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Revista Electrónica Sinéctica E-ISSN: 1665-109X [email protected] Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente México GONZÁLEZ, LUIS La mejora de la calidad educativa. Síntesis de una búsqueda Revista Electrónica Sinéctica, núm. 20, enero-junio, 2002, pp. 35-39 Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente Jalisco, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=99817898006 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Revista Electrónica Sinéctica

E-ISSN: 1665-109X

[email protected]

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores

de Occidente

México

GONZÁLEZ, LUIS

La mejora de la calidad educativa. Síntesis de una búsqueda

Revista Electrónica Sinéctica, núm. 20, enero-junio, 2002, pp. 35-39

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente

Jalisco, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=99817898006

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La mejora de la calidad

educativa. Síntesis de

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LUIS GONZÁLEZ

Introducción

Para este número de la revista Sinéctica se me pi-dió escribir sobre algo que siempre quise decir yno lo había hecho. Creo que he escrito sobre te-mas que me han gustado y han sido objeto de in-quietudes académicas, pero tal vez no he tratadode hacer una síntesis de esas búsquedas. Eso es loque trataré de plasmar en este breve escrito en elque pretendo dar cuenta de lo que me ha preocu-pado en el campo educativo y, de manera concre-ta, en una búsqueda de la calidad académica.

Desde hace dos décadas más o menos me sur-gió una pregunta relacionada con el concepto dela calidad educativa, término en boga por aque-llos años. Desde los escritos de Demming, Juran yotros autores se hacían intentos por adoptar masno adaptar estas ideas al campo de la educación.

Siempre he tenido mis reservas respecto de laadopción de ideas de manera irrestricta, sobre todosi estas ideas vienen de otros campos del conoci-miento, como era aquí el caso, ya que estas ideastenían que ver con la calidad en empresas de pro-ducción y de servicios de consumo y no necesa-riamente en instituciones educativas.

Recuerdo que en aquellos tiempos cuestiona-ba, tal vez de manera irónica, los tres grandes pos-tulados de los “gurús” de la calidad total:

• El cliente es primero.• Lo que el cliente pida.• Cero errores.

Y en relación con la primera afirmación meplanteaba elegir entre dos opciones: la de ver alestudiante y su aprendizaje como el aspecto pri-mordial por desarrollar en el proceso enseñanza-aprendizaje, punto que me parecía muy impor-tante, pero luego me preguntaba cuál es el papelque juega el maestro en esta díada maestro-alum-no, y de forma negativa pensaba como una se-gunda opción ¿habrá que avalar, solapar yconsecuentar al estudiante pues él es quien paga?

En relación con el segundo postulado, “lo queel cliente pida”, me preguntaba ¿y si el estudianteme pide basura y trivialidades eso es lo que tengoque darle; o, por el contrario, tengo que buscar loque favorezca su crecimiento personal y académi-co, como fin último por alcanzar del proceso en-señanza-aprendizaje?

Acompañante de los interesados en la educación, ha vivido endiferentes partes de la república. Nació en Monterrey y estudióen la Universidad de San Francisco; tiene 40 años de ser maestroen diferentes ámbitos y niveles educativos, desde primaria hastadoctorado.

La formación docente, la investigación y sobre todo la calidadeducativa han sido sus inquietudes centrales. Es lector apasionadode lo relativo a educación, conocedor de las reflexiones de autores

y pensadores, mismas que comparte con aquellos que se le acercana hablar y discutir temas específicos. También le gusta la músicay el cine.

Con su inteligencia abstracta resume y ordena pensamientoscomplejos en esquemas prácticos que ayudan a sus alumnos acomprender teorías. Su mente es ágil y su reflexión, crítica; lasecha al vuelo para expresar su punto de vista.

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Finalmente, ante aquello de que la calidad essinónimo de cero errores, me decía que tendríaque ser Dios para aceptar cero errores como metaen una tarea en que 50% depende de lo que elmaestro hace y el otro 50% depende de la dispo-nibilidad, involucración y motivación del estu-diante en su proceso de aprendizaje. La educacióndepende de dos opciones: la del maestro por ense-ñar y la del alumno por aprender.

Las tres afirmaciones tenían razón de ser enaquello para lo que habían sido pensadas y fun-cionaban en los entornos antes mencionados. Enel campo de la educación estos tres principios te-nían que ser superados y llegar a determinar quéincluía la calidad en el campo educativo, de locontrario los esfuerzos que se hicieran en esta lí-nea estarían condenados al fracaso.

