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Jorge Iván Bonilla Vélez (Universidad EAFIT) Camilo Andrés Tamayo Gómez (University of Huddersfield) Medellín y Cartagena, 3 de mayo de 2013 La agenda investigativa sobre la cobertura informativa del Conflicto Armado en Colombia, 2002-2012 MEDIOS, PERIODISMO Y CONFLICTO ARMADO Este documento de trabajo fue encargado a los autores y es publicado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), en el marco de su programa Ética Segura que patrocina el Grupo Sura, contando con la colaboración especial de PNUD. Los programas de la FNPI son posibles gracias al apoyo permanente que le brinda su aliado institucional, la Organización Ardila Lülle (OAL). Más información en www.fnpi.org

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Jorge Iván Bonilla Vélez(Universidad EAFIT)

Camilo Andrés Tamayo Gómez(University of Huddersfield)

Medellín y Cartagena, 3 de mayo de 2013

La agenda investigativa sobre la cobertura informativa del Conflicto Armado en Colombia, 2002-2012

MEDIOS, PERIODISMO Y CONFLICTO ARMADO

Este documento de trabajo fue encargado a los autores y es publicado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), en el marco de su programa Ética Segura que patrocina el Grupo Sura, contando con la colaboración especial de PNUD. Los programas de la FNPI son posibles gracias al apoyo permanente que le brinda su aliado institucional, la Organización Ardila Lülle (OAL).

Más información en www.fnpi.org

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Bonilla y Tamayo. Medios, periodismo y conflicto

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.................................................................................................................................. 31. LAS TENDENCIAS

1.1. Las miradas al oficio: riesgos, libertades y garantías para informar en medio del conflicto ............................................................................................................................... 5

1.2. Las agendas del conflicto: fuentes, lenguajes y públicos de la información .............. 7

1.3. Los escenarios emergentes: (post)conflicto, víctimas y memoria ............................ 10

1.4. A modo de cierre ........................................................................................................... 13

2. LOS APRENDIZAJES ............................................................................................................ 15

3. LA BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................. 21

4. LOS ANEXOS

RESÚMENES DE LOS TEXTOS ANALIZADOS.......................................................................... 27

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INTRODUCCIÓNLas miradas investigativas de mediana duración que elaboran mapas de interpretación sobre las complejas relaciones entre los medios de comunicación, el periodismo y el conflicto armado en Colombia –sus tensiones, continuidades, transformaciones y contextos– no crecen como hongos en este país. Estar atentos a las dinámicas que el propio campo periodístico ha generado en torno al rol, la identidad, los modelos profesionales en juego y el tipo de cubrimiento informativo sobre el conflicto armado y los procesos de paz en Colombia es, por lo tanto, una tarea indispensable, no solo para aprender del pasado sino para imaginar el futuro.

Este trabajo se inscribe en dicha perspectiva. Su propósito es ofrecer una mirada interpretativa de las principales tendencias que han guiado el estudio sobre la relación entre los medios de comunicación, el periodismo y la confrontación armada en Colombia entre 2002 y 2012. ¿Qué asuntos asociados a la cobertura informativa del conflicto armado se ha investigado-reflexionado en el país durante la última década? ¿Cuál es la agenda investigativa que la academia, las organizaciones sociales y de periodistas han elaborado sobre esta problemática? ¿Qué aprendizajes se pueden extraer de estas agendas de investigación de cara, no solo a la cobertura del conflicto armado, sino de los mismos procesos de paz pasados, presentes y futuros?

Para dar cuenta de los anteriores interrogantes, se llevó a cabo una revisión de textos, artículos, libros, informes, ponencias y memorias de eventos directamente relacionados con las problemáticas de los medios de comunicación, el periodismo y el conflicto armado en Colombia entre 2002 y 2012. ¿Por qué este periodo? Porque esta es la época post-Caguán, que surge posterior al fracasado proceso de paz entre el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998-2002) y la guerrilla de las FARC-EP; porque son los años de la denominada Seguridad Democrática del presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) con sus procesos de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, y de cambio en la correlación de la confrontación armada a favor de la iniciativa del Estado y sus Fuerzas Militares; y porque es un periodo en que el péndulo guerra-paz-guerra-paz, vuelve a señalar el inicio de un incipiente proceso de paz, esta vez entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos (2010-2014) y la guerrilla de las FARC-EP.

Dos fueron los criterios metodológicos que guiaron la pesquisa. En primer lugar, se buscó información en las universidades y centros de investigación académica que han indagado por el rol de los medios de comunicación y los periodistas en la cobertura del conflicto armado en el país; se acudió a fundaciones, organizaciones y asociaciones relacionadas con la protección, formación y defensa de la libertad de expresión en el país (Fundación para la Libertad de Prensa, Corporación Medios para la Paz, Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, Proyecto Antonio Nariño, Reporteros sin Fronteras, Centro de Competencias en Comunicación, C3, entre otros); se recolectó información de centros de investigación dedicados a estudiar el conflicto armado en Colombia (CINEP, Corporación Nuevo Arco Iris, Fundación Ideas para la Paz, CERAC, entre otros); igualmente se consultaron documentos elaborados por organizaciones de cooperación multilateral o supranacional (Sistema de Naciones Unidas en Colombia, Fundación Konrad Adenauer,

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Fundación Friedrich Ebert, entre otros); y se revisaron las memorias de encuentros realizados por organizaciones de la sociedad civil, instituciones del Estado y organismos internacionales en los que se reflexionó sobre el rol del periodismo nacional en la cobertura del conflicto armado interno durante la última década.

En segundo lugar, la búsqueda se concentró en textos que contuvieran, así fuera de manera somera, un acercamiento conceptual o reflexivo del tema, una metodología basada en estudios de caso, trabajos de campo y/o resultados empíricos, y en la mayoría de los casos –no en todos– una bibliografía mínima. La muestra incluyó reportes parciales y/o finales de investigación, reflexiones e informes publicados en libros, capítulos de libro, revistas académicas, ponencias y memorias de eventos, la mayoría de ellos disponibles en Internet. En total, se seleccionaron 89 documentos.

El informe está dividido en cuatro secciones. La primera sección da cuenta de la agenda de investigación, reflexión y debate sobre la relación medios, periodismo y conflicto armado en el país entre 2002-2012, en la que se destacan tres tendencias principales1 : 1) Las miradas al oficio: riesgos, libertades y garantías para informar en medio del conflicto; 2) Las agendas del conflicto: fuentes, lenguajes y públicos de la información; 3) Escenarios emergentes: (post)conflicto, víctimas y memoria. La segunda sección, por su parte, ofrece 12 aprendizajes que resultaron de la interpretación de las tendencias encontradas, y que pretenden propiciar puntos de atención sobre los lugares de mirada del periodismo, la academia y las organizaciones de la sociedad en contextos de conflicto. Los dos apartados finales incluyen, primero, la bibliografía general de los 89 textos seleccionados y, después, un anexo con el resumen de cada uno de ellos.

1 Las tendencias no son excluyentes para agrupar los 89 textos analizados. Hay trabajos –no son todos, por supuesto– que tienen vidas mixtas, por lo que perfectamente encajan en más de una tendencia.

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1. LAS TENDENCIASLos 89 textos analizados se pueden agrupar en tres tendencias principales. Las miradas al oficio: riesgos, libertades y garantías para informar en medio del conflicto, ofrece un recorrido por los trabajos que le toman el pulso al estado de la libertad de prensa en Colombia y que dan cuenta de las iniciativas dirigidas a mejorar la calidad de la información en contextos de confrontación armada. Por su parte, las agendas del conflicto: fuentes, lenguajes y públicos de la información, recoge los informes que indagan por las agendas informativas del conflicto, las representaciones mediáticas de los actores allí involucrados y por el impacto que tiene la información periodística en los públicos de los medios. Finalmente, los escenarios emergentes: (post)conflicto, víctimas y memoria, reúne los estudios que se preguntan por la responsabilidad de los periodistas y los medios de comunicación en la construcción de futuros escenarios de postconflicto en Colombia, y que abordan los asuntos de agenda periodística a partir de variantes asociadas a la memoria y el relato.

1.1 Las miradas al oficio: riesgos, libertades y garantías para informar en medio del conflicto

Esta primera tendencia está conformada por 42 textos. La preocupación principal de este conjunto de trabajos apunta a una doble dirección: las garantías necesarias para ejercer el periodismo y la formación profesional indispensable para enfrentar informativamente tanto a los actores armados como a las geografías del conflicto. Se señala que en contextos altamente permeados por la confrontación armada, los periodistas corren un alto riesgo cuando ejercen su profesión, por cuanto suelen ser presionados por el Estado, los actores armados ilegales y por los mismos propietarios de los medios para que no interfieran en asuntos que se pretende mantener ocultos, lejos del escrutinio público. Con lo cual suele ser la autocensura la respuesta más común por parte de los periodistas.

A este tipo de preocupaciones pertenecen los informes que desde comienzos de siglo XXI le siguen el pulso a las condiciones en las que se ejerce el oficio periodístico en Colombia, llevados a cabo por la Fundación para la Libertad de Prensa, Reporteros sin Fronteras, el Proyecto Antonio Nariño y la Corporación Medios para la Paz, entre otros. Aquí se incluyen desde los informes periódicos sobre el estado de la libertad de prensa en el país, que incorporan, año a año, los casos puntuales de presiones, amenazas, intimidaciones y estigmatizaciones que atentan contra las libertades y derechos de los periodistas en el país (FLIP, 2002 al 2012); hasta los reportes documentados de estas organizaciones para establecer cómo las escuchas ilegales por parte del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) eran el resultado de un contexto de polarización política y social que estigmatizaba la labor informativa de algunos periodistas críticos al gobierno de turno (FLIP, 2010; RSF, 2010); pasando por los llamados de atención a la justicia colombiana para que no haya impunidad en los casos de los periodistas asesinados por razones de su oficio (FLIP, 2011); y en los últimos años, los informes que prenden las alarmas sobre el incremento de procesos judiciales contra periodistas como método de censura (FLIP, 2013).

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Aquí también se ubican los informes de la organización Reporteros Sin Fronteras sobre el impacto que la confrontación armada ha tenido en el libre ejercicio del periodismo en Arauca (RSF, 2002) y en las emisoras indígenas en el Cauca (RSF, 2012); o el trabajo de campo realizado por la Fundación para la Libertad de Prensa sobre la intimidación al ejercicio del periodismo por parte de las denominadas “bandas criminales” en la región de Urabá, (FLIP, 2012b); así como la investigación llevada a cabo por Medios para La Paz sobre los problemas que tienen que enfrentar los periodistas regionales en Colombia en su labor diaria de informar sobre el conflicto armado (Gómez, Guerrero & Velásquez, 2003; Guerrero, 2010).

Para responder a las problemáticas del oficio periodístico en contextos permeados por el conflicto armado, algunos de los trabajos encontrados advierten que las amenazas que sufren los periodistas son producto de la cobertura informativa polarizada, parcializada y ausente de profesionalismo informativo. Es la tesis de la débil formación profesional como desencadenante de riesgos innecesarios que no solo afecta a unos cuántos, sino a la profesión en general ya que coloca a los periodistas como víctimas –otras víctimas– del “fuego cruzado” de los actores armados (Gómez, Guerrero & Velásquez, 2003; Guerrero, 2008).

Así, se señala que la responsabilidad fundamental de los periodistas es prepararse mejor para entender las causas, los intereses, las transformaciones y las lógicas del conflicto, sus actores y escenarios. Es aquí donde aparecen los estudios, la mayoría auspiciados por organizaciones de periodistas en alianza con centros académicos, cuya finalidad radica en fortalecer tres aspectos del oficio informativo: en primer lugar, formar a los periodistas tanto en la cobertura profesional del conflicto armado (Guerrero, 2008) como en el tratamiento de problemáticas emergentes asociadas al desplazamiento forzado (Herrán, Guerrero & Losada, 2005), la niñez involucrada en la guerra (Sierra, Lozano, Guerrero & Salamanca, 2009), los procesos de verdad, justicia y reparación (Barbeito, 2009), la producción de la memoria (Rey, 2008), entre otras. A este grupo pertenecen, por ejemplo, las reflexiones motivadas por los cursos –Diplomados– de cobertura responsable del conflicto armado llevados a cabo por Medios para La Paz, el Programa por la Paz y la Pontificia Universidad Javeriana en varias regiones del país entre 2000 y 2009 (VV.AA., 2006).

Un segundo aspecto consiste en elaborar manuales, estrategias de actuación y/o recomendaciones puntuales para mejorar las prácticas profesionales en la búsqueda, recolección y producción de la información. Encomendados a reconocidos periodistas o a expertos académicos que acuden al análisis de casos y a situaciones puntuales, estos manuales pretenden, por una parte, brindar elementos de juicio para enfrentar creativamente a las fuentes (León, 2004); para informar responsablemente sobre el conflicto armado (Sierra & Blanco, 2002; Cajiao & Rey, 2003; PNUD, 2003; Guerrero, 2008), o acerca de un actor específico como lo es la infancia (Rey & Bonilla, 2005; Sierra, Lozano, Guerrero & Salamanca, 2009), o sobre el desplazamiento forzado interno (Herrán, Guerrero & Losada, 2005), la justicia transicional (Barbeito, 2009), los acontecimientos que involucran a las fuerza pública (Ruíz, 2004), los procesos de reparación y producción de la memoria por parte de las víctimas (Uribe, 2009), entre otros; y por la otra, afrontar situaciones del oficio mediante el apoyo emocional para superar eventos traumáticos (Giraldo, Roldán & Flórez, 2003; Chinchilla, 2007), la identificación de situaciones de peligro (Rincón & Ruíz, 2002), el fortalecimiento de la independencia de los

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medios (Cano & Thora, 2006) y la definición de mecanismos de autoprotección para los periodistas (Ronderos, Ruíz & Escamilla, 2003).

Y el tercero estriba en sensibilizar a los periodistas, editores y directores de los medios sobre la importancia de mantener unos estándares mínimos de calidad profesional a la hora de cubrir informativamente el conflicto armado. A este grupo pertenecen los monitoreos de la información producida por la prensa y la televisión sobre el conflicto armado que fueron llevados a cabo por el Proyecto Antonio Nariño, con el auspicio de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, entre 2003 y 2005 (Rey & Bonilla, 2004; Rey, Bonilla, Tamayo & Gómez, 2005). Combinando el análisis cuantitativo del contenido de las noticias con perspectivas cualitativas como las entrevistas a los periodistas, estos estudios se centraron en el análisis de un año de información, primero de 12 periódicos del país (2002-2003), y luego de 10 noticieros, entre nacionales, regionales y locales (2004-2005), con el fin de examinar valores de calidad periodística relacionados con la precisión, la pluralidad, la diversidad y la veracidad a la hora de informar sobre el conflicto armado. Aquí también se ubica el estudio que realizó la Casa Editorial El Tiempo sobre la manera en que se abordó durante un momento de 2003 el conflicto armado en las páginas del diario, en un informe que al final presenta un manual para efectuar un cubrimiento responsable del conflicto en esta empresa informativa (Cajiao & Rey, 2003).

Finalmente, esta tendencia también recoge aquellos estudios que encaran los dilemas éticos a los cuales se enfrentan los periodistas en momentos específicos de la confrontación armada, entre los cuales vale la pena destacar: las lecciones dejadas por los acuerdos entre periodistas y medios de comunicación sobre qué informar y qué no del conflicto (Serrano, 2006); las percepciones de los periodistas sobre el oficio, las fuentes y los medios para los cuales trabajan (Ortiz, 2002); el tratamiento informativo desequilibrado de las acciones de guerra (López, 2005); y la discusión sobre las consecuencias éticas de ese doble rol de los periodistas que, por una parte, son llamados a integrar misiones humanitarias en procesos de liberación de secuestrados, y por la otra, no dejan de ser periodistas en la medida en que informan in situ de los hechos, poniendo en riesgo, incuso, los resultados de la misión (Arizmendi, 2009).

En suma, esta primera tendencia se enmarca en la situación de los periodistas en su reto de informar sobre el conflicto armado en Colombia, las garantías necesarias para ejercer esta labor, la formación del punto de vista y los criterios de calidad periodística indispensables para un cubrimiento responsable del mismo, así como la relación entre el abanico de derechos y deberes que acarrea el ejercicio profesional.

1.2 Las agendas del conflicto: fuentes, lenguajes y públicos de la información

Esta segunda tendencia está conformada por 34 textos. Varios son los ejes de atención que articulan la mirada sobre las agendas. Por una parte, están los trabajos que plantean cómo en situaciones de confrontación armada, el normal ejercicio del periodismo se ve alterado por lógicas que responden a una estrategia propagandística por parte de los sectores armados, legales e ilegales. Por otra

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parte, están los estudios que se preguntan por el lenguaje informativo del conflicto armado, esto es, por las representaciones periodísticas que subyacen en la cobertura de los actores, escenarios, motivaciones y discursos del conflicto. Por último, están los trabajos que proponen modelos de interpretación acaso más teóricos para comprender las agendas de los medios y los públicos de la información, a partir de una mirada de los lugares diferenciados que ocupan los periodistas, los ciudadanos y los guerreros en las esferas públicas del conflicto.

En cuanto a lo primero, hay trabajos que constatan la manera en que los actores intervienen directamente en las agendas del conflicto, diseñando estrategias informativas como parte de su gestión comunicativa. ¿Dónde se informan los medios? Estudios como los de Barón & equipo (2002), López (2003, 2005), PNUD (2003), Betancur (2004), Correa (2006, 2008), Serrano & López (2008), Tamayo (2008a) llaman la atención sobre las estrategias de gestión de la información y las tácticas discursivas que se llevan a cabo, ya sea por las Fuerzas Militares, los paramilitares y la guerrilla para justificar sus acciones en medio del conflicto armado, las cuales por momentos transitan entre la delgada línea de la información, la desinformación y la propaganda.

