Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

16
MEDI O S de·COMUNICACI Ó N, pobreza infantil e INFANCIA refugiada “Los medios de comunicación son aliados de las organizaciones sociales” Elsa Fuente, Coordinadora de UNICEF Comité País Vco Eva Silván, Rponsable de Save the Children en Ekadi Conclusiones 27.abril.2016

description

Conclusiones de la jornada organizada por Save the Children y UNICEF Comité País Vasco el 27 de abril de 2016 en la UPV/EHU

Transcript of Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

Page 1: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

MEDIOSde·COMUNICACIÓN,

pobreza infantile INFANCIA refugiada

“Los medios de comunicación son aliadosde las organizaciones sociales”

Elsa Fuente, Coordinadora de UNICEF Comité País Vasco

Eva Silván, Responsable de Save the Children en Euskadi

Conclusiones

27.abril.2016

Page 2: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

2

I Jornada de Comunicación e Infancia: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

Índice

pág. 3

Introducción

pág. 4

CAPÍTULO 1.

El tratamiento de la infancia y la adolescenciaen los medios de comunicación

pág. 5

CAPÍTULO 2.

Pobreza infantilFalta de periodistas especializados

Libro de estilo vs. Cultura de redacciónLa participación de la infancia y la adolescencia en los medios de comunicación

Cómo no caer en el sensacionalismo y la estigmatización

pág. 9

CAPÍTULO 3.

Infancia refugiadaPeriodismo fast food

Trabajo en terreno -dificultades y preocupaciones-Cobertura desde las redacciones

El uso de las imágenesAdolescentes: los grandes olvidados

pág. 14

Decálogo para periodistas

Page 3: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

3

Introducción

El 27 de abril de 2016, la Sala de Juntas del edificio central de la biblioteca del Campus de Leioa de la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) acogió la I Jornada de Comunicación e Infancia. Celebrada bajo el título ‘Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada’, su objetivo fue debatir sobre el tratamiento que los medios otorgan a estas dos temáticas.

Durante la inauguración, el presidente de la Asociación Vasca de Periodistas y decano del Colegio Vasco de Periodistas, Jesús Coterón, reconoció que este es un tema “delicado y com-plejo” ya que, si bien el periodismo es una “profesión honesta y de servicio público”, también es una especie de cajón de sastre donde periodistas con sensibilidades muy diferentes revelan torpezas, exageraciones o minusvaloraciones a la hora de informar sobre infancia y adoles-cencia.

Por su parte, el decano de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación, Simón Peña, destacó el interés por esta cuestión de la universidad, que destina recursos a la investigación y pone en valor el trabajo de quienes promueven un mejor conocimiento del tratamiento de la infancia en los medios de comunicación. No en vano su objetivo se centra en poner en la agenda cuestiones de gran relevancia social que afectan a niños, niñas y adolescentes y, sin embargo, a menudo pasan inadvertidas.

El Artículo 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), marco base del trabajo de las organizaciones de infancia como Save the Children y UNICEF, exige asegurar a los niños y niñas “la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar”. Esta reclamación se asienta en la necesidad de garantizar el interés superior de la infancia y afecta a todos los ámbitos, incluido el de los medios de comunicación.

Una fotografía, un pie de foto, un titular, un sumario... pueden significar, aun sin pretenderlo, una vulneración flagrante de los derechos de la infancia. A pesar de que los y las profesionales de la comunicación tengan la mejor de las intenciones, bien por desconocimiento o por una constante carrera contrarreloj que deja poco tiempo para la reflexión, se cometen prácticas que pueden llevar al sensacionalismo y la estigmatización de la infancia y adolescencia.

El papel de las organizaciones en este contexto ha de ser vigilante y facilitador. Si bien no pue-den dejar de exigir corrección en el tratamiento de las informaciones que afectan a la infancia y adolescencia, han de ser artífices de una cultura de redacción que ponga sobre la mesa la sensibilización y rigor que piden. Ayudar a que los derechos de los niños y niñas no se vean conculcados ha de ser una meta común.

Las organizaciones sociales han de ir de la mano de los medios de comunicación para ayu-darles a erigirse como altavoz de los niños, niñas y adolescentes. Urge construir un mundo que autorice la voz de la infancia y adolescencia y que tenga en cuenta sus reflexiones. Son necesarios discursos y conciencias con un enfoque de derechos que llegue a la sociedad. Sólo así se producirán cambios transformadores y duraderos en el modo en que la sociedad trata y ve a la infancia y adolescencia.

Page 4: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

4

Capítulo 1.

