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VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos La arquitectura de hoy, entre la ciudad histórica y la actual

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Revitalizaciónde Centros HistóricosLa arquitectura de hoy, entre la ciudad histórica y la actual

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VII Encuentro Internacional de

Revitalizaciónde Centros HistóricosLa arquitectura de hoy, entre la ciudad histórica y la actual

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VII Encuentro Internacional de

Revitalizaciónde Centros HistóricosLa arquitectura de hoy, entre la ciudad histórica y la actual

Ciudad de México

27, 28 y 29 de octubre de 2008

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D.R. © Centro Cultural de España en MéxicoGuatemala 18, Centro Histórico, México DFwww.ccemx.org | [email protected]

Primera edición, 2009

ISBN 978-607-7858-00-3

Textos de los autoresImágenes de los autoresLas opiniones expresadas en este documento reflejan únicamentela opinión de los autores.

Esta edición fue financiada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID)y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

PrefacioPrólogo

La preservación de la arquitectura en los centros históricos

Los centros históricos y la ciudad actual:instrumentos de ordenamiento, conservaciónrevitalización y usoArq. Francisco Covarrubias Gaitán | Moderador: Franco Avicolli

Intenciones para un nuevo centroArq. Félix Sánchez

Riesgos y desafíos de la intervención patrimonial,importancia de la potenciación de recursosculturales auténticos. El caso de Valparaiso, ChileArq. Paz Undurraga

Los muchos centros de La HabanaArq. Mario Coyula Cowley

Construir en lo construido

Construir en lo construidoArq. Guillermo Vázquez Consuegra

Moderador: Saúl Alcántara Onofre

Ampliación y recalificación de los museos del Capitolio de Roma con la creación de unagran sala en el jardín romano, 1923-2005Arq. Carlo Aymonino

Arquitectura contemporánea y ciudad histórica en la experiencia italianaArq. Enrico Bordogna

Alternativas para tres caries urbanas en la Ciudad de México Arq. Felipe Leal

Arquitectura contemporánea en contextos históricos

Centro Histórico de Mérida: dos proyectosArq. Augusto Quijano | Moderador: Salvador Aceves García

Inserciones en el área central de la Ciudad de MéxicoArq. Teodoro González de León

Retos y objetivos en el diseño de proyectos en centros históricos: proyecto de finalización del Centro Cultural de EspañaArq. Javier Sánchez

La arquitectura del presente en el espacio históricoArq. Alfonso de Maria y Campos Castelló

ConclusionesCréditosAgradecimientos

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El Centro Cultural de España en México, junto con elInstituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pre-sentan la edición de las memorias del VII EncuentroInternacional de Revitalización de Centros Históricos,que responde al compromiso de contribuir a la refle-xión y la puesta en valor del patrimonio.

Desde la cooperación, se entiende que el patri-monio debe gestionarse a través de proyectos soste-nibles que posibiliten el desarrollo humano y social delas poblaciones a las que pertenece. Una de las víaspara conseguirlo es la puesta en marcha de procesosde sensibilización en la conservación preventiva, la res-tauración y la recuperación integral, que desemboca-rán en el desarrollo de las capacidades culturales y lapreservación de la identidad.

Comprometidos con esta vocación, anualmente,el Centro Cultural de España, a través de su ProgramaPatrimonio y Memoria Histórica, en colaboración con laCoordinación Nacional de Monumentos Históricos delINAH, convoca a arquitectos, especialistas en patrimo-nio, urbanistas y responsables de políticas públicas a par-ticipar en el Encuentro Internacional de Revitalizaciónde Centros Históricos. En el último año, la suma delInstituto Italiano de Cultura, la Universidad AutónomaMetropolitana Unidad Azcapotzalco y la Fundación HarpHelú posibilitaron la consolidación de este foro.

Los temas abordados a lo largo de siete años dejornadas han sido diversos y enriquecedores, y han ser-vido como catalizadores de ideas y como punto dereferencia para todos los involucrados en la salvaguar-da de nuestra herencia identitaria. “La Arquitecturade hoy, entre la Ciudad Histórica y la Actual”, título delVII Encuentro, mostró mediante casos prácticos decentros históricos en Italia, Cuba, Chile y, por supuesto,de México y de España que la inserción de arquitec-tura nueva en centros históricos es posible, siempreque exista una visión creativa e innovadora que enfati-ce los valores históricos, artísticos y ambientales de laciudad histórica, en tanto responda a los retos de con-solidar centros históricos autosustentables.

Asimismo, estas memorias fortalecen la relacióninterinstitucional entre el Centro Cultural de España y

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Prefacio

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el INAH para impulsar proyectos que fomenten el diá-logo y el intercambio entre profesionales, y evidenciaque la actual gestión y reflexión en torno al patrimonio,no es competencia de los involucrados directamente conel mismo, sino de todas las instancias públicas y priva-das de la sociedad.

Todos estos factores han permitido demostrarque en los procesos de conservación, rehabilitación yrevitalización de los centros históricos, el involucramien-to de todos los actores sociales, culturales y políticos debeser una constante.

A lo largo de las páginas de estas memorias, losprofesionales e investigadores del tema podrán acer-carse a las reflexiones de especialistas como AugustoQuijano (México), Carlo Aymonino (Italia), Enrico Bordog-na (Italia), Felipe Leal (México), Félix Sánchez (México),Francisco Covarrubias Gaitán (México), GuillermoVázquez Consuegra (España), Javier Sánchez (México),

Alfonso de Maria y Campos Castelló (México), MarioCoyula Cowley (Cuba), Paz Undurraga (Chile) y TeodoroGonzález de León (México), a quienes agradecemoshaber compartido durante tres días de intensas jorna-das su experiencia y visión de lo que es la arquitecturahoy y su inclusión en las ciudades históricas.

Es un orgullo presentar las memorias del VIIEncuentro Internacional de Revitalización de CentroHistóricos, esperamos que todas estas contribucionesse conviertan en cimientos que favorezcan la construc-ción de políticas e iniciativas que respondan a los retosde la sociedad actual, donde lo actual y lo histórico debenencontrar las vías para dialogar de forma armónica, sinmenoscabo de una u otra.

MÉXICO, 27 DE OCTUBRE DE 2008

EL COMITÉ CIENTÍFICO DEL ENCUENTRO

10VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

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Del 27 al 30 de octubre de 2008 tuvo lugar el VIIEncuentro Internacional de Revitalización de CentrosHistóricos, cuya atención se dirigió tema de la conserva-ción del Patrimonio Cultural desde la escena contempo-ránea; motivo por el cual se dedicó a La arquitecturade hoy, entre la ciudad histórica y la actual.

El evento fue inaugurado por don CarmeloAngulo Barturen, embajador de España en México;Alfonso de Maria y Campos Castelló, director general delInstituto Nacional de Antropología e Historia; don FeliceScauso, embajador de Italia en México; Paloma IbáñezVillalobos, de la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco.

Se logró reunir a notables arquitectos contem-poráneos que compartieron sus mecanismos, procedi-mientos, paradigmas y artilugios, puestos en práctica enla inserción de proyectos en contextos patrimoniales.Presentamos esta experiencia en una publicación quecompila las conferencias dictadas por los arquitectosCarlo Aymonino (Italia), Teodoro González de León(México), Guillermo Vázquez Consuegra (España), FelipeLeal (México), Augusto Quijano (México), Félix Sánchez(México), Javier Sánchez (México), Mario Coyula Cowley(Cuba), Francisco Covarrubias Gaitán (México), PazUndurraga (Chile), Enrico Bordogna (Italia) y el licencia-do Alfonso de Maria y Campos Castelló (México).

La conferencia “La belleza de la arquitectura”,de Carlo Aymonino, muestra una reflexión crítica sobrela convivencia entre la ciudad nueva y la ciudad anti-gua, a través de la exposición de dos proyectos: el tea-tro Gardellino, ubicado en una ciudad próxima a Nápolesy la ampliación del Museo Capitolino, localizado enRoma. El primer trabajo es un ejemplo de ingenieríaescénica y vinculación de nuevos elementos a la estruc-tura urbana histórica; con este edificio contemporáneose concluye una parte inacabada del centro históricoy a través del cierre de la gran circulación vehicular conla estructura de la ciudad antigua; en el segundo, aúninsiste en restituir en el imaginario colectivo la fisonomíadel desaparecido Templo de Júpiter, en un caso pun-tual de interpretación, intervención y rehabilitación deuna ciudad antigua como Roma, donde la arquitectura

Prólogo

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contemporánea se integra a la conciencia del pasado.El arquitecto Aymonino amplía el Museo Capitolino, elconjunto se circunscribe en una elipse, lo que se observapor detrás del Templo de Apolo y lo que se aprecia a laizquierda es el Hércules dorado; el segundo patio decristal hospeda a Marco Aurelio, que fue trasladadode la Plaza del Campidoglio.

Con estos dos ejemplos, Aymonino ilustra unatesis que desarrolla de modo extenso en su libro titu-lado Lo studio dei fenomeni urbani, sobre como “gra-cias a la construcción de la ciudad ‘nueva’, la antiguase hace por primera vez —en su conjunto— el ‘centro’del asentamiento urbano, obteniendo una precisa iden-tificación por su diferenciación respecto de las nuevasintervenciones”. Es decir, que la pérdida de legibilidadtipológica de la ciudad actual genera que algunas par-tes residuales del centro antiguo sean reconocibles comoformalmente completas.

Invitar a Teodoro González de León era menosque obligado, ya que ocupa un lugar preponderante enla escena de la arquitectura mexicana, sus creacionesestablecen una conexión entre las vanguardias y laconstrucción del paisaje en el México moderno. Con suponencia nos encontramos frente a una narración queda cuenta de sus experiencias y conceptos en losdiseños del edificio central de Banamex, el ColegioNacional, la antigua estación de bomberos y policía, yotras dos propuestas de intervención (para la Plazade la Constitución y para el edificio de la Secretaría deSalud, ubicado en Paseo de la Reforma). Como hacedorde significativos referentes, sus comentarios se vuel-ven un campo de saber valioso, tanto para los parti-cipantes como para interesados en la temática de estapublicación.

Con Guillermo Vázquez Consuegra, el lectortiene ante sí cuatro proyectos de intervención en elmarco de la ciudad histórica: el Museo de la Ilustraciónde Valencia, que formó parte de un ostentoso conjun-to arquitectónico conocido como el Hospital Generalde Valencia; la intervención a una hacienda de olivar,para convertirla en el Edificio del Ayuntamiento deTomares, una población cercana de Sevilla; el Museo

del Mar, en un fantástico contexto medieval de la ciu-dad de Génova, Italia; y por último, el Museo Nacio-nal de Arqueología Marítima, ubicado en Cartagena.

Con estas cuatro espléndidas muestras, VázquezConsuegra hace hincapié en que la arquitectura que seconstruye hoy tiene que “ser capaz de producir una con-tinuidad con la realidad existente, de regenerar y reca-lificar el entorno en el que se ubica; alejándose de sucondición de objeto depositado en el paisaje, productorde rupturas en la urbe y su entorno”.

Por otra parte, los arquitectos Félix y JavierSánchez, Felipe Leal y Augusto Quijano nos ilustran consus ideas desde lo construido, con obras que se resistena la norma y permanecen atentas a lo singular del entor-no histórico, sus obras tratan de establecer las clavesque explican la arquitectura nueva en la ciudad antigua.El influjo en el modo de pensar la arquitectura de loscuatro se hace hoy más latente que nunca.

Félix Sánchez domina la escena de los noventa,mientras que Javier, la del 2000; en ambos, la teoría seesclarece con talento y la obra misma logra interpretarlo nuevo sobre el tejido urbano del pasado. La labor deambos es destacada y su influencia en la cultura arqui-tectónica mexicana se ha hecho sentir con fuerza desdeel comienzo de sus carreras.

Con la exposición de Felipe Leal nos encontra-mos ante un deliberado pragmatismo que muestra supoder de inventiva sobre el rescate de tres puntos cen-trales de la Ciudad de México, denominados por él“caries urbanas”: la Plaza de la República; la PlazaTlaxcoaque, producto de un concurso internacional ga-nado por Antonio Esposito, Elena Bruschi, René Caro yCarlos Rodríguez Bernal; y la Plaza Garibaldi. Sus pro-yectos dejan ver su atención a los temas sociales desdeuna perspectiva urbanística. Su liberada creatividad yla novedad con que se acerca a los materiales y a lasformas pronto lo han convertido en un indiscutible tér-mino de referencia.

En contrapunto, el arquitecto Augusto Quijanonos compartió su proceso con el Centro Cultural deMérida y el mercado Lucas de Gálvez, edificios queproclaman la condición trascendente de los materiales

sólidos que se vuelven elementales, desde el bloque dearena-cemento hasta las superficies cuidadas de concre-to armado. Sin duda, el contacto con el mundo figura-tivo de los artistas minimalistas se hace sentir en su obra.

A través de la experiencia del doctor MarioCoyula se puede comprender la transición arquitectóni-ca de La Habana, Cuba, en la segunda mitad del siglo XX.Su labor como arquitecto y urbanista refleja el senti-do social y humano de sus teorías. Con su texto “Losmuchos centros de La Habana” nos habla del fenóme-no y los factores de la diversidad cultural en las distin-tas capas del centro de una ciudad como La Habana.

El arquitecto Francisco Covarrubias, presidentede la Academia Nacional de Arquitectura, nos presen-ta una recopilación de valiosos datos sobre las polí-ticas públicas de desarrollo urbano implementadasen el Centro Histórico de la capital mexicana, así comoun recorrido iconográfico de la evolución del Vallede México.

La ponencia de Paz Undurraga enriquece estacompilación con una visión crítica sobre las interven-ciones que ha sufrido la ciudad de Valparaíso, Chile,declarada Patrimonio de la Humanidad desde 2003y de cómo los habitantes defienden su derecho alpaisaje, en respuesta a las nuevas construcciones.A través de numerosas anécdotas, nos regala unacrónica sobre el derecho a la conservación patrimo-nial en Chile.

Con su participación en el Encuentro, el arquitec-to y profesor del Politécnico de Milán, Enrico Bordogna,nos presenta algunos ejemplos de arquitectura actualen ciudades patrimoniales en Italia, que ilustran elcarácter de su cultura, sus personajes e influencias másimportantes; una muestra de transformación y respe-to a la ciudad histórica.

La ponencia del licenciado Alfonso de Maria yCampos cierra la serie de reflexiones sobre el presentey el pasado arquitectónico, explicando desde un dis-curso teórico la dialéctica entre lo nuevo y lo existen-te, de modo claro y sucinto.

La lectura de las conclusiones de este Encuentroestuvo en voz de Jesús Oyamburu y de Ana María LaraGutiérrez, quienes dan una pauta para el establecimien-to de recomendaciones puntuales para la realización dearquitectura contemporánea en contextos históricos.

Finalmente, es preciso comentar que el libroconserva una mixtura tonal, pues mientras algunas po-nencias se transcribieron del registro documental enaudio, otras fueron trabajadas y entregadas por lospropios autores. Lo que sí permaneció inalterable fueel uso de las imágenes proyectadas en la exposiciónde cada especialista.

El libro se publica a instancias de Jesús Oyamburu,a quien manifestamos nuestro agradecimiento, sin élno hubiera sido posible que este material viese la luz.Expresamos también nuestro reconocimiento a SalvadorAceves y Franco Avicolli por su disposición y atinadoscomentarios; a la participación de Ruth González, coor-dinadora del evento, y Julien Paris, también coordi-nador y editor de esta publicación; así como a la revisiónde los textos por parte de Brenda Ruíz de Velasco y LuisAbdallan Conde.

El libro que compila las experiencias de actoresdestacados en la arquitectura, es fruto del talento, sen-sibilidad y generosidad de los conferenciantes y detodos aquellos que conformaron un equipo de entregay complicidad laboral.

SAÚL ALCÁNTARA ONOFRE

ANA MARÍA LARA GUTIÉRREZ

14 15 PrólogoVII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

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La preservación de la arquitectura en los centroshistóricos

Los centros históricos y la ciudad actual: instrumentos de ordenamiento, conservaciónrevitalización y usoArq. Francisco Covarrubias Gaitán

Intenciones para un nuevo centroArq. Félix Sánchez

Riesgos y desafíos de la intervención patrimonial,importancia de la potenciación de recursos culturales auténticos. El caso de Valparaiso, ChileArq. Paz Undurraga

Los muchos centros de La HabanaArq. Mario Coyula Cowley

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Actualmente, el Centro Histórico de la Ciudad de Méxicoocupa una superficie de 310 hectáreas, equivalente ala que tenía la totalidad de la ciudad a principios delsiglo XIX. Tal espacio ha sido y seguirá siendo el centroy sede de actividades, así como de manifestacionespolíticas, económicas y culturales. Por todo ello, su valorpatrimonial define un legado para las generacionesdel siglo XXI.

La fundación de las ciudades en el periodo novo-hispano respondió a diversos propósitos: fungir comocentros administrativos, religiosos, de evangelización ymisiones, centros mineros y de producción agropecua-ria, ciudades de avanzada, presidios, haciendas y ciuda-des tanto portuarias como defensivas.

En estas ciudades, se reconocen ideas urbanís-ticas, fruto de las utopías generadas durante el sigloXVI en Europa por hombres como Tomas Moro y Erasmode Rotterdam, quienes influenciaron a Vasco de Quiroga,quien, a su vez, planteó y organizó con notable visiónhumanística los pueblos-hospital de la meseta purépe-cha, atendiendo a principios de habitabilidad —enten-dida ésta como elemento de la seguridad, la satisfacciónde necesidades y la apreciación de la belleza—; asimis-mo, con esas ideas en mente, fray Bartolomé de lasCasas y fray Alonso de la Veracruz, entre otros dieron ala evangelización un amplio sentido humanístico.

Las ciudades, además, adaptaron modelos pre-hispánicos y renacentistas. Muchas tenían un trazo orto-gonal, tomado de planos sencillos y prácticos, aplicadoa cordel y apegado al lugar. La retícula se establecióalrededor de la Plaza Mayor, con carácter propio para

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Los centros históricos y la ciudad actual: instrumentos de ordenamiento, conservación, revitalización y usoArq. Francisco Covarrubias Gaitán

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pág. 18 | Fig. 1Mapa derivado del Plano de Upsala, 1556Fig. 2Plano iconográfico de la Ciudad de México, 1793.Ignacio de Castera. Archivo de Indias

sus funciones políticas, económicas y sociales. La trazaen damero y como ciudad abierta se hizo siguiendo elpatrón de Santa Fe de Granada y Santo Domingo deOvando; modelo que se complementó con las ordenan-zas de Felipe II en 1573, que aparecieron cuando lasprincipales ciudades en México ya habían sido fundadas.

En las Leyes de Indias se establece:

que siempre se lleve hecha la planta del lugar quese ha de fundar. Respecto al trazado, la planta sedividirá por plazas, calles y solares a cordel y reglacomenzando desde la Plaza Mayor y sacandodesde ellas las calles a las puertas y caminos prin-cipales y dejando amplio compás abierto aunquela población vaya en gran crecimiento, se puedaproseguir y dilatar en la misma forma.