A este grupo se suman miradas que auscultan la manera cómo los actores armados, tanto legales como ilegales, no solo han refinado los mecanismos para lograr difundir sus discursos y acciones a través de los medios de comunicación tradicionales, sino que han llevado el campo de batalla virtual a nuevos escenarios tecnológicos como los de la Web. Esto es lo que se puede apreciar en los trabajos que plantean como gracias a internet los actores armados se han desplazado de ser fuentes de información de otros (los periodistas) a convertirse en emisores de su propia comunicación: estratégica, planeada, ideológica (Cardona & Paredes, 2004; Barón, Martínez, Rodríguez & Wiesner, 2002).

En cuanto a los lenguajes y representaciones del conflicto armado, es posible constatar un interés de la academia por estas dimensiones. Más que por las agendas informativas del conflicto armado, aquí el foco se centra en el análisis retórico, lingüístico y crítico del discurso de los medios de comunicación, o de los propios actores del conflicto a través de la información mediática. Así, trabajos como los de Ayala & Aguilera (2002), Estrada (2004 y 2007), Pardo (2005), Borja & equipo (2008), Gutiérrez (2007), Rivera (2007), Barreto & equipo (2009), Gutiérrez & equipo (2010), Jaramillo & Molina (2010) se enfocan en los modos discursivos en que los periodistas y los medios de comunicación producen miradas bien sea militaristas, deslegitimadoras y/o estereotipadas de las identidades de los actores armados, el oponente, el desmovilizado, el reinsertado, lo “no oficial”, los acuerdos humanitarios, el Plan Colombia, las movilizaciones ciudadanas y/o las víctimas, que terminan atizando más la guerra que las posibilidades de la paz.

Otros estudios se preguntan por las relaciones entre las agendas periodísticas del conflicto armado y la relevancia informativa, a partir de casos específicos de estudio. Por ejemplo, Bonilla (2004b), Yarce (2004), Castellanos (2011) y Reyes (2011) se concentran en un actor en particular, los paramilitares, para indagar por la manera cómo se llevó a cabo el denominado “proceso de desmovilización paramilitar”, la relación de este proceso con los medios de comunicación y las representaciones mediáticas producidas sobre este fenómeno. Rodríguez (2012), por su parte,

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examina la información publicada por el diario El Tiempo sobre las ejecuciones extrajudiciales –los llamados “falsos positivos”–. La autora cuestiona el hecho de que las estructuras periodísticas (el estilo de escritura, la longitud del artículo y los valores tradicionales de construcción de una nota periodística) pueden limitar la exposición de los testimonios de las víctimas y plantea los desafíos que deberán afrontar los contenidos informativos con respecto al tratamiento de las víctimas de la violencia. Mientras que Moreno (2009) analiza la representación del relato periodístico sobre la masacre de El Salado, en un estudio en el que se señala el apego del discurso periodístico a las fuentes oficiales y la precariedad de las voces de las víctimas en el relato informativo.

Aquí también se pueden ubicar algunos trabajos que, aunque tienen una intención más periodística, también abordan el lenguaje informativo sobre asuntos del conflicto armado. Nos referimos a la investigación de Rincón & Ruíz (2002) sobre el contexto en medio del cual ejercen su trabajo los periodistas, y al análisis de los casos de Guaitarilla y Cajamarca que involucraron a agentes de la Fuerza Pública (Ruíz, 2004). En ambos estudios, los autores brindan una caja de herramientas para enfrentar una historia periodística, trazarse un plan de ruta adecuado con las fuentes de la información y, por supuesto, mejorar el cubrimiento de los hechos.

En cuanto a las aproximaciones a la esfera pública de la confrontación armada como vía para comprender las agendas del conflicto, Bonilla & Montoya (2004) sostienen que en contextos donde la seguridad del Estado está amenazada, los esquemas de censura legal/formal son contraproducentes para lograr el consenso social de los medios de comunicación y los periodistas a favor del Estado, por lo que se requerirá de otras maneras más sutiles de tramitar el consentimiento de los medios y la opinión pública. Al analizar el papel de los medios en los primeros años del gobierno de Álvaro Uribe, Bonilla (2004a) advierte que existe una política de “cero visibilidad del horror”, un llamado constante a los medios para que definan “de qué lado están” y una presencia activa en la esfera pública de unos “públicos fuertes” que permanentemente invocan la “cero tolerancia” hacia las visibilidades del conflicto armado.

En esta misma dirección, hay trabajos que llaman la atención sobre las ambivalencias de los regímenes de visibilidad del conflicto armado en Colombia. A partir del análisis de tres hechos de guerra que alteraron la dimensión comunicativa del conflicto: las pruebas de supervivencia de los secuestrados por las FARC-EP, el operativo militar contra alias “Raúl Reyes” y las circunstancias en que murió alias “Iván Ríos” (Tamayo, 2008b); o de la revisión de los debates políticos y periodísticos generados por la denominada parapolítica (Tamayo, 2007b), estos estudios plantean la existencia de una esfera pública altamente permeada por el clima de opinión y las estrategias comunicativas de los actores políticos y militares con capacidad de vincular simbólica e ideológicamente a la sociedad.

Otro estudio en esta perspectiva es el realizado por Montoya (2011) sobre tres incidentes que marcaron la agenda informativa nacional, particularmente en lo relacionado con la política de intervención de los Estados Unidos en Colombia: el asesinato por parte de las FARC-EP de tres indigenistas estadounidenses en 1999; el escándalo por tráfico de cocaína protagonizado por un agregado militar de la embajada de los Estados en Unidos, también en 1999; y el secuestro de tres contratistas norteamericanos a manos de las FARC-EP en 2003. La autora examina estos tres

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incidentes en la agenda informativa del diario El Tiempo, y los ubica en una perspectiva teórica que permite comprender cómo en la esfera pública hay eventos disruptivos (event-driven news) cuya fuerza dramática, riqueza informativa, ausencia de control y de planeación previa, suelen interrumpir la influencia de las élites sobre los medios de comunicación, dando oportunidad a que actores no-oficiales compitan con sus puntos de vista.

Finalmente, están los trabajos que han incursionado en la problemática del conflicto armado interno examinando, por una parte, los procesos de recepción de noticias de guerra y paz llevados a cabo por públicos televidentes de cuatro ciudades del país (Barón, Valencia & Bedoya, 2002; Barón, Bedoya, Díaz, Rodríguez & Valencia, 2004); y, por la otra, el papel que las nuevas tecnologías, como Internet, están jugando en las “batallas” virtuales por la ganarse las mentes y corazones de la población (Barón, Martínez, Rodríguez & Wiesner, 2002). Así, los primeros estudios señalan la existencia de unas audiencias de los medios que “no tragan entero”, puesto que contraponen desconfianza, escepticismo y resistencia –no solo aceptación– frente a los mensajes de los medios (Barón, Bedoya, Díaz, Rodríguez & Valencia, 2004). Mientras que los segundos muestran la tensión que existe entre unas promesas democratizadoras de la Internet y la ocupación táctica de ésta por los actores armados, lo que hace difuso el “pacto de lectura” entre productores y receptores para asumir la red como lugar de deliberación pública, y no de uso propagandístico. Aquí se ubica un trabajo pionero sobre los estudios de recepción de los sitios web, que se aproxima al modo en que un grupo de internautas en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla interactúan con las páginas web del ejército, la guerrilla y los paramilitares, observando allí modalidades de interpretación dominante, negociada y/u oposicional (Barón, Martínez, Rodríguez & Wiesner, 2002).

En suma, esta segunda tendencia gravita en tres aspectos: primero, en plantear que los periodistas y los medios no son los únicos agentes con capacidad temática en la esfera pública; también los otros actores del conflicto tienen la posibilidad para definir asuntos de interés, aunque la pregunta es estudiar cómo lo hacen; segundo, en considerar que las agendas periodística son lugares fundamentales para estudiar cómo se hacen visibles (o invisibles) ciertos asuntos de interés público a partir de las representaciones y los lenguajes del periodismo; y, finalmente en analizar el impacto de las agendas informativas en los públicos que consumen, interpretan y usan los mensajes provenientes de los medios.

1.3 Los escenarios emergentes: (post)conflicto, víctimas y memoria

Esta tercera tendencia reúne 13 textos. Esta perspectiva indaga por la responsabilidad de los medios de comunicación en la construcción de escenarios futuros de reconciliación y postconflicto; por los roles del periodismo y la sociedad civil en la producción de la memoria histórica del país; igualmente por los actores, asuntos y relatos de la agenda mediática que no responden a los cubrimientos habituales del periodismo nacional. Lo interesante de esta tendencia es que opera como un momento de quiebre que se inicia a partir de 2008 con los estudios realizados hasta ese entonces sobre las relaciones entre el periodismo,

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los medios de comunicación y el conflicto armado. ¿En qué consiste este quiebre? Básicamente en la necesidad de vislumbrar, también desde el periodismo, las demandas de la memoria, en especial de las víctimas. Nos referimos a las demandas de verdad, justicia, reparación y no repetición de los hechos violentos, que en este caso se asumen desde una perspectiva que combina la narración, el periodismo y la comunicación.

¿Qué retos le depara al periodismo un escenario de postconflicto? Trabajos como los de López (2006), Sierra (2008) y González (2008) advierten que la discusión sobre el postconflicto en Colombia está irremediablemente contaminada por la dinámica propia del conflicto armado que aún sigue activo y sin resolverse. Para Sierra (2008), mientras que en otros países el postconflicto es un proceso posterior a la confrontación armada y con las partes encaminadas hacia la reconciliación (o con una de ellas derrotada), en Colombia esto no es claro; lo cual plantea a los periodistas un reto: empezar por clarificar de qué situación se trata, hasta dónde involucra o no nuevos elementos y sí, en efecto, puede hablarse –en qué términos y bajo qué responsabilidades– de “postconflicto”.

A esta preocupación se le une un documento publicado por la Fundación Ideas para la Paz y la Revista Semana (2008) en el que se afirma que en los procesos de transición, luego de violaciones masivas a los derechos humanos, es fundamental la creación de condiciones institucionales básicas para que pueda aflorar una visión amplia de la verdad que refleje la historia de abusos y violencias del pasado. La conclusión de este texto es que los medios de comunicación y la sociedad civil desempeñan un papel fundamental en los procesos de justicia transicional, no solo porque contribuyen a develar la verdad que otros mantuvieron oculta, sino por su labor de contextualización y seguimiento de los hechos.

Precisamente en esta dirección se inscribe un grupo de trabajos cuyo interés consiste en analizar los actores, temas o dinámicas del conflicto armado que no pasan necesariamente por la agenda central de los medios de comunicación. Propuestas acerca de cómo informar responsablemente sobre el desplazamiento forzado interno (Herrán, Guerrero & Losada, 2005) y/o sobre los asuntos relacionados con la vinculación de niños, niñas y jóvenes a las dinámicas del conflicto armado interno (Sierra, Lozano, Guerrero & Salamanca, 2009); o las reflexiones sobre cómo abordar periodísticamente los asuntos de la justicia transnacional (Barbeito 2009), son ejemplos de iniciativas llevadas a cabo por organizaciones de la sociedad civil y de periodistas en su esfuerzo no solo por mejorar la calidad de la información (lo que ya se vio en la primera tendencia de este informe), sino por constituir espacios de reflexión social, deliberación y debate público sobre estos tópicos que, en la gran mayoría de las veces, se manejan con poca profundidad, contexto o análisis en las agendas informativas de los medios de comunicación.

¿Cómo y desde dónde hacer visibles las memorias de las víctimas? A esto se refiere, por ejemplo, el documento elaborado por el Área de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reconciliación y Reparación (Uribe, 2009), en el cual se presenta una tipología de iniciativas de construcción de la memoria (especialmente desde grupos de víctimas y de organizaciones sociales), con sus fundamentos comunicativos, políticos, sociales, organizativos e identitarios, y sus aportes en la demanda de la restitución de derechos en la esfera pública. Es la pregunta que también pretende

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responder Bonilla (2011) cuando plantea que para avanzar en la superación de los traumas sociales dejados por las violencias, es necesario transitar de las voces oblicuas de las víctimas a las palabras públicas de los ciudadanos mediante la combinación de la razón y la emoción, lo político y lo simbólico. Según el autor, este es un tránsito impostergable ya que esto muestra que la verdad, la justicia y la reparación también transitan los lugares del afecto, el ritual y la conmemoración, allí donde se articulan los ámbitos de lo doméstico-familiar-subjetivo con agendas, conversaciones y discusiones más amplias, más ciudadanas, más colectivas.

Se trata de un interrogante que, por supuesto, apuntala otra dimensión fundamental de la memoria, que es la narración. Es allí precisamente donde se instalan las reflexiones de Rey (2008), Morris (2008), Rodríguez (2008), Franco, Nieto & Rincón (2010). Para estos autores la narración se asume como una estrategia de constitución de subjetividad y colectividad, de producción de conocimiento y memoria, de juegos de seducción o conexión. Según estas miradas, el conflicto armado se ha relatado mucho, pero se ha relatado mal (Rey, 2008), por lo que el reto no es narrarlo desde miradas tradicionales (eso lo hacen los medios de comunicación que acompañan el presente de las guerras), tampoco de comprender a los victimarios (ellos solo saben matar y escribir leyes y libros para justificarse), ni de saber la miseria y sufrimiento de las víctimas (hay muchas organizaciones sociales que hacen muy bien este trabajo), sino que se se trata de que los sobrevivientes de esta guerra cuenten sus historias; pero aquellas que ellos quieren, aquellas que les proveen de dignidad e ilusión para seguir resistiendo/viviendo, que promuevan una cultura de paz y que las restituya simbolicamente en medio del conflicto.

De ahí que para algunos de los textos, el reto de la cobertura informativa consiste en hacer visibles las voces y los rostros de las mayorías nacionales que día a día se esfuerzan por superar, de manera pacífica y creativa, los conflictos sin acudir a la violencia (Morris, 2008; Franco, Nieto & Rincón, 2010). Según esto, uno de los aspectos que es necesario trabajar con los periodistas es la cultura política y profesional que subyace en sus modos de ver la realidad, de manera que sea posible ensayar otros criterios informativos en los que la paz —la cultura de la paz— adquiera visibilidad como un asunto de interés público. ¿Cómo? Dándole densidad a la deliberación política, fortaleciendo el uso público de la razón y reconstruyendo narrativas que activen la memoria y la reconciliación (Barreto, Borja, Serrano & López, 2009; Rodríguez, 2012).

Para finalizar, en los escenarios emergentes del (post)conflicto aparecen también los trabajos sobre los medios de comunicación comunitarios, en tanto lugares estratégicos desde donde se realizan experiencias para reconstruir el tejido social después del paso de la guerra, enfrentar la soledad y tejer confianza en la vida pública. A este grupo pertenece, por ejemplo, el libro ‘Lo que le vamos quitando a la guerra. Medios de comunicación comunitarios en contextos de conflicto armado en Colombia’, editado por Clemencia Rodríguez (2008). Los textos que conforman este libro contienen varios aportes: primero, que con otras narrativas mediáticas, más locales y más colectivas, se puede hacer contrapeso a las historias oficiales que se quieren establecer como legítimas en el país; segundo, que es posible observar nuevas dimensiones de la ciudadanía gracias a estos ejercicios comunicativos y expresivos en lo regional y local; tercero que es indispensable revertir las maneras como se elabora la visibilidad “del otro” (la víctima, el desplazado, el campesino, el afrocolombiano,

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el desarraigado).

En suma, esta tercera tendencia plantea la necesidad de reconsiderar nuevos elementos para el cubrimiento informativo del conflicto armado, desde perspectivas que permitan hacer visibles los escenarios del postconflicto y los derechos de las víctimas. La pregunta por la memoria juega aquí un papel preponderante en la medida en que es un punto que conecta las narrativas de los medios y de los periodistas con los relatos de la sociedad.

1.4 A modo de cierre

¿Qué tienen en común estas tres tendencias generales? Las líneas que cierran este apartado apuntan a los siguientes ejes de atención:

• Luego de las fracasadas negociaciones de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y las FARC-EP es posible vislumbrar un debate al interior de algunos medios de comunicación y organizaciones de periodistas en el que se cuestionaba el rol del periodismo nacional en la cobertura del conflicto armado y el proceso de paz. Este debate post-Caguán puede ser leído como una de las causas para una proliferación de estudios posteriores, bien fuera sobre la calidad de la información, o sobre las prácticas profesionales de los periodistas que desembocaron, en algunos casos, en la producción de manuales y recomendaciones puntuales para llevar a cabo cubrimientos de calidad en torno a asuntos relacionados con el conflicto armado.

• Es interesante observar cómo a partir de 2008 comienzan a aparecer los estudios que indagan por la relación entre los medios de comunicación, el periodismo y los escenarios de postconflicto, esto es, las reflexiones que apuntan hacia la construcción de la memoria, la reparación de las víctimas y la visibilidad pública de los sectores tradicionalmente excluidos de la agenda informativa. En los últimos cuatro años estos asuntos no solo han ingresado en la agenda política de la nación, sino que también han influido en las agendas de los estudios sobre la comunicación y el periodismo.

• Estos desplazamientos de la mirada investigativa responden a lo que los analistas denominan la “teoría del péndulo”. Según esto, Colombia oscila entre estados colectivos negativos donde se apoya la confrontación armada de manera tajante (radicalización militar, política y social del conflicto), a estados positivos donde se apoya la paz mediante vías negociadas (cultura de paz, reconciliación, posconflicto, etc.). Los trabajos aquí revisados no escapan a esta tensión.