El tratamiento de la infancia y la adolescencia en los medios de comunicación

Estefanía JiménezEU Kids Online – UPV-EHU, grupo de investigación referente en el estudio de menores

de edad y nuevos medios de comunicación

El modo en que los medios de comunicación informan acerca de temáticas que afectan a la infancia y adolescencia suscita controversia. Es un tema vivo en constante discusión en las redacciones. El estudio ‘Criterios periodísticos no escritos frente al (no) uso de códigos deon-tológicos: el caso de las informaciones sobre menores en la prensa alavesa’, presentado por Es-tefanía Jiménez durante la Jornada, puso en evidencia que, en el momento de resolver dudas, los criterios propios y la denominada cultura de redacción tienen más peso que los libros de estilo y los códigos deontológicos. A pesar de haber una preocupación institucionalizada, al tomar una decisión sobre cómo informar, la mayoría de los periodistas recurren a la puesta en común en las redacciones.

Libros de estilo y códigos deontológicos se perciben como demasiado generales. Los periodis-tas consideran que no ayudan a descifrar cómo se deben abordar determinadas informaciones sobre infancia y adolescencia, lo que lleva a publicar datos que no deberían revelarse, como la edad o la etnia, o a convertir a los menores de edad en lo que se denomina “sujetos pasivos de pánicos morales”, esto es, víctimas potenciales de discursos del miedo (adicción a Internet, acoso...) amplificados por los medios de comunicación. En lugar de dar la voz a los niños y niñas, “se pone el dedo en la llaga de la excepción y la excepción suele ser dramática”.

La falta de red lleva a tejer una propia cuyo límite se marca en lo que se considera la “privaci-dad del menor”, es decir, la mayoría de los periodistas entienden que solo con ocultar su nom-bre la infancia queda protegida. Se convencen de que no desvelando este dato ya es suficiente. Pero no es así, ya que se dejan de lado cuestiones como la difusión de estereotipos o la posible generación de estados de ánimo contraproducentes para la infancia. La falta de precisión en los libros de estilo y la escasez de redactores especializados en temas sociales puede suponer una vulneración de los derechos de la infancia.

En este escenario, desde la universidad se apuesta por la sensibilización de profesionales concretos, que hagan extensible en sus redacciones una nueva forma de hacer. Las ONG deben acudir a profesionales con nombres y apellidos que identifiquen cercanos a sus modos de ha-cer y promover entre ellos tareas de concienciación, que luego difundirán entre sus compañe-ros. Los periodistas necesitan interlocutores que, ante los muros que levantan las instituciones por precaución, les ayuden a transmitir a la audiencia otros puntos de vista autorizados. “El periodismo es una profesión con voluntad de proporcionar datos suficientes para que la socie-dad conozca ciertos hechos y actúe, por lo que es necesario recurrir a fuentes de información que realmente ayuden a resolver dudas. (...) Se trata de contar lo que ocurre a los niños y ni-ñas, el eslabón más débil de la sociedad. Los periodistas tenemos que tomar partido de forma directa” (Jesús Coterón).

Page 5: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

5

Capítulo 2.

Pobreza infantil

Adela ÚcarPeriodista y presentadora de ETB, en el programa Sin Ir Más Lejos (ETB-2).

César CocaAdjunto a la dirección del periódico El Correo (Grupo Vocento).

Eider HurtadoPeriodista y presentadora de Onda Vasca, en el programa Gabon.

Juan Carlos de RojoPeriodista de Radio Euskadi, en el programa La Galería.

Susana MartínCoordinadora de redacción del periódico DEIA.

Infancia y adolescencia son los grupos más afectados por la crisis económica: 1 de cada 3 niños y niñas en España -1 de cada 5 en País Vasco- están en riesgo de pobreza o exclusión social y el 30% vive en hogares cuyos ingresos están por debajo del umbral de pobreza (Fuente: INE 2014). Sin embargo, aunque la pobreza infantil se explica a menudo en números, no es solo una cuestión económica. Detrás de cada cifra hay una historia. “Los niños nos apelan, nos gol-pean la conciencia; cualquier información en la que aparezcan niños tiene una atención espe-cial. La sensibilidad que se genera en torno a ellos es extraordinaria y especial” (César Coca).  Los medios de comunicación reconocen que los momentos en los que la pobreza infantil se convierte en noticia son puntuales. Por un lado, coinciden con la publicación de informes por parte de instituciones u ONG, que recuerdan que esa realidad existe. Por otro, tienen mucho que ver con el lugar donde surge la información, ya que en general a los periodistas les resulta más sencillo hablar de realidades que suceden en sus países. Sin embargo, junto con lo anterior, es necesario que esas circunstancias se distingan y ahí surge el problema. Si bien los patrones de pobreza infantil en nuestro entorno difieren de los conocidos en otros lugares del mundo -”En Euskadi no se ve a niños pidiendo en las calles” (Eider Hurtado)-, esto no puede llevar a concluir que en nuestro entorno no hay pobreza o que esta es de menor intensidad. “¿Qué mayor pobreza hay que la falta de oportunidades o la privación de derechos que se registra en Euskadi?” (Iñaki Alonso, Save the Children).

