazos con las repúblicas italianas, creándose un interés comercial más allá de las materia primas, sobre todo del dinero. Los prestamistas florentinos, los más destacados de la Corona, terminaron generando tensiones con los autóctonos. También Valencia fue un importante centro redistribuidor de productos foráneos hacia los reinos de Aragón y Castilla (paños languedocianos, especias...)

También es destacable en este comercio mediterráneo el realizado entre Barcelona, Valencia y Mallorca, en el que predominaban los cereales y otros productos agrarios, o la sal, el aceite, esparto, generadores de una intensa navegación de cabotaje a lo largo de todo el litoral desde Perpiñán hasta Guardamar.

27

Page 28: Medieval España II

Fue ahora cuando en los Estados marítimos de Aragón aparecieron las primeras técnicas y sociedades mercantiles, desde la dita, antecedente del cheque, a la sociedad y comanda comercial, mientras los cambistas-banqueros garantizaban las operaciones financieramente.

TEMA 4

ENTRE EL FIN DEL PERIODO DE EXPANSIÓN Y EL PRELUDIO DE LA CRISIS O LAS TENSIONES POLÍTICO-SOCIALES EN LA SEGUNDA MITAD DEL S. XIII Y PRINCIPIOS DEL XIV

1. La conflictividad sociopolítica en Castilla en Castilla entre los s. XIII y XIV: reinados de Sancho IV, Fernando IV y minoría de Alfonso XI.

Entre el s. XIII y el XIV se pasa de una fase de crecimiento a otra de crisis. Sucede en todas

las monarquías y coincide en el tiempo con el fin de la Reconquista (salvo Granada) y el auge

de la nobleza frente a la corona.

En 1275 moría Fernando De la Cerda, hijo de Alfonso X, mientras preparaba el ataque a los

benimerines (invaden la península ese mismo año).

Plantea un problema sucesorio, pues Fernando tenía dos hijos, Alfonso y Fernando, infantes

De la Cerda; pero la solución de Sancho, segundogénito de Alfonso X, también era legal

desde el punto de vista del derecho.

El derecho tradicional ampara a Sancho, mientras las Partidas habían introducido el derecho

de primogenitura y situaba a Alfonso De la Cerda con preferencia.

En el lecho de muerte, Fernando De la Cerda, nombra tutor de sus hijos a Juan Núñez de

Lara, uno de los nobles más poderosos, para defender el derecho de sus hijos.

Alfonso X, no sin dudas, acabo por designar heredero a su hijo Sancho (Cortes de Segovia de

1276, Burgos 1276, Segovia 1278) por su experiencia política y su capacidad militar, así como

por el arraigo del derecho tradicional. Además recibió el apoyo del señor de Vizcaya Lope

Díaz de Haro, junto a nobles y concejos de la frontera.

28

Page 29: Medieval España II

Sin embargo la reina Violante, la mujer de Fernando, Blanca y los infantes De la Cerda se

refugian en Aragón, ya que Violante era hermana de Pedro III. Los hijos de Fernando serán

una importante baza política para Pedro III.

Por otro lado, Felipe III de Francia, amenazaba con invadir Castilla para imponer a su

candidato, su sobrino Alfonso De la Cerda.

La invasión no se produjo porque Alfonso X se avino a negociar con Felipe III (Bayona 1280).

Alfonso X le prometió el reino de Jaén a Alfonso De la Cerda a cambio de vasallaje a Sancho.

El asunto se reabrió en las Cortes de 1281 en Sevilla, y se produjo la ruptura y posterior

enfrentamiento entre Alfonso X y su hijo Sancho, porque éste no quería mermar su poder.

El punto culminante serán las Cortes de Valladolid de 1282. Don Sancho había conseguido el

apoyo de muchos y poderosos señores del reino, laicos y seglares, descontentos por la

política intervencionista y centralista de Alfonso X. hasta don Dionís y Pedro III se le

sumaron, junto a los concejos.

Sancho convocó en Valladolid unas Cortes en 1282. Acordaron entregar el gobierno a

Sancho, así como las rentas y fortalezas del reino, pero no el título real en vida de su padre.

Alfonso X desheredaba a su hijo. A partir de aquí, la situación de Sancho empieza a ser

inestable: incapaz de imponerse en la contienda civil, va perdiendo seguidores.

En 1283 Alfonso X otorga su primer testamento. En él disponía que su heredero sería

Alfonso De la Cerda y después su hermano Fernando, y si no tenían descendencia, el rey

sería el monarca francés.

En 1284 otorga su segundo testamento que completaba y confirmaba el primero, ratificando

el orden del anterior. En éste destaca la donación a dos de sus hijos de los reinos de Sevilla y

Badajoz (infante don Juan) y el de Murcia (infante don Jaime), a título personal y vitalicio.

En 1284 moría Alfonso X en Sevilla. Antes de morir perdona a Sancho y le permite el acceso

al trono. El testamento de Alfonso X no se cumplió y el infante son Sancho fue coronado en

Toledo.

1.1. Sancho IV el Bravo (1284-1295)

Su acceso fue posible por los apoyos recibidos de la nobleza y del clero, y de las

hermandades surgidas en las ciudades y villas.

En 1282 se había casado (por 2ª vez con María Alfonso de Meneses (Mª de Molina). Eran

familiares y Martí IV exigió su separación bajo pena de excomunión.

29

Page 30: Medieval España II

Tres fueron los grandes problemas de Sancho IV:

Sujección de la nobleza.

Las conquistas del s. XIII por Andalucía habían aumentado el poder de la nobleza.

Pero la paralización de la Reconquista y el centralismo real de Alfonso X deterioran la

situación nobiliaria, que iniciará la confrontación con la corona para recuperar su estatus.

Al frente de la nobleza se sitúa el señor de Vizcaya, Lope Díaz de Haro, mayordomo y alférez

de Castilla, que actuará como un auténtico valido.

Su ambición le granjeó enemigos y finalmente su elección de Aragón para que el rey buscara

la mejor alianza para conseguir la dispensa papal (Sancho prefería a Francia) le enfrentó a

Sancho, que finalmente decidió su muerte (Alfaro 1288).

Sancho quería asumir la potestad regia sin cortapisas.

Los infantes De la Cerda.

Alfonso y Fernando no habían renunciado a sus derechos. Reciben el apoyo de Pedro III y

Alfonso III de Aragón.

Sancho IV, para contrarrestar esta alianza, firmará con Felipe IV de Francia el Taratado de

Lyon.

Felipe IV renunciaba a todo derecho sobre el trono de Castilla y se comprometía a conseguir

la dispensa papal.

A los De la Cerda se les exigía aceptar la soberanía del reino de Murcia con Ciudad Real.

La reacción de Aragón no se hizo esperar: Alfonso III proclamaba a Alfonso De la Cerda rey

de Castilla en Jaca. Su consecuencia fue el inicio de una guerra de frontera entre Castilla y

Aragón.

Poco después, Sancho IV y Felipe IV ratificaban el Tratado de Lyon, y además el rey francés

retiró su amparo a los infantes De la Cerda. Supuso un golpe casi definitivo para los De la

Cerda.

La lucha contra el Islam.

El control del Estrecho era indispensable para evitar posible ataques de los benimerines de

África, interesados en controlar las dos orillas del Estrecho.

Sancho IV reintentará el plan de su padre de conquistar Algeciras.

Para ello buscará la alianza con Génova, que iniciará el bloqueo del Estrecho en 1291; y

también un acercamiento a Jaime II de Aragón, firmando el Tratado de Monteagudo en

30

Page 31: Medieval España II

1291, asegurándose el apoyo aragonés contra los musulmanes, a cambio de determinar las

areas de expansión en el Magreb (separadas por el río Muluya).

Sancho IV ocupó Tarifa en 1292, su éxito más importante.

Dos años después los benimerines trataron de recuperarla pero chocaron contra la

resistencia de su alciade, Alfonso Pérez de Guzmán.

Sancho IV inició los preparativos para conquistar Algeciras, pero el proyecto se frustró

debido a su muerte (tuberculosis, 1295)

1.2. Fernando IV

En 1296, el hijo de Sancho IV, Fernando, era proclamado rey en Toledo. María de Molina

sería su tutora, pues Fernando contaba sólo 9 años.

En su reinado cabe distinguir dos etapas, separadas por la sentencia arbitral de Torrellas

(1304).

La primera fue una larga guerra civil: la minoría de edad, la nulidad matrimonial de sus

padre, la ambición de los nobles castellanos y el apoyo de Jaime II a los infantes De la Cerda,

son los argumentos que se entrecruzan en 9 años de guerra.

Hasta 1301, año de la mayoría de edad de Fernando, se vive una intensa actividad militar: la

invasión de Castilla por Aragón, el cerco de Mayorga de Campos, la entrada de Don Dionís

de Portugal hasta Valladolid, los sitios castellanos de Paredes de Nava y Ampudia en 1296-

97, la derrota de Juan Núñez de Lara en Alfaro en 1299 y las campañas de Jaime II en

Murcia, son los actos de armas más destacados.

Durante la guerra y el debilitamiento real, apenas sostenido por María de Molina, se produjo

una floración del movimiento hermandino.

Estas hermandades concejiles se convirtieron en plataformas de poder muy importantes,

como se puso de relieve en las Cortes de Cuellar en 1297.

Tras la proclamación de la mayoría de edad del rey (1301) cesó la actividad militar y empezó

la diplomática, concluyendo en la sentencia arbitral de Torrellas (1304).

Durante estos años la nobleza castellana se divide en dos. Ambos se disputaban el control

sobre el rey y el reino. Estaban capitaneados por el viejo infante don Juan, tío de Fernando

IV.

Jaime II supo sacar ventaja política de esta división y se convirtió en el protagonista de la

sentencia de Torrella.

31

Page 32: Medieval España II

Castilla firmó la paz con Aragón, fijando una frontera común en Murcia, renunciando Jaime II

a buena parte de sus conquistas.

Alfonso De la Cerda renunciaba a sus aspiraciones a cambio de importantes compensaciones

económicas.

En 1305 se inicia una nueva etapa para Castilla, en la que se consuma el triunfo de la

nobleza.

En 1308 el infante Don Juan teje una alianza nobiliaria contra el rey. En Grijota, ese año,

dieron a conocer al rey sus exigencias, y éste se plegó a ellas, teniendo que sustituir a sus

oficiales por los de la nobleza.

La acción del gobierno iba a estar controlada por la nobleza.

La calma fue usada para iniciar negociaciones con Aragón, que culminan con la firma del

Tratado de Alcalá de Henares (1308) que les vinculaba para acabar con la Reconquista.

Sin embargo el balance final fue un estrepitoso fracaso, apenas paliado con la conquista de

Gibraltar. El responsable directo fue la nobleza.

Entre el levantamiento del sitio de Algeciras (1310) y la primavera de 1311, trató el rey de

liberarse de la nobleza enfrentándose al infante don Juan en Burgos.

El plan fracasó gracias a la ayuda de María de Molina.

Finalmente busca la reconciliación con don Juan. La concordia ponía de relieve la

imposibilidad de imponerse a la nobleza y la dependencia del rey hacia éstos.

La enfermedad de Fernando IV propicia que la nobleza formara un frente unido contra el rey

y alentara el descontento popular. Las muestras de desobediencia nobiliaria son constantes.

Don Juan, junto a otros, preparaba el destronamiento de Fernando IV. Fue María de Molina

la que evitó el trance.

Sin embargo, Fernando IV, no enterado, firmó un nuevo compromiso con la nobleza en 1311

(Palencia) con el objetivo de hacer la guerra a los musulmanes. Las únicas concesiones las

hizo Fernando.

Estos acuerdos dieron a Fernando cierto margen de maniobra, al conseguir la paz interior,

para dedicarse a la guerra contra el Islam.

En 1312 en las Cortes de Valladolid, el rey va a tratar de recuperar la autoridad real

reorganizando la administración de justicia. Era evidente la debilidad real ante la

imposibilidad de subordinar a la nobleza a las reformas, así que cedió ante los concejos y

hermandades, y así abocetaron un amplio programa de reformas.

32

Page 33: Medieval España II

Sin embargo, estas Cortes, servían de testamento político de Fernando IV, pues moría poco

después, a los 26 años, dando al traste con la reforma.

1.3. La minoría de Alfonso XI y el movimiento hermandino (1295 -1325)

El heredero de Fernando, Alfonso XI contaba sólo 1 año, por lo que era necesaria alguna tipo

tutoría.

Se perfilaron dos facciones nobiliarias encabezadas, una por María de Molina y su hijo, el

infante don Pedro; y la otra por el infante don Juan y Juan Núñez de Lara.

Paralelamente resurge el movimiento hermandino, estimulado ahora por la nobleza, para

conseguir sus objetivos políticos.

A fines de 1312 los concejos de León, Zamora, Salamanca, Astorga y otros más, acuerdan

hacer hermandad a favor del rey.

Cinco de éstos, en 1313 forman una nueva hermandad, junto con el infante don Juan y otros

señores. Esta facción nobiliaria, busca el control de los concejos hermanados para controlar

las cortes y así la tutoría del rey.

Las Cortes de Palencia de 1313 contribuyen a avanzar hacia una ueva guerra civil, ya que

separados por grupos de intereses, unos habían declarado tutor al infante don Juan y a su

madre Constanza. Por otro, habían nombrado a María de Molina y al infante don Pedro.

María de Molina llegó a un acuerdo con las facciones en 1314 quedando como tutores los

infantes don Juan y don Pedro, y ella misma tendría la custodia del rey niño.

El acuerdo fue ratificado en las Cortes de Burgos de 1315. En ésta, las diferentes

hermandades, menos la andaluza, crean una única hermandad general (103 caballeros y

más de 100 villas).

Esta unión de nobles y concejos se debe a la minoría de Alfonso y la posibilidad de ambos

grupos de encaramarse al poder y controlar y participar del gobierno (se crea una comisión

con caballeros y representantes concejiles para controlar a los tutores).

En las Cortes de Carrión de los Condes en 1316 se hace por primera vez un examen en

profundidad de la situación de la Hacienda real (enorme déficit). Pero la más importante fue

la sencilla aprobación de las peticiones y acuerdos de la Hermandad General, poniendo en

evidencia su enorme poder político y consiguiendo un elevado grado de control del gobierno

de los tres tutores.

33

Page 34: Medieval España II

Durante las Cortes de Medina del Campo de 1318 dio la impresión de que las Cortes iban a

ser desplazadas por la Hermandad, pero al final no ocurrió.

En 1319 morían los infantes don Pedro y don Juan en la vega granadina, derrotados por los

musulmanes. Quedaba como tutora única María de Molina, iniciándose nuevas disputas por

la tutoría de Alfonso XI. Éstas, provocaron la división de la hermandad en diversas facciones,

perdiendo cohesión, al igual que ocurrió la hermandad andaluza.

En 1325, con 14 años, Alfonso XI era declarado mayor de edad. Suprimió las hermandades

debido a su peligroso intervencionismo y a su ambicioso proyecto político centralista.

2. Repercusiones internas de la política mediterránea de la Corona de Aragón:

reinados de Pedro III el Grande, Alfonso III el Franco o el Liberal y de Jaime II el

Justo.

2.1. Pedro III

En 1276 moría Jaime I el Conquistador y fue sucedido por su hijo Pedro III, buen diplomático

y con experiencia política. Afirmará la tendencia catalanista de la dinastía.

En 1262 se casaba con Constanza, hija del rey de Sicilia. Sobre ella recaerían los derechos

sucesorios tras la muerte de su padre en 1268.

Este mismo año, el angevino Carlos de Anjou se apoderaba de la isla.

Pedro III, dentro del partido gibelino, defendía la superioridad real frente al papa, y era un

declarado enemigo de Carlos, hijo del rey de Francia. Contaba con apoderarse de la isla,

alineado con los descontentos con los franceses.

A principios del reinado, Pedro III tuvo que dominar a la nobleza catalana, revuelta por que

el rey había aprobado el bovatge, un impuesto, sin convocar Cortes (todavía no había jurado

los fueros).

Pedro III, con apoyo urbano, logró contener la revuelta, tras tomar la plaza fuerte levantisca,

Balaguer. Los rebeldes fueron perdonados, pues necesitaba su apoyo para Sicilia.

En 1282 se producen las “vísperas sicilianas”, una revuelta general contra los franceses. Los

sicilianos ofrecieron la corona a Pedro III que se aprestó a conquistar la isla.

El 20-8-1282 la flota aragonesa derrotó a la angevina en Trapani y Nicotera. Pedro III era

coronado en Palermo. En la práctica resultó un hito definitivo para el desarrollo del

comercio catalán.

34

Page 35: Medieval España II

El papa francés Martin V excomulgó a Pedro III y poco después le declaró depuesto,

ofreciendo la corona de Aragón a Carlos de Valois, otro hijo de Felipe III de Francia.

Así, Pedro III se vio en una situación difícil, agravada por la tensión entre la nobleza, en

contra de la empresa siciliana.

Trató de reconducir la situación convocando Cortes (Tarazona 1283), pero la nobleza le

exigió que jurase los fueros, usos y costumbres, a lo que se negó.

Los nobles y algunos concejos constituyen la hermandad de la Unión Aragonesa, para

defenderse del rey si vulneraba los fueros.

Las Cortes fueron trasladadas a Zaragoza y Pedro III tuvo que aceptar el Privilegio General de

la Unión, un programa de gobierno, en el que se definen las relaciones del rey con los

estamentos y con las relaciones del rey con los estamentos y con las 3 instituciones más

importantes, el Consejo, las Cortes y la Justicia de Aragón.

En 1283 Pedro III reúne las cortes catalanas. Se aprueban unas Constitutions, en sintonía con

el Privilegio de Aragón.

La nobleza refuerza su posición política, social y económica frente a los campesinos,

adscritos a la tierra, para liberarse debían pagar la remensa.

Se pusieron así las bases del pactismo catalán; el monarca se comprometió a no promulgar

leyes sin las Cortes, que debían reunirse una vez al año.

En Valencia Pedro III no tuvo necesidad de convocar Cortes y con un Privilegium Magnum

confirmó los fueros y privilegios del reino.

Se cerraba así el camino hacia la unidad absoluta de los territorios de la corona.

Entretanto van a sucederse las victorias de Roger de Lauria al mando de la flota catalano-

aragonesa.

En 1283 se apoderó de Malta, Gozo y Pantelaria.

En 1284 fue hecho prisionero el hijo de Carlos de Anjou, Carlos de Salerno, en una batalla

naval.

Carlos de Anjou muere en 1285. El imperio angevino es destruido. El rey de Francia

comprendió que la única esperanza era invadir Cataluña.

El rey francés obtuvo el privilegio de cruzada y lanzó un doble ataque, por tierra y por mar.

La flota francesa fue derrotada por Roger de Lauria.

El ejército francés logró apoderarse de Gerona, pero la pérdida de la flota cortó las líneas de

abastecimiento y apareció la peste.

35

Page 36: Medieval España II

El propio Felipe III, infectado, ordenó la retirada. El ejército francés fue derrotado y Felipe III

muerto.

Pedro III no pudo saborear la victoria pues murió el 11-11-1285.

2.2. Alfonso III

Hijo mayor de Pedro III, Alfonso III era proclamado rey con 20 años.

Mandaba un ataque contra su tío Jaime de Mallorca, que se había revelado cuando se

enteró del fallecimiento de su padre.

El primer problema de Alfonso fueron las reclamaciones de la Unión Aragonesa.

No tuvo más remedio que firmar los Privilegios de la Unión (1287). En ellos Alfonso III

admitía la posibilidad del destronamiento real y el cambio dinástico si actuaba contra la

Unión. También la reunión anual de Cortes en Zaragoza y el nombramiento por las Cortes de

un Consejo Real para Aragón.

convoca Cortes generales en Monzón. Los estamentos aragoneses, catalanes y valencianos

aprobaron unas constituciones para poner fin a los problemas más importantes de los

reinos.

Se pretendía sanear las estructuras financieras y administrativas, estableciendo el control de

los funcionarios reales y tratando de evitar las corrupciones.

En segundo lugar, la indivisibilidad de la Corona de Aragón y se proclamaba un Consejo Real

para evitar los abusos de la corona.

Las Cortes de Monzón marcaban el fin de la rebeldía unionista. El grado de aceptación del

programa fue puesto de manifiesto en las siguientes Cortes de Zaragoza que sepultaban

definitivamente el espíritu unionista.

Los problemas no desaparecieron del todo, especialmente los conflictos fronterizos con

Castilla y Francia, y los ataques de Jaime de Mallorca. Sin embargo, la situación interna

favorable, iba a ser aprovechada por Alfonso III.

A través del Tratado de Tarascon o Brignoles de 1291, Alfonso III se comprometía a ir a

Roma para recibir el perdón del papa y la revocación de la donación de su reino a Francia.

Se abría un paso esperanzador para la Corona de Aragón que fue bruscamente interrumpido

por la súbita muerte de Alfonso III en 1291 con 25 años.

36

Page 37: Medieval España II

Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca serían para su hermano Jaime y Nápoles para su

hermano menor Federico.

2.3. Jaime II (1291-1327)

Jaime II fue uno de los más grandes diplomáticos de la Corona de Aragón. Dirigió

deliberadamente sus estados hacia la expansión marítima.

Para ello buscó la alianza con Castilla (Tratado de Monteagudo 1291).

Pero este tratado duró muy poco porque Sancho IV no podía renunciar a su amistad con

Francia. La devolución de la infanta Isabel a Castilla fue el anuncio de ruptura entre Castilla y

Aragón.

Aprovechando el fallecimiento de sancho IV y la crisis que la siguió, trató de acercarse a

Francia y solucionar el tema de Sicilia mediante el Tratado de Agnani (1295).

Jaime casaría con Blanca de Anjou sellando la paz con los franceses.

Además renunciaba también a Sicilia, donde su hermano Federico se había consolidado,

pero obtenía de Bonifacio VIII los derechos para conquistar Córcega y Cerdeña.

Renunciaba por último a anexionar Mallorca, devuelto a su tío Jaime II como vasallo como

vasallo de Aragón.

Aunque el tratado no era favorable, se compensaba con las conquistas, el crecimiento

comercial y el afianzamiento de la corona en el Mediterráneo.

Así Jaime II acercó posturas con Bonifacio VIII, con el que se comprometió a defenderle de

sus enemigos, incluido Federico de Sicilia, hostil al acuerdo de Agnani, y que había sido

proclamado rey de Sicilia.

Jaime II atacó 2 veces Sicilia, destacando Roger de Lauria, pero sin pretensiones de ocuparla.

En 1302 se firma el Tratado de Caltabellota. Federico era aceptado como rey en vida, a su

muerte la corona sería para los angevinos, pero la realidad es que se quedaría en manos

catalanas.

Tras esto los almogávares quedaron desocupados y el emperador de Bizancio les contrató

(Andrónico II Paleólogo) para luchar contra los turcos.

39 galeras y 6500 soldados capitaneados por Roger de Flor llegan a Constantinopla en 1303.

Lograron algunos éxitos, pero despertaron los recelos bizantinos.

Así, muchos oficiales, entre ellos Roger de Flor. Por ello iniciarán una venganza contra

bizantinos y genoveses a través de una serie de brutales campañas.

37

Page 38: Medieval España II

En 1311 arrebataron a los franceses el ducado de Atenas, que mantendrían 70 años;

impusieron los usatges y la lengua catalana.

En 1318 constituyen el ducado de Neopatria en Tesalia.

Ambos ducados, incorporados al reino de Pedro IV, se convirtieron en las dos grandes bases

de Aragón en el Mediterráneo oriental.

En 1323 Jaime II ordena la conquista de Cerdeña. Las operaciones las dirige el futuro Alfonso

IV.

Acababa con el dominio de Pisa y abría para la Corona de Aragón importantes expectativas.

Asegura el control de las rutas occidentales; garantizaba el abastecimiento de trigo de

Cataluña; la isla se convertía en un importante mercado para la artesanía catalana y la

monarquía se quedaba con el monopolio de las minas.

Jaime trató de establecer relaciones estables con Marruecos y Tremecén para intensificar el

comercio y asegurarse el oro del desierto.

Pero a partir de 1314 la amenaza benimerín cambió la situación.

Jaime II mantuvo buenas relaciones con Sancho IV de Castilla, llegando a comprometer a sus

hijos en matrimonio. Pero con la muerte de Sancho se rompió el compromiso, alegando que

el papa no entregaba las dispensas.

A partir de aquí Jaime II se convirtió en patrocinador de la candidatura de Alfonso De la

Cerda al trono de Castilla, contando con el apoyo de Francia, Granada, Sicilia y Portugal.

Jaime II fracasó en su intento de invasión del interior de Castilla debido a que la peste

diezmo a sus tropas (1296).

Si cosechó un importante éxito en la conquista de Murcia.

A través de la Sentencia arbitral de Torrellas y después del Tratado de Elche (1305) se

modificaba la frontera, asegurando la soberanía aragonesa al norte del río Segura.

En 1308 ambas coronas firman el Tratado de Alcalá de Henares para impulsar de nuevo la

Reconquista a costa de Granada.

Castilla atacaría Algeciras y Gibraltar, y Aragón, Almería. El esfuerzo económico era

importante, no así los resultados que se redujeron a la conquista castellana de Gibraltar

(1309). La defección de la nobleza castellana del sitio de Algeciras supuso la retirada de

Jaime II de Almería.

Jaime II fue un político prudente, siempre respetuoso de las leyes y usos, para evitar perder

apoyos.

38

Page 39: Medieval España II

Estableció una fórmula de equilibrio, compartiendo el poder con la nobleza, clero y

concejos; estableciendo las Cortes como órgano frecuente asambleario: la representatividad

sería para los grupos de poder y la autoridad para el rey.

En 1319 Jaime II promovió el Privilegio de Unión (Cortes de Tarragona) consagrando la

indivisibilidad de los 3 reinos.

Pero no se pudo evitar un sentimiento en Aragón de subordinación de sus intereses a los del

condado catalán. Para compensar se crea el arzobispado de Zaragoza como sede de Aragón.

Jaime II estuvo siempre atento al progreso cultural de sus reinos.

En 1300 creó el Estudio General de Lleida y en 1317 la Orden Militar de Montesa.

Jaime II falleció en Barcelona en 1317. Le sucedió su hijo Alfonso IV.

3. El Reino de Portugal: La obra de Dionís (1279-1325)

Dionís Portugal había nacido en 1261 y era hijo de Alfonso III y Beatriz de Portugal. Recibió

una esmerada educación, hombre de gran cultura y hombre de Estado, fomentó el uso de la

lengua portuguesa.

En 1279 iniciaba su largo y fecundo reinado (46 años). Portugal conoció un sostenido

crecimiento en todos los sentidos y marca un hito decisivo en la historia medieval

portuguesa.

Dionís podía considerarse hijo ilegitimo y ese será el argumento para algunos nobles y

obispos, encabezados por el infante Alfonso, para iniciar revueltas contra el rey en 1281 y

1287. La razón era la política centralista de Dionís, apoyado en la burguesía de Lisboa y

Oporto.

Uno de los instrumentos utilizados por Dionís para conocer los bienes y derechos

monárquicos fueron las inquiriçoes (Alfonso II). Pretendía conocer los abusos nobiliarios y

eclesiásticos por devolver los derechos y tierras a jurisdicción real.

Las Cortes de Lisboa y Guimaraes de 1286 impulsaron la realización de inquiriçoes para

recuperar rentas reales perdidas y así aliviar la fiscalidad de villas y ciudades de realengo.

Dionís recibió un reino rural y arcaico, y lo transformó abriéndolo a la navegación y al

comercio.

Expresión de esto fue el reconocimiento de una agrupación de mercaderes (1293).

Se le conoció como “rey labrador” por su preocupación por estimular la producción de

campos, rentas y exportaciones.

39

Page 40: Medieval España II

Merece destacar una ley por la que los nobles no perderían sus tierras si las trabajaban

directamente, o la política de asentamiento de nuevas familias por medio de enfiteusis, el

apoyo a la construcción naval, ferias…

En 1289 y 1292 llega a un acuerdo con la iglesia para recuperar bienes y ventas.

En el norte prestó gran servicio a los monasterios, al protegerlos de los abusos de sus

patronos laicos.

A partir de 1295 Dionís intervino en los asuntos castellanos, apoyando a Jaime II de Aragón,

al infante Don Juan o a los infantes De la Cerda.

La firma del Tratado de Alcañices entre Castilla y Portugal suponía el establecimiento de una

frontera casi definitiva. Suponía uno de los grandes éxitos diplomáticos de historia.

Para Castilla era más un Tratado de paz en el que a cambio de algunas plazas conseguía el fin

del apoyo a Don Juan en su reivindicación del reino de León, sancionado con el matrimonio

de Fernando IV con Constanza, hija de Dionís.

En 1288 creó el Estudio General de Lisboa para depender de Salamanca o Valladolid.

Siempre fomentó la lengua portuguesa con traducciones. Su corte fue uno de los centros

más importantes de la península.

En 1312 creó la Orden de Cristo con los restos del Temple.

Su política de fortalecimiento real se apoyó en las concepciones del Derecho Romano y en el

desarrollo de la burocracia estatal, lo que causó varias defecciones nobiliarias, encabezadas

unas por su hermano Alfonso o por su hijo, También Alfonso, éste, celoso por la preferencia

del rey por sus bastardos.

Los problemas de Dionís con la nobleza salpicaron todo el reinado, en 1281, 1287 y 1299,

pero especialmente en el final del reinado, cuando se extendió una verdadera guerra civil

que le enfrentó con su hijo durante 5 años.

Dionís murió en Santarem en 1325.

4. Navarra en la órbita francesa.

En 1274 moría Enrique I tras un breve reinado, planteando un grave problema sucesorio.

La heredera era Juana I, de un año de edad, y su regente, su madre Blanca de Artois.

La mayor dificultad era encontrar un gobierno general que suscitara un consenso general.

fue elegido Pedro Sánchez de Monteagudo. En el acto de jura, los concejos constituyeron

una hermandad para dar garantía de las promesas del gobernador.

40

Page 41: Medieval España II

Los reinos vecinos tratarían sacar provecho de la minoría de Juana I para extender su

influencia por Navarra

Los descarados intentos de Castilla y Aragón llevaron a Blanca de Artois a concertar el

matrimonio de la reina niña con uno de los hijos de Felipe III de Francia sin consultar a los

demás estamentos del reino. Francia se haría cargo de la defensa de Navarra frente a

Castilla y Aragón.

La primera consecuencia fue la caída del gobernador general, sustituido por unos francés,

Eustaquio de Beaumarchais.

Su falta de tacto le suscitó la oposición de los navarros, especialmente en Pamplona, lo que

causó una importante crisis en la capital.

El gobierno francés se refugió en los burgos de francos a la espera de los ejércitos del rey de

Francia. Estos penetraron en Pamplona causando graves daños, así como en otros núcleos

de resistencia.

A partir de aquí, Navarra quedaría sometida al rey de Francia, que rigió los destinos a través

de gobernadores provistos de amplios poderes, convirtiéndose en un apéndice de Francia,

que a su vez apoyaba a los infantes De la Cerda contra Castilla.

En 1284 Juana I contrajo matrimonio con Felipe IV el Hermoso que sucedía a su padre en

1285. Felipe IV mantuvo el sistema de gobernadores de su padre. Tanto Felipe como Juana,

ambos criados en París, fueron vistos como extraños. En Navarra no residieron nunca.

No sorprende que en varios sectores nobiliarios, ricoshombres e infanzones, surgiera un

progresivo movimiento de oposición a las intromisiones francesas.

En 1305 murió Juana I. los navarros descontentos con la administración francesa, intentarían

desligarse de Francia.

En 1305 las Cortes de Navarra llamaron a Luis Hutín el Testarudo, primogénito de Juana I y

Felipe IV para que acudiera a Navarra. Juró los fueros en 1307 y tras un reconocimiento del

reino, regresó a Francia, nunca más volvió.

Durante su breve estancia reforzó la presencia francesa, imponiendo graves castigos a los

rebeldes.

Tras morir Felipe IV en 1314, Luis fue también rey de Francia, aunque por poco, pues fallecía

en 1316.

41

Page 42: Medieval España II

Se volvía a plantear otro grave conflicto sucesorio pues no se respetaron los derechos de

Juana, la hija pequeña de Luis, y fue su hermano Felipe V el nuevo rey de Francia y Navarra

(Felipe II).

Felipe murió en 1322 sin descendencia. En Francia fue reconocido Carlos el Hermoso, pero

Navarra prefería hacer valer los derechos de Juana, hija de Luis Hutín.

Finalmente Carlos juró como rey, más por fuerza que por agrado.

Los reyes de Francia de la dinastía capeta gobernaban Navarra a distancia, a través de

gobernadores con amplios poderes.

Uno de las principales ocupaciones era la de controlar el orden público tratando de evitar

acciones de juntas o ligas nobiliarias o de villas.

Evitaron los conflictos bélicos con los reinos vecinos y se esforzaron en mantener la

seguridad de las fronteras, especialmente en Álava y Guipúzcoa.

La sede episcopal de Pamplona estuvo ocupada por prelados franceses nombrados por los

papas de Aviñón, de acuerdo con los reyes de Francia, y que muchas veces permanecieron

ausentes.

En 1328 muere Carlos el Hermoso, no dejaba descendencia masculina y tampoco hermanos,

lo que facilitaría la separación de Navarra.

Las Cortes de Pamplona de 1328 eligieron a Juana II, Hija de Luis Hutín, y casada con Felipe

III de Evreux .

Juana y Felipe juraron los fueros en Pamplona en 1329 y las Cortes aceptaron que el marido

ejercería el gobierno en nombre de su mujer.

TEMA 5:

CONFLICTOS POLÍTICOS EN LOS REINOS HISPANICOS Y EL TRIUNFO DE LAS MONARQUÍAS EN LA PRIMERA MITAD DEL S. XIV.EL FORTALECIMIENTO DE LA MONARQUÍA EN CASTILLA: EL REINADO DE ALFONSO XI.

Alfonso XI se sentó en el trono en 1325 tras una larga minoría en la que el reino estuvo

dividido en facciones personalizadas en los tutores.

Éste fraccionamiento lo que acabó causando fue la emigración, especialmente de judíos, a

otros reinos peninsulares más tranquilos.

42

Page 43: Medieval España II

Las largas Cortes de 1325 tenían como objeto poner orden en el reino.

A cambio de satisfacciones económicas, se exigió que fueran alejados de la cúpula de poder

y se buscó limitar la autoridad monárquica mediante la petición de un mayor porcentaje de

representantes urbanos en el gobierno y la justicia, controlar la cancillería, mantener los

derechos de las hermandades…

El rey tendría que dominar a los nobles, poner coto a las injerencias de las ciudades en el

gobierno y poner de su lado a los judíos, los únicos dispuestos a colaborar como gestores,

recaudadores y prestamistas.

1. Domeñando a la nobleza

Puede afirmarse que Alfonso XI, siempre que pudo, buscó el acuerdo con el estamento

nobiliario castellano. es más, siempre pensó que los caballeros eran el grupo social más

importante de Castilla e intentó atraerlos a su servicio dotándolos y exaltando los ideales

caballerescos.

El problema reside en que éstos, también sabían de su importancia, especialmente para

empresas militares, y por ello exigían del monarca puestos de gobierno, bienes…

Pero en un contexto de alza de precios, los nobles eligieron el camino de la revuelta para

conseguir compensaciones. Aunque también, al conseguir sus reivindicaciones aceptaron el

acuerdo y la potestad regia. Se trataba de encontrar un equilibrio.

Cuando en 1325 Alfonso XI alcanzó la mayoría de edad, buscó el sostén del partido

encabezado por el infante don Felipe, que recogía los apoyos con los que contó María de

Molina.

Esta decisión produjo malestar en dos personajes claves para la gobernabilidad del reino:

don Juan el Tuerto y don Juan Manuel. Por ello el rey intentó negociar con ellos.

Logró convencer a don Juan Manuel comprometiéndose con su hija Constanza, pero con

don Juan las cosas tomaron mal cariz.

Tras un intento de brindarle condiciones de paz, Alfonso XI tomó una cruda decisión y poco

más tarde don Juan era asesinado por instigación real.

En 1326 un bastardo de don Dionís invade Castilla y en 1327 se desarrolla la primera

campaña contra Granada, conquistando varias plazas fuertes, y ambas paralizaron la

revuelta de don Juan Manuel.

43

Page 44: Medieval España II

Pero Alfonso XI y Alfonso IV para acabar con las disputas acordaron que el rey castellano

casaría con la hija del portugués, rechazando por tanto a Constanza Manuel. Mientras don

Juan Manuel se prepara para la revuelta, recabando apoyos entre sus parientes aragoneses.

Mientras un ejército real cercaba a don Juan Manuel, se unían a su causa Valladolid, León,

Toro y Zamora, descontentas por el gobierno abusivo de Alvar Núñez de Osorio, conde de

Trastámara.

Alfonso XI exoneró al Trastámara e inició negociaciones con Alfonso IV de Aragón. Pero

Osorio, disgustado, acudió a ponerse al servicio de don Juan Manuel. Alfonso XI optó por

asesinarlo y confiscar sus bienes.

El rey aragonés, ocupado en Cerdeña, decidió acercar posturas con Castilla y concertó su

matrimonio con Leonor, hermana de Alfonso XI.

Don Juan Manuel, abandonado por sus aliados, decidió deponer las armas en 1330 y fue

perdonado.

En 1331 acontecían dos episodios importantes en la vida del rey.

Conoce a Leonor de Guzmán, a la que convertirá en su amante y que actuará como si fuera

la propia reina, suplantando a María de Portugal, madre de Pedro I, el heredero.

Por otro lado recibe la sumisión y homenaje de Alfonso De la Cerda, lo que ponía a una larga

querella sucesoria.

Sin embargo, el problema con María de Portugal, enfriaría las buenas relaciones con Alfonso

IV de Portugal.

Por otro lado la herida de la nobleza seguía abierta y en 1332 la Cofradía de la Hermandad

de Álava encendió la chispa, al no aceptar a más señor que el rey. Alfonso XI lo aprovechó y

puso de su parte a la nobleza alavesa.

En 1333 los benimerines se hacían con Gibraltar causado por la actitud de rebeldía de la

nobleza.

Alfonso XI decidió aplicar sanciones importantes. Juan Núñez fue asediado por las huestes

reales y el escurridizo don Juan Manuel se hizo vasallo de Alfonso IV de Aragón mientras

buscaba la alianza con Alfonso de Portugal.

Ambos nobles y el rey, llegados a un statu quo, decidieron negociar. Los nobles sacaron un

gran acuerdo al rey, especialmente don Juan Manuel que obtenía el gran señorío de Villena

y se intitulaba infante.

44

Page 45: Medieval España II

Sin embargo era un paréntesis. Cuando el pleito sucesorio aragonés llegó a su cenit, la reina

Leonor se refugió en Castilla con sus hijos.

Don Juan Manuel decidió formar una gran coalición contra Alfonso XI, junto a Alfonso IV de

Portugal (asunto de María de Portugal) y con Pedro IV de Aragón, preocupado por la ayuda

de Castilla a Leonor y sus hijos.

Alfonso XI afrontó la crisis con determinación: inmovilizó a Juan Núñez en Lerma y asfixió a

don Juan Manuel en Peñafiel; detuvo al ejército portugués en Extremadura y realizó dos

incursiones en Portugal en 1337.

Los dos magnates se rindieron y hasta su muerte en 1350, Alfonso XI pudo gobernar sin

oposición seria de la nobleza.

En las Cortes de Burgos de 1338, el monarca, junto a los sublevados, ordenó la reconciliación

y la pena de muerte para los que atentaran contra la paz. También estipuló los sueldos de

nobles, caballeros y peones, entre otras decisiones. En definitiva un estatuto para el

estamento militar. Que estipulaba su sueldo, incrementado en 1348 para evitar nuevas

protestas.

2. El dominio sobre ciudades y Cortes.

Alfonso XI desde que llega al trono en 1325 inicia una labor erosiva para disminuir el alcance

de los fueros y a cambio ir imponiendo a sus propios representantes en cada núcleo urbano.

Antes ya había dado el golpe definitivo a cualquier resistencia, ya que en 1325 había

prohibido la Hermandad General.

Sólo la actitud de Alvar Núñez consiguió que se sublevaran algunos núcleos importantes,

pero que no pudieron imponer sus objetivos al rey.

En las Cortes de 1329, el rey llegó a un acuerdo con las ciudades, nombramiento de oficiales,

respeto a fueros y privilegios, impedir injerencias y abusos nobiliarios… pero fue

intransigente en los intentos de poner límite a su autoridad o a la de las arcas.

Las Cortes de Madrid de 1339 (ya sometida la nobleza) concedieron con docilidad los

subsidios requeridos.

Aun con todo el rey nombró alcaldes veedores, que siguieron en sus puestos a pesar de las

protestas.

Sólo en 1345 el rey aceptó pagar sus salarios por la grave crisis que sacudía al reino.

45

Page 46: Medieval España II

Este dominio de las Cortes se debe principalmente a la sumisión nobiliaria, como lo

demuestran los cuadernos aprobados en las Cortes de Alcalá en 1348, demostrando el

triunfo de la monarquía.

En sucesivas normas aprobadas en las Cortes, se observa que Alfonso XI jugaba a su favor

con los conceptos feudales del poder de raíz escolástica y con las emergentes nociones

neoaristotélicas del s. XIII.

Alfonso XI quería obligar a los señores a acompañarle en la guerra y la paz, reservándose

como regalía la administración de justicia en el caso de que los señores no obedecieran, al

igual que ocurrió con la acuñación de moneda, que sólo sería válida la acuñada por el rey.

Otra clara manifestación del triunfo monárquico fue la implantación de las Partidas de

Alfonso X, que con el Ordenamiento de Alcalá de 1348 fue calificada oficialmente como

norma jurídica para todo el reino, primer intento de crear una unidad legislativa y pasa a ser

la tercera fuente jurídica (1º leyes de Alfonso XI y 2º fueros).

3. La política exterior y la Batalla del Estrecho.

Hasta 1338 la política exterior de Castilla estuvo condicionada por los problemas internos.

Las relaciones con Portugal fueron amistosas, salvo la situación de tensión provocada por la

unión de Alfonso XI con Leonor de Guzmán y el consiguiente abandono de María de

Portugal.

En esos periodos de tensión, la opción de Alfonso IV de Portugal era aliarse con don Juan

Manuel y Juan Núñez y atacar la frontera castellana.

Pero una vez la nobleza fue domeñada y los portugueses derrotados en Villanueva de

Barcarrota, los contactos pacíficos se reanudaron entre ambos reinos.

Alfonso IV ayudaría a su yerno en las campañas contra los musulmanes, como en la

campaña de 1340 que culminó en la Batalla del Salado.

Con Aragón en un principio las relaciones fueron cordiales, pero el matrimonio de Leonor de

Castilla con Alfonso IV el Benigno ensombreció el buen entendimiento.

A la muerte del Benigno en 1336, Pedro IV el Ceremonioso y Leonor disputaron el trono, al

defender ella los derechos de sus hijos, iniciando así los enfrentamientos entre castellanos y

aragoneses.

Las disputas se concentraron en el apoyo de Aragón al partido aristocrático de Castilla.

46

Page 47: Medieval España II

Todo ello no impidió que Aragón participase, a cambio de importantes dividendos, en las

contiendas con los musulmanes, enviando flotas al Estrecho.

Respecto a las relaciones con otros reinos, Castilla estuvo condicionada por las primeras

etapas del conflicto de la Guerra de los 100 años.

Por la importancia que había conseguido Castilla en el comercio atlántico, especialmente el

ganadero, tanto Francia como Inglaterra de atraerse a Alfonso XI. Pero éste mantuvo

siempre una actitud pendular, no comprometiéndose en los conflictos, sacando el mayor

beneficio posible, y dejando que algún bando contratase naves de la costa cantábrica.

Alfonso XI estaba contra la espada y la pared, pues los nobles y el clero preferían a Francia y

sus súbditos vascos a Inglaterra.

El punto álgido se alcanzó en 1345 cuando la contienda favorecía a Francia y Alfonso XI firma

un tratado con Felipe VI.

La razón de fondo era la protección exterior para Leonor de Guzmán y sus hijos. Incluso llegó

a planear el matrimonio del príncipe heredero Pedro con Blanca de Navarra, nieta del rey de

Francia.

Sin embargo Francia en 1346 fue brutalmente derrotada en Crecy, y Alfonso XI se echó atrás

con el tratado pues en 1347 los ingleses igualaban la oferta, a cambio de que Castilla llevar

así flota al canal. Finalmente no se llevó a cabo porque Juana Plantagenet murió de peste en

el trayecto.

Pero si Alfonso XI es recordado fue por su triunfo en la dura Batalla del Estrecho contra los

musulmanes.

En 1330 Teba y una serie de reductos menores fueron conquistados durante una cruzada

que casi reunió a representantes de todo el occidente cristiano.

Esta circunstancia motivó que el nazarí Muhammad IV buscase ayuda de Marruecos y en

1333 el benimerín Abd al-Malik puso cerco a Gibraltar.

Alfonso XI reunió un ejército para levantar el sitio, llegó tarde, y aunque la sometió a sitio,

tuvo que retirarse y firmar una tregua con marroquíes y granadinos hasta 1338.

Durante este tiempo prepararon sus fuerzas para el enfrentamiento definitivo. El primer

paso lo dieron los norteafricanos.

Sin renovar treguas, en 1334 Abd al-Malik desembarcó en la península y se dedicó a saquear

las tierras del bajo Guadalquivir.

47

Page 48: Medieval España II

Los castellanos, ayudados por la flota aragonesa, derrotaron a la flota musulmana, cortando

la comunicación de Abd al.Malik con Marruecos, saliendo a su encuentro, derrotándolo y

matándolo.

Entonces el sultán Abu-l-Hassán pasó también a la península y puso sitio a Tarifa.

En 1340 la flota castellana del almirante Jofré Tenorio fue derrotada, dejando como

provisionales dueños del mar a los musulmanes.

Durante todo el verano Tarifa resistió, mientras Alfonso XI reunía sus huestes en Sevilla y

esperaba a Alfonso IV de Portugal.

El 30 de Octubre los cristianos vencían en el Salado a marroquíes y granadinos.

Alfonso XI pasó entonces a la ofensiva. En 1341 conquistó Alcalá la Real, la llave de Castilla

hacia Granada, entre otras plazas.

En 1342 decidido a terminar el problema del Estrecho, sitió Algeciras. La conquista en 1344.

Yusuf I de Granada intentó recuperarla en 1343 pero fue derrotado.

Con Algeciras en su poder, Alfonso XI trató de recuperar Gibraltar, pero en 1350, mientras

asediaba la plaza, moría debido a la peste que plagaba el lugar.

LA CORONA DE ARAGÓN: LA LUCHA POR EL DOMINIO DE CERDEÑA, LA DERROTA DE LA

UNIÓN Y LA INCORPORACIÓN DEFINITIVA DE MALLORCA.

El sostén de Cerdeña frente a Génova y la reincorporación de Sicilia y Mallorca fueron los

objetivos principales de Alfonso IV el Benigno y Pedro IV el Ceremonioso. Solo Mallorca sería

incorporada, pero Pedro IV sentó las bases para que Sicilia volviera a la corona a fines de

siglo.