• En cuanto a los lugares de la investigación-reflexión-formación, es posible afirmar que a las universidades les ha salido un par de competidores o, mejor, una institucionalidad complementaria en el estudio de los medios, el periodismo y el conflicto armado. Nos referimos, por una parte, al protagonismo investigativo que en la última década han asumido organizaciones y asociaciones relacionadas con la protección y formación de periodistas, y con la defensa de la libertad de expresión en el país, que han incursionado en procesos de investigación y capacitación de los periodistas colombianos en los temas del conflicto armado, la paz, los derechos humanos, la justicia transicional, entre otros. Y por la otra, a la presencia de organizaciones de la sociedad

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civil cuyo eje de interés apunta menos al periodismo o al análisis del lenguaje, y más hacia el empoderamiento comunicativo de comunidades desde el relato, la memoria y la conversación cotidiana.

• Lo anterior está asociado a las preguntas que se formulan cada uno de estos lugares de la investigación. Mientras la academia suele enfocarse en los estudios del lenguaje de los medios, en las representaciones del discurso periodístico y/o en los contenidos de las noticias para observar allí las huellas del conflicto armado, las organizaciones de periodistas centran la mirada en el ejercicio de la profesión, en el estado de la libertad de expresión y en el mejoramiento de la calidad de la información. Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil lo hacen focalizando la mirada en los medios comunitarios y en los relatos producidos por las comunidades en contextos locales y regionales de la confrontación.

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2. LOS APRENDIZAJESA continuación se expondrán 12 aprendizajes que señalan los factores derivados y las lecciones aprendidas que dejan los estudios 89 estudios revisados para los medios de comunicación, el periodismo y la academia. De ahí que los aprendizajes hayan sido múltiples. Desde aquellos que advierten los aciertos y las falencias relacionadas con el ejercicio periodístico en medio del conflicto armado, hasta los que indagan por las continuidades y desplazamientos de las agendas informativas que abordan asuntos asociados al conflicto, la paz y la memoria en el país, pasando por los que apuntan hacia el lugar social de la academia y las organizaciones de la sociedad en su labor de ayudar a entender el periodismo en contextos de conflicto. ¿Han incidido estas agendas investigativas en las prácticas profesionales y en las rutinas de producción de la información sobre los asuntos del conflicto armado en el país?

1. La constitución de un campo de estudios. El primer aprendizaje que deja esta revisión documental es la constatación de que existe un campo de investigación preocupado por analizar –y también intervenir– en las garantías, los derechos, los contenidos, las rutinas, las prácticas y las responsabilidades que enfrentan los periodistas nacionales, regionales y locales en el reto de informar con calidad sobre el conflicto armado en Colombia. En este campo no solo confluyen sus directos implicados (las empresas informativas o los periodistas), sino que se ha abierto a la presencia de otros actores sociales (academia, centros de investigación, organizaciones de periodistas, entre otros) que también suelen intervenir en el debate público sobre el rol que tienen los medios de comunicación en la configuración de agendas informativas sobre la guerra y la paz.

2. El conflicto armado no paralizó. La búsqueda por generar acuerdos de calidad informativa sobre el tema del conflicto armado en momentos particulares, la promoción de la libertad de expresión y prensa en sus posiciones editoriales, la participación en espacios de discusión sobre su labor, y la adherencia a pactos internacionales de transparencia y ética profesional, entre otros, ofrece como resultado un aprendizaje muy importante: la intención por parte de algunos medios de comunicación pero, sobre todo, del grueso de las organizaciones que propenden por la protección y formación de los periodistas por reflexionar sobre su rol informativo en medio del conflicto, de mejorar sus prácticas periodísticas y contribuir a una información de calidad. Pese a todo, durante estos años, el conflicto armado no paralizó ni la reflexión, ni el debate, ni la investigación.

3. Formarse para mejorar las prácticas periodísticas. ¿Qué tanto ha incidido este campo de investigación e intervención arriba señalado en las prácticas profesionales y en las rutinas de producción de la información sobre los asuntos del conflicto armado en el país? Si bien es difícil responder esta pregunta por el tipo de revisión documental adelantada, aquí el aprendizaje apunta a la manera en que la capacitación no formal se ha convertido en un escenario fundamental

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para perder miedos, aprender lenguajes, construir alianzas, adquirir conocimientos, renovarlos y multiplicarlos. En la agenda investigativa de la última década hay una presencia de procesos de formación en los que han jugado un papel importante organizaciones sociales y de periodistas de carácter regional, nacional e internacional que ofrecen acompañamientos y abren miradas; hablamos de esos procesos de formación en los que los periodistas han encontrado el valor de aprender juntos, de aprender haciendo y de hacer aprendiendo, fortaleciendo la noción de que las buenas prácticas no solo nacen, también se hacen. Se trata de un aprendizaje que, por lo demás, ha entrado a formar parte de las discusiones sobre los valores de calidad periodística que deben guiar el ejercicio informativo en Colombia.

4. Cuando académicos y periodistas se encuentran. Si se revisan algunos de los trabajos analizados –que no son pocos– se puede constatar un novedoso aprendizaje que involucra tanto a académicos como a periodistas. Si bien algunos de estos estudios fueron realizados por académicos, la suya fue una investigación en estrecha relación con las organizaciones de periodistas. Esto, por supuesto, desplaza la mirada del profesor con ambos pies en la universidad, al consultor y/o asesor con un píe en la universidad y el otro en una relación estrecha con organizaciones orientadas a la protección y formación de periodistas. Nos referimos al académico que realiza investigaciones en tiempos cortos, que participa en procesos de formación, fuera de las aulas universitarias, con los periodistas y que suele terminar sus productos investigativos traduciéndolos a manuales y recomendaciones prácticas. Pero también esto alude al periodista: aquel que tiene un pie en la sala de redacción y el otro en un terreno más académico, más pedagógico. Nos referimos al periodista que participa en talleres de formación, que escribe manuales y guías prácticas para sus colegas y que reflexiona sobre el ejercicio profesional con la autoridad que le confiere ser referente de otros por la calidad, creatividad y responsabilidad con la que ha asumido su labor.

5. Sobre la continuidad de las alianzas. Cuando se han unido los medios de comunicación, las organizaciones sociales-periodistas y las universidades los estudios y propuestas de actuación de allí surgidas han tenido un mayor radio de acción. Aquí el aprendizaje radica en que estas alianzas no solo han posibilitado metodologías más participativas y comparativas de las dinámicas de la información en el país (nos referimos a los monitoreos, los diplomados, los manuales y los talleres de formación), sino procesos de socialización, discusión y apropiación más amplios e incluyentes por parte de los periodistas. El problema está en la falta de continuidad de este tipo de alianzas, lo que repercute tanto en la desactualización de los resultados obtenidos, que quedan restringidos a una coyuntura específica, como en la ausencia de seguimiento para determinar la incidencia de estos procesos en la renovación de las prácticas informativas de los periodistas.

6. Modelos informativos en juego. Un aprendizaje fundamental que arrojan estos estudios es la consolidación de cinco tipos de agendas informativas construidas por los medios de comunicación colombianos sobre el tema del conflicto armado a lo largo de este periodo de tiempo. En primer lugar es posible encontrar una agenda informativa de corte oficial que promueve los intereses de los gobiernos de turno y que busca consolidar las motivaciones particulares de este actor en la opinión pública; en segundo lugar aparece una agenda informativa de corte intermedio que busca

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presentar diversos enfoques sobre el conflicto armado, pero que al final termina privilegiando la posición de ciertos actores sociales (con frecuencia sectores oficiales) de acuerdo a la coyuntura en la que se enmarca el asunto de interés informativo; en tercer lugar hallamos una agenda informativa de corte civilista que busca abordar los asuntos de preocupación de la sociedad civil, las organizaciones sociales, las víctimas o “los otros” del conflicto (campesinos, negritudes, desplazados, mujeres, niños, adolescentes, entre otros), revalidando sus representaciones e intereses en la agenda informativa; en cuarto lugar encontramos una agenda informativa de carácter ponderado que persigue una información más contrastada y equilibrada, buscando con ello generar mayores puntos de vista sobre la realidad del conflicto armado interno. Finalmente, se puede localizar una agenda informativa de baja cobertura, que se disuelve por momentos en alguna de las cuatro agendas descritas anteriormente, que va con el vaivén de la coyuntura y que no logra definir una posición permanentemente definida en el tiempo.

7. Ser cajas de resonancia. Las relaciones que han establecido en la última década los medios de comunicación con las fuentes oficiales con poder político y militar en Colombia puede ser descrita como de una simbiosis competitiva (Gadi Wolfsfeld), pues cada uno depende en cierta medida del otro para lograr cumplir sus objetivos comunicativos. Las fuentes oficiales de carácter gubernamental dependen de los medios y los periodistas para hacer pública una información estratégica sobre la paz o la guerra y, de igual manera, los medios dependen de las fuentes oficiales del gobierno para confirmar, convalidar u obtener información necesaria para sus relatos periodísticos. Un aprendizaje que se desprende de esto –y lo confirman los estudios– es que hay casos en que los periodistas han cedido espacios de independencia informativa con el fin de garantizar su acceso a información privilegiada por parte del gobierno, provocando con esta situación una cierta instrumentalización de los medios como “cajas de resonancia” de los intereses gubernamentales, en contravía del interés público de recibir información con contraste o con mayores puntos de vista.

8. Informar no es “cerrar filas”. Otro aprendizaje que se desprende de este corpus de trabajos es observar cómo la dinámica del conflicto armado genera en los medios de comunicación (en momentos particulares) un proceso de promoción de un alto nivel de consenso social en sus agendas informativas sobre asuntos coyunturales que afectan especialmente a la sociedad civil. Cuando hay discusiones públicas sobre temas muy sensibles relativos al conflicto armado (reclutamiento de menores, secuestros, respeto a los derechos humanos, la representación mediática de la infancia, entre otros) generalmente los medios de comunicación concentran sus agendas informativas en crear divisiones acerca de estos asuntos con la intención de sensibilizar y producir un consentimiento social sobre estos tópicos. Este “cierre de filas” informativo en procura de generar consensos sociales puede ir en contravía del rol critico o independiente que deben tener los medios de comunicación, como quiera que los periodistas ni son agentes del estado, ni los medios son ONG’s.

9. Los periodistas no son los únicos que informan. En contextos de confrontación armada los actores involucrados desarrollan estrategias informativas que les permite realizar un doble ejercicio: por una parte, crear un ambiente político positivo hacia las acciones que desarrollan

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en medio de la confrontación armada y, por la otra, tomar el control sobre los eventos y el flujo de información asociado a la paz y la guerra. En este punto, uno de los aprendizajes que se puede obtener es que los periodistas no son los únicos agentes con capacidad informativa. Los periodistas y los medios están involucrados en complejas relaciones de desigualdad, consenso, censura, control, oposición, autonomía, independencia o subordinación con otros agentes con capacidad comunicativa —individuos, grupos e instituciones— quienes a su vez luchan no solo por acceder, hacerse visibles o invisibles en la esfera pública sino también por controlar, callar y administrar la información en tanto recurso escaso y estratégico para la gestión político-militar del conflicto armado. De ahí que no haya sido gratuito el número de trabajos dedicados al estudio de la desinformación y la propaganda.

10. Tecnologías para ayudar a comprender. Otro aprendizaje que se puede dilucidar a partir de esta agenda investigativa es la oportunidad con la que cuentan ahora los periodistas colombianos para informar más eficazmente sobre el conflicto armado usando los recursos que brindan las redes sociales (en especial sitios de microblogging como Twitter), los cuales permiten explorar otros caminos de visibilidad publica, mediática y de participación ciudadana para construir los relatos periodísticos. De la misma manera el uso de plataformas tecnológicas de mapeo virtual para identificar o visualizar información de interés público (como Ushahidi o Crowdmap) pueden ayudar al acceso de la información desde el punto de vista de la sociedad civil en momentos de “cierres informativos” por parte de las tradicionales fuentes de información. En suma, este aprendizaje se deriva de las contemporáneas formas a las cuales está acudiendo el periodismo actual para construir información, en las cuales las nuevas tecnologías (en especial Internet) son cruciales para generar mayores relaciones e interconexiones entre las esferas públicas, las esferas virtuales y las agendas políticas e informativas. Los estudios por venir deberían ocuparse más de estos escenarios emergentes.

11. Democratizar la mirada. Otro de los aprendizajes que de aquí se desprenden apunta a una doble dimensión. Por un lado, es importante no renunciar a la generación de una oferta informativa más amplia, diversa y pluralista de modo que logre representar los distintos puntos de vista involucrados en las dinámicas del conflicto armado y en las posibilidades de su resolución, pues esto puede ayudar a generar condiciones favorables en la opinión pública sobre la inutilidad de la guerra. Y por la otra, es fundamental que la academia también amplíe la mirada de su objeto de estudio yendo más allá del análisis de lo que conforma la corriente principal de los medios –el mainstream mediático– para explorar ese otro universo de “nuevos/viejos” medios de carácter comunitario, ciudadano, alternativo, algunos de ellos ahora en plataformas digitales, pues por allí están pasando otras narrativas, otros actores, otras miradas del conflicto armado y de las posibilidades de la paz en el país.

12. Trascender el conflicto, dignificar a las víctimas. El último aprendizaje pasa por el terreno de los futuros escenarios que se deslumbran para Colombia en los próximos años y cómo es imperante empezar desde ahora a construir historias y relatos mediáticos desde el punto de vista de las victimas para dignificarlas simbólicamente. Ahora, ¿es posible “desconflictivizar” paulatinamente la agenda investigativa sobre los medios y el periodismo, no para que el conflicto armado quede

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atrás, sino para enfrentarlo desde una condición ciudadana, creativa y comprensiva? En este sentido, algunos de los estudios revisados apuntan a una lectura del conflicto conjugando problemáticas como la memoria, la justicia, el relato y la participación ciudadana, entre otros factores, que se asumen como derechos y garantías de no repetición y construcción deseable de futuros.

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4. LOS ANEXOS

Resúmenes de los estudios y textos encontrados01. Arizmendi, José (2009), “Dilemas éticos de periodistas y mediadores en el caso de la liberación de rehenes en febrero de 2009”, en Signo y Pensamiento, Vol. 28, Núm. 55, Bogotá, pp. 264-276. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=86020246015

Este artículo propone una reflexión sobre los dilemas éticos que involucraron a periodistas en la cobertura de la operación humanitaria que permitió el regreso a la libertad de tres policías y un soldado secuestrados por la guerrilla de las FARC, el 1 de febrero de 2009. El autor busca responder los siguientes interrogantes: ¿Qué implicaciones éticas trae consigo el doble papel de periodista y garante en una liberación de rehenes? ¿Qué pasa por la mente de un reportero cuando informa sobre este tipo de noticias? Para esto retoma las reflexiones de dos de los protagonistas de los hechos y también las de un experto latinoamericano en ética periodística.

02. Ayala, Germán & Aguilera, Pedro (2002), “Plan Colombia un año de autocensura”, en Revista Latinoamericana de comunicación Chasqui, Núm. 79, Quito, pp. 54-59. Disponible en: http://www.comunica.org/chasqui/

Este artículo estudia el tratamiento periodístico sobre el Plan Colombia. A partir del análisis de seis medios impresos, se muestra con detalle el comportamiento informativo frente a esta política del gobierno colombiano teniendo en cuenta las siguientes dimensiones del análisis: el contexto colombiano del Plan Colombia; el análisis del discurso mediático y caracterización de los medios analizados; lo periodístico-noticioso y el patrón Informativo. El estudio concluye que la autocensura al Plan Colombia ha sido un factor de ocultamiento de los compromisos y direcciones que tenía y tiene para el país.

03. Barbeito, José (2009), Manual sobre Periodismo y Justicia Transnacional. Oportunidades y desafíos para el periodismo regional en Colombia, Bogotá, Fundación para la Libertad de Prensa. Disponible en: http://goo.gl/HCS5H

Las desmovilizaciones de los grupos paramilitares y la implementación de la Ley de Justicia y Paz, han puesto sobre la mesa –nuevamente– la pregunta sobre el papel de los medios de comunicación en Colombia. Y en este punto es importante hacer una distinción crucial: uno es el rol que asumen los medios de comunicación de las grandes ciudades del país, y otro el que pueden asumir los medios de comunicación y los periodistas de las ciudades pequeñas, los municipios y las poblaciones apartadas. Este manual está dirigido principalmente a los periodistas, que a pesar de las amenazas y las intimidaciones, y en un contexto adverso, vienen cubriendo desde 2002 este proceso. El objetivo es abordar el papel del periodismo en la búsqueda de la verdad y la construcción de la memoria en el contexto colombiano. Para realizar este manual se organizaron conversatorios con periodistas

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de Medellín, Cali, Bucaramanga, Sincelejo y Villavicencio, y de poblaciones cercanas a estas ciudades. Allí se abordó la situación del periodismo regional y la cobertura del proceso de Justicia y Paz. Finalmente, se realizó un foro final en Bogotá con algunos de los periodistas asistentes a los conversatorios anteriores, con el fin de debatir y convalidar el contenido y las recomendaciones expuestos en este documento.

04. Barreto, Idaly; Borja, Henry; Serrano, Yeny & López, Wilson (2009), “La legitimación como proceso en la violencia política, medios de comunicación y construcción de culturas de paz”, en Universitas Psychologica, Bogotá, Vol. 8, Núm. 3, pp. 737-748. Disponible en: http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revPsycho/article/view/619

En este artículo se analizan las creencias y la legitimidad social como elementos importantes en la aparición y evolución de la violencia política, así como el rol de los medios de comunicación en la construcción de culturas de paz. Según el artículo, en dinámicas de confrontación armada y paz, los discursos construidos por grupos sociales son tan importantes como los cambios estructurales que la sociedad necesita para desarrollar una cultura de paz. Se advierte que los medios de comunicación juegan un papel importante, ya que funcionan como uno de los principales instrumentos que los actores armados (estatales o fuera de la ley) emplean para difundir los discursos que elaboran en el marco de operaciones psicológicas, cuyo objetivo es legitimar la violencia que ejercen para combatir al adversario.