No existen escritos de la época que señalen si este trazoes resultado de conjugar ideas humanísticas de transpo-sición de planos para campamentos militares en España,o bien, si facilitaban la defensa, la huida o el ataque, oeran ciudades cuyas configuraciones lineales respon-dían a la función de controlar o circular, o a la ventilacióno la iluminación, o a la continuidad de fachadas, a estruc-turas de castas o de gremios y sus agrupaciones a barrios;o, en todo caso, se debían a principios de organizaciónsocial o religiosa, si guardaban principios de identidado éstos eran resultado de la convivencia y la tradición através del tiempo, esta conceptualización es simultánea-mente, interrogante y solución.

Tampoco es posible saber si eran ciudades paratodos o para algunos —dada la persistencia de nues-tras ciudades duales, en las que los indígenas vivíanfuera de la traza y hoy en la periferia de nuestras ciu-dades se producen asentamientos irregulares o con-juntos de vivienda.

Los antecedentes prehispánicos —un amplio po-blamiento en territorios política y socialmente fragmen-tados, que tenían una compleja estructura interna y, enocasiones, una convivencia con centros de poder, comoTenochtitlan, con vínculos de dominio y tributarios en elcaso de Mesoamérica, así como una precaria movilidad

y tecnología, en donde la subsistencia se volvía unaspecto clave—1 plantean interrogantes sobre el equili-brio existente entre recursos y población, en particularsi consideramos el abandono de las ciudades mayas.

Los españoles modificaron sustancialmente elespacio territorial y urbano indígena: modelos teóricosy realidades en un proceso de tres siglos. La intensidaddel proceso de fundación no tuvo precedente. ChuecaGoitia plantea que no hubo exigencias refinadas y estose reflejó en sus edificios; la Plaza Mayor lo representa,con una visión clara de sus funciones y significado, sien-do un factor preponderante. Además, clasifica las trazasvinculadas con la topografía: las irregulares son gene-ralmente las de paisaje accidentado, centros mineroscomo Guanajuato o Taxco; semirregulares, las que adap-tan la cuadrícula a las condiciones del lugar; regulares,la mayoría, y fortificadas, con trazo regular, o adapta-das por la naturaleza y posición de las fortificaciones,como Campeche o Veracruz.

En virtud de que este importante encuentro secelebra en la Ciudad de México, quiero hacer referenciaa su historia urbana, factor fundamental del rescate yconservación del patrimonio histórico y cultural.

La ciudad prehispánicaLa gran Tenochtitlan, capital de los Mexicas, fundada en1325, se estableció en un islote al centro del Lago deMéxico, en una extensa zona de la cuenca cerrada delvalle, conformada por los lagos de Xochimilco, Chalco,Xaltocan y Texcoco. La ciudad se asentó sobre el rellenode la zona lacustre con “chinampas”, cimentadas conpilotes de madera, con capas superiores de tierra. Seconstruyó un sistema que permitía alternar calles, calza-das y superficies para otros usos con canales. Sin em-bargo, la condición lacustre acarreaba el riesgo deinundaciones, al aumentar el nivel de los lagos, amena-za que persistió en la ciudad novohispana, combinada

con los problemas de drenaje. Asimismo, el suelo lino-arcilloso de la zona lacustre y de las plataformas prehis-pánicas, ha sido un elemento presente que afecta lasestructuras por hundimientos diferenciales.

La estructura urbana era rectilínea. Del centrode la ciudad partían cuatro calzadas hacia cada uno delos puntos cardinales que, a su vez, constituían los ejesradiales de la estructura y se prolongaban sobre los lagos.Hacia el Sur a Iztapalapa, hoy Calzada de Tlalpan; haciael Poniente a Tacuba; al Norte hacia el Tepeyac, que seinterrumpía cerca de la acequia de Tezontlali; al Orientehacia el embarcadero de Texcoco. Las calzadas teníancortes transversales para dar paso a canoas y para evi-tar su circulación como elemento de defensa. Es así quelas calzadas dividían a la ciudad en cuatro parcialidadesy éstas, a su vez, se subdividían en calpullis equivalentesa los barrios coloniales.

La ciudad colonial, 1521-1821México-Tenochtitlan, una vez conquistada, fue arrasada.Hernán Cortés decidió, a pesar de cierta oposición, cons-truir sobre las ruinas de la capital mexica la nueva ciudadespañola, lo cual significaba demostrar su poder y domi-nio, así como asegurar el lugar conquistado para el con-trol, la organización y la colonización de otros territorios.

La ciudad colonial se estructuró a partir de prin-cipios de segregación y separación, enfatizando las di-ferencias entre vencedores y vencidos: el militar, quepermitía el control y la operación de los medios defensi-vos; el histórico, que demostraba la fuerza y el dominiode los conquistadores y el religioso, con la evangeliza-ción y la conversión de los vencidos.

Alonso García Bravo trazó la ciudad a partir delnúcleo ceremonial destruido de donde salían dos ejes, asaber, el cardo máximo, de Norte a Sur, y el decúmeno,de Oriente a Poniente. El crucero generaba la plaza,amplia, abierta, delimitada por los edificios más impor-tantes. Se trazaron a cordel, calles anchas y rectas, apartir de las antiguas calzadas y canales. Las calles for-maron 75 manzanas rectangulares de 250 varas2 de

largo por cien varas de ancho (207 m x 83 m), dividi-das en diez solares de cincuenta por cincuenta varas.Estas dimensiones se utilizaron en otras ciudades novo-hispanas y fueron sujetas a subdivisiones, que hoy toda-vía se pueden apreciar en las lotificaciones actuales. Loslímites de la nueva traza de la ciudad eran al Norte elábside de la magnífica iglesia de Santo Domingo (hoy lacalle de Perú); al Oriente, la calle de la Santísima; al Sur,la calle de San Jerónimo y, al Poniente, la calle de SantaIsabel. Quedaron determinados dos espacios mayores:uno delimitado, ordenado, que reflejaba una concepciónjerárquica; el otro, desordenado y abigarrado, corres-pondía a las antiguas parcialidades indígenas cuyosnombres fueron castellanizados como Cuepopan,hoy conocida como Santa María la Redonda; Atzacoalcocomo San Sebastián; Moyotlán como San Juan yTeopan como San Pablo.

Desde la Conquista, acorde con la legislaciónespañola, se instaló el Ayuntamiento y, posteriormen-te, se estableció su jurisdicción política administrativaque comprendía el ámbito urbano, los terrenos comu-nales de las parcialidades indígenas y los ejidos y dehe-sas para los españoles. Los límites de esta jurisdicciónadministrativa no fueron claramente definidos. El cabil-do reclamaba cinco y hasta quince leguas, lo cual fuemotivo de controversias. La delimitación territorial dela Ciudad de México quedó determinada por tres juris-dicciones: el área urbana, los límites de la municipali-dad y la división eclesiástica.

En 1535, llegó a México el virrey Antonio deMendoza. Tenía conocimiento de las nociones de urba-nismo establecidas por León Battista Alberti. Preocupadopor darle un orden a la nueva ciudad, dictó una serie demedidas que iban desde la separación de los indígenasrespetando la traza.

La ciudad, entonces, inició su crecimiento haciael Norte, probablemente por la presencia del mercadode Tlatelolco y del Convento de Santo Domingo. Seextendió también hacia el Oriente por la proximidad delcanal de la Viga. El centro reticular de la ciudad se modi-ficó con la construcción de grandes conventos, comolos de San Francisco, Santo Domingo, La Concepción,

20 21 La preservación de la arquitectura en los centros históricosVII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

Fig. 3 Recinto Sagrado de la Gran Tenochtitlan, MuseoNacional de Antropología e HistoriaFig. 4 Plano atribuido a Hernán Cortés, publicado enNüremberg, 1524Fig. 5 Plano de traza y de las parroquias de la Ciudadde México hacia 1570, según García Cubas.Fuente: Kubler, George “Arquitectura Mexicanadel siglo XVI”

1 Sobre todo si consideramos que Cook, Borah y Simpson estimanque hacia 1521 la población mesoamericana era de 22,000,000 dehabitantes y que ésta declinó bruscamente a partir de la Conquista,por las violentas formas que asumió, las recurrentes hambrunasy la proliferación de enfermedades. 2 Una vara castellana = 0.835 metros.

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San Pedro y San Pablo y San Agustín, los cuales con-tribuyeron a modificar la distribución de las manzanas.Asimismo, la presencia de San Hipólito, la Santa Veracruz,San Diego y la Alameda determinaron la extensiónde la ciudad hacia el Poniente.

A fines del siglo XVI, la complejidad de las fun-ciones urbanas aumentó. Los problemas que habíanaquejado a la ciudad indígena preocupaban también alos administradores coloniales. Las necesidades de aguapotable obligaron a la búsqueda de nuevos manantia-les y a la construcción de acueductos, fuentes y cajas dedistribución. La amenaza constante de las inundacionesllevó al virrey Luis de Velasco a encargar a Enrico Martínezel proyecto de desecación de los lagos y la construccióndel desagüe de Huehuetoca. Dicha obra duró hasta laprimera década del siglo XIX y solucionó parcialmentelos problemas, ya que las inundaciones continuaronpresentándose.

En el siglo XVII, la traza creció. Sus límites se reco-rrieron: al Norte, del convento del Carmen hasta SantaMaría la Redonda; por el Oriente, hasta la Alhóndiga; enel Sur, de San Jerónimo hasta San Pablo, y por el Poniente,de San Diego a San Juan de la Penitencia. La ciudad avan-zaba sobre su entorno natural, transformándolo, no sinconsecuencias, tales como la alteración del régimen delluvias, el descenso de los niveles freáticos y la disminu-ción del flujo de las aguas de los canales y las acequias.

Debido a las nuevas necesidades de transporte,muchos de los antiguos canales fueron azolvados parafacilitar el tránsito de los caballos y las carrozas, y tambiénpara evitar los malos olores y las aguas encharcadas. Laciudad fue perdiendo paulatinamente su perfil lacustrecon el predominio de las vías terrestres. La distribución desu espacio quedó sujeta a una variada reglamentación: seasignaron calles para los oficios, lugares para las ordeñas,matanzas y tocinerías, así como para los conventos, igle-sias y capillas. Se aumentó la distribución de agua pota-ble al utilizarse los manantiales de Chapultepec, Santa Fey Azcapotzalco. Las fuentes eran más de cuarenta y deallí partían las mercedes de agua o los aguadores.

La ciudad antes mencionada la podemos disfru-tar en el plano de Juan Gómez de Trasmonte, en donde

se aprecia su perspectiva geométrica del Ponientehacia el Oriente.

Hacia fines del siglo XVII, la ciudad tenía unapoblación cercana a los cincuenta mil habitantes. En elsiglo XVIII, la nueva dinastía de los Borbones inició unaserie de reformas económicas, políticas y administrati-vas que buscaban ordenar, controlar y recibir mayoresbeneficios de los territorios coloniales. Como parte deestas reformas político-administrativas, el territoriode Nueva España se dividió en doce intendencias, conla Ciudad de México como capital de la intendencia deMéxico. Además, se estableció una mayor vigilanciadel espacio público, del uso de suelo, de la propiedady de la renta de la tierra, medidas que coincidían con lasideas sobre el ordenamiento urbano promovidas por elpensamiento ilustrado.

En la Ciudad de México del siglo XVIII se contra-ponían las calles anchas y rectas con las calles angostas eirregulares, además las acequias estaban azolvadas, puesdesprendían malos olores, las calles carecían de empe-drado, el drenaje era escaso y deficiente. Las fuentes, losmercados, los cementerios y la Plaza Mayor se encontra-ban también en pésimas condiciones. Con el propósitode hacer la ciudad útil, cómoda y funcional, los adminis-tradores borbónicos promulgaron una serie de bandos,ordenanzas, reglamentos e instrucciones, tendientes amejorar el funcionamiento de los servicios públicos einfluir y regular el comportamiento de la sociedad.

Virreyes como el marqués de Croix, Matías deGálvez, Bucareli, entre otros, pusieron en práctica me-didas que beneficiaron el espacio de la ciudad. En1780, el virrey Martín de Mayorga comisionó a BaltasarLadrón de Guevara para que formara la división de laciudad y a fines de 1782 se aprobó la ordenanza quela dividía en ocho cuarteles mayores y 32 menores.Se buscaba un mayor y mejor control de la población yde la administración.

Fue durante el gobierno del segundo conde deRevillagigedo cuando se llevó a la práctica un programamuy amplio para el mejoramiento de los servicios públi-cos. Su administración mejoró el alumbrado, organizóel servicio de limpia, desazolvó las acequias, embelleció

la Plaza Mayor, arregló las fuentes y los acueductos,niveló y empedró las calles.

Para la realización de dichos proyectos, el virreycontó con el apoyo del maestro mayor de la ciudad,Ignacio Castera, quien presentó dos proyectos; uno paraestablecer la limpia de los barrios y otro, el más impor-tante, para elaborar lo que se considera el primer planoregulador de la Ciudad de México. Dos eran sus objeti-vos fundamentales: alinear las calles para terminar conla irregularidad de los barrios indígenas y construir unaacequia maestra de figura cuadrada que rodearía a laciudad. Esto permitiría el control de las aguas a través deuna serie de salidas y compuertas que les darían fluidez,evitando los encharcamientos y la fetidez del aire.

Las calles tendrían una amplitud de 3300 varas,lo cual contribuiría a la limpieza, numeración de susmanzanas, registro de sus habitantes y facilitaría el trán-sito de personas, coches, rondas y patrullas. Se estable-ció, además, la separación del área urbana de aquellasactividades que afectaran la salud de sus habitantes. Lasimetría de este proyecto se lograba con la terminaciónde las calles en cuatro grandes plazas, situadas en loscuatro ángulos, que podían utilizarse para ejercicios yjuegos. El proyecto reflejaba las ideas del urbanismoneoclásico, al establecer la rectitud y la simetría.

Hacia fines del siglo, la ciudad había ensanchadosus límites hacia el Norte hasta la calle que hoy es Perú,al Oriente hasta Santísima, al Sur hasta San Antonio Abady al Poniente hasta San Fernando y la garita de Belén. Laciudad creció hacia la zona surponiente, lo cual se explicapor diversas razones, como la consolidación de los terre-nos, resultado del azolvamiento de acequias y canales, laconstrucción del Paseo de Bucareli y de casas particulares,de la Real Fábrica de Tabaco, el establecimiento de ser-vicios como el de limpia, la distribución del agua, empe-drados, alumbrado y apertura de algunas calles.

La Ciudad de México de fines de la Colonia fueregistrada en el plano levantado en 1795 por DiegoGarcía Conde y grabado hasta 1807 por José JoaquínFabregat. Era una ciudad de grandes contrastes, quea principios del siglo XIX ya tenía más de cien milhabitantes y una urbe, la capital de Nueva España, que

“consideraba importante la regularidad de su conjunto,su extensión y situación”.

La Ciudad de México independienteDespués de la guerra de Independencia, los cambiosen la forma de la ciudad fueron contados. El sucesodesplazó hacia la ciudad a muchas familias de las regio-nes en conflicto; sin embargo, la ciudad mantuvo suslímites. El incremento de la población comenzó a mo-dificar la estructura interna de las habitaciones y lasgrandes construcciones unifamiliares se dividieron paraalbergar a varias familias. La estructura social acentuósu diferenciación al incrementarse la población margi-nal con diversos orígenes étnicos.

En el siglo XIX, sobre todo, desde la Indepen-dencia, el área urbana y los órganos de gobierno de laCiudad de México fueron reformados por diversas deci-siones político-administrativas. Los territorios de lasantiguas intendencias fueron incorporados, en laConstitución de 1824, como estados de la republicamexicana. La Ciudad de México fue electa como capitalfederal después de arduas discusiones con el CongresoConstituyente. Se estableció que el Distrito Federal servi-ría de residencia a los poderes de la Federación. Su deli-mitación territorial conformaría un círculo de dos leguasy su radio partiría del centro de la Plaza Mayor.

El territorio del Distrito Federal quedó rodeadopor pueblos y municipios del Estado de México. El círcu-lo territorial del Distrito Federal fue alterado al expedirseun decreto, el 18 de abril de 1826, en el cual se acla-raba que los pueblos o municipios cuya mayor partequedara dentro de los límites del círculo perteneceríanal Distrito Federal. El gobierno político y económico delDistrito Federal quedó bajo la jurisdicción del gobiernogeneral, ejercido por un gobernador cuyas funciones nofueron bien definidas; esto generó una confusión admi-nistrativa y política entre el gobierno del Distrito Federal,con el Ayuntamiento, que representaba al gobierno localde la ciudad, debido a la falta de legislación, lo que pro-vocó frecuentes conflictos.

A causa de su expansión, la ciudad había forma-do una planta irregular cuya área urbana estaba limitada

22 23 La preservación de la arquitectura en los centros históricosVII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

Fig. 6 Perspectiva de Juan Gómez de Transmonte, 1628.Vista de Poniente a OrienteFig. 7 Planta y sitio de la Ciudad de México. Copiado deJuan Gómez de Trasmonte, 1662

pág. 24 | Fig. 8 Plano geométrico de la Ciudad de México, 1785.

Fig. 9 Plano General de Indicación de la Ciudad deMéxico, con la antigua y nueva nomenclaturade calles, hecho para el Directorio Comercial deMéxico, Armstrong, 1890. Museo Franz Mayer

pág. 25 | Fig. 10 Plano atribuido a Pedro de Arrieta, 1737. Fuente:Museo Nacional de Antropología e HistoriaFig. 11 Plano del Distrito Federal, Atlas Geográfico, Esta-dístico e Histórico de Antonio García Cubas, 18586 7

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por las seis garitas que la rodeaban: Peralvillo, San Lázaro,La Viga, Candelaria, Belén y San Cosme. El crecimientose dirigía hacia el rumbo de San Cosme y de San Juan,donde se formó la colonia Francesa o Nuevo México.

En el año de 1851, se decretó una nueva demar-cación que diferenciaba el espacio urbano de la ciudad.Las calles, plazas y plazuelas que estuvieran fuera de lossiguientes límites fueron consideradas como los su-burbios de la ciudad: al Poniente de la iglesia de SanFernando hasta la Ciudadela, al Sur de los Arcos de Belénhasta la iglesia de San Pablo, al Oriente por la acequia,la calle de la Alhóndiga, hasta el convento del Carmeny por el Norte, la zanja del Puente Blanco.

La evolución de la Ciudad de México queda demanifiesto en los dos planos de Antonio García Cubas; elprimero que representa al Valle de México y el segundoel Distrito Federal, ambos publicados en el Atlas Geo-gráfico, Estadístico e Histórico de la República Mexicanaen 1858, ya que desde 1854 se establecieron nuevoslímites para el Distrito Federal y quedó conformado porcuatro prefecturas: la central o interior, correspondientea la municipalidad de México y tres exteriores; la delNorte con cabecera en Tlalnepantla; la del Occidentecuya cabecera sería Tacubaya, y la del Sur con cabeceraen Tlalpan. La municipalidad de México se divide en ochocuarteles mayores, 32 menores, 245 manzanas, 304calles, 140 callejones, 12 puentes, 90 plazas y plazue-las, 12 barrios y 4100 casas de piedra.