Falta de periodistas especializados

Los medios de comunicación cuentan en sus redacciones con profesionales sensibles a cues-tiones sociales, pero son pocos los periodistas o medios especializados en estas temáticas. De ahí que, cuando surgen dudas en el momento de escribir una información, estas se solventen a través de la puesta en común en las redacciones. Algunos periodistas aseguran, incluso, no haber tratado nunca estos temas y se reconocen meros “observadores”.

Conscientes de esta realidad, las organizaciones han de apostar por llegar a los profesionales de manera individualizada. Han de poner sus esfuerzos en trasladarles, al menos, unas claves mínimas que les permitan comprender los conceptos básicos. Los periodistas tienen poco

Page 6: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

6

I Jornada de Comunicación e Infancia: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

tiempo para analizar y reposar la información, por lo que es necesario aportarles unas herra-mientas básicas. “Por ejemplo, nuestro concepto de pobreza no tiene nada que ver con el del resto del mundo. Deberíamos matizar” (César Coca).

Por otro lado, no se puede obviar que cuando la infancia se encuentra en situación de pobreza, seguramente detrás hay personas adultas (familiares) que también lo están, por lo que convie-ne no quedarse en la foto, sino indagar en los detalles. Desconocer las causas y consecuencias de la pobreza en los niños y niñas puede implicar pasar por alto situaciones que se podrían perpetuar en el futuro. “A veces focalizamos en los niños problemas de toda la sociedad. Pero si los niños están en situación de pobreza, sus padres están en situación de mucha más pobre-za” (César Coca).

Libro de estilo vs. Cultura de redacción

Como se ha indicado, las recomendaciones que se recogen en los códigos deontológicos y en los libros de estilo juegan un papel poco significativo en las redacciones. Otras veces, los me-dios de comunicación ni siquiera cuentan con códigos ni directrices. Los propios periodistas explican que, en el momento de tomar una decisión respecto a un tema sensible, tiene más peso lo que ellos mismos o sus compañeros piensen. La sensibilidad de los profesionales o el sentido común de cada uno dicta las directrices. No obstante, esta actitud implica, sin pre-tenderlo, dejar de lado ciertas cuestiones que afectan directamente a la infancia. “Nos fijamos mucho en la privacidad y en la intimidad, pero quizá no nos planteamos cómo afectará la noticia al menor, qué reacción van a tener sus compañeros de escuela...” (Adela Úcar).

Esta es una laguna a la que los periodistas se enfrentan por desconocimiento, prisas en la elaboración de la noticia o falta de recursos a los que acudir. En todo caso, solo en momentos puntuales se recurre a organizaciones que atienden a grupos muy concretos, bien por consi-derarlas expertas o ante la falta de consenso en las propias redacciones.

La participación de la infancia y la adolescencia en los medios de comu-nicación

Desde los medios de comunicación manifiestan cierto rechazo a que los propios niños, niñas y adolescentes cuenten su historia en primera persona, ante el riesgo de un tratamiento sen-sacionalista. “Me resultaría muy difícil poner la grabadora a un niño, me parece durísimo. Lo que normalmente hacemos es hablar con los padres y preguntarles por lo que dicen sus hijos” (Susana Martín). Sin embargo, desde las organizaciones se propone otro modo de pensar y se apuesta por erigir a los niños, niñas y adolescentes como activistas, “dando a su voz el rigor y la potencia que tiene” (Eva Silván, Save the Children). “Los niños y niñas están infravalorados, tienen que ser actores más protagonistas y tenemos que hacerles más visibles” (Elsa Fuente, UNICEF). “El reto es que se sientan interesados por los medios de comunicación y que sigan participando y viéndolos como una posibilidad de exponer sus problemáticas” (Iñaki Alonso, Save the Children). “Muchas veces en los medios, salvo excepciones, falta participación de la infancia y que se amplifique su voz” (Belén de Vicente, Jefa de Prensa UNICEF Comité Español).