La lucha por el dominio de Cerdeña:

Con la caída de Pisa, la alianza catalano-genovesa iba a tornarse en profunda enemistad.

Desde el momento de la conquista de Cerdeña se iniciaron las sublevaciones instigadas por

Génova.

Fue una sucesión de contiendas de carácter mercantil, hostilidades en las que las acciones

corsarias se convirtieron en algo usual.

El interés catalán residía en la protección del tráfico de mercancías y mantener abiertas las

rutas de trigo procedentes de Sicilia y Cerdeña

48

Page 49: Medieval España II

Este fue el punto débil que explotó Génova, bloqueando los puertos de la isla y la ayuda

siciliana.

El éxito del plan, junto a los desastres climáticos de la península, dieron lugar a escasez y

subida de precios de cereales y a alborotos en 1333.

Dos linajes sardos, antes aliados, los Oria y los Malaspina, fueron la punta de lanza de

Génova en la sublevación de Sassari.

La dura represión aragonesa desató una guerra abierta contra los ligures, renovándose los

viejos enfrentamientos entre güelfos y gibelinos, solo que ahora Aragón defendía a los

primeros.

En 1330 Aiton Doria bloquea Cerdeña.

1331, los catalanes atacan las costas de Savona-

No obstante los problemas eran evidentes para Cataluña. Se observa en el gran esfuerzo

que costó armar la flota de Ramón de Cardona en 1332. Problemas a los que se sumó la

activa labor pirática genovesa y la pérdida de Terranova, que significaba la pérdida del norte

de Cerdeña.

La situación se volvió tan peligrosa que la estrategia se desdobló, por un lado conseguir el

auxilio de la rama aragonesa siciliana y por el otro el conseguir la tregua con el Papa y

Génova, hecho que se produjo en 1336 con Pedro IV.

Los Oria y los Malaspina siguieron alterando la isla. En 1347 se inició una revuelta

encabezada por Mariano IV, juez de Arbórea, y sostenida con dinero de Génova, aunque

finalmente fracasó en el asedio de Sassari (1349).

Pedro IV, que ya había vencido a la Unión, comenzó a buscar aliados contra los genoveses:

una rama de los Oria, con pisa y firmó un tratado con Venecia en 1351, aunque también

implicaba rivalizar con Castilla, aliada de Génova.

En 1353 galeras de Aragón, Bizancio y Venecia derrotaron una flota genovesa ante

Constantinopla. Pedro IV exigió la devolución de territorios ocupados antes de sentarse a

negociar.

El ceremonioso solicitó ayuda a sus súbditos en todos los lugares: Sicilia, Atenas y el Imperio

de Oriente. Cataluña buscaba la hegemonía comercial y era necesario reunificar los Estados

catalanes.

1353 una escuadra catalano veneciana derrota a los genoveses ante Alghero. Genova

reconoce perder la guerra y se pone bajo la protección de los Visconti de Milán.

49

Page 50: Medieval España II

A pesar de la superioridad marítima, en tierra los aragoneses no conseguían imponer la paz

en Cerdeña.

Pedro IV se puso al frente de la campaña de 1354 de Alghero y fue repoblada por súbditos

de la corona de Aragón.

El último foco de resistencia fue Mariano IV de Arbórea que se rinde en 1355.

En 1358 y 1368 estallan nuevas revueltas, en el momento en el que Aragón se enfrentó a

Castilla y Pedro IV no pudo intervenir en la isla.

El Ceremonioso aceptó que para apuntalar Cerdeña debía incorporar Sicilia, medida

apoyada por la reina Leonor, hermana de Luis y Fadrique, depositarios del trono siciliano.

Pedro IV consiguió casar a su hija Constanza con Fadrique y expulsó a los angevinos.

En 1377 Fadrique murió sin descendencia y Pedro IV fue reconocido como monarca de

Sicilia, momento elegido también para que los ducados de Atenas y Neopatria le prestaran

homenaje también.

La reincorporación del reino de Mallorca

El reino de Mallorca, además de las Baleares, lo integran también Montpellier, y los

condados de Rosellón y Cerdaña, todo separado de la península por Jaime I, y entregado de

forma independiente a su hijo Jaime II.

Pedro el Grande, rey de la corona de Aragón pretendía ejercer sobre su hermano una

autoridad feudal. Por ello Jaime II se alió con Felipe III de Francia, enfrentado a su vez con

Pedro III por Sicilia.

Tras la victoria aragonesa se reincorporó el reino de Mallorca y en 1298, Jaime II recuperó su

trono al prestar homenaje a Pedro el Grande.

A pesar de los intentos de Jaime II por fomentar actividades ajenas al comercio, y de haber

conseguido predominio mercantil en el norte de África, la dependencia comercial y bélica de

Aragón convirtió en objetivo fijo el liberarse de la pesada tutela catalano aragonesa.

Cualquier guerra en el Mediterráneo provocaba carestía en la isla. Junto a los piratas y a los

problemas climáticos, se explica el descenso de población antes de la peste.

Durante el reinado de Sancho I de Mallorca, las relaciones entre Mallorca y Aragón fueron

pacificas pese a los intentos del aragonés para proclamarse heredero de Sancho (sin

herederos).

50

Page 51: Medieval España II

Finalmente nombró sucesor a Jaime III: en su minoría hubo altercados aprovechados por

Jaime II y Alfonso III para crear un partido proclive a reintegrar Mallorca en Aragón.

Al agudizarse la crisis, Pedro IV decidió destituir Jaime con la excusa de permitir la

circulación de moneda catalana en el Rosellón.

Pedro IV ocupó las islas en 1343 sin demasiada resistencia y comenzaba campañas contra el

Rosellón.

Jaime III intentó reconquistar la isla por las armas en 1349. El fracaso le costó la vida y la

prisión de su hijo Jaime IV en Barcelona hasta 1362.

Jaime IV de Mallorca, rey sin reino, siempre que pudo se alió con los enemigos de El

Ceremonioso. En 1363, combatía con Pedro I de Castilla contra Aragón. En 1364 junto a

Enrique II de Trastámara volvió a atacar Aragón.

Cuando murió en Soria cedió sus derechos a su hija Isabel que se los cedió a su vez a Luis de

Anjou, que atacó a Juan I en 1389 y luego a Martín I, pero todo fue igual

La guerra contra la Unión

En el siglo XIII la sublevación de unionistas aragoneses había sido provocada por dos

factores:

1- ampliación de dominios y derechos de la nobleza.

2- colocar la corona de Aragón bajo control directo, evitar injerencias castellanas, y extender

la autoridad aragonesa.

Doblegadas pero latentes, estas pretensiones resurgieron en el siglo XIV.

Cuando Alfonso el Benigno y Leonor de Castilla contrajeron matrimonio, las elites se

dividieron entre los partidarios del monarca y los del primogénito Pedro el Ceremonioso.

Al apoyar Aragón a éste último, la alta nobleza creyó conseguir sus objetivos cuando Pedro

accede al trono. Sin embargo el músculo económico del reino era Cataluña, y le gustara o

no, el monarca no tuvo más remedio que someterse a los proyectos e intereses catalanes.

Cinco años después, la familia real aprovechó el descontento de la nobleza aragonesa para

anular una decisión del monarca. La Unión resurgió. El casus belli oficial de la sublevación

fue la elección de Constanza, hija de Pêdro IV, como heredera del trono, resolución que

chocaba con el derecho aragonés. Pedro la razón de fondo era la insatisfacción nobiliaria

aragonesa que fue usada por los familiares del rey, perjudicados por el nombramiento: son

Jaime de Urgell, hermano del rey, y Fernando, hijo de Leonor de Castilla y hermanastro del

rey.

51

Page 52: Medieval España II

El conflicto se inicia en 1346 cuando los juristas resuelven el nombramiento a favor de Pedro

IV y en 1347 destituye a Jaime como lugarteniente del reino. Para evitar que reuniese

partidarios le prohibió entrar en algunas ciudades. Pero Jaime de Urgell reunió a los nobles

en Zaragoza. Los nobles resucitaron la Unión y la extendieron a Valencia gracias al apoyo de

Fernando.

Fracasaron a la hora de sublevar Mallorca, pero exigieron que sus privilegios fueran

admitidos tras derrotar al gobernador de Valencia y al de Aragón.

La revuelta unionista tenía un carácter anticatalán porque intentaba agrupar a todos los

dominios menos Cataluña y las cortes reunidas en Zaragoza negaron la intervención

catalana. Pidieron la destitución de los consejeros del rey y el nombramiento de unionistas.

Pedro IV aceptó las exigencias de los unionistas y se traslada a Valencia, donde es derrotado

en Játiva y Bétera y confirma los privilegios de la Unión.

También tuvo que reconocer a Fernando como heredero si continuaba sin descendencia

(Jaime de Urgell había muerto)

Los nobles se sentían tan victoriosos que la persona del rey no era respetada.

El domingo de pasión de 1348 estalló untumulto y los amotinados asltaron el palacio del rey.

Aunque el Ceremonioso ganó cierta adhesión popular al enfrentarse a la rebelión con valor,

la figura del soberano había llegado al punto más bajo.

La epidemia de peste que comenzaba a asolar Valencia le permitió escapar y reunirse con

los adeptos que asediaban Barcelona. Pedro III juró destruir la Unión.

Cuando una hueste unionista atacó Épila, las huestes realistas salieron al encuentro y les

aplastaron (1348). El infante don Fernando pudo cruzar la frontera con Castilla y evitar la

muerte.

En unas nuevas Cortes en Zaragoza, Pedro IV quema los privilegios de la Unión. La nobleza

no había sido del todo derrotada, ya que un grupo de nobles aragoneses que ayudó al rey

fue recompensado.

El Ceremonioso, viudo por segunda vez, casó con Leonor de Sicilia, hermana del rey

Fadrique en 1349 y en 1350 nacía Juan (I), el heredero.

Reino de Portugal: Alfonso IV.

Durante la primera mitad del siglo XIV la nobleza portuguesa se parecía en sus actuaciones a

la de otros reinos occidentales.

52

Page 53: Medieval España II

Con la subida de los precios, pierden fuerza social por la competencia de la burguesía de

Lisboa y Oporto; y con una proporción de tierras tan limitada para repartir, no podían

sostener su preeminencia económica.

Las opciones eran o abrir nuevas fuentes de ingreso a través de la sublevación abierta, o

convertirse en aristocracia de servicio.

Las revueltas fueron encabezadas por parientes del rey y sus herederos, que encontraban un

perfecto caldo de cultivo en los miembros descontentos de las elites, que veían como las

fuentes económicas y los modelos vitales cambiaban sin ellos poder evitarlo.

El reinado de Alfonso IV coincidió con Alfonso XI de Castilla.

Apoyó a los rebeldes castellanos.

Su hija María se casó con el rey castellano, pero fue dada de lado por la amante del rey

Leonor de Guzmán, por lo que acabó enfrentando a Castilla en guerra abierta.

En 1340 prestó colaboración a Castilla por la invasión benimerín cuando cruzaron el

Estrecho.

La paz con Castilla y el matrimonio del primogénito Pedro con Constanza Manuel fue causa

de división de la nobleza portuguesa.

La inclinación del heredero portugués hacia Inés de Castro favoreció la aparición de nobles

descontentos que pasaron a disputarse el poder.

Conscientes de ello, cuando la monarquía se cuarteó entre el rey y su heredero, los nobles

tomaron partido por uno u otro, confiando en que el triunfo del elegido favoreciese sus

intereses personales o del linaje. Así cuando la nobleza portuguesa siguió a Pedro y a sus

hijos ilegitimos, la cuestión no estaba en la aprobación moral o no del rey, sino que

buscaban desplazar a los consejeros de Alfonso IV, que habían optado por los hijos de Pedro

y Constanza.

Inés de Castro fue asesinada en 1355 en Coimbra por los que temían su ascendencia o la de

sus hijos sobre el futuro rey.

De nuevo estalló la guerra civil. Pedro recibió el apoyo de los Castro de Castilla.

Aunque hubo reconciliación, cuando el infante llegó al trono en 1357 dio rienda suelta al

rencor acumulado.

LA INDEPENDENCIA DE NAVARRA

53

Page 54: Medieval España II

El reino pirenaico recupera la independencia desde el matrimonio de Juana de Champagne

con el delfín Felipe en 1284.

Convertida en un mero apéndice de Francia (ya que hubo unión pero no fusión), Navarra se

vio arrastrada a las guerras entre Francia y Aragón y fue plataforma para las aspiraciones de

los infantes De la Cerda.

Había una oposición interna al régimen francés, relacionada con las circunstancias

económicas que relacionaban Navarra con el valle del Ebro y los puertos vascos.

Las Cortes del rey aprovecharon la oportunidad del fallecimiento del rey Carlos IV de

Francia, y proclamaron reina a Juana II en 1321, hija de Luis Hutín y casada con Felipe de

Evreux.

Las relaciones con Castilla eran malas y en 1334 desembocaron en una guerra corta pero

dura,

Los navarros conquistaron Fitero y Tudején y amenazaron Logroño.

En la paz de Fraces (1336), Navarra conservó las plazas conquistadas.

El periodo de amistad llega cuando Felipe III se decide a colaborar en el sitio de Algeciras.

TEMA 6:UNA ÉPOCA DE AUTORITARISMO EN LOS REINOS PENINSULARES EN EL SIGLO XIV (1350-1370).

Los años que transcurren aproximadamente entre 1350 y 1370 están presididos en la Península Ibérica por una marcada actitud hacia el autoritarismo. Varios hechos de amplia repercusión constituyen el telón de fondo de esta época: el primero de ellos es la epidemia de peste que se cierne sobre Europa desde 1348. El segundo problema será la guerra de los Cien Años, que aunque se trate de un conflicto entre Francia e Inglaterra, otros reinos de Europa van a verse implicados en cierto modo. Todo esto sucederá mientras se comienza a evidenciar una crisis del feudalismo perceptible en todas las monarquías europeas, consecuencia del reforzamiento del poder real, de la crisis económica que la peste y sus consecuencias produjeron en las economías señoriales y del creciente protagonismo por parte de los grupos burgueses. Por otra parte está a punto de producirse en toda Europa una imparable serie de cambios dinásticos: en Francia el advenimiento de los Valois, en Castilla, el acceso al poder de los Trastámara, entronizados luego también en Aragón, en Portugal con la casa de Avis, en Inglaterra con los Lancaster, e incluso en el imperio con el advenimiento de los Luxemburgo.

1. El reinado de Pedro I de Castilla.

54

Page 55: Medieval España II

El reinado de Pedro I (1350-1369) es uno de los más polémicos de nuestra edad media. Conocido como el rey cruel, debido a que sus justicias horrorizan, sobretodo por la forma de practicarlas y también por el número de personas a las que afectaron, hay que decir al respecto que, probablemente no fue mucho más cruel que sus contemporáneos.En cuanto al contexto en el que asciende al poder, acababa de desencadenarse la Peste negra, por lo que le tocará hacer frente a una época difícil de crisis demográfica y de grandes cambios. Por otro lado, el reinado de Pedro I se reiniciará también en el momento más álgido de la primera fase de la guerra de los Cien Años, respecto a la cual va a ser muy difícil mantenerse neutral.

1.1 La imagen del monarca.En el terreno personal y familiar Pedro I seguramente padecería algún tipo de trastorno, pues algunos de sus actos se han atribuido a deficiencias psíquicas en su estado mental. Un estudio reciente del doctor Moya ha llegado a la conclusión de que padecía cierta parálisis cerebral como consecuencia de algún problema surgido en los inicios de su infancia. Pese a todo ello, la imagen del soberano aparece como muy activa y emprendedora.

1.2 Las circunstancias familiares.En cuanto a este aspecto, tanto futuro Pedro I como su madre María de Portugal, habían vivido pretéritos en la sombra, oscurecidos por el protagonismo que la amante de Alfonso XI, doña Leonor de Guzmán, y sus numerosos hijos bastardos habían tenido en la corte. Toda esta situación quedará trastocada por la inesperada muerte del monarca Alfonso XI en 1350, víctima de la peste. Entonces será la actitud de los hijos bastardos del rey, así como los intereses surgidos en torno a la favorita del rey lo que desestabilizará internamente el entorno de Pedro I. Cuando la reina madre mandó hacer desaparecer a su antigua rival, el descontento de los bastardos encontró eco en buena parte de la nobleza que se enfrentará a la monarquía.

1.3 El gobierno de Alburquerque y los primeros problemas con la nobleza.Pedro I representa la perfecta imagen de soberano autoritario y como punto esencial de su política, este punto queda reflejado en el intento constante de disminución del poder nobiliario. Se ha afirmado que el monarca tenía sus aliados naturales en la naciente burguesía y, por tanto, en principio, en las ciudades, mientras que quien será su oponente, Enrique de Trastámara, habría representado un régimen ligado a la conservación de los poderes de la nobleza.Cabe iniciar que los problemas de su reinado comenzaron muy pronto, pues ya en verano de 1350 Pedro I padeció una grave enfermedad que lograría superar. Pero la reciente epidemia de peste hizo temer lo peor y el reino se dividió en torno al tema de la sucesión (pues el monarca estaba todavía soltero). De esta división aparecerán los primeros conflictos, que pronto darán paso a los primeros actos violentos del monarca, culminando en 1351 con los asesinatos de Garcilaso de la Vega y, de la que fuese amante de su padre. Leonor de Guzmán. Esta última muerte ahondó las diferencias entre el rey y sus hermanos bastardos, organizándose por ello revueltas como la de Andalucía iniciada por Alfonso Fernández Coronel (muy vinculado a la familia Guzmán)

55

Page 56: Medieval España II

que fue sofocada en 1353. El siguiente problema lo constituirá el proyecto de matrimonio para Pedro I diseñado por Alburquerque, pues éste último iniciará en territorio francés negociaciones para un futuro matrimonio entre el monarca castellano y doña Blanca de Borbón, proyecto que se verá truncado por la relación que el rey mantenía con María de Padilla.

1.4 El gobierno personal de Pedro I de Castilla.Los errores cometidos por Juan Alfonso de Alburquerque dejaron el terreno abonado para la posterior persecución de los conflictos nobiliarios, destacando el antes aludido acontecimiento de intento de matrimonio entre el monarca y Blanca de Borbón como hecho que desencadenó la caída de Alburquerque, el cual abandonará Castilla para refugiarse en Portugal.El desgraciado destino de Blanca de Borbón, que rechazada por Pedro I, permanecerá recluida por orden del monarca servirá de pretexto para iniciar una rebelión por parte de la nobleza en contra de las pretensiones del rey. Intentando llegar a un acuerdo, los sublevados se apoderaron de la persona del rey, el cual, tras ser hecho prisionero y ser sometido a una serie de vejaciones que marcarán un punto de inflexión en su carácter como rey, será liberado en 1355, año en el que se inician las temibles venganzas de Pedro I. Se pondrá de manifiesto a partir de ahora toda su agresividad, patente no sólo en la lucha contra los nobles, sino también con respecto a su familia de la cual también va a desconfiar de ahora en adelante.Tras quedar definitivamente rota su alianza con Francia se iniciará a partir de ahora la primera de las campañas contra el reino de Aragón.

2. La Corona de Aragón en el reinado de Pedro IV el Ceremonioso.

El largo reinado de Pedro el Ceremonioso es mucho más dilatado y complejo que el de sus homónimos, pero también, al igual que el de ellos, en el reino aragonés desempeñan un papel fundamental los problemas dinásticos. Por una parte están los derivados del segundo matrimonio de su padre, Alfonso IV el Benigno con Leonor de Castilla. De este matrimonio nacerán dos hijos, Fernando y Juan. Fernando se convertirá, gracias a varias concesiones de territorios por parte de su padre, en el más poderoso señor territorial de la corona de Aragón, situación nada favorecedora para las buenas relaciones con el nuevo rey de Aragón, influyendo también sobretodo la actitud de su madrastra Leonor de Castilla a favor de sus hijos legítimos.En otro sentido diferente, las tensiones se agudizaron con el motivo de la falta de hijos varones que, durante mucho tiempo afectó al rey de Aragón. Este punto explica los sucesivos matrimonios del Ceremonioso, facilitados por la temprana muerte de sus dos primeras esposas. La fortuna le llegaría en su tercer matrimonio, establecido con Leonor de Sicilia, la cual le va a dar dos hijos varones, Juan I y Martín el Humano.A todo este clima de tensión hay que unir las malas relaciones con sus hermanos por lo antes mencionado que participarán en algunos de los problemas internos del reino, sobretodo en la oposición al autoritarismo del monarca realizada por las “uniones” de Aragón y Valencia.

56

Page 57: Medieval España II

Al iniciarse la segunda mitad del siglo XIV, Pedro IV el Ceremonioso había solucionado buena parte de estos problemas, destacando la victoria total contra los unionistas de Aragón y Valencia en 1348, imponiendo posteriormente su autoridad sobre el reino.

2.1 La cuestión de Cerdeña.Se ha dicho de Pedro IV que la directriz principal durante su reinado consiste en la recuperación, para la corona aragonesa, de todos aquellos reinos que habían sido incorporados a ella por sus antecesores. Tal es el caso de Mallorca y de Sicilia, por lo que también se tratará de imponer el dominio aragonés en Cerdeña. Para ello deberá enfrentarse a Génova y no podrá hacerlo sin la colaboración de Venecia. La realidad es que esta isla había sido conquistada años atrás por su padre Alfonso IV, la cual se hallaba dividida en distritos encabezados por jueces. Pero hay que añadir que la situación en la isla era muy anárquica y de ahí que suscitara apetencias en sus vecinas Pisa y Génova. La conquista de Alfonso IV se conseguiría en 1324, aunque no de forma definitiva, pues existían rivalidades que enfrentaban a los distintos linajes autóctonos, por lo que la presencia aragonesa creó cierto descontento. Como se ha aludido antes, Pedro IV acudirá a buscar como aliada a la república de Venecia para contrarrestar a Génova, estableciendo un acuerdo que permitiría a Pedro enviar una expedición a la isla al mando de Bernat de Cabrera que vencerá a los genoveses en Alguer en 1353. Un año más tarde una nueva flota aragonesa pone sitio a Arbórea, en la costa occidental de la isla, que tras ser tomada y vaciada de sus habitantes, será repoblada por catalanes. Ya en 1355, Pedro IV celebrará unas cortes generales constituyendo el reino de Cerdeña.

2.2 Los primeros pasos para la anexión de Sicilia a Aragón.La reincorporación de Sicilia a la corona no fue sino el resultado de un complicado proceso en el que se mezclaron tanto el empeño de Pedro IV por recuperar la isla como el azar histórico, es decir, las circunstancias que se dieron en un determinado momento.En 1355 se produce la muerte de Luis I de Sicilia, hermano de la reina Leonor, tercera esposa de Pedro IV (antes hemos aludido a ella, dándole a este dos hijos). El fallecido Luis no tenía descendencia, por lo que le sucedió su hermano Federico III, el cual contaba con solo 13 años de edad. Se acordará entonces el matrimonio entre el joven rey de la isla, Federico, y Constanza, hija del primer matrimonio de Pedro IV en 1361. Este hecho, así como la circunstancia de ser Federico un hermano de la reina de Aragón, doña Leonor, va a proporcionar una gran influencia en la isla por parte de Pedro IV, llegando incluso a intentar un proyecto de anexión de la isla a la corona de Aragón por parte de su esposa que no se llegará a materializar de momento, pues la realidad peninsular plasmada en la amenaza del monarca castellano se cernía sobre el reino de Aragón.

2.3 El camino hacia la anexión definitiva del reino de Sicilia.De su matrimonio con Constanza de Aragón, Federico III de Sicilia había tenido una hija, María, que iba a desempeñar un papel fundamental en la anexión de la isla a la corona aragonesa. Pero su madre murió al darla a luz, y Federico III contrajo un nuevo matrimonio entroncado con la familia real de Nápoles y estableciendo con su reina,

57

Page 58: Medieval España II

Juana I, un acuerdo mediante el cual se proclamaba el derecho de sucesión de ésta última si el monarca moría sin descendencia. Tal acuerdo provocó la protesta de Pedro IV.A la muerte de Federico quedaba como presunta heredera María, aunque había una dificultad: un antecesor de María había dispuesto en su testamento la exclusión de mujeres en la sucesión al trono. Esta circunstancia dio la ocasión a Pedro IV para reclamar para sí la herencia siciliana como sucesor directo por vía masculina. Sin embargo el papa Gregorio XI negó este derecho al rey y lo concedió a María, nieta del rey aragonés. Pedro IV lo intentará todo con tal de vincular a Sicilia con la corona aragonesa, terminando por establecer un acuerdo matrimonial de ésta con su nieto Martín el joven. Este hecho hará que en un futuro Martín el joven se convierta en rey de Sicilia.

3. El enfrentamiento entre Aragón y Castilla: la Guerra de los Dos Pedros.En 1356, resuelta de momento la victoria de Pedro I sobre la revuelta nobiliaria surgida en Castilla, el rey cruel inicia su primera campaña en las guerras contra Aragón. Los motivos que le llevarán a la contienda, van a ser por una parte, el deseo de recuperar los territorios que había tenido que ceder en el pasado a Aragón, cercanos ellos a la frontera de Murcia. Por otro lado, estaba en juego la hegemonía peninsular entre dos monarcas autoritarios, la cual era reclamada por Pedro I. Uno de los motivos que llevaron al enfrentamiento a Pedro IV el ceremonioso de Aragón, fue la presencia en Castilla de los infantes aragoneses, contrarios a su persona, perturbando las relaciones entre los dos reinos. En todo caso, la guerra se enmarca a escala internacional, en el gran conflicto de la Guerra de los Cien Años, y también en el contexto de las buenas relaciones que mantenía Castilla con la república de Génova.El estallido fue ocasionado por una contienda menor dentro de las tensiones padecidas entre ambos reinos. Con motivo del apresamiento de unos barcos de Piacenza, aliada de Génova, por una armada catalana, Pedro I decretó un embargo de bienes sobre los mercaderes catalanes establecidos en Castilla y formuló un ultimátum al monarca aragonés, el cual aceptó el reto.Oficialmente la guerra se inicia con la toma de Alicante por parte de Pedro I en septiembre de 1356. Por el bando contrario, Enrique de Trastámara, que había huido a Francia entrará desde allí en Aragón firmando un acuerdo de vasallaje hacia el monarca aragonés plasmado en el Tratado de Pina. Posteriormente, en marzo de 1357, la ofensiva castellana dará como resultado la toma de Tarazona, perdida posteriormente, al mismo tiempo que las tropas leales a Pedro I derrotaban a los sublevados de Andalucía. Tras estos hechos hubo una tregua entre los dos reyes a lo largo de la cual en monarca castellano va a preparar una nueva ofensiva, esta vez por mar. En este contexto, antes de comenzar el siguiente ataque tuvieron lugar algunos de los asesinatos más atroces de cuantos mandó a cometer el rey cruel a lo largo de su mandato. Estas muertes violentas constituirán la mejor propaganda adversa contra el rey, pues atraerá el odio implacable de sus enemigos, a la vez que va a fomentar el temor y la desconfianza entre sus fieles.

3.1 La reanudación de las hostilidades entre Castilla y Aragón.

58

Page 59: Medieval España II

En verano de 1358 se reanudará la guerra contra Aragón. Pedro I entonces contaba con la alianza del monarca portugués. La flota preparada con tanto esmero por el rey cruel se hace a la mar en abril de 1359 rumbo a Barcelona con la intención de conquistarla, aunque esta empresa se quedó en poco más que una simple demostración de fuerza ya que los castellanos no llegaron a desembarcar en la costa catalana. El balance de esta acción fue negativo, pero sólo en cierto modo, pues la novedad era la presencia de una gran flota castellana en aguas mediterráneas, poniendo de manifiesto las grandes capacidades de este reino.

3.1.1 De Araviana a Nájera.En septiembre de ese mismo año, Enrique de Trastámara se arriesgó a organizar, por iniciativa propia, una expedición terrestre a Castilla. Partiendo de Aragón, penetró por tierras de Soria y, aprovechando la descoordinación de las tropas castellanas pudo obtener sobre éstas una brillante victoria en Araviana. El miedo a las represalias del rey de Castilla a causa de la derrota hizo huir a Aragón a algunos de los jefes del ejército castellano, por lo que Enrique va a salir fortalecido de esta victoria. Entonces se trató de aprovechar tal situación desfavorable a Castilla, pues en esos momentos el acto coincidió con la pérdida de apoyo por parte de Portugal y Navarra prestados al rey cruel. Pero al respecto, no todo era tan proclive en el bando aragonés, pues si Pedro I tenía como talón de Aquiles el terror y la desconfianza que su crueldad despertaban en su reino, los exiliados castellanos que lo combatían desde Aragón se quejaban de la fuerte división en el seno del reino entre el infante don Fernando y Enrique de Trastámara. En la siguiente expedición militar, el rey aragonés va a dar el mando de nuevo a Enrique, fruto de la cual se da un nuevo enfrentamiento con Castilla en Nájera, resultando derrotado en el mismo emplazamiento en dos ocasiones el ejército de Aragón. A partir de aquí se va a volver a reforzar el entendimiento entre Castilla y Portugal. Los nobles castellanos huidos a Portugal fueron devueltos y ajusticiados. Pero sobretodo se produce ahora un acercamiento con Inglaterra, el cual desembocará en una alianza que se estaba gestando ya desde 1359.

3.1.2 La paz de Terrer. A Pedro IV de Aragón le interesaba a estas alturas llegar a una tregua. Antes de firmarla, el monarca aragonés y su hermano el infante don Fernando llegaron a un acuerdo por el cual, Enrique de Trastámara quedaba privado de la jefatura del partido de los exiliados castellanos. A Castilla, por su parte, también le interesaba la paz porque en Granada acababa de producirse el destronamiento de Muhammad V, buen aliado de Pedro I, en pro de Muhammad VI, del cual podía esperarse una alianza defensiva con Aragón (que fue lo que al fin sucedió).El acuerdo con Aragón se firmó en Terrer en 1361. En él, Pedro I renunciaba con alguna excepción a sus reivindicaciones territoriales; Pedro IV se comprometía a prescindir de los servicios de Enrique de Trastámara, por lo que éste, despechado, marchará a Francia con la intención de conseguir la colaboración del delfín, el futuro Carlos V.Pero la paz de Terrer se convierte en una simple tregua de corta duración, pues muerto Muhammad VI de Granada, el rey de Castilla estaba libre de nuevo para emprender otra ofensiva contra el reino de Aragón.

59

Page 60: Medieval España II

3.2 La nueva guerra con Aragón y el creciente protagonismo de Enrique de Trastámara.Esta nueva fase de la guerra tiene todas las características de un conflicto internacional a causa de la serie de alianzas que se establecieron. Pedro IV, unido a Francia, ésta a su vez humillada por la paz de Bretigny de 1360, tuvo que recurrir de nuevo a Enrique de Trastámara, el cual no dejará pasar esta oportunidad para afianzar su figura. En marzo de 1363 el rey aragonés reconoce virtualmente al conde de Trastámara como pretendiente al trono castellano, prefiriéndolo así por delante de su propio hermano, don Fernando. Tal decisión obtenía un valor adicional en estas circunstancias pues si se valora que hacía poco que había fallecido el único descendiente varón de Pedro I de Castilla.En cuanto a la nueva contienda, el ejército castellano se dirigió a Valencia en la primavera de 1363, después de tomar Teruel, Segorbe y otras plazas. Esa ofensiva exigió a Aragón la búsqueda de la paz a cualquier precio. Pocos días después de firmarse una nueva paz moría el infante don Fernando, por lo que ya no queda ningún obstáculo para que Enrique reclame el trono de Castilla.Pedro I no respeta la paz establecida alegando el incumplimiento de algunos pormenores por parte de Aragón, por lo que va a lanzar una nueva ofensiva sobre Valencia, proporcionándole el control sobre la mayor parte de este reino. Aunque el sitio de Valencia pudo ser levantado, la superioridad de Castilla queda patente en los hechos, por lo que Enrique de Trastámara va a tener que ampliar sus alianzas si pretende vencer a Pedro I. Es entonces cuando Aragón va a conseguir una alianza con Francia y el papado para contratar un contingente de tropas mercenarias inactivas en Francia durante la paz de Bretigny para hacer frente a Castilla. Se está gestando entonces un nuevo enfrentamiento que no se va a iniciar hasta el 1366.

4. El Reino de Portugal: el reinado de Pedro I.

Alfonso IV (1325-1357) era hijo de Dionís e Isabel de Aragón, pero su padre, Dionís, había tenido numerosos hijos bastardos, los cuales van a desempeñar un destacado papel en el reino. Se trata de Alfonso Sánchez y de Pedro, el conde de Barcelos. El poder que ostentaron éstos en vida suscitó el recelo del príncipe heredero, Alfonso IV, lo cual dio lugar a gravísimos conflictos entre Dionís y su sucesor, el cual nada más acceder al trono desterrará a Alfonso Sánchez. Un nuevo episodio de rivalidades habrá de surgir posteriormente entre Alfonso IV y su propio hijo y heredero, el futuro Pedro I de Portugal. En 1340, Pedro había contraído matrimonio con Constanza Manuel, pero el heredero al trono no tardó en enamorarse de Inés de Castro, dama de compañía de su esposa. En 1345, cuando murió su esposa Constanza, Pedro se unió a Inés. De hecho, nacieron varios hijos de esa unión, mientras que del matrimonio con Constanza sólo quedó un hijo legítimo, Fernando, futuro rey de Portugal. Todo ello constituía una fuente de problemas, debido al creciente poder adquirido por los parientes de Inés de Castro. La alarma va a cundir entre los consejeros del monarca Alfonso IV, resultando de todo ello el asesinato de Inés de Castro en junio de 1355. Pedro nunca olvidará el crimen.

60

Page 61: Medieval España II

La actuación de Pedro I de Portugal, también llamado el cruel, o el justiciero, está en la misma línea de autoritarismo que la practicada por sus homónimos. Él mismo ejercerá la justicia personalmente, practicándola a menudo con rigor y severidad. Destaca durante su reinado el avance hacia la creación de una iglesia nacional de Portugal.

5. Navarra en la época de Carlos II el Malo.

El reinado de Carlos II de Navarra (1349-1387) es, posiblemente, el mejor ejemplo para explicar la participación que los reinos y los monarcas hispánicos tuvieron en la Guerra de los Cien Años. Carlos, hijo de Juana II y Felipe de Evreux descendía de los reyes de Francia. Esta es otra ocasión en la que, como en los reinados anteriores, aparecen problemas dinásticos unidos a cuestiones como la ilegitimidad o supuesta ilegitimidad de un heredero al trono.Todo se remonta a los hechos durante el mandato de sus padres Juana II y Felipe, los cuales tras la separación del reino de Navarra de la corona francesa, renunciarán al condado de Champaña, a cambio de la promesa de recibir varios estados feudales como Angulema o Longueville, todo ello unido a la posesión de ciertas tierras en el Languedoc y en Normandía. A Carlos II, por su parte, lo veremos actuar en Francia como aliado del rey inglés, luchando contra Juan II por los derechos sobre Angulema o intentando salvaguardar sus tierras en Normandía de la invasión del rey francés. Su actuación desde España estará casi siempre relacionada con sus aspiraciones en el reino de Francia, y por tanto, con una marcada inclinación hacia una alianza con Inglaterra o con los aliados de este reino.

TEMA 7:

LA GUERRA CIVIL CASTELLANA Y LA REVOLUCIÓN TRASTÁMARA EN CASTILLA.

1. La Guerra Civil en Castilla.

2. El fortalecimiento del poder real en el reinado de Enrique II.

3. Los fundamentos sociales: el auge de la nobleza y el declive de los judíos.

4. La política internacional en el reinado de Enrique II.

 

61

Page 62: Medieval España II

El asesinato de Pedro I en Montiel, en la noche del 22 al 23 de marzo del año 1369, hizo posible la coronación de su hermanastro Enrique II que estableció la dinastía de los Trastámara1

Pero el triunfo de la «revolución Trastámara» requirió de una larga y cruenta guerra, que se desarrolló entre los años 1366 y 1369.

1. La Guerra Civil en Castilla.

Las relaciones del rey Pedro I, que accedió al trono en el año 1350, con su hermanastro fueron muy tensas desde el primer momento. Enrique, había recibido tierras en el norte de León y en Asturias, siéndole concedidos, en el año 1345, los títulos de conde de Trastámara, Lemos y Sarria.

La ejecución, en 1351, de la madre e Enrique, Leonor de Guzmán, propició la actitud levantisca de Enrique contra la autoridad regia en los primeros meses de 1352.

El bastardo, que pretendía hacerse fuerte en la zona de Asturias, Galicia y el norte de León, puso cerco a la ciudad de Oviedo, pero no tuvo éxito, como tampoco lo tuvo, poco después, contra Avilés.

Las tropas realistas contraatacaron, obligando al Trastámara a buscar refugio y gracias a la intervención de Juan Alfonso de Alburquerque, hombre de confianza del monarca castellano Pedro I, en julio de 1352 se logró llegar a un acuerdo con los rebeldes.

La boda de Pedro I con la francesa Blanca de Borbón, en 1353, hizo posible una reconciliación, aunque pasajera, entre el rey de Castilla y sus hermanastros.

El príncipe bastardo, no obstante, terminó por liderar a un importante sector de la nobleza, rotundamente opuesto al monarca castellano.

Los primeros choques entre los dos bandos se decantaron a favor de Pedro I con las derrotas de Enrique en Toledo 1355 y en Nájera 1360 (1ª batalla) en donde las tropas trastamaristas mostraron una violenta actitud antisemita.

Ahora bien, las cosas cambiaron poco tiempo después:

En 1363, en Binéfar, Enrique llego a un pacto con el rey aragonés Pedro IV. A cambio de la ayuda del Ceremonioso, el Trastámara entregaría a aquél el reino de Murcia, una vez coronado rey. Se llegó a una promesa de matrimonio en el que estarían implicados Juan, primogénito de Enrique, y Leonor, hija del rey aragonés

En 1366 Enrique de Trastámara penetró nuevamente en Castilla con su ejército, acompañado por las Compañías Blancas, dirigidas por el caudillo bretón Beltrán du

1 La dinastía Trastámara era de origen bastardo, toda vez que Enrique II era uno de los muchos hijos ilegítimos que había tenido Alfonso XI con la hermosa dama Leonor de Guzmán.

62

Page 63: Medieval España II

Guesclin. Se trataba de soldados mercenarios franceses, curtidos en la Guerra de los Cien Años. Entró en Burgos, donde parecía contar con el apoyo de buena parte de la sociedad, (entre ellos estaba el futuro cronista del reinado, Pedro López de Ayala) y fue coronado rey, en el monasterio de Las Huelgas.

Tomó Toledo en mayo y Sevilla en junio. En septiembre de 1366 el príncipe bastardo retornó a Burgos.

Mientras tanto, Pedro I, totalmente incapaz de contener el avance de su hermanastro, terminó por abandonar su reino. Buscó ayuda en Portugal, prometiendo la mano de su hija Beatriz a Fernando, heredero del trono.

Después fue hacia Galicia, en donde había bastantes partidarios de su causa. Partió después, al sur de Francia donde firmó con el heredero de Eduardo III de Inglaterra, Eduardo, conocido como el Príncipe Negro, el Tratado de Libourne (septiembre de 1366). en él intervino también el rey de Navarra, Carlos II (ambos le ayudarían a cambio de dinero y territorios; el Príncipe Negro recibiría el señorío de Vizcaya y la villa de Castro Urdíales; el rey navarro, Logroño, Calahorra, Navarrete, Guipúzcoa y Álava).

Tras la invasión de Castilla por el pretendiente, la ofensiva de Pedro I sobre Aragón (reino con el que estaba en guerra) quedó detenida y se produjo un repliegue del ejército castellano, hecho conveniente para Pedro IV, que volvía a tener problemas en Cerdeña (estos conflictos mediterráneos impidieron al rey de Aragón colaborar eficazmente con su aliado Trastárnara en Castilla)

En 1367, las tropas conjuntas del rey Pedro I y de los ingleses cruzaron Navarra y se establecían en la Rioja. Enrique de Trastámara presentó su ejército en las proximidades de la villa de Nájera. Antes del combate el Príncipe Negro se ofreció sin éxito a mediar entre Pedro y Enrique con la finalidad de restaurar al rey legítimo.

La batalla de Nájera, (2ª batalla) que tuvo lugar el 3 de abril de 1367, se decantó claramente favorable al bando anglopetrista debido a la pericia de los arqueros ingleses. Muchos combatientes del bando trastamarista fueron hechos prisioneros, entre ellos el francés Beltrán du Guesclin.

Enrique de Trastámara pudo huir, a duras penas, encontrando refugio en Francia (lo que dio fin al «primer reinado» de Enrique de Trastámara)

En Aragón, el resultado produjo inquietud, pues se pensó que el ejército vencedor podía invadir el reino y se rompieron los acuerdos establecidos, incluido el matrimonio de la hija del rey, Leonor con el heredero de Enrique de Trastámara.

No obstante, el triunfo de Pedro I apenas tuvo resultados positivos para su causa, entre otras razones por la pronta ruptura de su alianza con los ingleses. Los castigos que Pedro I desplegó contra los vencidos, actitud que al Príncipe Negro le parecía políticamente desaconsejable, el impago a las tropas y el incumplimiento de la promesa hecha en Libourne de entregar Vizcaya, hicieron que el inglés retornara a Aquitania

63

Page 64: Medieval España II

El Príncipe Negro entró en tratos con el rey de Aragón que se sentía aislado y en peligro y nada podía conjurarlo mejor que la alianza inglesa. El heredero inglés intervino también para propiciar la paz entre Aragón y Castilla, firmada el 13 de agosto de 1367

Mientras tanto, Enrique de Trastámara, que aprovechó su estancia en Francia para buscar nuevas ayudas (Carlos V), retomó a tierras hispanas a finales de septiembre de 1367.

El enfrentamiento fratricida renacía, aunque en esta nueva fase fue más una guerra de desgaste que de grandes batallas campales.

Entró en la ciudad de Burgos a comienzos de octubre, siendo recibido con gran solemnidad. Apenas unos meses después, se habían alineado en el bando trastamarista numerosas ciudades y villas, entre ellas Córdoba, Segovia, Guadalajara, Valladolid, Palencia, Salamanca, Toro y Medina del Campo, además de la citada Burgos.

En noviembre de 1367 tuvo lugar en Tarbes, en el Pirineo, una conferencia entre representantes del Príncipe Negro y de los reyes de Navarra y Aragón. Pedro I envió mensajeros que ofrecieron a Aragón la entrega de Murcia planteando al mismo tiempo el matrimonio de Constanza, hija del rey de Castilla, que quedaba como heredera, con el heredero de Aragón.

En esta conferencia no hubo representantes de Enrique de Trastámara. Por lo que quedó al margen de lo allí establecido y se sintió liberado de toda obligación de realizar compensaciones territoriales tanto al Príncipe Negro como a los reyes de Aragón y de Navarra.

En la primavera del año 1368 el conflicto se trasladó a la Meseta sur y Andalucía, toda vez que, por esas fechas, las tierras al norte del Sistema Central estaban claramente dominadas por el príncipe bastardo.

Uno de los núcleos más importantes era, sin duda alguna, la ciudad de Toledo, a la cual pusieron asedio las tropas trastamarístas. Ciertamente, la ciudad del Tajo ofreció una tenaz resistencia. De todos modos, un paso decisivo a favor de Enrique de Trastámara fue la firma del tratado de Toledo, establecido con la monarquía francesa de Carlos V en noviembre del año 1368 en las afueras de la ciudad del Tajo. A cambio de la ayuda militar de los franceses, que se plasmó entre otros aspectos en el regreso a suelo hispano de Beltrán du Guesclin, Enrique se comprometía a auxiliar a sus vecinos en la Guerra de los Cien Años que venían sosteniendo desde años atrás con los ingleses.

Pedro I, llegó a aliarse con los nazaríes de Granada, pero sin sacar ningún resultado positivo de aquella iniciativa (no pudo tomar Córdoba dominada por partidarios de Enrique de Trastámara. pese a las fuerzas coaligadas de Pedro I, Muhammad V y un príncipe marroquí). Asimismo, solicitó a Inglaterra, a última hora, una ayuda que tenía pocas posibilidades de conseguir a causa del incumplimiento de sus anteriores compromisos con el Príncipe Negro.

No obstante el remate de la guerra fratricida tuvo lugar en la localidad manchega de Montiel, en marzo de 1369. Pedro I fue derrotado y se refugió en la fortaleza de Montiel. Desde allí envió un emisario a Du Guesclin solicitando una alianza con él y ofreciéndole tierras y dinero a cambio de facilitar su liberación. El condestable francés asintió

64

Page 65: Medieval España II

proponiendo, de acuerdo con Enrique de Trastámara, una entrevista en su tienda en la noche del 22 al 23 de marzo. Mas a la postre se produjo un a pelea entre los dos hermanos, cayendo finalmente muerto el rey Pedro.

A partir de ese momento Enrique II era el único rey de Castilla. Ahora bien, aparte de Toledo, que seguía cercada por los soldados trastamaristas, aún subsistían diversos focos favorables a la causa de su hermanastro, particularmente las localidades de Carmona y de Zamora. Enrique II hubo de dedicar sus próximos esfuerzos a conseguir la rendición de los petristas que resistían en las mencionadas localidades. Los petristas incluso promovieron como candidato suyo al trono de Castilla al rey Fernando de Portugal. El rey portugués intentó atraer a su causa al de Aragón, aunque la situación de Pedro IV no era la más oportuna, al estar seriamente implicado en sofocar las revueltas surgidas en Cerdeña.

La actuación militar portuguesa fue desafortunada y desprovista de interés para muchos petristas, en gran medida porque favorecía a un rey extranjero con el cual era difícil que se identificaran los habitantes del país. En otro sentido, la rápida iniciativa de Enrique II de llevar la guerra a Galicia, que dominó en gran parte, para invadir luego Portugal, dejó anulado y desprestigiado a su oponente.

En la definitiva pacificación del país, Enrique II demostró un pulso firme y una voluntad decidida. Aunque quedaba todavía mucha tarea por realizar, en el verano de 1370 llegaron a la Corte, establecida en Sevilla, dos legados pontificios enviados por Urbano V: era el reconocimiento irreversible de Enrique —un usurpador, en realidad— como rey legítimo de Castilla.

1.1. La legitimidad de ejercicio

Pedro I era el legítimo rey de Castilla, como sucesor de su padre Alfonso XI. Enrique II, tenía un origen ilegítimo. Para fundamentar su legitimidad, éste siguió dos caminos propagandísticos:

1) afirmar que la ilegitimidad de Pedro I se basaba en su origen : se llegó a acusar al rey de ilegítimo, afirmando que no era hijo de Alfonso XI, sino de un judío, Pero Gil, de ahí deriva el término de «emperogilados» que se aplicó a sus partidarios. Pero este argumento, tuvo muy escasa incidencia

2) Denunciar el ejercicio de su poder; La propaganda trastamarista presentó a Pedro I como tirano. La tiranía suponía abuso, injusticia y crueldad. La lista de crímenes era elevada, incluyendo a su esposa Blanca de Borbón y a varios hermanos suyos. Se le acusaba de apropiación de rentas y derechos que correspondían a la Iglesia así como de proteger a los enemigos de la fe cristiana, (musulmanes y judíos)

En contraste Enrique de Trastámara se presentaba como el paradigma por excelencia del «rey cristiano» y un instrumento de la Providencia

Además de la propaganda, Enrique se preocupaba de dar mensajes sociales, haciendo continuos guiños a la nobleza, a la Iglesia y a las oligarquías urbanas y

65

Page 66: Medieval España II

simultáneamente procuraba atraerse el favor de los sectores populares al izar la bandera del antijudaísmo.