05. Barón, Luis; Martínez, Alejandra; Rodríguez, Enrique & Wiesner, Santiago (2002), Internet, guerra y paz, Bogotá, Cinep.

Este estudio pretende comprender la manera en que diferentes los actores del conflicto armado en Colombia y agentes de la sociedad civil han incorporado internet para producir sus relatos, prácticas de comunicación, estrategias de posicionamiento y significaciones cotidianas sobre la paz y de la guerra en el país. En la primera parte del trabajo, los autores muestran la tensión entre unas promesas democratizadoras de la red que conviven con unos usos tácticos de ocupación virtual por parte de los actores armados que buscan promover, también en internet sus visiones de mundo y sus técnicas de propaganda. En la segunda parte del estudio, y siguiendo el modelo de codificación/decodificación, elaborado por Stuart Hall (1980), los autores se aproximan al modo en que un grupo de internautas en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla se aproximan a las páginas web del ejército, la guerrilla y los paramilitares, observando allí modalidades de interpretación dominante, negociada y/u oposicional.

06. Barón, Luis; Valencia, Mónica & Bedoya, Adriana (2002), “Noticias de guerra: la extraña lógica del conflicto colombiano en el consumo de noticieros”, en Controversia, Bogotá, Núm. 180, pp. 76-106.

Este artículo se propone mostrar que la guerra interna que se vive en Colombia no solo se libra en del campo de batalla, sino dentro del campo simbólico. Los autores definen la dimensión simbólica de la confrontación armada en Colombia como una “batalla cultural” y como una guerra por el

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poder dentro de la era de la información. Afirman que los medios de comunicación pueden ser interpretados en tanto instrumentos de esta guerra por su poder de construir y transformar sentidos individuales y colectivos. Para esto llevan a cabo una aproximación a los noticieros de televisión desde la cotidianidad de los televidentes, quienes construyen sus nociones de la paz, la guerra y la nación a partir de sus interacciones con los noticieros de televisión.

07. Barón, Luis (2003), “Del drama a la épica: los discursos sobre el conflicto y la paz en los medios”, en Cien días vistos por Cinep, Bogotá, pp. 18-23. Disponible en: http://issuu.com/cinepppp/docs/ciendiasno52_012003/1

Este artículo asevera que para ganar la guerra en los medios es necesario empezar a ganarla en otros terrenos de la vida local, nacional y global. El autor argumenta que el presidente Álvaro Uribe ha comprendido lo anterior, por lo cual ha desplegado una amplia y novedosa campaña mediática para posicionar su política de seguridad democrática.

08. Barón, Luis; Valencia, Mónica; Bedoya, Adriana; Rodríguez, Enrique & Díaz, Olga (2004), Estado de alerta continua: noticieros y guerra en Colombia, Bogotá, Cinep.

Este libro explora las relaciones entre los noticieros y sus audiencias. Relata las formas como las noticias de televisión son integradas a diferentes prácticas y escenarios de la vida cotidiana de las audiencias. Los autores se apoyan en la hipótesis de que la confrontación armada, y también los avances hacia la paz, se libran en el terreno de lo simbólico, en la producción de sentidos a partir de significaciones sobre los procesos del conflicto y sus actores, en el tejido de imaginarios sobre proyectos de sociedad y en la reconstrucción de identidades. Es por esto que afirman que medios de comunicación y televisión en particular, juegan un papel protagónico en el conflicto y las iniciativas de paz en Colombia, pues tienen la posibilidad de crear y transformar discursos, que son puestos en circulación social y participan en la construcción de imaginarios en las audiencias.

09. Betancur, Juan (2004), “Entre la delgada línea entre la información, la desinformación y la propaganda”, en Reflexión Política, Vol. 6, Núm. 12, Bucaramanga, pp. 80-93. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11061208

Este artículo muestra la manera en que los actores involucrados en el conflicto armado interno, tanto legales como ilegales, han refinado los mecanismos para lograr difundir ante la opinión pública sus discursos y acciones, sin renunciar al uso de recursos propios de las reglas clásicas de los mensajes propagandísticos. El texto afirma que hay una relación directa entre el escalamiento del conflicto a partir de la segunda mitad de los años noventa y las nuevas formas de la “gestión de la comunicación de la guerra” que realizan los actores de la confrontación en Colombia.

10. Bonilla, Jorge (2002), “Periodismo, guerra y paz. Campo Intelectual periodístico y agendas de la información en Colombia”, en Signo y Pensamiento, Bogotá, Vol. 21, Núm. 41, pp. 53-71. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=86011283006

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Este artículo propone un análisis de las agendas informativas sobre la guerra y la paz en Colombia, a partir de un doble ejercicio teórico. Por una parte, se basa en la comprensión de la esfera pública como una arena de “competencia política” donde confluyen y se yuxtaponen diversos intereses, marcos de acción e interpretación por acceder y significar la realidad. Y por la otra, en el análisis del “campo” periodístico como un espacio en tensión donde se llevan a cabo una serie de interacciones y disputas entre las instituciones mediáticas (y los agentes profesionales llamados periodistas) y otras esferas del poder de la sociedad (políticos, ciudadanos, guerreros, organizaciones sociales, empresarios, entre otros) por definir y redefinir los temas y problemas que son objeto de atención pública sobre la guerra y la paz en este país.

11. Bonilla, Jorge (2004a), “Medios de comunicación, conflicto armado y opinión pública. El consenso por otras vías”, en Síntesis. Anuario social, político y económico de Colombia, Bogotá, FESCOL, IEPRI, Nueva Sociedad, pp. 9-30. Disponible en: http://goo.gl/O70HO

Este artículo elabora un análisis del papel de los medios de comunicación y el clima de opinión pública en la transición del fracasado proceso de paz entre el gobierno Pastrana y la guerrilla de las FARC-EP, y el primer año de la administración de Álvaro Uribe. El autor plantea tres escenarios de explicación para entender las vías de un renovado consentimiento social para enfrentar la guerra, basado en las “buenas noticias”, la cero visibilidad del horror y la figura presidencial. El primero, está relacionado con la ruptura de las negociaciones de paz entre el gobierno Pastrana y la guerrilla de las FARC; el segundo, tiene que ver con la centralidad que adquirió la dicotomía “paz” o “guerra” en las elecciones presidenciales de 2002; mientras que el último escenario está asociado al consenso social que comenzó a tejerse alrededor del presidente Uribe y su nuevo estilo de gobernar.

12. Bonilla, Jorge (2004b), “La opacidad del poder. Comunicación, conflicto armado y paramilitarismo en Colombia”, en VV.AA, La desmovilización de las autodefensas: un caso de estudio, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, Fundación Konrad Adenauer, pp. 67-78.

Este ensayo plantea que la efectividad simbólica de las acciones y los discursos paramilitares en Colombia, así como los temores, las ambigüedades y las simpatías que éstos despertaron en amplios sectores de la opinión pública local, regional y nacional, ha sido un asunto que obedeció menos a la sobreexposición mediática de su poder y más a la subexposición en aumento, pero controlada, de éste. El autor afirma que la escasa y controlada visibilidad mediática de este tipo de poder se compensaba con el generoso constreñimiento comunicativo que imprimía su terror en las esferas públicas de carácter local y regional: “de eso no se habla”, al menos no en público. Con lo cual era el discurso oculto y la voz oblicua, los dispositivos de enunciación que terminaban menos atemorizados para hablar de su poder, siempre y cuando se hiciera “bien bajito”. Situación que era válida no solo para los sectores más débiles que sufrieron sus redes de poder, sino para los propios periodistas.

13. Bonilla, Jorge (2011), “De las voces oblicuas a la palabra pública. Una mirada a la(s) esfera(s) pública(s) en contextos de violencia”, en Controversia, Núm. 197, Bogotá, pp. 101-125. Disponible en: http://issuu.com/cinepppp/docs/controversia-197_presentacion/21

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Este artículo elabora una aproximación a la esfera pública en contextos de violencia. Para esto examina las tensiones que existen entre el discurso público y el discurso oculto en situaciones caracterizadas por el uso arbitrario del poder. El autor sostiene que para pensar en procesos de verdad, justicia y reconstrucción de la memoria colectiva es necesario desatar las voces ocultas y las memorias atrapadas por el miedo y el silencio mediante formas de acción política y cultural que posibiliten la visibilidad en la esfera pública de las voces, sujetos y asuntos que fueron obligados a mantener silencio.

14. Bonilla, Jorge & Montoya, Catalina (2003), “Periodistas, políticos y guerreros. Tres hipótesis sobre la visibilidad mediática de la guerra en Colombia”, en Revista de Estudios Sociales, Núm. 16, Bogotá, pp. 70-81. Disponible en: http://goo.gl/wv6p1

El propósito de este artículo es plantear tres hipótesis sobre el papel que están desempeñando los medios de comunicación en general, y el periodismo en particular, en la situación de guerra interna que vive el país. Según los autores: a) en contextos donde la seguridad del Estado está amenazada, los esquemas de control y censura legal/formal son contraproducentes para lograr el consentimiento social de los medios de comunicación y los periodistas a favor del Estado; b) en órdenes sociales fragmentados, donde la soberanía y la hegemonía de las representaciones simbólicas hegemónicas están en disputa, las definiciones sobre la guerra y la paz son variadas, ambiguas y ambivalentes, es decir, no proceden de un solo centro-raíz, lo que puede plantearle posibles “aperturas” informativas a los medios; c) las agendas informativas sobre la guerra y la paz en nuestro país se están confeccionando según un modelo de prensa sensacionalista que, a pesar de lo cuestionable y limitado, tiene variantes de visibilidad pública que no se deberían subestimar.

15. Bonilla, Jorge & Tamayo, Camilo (2007), Las violencias en los medios, los medios en las violencias, Bogotá, Cinep, Eafit, Colciencias, Pontificia Universidad Javeriana. Disponible en: http://issuu.com/cinepppp/docs/libro_lasviolenciasenlosmedios/3

En la primera parte de este libro, los autores presentan un conjunto de trabajos sobre el tema de medios de comunicación y violencias que centran su atención en la cobertura informativa de los conflictos armados y las variantes de violencia política, que incluyen al terrorismo pero que no se limitan solo a él. Estos estudios, según los autores, se aglutinan en tres apartados básicos: las narrativas mediáticas con las cuales se confeccionan los acontecimientos noticiosos sobre la guerra y la paz, la situación de los periodistas en contextos de violencia política, y las interacciones en la esfera pública entre periodistas, políticos y guerreros.

16. Borja, Henry; Barreto, Idaly; Sabucedo, José & López, Wilson (2008), “Construcción del discurso deslegitimador del adversario: Gobierno y paramilitarismo en Colombia”, en Universitas Psychologica, Vol. 2, Núm. 7, Bogotá, pp. 571-583. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=64770220

Este artículo analiza los discursos de dos actores del conflicto armado en Colombia: las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y el Gobierno. El propósito del texto es identificar las diferencias o

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similitudes en el discurso ideológico para rotular al adversario como enemigo y justificar acciones de violencia contra él. Los resultados muestran que la deslegitimación del oponente se lleva a cabo a través de la difusión de varias categorías lingüísticas: proscripción, acciones proscritas, caracterización negativa de las acciones, uso de rótulos políticos, caracterización de rasgos, armas del adversario y deshumanización. Los autores afirman que la preferencia por una u otra forma de nombrar depende de la naturaleza ideológica del actor del conflicto que construye el discurso.

17. Cano, Marisol & Gehl, Thora (2006), Aproximación al apoyo a medios y a periodistas en Colombia (2000-2006) y aportes para la construcción de una estrategia conjunta 2006-2015. Bogotá, Proyecto Antonio Nariño. Disponible en: http://goo.gl/pW3ip

Este documento elabora una aproximación a la situación de los medios de comunicación y de los periodistas en Colombia, así como una caracterización de los trabajos que se han adelantado en el país entre 200 y 2006, orientados a fortalecer el sector de medios y periodistas. El estudio propone construir una estrategia coordinada, innovadora y de largo plazo para definir un plan de acción que logre conjugar intereses comunes sobre líneas que se detectan como prioritarias y estratégicas.

18. Cardona, Gisela & Paredes Liliana (2004), “Un territorio para conquistar y/o subvertir: uso de internet por las FARC-EP”, en Nómadas, Núm. 21, Bogotá, pp.94-105. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105117678008

Este artículo elabora un recorrido por la historia de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, específicamente Internet, con el propósito de reflexionar sobre las posibilidades que tienen los individuos y las organizaciones de subvertir los aparatos de poder, a través del uso y apropiación de la red. De manera específica, se centra en el caso de las FARC-EP y en el uso que este grupo insurgente hace de su página web.

19. Castellanos, Juliana (2011), Dos miradas un silencio. Construcción de realidades mediáticas en las crisis del proceso de desmovilización paramilitar, Bogotá, Fundación Politécnico Gran Colombiano. Disponible en: http://goo.gl/az3j3

Este libro se concentra en brindar algunas respuestas al siguiente interrogante: ¿cuál es la realidad que sobre las crisis del proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (entre noviembre de 2002 y marzo de 2006) construyó en su entramado discursivo el periódico El Tiempo y el periódico El Meridiano de Córdoba? Para ello, el primer capítulo de este documento se concentra en contextualizar el surgimiento, desa¬rrollo y método de expansión de los paramilitares en el país, para luego analizar las estrategias de comu¬nicación pensadas y ejecutadas por los paramilitares en aras de con¬solidar una buena imagen frente a la opinión pública. Aplicando la propuesta metodológica del análisis del discurso en este libro encontramos el análisis de seis crisis que enfrentaron gobierno y paramilitares, seguido en su capítulo final de una reflexión global de los modelos de realidad estructurados por estos medios de comunicación a lo largo del proceso.

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20. Correa, Mary (2006), “Desinformación y propaganda: estrategias de gestión de la comunicación en el conflicto armado colombiano”, en Reflexión Política, Vol. 8, Núm. 15, Bucaramanga, pp. 94-106. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11001508

Este artículo muestra la manera en que los actores armados involucrados en el conflicto interno colombiano han planeado y diseñado estrategias informativas como parte de la gestión comunicativa de guerra, buscando que los viejos métodos de desinformación y propaganda se perpetúen. El artículo analiza algunos de los mecanismos que funcionan en los medios y entre los periodistas para que informaciones cargadas de propaganda o de ocultamiento de hechos aparezcan en noticieros y agendas cotidianas de los medios.

21. Correa, Mary (2008), “El lenguaje de los medios que intensifica el conflicto armado colombiano”, en Reflexión Política, Vol. 10, Núm. 19, Bucaramanga, pp. 106-113. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11001909

Este artículo es un trabajo complementario de la investigación “Desinformación y propaganda: el poder simbólico de los actores armados en el conflicto colombiano”. El análisis evidencia cómo el lenguaje de los medios de comunicación para cubrir hechos de violencia armada, intensifica el conflicto por el uso de palabras y expresiones cargadas de intencionalidad y verdades a medias. Según la autora, si en una guerra lo primero que se pierde es la opción de verdad al informar, el lenguaje cargado de simbología resulta ser el detonante que activa las destructivas armas de la desinformación y la manipulación.

22. Chinchilla, Marta (2007), Manual para el apoyo emocional del periodista, Bogotá, Fundación para la Libertad de Prensa, Universidad Sergio Arboleda. Disponible en: http://www.flip.org.co/resources/documents/61f1dbfed6e04fefc85b01997b59925f.pdf

La línea de protección de la FLIP cuenta con un apoyo y acompañamiento psicológico para el periodista en riesgo. Cuando el periodista es víctima de una experiencia traumática, recibe de manera gratuita atención terapéutica personalizada. La FLIP, con el auspicio de la Embajada Británica, Reporteros Sin Fronteras Suecia y la Universidad Sergio Arboleda, ofrece este manual con herramientas prácticas y útiles para que el periodista pueda afrontar episodios traumáticos en el ejercicio de su labor. También pretende dar respuestas a las inquietudes emocionales generadas en el desarrollo de la profesión.

23. Estrada, Fernando (2004), Las metáforas de una guerra perpetua: estudios sobre pragmática del discurso en el conflicto armado colombiano, Medellín, Fondo Editorial Universidad EAFIT. Disponible en: http://goo.gl/KDwxs

Los ensayos que componen este libro muestran cómo el conflicto en Colombia resulta incomprensible sin la retórica. En efecto, el análisis de la guerra en Colombia requiere nuevas herramientas analíticas, y este libro avanza en esa dirección. El autor proporciona abundante referencia a la prensa diaria, los

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comunicados oficiales y las declaraciones de los grupos armados, los cuales son estudiados desde la teoría de los actos de habla de Austin Searle, los apuntes teóricos de Clausewitz y la Nueva Retórica de Chaïm Perelman.

24. Estrada, Fernando (2007), “La información y el rumor en zonas de conflicto: estrategias por el poder local en la confrontación armada en Colombia”, en Análisis Político, Núm. 60, Bogotá, pp. 44-59. Disponible en: http://goo.gl/dgRJX

Este artículo introduce un análisis fenomenológico de la información periodística del conflicto armado con el fin de comprender la dinámica de la confrontación armada a nivel local. Según el texto, las fuentes de información, la creación de redes de informantes y los trabajos de inteligencia local se han convertido en objetivos de suprema importancia en los cálculos de poder político de paramilitares e insurgentes. Los fenómenos de información y rumor pueden, por esto mismo, ofrecer aspectos centrales para comprender la marcha de acontecimientos que ocurren en la vida política en el contexto local.