La participación de la infancia y la adolescencia en los medios de comunicación debe con-templarse como un recurso para darles la oportunidad de hablar en primera persona de una

Page 7: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

7

I Jornada de Comunicación e Infancia: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

situación que les afecta directamente. No obstante, en la actualidad, los niños no tienen su espacio de expresión en la comunidad ni en la sociedad. Los profesionales argumentan tra-bas por parte de las instituciones y organizaciones, a pesar de que los testimonios ganan relevancia para transmitir historias personales -“Llegan más, nos gustan más, nos conmueve más... Entendemos mejor una historia cuando podemos personalizarla” (Adela Úcar)-. Pero las organizaciones recuerdan que, a menudo, se busca un testimonio relacionado con una si-tuación dramática. “Entendemos que hay que poner rostro, pero la relación con las familias, a veces, es un aspecto complicado” (Susana Hidalgo, Responsable de Comunicación de Save the Children).

Son necesarios espacios de encuentro. Si las instituciones y organizaciones no facilitan el trabajo de los medios de comunicación, estos las esquivarán para conseguir las historias que buscan. “Cuando he querido tratar con instituciones, son muchas las trabas. Se protege de tal manera al menor, que el acceso es muy difícil” (Eider Hurtado). Urge otra manera de relacio-narse para que los medios no fuercen los testimonios, a riesgo de no saber cómo manejarlos. “Siempre recurrimos a las instituciones u ONG para pedir el contacto de una familia. En ese momento, empiezan a surgir las mayores dudas: los propios tutores no tienen los filtros que a las organizaciones les gustaría que se plasmaran luego en los medios y nosotros, desde la rapidez, facilidad, ignorancia de contar todo lo que nos han transmitido, a veces, cometemos el error de no establecer nuestro propio filtro” (Adela Úcar). 

La respuesta pasa por tener en cuenta el interés superior del niño y, cuando se pueda, darle la palabra. “Dar la palabra a los niños y a los protagonistas permite ver con mucha claridad su testimonio” (Juan Carlos de Rojo). Pero en este punto, los medios de comunicación insisten: no siempre es posible. “Nos lamentamos de que los niños no tienen voz, pero siempre nos piden anonimato, poner un nombre ficticio... Los periodistas no podemos contar todos los datos, hemos de poner un filtro, de forma que los niños no sean identificables” (Susana Mar-tín). Cuando se les hace una foto, las precauciones son claras: los niños salen en la sombra, de perfil o de espaldas.

La situación de crisis económica ha propiciado un periodismo “más humano, social, con caras y ojos”, un periodismo más comprometido con ganas de poner en valor su poder como herra-mienta social para propiciar el cambio. Por ello, las organizaciones y los medios de comunica-ción han de estar del mismo lado. “Entramos en las casas para que nos cuenten testimonios” (Susana Martín). La denuncia puede ser el punto de partido para la solución.

Cómo no caer en el sensacionalismo y la estigmatización

La profesionalización de las organizaciones del tercer sector ha favorecido que se las legitime como fuentes de información y generadoras de contenido mediático. Los periodistas coinci-den en que contar con su apoyo les facilita la labor, pero sobre todo, recurrir a las ONG per-mite esquivar el sensacionalismo y, en consecuencia, la estigmatización. “Donde hay menores protagonistas, hay sensacionalismo” (Susana Martín). “Las organizaciones son expertas en la materia y hablar con ellas nos permite elaborar la noticia con otra sensibilidad” (Adela Úcar).

A menudo, la atención se la llevan las situaciones negativas, que los periodistas tienden a potenciar en la creencia de que así ayudarán a las víctimas. “Pero es verdad que quizá nos olvidamos de poner el foco en ejemplos positivos que nos ayuden a visibilizar la infancia” (Eider Hurtado). “Antes de la imagen de Aylan, habíamos visto miles de imágenes de adultos

Page 8: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

8

I Jornada de Comunicación e Infancia: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

en situaciones parecidas y no habíamos reaccionado de la misma manera. Nos debería hacer pensar” (César Coca).

Ante todo, a la infancia hay que acercarse “con mucha sensibilidad y empatía” (Susana Mar-tín). Siempre hay que cuidar el derecho a la intimidad y recordar que este es mucho más que pixelar una foto. “Es un problema serio que va más allá” (César Coca). El reto no pasa tanto por la autocensura de los periodistas, como por su concienciación. “Cuando hablamos de pobreza infantil, tendemos a hablar desde la lástima, la incapacidad, el inmovilismo, la vulne-ración de derechos... Y eso supone volver a hacerlos víctimas” (Adela Úcar).

La guerra por la audiencia puede llevar a olvidar que detrás de una noticia está la infancia y hay que protegerla. Pero este no puede ser un argumento para justificar la vulneración de derechos de los niños y niñas -“Un editor de una revista decía: Ante la duda, la portada, si es un niño mejor, porque los niños venden” (Juan Carlos de Rojo)-. Las prisas, tampoco -“Hay que pensarlo cinco minutos. Ese tiempo te aguanta un cierre. Siempre se pueden sacar cinco minutos para ver la situación con claridad y pensar ‘¿Si fuera mi hijo/sobrino, cómo estaría tratando esta información?’. En el periodismo hay gran afán de protagonismo, pero hay que preguntar, asesorarse y reflexionar sobre el interés del menor” (Juan Carlos de Rojo)-.