En definitiva, Pedro I perdió sus derechos al trono porque había actuado como un auténtico tirano. En su lugar se instaló Enrique II, enviado por la Providencia para poner orden en la corona de Castilla, víctima de las terribles injusticias de su antecesor. Por otra parte el Trastámara era un decidido protector de las estructuras sociales vigentes, y en particular de la alta nobleza.

2. El fortalecimiento del poder real en el reinado de Enrique II.

Enrique II se presentó como un continuador de la obra de su padre, Alfonso XI, es decir, como defensor del fortalecimiento del poder real que éste plasmara en las Cortes de 1348, con el Ordenamiento de Alcalá. Dicho robustecimiento del poder real no era contradictorio, con la convocatoria de las Cortes, que fueron reunidas en numerosas ocasiones por Enrique II.

2.1 Medidas centralizadoras

Enrique II dispuso una serie de medidas que proseguían el camino hacia la centralización iniciado en su día por Alfonso X y continuado por su padre Alfonso XI:

a) Consolidación de la Audiencia. En las Cortes de Toro de 1371 se estableció como tribunal superior de justicia de los reinos de Castilla y León, del que sólo estaría por encima el monarca, como indiscutible juez supremo. La Audiencia funcionaría como un tribunal colegiado, integrado por siete oidores, tres de ellos prelados y los otros cuatro letrados, es decir, expertos en asuntos jurídicos.

b) Mayor peso, dentro del Consejo Real, a expertos en cuestiones jurídicas. Más que un órgano de asesoramiento representativo de los diversos estamentos de la sociedad, como había sido tradicionalmente, debería de ser un instrumento al servicio del poder regio. Esto pone de relieve el imparable proceso de tecnificación que estaban conociendo las instituciones centrales de gobierno.

c) Reformas en la Cancillería. En las Cortes de Toro del año 1369 se aprobó un Ordenamiento de Cancillería que regulaba las tasas que debían de abonarse por la expedición de los documentos emanados de la Cancillería. De esa forma se lograría un incremento de los ingresos de la hacienda regia, lo que sería positivo para la autoridad real.

d) Importantes medidas de carácter económico; «intervencionismo económico». En las Cortes de Toro de 1369 se aprobó una devaluación monetaria así como un Ordenamiento de precios y de salarios, con el que se buscaba poner freno a la inflación. Sin embargo, en las Cortes de Medina del Campo de 1370, se dio marcha atrás a ambas medidas. Se ponía de relieve la firme apuesta de Enrique II por la estabilización económica.

66

Page 67: Medieval España II

e) Potenciación de la poderosa institución ganadera de la Mesta; confirmó privilegios, bajo los tributos y se la defendió frente a poderes locales

f) Elección de los colaboradores del rey entre las gentes de su confianza, la mayoría de ellos integrantes de la denominada «nobleza de servicio». Sus parientes directos sólo formaron parte del entorno regio en muy contadas ocasiones. En general los nobles pertenecientes a los linajes que le habían apoyado desempeñaron los puestos de confianza en la corte, ocupando también los adelantamientos, los maestrazgos de las órdenes militares o el puesto de alcalde entregador mayor de la Mesta.

2.2. La fluidez de las Cortes

Las Cortes se convocaron con frecuencia (en contraste con Pedro I que solo contó con una reunión) Carecían de poder legislativo, que correspondía en exclusiva al rey.

Las frecuentes reuniones de Corte ponen de relieve:

-         La voluntad de debate del reino

-         El deseo del rey de alcanzar un equilibrio social en sus reinos

-         El interés en fomentar la imagen de rey justo, frente a su hermanastro Pedro.Convocatorias:

- Burgos, no se sabe bien si a finales del año 1366 o a comienzos del 1367, después en 1372, 1373 y 1377.

- Las Cortes en Toro, en los años 1369 (ordenamientos, uno de índole general, otro sobre precios y salarios y un tercero, de la Cancillería) y 1371, la más relevante, donde representantes del tercer estado lanzaron una ofensiva contra los judíos, se escucharon críticas a las generosas mercedes otorgadas por Enrique II. Se generaron diversos ordenamientos, uno general, otro dirigido a los eclesiásticos, otro para Sevilla y, por último, el relativo a la administración de la justicia.

- En Medina del Campo, en 1370, que se centró en los asuntos económicos,

3. Los fundamentos sociales: el auge de la nobleza y el declive de los judíos

Los dos aspectos más significativos de la política social:

- La nobleza vio notablemente fortalecidas sus posiciones.

- La comunidad hebraica, por el contrario, inició una fase de retroceso.

3.1 La nobleza en alza

67

Page 68: Medieval España II

Las concesiones de Enrique II a los magnates nobiliarios que le ayudaron, alcanzaron tales dimensiones que a dicho monarca se le conoce con el calificativo de el «de las mercedes».

No obstante, las donaciones consistían, habitualmente, no tanto en bienes inmuebles sino en señoríos jurisdiccionales, los cuales, generaban cuantiosas rentas para quienes los ejercían. Era frecuente que al beneficiado se le otorgara algún pomposo título nobiliario, como el de conde.

Las mercedes enriqueñas tuvieron muchos destinatarios, desde personas del entorno familiar del monarca hasta combatientes extranjeros.

El sector de los parientes del rey, a los que se les terminará por denominarse «epígonos Trastámaras», terminó por convertirse, en reinados posteriores, en un grupo peligroso para el poder real. Por lo que se refiere a los hombres de armas extranjeros las concesiones más importantes se otorgaron a los franceses Beltrán du Guesclin, Pierre de Vilaines etc Du Guesclin terminó por rertornar a Francia, pero los otros caballeros franceses se es-tablecieron en tierras de Castilla.

No obstante, el núcleo básico de los beneficiados lo componen aquellos magnates que terminaron por constituir la llamada «nobleza de servicio». El ascenso de las familias de los Mendoza y de los Velasco por ejemplo. Asimismo mantuvo algunos linajes de la «nobleza vieja» como eran los Manuel y los Guzmán.

La expansión señorial generó, en algunas ocasiones, movimientos de resistencia por parte de quienes pasaban a ser dependientes de los nuevos señores con la subsiguiente respuesta violenta por parte de la corona.

3.2. Declive de los judíos

Europa en el siglo XIV fue testigo, del despliegue de la violencia contra los judíos. A ello contribuyeron las catástrofes de la época, como la terrible peste negra, de cuya propagación se les acusó, siendo los «chivos expiatorios» de dicha epidemia.

En Inglaterra o Francia, se habían tomado duras medidas contra la comunidad hebraica. Es más, la violencia desatada en 1320 en el sur de Francia contra los judíos se expandió al reino de Navarra, cuyas juderías sufrieron, en 1328, durísimos ataques.

Ahora bien, en la Corona de Castilla fue el reinado de Enrique II el que marca el comienzo del declive de los judíos. En ello tuvo mucho que ver la propaganda antijudía lanzada por Enrique de Trastámara en el transcurso de la guerra fratricida que se dio cuenta de que el antijudaísmo era bien visto por los sectores populares y por ello sus tropas actuaron brutalmente contra numerosas aljamas judaicas.

La defensa del Trastámara, por lo tanto, iba de la mano de la hostilidad contra los hebreos.

68

Page 69: Medieval España II

Asimismo, aparte de la violencia física, hay que añadir las elevadas sumas de dinero exigidas por el primer Trastámara a las comunidades judías más importantes de sus reinos, entre ellas las de Toledo y Burgos. El clima de antijudaísmo existente en la corona de Castilla explica la ofensiva lanzada en las Cortes por los procuradores de las ciudades y villas (Así en las Cortes de Toro de 1371se pidió a Enrique II la aprobación de medidas discriminatorias como que viviesen señalados, que no desempeñaran oficios, arrendamientos, que no tuvieran buenas vestiduras etc)

Hay que advertir, no obstante, que Enrique II, una vez que concluyó la guerra fratricida, intentó amortiguar la hostilidad contra los hebreos, ya que si bien no podía desatender las peticiones del tercer estado, tampoco podía abandonar sin más a los judíos, que eran, «servi regis», lo que quería decir que el poder real estaba obligado a darles protección.

Pero frenar la oleada popular antihebraica resultaba de todo punto imposible y, en aquellos años fue cobrando cuerpo el odio a la minoría hebrea que se traduciría, unos años después, en la violenta explosión que estalló en Sevilla en junio del año 1391, desde donde se propagó al resto de la Península ibérica.

4. La política internacional en el reinado de Enrique II.

Hegemonía ibérica y alianza con Francia

1) En política peninsular, y pese a las dificultades de partida con que se encontró al comienzo de su reinado, Enrique II impuso sus criterios a los restantes reinos ibéricos.

2) En política internacional el rasgo más característico de su reinado fue la firme y estrecha alianza con la corona francesa.

4.1. La vertebración de la política peninsular

El panorama peninsular con que se encontró Enrique II al acceder al trono, no era nada afortunado;

- Los nazaríes de Granada, que habían ayudado a Pedro I, eran hostiles.- Aragón pese haber ayudado al Trastámara para que conquistara el trono, al no

cumplir éste su promesa de entregar a Pedro IV el reino de Murcia, se alejaron las posturas.

- Portugal fue un claro rival. Lugar de refugio para los partidarios de Pedro I, cuya muerte quería vengar el monarca lusitano Fernando I.

- El reino de Navarra, por su parte, mantenía la vieja reivindicación de plazas a Castilla, entre ellas la de Vitoria.

Cada reino había actuado por su cuenta pero las cosas experimentaron un cambio cuando en 1370 se constituyó una coalición anticastellanista, a cuyo frente se encontraba al monarca

69

Page 70: Medieval España II

aragonés. Pedro IV, que llegó a aceptar las aspiraciones del rey de Portugal Fernando I al trono castellano, del que se consideraba legítimo heredero.

Sin embargo, Enrique II, fue capaz de destruir los hilos de esa temida alianza.

- Llegó a un acuerdo con los nazaríes de Granada.- En agosto de 1370, la flota castellana vencía a la portuguesa en Sanlúcar de

Barrameda, y de esa forma se vino abajo el proyecto de ataque conjunto luso-aragonés contra Castilla. Firmó con Fernando I una tregua (Alcoutim)

- En 1371, logró Enrique II firmar también la tregua con Pedro IV de Aragón, (Alcañiz)

Así la alianza anticastellana había quedado totalmente deshecha. Llegándose a un equilibrio peninsular

Veamos como la alianza anticastellana dio paso a la hegemonía de la Corona de Castilla:

- En 1371, Enrique II acabó con los dos focos petristas que aún resistían, el de Zamora, en el mes de marzo, y el de Carmona, en mayo.

- En septiembre de 1371 apareció un nuevo peligro; Inglaterra; Juan de Gante, duque de Lancaster, contrajo matrimonio con Constanza, una hija del rey Pedro I. De esa forma reivindicaba el trono castellano. Le apoyaban, además del monarca inglés, un amplio elenco de exiliados petristas, encabezados por el magnate nobiliario gallego Fernando de Castro.

Para evitar el apoyo de Portugal, Enrique II entró en dicho país a finales de 1372 llegandoen febrero de 1373 a Lisboa. Fernando I de Portugal no tuvo más remedio que firmar la paz de Santarem, en marzo de 1373 que concertaba enlaces matrimoniales entre las dos casas reales al tiempo que se comprometía a expulsar de su reino a los petristas refugiados.

- En agosto de 1373 Enrique II firmaba con Carlos II de Navarra la paz de San Vicente, por la que Castilla recuperaba las ciudades de Vitoria y Logroño. Años después hubo un nuevo enfrentamiento. Enrique II preparó un ataque contra Navarra, pero el rey Carlos II, asustado, buscó por todos los medios la paz, finalmente firmada en Briones, en marzo de 1379. Navarra no tuvo más remedio que plegarse a las exigencias castellanas.

Las relaciones más espinosas eran las que mantenía Enrique II con Pedro IV de Aragón.

El monarca aragonés esperaba que el duque de Lancaster se decidiese a invadir Castilla, en tanto que el monarca castellano apoyó, en el año 1374, la aventura del infante Jaime de Mallorca.

A comienzos de 1375, la situación era muy crítica, dando la impresión del inicio de la guerra. Pero, en abril de ese año se firmó la paz de Almazán que supuso la hegemonía de Castilla en el panorama de las relaciones peninsulares. Pedro IV renunciaba a sus aspiraciones al reino de Murcia, y devolvía a Castilla las plazas fronterizas de Molina y Requena.

Enrique II, por su parte, se comprometía a entregar una importante suma de dinero.

70

Page 71: Medieval España II

Se acordó el matrimonio del heredero de Castilla, Juan, con la infanta aragonesa Leonor, hija del Ceremonioso. Las relaciones castellano-aragonesas habían entrado en una etapa de paz.

4.2. Castilla, aliada de Francia

Francia había prestado una ayuda militar decisiva a la causa de Enrique de Trastámara, concretada ante todo en las Compañías Blancas que dirigía el militar bretón Beltrán du Guesclin.

El paso definitivo que solidificó en noviembre de 1368, con la firma del Tratado de Toledo, donde se pusieron las bases de la «gran alianza», que perduraría durante el resto de los tiempos medievales. Castilla, en compensación por el socorro militar, se comprometía a ayudar al reino de Francia contra Inglaterra, en la llamada Guerra de los Cien Años. Dicho pacto tuvo sus consecuencias en muy diversos ámbitos, entre ellos el mercantil, pues la piratería inglesa intentó por todos los medios obstaculizar las relaciones comerciales de la corona de Castilla con las regiones atlánticas de Normandía y de Flandes.

La colaboración castellana en el conflicto franco-inglés se plasmó básicamente en el terreno naval. El primer gran acontecimiento fue el ataque al puerto de La Rochela, llevado a cabo en junio del año 1372. Aquél fue un espectacular triunfo franco-castellano que vino a establecer la superioridad naval de Castilla (El conde de Pembro-ke, que se hallaba al frente de la flota inglesa, cayó hecho prisionero. La gran figura de la marina castellana en aquel combate fue el almirante Ambrosio Bocanegra que estuvo acompañado de expertos marinos castellanos, entre ellos Pedro Fernández Cabeza de Vaca, Femando de Peón o Ruy Díaz de Rojas) El canal de la Mancha, pasó a ser un espacio marítimo caracterizado por la proyección de marinos cántabros y vascos

En el verano del año 1377 la marina castellana, junto a la flota francesa, llevó a cabo un ataque contra la costa sur de Inglaterra. Diversas ciudades inglesas, entre ellas Rye, Portsmouth, Darmouth etc fueron sus víctimas. Quedaba patente que la Castilla de Enrique II era una potencia de primer orden en el panorama de la Europa cristiana.

La alianza de Castilla con Francia iba a tener su repercusión en el ámbito eclesiástico, al sumarse a la postre al papa aviñonés. En el año 1378 se produjo el denominado Cisma de Occidente, debido a la existencia simultánea de dos papas, uno instalado en Roma (Urbano VI), otro, en la ciudad francesa de Avignon (Clemente VII).

El primer Trastámara falleció en 1379 sin haberse pronunciado sobre la cuestión del cisma. Pero pocos años después, Castilla reconocería al pontífice aviñonense, como consecuencia lógica de su alianza con Francia.

TEMA 8

LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LOS CONFLICTOS: LOS REINOS PENINSULARES EN LAS ÚLTIMAS DECADAS DEL SIGLO XIV

71

Page 72: Medieval España II

A partir de 1375, se abre una época de paz y hegemonía peninsular para Castilla, que gracias a la sólida alianza con Francia, genera compromisos internacionales, y ejerce mayor control sobre la principal ruta comercial del momento.

Portugal se enfrenta a diversos problemas políticos que desembocarán diez años después en una guerra civil y una sustitución dinástica.

Navarra se ve afectada por la falta de salida al mar y por la disparidad de intereses entre sus habitantes de la Montaña y de la Ribera, y sobre todo por la política de implicación de Carlos II en la política francesa.

En Aragón, Pedro IV ha superado los graves problemas internos, e inicia una nueva etapa de relaciones con Castilla, pudiendo dedicarse a la política mediterránea.La nueva situación de concordia peninsular se edifica sobre una red de matrimonios → Como en del Leonor (hija de Enrique II con Carlos), Leonor (hija de Pedro IV) con el heredero castellano Juan, Fadrique (otro hijo de Enrique II) con Beatriz, hija de Fernando I de Portugal.

Durante el fin de las treguas de Brujas, que darían fin a las hostilidades de la Guerra de los Cien Años, en 1377 se produce un intento de los Lancaster contra la Castilla de los Trastámara, en el que se pretende involucrar a Navarra y Aragón.

Francia, que descubre la implicación navarra, invade castilla. Esta expedición causó importantes daños a los aliados navarros, y el heredero navarro fue retenido en Paris durante casi tres años.

En 1379 se firma el Tratado de Briones, el cual cerraba Navarra a la influencia inglesa, sometiéndola a un protectorado castellano, con la ocupación de las plazas más importantes. Duró al menos diez años.

Para Aragón también suponía el fin de una etapa. Había problemas internos, derivados del cuarto matrimonio del rey. Los intereses mediterráneos pasaron a tener prioridad.Tanto en el caso navarro como en el aragonés, los herederos eran partidarios de un entendimiento con Castilla.

1- EL REINADO DE JUAN I Y LA HEGEMONÍA CASTELLANA

2- INTERVENCION EN PORTUGAL Y DERROTA CASTELLANA

La firma del Tratado de Briones fue realizada por el heredero de Enrique II, Juan I, el cual subió al poder en 1379. Su reinado es una continuidad del periodo anterior.

Las Cortes se reúnen con cierta regularidad, y tienen un mayor papel en la vida del reino. Los universitarios ahora pasan a formar parte del Consejo, muy especialmente los eclesiásticos. → Es un nutrido grupo vinculado al exilio en Aviñón durante los años de Pedro I. Tienen una sólida formación intelectual y con el apoyo pontificio, proponen llevar a cabo una reforma.

72

Page 73: Medieval España II

Tras la muerte de Enrique II se convocan las Cortes en Burgos para resolver la contención del gasto, la recuperación de los recursos de la Corona y la negativa a incorporar al Consejo representantes de los procuradores de las ciudades. También se abre una investigación respecto a la situación de la Iglesia, gravemente perturbada por la doble elección pontificia que había tenido lugar tras la muerte de Gregorio XI, siendo elegido Urbano VI, y desencadenando la reacción de sus cardenales, los cuales consideraron inválida la elección anterior y nombraron a Clemente VII.

Como consecuencia se produce una división entre la Iglesia y la Cristiandad (Cisma de Occidente). Francia y sus aliados apoyan a Clemente VII, el cual se instala en Aviñón. Inglaterra y los suyos se proclaman campeones de la obediencia urbanita. En el caso de los cuatro reinos hispanos, el cisma incrementará la conciencia de interrelación mutua de pertenecer a una nación, y la necesidad de adoptar posiciones conjuntas en el problema de la Cristiandad. → Esto renueva las tensiones entre los reinos, y proporciona el argumento de una nueva acción de Juan de Lancaster para convertirse en rey de Castilla como representante del petrismo.

En septiembre de 1830, Juan I convoca nuevas Cortes en Soria en las que se atienden los problemas internos, entre ellos el juramento del heredero (Enrique III), lo que consolidaba la dinastía instalada a consecuencia de la guerra civil. También se planteó la cuestión del Cisma, y a pesar de los esfuerzos de Pedro de Luna, no hubo posiciones comunes, ya que en un primer momento todos los monarcas adoptaron la neutralidad para hacer frente a este problema.

Permanecer en esta neutralidad era mucho más difícil para Castilla, ya que la dinastía Trastámara mantenía vínculos de alianza con Francia, y Juan I no quería enfriar dichos vínculos. Quería buscar una solución que no diera pie a Inglaterra a un nuevo intento de los Lancaster por conquistar el trono de Castilla o un nuevo intento inglés de quebrantar el comercio castellano en Flandes.

Juan I intenta acercar posiciones con Pedro IV, pero no lo consigue. Fernando I de Portugal se adelanta a conocer a Clemente VII.

La gestión de Pedro de Luna y las presiones francesas obligan a Juan I a convocar una asamblea del clero del reino ante el cisma. Esta asamblea se reúne en Salamanca y publica un documento por el que Castilla reconoce a Clemente VII como legítimo pontífice → Con esta postura pretende reforzar la postura con Francia ante la certeza de un nuevo enfrentamiento con Portugal e Inglaterra.

La guerra castellano- portuguesa

Enrique mantenía estrechos contactos entre Portugal e Inglaterra para una acción común anticastellana.

Para llevar a cabo esta negociación llegó a Portugal un petrista, exiliado en Inglaterra (Julián Fernández de Andeiro) que pronto se convertiría en amante de la reina Leonor Téllez.

73

Page 74: Medieval España II

Con estos contactos hay una mayor implicación de Fernando I en la guerra, poniendo fin a los años en los que había adoptado sus mejores medidas de gobierno: ley das Sesmarias, fundación de la Compañía das Naus, construcción de murallas, reformas en la administración pública, y regulación de las sisas.

En julio de 1380 se firma en Estremoz un acuerdo secreto que preveía una acción anglo-portuguesa sobre Castilla para sustituir al Trastámara por Juan de Lancaster.El infante Juan revela el acuerdo al rey castellano, y abandona Portugal, refugiándose en Castilla.

El descubrimiento de la verdadera actitud de Fernando I tuvo decisiva influencia en la toma de postura castellana en la cuestión del cisma: mientras los comunes votaban subsidios para la llamada cruzada urbanista, el clero castellano se reunía en Medina del Campo y tomaba la opción clementista.En abril de 1381, los castellanos renuevan su alianza con Francia, por el Tratado de Vincennes, y al mes siguiente en la Asamblea de Salamanca hacían público el clementismo oficial de su reino.

Con la amistad castellano francesa se pone en libertad al príncipe navarro u se le entregan los bienes de la casa de Evreux. También se reconoce su no implicación en las maniobras de su padre contra Francia y Castilla. → El futuro Carlos II viaja a Castila, donde ya se habían iniciado los preparativos de la guerra.

Juan I concentró sus tropas en Salamanca, para un ataque por tierra, mientras la flota hostilizaba las costas.

Se inicia el ataque a comienzos de verano, con operaciones en la zona fronteriza. La más importante fue la toma de Almeida. Mientras, la flota castellana vencía en Saltes, consiguiendo un cuantioso botín, y bloqueando el estuario del Tajo. Juan I recibía la información de que su hermano bastardo Alfonso (conde de Noreña) mantenía contactos con el rey portugués y ofrecía su puerto de Gijón para las operaciones navales.

Las fuerzas inglesas, más pequeñas de lo previsto se comportaron como un ejército de ocupación, causando estragos y ejerciendo una gran violencia. El objetivo era Flandes, no el frete portugués, el cual era ejercido como acción de distracción para Castilla.La obediencia portuguesa a Urbano VI causó más descrédito que otra cosa.

Creció el descontento en Portugal del pueblo (a causa del esfuerzo económico que requería la guerra) , de la burguesía (por la amenaza a las rutas comerciales), de la nobleza (una parte de la cual se unen al os infantes Juan y Dionís, hijos de Pedro I). Se producen algunas detenciones, entre ellos la de Juan, un bastardo de Pedro.

Además se une el malestar general por las relaciones entre la reina y Juan Fernández de Andeiro. → Para la consolidación en la corte de Juan, era aconsejable la paz con Castilla.En agosto de 1382 se firma una paz entre Fernando I y Juan I, al margen de los ingleses y con la mediación de Pedro de Luna. Las cláusulas de dicha paz eran similares a las previstas en

74

Page 75: Medieval España II

Santarem. Ahora se preveía para la heredera portuguesa un matrimonio con el segundogénito del monarca castellano, Fernando (que sería luego “el de Antequera”)Portugal volvía a la obediencia de Clemente VII.

El fin de la guerra castellano- portuguesa incidiría en el desarrollo de la cruzada sobre Flandes, que tuvo lugar en noviembre de 1382 y fue respondida por una decidida acción castellano- francesa en territorio flamenco, saldada con una victoria en Roosebeecke → Esta derrota y el tratado firmado por castilla y Francia, indican el fracaso de la política inglesa.

Hegemonía castellana

La nueva dinastía castellana estaba aliada con Francia, y tenía una gran presencia en el comercio de Flandes.

Francia, Portugal y Castilla apoyan ahora al papa de Aviñón, y los herederos de Navarra y Aragón eran partidarios a la obediencia aviñonesa.

En Castilla hay una inquietud nobiliaria debido a que la alta nobleza aspira a tener un mayor poder político. Los éxitos de la monarquía limitan en parte este malestar, pero se ejerce cierta represión sobre ella.

Se producen algunas muertes bastante oportunas, como la de Juan Sánchez Manuel o Pedro Manrique (el que realizo los tratos para entregar Logroño a Carlos II de Navarra), la de Tello (Señor de Vizcaya) y Sancho (conde de Alburquerque), ambos hermanos del primer Trastámara.

Alfonso de Noreña (bastardo de Enrique II y casado con Isabel, bastarda de Fernando I), tendrá aspiraciones a los tronos portugueses y castellano, y se convertirá en la cabeza del grupo nobiliario descontento → Con la paz de Elvas se ve obligado a someterse a su hermanastro.

En Portugal la situación era más complicada. La reina Leonor Téllez y su equipo de antiguos emperegilados habían suscitado numerosos enemigos, sobre todo por su política de aproximación a Inglaterra. Por eso necesitaban apoyos frente a la oposición interior. → Se temía que la grave enfermedad de Fernando I trajera un fatal desenlace.

Pero se produce un acontecimiento que altera la situación: la muerte de la reina de Castilla, Leonor de Aragón, en noviembre de 1382, lo que podía complicar las relaciones entre Castilla y Aragón.

El nuevo matrimonio de Juan I se convierte en un asunto de primera magnitud → Hay ofertas aragonesas, francesas, inglesas y portuguesas.

Juan I supo ver la importancia de la oferta que vinculaba a Portugal con el bloque castellano- francés, así que se iniciaron la firma de unas capitulaciones que le perjudicaban. → Portugal quería mantener su personalidad propia.

75

Page 76: Medieval España II

El acuerdo final se firmó en Salvaterra de Magos, en abril de 1383, y establecía todas las cautelas para garantizar la separación de las dos coronas.

Al fallecer Fernando I sin hijo varón heredarían el trono su nieto, y ejercería Leonor la regencia hasta que éste cumpliese 14 años. Castilla sería herencia de los hijos del primer matrimonio de Juan I, y en el caso de que no hubiera hijos del matrimonio ahora acordado, ni de los infantes Juan y Dionís, Portugal sería heredado por el rey de Castilla, pero como reino separado.Para el equipo gobernante portugués, la ventaja obtenida era el apoyo a la regencia, y la ventaja para Castilla era incluir a Portugal en el grupo de aliados de Francia e imponer el control castellano en la ruta comercial, desde Inglaterra a Brujas. Hubo una primera resistencia entre los mercaderes de Oporto y Lisboa, que no podían competir con los mercaderes castellanos.

El acuerdo también causó decepción entre quienes se oponen a la regencia de Leonor y su equipo: los hijos de Pedro I (Juan y Dionís), el maestre de Avís, y al aspirante al trono portugués Alfonso de Noreña.

El Tratado también planteaba el problema de una intervención desmesurada en Portugal, lo que podría tener consecuencias imprevisibles.

La boda se produjo en Badajoz en mayo de 1383, y pocos meses después fallecía en rey portugués, pasando la regencia a manos de Leonor Téllez, la cual proclamó reyes a Beatriz y su esposo.

Se producen los primeros disturbios contra el gobierno castellano, todos petristas, en Lisboa, y se transmiten las revueltas a Oporto.

La crisis nacional de 1383 - 1385

Juan I esperaba el fracaso de la regencia y que la nobleza portuguesa acudiera a él para resolver la situación, así que antes de que se produzcan las revueltas de Lisboa, está decidido a reclamar la corona de Portugal.

Primero ordenó reducir a prisión a Alfonso de Norteña y al infante portugués Juan, candidatos al trono.

Mediante una revisión (en realidad anulación) del Tratado de Briones, eliminó cualquier dificultad con Navarra a cambio de recibir ayuda navarra en todas sus guerras y de un reconocimiento de Clemente VII. → Carlos II se negó a ratificar esta parte del acuerdo, pero no modificaba el apoyo navarro.

El 6 de diciembre de 1383, Juan (Maestre de Avís) asesinaba a Juan Fernández de Andeiro en la residencia de la reina. Sus partidarios propagan el rumor de que el Maestre está en peligro, y se produce una revuelta popular en Lisboa, produciéndose algunas muertes, entre ellas la del obispo de Lisboa.

76

Page 77: Medieval España II

La reina abandonó buscó refugio en Santarem.Este movimiento popular no contó con todos los apoyos: la nobleza no lo secunda, la alta burguesía temía que este movimiento tuviera pocas posibilidades de éxito, y el propio Maestre pensó en refugiarse en Inglaterra.

La masa popular se reúne en el monasterio de Santo Domingo y otorgan al Maestre el título de “defensor del reino”, con notable ausencia de numerosos ciudadanos honrados de Lisboa. Es proclamado en la Cámara de Lisboa “defensor e regedor do reino” La revuelta prendía inmediatamente en Oporto.

En ese momento, en Portugal había tres poderes: El del defensor del reino (que fue elevado de forma irregular por una ciudad, lo que provocaba la desconfianza de la nobleza pero contaba con el apoyo de un sector de la burguesía), el de la reina Leonor (que ratifica la invasión castellana) y el del rey de Castilla (que en contra de lo previsto en los acuerdos, invade el reino)

El Maestre, en los meses siguientes, dejará de ser el rebelde levantado en Lisboa para encarnar el Portugal que se enfrenta a Castilla. Se produce una guerra contra Castilla, y una guerra civil.Juan I llegaba a Santarem en enero de 1384, reclamó a Leonor la entrega de poderes y la apartó de la regencia. Tenía la esperanza de desactivar la revuelta. Santarem se convierte en sede del gobierno castellano, y llegan muchos miembros de la nobleza portuguesa, preocupados por el levantamiento popular. Juan I otorga poderes a sus embajadores para negociar nuevas treguas con Inglaterra.La reina Leonor intenta solucionar su desposesión mediante el matrimonio con Pedro Enríquez, conde de Trastámara y primo del rey de Castilla. Descubierto el plan, la reina fue recluida en Tordesillas.Juan I decidió dar un golpe definitivo cercando Lisboa por tierra y mar. La caída de la ciudad se produce con la toma de las fortalezas del valle de Mondego (en particular Coimbra), que aseguraba el camino a Castilla.El prestigio de Castilla se vio afectado. Tomar ofreció una durísima resistencia, y no se pudo tomar Coimbra.

Mientras, Nun Álvarez Pereira obtenía éxitos que comenzaban a cimentar su leyenda de heroísmo y santidad.En Oporto se preparaba una flota para sostener la causa del Maestre, y de Granada llegaban noticias de una inminente acción bélica que no llegó a producirse.Nun Álvarez Pereira abre un nuevo frente de guerra en las proximidades a Évora. El ejército castellano experimentó una derrota (Los Atoleiros) decisiva para la moral portuguesa. Lisboa resistió el duro cerco a la que estaba sometida, y también lo hizo Oporto, pero la guerra devoraba todos los recursos y con la llegada del verano comienzan a producirse los primeros casos de peste, sobre todo entre los sitiadores de Lisboa.En julio, la flota, que había llegado a Oporto, intentó introducir víveres en la ciudad, poniendo fin al bloqueo.

77

Page 78: Medieval España II

Juan I intentó neutralizar el efecto tomando Almanda → Si se retiraba, aumentaría el número de partidarios del enemigo. Si mantenía el cerco, la peste acabaría con su ejército, con lo que tras un último intento fallido, ordena la retirada hacia Santarem.Las perdidas castellanas eran enormes, pero el poder de Juan I seguía siendo muy grande. El Maestre carecía de recursos y tenía que dotar de legalidad a su gobierno, superando su origen revolucionario. Para ello era necesario convocar las Cortes.El Maestre de Avís comienza a actuar en nombre propio, apoyándose en la propaganda que mostraba al Maestre luchando por Portugal y obteniendo éxitos militares, frente a dos Juan, prisionero en Castilla después de haber servido a los intereses del enemigo.Las Cortes se reúnen en Coimbra, en marzo de 1386. Al llegar a la ciudad, el Maestre es aclamado popularmente como rey. En la Asamblea se distinguen tres facciones: la castellana (con poca representación, y que consideraba a Juan I y Beatriz como legítimos reyes, en virtud de los acuerdos de Salvaterra), la legitimista (que defendía la legitimidad de don Juan, hijo de Pedro I e Inés de Castro, con cierta fuerza en las Cortes) y la portuguesa (que propugnaba como rey al Maestre, y tenía el apoyo de los procuradores de las ciudades y respaldo en las Veuras y el Alentejo).

Un maestro de formación boloñesa, Joao das Regras estaba a favor del reconocimiento del Maestre como rey de Portugal, y presenta tres argumentos:Beatriz y su esposo habían perdido algunos derechos por invadir el reino de Portugal, violar sus fueros y los acuerdos suscritos entre ambos reinos, y por la obediencia al papa de Aviñón. Había dudas sobre la legitimidad de Beatriz Los hijos de Pedro I (tanto los habidos de Inés de Castro como el de Teresa Lourenço) eran ilegítimos.

Contraposición entre los hijos de Inés de Castro, que se encontraban en manos del enemigo y habían combatido contra su propio reino, frente a la de don Joao de Avís, regedor e defensor do reino, del noble linaje del rey don Pedro, y que había defendido al reino durante el cerco de Lisboa.Con estos argumentos, las Cortes proclamaban al Maestre como Joao I de Portugal, el 6 de abril de 1385. Luego votaron los recursos necesarios para hacer frente a los gastos de guerra, y propusieron a los miembros que integrarían el Consejo (con representantes de los prelados, nobles, letrados y ciudadanos)Portugal se encontraba en un momento económicamente desastroso, y con una fuerte división política: se discutía la legitimidad de las Cortes de Coimbra, y había aun muchos partidarios de Beatriz y de los hijos de Inés de Castro. La inminente invasión castellana obligaba a Joao I a adoptar algunas decisiones: Nombró condestable a Nun Álvarez Pereira, y atacó las posesiones castellanas en el norte del país, obteniendo numerosas victorias. → Con la conquista de Guimaraes consigue la adhesión de todo el norte, salvo Valença, Chaves, Bragança Miranda do Douro, Guarda y Santarem, que se mantienen en manos castellanas.

La situación de Castilla tampoco era buena, ya que escasean los recursos y hay una profunda división en el Consejo sobre la actitud que se debía adoptar: un sector sugiere operaciones limitadas y aceptar negociaciones con las cuales se renuncie a la corona portuguesa.Otro sector considera imprescindible una acción decidida sobre Lisboa.

78

Page 79: Medieval España II

Conciliando ambos sectores, Juan I decide una nueva invasión destinada a alentar a los suyos, consolidar las posiciones que aún controlaban, y quebrantar la resistencia enemiga → Quería eludir grandes encuentros armados, pero pretendía forzar un encuentro decisivo.Mientras, Joao I concertó una alianza con Ricardo II de Inglaterra, proclamó la obediencia de Portugal a Urbano VI (el papa de Roma) y prometió ayuda al duque de Lancaster (aspirante petrista al trono de Castilla).

Castilla, por otra parte, tenía apoyo de Francia y AragónSe inician las hostilidades en mayo de 1385, con una derrota para el ejército castellano en Trancoso. Se vuelve a reunir un numeroso ejército para una nueva invasión, y la flota castellana domina el mar. Están dispuestos a intentar un nuevo bloqueo a Lisboa.En estas condiciones el ejército castellano entra desde Guarda, sigue el Mondego, libra unos primeros combates, pasa ante Coimbra sin atacar sus defensas, y cruzando el río se dirige hacia Leiría.Al sur de Leiría, entre Alcobaça y Vilanova de Ourem, están las tropas portuguesas que cierran el paso hacia Santarem. En una colina, cerca de Aljubarrota, están las tropas castellanas.El combate se produce a últimas horas de la tarde (14 de agosto de 1385), y los castellanos fueron diezmados por los arqueros ingleses y por Nun Álvarez Pereira, que cargó contra las filas castellanas, obteniendo así la victoria. → En Aljubarrota se ratifica el juicio de Dios en favor de Joao I, y consuma su fama el santo condestable.Juan I, enfermo, cabalga junto con fugitivos de su ejército hasta Santarem, y se reúne con su flota, hasta llegar a Sevilla.Las pérdidas castellanas fueron muy cuantiosas: grandes pérdidas humanas, pocos recursos económicos, una posible reacción lancaster, y una probable revolución interior que podía hacer peligrar a la dinastía.Se han perdido todas las posesiones en Portugal: Santarem, el cinturón de fortalezas que envolvía Lisboa (Torres Vedras, Alemquer, Sintra , Obidos y las ciudades del norte)Las relaciones con Francia y navarra no se debilitan.Por parte de Portugal, la situación era victoriosa pero terrible: había una mala situación económica y las heridas abiertas de un país que está saliendo de la guerra civil. Se inicia una nueva dinastía que hará vivir a Portugal una de sus etapas históricas más brillantes. Sin embargo, el temor a Castilla seguirá vigente durante mucho tiempo, y la paz aún tardará en llegar.

3- LA CRUZADA LANCASTER EN CASTILLA

Ante estos hechos, Inglaterra concluye que es posible para el duque de Lancaster alcanzar el trono de Castilla, recibiendo subsidios del Parlamento y los apoyos de Ricardo II en los tratados de Westminster, de Windsor con Portugal, y de Urbano VI.Las operaciones militares portuguesas de 1385-1386 fueron victoriosas en el interior del reino, pero no en Castilla, que se defendió con firmeza.Para asegurar la buena voluntad navarra, se firmó un nuevo acuerdo, el Tratado de Estella, en el que se devolvía a Navarra las plazas ocupadas excepto Tudela, San Vicente y Estella que eran entregadas al heredero en vasallaje de Castilla hasta el cumplimiento de las demás cláusulas del acuerdo.

79

Page 80: Medieval España II

La expedición inglesa desembarcó en La Coruña en julio de 1386 ocupando Galicia y coronándose en Santiago de Compostela, pero no pudo penetrar en la Meseta y la flota castellana le cortó las comunicaciones con Inglaterra. Joao I y Juan de Lancaster acuerdan el matrimonio del portugués con Felipa, hija de Juan, que se celebró en febrero de 1387. En Marzo de 1387 se reanuda el ataque inglés sin resultados. Finalmente, se inician conversaciones en Trancoso y son continuadas en Bayona. Las bases del acuerdo son una compensación económica al duque por la renuncia de los derechos de su mujer, hija de Pedro I, a la Corona de Castilla y el matrimonio del heredero Enrique con Catalina, hija del duque.

4- LA PAZ PENINSULAR Y EL RELEVO GENERACIONAL

Al final de los ochenta se inicia una etapa de paz consecuencia de la solución de los conflictos, el agotamiento general y el relevo generacional, consolidándose por el paréntesis en el gran conflicto europeo. Se aprovecha para abordar reformas económicas, institucionales y religiosas.

A la muerte de Carlos II de Navarra (1/1/1387) le sucede Carlos III cuyo reinado, partiendo de una completa ruina, arrojará un brillante balance económico gracias a la conservación de la paz y al saneamiento económico.

El largo reinado de Pedro IV de Aragón se cierra con una profunda sensación de crisis que obliga al reino a entrar en el concierto general de paz. El heredero, Juan I, al contrario que Pedro, se apoyará en la alta nobleza (dando fin a los conflictos que su padre mantenía con ésta) y será partidario de Francia y el Pontífice de Aviñón.La paz peninsular se veía reforzada por la pacificación general europea tras las treguas firmadas en Leulingham, en 1389, entre Inglaterra, Francia, Castilla y Escocia. Paz a la que se incorporó meses después Portugal.

El agotamiento castellano es enorme, pero la paz permite abordar una serie de reformas que van desde el ámbito institucional al religioso. Se expone un nuevo concepto de monarquía, concebida más como un deber moral que como un derecho, cuyo ejercicio está más sometido a la norma moral y a las leyes, usos y privilegios del reino y de los súbditos. Cuatro instituciones constituyen su apoyo:

- Las Cortes: se convocarán frecuentemente; apoyo de la monarquía.- El Consejo: órgano esencial de gobierno; asesora al monarca y actúa como tribunal supremo.- La Chancillería: tribunal supremo en lo civil.- Las Hermandades: funciones de policía proporcionado por los Concejos.

Además se reformará el ejército, con la creación de unidades permanentes.

80

Page 81: Medieval España II

La reforma religiosa será de gran alcance situando a Castilla a la cabeza de la Cristiandad. Hitos esenciales son los jerónimos, la observancia franciscana, la introducción de los cartujos y la reforma benedictina.

Juan I muere en 1390 provocando un alto anticipo en el camino de las reformas y reabriendo una lucha política por la regencia. En este ambiente, sucede la matanza de judíos de 1391.

Comienzan en Sevilla con las predicaciones del administrador de la diócesis Fernando Martínez y extendiéndose por Andalucía, ambas Castillas y pasando a la Corona de Aragón. Además de las grandes pérdidas humanas, se produce un elevado número de conversiones. El problema se trasladará a partir de ahora a la presencia de conversos.

Con la mayoría de edad de Enrique III en 1393, la pugna entre la nobleza se intensifica. La alta nobleza es desplazada del poder político, económico y social por la nueva nobleza de servicio de la que forman parte los linajes que desde ahora van a disputarse el poder del reino: los Mendoza, Velasco, Guzmán, Stúñiga, Enríquez, Manrique.También Aragón atraviesa por dificultades económicas con Juan I (1387-1396). Además, su fidelidad al papa de Aviñón movió al papa romano a apoyar a los numerosos enemigos de Aragón.

Por otra parte, el entendimiento con la alta nobleza y los enormes gastos suntuarios provocan una ruptura con las Cortes, reunidas solamente en una ocasión. Le sucede Martín I (1396-1410) que sigue apoyando al papa de Aviñón donde, desde 1394, ha accedido al solio pontificio Pedro de Luna, Benedicto XIII, tío de la reina de Aragón María de Luna. Para Benedicto conservar el apoyo de Aragón se hizo vital; para el papa romano lo era crearle dificultades en sus intereses mediterráneos, tal y como ocurrió con el levantamiento sardo en 1408 sofocado por el heredero Martín el Joven, cuya muerte en la isla cambiará el rumbo futuro de la Corona.

Castilla, entretanto, prorroga su tregua anual con Portugal nunca bien observada. De hecho, Joao I toma Badajoz; en respuesta Ruy López Dávalos incendió Viseo. Hay acciones de piratería en el mar. Existe, además, cierto revanchismo castellano por Aljubarrota. La negociación de paz fue muy laboriosa, en 1402 se firma una tregua por 10 años, la paz definitiva no se alcanzará hasta 1411.

Política de paz es también objetivo esencial para Carlos III de Navarra (1387-1425) y la recuperación de derechos familiares perdidos ante Francia e Inglaterra, eso sí, por vía diplomática. En el interior, se remonta la crisis gracias a la contención del gasto. También aplicó un programa de reformas similar al castellano.

En 1393 consigue la devolución de Cherburgo por Inglaterra. Con Francia llega un acuerdo: Carlos III renuncia a todas sus reclamaciones y le vendía Cherburgo; a cambio recibía un conjunto de dominios, heterogéneos, dispersos y carentes de valor, por los que recibía el título de duque de Nemours.

En 1404, los castellanos sondean la actitud de Aragón y Navarra sobre la posibilidad de intervenir contra Granada, que había tenido una participación activa en la guerra civil en

81

Page 82: Medieval España II

favor de Pedro I. La noticia de estos contactos provocó una represalia fronteriza granadina que movió a un enfermo Enrique III a una tregua de dos años. Pero a los pocos días de la firma, un ejército castellano sufre un inesperado ataque por tropas granadinas y es derrotado en Los Collejares. Este hecho fue el argumento para una guerra muy cara pero muy popular, en la que haría su fortuna el hermano del rey Fernando. En esta situación se produce la muerte de Enrique III (25/12/1406) dejando a un heredero de solo dos años, Juan. La regencia corresponderá a la reina Catalina y al infante Fernando, al que tentaron para que tomase la corona.

TEMA 9

INSTITUCIONES POLÍTICAS, IGLESIA Y CULTURA EN LA BAJA EDAD MEDIA.

1. Las ideas en la Baja Edad Media.

Desde el siglo VII la humanidad de la Europa occidental vivió bajo los parámetros ideológicos de un sistema social, con evoluciones peculiares según los lugares y las épocas pero en el mismo sentido, que solo comenzó a transformarse en lo científico, técnico y filosófico durante el siglo XVII (Revolución científica) y en lo político en el siglo XVIII (Revolución francesa).

Existe una general aceptación de la idea de que el siglo XII representó un profundo rubicón ideológico para el hombre medieval. A las raíces altomedievales, sustentadas en sólidos retazos de la tradición romana, en los modos germánicos y en el omnipresente hálito cristiano, vinieron a sumarse tres fenómenos que alteraron el mundo de las ideas:

1.1. Asimilación del Clasicismo.

Durante la Alta Edad Media diversos monasterios se habían aplicado en sus scriptoria a conservar, inalteradamente en lo posible, obras relevantes o supervivientes del pensamiento grecolatino con un sentido archivístico, esto es, una conservación perdurable sin asimilación, por cuanto la cristiandad carecía de los instrumentos conceptuales adecuados para cristianizar unos saberes sentidos como superiores y reputados como peligrosos.

La situación varió con rotundidad durante el siglo XII a causa de los rebrotes del Estado a partir de robustecimiento de la Monarquía, el resurgir de las ciudades y el impulso de un espacio urbano con estímulos socioeconómicos e intelectuales al rusticismo altomedieval, junto con la fundación de las órdenes mendicantes y de las

82

Page 83: Medieval España II

universidades, destinadas ambas, precisamente, a cristianizar y aplicar los saberes para este espíritu urbano.

El hombre medieval optó por reverdecer los arquetipos del Clasicismo, una civilización del Principado, del dominado y de las urbes. No extraña la intensa actividad que presencia la Cristiandad en la traducción de saberes de origen oriental y helenístico, sumamente intensa en centros traductores sicilianos y de la península ibérica, hasta originar un impresionante arsenal de conocimientos en los saberes de frontera, en cuya correcta compresión fue imprescindible la colaboración de intelectuales musulmanes y judíos.

Esta vez la Cristiandad no tenía una finalidad acumulativa sino aplicativa, por esta razón la traducción era imprescindible para la divulgación y la selección necesaria para consecución de efectos tangibles. Fueron los preliminares para la asimilación del pensamiento clásico en aras de una concepción medieval más compleja del mundo, cuyo escenario serán las universidades y los campos de conocimiento requeridos, el filosófico-teológico, el jurídico y el médico. Junto con la traducción de obras científicas y moralizantes, la voracidad intelectual europea se dirigió a la recepción compresiva del Derecho romano y del Aristotelismo.