25. Cajiao, Francisco & Rey, Germán (Coordinadores), (2003), El conflicto armado en las páginas de El Tiempo, Bogotá, Casa Editorial El Tiempo.

Este estudio presenta los resultados de un análisis sobre el cubrimiento informativo del conflicto armado y el proceso de paz en el diario El Tiempo, combinando para ello el análisis del contenido de las informaciones del diario con miradas más cualitativas sobre las narrativas de la guerra y la paz, elaboradas por algunos redactores del diario. Según los autores, la publicación tiene como propósito “afianzar, modificar o innovar prácticas del oficio que permitan hacer avances importantes en el desarrollo de un periodismo cada vez más consciente de su responsabilidad, en las condiciones concretas del entorno social, político y económico del país”. En la publicación también se incluyó el Manual de Cubrimiento del Conflicto Armado, desarrollado por periodistas, editores y directivos del periódico.

26. Franco, Natalia; Nieto, Patricia & Rincón, Omar (2010), Tácticas y estrategias para contar. Historias de la gente sobre conflicto y reconciliación en Colombia, Bogotá, Centro de Competencia en Comunicación para América Latina, C3-FES. Disponible en: http://c3fes.net/%28p%29publicacion10.htm

Este libro pretende que los sobrevivientes de la guerra en Colombia cuenten sus historias como tácticas de dignidad para seguir resistiendo/viviendo. La narración se asume como una estrategia de constitución de subjetividad y colectividad, de producción de conocimiento y memoria, de juegos de seducción y conexión. Según los autores, no se trata de contar la guerra (eso lo hacen los medios de comunicación que acompañan el presente de las guerras); tampoco de comprender a los victimarios (ellos solo saben matar y escribir leyes y libros para justificarse); ni de saber la miseria y sufrimiento de las víctimas (hay muchas organizaciones sociales que hacen muy bien este trabajo), sino de construir una red de confianzas basadas en el relato como una forma de actuación social.

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27. Fundación para la Libertad de Prensa, Fundación Ideas para La Paz & Revista SEMANA (2008), Cuadernos del conflicto. Verdad, memoria histórica y medios de comunicación, Bogotá, publicaciones SEMANA. Disponible en: http://goo.gl/Vu2bJ

Este documento recoge las intervenciones realizadas en el seminario internacional ‘Verdad, memoria histórica y medios de comunicación’. Se asevera que la experiencia internacional de los últimos 15 años ha demostrado que en procesos de transición, después de violaciones masivas a los Derechos Humanos, una de las mejores vías para conocer la verdad –diferente a los estrados judiciales– es la implementación de una Comisión de la Verdad. Sin embargo, en el caso colombiano, este tipo de argumentos no se tuvieron en cuenta. Así, la llamada Ley de Justicia y Paz, Ley 975 de 2005, que estableció el marco jurídico para la desmovilización de grupos paramilitares, determinó que el derecho a la verdad sería garantizado por el sistema judicial, aun cuando dejó abierta la posibilidad para que “en el futuro puedan aplicarse otros mecanismos no judiciales de reconstrucción de la verdad”. A este respecto, se plantea que los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en los procesos de justicia transicional, porque no solo pueden contribuir en grande a develar la verdad, sino también a contextualizar y a hacer seguimiento a los hechos.

28. Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, Fundación Konrad Adenauer & Proyecto Antonio Nariño (2005), Conclusiones y recomendaciones “Seminario internacional sobre periodismo y conflicto armado/ III Encuentro de directores de medios colombianos”, Cartagena, Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, Fundación Konrad Adenauer, Proyecto Antonio Nariño.

Este texto recoge las conclusiones y recomendaciones del “Seminario internacional sobre periodismo y conflicto armado/ III Encuentro de directores de medios colombianos” realizado en Cartagena de Indias en el año 2005 por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, la Fundación Konrad Adenauer y el Proyecto Antonio Nariño. Allí se plantean algunos parámetros que se enmarcan en unos mínimos necesarios para un cubrimiento de calidad del conflicto armado interno. Apuntes sobre responsabilidad en la información; patriotismo y democracia: lenguaje, ocultamiento de información; y acceso a la información, son los temas que le dan vida a estas recomendaciones.

29. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2002), Informe anual sobre la libertad de prensa en Colombia, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://goo.gl/u6k0z

Este informe presenta un diagnóstico de la libertad de prensa en Colombia a través de cifras. Cada hecho refleja el interés de los grupos guerrilleros, de las autodefensas y de algunos miembros de las instituciones del Estado para que la información no fluya, para que sus actuaciones queden en la oscuridad. Detrás de los cuatro asesinatos por razones de oficio registrados en 2002 hay una motivación clara: que los habitantes de una región no reciban información distinta a la que les interesa a los autores de los crímenes. Esto sucedió en Manizales cuando dos sicarios asesinaron a Orlando Sierra, o en Arauca donde después del asesinato de Efraín Varela nadie se atreve a opinar. En el planeta, según datos de la organización francesa Reporteros sin Fronteras, se cometieron

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2.526 violaciones a la libertad de prensa. La Fundación para la Libertad de Prensa - FLIP - registró 144 hechos en el país, es decir, el 6% de los ocurridos mundialmente. Estas estadísticas surgen de los casos que han sido reportados a la FLIP, o a otras organizaciones defensoras de este derecho y que han sido investigados para determinar su veracidad y su relación con el ejercicio del periodismo.

30. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2003), Informe anual sobre la libertad de prensa en Colombia, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://goo.gl/IDhXM

Según este informe, en 2003 los asesinatos a periodistas en Colombia se mantuvieron en la misma tendencia de los últimos años y asevera que los corruptos son los principales agresores de los comunicadores del país. El informe documenta el asesinato de cinco reporteros, de los cuales cuatro fueron asesinados por denunciar casos de corrupción administrativa y uno en un retén ilegal. Este documento explica que aunque las amenazas disminuyeron en relación con el año anterior, este mecanismo que atenta contra la libertad de prensa y expresión sigue estando en niveles preocupantes pues 55 comunicadores fueron amenazados durante este año, es decir, en promedio uno cada semana. Así mismo, este informe explica como algunos de los actores armados del conflicto (guerrilla y paramilitares en especial) se han aliado para silenciar a la prensa en territorios del país donde se presentan confrontaciones armadas de alto impacto, y la manera como estos hechos han llevado a que muchos periodistas hayan recurrido a la autocensura sobre ciertos temas o regiones.

31. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2004), Informe anual sobre la libertad de prensa en Colombia, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://goo.gl/9Ig3c

En el seguimiento que hizo la FLIP al estado de la libertad de expresión en Colombia durante 2004 hubo, en términos generales, una mejoría. Según el informe, el hecho de que hubiera menos asesinatos y atentados graves contra periodistas es un logro considerable. Sin embargo, hay síntomas nuevos preocupantes. El informe documenta el caso de tortura a una reportera, algo sin antecedentes conocidos en el país. También incluye las obstrucciones y agresiones a los periodistas para impedirles ejercer su labor, las cuales aumentaron en más del 50 por ciento. Se asevera que la impunidad es la regla general, lo que incentiva a que se siga agrediendo a los periodistas. Esto lleva a medios y a periodistas a no informar bien, o a dar informaciones parciales o, lo que es peor, a callar graves problemas que aquejan a su comunidad. Se está violando así no solo la libertad de expresión y pensamiento, sino también el derecho a recibir información veraz, como manda la Constitución colombiana.

32. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2005), Informe anual sobre la libertad de prensa en Colombia, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://goo.gl/yVME0

En este informe la FLIP asevera que inhibidos por el miedo a ser amenazados o agredidos, muchos periodistas en Colombia han optado por dejar de informar sobre temas sensibles a intereses ilegales. Asuntos como la corrupción, el narcotráfico y la acción de los grupos armados ilegales han salido de las agendas informativas de los medios regionales, o apenas se registran escuetamente. La autocensura es la característica predominante del periodismo en Colombia. Así, en varias regiones

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del país el mercado informativo es reducido. Quienes intentan abordar estos temas son amenazados o sutilmente silenciados. A través de llamadas, razones o mensajes que nunca llegan a denunciarse antes las autoridades, los periodistas abandonan investigaciones importantes para el control democrático en las regiones. La mayoría de las 64 amenazas registradas en el 2005 (en el 2004 se registraron 39) se originaron por piezas periodísticas relacionadas con corrupción o paramilitarismo. El objetivo primordial era silenciar al periodista, propiciar su salida de la zona y enviar un mensaje intimidatorio a sus colegas. Los grupos guerrilleros –FARC y ELN– también son responsables de este tipo de violación a la libertad de prensa.

33. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2006), Informe anual sobre la libertad de prensa en Colombia, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://goo.gl/HoRDq

Según este informe, en 2006 la prensa informó en medio de un clima de zozobra. El proceso de paz con los grupos paramilitares, las elecciones parlamentarias y presidenciales, y los escándalos de corrupción fueron los grandes temas de la agenda periodística. Y aunque el periodismo regional y nacional asumió el reto de cubrirlos, lo hizo en medio de condiciones adversas. En total, la FLIP registró 140 violaciones a la libertad de prensa. Esto representa un aumento del 37% en comparación con el 2005. De estos 140 registros, los grupos paramilitares serían los presuntos autores de 38 casos; la Fuerza Pública, de 21; la guerrilla de las FARC, de 18, y los funcionarios públicos, de 15 casos.

34. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2007), El desafío de informar en Colombia. Informe anual sobre la libertad de prensa en Colombia, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://www.flip.org.co/alert_display/0/213.html

En 2007 se reportaron 162 violaciones a la libertad de prensa, lo que implicó casi una agresión contra el periodismo cada dos días. De ellas, más del 50% revistieron la forma de amenazas que recibieron los comunicadores con motivo de su tarea informativa. La gravedad de estos hechos llevó a 16 periodistas a abandonar sus lugares de origen. En cuanto a los asesinatos de periodistas, se contabilizaron dos muertes, por razones de oficio. Como presuntos autores de las violaciones a la libertad de prensa, aparecen los grupos armados paramilitares. Alrededor del 19% de las agresiones recibidas por periodistas provendrían de estos grupos, a pesar de que en 2007 se cumplieron cuatro años del inicio del proceso de desmovilización y dos de la vigencia de la Ley de Justicia y Paz. Más abajo, en la lista de presuntos autores, aparecen la guerrilla de las FARC, los ciudadanos particulares, los funcionarios públicos y miembros de la fuerza pública. Estos dos últimos se mencionan como autores del 21% de las violaciones a la libertad de prensa.

35. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2009), La amenaza y la estigmatización: intimidaciones invisibles contra la prensa en 2008. Informe sobre el estado de la libertad de prensa en Colombia, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://goo.gl/Iwoju

En este informe la FLIP denuncia que durante 2008 esta organización registró 130 violaciones a la libertad de prensa en Colombia. Esta cifra representa una disminución de aproximadamente 20% en comparación con 2007, año en el que la FLIP registró 162 violaciones. Los 130 casos registrados

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en 2008 involucraron 181 víctimas: 133 hombres, 35 mujeres y trece medios de comunicación. La amenaza sigue siendo la forma más frecuente para coartar la labor de los periodistas y medios de comunicación. Doce periodistas tuvieron que salir de su región por cuenta de estas amenazas, y dos más se exiliaron. Los tratos inhumanos o degradantes (31) y las obstrucciones al trabajo periodístico (21) también registraron un leve descenso. Se destaca igualmente que en el periodo reportado no hubo asesinatos de periodistas por razones de oficio. Se presentaron agresiones (trato inhumano o degradante) contra periodistas durante los cubrimientos de manifestaciones públicas, protestas o desalojos. La poca tolerancia hacia la prensa, tanto por parte de los manifestantes como de la Fuerza Pública, se vio reflejada en los 13 casos de agresiones y cinco de obstrucciones en este tipo de hechos. En 2008 se registraron 31 casos de tratos inhumanos o degradantes que dejaron 58 periodistas afectados.

36. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2010), Interceptaciones y seguimientos ilegales: grave intimidación al periodismo colombiano. Informe sobre el estado de la libertad de prensa en Colombia en 2009, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://goo.gl/K8j3m

Según este informe, en 2009 el estado de la libertad de prensa en Colombia no varió significativamente en comparación con años anteriores. Se reportaron 157 violaciones a la libertad de prensa, las cuales implicaron a 258 periodistas. Sin desconocer los logros que se han obtenido en materia de seguridad física de los periodistas, preocupa que desde hace dos años las cifras se vienen manteniendo estables, lo cual, aunque denota que la situación no tiende a empeorar, tampoco mejora. Sin embargo, se incrementó la obstrucción al trabajo periodístico, que aumentó a raíz de las operaciones ilegales de inteligencia contra periodistas (interceptaciones y seguimientos) por parte del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), la agencia de inteligencia estatal. Del escándalo se han confirmado 16 casos contra periodistas, no obstante, el fenómeno puede haber abarcado a más personas y puede haber incluido delitos como la planeación por parte de agentes estatales de cómo intimidar a una periodista. En el año se registró el asesinato de un periodista por razones de oficio.

37. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2011), El olvido de la justicia. Informe sobre el estado de la libertad de prensa en Colombia en 2010, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://www.flip.org.co/alert_display/0/1851.html

Según el informe, de los 138 casos de periodistas asesinados por razones de su oficio desde 1977 hasta 2010, 19 casos están cerca de prescribir y 46 casos ya prescribieron. Es decir, el 90% de los casos de periodistas asesinados antes de 1991 quedaron impunes. Hasta el momento, solo se conocen cinco sentencias condenatorias a autores intelectuales por homicidios a periodistas, ocho sentencias absolutorias y 29 casos permanecen estancados en investigación preliminar. Durante el 2010 se presentaron los asesinatos de los periodistas por razones de oficio. La FLIP también documentó 51 casos de amenazas contra periodistas durante el año; varios atentados contra instalaciones de emisoras radiales; los avances judiciales por los seguimientos e interceptaciones ilegales hechos por el DAS contra periodistas. La FLIP subraya el incremento de denuncias penales, sin justa causa, por injuria y calumnia contra periodistas. Se documentaron 10 casos a lo largo del año donde la

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mayoría de denuncias son de líderes políticos o funcionarios públicos. Asimismo, la FLIP destaca la declaración como crimen de lesa humanidad del asesinato del ex director de El Espectador, Guillermo Cano, sucedido en 1986 y la vinculación de los líderes políticos Ferney y Dixon Tapasco al proceso por el homicidio del periodista Orlando Sierra, ocurrido en 2002.

38. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2012a), ¿La censura en las regiones llegó para quedarse? Informe sobre el estado de la libertad de prensa en Colombia en 2011, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://www.flip.org.co/alert_display/0/2551.html

En este informe, la FLIP documenta 131 casos de censura directa e indirecta en Colombia y expresa su preocupación sobre la evidente sensación de miedo entre los medios de comunicación locales y regionales. Según el informe, hay sectores de la prensa que han preferido silenciarse debido al latente riesgo. Luego de hablar con más de 300 periodistas para este informe, la FLIP asevera que la alianza entre grupos armados ilegales, la minería ilegal, el micro tráfico y la corrupción política, son algunos de los temas que los periodistas locales reconocen que no están cubriendo por temor a las reacciones violentas. El informe resalta que se siguen presentado ataques directos contra periodistas, y que especial atención merece la situación en los departamentos de Antioquia, Cauca, Cesar y Magdalena. Vale la pena resaltar que durante 2011 se presentaron 94 casos de amenazas a periodistas, la cifra más alta de los últimos cinco años.

39. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2012b), Urabá, miedo latente y temas vedados para el periodismo, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://goo.gl/nijNm

Antioquia es uno de los departamentos más riesgoso para ejercer el periodismo. En los últimos dos años han sido reportados a la FLIP 14 amenazas y 1 exilio en la región y, en julio de 2011, el homicidio del periodista Luis Eduardo Gómez en la zona de Arboletes. La mayoría de esas amenazas vienen presuntamente de los reductos que sobrevivieron a la desmovilización de los hombres del “Alemán”, hoy conocidos como Autodefensas Gaitanistas o Urabeños. Este informe presenta un análisis de la relación entre periodismo y conflicto armado en esta región de Colombia.

40. Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP (2013), De las balas a los expedientes. Informe sobre el estado de la libertad de prensa en Colombia en 2012, Bogotá, FLIP. Disponible en: http://www.flip.org.co/alert_display/0/2197.html

En este informe, la FLIP registra 158 agresiones directas contra periodistas en el ejercicio de su oficio, entre las que se incluye el asesinato de Guillermo Quiroz en San Pedro, Sucre; el atentado contra Fernando Londoño en Bogotá; la amenaza colectiva a 10 periodistas de Santa Marta, Magdalena; el desplazamiento forzado de 6 reporteros y el exilio de uno. Si bien las condiciones de seguridad para periodistas en otros países de América Latina, como México, Honduras y Brasil son muy delicadas, Colombia es uno de los lugares más peligrosos para el periodismo, especialmente a nivel local. Igualmente preocupa el estado de impunidad en que se encuentran varias investigaciones. En 2012 prescribieron dos casos de asesinatos de periodistas. Las investigaciones por las interceptaciones y seguimientos a periodistas por parte del DAS, parecen haber entrado en un letargo. Se dieron

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condenas contra mandos medios de la entidad, pero las investigaciones a funcionarios de alto nivel siguen sin mostrar avances. Por otro lado, se destacan ciertos avances en el caso de Jineth Bedoya, que fue declarado crimen de lesa humanidad, así como en los de Orlando Sierra y Jaime Garzón, ambos en etapa de juicio. La FLIP registró el incremento de procesos judiciales contra periodistas como método de censura.