Las normas deberían carecer de ambigüedades y partir desde las direcciones de los medios de comunicación. Los propios periodistas lo reconocen: “El niño es un bien escaso hoy en día. Hay que tener mucho cuidado con la información que se da sobre él” (Juan Carlos de Rojo); “Los periodistas somos como los turistas. Pero a los sitios hay que volver. Si hemos ad-quirido un compromiso en primera persona, hay que ver si durante el tiempo que ha pasado, les ha ido mejor, peor... Es una manera de comprometernos con las historias que contamos” (Susana Martín).

Page 9: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

9

Capítulo 3.

Infancia refugiada

Ainara LertxundiPeriodista de Internacional del periódico Gara.

Cristina SánchezPeriodista de Internacional de RNE.

Nicolás CastellanoPeriodista de Internacional de Cadena SER.

No importa dónde se encuentren o de dónde procedan,  todos los niños y niñas tienen los mismos derechos. Sin embargo, la actual crisis de refugiados y migrantes, una crisis con claro rostro infantil y sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, está dejando en evidencia la vulneración de muchos derechos de la infancia refugiada y migrante. La cobertura que acerca de ello están realizando los medios de comunicación de Euskadi y na-cionales, tanto desde las redacciones como desde el terreno, deja sobre la mesa muchos temas para la reflexión: ¿Están jugando los medios de comunicación un papel demasiado trascen-dental? ¿Se está abusando de las imágenes en las que aparecen niños y niñas con un objetivo sensacionalista? ¿Cómo trabajan en terreno los periodistas que realizan las coberturas de esta crisis humanitaria? ¿Cómo se puede trabajar la información de alcance internacional desde las redacciones? ¿Se ha conseguido sensibilizar a la población en torno a la crisis de refugiados y migrantes a través de la información? ¿Se está llevando a cabo una cobertura con contextua-lización de las diversas problemáticas para plasmar la complejidad de la situación? Muchas preguntas a las que dar respuesta y un profundo análisis sobre la comunicación que gira en torno a los niños y niñas refugiados y migrantes, y sus derechos en los medios. Los periodistas y medios de comunicación se han convertido en actores fundamentales de esta crisis mundial que copa titulares, portadas, redes sociales y minutos de radio y televisión.

Periodismo fast food

Prisas, inmediatez, velocidad... marcan el día a día de periodistas y redacciones de todo el mundo. El ‘ahora’ y el ‘ya’ han ganado peso debido, quizá, a la eclosión de las redes sociales y al poder que han adquirido la comunicación digital y las nuevas formas online de relacionarnos. Todo ello ha hecho que la contextualización y el análisis hayan quedado en un segundo plano, también en lo que respecta a la cobertura de la crisis de refugiados y migrantes. En ese sentido, los periodistas lamentan que el trabajo se realiza por picos informativos. “De la foto de Aylan a los hashtag utilizados, las coberturas hoy en día son fast food periodístico y no se explica ni la punta del iceberg” (Nicolás Castellano). Está de moda la noticia con mucha repercusión en un periodo muy corto de tiempo que, a posteriori, cae en el olvido para dejar lugar a otra; y así sucesivamente. Si bien es cierto que la crisis de refugiados y migrantes se está siguiendo de manera activa desde los medios de comunicación autonómicos y nacionales, también cabe mencionar que sólo está teniendo presencia importante desde el verano de 2015, no antes, una cuestión que echan de menos los periodistas que cubren la información internacional.

Page 10: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

10

I Jornada de Comunicación e Infancia: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

La cantidad de datos sobre la actual crisis de refugiados y migrantes es abundante en com-paración a otras crisis. Sin embargo, los comunicadores echan de menos una mirada más profunda. Si no se aportan contextos, los receptores no entienden la complejidad y las causas. No se ha hecho un buen trabajo de contextualización informativa y no se trata de una crisis que se pueda cubrir a golpe de picos informativos. Por ello, durante la Jornada se lanzó un reto a los medios de comunicación, para que den visibilidad a las problemáticas en los países de origen de los niños y niñas migrantes y refugiados, como las crisis en Sudán del Sur, Re-pública Centroafricana, Eritrea, Somalia... Hay que acudir al origen y explicar el porqué de las migraciones, para que los receptores de la información tengan las máximas herramientas posibles para entender las causas y consecuencias de una crisis desde una perspectiva global y objetiva. La única referencia de la sociedad sobre esta crisis no puede ser la imagen del niño Aylan Kurdi, que apareció ahogado en una playa de Turquía.