En Derecho, reconocida la función ordenadora del papado en la Cristiandad, se hizo imprescindible un corpus sistematizado de las disposiciones pontificas, proyecto al que se encaminaron en el siglo XII el Decretum de Graciano y las ediciones que derivan en el Corpus Iuris Canonici, como fundamento del Derecho Canónico. Paralelamente, la actividad urbana exigió una renovación del Derecho civil desde la recuperación de la tradición jurídica romana. Renacía el concepto de poder político publico a través de la recuperación del concepto de respublica. El Derecho romano, además, proporcionó una personalidad política de primera magnitud al príncipe. El príncipe poseía la capacidad de exclusiva de legislar, podía promulgar la Ley y actuar con poder absoluto fuera de la ley positiva mediante la lenitud potestatis. Estos poderes, junto con la superioridad jurisdiccional, ejercicio de la justicia, derechos económicos (fiscales, emisión de moneda, concesión de licencias económicas) y la titularidad de bienes públicos (baldíos, montes, aguas, costas, pastos, vías) constituirán las reglias, inherentes a la potestad del príncipe. Ambos estímulos romanistas permitirán la constitución de dos polos de poder, el reino y el rey, en torno a cuyas relaciones se articularan los sistemas y regímenes políticos, siguiendo siempre una firme tendencia hacia la uniformidad jurídica territorial y hacia, no una centralizadora del poder, sino una relación jerárquica de poderes.

En filosofía el siglo XIII marcará la Edad de oro de la escolástica. La dilatada tradición platónica y agustiniana se verá ampliamente enriquecida por la gran abundancia de traducciones de la magna obra de Aristóteles. La aristotélica, sin embargo, era una filosofía de una compleja profundidad, articulada en un ámbito muy distinto de la

83

Page 84: Medieval España II

escolástica, que unía filosofía y teología. Aristóteles proporcionaba una solida lógica unos utilísimos instrumentos conceptuales (categorías, sustancia y accidente, materia, forma) pero también una metafísica, una compresión del movimiento, el mundo y Dios, muy alejados de la concepción cristiana. Pero fue Tomas de Aquino quien acometió y triunfó en la empresa de cristianizar el pensamiento aristotélico, donde se pretendió una armonía esencial entre razón y fe, la filosofía y la teología. La política de Aristóteles, por lo demás, sirvió para aceptar como las únicas formas de gobierno la monarquía, aristocracia y policía, son sus respectivas degeneraciones en tiranía, oligarquía y demagogia.

1.2. La depresión del siglo XIV

Con el cataclismo demográfico tras la peste negra de 1348, hábitos y creencias se transformaron por la inseguridad de los dogmas vigentes y el relativismo de unos códigos éticos sin apoyo doctrinal sólido. La depresión económica es tan intensa que el orden feudal será definitivamente superado por un orden señorial, que en Castilla se hizo patente por la sucesión de la nobleza vieja por la nueva nobleza. El señorío, su sistema de vínculos y estructura socioeconómica se llenan de rigidices, arbitrariedades y opresiones propias de un sistema que reduce la relación señor-siervo a un simple cómputo de rentas monetarias ante una dura implosión de dominio, que desata revueltas y aniquila el orden social. Esa misma depresión obliga a la iglesia a acumular beneficios eclesiásticos en una persona (no podrá realizar la cura de almas para todos sus feligreses) y la emisión de indulgencias, autenticas acciones sobre el paraíso. Estas circunstancias se desvanecían el control moral cristiano sobre tradiciones paganas no erradicadas, e incluso se desvanecía el dogma sobre la vigencia de unos sacramentos relativizados en su efectividad religiosa. La conversión de alto clero en inmisericordes señores, no favoreció. La eclosión de hábitos paganizantes y de un clima profano fomentó un laicismo que impregnó la ideología bajomedieval y multiplico los movimientos heréticos que derivaban inmediatamente en revueltas sociales.

Este contexto tuvo una importantísima proyección en el mundo de las ideas. La crisis de la iglesia evidenciada en el Cisma de Occidente, propulsará un conciliarismo con amplia repercusión en el pensamiento político y la doctrina de la sana et melior pars de marsilo de Padua, frente al orden jerárquico estatuido en las relaciones de poder. El rampante laicismo habría de suponer el germen del humanismo.

El pensamiento asumido por dominicos y franciscanos, inició una radical transformación. El nominalismo, oxfordiano y franciscano, impulsado por Ockham, se distanció de la lógica aristotélica, abanderada por un tomismo dominico cerrado en su defensa de la unidad de la forma sustancial (el alma espiritual), el principio de la

84

Page 85: Medieval España II

individuación (la materia), la creación de la materia desde la eternidad, la dependencia del entendimiento intelectual a partir de la percepción sensible, en que predomina el entendimiento intelectual a partir de la percepción sensible, en que predomina el entendimiento sobre la voluntad junto con la radical diferencia entre el mundo inmanente y el trascendente. El nominalismo, en cambio, sustituyó estos planteamientos esencialistas por otros de naturaleza existencialista, positivista y fenoménica, desplazando los objetivos filosóficos hacia una ciencia empírica y el método inductivo, planteamientos que habría de exagerar el escotismo con una mayor incidencia en el empirismo y la preminencia de la voluntad sobre el entendimiento a causa de la desconfianza de la razón.

1.3. La aristocratización del siglo XV.

Aparentemente es una época de restauración. Los sabios trataron de reorientar los nuevos fenómenos religiosos e ideológicos hacia la senda cristiana, dependiendo la tesis de que el entendimiento humano podía alcanzar la espiritualidad, pero el saber era cualidad divina, concesión gratuita de Dios por la fe, los teólogos buscaban contener la contaminación pagana de la moral cristiana mediante obras de teología moral, a partir de las Sagradas Escrituras, y la divulgación de un senequismo que concibe la vida virtuosa como el compendio del valor, la entereza y la resignación.

Impulsada por los primeros proyectos reformadores del siglo XIV, la teología bajomedieval adquiere un marcado cariz místico y especulativo. Sin embargo, la obsesión eclesiológica por defender las tesis hierocracias o conciliaristas la primacía del papa o del concilio, una controversia que dilucidaba la esencia y naturaleza de la Iglesia, hace que las doctrinas filosóficas se encastillen en unas escuelas enzarzadas en discusiones anecdóticas, hiriendo de muerte la escolástica. Esta vertiente restauradora del siglo XV no debe ocultar en modo alguno su aspecto mas innovador: el triunfo del proceso señorializador, coronando la aristocracia como el arquetipo social e ideológico, particularmente en la Península ibérica. Es una nobleza basada en señoríos jurisdiccionales, subrogación de la potestad real generadora de rentas, y en el mayorazgo, como instrumento de su institucionalización oligárquica.

2. El pensamiento intelectivo y la espiritualidad en la Baja Edad Media.

La ideología medieval hay que clasificarla en dos ámbitos del pensamiento: pensamiento intelectivo y espiritualidad, y el pensamiento político.

2.1. El pensamiento intelectivo y espiritualidad.

2.1.1. El scriptorium de la Cristiandad (siglo XIII)

85

Page 86: Medieval España II

La Cristiandad necesitaba la traducción al latín y lenguas vernáculas europeas para su divulgación, pero no solo una traducción fidedigna sino comprensiva y contextualizada. Era una empresa de sabios. Se buscó como escenario aquellos lugares donde hubiese un contacto ágil y suficiente entre cristianos, judíos y musulmanes. Los reinos hispánicos se convirtieron en el ámbito idóneo para este cometido, porque, si bien no es acertada la idea de considerarlos sociedades tripartitas de las tres religiones al constituir judíos y musulmanes microsociedades dependientes directamente del rey. La proximidad aseguraba la transversalidad comunicativa de conocimientos. Esto, explica además, el protagonismo de los monarcas en el movimiento traductor. Los cristianos actuaron como disciplinados intérpretes, los musulmanes, como divulgadores de unos saberes ya integrados en su desarrollo cultural, mientras los judíos fueron los grandes comunicadores por su conocimiento profundo de las lenguas de cristianos y musulmanes y su permeabilidad en el paso de fronteras.

2.1.1.1. Política cultural de las monarquías hispánicas.

Castilla con la ocupación de gran parte del valle del Guadalquivir tomo la iniciativa. Fernando III el santo promocionó un esfuerzo traductor enciclopédico. Alfonso X impulsó la escuela de traductores. Se requirió una estrecha colaboración de traductores científicos judíos y musulmanes, aplicados en la literatura medieval y la científica, especialmente la astrología y astronomía. Mientras los autores cristianos contribuyen a la divulgación de la magna obra aristotélica. Los traductores judíos eran muy útiles desde la admirable adaptación aristotélica al judaísmo por Maimónides, pero además se le encargó la traducción al romance de textos bíblicos, en un intento de hacer más asequible la lectura.

La poderosa acción cultural alfonsí generó una inercia que contaminó el reinado de su sucesor Sancho IV, particularmente en la orientación moralizante. Esta política cultural castellana tuvo su correlato en los estados catalanos-aragoneses, si bien sin una producción tan extensa hasta la llegada al poder de Jaime II cuando la colaboración traductora de judíos y musulmanes se hizo más intensa.

La cristiandad comenzó a sentirse mucho más segura con el dominio de los impresionante instrumentos conceptuales aristotélicos, pero generaban al tiempo muchas contradicciones, origen a veces de movimientos heréticos. Las reiteradas disposiciones pontificias para que los cristianos viviesen separados de otras minorías, devinieron en sospechas respecto a las traducciones de textos bíblicos y prontos en abierta hostilidad bajo el patrocinio de los dominicos.

El fracaso de la Controversia de Barcelona de 1263, las disposiciones antijudías de las cortes de Valladolid de 1293, así como la erosión de funcionarios judíos en las cortes castellana y aragonesa, señalaron el fin de la cooperación traductora y de la tolerancia religiosa.

86

Page 87: Medieval España II

2.1.1.2. Las órdenes mendicantes.

Nacidas para cristianizar el espacio urbano, un ámbito que la rusticidad inicial de la iglesia medieval había descuidado. No extraña que estas órdenes cuidasen de la formación intelectual de sus miembros, tendencia que derivaría en la fundación de escuelas en sus provincias eclesiásticas y en una vocación misionera entre judíos, musulmanes y paganos.

Esta vocación justifica el pronto arraigo de las ordenes mendicantes en la península ibérica, tanto de los dominicos (orden fundada por el castellano Domingo de Guzmán) como de los franciscanos (Francisco de Asís). Pero cuando su formación intelectual era más sólida, los mendicantes hispanos se comportaron como receptores netos, con una escasísima producción teológica y filosófica.

La evolución de la cristiandad, se definía en la península a principios del siglo XIV como líneas divergentes entre el tomismo dominico y el voluntarismo franciscano.

2.1.2. La alteridad (siglos XIII-XIV)

Esto es, el reconocimiento del otro en oposición a sí propio. Es un proceso que exigió la tipificación de la espiritualidad cristiana como base para el dominio del otro, no ya mediante la violencia cruzada, sino mediante la evangelización misionera.

2.1.2.1. Espiritualidad.

Manifestada en una obra catequética en la que se compendian las bases de la moral y fe cristianas como los mandamientos, el credo, los sacramentos, las virtudes y los vicios. Obras que desde la fascinación por la heroicidad espiritual evolucionaron a un misticismo ejemplarizante.

2.1.2.2. Evangelización

Como modo pacífico de dominio por el convencimiento del otro sobre la propia superioridad espiritual. Los reinos hispánicos eran un magnifico laboratorio no solo por la coexistencia con judíos y musulmanes en el suelo peninsular, sino por los planes expansivos de la corona castellana sobre Marruecos y de la aragonesa sobre Tremecén y Túnez. La novedad era que, segura ahora la cristiandad de sus instrumentos teológicos, la acción militar corría en paralelo a una acción misionera, a laque se aplicaron las ordenes mendicantes. La evangelización implicaba la demostración argumentativa de la superioridad de la fe cristiana en todos los foros, no solo ni prioritariamente en los círculos elitistas políticos o intelectuales. Esta estrategia hacia el gran público reclamó por un lado un manual donde sostener las excelencias cristianas en las controversias con judíos y musulmanes. Santo Tomas de Aquino redacto una Summa contra gentes. Por otro lado, el aprendizaje de las lenguas semíticas para predicar entre el gran público, labor en la que descollaron los

87

Page 88: Medieval España II

dominicos, quienes organizaron studia linguarum para un correcto dominio del hebreo y el árabe.

La estrategia evangelizadora, sin embargo, fue diferente hacia judíos o musulmanes: sin organización política los primeros, los mendicantes optaron por la controversia intelectual. En el concilio de Zamora (1313) los obispos estipularon que los judíos subsistían, sin derechos, solo porque en la convivencia con los cristianos podrían recibir la gracia de la fe. El judaísmo era una fe a extinguir, por tanto. En una ambiente que preludia los pogromos del siglo XIV, Bernardo Oliver redactaba un catecismo para la conversión de los judíos, mientras el judeoconverso Abner de Burgos, difundía los errores del judaísmo. Con poderosos reinos los segundos, la opción se dirigió al misoneísmo más popular. Se predicó los dogmas cristianos, se empeñaba en instaurar una cristiandad universal que acogiese a los cristianos separados de roma, a judíos y musulmanes.

2.1.3. La escolástica hispánica.

La escolástica halló su siglo de Oro durante la centuria docentista sobre las bases de tradición platónicas, agustinianas y recientemente la aristotélica, así como sobre la armonía entre filosofía y teología. Este equilibrio entramado comenzó a debilitarse radicalmente al tiempo que la depresión, el hambre, la guerra y la peste se enseñorearon de la Cristiandad en el siglo XIV. Sus efectos fueron:

Las escuelas

En un mundo pesimista, hostil y cínico, la ruptura de la fe y razón comienza a cimentarse sobre el nominalismo de Ockham y el voluntarismo de escoto, correspondiendo al movimiento franciscano de los espirituales la acción mas beligerante. La fractura en torno a la prevalencia de una u otra consolidará la división de dos escuelas, la tomista dominica y la voluntarista y nominalista franciscana, llamadas a promover una honda división intelectual, académica, religiosa y política en la cristiandad.

Los franciscanos asentaron en la teología hispánica la ruptura entre la razón y fe. Se rechazó el uso del conocimiento racional propio de la filosofía para analizar la revelación en las Sagradas Escrituras mediante la teología. Era un ambiente de ruptura que la violenta represión de la Inquisición aragonesa, dominada por los dominicos, se agudizó. Comenzaba una época dialéctica de controversia y disputas en torno a sutileza, que lograran la decadencia de la teología.

Mientras en tomismo y el escotismo penetraron pronto en la península (siglo XIV), el nominalismo tuvo una difusión tardía (siglo XV)

88

Page 89: Medieval España II

El reformismo trastamarista

Los movimientos heréticos, el iluminismo y el pauperismo comenzaron a socavar los principios socioeconómicos e institucionales sobre los que descansaba la Iglesia. El desarrollo del naturalismo aristotélico, propulsor de un comunitarismo religioso a partir de las tesis inspiradas en la teoría del Cuerpo Místico de Cristo, cuestionó la naturaleza de la autoridad eclesiástica, que el enfrentamiento entre el papa Juan XXII y el emperador Luis de Baviera agravó. Ockham, marsilio de Padua o Juan de Jandún no dudaron en atacar los cimientos de la hierocracia eclesiástica y la suprema autoridad pontificia. Eran las bases ideológicas para el Cisma de Occidente, planteado en 1378. La depresión económica con sus secuelas de cinismo ético, relativismo de los sacramentos e inmoralidad del clero, según reflejó el Arcipreste de Hita en el Libro del Buen Amor, son los hitos de la pavorosa crisis de la Iglesia.

En los reinos hispánicos no tardó en surgir una sincera aspiración por regenerar la vida cristiana y reformar la iglesia, ya que la inmoralidad y el materialismo de sus clérigos era cotidiano. En 1368 con la revolución de los trastamara, un ambiente regeneracionista impregnó las cortes hispánicas, muy particularmente la de Castilla. Se acometió. Iniciado el clima, una reforma de la iglesia, que se basaba en dos principios: la regeneración no masiva, inmediata y normativa, sino por inoculación en la iglesia de una centella, un espacio modélico de virtudes cristianas, motor del cambio por imitación en la perfección; la superación de la depresión económica a través de las rentas ganaderas, medio para una dedicación ejemplar de los clérigos a la vida contemplativa. Castilla dibujó una reforma basada en una austeridad rigurosa, una ascética moralizante y un misticismo contemplativo, que contagió a sus vecinos peninsulares y determinó la posición religiosa de España cuando llegó la reforma protestante.

2.1.4. El espíritu hispánico del Cuatrocientos. El Cisma y la eclesiología.

Las invectivas de Marsilio de Padua y Ockham contra la supremacía del poder del papa hallaron desde el principio una evidente reticencia en los reinos hispánicos y defiende la primacía de la autoridad papal. Acaecido el Cisma en 1378 surge toda una pléyade de publicaciones defendiendo el autoritarismo pontificio, alineados a las tesis del Papado de Aviñón.

La celebración del Concilio de Constanza (1414-1418), en el que las delegaciones hispánicas tuvieron un destacado papel, dio origen a una riquísima disquisición eclesiológica sobre la naturaleza de la Iglesia. Ahora los teólogos hispanos adoptaron posiciones divergentes, en coincidencia con las grandes corrientes europeas coetáneas.

Mientras en el concilio de Basilea (1430-1449) incitó a la aparición de campeones hispanos del conciliarismo, como Juan Alfonso de Segovia (1456) para quien la

89

Page 90: Medieval España II

autoridad del Concilio y del Papa es iguales en naturaleza y jerarquía, pero en caso de conflicto debería prevalecer la autoridad del Concilio.

2.1.4.2. El Senequismo.

Un último elemento constitutivo dio un impulso decisivo al senequismo: el inapelable triunfo de la aristocracia como arquetipo social en sus valores, ética, mentalidad, modas y modos. El elenco de primera magnitud procedente de la más alta nobleza es la demostración palmaria. Moralismo, ascesis fatalista y la perspectiva aristocratizante venían a resumirse en la obra de Séneca, que pasó a ser un modelo deontológico. De este senequismo derivara literatura ascética de Vicente Ferrer y Pedro de luna (Benedicto XIII). El siglo XV, en plena reacción a la depresión del XIV, fu aun más prolífico en la admiración a Séneca, espejo de la nueva época.

2.1.4.3. El humanismo.

Corriente intelectual apenas balbuceante en el siglo XV hispánico, cuyo cauce de transmisión a la Península ibérica fue la corte aviñonesa del papa Benedicto XIII, que habría de inocular el nuevo espíritu en las cortes aragonesas. El humanismo hispánico cuatrocentista, sin embargo, estuvo en excesiva dependencia de la tradición medieval. El individualismo y subjetivismo, profundamente humanistas, en España se orientaron hacia el arte de educar, como modo de superación y fama.

3. El pensamiento político en la Baja Edad Media.

Modo de organizar el entorno inmediato a partir de unos resortes ideológicos cohesionados en una ideología política, definitoria de un régimen o sistema políticos, casi siempre manifestada desde conceptos filosóficos, religiosos y jurídicos. En la Cristiandad el resurgimiento de los fundamentos conceptuales del poder político público, apuntado en el siglo XII, se produjo en el siglo XIII asumiendo: la tradición romana con las nociones de principado, respublica y universitas, la tradición germánica, con el concepto de ejercicio del poder regio, los derechos de la corporación o comunidad y el contrato entre ambos; y la doctrina de la Iglesia en torno a la dualidad de poderes, auctoristas y potestas. Son las fuentes que comienzan a alimentar el proceso para la constitución del Estado.

En este proceso comenzaron a dibujarse los principios políticos de referencia a partir de los textos políticos de Cicerón, la teología, la filosofía de Aristóteles y los Derechos romano, canónico y feudal lombardo, pero además preocupó la relación entre el individuo y el poder público.

La comunidad política

Sinónimo de respublica, tenía como conceptos asociados populus (conjunto social con estructura política), comunitas-corpus (imagen orgánica de la sociedad) y regnum (la

90

Page 91: Medieval España II

idea que más se aproxima a la nuestra sobre Estado). Sus caracteres venían definidos por los fines de la comunidad; el bien común, defensa de la paz y la justicia a partir de la amicitia, un conjunto de vínculos de lealtad y honor que unen a los miembros de la comunidad; las libertades, expresión de la organización desigual y jerárquica de la comunidad, sumisión del poder político a la ley divina y natural, pero no la positiva; la legitimidad del uso de la fuerza en defensa propia. Según la comunidad política vaya definiendo sus caracteres se abrirá paso el concepto de soberanía o superioridad del vínculo que une al individuo con el príncipe mediante la lealtad, sobre cualquier otro, tendencia que erosionó sin remisión el concepto de comunidad universal representado por la Iglesia y el Imperio.

Elementos

En la génesis hacia el Estado, la realeza asumía la función indispensable de cabeza de la comunidad, pero con una relación pactista con la agregación de cuerpos jerarquizados que conformaban el reino, dentro de la respublica: la realeza y el reino.

La realeza, intrínsecamente asociada al regnum como espacio concreto de dominio y gobierno (cuando el titular no es específicamente un rey, este espacio se denomina principado, como en Cataluña, se le considera el régimen mejor de los existentes. La realeza hundía en las raíces de su legitimidad en su carácter de officium, rector sobre el cuerpo místico por voluntad de dios. La recepción del Derecho romano otorgó toda una batería de argumentos en torno a la supremacía del poder regio (mero imperio) a través de la majestad, la capacidad de legislar y su superioridad sobre la ley positiva por la plenitudo potestatis.

El reino, personificación de la comunidad y que, a causa de la tradición germánica, es el último depositario de un poder que delega en el rey. Desde el siglo XII se definió el concepto de corporación que precisaba unos instrumentos de dialogo con el rey y que será el fundamento de las Cortes, garantes de unos derechos que le rey no podía alienar.

Los poderes

El rey

Cuya imagen supera al titular concreto en cada momento y que se manifiesta en la dignidad regia. La transmisión de la divinidad y majestad será reconocida definitivamente como la hereditaria dentro de una dinastía (se van definiendo los mecanismos sucesivos) y para las que el príncipe heredero debe adquirir una sólida formación educativa y espiritual, consignadas en los Specula. El mecanismo sucesorio se unirá indisolublemente al triunfo del mayorazgo en el siglo XIV y será patente en la aparición de los principados de Asturias, Gerona y Viana para los herederos de los reinos hispánicos.

91

Page 92: Medieval España II

La administración

Como conjunto de órganos institucionales para ejercer poderes pero de forma indeterminada (titularidad de variadas y policefaticas competencias), transversal (la misma competencia puede ser detentada por varios titulares) y comunicante entre el rey y el reino.

La ley

Manifestada en las dimensiones divina, natural y positiva. La realeza fue adquiriendo iniciativa en la capacidad normativa, lo que solo afectaba a la ley positiva. El gran cambio fue que la realeza logró imponer un orden de prelación de las leyes para la actuación de los jueces, que daba prioridad en la cotidianeidad le gal a la ley positiva, su ámbito.

El reino

Reconocido jurídicamente como la personificación del corpus de la comunidad o corporación y representado en las Cortes, con un cierto grado de participación en los ámbitos legislativo y fiscal e incluso pretendieron la nominación de los miembros del Consejo Real. La debilidad de las Cortes fue que sus estamentos constitutivos hallaron otros cauces más eficaces de dialogo y condicionamiento hacia la realeza: el clero a través de las libertades y beneficios eclesiásticos, sacramentados por la Santa Sede; la oligarquía urbanas mediante las hermandades, pero sobre todo mediante el regimiento; la nobleza por el señorío, el control de los cargos de gobierno, y las juntas o uniones.

Imagen y propaganda

Para definir simbólica e iconográficamente la personalidad en las relaciones de poder. Representaciones icónicas, pero sobre todo la historiografía serán instrumentos idóneos. El objetivo de la historiografía bajomedieval perseguía honrar a dios, el rey y la patria. La historiografía, en efecto, sufrirá una evolución. En el siglo XIII se rigió por un enciclopédico esfuerzo compilador y estructurador de la Historia de España.

4. Los saberes con especial referencia al Derecho y a la Universidad.

Se corresponden al dominio de la aplicación de capacidades y acervo intelectual con la intención de realizar una investigación para el desarrollo de áreas de conocimiento cada vez más coherente, y que durante la Baja Edad Media adquieren un definitivo carácter académico por la eclosión y actividad de los estudios generales.

La investigación bajomedieval se dirigía hacia aquellos conocimientos que más interesaban a las elites políticas e intelectuales; la teología, príncipe de los saberes,

92

Page 93: Medieval España II

para una iglesia decidida a domeñar el mundo del conocimiento; el Derecho, básico en la génesis de un Estado en el que está vinculada la monarquía, así como para articular el crecientemente complejo mundo económico(transacciones, propiedades, contratos) y escalar en el escenario de la administración para las capas negociantes y oligárquicas urbanas; la física, un conglomerado de saberes que hoy en día serian ciencias medioambientales y ciencias de la salud, con especial protagonismo de la Medicina. También instrumentos de orientación (Astronomía, Cartografía y matemáticas), contabilidad, estudio de materiales (Alquimia) y Farmacia.

En los reinos hispánicos los conocimientos científicos grecorientales llegaban a través de la ciencia árabe. La ciencia hispánica cristiana dependerá en método y desarrollo, de la ciencia islámica nazarí, no por contacto directo con los musulmanes sino con los judíos, que dominan el hebreo, araba, castellano y catalán para difundir el saber.

La física medioambiental

Destinada al conocimiento intrínseco y extrínseco (descubrimientos geográficos) del mundo. Tuvo en los reinos hispánicos dos épocas definidas:

- Del siglo XIII a mediados del XIV

Época en que predominó el esfuerzo traductor de los saberes clásicos, orientales e islámicos, naturalmente bajo el tamiz insoslayable de la recepción aristotélica. En Castilla fue esencial el entramado traductor, promocionado por Alfonso X, que se ha dado en llamar la Escuela de Traductores de Toledo. El objetivo del rey Sabio era compilar una colección de magia y otra de Astronomía y Astrología.

- Mediados del siglo XIV al XV

Domina claramente la inclinación hacia la Astronomía donde fue impresionante la investigación sobre técnicas de navegación astronómica.

La Física de la salud

La Medicina era una de las disciplinas mí desarrolladas entre los judíos y musulmanes, no tuvo un tratamiento intelectual destacado en los reinos hispánicos. La producción intelectual médica hispánica será extracadémica y sus textos en castellano o catalán denotaran un marcado carácter práctico de caso y sin grandes disquisiciones epistemológicas.

En los reinos hispánicos los mudéjares van desapareciendo con rapidez y contundencia sus potencialidades intelectuales por ser reducidos a servidumbre, alejados de los centros educativos y desarbolados de referentes intelectuales por el rápido exilio de los sabios de esta comunidad. Muy diferente en cambio, fue la situación de los estudios judíos en Medicina, cuyo cultivo intelectual se asentaba en su propia tradición

93

Page 94: Medieval España II

racionalista en el análisis de las cuestiones naturales, así como sobre un dominio experto del árabe, que les permitió conocer las fuentes y numerosos tratados del galenismo árabe. La actividad médica cristiana será práctica y desarrollada a golpe de las sucesivas pestes del siglo XIV.

El Derecho

El Decreto graciano llegó con rapidez a la Península, provocado la consecuente aparición de decretistas o comerciantes del texto, al que conocieron en profundidad por su estudio en Bolonia, por parte de muchos juristas hispánicos, durante el siglo XIII. El desarrollo del derecho canónico fue desdibujando el impulso glosador decretalista, si bien al producirse el Cisma de Occidente el Decretum fue referente para las controversias eclesiológicas en torno al conciliarismo, observable en las argumentaciones de Pedro de Luna y Juan de Torquemada. El derecho canónico, entretanto, había hallado una ubérrima fuente, las decretales pontificias, que debidamente compiladas y refrendadas, constituyen auténticos libros de texto desde finales del siglo XIII. Durante los siglos XIV y XV, los canonistas hispanos se ocuparan de la superioridad primacial del pontífice sobre el Concilio y el emperador, siendo su centro de acción Bolonia.

Derecho común hispánico

La unión de Castilla y león en su persona convenció a Fernando III respecto a la necesidad de una unificación jurídica como medio de consolidación unitaria de sus estados. Alfonso X coherente con este proyecto, publicará el Fuero Real, redactado por romanistas e inspirado en el Fuero Juzgo para servir de fuero en las ciudades y código en los tribunales. Fue la antesala de la irrupción del derecho romano. La obra legal Alfonsina confería a los monarcas la facultar de legislar, poder que los reyes castellanos del siglo XIV se aprestaron a asumir, constituyendo el desarrollo del derecho común de inspiración romanista.

La evolución jurídica de los reinos hispánicos orientales tendrá notoriamente un menor protagonismo regio, y un menor impacto romanista. En navarra, regida por dinastías francesas se esforzó por preservar su identidad mediante la codificación altomedieval de sus costumbres hasta editar el Fuero General de Navarro a mediados del siglo XIII. Aragón gestó su derecho desarrollando el Fuero de Francos concedido en Jaca en 1063. El Derecho Común penetró pronto en Cataluña por la estrechísima vinculación de estudiantes y maestros juristas catalanes con los grandes centros de estudio italianos.

Las Universidades

94

Page 95: Medieval España II

La cultural medieval había tenido una vocación de analfabetismo textual, con una cultura de oralidad, en la que la escritura tiene una función de conservación para un saber clásico considerado eterno, insuperable y sumamente peligroso por su raíz pagana y sus aportaciones judías y musulmanas. La alfabetización y divulgación de saberes se destina a la minoría de los copistas en los scriptoria y a los iniciados formados para su correcta comprensión y versión al pensamiento cristiano.

Durante el siglo XII, la ciudad experimenta un renacimiento y protagonismo intelectuales, perceptibles en el auge de la catedral sobre el monasterio dentro de la iglesia. Para este nuevo espacio surgieron las escuelas catedralicias. Estas escuelas catedralicias carecían en la península de referentes de grandes escuelas de maestros itinerantes, por lo que no alcanzaron un especial brillo intelectual. En las escuelas se enseñaba el trívium (gramática, retórica y dialéctica (o lógica), junto con el canto, doctrina cristiana y algo de Derecho canónico.

Las órdenes mendicantes no duraron en fundar en las ciudades sus escuelas conventuales, generalmente una para cada una de las provincias eclesiásticas, cuyo fin principal fue una sólida formación de teología entre los monjes, especialmente entre los dominicos, a causa de la vocación misionera de estas órdenes. Fueron muy afamadas las escuelas dominicas de Barcelona, Lisboa, Játiva, Zaragoza y Compostela. Más tardía y débilmente los franciscanos también fundarán escuelas conventuales especializadas en teología, normalmente en ciudades universitarias.

Este ambiente escolar urbano será el marco originario de las universidades a finales del siglo XII y durante el XIII, cuando se constituya una corporación de maestros y alumnos (universitas), sancionada por una autoridad civil o eclesiástica para el libramiento de la licentia docendi. La fundación concreta obedeció a tres modelos: institucionalización y reglamentación de escuelas monásticas o conventuales existentes; por secesión, debido a controversias de principios entre grupos de maestros, durante las que un grupo abandona el Estudio General para fundar otro; por iniciativa civil o eclesiástica para reanimar la vida urbana de una ciudad en declive. Esta institución de enseñanza superior recibía el nombre de Estudio General, reservando el nombre de universidad para el gremio escolar formado por maestros y discípulos.

Elementos esenciales del Estudio General son: los estudiantes, procedentes de cualquier rincón de la cristiandad; los maestros de las facultades; el maestrescuela elegido por el monarca, contrataba a los maestros, daban con becas a los estudiantes pobres, administraba las rentas y diseñaba programas de estudio pero además confería la licentia docendi, que suponía la autorización para enseñar, verdadera razón del Estudio General. La licencia comenzó a ser regulada por el papa Alejandro III en el III concilio de Letrán en 1179, determinado su carácter gratuito y su concesión por los maestros, correspondiendo la maestrescuela solo su sanción. Se multiplicaron así los maestros y proliferaron escuelas, reunidas en el Estudio General. El campus

95

Page 96: Medieval España II

universitario estaba exento de la capitación fiscal y de la administración de justicia ordinaria, entre otros privilegios custodiados por la universitas y protegidos por el rey. El sostén económico universitario, por lo demás, fueron las tasas y beneficios eclesiásticos, junto con alguna rara donación regia.

En el Estudio General, la máxima autoridad era el rector, nombrado por la corporación estudiantil. Éste velaba por la convivencia académica, es respeto a las libertades y privilegios universitarios, sancionaba los delitos y juzgaba pleitos de la comunidad universitaria. Le auxiliaban los consiliari, estudiantes procedentes de cada nación presente en el Estudio. En asuntos muy relevantes el rector convocaba a todos los cargos y representantes en una asamblea denominada claustro pleno.

El latín era la lengua vehicular de la enseñanza superior, por lo que para acceder a ella había que tener un dominio experto de la gramática latina.

La enseñanza se organizaba en torno a las cátedras (enseñanza de un conocimiento, del que es experto el maestro) y las facultades, siendo la menor la de artes, y las mayores las de teología, derecho y física. No todos los Estudios Generales tenían todas las catedras, sino que se especializaban en algunas de ellas; Salamanca en teología, Lérida en medicina. Tampoco existía una metodología didáctica organizada. Existían textos básicos de aprendizaje, normalmente procedente de sabios clásicos o sus traductores (Aristóteles, Platón, San Agustín, Ptolomeo, Código de Justiniano, Hipócrates, Galeno), que el estudiante debía saber, memorizar y copiar en partes. La enseñanza era oral destinada a ejercitar en la dialéctica para pleitear u predicar. El estudiante se enfrentaba a una sucesión de grados académicos a lo largo de sus estudios, que vinieron a completar la inicial simple concesión de la licencia docendi, originando una autentica carrera. Después de tres a seis años de estudio o un cierto tiempo de docencia o incluso un determinado numero de lecciones, el estudiante elegía un maestro y debía mantener con éxito una disputatio, obteniendo el titulo de bachiller. Logrado este titulo, tras tres o cinco años de docencia posterior, un bachiller podría lograr la tutela de un maestro para someterse a un tribunal elegido por el azar, al que exponía dos temas asignados el día anterior, durante dos horas y si tenia éxito lograba el grado de licenciado. Luego podría optar al titulo de doctor, titulo sin especial relevancia por cuanto solo se requería disponer de recursos para costear la ceremonia de investidura y leer una lección magistral ante un tribunal.

La península tuvo un repertorio suficiente de universidades: Salamanca (1218), Valladolid (1250), Lisboa-Coímbra (1288-1290), Lérida (1300), etc.

5. El gobierno: la realeza y el auge de la nobleza.

Entendido como el entramado institucional que en torno al poder y competencias asumidos y desarrollados por la realeza, en su ejecución o en dialogo con el reino, va

96

Page 97: Medieval España II

gestando el Estado. Fue una evolución diferenciada por unas culturas positivas distintas en las coronas de castilla y Aragón.

Desde la recepción del Derecho romano a principios del siglo XIII hasta la crisis trastamarista, a mediados del siglo XIV, la realeza consigue convertirse en el motor indiscutido hacia el Estado, siguiendo dos modelos distintos:

Los estados castellano-leoneses

Las monarquías castellana y leonesa articulaban su poder dentro del orden feudal sobre un entramado plural de poderes, ordenados según las relaciones feudovasalláticas. La ocupación del Guadalquivir fortaleció la nobleza, pero también reforzó el poder regio, acrecido por la unión de Castilla y León. Alfonso X buscó perfilar en un proyecto inspirado en el Derecho romanista y en el que la monarquía tendría la exclusiva potestad legislativa, el ejercicio de la jurisdicción y la efectividad de la autoridad mediante instituciones eficaces a su servicio.

En las partidas, descansaba en el derecho feudal(es la cabeza de un pueblo, al que la vida y unidad y a quien convierte en un reino) y la majestad de base romanista (reconocimiento de la excelsa potestad regia). Este concepto se magnifica a través de la simbología religiosa; que convierte el corpus formado por el rey-reino en una emanación del orden celestial; un corpus, cuyo sagrado vinculo vertebrador es la lealtad y fidelidad feudales que el rey y reino se deben a partir de la naturaleza (lealtad de los hombres a su señor natural), que es superior al vasallaje. Mediante el vínculo de naturaleza, el rey, como señor natural tiene potestad sobre todos los naturales del reino, aun cuando no fueran sus personales vasallos. Es evidente que la nobleza se resistió, vigorizando todos los sistemas que descansasen en las relaciones feudovasalláticas.

Ideológicamente, el proyecto descansaba en la teoría del origen divino del poder regio, plasmada en el fuero Real, el Especulo y las Partidas. El rey es el vicario de Dios. El símbolo tuvo tal éxito que los delitos contra el rey se equipararon a las ofensas contra Dios, acreditándose entonces el delito de lesa majestad contra el que cabía la ira regis, por la que el monarca podía desterrar y expropiar de todo señorío y propiedad al delincuente.

Para el fortalecimiento y superioridad de la realeza era vital la pervivencia del proyecto en el tiempo a través de la sucesión dinástica en el trono, sobre todo porque en el siglo XIII la legitimidad hereditaria estaba plenamente asentada en Castilla. Otorgar la legitimidad a este principio fue una de las prioridades de la obra legislativa de Alfonso X, incorporando el derecho de representación, como sucesión dinástica por línea de

97

Page 98: Medieval España II

primogenitura. Lo cierto es que hasta la revolución trastamarista y la institución del título de príncipe de Asturias, la sucesión dinástica no se vio confirmada.

La realeza necesitaba, por último, definir su esfera de competencias. En las Partidas Alfonso X las cifró en la promulgación de leyes, ejercicio de justicia y suprema apelación, soberanía territorial, derechos fiscales y comerciales. El aspecto radicalmente innovador consistía no solo en atribuir al rey la potestad legislativa, sino atribuirla en exclusividad. Mediante instituciones encargadas de aplicar las disposiciones regias se ejercía la autoridad. En este caso la realeza castellano-leonesa hubo de partir y asumir instituciones feudovasallásticas anteriores. Para obviar esta indeseada tradición, los monarcas desarrollaron los oficios del rey, aun cuando la base doctrinal del derecho feudal en el desarrollo de competencias de estos oficiales identifico beneficium y officium, incluso dio prioridad al primero. Este carácter beneficioso atrajo a los nobles en el desempeño de estos cargos, incluso los reyes los utilizaron como recompensa, iniciando una incontenible tendencia a la patrimonializacion.

En torno al rey, de forma itinerante, sigue definiéndose la corte, formada por altos nobles, miembros de la familia real, altos oficiales, jurisperitos y algunos hidalgos. La corte aconsejaba al rey en política y administraba justicia, sobre todo cuando Alfonso X estipuló la función de los alcaldes de corte, encargados de entender en los pleitos del rey y cuyas sentencias podían recurrirse ante los jueces de alzada. Las sentencias de los jueces se despachaba en la chancillería, órgano de gestión documental oficial cada vez más experta en normalizar un procedimiento administrativo. Existía un canciller para Castilla y otro para León. Aun con todo el rey administraba directamente justicia, asistido por unos consejeros que habrían de suponer el embrión de la Audiencia, instaurada a finales del reinado de Alfonso XI. De la casa del rey surgieron cargos con competencia pública. Es el caso del mayordomo mayor que se ocupaba de la gestión de los dominios privados de la corona.

El comparatismo, la comunidad política debe al rey fidelidad y auxilio a cambio de que el monarca recabe su consejo. Era la base de un dialogo para el que el reino halló dos espacios: Cortes y Hermandades. Las cortes tuvieron sus orígenes en las curias plenas del siglo XII cuando se incorporaron los concejos. En ellas se deliberaban asuntos de especial relevancia para el reino, se promulgaban leyes, se juraba al heredero y se negociaban privilegios a cambio de votar subsidios y otros recursos fiscales. Las hermandades generales, inspiradas en las eclesiásticas, surgieron en 1282. Fueron instituciones espontaneas capaces de crear su propia organización para asumir la defensa de derechos e intereses de sus miembros, cuando las autoridades publicas no pudieron ejercer con eficacia sus funciones.

Los estados catalano-aragoneses

98

Page 99: Medieval España II

Desde Alfonso II en el siglo XIII, un mismo titular poseía el poder sobre Aragón y Catalunya, una unión personal. Durante todo el siglo XIII, además, la Corona experimentó una enorme expansión territorial que fortaleció igualmente a la realeza y a la nobleza, muy enfrentados por el control de los nuevos espacios. La solución se producirá en torno a 1300 cuando Jaime II, en unas Cortes Generales, reconoció el poder compartido de la Realeza con los grupos dominantes en cada territorio (nobles, eclesiásticos, oligarcas urbanos) fijando las cortes como escenario para dirimir conflictos. La acción pactada entre la realeza y el reino será el elemento gestor del Estado catalano-aragones.

La tradición monárquica aragonesa otorgaba al rey un fuerte carácter de caudillaje militar y por derivación le confería la suprema competencia jurisdiccional. La proyección exterior de su actividad irá incorporando a la realeza la potestad legislativa. El carácter contractual por condicionamiento feudal y canónico determinó la peculiaridad expansiva territorial al de la realeza. Bien por derecho de reconquista (valencia y Mallorca), matrimonial (Sicilia) o por donación (Córcega, Cerdeña), se incorporaron nuevos territorios que no se anejaron a Cataluña o Aragón, sino que se respetaron su carácter de reinos individuales. Esta dinámica reforzó el carácter nodal de la persona del rey en la unión, por lo que tuvo protagonismo estelar la sucesión dinástica, en la que había dos tradiciones: la aragonesa, que confirmaba la sucesión filial primogénita por testamento; la catalana, que primaba la división de bienes entre herederos, mandato que obligó a repartos sucesivos de reinos conquistados entre los hijos del rey.

Los oficiales del rey eran los encargados de aplicar y desarrollar las facultades políticas que contemplaba para la realeza la unión personal de estados. La Chancillería general para la administración general a cuyo frente estaba un canciller, cargo desempeñado por un eclesiástico, asistiéndolo un vicecanciller, también eclesiástico de orden inferior para el trabajo burocrático. Para los asuntos económicos el rey nombraba un tesorero. La dimensión privada de la oficialidad se demuestra por el mantenimiento del mayordomo y el senescal, sobre una multitud de cargos domésticos menores.

La reforzada modalidad de la unión personal justificó una desarrollada estructura institucional para asistir al lugarteniente o al procurador, encarnación del poder regio.

Ciudades y villas se organizaban a partir del concejo y podían agruparse en comunidades. Para su gobierno el rey autoriza un órgano gestor cuyos miembros eran los jurados, cónsules, a partir de una ordenación estamental de tres clases, en número, elección y periodo de gobierno diverso, según las ciudades. La administración económica la ostentaba el mayordomo (finanzas) y el almotacén (inspector de mercados).

99

Page 100: Medieval España II

Los monarcas, por interés competencial desarrollaron un sistema de supervisión de sus oficiales mediante la inquisición, desde el reinado de Pedro III, en 1289, o también mediante encomiendas especiales a jueces de mesa. Su contenido era sancionar las negligencias, fraudes e inobservancia normativa.

El pactismo con el reino

Por contrato feudal, los vasallos del rey le deben consejo. Esta base asentó la existencia de un consejo Real, formado por la aristocracia nobiliar y eclesiástica, para asesorar sobre distintos problemas del reino, pero cuando la cuestión era compleja y precisaba un fundamento legal pasaba a la Curia o Corte. Cuando por la excepcional amenaza de invasión por parte de Francia los aragoneses impusieron en 1283 a pedro III el Privilegio General, la corte se transforma en un órgano del reino. Debía reunirse anualmente, lo que llevó a convertirse en una institución política legislativa, en perfecto paralelismo con idénticas instituciones que en este mismo momento se creaban en Cataluña y Valencia. La convocatoria anual la convocaba el rey. Sus competencias eran similares a las Cortes castellanas, pero su injerencia en la administración regia era mayor y también su poder de coacción por la debilidad económica de la realeza.

En Aragón el reino se otorgó otro instrumento de interlocución, el justicia mayor, documentado desde 1221, sus cuyas competencias eran antevenir entre los pleitos entre el rey y los nobles. El reino halló en las Uniones otro mecanismo dialógico con la realeza. Alfonso IV hará emanar la Diputación del General como órgano competente entre Cortes. En Aragón, la Unión comienza como una jura entre nobles par mantener el ordenamiento jurídico.

El auge de la nobleza

Desde mediados del XIV al reinado de los reyes Católicos presencia una magna contienda entre nobleza y realeza, cada una con un modelo de régimen político. Desde mediados del siglo XIV ha triunfado el sistema político dual, aquel que se organiza en torno a dos núcleos de poder, realeza y nobleza. Ambas inician una competencia de poder para asentar el marco de potestades. La realeza, en un estado evolutivo superior de su proyecto, pretende ahora un régimen que elimine las ataduras prácticas a un poder ilimitado en teoría.

El sistema se identificó en Castilla con los efectos políticos de la Revolución de los Trastamara en 1368. Se definía un régimen en el que la realeza inicia una firme presión hacia el centralismo y autoritarismo, pero apoyando en paralelo un régimen señorial basado en saneadísimas rentas ganaderas y jurisdiccionales propias de una nobleza nueva fomentada por la Corona, que no dudó en segmentarla en una lata y baja nobleza elegida por la realeza como único interlocutor válido y representación

100

Page 101: Medieval España II

exclusiva del reino para el dialogo político. Por entronización dinástica el sistema se exportó a Aragón a principios del siglo XV.

La Corona de Castilla

La competencia de poderes fue extrema. En teoría, el poder regio era ilimitado sin ninguna cortapisa pactista y con una innegable y creciente popularidad de la monarquía como sistema institucional. La revolución trastamarista permitió fundamentar un firme autoritarismo sobre cuatro pilares:

- El Consejo Real, coordinador de los oficios de la corte. La monarquía no tardó en transformarlo en un órgano para su poder, especializado en justicia criminal y enseguida centro de la Gobernación de Castilla, al depender de él la administración territorial y local

- La Cámara era el órgano fiscal regio, e incluye la Chancillería para la expedición de documentos. El ordenamiento de lanzas de las Cortes de Guadalajara (1390) le concederá el control de las tropas al servicio directo del rey, si bien el reclutamiento y el mantenimiento se encomendó a la nobleza.

- La Audiencia, como alto tribunal de apelación y órgano supremo de la justicia civil.- Las Cortes, cuyo brazo esencial era el de las ciudades, por tener que aprobar el

pago de servicios. Las cortes no publicaran ya Ordenamientos sino emiten Cuadernos de peticiones.

El carácter de estos pilares demuestra que Castilla carecía de un gobierno representativo del reino. Este por acción regia, quedó reducido a la parte de la aristocracia nobiliar, cuyo enorme poder económico y la fundación de los mayorazgos le otorgó una fortísima conciencia de clase a través de los linajes, reducidos a quince. Son latifundistas, ganaderos y señores de la Mesta, lograran dominar y ocupar cargos de la rampante administración regia, con un proyecto político en modo alguno inferior al regio: un régimen contractual de poderes. Este será el sentido de todas las guerras civiles castellanas.