41. Fundación Guillermo Cano Isaza (2006), Apuntes a dos décadas de periodismo bajo presión, Bogotá, Fundación Guillermo Cano Isaza. Disponible en: http://goo.gl/rkxM9

Al cumplirse 20 años del asesinato de Guillermo Cano Isaza, la Fundación Guillermo Cano Isaza publica el cuaderno 1986-2006: Apuntes a dos décadas de periodismo bajo presión, en el que periodistas y analistas de medios recogen la historia del periodismo nacional a partir de la fecha del 17 de diciembre de 1986. El cuaderno presenta una crónica escrita por Ignacio Gómez, en la que reconstruye el carácter de Guillermo Cano Isaza, revive el último día en El Espectador y se extiende a partir de allí, sobre los días y las noches que sobrevinieron después para el periodismo colombiano. A continuación, Germán Rey, hace un estudio pormenorizado de las transformaciones ocurridas en los medios de comunicación nacionales en el período comprendido entre 1986 y 2006. Las crisis económicas, las amenazas, los ataques reales a la prensa por parte de grupos fuera de la ley; la censura y la consiguiente autocensura; la globalización, los retos tecnológicos, las disposiciones gubernamentales, son los elementos principales que enfrentan hoy los medios de comunicación escritos, radiales y televisivos. Por último, se incluye una cronología en la que se recogen los nombres de los periodistas asesinados, atacados, amenazados o retenidos durante el ejercicio de su profesión, así como decenas de casos en donde se han visto afectados las sedes de medios o sus equipos, para la libre circulación de la información.

42. Giraldo, Diana; Roldán, Ismael & Flórez, Miguel (2003), Periodistas, guerra y terrorismo. Bogotá, Editorial Planeta.

Este libro esboza las dificultades que presentan los periodistas colombianos en su trabajo y caracteriza el impacto del conflicto armado colombiano en su relación con este ejercicio profesional. Los autores realizaron 70 entrevistas a periodistas colombianos que cubren el conflicto con el fin de entender la lógica de su conducta y cómo representan su profesión. Las entrevistas señalan las dificultades y el impacto en la información y la libertad de prensa que se dan en una sociedad que vive en medio del conflicto. El miedo, el dolor, la manipulación de la información, la intimidación y las amenazas de muerte que ejercen los actores armados sobre los periodistas hacen que la libertad de información y de prensa se restrinja y se sienta amenazada. Como conclusión los autores aseveran que las violaciones a la libertad de prensa tienen un efecto inhibitorio para informar.

43. Gómez, Joaquín (2005), Medios de Comunicación y Conflicto Urbano. Análisis de contenido de los medios de comunicación regionales en el conflicto armado en la Comuna 13 de Medellín. Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana.

Según el autor, el conflicto urbano es un fenómeno de reciente aparición en el país y es por eso

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que se trata de un nuevo escenario para el trabajo de los medios de comunicación en este tipo de situaciones. El libro es un acercamiento al trabajo desarrollado por las empresas informativas durante el periodo crítico de orden público en la Comuna 13 de Medellín, llevando a cabo una metodología de análisis de contenido que exigió el acercamiento previo a la historia de la ciudad, a las características conceptuales del término conflicto armado y al trabajo periodístico de la prensa y de la televisión en este tipo de acontecimientos.

44. Gómez, Patricia; Guerrero, Arturo & Velásquez, Mónica (2003), La guerra: una amenaza para la prensa, Bogotá, Corporación Medios para la Paz.

Este libro presenta los hallazgos de una investigación sobre los problemas que tienen que enfrentar los periodistas regionales en Colombia en su labor diaria de cubrir el conflicto armado. Entre las principales dificultades los autores señalan: la presión y persecución por parte de los actores de la guerra; los conflictos de interés en las relaciones con las diversas fuentes; las dificultades crecientes para llevar una cobertura adecuada de las confrontaciones; la necesidad de atender diferentes trabajos para poder obtener ingresos que les permitan sobrevivir; las tensiones que se derivan de la situación de pluriempleo y las dificultades que experimentan en su trabajo con los editores centrales. Luego de entrevistar a 120 periodistas y directores de medios de comunicación en 20 ciudades de Colombia, el trabajo encuentra que los reporteros regionales estaban siendo rotulados como guerrilleros, paras o fachos por sus propios colegas, debido al cubrimiento que venían realizando sobre el conflicto y por las relaciones que éstos establecían con sus fuentes de información.

45. González, Camilo (2008), “Encrucijadas de la comunicación en tiempos cruzados”, en VV.AA., La palabra desarmada. El futuro del periodismo en Colombia, Bogotá, Corporación Medios para La Paz, pp. 23-30.

Este texto plantea que el periodismo colombiano se enfrenta a nuevos retos en el tratamiento de los temas de conflicto y posconflicto como resultado de las transformaciones en el escenario político y de las confrontaciones armadas en los últimos años en el país. Las noticias se están desplazando al tema del posconflicto debido a la presión ejercida por el gobierno y los estrategas de la guerra para justificar este viraje de atención, al pregón de la derrota de la guerrilla y la superación del paramilitarismo, lo que nos situaría en el fin del fin, a corto plazo. El autor afirma que el reto de los medios de comunicación está en cómo contribuir a la verdad y la memoria cunado estas dimensiones se abordan en medio de violencias y conflictos armados no resueltos. Frente a este panorama, dice el autor, quizás las respuestas estén en la necesidad de darle prioridad a la voz de las víctimas y en las investigaciones académicas, acompañadas de la construcción de escenarios de diálogo incluyente y pluralista, en donde el concurso de los medios de comunicación es fundamental.

46. Guerrero, Arturo (2008), “El oficio: perplejidades y debates”, en VV.AA., La palabra desarmada. El futuro del periodismo en Colombia, Bogotá, Corporación Medios para La Paz, pp. 129-157.

Este texto promueve una reflexión sobre los aprendizajes colectivos generados tanto por los procesos de capacitación de periodistas en distintas regiones del país como por los trabajos de

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investigación sobre prácticas y rutinas informativas que ha emprendido la Corporación Medios para La Paz durante sus diez años de existencia. Según el autor, el campo donde se decidirá el desarme de la autocensura, que es la práctica más usual del gremio, está en el interior de los propios medios, por lo que es allí donde hay que buscar los métodos para hacerlo. ¿En qué condiciones realizan su trabajo los periodistas colombianos que a diario afrontan los dilemas éticos y de responsabilidad informativa? Para el autor la principal protección contra las amenazas y atentados es el ejercicio responsable de la profesión.

47. Guerrero, Arturo (2010), País lejano y silenciado: Autocensura y prácticas periodísticas en el periodismo regional, Bogotá, Fundación para la Libertad de Prensa, Corporación Medios para la Paz. Disponible en: http://flip.org.co/autocensura/INFODIAGNOSTICO.pdf

Esta publicación presenta los hallazgos de una investigación que tuvo como propósitos identificar la existencia de la autocensura en la información en el contexto local y regional, así como analizar la incidencia de las prácticas periodísticas en el aumento o la disminución de los niveles de riesgo del ejercicio del periodismo en las regiones. Según el autor “Los reporteros regionales de Colombia, que encuentran sus historias en fuentes directas y que muchas veces padecen las consecuencias de estas historias, no las están relatando. No están contando todo lo que tienen que contar. Los periodistas han hecho un pacto tácito para salvaguardar sus vidas y las de sus familias”, y agrega que “si bien los grupos violentos y los políticos corruptos son los responsables de buena parte de las amenazas y atentados contra comunicadores, las condiciones laborales y el sistema de consecución de avisos publicitarios son mordazas eficaces a la libertad de información”. Así, la población muchas veces se entera de los sucesos por la vía del rumor, o por las alertas que dan las comunidades, pero estos hechos no reciben el espacio ni el reconocimiento que debería darles la prensa.

48. Gutiérrez, Liliana (2007), “La prensa como creadora de estereotipos sobre los reinsertados y el proceso de paz en Colombia”, en Palabra Clave, Vol. 10, Núm. 2, Bogotá, pp. 11.25. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=64910201

Este artículo presenta los resultados de una investigación sobre los marcos de interpretación con que la prensa escrita colombiana informa de los procesos de reinserción e incorporación a la vida civil de paramilitares y guerrilleros, así como la posible influencia en la construcción de la imagen prejuiciosa de éstos ante la opinión pública. El estudio aborda los tres medios de mayor influencia en el país: el periódico El Tiempo y las revistas Cambio y Semana. Se toman como base los planteamientos de los teóricos Maxwell MacCombs y Robert Entman en torno a la teoría de los encuadres noticiosos (news frames), y el análisis crítico del discurso de Teun Van Dijk. Las conclusiones del estudio muestran que los medios analizados son escépticos frente al proceso de reinserción a la vida civil de los combatientes, enfatizan el rol de victimarios y promocionan un marco de interpretación basado en la incapacidad del gobierno para llevar a feliz término este proceso.

49. Gutiérrez, Liliana; Valderrama, Jairo; Prada, Rodolfo; Barrera, Carmen & Forero, Alfonso (2010), “La mirada prejuiciosa de la prensa a los reinsertados” en Signo y Pensamiento, Vol.

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29, Núm. 56, Bogotá, pp. 376-387. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=86019348021

Este artículo analiza imagen que presentan las revistas y periódicos colombianos sobre las personas que se han acogido al programa de desmovilización de grupos armados y reinserción a la vida civil. Para responder a este propósito, se analizaron las notas periodísticas sobre el programa de reinserción y los reinsertados que fueron publicadas entre el primero de enero de 2005 y el 30 de septiembre de 2006 en los medios de comunicación escritos de mayor circulación e influencia en Colombia: las revistas Semana (37 notas periodísticas) y Cambio (32), y el periódico El Tiempo (64). Se consideró, entre otros factores, el tipo de fuente, el rol del reinsertado, el tipo de título y los puntos de vista.

50. Herrán, María; Guerrero, Arturo & Losada, Diana (2005), Cubrimiento periodístico responsable del desplazamiento forzado interno, Bogotá, Corporación Medios para la Paz. Disponible en: http://goo.gl/XPVOD

Este manual es el resultado de ocho talleres con 250 periodistas sobre el cubrimiento informativo de la problemática del desplazamiento forzado interno, tema que, según plantean los autores, no se le presta la debida atención en los medios de comunicación y que no suele relacionarse con los procesos de negociación o la solución de los conflictos. El texto plantea un análisis sobre la problemática del desplazamiento desde los lentes de los periodistas; además recoge una serie de documentos, datos jurídicos e históricos que permiten realizar una contextualización completa sobre la problemática. Sumado a lo anterior el manual realiza una reflexión en torno al imaginario colectivo sobre las personas en situación de desplazamiento y propone un manejo distinto del lenguaje en la difusión de esta información.

51. Informe Nacional de Desarrollo Humano (2003), “Cambiar los imaginarios: educación y medios de comunicación”, en El Conflicto, callejón con salida. Informe Nacional de Desarrollo Humano 2003. Bogotá, PNUD, pp. 417-443. Disponible en: http://goo.gl/i7XWh

Este capítulo del Informe Nacional de Desarrollo Humano para Colombia 2003, se refiere a dos componentes del aparato cultural: el sistema educativo y los medios de comunicación. Tras explorar la relación conceptual entre paz y educación, la sección A sugiere algunas medidas para extender el servicio educativo a las víctimas del conflicto, aislar la escuela de las acciones armadas, educar a nuestros niños y jóvenes para la convivencia democrática, y hacer de la juventud una fuerza constructora de paz. La sección B empieza por una breve aclaración histórica para luego orientar una reflexión sobre qué cubren —o no cubren— los medios del conflicto, cuáles fuentes usan —o no usan—, a quién le dan —y a quién le niegan— voz. Para este informe, la percepción sobre el conflicto armado es fruto, sobre todo, de los medios. La sociedad, incluso, tiende a achacarle a ellos la responsabilidad del conflicto, mientras los periodistas creen haberse limitado a describir la realidad tal cual es. Y es cierto: los medios no se inventan las masacres ni las “tomas”, sino que informan sobre la realidad. Pero la “realidad” no es —no puede ser—un absoluto, sino un hecho que alguien percibe de cierta manera. Es en su manera de percibir y relatar la realidad, radica también la responsabilidad de medios para salir del callejón del conflicto armado.

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52. Jaramillo, Carolina & Molina, Juliana (2010), “Las movilizaciones del 4 de febrero y el 6 de marzo de 2008. Una lectura de las representaciones sociales en el discurso de la prensa nacional”, en Signo y Pensamiento, Vol. 29, Núm. 57, Bogotá, pp. 354-371. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=86020052023

Este artículo analiza el discurso de prensa sobre dos de las mayores movilizaciones ciudadanas de la historia de Colombia. La primera, la que se realizó el 4 de febrero de 2008, como respuesta a una convocatoria realizada por medio de la red social Facebook, con el lema “Un millón de voces contra las FARC”. La segunda movilización se realizó el 6 de marzo del mismo año, convocada por el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, cuyo lema fue “Homenaje nacional a las víctimas del paramilitarismo, la parapolítica y los crímenes de Estado”. Las autoras recopilan las noticias sobre las marchas publicadas en tres diarios impresos de circulación nacional: el diario El Tiempo (el mayor periódico nacional), el diario El Colombiano (que representa la región del país con el índice más alto de movilizaciones sociales) y el semanario Voz (que representa los sectores políticos de izquierda y pertenece al partido comunista). El artículo presenta la clasificación y categorización de información desde la perspectiva del análisis del discurso (AD), y una aproximación a los resultados de la categorización cualitativa de la información.

53. León, Juanita (2004), La relación entre los periodistas y sus fuentes, Bogotá, Proyecto Antonio Nariño. Disponible en: http://goo.gl/Y6dJO

La relación con las fuentes es complicada: los periodistas usan a sus fuentes pero a la vez son manipulados por ellas. Lo clave es darse cuenta a tiempo cuándo está uno al servicio de ellas. La mayoría de periodistas dicen que se dedicaron a este oficio para “darle voz a los que no la tienen” para “ayudar a comprender el mundo” o “para denunciar las injusticias”, sin embargo, si un extraterrestre aterrizara en Colombia y leyera los diarios, las revistas, viera la televisión y escuchara la radio, pensaría que la función de los periodistas es prácticamente la contraria: hablan los presidentes y los ex presidentes, los famosos cuentan sus chismes y sus vidas, los empresarios reportan sus utilidades, los funcionarios se ufanan de sus éxitos. Este manual pretende abordar estas situaciones desde un enfoque práctico. Es una guía para que los periodistas reflexionen sobre su trabajo y aprendan técnicas concretas para mejorar su relación con las fuentes. Saber cultivar las fuentes, estar lo suficientemente cerca de ellas para conocer lo que hacen desde adentro, pero lo suficientemente lejos para guardar una distancia prudente y una independencia respetuosa con el lector, son algunas de las pistas prácticas que desarrolla la autora en este trabajo.

54. López, Fabio (2003), “Debate público, guerra y desregularización informativa en Colombia”, en Iconos, Vol. 16, Quito, pp. 24-64. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=50901608

Este artículo propone algunos elementos de análisis relacionados con la manera en la que los medios de comunicación y el periodismo colombianos cubrieron el proceso de paz llevado a cabo durante la administración de Andrés Pastrana (1998-2002). El texto además aborda los problemas y dificultades que la concentración económica y la indolencia gubernamental sobre políticas comunicativas

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democráticas están generando para el funcionamiento más o menos competitivo del sistema de medios y de las versiones emitidas acerca de la realidad nacional.

55. López, Fabio (2005), “Aprendizaje del periodismo. Entre la paz de Pastrana y la seguridad democrática de Uribe”, en Palabra Clave, Vol. 8, Núm. 2, Bogotá, pp. 7-45. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=64901301

El autor hace un análisis sobre los aciertos y errores de los medios de comunicación al informar sobre el conflicto armado y los procesos de paz que se han llevado a cabo en Colombia. Presenta, en una primera parte, una visión sintética del periodismo en el proceso de paz con las FARC entre 1999 y 2002, poniendo especial atención a la relación con las fuentes de información acerca de la guerra. La segunda parte del texto analiza los problemas y riesgos del cubrimiento periodístico del conflicto en el contexto de la seguridad democrática del presidente Uribe y de sus presiones por redefinirlo semánticamente.

56. López, Fabio (2006), “Ética periodística, verdad noticiosa sobre el conflicto armado y reconciliación nacional en Colombia”, en Helfrich, L. & Kurtenbach, S. (editores), Colombia. Caminos para salir de la violencia, Madrid/Frankfurt, Iberoamericana/Vervuert, pp. 353-393.

Este texto describe los conceptos teóricos que fundamentaron una investigación sobre la cobertura mediática del conflicto armado y del proceso de paz en Colombia durante 1999. El autor plantea la hipótesis de que las conversaciones de paz entre el gobierno nacional y la guerrilla de las FARC, significó una precaria pero interesante apertura política del espacio informativo y una mayor visibilidad de este grupo insurgente, que apareció con sus contradicciones y acciones cruzadas de paz y guerra en las agendas de los medios. El artículo sostiene que los medios de comunicación analizados estuvieron plegados, a través de sus rutinas y prácticas profesionales, a la defensa del statu quo y a la configuración de una agenda noticiosa en la que primó la frivolidad, el inmediatismo, la improvisación y la falta de preparación de los periodistas para informar con conocimiento de causa sobre el conflicto armado interno y sus posibilidades de negociación política.