La aplicación de las Leyes de Desamortizacióninició las modificaciones en el área urbana de la ciudad.Este proceso modificó sustancialmente las formas de pro-piedad y del uso del suelo, que se transformó de agríco-la a habitacional o comercial. El fraccionamiento y lalotificación de edificios y terrenos, propiedades de cor-poraciones religiosas, civiles e indígenas, modificaron laantigua fisonomía y estructura urbana de la ciudad, alconvertirse en oficinas públicas, cuarteles y colegios, yal abrirse nuevas calles como Gante, Independencia,Xicoténcatl, Palma, el Callejón de Dolores, 5 de Mayo yel Paseo del Emperador (más tarde llamado Paseo de laReforma), cuyo trazo transversal rompió con la antiguaestructura cuadricular de la ciudad.

El crecimiento de la población y los cambios enel uso del suelo contribuyeron a que algunos particula-res fraccionaran sus ranchos y haciendas. La relación delcrecimiento de la ciudad con el valle queda de manifies-to en el plano topográfico del Distrito de México, levan-tado en 1857, en donde pueden notarse las áreas decrecimiento de la ciudad. Comenzó así la primera etapade expansión de la Ciudad de México, que comprendiólos años de 1858 a 1883.

Extramuros de la ciudad se formaron las colo-nias Barroso, Santa María la Ribera, Guerrero, de losArquitectos y San Rafael, localizadas al Poniente; alNorte se formó colonia Violante, como se evidencia enel plano levantado por orden del Ministerio de Fomento,donde ya aparece el trozo del Paseo del Emperador.La expansión motivó que en las Colonias, como la de losArquitectos o la de Santa María, se construyeran casassobre terrenos que habían sido pantanos y por la formade subdivisión se facilitó su adquisición a personas deescasos recursos.

Uno de los grandes retos a finales del siglo eraconvertir a la Ciudad de México en una urbe moderna.En las últimas décadas del siglo XIX, desde 1880, el cre-cimiento de la población, la consolidación del suelourbano y suburbano, la apertura de nuevas áreas deconstrucción, el desarrollo de las vías y de los mediosde comunicación, cambiaron la ciudad.

La apertura de nuevas calles y avenidas llevó elcrecimiento de la ciudad hacia su periferia, pero tam-bién modificó la estructura de las poblaciones cerca-nas. Tacuba, Tacubaya, Mixcoac, Guadalupe Hidalgoe Iztacalco iniciaron, a su vez, su crecimiento, algunashacia la ciudad.

La expansión del área urbana debe tambiénexplicarse como parte de un ambiente favorable, resul-tado de la estabilización política y económica logradadurante el Porfiriato. El impulso de la economía trajo elincremento de las fuentes de trabajo y el aumento enel poder adquisitivo de un grupo creciente de la pobla-ción; el desarrollo de la banca permitió la utilización delfinanciamiento para obras urbanas y el desplazamien-to de la población hacia los nuevos fraccionamientos.

Fig. 12 Ciudad de México dividida en cuarteles de Ordendel Exmo. S. Virrey D. Martín de Mayorga, 1782Fig. 13 Plano iconográfico de la Ciudad de México, quemuestra el Reglamento General de sus calles, y laatención de sus barrios 1794, Ignacio de Castera.Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos deAmérica, Washington, D.C.Fig. 14 Plano de la Ciudad de México, original de AntonioAlzate y Ramírez, 1772Fig. 15 Plano topográfico del Distrito Federal, 1824

Sin embargo, el control de las inundaciones pe-riódicas que sufría la ciudad obligó a las autoridades acanalizar grandes recursos públicos y a contratar emprés-titos en el extranjero, con el fin de financiar las obrasrequeridas, por ejemplo la obra colosal del desagüe delvalle. El canal comienza en el punto donde antes pasabael de la Viga, para comunicarse con el lago de Texcocoen el barrio de San Lázaro, al Oriente de la ciudad. Correpor el lado oriental entre la sierrita de Guadalupe y el lagode Texcoco. Después de un trayecto de 20 kilómetroscambia de rumbo, dirigiéndose al Noroeste; traza unadiagonal pasando por los lagos de San Cristóbal, el deXaltocan y el de Zumpango, y se termina a poca distanciade esta última población, antes de precipitarse en el túnel.

A pesar de la magnitud de las obras emprendi-das y las mejoras consiguientes, las inundaciones en laCiudad de México no pudieron ser controladas del todo.El problema era y siguió siendo un asunto prioritariode las autoridades.

Durante el periodo de 1884 a 1889, el crecimien-to de la ciudad fue hacia el Noreste, Oeste y Sur. Una ter-cera etapa se realizó entre 1900 y 1910, caracterizadapor el establecimiento de las colonias: La teja, Americana,Juárez, Cuauhtémoc, Roma, Condesa, Tlaxpana, SantoTomás, Chopo, San Álvaro, Imparcial, Peralvillo, la Viga,Cuartelito, Scheibe, Romero Rubio y Ampliación SanRafael. Algunas de estas colonias fueron formadas parafamilias de altos recursos, como la Roma y la Cuauh-témoc. En las colonias para las clases medias o popu-lares había, en contraste, problemas serios con losservicios. Muchos de ellos, por la falta de recursos, nopodían ser instalados por el gobierno de la ciudad.

La mayoría de las colonias fundadas en estosaños no continuaron con el trazado en damero y cadauna fue diseñada conforme a los intereses del fraccio-nado; por eso, las plazas, las calles, avenidas y construc-ciones no presentaban continuidad ni uniformidad.

Durante el Porfiriato se definió la organizaciónpolítico-administrativa del Distrito Federal. En 1898 sefijaron sus límites con los estados de México y de Morelosy los de la municipalidad de México. Ésta se delimitó dela siguiente forma: al Norte el Río Consulado; al Oriente

del Canal de San Lázaro hasta el Canal de la Magdalena;al Sur, el Río de la Piedad, y al Poniente, Chapultepec yel Río de los Morales. En 1903, se decretó la Ley deOrganización Política del Distrito Federal, donde se deter-minó que estaría conformado por la municipalidad deMéxico y doce delegaciones, cuyos ayuntamientos seconvertían en cuerpos consultivos de vigilancia y de veto.Sus bienes, derechos y obligaciones pasaron al gobiernofederal; sus facultades administrativas se atribuyeron atres funcionarios que dependían de la Secretaría deEstado y del Despacho de Gobernación, eran el gober-nador del distrito, el presidente del Consejo Superiorde Salubridad y el director de Obras Públicas.

La centralización en la Ciudad de México de lasactividades económicas, industriales, de comunicación,cultura y recreación contribuyó al incremento de su po-blación, que en 1858 se estimaba en doscientos milhabitantes y hacia 1910 en cuatrocientos mil habitan-tes; a su vez, su área urbana había pasado de 8.5 a 40.5kilómetros cuadrados. Hacia este último año los límitesde la ciudad eran: al Norte, Nonoalco y Peralvillo; al Sur,el Río de la Piedad; al Oriente, Balbuena, y al Poniente,la calzada de la Verónica.

En esos años, la mayoría de los barrios indígenasestaban rodeados o amenazados por el tejido urbano.La sociedad demandaba nuevos servicios para satisfa-cer las necesidades creadas por la urbanización. Además,las costumbres empezaron a cambiar. Se inaugurarontiendas departamentales como el Palacio de Hierro, laCasa Boker y Al Puerto de Veracruz. Surgieron nuevasconstrucciones donde se utilizó el concreto y estructu-ras de acero como el Palacio de Bellas Artes, el edificiode Correos, el Palacio de Comunicaciones, el Instituto deGeología, hospitales, mercados y teatros. Las callescambiaron al utilizar un nuevo tipo de pavimentaciónque facilitaría el tránsito de los vehículos —algunos decombustión interna— y de los tranvías.

“La ciudad crece y cuenta con 656 manzanas, yéstas abarcan un total de 1952 calles en las cuales exis-ten 9930 casas”. La ciudad se vuelve cosmopolita, perose acentúan las diferencias que contribuyen al clima quelleva al descontento y al estallido de la Revolución.

26 27 La preservación de la arquitectura en los centros históricosVII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

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Fig. 18 México, Carta Táctica de los Estados UnidosMexicanos, 1927

En el siglo XIX, se inicia la ruptura del equilibrioentre la ciudad capital y el resto de las ciudades del país,otro tanto sucede en la compacta ciudad novohispana,con las antiguas calzadas y caminos, dirigidos a asenta-mientos menores o poblados, como Coyoacán, San Ángel,Mixcoac, Tlalpan, Xochimilco, Tacuba, etc. Así como eltrazo del Paseo de la Reforma orientó la estructura urba-na de su expansión, la migración produce un crecimientonotable fuera de la ciudad fundacional. Las Leyes deReforma dieron a muchos inmuebles otro uso, se pro-longaron calles y se afectaron conventos, con excepcióndel templo y su atrio respectivo, el resto se fraccionó enlotes y se vendió para vivienda y comercio; se demolie-ron edificios para dar lugar al Palacio de Bellas Artes, elde Correos y el de Comunicaciones y Transportes.

La parte central se transformó en zona de usomixto, con comercios al frente, viviendas, hoteles, ofi-cinas; las zonas del Norte sufrieron mayor deterioro,por usos comerciales y su interrelación con zonas indus-triales y colonias populares, particularmente La Merced,con zonas de bodegas.

Urbanización en el siglo XX y sus tendenciasEl crecimiento durante el siglo XX fue enorme. En 1900, elpaís contaba con 13,000,000 de habitantes y la Ciudadde México alcanzaba una población de 344,000,000habitantes. Hacia el año 2000, el país tenía 97,400,000de habitantes, mientras el área metropolitana del Vallede México poseía 18,400,000, es decir, la población dela ciudad se incremento 53.4 veces. Este crecimiento alo largo del siglo fue resultado del centralismo y la diná-mica poblacional. En una primera etapa, entre 1900 y1930, llegó a alcanzar 1,049,000 habitantes. De éstos,el 98 por ciento se concentraba en la ciudad central, loque hoy corresponde a cuatro delegaciones del DistritoFederal. Entre 1930 y 1970, se aceleró el proceso demo-gráfico y la expansión territorial, particularmente, conla desconcentración del centro a la periferia hacia elPoniente, el Sur y el Sureste, con población de ingre-sos medios y altos; y hacia el Oriente y Norte, po-blación de ingresos bajos y actividad industrial. Hasta1950 la expansión urbana ocupó el territorio del Distrito

Federal y, a partir de entonces, se fue hacia territorio delEstado de México. Hacia 1970, la población se estima-ba en 8,440,000, con 2,900,000 en la ciudad central,3,600,000 en el resto del Distrito Federal y 1,900,000 enel Estado de México. Es el periodo que presenta las tasasde crecimiento más altas de la historia. Cabe señalar quela migración entre 1940 y 1950 fue muy intensa, fuemás la población que migró a la ciudad que la que nació.

Entre 1970 y 2000, consideramos dos etapas: laprimera caracterizada por la persistencia del crecimientoen ambas entidades, aunque con una tasa y participacióncreciente en el Estado de México, y la segunda, en la quela mayor proporción de la población corresponde a losmunicipios metropolitanos del Estado de México, mien-tras el Distrito Federal tiende a estabilizarse. Se produceuna fuerte migración del centro a la periferia, el mayorporcentaje de migrantes proviene del Distrito Federal,produciendo poblamiento de escasos recursos en losmunicipios del Oriente y Nororiente del Valle (particu-larmente en las zonas desecadas del vaso de Texcoco:Nezahualcóyotl y Ecatepec), y de ingresos medios haciael Norponiente, tomando como ejes estructuradores lascarreteras a Puebla, Pachuca y Querétaro

En este proceso deben tomarse en cuentadiversas intervenciones: la concepción del Circuito deCircunvalación, de Carlos Contreras, quien en 1933 ela-bora el Plano Regulador del Distrito Federal; su primerobjetivo era la preservación del Centro Histórico; además,se realizó el ensanchamiento de San Juan de Letrán, yentre 1934 y 1937 se abrió 20 de Noviembre; en 1936,se reformó la Ley de Planificación y su reglamento; en1938, se estableció el Reglamento de la Zonificación delas Arterias de la Ciudad de México y se reglamentaron lasalturas de las construcciones, la Comisión de Arquitecturasupervisó que los nuevos edificios estuvieran en armoníacon los edificios existentes en las calles y el barrio.

Se realizaron diversos estudios del centro, vincu-lados con planteamientos sectoriales y urbanísticosen los que participaron Fernando Alfaro, Carlos Contreras,José Luis Cuevas, Jorge L. Medellín, Luis Ortiz Macedo,Angela Alessio Robles, Fernando Padrés, EnriqueCervantes Sánchez, y se realizaron obras para reducir el

tráfico de vehículos, como el Anillo Interior; al mismotiempo, se ejecutaron notables obras de restauración,entre las que destacan las de la Catedral Metropolitana,con la participación de Manuel González Flores, EnriqueTamez, Enrique Santoyo, Vicente Medel, Jaime OrtizLajous, Sergio Saldívar y Xavier Cortés Rocha.

Generalmente, el centro se atendió sin un pro-yecto integral. Fue hasta la década de 1990 cuando sepusieron en práctica visiones integrales de planeación,promoción y ejecución, con planes parciales, fideico-misos, vocalías ejecutivas y, recientemente, con la crea-ción de una autoridad; sin embargo, son limitadas susatribuciones de concurrencia y coordinación, y la apli-cación de instrumentos también es limitada.

En este intenso proceso de metropolización, seincorporaron poblados y cabeceras municipales quecontienen además zonas de valor histórico. En 1990, seestimaba que el 0.72 por ciento correspondía al CentroHistórico, el 15.84 por ciento a poblados conurbados,el 49.11 a colonias populares, el 10.48 por ciento a con-juntos habitacionales, el 15.70 por ciento a uso residen-cial y el 8.16 por ciento a otros, lo cual implica que nosólo hay que proteger al Centro Histórico, sino a los po-blados conurbados con valor patrimonial.

Hacia 1995, se estimó que el 1 por ciento repre-sentaba la población metropolitana y el 2.1 por ciento,la población del Distrito Federal. Este proceso se ha pro-ducido en forma extensiva, tanto en el Distrito Federalcomo en el Estado de México, que actualmente contie-ne el 54.2 por ciento de la población metropolitana; enesta entidad se presenta la mayor a proporción del cre-cimiento metropolitano. Las proyecciones del áreametropolitana del Valle de México son para 2010 de20,132,333 habitantes, para 2020 de 21,382,391 ypara 2030 de 22,124,138 habitantes.

Marco conceptualSe considera a la ciudad como resultado de la histo-ria, como elemento fundamental del desarrollo del pre-sente y sustento del porvenir. La herencia del pasadodebe conservarse, permanecer y transformarse, siem-pre preservando su valor y asumirlo.

Conservar con vida los centros históricos y pre-ver su futuro es nuestra obligación; hay que habitarlosy disfrutarlos, impulsar la vivienda y las actividades com-patibles, culturales y de servicios que los mantenganen valor: como un sustento y no un riesgo, ya que elpatrimonio puede ser afectado por ignorancia, indo-lencia, especulación o el progreso mal entendido.

El valor cultural reconocido y auspiciado por laUNESCO tuvo como antecedente la Carta Internacionalsobre la Conservación y Restauración de Monumentosy Sitios (Carta de Venecia, 1964). La Convención sobrela Protección del Patrimonio Cultural y Natural, celebradaen París en octubre de 1972, estableció como patrimoniocultural a los monumentos y conjuntos arquitectónicosde valor excepcional desde el punto de vista histórico,artístico y científico, así como a los sitios arqueológicos.Estos principios se consolidaron con las convencionesy declaraciones de Nairobi (1976), de México sobrepolíticas culturales, de Estocolmo (1998) y de París(2001), esta última la Declaración Universal sobreDiversidad Cultural.

Los centros históricos presentan una gran com-plejidad, deterioro, abandono, usos y destinos incompa-tibles, derivados de la disminución de los espacios en lasviviendas por el establecimiento de bodegas y talleres;las deficiencias en la vivienda misma, resultado de pro-cesos históricos como las rentas congeladas; ambulan-taje, problemas de movilidad como la congestión y lainfraestructura obsoleta frente a recursos limitados. Esnecesario atenderlos integralmente y sumar los instru-mentos federales y locales para su cabal atención.

Los objetivos para poner en valor los centros his-tóricos deben partir de reconocer su significado comoelemento de identidad y patrimonio de todos los mexi-canos; deben ser atendidos con principios de

• Equidad, es decir, atender a toda la poblaciónhabitante y usuaria. En el caso de la Ciudad deMéxico, se estima su población permanenteen 35,000 habitantes y en quinientos mil sususuarios diariamente, además de que la tran-sitan al día un millón de personas.

28 29 La preservación de la arquitectura en los centros históricosVII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

Fig. 16 México en 1810, 1876 y 1909, Plano de la Ciudaddurante el gobierno de Porfirio Díaz. Museo de laCiudad de MéxicoFig. 17 Plano de la Ciudad de México, formado con losdatos del H. Ayuntamiento, 1910. Archivo Generalde la Nación16 17 18

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30VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos 31 La preservación de la arquitectura en los centros históricos

• Habitabilidad: mejorar las condiciones de vida,individuales y colectivas del Centro Histórico.

• Productividad: generar actividades compati-bles con el Centro que permitan mantenerloen valor, al mismo tiempo que captar ingresospor parte de sus habitantes.

• Sustentabilidad: mejoramiento continuo de lacalidad de vida mediante la armonía de losrecursos naturales en espacios abiertos, y lapreservación del aire, el agua y el suelo.

• Gobernabilidad: entendida como el buen go-bierno que responde a los intereses y aspira-ciones de la población, con la concurrencia ycoordinación de los niveles de gobierno y laaplicación de diversos instrumentos.

La puesta en valor de la zona implica responder a estosobjetivos, al mismo tiempo que el Centro Histórico guar-de una relación adecuada con el resto de la ciudad, tantoen términos de movilidad, conectividad, accesibilidad,identidad y jerarquía. En muchos casos, en la periferia delos centros se van formando áreas de transición y pos-teriores expansiones que no siempre corresponden a latraza, no mantienen la calidad histórica monumental.La propia área central cuenta con inmuebles llamadosde acompañamiento o de contexto; sin embargo, la zonaen su conjunto requiere de una visión integral.

Instrumentos. Marco jurídicoEl marco de referencia para atender a los centros his-tóricos en México, en la legislación actual, parte de dos

instrumentos, derivados del marco constitucional. Enprimer término, el artículo 73 que señala, entre las atri-buciones del Congreso de la Unión,

establecer, organizar y sostener en toda la re-pública los institutos concernientes a la culturageneral de los habitantes de la nación, y legis-lar en todo lo que se refiere a dichas institucio-nes, para legislar sobre vestigios o restos fósilesy sobre monumentos arqueológicos, artísticos ehistóricos, cuya conservación sea de interés nacio-nal, así como para dictar las Leyes encaminadasa distribuir convenientemente entre la federa-ción, los estados y municipios el ejercicio de lafunción educativa,

del que se derivó su reglamentaria Ley Federal sobreMonumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos eHistóricos, cuya aplicación corresponde a la autoridadfederal, y en la que los estados y municipios se limitarána intervenir de acuerdo con lo que señale la propia ley ysu reglamento, los que se refieren básicamente a que silos estados o municipios desean conservar o restaurar losmonumentos arqueológicos o históricos, lo harán previopermiso y dirección del INAH y podrán colaborar con elINBA para la conservación y exhibición de los monumen-tos artísticos en los términos que fije este último.