Cada periodista tiene que asumir su responsabilidad. A pesar de que exista una falta de espe-cialización, no es posible ampararse en las prisas para justificarla: en un mismo día se puede comunicar sobre Siria, Colombia y Ecuador, pero desde las inquietudes de cada uno, hay que asumir la responsabilidad de formarse, abordar áreas específicas y plasmar una visión contex-tualizada. Tampoco hay que refugiarse en la rapidez de contarlo todo cuanto antes para eludir un uso adecuado del lenguaje, que muchas veces está recogido en documentos propios de los medios que los periodistas deben conocer y cumplir: “RTVE, por ejemplo, tiene un libro de estilo actualizado en 2010, en el que expresamente se prohíbe en un apartado específico sobre migración el uso de un lenguaje belicista y términos como ‘invasión’ o ‘avalancha’, así como calificar de ‘ilegal’ a un ser humano” (Cristina Sánchez).

Durante la Jornada también se remarcaron los intereses que hay detrás de las coberturas so-bre la vulneración de derechos de infancia en el este de Europa y el absoluto desinterés por lo que sigue sucediendo en el Estado español. “¿Por qué no se informa sobre ello con la misma pasión que se hace acerca de otros países? ¿Por qué no nos hemos ocupado de lo que sucede en la frontera sur de España?” (Nicolás Castellano).

Por otro lado, cabe destacar el papel de las organizaciones del tercer sector para ejercer una labor de ‘presión’ sobre los periodistas y los medios de comunicación que realizan la cober-tura de la crisis, con el objetivo de que las contextualizaciones se lleven a cabo más a menudo y de mejor manera. Ambas partes, organizaciones y medios, deberían ir de la mano para obtener los mejores resultados comunicativos posibles porque, si no, se corre el riesgo de que las organizaciones del tercer sector también se conviertan en víctimas de ese periodismo fast food.

Trabajo en terreno –dificultades y preocupaciones–

Historias de esperanza, de rabia, de dolor, de alegría, de lucha... Los periodistas que trabajan en terreno tienen la obligación de contar las dos caras de la moneda. “Las historias feas tam-bién hay que contarlas. Es la mejor manera de ayudar a la infancia, seguir contando lo que ocurre en las crisis y en las guerras” (Cristina Sánchez).

Trabajar en medio de una guerra o una crisis como la de refugiados y migrantes conlleva as-pectos logísticos y psicológicos que el comunicador debe tener en cuenta al informar sobre infancia y adolescencia: además de preservar la intimidad (un aspecto que se trabaja también desde las redacciones), muchas veces hay que proteger la seguridad. Se debe ser especialmente

Page 11: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

11

I Jornada de Comunicación e Infancia: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

cuidadoso cuando se cuentan historias de familias con hijos e hijas que han huido obligadas de su país de origen, teniendo en cuenta que mujeres, niños y niñas son los más vulnerables y quienes mejor expresan las consecuencias de las guerras. “Es cuestión de legalidad, pero también de responsabilidad” (Cristina Sánchez). La infancia es un sector de la sociedad espe-cialmente vulnerable y “debe ser cubierta de una manera especial” (Cristina Sánchez), sobre todo, en terreno: hay que ser cuidadosos con a quién se entrevista y a qué peligro se le expone con ello.

Cabreo, frustración, exasperación e indignación son palabras con las que definen la situación algunos periodistas que cubren la situación de la infancia migrante y refugiada. Y es que, pese a tratarse de una crisis bien cubierta en lo que respecta al número de corresponsales mundia-les presentes en terreno (los medios de comunicación nacionales han enviado en torno a 800 periodistas a la isla griega de Lesbos, por ejemplo), en países europeos de tránsito la toma de conciencia colectiva de la sociedad respecto a la crisis ha empeorado. Conviene hacer autocrítica como periodistas y como ciudadanos. Si hay pocas crisis más y mejor cubiertas, ¿por qué no está calando en la sociedad lo suficiente? “Las cosas en la ruta de los Balcanes occidentales, lejos de mejorar por la toma de conciencia colectiva, han empeorado” (Cristina Sánchez).

También es importante tener en cuenta el factor tiempo, ya que el citado periodismo fast food puede haber traído consigo las coberturas fast food: en la mayoría de los casos, prima el enviado que está tres días en Lesbos y otros tres días en Bruselas, prima el “reportero estrella” que se convierte en mero busto parlante y que, aun comunicando desde el terreno, no toma conciencia de lo que es y supone esta crisis, quizá por falta de tiempo.