57. Montoya, Catalina (2011), Framing Event-Driven News. The Promotion of the Us Agenda in the Colombian Armed Conflict Through the Pages of El Tiempo Newspaper, Bogotá, Fondo Editorial Universidad Javeriana.

Este artículo analiza tres incidentes que marcaron la agenda informativa nacional en lo relacionado con la política de intervención de los Estados Unidos en Colombia: el asesinato por parte de las FARC de tres indigenistas estadounidenses en 1999; el escándalo por tráfico de cocaína protagonizado por un agregado militar de la embajada de los Estados en Unidos, también en 1999; y el secuestro de tres contratistas norteamericanos a manos de las FARC en 2003. Siguiendo la metodología del frame analysis, la autora examina estos tres incidentes en la agenda informativa del diario El Tiempo, y los ubica en una perspectiva teórica que permite comprender cómo en la esfera pública hay eventos disruptivos (event-driven news) cuya fuerza dramática, riqueza informativa, ausencia de control y de planeación previa, suelen interrumpir la influencia de las elites sobre los medios de comunicación,

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dando oportunidad a que actores no-oficiales compitan con sus puntos de vista. Este fue el caso de uno de estos eventos (el del tráfico de cocaína) que al desbordar el control de las elites sobre el mismo, posibilitó otras voces en la información, aunque el diario no se movió hacia una crítica sustancial, sino apenas procedimental sobre la política exterior de los Estados Unidos en el país.

58. Moreno, María (2009), El papel de la prensa en la construcción y representación del relato mediado de la masacre de El Salado, Bogotá, Ediciones Uniandes.

La autora de este texto asevera que el tratamiento periodístico sobre la masacre de El Salado se volcó a condenar el accionar de las FARC como causante de la misma y su falta de voluntad de paz, pasando por alto el poder devastador del paramilitarismo del cual se vino a tener conciencia algunos años después en el contexto de su desmovilización. Según la autora, esto generó que las AUC se mediatizaran para buscar el respaldo de la sociedad, como lo hizo en su momento el M-19. En el ámbito periodístico esto reiteró la importancia de tener en cuenta a los grupos al margen de la Ley como fuentes informativas tomando distancia de las fuentes oficiales, lo que no quiere decir que las Fuerzas Militares y los entes judiciales no sigan predominando en las informaciones sobre el conflicto colombiano. El libro aborda aspectos relacionados con el apego a las fuentes oficiales, la irrupción de las voces de los victimarios y la precariedad del papel de las víctimas en las publicaciones periodísticas.

59. Morris, Hollman (2006), “Medios de comunicación ‘informan’ un conflicto irreal”, en UN Periódico, Núm. 79, Bogotá, Disponible en: http://goo.gl/mH1i6

Este texto plantea que en el contexto de la guerra interna, el periodismo colombiano está reflejando deformaciones peligrosas. Lo anecdótico, la descontextualización y la exclusión de la sociedad civil como fuente de información han consolidado la idea de un conflicto sin memoria ni sentimientos, sin víctimas ni crueldad. Según el autor, los periodistas, los directores de medios y de canales están en mora de hacer una mirada autocrítica antes que la sociedad se levante y les señale las irresponsabilidades en la construcción de la memoria de la nación y de las víctimas.

60. Ortiz, Germán (2002), “La libertad de informar en Colombia:entre la censura y la autorregulación”, en Sala de Prensa, Vol. 2, Núm. 42. Disponible en: http://www.saladeprensa.org/art335.htm

Este artículo dialoga con los resultados del estudio llevado a cabo por el Observatorio de Medios de la Universidad de la Sabana, en el que se encuesta a 159 periodistas del país para obtener información sobre el estado de la libertad de prensa, las rutinas periodísticas y la ética profesional en el cubrimiento del conflicto armado. Con el estudio se pretendió lograr dos objetivos: por una parte, explorar cuáles son los posibles obstáculos al ejercicio de la libertad de prensa a los que con mayor frecuencia se enfrentan los periodistas; y por la otra, conocer los principales criterios éticos que rigen actualmente el ejercicio del periodismo en el cubrimiento del conflicto. Según el autor, la presión de una espiral de hechos que por su inmediatez y magnitud generan una creciente tensión en las salas de redacción y emisión de radio y televisión, es necesario insistir en los riesgos de este

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síndrome que no hace otra cosa que restarle credibilidad a los medios de comunicación y capacidad de reflexión a las personas que están detrás de las noticias.

61. VV.AA. (2004), Memorias del Foro ‘Medios de comunicación y conflicto armado’, Bogotá, PNUD, Caracol Radio, El Tiempo, Confecámaras, Revista Semana. Disponible en: http://goo.gl/w5Ng2

Este documento presenta las memorias del foro Medios de comunicación y conflicto armado, celebrado en febrero de 2004. El evento pretendió aportar una mejor comprensión sobre el impacto que el conflicto armado ha tenido sobre los medios de comunicación y el oficio periodístico, así como analizar los efectos que produce el trabajo informativo de los medios en el desarrollo del conflicto armado interno. Mediante tres paneles de discusión el evento buscó escuchar de los periodistas, académicos y expertos sus propuestas, preguntas y soluciones, entablando un diálogo entre diferentes sectores de la sociedad.

62. Pardo, Neyla (2005), “Representación de los actores armados en conflicto en la prensa colombiana” en Revista Forma y Función, Núm. 18. Bogotá, pp. 167-196. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=21901807

En la actualidad, la reflexión sobre la responsabilidad social de los medios es fundamental para comprender su papel en la construcción de la realidad, por lo que es necesario desentrañar sus significados. El artículo presenta los resultados parciales de dos investigaciones que han permitido una primera reflexión sobre las representaciones de los actores armados del conflicto colombiano en cuatro periódicos. Los resultados del análisis crítico del discurso indican que existen diversas formas de nominación de los distintos actores sociales que están asociadas con la construcción de sus identidades colectivas.

63. Reporteros Sin Fronteras, RSF (2002), Arauca: La información en riesgo, Bogotá, Reporteros Sin Fronteras, Fundación para la Libertad de Prensa, Instituto Prensa y Sociedad, Proyecto Antonio Nariño, Sociedad Interamericana de Prensa. Disponible en: http://es.rsf.org/predator-arauca-la-informacion-en-riesgo,4587.html

Este informe presenta los resultados de la misión de observación al estado de la libertad de expresión en Arauca que se realizó en noviembre de 2002. La misión fue motivada por el asesinato de Efraín Varela, un influyente periodista de la región, y por las denuncias de amenazas presentadas por periodistas de Arauca. Adicionalmente, la declaratoria de tres municipios del departamento como zona de rehabilitación, hizo más pertinente la visita. La misión se concentró en los municipios de Arauca y Saravena, en donde entrevistó a 15 periodistas de medios locales y nacionales y 5 dueños y/o gerentes de medios.

64. Reporteros Sin Fronteras, RSF (2007), “Paramilitares: unas “Águilas negras’ dispuestas a abatirse sobre la prensa”, Bogotá, Reporteros Sin Fronteras. Disponible en: http://es.rsf.org/IMG/pdf/Colombie_esp.pdf

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Este informe presenta los resultados de la misión de observación llevada a cabo por Reporteros Sin Fronteras del 28 de abril al 5 de mayo de 2007. Esta organización acudió a Colombia para indagar por la situación de los medios de comunicación en el contexto del proceso de desmovilización de los paramilitares emprendido por el Presidente Álvaro Uribe Vélez. Según el informe, pocos de estos milicianos se han reinsertado verdaderamente en la sociedad civil, y son muchos los que continúan sembrando el terror, en particular en los medios de comunicación locales. Para esta organización, la Ley de Justicia y Paz, aprobada en julio de 2005, al establecer de cinco a ocho años de cárcel para los delitos más graves, les garantiza impunidad a este tipo de actores.

65. Reporteros Sin Fronteras, RSF (2010), “ChuzaDas: las grandes orejas de inteligencias vueltas contra la prensa”, Bogotá, Reporteros Sin Fronteras. Disponible en: http://es.rsf.org/IMG/pdf/Informe_Chuzadas.pdf

A tres años de haber realizado una misión sobre el tema de los paramilitares (“Paramilitares: unas ‘Águilas negras’ dispuestas a abatirse sobre la prensa”), una delegación de Reporteros sin Fronteras visitó Colombia del 10 al 16 de mayo de 2010, acompañada de la presidenta de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) para América latina y el Caribe. La misión se dedicó a indagar por los efectos de las interceptaciones ilegales en la libertad de expresión durante el doble mandato del presidente Álvaro Uribe. Para esta organización, lejos de limitarse a las escuchas telefónicas (“chuzadas”), el escándalo implica espionaje, actos de sabotaje e intimidación, a veces urdidos por esos mismos que debían garantizar la seguridad de los periodistas amenazados, así como una “propaganda negra” que estigmatizaba esas voces opositoras como “enemigos del Estado”. Esta situación ha puesto en debate el futuro del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), el principal servicio de inteligencia del país, señalado como el principal artífice de esas prácticas.

66. Reporteros Sin Fronteras, RSF (2012), “Las ondas contra las balas: las radios indígenas del Cauca”, Bogotá, Reporteros Sin Fronteras. Disponible en: http://goo.gl/t4nNc

Este informe presenta los resultados de la misión de observación llevada a cabo por Reporteros Sin Fronteras a las emisoras indígenas en el departamento del Cauca, a finales de julio de 2012. Para esta organización, lejos de ser víctimas “colaterales” de los beligerantes, los pueblos indígenas y sus medios de comunicación son blancos del combate. Las amenazas provienen, tanto de parte de un Ejército, que los tilda de “simpatizantes de la guerrilla”, como por parte de la guerrilla, que los culpa de ser “colaboradores del Estado”. Esta situación ha deteriorado aún más con las nuevas advertencias de los grupos paramilitares, Águilas Negras y Rastrojos, quienes prometieron llevar a cabo una “limpieza social” en el Norte del Cauca. Reporteros Sin Fronteras pide en este informe una ayuda pública e internacional para la reconstrucción de los medios de comunicación comunitarios que han sido afectados por los combates y pide brindar seguridad a los medios comunicación y otros espacios de encuentro que requieren las comunidades.

67. Rey, Germán (2008), “La memoria del conflicto armado en el contexto de lo audiovisual”, Ponencia presentada en el foro Memorias y narrativas audiovisuales del conflicto armado, Bogotá, Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, Mimeo, 7 p. Disponible en: http://goo.gl/s5NrF

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En este texto, el autor plantea que hay una elaboración de la memoria no solo en el documental, un género que se propone expresamente esta tarea, sino también en el noticiero, o en los programas de opinión. Lo audiovisual registra los hechos, pero sobre todo los fija en sus imágenes; ofrece referencias fundamentales (los lugares, los objetos, la palabra, los tonos e intensidades de los testimonios, los vestidos, los gestos), produciendo así un “aura de verosimilitud”. Según el autor, a pesar de su instantaneidad, los textos televisivos son material de reconstrucción de la memoria histórica, como sucede con los periódicos, un corpus inevitable de la investigación histórica. En el caso de las imágenes del conflicto armado en Colombia, se plantea que es necesario pasar del protagonismo del victimario a la relevancia de las víctimas, en la medida en que hemos tenido demasiadas muestras de una memoria audiovisual que centra su atención en los violentos y que olvida las historias de las víctimas.

68. Rey, Germán & Bonilla, Jorge (2004), Calidad informativa y cubrimiento del conflicto. Estándares de calidad periodística en el cubrimiento del conflicto armado en Colombia, Bogotá, Proyecto Antonio Nariño. Disponible en: http://goo.gl/bBII2

Este estudio muestra los resultados de un monitoreo realizado por el Proyecto Antonio Nariño a la información de 12 diarios y un semanario, publicados en distintas ciudades del país, que pretendió indagar por los estándares de calidad informativa en la cobertura del conflicto armado en Colombia. ¿Qué criterios de calidad periodística asociados a la imparcialidad, la pluralidad, la precisión, la claridad y la diversidad de fuentes, temas y puntos de vista están presentes o ausentes en las agendas de los noticieros de televisión que dan cuenta del conflicto armado interno? ¿Qué prácticas profesionales y condiciones sociales de producción noticiosa inciden en la calidad de la información sobre esta problemática? Para responder estos interrogantes, se analizaron 3.039 piezas periodísticas, publicadas entre el 7 de octubre de 2002 y el 5 de octubre de 2003.

69. Rey, Germán; Bonilla, Jorge; Tamayo, Camilo & Gómez, Patricia (2005), La televisión del conflicto. Representación del conflicto armado colombiano en los noticieros de televisión, Bogotá, Proyecto Antonio Nariño. Disponible en: http://goo.gl/Hkblg

Este estudio muestra los resultados de un monitoreo realizado por el Proyecto Antonio Nariño a las emisiones de 10 noticieros de televisión, correspondientes a tres canales nacionales (RCN, Caracol y Canal Uno), tres canales regionales (Tele Antioquia, Tele Pacífico y Tele Caribe) y un canal local (Citytv), entre el 1 de mayo de 2004 y el 30 de abril de 2005. El estudio pretendió indagar por los estándares de calidad informativa en el cubrimiento del conflicto armado, mediante las dos siguientes preguntas de investigación: ¿Qué criterios de calidad periodística asociados a la imparcialidad, la pluralidad, la precisión, la claridad y la diversidad de fuentes, temas y puntos de vista están presentes o ausentes en las agendas de los noticieros de televisión que dan cuenta del conflicto armado interno? ¿Qué prácticas profesionales y condiciones sociales de producción noticiosa inciden en la calidad de la información sobre esta problemática? Combinando el análisis cuantitativo del contenido de las noticias (se analizaron 2.116 piezas informativas) con las entrevistas en profundidad a gerentes, directores, corresponsales y reporteros, este estudio da cuenta de los géneros utilizados, la tipología

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de las fuentes, los asuntos y contextos de la información, así como los testimonios de los periodistas a través de los cuales se muestra por qué y cómo informan lo que informan del conflicto armado.

70. Rey, Germán & Bonilla, Jorge (2005), La infancia y la calidad periodística en el cubrimiento informativo del conflicto armado en Colombia, Bogotá, Proyecto Antonio Nariño. Disponible en: http://goo.gl/qKG0H

Este estudio muestra los resultados de un monitoreo realizado por el Proyecto Antonio Nariño a las emisiones de 10 noticieros de televisión correspondientes a tres canales nacionales (RCN, Caracol y Canal Uno), tres canales regionales (Tele Antioquia, Tele Pacífico y Tele Caribe) y un canal local (City TV). El estudio pretendió examinar las informaciones del conflicto armado interno que involucran de manera directa o relacionada a la infancia. ¿Cuál es el cubrimiento informativo que los noticieros de televisión realizan de la infancia? ¿Qué hechos del conflicto armado están asociados a la visibilidad o invisibilidad informativa de los niños y niñas, adolescentes y jóvenes que no han cumplido los 18 años de edad? ¿En cuáles acontecimientos aparece la infancia como sujeto, fuente o asunto de la información? Para esto se llevó a cabo un análisis de la información de 123 noticias, emitidas entre el 1 de mayo de 2004 y el 30 de abril de 2005. Se destaca la victimización de la infancia en los relatos periodísticos, lo que ayuda a reforzar la idea de una infancia pasiva que recibe las acciones de otros, quienes actúan ya sea en calidad de victimarios (en contra) o de beneficiarios (a favor).

71. Reyes, Gerardo (2011), “La nave del olvido”, en Restrepo, Elvira & Bagley, Bruce (editores), La desmovilización de los paramilitares en Colombia. Entre el escepticismo y la esperanza, Bogotá, Universidad de Los Andes, pp. 373-393.

Entre el 2003 y el 2009 se llevó a cabo la mayor desmovilización de excombatientes de los grupos paramilitares en la historia de Colombia. También, por primera vez, el proceso se enmarcó en el campo de la justicia transicional, y no en las amnistías incondicionales que caracterizaron los procesos de paz anteriores en el país. El autor elabora un relato del proceso de desmovilización de los paramilitares y del marco jurídico que lo regula, centrándose en la extradición a Estados Unidos de los máximos comandantes paramilitares y de la repercusión de este hecho en las víctimas de este grupo delincuencial. El escrito se basa en la convicción de que solamente a través del estudio de la complejidad y la magnitud del dicho proceso de desmovilización se podrá contribuir al éxito de éste y, con ello, a un futuro proceso de paz con las FARC, el ELN y otros actores armados no estatales todavía alzados en armas.

72. Rincón, Omar & Ruiz, Marta (2002), Bajo todos los fuegos. Los periodistas en el conflicto colombiano, Bogotá, Proyecto Antonio Nariño.

Informar sobre el conflicto armado en Colombia es una apuesta por la libertad que muchas veces termina en la muerte y la mayoría de casos en la desinformación. En este libro se documentan los dilemas, los saberes y las estrategias que los periodistas colombianos que viven en medio del conflicto armado usan para reinventar el oficio de informar. La hipótesis que guía el ensayo es que

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frente a la situación de guerra en Colombia ni los manuales de periodismo, ni los consejos de la academias, ni las ideas de buena voluntad sirven, hay que crear nuevas formas de informar y los periodistas colombianos lo están intentando, porque la mejor estrategia contra los violentos es informar para evitar el olvido.

73. Rivera, María (2007), “Las representaciones de los actores del conflicto armado colombiano a través de los editoriales del periódico El Tiempo”, en Documentos CESO, Núm. 126. Bogotá, Universidad de los Andes.