Por otra parte, las adiciones a la Constitución, enlos artículos 27, 73 y 115, dieron lugar en 1976 a la legis-lación en materia de asentamientos humanos. Esta leygeneral, que fue modificada por la expedida en 1993,

cuyas disposiciones son “de orden público e interés socialy tienen por objeto establecer la concurrencia de los tresniveles de gobierno para ordenar y regular los asenta-mientos humanos en el territorio nacional, así como fijarlas normas básicas para planear y regular el ordenamien-to territorial de los asentamientos humanos, y la funda-ción, conservación, mejoramiento y crecimiento de losCentros de Población”, considera la conservación de uti-lidad pública atendiendo los valores históricos y culturales.

En las legislaciones estatales, se consideran lasdinámicas urbanas mencionadas y en los planes deriva-dos de aquéllas se establecen las áreas de conservacióncorrespondientes a los centros históricos en que deberealizarse un plan parcial, polígono que debe ser com-patible con la declaratoria que en su caso se emitacomo resultado de la Ley Federal sobre Monumentos yZonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, sumandolos dos instrumentos.

Los municipios, a partir de las modificaciones alartículo 115 constitucional, tienen atribuciones para“Formular, aprobar y administrar la zonificación y losplanes de desarrollo urbano municipal; autorizar, con-trolar y vigilar la utilización del suelo, en el ámbito desu competencia en sus jurisdicciones territoriales y otor-gar licencias y permisos para las construcciones”.

Si bien estos instrumentos pueden confrontar-se, deben complementarse; es necesario considerar,desde la posibilidad de la emisión de una ley general enla materia hasta la aplicación de la legislación actual,haciendo compatibles los planes de Desarrollo Urbanoy las Declaratorias con base en un consenso institucional

en que, de acuerdo con las atribuciones federales y loca-les, las acciones se realicen en forma concurrente y coor-dinada, ya que es posible establecer instrumentosadministrativos conjuntos que apliquen las normas ypromuevan y desarrollen planes y programas.

Asimismo, es necesaria la expedición formal delos planes y declaratorias que dé sustento a las accio-nes previstas en dichos instrumentos de acuerdo conla legislación aplicable, así como el establecimiento deconvenios y acuerdos para la coordinación interinstitu-cional que permita sumar instancias y simplificar pro-cedimientos.

RevitalizaciónLa revitalización de los centros históricos implica mante-nerlos vivos, lo cual debe ser una actividad permanente.Además de atender lo cotidiano, en muchos casos con-sidera acciones de rehabilitación como la puesta envalor de espacios públicos y privados, la renovación ymejoramiento de infraestructuras y equipamiento, laatención de la imagen urbana, la restauración del patri-monio edificado y, en algunos casos, la inserción denuevas edificaciones.

El plan parcial y la declaratoria deben comple-mentarse con programas de acción integrados en unprograma maestro resultado de objetivos claros y tantode la participación social como la de expertos, que seplantee con claridad objetivos, naturaleza y característi-cas de la intervención, alcances, programas, proyectos ypresupuestos participativos. La necesidad de un consen-so es un elemento fundamental para su desarrollo.

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manera de tener como referencia la cornisa de laSanta Veracruz.

La inversión directa en inmuebles de propiedadfederal, la participación de este gobierno en colabora-ción con el patronato del museo, con los encargadosde los templos, su concertación con otras instancias yel gobierno del Distrito Federal, quien realizó un pro-grama de renovación en la Alameda, son ejemplo deque la iniciativa pública y privada, y la promoción sonfactores coadyuvantes en estos proyectos.

Instrumentos de planeaciónResulta fundamental contar con instrumentos de pla-neación; en particular, un plan integral que comprendaaspectos de desarrollo social, económico y ambiental, asícomo de preservación y puesta en valor del patrimoniocultural tangible e intangible, en los espacios públicos yprivados, identificando programas, proyectos y acciones,así como dinámicas de conservación y mantenimiento.

El plan integral debe contar con modalidadesque integren las declaratorias y los planes parcialescon el correspondiente Plan de Desarrollo Urbano, enque se incluya la delimitación de la zona de conserva-ción y la declaratoria correspondiente; todo ello debedar lugar a programas y proyectos para la atención deespacios públicos y privados, sustentados en la identi-ficación, registro y catalogación de bienes inmuebles pa-trimoniales, que son un elemento fundamental de baseque en su caso permita declarar el inmueble como mo-numento histórico o artístico.

Los planes deben ser considerados como unproceso y no un producto, y permitir su instrumenta-ción en el tiempo y en el espacio. Deben ser la guía paralos procesos de revitalización, lo que implica contarcon los medios e instrumentos para su desarrollo, comoel ordenamiento y la regulación, al mismo tiempo quelos instrumentos de inducción, fomento, concertación,coordinación y asistencia técnica, con un adecuadomarco jurídico y administrativo que permitan alcan-zar los objetivos establecidos.

En el caso del Estado de México, a partir delCatálogo del INAH, en los 125 planes municipales se

incorporó en planos y cuadros el patrimonio culturalinmueble, por municipio, régimen de propiedad y datosde su construcción, con lo cual se registran aquellosinmuebles que deben protegerse, y en su caso, solici-tar al INAH su intervención si es que se considera que sedesea conservar o restaurar los monumentos de re-ferencia. Al mismo tiempo, en el plan puede delimi-tarse la zona como área de conservación de acuerdocon las dinámicas establecidas por la Legislación deAsentamientos Humanos, lo que permite en el propioplan establecer las normas para la vía pública y las edi-ficaciones en la zona.

En los Planes de Desarrollo Urbano se descri-bió el área de conservación, polígono o zona de pro-tección, si cuentan con alguna declaratoria, así comoinmuebles catalogados, y en su caso, las zonas o sitiosarqueológicos y las normas que deben aplicarse endicha zona.

A su vez, en los planos de estrategia del planmunicipal, se señaló el polígono del área de conserva-ción o protección de cada Centro Histórico, tanto enlos planos de imagen urbana, como en los de usos desuelo, además de incluir un plano específico que mues-tra a escala mayor el área de protección o polígono deprotección con la ubicación y nomenclatura de los mo-numentos catalogados.

La conservación y el mantenimiento resultanfundamentales en los centros históricos. Es necesariomantenerlos vivos, darles un uso habitacional comoun factor de equilibrio que evita que solamente ten-gan actividad durante el día y que se produzca insegu-ridad, o se utilice el espacio público permanentementepara actividades comerciales. Las infraestructuras debenmantenerse en forma permanente y sistemática, desdela limpieza, el mantenimiento preventivo, correctivo,incluyendo reposición y renovación de redes, y elemen-tos de las calles, espacios públicos y las edificaciones,en relación con los edificios públicos con programaspermanentes de conservación e induciendo accionesde particulares para otros usos, en especial la vivienda.Todo esto requiere líneas de financiamiento, de mejo-ramiento y conservación.

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A partir del respeto y la puesta en valor del entor-no existente y de los elementos que lo constituyen, laconservación, renovación o innovación de infraestruc-turas y equipamientos o elementos del espacio públicodeben ser coherentes con la imagen urbana.

Los inventarios, registro y catalogación deben serla base para la delimitación del área de conservación odeclaratoria de la zona histórica o artística aplicable, asícomo la definición del perímetro de actuación o planparcial aplicable. El conocimiento a profundidad de lazona permitirá establecer la metodología y desarrollodel plan respectivo.

Las infraestructuras y equipamientos en el espa-cio público requieren de criterios, planes conceptuales yproyectos ejecutivos que los articulen con el resto de laciudad y los hagan coherentes con su entorno; en par-ticular, el tratamiento del espacio público es un factorde unidad e integralidad, así como la coordinación deprogramas de vialidad, transporte público individual yde pasajeros y de carga, unidades móviles de servicio,redes de infraestructura hidráulica y de energía, desechossólidos y seguridad publica.

El espacio público constituido por calles y pla-zas define la calidad de vida de la ciudad, referente ysímbolo donde la diversidad hace posible el intercam-bio, no como espacio residual de construcciones y via-lidades, sino como elemento articulador y ordenadorde las actividades y puntos de destino.

El espacio público debe permitir su uso socialcomo lugar que articula, integra y complementa lasactividades de los habitantes, reconquistándolo a favorde la sociedad como un medio de compensación socialque permita convivir y compartir, que produzca seguri-dad y bienestar a los habitantes.

Recuperar el espacio público y la seguridad ciu-dadana debe ser uno de los aspectos fundamentalespara revitalizar los centros históricos. Con esa conside-ración es necesario atender los aspectos de movilidady accesibilidad, respetando la traza y buscando solu-ciones a la vialidad, transporte no contaminante, esta-cionamientos, circulaciones vehiculares y peatonales,vía publica y arroyos, señalamientos, etc., para dar

soluciones que devuelvan la escala humana a los cen-tros, eviten la congestión, fomenten la sustentabilidady mejoren su calidad.

Las edificaciones requieren restauración que res-ponda a los valores de la arquitectura, con aportacionestecnológicas contemporáneas. Las deformaciones de losedificios, particularmente en la Ciudad de México, porlos hundimientos diferenciales, han requerido de inge-nieros y arquitectos estructuristas y restauradores quepuedan atender las estructuras hiperestáticas, y que secomplementen en un buen equipo con otros expertosen restauración.

Un mejoramiento del hábitat popular que com-bine e integre la participación social con financia-miento y subsidios para el mejoramiento de la vivienda,resulta fundamental.

La incorporación de la arquitectura modernadebe ser cuidadosa, como lo vemos en los ejemplospresentados en este libro, que responden a necesariasreposiciones de edificios dañados con obras contem-poráneas, respetuosas del contexto urbano.

Políticas, estrategias, criterios participativos, pla-nes, proyectos y recursos pueden hacer posible progra-mas de rehabilitación. Un ejemplo interesante es laAvenida Hidalgo: desde Reforma se ubica el Hotel deCortés, inmueble histórico, dedicado a hotel; tres casashistóricas destinadas a la Secretaría de Hacienda e in-corporadas a un conjunto administrativo de la mismaSecretaría diseñado por Ricardo Legorreta; la iglesia deSan Juan de Dios; junto, el Museo Franz Mayer, un calle-jón y el edificio destinado al Museo de la Estampa; lalibrería Soto, la iglesia de la Santa Veracruz y un conjun-to con el Teatro Hidalgo, del Seguro Social, afectado porel sismo de 1985, y un inmueble baldío.

Si bien la conservación de banquetas es limita-da, la altura de los edificios guarda armonía; en los in-muebles de la plazoleta intervino el gobierno federal:en el caso del museo, aportó el edificio en comodatopor 99 años y participó, además, en su restauración,junto con el patronato del museo. Para los inmueblescolindantes, se convino con las instituciones y los ar-quitectos la conveniencia de cuidar sus alturas, de

33 La preservación de la arquitectura en los centros históricosVII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

pág. 30 | Fig. 19 Plano General de la Ciudad de México, levantadopor el Coronel de Dragones Diego García Conde,1793, y grabado en 1807. Museo de la Ciudadde México

pág. 31 | Fig. 20 Visión de satélite, 1990

Fig. 21 José María Puig Casaurán. Plano de la Ciudad deMéxico. Catastro, 1929Fig. 22 Programa Parcial de Desarrollo Urbano, CentroHistórico, Secretaría de Desarrollo Urbano yVivienda, Gobierno del Distrito FederalFig. 23 Alameda y Avenida Hidalgo, Ciudad de México21 22 23

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en los municipios del valor patrimonial. En algunoscasos se han realizado programas de imagen urbana quese incorporan en los planes de desarrollo urbano muni-cipal, con los criterios derivados de un reglamento y unproyecto que permita homogeneizar letreros, señala-mientos, nomenclatura, mobiliario, ocultar redes de telé-fonos, energía y regular las construcciones.

Instrumentos de inducción y financiamientoLos instrumentos buscan inducir conductas dirigidas arealizar acciones a partir de incentivos u oportunidadespara acceder parcial o integralmente a recursos de di-versos orígenes; en muchos casos, se aplican a derechosy tarifas según la capacidad económica, o bien se puedeacceder a créditos específicos para conservación, mejo-ramiento y restauración de viviendas o inmuebles, opara el impulso de actividades económicas.

Incentivos fiscalesLa Ley de Monumentos contempla que la autoridadlocal puede ofrecer estímulos fiscales y facilidades admi-nistrativas a propietarios cuyo interés sea la rehabilita-ción de los mismos. De acuerdo con el artículo 502 delCódigo Financiero del Distrito Federal del 2005, los pro-yectos de construcción, remodelación y rehabilitaciónde inmuebles en el Centro Histórico tuvieron una exen-ción hasta del 100 por ciento en las siguientes contri-buciones locales: impuestos predial, sobre adquisiciónde inmuebles y sobre nóminas; derechos de manifes-taciones de construcción, expedición de licencias defusión, subdivisión y relotificación; certificados de zoni-ficación de usos del suelo, inscripción en el registro pú-blico de la propiedad y del comercio, derechos porconexión y ampliación de redes de agua y drenaje.

También, como estímulos fiscales federales paralos perímetros A y B, hay una exención de hasta el 100por ciento en la depreciación acelerada en un ejerciciofiscal sobre las inversiones en adquisición de inmuebles,y una reducción de hasta del 90 por ciento en el impues-to al activo del 2 por ciento.

En el Código Fiscal 2008, se contemplan ayu-das, transferencias y aportaciones, sujetas a acuerdos

de carácter general que se publicarán en la GacetaOficial y en resoluciones administrativas dictadas porautoridad competente, que pueden ser aplicados a loscentros históricos.

Otra modalidad son los denominados subsidioscruzados, por ejemplo, en el consumo de agua que im-plica que la población con mayores recursos económi-cos pague más que la población de menores recursos, apartir de una tarifa diferencial.

También existe la transferencia de potenciali-dades, que implica que la diferencia entre la intensidadde uso que pudiera aplicarse en el centro y la inten-sidad posible derivada de las características del inmueblesituado allí se transfiera fuera del centro a otra zona,si los impactos y capacidades lo permiten.

Instrumentos de fomentoLas actividades de fomento están vinculadas con la parti-cipación social, lo que implica hacer partícipe a la pobla-ción de los procesos de planeación, gestión y ejecución.

La promoción y difusión permiten considerar lasopiniones de los habitantes, gremios y especialistas,entre otros, y dar a conocer y difundir los proyectos ybeneficios de los mismos.

La asistencia técnica, particularmente para eldesarrollo de proyectos y gestiones administrativas, esun importante coadyuvante en la atención de los cen-tros históricos, en especial para la población de me-nores recursos.

Las facilidades administrativas a partir de acuer-dos, mediante la simplificación de procedimientos o laaplicación de descuentos en el pago de derechos hansido un importante factor para la ejecución de planes yprogramas, así como para la concertación y coordina-ción entre entidades públicas, privadas y sociales.

Instrumentos administrativosEl establecimiento de una instancia permanente y res-ponsable de conducir el proceso y hacer partícipe alresto de las organizaciones es requisito para una ade-cuada gobernabilidad, al mismo tiempo que se consti-tuye en vínculo con las instancias que aplican otros

35 La preservación de la arquitectura en los centros históricos

Fig. 25 Vista del área metropolitana del Valle de México2008, Google

Inversión de acción directa o inversión públicaLa acción directa o inversión pública implica la asigna-ción de recursos para el desarrollo de obras dirigidas ala revitalización de los centros históricos, así como a suconservación. En este apartado hacemos también refe-rencia a instrumentos que se han utilizado en otrosámbitos para captar recursos y desarrollar programas.

La acción directa o inversión pública de los tresniveles de gobierno y organismos auxiliares como con-sejos o fideicomisos públicos, así como entidades deparaestatales o sectoriales, requieren de coordinaciónefectiva, particularmente para obras de infraestructura,equipamiento y atención de inmuebles públicos; asi-mismo de empresas, prestadoras de servicios comoteléfonos, cablevisión, fibra óptica, etc., valorando lasinfraestructuras históricas para su conservación.

Dentro de los instrumentos de inversión, pode-mos considerar aquella directa derivada de los presu-puestos de egresos federales de las entidades federativasy de los gobiernos locales, la realizada por consejos ofideicomisos de carácter público, entidades paraestataleso sectoriales o empresas prestadoras de servicios.

Por otra parte, está la inversión mixta, pública,privada y social, concertada en un conjunto de proyectoscon la simultaneidad de inversiones y mediante la partici-pación de patronatos, fideicomisos o asociaciones civiles,que puede contar con diversos instrumentos de apoyo.

La inversión privada puede adquirir y rehabilitarinmuebles incorporando en su restauración elementoscontemporáneos y logrando, con una normatividad ade-cuada, cambios de uso, buscando recuperar la actividadeconómica y la rentabilidad en las inversiones. Estos pro-gramas pueden, en su caso, contar con instrumentoscomplementarios como la transferencia de potencialida-des que se inscriben en los instrumentos de fomento.

Con el objeto de captar recursos adicionales enlos centros históricos, se han aplicado diversos tipos deimpuestos, como el impuesto predial sobre la tierra, elcual se aplica sobre la potencialidad del inmueble, másque en función de su valor catastral o del producto de losingresos que éste genere; el impuesto sobre plusvalías,establecido en función del valor creciente, en su caso,

de los terrenos e inmuebles beneficiados por la obra rea-lizada en los centros; y el impuesto de cooperación demejoras, que tiene por objeto establecer mecanismosde captación, previa integración de programas y proyec-tos y de la proporción de costos que se distribuiría entrelos inmuebles beneficiados y que, en su caso, podríaresponder a iniciativas ciudadanas.

Para el impulso de actividades económicas sehan utilizado fondos financieros que en ocasiones apli-can recursos preferentes a los centros históricos; asi-mismo, se han establecido bonos para la revitalizaciónde esos centros.

Instrumentos de ordenamiento y regulaciónSu marco general se sustenta en los planes y programasde desarrollo urbano, planes parciales de conservación;las declaratorias tanto de Patrimonio de la Humanidad,en su caso, como las derivadas de la legislación federalcomo Zonas Históricas y Artísticas, así como de instru-mentos locales como acuerdos, bandos y reglamentosde protección son el marco general para este propósito.Se complementan en algunas legislaciones con polígo-nos y sistemas de actuación.

Para el ordenamiento se considera fundamentalla normatividad, sustentada en principios y valores, y elestablecimiento de procesos de autorización simplifica-dos y responsables que permitan la puesta en valor yel aprovechamiento racional del patrimonio construi-do, incluyendo las edificaciones y el espacio público.Generalmente, su expresión son las autorizaciones ylicencias tanto para intervenir un inmueble o realizar elproceso de restauración respectivo, como para determi-nar los usos correspondientes. Asimismo, son las guíaspara el desarrollo de proyectos en el espacio público.