La corona de Aragón

El equilibrio del entramado institucional de los estados catalanos-aragoneses comenzó a tambalearse desde mediados del siglo XIV. Cataluña inició una depresión económica que alteró su peso en el conjunto de las entidades territoriales participes de la unión. Aragón y valencia se inclinaron por el régimen más próximo de sus intereses sociales y económicos, por lo que optaron por un sistema similar al castellano entronizando a los Trastamaras. La realeza comenzó una vía hacia el autoritarismo pero a través de pactos políticos tácticos, golpes de mano desde la corona y constantes revueltas, especialmente en Cataluña. La realeza aragonesa tuvo que encauzar el pactismo con el reino y desarrollar sus propios mecanismos de autoridad. Como instrumento del reino, las Cortes fueron expresión de las resistencias al autoritarismo regio.

101

Page 102: Medieval España II

El pactismo quedó confirmado según lo entendía la oligarquía: conservación de los fueros e instituciones que garantizaban su prepotencia social. Lo entendían como defensa de la libertad, identificada a privilegio, muy al contrario que los remencas catalanes que la entendían como autonomía personal.

TEMA 10

LOS TRASTÁMARA EN LA CORONA DE ARAGÓN: DEL COMPROMISO DE CASPE AL FINAL DE LA GUERRA CIVIL CATALANA.

1. El interregno en la Corona de Aragón.

Martín I el Humano (1396-1410) sucede a su hermano Juan I (1387-1396), venía de gobernar el reino de Sicilia. Juan I no tenía descendientes masculinos por lo que, a su muerte, la sucesión recayó en su hermano Martín. Martín previamente había sido nombrado por su padre, Pedro (IV el Ceremonioso (1336-1387) gobernador del reino de Sicilia y había llevado una política de uniones dinásticas para fortalecer su posición. Cuando fue nombrado sucesor de Juan I, Martín hubo de ser suplido en funciones por su mujer María de Luna momentáneamente hasta que llegó a la Península desde Sicilia donde dejó a su hijo.

Durante su reinado Martín I intentó ganarse a las oligarquías urbanas, poniendo fin a los enfrentamientos banderizos en los reinos de Aragón y Valencia que arruinaban las ciudades, aunque sus éxitos fueron muy limitados. Fue muy popular en Cataluña, identificándose con los intereses de la ciudad de Barcelona de los que recibió a cambio el apoyo en sus proyectos Mediterráneos.

Martín era viudo cuando murió su único hijo Martín el Joven la situación dinástica se complicó. A Martín el Joven solo le había sobrevivido un hijo ilegítimo con una dama siciliana llamado Fadrique. Martín I intentó conseguir rápidamente un heredero proyectando su boda, primero con la hija del infante portugués y casando finalmente con una doncella de su casa., pero no tuvo descendencia.

Murió en 1410 sin herederos y sin haber indicado de forma precisa quien debía sucederle. No había conseguido legalizar la situación de Fadrique ni había obtenido una respuesta de las consultas para nombrar libremente un heredero. Se afirmó la supuesta existencia de un texto apócrifo con las voluntades del rey.

Ante la muerte de su hijo Martín el Joven, había nombrado gobernador de todos los reinos (1409) al conde Jaime de Urgel. Este tenía así una situación de privilegio para apostarse como sucesor del monarca, pero Jaime de Urgel dio muestras de escasa habilidad política entrometiéndose en las guerras de bandos en Aragón y Valencia. Ante su falta de decisión la Generalidad de Cataluña decidió tomar la iniciativa y nombró una comisión mandando delegados a Aragón y Valencia con el fin de tratar el problema sucesorio. Pero en Aragón y Valencia perduraba una profunda división que impedía incluso la convocatoria de parlamentos unitarios.

102

Page 103: Medieval España II

Los pretendientes mandaron legaciones a Cataluña, ya que esta había tomado la iniciativa. Los candidatos con más opciones eran Jaime de Urgel, casado con una hermana de Martín I, y Luis de Anjou. Siendo el conde de Urgel el mejor posicionado por sus derechos dinásticos y la fuerza de su cargo. Se habría convertido fácilmente en rey si valencianos y catalanes no se hubieran enfrentado entre sí.

Fernando de Antequera era el segundo (rey de Aragón 1412-1416) era el regente de Juan II de Castilla (1406-1454) durante su minoría ya que era su tío. Juan II de Castilla a su vez también tenía derechos sobre la corona de Aragón, pero decidió cederlos ante su tío posiblemente por iniciativa de su madre que veía así la posibilidad de alejar a Fernando de la regencia. Como en un principio sus posibilidades eran inferiores no hizo mucho caso del asunto sucesorio aunque también envió embajadores a las Cortes catalanas. Fernando se aprovechó de la división en el Reino de Aragón y de su gran prestigio político y militar para obtener de las Cortes castellanas un subsidio para luchar contra los musulmanes. Fernando actuó con habilidad y prudencia para no levantar recelos en Aragón y se ganó las simpatías de los antiurgelistas valencianos y aragoneses, además acantonó tropas en la frontera castellano-aragonesa.

En las Cortes catalanas ganaba la idea de reunir representantes de todos los territorios en un parlamento general, se promovió una convocatoria de Cortes aragonesas en Calatayud en 1411, pero durante el intento fue asesinado el arzobispo de Zaragoza, antiurgelista que se oponía a la convocatoria de Cortes, por Antón de Luna que era prourgelista. Este incidente tendría consecuencias en los sucesos inmediatos. Los proangevinos aragoneses pidieron ayuda a Luis de Anjou y al no poder mandarla recurrieron al castellano, quien mandó una fuerza de tres mil hombres que uso en Valencia y Aragón junto a la diplomacia.

Era el fin del partido angevino y la apertura del trono para Fernando de Antequera, quien dejaba patente que estaba dispuesto al uso de la fuerza si era necesario. Fernando acordó la boda de una de sus hijas con Fadrique de Luna y pactó con Luis de Anjou que si uno de los dos salía elegido el otro recibiría una compensación económica. Pero lo que sería decisivo sería el apoyo recibido de Benedicto XIII.

El Papa Luna, Benedicto XIII, desde un principio apoyó la causa de su pariente Fadrique pero cuando perdió posibilidades apoyó la causa de Fernando. Castilla, de donde era regente, seguía la obediencia a Aviñón en el cisma que desde 1378 dividía la Iglesia de Occidente. Con este apoyo pretendía ganarse la obediencia de toda la Península ya que Jaime de Urges apoyaba al Papa de Roma. Benedicto XIII se había refugiado en Cataluña poco antes de la muerte de Martin I e intervino intensamente en la cuestión sucesoria ya que del resultado dependían en buena manera sus posibilidades de enfrentarse a Roma. Así autorizó a Fernando a utilizar la fuerza en sus intereses en Aragón, combatir al reino de Granada o lanzó la excomunión a los urgelistas aragoneses.

En 1411 el enfrentamiento bélico se hacía inevitable ya que los problemas en Aragón y Valencia se agudizaban. Mientras en Cataluña y Mallorca se mantenía la calma.

Las posiciones en cada uno de los reinos estaban fijadas. Las Cortes catalanas se trasladaron a Tortosa buscando la proximidad con Aragón y Valencia, donde las diferencias internas las hacían inoperantes. Los trastamaristas se reunieron en Aragón

103

Page 104: Medieval España II

en Alcañiz, único Parlamento que fue realmente operativo. En Valencia los urgelistas lograron constituir un parlamento legal en Vinaroz. La división contribuyó a prolongar el interregno. En 1412 se consideraba que iba a ser inoperante convocar un Parlamento general viendo lo que sucedía en los reinos. Jaime de Urgel perdía posibildiades con el aislamiento de sus partidarios en Aragón. Mientras Fernando de Antequera trasladó la corte castellana a la frontera con Ayllón y recibió a San Vicente Ferrer, venía de parte de Benedicto XIII para estrechar lazos de amistad.

2. El Compromiso de Caspe y sus consecuencias: el debate historiográfico.

A Cataluña llegó una propuesta franco-provenzal para expulsar a los castellanos y dar la Corona de Aragón a la Casa de Anjou, la propuesta fue rechazada y se intentó la búsqueda de una solución definitiva. Benedicto XIIIpropuso la elección de monarca entre un número reducido de compromisarios, el Parlamento de Alcañíz hizo suya la propuesta y la remitió a Tortosa que la aceptó.

Se determinó el procedimiento según el cual en veinte días se nombrarían nueve compromisarios, tres por cada entidad territorial y se reunirían en Caspe para analizar los derechos de los distintos candidatos. La votación la ganaría el que tuviera seis votos y al menos de un representante de cada uno de los reinos. La elección de los compromisarios fue dificultosa. En Valencia hubieron rebrotes de enfrentamientos entre los Centelles y los Vilaragut, las tropas castellanas tuvieron que intervenir uniéndose a los Centelles, desde este momento el Reino de Valencia se decantó definitivamente del lado de Fernando de Antequera. En Cataluña hubo gran división entre urgelistas, trastamaristas y angevinos en la elección de los compromisarios.

Cabe decir que los seis compromisarios que votaron la candidatura de Fernando de Antequera eran personas adictas a la persona del Papa Luna. Los candidatos fueron:

- Jaime conde de Urgel, biznieto de Alfonso III de Aragón por línea masculina- Luis de Anjou, nieto de Juan I de Aragón y sobrino de Martín I por línea femenina.- Fadrique de Aragón, conde de Luna, hijo bastarde Martin el Joven, nieto ilegítimo

del rey muerto.- Alfonso, duque de Gandía,, tío de Martín I por vía masculina.

104

Page 105: Medieval España II

- Juan II de Castilla,, sobrino nieto de Martin I por línea femenina.- Fernando de Antequera, sobrino de Martín I por línea femenina.

La reunión en Caspe se inició en marzo de 1412 y las terminó en junio. Durante tres meses se dilucidó sobre diversas cuestiones legitimadoras como la prevalencia de la línea dinástica masculina sobre la femenina en la sucesión en la Corona de Aragón. Otro aspecto fue el grado de parentesco de los candidatos con el rey Martín I o con cualquiera de los reyes de Aragón. Los tres compromisarios aragoneses reconocieron la capacidad legal de transmitir derechos sucesorios de las mujeres por lo que eligieron a Fernando como pariente varón más próximo. También apoyaron San Vicente y Bonifacio Ferer, por Valencia y el compromisario catalán, Bernat de Gualbes.

En junio San Vicente Ferrer hizo pública la sentencia o Compromiso de Caspe ante la Iglesia de esta localidad como decisión unánime de los nueve compromisarios. En un principio Jaime de Urgel pareció aceptar la sentencia.

Fernando de Antequera recibió en Cuenca la decisión y se puso enseguida camino de Zaragoza. En su recibimiento por aragoneses y catalanes estos últimos se mostraron más fríos. Convocó Cortes en Zaragoza e hizo una política de acercamiento a los hombres clave del reino, para ello recompensó a los fieles y se esforzó por atraerse a los enemigos, concediendo incluso un perdón general para todos los urgelistas..

Jaime de Urgel no asistió a las Cortes de Septiembre, ni tampoco la mayor parte de los urgelistas. Las sesiones se desarrollaron en una ambiente de consenso, confirmándose los fueros otorgados por Pedro IV en 1384. En estas Cortes fue reconocido como rey y el infante Alfonso como príncipe. Para intentar acercarse a Jaime de Urgel se trasladó a Cataluña y tras una serie de ofrecimientos, un ducado y un enlace matrimonial, reconoció a Fernando públicamente como rey electo. Fernando convocó después Cortes en Barcelona convencido de que la reconciliación era ya un hecho. Pero estando reunidas el conde de Urgel se lanzó a la revolución armada.

La revuelta carecía de sentido en este momento y al estar convocadas las Cortes fue inmediatamente condenada. El momento elegido para la rebelión ya no era el adecuado, quizá si hubiera sido nada más declarada la Sentencia de Caspe habría contado con más

105

Page 106: Medieval España II

apoyos. Los acontecimientos fueron muy rápidos, le fallaron los intentos de hacerse con Huesca y Lérida y perdió la posibilidad de una alianza con Inglaterra, además hubo muchas defecciones en sus filas. El conde de Urgel fue rápidamente derrotado y capituló en 1413, fue condenado. Se le confiscaron sus dominios y fue encerrado en el castillo de Játiva, donde murió en el olvido en 1433.

En el análisis de las consecuencias que tuvo la Sentencia de Caspe caben múltiples interpretaciones de lo que supuso para los reinos hispánicos. Hay que valorar si supuso un viraje en la política de la Corona de Aragón la llegada de los Trastámara.

Si analizamos las consecuencias de la Sentencia de Caspe de forma fría podemos ver que los Trastámara apenas introdujeron cambios en la Corona de Aragón respecto al periodo anterior. Esto a pesar de que Fernando llegó acompañado de sus hombres, los cargos fueron confiados a hombres del reino. En política exterior continuaron con la tradicional política mediterránea dándole firmeza y solidez. Desplegó una intensa actividad en el Mediterráneo con el objetivo de potenciar las relaciones con el Levante y reafirmar los vínculos con África, además de propiciar un entendimiento con Génova. La temprana muerte de Fernando en 1416, con 37 años, no le permitió consolidar su política expansiva en el Mediterráneo. Pero sí la desarrollaría su hijo y sucesor Alfonso V el Magnánimo (1416-1458). El siglo XV constituirá la época más esplendorosa de la Corona de Aragón en Italia.

El asunto del Compromiso de Caspe ha hecho que los historiadores analicen el asunto obteniendo conclusiones dispares. Los románticos catalanes, adictos al movimiento de loa Renaixenca, lo ven como algo negativo ya que consideran a los Trastámara como los principales causantes del declive político y económico en Cataluña y la pérdida de la independencia nacional. La historiografía romántica castellana, quienes defienden las actuaciones de San Vicente Ferrer, ensalzan que este acto fue la demostración de la madurez de un pueblo y el primer paso en el proceso de integración de Cataluña en España.

En todo caso carece de fundamento el atribuir a la dinastía Trastámara el origen de la crisis catalana y la guerra civil de la segunda mitad del siglo XV. Ya que esto sería demostrar un total desconocimiento de los tradicionales enfrentamiento entre la Busca y la Biga en el ámbito urbano catalán, entre los payeses y los señores en el medio rural, y entre los representantes del Principado y el monarca desde fines del siglo XIII.

Tradicionalmente se ha estudiado este tema desde la óptica de la cuestión jurídica . Pero se trata más de un problema político que jurídico, ya que sin violentar los principios de legalidad se tenía que hallar una fórmula que pusiera fin a las graves tensiones que afectaban a la Corona de Aragón. Triunfo de Fernando de Antequera no se debió a que tuviera una más sólida apoyatura jurídica, sino que contó con el apoyo decidido de un grupo de personas que presentaron su candidatura como la más conveniente.

3. Revolución en Cataluña.

106

Page 107: Medieval España II

La época de las turbaciones en Cataluña fue bien conocida en Castilla, como así lo reflejan las crónicas, que distinguen a los barceloneses del resto de catalanes como dirigentes. Les atribuyen el deseo de tener libertad y de no obedecer la autoridad real, observan que el motivo de su soberbia es la posesión de gran riqueza.

El conflicto comienza durante la lugartenencia de la reina María, ya que esta tenía que ocupar el lugar de su marido Alfonso V el Magnánimo debido a sus largas ausencias como lugarteniente de Aragón y de Cataluña. Galcerán de Requesens consiguió arrebatare a la oligarquía el gobierno de de la capital, Barcelona. Fue un auténtico golpe de estado contra los privilegios municipales y el tradicional poder de las familiar patricias. El nuevo gobernador los sustituyó por hombres de su confianza y puso en marcha su programa de reformas, devaluación de la moneda, proteccionismo, reforma gobierno municipal. Los que alcanzaron el poder pertenecían a la “Busca”.

Todo esto ocurrió bajo la protección del rey Alfonso el Magnánimo, que llegó incluso a nombrarle lugarteniente. Se movilizó en contra de lo sucedido no tan solo la “Biga” sino todos los estamentos privilegiados del reino. Para calmar los ánimos el rey decidió llamar a su hermano Juan de Navarra como nuevo lugarteniente de Cataluña. La nueva autoridad convocó Cortes en Barcelona de las cuales el rey esperaba obtener un cuantioso donativo. Des el principio los síndicos del resto de ciudades rechazaron a los de Barcelona por considerarlos ilegales, eran los designados anteriormente por Requesens. Juan de Navarra quería seguir las indicaciones de su hermano el rey y que se concediera el subsidio, además de afianzar el nuevo sistema barcelonés y darle un desenlace al conflicto rural a favor de los campesinos pero el problema de los síndicos tardó en solucionarse siete meses, entonces las Cortes pudieron continuar.

A partir de estas Cortes se generó un movimiento contrario al rey entre nobleza, clero y patriciado, sobre todo desde la prisión del príncipe de Viana. Las dificultades a las que se enfrentaba Juan de Navarra estaban porque su hermano había eludido anteriormente las soluciones.

Un nuevo factor de agitación fue la concesión a Galcerán de Requesens del condado de Ampurias a cambio un nuevo privilegio municipal que había conseguido para la ciudad de parte del rey. Provocó la indignación de sus oponentes de la “Biga”. En las Cortes se presentó el memorial de agravios y entre ellos figuraba el “agravio Requesens” por el que se debían anular los actos de gobierno hechos por este. También significaba devolver a la oligarquía el municipio barcelonés y la derogación del nuevo privilegio.

Todo ello junto a la situación económica crearon una situación explosiva que el lugarteniente, Juan de Navarra no supo valorar.

4. La Guerra Civil catalana y su proyección internacional.

La revuelta estalla entre 1460 y 1461. El conflicto dividió a la nobleza catalana. Esta nobleza se dividía en tres tipologías. La alta nobleza, apenas medio centenar mayoritariamente instalado en tierras gerundenses y que nos solían asistir al brazo militar de Cortes, además estaban los caballeros y en último lugar los donzells. De los

107

Page 108: Medieval España II

antiguos linajes condales solo perduraba el de Pallars, quién fue acérrimo enemigo del rey y lo pagaría muy caro. En las familias vizcondales existía división. Los nobles vivían en sus territorios y la guerra los dividió. La alta nobleza adoleció de falta de política propia, pero coincidieron en la defensa de los privilegios sociales y de sus intereses económicos. En el aspecto político estuvieron divididos aunque alguno de sus miembros llegó a liderar la oposición antidinástica, y al estallar la revuelta de 1460-1461 participaron de la actitud unánime del país en defensa de sus libertades. Pero al estallar la guerra abierta entre la Generalitat y Juan II pocos barones gerundenses siguieron apoyando el bando rebelde. En gran medida la gran nobleza fue responsable de la formación de los dos bandos por sus rivalidades. Los campesinos llegaron a exasperarse al negarse los nobles a llegar a soluciones dialogadas. Sus parientes eclesiásticos fueron igualmente responsables de la situación. La pequeña nobleza del norte se encontraba arruinada, a lo que se sumó la guerra civil y las revueltas campesinas.

Mención especial merece el conde de Prades que capitaneó los ejércitos de Juan II

A la muerte de Alfonso el Magnánimo en 1458 le sucedió su hermano Juan II, que ya era rey de Navarra., este se replanteó la política peninsular. La situación se complicó por la interferencia del príncipe de Viana, enfrentado a su padre Juan por el tema sucesorio ya que este le había negado la primogenitura y por lo tanto la herencia de la Corona. El príncipe Carlos de Viana acabó siendo encarcelado por una supuesta traición.

Estos hechos habían tenido lugar durante una asamblea convocada en Lérida que se había tenido que suspender por la actitud de los presentes. Los representantes se unieron bajo la dirección de nobles y burgueses de la “Biga” para lograr la reparación de los agravios y la liberación del príncipe. Votaron una iniciativa insólita como era la adopción de medidas necesarias para resolver el problema. Era una auténtica revuelta. Una vez en la capital los diputados decidieron oponerse al monarca y convocaron una asamblea reducida dominada por un ambiente patriótico casi revolucionario con un pueblo soliviantado. Todo el mundo estaba de acuerdo en luchar por la conservación de las leyes en Cataluña y la recuperación del prisionero. Los regidores “buscaires” fueron desbordados por los acontecimientos dominados y dirigidos por la oligarquía.

La reunión del parlamento fue un grito unánime contra Juan II y se le mando un ultimátum: la libertad del príncipe y su declaración de primogenitura, una respuesta negativa supondría la guerra, como así fue. Se declaró enemigo público a quien osara enfrentarse a la Generalitat. El rey se asustó y temeroso de una ofensiva castellano capituló en todo y liberó a su hijo.

Se trató de reorganizar el país con un nuevo orden constitucional, el punto de encuentro fue la Concordia de Vilafranca del Penedés. La oligarquía conseguía sus objetivos políticos y la monarquía conservaba la teórica plena potestad. La oligarquía actuaría contra el campesinado y los intereses de la pequeña burguesía. El príncipe de Viana murió al cabo de pocos meses lo que allanó el camino a Juan II, su padre. Quien mandó al príncipe Fernando a Cataluña ya como heredero bajo la tutela de su madre. La acción de la reina acabó siendo calificada de conspiración por sus contactos con los buscaires y los campesinos remensas. La reina se sintió insegura en la capital y tras un conato de resurgimiento de la “busca” en Barcelona y un alzamiento campesino en Gerona la reina huyó a Gerona.

108

Page 109: Medieval España II

Ante la nueva sublevación campesina. se tomó la decisión de formar un nuevo ejército para sofocarla. Mientras algunos de los síndicos declararon bajo tortura la existencia de una conspiración realista. Toda esta situación acabo en una serie de sentencias de muerte que dejaría en manos de la oligarquía el poder.

5. La etapa final de la guerra de los catalanes contra Juan II.

LA larga contienda dirigida por la Generalitat contra el monarca tuvo la ayuda del resto de países de la Corona de Aragón y se desarrolló en varias etapa durante once años hasta 1472. La primera se caracterizó por la alianza del rey de Francia con la hipoteca de los condados de Rosellón y Cerdaña. Él fue el libertador de la reina Juana y el príncipe Fernando sitiados en Gerona. Así Juan II pudo entrar en Cataluña, motivo por el que fue desposeído de la corona y declarado enemigo público, y sitiar Barcelona. Pero hubo de retirarase. Cataluña juró fidelidad a un nuevo monarca Enrique IV quien, a través de la diplomacia, acabaría abandonando la causa catalana.

Un nuevo rey, el llamado Pedro IV (1463-1466) vino a ocupar el lugar pero decepcionó tanto en el marco internacional como en el aspecto militar lo que contribuyó a que aumentaran las deserciones. Era un momento propicio para la paz pero la Generalitat estaba en manos de radicales y buscaron un nuevo monarca en la casa de Anjou. Los ejércitos de Juan de Lorena llegaron para apoyar al monarca aragonés quien comenzaba a ganar la batalla en el campo diplomático ya que había casado a s u hijo Fernando con la infanta Isabel de Castilla (1469) quien además era la heredera de la corona castellana. Un par de sucesos, como la muerte de Juan de Lorena, allanaron el camino hacia el asedio de Barcelona que finalmente cayó en octubre de 1472. Se firmaron la Capitulaciones de Pedralbes como un auténtico tratado de paz por el que el rey juraba respetar las Constituciones de Cataluña.

TEMA 11

LA PUGNA ENTRE NOBLEZA Y MONARQUÍA EN LA CORONA DE CASTILLA EN EL SIGLO XV Y LA GUERRA CIVIL EN NAVARRA

LOS INFANTES DE ARAGÓN

1. Introducción

Enrique III dispuso los fundamentos políticos, militares e institucionales para el despegue castellano, e introdujo las transformaciones que permitirían una mayor afirmación del poder monárquico y una sólida consolidación de la dinastía Trastámara.

El panorama durante principios del siglo XV es de un fuerte crecimiento de la población y de la producción agraria. Burgos es centro por excelencia del comercio de la lana que se exporta a Flandes. Se multiplican las ferias y mercados e intensifica el proceso de urbanización.

109

Page 110: Medieval España II

Se fortalece la nobleza de servicio, pues fue ella la gran beneficiaria del ascenso que experimentaron los magnates y linajes que prestaron su decisivo apoyo para lograr la consolidación de la dinastía Trastámara. Lo que pudo ser un reinado de firme autoridad regia, derivó hacia una situación de ineficacia, discordias y desmesurados privilegios del poder nobiliario debido fundamentalmente a la dilatada pugna entre una nueva generación de pariente regios: los Infantes de Aragón y el poder ejercido por el privado del monarca, Álvaro de Luna. El proceso de consolidación monárquica generó fuertes tensiones que llegaron a auténticas guerras civiles entre los partidarios de los Infantes, fundadores de un sólido partido aristocrático defensor de los intereses de la oligarquía nobiliaria, y el partido monárquico dirigido por el condestable don Álvaro de Luna que siempre contó con el apoyo del rey castellano, Juan II.

El exceso de poder de una de las dos facciones motivaba la reacción nobiliaria de rechazo y la formación de otro grupo nobiliario. Por este motivo, se constituyeron las sucesivas Ligas contra don Álvaro.

2. Fernando de Antequera, tutor del rey Juan II. Niñez y juventud de los Infantes

El reinado de Juan II comenzó con una prolongada minoridad en la que gobernaron su madre, Catalina de Lancaster y su tío el infante Fernando que puso todo el aparato institucional al servicio de su propia ambición. Para ello contaba con la plataforma de sus señoríos.

Fernando se procuró el prestigio para lograr sus objetivos a través de las campañas contra Granada. Fernando de Antequera contó con muchos recursos de origen castellano, pero también con gran parte de la clase política catalano-aragonesa y con la alianza del Papa Benedicto XIII para lograr ser designado rey de Aragón en el famoso y conocido Compromiso de Caspe.

Su nueva vinculación con Aragón no significó el fin de sus actuaciones políticas en Castilla. El de Antequera continuó ejerciendo como regente de su sobrino, y proyectó aprovechar los años que el destino le colocaba al frente de la más importante monarquía peninsular para introducir a sus hijos en puestos de relevancia de tal forma que, en el futuro, fuera imposible gobernar sin ellos.

Sus hijos, los Infantes de Aragón, personalidades muy definidas, con ambiciones ilimitadas, intervinieron permanentemente en las disputas políticas del reinado de Juan II de Castilla. El origen y ascendencia de los Infantes, es netamente castellana:

- Alfonso. Primogénito. Sucedería a su progenitor en el trono de Aragón extendiendo su reinado a Nápoles con el título de Magnánimo.

- Juan. Destinado por su padre a dirigir la política mediterránea, sería rey de Navarra por su matrimonio con Blanca y, posteriormente de Aragón, al suceder a su hermano mayor.

- Enrique. Maestre de la Orden de Santiago.

110

Page 111: Medieval España II

- Sancho. Tenía el Maestrazgo de Alcántara, cargo que pasa con toda la renta e influencia que conllevaba a su hermano pequeño.

- Pedro. Murió en el sitio de Nápoles combatiendo en el bando de su hermano primogénito, Alfonso V.

En cuanto a las hermanas:

- María. Fue mujer del rey castellano Juan II.- Leonor. Esposa de don Duarte de Portugal y madre de Alfonso V el Africano.

En el juego de las instituciones ellos iban a convertir el Consejo Real en el organismo supremo del gobierno, más allá de la voluntad del monarca.

Pero cuando muere Fernando I las primeras divergencias surgen entre sus hijos. El enfrentamiento entre Juan y Enrique por el liderazgo de la política castellana y la dedicación de Alfonso V a los asuntos mediterráneos e italianos, el afianzamiento de Álvaro de Luna tras su llegada como doncel de la cámara de Juan II que pronto se granjeó la confianza del rey niño, impusieron a la reina regente Catalina, la necesidad de alejar a don Álvaro de la Corte.

Expulsión que no consiguió. Don Álvaro logró de su rey no solo poder sino también riquezas y enemigos pues se enfrentó en multitud de ocasiones con los Infantes.

3. Primeras divergencias entre los infantes Juan y Enrique

Algunos nobles cortesanos apartaron al monarca Juan II de la influencia del arzobispo de Toledo y establecen un triple turno anual de equipos consejeros para dirigir la débil personalidad regia. Con ello se prentde evidentemente apartar cuanto antes a los infantes de la corte, lo que origina que pronto surjan facciones que provocan que se formen dos cabeceras de bandos dirigidos por uno y otro infante.

Don Juan, cumplió el compromiso matrimonial que había establecido su padre con la heredera de Navarra, Blanca. Juan apartó a su hermano Enrique de la jefatura de la política castellana arguyendo que al mayor correspondía la dirección del partido y éste, colérico, argumentó que un rey de fuera no es persona indicada para dirigir el Consejo de otro reino. Don Enrique tramó un osado golpe de mano. Se apodera del rey Juan II, invadiendo con sus parciales el palacio de Tordesillas donde éste dormía, protegido por don Álvaro de Luna. Los seguidores del otro hermano y los leales a Juan II se apresuraron a llamar al Infante ausente, que liberó al rey y don Álvaro.

4. Prisión del infante don Enrique

Don Enrique volvió a congregar sus tropas resistiéndose a licenciar a sus hombres. Incluso en la corte de Madrid se le acusó de connivencia con el rey moro de Granada. Más tarde se comprobó la falsedad de los documentos, aunque lo cierto es que el Infante era capaz de esto y de otros tratos más graves. Pero, a pesar de todo, fue preso

111

Page 112: Medieval España II

y encerrado. Su mujer, Catalina huyó también de Castilla. Doña Catalina murió de parto, único y tardío, sin lograr sucesión.

Pero para don Álvaro no era bastante la prisión de don Enrique: había que destruirle a él y a sus secuaces, luego podría, quizás, entenderse con el infante don Juan. En prisión don Enrique, el gobierno de la Corona pasó a manos de nueve personas.

Una vez apresado don Enrique, Juan II, ya casado con María, infanta de Aragón, se sintió obligado a comunicar al hermano mayor su decisión y a explicarle los motivos de la misma mediante una embajada. Se inicia así una etapa poco conflictiva gracias a la intervención de Alfonso V de Aragón. Alfonso respondió a los embajadores enviados y se mostró dolido por la actitud del infante don Juan.

Al fin, predominaron en él sus impulsos fraternos sobre el espíritu justiciero y tras regresar de Nápoles, entró en son de guerra en Castilla, para exigir la libertad de don Enrique. Convoca al infante don Juan a su presencia donde éste escucha una fuerte reprimenda de su hermano mayor. Don Enrique es liberado jurando previamente que guardaría obediencia a su señor en Castilla.

5. Enfrentamientos con Álvaro de Luna y expulsión de Castilla de los infantes don Enrique y don Pedro

Castilla es escenario de la pugna entre Álvaro de Luna y los hermanos de la reina, los infantes de Aragón que dominan el Consejo Real. La consecuencia del enfrentamiento es que el condestable salió desterrado de la corte.

Inmediatamente el infante don Enrique se apresuró a cobrar las enormes sumas que reclamaba para sí y para su mujer.

Pocos meses bastan para demostrar el fracaso del movimiento desencadenado por los Infantes de Aragón, pues, todos los aragoneses y muchos destacados nobles castellanos, forzaron el regreso de don Álvaro así como la formación de un Consejo Real más amplio y le invitaron a volver.

Los Infantes podían vencer, pero no dar a Castilla una forma de gobierno estable. Álvaro, con su hábil programa, logra en poco tiempo atraerse hacia su causa a todos los miembros del mismo. Con el pretexto de rumores de una próxima invasión musulmana el infante don Enrique fue enviado a la frontera andaluza. Inmediatamente el rey de Navarra, el infante don Juan, fue invitado por Juan II a abandonar Castilla porque no cabían dos monarcas en su reino.

La expulsión de Juan de Navarra trajo como consecuencia la guerra con Aragón. Álvaro de Luna se alía entonces con los principales miembros de la nobleza castellana.

112

Page 113: Medieval España II

Don Enrique se apresura desde el interior del reino castellano a unírseles con sus hombres y el cuarto hermano, don Pedro, se alza desde el castillo de Peñafiel. El condestable le hace frente. El encuentro se hubiera producido violento de no haberlo impedido el cardenal de Fox, legado pontificio en Aragón, y la mediación de la propia esposa de Alfonso V.

La paz quedaba restablecida, pero don Enrique es castigado con el secuestro de sus bienes patrimoniales. Airado por tan grave pérdida y en compañía de su hermano don Pedro recorre las comarcas de Extremadura pillando y saqueando sus villas. Don Álvaro de Luna, solicitó voluntariamente ser enviado a reducirlos consiguiendo acorralarlos en la frontera de Portugal, donde los sitiados se abastecían libremente, lo que motivó el envío de una protesta del rey castellano ante el monarca portugués, quien prohibió la recluta de hombres y la venta de aparejos guerreros a los rebeldes, haciendo honor a su discreta neutralidad.

Un acontecimiento fortuito puso en manos de don Álvaro al infante don Pedro, con lo que la resistencia del otro hermano se desmoronó. La paz finalmente firmada le impuso al infante don Enrique dos condiciones: la entrega de todas las fortalezas que se hallaban por su causa y el secuestro de todos sus bienes.

Don Pedro fue entregado y, juntos ambos hermanos, embarcan de viaje a Italia. Allí, en Nápoles, va a morir el infante don Pedro. Expulsados del reino, los Infantes de Aragón dejaban el campo libre a la nobleza. Se trata de un gobierno oligárquico presidido por el condestable, con una consolidación de una gran nobleza sin lazos de sangre con la dinastía real.

6. Estancia en Italia de los Infantes: la batalla de Ponza (1435)

En la lucha de Alfonso V con la Signoría milanesa atacó a unas naves genovesas que navegaban por cuenta de Milán. El encuentro tuvo lugar frente a la isla de Ponza en 1435. Las naves napolitano-aragonesas asaltaron y encadenaron a las genovesas pero en la lucha cuerpo a cuerpo que se entabló a continuación los agredidos se impusieron.

Fueron apresados los reyes de Aragón y de Navarra, el infante don Enrique y otros caballeros. Sin embargo, el duque de Milán, les ofreció la libertad y la hospitalidad. Alfonso V, conmovido, concluyó con él un tratado de paz y amistad. El regreso de don Juan y de don Enrique estuvo marcado en la corte por la introducción de modas y gustos de Italia.

Estos años son los que presencian el extraordinario crecimiento del poder de don Álvaro. Son años también de éxitos en la política exterior: guerra contra Granada. Se concertó el matrimonio del príncipe don Enrique, hijo de Juan II de Castilla, con Blanca,

113

Page 114: Medieval España II

hija del infante de Aragón, Juan II de Navarra. Era la manera de que este infante de Aragón, y rey de Navarra, se reintegrara a los asuntos políticos castellanos.

Pero contra don Álvaro se alzaba un importante sector de la nobleza, quienes dirigieron al rey una demanda para que limitara el poder de su válido. Don Álvaro respondió persiguiendo a varios nobles. De este modo el condestable desencadenó un movimiento de la nobleza que tomó un alcance insospechado. Guerra civil ininterrumpida durante la cual don Álvaro de Luna luchó abiertamente contra los Infantes y contra la nobleza para lograr un dominio personal sobre el país.

7. Estancia El retorno de los Infantes y la expulsión de la corte de Álvaro de Luna

Don Enrique y su hermano el rey de Navarra irrumpen de nuevo en Castilla reclamando la devolución de sus bienes.

La Liga formada por los más destacados nobles, presentan un mínimo programa de gobierno que se reducía fundamentalmente a dos puntos:

a) El rey, a quien se reconocía el poderío absoluto, debía ejercerlo contando siempre con su Consejo, y

b) Todas las donaciones o mercedes que enajenaran patrimonio realengo tendrían que ser refrendadas por este mismo Consejo.

Juan II y su privado no se muestran de acuerdo con lo anterior, en cambio, madre e hijo se alinearon abiertamente a favor de la Liga.

Expulsión de don Álvaro de Luna de la corte y del Consejo Real. Los Infantes lograban recuperar su patrimonio, pero, en realidad, los vencedores eran los integrantes de la Liga. Álvaro de Luna cuenta con la adhesión de algunos componentes del Consejo. Enrique actuaba preferentemente en Castilla la Nueva, y Juan, en la cuenca del Duero. Se apoderan del rey. Cuentas entre sus filas con la presencia de la reina, que ayudaba desde dentro de la corte a sus hermanos, y del heredero lo que da al golpe un cierto revestimiento de legalidad.

El condestable sigue recobrando partidarios y defensores de su política. Don Álvaro celebró una entrevista secreta con los dos infantes, Juan y Enrique, lo que permite suponer que la reconciliación podía abrirse camino. Nada más lejos de la realidad.

El rey de Navarra, rompiendo la unidad de los nobles recurrió a un golpe de Estado, y ordena la prisión de un fiel defensor del condestable, a la vez que retiene al rey que se convierte en su verdadero prisionero. El resultado: el condestable se pone al frente de

114

Page 115: Medieval España II

una amplia coalición nobiliaria que reclama la libertad de Juan II a la que se unen bastantes ciudades.

El infante don Enrique intentó lograr la adhesión de nobles y ciudades andaluzas, pero con nulos éxitos. Juan II huye de su prisión. El condestable y el príncipe, considerándose vencedores coinciden en un objetivo: impedir a los infantes el retorno a Castilla. Para ello intentan poner freno a la posible guerra con Aragón mediante contactos directos con Alfonso V. Alfonso dio una respuesta amable, pues, identificado con Nápoles, no estaba dispuesto a volver a la Península. Una tregua queda establecida. Se proponía a los infantes y su partido acordarse el equipo de gobierno y las líneas generales de actuación en la Corona de Castilla. Pero las conversaciones no dieron resultado. Con el rey liberado, la posición de don Álvaro y los nobles coaligados mejoró decisivamente y deciden confiar la suerte definitiva a las armas. Enfrentamiento en batalla campal: Olmedo.

8. La batalla de Olmedo (1445) y la muerte de don Enrique. La retirada de Castilla del infante don Juan

Consecuencias que tuvo la batalla: entre los numerosos lesionados contaba el infante don Enrique que falleció poco después. Desaparecía así el más ambicioso e intrigante de los Infantes de Aragón que además lo hacía sin descendencia. El infante don Juan sale definitivamente de Castilla buscando refugio en Aragón intentando también mantener alguna clase de dominio sobre Navarra, en donde libra con su propio hijo, don Carlos de Aragón, su particular enfrentamiento. Sus hermanas Leonor, reina de Portugal y María, reina de Castilla también habían fallecido poco antes que su hermano Enrique. Alfonso V, cuando recibió en Italia la noticia se disgustó, pero no quiso modificar la línea que se había trazado.

Los vencedores de Olmedo habían sido los nobles más destacados de Castilla esta vez, como en otras ocasiones, lograron importantes beneficios.

Consolidado el reparto de las prebendas se dicta una amnistía general para todos los implicados en los acontecimientos, siempre que estuviesen dispuestos a prestar juramento de fidelidad a la Corona. Quedaban excluidos el rey de Navarra y los bienes del infante don Enrique.

TRIUNFO NOBILIARIO EN CASTILLA

El rasgo dominante en la Corona de Castilla fue el desarrollo de un proceso de señorialización sin precedentes, cuyo gran beneficiario fue la alta nobleza, aunque dividida en bandos. Es una época de pujanza económica a pesar de la epidemia de peste.

1. Los Trastámara y su política peninsular

115

Page 116: Medieval España II

En el ojo del huracán se hallará siempre Juan de Navarra, insaciable de ambición y de poder, primero como caudillo de los infantes de Aragón frente a su primo el débil Juan II de Castilla, luego como rey de Navarra enfrentado a su hijo y por fin como rey de Aragón combatido por sus súbditos catalanes durante una larga guerra civil.

En Cataluña, el autoritario monarca encontró primero la oposición de las instituciones en manos de una oligarquía. Frente a la oligarquía nobiliaria y urbana, y al lado de la monarquía sobresale un hombre de la pequeña nobleza, el caballero Galcerán de Requesens, encumbrado por sus servicios al rey Alfonso sobre todo desde el cargo de gobernador del Principado y el de influyente consejero de la reina María. Intentó lograr la sumisión del poderoso patriciado barcelonés. Logró la obtención de continuos subsidios de los catalanes para gastar en sus designios hegemónicos en el Mediterráneo. Requesens se enemistó con el rico patriciado o grupo de la Biga, hasta el punto de proteger al partido de la oposición, la Busca, y permitir la creación de un sindicato de los Tres Estamentos.

Otro conflicto paralelo es el de los llamados campesinos de “remensa” que deseaban terminar con su adscripción a la tierra mediante el pago de una suma. El rey Alfonso les permitió la formación del Gran Sindicato Remensa para reunirse y luego negociar con sus señores, que vieron con disgusto la implantación de tal medida. Los sindicatos serían utilizados por la monarquía como arma contra la oligarquía catalana.

El reino navarro presenta en esta época un problema interno: dualismo que separa a sus habitantes: los de la montaña con una economía ganadera y los de la llanura de vida campesina; los primeros actuaron bajo el caudillaje de los nobles Beaumont, mientras los demás seguían a los Gramont. La tradicional oposición de los dos grupos recuperó fuerza bajo el reinado de Blanca, casada con el infante Juan de Aragón. La muerte de la reina y sobre todo su testamento abrieron una etapa conflictiva. Dejaba como heredero a su hijo Carlos, príncipe de Viana, pero una cláusula poco explícita mencionaba la condición de tener el previo consentimiento de su padre. Como Carlos contaba con la ayuda de los beamonteses más favorables a Castilla, esto provocó la ira de los agramonteses y en consecuencia su posición favorable al rey y a Aragón. Atacado el país por los castellanos, Carlos aprovechó la ocasión para pactar con Álvaro de Luna, pero fracasó y se le consideró traidor.

Navarra fue invadida por los castellanos, con el príncipe acusado de traición y encarcelado. Se llegó por fin a una precaria reconciliación familiar y a un acuerdo político con un pacto según el cual Carlos recuperaba los bienes y la libertad a cambio de prestar obediencia a su padre. Ya libre, rompió el acuerdo a instancias de los beamonteses. Parecía posible la pacificación general como consecuencia del alejamiento de Castilla del derrotado Juan de Navarra, pero él culpaba de todo a su hijo y le castigó a él desposeyéndole de la herencia materna que pasó a su hermana Leonor, casada con Gastón de Foix.

116

Page 117: Medieval España II

La guerra civil navarra con la intervención de Gastón derivó contra Carlos, que tuvo que dejar el país. Durante esta larga ausencia, su padre, tomó una grave decisión: Leonor y su marido fueron jurados herederos. Naturalmente con esta iniciativa el conflicto se endureció y perduró durante años.

2. El final del reinado de Juan II de Castilla

El triunfo del privado sobre los infantes de Aragón, le llevó a acentuar sus excesos autoritarios hasta provocar una guerra civil. Álvaro firmó alianzas con príncipes rebeldes de Portugal y Navarra, que fracasaron al poco tiempo.

La enemistad con Isabel de Portugal, la segunda esposa de Juan II de Castilla, acarreó el fin de la privanza de don Álvaro por la influencia de la nueva reina sobre el ánimo débil de su esposo. Supuso el retiro del válido y su entrega a los nobles, muriendo.

Juan II falleció al cabo de un año. El príncipe heredero fue Enrique IV. Con deformaciones de las extremidades, que de todos modos se consideraban dentro de la normalidad; se ha apuntado también la posibilidad de su esquizofrenia y de su homosexualidad.

Corpulento, perezoso, de carácter débil, cambiante y aficionado al lujo y a la indumentaria morisca, estaba casado con Blanca de Navarra, pero consiguió el divorcio a fines del reinado de su padre mediante una sentencia bajo el pretexto de su impotencia en relación con su esposa y no con otras mujeres. Su divorcio formaba parte del plan favorable a Portugal.

3. La primera parte del reinado de Enrique IV

La paz con la Corona de Aragón permitió iniciar el nuevo reinado con tranquilidad. El rey Enrique llegaba al trono con experiencia y despertaba muchas esperanzas. En las primeras Cortes quedó patente su desinterés por el gobierno, por las peticiones de sus súbditos y por la misma asamblea, que convocó muy pocas veces.

También manifestó tolerancia con los nobles perseguidos durante el reinado anterior, liberando a algunos de la cárcel. Asimismo, se interesó por el comercio exterior.

Juan de Navarra, que temía la posible alianza de Castilla y Portugal sellada mediante un nuevo matrimonio del monarca y también el apoyo del mismo a los rebeldes de Navarra y de Cataluña, intentó impedirlo mediante la actuación de sus parientes. En cambio, sus enemigos fueron los Mendoza y luego los Velasco, consejeros y leales servidores de Enrique IV.

Una de las preocupaciones de Enrique, poco antes de llegar al trono fue liquidar el problema navarro derivado de su divorcio y de la enemistad con su ex suegro. Firmó las paces con Juan de Navarra, con unas cláusulas ventajosas. El rey de Navarra se

117

Page 118: Medieval España II

consideró fracasado y culpó de todo a su hijo Carlos de Viana todavía más aborrecido desde entonces.

Con la pretensión de aislar más a Juan de Navarra, Enrique IV pactó con Carlos VII de Francia continuando así la tradicional alianza destinada a proteger el comercio y la navegación castellana en el Atlántico. También aceleró las negociaciones de su segundo matrimonio con Juana de Portugal.

El aspecto legal del matrimonio resultó bastante complicado, hasta el punto que durante las luchas por la sucesión los partidarios de la princesa Isabel, la futura reina Católica, pudieron calificar el enlace de ilegítimo. Se basaban en las irregularidades de la sentencia de divorcio, y en la dispensa por parentesco de los contrayentes no otorgada directamente por el papa sino encargada al arzobispo de Toledo.

Un aspecto positivo de la alianza con Portugal fue la solución del antiguo problema de las pretensiones lusas sobre las Islas Canarias gracias al pacto alcanzado. Castilla conservará las islas a cambio del reconocimiento o cesión al reino vecino de las costas africanas occidentales ya adquiridas.

Casi al mismo tiempo la leyenda negra del monarca se ampliaba después de la serie de campañas contra Granada, terminadas con treguas. Su carácter cambiante y su horror a la crueldad le acarrearon la fama de cobarde y el desprecio de los nobles, mientras su vestimenta morisca y su admiración por todo lo nazarí le hacían un flaco servicio. A pesar de no conseguir ninguna resonante victoria, los resultados fueron favorables. En realidad se esperaba mucho más del considerable ejército reunido y de los enormes recursos procedentes del país gracias a las Cortes.

4. El papel de la nobleza

La nobleza castellana daba muestras de agresividad frente al descenso de las rentas señoriales. Las concesiones de los primeros Trastámara, constituyeron la base de la expansión del régimen señorial castellano. La alta nobleza se convirtió en un peligroso competidor de la monarquía provocando numerosos conflictos políticos hasta llegar a una dura lucha durante el reinado de Juan II.