En este texto la autora asevera que los medios de comunicación son actores políticos y que las actividades de los medios de comunicación están sujetas a las influencias, determinaciones y controles del poder político de acuerdo a las coyunturas del propio sistema de gobierno. Se argumenta que los medios escritos construyen discursos e interpretan en función de sus propias visiones e intereses a través de diversos dispositivos y que ello se torna perceptible en la manera en que transcriben para sus lectores la conflictividad de los hechos. La autora concluye que el rol de los medios de comunicación es tomado en cuenta para entender las diversas dinámicas de los actores sociales en la historia, por lo cual también les permite reconstruir la historia cotidiana en el marco de los conflictos del país, y que así mismo vinculan y disputan el monopolio de la representación de los sucesos políticos, económicos y sociales, entre otros.

74. Ruíz, Marta (2004), Estudio de casos sobre el cubrimiento de hechos del conflicto: Guaitarilla y Cajamarca, Bogotá, Proyecto Antonio Nariño. Disponible en: http://www.flip.org.co/publication_display/1055.html

Los periodistas colombianos suelen enfrentarse todos los días a historias que desafían sus principios éticos y profesionales. Casos que los sitúan frente a dilemas difíciles de resolver: fuentes que pretenden manipularlos, falta de acceso a la información, reserva del sumario y otras limitaciones que hacen de su trabajo una búsqueda permanente de nuevas fuentes y nuevas maneras de validar la información que estas les brindan. Los manuales de periodismo hablan de que el buen periodismo se hace con muchas fuentes y con la rutina de verificar cada dato, toda la información. En la práctica es muy difícil lograrlo. No siempre los periodistas se han hecho las preguntas correctas, ni se trazan un plan de trabajo adecuado. Durante el primer semestre de 2004, la prensa nacional le ha hecho seguimiento a dos historias complejas de las que aún falta mucho por decir: los hechos de Guaitarilla y Cajamarca. En este texto se analiza cómo los medios cubrieron ambos casos. Primero, una descripción del caso; luego, una reseña sobre cómo lo cubrieron los principales medios; después, una crítica y, finalmente, una preguntas para reflexionar sobre cómo hacer mejor trabajo periodístico aún en casos tan difíciles como los estudiados.

75. Rodríguez, Clemencia (Editora), (2008), Lo que le vamos quitando a la guerra. Medios ciudadanos en contextos de conflicto armado en Colombia, Bogotá, Centro de Competencia en Comunicación para América Latina, C3-FES. Disponible en: http://c3fes.net/%28p%29publicacion5.htm

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Este libro documenta cómo los medios ciudadanos son una experiencia cultural de estar juntos, imaginar más allá de la guerra de cada día, tejer confianza y vínculos en la vida cotidiana. Es el primer libro sobre medios ciudadanos y conflicto armado en Colombia. Más que medios, presenta experiencias de ciudadanía desde la comunicación de la gente. Más que teorías, relata crónicas y testimonios de una nación que se teje vital. Más que evaluar, presenta una metodología que produciendo memoria, conoce. Este es un texto que invita a volver a narrar, a recordar y a compartir con otros; a contar la realidad en los propios términos; historias que recuerden que primero la vida. Mucho pensamiento, mucha experiencia, mucho afecto para afirmar que una mejor sociedad, una más inclusiva e imaginativa es posible, si miramos hacia las comunidades, sus sujetos y sus experiencias de comunicación ciudadana.

76. Rodríguez, Sandra (2012), “Reporting on Victims of Violence: Press coverage of the Extrajudicial Killings in Colombia”, en Signo y Pensamiento, Vol. 30, Núm. 60, Bogotá, pp. 186-208. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=86023575013

Este artículo examina la cobertura periodística del diario El Tiempo sobre las ejecuciones extrajudiciales y, en un contexto más amplio, el cubrimiento mediático de la violencia. La revisión teórica sugiere que la forma en que los medios de comunicación ejercen la reportería afecta la reparación de las víctimas. El análisis de contenido de los artículos producidos durante un año de cubrimiento mediático de las Ejecuciones Extrajudiciales en Colombia mostró que se privilegian los puntos de vista oficiales. De igual manera, en este artículo se cuestiona cómo estructuras periodísticas (el estilo de escritura, la longitud del artículo y los valores tradicionales de construcción de una nota periodística) pueden limitar la exposición de los testimonios de las víctimas. Se plantean desafíos con respecto a la relación entre medios de comunicación y víctimas de la violencia; debe fomentarse una reflexión crítica con el fin de ofrecer un cubrimiento humano y transformador.

77. Ronderos, María; Ruíz Marta & Escamilla, Oscar, (2003), Manual de autoprotección para periodistas en el conflicto colombiano, Bogotá, Fundación para la Libertad de Prensa. Disponible en: http://www.centrodepublicaciones.com/upload/files/libro_82_543.pdf

Ejercer el periodismo en Colombia es una actividad riesgosa. Los periodistas, al igual que los defensores de derechos humanos, los sindicalistas, los desplazados, entre otros, han sido sectores tradicionalmente afectados por el conflicto armado. Pese a la garantía constitucional, la situación de los periodistas colombianos sigue siendo vulnerable. Colombia es el país de América Latina con más asesinatos de periodistas por razones del oficio en los últimos 30 años. Los ataques provienen de diversos sectores en distintas regiones del país y todos con un objetivo común: silenciar periodistas y así limitarles a los ciudadanos su derecho fundamental a estar informados. Por esto es muy importante que los reporteros conozcan a qué tipo de riesgos se enfrentan cuando ejercen su trabajo, cuáles son las posibles causas, qué normas jurídicas los protegen y, sobre todo, qué medidas de protección pueden tomar para evitar o minimizar las consecuencias. Este manual busca ser una herramienta de uso práctico que les permita a los reporteros identificar situaciones de peligro, conocer cuándo se les está violando su derecho a informar y dar recomendaciones de protección ante situaciones de

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riesgo durante el cubrimiento periodístico.

78. Serrano, Yeny (2006), “Conflicto armado e información. Una reflexión sobre las reglas de conducta profesional periodística que dicta el Acuerdo por la Discreción”, en Revista Diversitas, Vol. 2, Núm. 1, Bogotá, pp. 105-123. Disponible en: http://goo.gl/N1LmX

Este artículo analiza el Acuerdo por la Discreción, firmado en 1999 por 32 directores de medios de comunicación para “elevar el nivel de calidad y responsabilidad en el cubrimiento y difusión de hechos violentos”. La autora analiza los factores que impiden que este Acuerdo produzca cambios efectivos en la práctica profesional informativa y se presenta un modelo que tiene en cuenta las variables que influyen en la producción del discurso informativo mediático.

79. Serrano, Yeny & López, Wilson (2008), “Estrategias de comunicación militar y dinámicas mediáticas ¿dos lógicas contradictorias?”, en Revista Diversitas. Vol. 4, Núm. 2, Bogotá, pp. 269-277. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=67940204

Este artículo plantea cómo la información sobre un conflicto armado está determinada no solo por factores típicos de la profesión periodística, sino por factores específicos de la situación de guerra. La di¬námica de la comunicación militar explica, junto con la lógica mediática, el cubrimiento informativo de la confrontación por parte de los medios de comunicación. Esto se debe principalmente a que los militares y los grupos armados jue¬gan el papel de fuentes informativas para los medios de co¬municación. Mientras que los periodistas se acercan a las fuentes militares con el fin de informar a la población, para los militares el principal objetivo es ganar la guerra. El artículo afirma que cuando se trata de operaciones militares en el campo de batalla, las exigencias de transparencia de los medios de comunicación no son compatibles con el afán de eficacia de los ejércitos.

80. Sierra, Álvaro (2008), “Elementos para el cubrimiento del conflicto y el posconflicto en Colombia. El país del Dr Jekyll y Mr Hyde, en VV.AA., La palabra desarmada. El futuro del periodismo en Colombia, Bogotá, Corporación Medios para La Paz, pp. 31-54.

Este texto plantea una discusión sobre el posconflicto en Colombia. Para el autor, no se puede hablar de posconflicto sin hablar de conflicto armado, y lo que en otros países es normalmente un proceso nítido, posterior a la confrontación armada y con las partes encaminadas con más o menos firmeza hacia la reconciliación (o con una de ellas derrotada), en Colombia esto dista de ser claro. El texto recuerda que los esfuerzos hechos, entre otros, por el grupo de investigadores de DeJusticia, que intentan explicar los nuevos elementos como “un proceso de justicia transicional sin transición”; o por el académico Iván Orozco Abad, que se ha preguntado por las relaciones entre la venganza, la justicia y la reconciliación en el país, no han contado con atención de los medios ni figuran medianamente en un debate público caracterizado más por la pugnacidad y la propaganda, que por la argumentación. El autor finaliza con los retos que esto le plantea a los periodistas, afirmando que es indispensable empezar por clarificar de qué situación se trata, hasta dónde involucra o no nuevos elementos y si, en efecto, puede hablarse –y en qué términos– de “posconflicto” en la actual coyuntura nacional.

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81. Sierra, Álvaro & Blanco, Marcela (Relatores), (2002), “Terrorismo y lucha anti-terrorista: los desafíos para el periodismo”, Cartagena, Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, Fundación Konrad Adenauer y Proyecto Antonio Nariño.

Esta relatoría recoge las conclusiones y recomendaciones del seminario “Terrorismo y lucha anti-terrorista: los desafíos para el periodismo” realizado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, la Fundación Konrad Adenauer y el Proyecto Antonio Nariño en 2002. Este seminario llegó a la conclusión de que son necesarios unos mínimos necesarios para un cubrimiento profesional, independiente, completo y equilibrado de un fenómeno tan complejo y de tan alto impacto para toda la sociedad, como el terrorismo y las medidas de las que se dota el Estado para enfrentarlo. La relatoría concluye con una serie recomendaciones y apuntes sobre las definiciones a usar, las relaciones con las fuentes, los criterios periodísticos a utilizar, la evaluación del cubrimiento al interior de cada medio, las estrategias pedagógicas a utilizar para capacitar a los periodistas y la seguridad para el cubrimiento de este tópico.

82. Sierra, Álvaro; Lozano, Pilar; Guerrero, Arturo & Salamanca, Nathalia (2009), Niños vinculados al conflicto. Cubrimiento periodístico responsable, Bogotá, Corporación Medios para la Paz. Disponible en: http://goo.gl/tmURV

En Colombia el reclutamiento de menores es una tragedia. Según cálculos recientes, el número de niños soldado se situaría entre los seis y los catorce mil. La corporación Medios para la Paz apela a la responsabilidad periodística a la hora de tratar este tema. Los autores plantean que investigar o profundizar en estos temas resulta una práctica poco socorrida por la mayoría de los redactores y los reporteros de Colombia y que la cotidianidad de los medios asfixia y le da al “lugar común” el estatus de verdad. Para saber sobre el tema, el libro recoge tanto la legislación internacional como las normas aplicables en Colombia y de esta manera se convierte en una fuente de consulta para quienes deben escribir o informar sobre la práctica criminal de reclutar menores de 18 años. También retoma los aprendizajes obtenidos en talleres realizados en ocho departamentos del país, en los que participaron periodistas, comunicadores, líderes y funcionarios con sus ideas y experiencias.

83. Tamayo, Camilo (2008), “Significar para vencer: una mirada a las políticas comunicativas desde el verde oliva”, en Cien días vistos por Cinep, Bogotá, pp. 1-6. Disponible en: http://issuu.com/cinepppp/docs/ciendiasno64_082008/1

Este texto plantea que en Colombia las políticas y estrategias de comunicación de los guerreros han logrado permear espacios que antes no les eran propios, especialmente en su relación con la sociedad civil. ¿Qué implicaciones a futuro conllevan estas acciones? ¿Significativamente qué está en juego? ¿Cómo ayuda esto, o no, a la resolución negociada del conflicto armado? ¿Cómo se ven afectadas las nuevas generaciones, en especial la infancia, con este nuevo esquema que se busca consolidar? Estas son algunas de las preguntas que el autor busca responder desde una mirada comunicativa al proceso de militarización de la vida civil en Colombia.

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84. Tamayo, Camilo (2008), “Comunicación y conflicto armado: el fin no justifica a los medios”, en Cien días vistos por Cinep, Bogotá, pp. 1-7. Disponible en: http://issuu.com/cinepppp/docs/ciendiasno63_042008/1

Este artículo analiza los virajes en las relaciones entre los medios de comunicación y los guerreros en Colombia. Para esto, el autor analiza tres hechos de guerra en la coyuntura colombiana que alteraron la dimensión comunicativa del conflicto armado: la divulgación de las últimas pruebas de supervivencia de algunos secuestrados políticos en poder de las FARC; el operativo militar que dio como resultado la muerte de alias ‘Raúl Reyes’; y el conocimiento público de las circunstancias en las que fue abatido otro de los miembros del secretariado general de la guerrilla más antigua de Latinoamérica, alias ‘Iván Ríos’.

85. Tamayo, Camilo (2007), “Medios de comunicación y conflicto armado. ¿La hora de las víctimas?”, en Cien días vistos por Cinep, Bogotá, pp. 1-5. Disponible en: http://issuu.com/cinepppp/docs/ciendiasno61_082007/1

En este texto el autor analiza dos hechos que colocaron a las víctimas del conflicto armado en el centro de la agenda informativa: el comunicado del 18 de junio por parte de las FARC donde informaban sobre la muerte de once diputados de la Asamblea Departamental del Valle del Cauca, que desde abril de 2002 tenían en su poder, y el recorrido de casi 1.200 kilómetros que realizó el profesor Gustavo Moncayo desde Sandoná, Nariño, hasta la Plaza de Bolívar de Bogotá, solicitando al Gobierno Nacional un acuerdo humanitario que permita la liberación de su hijo, el cabo del Ejército Pablo Emilio Moncayo, secuestrado desde el 21 de diciembre de 1997, también por las FARC. ¿Qué representaciones informativas se elaboraron sobre estos hechos? ¿Cuál fue el tratamiento a las víctimas del conflicto armado por parte de los medios de comunicación nacionales? Son las preguntas que se hace el autor para analizar cuál ha sido el papel reciente de las víctimas en las agendas informativas de los medios colombianos y los valores-noticia que han acompañado este cubrimiento.

86. Tamayo, Camilo (2007), “De lo mediático a lo público. Parapolítica y medios de comunicación”, en Cien días vistos por Cinep, Bogotá, pp. 1-4. Disponible en: http://issuu.com/cinepppp/docs/ciendiasno60_042007/1

Este artículo analiza el régimen informativo que se viene consolidando a partir de los debates generados por los nexos entre las élites políticas regionales y los paramilitares en 2007. El autor hace énfasis en que los periodistas colombianos tienen un reto profesional complejo: informar con calidad en un país que vive tres procesos simultáneos: el desarrollo de la negociación con los grupos paramilitares y la aplicación del marco legal establecido (ley de Justicia y Paz); otro de conflicto armado con las guerrillas (ELN y FARC); y, finalmente, el inicio de la confrontación militar con las llamadas “bandas emergentes”. Estos tres escenarios responden a lógicas diferenciadas regionalmente, que exigen un periodismo capaz de comprenderlos, retomando los aprendizajes del pasado mediante una información en la que prevalezcan los intereses de los ciudadanos.

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87. Uribe, María (2009), Memorias en tiempo de guerra. Repertorio de iniciativas, Bogotá, CNRR. Disponible en: http://goo.gl/jDZQU

Este informe establece una tipología de iniciativas de memoria y analiza algunos casos de organizaciones y comunidades que han trabajado desde esta perspectiva. La autora da cuenta de algunos procesos de construcción y formalización de memorias del conflicto armado, así como de las comunidades involucradas y los recursos expresivos utilizados. Las personas afectadas han reconstruido su cotidianidad en medio del conflicto armado y han contribuido a modificar los imaginarios que atizan la violencia. Un conjunto de productos complementan el informe: el Multimedia sobre memorias expresivas recientes; una base de datos de iniciativas sociales de memoria y el documental Mampuján: Crónica de un desplazamiento.

88. VV.AA. (2006), Prensa, conflicto armado y región. Aprendizajes del diplomado “Periodismo responsable en el conflicto armado”, Bogotá, Corporación Medios para la Paz, Programa por la Paz & Pontificia Universidad Javeriana. Disponible en: http://reporterosdecolombia.net/node/28

Este libro es el resultado de los aprendizajes propiciados por el Diplomado de Periodismo Responsable en el Conflicto Armado, que desde 2001 llevan a cabo el Programa por la Paz, Medios para la Paz y la Pontificia Universidad Javeriana. Hasta 2006 esta iniciativa se había realizado con grupos de periodistas en Bogotá, Cali, Medellín y Barrancabermeja. Esta publicación busca ser un alto en el camino para compartir con los periodistas que formaron parte del Diplomado, los aprendizajes y experiencias de este proceso y, así mismo, poner de relieve las diferentes dinámicas del conflicto armado y del periodismo en cada una de las zonas donde se ha desarrollado el Diplomado. El conflicto armado que vive Colombia afecta de manera directa el quehacer periodístico. Por ello, es necesario entender cómo la guerra en el país altera la labor de los reporteros, sus rutinas, y sobre todo, el tratamiento de la información, que es un bien público fundamental para construir paz y democracia.

89. Yarce, Elizabeth (2004), “La desmovilización del Bloque Cacique Nutibara. Más dudas que certezas”, en VV.AA, , Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, Fundación Konrad Adenauer, pp. 37-42.

Este texto elabora un análisis de la desmovilización del Bloque Cacique Nutibara, llevada a cabo en Medellín, en noviembre de 2003. Luego de analizar notas de prensa, columnas de opinión y versiones periodísticas, la autora afirma que en este proceso de desmovilización ha habido más ambigüedades y opacidades que una información precisa de lo que está ocurriendo, por lo que plantea que el periodismo está en deuda con la sociedad porque no ha servido como canal para conocer la realidad, y se pregunta cuál es entonces la misión del periodismo en una sociedad en la que los victimarios intentan a toda costa ocultar la información.