En el caso del Estado de México, se inscribieronlos polígonos de los centros históricos en los 125 pla-nes de Desarrollo Urbano, lo que permitió identificar suvalor patrimonial, establecer la normatividad a que esta-ba sujeto cada inmueble y contar, en su caso, con laparticipación de la autoridad federal en los proyectos deintervención. La utilización de este instrumento permiteque se generalice la protección y que se tome conciencia

34VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

Fig. 24 Visión de satélite, 199024 24

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36VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

Fig. 26 Vista área metropolitana del Valle de México2009, Google

pág 37 | Fig. 27 Biombo de la Ciudad de México atribuido aDiego Correa, c. 1698.

instrumentos, así como con la función de guiar los pro-cesos de seguimiento, de promover un observatoriosocial y de establecer con transparencia procesos deevaluación. Es importante también asegurar una ins-tancia de promoción y difusión, complementada conuna ventanilla única de trámites y autorizaciones queen conjunto con los instrumentos jurídicos pertinentespermitan consolidar acciones, sumar instancias, simpli-ficar procedimientos y convenir y concertar esfuerzos.

ConclusionesLa importancia de esta variedad de instrumentos debefocalizarse en objetivos sociales, económicos, ambien-tales y de puesta en valor de los centros, manteniendola identidad, mejorando la calidad de vida y respondien-do a un plan general con objetivos y programas explí-citos y condensados.

La voluntad política y la concertación son elemen-tos fundamentales que tienen instrumentos y responsabi-lidades formales, a través de una ley reglamentaria, de losartículos 3, 115 y 121 constitucionales; este último seña-la: “Los bienes muebles e inmuebles se regirán por la leydel lugar de su ubicación”. Puede considerarse una refor-ma constitucional, o establecer a partir de los artículosexistentes, un régimen concurrente y coordinado, con una

ley general de los centros históricos concurrente y coor-dinada, que consolide la coordinación interinstitucional,cuyo contenido podría atender los siguientes aspectos:

• de la concurrencia y coordinación;• del registro y catálogo; • de la revitalización;• de la planeación;• de la acción directa e inversión pública;• del ordenamiento;• de la inducción;• del fomento;• de la conservación;• del uso;• de lo administrativo;• de los derechos y obligaciones;• de la defensa y sanciones.

Los centros históricos, además de planes y conceptua-lizaciones, requieren de instrumentos eficaces que per-mitan ponerlos en valor, conservarlos y operarlos comoun medio para mejorar la calidad de vida. Esos instru-mentos deben permitir, con la arquitectura y la ciudad,como lo señalara Octavio Paz, “ser testigos insoborna-bles de la Historia”.

26

Page 20: Memoria Dere Vital i Zac i On

39 La preservación de la arquitectura en los centros históricos

Convencidos de que toda innovación en la ciudad

influye en el diseño del cielo,

antes de cada decisión calculan los riesgos

y las ventajas para ello y para el conjunto de la ciudad

ITALO CALVINO

La tradición significa pasar por el fuego

y no venerar las cenizas.

GUSTAV MAHLER

En este trabajo abordaré algunas de las preguntas delas que partimos como bases conceptuales respecto de loscentros históricos, por ejemplo, ¿cómo evitar que se vuel-van ciudades temáticas?, ¿podemos exportar el modelode preservación europeo?, ¿cómo hacer que la arquitec-tura participe en los centros históricos?, ¿cuál es el pesodel herencia del movimiento moderno?, ¿qué hacer paratener un centro nuevo? Desde luego que trataré de es-bozar algunas respuestas, pero tengo que delimitarprimero el tema. Empezaré por establecer algunas defi-niciones bastante obvias, de sentido común, que es elmenos común de los sentidos.

La ciudadLa ciudad es un organismo vivo que señala el estado dedesarrollo cultural de una sociedad. El Centro Históriconos delata y compromete. Las zonas viejas de la ciu-dad se han despoblado siguiendo el fenómeno que laecología humana denomina cesión-sucesión; es decir,algunos segmentos de la población de medios y altos

Intenciones para un nuevo centroArq. Félix Sánchez

Page 21: Memoria Dere Vital i Zac i On

41 La preservación de la arquitectura en los centros históricos

ingresos dejan sus casas, las cuales, en el mejor de loscasos, son ocupadas por estratos económicos menoreso quedan semi abandonadas, o bien se usan como bo-degas para abastecer al ambulantaje. Éste es el caso tí-pico del Centro Histórico, el más importante y antiguo deAmérica. Es lamentable cómo hemos permitido dichodeterioro, cómo hemos tirado a manos llenas lo queotras sociedades quisieran tener.

El Centro Histórico o primer cuadro de la Ciudadde México, la “ciudad de los Palacios”, le dio origen anuestra nacionalidad. Está declarado Patrimonio Culturalde la Humanidad por la UNESCO desde 1987 y actual-mente comprende alrededor de 1400 edificios cataloga-dos con valor histórico y artístico de los siglos XVI al XX,distribuidos en 668 manzanas. El perímetro A y el Bsuman 9.1 kilómetros cuadrados de superficie, que ape-nas representan el 1 por ciento del total del suelo urba-no de la Ciudad de México (Distrito Federal), esto sincontar a la zona metropolitana de la Ciudad de México(ZMCM). Hasta la fecha sigue siendo el corazón políticodel país y, más importante, tiene un gran peso para lamemoria y la historia.

Sin embargo, el Centro Histórico está alterado,no sólo no es una unidad manufacturada completa,como diría A. Rossi, ni un ensamble perfecto, según ladefinición de forma grupal con hitos y elementos quearman un espacio en el estilo medieval o renacentistade la palabra, sino que está lleno de huecos y, además,al haber sido abandonado a su suerte, se ha ido destru-yendo. Asimismo, la rigidez de las normas de conserva-ción lo que mejor promovió fue que los dueños de estaspropiedades las abandonaran rogando que las lluvias yalguna otra “ayuda” carcomieran los edificios y provo-caran los vacíos urbanos que vemos en la ciudad.

Las ciudades cambian, los hombres también,nunca habíamos estado tan expuestos a los cambios devalores. Nunca las ciudades se habían transformadotanto ni los procedimientos de construcción. La civiliza-ción destruye y construye, sería importante no trope-zarnos con la misma piedra, como dice el filósofo JorgeSantayana, pero lo hacemos una y otra vez; es partede la condición humana.

En la actualidad, el Centro Histórico de la Ciudadde México es muy pequeño y no cumple con su papel,ya no es el centro real, sin embargo, por el peso de lamemoria, debe ser considerado el lugar más importan-te y, por lo tanto, tiene que ser a la vez el más nuevo yel más antiguo, y debería ser el más dinámico y no el máslento en las evoluciones. Debe transformarse de modoterso, debemos hilar con hilo fino.

Bases conceptualesRespecto a la pregunta de cómo evitar que se vuelvanciudades temáticas. Se puede decir que el peligro estáen el becerro de oro del turismo. Los centros históricosno pueden ser museos, no pueden ser ciudades temá-ticas, pues resultan aburridísimas y vacías, una especiede Disney para adultos. El peligro latente es el reduccio-nismo y simplificación del patrimonio. Luis FernándezGaleano dice que la cultura del facsímil inunda el plane-ta llenándolo de parques temáticos y centros históricosconvertidos en “réplicas afeitadas de sí mismos que loshagan digeribles al consumo turístico, mientras el desor-den físico y simbólico desventura las periferias”.

Las ciudades representan una de las expresionesmas completas, en relación con la creatividad del espí-ritu colectivo del hombre. Las ciudades actuales, quecuentan con un pasado importante, son necesariamen-te muchas ciudades al mismo tiempo y, por ende, tienenmúltiples significados, que deben ser acentuados.

Sobre si podemos exportar el modelo de pre-servación europeo. Como diría Albert Einstein, todo esrelativo. Por ejemplo el italiano, celosísimo de no dejar lahuella moderna —con excepción en Carlo Scarpa—, esun modelo para zonas no tocadas, no alteradas, dondeno hay huecos, entonces, es válido construir lo nuevohacia dentro del edificio. Y pienso también en la nohuella de los arquitectos del presente hacia la ciu-dad histórica, es como si a fuerza tuviéramos que sercomo nuestros abuelos.

En los modelos parisino, español, inglés o ale-mán, la cuestión es cómo generar una tierra francadonde convivir en un mismo espacio; creo que éste es elcamino para nuestro Centro Histórico, aunque, claro, me

40VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

Fig. 3 Flora 16, Colonia Roma, México, D.F. SánchezArquitectos y AsociadosFigs. 4, 5 y 6Flora 20, Colonia Roma, México, D.F. SánchezArquitectos y Asociados

asaltan varias dudas. ¿Por qué no nos molesta ver emba-rrados, juntos en desacato o en armonía, edificios de lossiglos XVI al XIX?, ¿por qué nos molesta ver al siglo XX yahora al XXI en ese espacio? Me explico: en el Zócalo dela Ciudad de México no nos molesta ver la CatedralMetropolitana (1571-1813) churrigueresca y neoclásicajunto a la fachada barroca del Sagrario (1700-1750) yal lado un hueco, el Templo Mayor; en cambio, segura-mente molestaría a algunos llenar dicho boquete,“caries”, le llama Felipe Leal, con una pieza moderna.¿Es que debemos avergonzarnos de enseñar nuestrapuesta en escena?

Yo creo que el tiempo, que todo lo iguala, debeser la premisa. Nuestros ojos se acostumbran a ver decierta manera e ir cambiando con el tiempo; en algúnmomento esto se vuelve una costumbre y leemos lahistoria, el tiempo, el azar y el diseño en los edificios yel entorno urbano de la ciudad, como señala TeodoroGonzález de León.

Y al respecto, viene otra cuestión, ¿cómo hacerque la arquitectura participe en los centros históricos? Esla pregunta de mayor peso, es la razón de este diálogo.Yo aventuro la siguiente respuesta: apostarle a la inno-vación y al talento. En este sentido, un bello ejemplo,por estar en una trama histórica, es el Centro de ArteModerno en Nimes, de Norman Foster (1984-1993), quecolinda con la Maison Carrée (templo romano). Ahí Fosterhizo una replica moderna de la Maison, poniendo enjuego el racionalismo como clave de lo moderno. Lo quees evidente entre un edificio y el otro es el lenguaje, elcual es idéntico, casi un clon; lo que los separa son losmás de dos mil años de técnica y avances en los proce-dimientos constructivos. El programa era tan grande quelo hundió para conservar la altura del edificio preexis-tente. Ahí, hay un claro ejemplo de convivencia entre eltiempo, el diseño, la historia y la memoria.

Esto me permite esbozar una tesis que compartenmuchos arquitectos —de los que piensan los edificios,no de los que los construyen—: en los centros históricosdeben intervenir con plena libertad los arquitectos sensi-bles y talentosos, quizá con tres parámetros: respetar elparamento y la altura, y hacer un edificio de arquitectura

moderna, actual o contemporánea, o como le quieranllamar los teóricos, que explicite su tiempo histórico.

En este sentido, Christian Norberg-Schulz diceque la ciudad conjunta varios niveles de interpretaciónexistencial, como imago mundi esto es complejo y con-tradictorio y nos obliga a pensar en términos tanto deselección como de acción de un proyecto. ¿Cómo debeverse la arquitectura moderna?, ¿de dónde deben sur-gir sus formas? Es obvio que no podemos eliminar latradición de donde encontramos las formas; y la ideade puras formas nuevas, es totalmente ilusoria. Entonces,debemos dar un brinco hacia la abstracción para ex-traer las lecciones básicas de la historia y generar e ima-ginar una nueva síntesis, y como nos señala otro granarquitecto, Álvaro Siza, “el tejido urbano no puede serprotagonista, es un fondo y la arquitectura debe refle-jar ese protagonismo, cuando éste es real, cuando eledificio es importante”.

Acerca de cuál es el peso de la herencia del movi-miento moderno, podemos afirmar que es enorme, rom-pió los moldes de más de dos mil años, estableció unatabula rasa donde proyectar el futuro, tenía que negarel pasado. Vio en la ciudad americana a la ciudadmoderna: Le Corbusier llamó alguna vez a Manhattan“beautiful catastrophe” y pensó que le faltaba altura.Basta ver el Plan Voisin. Hoy Koolhaas se refiere a la ciu-dad genérica como fractal, una interminable repeticióndel mismo módulo estructural simple. Nada más leja-no de la realidad. Recordemos que con el estilo inter-nacional también se trató de hacer un módulo repetitivoy reducir las ciudades a repeticiones de rascacielos pre-ciosos y mal ubicados… el mismo edificio para Barcelonaque para Tanzania. Esto no resultó, salvo en Brasilia yChandigarh, donde se han venido llenando los huecosdel movimiento moderno.

Pero la historia y el tiempo una vez más se apa-recen, ya con Team X, como recordamos, empiezan lascríticas. Luego Aldo Rossi nos abre los ojos al señalar

rechazamos aquí precisamente esta última con-cepción del funcionalismo inspirada en un in-genuo empirismo según el cual las funciones

5 6pág. 38 | Figs. 1 y 2 Chihuahua, Féliz Sánchez3 4

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43 La preservación de la arquitectura en los centros históricos42VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

peatonal. La cantidad y la calidad del espacio públi-co peatonal determinan la calidad urbanística de unaciudad, pero el espacio debe ser ocupado por todos,no por un grupo dominante.

Se necesita que el Centro Histórico abra unaopción a nuevos pobladores; en general más jóvenes,contemporáneos y cosmopolitas. ¡Qué vuelvan los uni-versitarios! Creo que la primera estrategia es hacervivienda, el resurgimiento debe ser un enfoque frescoal viejo problema de la habitación para todos los estra-tos con segmentos mezclados. Me parece que en tér-minos generales a todos nos gusta ver buenos edificiosque dialogan propositivamente con el contexto y quevan generando una nueva fisonomía. En este sentido,una intervención de alta calidad de diseño, permite con-tagiar a las obras siguientes y de esa manera cambiar ymejorar los espacios de la ciudad. Paul Valéry lo dicepoéticamente “Entre los edificios, aquellos que no dicennada ni cantan, son dignos del desprecio”.

Se debe cuidar el delicado balance que guar-dan los usos del suelo, que serán mixtos y abiertos. Esobvio lo que da vida a una zona o barrio, es su capa-cidad de habitación y la conservación del frágil equi-librio de la mezcla de usos que permiten tener vida las24 horas del día evitando hacer un pedazo de ciudadviva de día y muerta de noche.

Propongo para el rescate de la reserva territo-rial algo muy sencillo: que un comité de notables —laintelligentsia— defina qué edificios del siglo XX vale

la pena conservar y el resto demolerlo para dejar a lanueva arquitectura del siglo XXI convivir con nuestropasado, para ponerlo como diría Octavio Paz en claro,igual que nuestro futuro, más claro. La forma de ope-rar sería la siguiente: ubicar calles completas, no man-zanas, lo importante es lo que está enfrente. Desdeluego el primer gran ejemplo sería tapar el hoyo delTemplo Mayor y terminar las Ajaracas (concurso fallidopor azares políticos).

Establecer un sistema de transporte público conestacionamientos perimetrales para hacer las más delas calles totalmente peatonales y poder experimentarel paradigma de un barrio de ciudad, diríamos la posi-bilidad de vivir, metafóricamente hablando, todas lasciudades en una ciudad.

Finalmente, me interesa definir cómo veo a la ar-quitectura en el entorno urbano, creo que los proble-mas arquitectónicos son siempre sociales. La arquitecturaes un espejo de la sociedad que la produce. Reflejanuestros valores, nuestros anhelos y prioridades, revelatambién nuestras mendacidades y carencias. Es a travésde la arquitectura que debemos luchar por respetar lacultura, los modos de hacer y respetar la diversidad, lootro, lo ajeno. La arquitectura no es un arte visual, es unarte sucio, es un oficio complejo de servicio, que se usay sirve en lo físico y lo emocional. Vengo de una cultu-ra restrictiva que no invita a destacar. Lo mejor que lepueden decir a un arquitecto es que hace bien su traba-jo, vamos, que se porta bien, no que destaca.

Figs. 9 y 10Chihuahua, Féliz Sánchez 9 10

asumen la forma y constituyen unívocamente elhecho urbano y la arquitectura […] en realidad,nosotros continuamos disfrutando de los ele-mentos cuya función ya se ha perdido desdehace tiempo; el valor de estos hechos reside en-tonces únicamente en su forma.

Y es precisamente la indiferencia a la función laque nos permite avanzar.

Otra herencia importante es la aportación deRobert Venturi, quien magistralmente argumenta sobrelas complejidades y contradicciones de la forma,sobre todo de ver la diversidad y la inclusión comoalgo positivo, lo que nos permite superar el vocabula-rio del movimiento moderno que terminó esterilizadoy con un nuevo conjunto de reglas, a la manera de otroBeaux Arts.

A veces nos tropezamos con la misma piedra,pero aún así hemos avanzado, por ejemplo ya recono-cemos que la calle es la calle y que la ciudad se ganacalle por calle, ya el peso de la historia y de la memo-ria está con nosotros. Ya pasamos por fortuna muyrápidamente por la posmodernidad al ver que no erael camino, sin embargo, algunos de estos edificios debe-rán sobrevivir para marcar su tiempo.

Finalmente, no podemos negar que en el últimosiglo hubo más conocimiento que en todos los ante-riores. El tiempo de la ciudad se aceleró y la implosióndemográfica trastocó todo y por ello las ciudades cre-cieron a lo loco mal copiándose unas a otras.

Ahora bien, en el ya futuro que casi es pasado,el cambio de escala de las manzanas modernas y la com-petencia entre las ciudades por tener la vanguardiaarquitectónica y ser ciudad del futuro, será una lucha sincuartel, y cada una encontrará sus nuevos espacios, másadecuados. Como dice Alejandro Zaera: “Invertir hoy enla ciudad es un negocio seguro” y nos señala que en elmundo hay seis billones de personas que quieren viviren 25 ciudades. Y México está entre ellas.

En este sentido, vale recordar la competencia quesiempre ha demandado al edificio de autor, normal-mente el rascacielos, edificio-objeto, edificio-mensaje,

edificio poder… ahí están las 76 torres del Manhattanmedieval de San Giminiano (bueno sólo quedan doce) yesto no tiene nada que ver con el tejido social ni desa-parecerá la ciudad por la intromisión salvaje de la extra-modernidad con sus edificios sustentables.

Es muy claro que todo avance conlleva una des-trucción. En la actualidad acaso estamos más conscien-tes, vemos el límite del crecimiento, el cambio climático,la sustentabilidad. Diríamos que debemos pasar delderecho de la ciudad al derecho de la naturaleza y even-tualmente ambas convivirán en un mismo edificio.Nuevos paradigmas vienen en camino. Hay una evolu-ción constante en el mundo que ya se hizo chico al in-terconectarse cibernéticamente, pero la aldea globalsiempre estará impactada por la aldea local, por la otre-dad, por lo diferente y diverso. ¡Qué aburrido ser iguales!

Sobre las intenciones para un centro nuevo, lasacciones en el Centro Histórico nos dejan con saboramargo, pareciera que son políticamente ineficaces yconste que han quitado a los ambulantes en esta admi-nistración, y los “toreros” tienen que torear y conste queel esfuerzo del Fideicomiso del Centro Histórico ahoradirigido por Alejandra Moreno Toscano ha continuadocon las inversiones en las calles del primer cuadro y quie-re ganar la batalla de recuperarlo, sin embargo, quedala sensación de la falta de apoyo e interés.