¿Qué mirada vamos a seguir teniendo sobre la crisis de refugiados y migrantes? ¿Nos vamos a quedar con la valla o vamos a mirar más allá y analizar si las políticas migratorias y de asilo han fracasado? “A pesar de la gran exposición mediática, no he visto una reacción acorde con la gravedad en la sociedad civil como gran conjunto” (Nicolás Castellano).

Cobertura desde las redacciones

La falta de recursos humanos y económicos hace que muchos medios de comunicación tengan que llevar a cabo las coberturas de temas internacionales desde las propias redacciones. La era de la comunicación digital permite estar constantemente informado y abre las puertas a más fuentes de información, pero que hay que saber gestionar y trabajar. Se puede cubrir muy bien una crisis como la de refugiados y migrantes desde la mesa de la redacción. Sin embargo, para ello es fundamental que los comunicadores se empleen a fondo en la lectura profunda y conocimiento de las cuestiones geopolíticas y analíticas del conflicto (causas, aliados, países involucrados...), así como en la búsqueda de testimonios de quienes padecen las consecuen-cias de las crisis.

Desde la lejanía geográfica de una redacción, “es importante no abstraerse del enfoque hu-mano, contar historias, poner cara a los protagonistas, sin caer en el victimismo ni en el senti-mentalismo” (Ainara Lertxundi), pero intentando que el receptor se quede con la historia de vida y se identifique con las personas. Se trata de mantener el equilibrio y empatizar al máxi-mo posible. “Las cifras se olvidan, las historias verdaderas, no” (Ainara Lertxundi). Y hacerlo poniéndonos delante del folio en blanco y pensando con sentido común. “Es cierto que las redacciones son cada vez más pequeñas, pero desde nuestras inquietudes personales tenemos

Page 12: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

12

I Jornada de Comunicación e Infancia: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

la responsabilidad de formarnos y abordar áreas específicas. Tenemos muchas fuentes de in-formación fiables a las que accedemos desde las redacciones” (Ainara Lertxundi).

El uso de las imágenes

¿Abusamos e instrumentalizamos las imágenes de niños y niñas en la crisis de refugiados y migrantes? El poder de la fotografía y el dicho de que “una imagen vale más que mil palabras” puede ser buen punto de partida para la reflexión. Hay quienes piensan que muchas veces una imagen por sí sola no explica una realidad y quizá desde los medios de comunicación se esté abusando e instrumentalizando las imágenes de los niños y niñas en la crisis, llegando al punto de que la sociedad se esté adormilando ante un aluvión de imágenes que cada vez tienen un impacto menos potente. Las fotografías son poderosas, pero hay que saber interpretarlas. Al igual que no se puede funcionar a golpe de picos informativos, tampoco es recomendable funcionar a golpe de imágenes.

“El debate de las fotografías se genera cuando se rompe la cotidianeidad” (Ainara Lertxundi), como sucedió con la foto del niño sirio Aylan Kurdi en septiembre de 2015. A algunos medios les pareció conveniente publicar la foto, porque explicaba las causas del conflicto. Otros deci-dieron no llevarla a portada. “Del boom de la foto de Aylan se pasó al cierre total de fronteras y la idea de un pasaje seguro se ha quedado en el limbo” (Ainara Lertxundi). Los hay que evitan fotos explícitas y opinan que no se tiene que ver sangre para que una imagen sea muy dura. Incluso hay quien se plantea si existen “categorías de niños” dependiendo del origen y si con la infancia de los países más empobrecidos no hay pudor. Cada periodista y cada medio ha de autoimponerse sus propios límites y tener unos criterios de selección establecidos. La empatía, el profesionalismo y el instinto humano juegan un papel clave en estos casos. “La realidad duele y hay que enseñarla. El papel de los periodistas y fotoperiodistas es captar cómo la gente tiene que arrastrar sus piernas para llegar a Centroeuropa. ¿Hasta qué punto estamos narcotizando a la sociedad?” (Nicolás Castellano)

Eso sí, en la Jornada se incidió en la importancia de diferenciar entre medios de comunica-ción y periodistas. Se abogó por distinguir entre los reporteros y los directivos de los medios de comunicación o los propios medios: “Yo sigo a periodistas, no a medios”, señalaron los ponentes.

Adolescentes: los grandes olvidados De acuerdo a la Convención sobre los Derechos del Niño, “se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”. No obstante, desde las organizaciones se pone en cuestión que las problemáticas relacionadas con los menores de 18 años se aborden de igual manera en todas las franjas de edad. En la cobertura de la crisis de refugiados y migrantes, cuando los medios de comunicación publican informaciones relacionadas con niños y niñas de 0 a 5 años intentan generar ternura; cuando las informaciones se refieren a adolescentes de 15 a 18 años, se publican informaciones menos tiernas y, además, que ocupan menos espacio.