Como ejemplo del poder de la aristocracia y del crecimiento de su patrimonio puede citarse el del marqués de Villena, Juan Pacheco. De paje llegó a mayordomo mayor de Enrique IV y luego a mariscal de Castilla, y le dominó de tal modo que fue el inspirador de la política real. Durante su encumbramiento, cuando parecía que el poder de Pacheco podía afianzarse con la obtención del maestrazgo de Santiago, equiparándose a Álvaro de Luna, el monarca, buen conocedor del valimiento de éste durante el reinado de su padre, se resistía a consolidarlo como válido y se inclinó por unos jóvenes nobles, entre los que destacaron Beltrán de la Cueva y Miguel Lucas de Iranzo. Este último, acabó enseguida su carrera cortesana por los celos de Pacheco.

118

Page 119: Medieval España II

Como el maestrazgo podía ser para Beltrán, Pacheco decidió impedir la aparición de un válido con el mismo método que derribó a don Álvaro: formar una unión o liga de nobles y por eso se entrevistó con el rey Juan de Navarra, dispuesto como siempre a una intervención en Castilla. Presionado por Pacheco, el monarca castellano selló con Juan de Navarra una reconciliación reforzada por una doble alianza matrimonial, la del infante Alfonso con Juana de Aragón y la de la infanta Isabel con Fernando de Aragón, o sea, los hermanastros de Enrique con los hijos de Juan. La concordia no duró por acaecer poco después la muerte del rey Alfonso en Nápoles y la sucesión de su hermano en la Corona de Aragón, lo que favoreció el aumento de su fuerza frente a Castilla.

Reforzado el gobierno de Juan Pacheco con esta alianza, lo compartió con los nobles aliados suyos.

El papel del Consejo Real, integrado solamente por nobles, que compartía el poder ejecutivo con el monarca, y tenía bastante o una completa libertad de maniobra por su debilidad, por eso la lucha por el poder incluye la pugna por dominarlo.

En la sociedad hay un proceso de señorialización del país, que permitió la formación de latifundios y el incremento de su riqueza por medio de la recuperación de la agricultura y el predominio de la ganadería, base de los beneficios del comercio exterior monopolizados por los nobles, cutos intereses dominaron por encima de los de los mercaderes. Su riqueza les permitía pagar hombres de armas; les servía para arrebatar tierras a nobles enemigos, con lo cual provocaban enfrentamientos endémicos.

Acaparamiento de los altos cargos; participación en la recaudación de tributos con unas donaciones que arruinaban la Hacienda Real o disminuían las tierras de realengo. Alto nivel de vida, lujo personal y ejercicio del mecenazgo.

El monarca también sigue el sistema de sus predecesores de concesión de nuevos títulos nobiliarios. La institución del mayorazgo, que solo el rey puede conceder y consolida la fuerza de los poderosos, ya que el titular dispone de las rentas pero no puede disminuir o enajenar el patrimonio, que debe pasar íntegramente al primogénito o al heredero. Así se estructura el linaje alrededor de una línea, la primogénita. De este modo, la nobleza laica, estabiliza su riqueza hasta convertirse en árbitros de la política castellana, siempre en provecho propio.

5. Los grandes linajes

Cada uno de los linajes se encuentra radicado en un área geográfica concreta.

Si bien algunos proceden de Navarra o de Portugal, la mayoría tenían su origen del norte de España. Sólidamente establecidos en sus dominios, poderosos señoríos inician su ascenso hacia la grandeza durante el reinado de Juan II y luchan con su

119

Page 120: Medieval España II

sucesor por el poder. No atacan unidos. En la segunda parte del siglo XV más de la mitad de las tierras castellanas está en manos de la aristocracia laica y eclesiástica. Además, consiguen que un alto porcentaje de las rentas ingresadas normalmente por la corona sirva para pagarles salarios. También se permiten eximir de impuestos a hombres y lugares fuera de su señorío; son los llamados excusados, cuya proliferación perjudica la hacienda real.

Siempre están a la defensiva para evitar que ninguno de los suyos se encumbre demasiado por encima de los demás, y continúan insatisfechos, cada vez más distanciados del rey, a quien no comprenden o desprecian por su misma debilidad en dominarlos, y siempre dispuestos a traicionarle.

Otros sistemas para aumentar su influencia y riqueza se basan en una calculada política matrimonial que une diversos linajes con fuertes lazos de parentesco.

6. Hacia el periodo de las guerras civiles

Como la situación del reino iba empeorando, se intentó poner remedio mediante la reunión de unas Cortes. Enrique IV no hizo ningún caso de las peticiones de los nobles o de las ciudades respecto a la malversación de fondos, ni apartó a los moros de su corte. No supo aprovechar la fuerza de los ciudadanos y del clero, que le hubieran bridado apoyo en su lucha contra los grandes del reino. Se produjo la formación de una Liga nobiliaria a raíz de tan agitadas Cortes.

Consolidada la Liga se reunieron los nobles elaborando su programa de actuación en caso de alcanzar el poder: mayor representación nobiliaria, control de los gastos y una decisión mucho más grave, la aceptación como príncipe de Asturias de Alfonso, el menor de los hijos nacidos de la segunda esposa de Juan II. Esta iniciativa significaba considerar infecundo el matrimonio de Enrique IV con Juana de Portugal. Aprovecharon la existencia del malestar popular.

La Liga se consolidó con la adhesión de Juan II, quien, ya rey de la Corona de Aragón, reanudó su tradicional injerencia directa en los asuntos de Castilla.

El gran error de Enrique IV ante la Liga nobiliaria fue mantener su apoyo incondicional al marqués de Villena, porque los nobles enemigos de este último identificaron el monarca con la política personal de su privado. Otro error, o mejor dicho, debilidad, del rey fue su pacifismo; odiaba la guerra hasta el punto de claudicar ante los rebeldes, sin darse cuenta de que entonces se alzaban otros nobles del bando contrario.

Enrique IV emprendió una campaña militar contra su enemigo en Navarra con evidente éxito, completada con el acuerdo con Carlos de Viana que se casaría con la infanta Isabel ya mencionada.

120

Page 121: Medieval España II

El mismo Enrique IV perjudicó su propia causa cuando cedió a las instancias de Pacheco para iniciar unas negociaciones con la liga y alcanzar la paz. Se llegó a la concordia en la que quedaba incluido Juan II, que triunfaba sobre su hijo rebelde: conseguía el abandono de Carlos de Viana por parte de Castilla y el fracaso de su proyectado matrimonio con la princesa Isabel.

En Castilla tuvo lugar un acontecimiento que acabó complicando todavía más la política sucesoria de Enrique IV, cuando los nobles ya habían proclamado a su hermano Alfonso: el nacimiento en Madrid de la hija del rey llamada Juana como su madre. Si bien las Cortes la juraron como primogénita heredera sin ninguna contradicción, Pacheco y otros nobles se opusieron, secretamente de momento, sin concretar todavía su creencia en un nacimiento ilegítimo, como se dijo más adelante y se le adjudicó el mote despectivo de la Beltraneja. La atribución de su paternidad a Beltrán de la Cueva no tiene ninguna base sólida.

En esta época Enrique IV tenía mucha confianza en don Beltrán, y en sus parientes los Mendoza presentes en su consejo, de modo que se estableció un equilibrio en el Consejo Real: por un lado, estos leales servidores del monarca, y por otro, Pacheco y los suyos.

7. La farsa de Ávila, fin de una etapa

La posición de Juan Pacheco (Marques de Villena) apareció de modo evidente con su conexión con la Liga. El monarca, al verse traicionado por éste, confió más en Beltrán de la Cueva, a quien quiso favorecer con el maestrazgo de Santiago, a lo que se opuso el primero.

El Marqués de Villena estaba dispuesto a todo y a utilizar todos los medios a su alcance para tener el poder. Castilla estaba en pleno caos cuando Pacheco, reunió a los miembros de la Liga y aquí elaboraron un manifiesto el Rey y su privado don Beltrán.

Aquí aparece la labor difamatoria: la Infanta Juana no era hija legítima del Rey sino del válido, por lo cual el derecho de sucesión correspondía al joven hermanastro del monarca, el Infante Alfonso. Siguen unas peticiones concretas: encarcelamiento del privado y que el Infante Alfonso sea maestre de Santiago, jurado heredero del reino y que su hermana Isabel no se pueda casar sin el consentimiento de los tres estados de los reinos. En esta petición se ve la mano de Juan II que reservaba la princesa para su hijo Fernando.

Enrique IV siguió con su política de concesiones a sus enemigos en detrimento de su ya deteriorada autoridad. La monarquía quedaba sin poder bajo el control de los grandes.

Se llevó a cabo la “farsa de Ávila”: en esta ciudad se hallaba un grupo de los grandes del reino junto con el infante Alfonso dispuestos a deponer al rey Enrique, por lo cual discutieron diversos procedimientos: se organizó el solemne acto, se dispuso una silla

121

Page 122: Medieval España II

real ocupada por una estatua parecida al monarca con su corona y su cetro. Ante la imagen se leyeron todos los agravios, causa de su deposición. Este acto de rebeldía sin precedentes provocó una larga guerra civil.

UNA ETAPA DE GUERRAS CIVILES

1. Las guerras civiles del periodo 1465-1480

La Corona de Castilla fue una de las más afectadas por estas contiendas. Hubo dos momentos especialmente violentos: la guerra civil entre Enrique IV y su hermano Alfonso, entre 1465 y 1468, y la guerra de sucesión al trono entre Isabel la Católica y Juana la Beltraneja entre 1474 y 1479.

El reino de Navarra fue el otro gran escenario de guerra abierta entre dos grandes partidos, los agramonteses y los beamonteses. Más adelante se planteó la lucha por el poder entre Juan de Navarra y su hijo el Príncipe de Viana.

La revolución catalana supone el tercer gran conflicto y constituye el primer gran intento secesionista orquestado desde Francia contra Juan II de Aragón. Los restantes reinos de la Corona de Aragón quedaron relativamente al margen. Portugal fue la excepción al no padecer conflictos internos.

2. Las guerras civiles en Castilla

2.1 La guerra civil de Enrique IV y el rey Alfonso “de Ávila”

Las causas directas del problema se habían planteado cuando el rey Enrique IV había relevado del poder al primer equipo de gobernantes de los inicios de su reinado (Juan Pacheco, marqués de Villena) para instaurar otro más adicto a su persona (Beltrán de la Cueva, el clan de los Mendoza). Se plasmaron sus acusaciones en el Manifiesto de Burgos. Aquel documento fue la base de discusión de la Sentencia de Medina del Campo, un documento político casi revolucionario.

Pero Enrique IV no aceptó el documento. La respuesta de la alta nobleza rebelde ante la negativa del rey fue llegar hasta el extremo de la proclamación de Ávila.

Alfonso tuvo una corte propia que se desplazaba de manera itinerante. Creó una administración paralela. Desde los comienzos de la rebelión emitió mercedes de todo tipo para ganar o conservar partidarios. Lo grave es que su hermano el rey siguió

122

Page 123: Medieval España II

exactamente la misma política de mercedes, de forma que entre los dos consiguieron dilapidar el patrimonio real.

La guerra civil fue más una estrategia de posiciones que un conflicto a dilucidar en batallas en campo abierto. La guerra fue parca en hechos de armas y muy rica en pactos bajo cuerda en los que se intercambiaban obediencias por dinero.

Los partidarios iniciales de Alfonso pueden ser clasificados en tres grupos. Los defensores del programa político contenido en el documento de Medina del Campo, que pretendía la reforma de la monarquía poniendo límites al poder real; los “aragoneses”, es decir, los leales a Juan II de Aragón, que deseaban quitar de en medio a Enrique IV; y el binomio formado por los hermanos Juan Pacheco (marqués de Villena) y Pedro Girón (maestre de Calatrava): todos estaban dolidos por el encumbramiento de segundones como don Beltrán de la Cueva.

A Enrique IV le apoyaba en los primeros momentos los miembros del bando liderado por Beltrán de la Cueva, además de buena parte de las ciudades importantes. Trascendental fue el apoyo del Papa.

Los ataques por sorpresa y los golpes de mano contra castillos y villas amuralladas fueron bastante frecuentes, pero en general poco violentos.

Al llegar 1465 había empate. Este equilibrio y el agotamiento de recursos explican la tregua de Montejo. Las hostilidades cesaron pero las dos cortes siguieron existiendo. El desgobierno y la anarquía se fueron extendiendo por todos los rincones del reino hasta desembocar en un conjunto de luchas regionales por el poder.

El bando Alfonsino perdió importantes apoyos al tiempo que el propio Alfonso, daba muestras de tener criterios propios. Todo esto favoreció un acercamiento de posiciones políticas, auspiciadas por el arzobispo Fonseca, que proponía la necesidad de lograr una solución proponiendo el reconocimiento universal de Enrique IV como rey y de Alfonso como heredero.

El rey aceptó pero se precisaba anular de la escena política a los miembros más extremistas de cada bando: a la reina Juana, por defender a ultranza la legitimidad de Juana la Beltraneja, y a los “aragoneses”, por empeñarse en la eliminación total del rey. Pero el plan Fonseca tampoco tuvo éxito.

Se reanudaron las hostilidades. Algunos creían que el recurso a las armas podía ser la solución definitiva.

En estas circunstancias se libró la segunda batalla de Olmedo que no fue más que un episodio sin excesiva importancia. Mucho más importante fue, la toma por sorpresa que los alfonsinos hicieron de la ciudad de Segovia, baluarte de Enrique IV, en cuyo alcázar se custodiaba el tesoro real y se refugiaba la infanta Isabel. La pérdida de

123

Page 124: Medieval España II

Segovia fue un mazazo contra la moral del rey. Enrique IV volvió a pedir al arzobispo Fonseca su mediación. El arzobispo aceptó pero exigió como seguridad la custodia de la reina Juana de Portugal, que pasó a vivir desde entonces en la corte del arzobispo. La reina conoció a don Pedro de Castilla, con el que acabó teniendo dos hijos adulterinos. Juana de Portugal se ganó así una fama de adúltera que acabó salpicando el honor de su propia hija, que fue tenida por la Beltraneja sin más dudas.

Fonseca no tuvo muchas oportunidades de negociar nada por culpa de la muerte repentina de Alfonso. La desaparición del pretendiente rebelde puso punto final a la guerra civil.

2.2 Los últimos años de Enrique IV: debates por la sucesión

Isabel deseaba llegar a ser reina de Castilla, pero no a costa de enfrentarse con su hermano. Por eso renunció a proclamarse reina. El argumento de los isabelinos consistió en declarar que la ilegitimidad de Juana procedía de la nulidad del matrimonio de sus padres, no de la supuesta paternidad de don Beltrán. En efecto, había suficientes bases jurídicas para demostrar que el divorcio de Enrique IV y Blanca de Navarra era nulo y que, por consiguiente, nulo era también con Juana de Portugal.

La mediación papal fue buscada con más ahínco por todos. Pacheco trazó un plan que cambió el rumbo de la historia de España: los pactos de Cebreros y Cadalso. La idea principal consistía en reconocer a Isabel como heredera de Enrique IV, pero al mismo tiempo Isabel quedaba sujeta a unas limitaciones tales que, en la práctica, suponían su anulación política. La más trascendental se refería a su matrimonio, que debería ser decidido por el rey y sus consejeros. Cebreros-Cadalso fue proclamado oficialmente en Toros de Guisando.

Enrique IV y Pacheco concibieron la idea de casar a Isabel con Alfonso V de Portugal de modo que la princesa debería vivir para siempre en Portugal en su condición de reina consorte. Pacheco y Enrique IV deseaban ardientemente que Isabel se sublevase para de este modo justificar su destrucción.

Isabel interpretó los acuerdos de Guisando de otra manera. En cuanto a la elección de marido, Isabel entendía que solo a ella le correspondía decidir con libertad, eso sí, debiendo de consultar y obtener el beneplácito del rey. Pronto puso su vista en Fernando, hijo de Juan II de Aragón, heredero de una corona hispánica.

Isabel, por su parte, decidió contraer matrimonio con Fernando sin consultarlo previamente con Enrique IV: a posteriori, una vez consumado el matrimonio, comunicó a su hermano lo que había hecho. El rey interpretó que aquella decisión vulneraba y anulaba los acuerdos y que por consiguiente Juana volvía a ser la heredera.

El partido de Isabel tuvo serios problemas en los primeros dos años; pocos apoyos y escasos recursos. La ayuda de Juan II de Aragón era lo más valioso.

124

Page 125: Medieval España II

Los consejeros de Enrique IV confiaban en la victoria en razón del número. La restauración de Juana como heredera se convirtió en tema prioritario. Había que buscarle un buen candidato al matrimonio, aunque en este punto los nombres eran escasos: la persona estaba devaluada.

Los isabelinos levantaron en alto el lema del poder monárquico que ellos trataban de salvaguardar; por eso respetaban al legítimo rey, Enrique IV.

3. La endémica guerra civil en Navarra

3.1 Blanca contra Leonor

La muerte del Príncipe de Viana había convertido a su hermana Blanca en la reina legítima de Navarra. Pero Blanca, cuyo matrimonio con Enrique IV había quedado anulado, contaba con la obediencia de una parte del reino, la de los beamonteses, y con la ayuda de los catalanes sublevados contra Juan II y los castellanos. Sin embargo, tenía enfrente la hostilidad de los agramonteses y de Juan II de Aragón, que deseaba ver en el trono de Pamplona a su hija menor, Leonor, casada con Gastón de Foix.

Para anular la causa de Blanca, Gastón de Foix pactó con Luis XI de Francia el matrimonio de su primogénito con la hermana del rey francés, llamada Magdalena. De este modo, los hijos de este matrimonio heredarían el reino de Navarra.

Pacto de Olite: Luis XI y Juan II acordaron la entrega de la desesperada Blanca en manos del conde de Foix.

Enrique IV de Castilla acabó entrando en la contienda a favor de los beamonteses y de los catalanes sublevados, recibiendo por todo ello la oferta de la corona del Principado de Cataluña.

La supremacía política de Luis XI de Francia le llevó a dictar la sentencia arbitral de Bayona en la que, además de ordenar la retirada castellana de Cataluña y Navarra, a excepción de la merindad de Estella, se disponía la vuelta a la obediencia de los rebeldes catalanes.

Desde el punto de vista navarro la sentencia de Bayona era totalmente inaceptable, pues suponía desmembrar el reino. Los beamonteses dejaron de ser a partir de entonces procastellanos e iniciaron un lento movimiento de acercamiento a Gastón de Foix, que tampoco estaba dispuesto a cumplir la orden de desgajar la merindad de Estella en favor de Castilla.

3.2 Leonor de Navarra, princesa y lugarteniente

125

Page 126: Medieval España II

La muerte de Blanca dejaba la sucesión en manos de su hermana Leonor, y de su marido el conde de Foix. El gobierno de Leonor tuvo que solventar escollos procedentes del poder alcanzado por el bando de los agramonteses, que siempre habían sido fieles a Juan II.

Para evitar los roces entre padre e hija, decidieron consolidar la sucesión de Navarra a favor de Leonor y Gastón, deslindando la sucesión aragonesa, que correspondía a Fernando.

Pero los recelos y desavenencias entre Leonor y su padre siguieron. Juan II concertó el matrimonio de su hija bastarda Leonor con Luis de Beaumont. Leonor convocó a los tres estados en los que presentó una dura protesta contra su padre. La respuesta de Juan II fue una amenaza: Leonor podía acabar del mismo modo que Carlos y Blanca.

Las relaciones mutuas fueron cuesta abajo: Leonor y Gastón de Foix exigieron a Juan II una rectificación general de la política seguida hasta entonces y reclamaron los títulos que les pertenecían. Juan II destituyó de la lugartenencia de Navarra a Gastón de Foix y Leonor y nombró al hijo de ambos, igualmente llamado Gastón casado con Magdalena, hermana de Luis XI.

Gastón V nunca llegó a reinar en Navarra, y además falleció muy pronto. Ni Leonor ni su marido habían aceptado esta designación y siguieron actuando como si nada hubiese pasado. El difunto había dejado dos hijos al cuidado de su madre en Francia: Francisco Febo y Catalina.

Las cosas mejoraron para Juan II, sobre todo en el frente catalán, de modo que el alivio de la presión le convenció de la oportunidad de lograr algún acuerdo con su hija Leonor y de su yerno. Juan II siguió siendo reconocido como rey de Navarra, a cambio de reconocer la lugartenencia y los derechos sucesorios a favor de Leonor y su marido.

Gastón de Foix murió dejando una viuda, Leonor, que quedaba al frente de una lugartenencia en solitario. A partir del interés demostrado por Fernando el Católico por Navarra, una vez que se convirtió en rey de Castilla por su matrimonio con Isabel, Fernando empezó a tomar iniciativas, sobre todo para lograr la reconciliación de las facciones y hacer inviable la intervención de Luis XI.

Fernando y su padre acordaron un plan para establecer un protectorado castellano sobre Navarra. Los acuerdos fueron que la corona navarra correspondía a Juan II y la sucesión correspondía a Leonor y más tarde a Francisco Febo. Se promovía la reconciliación entre clanes. La decisión equivalía a eliminar la posibilidad de intervención francesa. A esto se le denomina el “protectorado castellano”.

3.3 La Casa de Foix en el trono de Navarra: Francisco Febo y Catalina

126

Page 127: Medieval España II

La muerte de Juan II convirtió a Leonor en reina de Navarra, pero por poco tiempo: solo sobrevivió 24 días a su padre. La corona pasaba a su nieto, Francisco Febo que seguía bajo la custodia de Magdalena de Francia. La dinastía de los Foix se entronizaba en Navarra. Luis XI procuró por todos los medios asegurar la educación y l futuro matrimonio del Francisco Febo.

La regencia de su madre Magdalena, tenía que cumplir con los requisitos legales: viajar a Navarra para jurar los fueros y recibir el juramento de las Cortes.

El primer error de Magdalena fue quedarse y conformarse con enviar embajadores a Navarra. La embajada fue recibida con hostilidad. Tras esto hubo un acuerdo con Fernando el Católico en una entrevista entre ambos.

Consistió en devolver posesiones y rentas a los beamonteses. Las garantías que le dieron fueron tales que en la práctica se consagraba la formación de un estado dentro del estado. La regente pudo por fin abandonar Navarra dejando como lugarteniente al cardenal Pedro de Foix.

Luis XI planeaba en estos momentos ofrecer a Juana la Beltraneja, exiliada en Portugal, el matrimonio con Francisco Febo. Éste último murió inesperadamente.

Antes de morir, Francisco había dejado dicho en su testamento que su hermana Catalina era la heredera. Fernando e Isabel reconocieron a Catalina y propusieron nada menos que su matrimonio con el infante heredero de las coronas castellana y aragonesa. Pero Magdalena, más atenta a las directrices de Luis XI, casó a su hija con Juan de Albret.

Este matrimonio fue la opción auspiciada por Francia. Se consolidó la opinión entre los bandos navarros de que la vinculación a los Albret generaba una francofilia de la corte navarra que nadie deseaba. Todos estos elementos son importantes para comprender el progresivo giro de la nobleza navarra en favor de una incorporación a Castilla, preconizada por Fernando el Católico.

Tema XII

La última Formación Islámica peninsular. El Reino de Granada y su desaparición.

1.- El reino nazarí de Granada en los primeros tiempos.

Unos años después de la victoria hispano-cristiana en Las Navas de Tolosa (1212), el poderío almohade en Al Ándalus comenzó a desmoronarse bajo la doble presión de las actividades militares castellana y de los alzamientos de poderes locales en todo un

127

Page 128: Medieval España II

país, período conocido como terceras taifas. Dos de éstos han de retener especialmente nuestra atención: uno, el de Ibn Hud, sublevado contra los africanos en 1227, consiguió dominar casi toda la España musulmana, ya en el año 1229. El otro, Muhammad Ibn Yusuf Ibn Nasr(de aquí viene nasrí, nazarí) Ibn al-Ahmar (Muhammad I), señor de Arjona, alzó su bandera de la rebelión contra Ibn Hud, proclamándose sultán en Arjona, al término de la oración del viernes 18 de abril de 1232 y poco después, consiguió asentar su dominio sobre Guadix, Baza y Jaén.

La rivalidad de ambos caudillos va en aumento, cuando Fernando III, rey de Castilla, ataca la ciudad de Córdoba con la aparente complicidad del nazarí. La caída en manos cristianas de la antigua capital del califato (1236) plantea a las poblaciones de Andalucía Oriental que todavía reconocen la autoridad de Ibn Hud, la necesidad de buscar la protección de una fuerza militar más efectiva, siendo entonces cuando se acelera la carrera ascendente de Muhammad. El nazarí no tarda en ser reclamado por la ciudad de Granada donde se instala a fines de 1236. Tras la muerte del líder murciano Ibn Hud, Almería y Málaga abren sus puertas al caudillo nazarí.

La principal preocupación del caudillo nazarí era normalizar sus relaciones con Castilla, cuya actitud era muy belicosa, y sobre todo tras la terminación de treguas en 1243. Tras el avance cristiano sobre Murcia, la pérdida de Arjona y sobre todo el duro asedio cercando la ciudad de Jaen, el nazarí comprendió que había llegado el momento de ceder algo por la vía diplomática antes que perderlo todo por la fuerza de las armas. En marzo de 1246 se firma el tratado o pacto de Jaén, en el cual se entrega la ciudad, su entrada en vasallaje, auxilium y consilium y el pago de unas parias que se calcularon en la mitad de todas sus rentas. Este pacto puede ser considerado como el nacimiento del estado nazarí granadino, que ve asegurada su supervivencia al aceptar la soberanía feudal castellana, hasta que su último rey, Muhammad XI, conocido como Boabdil el Chico fuera derrocado por los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492.

Tras las diferentes revueltas acontecidas tanto en la Castilla como en Aragón, la población mudéjar sublevada fue expulsada y se desplazó hacia el Reino nazarí enriqueciéndose humana y económicamente, desarrollándose artística y culturalmente convirtiéndose, a través de sus puertos, en centros de distribución del comercio genovés.

2-. Luchas internas africanas y granadinas.

El reinado de Muhammad I es desde 1232 a 1273; su aportación puede verse en su consolidación del poder dentro del reino: reestableciendo la seguridad interna; sustituyendo un sistema fiscal que garantizara la paz con Castilla; y organizando el reino bajo gestión administrativa. Respeta las normas vasalláticas con Castilla, aunque en los primeros veinte años de su mandato se entiende de diversas formas el concepto

128

Page 129: Medieval España II

de vasallaje: o bien por la superación militar, o bien un vasallaje completo de cumplir sus obligaciones con el rey y pagar el tributo feudal.

Durante este reinado se pone de manifiesto la contradicción y ruptura del pacto en la cuestión de Ceuta, donde se rompe el pacto con Castilla (que no al vasallaje), se abre la cuestión del control del Estrecho, y entra en el panorama nazarí la fuerza manní: los benimerines. Ceuta era objetivo económico y geopolítico, además de la puerta hacia África: Muhammad pidió permiso al rey de castilla para atacar Ceuta, pero al ser de interés común, el rey nazarí atacó por cuenta propia en 1262, y fracasó en su intento, con lo que obtiene además un enfrentamiento con Castilla. En esta situación apurada los benimerines vienen en su ayuda desde el norte de África en calidad de “combatientes de la fe”, pero no sólo no sirven de nada, sino que pone al rey en una situación amenazante con respecto al resto de familias. Así tienen lugar los primeros levantamientos internos (Málaga, Guadix).

Muhammad II, hijo y sucesor del primer rey, va a heredar de lleno el reinado y la situación total. Su labor puede resumirse en tres puntos: Consolida la alianza con los meriníes de Marruecos; 2- Lucha por el control del Estrecho; y 3- refuerza el control militar del reino nazarí. La actitud de Muhammad II venía condicionada por las circunstancias del momento y variará en cuanto se alteren los elementos de equilibrio que permitían la supervivencia del emirato y de la dinastía. Renovó la tregua con Castilla con el pago de unas parias altísimas (300.000 maravedís al año), con lo que consiguió la paz necesaria. El efecto militar de la presencia meriní resultó desastroso para Castilla, en especial gracias al bloqueo naval del Estrecho. Muhammad II realizaba un juego diplomático diferente en cada momento, estribaba en mantener un difícil equilibrio entre el ímpetu molesto de su correligionarios meriníes y la potencia aplastante de Castilla. Mientras los nazaríes estaban en paz con todo el mundo, se libraba una guerra entre castellanos y meriníes. En 1286 terminan doce años de lucha que serían la primera fase de una larga batalla.

La segunda fase puede fecharse de 1291 a 1310, y coincide con el reinado de Muhammad III (1302-1309), al que sucede Nasr (1309-1314) e Ismaíl I (1314-1325), Individualmente no hicieron gran cosa, pero en conjunto conforman un periodo (1302-1333) en que se vuelve al equilibrio interno y externo de años anteriores, y cambia la dinámica de sucesión: se destituye al sultán Muhammad II por su hermano, cosa nueva, y a partir de ahora se toma la dinámica de sucesión forzosa, asesinatos y abdicaciones. Hasta el periodo de 1331 a 1350, en que gobierna Muhammad IV. Sus acuerdos con castilla de 12.00 doblas anuales de parias y licencia para que los granadinos pudieran comprar cereales, ganado y otros productos de Castilla, desvelaban la eterna insuficiencia de Granada en cuanto a su autoabastecimiento. En 1333 Muhammad IV firmó su última tregua, pero su hermano Yusuf I (1333-1354) se hizo con el poder apoyado por meriníes, que venían ayudados por los genoveses. Este periodo es de acoso castellano, desde el interior y desde la costa. Se pierde Algeciras y

129

Page 130: Medieval España II

se firman nuevos tratos vasalláticos. En 1340 tiene lugar la Batalla del Salado, en ella, las fuerzas combinada de Castilla y Portugal, derrotaron decisivamente a los meriníes, donde se desmoronan dando fin a la guerra del Estrecho. Se da un proceso de orientalización y vuelta al Islam, y se dan reformas como el refuerzo de la seguridad, la reorganización territorial y la reorganización administrativa en Distritos Religiosos. El reinado de Muhammad V (1354-1391) supuso la época más tranquila del reino, pese a algunos sobresaltos, aunque no la más próspera a pesar del florecimiento económico. Pero con todo representa la paz más larga de la que disfrutó el emirato en toda su agitada existencia, y se debía tanto a la habilidad y la fuerza de los nazaríes cuanto a los problemas internos y la debilidad de los Trastámara castellanos, que ni siquiera estaban en condiciones de pedir el pago de parias. El rey, sucedido por su hijo Yusuf II (1391-1392), y por el hijo de éste Muhammad VII (1392-1408), presenciaron la ruptura de la paz, en que las escaramuzas fronterizas comenzaron a ser más frecuentes y menor el deseo de mantener la paz. En los últimos meses de su vida, el rey castellano preparaba ya abiertamente la guerra contra Granada, después de soportar el incremento de las razzias granadinas, una de las cuales había chocado ya con los cristianos.

3.- Luchas internas y presión exterior en la frontera durante el siglo XV.

El siglo XIV se cierra con un nuevo impulso castellano, que adopta la ideología de cruzada para justificar su presión sobre los reyes nazaríes (Yusuf II, Muhammad VII y Yusuf III). Este sentimiento se extiende entre la población castellana gracias a provocaciones nazaríes (ataques) y con iniciativas individuales por parte de frailes e iluminados. Va a ser un terreno perfecto para la reanudación oficial de las hostilidades por parte de Enrique III (1407-1410). El resultado será una nueva etapa de parias, de cuarenta años de gran lastre económico. La conquista de Granada se justifica con la conversión de un territorio infiel (empujado por la situación religiosa del momento), y que por supuesto esconde el propósito de dominar el reino. Para lograr la paz tienen que mantener un pago de parias, que sumado a otros problemas que ahora señalamos, conforman una etapa de declive imparable.

El siglo XV se abre con la inestabilidad por la persecución, con la carencia de ayuda exterior y, a partir de la muerte de Yusuf III, se abre un periodo de lucha entre clanes familiares (venegas contra abencerrajes) por el control del poder.

Muhammad IX (el izquierdo) va a ser representativo por su reinado en un periodo de Guerra Civil. Sube al trono en 1419, y tuvo tres interrupciones por golpes de Estado a lo largo de su reinado: 1- Muhammad VIII el pequeño (1419-1427); 2- Yusuf IV (1430-1431); Yusuf V (1432-1445) y Muhammad X (1447-1453). Así acaba derrotada la fuerza granadina, se debilitan sus líneas fronterizas y se mina su economía.

130

Page 131: Medieval España II

El peligro de conquista es tan inminente que Muhammad IX reconcilia a las familias originarias del conflicto a través del nombramiento como sucesor del representante de los venegas: Muhammad XI (el chiquito). En 1455, sin haberse solucionado el conflicto, hay instaurados dos reyes, el ya mencionado y Sad, que va a ser el que finalmente se quede con el trono (1455-1464).

Los últimos reyes nazaríes fueron los que siguieron a Sad: Muley Hacen, y su hijo Boabdil. Con quienes se ponen de manifiesto las contradicciones acumuladas a lo largo de la historia del reino, y que ya no permiten la continuación.

Abu I Hasan Ali (Muley Hacen) 1464-1482: hay un empobrecimiento profundo de las arcas del Estado, cuya solución va a ser una política de recuperación patrimonial por parte de la corona, lo que le crea enemigos y pérdida de popularidad, pues el ataque a los terrenos y rentas y la política fiscal no sentaban bien al rentista. Se reanudaron las relaciones entre las familias importantes. Se reinicia, para desviar la atención, un política de agresión hacia Castilla, que resulta contraproducente por no tener en cuenta la reconciliación de Castilla y Aragón por el matrimonio de Isabel y Fernando, que con nuevas fuerzas toman terreno nazarí; además, carecen de apoyos en el exterior, y a lo que en última instancia se suma la presión económica por los bloqueos comerciales, y la destrucción de sus recursos. Así es como acaba derrocado Muley Hacen, cuyo hijo está apoyado por y depende de Castilla. El último enfrentamiento entre venegas y abencerrajes va a ser el culmen del reinado de Abu Hasan I, que busca refugio en Málaga mientras Boabdil (Muhammad XII) se erige en el trono. El reino se divide, también territorialmente, entre los seguidores de Boabdil y los seguidores de su padre. El tío, a la muerte de su hermano Muley Hacen, se autoproclama sultán (Muhammad XIII) para agravar el conflicto.

La etapa de caída del reino queda plasmada en la Guerra de Granada (1482-1492): La década previa a la conquista castellana se considera distinta de las anteriores, pues su objetivo ahora es la anexión del reino para la conquista completa.

4.- La supresión del Reino de Granada.

Cuando terminó la guerra civil castellana en 1480 con el definitivo asentamiento en el trono de Isabel I, una nueva época comenzó para el reino. El momento no podía ser más peligroso para Granada; por primera vez se daban en Castilla todos los supuestos necesarios para realizar una conquista total, cualquiera que fuese su precio, y los Reyes Católicos no vacilaron en realizarla.

Además de garantizar la paz en el interior ofreciendo a los nobles una salida a su belicosidad y una nueva fuente de beneficios, la conquista de Granada acabaría debilitando el comercio genovés fuertemente asentado en Granada, pondría fin a la piratería granadina y permitiría sólidas bases comerciales con el norte de África y facilitaría su navegación por el Estrecho.

131

Page 132: Medieval España II

Granada fue a la vez guerra medieval y moderna. Los reyes castellanos recogieron de tiempos pasados la justificación ideológica, que preconizaba la recuperación de tierras usurpadas por los musulmanes; recogiendo a la vez los procedimientos militares de convocatoria, reunión y mantenimiento de las huestes, así como las ideas para lograr ayuda económica a través del Papa, del clero, etc., todo con tal amplitud que lograron financiar así buena parte de la operación. Como rasgos modernos podemos destacar su propia autoridad política, así como las mejoras técnicas en la artillería, organización el combate, etc., que sirvieron de experiencia a numerosos militares que comenzaron allí su carrera, el caso del Gonzalo Fernández de Córdoba, “Gran Capitán”, pero evidentemente no fue el único.

En este contexto, se inicia la guerra, facilitada por la división entre Muley Hacén, su hermano el Zagal y su hijo Boabdil.

Durante la guerra con Portugal, los Reyes Católicos, habían concertado con Abu-l-Hasan (Muley Hacén), el rey de Granada, dos treguas sucesivas, en 1475 y 1478, ésta ya de tres años. Pero en diciembre de 1481, inexplicablemente, el soberano granadino se apoderó de Zahara, gracias a uno de sus golpes de mano. Puede decirse que aquí comenzó la guerra, pues ofreció los castellanos el mejor de los pretextos para poner en marcha su propia campaña.

No hubo, sin embargo, una reacción rápida y los preparativos de la campaña prosiguieron a su ritmo. El 1 de marzo de 1482, el marqués de Cádiz, don Rodrigo Ponce de León, con el auxilio de otros nobles andaluces, acometieron una audaz maniobra y tomaron, por sorpresa, Alhama, en el corazón del reino granadino. El rey don Fernando, al recibir la noticia, de inmediato se desplazó a la frontera, dando a la orden de conservar el enclave a toda costa. Los nazaríes hicieron tres intentos por recuperarlo; marzo, abril y agosto, tras ello desistió. En julio, los cristianos fracasan en el asalto de Loja y Seteníl. Los hombres del marqués de Cádiz reciben un ataque feroz por parte de los hombres del Zagal, hermano del sultán Muley Hacén. Consecuentemente, la campaña se cerró este primer años sólo con éxito moderado de los castellanos.

El fracaso de Alhama mermó el prestigio de Muley Hacén y propició la sublevación de sus dos hijos, Muhammad XII (Boabdil el Chico) y Yusuf, que contaron con el apoyo de los partidarios de su abuelo, Mahammad X, y del apoderoso bando de los Banu al-Sarray (Abencerrajes). Así el hermano mayor, logró hacerse con el trono, mientras Abu-l-Hasan (Muley Hacén) se vio obligado a buscar refugio en Málaga, residencia de su hermano Muhammad, el Zagal. Boabdil, que necesitaba apuntalar su vacilante trono, pasó de inmediato a la ofensiva y corrió los campos de Lucena, aunque no logró hacerse con la plaza. De regreso, fue sorprendido por don Diego de Córdoba, conde de Cabra. El desastre fue completo, murió Alalar, alcaide de Loja y suegro de Boabdil,

132

Page 133: Medieval España II

quien quedó prisionero en la torre de Porcuna, mientras su padre regresaba a Granada y desbancaba del poder a los partidarios de su hijo.

Los reyes liberan al joven Boabdil, tras reconocer su soberanía feudal, el pago de parias, liberación de cautivos, así como comprometiéndose a pelear contra sus parientes. Problemas en el reino de Navarra (muerte de sus reyes) y en los condados catalanes, dan tregua a los nazaríes que continuaron su guerra interna. Pero la reina impone su decisión, los temas del Rosellón pueden esperar, la prioridad Granada.

La determinación real implicó un cambio en el ritmo de las operaciones, pues urgía liquidar la resistencia granadina, y atender rápidamente a los problemas del Norte. Desde Córdoba, convertida en cuartel general, se fijaron los objetivos y su propio orden: Málaga, Almería y Granada.

En primavera de 1484 los castellanos aparecieron por vez primera a la vista de Málaga. En el mes de junio se logró la rendición de Álora, en septiembre se rindió Setenil, cuyos habitantes buscaron un refugio más seguro tras los muros de la inexpugnable Ronda. Mientras tanto, en Granada el Zagal se había fortalecido y aspiraba ya a suceder a su hermano, que muy enfermo ya, se retira a Almuñécar, donde muyere en junio de 1485. La ofensiva cristiana se dirigió hacia el occidente. A mediados de abril de 1485, se cercó a Cártama y Coín, que sucumbieron tras dura resistencia y en mayo se volvió sobre Ronda que capituló antes de concluir el mes. Pero la campaña del 1485 continuó con dos nuevos objetivos; Cambril, en la frontera de Jaén y Zaela en las proximidades de Alhama.

Comienza la campaña del 1486 proyectando la ocupación de la línea de defensa que dominaba, desde los barrancos del Genil, toda la vega de Granada; las frontera principales eran las de Loja, Íllora y Moclín, y las tres sucumbieron entre mayo y los primeros días de junio. En la primera de ellas se encontraba Boabdil, que fue nuevamente hecho prisionero. El pacto se firmó de inmediato, el 29 de mayo se admitió la posibilidad de crear un señorío para el prisionero, que incluiría Guadix, Baza, Vera, Mojácar y los dos Vélez (el Banco y el Rubio), si en el plazo de ocho meses se encontraban todavía en su poder. Sin embargo, las circunstancias cambiaron rápidamente, aunque todas las negociaciones posteriores arrancarían ya de este pacto.

El objetivo siguiente fue Málaga, el gran bastión de Muhammad (el Zagal), y para ello se reunió una poderosa fuerza. La acometida se inició a mediados de abril de 1487 aprovechando el recrudecimiento de la guerra civil en Granada. Antes de terminar el mes ya había caído buena parte de la Ajarquía malagueña. La gravedad de la situación empujó a El Zagal a abandonar Málaga a su suerte y, al no poder regresar a Granada, que había caído en poder de Boabdil, se vio precisado a buscar refugio en Almería. Tras un duro cerco que se prolongó todo el verano, en septiembre, Málaga capituló, pero

133

Page 134: Medieval España II

sus habitantes no obtuvieron las condiciones acostumbradas y no se respetó la libertad de los vencidos y se les impuso a todos la expulsión a África o a tierras sujetas desde los cristianos. Cuando comenzaba el cerco de Málaga, los reyes suscribieron un nuevo tratado con Boabdil. Fue el tercero, por este nuevo acuerdo se le dispensó de la conquista del señorío prometido, se estableció en cambio que cuando ellos lo tuviesen en su poder, Boabdil tendría que entregar la ciudad de Granada. La campaña del 1488, fueron sobre las plazas que mantenía el Zagal, Almería, Baza y Almuñécar, que éste las mantuvo.

A finales del mes de mayo de 1488, desde Jaén, se puso en marcha la gran campaña del Baña, que según el acuerdo de 1487 debía ser entregada a Boabdil. El cerco fue largo y los combates muy duros y sangrientos. Por ello resultó económicamente el más costoso de toda la guerra. Se materializó a lo largo del mes de noviembre: el 7 se rindió el alcaide de Purchena, el 10 capituló El Zagal y el 22 entraron los reyes en Almería. A la población se le concedieron condiciones muy generosas: la religión, las costumbres, la hacienda, la justicia y el tráfico mercantil continuaría como hasta entonces. Posiblemente se trataba de aplicar un bálsamo de suavidad que acelerase la entrega de Boabdil. En 1491, el Zagal se retiró a Tremecén, en África, donde acabó su vida arruinado y ciego. Algunas fuentes aseguran que lo cegó el rey de Fez, por sugerencia de su sobrino.

Los reyes, que creían concluida la guerra, se encontraron con la negativa de Boabdil a cumplir con los pactos. Pero lo cierto es que Granada, rodeada de enemigos por todas partes, está condenada a sucumbir. A comienzos del nuevo año, 1490, los reyes pensaban en el rápido fin de las hostilidades, pero la resistencia de Boabdil terminó empujándoles a la acción. Entre los días 21 y 22 de mayo, las tropas cristianas entraron en la Vega destruyendo de manera sistemática las cosechas. Los planes de Boabdil estaban cuidadosamente calculados, pretendía unificar la resistencia musulmana, sumando a su causa a los antiguos partidarios de El Zagal, y abrir un camino hacia el mar donde recibir la ayuda que precisaba. Se trataba de un plan desesperado, pero no inviable. Entre julio y agosto logró varios éxitos (Lanjarón, Legrin y Andarax) pero fracasó cuando intentó tomar Salobreña y abrir un camino al mar por Almuñécar. Tras estos fracasos la resistencia de Boabdil comienza a pagarse.

El último acto se inicia en abril de 1481. La gran hueste real, que era ya propiamente un ejército moderno y complejo, penetra en la Alpujarra y baja hacia la Vega, donde comienza a levantar una villa, la llamada de Santa Fe, para instalar en ella todos sus servicios de intendencia y administración. El cerco de Granada quedó cerrado en poco menos de un mes, sin embargo, no hubo realmente ataques ni enfrentamientos entre sitiadores y sitiados. Sí hubo, en cambio, una lenta y discretísima negociación, que comenzó casi en los primeros momentos del cerco; antes de mediar el mes de septiembre se llegó a un acuerdo, el cual quedó materializado con un acuerdo suscrito el 25 de noviembre. Las condiciones ofrecidas fueron extraordinariamente generosas:

134

Page 135: Medieval España II

la población de Granada mantendría su libertad y bienes, aseguraría su fe, permanecería sometida a la ley coránica, administrada por sus propios jueces, y vería respetadas sus relaciones comerciales con África. Boabdil, en particular, conservaría su patrimonio, a excepción de la Alhambra y los palacios de la ciudad, y recibiría incluso un señorío en las Alpujarras. El 2 de enero de 1492 se entregó la Alhambra, símbolo de la ciudad, se llevó a cabo con una estudiada ceremonia. Era, pues, el fin de la Reconquista.

5.- Esplendor material y artístico de Reino de Granada

El arte nazarí o granadino constituye la etapa final en la evolución del arte hispanomusulmán y el periodo donde más y mejor se desarrolla el arte islámico en España. Es una continuación del arte islámico de la Península Ibérica, enriquecido con la herencia del arte almohade y con algunas aportaciones de Oriente. En su aspecto decorativo representa una vuelta a la tradición del ornato denso, plano y menudo. Supo aunar armónicamente la arquitectura con el paisaje, a través de jardines y sobretodo con la utilización del agua mediante fuentes, acequias y canales.

Posee un fuerte componente aúlico, pues está realizado por encargo del sultán, que ostenta el poder religioso y político, y su función es exaltar el poder de su dinastía. Su intervención personal se extiende no sólo a la política y la religión, también sobre las finanzas, la justicia y las empresas artísticas.

El arte nazarí se extendió por el sur por Berbería, llegando hasta Siyilmasa, y al norte y occidente por los dominios cristianos, contribuyendo, junto con el estilo almohade a la creación del arte mudéjar.

La arquitectura nazarí es pobre en sus materiales, pero rica en su ornamentación. Su máximo exponente lo encontramos en la Alhambra, conjunto monumental que se distribuye en tres núcleos: la alcazaba militar, los palacios reales y una ciudad palatina, con calles estrechas que contaba con baños públicos, mezquitas y cementerios.

Los elementos comunes a todas las construcciones nazaríes son:

- La sobriedad de sus exteriores y la profusa decoración de sus interiores. - El empleo de materiales pobres como el ladrillo y la mampostería.- Empleo de bóvedas con mocárabes para lograr un gran efecto decorativo.- Utilización de arcos peraltados de silueta acampanada y mixtilíneos cuya única

función es decorativa.- Uso de columnas con fuste delgado con capiteles de dos cuerpos, uno cilíndrico y

otro con forma cúbica con profusa decoración.

La Alhambra

135

Page 136: Medieval España II

Su construcción no se debe a un momento concreto del reinado nazarí, sino que se fue ampliando y reformando a lo largo de este periodo.

De los veintidós sultanes que ocuparon el trono de Granada, cabe destacar a siete en la construcción de este genial monumento:

- Muhammad I (1232-1273) realizó la acequia real, la alcazaba y el recinto fortificado.