Mi propuesta para un centro nuevo tiene lassiguientes consideraciones:

Se requiere de una mayor inversión pública con-certada, ya tenemos el ejemplo que rescató la mejoravenida de la ciudad: el Paseo de la Reforma. El capitalsemilla invertido ha sido quintuplicado por el sector pri-vado; así de fácil, poner los huevos en la canasta, con laventaja de revertir el galopante desplazamiento del cen-tro de la ciudad, que en los sesenta se mudó a la ZonaRosa, después a Polanco y últimamente pretende ubi-carse en Santa Fe-instant city. Podemos jalar el desarro-llo hacia la ciudad central, sería lamentable no hacerlo,sería patético que Santa Fe fuera el futuro.

Se requiere recuperar los espacios del encuentro.La ciudad es el lugar de encuentro por excelencia, másque cualquier otra cosa, la ciudad es su espacio público

Figs. 7 y 8 Flora 16, Colonia Roma, México, D.F. SánchezArquitectos y Asociados87

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45 La preservación de la arquitectura en los centros históricos

Esta presentación reúne una serie de experienciasacumuladas en la ciudad de Valparaíso, PatrimonioCultural de la Humanidad desde el año 2003, las cua-les pretenden ser un aporte a las reflexiones de esteencuentro. La idea es destacar las dimensiones del en-torno y contexto de la ciudad de Valparaíso (y posible-mente de otras), las cuales deben ser consideradas entodas las intervenciones urbanísticas, arquitectónicas yculturales que se realicen, de modo que no se menos-cabe su condición de sitio del Patrimonio Cultural dela Humanidad.

Escenarios de participaciónLa serie de experiencias que presento fueron realizadasdesde dos instancias de participación, de las que soymiembro activo. La primera es el Área de IntercambioAcadémico del Centro de Estudios para un DesarrolloUrbano Contemporáneo (DUC), una corporación priva-da y sin fines de lucro, cuya infraestructura ha sido reci-bida en comodato por una empresa privada que trabajael tema de la ciudad y su patrimonio, el cual se ha abor-dado, desde el año 2003, con investigaciones, estudios,catastros, exposiciones de arquitectura, artes visua-les, presentaciones de libros; organización de encuen-tros, seminarios y mesas redondas que convocan ainstituciones académicas a debatir sobre alternativasadecuadas para el desarrollo de la ciudad.

La segunda es Ciudadanos por Valparaíso, unaorganización comunitaria funcional que existe desde elaño 1997, con convocatoria propia, autogestión, multi-disciplinaria y asociativa. Ésta ha reaccionado frente amodelos estandarizados para el desarrollo de la ciudadpatrimonial, los cuales no sólo han puesto en riesgo la

Riesgos y desafíos de la intervenciónpatrimonial,importancia de la potenciación de recursos culturalesauténticos. El caso de Valparaíso, ChileArq. Paz Undurraga

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47 La preservación de la arquitectura en los centros históricos46VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

Valparaíso, Santiago y de otras ciudades chilenas quese han estado sumando y coordinando. Es así como enel año 2006 armamos, junto con otras instituciones, unaCoordinadora Pro-Derechos Urbanos que cuenta conuna declaración ciudadana pública.

Los recursos auténticos. Contexto localValparaíso es una ciudad que, desde 1971, ha vivido unproceso de reconocimiento de sus bienes patrimonialespor parte de los ciudadanos, los especialistas, los acadé-micos y las instituciones públicas en general, y cuenta conla protección legal de inmuebles y espacios públicos. Estaconciencia común se ha traducido en diferentes meca-nismos de protección legal, a nivel local, nacional e inter-nacional. El reconocimiento de algunas características devalor patrimonial lo constituyen sus atributos urbanos,los arquitectónicos y constructivos, los sociales y cultura-les, y los económicos, que analizaremos a continuación.

Atributos urbanosLa ciudad, como un anfiteatro, cuenta con un territo-rio geográfico singular, orientado, con alcances visualesy variedad de distancias y perspectivas. Esta situaciónparticular —habitar un territorio compartido— nos hacesentir una condición igualitaria a todos los residentes,no hay áreas privilegiadas en relación con la vista al mary al paisaje circundante. Otra característica es la uni-dad, pues resulta imposible dividirla en sectores y ais-lar unas áreas de otras.

Valparaíso cuenta con una multiplicidad de es-pacios públicos, conexiones internas que constituyenespacios como pasajes, escaleras, miradores y plazas;es una ciudad bastante compacta, con una estructuraque produce que la vida ciudadana sea muy intensa y seviva en constante vecindad. El resultado es una situa-ción urbana homogénea en un contexto geográficoheterogéneo.

identidad cultural, sino que tienden a una inadecuadaexplotación, estandarización y falsificación de los barrioshistóricos de Valparaíso. Nuestra metodología de traba-jo consiste en informarnos activamente para manejar lasnormativas vigentes ligadas con patrimonio, desarrollourbano y procedimientos administrativos; hacemos difu-siones permanentes en el Diario de la Sociedad Civil y enotros medios de comunicación; organizamos encuentrosde reflexión, entre de los que destaca “La ciudad parael visitante”, motivado por un contexto en que la ciudadse estaba preparando única y exclusivamente para el visi-tante. Trabajamos en distintas instancias, legales y admi-nistrativas, como los tribunales de justicia, organismoscontroladores estatales, haciendo fiscalización, consultasy denuncias; instalando un clima de control activo y de-nuncia pública a propósito de intervenciones que relati-vizan la protección patrimonial existente y arriesgan ladurabilidad de los recursos disponibles.

En ambas instancias, hemos abierto algunos de-bates en la ciudad de Valparaíso, realizado algunas cam-pañas propias y colaborado en otras. Una campaña muysimbólica es la que hicimos junto a los vecinos paraimpedir el traslado de un quiosco de diarios de una plazadel Centro Histórico. Las autoridades locales se habíanpropuesto retirarlo para el “hermoseamiento de laplaza”, pero, tanto comerciantes como vecinos reaccio-naron, argumentando que el quiosco no cumplía conuna función estética, sino con un rol social, el que sedebía ponderar por ser un punto tradicional de informa-ción, seguridad, etcétera.

En todas las acciones, contamos con distintosapoyos a nuestras campañas: instituciones académicasque solicitan acoger alumnos para prácticas profesio-nales, para asesoría en estudios universitarios; insti-tuciones públicas que invitan a mesas de trabajo y asistena encuentros; y otras organizaciones ciudadanas de

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49 La preservación de la arquitectura en los centros históricos48VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

imagen urbana a la idealización de “lo patrimonial”provocó tempranamente que distintos actores, públi-cos y privados, idearan una operación de reconversiónurgente de la ciudad a los supuestos estándares y expec-tativas externas. Estas estrategias buscaron atraer a untipo de visitante-inversionista, cuya solvencia económicapermitiera rentabilizar notoriamente la decaída ciudad,sin importar muchas veces los riegos o impactos quedichos dispositivos pudieran generar en los recursospatrimoniales existentes.

“Valparaíso se maquilla”1

Las reiteradas campañas de pinturas de fachadas lan-zadas bajo el eslogan “Valparaíso se maquilla” fueronideadas para un hermoseamiento superficial que muchasveces simula un estado de conservación óptimo, pos-tergando irresponsablemente mejoras necesarias e in-dispensables para una mayor y merecida calidad devida. La pertinencia real de priorizar un nivel de inter-vención superficial en lugar de uno integral y sustancialse ponía en duda cada vez que un nuevo incendio arra-saba con edificios.

Aparecen también ejemplos de intervención ar-quitectónica, volumétrica, morfológica y estilística quemuchas veces desvirtúan la calidad arquitectónica yconstructiva cayendo en escenografías que restanautenticidad y vulneran las normas de protección vigen-tes y los estándares de seguridad. Se disminuye, a suvez, la posibilidad de incrementar los recursos testi-moniales y de agregar ejemplos contemporáneos alos bienes culturales de la ciudad.

“Valparaíso, el mejor barrio de Santiago y con vista al Mar”Con estos claros objetivos concluía en el año 2002 laprimera etapa de evaluación y diagnóstico del plan pre-sidencial “Plan Valparaíso” y se instalaba la prioridadvisitante en desmedro de atender y respetar las diná-micas cotidianas propias del residente. Se fomentaba

rápidamente el “imperativo de vender bien la QuintaRegión a través de paquetes turísticos”2, generandouna acelerada renovación de usos de suelo en pos dela reconversión de las áreas históricas. Esta apuesta hatenido sus efectos colaterales, el forzado desarrolloturístico lo padecen los vecinos directos, tal como lo ex-presa la Carta Internacional de Turismo Cultural deIcomos cuando señala que:

el turismo excesivo o mal gestionado con cor-tedad de miras, así como el turismo considera-do como simple crecimiento pueden poner enpeligro la naturaleza física del patrimonio natu-ral y cultural, su integridad y sus característicasidentitarias. El entorno ecológico, la cultura ylos estilos de vida de las comunidades anfitrio-nas, se pueden degradar al mismo tiempo quelas propias experiencias de los visitantes.3

La sobrecarga comercial ha propiciado la expulsión deresidentes tradicionales, descontrol en el cumplimientonormativo, aumento de riesgos de desastre ante emer-gencias, conflictos por incompatibilidad de horarios deusos, entre otros problemas, lo que finalmente se tra-duce en un deterioro paulatino del área protegida.

El caso más reciente lo constituye el conocidocaso del Hotel del Vino, subsidiado por las institucionespúblicas y ubicado en plena zona patrimonial, cuya inno-vadora oferta turística incluiría “11 habitaciones y unanutrida cava” para recrear “en diseño y servicios el artede la enología”. Todo este prometedor panorama termi-nó por destruir completamente el inmueble preexisten-te, las invasivas excavaciones y demoliciones, debilitaronla estructura, se desplomó por completo la fachada yfinalmente tenemos un sitio eriazo en vez de un inmue-ble histórico4 protegido.

1 “Valparaíso se maquilla”, El mercurio de Santiago, febrero.

2 Ibídem.3 Véase http://www.international.icomos.org/charters/tourism_sp.ht.4 Se trata de la casa que en sus orígenes construyó y habitó TheodorSmith, uno de los líderes del luteranismo en la zona. En la casona,que fue traspasada de generación en generación, se realizaron lasprimeras ceremonias luteranas, antes de la construcción del templo.

Atributos arquitectónicos y constructivosLas tipologías arquitectónicas son singulares tienenun sistema de agrupamiento continuo y escalonado,un sistema bastante adecuado para las condicionesgeográficas de la ciudad, la cual se encuentra llena decerros y quebradas. Su arquitectura se ha adaptadoa las condiciones naturales, topográficas y climáticas;cuenta con un sistema constructivo liviano, flexibley eficiente, característico de la época, de madera conadobe. El paisaje arquitectónico está compuesto poredificios escalonados, zócalos que nivelan la relacióncon el suelo (muchas veces abrupto), tipologías crea-tivas a las condiciones del lugar, entre otras. La ar-quitectura es, salvo ciertos ejemplos concretos,bastante austera, porque los que construyeron laciudad fueron comerciantes italianos, españoles yalemanes, que llegaron aquí con escasos recursosy mucha creatividad.

La ciudad también ha acumulado referentespatrimoniales de la época industrial, están los sistemasde transporte, quince funiculares, dos líneas de troleys ybastante infraestructura portuaria. Durante los últimostiempos, la ciudad ha ido acumulando intervencionesde buena calidad arquitectónica con tecnologías con-temporáneas. Nosotros creemos en la importancia de talacumulación, pensamos que en cincuenta años másva a ser parte del staff patrimonial que tiene la ciudad yésa es una responsabilidad. Dentro de estos criteriosno caben arquitecturas asimilables a falsos históricos.

Sus atributos sociales y culturalesUn atributo social y cultural lo constituye la persisten-cia de la “escala de barrio”. En la ciudad hay espacioscon usuarios cotidianos y una convivencia que se veenriquecida por la propia vecindad; es decir, los ciuda-danos viven y conviven. Hay mucha gente que llega aValparaíso y dice “¡qué ciudad más pobre!”. Pero es tanpobre como cualquier ciudad de Chile, lo que pasa esque la diferencia estriba en que su pobreza no ha sidosegregada en la periferia. La población ha ejercitadoconvivir, respetar y asimilar las diferencias y diversida-des, de una manera bastante armónica.

Atributos económicosTodo lo anterior y mucho más constituye un atributoeconómico. Las dinámicas ciudadanas, diversas y dis-persas han logrado equilibrar un desarrollo sustentable.Hay rentabilidad compartida, gracias a una inercia here-dada; pero ustedes van a ver que, curiosamente, elcontexto del Patrimonio de la Humanidad ha tendidoa distorsionar estos equilibrios.

Los modelos de desarrollo. RiesgosDesde que oficialmente se inicia el reconocimiento ypuesta en valor del patrimonio y el proceso de inscripciónde Valparaíso en la lista de sitios del Patrimonio Mundialpor la UNESCO en el año 1997, conjuntamente con imple-mentar herramientas de represervación patrimonial, seinstala un sostenido e intenso proceso de transformaciónde la ciudad, se desarrollan lineamientos públicos paraatraer inversiones, apoyados por programas y financia-mientos para la revitalización de áreas históricas.

Los modelos de desarrollo de la ciudad, quehemos llamado “dispositivos”, aparecen de pronto, im-puestos por una visión de una ciudad vacía que hayque revitalizar como si no estuviese viva y reinventarlapara alcanzar un estado patrimonial ajeno y convertir-la en un producto turístico.

Este proceso de recuperación patrimonial haestado orientado, exclusiva o primordialmente, a un de-sarrollo turístico-económico de la ciudad; derivando entransformaciones inadecuadas, funcionales y físicas delas áreas protegidas; con intervenciones urbanas y arqui-tectónicas de menor calidad, escenográficas, y conalteraciones sustanciales del tejido social de los barrios,producidos por cambios abruptos de usos de suelo, erra-dicación de residentes tradicionales, saturación decapacidades de carga, entre otros.

El periodo de tiempo transcurrido ha permitidoidentificar y tipificar algunos dispositivos que se hanimpuesto en la ciudad. Respecto de muchos de éstos sehan hecho críticas y cuestionamientos sobre su perti-nencia y efectividad. La “puesta en escena” de la ciu-dad de Valparaíso merece especial mención. Una seriede mejoras superficiales para recrear o adecuar la

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cerro ilimitadamente por intereses económicosinmediatos […]” y exigen a la vez el derecho ala transparencia y publicidad, el derecho a unmedio ambiente libre de contaminación y res-guardo del patrimonio cultural, considerando que“la pérdida y éxodo de las poblaciones locales,aburridas por la pobre planificación y la especula-ción inmobiliaria, deteriora la autenticidad denuestros cerros; la sobrecarga de actividadescomerciales y proyectos reñidos con las normastécnicas deteriora y, en algunos casos, destruyelos inmuebles de valor histórico”.

Apostando por los supuestos efectos de obras emblemáticasMuchos de los proyectos bicentenarios, y no sólo enChile, han sido ideados con la misma premisa: obrasemblemáticas, que supuestamente renovarán positiva ymágicamente su entorno, mejorando condiciones devida y además reactivarán económicamente la ciudad,sin embargo, los resultados previstos indican lo contrario.

Insistiendo en esa línea, la Fundación Niemayer,en acuerdo con la Presidencia chilena, regaló un ante-proyecto de centro cultural para un conjunto protegi-do, la excárcel de Valparaíso, donde además de existiractualmente una dinámica de desarrollo cultural, estála única estructura colonial en pie que tiene la ciudad:un polvorín.

La oficina Niemayer no consideró ninguna pre-existencia ni de inmuebles, de contexto urbano, socialy cultural, y ofreció anteproyectos ajenos a las normasvigentes. La institución pública quiso manipular las con-diciones argumentando carencias en la declaratoria ofi-cial y que la salvaguarda era improcedente. Frente anuestra protesta, el consejo municipal resolvió la polémi-ca y no aceptó las presiones políticas ni participar enescenarios tan dudosos. La ciudadanía exigió una ges-tión acorde a las circunstancias y se opuso a proyectospresentados unilateralmente.

Se demostró esta vez que las intervenciones enla ciudad, sobre todo en situaciones emblemáticas, in-fluyen en su vida cultural, social, política y económica,

y que muchas veces el patrimonio debe estar antesque los efectos.

Las acciones ciudadanas. Control y valoraciónArchivo documentario para un seguimiento de las transformacionesEl área de Investigación e Intercambio Académico delCentro de Estudios DUC (www.ducvalparaiso.org) se pro-puso apoyar activamente las orientaciones de la UNESCO

para los sitios patrimonio de la humanidad, fortalecien-do lo señalado en la Carta de Nara, Japón, del año 1994,que indica las medidas que deben tomarse para im-plementar correctas acciones de registro y análisis de lascondiciones de autenticidad de los bienes patrimoniales.

Así, plantearse la necesidad de implementar unarchivo documental reviste un carácter de indispensa-ble, porque permite contar con una base verídica deantecedentes para mostrar el devenir de los bienespatrimoniales en el tiempo. No se trata sólo mostrar lasdistintas etapas históricas, sino también distinguir clara-mente las intervenciones contemporáneas para dejarlaslegibles e identificables con su época en el futuro, e in-centivar un oportuno monitoreo de las áreas protegidas.Es un archivo documental de inmuebles y espacios públi-cos que tiene como idea poder visualizar, a través de150 casos de inmuebles y espacios públicos protegidospor la Ley de Monumentos Nacionales, las modifica-ciones que se han realizado en los últimos diez años,además de hacer una recopilación de antecedenteshistóricos, para no caer en interpretaciones erróneas, almomento de intervenir.

Es un proyecto que sistematiza informaciónque hay en otros archivos de acceso masivo y gratuito(www.ducvalparaiso.org/archivo). La idea era registrarciertas condiciones de autenticidad, facilitar accionesde puesta en valor y evitar interpretaciones que care-cieran de verdad.

Creemos que la ciudad de Valparaíso requierede un monitoreo constante, por ejemplo, todos los fu-niculares tienen la categoría de máxima protección a nivelnacional, pero uno se incendió en el año 2007 y variosestán en desuso por fallas técnicas.

53 La preservación de la arquitectura en los centros históricos

“Valparaíso, un atractivo polo inmobiliario porcreciente demanda de segunda vivienda”5

La valiosa oportunidad de adecuado apoyo estatal, pre-vista en la implementación del Subsidio de RehabilitaciónPatrimonial presentaba lamentablemente incongruen-cias y distorsión de los objetivos. La especulación inmo-biliaria derivó en que los terrenos en el casco históricosubieran sus precios, estableciéndose incluso que el“metro cuadrado en Valparaíso es más caro que enel centro de París”6. Esta excesiva alza, además de fre-nar las alternativas de rehabilitación patrimonial, impi-dió acoger a las familias beneficiarias del subsidioestatal, lo que resultó en departamentos que no respon-dían a las demandas, siendo reemplazadas por “opcio-nes de segunda vivienda” o de “inversión”, generándoseasí un recambio de residentes, permanentes usuariosdel barrio, por visitantes de fin de semana.