Los periodistas están de acuerdo en que los adolescentes se escapan de la cobertura infor-mativa, pese a que se les debería prestar una atención especial. “Procuro utilizar la palabra ‘menor’. Si utilizo la palabra ‘niño’ o ‘niña’, la gente se queda con la imagen de un menor de

Page 13: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

13

I Jornada de Comunicación e Infancia: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

5 años. El nivel de frustración de los adolescentes en los campos es brutal; hay que prestarles especial atención a las personas de entre 15 y 18 años, que quizá estaban estudiando en sus países de origen y ahora no tienen un quehacer. Quizá desde los medios de comunicación nos estamos perdiendo esa franja de edad” (Cristina Sánchez).

Page 14: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

14

Decálogo1 para periodistas

1.Medios de comunicación y Tercer Sector son aliados

para la transformación social.Consultar con ONG especializadas es el mejor aval para asesorarse y reflexionar

sobre los intereses de la infancia y adolescencia.

2.El derecho a la intimidad

más allá del pixelado de imágenes. El uso de ciertas imágenes puede desembocar en espectáculo pero, del mismo

modo, aportar ciertos datos en las informaciones puede implicar la estigmatiza-ción de la infancia y adolescencia cuando se informa de situaciones de pobreza,

exclusión social o crisis de refugiados y migrantes.

3.Dar la voz a los niños, niñas y adolescentes

en los medios de comunicación. Los niños y niñas son sujetos activos de pleno derecho y, como tales, se requiere su participación. Hay que convertirles en activistas y que los medios aúpen a la

infancia.

4.Poner el foco en situaciones positivas que ayuden

a visibilizar a la infancia.Acostumbrados a considerar noticia aquello que es excepcional, los medios de

comunicación deben alejarse de la tendencia a encajar solo el dramatismo en esta definición. No se debería hablar de pobreza infantil o crisis de refugiados desde la lástima, la incapacidad, el inmovilismo o la vulneración de derechos, porque

eso supone volver a hacer víctimas a la infancia y adolescencia.

5.Tomarse cinco minutos para analizar y pensar.

Incluso en momentos de prisa, conviene hacerse esta pregunta: ¿Si fuera mi hijo, mi sobrino, mi vecino... cómo trataría esta información?

1 Si algo pretendía esta Jornada era establecer un punto de encuentro y unas conclusiones comunes. Con este fin, se recoge a continuación un decálogo de buenas prácticas recopiladas a partir de las reflexiones de periodistas, alumnos y representantes de las organizaciones presentes.

Page 15: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

15

6.Trabajar por picos informativos implica noticias

con mucha repercusión en periodos muy cortos de tiempo que caen en el olvido.

Es necesario dar visibilidad al origen de las informaciones, explicar por qué ocurrieron y los intereses que hay detrás de la vulneración de los derechos de

infancia.

7.Cada periodista, desde sus inquietudes, ha de asumir

una responsabilidad en temas sociales.La falta de especialización es una rendición de cuentas a la que se responde,

sobre todo, en primera persona. De igual manera, cada periodista ha de marcarse sus propios límites y criterios.

8.Los periodistas que trabajan en terreno tienen la obligación

de contar las dos caras de la moneda. Las historias de esperanza hay que darlas a conocer; las tristes y feas, también. El

testimonio de primera mano es fundamental para ayudar a crear masa crítica.

9.Cuando una crisis se cubre desde la redacción, hay que cono-

cer las cuestiones geopolíticas y analíticas del conflicto.Asimismo, es esencial la búsqueda de testimonios e historias humanas de quienes

padecen las consecuencias de las crisis.

10.Acercarse a la infancia exige sensibilidad, empatía...

y volver a los lugares. Los periodistas tienen la oportunidad de conocer de primera mano situaciones de todo tipo con rostro humano. Por ello, su trabajo no puede terminar cuando la información está en la calle. Como profesionales, adquieren un compromiso

con quienes les cuentan su historia y les dan permiso para hacerla pública. Y hay que saber qué ocurre después. La labor del periodista debe continuar, aun des-

pués de la redacción de la noticia.

Page 16: Medios de comunicación, pobreza infantil e infancia refugiada

Contacto para periodistas

Azucena GarcíaResponsable de Comunicación, Marketing y Campañas de Save the Children en Euskadi

Email: [email protected]: 688 858 498

Garazi BarriusoResponsable de Comunicación y Marketing de UNICEF Comité País Vasco

Email: [email protected]: 682 537 545