- Muhammad II (1273-1302) construyó el Generalife.- Muhammad III (1303-1309) edificó el Partal y la Torre de las Damas, así como la

mezquita real.- Ismail I (1314-1325) reforma el Generalife y realiza el mexuar (sala del consejo de

visires).- Yusuf I (1333-1354) fue el que más amplió, construyó la torre de Cadí y la de la

Cautiva, el torreón de Comares, la puerta de la Justicia y la de las Armas, reformó el baño real y realizó el oratorio del Partal.

- Muhammad V (1354-1359) y (1362-1391) construyó la puerta del Vino (fachada), el Palacio de Comares, el Palacio de Leones y reformó el mexuar.

- Muhammad VII (1392-1408) edificó la torre de las Infantas.

La Alhambra es una ciudad palatina fortificada, emplazada en la cima de la colina Sabika, lugar elegido por el fundador de la dinastía nazarí tras la toma de Granada en 1237. Su nombre se debe al color rojizo de sus materiales (Qala al-Amra) y al sobrenombre por el que se conocía al primer sultán, Muhammad I. Este dispuso un recinto amurallado con torreones, situando la alcazaba con un patio de armas para la guarnición, en el ángulo más alto y saliente de la colina, disponiendo su residencia en la torre del Homenaje.

Materiales y elementos constructivos

Esa ligereza que caracteriza la arquitectura de la Alhambra viene dada por la naturaleza de los materiales con la que fue realizada, así como por las estructuras elegidas. Los muros maestros, es decir, aquellos que sustentan la estructura general, están hechos con una técnica rápida y económica, el tapial, técnica tradicional de ejecución de fábricas caracterizada por conformar el material en el mismo lugar en el que estará en servicio. El material, generalmente tierra, se conforma por apisonado dentro de un molde que se apoya sobre el mismo muro que se está ejecutando, que sirve, a su vez, como único soporte de las actividades de montaje del encofrado, moldeo, desencofrado y traslado del molde hacia la siguiente posición de servicio. Tal vez sea la técnica más característica y significativa de la construcción andalusí. En estos muros se apoyan unas ligeras estructuras de madera sobre las que se dispone el tejado, que se embellecen en el interior con ‘ataujería’ o ‘lacería’, es decir con artesonados o con cúpulas de mocárabes de yeso.

136

Page 137: Medieval España II

Los materiales utilizados además de ser ligeros, eran baratos y de rápida construcción, aunque no por ello menos sólidos. Los materiales que llegaron a ser de gran trascendencia por su resultado decorativo fueron el yeso y la escayola. Invadieron por completo las superficies murales. Como hemos dicho anteriormente, su procedimiento era rápido y económico, recubría la estructura con formas bellas y la policromía le daba una apariencia de gran brillantez y riqueza.

Otro elemento decorativo en la arquitectura fue la cerámica. Adorna bóvedas, pavimentos y zócalos. La obra maestra realizada con este material lo encontramos en el arco oriental de la Puerta del Vino, cuyas albanegas pertenecen a la técnica de la cuerda seca, en la que los colores: blanco, negro, verde, azul y amarillo, están separados por líneas negras mates que marcan el dibujo de ataurique e impiden la mezcla de cobres en el horno.

La pintura también se utilizó para decorar principalmente techos, bóvedas, muros, yeserías, columnas y hojas de puertas y ventanas, es decir todas las superficies, excepto suelos y zócalos, que ya estaban recubiertos de cerámica.

El empleo del mármol se extendió enormemente, realizando con él columnas, jambas, losas… todo para embellecer las construcciones nazaríes.

La piedra es otro de los materiales que trabajaron, pero en este caso su utilización fue restringida a fuentes y grandes puertas como la del Vino.

La madera también es otro material utilizado por los arquitectos nazaríes, un buen ejemplo de ello es el techo ataujerado de la Sala de Comares o el de la Sala de las Dos Hermanas.

TEMA 13

DE LA UNIFICACIÓN PENÍNSULAR A LA PROYECCIÓN IMPERIAL: EL REINADO DE LOS REYES CATÓLICOS.

1.- El largo camino hacia el trono: del Pacto de los Toros de Guisando al final de la Guerra de Sucesión.

Tras la muerte de Enrique IV de Castilla (1474), su hermana Isabel fue proclamada heredera en Segovia. Sin embargo el acceso al trono no fue tan sencillo. La historia comienza con la muerte, en 1468, del Infante Alfonso lo que le deja expedito el camino al trono castellano, al convertirse en la mejor opción, frente a la hija ilegítima del rey doña Juana (llamada la Beltraneja).Así, el 19 de Septiembre de 1468 se llega la Pacto de los Toros de Guisando, donde Enrique IV proclama la ilegitimidad de su hija doña Juana, aceptando a su hermanastra

137

Page 138: Medieval España II

Doña Isabel como princesa legítima heredera del trono. En marzo de 1469, tras producirse un acercamiento entre Enrique IV y el marqués de Villena y los Mendoza, el rey suscribió unos acuerdos por los que establecía los matrimonios de doña Isabel y de doña Juana. La primera debería contraer matrimonio con Alfonso V de Portugal y la segunda con el príncipe don Juan, heredero del mismo reino. De esta manera conseguía un estatus real para su hija Juana y alejaba a Isabel de sus intenciones de contraer matrimonio con el heredero aragonés. De hecho los aragoneses se habían apresurado a comprometer el matrimonio entre don Fernando y doña Isabel. Enrique IV se encontró, pues, con el matrimonio de ambos pretendientes ya consumado (18 de octubre de 1469), provocando la única respuesta que le cabía dar en esa situación: denunciar lo acordado en Guisando y reconocer a Juana como única heredera al trono de Castilla.Los errores de cálculo de Enrique IV, la pasividad de Portugal a la hora de ser activo en el conflicto y la negativa de Francia, con sus propios problemas en Borgoña, de intervenir en la maniobra castellana facilitaron a los aragoneses la solución de sus propios problemas internos (Paz de Nápoles y Venecia con Francia, acuerdos de Olite por la cuestión Navarra (1471), firma de acuerdos de paz con Inglaterra y Borgoña (1471) y la liquidación de la Guerra Civil en Cataluña tras la rendición de Barcelona (1472)), pudiéndose concentrarse en la cuestión castellana.Con la muerte de Enrique IV (14/12/1474), la causa isabelina acabó aglutinando a todos los que deseaban una monarquía fuerte, produciéndose una aceptación casi total, pero sin clamor popular. No obstante, entre los partidarios isabelinos pronto se planteó una cuestión conflictiva. Los aragoneses entendían que una mujer por sí misma no podía regir un estado, con lo que Fernando aparecía como el candidato más cercano a suceder a Enrique IV. Sin embargo, la exclusión femenina iba en contra del Derecho castellano y se podía convertir en un arma de doble filo, teniendo en cuenta que en esos momentos los RR.CC. sólo tenían una hija. Esta cuestión, difícil y delicada, fue encomendada al Cardenal Mendoza y al arzobispo de Toledo Alonso Carrillo.En Segovia (15/01/1475) se arbitró la sentencia relativa a las discutidas atribuciones de los esposos donde quedaron definitivamente definidos los poderes de cada uno de ellos: los documentos se expedirían a nombre de los dos, pero con el nombre de Fernando primero; juntos administrarían las rentas y firmarían las sentencias judiciales; sólo a la Reina le correspondería lo relativo a los homenajes en las fortalezas, etc.Este acuerdo fue el primer acto de un reinado que ambos deseaban presentar como continuación del anterior, confirmando a tantos cargos como ya existían antes, amén de generar algunos nuevos fieles a ambos monarcas.También la muerte de Enrique IV afectó a las relaciones internacionales, ya que el viejo pacto de amistad con Portugal (1431) entró en crisis, debido al alineamiento de la Corona de Aragón con Borgoña. Durante algún tiempo, diferentes heraldos portugueses se pasearon por Castilla buscando apoyos para la princesa doña Juana,

138

Page 139: Medieval España II

recluida en Trujillo, planteando incluso la intención de Alfonso V de contraer matrimonio con ella y reclamar la herencia de Enrique IV.Esto desató un clima de revuelta popular favorable a doña Isabel, pero fue aprovechada por Alonso Carrillo, arzobispo de Toledo para alzarse a favor de doña Juana. Ante la imposibilidad de negociar, Isabel tomó Toledo por la fuerza.El 10 de mayo de 1475, Alfonso V se decidió a penetrar en Castilla al frente de un ejército, proclamándose el 25 de ese mismo mes, reyes de Castilla él y doña Juana, a pesar de que no habían contraído matrimonio.El avance de don Fernando fue un fracaso al no asegurar las tierras de Salamanca y Zamora, amén de descubrir que Burgos, en manos de los Stúñiga, había alzado pendones en favor de doña Juana. El portugués, con todo a su favor, decidió parar el avance y sitiar Toro. En esos meses los apoyos a doña Juana se multiplicaron, mermando el poder de los RR.CC. en la zona.Durante el verano el signo del conflicto cambió a favor de los Fernando e Isabel, debido a un cambio en la estrategia pasando a la ofensiva utilizando la guerra de desgaste. Además los RR.CC. en una hábil maniobra reivindicaron sus derechos sobre el trono de Portugal, otorgando licencias a los nobles portugueses que les apoyaran, lo que desvió parte del interés de Alfonso V hacia su propio reino.La retirada de Alfonso V, permitió a los isabelinos controlar todo el norte del reino al caer Burgos, mientras aquel esperaba que el conflicto se internacionalizara. El derrumbamiento de la causa portuguesa fue un hecho a inicios de 1476.Refugiado en Toro, pero pendiente de Zamora, la cual aún controlaba, Alfonso V pidió refuerzos que le fueron enviados por su heredero el príncipe don Juan. En unas semanas los portugueses ya estaban sobre Zamora, aunque el ataque conjunto de tropas castellanas y aragonesas (01/03/1476) le obligó a abandonar esta plaza fuerte y refugiarse, de nuevo, en Toro. Moralmente, la derrota, fue decisiva para los portugueses.Con la victoria de Toro, el conflicto sucesorio queda zanjado, pero los portugueses no iban a rendirse tan rápidamente, por lo que urgía expulsarlos inmediatamente hacia sus propios territorios. Una ofensiva fulgurante de don Fernando llevó a Alfonso V a replegarse definitivamente, pactando la devolución de importantes territorios fronterizos. Con Alfonso V ya en Portugal, Toro se rindió definitivamente.Para llegar a la paz total hubo que realizar una paciente labor de concesiones, perdones y conciliaciones, acercando posturas con los ex-partidarios de doña Juana y terminando con el ancestral antagonismo entre nobleza y Monarquía.Se realizaron una serie de pactos individualizados que aseguraron un estatus jurídico del régimen señorial, limitado en sus funciones para servir de adecuado soporte a la monarquía.

2.- Reestructuración del sistema de alianzas y del Estado con los Reyes Católicos.

139

Page 140: Medieval España II

Tras el conflicto sucesorio se abrió paso un tiempo nuevo. Debe entenderse que la noción y la realidad del Estado como fórmula más adecuada para la organización, había renacido con fuerza por toda Europa desde mediados del siglo XIII. Por ello los RR.CC. tenían unas ideas muy claras respecto al significado de la Corona como núcleo y elemento principal de una construcción política unida y organizada como Estado. Su reinado resultó decisivo en ese aspecto.Al mismo tiempo que se cerraban los primeros acuerdos con la nobleza (Abril 1476), los RR.CC. convocaron Cortes en Madrigal. Allí se juró a doña Isabel y se tomaron decisiones, tales como la concesión de un servicio de 160 millones de maravedís, o el apartamiento de mudéjares y judíos, pero sobre todo se estudió el grave desequilibrio de la Hacienda Real y la forma de restaurar el orden público.Para el primer problema se decidió reestructurar la Contaduría, intentando frenar la dilapidación de las rentas, en claro desequilibrio por los muchos juros concedidos; para la segunda cuestión se decidió poner en marcha a la Santa Hermandad, concebida a modo de cuerpo general de policía. Este proyecto fue posteriormente confirmado por los RR.CC, se dividió el país en 8 provincias, se creó una Junta Suprema de la Hermandad y al año siguiente en una junta realizada en Dueñas se valoró la importancia de la Hermandad como efecto del descenso del bandolerismo. Respecto a su relación con los nobles, los RR.CC respondían con una generosidad sin límites a aquellos que se entregaban, en cambio quienes se oponían eran contrarrestados con la fuerza severa de la ley.Desde el siglo XIV, en Europa se había tendido a unificar bajo una misma idea de nación a todos los reinos peninsulares. Esta idea terminó por germinar en los ambientes políticos, sobre todo los castellanos.Tras la muerte de Juan II de Aragón (1479) se añadió a la herencia de Fernando e Isabel los reinos de Aragón, Valencia, Mallorca, Sicilia, Cerdeña y los condados catalanes, generándose un difícil equilibrio entre unidad y pluralidad. Cada reino o territorio mantuvo sus principales instituciones y sus principios de gobierno, pero se crearon órganos comunes, como la Santa Hermandad o el Tribunal de la Inquisición, poniendo en marcha el sistema polisinodial.En Segovia se pactó el gobierno conjunto, reflejándose oportunamente en intitulaciones, emblemas y signos (Yugo y Flechas, Tanto monta, escudo cuartelado de Castilla y León, el águila nimbada de San Juan Evangelista, etc.)El gran acontecimiento central del reinado de los RR.CC. son las Cortes reunidas en Toledo en entre octubre de 1479 y mayo de 1480. Estas Cortes se habían convocado con anterioridad, pero se tuvieron que aplazar hasta la consecución definitiva de la paz, tras el Tratado de Alcaçovas-Toledo (septiembre de 1479). La duración de la convocatoria y la enorme afluencia de representantes de las villas y procuradores con derecho de asistencia, permitió a los RR.CC. establecer las grandes líneas de su futura acción política interior. Realmente no se expuso nada nuevo que no se hubiera expuesto en los dos reinados anteriores. Lo decisivo fue la eficacia con la que se

140

Page 141: Medieval España II

aplicaron esos tratados: (Ajustes de equivalencias monetarias, recuperar el monopolio regio de fundación de mercados y ferias, regulación de las privatizaciones de las tierras, apartamiento de judío y mudéjares en barrios especiales…)

Respecto al sistema de alianzas los RR.CC. heredaron un sistema contradictorio. Por un lado Castilla había sido aliada tradicional de Francia, lo que la “enfrentaba” a Inglaterra, mientras que Aragón siempre intentó aislar al país vecino por los conflictos y reivindicaciones hechas sobre los territorios pirenaicos, el Rosellón y el tema navarro. Fernando tuvo que abandonar momentáneamente sus aspiraciones territoriales sobre Francia porque se estaba preparando la última guerra contra Granada, además de que la política de los RR.CC. incluía mantener cierto estatus de paz con Europa y asegurar el tránsito comercial en el Golfo de Vizcaya (lo que le obligaba a aliarse con Francia y Borgoña y mantener ciertas relaciones de libre comercio con los Tudor en Inglaterra).No obstante quedaban cosas pendientes con Francia. Luis XI no cumplió con la devolución del Rosellón y la Cerdaña que poseía como garantía de un préstamo incumpliendo los tratados firmados con Fernando. Para obligarle se creó una alianza entre Fernando, Enrique VII de Inglaterra y Maximiliano de Habsburgo, todos ellos miembros del Toisón de Oro. Antes de la muerte de Luis XI (1483), éste reconoció la apropiación indebida de los territorios, pero la regente del nuevo monarca, Carlos VIII, se negó a realizar la devolución, manteniendo las tensiones entre ambos reinos. Fernando estuvo a punto de recurrir a las armas para expulsar a los franceses del Rosellón, pero dentro del plan perfectamente trazado por él y su esposa, Granada tenía prioridad.Inmersos en este conflicto, la política seguida por los RR.CC en Europa parecía seguir un guión orquestado por otros siendo ellos meros participantes. No obstante a partir de 1487 comienzan a desarrollar su propio programa llevando una política matrimonial favorecida por la fecundidad de su matrimonio (cuatro hijas y un hijo) uniendo las cuatro dinastías dominantes en Europa (Avis, Tudor, Habsburgo y Trastámara) que llevaran a Francia a negociar imponiéndole las condiciones. Esta política era heredada de los Trastámara, siempre pendientes de unificar a las poderosas familias con las que se relacionaban. Comenzaron casando a Isabel, su primogénita, con Alfonso de Portugal, primero, y tras la muerte de éste con Manuel. Posteriormente se pactó la boda de Catalina con el heredero de Inglaterra, Arturo, pensando siempre en una alianza antifrancesa. Juan y Juana, fueron propuestos a Margarita y Felipe, respectivamente, hijos de Maximiliano de Habsburgo.Los RR.CC. habían conseguido con estas acciones una amplia extensión por donde comerciar con sus barcos, desde el sur de la Península Ibérica, hasta el mar del norte.Con la Guerra de Granada casi concluida, los RR.CC. estaban en disposición de cerrar filas con sus aliados por la cuestión de la Bretaña. No obstante, tras dos derrotas

141

Page 142: Medieval España II

militares de los aliados, Carlos VIII rey de Francia se casaba con la duquesa Ana de Bretaña, zanjando toda discusión sobre una ocupación de territorios.Tras esto Fernando estaba resuelto a ocupar el Rosellón a la fuerza, pero las reivindicaciones angevinas de Carlos VIII sobre Nápoles obligó al rey francés a pactar con los demás pretendientes, los cuales renunciaron a sus derechos a cambio de compensaciones económicas, excepto Fernando que exigió la devolución del Rosellón y de la Cerdaña a cambio de renunciar a socorrer a Ferrante de Nápoles. Los territorios fueron devueltos el 10 de septiembre de 1493. No obstante, Fernando ya había presentado su candidatura al trono napolitano por ser heredero de Alfonso V, amén de contar con el apoyo de la Santa Sede, ocupada por el valenciano Alejandro VI.Tras la muerte de Carlos VIII y el fervor popular que causó su sucesor, Luis XII, suscitaron que Fernando tuviera que renunciar a muchas de sus pretensiones. No obstante España conservaba su alianza con Inglaterra y los Habsburgo y la libertad de comercio por la zona de la Bretaña francesa.La muerte del Príncipe de Asturias, Juan, (octubre de 1497) el aborto de su viuda Margarita y el fallecimiento de Isabel (24 de agosto de 1498) dieron al traste con la política europea de los RR.CC., situando a Felipe y a Juana en los umbrales del trono español, por lo que intentaron reforzar sus alianzas con Portugal e Inglaterra. La muerte de Arturo Príncipe de Gales, obligó a los RR.CC. a firmar una nueva alianza matrimonial con Inglaterra, cediendo a Catalina, viuda del Príncipe, al nuevo heredero al trono, Enrique VIII.Por otro lado, Nápoles se había perdido, siendo ocupado casi en su totalidad por los franceses, siendo el propio Felipe el Hermosos quien negoció la salida española, con poderes de su suegro. En esas negociaciones se aceptaba ceder Nápoles a Francia, aunque ya estaba en su poder, a cambio de permitir que la educación de Carlos, nieto de los RR.CC. se produjera en España. Ante la negativa de Felipe de ceder ante esta petición de sus suegros, Isabel, redactó en su testamento que la reina sería su hija y que en caso de que ésta no pudiera reinar, sería Fernando el regente de Castilla hasta que Carlos estuviera en condiciones de reinar.De cualquier manera, esa política europea desembocaba en un cambio dinástico en España, desapareciendo los Trastámara y llegando los Habsburgo, circunstancia no prevista 20 años antes.

3.- La supresión del Reino de Granada

Desde Alfonso XI, el afán reconquistador estaba prácticamente detenido. En las Cortes de Toledo, se decidió acometer de nuevo esta ambiciosa campaña de manera conjunta, ya que tradicionalmente le correspondía a Castilla.Desde 1464 gobernaba en Granada el Muley Hacén de nuestro cronistas que se había hecho con el trono tras derrocar a su propio padre. Desde la llegada al poder, su

142

Page 143: Medieval España II

prestigio no había hecho más que crecer y afianzarse, debido a sus exitosos golpes de mano en las fronteras castellanas.Inmersos en sus guerras con Portugal, los RR.CC. habían firmado una serie de treguas para no afrontar dos frentes a la vez, pero en 1481 el soberano granadino incumple los tratados apoderándose de Zahara, dando a los castellanos la excusa perfecta para la intervención militar. Mientras se acometían los preparativos, los nobles andaluces tomaron Alhama, en el corazón del reino granadino. Esta primera fase se saldó con moderados éxitos cristianos.El fracaso de Alhama, a la que intentó recuperar hasta en tres ocasiones, desprestigió a Muley Hacén, propiciando la sublevación de sus dos hijos Yusuf y Boabdil, con el apoyo de los Abencerrajes. Boabdil se hizo con el trono, mientras Muley Hacén tuvo que refugiarse en Málaga, residencia de su hermano, conocido como El Zagal.Boabdil, para afianzar su poder, pasó a la ofensiva. No sólo fue un fracaso de campaña, sino que a la vuelta de sus correrías fue hecho prisionero por los castellanos, circunstancia que aprovechó su padre para volver a Granada y hacerse, de nuevo, con el poder. Las condiciones de la libertad de Boabdil fueron muy ventajosas para los cristianos incluyendo una tregua de tres años. En esos momentos (1483) las cosas se complicaron para los RR.CC. con la muerte de Francisco de Foix, rey de Navarra y de Luis XI de Francia, que ponía al reino navarro lejos de la órbita castellana, así como el incumplimiento de la restitución de los territorios pirenaicos a Cataluña. Ante la disyuntiva de dónde concentrar sus esfuerzos, en Tarazona (marzo 1484) se decidió que la prioridad la llevaba el reino nazarí.Había, pues, que darse prisa en liquidar el tema granadino para poder concentrar los esfuerzos en los territorios del norte. El orden de los objetivos quedó marcado pronto: Málaga, Almería y después, Granada. Tras talar los bosques malagueños y la toma de Álora, el siguiente objetivo era la inexpugnable Ronda.En Granada, El Zagal había alcanzado un gran prestigio tras conquistar Almería, por lo que estaba en disposición de derrocar a su hermano, Abu-l-Hasan. A mediados de Abril de 1485, Fernando puso cerco a Cártama y Coín y tras conquistarlos se volvió hacia Ronda que cayó en Mayo de ese mismo año. Como un castillo de naipes, todo el occidente granadino fue sucumbiendo al avance del rey católico.Los éxitos cristianos de la campaña de 1485 mermaron las posibilidades de El Zagal de alcanzar el poder, por lo que Boabdil entendió que era el momento de retomar el poder, cosa que hizo tras ser aclamado en el Albaicín como rey de Granada.En la campaña de 1486, Fernando decidió ocupar la línea de defensa que ocupaba toda la vega de Granada, tomando las fortalezas de Loja, Íllora y Moclín. En la primera de ellas se encontraba refugiado Boabdil, que volvió a caer en manos cristianas, volviendo a pactar con Fernando y proyectando la creación de un señorío donde pudiera establecerse monarca nazarí.

143

Page 144: Medieval España II

El siguiente objetivo de los RR.CC. fue Málaga, que fue sitiada desde Abril a septiembre de 1487, fecha en la que finalmente capituló. El Zagal tuvo que huir y refugiarse en Almería, al no poder volver a Granada en poder de Boabdil. En el caso malagueño no se respetaron las libertades de los vencidos, proclamando la expulsión de todos ellos.Cuando comenzó el cerco de Málaga, los RR.CC firmaron un nuevo pacto con Boabdil (el tercero), en el que se deshacía la opción de la creación del señorío, y prometiendo los RR.CC. que se lo entregarían a cambio de Granada una vez todo el territorio estuviera en manos castellanas. Tras la toma de Málaga se dirigieron a Almería y Baza, pero El Zagal opuso una fuerte resistencia que obligó a los RR.CC. a cambiar de estrategia dirigiéndose al oriente granadino que cayó con extraordinaria facilidad.A finales de mayo de 1489 se comenzó la campaña de Baza. La conquista de Baza fue dura y sangrienta, pero se alcanzaron los acuerdos necesarios con El Zagal y su cuñado, Yahya Alnayar (defensor de Baza) que se materializaron con la capitulación de ambos en el mes de noviembre de ese año, entrando los reyes el 22 en Almería, a la que se le concedieron condiciones muy generosas (respeto de la religión, de las costumbres, de su hacienda…).Con esta última conquista se consideraba finalizado el conflicto, pero Boabdil decidió incumplir lo pactado en su tercer encuentro, negándose a entregar la ciudad.La reacción de los RR.CC. fue inmediata. En mayo de 1490 don Fernando entró en la Vega de Granada destrozando las cosechas. Boabdil intentó aglutinar bajo su mando a las rendidas tropas de El Zagal y establecer una vía de transporte con África por donde recibir ayuda, pero fue en vano.El último acto comienza en abril de 1491, cuando el imponente y modernísimo ejército real penetra en la Alpujarra bajando hacia la Vega donde levantó una villa, Santa Fe. En menos de un mes el cerco de Granada había quedado cerrado. Se iniciaron entonces una serie de negociaciones en las que las condiciones ofrecidas a Granada fueron excepcionales: asegurarían su fe, se someterían a la ley coránica, serían administrados por sus propios jueces…, mientras Boabdil conservaría su patrimonio, a excepción de la Alhambra y de los palacios de la ciudad y recibiría un señorío en las Alpujarras.El 2 de Enero de 1492 los Reyes Católicos entraron en Granada, recibiendo la entrega de la Alhambra como símbolo de la ciudad. Era el fin de la Reconquista.

4.- Las reformas de Aragón y Cataluña

Cataluña tenía dos graves conflictos: la opresión de los campesinos de Cataluña Vella y la crisis económica de la ciudad de Barcelona, que debido al privilegio otorgado por Alfonso V El Magnánimo se regía por una oligarquía de patricios. El rey don Fernando ya tenía constancia de estos problemas desde su primer viaje al principado en 1479, por lo que dio su conformidad a las medidas propugnadas por el Consell de Cent, órgano de gobierno barcelonés, que abogaban por una restitución del patrimonio a la ciudad y una reforma del General, representación permanente del principado.

144

Page 145: Medieval España II

La crisis, que se extendía por toda la Corona de Aragón, excepto el Reino de Valencia, había permitido la proliferación del bandolerismo, especialmente en las tierras altas de Cataluña, por lo que en 1480 se decidió introducir una Hermandad general al estilo castellano, pero que en Barcelona, debido a la situación deficitaria era complicada de asentar. Se tomaron medidas impositivas para recortar el déficit, pero nada podría ser efectivo mientras existieran los remensas, campesinos sujetos a servidumbre, cuyo único medio de vida estaba en la tierra. Don Fernando tuvo que ceder a algunas presiones nobiliarias, renovando la constitución de Alfonso V, lo que generó una revuelta popular que desembocó en un conflicto armado. Finalmente el Rey Católico decidió abolir los malos usos señoriales, los payeses alcanzaban la libertad conservando las tierras, pero con la obligación de de indemnizar a sus señores y compensar los gastos producidos durante la revuelta.No obstante, la recuperación de Cataluña (el redreç), pasaba por una reforma de la administración municipal, que se abordó primero en el erino de Aragón. En las primeras Cortes de Aragón (Calatayud 1481) don Fernando otorgó a doña Isabel los mismos poderes que él había recibido de ella en las Cortes de Segovia. Las sesiones de estas Cortes se prolongaron en el tiempo sin alcanzar acuerdos en firme, debido a que los tres reinos aragoneses defendían a ultranza sus privilegios institucionales.Los acuerdos de Tarazona tampoco fueron un éxito, ya que catalanes y valencianos protestaron por no realizarse en sus propios territorios, llegando los catalanes a no asistir a la asamblea propuesta por el rey.Tras la toma de Málaga, los reyes abordaron con firmeza las reformas de Aragón, formando un concejo municipal formado por un grupo de adictos que facilitaron la labor de los monarcas a la hora de implantar su criterio en Aragón. Se establecieron una Hermandad General y se impuso la Inquisición, situándose la de los tres reinos aragoneses junto con la castellana bajo la supervisión de un solo inquisidor general. Estas medidas apenas encontraron oposición entre los nobles aragoneses. Respecto a Cataluña, los objetivos de su reforma estaban bien definidos: saneamiento de la Hacienda y reforma de sus instituciones principales (Generalitat y Consell de Cent). Mientras preparaba la reforma de Aragón, el rey recibió a unos comisionados catalanes que protestaban por las actuaciones de la Inquisición. Ante esta situación, don Fernando decidió reformar la Generalitat, suspendió el mecanismo constitucional y nombro como General al abad del monasterio de Poblet que era castellano. Curiosamente la medida fue aplaudida y la economía experimentó un rápido crecimiento y tras deponer y nombrar a un nuevo Consell de Cent (1491), el despegue económico de Cataluña se hizo patente.

5.- La Iglesia y el problema religioso: establecimiento de la Inquisición, la expulsión de los judíos y el problema musulmán.

145

Page 146: Medieval España II

Las reformas eclesiásticas realizadas bajo los auspicios de los RR.CC. fueron resultado de un madurado programa, encaminado a sanear la vida espiritual y liberar al clero de sus excesivos empeños temporales.En este contexto reformador se inscriben tres logros muy notables: la preeminencia de la justicia real, la exclusión de los extranjeros en la provisión de empleos u dignidades eclesiales y el derecho de presentación (regio de patronato) que había sido una vieja aspiración castellana.La reforma fue otra cosa más que la reivindicación de carácter beneficial y jurisdiccional y no se limitó sólo a la jerarquía eclesiástica. Ya en un primer momento la intención de los reyes fue extenderla a todo el clero y al conjunto de las órdenes monásticas., para lo que se solicitó al Papa las facultades necesarias. Cuando estas autorizaciones llegaron, se pusieron en manos de Francisco Jiménez de Cisneros, alma de la reforma.En 1494, Cisneros comenzó la reforma con vehemencia y grandes gestos teatrales, centrándose primero en los franciscanos claustrales por ser la más rica de las órdenes. A pesar de las recomendaciones del Papa de suspender la reforma, por la excesiva mano dura de Cisneros, éste prosiguió con el proyecto, extendiendo su acción sobre todas las demás órdenes, tanto monásticas (benedictinos y cistercienses), como mendicantes (dominicos, franciscanos y agustinos), así como al propio clero secular. Incluso consideró la necesidad de vigorizar el nivel de estudios, realizando ciertos controles sobre la Universidad de Salamanca y proyectando la creación de una nueva: la de Alcalá de Henares.Uno de los problemas que existía en España, en materia de religión era la presencia de los judíos, la cual se remonta a los primeros siglos de nuestra era, si bien su etapa de esplendor llegó en los siglos XI y XII.A partir del IV Concilio de Letrán (1215) se comenzaron a propugnar medidas restrictivas y en 1391 se produjeron los primeros conflictos graves, con persecuciones, asesinatos, incendios de aljamas, etc.). Se les obligó a vivir en zonas valladas (juderías), llevar ropas o señales distintivas, limitándoles su comunicación con los cristianos, prohibiéndoles acceder a los oficios públicos. El número de conversiones a partir de ese momento se disparó, pero más por miedo y comodidad que por convicción, lo que preocupó enormemente a las autoridades que sospechaban que las prácticas de su fe continuaban.El antisemitismo se incrementó en los últimos años de Enrique IV, por eso en las Cortes de Madrigal y Toledo se insistió en las normas restrictivas promulgadas con anterioridad, aunque se empezó a sospechar que estas medias eran insuficientes. En esos momentos el número de conversos era similar al de judíos y se temía que aquellos pudieran contagiar de criptojudaísmo a los cristianos con los que trataban, por lo que las medidas deberían de empezar a aplicarse también a ellos, máxime cuando pesaban sobre estos grupos acusaciones de prácticas de su antigua fe, (circuncisión, sabbath, Yon Kippur…), ser gentes codiciosas, apoderarse de los oficios

146

Page 147: Medieval España II

públicos, etc. La mayoría de estas acusaciones eran falsas, pero siempre creídas y aceptadas.El instrumento para construir la unidad de la fe fue la Inquisición, aunque originalmente se concibió solamente para la persecución de la herejía y no a los fieles de otras religiones. Evidentemente existía un gran temor a que los conversos pudieran transmitir parte de sus antiguas creencias a los cristianos, lo que a la larga conduciría a la herejía. La introducción de la Inquisición en Castilla fue autorizada por Sixto IV el 1/11/1478. La bula de creación permitía a los RR.CC. elegir a los clérigos que formaran el Santo TribunalLos reyes dispusieron a lo largo de los dos años siguientes un plan de catequesis y predicación para atraer a los herejes, resultando un verdadero fracaso.Esto enfureció a los reyes, especialmente a Fernando, que decidió pasar a la acción nombrando por fin a los dos inquisidores generales. El Tribunal de la Inquisición quedó constituido en Castilla el 27 de septiembre de 1480, cuya primera sede estuvo en el Castillo de Triana, en Sevilla, y cuya primera medida dictada fue la publicación de tres edictos de gracia. A ellos se acogieron numerosos conversos.Muy pronto las ejecuciones en la hoguera se hicieron muy frecuentes, las muertes se contaban por centenares y las penas de prisión por miles. Los conversos recurrieron a Sixto IV debido a los excesos inquisitoriales lo que provocó que el Papa revocara la bula del 1 de noviembre de 1478 y sometió a los inquisidores a la jurisdicción de los obispos, cosa que los reyes no estaban dispuestos a tolerar.El Papa, prohibió explícitamente la instauración de la nueva Inquisición en Aragón. La que existía, establecida desde la lucha contra los albigenses, era lánguida e ineficaz. Tras muchas maniobras y enfrentamientos, don Fernando consiguió que el Papa nombrara Inquisidor General del Reino de Aragón, del Reino de Valencia y del Principado de Cataluña a Tomás de Torquemada, en cuyas manos se pusieron todos los resortes del sistema inquisitorial, extendiendo posteriormente su poder por toda Castilla (1484)La introducción de la Inquisición en la Corona de Aragón encontró gran resistencia debido al apego a los fueros, pero sobre todo debido a las terribles noticias que llegaban desde Castilla sobre las actuaciones del Santo Tribunal.La resistencia más dura a la Inquisición se dio en las ciudades de Zaragoza y Teruel, donde se prohibió la participación de los inquisidores y donde incluso se llegó a asesinar al inquisidor Pedro de Arbués, con la consiguiente reacción antisemita. En Valencia y Cataluña fue algo más suave, pero igual de firme. No obstante, tanto don Fernando como Inocencio VIII apoyaron a Torquemada sin ningún tipo de reservas.La comunidad política se identificó con el credo religiosos que profesaba la mayoría de la población. Esta unidad de la fe excluía naturalmente la pervivencia de otros credos diferentes. Admitido esto, la expulsión de los judíos fue una consecuencia inevitable. Si acaso sorprende lo que se tardó en ejecutar. Las Cortes de Madrigal y de Toledo ya

147

Page 148: Medieval España II

daban algunas directrices sobre la reubicación y distribución de los judíos, pero ahora se empezó a aplicar esa norma con más firmeza, primero obligándoles a vivir recluidos en aljamas, posteriormente prohibiéndoles la residencia dentro de la influencia de ciertos obispados (Sevilla, Cádiz, Córdoba…).Los resultados económicos de la expulsión eran evidentes para todos, pero la unidad de la fe era el objetivo prioritario. El 31 de marzo de 1492, los RR.CC. dictaron, finalmente, la provisión que les concedía a los judíos un plazo de cuatro meses para salir de sus dominios. Elk decreto ofrecía la alternativa de abrazar la fe cristiana, ofrecimiento que fue aceptado por no pocos judíos que recibieron nuevos nombres y ciertas mercedes. Se les permitió vender sus bienes y llevar consigo su fortuna, peroen letras de cambio ya que las leyes no permitían sacar bienes materiales o dinerarios. El éxodo judío se dirigió, principalmente, a Portugal y de ahí a Berbería.Una vez expulsados los judíos, se planteaba el problema musulmán. El número e importancia de la población mudéjar planteó serias dificultades de integración y convivencia. La tan cacareada unidad de la fe, exigía la desaparición del núcleo musulmán, sin embargo aquella población (muy abundante en ciertas zonas de Aragón y en la mitad meridional del Reino de Valencia, estaba protegida por pactos contraídos que garantizaban su derecho a vivir en el territorio, su libertad personal y la propiedad de sus bienes., lo que suscitó la solución de incorporarlos mediante la conversión, aunque el interés de que estas fueran sinceras y voluntarias hizo que el proceso fuera excesivamente lento.En 1499 los RR.CC. visitaron Granada y quedaron sorprendidos por el aire musulmán que todavía tenía la ciudad, visible incluso en la vestimenta de los ciudadanos. Ante esta situación se comisionó a Cisneros para que solucionara el tema, el cual puso a los musulmanes granadinos ante la misma disyuntiva que a los judíos: conversión o expulsión.El programa fue simple, con promesas y halagos, pero mezclado con actuaciones muy imprudentes, como la conversión en iglesia de la mezquita mayor del Albaicín o la quema de libros de materia religiosa. En Enero de 1500, asesinaron al alguacil que trabajaba para Cisneros y continuó con un alzamiento de musulmanes y conversos, apoderándose del Albaicín y sitiando a Cisneros. La represión no fue muy dura y se ofreció el perdón a quienes se convirtieran.No obstante la revuelta del Albaicín tuvo un eco importante entre la población musulmana, que se sublevó en la zona de las Alpujarras a donde acudió Gonzalo Fernández de Córdoba a sublevarla con las tropas que se estaban preparando para acudir a Nápoles. Las acciones fueron extremadamente violentas. La rebelión llegó a su fin el 8 de marzo de 1500 y se impusieron condiciones muy duras a los vencidos, aunque se volvió a ofrecer el perdón a aquellos que se convirtieran. En octubre de ese año, la revuelta renació, aunque algo más al sur. Tras la victoria cristiana, se repitió la

148

Page 149: Medieval España II

misma historia, fuertes medidas represoras, incluidas las económicas, pero el perdón absoluto tras la abjuración de la fe musulmana.A comienzos de 1501 la revuelta se reavivó en la serranía de Ronda, y tras una derrota cristiana, las tropas castellanas, encabezadas por el propio rey, se prepararon para infligir un duro castigo a los sublevados. Ante esta situación los musulmanes negociaron su extrañamiento hacia tierras africanas, no sin antes exigirles, de nuevo, una fuerte compensación económica. El 11 de febrero de 1501 se hizo público el decreto de expulsión de los musulmanes castellanos, no afectando a los moriscos del Reino de Aragón y del Reino de Valencia.

6. El DescubrimientoLa posesión de las I. Canarias por parte del reino de Castilla, confirmada por el tratado de Alcaçobas de 1479 con Portugal, era la prueba del interés castellano por el Atlántico y por la expansión en el continente africano. Pero, por el mismo tratado, la expansión en África o la prosecución de la ruta hacia las Indias quedaba reservada al reino luso, por lo que el proyecto colombino de seguir la ruta de Occ. hacia las Indias tuvo buena acogida en la Corte de los RR.CC.El descubrimiento del Nuevo Mundo es el resultado de un error de Cristóbal Colón. Establecido en Portugal en 1476-77, llega por intermedio de su mujer al ambiente de los sabios y de los navegantes. Así se forma, a partir de los trabajos de Toscanelli, su convicción de una tierra más pequeña que la realidad, de un continente euro-asiático mucho más extenso en longitud y, en consecuencia, de una ruta occidental mucho más corta que el lento rodeo del continente africano.En busca de apoyos reales que sustenten su proyecto, Colón obtiene una negativa del soberano portugués (Juan II), quien prefiere las seguras empresas en curso; otros príncipes rechazan la aventura. Queda la reina Isabel de Castilla, a la que intenta convencer en 1486. Tras seis años de negociaciones, de dudas, de hábiles controversias Colón, gracias a la ayuda del valenciano Luis de Santángel, lo consigue al día siguiente de la toma de Granada: Los acuerdos de abril de 1492, “las Capitulaciones de Santa Fe”, le confieren privilegios exorbitantes sobre las futuras tierras a descubrir: almirante, virrey y beneficiario de un 10% de las posibles riquezas.Cristóbal Colón se instala en Palos (Huelva) y prepara la expedición con el armador Martín Alonso Pinzón y Juan Niño. El 3 de agosto de 1492 parten dos carabelas (La “Pinta” y la “Niña”) y una nave (la Sta. María) y, después de una escala en las Azores, ponen rumbo al Oeste. A partir del 25 de septiembre crece la inquietud, sin embargo, el 12 de octubre tocan tierra en San Salvador, al que confunden con el archipiélago japonés. Después de dos mess de navegación por las Pequeñas Antillas (la Española, Sto. Domingo, y Cuba) sin descubrir las riquezas descritas por Marco Polo, regresan a Europa.Antes de su muerte, casi en desgracia (1506) Cristóbal Colón realizó otros tres viajes más, mezclando los primeros pasos de la explotación y la colonización con la

149

Page 150: Medieval España II

exploración propiamente dicha. En 1493-1494 (su segundo viaje), precisa la geografía de las Antillas, y en 1498 (tercer viaje) el almirante toca las costas de Venezuela antes de establecerse en Sto. Domingo, de donde el gobernador Bobadilla le enviará como prisionero en 1500 a España, con la supresión de sus privilegios salvo los títulos de Virrey y Almirante. Finalmente, en 1502-04 bordea el istmo americano buscando la ruta de las Indias sin adivinar el descubrimiento de un mundo nuevo.Aparte de la polémica que rodea la fig. de Colón y sus intenciones cuando preparó la expedición que habría de llevarle a América, lo que es incuestionable es la tenacidad, convicción y firmeza con que defendió ante Juan II de Portugal primero, y los RRCC, después, la posibilidad de efectuar descubrimientos de tierras e islas en el Atlántico, navegando rumbo a OccidenteUna vez acabada la magna empresa de la Reconquista, los RRCC firman las capitulaciones de Santa Fe con Colón (17-4-1492); en ellas se declara el señorío del Océano por parte de los monarcas, o sea de Canarias hacia Occidente. Colón reivindica estos espacios porque, poseedor del secreto del piloto anónimo, sabía que había tierras a unas 700-750 leguas al Oeste de la isla canaria de Hierro. En virtud de ello, los reyes le nombran virrey y gobernador. El descubrimiento tuvo lugar el 12-10-1492. Colón utilizó la ruta de los alisios. Abordó el continente americano por el Caribe (Bahamas, Haití, Cuba) y procuró ubicar las nuevas tierras dentro del cuadro continental conocido por los contemporáneos, del cual él sabía los rasgos generales gracias a sus lecturas geográficas. Nace entonces en el almirante la obsesión de haber alcanzado las islas orientales de Asia (Japón) o aún la propia tierra firme del continente. Con esta convicción regresó la flota a España, donde la corte real se preocupaba de garantizarse la posesión de las tierras descubiertas en las “Indias”.La genialidad de Colón, basada en su fe ciega de llegar a las Indias, no le permitió percatarse que había llegado a una tierra nueva, cosa que a la altura del 3er. vieja ya se daba por supuesto en la Corte y en los círculos informados. Colón creyó tras su 2º viaje que había llegado a la puerta de las Indias, que Cuba era tierra firme asiática y que el descubrimiento de depósitos de perlas cerca de la I. Margarita era prueba de la mítica riqueza asiática. Estas falsas creencias fueron el fundamento de su error, error que fue corregido por la Corona, que rescató de manos de Colón las facultades de gobernación ante el volumen y total novedad de lo descubierto, dejándole las facultades de explorador y almirante. En 1513, finalmente, Núñez de Balboa atravesaba el istmo de Panamá y descubría el Mar del Sur (Océano Pacífico). Se descubría así una barrera continental entre Europa y la India por Occidente, casi al mismo tiempo que los portugueses alcanzaban las islas de las Especias.En vida de Colón, la Corona ya hizo de la empresa de descubrimiento y conquista una tarea de Estado. Para ello tuvo que arbitrar todo un sistema institucional en España y en América para que hubiera igualdad de trato a los súbditos de los dos continentes. Tal labor comenzó con la creación de la Casa de Contratación en Sevilla (20-1-1503).Los españoles colonizaron sobre todo las Antillas a partir de la isla de La Española:

150

Page 151: Medieval España II

Puerto Rico, Cuba,… A su vez Cuba fue la plataforma para conquistar el continente por los dos lados: la Florida y la costa mexicana al Norte de Yucatán. Las otras grandes conquistas y colonizaciones consiguientes fueron la de México y la de Perú. En poco más de 30 años, los conquistadores habían acabado con las frágiles civilizaciones indígenas, lo cual les proporciona unos 3 millones de km2. La expansión de América se asentó en la transmisión de la soberanía del rey de las Españas a los reinos de las Indias, de los cuales el monarca español se consideraba heredero. La creación de los virreinatos de Nueva España y del Perú como delegación suprema del rey responde a esta concepción.El descubrimiento de Núñez de Balboa planteó el problema de hallar un paso marítimo que salvara el obstáculo de América en el camino a las Indias. En 1520 tras la desafortunada expedición de Solís (1515), el portugués Fernando de Magallanes encuentra en la ruta del SO. El paso que hoy lleva su nombre, entre el S. de América y Tierra del Fuego. La expedición continuó por el Pacífico hasta las Filipinas y las propias islas de las Especias, donde se dieron la mano marineros lusos e hispanos.

TEMA 14

SOCIEDAD Y ECONOMÍA DE LOS REINOS PENINSULARES EN LA BAJA EDAD MEDIA.

1. La crisis de la Baja Edad Media

En Historia las crisis se explican como épocas de cambio, refiriéndonos a las crisis de larga duración a cuyo término ha ocurrido la consolidación transformada y renovada de un sistema social, o se ha cambiado un sistema por otro. La primera variedad es la más frecuente.

La nueva situación que nació en Occidente en los años sesenta y setenta del siglo XIII ha sido comprendida por diversos autores como un proceso de “cierre”. Esto se aplica a un largo periodo de tiempo y a realidades complejas.

El estudio de las crisis y transformaciones de las sociedades europeas de la Baja Edad Media se suelen abordar desde varios puntos de vista. El primero, el socioeconómico¸ se suele centrar en el análisis de la renta rural y de sus efectos en las aristocracias en sus relaciones con los campesinos. El segundo, se refiere a los procesos de concentración del poder político y perfeccionamiento medios institucionales, fiscales y militares que desemboca en la consecución de nuevas formas de Estado. El tercero es la crisis de religiosidad y de las jerarquías eclesiásticas. El cuarto punto alude a los cambios en la sensibilidad y la novedad de las creaciones intelectuales y artísticas.

Predominan las explicaciones que se refieren al aspecto socioeconómico, pero hay que saber combinar los distintos elementos. Es preciso diferencias entre elementos coyunturales y estructurales. Los primeros se refieren a episodios cortos que podrían no haberse dado pero que con su presencia han introducido elementos en el devenir

151

Page 152: Medieval España II

histórico. Los segundos se refieren a movimientos de fondo que transforman a media y larga duración. Hay que ir más allá de los movimientos críticos y descubrir las características de la fase larga de contracción demográfica y económica que se extendió durante el siglo XIV.

Las explicaciones de las grandes líneas han incorporado mayor carga teórica en algunos casos de tipo maltusiano en otros de tipo marxista dentro de las reflexiones sobre la transición del feudalismo al capitalismo, sobre una crisis global del sistema poniendo el acento en las relaciones sociales establecidas a partir de la economía campesina, porque será en el mundo rural donde se vea el enfrentamiento entre clases antagónicas, entre campesinos y señores.