Hacia el año 1986 se me presentó la posibili-dad de buscar sistemáticamente una respuesta amis cuestionamientos sobre la calidad y saber cómola significaba una comunidad universitaria. De eseestudio surgieron los otros tres conceptos que es-tán íntimamente relacionados:

• El maestro como factor de calidad educativa.• La formación docente como estrategia para

consolidarla.• La evaluación como herramienta para validar

los logros.

Estos tres conceptos darán cuerpo a esta síntesis ypropuesta que quiero compartir en este texto. Es-pero que lo que aquí proponga sea de utilidad.

La calidad: un concepto poco claro

y sujeto a múltiples significados

Desde su aparición, el concepto de calidad pasóde ser un término aplicado a las empresas a serutilizado en el campo de la educación, y en estetiempo se han dado muchas interpretaciones aeste término. Harvey y Green señalan cinco acep-ciones dadas al término calidad, las que aquí úni-camente señalo, sin extenderme en ellas. Estos au-tores ven la calidad como:

• Fenómeno excepcional.• Logro de un propósito.

• Perfección o coherencia.• Relación costo-valor.• Transformación o cambio cualitativo.1

Indistintamente de la acepción que nos parezca lamás adecuada, el ejercicio de definir la calidad pue-de hacernos caer en el peligro de confundir el rá-bano por las hojas, lo que nos llevaría a que elconcepto se diluya en meras consideraciones irre-levantes, como podría ser la de adoptar los trespresupuestos desde una perspectiva de mercado-tecnia, interpretación que nada tiene que ver conlo educativo; de ahí la importancia de que defina-mos con precisión y desde una perspectiva educa-tiva lo que entendemos y lo que queremos hacerpara lograr la calidad que deseamos para nuestrasinstituciones.

De las múltiples definiciones que han dado alconcepto de calidad me satisface la de AlexanderW. Astin en su libro Achieving educationalexcellence, en donde señala que la excelencia aca-démica es la que existe en una institución educati-va “que facilita los procesos de crecimiento perso-nal y académico de maestros y estudiantes”.2

Es cierto que abunda la literatura en relacióncon la calidad y la excelencia académicas. Muchasde ellas son estudios en los que se analizan facto-res relacionados con el logro de la calidad. Al fi-nal, en las referencias de este escrito señalaré algu-nos de los textos que seguramente nos darán ideasde cómo trabajar la calidad en nuestras escuelas.

Dado que el concepto de calidad es de tanamplio espectro en término de significados, espreciso que cada institución educativa determinelos criterios de calidad que desea impulsar, crite-rios definidos colegiadamente entre los miembrosde la comunidad educativa. Cuando hablo de co-munidad educativa incluyo a maestros, alumnos,padres de familia y directivos. Es a ésta a la que letoca realizar esta tarea, no necesariamente se debeimponer desde fuera.

Definir la calidad de esta manera, facilitará lapuesta en marcha del proyecto y el éxito del mis-mo, ya que una decisión compartida implica com-promiso de las partes. Además, definir la calidadhace que la concretemos en conceptos que nospermitan entenderla y en acciones que ayuden a

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alcanzarla y evitar que el concepto se haga pococlaro y se pierda en meras elucubraciones. Por úl-timo podemos decir que una vez definida nuestraaspiración cualitativa, ésta no quedará estática,siempre podremos aspirar a incrementarla en unproceso de definición, planeación acción y eva-luación.

El maestro como factor de calidad educativa

Para los fines específicos de este trabajo, quieroenfatizar el papel que juega el maestro en la con-secución de la calidad educativa. Estoy convenci-do de que es el maestro el artífice de la calidad, yde la ínfima atención que se ha dado a la variablemaestro dentro del discurso de la calidad, no en laliteratura existente pero sí en las políticasimplementadas para hacer del maestro un factordecisivo de la calidad educativa.

En los resultados del estudio realizado en 1986y que señalé en la introducción, 65% de la comu-nidad universitaria participante en la misma indi-caron que el maestro jugaba un papel primordialen el logro de la calidad, y 18% indirectamenteopinaban igual. Era muy relevante el papel asig-nado al maestro y había que considerarlo.