La ciudad de Valparaíso ha tenido inversionesdesde que es ciudad, hay inversionistas que han per-manecido durante el tiempo, gracias a la certidumbrede un entorno controlado, pero con la presencia deinversiones nuevas se genera una discusión que entra-ña un problema importante: el colapso de estructurasarquitectónicas y de barrios.

Las múltiples estrategias para atraer inversiónfacilitan una inadecuada rentabilidad concentrada enciertas operaciones que lucran con el entorno; la faltade reconocimiento de los activos locales preexistentesy su inercia sostenida en el tiempo han probado su efi-cacia comercial, y su rentabilidad social no ha sido bienponderada.

Usos estereotipados de las áreas patrimonialesLas áreas patrimoniales son usadas exclusivamente confines turísticos y la masiva apertura de hoteles boutique,restaurantes, tiendas de souvenires, etc., conlleva efectoscolaterales. Vemos cómo se celebra la llegada de hote-les de categoría mundial, donde vale más el inversionista

que viene de fuera que aquel que ha estado por más desesenta años en la ciudad y es testimonio vivo de uncomercio local y tradicional. Las alteraciones funciona-les generan horarios de uso reducido, pérdida de víncu-los entre el vecindario e inseguridad ante la emergenciade incendio. Aquí hay pocas calles y la llegada de losbomberos resulta imposible.

En una imagen catastral del año 2001, se re-presentan usos distintos a vivienda, así como la vivienda.Tal gráfica muestra la situación actual, con el incre-mento masivo de usos comerciales. Urge analizar lapertinencia de favorecer sólo barrios de servicios turísti-cos sobre el modo de vida cotidiano de sus residentes.La riesgosa reconversión de estos sectores de la ciudady las radicales alteraciones interiores de los inmueblespara cumplir con los nuevos requerimientos arriesganpeligrosamente el capital colectivo. Pero, ¿qué pasarácuando se cumpla el ciclo de rentabilidad comercialde los nuevos emprendimientos?, ¿cuándo las rutas tu-rísticas apunten a otros destinos, debería la ciudadconformarse con la herencia irreversible de edificiosmonofuncionales, qué pasará con la pérdida definiti-va del “testimonio único, o por lo menos excepcio-nal, de una tradición cultural o de una civilización vivao desaparecida”?7

Los Vecinos del Cerro Concepción,8 en el plenositio catalogado por la UNESCO como patrimoniose manifiestan ante lo que consideran un trato ina-decuado con el barrio y su gente, reclaman que: “al inicio del siglo XXI se explote una zona dela ciudad in misericorde, es decir, sin proteger laarmonía de los vecinos y equilibrar los intere-ses legítimos en juego mediante una planifica-ción racional. Una cara del ‘capitalismo salvaje’del que somos víctimas como ciudadanos delos barrios llamados patrimoniales, que en pocaspalabras consiste en el aprovechamiento del

52VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

5 "Valparaíso, un atractivo polo inmobiliario por creciente demandade segunda vivienda", El Mercurio de Valparaíso, julio de 2001.6 Ibídem.

7 Criterio de valor Universal (iii) bajo el cual Valparaíso fue inscrito enla lista de sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO en el año 2003.8 Véase www.cerroconcepcion.org.

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55 La preservación de la arquitectura en los centros históricos54VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

información de que en México habían parado la cons-trucción de un McDonalds en el Zócalo de Oaxaca cuan-do nos enfrentábamos a la compra de un inmueble porparte de la empresa Santa Isabel que destinaría a cons-truir un supermercado, se trataba de un inmueble dondefuncionaban siete locales comerciales, varios tradiciona-les que se hallaban activos. El municipio porteño apoya-ba la transacción, por lo que incentivó a los comerciantesa que se fueran y se llevaran algo del edificio, de modoque éstos se llevaran vigas de madera en un camiónmunicipal. La idea era provocar un proceso de deterioropara que el inmueble, que se encontraba protegido, que-dara en tal ruina que no hubiese otra opción másque demolerlo y poder hacer la intervención que se hizo.

Entonces, no nos entendíamos con la autori-dad, pues nos importaba no sólo el impacto estético(estilo arquitectónico del nuevo edificio), sino tambiénel impacto social y comercial que generaría tal instala-ción. Así que, desde el año 2001, comenzó toda unadiscusión. La intervención se hizo finalmente, la empre-sa demolió totalmente el inmueble preexistente en elaño 2005 con un permiso de demolición parcial sobrela parte que estaba dañada, dos años antes de que seregularizara la demolición total y en estos momentos elsupermercado está funcionando. Falta un pronuncia-miento de la Contraloría Nacional de la República queha demorado un año y medio, de manera que supone-mos que van a ajustarlo al de menor impacto posible.Una publicidad del municipio decía que el emporio noalteraba el entorno; fue en su momento un proyecto

estrella de la gestión privada, lleno de irregularidades,lamentablemente.

A pesar de que el supermercado está hecho,logramos generar un debate público que colocó en otradimensión al patrimonio y se ha creado la necesidad dereconocimiento a la labor de los comerciantes de laciudad. En ese momento el área patrimonial sólo se aso-ciaba con las edificaciones y las rutas turísticas.

En esta ciudad compleja es importante la diver-sidad de comercios: las reparadoras, los fabricantes decalzado, los fabricantes de sombreros, los negociosde talabartería, etc. Postulamos que el comercio peque-ño tiene un valor social y un valor urbano, porque losbarrios se dinamizan. Por ejemplo, en este espacio públi-co vemos la feria de la argentina que se hace tres vecesa la semana y funciona al lado del Congreso Nacional,una obra de arquitectura que llegó después del go-bierno de Pinochet, como una señal de democracia.Constantemente se ha dado una discusión de lo pocoapropiado que es para el Congreso tener la feria allado, pero nosotros creemos que es al revés, que loque resulta poco apropiado es que el Congreso esté allado de la feria, porque su construcción es de volumengigante, de hormigón y bastante invasiva para el pai-saje urbano de la ciudad.

En este contexto, en mayo del año 2001, conmotivo de la celebración del día del Patrimonio Nacional,iniciamos la campaña “Lugar valioso” que consistía enla identificación, distinción y difusión de atributos patri-moniales del comercio local y tradicional, cuya presencia

En la calle de Serrano, sitio comercial más anti-guo de Chile y ubicada a lado del área portuaria, en elsitio de la UNESCO, en el año 2007, mientras se fomen-taba la campaña de pintura de fachadas, proyectocolaborativo entre el municipio y Chilquinta (la empre-sa encargada de la energía eléctrica de la ciudad), unaexplosión de gas destruyó un gran número de inmue-bles, acarreando pérdidas irreversibles, afectando untramo importante y aniquilando parte importante delcomercio tradicional. El archivo cuenta con registrosfotográficos y planimétricos previos a la explosión,antecedentes que podrían servir en una eventual re-construcción del sector y para reorientación de lasacciones prioritarias.

Campaña “Que nadie nos tape la vista” de Ciudadanos por ValparaísoEsta campaña inició en el año 2002, apoyada por unared de comerciantes de la ciudad. Es una acción desti-nada a declarar el valor patrimonial del Anfiteatro Naturalde la ciudad de Valparaíso y el resguardo de las vistasgeneradas por esta situación. El objetivo final fue solicitaral Consejo Municipal la modificación urgente del PlanRegulador Comunal Valparaíso y establecer una regula-ción apropiada de las alturas máximas. Entendiendo quela vista al entorno (mar y cerros) constituye un capitalcolectivo, pero también uno individual. Alguien podíatener una casa que no tenía mucho valor, sin embargo,podía perder el gran valor de la vista por el contexto deedificios de mayor altura.

Hacíamos ciertas salidas a terrenos e íbamos casitodos los fines de semana a una plaza muy concurrida,ahí debatíamos sobre el tema del derecho a la vista. Loshabitantes y propietarios empezaron a complejizar la dis-cusión, advertían de la sobrecarga de redes que nodaban abasto, de aumentos abruptos de densidades, decómo se desestructuraba la vecindad de un barrio con laforzosa llegada de nuevos vecinos, con los cuales no sepodían relacionar porque andaban en auto, etcétera.

Iniciamos el 2003 con un trabajo con la munici-palidad para definir el área de protección de la vista yahora se ha protegido gran parte de la ciudad. La capa-cidad de incidir en las decisiones quedó demostrada porla pronta modificación del Plan Regulador Comunal deValparaíso, que ha permitido desde el año 2004 con-cientizar a residentes e inversionistas sobre los cuidadosque la ciudad merece. Durante los años 2005 y 2007,el concepto se extendió a otros sectores de la ciudadlogrando así la existencia de un adecuado control de lasalturas de las construcciones, para evitar que se repitie-ran los impactos que atentan contra el paisaje urbano,la calidad de los barrios y los valores de conjunto.

Campaña “Lugar valioso” de Ciudadanos por Valparaíso9

Es una campaña de apoyo y reconocimiento al comerciotradicional local de Valparaíso, ciudad portuaria que seformó por el intercambio comercial. Nosotros recibimos

9 Véase www.lugarvalioso.cl.

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57 La preservación de la arquitectura en los centros históricos56VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

Nuestras preocupaciones se fundamentan enreconocer, validar y potenciar la calidad cultural, así comoen ponderar la presencia y participación de los habi-tantes, fortaleciendo las dinámicas cotidianas de uso yvalorando el genio propio. Trabajamos en debates mul-tidisciplinarios cuando se trata del tema del patrimonioy recuperación de centros históricos.

Creemos en la importancia de incorporar en lasciudades modelos (dispositivos) propios de desarrollo quepotencien los recursos patrimoniales locales y eviten es-tandarizar la imagen urbana de acuerdo con parámetrosexternos de “adecuada apariencia”, arriesgando la iden-tidad cultural a favor de un turismo mediocre.

Estas acciones siguen desarrollándose y difun-diéndose, la idea es motivar acciones de terceros y

alianzas estratégicas con organismos o personas inte-resadas desde distintas perspectivas (ambientales, esté-ticas, históricas, sociales y comerciales), para así poderconsolidar y profundizar los alcances iniciales. Los desa-fíos apuntan a la importancia de abrir un debate públi-co sobre la necesidad e importancia de modelos paralograr una mayor eficacia de los sistemas de comercia-lización en el mundo contemporáneo. Hay varias agru-paciones que trabajamos coordinada y asociadamente,a propósito de temas que tienen que ver con la ciudadde Valparaíso.

Concluiría diciendo que lo que es bueno parael habitante tendrá que ser bueno para el visitante. Noolvidando que el Patrimonio es un recurso colectivo yuna herramienta para mejorar la calidad de vida local.

es testimonio de la impronta cultural de inmigrantes enla ciudad, eminentemente comercial dando cuenta deuna identidad local genuina.

Un “Lugar Valioso” es un sitio que en sí mismotiene componentes insustituibles que se expresan comoun gesto espontáneo en la vida cotidiana de la ciudad yque por el hecho de existir le imprime un valor especial.Estos lugares se caracterizan también por ser útiles, estarvivos y respetar la ciudad, pues son parte de ella y la pre-servan de las modificaciones propias de la globalización.Los lugares distinguidos son los que promueven una ciu-dad que, por lo que ofrece, seduce para habitarla y visi-tarla, pero que continúa siendo de los porteños. Estadistinción se otorga, a modo de reconocimiento público,al aporte cultural de un quehacer comercial consolidado.

La campaña, en permanente ejecución, consisteen destacar mediante la colocación de un distintivoautoadhesivo, situaciones del comercio local tradicional,oficios y manifestaciones locales, que, con su calidad deatención, sostienen una dimensión comercial, potencia-da por una relación social, cultural y urbana particular,ofreciendo servicios y productos tanto para habitantescomo para visitantes, manifestando la realidad particu-lar de barrios y sectores, con una fuerte dimensiónidentitaria. Durante estos años de campaña se hancolocado casi quinientas distinciones en toda la ciudadde Valparaíso, tanto en zonas comerciales consolida-das como en barrios residenciales.

Luego del proceso de identificación, en el año2003, Ciudadanos por Valparaíso inició una campaña

de difusión e imprimió la Guía de promoción del uso delugares valiosos, una orientación “para la adquisiciónde productos y servicios locales” y para el fomento dela “permanencia del patrimonio comercial”, la distribui-mos entre los mismos comerciantes, para que fueranellos los que divulgaran las referencias de otros oficios.

Esta campaña de lugares no ha sido replicada enChile porque no hay una validación; lamentablementetampoco se ha hecho en el propio Valparaíso. Pero sí fuereplicada en Viena, con instituciones públicas. Hay unacampaña en Buenos Aires, Argentina, que se llama “Loslugares notables”, que dirige el mismo gobierno de laciudad porque, paradójicamente, hay una tendencia enel mundo globalizado de potenciar y fortalecer las iden-tidades locales. También se han validado este tipo decampañas en Senegal, Vietnam y en La Candelaria, enBogotá, Colombia.

Potenciación vs. explotación. DesafíosCreemos que hay que potenciar y fortalecer el patri-monio cultural, es un recurso frágil y no siempre reno-vable, se trata de patrimonio intangible. Pensamosque es necesario pensar más en la rentabilidad soste-nible que en el manejo a corto plazo; importa más lacalidad y la autenticidad que las tendencias esceno-gráficas, somos partidarios de la igualdad de oportu-nidades más que de la competencia desleal, apostamospor la inclusión y no por la segregación social, impul-samos las productividades locales frente a la simula-ción artificial.

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59 La preservación de la arquitectura en los centros históricos

¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?

FERNANDO PESSOA, Tabaquería

Descentrando centrosSe acerca ya el momento en que por primera vez lapoblación urbana mundial sobrepasará a la rural. Esefenómeno de urbanización ya no es resultado del de-sarrollo. Las grandes ciudades, y más aún las redes deciudades, han ido haciendo obsoletas las fronteras na-cionales. El desarrollo vertiginoso de la informática y lastelecomunicaciones ha llevado a plantear un nuevo tipode asentamiento humano, la ciudad virtual, donde loscontactos se darían a través del ciberespacio.

La ciudad global, de la que habla Saskia Sassen, encambio, concentra centros financieros de alcance mun-dial en territorios muy compactos, que muchas vecesestán dentro de los viejos centros históricos. Se creanfabulosas cantidades de dinero con un dinero virtual sinrespaldo material y crecen desproporcionadamente lasactividades terciarias; mientras la producción de bienesy, con ello la contaminación, se desplaza a regiones cadavez más apartadas donde la fuerza de trabajo siguesiendo barata y la legislación laboral y ambiental es máslaxa. Estas burbujas artificiales de riqueza explotan cícli-camente y su repercusión golpea sobre todo a los máspobres, incluyendo a las personas que siguen afluyendoa las ciudades en busca de oportunidades que muchasveces no aparecen.

La salvaguarda de los centros históricos ha tenidoa menudo un sentido esteticista, que además de superfi-cial resulta insustentable y en ocasiones hasta inhabitable.

Los muchos centros de La HabanaArq. Mario Coyula Cowley

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61 La preservación de la arquitectura en los centros históricos60VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

Estos sectores estaban determinados en su perímetropor calzadas que separaban barrios, pero que a la vez losunían por el fuerte atractivo de la función comercial, queademás incluía otros servicios. Ello provocó un curiosopatrón urbanístico no planeado, formado por la macro-trama de calzadas superpuesta sobre la trama de man-zanas, donde el centro estaba en la periferia y la viviendadentro. Pero esa centralidad se fue perdiendo desdefines de los años sesenta del siglo pasado con el cierrede muchos comercios y servicios, además de por un em-pobrecimiento creciente de la oferta y de la imagen.

La ciudad tradicional, que incluye los centros antesdescritos, mantuvo el mismo trazo colonial de calles es-trechas y manzanas pequeñas, con una trama urbanabaja, compacta y de alta densidad; edificaciones conparedes medianeras y patinejos en lotes estrechos y pro-fundos, y alineadas con las aceras. Ese modelo no sóloutiliza eficientemente el suelo, sino que resiste mejor alos huracanes que los conjuntos amorfos de edificios decinco pisos o más, separados por una tierra de nadie. Susdefectos, motivados en su momento por la especula-ción, pueden corregirse con cambios ligeros.

Centro y pobrezaTípicas de las áreas centrales habaneras son algunas for-mas derivadas de la pobreza histórica y la escasez devivienda accesible. Una de ellas es la ciudadela: una tiradoble o sencilla de uno o dos pisos, con cuartos a lolargo de un patio muy estrecho y profundo que les sirvede acceso; una familia por cuarto, y servicios sanitarios ycocinas colectivas. Ese tipo de vivienda-tugurio, que porotra parte favorece el intercambio social y la ayuda entrevecinos, puede mejorarse para convertir la habitaciónúnica en una célula de doble altura con un pequeño por-tal-amortiguador hacia el patio y con el dormitorio en elentresuelo para un mínimo de privacidad y ventilación.Ese modelo corresponde con la tendencia manifiesta enla capital al aumento de familias de una, dos y tres per-sonas, incluyendo muchas de la tercera edad.

Otro tipo espontáneo en las áreas centrales es labarbacoa: un entresuelo improvisado para aprovecharlos altos puntales de edificaciones coloniales y eclécticas.

En su mayoría son construcciones muy precarias y hastapeligrosas, aunque bien hechas, que pueden llegar a cla-sificar como apartamentos duplex… Las azoteas de laszonas centrales alojan a decenas de miles de casuchasclandestinas hechas con materiales perecederos, las cua-les, en realidad, son una de las mejores formas de viviren una ciudad densa, con privacidad, buena ventilacióny vistas. Bien hechas, serían penthouses. Por supues-to, se trata de algo más que un cambio de nombre.Alrededor de una cuarta parte del área en la ciudad cen-tral está dedicada a calles. Es posible convertirlas en semipeatonales y aprovechar la escasez de autos para sem-brar allí árboles, tan necesarios en una zona de la ciudadque constituye una isla de calor y donde ya la poblacióntiene el hábito de ocupar la calle con actividades varias.

El centro de la ModernidadOtro centro importante surgió rápidamente en la segun-da postguerra con La Rampa, el tramo final en pen-diente hacia el mar de la Calle 23, en El Vedado. Creadoen 1859, El Vedado es la pieza más importante del urba-nismo colonial en Cuba, con su retícula perfecta de man-zanas cuadradas de cien metros de lado, calles porprimera vez bordeadas con árboles, edificaciones ais-ladas retranqueadas para una franja frontal de jardín yportal, y una ocupación del suelo que dejaba un terciodel lote libre. Muy rápidamente se convirtió en prefe-rido de la clase alta, con majestuosos palacetes ecléc-ticos. Aunque en realidad tenía una composición socialbastante mezclada, la imagen proyectada hacia la calley los patrones de conducta en los espacios públicosestaban dictados por la clase dominante. El éxito deEl Vedado consolidó el ocaso de El Cerro, situado másal sur, que a mediados del XIX había sido asiento delriquísimo patriciado criollo.