El sistema económico incorporará novedades de peso en la Baja Edad Media: desarrollo de la economía mercantil y manufacturera, el mundo de los intercambios, de las sociedades urbanas, el uso cada vez más denso y rápido de la moneda, sujeto a sistemas de extracción nuevas. Estos aspectos han de tenerse en cuenta y que fueron consecuencia e influyeron en la crisis de la renta rural. Merced a aquellos cambios se llegó a producir una reorganización global de espacios y cierta flexibilización de las relaciones económicas. El desencadenante de las alteraciones monetarias y la intensificación del uso de la moneda, forma parte del crecimiento de las actividades económicas y los procesos de concentración del poder político.

Una observación amplia de la realidad permite apreciar como las transformaciones políticas y jurídicas del siglo XIII y el desarrollo paralelo de nuevos instrumentos monetarios y fiscales en manos de los reyes. Tal sería el caso de Castilla bajo Alfonso X (1252-1284). Estado moderno no es consecuencia de la crisis del siglo XIV sino su origen anterior fue una de las causas de la crisis. La epidemia de 1348, las guerras y perturbaciones convirtieron la crisis en catástrofe.

2. La población y su reparto.

Las cifras de población aparecen sueltas en crónicas y documentos no siempre son fiables , solo contamos con las estimadas de censos fiscales o militares que no tenían una finalidad demográfica y se referían solo a una parte de la población (cabezas de familia o varones en edad de combatir).

Se estima que Cataluña pudo superar el medio millón de habitantes pero que en 1358 habría descendido a 425.000. La pérdida continuó y en 1497 tendría unos 300.000. El Reino de Aragón tendría unos 200.000 a comienzos del siglo XV y 250.000 en 1495. En Valencia muchas zonas rurales continuaron perdiendo población y se estima una población de unos 250.00 a finales del siglo XV. En la Corona de Castilla no hay padrones antes de 1528-1534, aunque hay alguno de ámbito local. El investigador ha de apelar a indicadores indirectos. Había unos 4 millones alrededor de 1500 y otros 250.000 en el reino de Granada.

La distribución del poblamiento rural y urbano se modificó en los siglos XIV y XV. En las áreas rurales el fenómeno de los despoblados no obedecía solo a las mortandades provocadas por las epidemias sino también a la reconversión de las tierras agrarias, al éxodo a las ciudades o a la concentración en menor número de núcleos pro motivos de racionalidad económica. La política repobladora de muchos nobles se lleva a cabo en sus señoríos en el siglo XV a costa de

152

Page 153: Medieval España II

lugares próximos de realengo, aunque las nuevas poblaciones también se dieron en realengo que compensaron en algunas regiones el fenómeno de los despoblados.

En lo que se refiere a los núcleos urbanos el hecho más característico en el siglo XV fue el crecimiento de población, sobre todo cuando el entorno aseguraba un buen avituallamiento y la acumulación en la ciudad de rentas de origen rural. En general se considera que las condiciones mínimas de vida urbana comenzaban con 200 vecinos o fuegos. Además emergían sobre un fondo de población rural que comprendía al menos el 80% de los habitantes. En Cataluña en el siglo XIV solo 49 núcleos superaba los 1200 fuegos. En el reino de Valencia solo la capital se había beneficiado de un fuerte crecimiento.

Las mayores concentraciones urbanas se daban en Andalucía.

3. Agricultura, ganadería y pesca.

Tres factores intervinieron en los cambios en el sector agrario: la crisis poblacional, la integración con la actividad comercial y la búsqueda de mejores formas de rentabilidad de la tierra. Las respuestas a estos cambios variaron de unos momentos y regiones a otros.

La crisis produjo despoblados, mortandad, descenso de la demanda, abandono de tierras cultivadas, ascensos de salarios y costos debido a la escasez de la mano de obra. En el siglo XV hubo una tendencia hacia la reducción de las rentas agrarias y los titulares buscaron nuevas formas de relación laboral en medio de tensiones sociales: cesión de usufructo con plazos más cortos y cuando fue posible se ejercieron derechos jurisdiccionales para obtener más ingresos. Cuando cambia la tendencia en el siglo XV y empiezan a haber noticias de roturaciones y puesta en explotación de tierras. Invertir en la tierra vuelve a ser un buen negocio. Y la tendencia a la concentración de la propiedad es un indicador de consolidación de la aristocracia. En algunas partes se observan pleitos entre propietarios y jornaleros (solariegos y hombres de behetría, pageses de remença o las revueltas de los irmandiños gallegos).

Ya no se cultiva solo en función del consumo local sino pensando en formas más beneficiosa de comercialización en los mercados urbanos o exteriores, lo que estimulaba tendencias de especialización de cultivos. Se invierte en actividades agrarias a través de préstamos a largo plazo e incluso de anticipos sobre las cosechas. Por el mismo motivo aumentan las explotaciones ganaderas y el comercio de sus productos.

El gran auge de la trashumancia de ganado ovino en Castilla se debe a la creciente demanda de lana merina en los mercados de Flandes en el siglo XV. A favorecer los negocios ganaderos confluían intereses de la Hacienda real, el de los caballeros que dominaban los gobiernos municipales y el de los grandes propietarios dueños de las tierras de pasto. La institución más importante fue el Honrado Concejo de la Mesta que desde tiempos de Alfonso X organizaba los desplazamientos a los pastos de verano usando la cañadas protegidas. Los socios ganaderos eran uno tres il en el siglo XV y la trashumancia afectaba casi a tres millones de cabezas.

La crisis de abastecimiento de cereales no obedecía a una insuficiente extensión de los cultivos sino a motivos coyunturales o de especulación y exportación excesiva.

153

Page 154: Medieval España II

Los progresos en las técnicas de navegación y dominio del mar permitieron mejor aprovechamientos de los recursos pesqueros y una expansión del consumo incluso en el interior en forma de pescado seco o salado.

4. El comercio y las actividades manufactureras.

Un aspecto común sería la importancia que tiene la artesanía y el comercio en el abastecimiento de los núcleos urbanos y da las zonas rurales vinculadas a ellos. Era el principal motor de la actividad tanto a nivel local como comarcal, ya que nunca faltaba en ninguna ciudad ni la actividad artesana ni los servicios que asegurasen el abastecimiento.

La organización institucional del trabajo artesano se desarrolló por completo a mediados del siglo XII y finales del XV. El control de los oficios de cada ramo de actividad corría a cargo del poder municipal, herencia de la organización andalusí. Aunque en algunos oficios ya se organizaron con formas propias, siguiendo modelos propios del mundo europeo. Cada corporación artesanal autónoma para fijar aspectos de disciplina común y resolución de litigios profesionales entre maestros asociados, titulares de talleres.

En la Corona de Aragón los oficios proporcionaron los miembros de los consejos municipales, en la Corona de Castilla se mantuvieron al margen del poder local. El avituallamiento de las demandas cotidianas eran una parte muy importante en los núcleos urbanos, lo que explicaría las continuas intervenciones municipales.

El régimen de oficios podía ser adecuado para la regulación de la producción y venta de productos destinados al mercado local, pero no lo era tanto para las manufacturas destinadas al gran comercio. Aquí los grandes mercaderes controlaban las calidades y precios e imponían sus intereses. Frecuentemente el proceso productivo se hallaba al margen de las ordenanzas y constricciones gremiales.

El desarrollo del imperio de los mercaderes catalanes se inicia en el siglo XIII y se recuperó en tiempos de Fernando el Católico. Gran parte de la economía catalana se organizó en torno al gran comercio, con su sede principal en Barcelona. Se fueron haciendo presentes en los puertos del Magreb y de Grecia y el Próximo Oriente, finalmente llegaron a Sicilia, Cerdeña y Nápoles. Barcelona se convirtió en el centro de una compleja red de circuitos comerciales. Al uso de barcos propios se añadía el flete de otros barcos procedentes de regiones atlánticas como Vizcaya con sus propios maestres y tripulaciones.

Del comercio con el Magreb se obtenía un saldo positivo procediendo de allí cueros, cera o esclavos. De Sicilia s e obtenía trigo, aunque el grueso de las importaciones catalanas lo constituían las especias. Los catalanes llegaron a tener un alojamiento propio o fondaco en Alejandría.

Hacia 1440 el comercio italiano y de Levante representaba la mitad del realizado por los comerciantes catalanes. También había tráfico hacia o desde otras tierras de la Península

154

Page 155: Medieval España II

Ibérica ya que precisaban productos agrarios y materias primas. También estuvieron presentes en Brujas y Londres.

En conjunto, el comercio exterior catalán, por el conjunto de los productos y rutas además de por el protagonismo de sus mercaderes fue uno de los fenómenos sobresalientes de la economía hispánica en la Baja Edad Media. No fue el único ya que Aragón también comercio pero solamente con Castilla y Cataluña.

En el siglo XV Valencia se convirtió en plaza principal convirtiéndose en un centro mercantil de gran orden. La ciudad ofrecía una variada gama de productos y servía de salida natural de los productos castellanos, además se convirtió en el nexo de comunicación con Sevilla y otros puertos peninsulares atlánticos. Valencia fue plaza de almacén, banca y tráfico de dineros, fletes y negocios. Pero el control de las actividades estuvo a menudo en manos de extranjeros. La ciudad alcanzó a finales del siglo XV un momento de apogeo y prosperidad.

La expansión del comercio castellano era ya notable a mediados del siglo XIII, se había consolidado con los primeros Trastámara, llegando su mejor momento a mediados del siglo XV. Las distintas zonas fueron integrando sus actividades mediante la formación de redes de rutas terrestres y el uso de ferias. El contacto entre las distintas fachadas litorales facilitó el avituallamiento de productos alimenticios. El comercio entre reinos fronterizo fue intenso como así lo muestran las aduanas cobradas.

El comercio castellano con la zona del Mar del Norte alcanzó en el siglo XV-XVI su apogeo y estuvo casi por completo en manos de nacionales. Los marineros castellanos y vascos transportaban casi siempre lana y metales de hierro y traían pañería flamenca y manufacturas de metal. También hacían escalas en sus viajes transportando productos ajenos de un punto a otro. Flandes era el término principal de aquellos viajes, en especial Brujas y a finales del s XV Amberes. Las costas andaluzas conocieron en el siglo XV un tiempo de esplendor mercantil ya que su posición de cruce de rutas hacía que recalasen números barcos de diversos países para avituallarse. Ofrecían una amplia gama de productos africanos. De entre los mercaderes extranjeros destacaron los genoveses que tuvieron colonia fija en Sevilla.

La oferta castellana era básicamente de materias primas, como la lana. Se caracterizaba por los transportes navales, su situación privilegiada y su relación directa con los mercados africanos y la amplia posibilidad de servir como base. Su demanda eran manufacturas y capital mercantil. Pero la insuficiencia de manufacturas de Castilla no eran un signo de pobreza sino el resultado de sus opciones económicas. Ya que un país con notables recursos y excedente agrícola tenía estas opciones gobernada por fuerzas sociales más poderosas. El insuficiente desarrollo manufacturero perjudicaba a algunos sectores, mercaderes y artesanos urbanos. En algún caso podía dañar intereses generales. Como la manufactura textil en el segundo tercio del siglo XV.

5. Nobleza y aristocracia.

En este grupo no solo se integraba la nobleza de sangre sino otras personas que compartían privilegios y características propias del estamento. Era el caso de muchos caballeros de Castilla.

Las características son: percepción de rentas agrarias, participación en la comercialización de productos agrícolas y ganaderos, su protagonismo político y las rentas procedentes de la

155

Page 156: Medieval España II

actividad militar, así como de la participación en las administraciones municipales y eclesiásticas. A la percepción de rentas se añaden las exenciones y honras que se les reconocían, donde la función guerrera y política de la aristocracia justificaba este orden social basado en los principios de jerarquía.

La mentalidad aristocrática se manifestaba a través de unas pautas de comportamiento propios de la caballería entendida esta como una forma de vida. Pero no era una actitud individual sino parte de una red de relaciones de grupo.

Los linajes se organizaban de raíz patrilineal para asegurar la solidaridad de grupo, y asignaban funciones a los varones y las mujeres que se integraban en él. Asegurar el poder político y mantener unido por vía hereditaria el conjunto del patrimonio, concentrándolo en la mediad de lo posible en un solo heredero.

El linaje y clientela en torno suyo era una red de solidaridades que incluía a miembros de la misma sangre, a criados y vasallos en torno a la autoridad del pariente mayor. Se daban bandos que luchaban por el poder de base familiar.

Las características sociales del grupo noble se expresan a la perfección en los grandes de Castilla del siglo XV, situados frente a los linajes que habían crecido durante la llegada de los Trastámara. Durante los siglos XII y XIII se sustituyeron los linajes tradicionales por otros nuevos que se beneficiaron de los señoríos jurisdiccionales y de los títulos. La Corona de Aragón y Navarra también renovó la alta nobleza y también consolidó su poderío jurisdiccional. En Valencia la promoción de algunos linajes es más tardía aunque habían numerosos enclaves con jurisdicción limitada.

La media y baja nobleza, junto a los caballeros dominaban el poder en las ciudades y las villas. A través de ellos se articulaba la acción política de los reyes, defendiendo los ideales de vida nobiliarios. Se estima que un 10% de la población eran hidalgos. Las regiones del norte tenían mayor número de pequeños nobles e hidalgos.

6. Grupos sociales urbanos.

Ciudades y villas eran jurídicamente diferentes, muchas tenían sujetas a ellas alfoces y tierras rurales, en las que se alzaban aldeas y pueblos. La ciudad no era una isla separada totalmente del campo y en ella vivían grupos dedicados a actividades agrarias y aristócratas cuyas rentas procedían del campo.

Pero las sociedades urbanas tenían sus propias características: dedicación económica a la artesanía, el comercio y los servicios en espacios reducidos; mayor peso de la riqueza mueble y de las profesiones en los fenómenos de estratificación social; situaciones de marginalidad más variadas y frecuentes.

Solo un 3% de los vecinos formaba parte de las élites urbanas, eran los llamados caballeros y hombres buenos en Castilla o ciudadanos honrados en la Corona de Aragón. En torno al 25% disponía de un nivel medio de riqueza y disponía de una profesión sólida. El resto del 70 % eran artesanos, comerciantes y asalariados en situación de empleo estable pero sin capacidad de ahorro. Por debajo de ellos estaban los que vivían en casa de otros o estaban en los grupos

156

Page 157: Medieval España II

marginales. En la ciudad también habitaba el clero, las minorías judías y musulmanas súbditas del rey.

La cúspide de las sociedades urbanas estaba formada por aquellas élites dueñas de casi todo el poder político, de privilegios jurídicos y exenciones de impuestos que se asemejaban a la pequeña nobleza, sobre todo en Castilla. En la Corona de Aragón la nobleza había conservado formas de vida rural incluso cuando vivía en las ciudades, los patriciados urbanos y los mercaderes principales tenían un tren de vida aristocrático y procuraban asimilarse a la nobleza, adquiriendo incluso la condición de rentistas.El resto del vecindario lo formaba el común de la población, sin ningún tipo de privilegios salvo alguno a título personal y transitorio. Los grupos medianos formaban parte del común del vecindario pero disponían de cierto nivel económico aunque estaban al margen del poder municipal. En Castilla tenían una participación limitada en él pero en Aragón estaban sujetos a las directrices de los señores de la tierra. La toma de conciencia aumentó desde mediados del siglo XV, estando presente en la lucha de partidos como la “biga y la Busca” en Barcelona. Fue parte importante en el malestar que desembocó en las revueltas castellana de las comunidades o valenciana de las germanías.

Por debajo de la masa del vecindario estaba la marginalidad y la precariedad. En las ciudades bajomedievales se multiplicaron los medios de asistencia y control bajo la forma de pequeños hospitales municipales y cofradías.

7. Los campesinos.

El 80% de la población formaba el campesinado, cada época introducía sus cambios dentro de la continuidad de fundamentos del sistema social. Los cambios bajo medievales dieron pie en algunas zonas a la promoción de grupos campesinos con cierta capacidad económica, propietarios de la tierra y ganados a los que sumaban el arrendamiento de otras fincas, el uso de bienes comunales y el control del poder local. Las posibilidades que abría un el comercio benefició a esta capa de campesinos, pero en general también aumentó la dependencia de las ciudades.

Ni siquiera los campesinos privilegiados jurídicamente del norte tenían una buena posición económica. Muchos hidalgos de las zonas cantábricas vivían en condiciones precarias. La situación era peor para los campesinos no propietarios ya que la incidencia de la depresión había acentuado la situación de merma de libertades. Las revueltas de campesinos fueron en el marco de movimientos sociales más amplios que tuvieron mucho que ver con esos motivos. Las tensiones sociales debidas al rechazo del poder señorial, y a veces a las ciudades de realengo, fueron muchas veces protagonizadas por campesinos propietarios y no faltaron episodios de violencia ni abusos señoriales. Pero lo común era la situación de avenencia y la resolución de problemas por la vía judicial. Buena parte del campesinado tenía regímenes bastante estables de arrendamiento, pero en el sur aumentó el número de temporeros.

En Cataluña vieja los pagessos de remença, unos 15000-20.000 hogares, estaban sujetos al pago de una redimenta. Esta cambiaba a voluntad del señor o según los malos usos. Los litigios contra los señores comenzaron en 1338 habiendo picos de violencia en 1416 y 1445, también durante la guerra civil. Hasta que Fernando el Católico limitó la remença a una

157

Page 158: Medieval España II

cantidad fija, después de la cual el campesino quedaría libre para siempre del gravamen. Esta podría pagarse a plazos.

En los señoríos aragoneses los campesinos estaban completamente sujetos a la tierra y a la jurisdicción de los señores en una situación próxima a la “segunda servidumbre” que se observa también en otras zonas de Europa.

Buena parte de las tensiones sociales se descargaron sobre las minorías no cristianas, y no en los puntos de fractura social. Las líneas de fracturas más activa no siempre eran las que separaban las clases sino las que identificaban grupos verticalmente. Los musulmanes no sufrieron violencia, salvo en Valencia, pero sí formas sociales de depresión, la salida fue su conversión.

8. El proceso de señorialización y las revueltas populares en Castilla.

Las luchas políticas generaron o agravaron otros problemas sociales. Las violencias señoriales y las resistencias que desencadenaron, así como las tensiones contra judíos y conversos formaron un telón de fondo.

Las causas de las violencias señoriales eran: las usurpaciones de las rentas reales y las apropiaciones de jurisdicciones pertenecientes a ciudades y villas del patrimonio real.

Las tomas de rentas eran muy difíciles de resolver en tiempo de guerra. El problema consistía en que algunos particulares se apropiaban de tributos que en derecho pertenecían a la Hacienda Real a cuenta de sueldos pendientes. Lo preocupante era que la corona lo permitía. Enrique IV y Alfonso concedieron con demasiada generosidad esta especie de patentes de coros que facultaban a sus nobles a tomarse la justicia por su mano. La gravedad de las tomas estriba en que premiaban la fuerza y penaba al contribuyente al que solo le quedaba protestar o rebelarse. Los mismos males aquejaban las rentas extraordinarias.

Las apropiaciones jurisdiccionales obedecían a circunstancias semejantes ya que el rey las autorizaba con una carta de privilegio aunque a veces se hacía sin pedir permiso a nadie. Una aldea, villa o territorio pasaba del patrimonio real a formar parte de un señorío. Las ciudades representadas en Cortes protestaron enérgicamente pero con escaso éxito.

Las tomas y usurpaciones demuestran que las rentas ordinarias estaban gran parte enajenadas en manos de terceras personas. También era un problema para la Hacienda los juros que gravaban estas rentas llegándose al caso de que ninguno de los propietarios de un juro pudiese cobrar lo que por derecho le pertenecía ya que había una larga lista de espera. Entre los damnificados estaban instituciones eclesiásticas e hidalgos que quedaban así expuestos a la pobreza, los grandes siempre solían cobrar sus juros. Algunas regiones soportaban mayor deuda pública que otras lo que agravaba más las desigualdades.

Hubo decisiones desafortunadas como la de Enrique IV de pagar servicios de armas prestados mediante cartas de hidalguía lo que no solo ascendió a personas poco adecuadas sino que disminuyó las base contribuyente.

Ante estas corrupciones abundaron las noticias de reacciones de villas y lugares que se negaban a la llegada de un nuevo seño, como el caso de Fuenteovejuna en 1476. Pero por

158

Page 159: Medieval España II

encima de las reacciones locales surgió la respuesta colectiva a través de las Hermandades. Siguiendo las instrucciones del rey muchos concejos castellanos se hermanaron durante la guerra civil para defender la causa de Enrique IV y evitar la violencia privada. En zonas alejadas como Galicia la Hermandad desencadenó un problema de violencia social con enormes consecuencias (revuelta de los irmandiños 1467-1469). Durante un año los nobles vieron atacadas sus fortalezas por un grupo de hermandades dirigidas por miembros segundones de las familias nobles. Solo la reacción concentrada de los principales linajes fue capaz de derrotar el movimiento.

Durante el reinado de los Reyes Católicos la extensión de las hermandades hizo posible la pacificación del territorio.

Los problemas de convivencia entre cristianos viejos y nuevos provocaron nuevas dosis de violencia. También las alteraciones monetarias provocaron desabastecimientos, acaparamiento de bienes y subidas bruscas de precios, con consecuencias terribles para las capas más humilde de población.

9. Levantamientos antiseñoriales y agitación social en los reinos orientales hispánicos.

La grave crisis económica y social de los diversos reinos españoles afectaba especialmente a Cataluña con el nombre de desgavell. Dos fenómenos concurrían en el Principado: la opresión de los campesinos y la crisis económica de la ciudad de Barcelona. El rey Don Fernando había tomado contacto con el problema ya en 1479 cuando asumió la dirección del asunto y sus medidas.

La crisis se extendió a toda la Corona de Aragón, excepto Valencia, permitiendo una proliferación del bandolerismo especialmente en las tierras altas de Cataluña donde el conde de Pallars sostenía la revuelta. En 1480 intentó introducir una Hermandad General como en Castilla.

Para la recuperación de Aragón bastaba con restablecer el orden y reducir los gastos, no ocurría lo mismo en Cataluña. Sobre todo en Barcelona donde faltaban los recursos precisos para superar el déficit. En las Cortes de Barcelona de 1481 se tomaron alguna tímidas medidas. El conceller en cap de aquel año definió un programa de tres puntos aceptado por los Reyes Católicos: la amortización de censales, la reducción del salario de los oficiales del Consell de Cent y el establecimiento de una contribución al creo hasta entonces exento de cargas. El conceller en cap de 1483 convirtió este programa en un plan más detallado en el que se incorporaron la contribución de las localidades del término de la ciudad y el restablecimiento del antiguo impuesto sobre la carne y el vino.

Ninguna solución podía ser efectiva mientras el problema de la servidumbre de los campesinos estuviera vigente. Es por ello que para solucionarlo en 1489 Don Fernando dicto una sentencia arbitral por la que se abolían los seis malos usos señoriales y los payeses alcanzaban la libertad conservando la tierra, debían pagar una indemnización por la tierra a sus señores y por los daños causados por las revueltas.

159

Page 160: Medieval España II

La recuperación de Cataluña pasaba por la reforma de la administración municipal pero es en 1487, tras la toma de Málaga, donde Don Fernando se decidió a realizar las reformas necesarias de Aragón, se impuso a los jurados de Zaragoza y nombró por sí mismo un concejo municipal. Además decretó la obligatoriedad de pertenecer a la Hermandad General, renovó la Inquisición en los tres reinos. Cuando en 1488 se reunieron las Corte en Aragon el rey disponía de los resortes para imponer sus decisiones. Fue esta una auténtica revolución silenciosa ante la que apenas se alzaron voces.

Los objetivos en relación con Cataluña estaban bien definidos: el saneamiento de la Hacienda y la consecución de un mayor control regio sobre las más altas instituciones catalanas, la Generalitat y el Consell de Cent de Barcelona. Las Cortes de 1481 habían dejado claro que lo primero era inseparable de lo segundo.

En 1486 a la par que se reformaba la Diputación aragonesa se decidió Fernando a abordar el problema del Principado. Designó directamente un nuevo General, no hubo protestas sino más bien aplausos. La economía experimentó una tímida recuperación.

TEMA 15

CULTURA, PENSAMIENTO Y VIDA COTIDIANA EN LA BAJA EDAD MEDIA (SIGLO XV).

1.- HUMANISMO Y RENACIMIENTO

Introducción

Entre 1350 y 1550 la sociedad europea occidental conoció y vivió una auténtica revolución espiritual, una crisis de perfiles muy nítidos en todos los órdenes de la vida; una profunda transformación del conjunto de los valores económicos, políticos, sociales, filosóficos, religiosos y estéticos que habían constituido la vieja civilización medieval, aquella que había sido definida, con un cierto desprecio, como la edad de las tinieblas. La imagen que historiográficamente poseemos de aquel período que denominamos Renacimiento es, por consiguiente, la de una época cuyo común denominador fue la transformación, la renovación y la creación de nuevos códigos de conducta. Son precisamente éstos los términos más utilizados por Burckhardt para caracterizarla: el Renacimiento es una época de ruptura con el oscurantismo medieval, un período de renovación del arte y de las letras, de recuperación y de acercamiento a los clásicos, de restauración de la antigüedad, de un uso novedoso de la razón en todos los campos del saber. Asimismo, el período se caracteriza por la aparición de un fuerte proceso de secularización de la vida política y por la presencia de una escuela de pensamiento nueva, el Humanismo.

El término Renacimiento adquirió su sentido actual hacia 1860 cuando J. Burckhardt publicó "La civilización del Renacimiento en Italia". Es cierto que otros historiadores

160

Page 161: Medieval España II

habían empleado la palabra más o menos en idéntico sentido, pero sólo gracias a Burckhardt el vocablo pasó a definir un período concreto, con sus propias y peculiares características y acabó convirtiéndose en un concepto histórico. Con todo, el término implica una noción comparativa. Por consiguiente, para conocer su contenido originario será necesario acudir a las obras de aquellos que crearon el término para denominar su propia época.

Humanismo

Movimiento intelectual desarrollado en Europa durante los s. XIV y XV que, rompiendo las tradiciones escolásticas medievales y exaltando en su totalidad las cualidades propias de la naturaleza humana, pretendía descubrir al hombre y dar un sentido racional a la vida tomando como maestros a los clásicos griegos y latinos, cuyas obras exhumó y estudió con entusiasmo

El Humanismo instaura una actitud que, sin cuestionar, en general, lo religioso, impone el reconocimiento de los derechos terrenales de los humanos; como consecuencia de esta nueva mentalidad, los humanistas hablan de la dignidad del hombre, independizan la filosofía de la teología y desean que la razón actúe en zonas antes reservadas a la fe revelada.

Factores del humanismo

La emigración de sabios griegos: Debido a que el imperio bizantino estaba siendo asediado por los turcos, muchos de ellos buscaron refugio en Europa Occidental, especialmente en Italia, llevando con ellos textos greco latinos, promoviendo la difusión de la cultura, los valores y el idioma griego.

La invención de la imprenta: Este invento de Gutemberg permitió el abaratamiento del costo y la difusión de los libros, permitiendo la masiva difusión de ideas humanistas.

La acción de los mecenas: Los mecenas eran personas que con su protección política o con su contribución de materiales, facilitaron el desarrollo del Humanismo. Estas personas reunían obras clásicas y llamaban a eruditos conocedores de la literatura griega y romana, además por si eso fuera poco, los acogían en sus palacios. Entre los mecenas más destacados sobresalen: la familia de los Médicis de Florencia Lorenzo de Médicis, llamado el Magnífico y su hermano Juliano de Médicis, los pontífices romanos Julio II y León X, Cristina de Suecia.

Las universidades y las escuelas: las universidades (como la de Alcalá de Henares, Lovaina, etc.) y las escuelas del siglo XV contribuyeron en gran parte a la expansión del Humanismo por toda Europa.

Características del humanismo

161

Page 162: Medieval España II

- Se trabajó con mucho entusiasmo para estudiar las obras de la antigüedad, con la ayuda de príncipes y pontífices.

- Se desarrolló una mentalidad erudita, crítica y apasionada por las artes y las ciencias.

- Descubrimientos geográficos y técnicos.- Se creó el orgullo y el individualismo del hombre renacentista.- Tuvo un carácter literario.- Rechazaba la visión teocrática del Medioevo, defendía una concepción

antropocéntrica del Universo.- Era la permanente búsqueda de un ideal de equilibrio y armonía.- Se inclinó hacia las escuelas neoplatónicas, filtradas por el cristianismo.- Su finalidad era un nuevo examen del hombre y su mundo, tomando como

maestros y ejemplo los autores clásicos.- El hombre y la naturaleza se convierten en los dos polos de la cultura y de la vida

renacentista.-Importancia del humanismo

Gracias a las nuevas tendencias surgieron importantes adelantos. Uno de los más relevantes fue la invención de la imprenta por el alemán Johanes Gutemberg, alrededor del año 1450. Después de arduos años de trabajo, logró crear letras metálicas que podían ser colocadas una al lado de la otra para luego entintarlas y así imprimir muchas copias de un texto. Este invento, que hoy en día nos parece tan obvio, marcó una gran diferencia en su época. También, la imprenta permitió la rápida divulgación de los escritos de Lutero y de las protestantes.

Renacimiento

Fue un periodo en el que se revalorizo la antigüedad clásica y se inicio un ciclo muy activo en el que la crítica jugaba un papel importantísimo.

Es uno de los grandes momentos de la historia universal que marco el paso de mundo medieval al mundo moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregno todos los ámbitos yendo por tanto, mas allá de lo puramente artístico como ha querido verse.

Según otros es un periodo que surge desde el descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera que no se produce hasta que Copérnico descubre el sistema heliocéntrico.

Es ante todo un espíritu que transforma no solo las artes, sino también las ciencias, las letras y formas de pensamiento.

En líneas generales se puede considerar el arte renacentista como una exaltación del hombre y del mundo, los dos ejes guiaban el pensamiento humanista de la época.

Orígenes del renacimiento

162

Page 163: Medieval España II

El renacimiento tuvo su origen en Italia en los siglos XIV y XV, llegando a su apogeo al iniciarse el siglo XVI. De Italia se extiende lentamente por Europa excepto Rusia. A lo largo de los cincuenta años que van desde 1520 a 1570, discurre la madura plenitud del Renacimiento y también se percibe su ocaso. Toda la Europa de Occidente toma parte ahora en el movimiento de las artes y de las letras. La recepción de los gustos italianos se generaliza, los grandes maestros surgen ya no solo en Italia, sino en todo el ámbito de las monarquías occidentales.

Pero el desarrollo normal de la cultura renacentista se ve afectada por el hecho simultáneo de las luchas religiosas derivadas de la revolución protestante. Así, en Alemania, se cortó el brote renacentista, al igual que en Francia con las guerras civiles de la segunda mitad de quinientos. Además en los países adheridos a las confesiones protestantes, el credo iconoclasta de los nuevos evangelios suprimió la ocasión de ejercitar el mecenazgo eclesiástico y, al menos en la pintura y la escultura, suprimió la temática abundante de los motivos iconográficos, con la rara salvedad de los temas bíblicos.

Causas del renacimiento

Conservación en universidades y conventos medievales de valiosos manuscritos de autores griegos y romanos. Uso del latín como lengua culta, que hacía posible la lectura de las obras clásicas. La presencia en tierra Italiana de ruinas romanas que tenían que despertar en los curiosos el deseo de conocer la civilización que había levantado tales monumentos.

Características del renacimiento

El renacimiento estuvo en Italia, y suele dividirse en tres etapas con los términos italianos trenceto (siglo XIV), Quattrocento (siglo XV) y Cinquecento (siglo XVI).

También sabemos que los artistas renacentistas concebían sus obras según los modelos de la antigüedad clásica. Sin embargo, le agregaron una cierta idealización. Belleza y armonía conjunta se convertían en un valor que debía representar las reglas naturales: el principio del orden divino sobre las cosas. Con este concepto, no existía peligro de entrar en conflicto con las ideas fundamentales del cristianismo.

Se estableció un modelo de belleza para las proporciones ideales del cuerpo humano y se clasificaron los estilos clásicos en diferentes tipos. Estas adopciones sentaron las bases de un arte más científico, caracterizado por la luminosidad y el equilibrio. El estudio de las leyes de la óptica dio como resultado la perspectiva central, que desde entonces y por más de 500 años ha dominado en pintura y escultura.

Durante el Renacimiento también cambió la condición del artista, que dejó de ser un artesano insertado en un gremio. Los principales artistas fueron acogidos por las clases

163

Page 164: Medieval España II

altas y surgió el concepto de artista en el sentido moderno, libre y entregado conscientemente a la expresión de sus actitudes personales y puntos de vista propios.

Conclusiones

- El humanismo y el renacimiento son movimientos culturales, que dan inicio a una época de florecimiento cultural.

- El humanismo habla del conocimiento del hombre.- El renacimiento es un movimiento de renovación cultural.- El humanismo cultivo la inteligencia, el espíritu crítico y la investigación.- En esta época se manifiesta el amor a la naturaleza a las ciencias y a la vida

terrenal.- Estos movimientos dio libertad de pensamiento y exaltación de la personalidad

humana.- Todo esto fue inspirado en la cultura clásica (Greco Romana).- Su máxima expresión se manifestó en las artes plásticas así como en las letras.- Predomino el espíritu creador.

2. EL PROCESO DE CREACIÓN DE UNA TRADICIÓN CULTURAL NACIONAL

Para la creación de la tradición cultural nacional se siguió:

- Control de la información y la imprenta. Los Reyes Católicos favorecieron la difusión de la imprenta en la Corona de Castilla, atrayendo a los impresores, favoreciendo su establecimiento y concediéndoles privilegios. Los orígenes de la imprenta en España están en manos de alemanes. Hasta 1477 son ellos los que ejercen el oficio de imprimir en exclusiva.

- Círculos cortesanos y humanistas castellanos. Está encabezado por Alonso de Palencia, secretario de los príncipes desde el momento de su matrimonio. El primer testimonio de su colaboración con los impresores es “Lo specchio della croce”.

- Imprenta y las lenguas vernáculas. La tipografía frenó el cambio lingüístico, enriqueció y estandarizó las lenguas vulgares y abrió el camino para la purificación y codificación de las lenguas. El arraigo patriótico comenzó cuando las escuelas de gramática comenzaron a enseñar a leer recurriendo a las lenguas vulgares y no al latín.

- Transformación del castellano en español. La imprenta actúa a favor del castellano que en menos de un siglo se convierte en español. No se produce unificación lingüística de la Península, ya que el portugués y el catalán continúan siendo lenguas de comunicación en sus dominios respectivos.

164

Page 165: Medieval España II

- Control de la ley y del derecho. Se produce por primera vez la recopilación de los textos legales entonces vigentes, que habían llegado a formar una masa heterogénea y completa difícilmente manejable, herencia del pasado, cuya situación desordenada constituía un importante factor de caos en la administración de justicia. Se comienza a fijar a través de la imprenta las diferentes disposiciones.

3. HUMANISMO Y ESTADO MODERNO EN EL SIGLO XV

El Estado moderno

1. En los siglos XV y XVI observamos el desarrollo del absolutismo político, cambio histórico que se verá reflejado en la filosofía política de la época. Entre los acontecimientos más significativos al respecto podemos considerar, en Inglaterra, la aparición del absolutismo de los Tudor, iniciado con Enrique VII (1485-1509), al establecer un poder monárquico centralizado al término de la guerra de las Dos Rosas. En España, el matrimonio de Fernando e Isabel, (1469), reunió los reinos de Castilla y Aragón bajo la misma corona, base del desarrollo del absolutismo español que culmina con Carlos V (1516-1556). También en Francia podemos situar el origen del absolutismo en 1453, al término de la guerra de los Cien Años. A diferencia de lo ocurrido en España, en Inglaterra y Francia los comerciantes apoyaron la centralización del poder, a expensas de la nobleza feudal. Ello no significa, por supuesto, que el despotismo monárquico fuera la única teoría política del Renacimiento, sino que debe interpretarse como la expresión de la necesidad de unidad ante las cambiantes circunstancias económicas e históricas. En este sentido, la defensa del absolutismo político es una consecuencia de la creencia de que sólo un poder centralizado, fuerte y sin apenas limitaciones, es capaz de controlar las fuerzas que tienden a la "disolución" de la sociedad.

2. A medida que el absolutismo político se impone se desarrolla la teorización sobre algunos problemas derivados de la justificación del poder. Entre ellos podemos destacar:

— La teoría del derecho divino de los Reyes y la limitación de su poder.— Las nuevas reflexiones sobre la naturaleza y las bases de la sociedad política. — El desarrollo de la conciencia nacional y su fundamento, justificación y límites. — Las nuevas reflexiones sobre la ley natural y los derechos naturales. La ley natural implicaría una limitación en el ejercicio del poder político y actuaría como fundamento de los derechos naturales (propiedad privada, herencia, etc...) de los individuos. — La reconsideración de la relación de la Iglesia con el Estado. — El desarrollo de las teorías del contrato como fundamento de la sociedad civil.

165

Page 166: Medieval España II

La filosofía política

A) Nicolás Maquiavelo (1469-1527)

1. Maquiavelo nace en Florencia en 1469, de familia noble, y recibe una educación esmerada. Participa activamente en la vida política hasta los 44 años, dedicándose entonces a la teoría política. Su obra más importante es "El Príncipe". Maquiavelo se interesó fundamentalmente por presentar la mecánica del gobierno, prescindiendo de las cuestiones morales, y formulando los medios por los cuales el poder político puede ser establecido y mantenido. En la medida en que el fin del Estado es garantizar la seguridad y el bienestar, el gobernante tiene derecho a valerse de medios inmorales para la consolidación y conservación del poder. El pensamiento de Maquiavelo está dominado por el realismo político: se ha de analizar el acto político puro, sin connotaciones trascendentes o morales. Este acto sólo es válido si resulta eficaz. Mediante este análisis pretende alcanzar las leyes inmutables y necesarias que rigen la historia del hombre, puesto que ésta se repite inexorablemente, pudiendo deducirse así lo que será la historia futura de la humanidad.

2. En este contexto, le resulta especialmente interesante el análisis de la personalidad del político. El político ha de ser una persona hábil, capaz de manipular situaciones valiéndose de cualquier medio; ha de poseer destreza, y una equilibrada combinación de fuerza y tesón, además de intuición para sortear los obstáculos que se le presente y una carencia total de escrúpulos. Ha de ser además capaz de actuar según los cambios momentáneos, buscando apoyos o forzando traiciones según las circunstancias. En consecuencia, el político no debe poseer virtud alguna, pero ha de estar en condiciones de simular poseerlas todas, lo que supone actuar con absoluta indiferencia ante el bien y el mal (amoral) con absoluto despotismo.

3. Respecto a las formas de gobierno, Maquiavelo considera la República como la mejor forma de gobierno posible, lo que parece difícilmente conciliable con su doctrina del despotismo político anteriormente expuesta. No obstante, el despotismo estaría justificado sólo como paso previo a la ordenación del Estado sobre el que se establecería la República. El despotismo político sería entonces un mal menor que conllevaría la posibilidad de establecer un gobierno republicano, es decir, un gobierno de la mayoría. El gobernante es bueno, es decir, justificable, por su eficacia, no por sus connotaciones ético-religiosas. No se trata de describir estados ideales, sino de gobernar estados reales. En definitiva, la "modernidad" de Maquiavelo parece radicar en el énfasis que puso en el Estado como un cuerpo soberano que mantiene su vigor y unidad mediante una política de fuerza, aunque no elaboró ninguna teoría sistemática e ni se preocupó tampoco nunca de hacerlo.

166

Page 167: Medieval España II

B) Tomás Moro (1478-1535)

1. Bajo la influencia platónica (de la "República") escribió una novela filosófica que describe un Estado Ideal en la Isla de Utopía, teniendo como fondo una idealización de la vida moral de su época y, al mismo tiempo, una crítica de las condiciones sociales y económicas. Aunque desconocía "El Príncipe" su obra iba dirigida contra el ideal del gobierno despótico defendido por Maquiavelo. Igualmente se opone a la explotación comercial y contiene ideas que reaparecen posteriormente en el socialismo.

2. En su novela nos presenta una sociedad agrícola, en contraste con una sociedad adquisitiva, cuya unidad central es la familia. No existe propiedad privada ni el dinero es el medio de intercambio. Los medios de vida están asegurados para todos, en vistas a la creación de tiempo libre que se emplearía en objetivos culturales. La libertad y la tolerancia religiosa, dentro del respeto de la religión natural, son las piedras angulares de la vida en Utopía, en la creencia de que la vida política y la moral no podrían ser disociadas.

3. La Utopía de Tomás Moro, aun conteniendo aspectos ilustrados y prácticos, es ante todo una idealización de las sociedades cooperativas del pasado y, en algunos aspectos, se opone al avance de las fuerzas y tendencias que darán paso a la modernidad (como la expansión del comercio y la separación de poderes, entre otras).

4. LOS PROBLEMAS DE LA IGLESIA: CONTESTACIÓN Y HEREJÍA.

Con la creación de la Inquisición las protestas contra sus abusos no tardaron en llegar a Roma. Sixto IV censuró en 1482 el rigor de las sentencias, las irregularidades procesales y el expolio de los bienes confiscados, pero no se atrevió a destituir a los inquisidores; de hecho, autorizó a los reyes para nombrar otros siete inquisidores para el resto del territorio castellano: entre ellos aparece el nombre de Torquemada. El papa insistía en garantizar las apelaciones de los procesados tanto al ordinario como a la curia romana; probablemente intuía que el problema entre cristianos viejos y nuevos se estaba deslizando hacia una cuestión de linaje o de sangre, sin mayor relación con la cuestión esencial de las cualidades religiosas o morales de cada individuo. Sixto IV no supo o no pudo mantener su postura inicial ya que necesitaba la ayuda de los reyes para resolver los asuntos de la política italiana. Isabel y Fernando, por su parte, se mantuvieron firmes en sus demandas. Hubo finalmente una solución de compromiso en 1483, cuando el papa designó al arzobispo de Sevilla, Iñigo Manrique, como juez de apelaciones en nombre de la Santa Sede; de este modo se mantenía intacto el principio de apelación, aunque la persona escogida era un hombre

167

Page 168: Medieval España II

de confianza de los monarcas. Por último, el pontífice autorizó el nombramiento de fray Tomás de Torquemada como inquisidor de Aragón.

Torquemada acabó siendo en 1484 inquisidor de las dos Coronas —Castilla y Aragón— y hasta su muerte en 1498 levantó la primera estructura institucional del Santo Oficio. Acumuló todo tipo de poderes y autorizaciones para llevar a cabo su misión; en este terreno se advierte la eficacia de la diplomacia regia ante Roma. Inocencio VIII concedió en 1486 que todos los inquisidores nombrados antes de aparecer el cargo de Inquisidor general fuesen confirmados por fray Tomás. En 1487 el reino de Portugal quedó obligado a entregarle todos los fugitivos pendientes de proceso. En ese mismo año Roma le concedió la potestad de apelación reservada al papa. En 1488 los Reyes Católicos obtuvieron permiso papal para nombrar al sustituto de Torquemada.

Durante aquellos años de máximo poder, Torquemada desarrolló una intensa labor organizativa; llegó a elaborar un total de cinco instrucciones generales, nombró inquisidores, creó nuevos tribunales y preparó los recursos para el sostenimiento de la institución. La primera instrucción general data de 1484. Se redactó en Sevilla durante una reunión a la que asistieron —además de los reyes y del propio Torquemada— los inquisidores de los cuatro tribunales que ya venían funcionando en los dos últimos años (Sevilla, Córdoba, Ciudad Real y Jaén). Desde ese momento se detecta un rasgo importante que determinará el futuro de la institución: las decisiones se toman de manera colegiada, con lo que se camina hacia la formación de un consejo especializado. Este modus operandi encajaba con el sistema polisinodial creado por Isabel y Fernando. Parece que el origen inmediato del Consejo de Inquisición se remonta a la reunión de Valladolid de 1488, cuando se elaboró la tercera instrucción.

Las segundas instrucciones se elaboraron en 1485 y en ellas se diseñó el fundamento económico del tribunal. Hasta ese momento la confiscación de bienes a los condenados había puesto en manos del Santo Oficio un volumen muy considerable de riquezas, pero después de los grandes procesos era preciso normalizar de alguna manera la percepción estable de ingresos para mantener el complicado sistema administrativo. La reserva de canonicatos y prebendas en las catedrales acabará siendo el fundamento más sólido y duradero.

5. CULTURA

En el siglo XV se produce un profundo cambio, tanto en el aspecto socio-político como literario, con respecto al siglo anterior, considerándose el siglo de transición entre la Edad Media y el Renacimiento español. Así las diferentes luchas por el poder durante el siglo XIV entre Pedro I y Enrique de Trastamara, debilitaron enormemente la autoridad real y dieron alas a un nuevo poder emergente como era el nobiliario, además de provocar otros daños colaterales como el abandono de la Reconquista o el incremento de las luchas nobiliarias por tener una mayor posición de fuerza en los

168

Page 169: Medieval España II

reinados. En el siglo XV esta situación se agrava, pero comienza a surgir entre los pensadores, los privados de los reyes y entre los mismos reyes una idea que poco a poco se va fraguando: la existencia de un solo rey o una monarquía centralizada.

En todo este caos político tiene un sitio importante la literatura, ya que a estos nobles algo anárquico, inquieto y turbulento, les gusta rodearse de escritores y artistas en la corte o en sus reuniones privadas. La influencia literaria francesa se va abandonando poco a poco y sustituyéndose por las nuevas corrientes culturales provenientes de Italia y la cultura greco-latina. La literatura italiana provoca ese descubrimiento de las culturas antiguas, y figuras como las de los escritores italianos de los siglos XIII y XIV -Dante, Petrarca y Boccacio- pasan a ser ídolos para los escritores españoles del siglo XV.

Este desfase de casi dos siglos con Italia en las referencias literarias, no impide un cambio realmente profundo en nuestras formas literarias, dando a luz obras con una elegancia, sutileza y preciosismo irreconocible en siglos anteriores, pero algo exentas de sentimiento y mensaje; obras que nacen en un ambiente cortesano refinado, impregnado de cierta pedantería y casi amanerado, que tacha la literatura antecesora de la Edad Media de tosca y tradicional, y que se apunta a las nuevas corrientes culturales hasta el punto de que el castellano comienza a ser invadido por multitud de términos latinos e italianos.

En el siglo XV se pueden distinguir tres periodos literarios: la Corte de Juan II, donde fundamentalmente se da todo el proceso antes expuesto y aparecen figuras como las del Marqués de Santillana y Juan de Mena; el reinado de Enrique IV, con la figura de Jorge Manrique y el desarrollo de la literatura satírica; y el reinado de los Reyes Católicos, con la intensificación de las relaciones con Italia y la llegada de grandes humanistas a nuestro país.

Todos estos cambios relatados, como ocurre siempre en la historia, no se produjeron de un día para otro, sino paulatinamente, pero sí es cierto que en el siglo XV comenzó a germinar la semilla que en los dos siglos posteriores darían como fruto la época dorada de la literatura española.

169

Page 170: Medieval España II

170