Es importante señalar que la función del maes-tro ha evolucionado en los últimos años, de serconsiderado como un mero ejecutor de lo que losexpertos curriculares determinaban en lo relacio-nado a qué y cómo enseñar, paulatinamente debi-do a los cambios de enfoque en educación comolos de los estudios cualitativos y etnográficos so-bre la docencia y el de reconocer a la educacióncomo proceso en vez del esquema insumo-pro-ducto, se ha llegado a entender con mayor clari-dad lo relevante de sus aportaciones potenciales yponer más atención en el papel que realmente juegaen la operación y reestructuración del currículoestablecido, al igual que considerar la importan-cia de incluirlo en los equipos de diseño y rees-tructuración curricular, rompiendo así la estruc-tura verticalista imperante en la educación.

No se puede negar el papel que el maestro jue-ga en la educación ni la calidad de sus aportacio-nes, las que surgen de una recuperación de su prác-tica bien realizada, que le retribuye de manera

permanente elementos para mejorar su quehacereducativo en el aula y, en consecuencia, para abo-nar al logro de la calidad tan deseada.

Pero también conviene hacer un breve perfilde este maestro que a través de su acción educati-va facilite el crecimiento personal y académico desus estudiantes. Señalo algunas características queconsidero importantes; un maestro:

• Que reflexiona sobre su práctica docente.• Que intenta aportar a una formación integral

de sus estudiantes.• Que ve la formación de sus estudiantes desde

los cuatro pilares de la educación: ser, hacer,aprender y convivir.

• Capaz de transmitir entusiasmo por lo queenseña.

• Que enseñe contenidos significativos para lavida del estudiante y su crecimiento académico.

• Que cuide tener una relación significativa consus estudiantes.

• Que facilite un trabajo cooperativo en el aula.

Se podrían pedir muchas cosas más, pero creo queen la vida diaria el maestro realiza mucho másque los antes mencionadas.

La formación docente para

afianzar la calidad educativa

Parece ser que en los últimos años una de las pro-blemáticas que enfrentan los maestros es el estrésdebido al incremento de las expectativas de des-empeño; cada vez se espera que el maestro realicemás actividades como parte de la descripción desu puesto.

Si las expectativas crecen en relación con lo queel docente debe realizar en su trabajo en el aula, esnecesario que se le proporcionen las herramientasnecesarias para el desempeño implicado en las ex-pectativas.

Un problema al que nos enfrentamos cuandohablamos de formación de docentes es la visiónparcial que proyectamos en los programas de es-tudio. Formación centrada específicamente en loconcerniente al aula descuidando otros aspectosmás generales, como un mayor énfasis en investi-

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gación, planeación y administración educativa, aligual que en diseño curricular y evaluación de pro-gramas. Una modificación al currículo de docen-tes permitiría un mayor campo de intervenciónen las problemáticas educativas de la escuela.

Lo que quiero señalar es que en la diferencia-ción entre los enfoques asumidos en pedagogía yciencias de la educación, se han trazado límitesque no debieran existir. Considero que en térmi-nos de formación docente los dos enfoques soncomplementarios y no excluyentes, como aquí lohe querido plantear. Pienso que es tan importantepara el pedagogo saber de diseño curricular, eva-luación de programas e investigación educativa,como para el estudiante de ciencias de la educa-ción conocer los detalles específicos de la pedago-gía, como involucrarse directamente en la docen-cia y tener conocimientos teóricos de ella paraentenderla teórica y prácticamente, y de esta ma-nera hacer las propuestas convenientes para laoptimización de este proceso clave de lo educativo.

Aquí me he referido a la formación inicial delos docentes, pero es preciso considerar a los queya están en el trabajo diario y que tal vez no tienenla formación deseada. Es aquí donde nuestras ins-tituciones educativas, y de manera especial las deeducación superior, deben elaborar programas deformación docente permanentes que permitan alos docentes en ejercicio una actualización conti-nua que aporte al logro de la calidad.

Desde mi punto de vista, que posiblemente nosea compartido por todos, es importante señalarque es difícil romper la dicotomía existente, y con-secuentemente será difícil superar esta carencia enla formación de los profesionales de la educación.Es preciso que reflexionemos en esta limitación sien realidad deseamos llegar a la calidad educativa.

La evaluación para consolidar

la calidad educativa

El concepto de calidad, al igual que los demáspuntos tratados hasta el momento, no puede seruna realidad sin un mecanismo que permita sabersi estamos llegando al ideal propuesto o aún nosfalta camino por andar. Este mecanismo es la eva-luación de las estrategias planeadas, para asegu-

rarnos que contamos con maestros que la propi-cien en las aulas y si estamos formando futurosprofesionales de la educación que sean capaces defomentar y facilitar procesos conducentes a alcan-zarla.

Por desgracia aún no podemos instalar en nues-tras instituciones educativas procesos confiablesde evaluación, dado el temor de vernos en el espe-jo tal y como somos, con nuestras limitaciones ynuestros errores de visión. Para evadir este temorideamos procesos de evaluación que tratan de versolamente lo positivo y que nos permiten generarprofecías autorrealizadas de que estamos bien lasque solamente sirven para la autocomplacencia,pero no para calificar nuestra realidad y mejorarla.

Recordemos que la evaluación es el procesomediante el cual comparamos lo que queremos(la utopía de la calidad) y lo que tenemos (la rea-lidad de calidad que contamos) con el fin de to-mar decisiones conducentes a alcanzar la calidad.

La evaluación debe ser un proceso permanen-te en nuestras instituciones si es que de verdaddeseamos calidad. Es absolutamente necesariocontar con evidencia concreta y precisa de que lle-vamos nuestro proyecto por buen camino. Unaevaluación que contemple de igual manera los as-pectos cuantitativos y los cualitativos de lo quehemos definido por calidad para nuestra institu-ción, como lo planteaba en el primer apartado deesta presentación.

A manera de conclusión

A través de todos estos años de reflexión sobre lacalidad educativa he llegado a la conclusión deque los cuatro conceptos deben ser trabajadoscomo una unidad si realmente deseamos innovary cambiar hacia una educación de calidad, conbase en las siguientes premisas:

• Definir cooperativamente y de manera cole-giada el significado que queremos darle al tér-mino calidad para nuestra institución, y defi-nir los indicadores.

• Analizar cuáles programas son los convenien-tes para alcanzarla, considerando el papel quedeberán jugar los maestros en su logro, y cuál

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deberá ser el proyecto de formación permanen-te para llegar al perfil ideal de maestro que de-seamos para nuestro propuesta concreta decalidad.

• Diseñar un modelo de evaluación permanentede los programas y proyectos propuestos, conel fin de tener información relevante que nospermita orientar la nave hacia el puerto de lacalidad que deseamos alcanzar.

La tarea no es fácil. Hay cosas que se pueden ha-cer si se quiere, pero es preciso optar por un cam-bio a favor de la calidad de las instituciones edu-cativas, para beneficio de nuestros estudiantes yde la sociedad en la que algún día tendrán queintervenir.

Notas

1. Harvey, L y D, Green. “Definiendo la calidad: ase-soría y evaluación en educación superior”, en Bath,vol.18, United Kingdom. 1993.

2. Astin, Alexander. Achieving educational excellence,Jossey Bass Publishers, San Francisco, 1987.

Otras referencias sobre calidad educativa

Beare, Hedley et al. Cómo conseguir centros de calidad.Nuevas técnicas de dirección, La Muralla, Madrid,1992.

Davis, G.A. y M.A. Thomas. Escuelas eficaces y profeso-res eficientes, La Muralla, Madrid, 1992.

Flores, Julián. Evaluación de la calidad de la docencia,Universidad de León, España, 1999.

Gaziel, Haim et al. La calidad en los centros docentes delsiglo XXI. Propuestas y experiencias prácticas, LaMuralla, Madrid, 2000.

Gento, Samuel. Instituciones educativas para la calidadtotal, La Muralla, Madrid, 1996.

Gómez Dacal, G. Centros educativos eficientes, PPU,Barcelona, 1992.

Muñoz Repiso, M. et al. Calidad de la educación y efi-cacia escolar, CIDE, Madrid, 1995.

OCDE. Escuelas y calidad de la enseñanza, Paidós/MEC,Barcelona, 1991.

OCDE. Quality in teaching, CEDES, París, 1994.Schmelkes, Sylvia. Hacia una mejor calidad de nuestras

escuelas, SEP (Biblioteca para la actualización delmaestro), México, 1992.

Wilson, John. Cómo valorar la calidad de la enseñanza,Paidós/MEC, Barcelona 1992.

Guillermo Sierra

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José Hernández Claire