Toda La Rampa se conformó con arquitectura delmovimiento moderno, cuya llegada a Cuba había demo-rado. El carácter fuertemente cosmopolita de la franja—que más que un lugar se definió por alguien como unestado de ánimo— mostraba una gran mezcla de funcio-nes, con edificios más altos que los existentes hasta esemomento: apartamentos, oficinas, salas de teatro, cines,

Un Centro Histórico vivo obliga a compromisos para ade-cuarse a una circunstancia distinta de las de cuando sefue conformando y esos compromisos sucesivos apa-recen evidenciados en las distintas capas del propiocentro. Se trata del eterno par dialéctico conservación-renovación, cuyo delicado balance puede perderse fácil-mente cuando se toma partido por uno u otro extremo,pasando de la momificación escenográfica a la iconoclas-tia más brutal, guiada por la ganancia; la ignoranciarespetuosa de arquitectura contemporánea, siguiendopatrones históricos existentes, abrió un resquicio quepodría legitimar agresiones al contexto, en tanto fuesenhermosas. Sin embargo, la historia abunda en ejemplosde intervenciones que en su momento fueron clara-mente contemporáneas y que respetaban las preexis-tencias del lugar, penetrando en su esencia sin caer en elpastiche. Un recuento de la ya larga serie de recomenda-ciones y acuerdos sobre el patrimonio, salidas de eventosinternacionales, confirma la elemental convicción de queen este campo no hay recetas que garanticen buenosresultados, y que mucho depende del talento y la respon-sabilidad de los creadores y controladores.

La salud de una ciudad generalmente marcha ala par con la de su Centro Histórico. Pero en el caso de LaHabana no hay uno, sino muchos centros, debido a sucrecimiento por adición con relativamente pocas inter-venciones importantes en las áreas centrales, sin pérdi-das sensibles de los tejidos más antiguos que fue dejandoatrás. Una gran masa de buena arquitectura, que reco-ge épocas y estilos diferentes, se ha conservado por omi-sión. El principal Centro Histórico, alrededor del núcleode fundación en 1519 junto a la protegida bahía, se con-virtió a principios del siglo XX también en centro adminis-trativo y financiero. Como toda ciudad portuaria, aquelcentro fue quedando excéntrico al crecer la ciudad, y lomismo pasó con otros centros posteriores.

La fachada de la ciudad está formada por elMalecón, ese icónico paseo marítimo de La Habana enforma de s, construido entre 1901 y 1958, junto a suprolongación con la Avenida del Puerto en 1928, a lolargo del estrecho canal de entrada de la bahía. Su murorompeolas es suficientemente bajo como para poder ver

el mar y sirve como un gigantesco banco de más de sietekilómetros, donde decenas de miles de personas se sien-tan a tomar la brisa nocturna. Además, funciona comoun corte diacrónico que atraviesa y conecta más de cua-tro siglos de historia urbana. Ese paseo fue hecho cuandolos ingenieros habían convencido al mundo de que lanaturaleza podía ser domada, y ahora el mar reclama losuyo, en una exasperante batalla cotidiana que a vecesse vuelve aterradoramente hermosa.

La ciudad se expandió hacia el Oeste, Sudoeste,Sur y Sudeste, con un patrón dendrítico, siguiendo anti-guos caminos que conectaban el núcleo más antiguo consu hinterland. A la vuelta de siglos, entre el XIX y el XX,se conformó un nuevo centro simbólico-monumental,justo en la franja que una vez ocuparon las murallas co-loniales, con el Parque Central como foco y el hermosoPaseo del Prado como espinazo. Allí apareció una grangalería comercial con dos calles interiores cruzadas endiagonal, similar a las galerías de Buenos Aires, Milán,París o Moscú; así como otros edificios palaciegos, hote-les, cafés y el ostentoso Capitolio. Este centro colindabaprácticamente con otro más nuevo de fuerte caráctercomercial, donde en los años cuarenta y cincuenta sur-gieron grandes tiendas departamentales, siguiendo elmodelo estadounidense, cuyo centro estaba en el crucede las calles Galiano y San Rafael, conocida como laEsquina del Pecado. Ellas sustituyeron a la estrecha callecomercial tradicional de pequeñas tiendas a la maneraespañola dentro del antiguo recinto amurallado, ejem-plificada con el eje doble Obispo-O’Reilly.

Las calzadas, que irradiaban desde las antiguas mu-rallas con soportales de doble altura para los peatones—como Reina, Monte y Cerro, y las aproximadamenteperpendiculares a ellas que corren de Norte a Sur, comoGaliano, Belascoaín e Infanta-Jesús del Monte— eranen realidad centros lineales con kilómetros de frentes detiendas y servicios muy diversos, que tenían viviendasencima. Se creaba una estructura urbana interesante enla retícula de la ciudad central, con grandes sectores deuso mixto, donde predominaba la vivienda para unapoblación de bajos ingresos, que coexistía con oficinas,talleres, escuelas y pequeños comercios de esquina.

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63 La preservación de la arquitectura en los centros históricos62VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

área metropolitana y esos asentamientos anteriores con-servaron sus centros, si bien elementales, y hasta su ca-rácter pueblerino. El crecimiento por adición permitió lapreservación de un riquísimo fondo construido queincluye las 143 hectáreas del antiguo recinto amuralla-do colonial, designado Patrimonio de la Humanidaden 1982. En realidad, el área que se protege sobrepasalas 2 mil hectáreas, con edificaciones y sitios más recien-tes pero también muy valiosos.

Irónicamente, la propia envergadura de ese gran-de y variado fondo a conservar hace la tarea más difícilpara un gobierno y una población igualmente empo-brecidos. En octubre de 1993, la Oficina del Historiadorde la Ciudad, encargada de la conservación y revitali-zación de La Habana Vieja, fue autorizada a cobrar im-puestos y abrir sus propios negocios: hoteles, hostales,espacio de oficinas, inmobiliarias, tiendas, taxis, agenciade viajes, restaurantes, cafeterías. Además, obtuvo prés-tamos bancarios y proyectos de colaboración con ciu-dades y organizaciones extranjeras. Los ingresos de lacorporación Habaguanex, encargada de las activida-des comerciales, turísticas y hoteleras, pasó de 44.1 millo-nes de dólares estadounidenses en 1998 a 77 millonesen 2004. Inicialmente la Oficina dependía del presu-puesto nacional, pero se hizo autosuficiente y pudo in-cluso contribuir al Estado. Con esos recursos propiosfinancia sus programas, que además del propósito cul-tural han incluido la creación de más de ocho mil em-pleos locales y obras de interés social. El peso de lasinversiones sociales contra el total pasó en 1998 de 26

al 53 por ciento en 2004. Lamentablemente, esta exi-tosa experiencia no ha sido replicada, con la lógicaestrecha de que cuando hay poco las decisiones decuánto y dónde gastar deben tomarse centralizadamen-te, sin comprender que precisamente hay poco porcentralizar demasiado.

Las intervenciones en La Habana Vieja estuvieroninicialmente marcadas por un conservadurismo aparen-temente excesivo. Generalmente se trataba de res-tauraciones fieles de edificaciones muy relevantes quehabían pertenecido a las clases dominantes y que fue-ron dedicadas a funciones culturales. Esto se justifica-ba por la necesidad de crear un tabú que protegiera alpatrimonio más antiguo y valioso del tipo de interven-ciones fuera de contexto que se hacían en todo el país,dominadas por el fetiche de la prefabricación con pane-les pesados de hormigón montados con grandes grúas.Después de haber formado una conciencia, en los deci-sores y la población, sobre los valores del patrimoniocolonial y en especial del antiguo recinto amurallado,aparecieron algunos intentos por insertar edificacionescontemporáneas.

Uno de ellos, fallido, fue el Hotel Parque Central,que desperdició una ubicación privilegiada. Los arqui-tectos intentaron una fácil integración por analogíaque resultó en fachadas anodinas y mal compuestas, queparecen hechas de cartón. Resulta interesante compa-rar esa edificación con la ampliación de un banco en laelegante Quinta Avenida de Miramar, también prote-gida, obra de un arquitecto cubano importante de los

galerías de arte, locales de exposición, agencias de pasa-jes, bancos, boutiques, hoteles, restaurantes, cafeterías,bares y centros nocturnos; y con la Universidad de LaHabana a tres cuadras suministrando carne fresca. Sinembargo, la época mejor de La Rampa fue durante losaños sesenta, cuando el marco físico estaba flamante yfuncionaba; pero, de repente, se abrió a todo el mundo,en una coincidencia irrepetible acompañada por la sen-sación de que todo parecía posible. Muy cerca de laColina Universitaria, pero todavía perteneciendo al tejidode Centro Habana, estaba la esquina de Infanta y SanLázaro, donde las manifestaciones estudiantiles primerochocaban con la policía.

En los cincuenta también surgió la Plaza Cívica,actual Plaza de la Revolución, un conjunto monumentalpero amorfo de ministerios, con una anticuada compo-sición facistoide y carente de las demás funciones quese requieren para una animación estable. También en esadécada comenzó un embrión de centro todavía más alOeste, alrededor de la ya consolidada playa de Marianao,donde un semicírculo de clubes náuticos privados des-plegaba el abanico de la sociedad cubana prerrevolucio-naria. Un poco más al Sur, aunque casi incomunicadopor un aeropuerto militar, varios barrios de casuchasy, paradójicamente, el lugar residencial más elegante yamericanizado de Cuba —el Country Club, actualCubanacán—, estaba el viejo centro de Marianao declase trabajadora, unido a una concentración de hospi-tales y escuelas. En un corte relativamente pequeño deeste sector, de Norte a Sur, se ejemplifica la conformación

de una ciudad dual: juntos, pero no revueltos. A fines delos cincuenta se intentó desarrollar un nuevo centro enLa Habana del Este, como parte de una gigantesca ycorrupta operación inmobiliaria que incluyó la construc-ción de un túnel bajo la Bahía conectado con una auto-pista. Hubo varios proyectos que no se ejecutaron, perosí el mayor conjunto de vivienda social en Cuba, laUnidad # 1 de La Habana del Este.

¿Cómo fue La Habana, cómo es?La Habana fue más española que las otras ciudades enlas colonias iberoamericanas del continente, emancipa-das ocho décadas antes. La escasa y subdesarrolladapoblación indígena no dejó huellas materiales y si bienel aporte de los esclavos africanos fue muy importantepara el patrimonio intangible, tampoco influyó en lasestructuras territoriales y la imagen urbana, que estuvodominada por códigos y valores europeos. Por otraparte, ya desde mediados del siglo XIX comenzó a sen-tirse con fuerza la influencia estadounidense, coexis-tiendo con el despertar del sentido de nacionalidad enuna burguesía naciente y un patriciado criollo ilustradoy emprendedor.

La ciudad moderna de extramuros había crecidovertiginosamente en la primera mitad del XX, apoyada enuna flamante infraestructura hecha a principios del siglo:viales, una amplia red de tranvías eléctricos y despuésómnibus, electricidad, acueducto, alcantarillado, drenajepluvial, teléfonos y alumbrado público. La capital absor-bió a muchos pequeños pueblos vecinos dentro de su

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dueños en los primeros años después de la Revolución,se han ido convirtiendo en tiendas, conocidas comochópins (de shopping malls).

La circulación de dos monedas, una veintiséis vecesmás valiosa que la otra, amenaza con reforzar el carác-ter de ciudad dual que ya tenía La Habana burguesa, conuna franja costera privilegiada donde se concentran elturismo y el comercio en moneda dura, autos moder-nos y teléfonos celulares; desligada de un Sur profundoantes y ahora pobre. El lujoso nuevo Centro de NegociosMiramar, que al terminarse tendrá siete hoteles, diecio-cho edificios de oficinas y comercios, y nada más, estáconcebido para un mismo tipo de moneda y de perso-nas; no hay viviendas, carece de una animación establey auténtica y depende del automóvil. Afortunadamente,todavía no ha sido cercado.

Paralelamente, se observa una ruralización de lacapital. Ello se debe al flujo migratorio interno desde eloriente del país, que se disparó con la crisis que comen-zó en los años noventa, sin que las regulaciones de 1997hayan conseguido pararlo. A ello se une la emigración alextranjero, generalmente desde La Habana, compuestamayormente por jóvenes blancos y con alta calificación.De hecho, la población de la capital disminuye y enve-jece. Esa población rural desarraigada se mezcló con lapreexistente marginalidad urbana, muy asociada a la pieloscura y la vivienda precaria; y con la aparición de pobres-nuevos-ricos que empezaron a imponer sus patéticosgustos y pautas de vida, triangulados con Hialeah, Miami,en un viaje de ida y vuelta. Esto ha conformado un nuevomodelo de éxito pacotillero para los que nunca llegarona conocer el refinamiento de las clases altas en el perio-do prerrevolucionario.

Como dijo Lenin, ¿qué hacer?Más importante que esperar la reducción de las diferen-cias por la progresiva mezcla racial es reducir las desventa-jas económicas y sociales históricamente asociadas connegros y mestizos. Parece que la igual oportunidad deacceso gratuito a estudios, incluso superiores, no ha bas-tado para erradicar la exclusión, porque en definitivano saca al joven de la pobreza. La buena intención de

rescatar la identidad cultural de sectores populares antesmarginados puede paradójicamente legitimar el atraso,el aislamiento, el machismo y la superstición, cuando esgenuina; o respaldar un folclorismo falso para visitan-tes, cuando ya no responde a sus condicionantes ori-ginales. Para borrar las injustas diferencias sociales,raciales, culturales y territoriales es necesario identificar,como recursos, aspectos que convencionalmente sehan considerado como problemas y potenciar tanto laeconomía local como familiar para que la mayor can-tidad posible de personas puedan resolver sus pro-pias necesidades

Se debe lograr una participación ciudadana acti-va desde el nivel de base, involucrando a los residentesen la discusión y aprobación de los asuntos que les con-ciernen; emplear el convoyaje en las nuevas inversiones,induciendo obras de interés social directo sobre su entor-no inmediato; recuperar la perdida disciplina urbanísticay usar creativamente incentivos y desincentivos, en vez dela ineficaz represión. Se debe aprovechar el potencialde los espacios públicos para crear sentido del lugar, orien-tar recorridos, nivelar desigualdades sociales, valorizar elsuelo urbano y socializar esa plusvalía.

Es recomendable mezclar y superponer funcio-nes no antagónicas, con una densidad apropiada; perotambién ofrecer opciones para que el interesado puedaescoger la forma en que quiere vivir, eliminando lasrestricciones que de hecho lo atan de por vida al lugardonde nació. Igualmente, hacen falta proyectos arqui-tectónicos variados, hechos para y con la gente que losusarán. Éstas son algunas de las posibles vías que ayu-darían a evitar una segregación y un anonimato que yaapuntan, y que cada vez serán más difíciles de corre-gir. Como cualquier ciudad, La Habana refleja los valores,intereses y pautas de conducta de los que detentan elpoder económico, que ahora no siempre coincidecon el político.

Muchas de esas vías ya han sido experimentadascon mayor o menor éxito en otros países para defender-se de las presiones especulativas del mercado, pero enel caso de Cuba todavía no hemos sido vacunados con-tra esos problemas, nuevos para nosotros. Eso nos hace

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años cuarenta, Eugenio Batista. Allí José Antonio Choyy su equipo abordaron en 2000 exitosamente la difícilintegración por contraste. Ellos enmarcaron y coronaronal edificio original, de una elegante simplicidad clasicis-ta-moderna, engarzándolo en una ampliación abierta-mente deconstructivista. El conjunto ha pasado la pruebade fuego: al final, todo parece haber sido así desde elprincipio. Lo mismo sucede con una reciente cafeteríainsertada en el tramo más antiguo del Malecón, unacento muy contrastante pero que se agradece por subelleza, ligereza y carácter efímero. Otras intervencio-nes en esa franja han preferido la integración por ana-logía y todas encajan porque se ajustan a la lotificaciónexistente, el soportal corrido y la altura promedio de losedificios preexistentes. Esa unidad se había roto ya enlos años cincuenta con las torres de condominio en ElVedado frente al Malecón.

En cambio, algunas obras recientes en áreas devalor patrimonial —aun teniendo un buen diseño— hanflaqueado ante el espejismo del vidrio espejo, tan ina-propiado al clima cubano, como si nada hubiera pasadoen las tres décadas transcurridas desde el Hilton deBudapest. Quizá más importantes que las nuevas actua-ciones en edificios aislados dentro de centros históricossea intervenir sobre los espacios públicos y los recorridosque los conectan. Ésa ha sido la línea seguida en la zonade intramuros de La Habana Vieja, creando focos derevitalización en las plazas y plazuelas, y a lo largo de lascalles que las conectan. Se trata de un Centro Históricoque mantiene a casi toda la población, pero hacinada enedificaciones ruinosas. Se han hecho algunos proyectosde reúso de antiguas mansiones coloniales degradadaspara reciclarlas en apartamentos pequeños, pero la cuen-ta no alcanza, pues donde vivían treinta o más familiassolamente podrán lograrse seis o siete apartamentos.Necesariamente, hay gente que tendrá que abandonarel Centro Histórico, cuya población de 71 mil habitan-tes resulta excesiva. Por otra parte, es conveniente atraera personas que puedan animar y prestigiar el centro,como artistas conocidos. Entonces, aparece un proble-ma: ¿quiénes se quedan, quiénes se van, quiénes entran?Y sobre todo, ¿quién decide?

La Habana cambia y no cambiaLa Habana oficial prerrevolucionaria —relativamente ricapara esta región, cosmopolita, terciaria, pequeñobur-guesa, blanca o con pretensión de serlo— ha sufrido unareadecuación, planeada o no, que responde a cambiosestructurales y a nuevos actores. Las deformaciones enla imagen y el funcionamiento de la ciudad, así comoen los patrones de uso de las viviendas y de los espaciospúblicos, se han hecho aún más ostensibles tras la seve-ra crisis que comenzó en los años noventa con la des-aparición de la Unión Soviética, conocida en Cuba conel críptico nombre de periodo especial.

Ello se une al deterioro y déficit acumulado de lavivienda, muy asociados a raza y lugar. Esas malas con-diciones de vida aparecen igualmente en los tuguriosde la ciudad central como en los asentamientos espon-táneos de la periferia; y también en muchas edificacio-nes que originalmente fueron de buena calidad pero hanenvejecido sin atención hasta cruzar la línea de no re-torno. Eso pone en situación de riesgo a una parte im-portante de la población capitalina, que debe serevacuada preventivamente para evitar pérdidas hu-manas con el paso de huracanes o incluso lluvias to-rrenciales. Los efectos del cambio climático ya hancomenzado a sentirse en la intensidad y frecuencia delos huracanes, y el pronóstico es que esto aumente.

El sistema de centros de La Habana ha sufrido unapérdida importante en la cantidad y calidad de sus fun-ciones, lo que se une al mal estado de las edificacionesy las redes técnicas, y deficiencias en el transporte públi-co, a pesar de una cierta mejoría reciente. Las zonascentrales muestran los efectos de una subcultura pri-mitivizada y marginal que se ha adueñado de la calle.Muchos antiguos locales comerciales han sido desac-tivados y convertidos en alojamientos muy precariospara personas que han perdido sus viviendas y llevanaños en albergues que una vez fueron de tránsito. Estoafecta la imagen y carácter de las zonas que para todoseran la idea misma de ciudad y sucede precisamentea la altura del observador, y en las esquinas.

Al mismo tiempo, muchas mansiones en los anti-guos barrios elegantes del Oeste, abandonadas por sus

64VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

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69 La preservación de la arquitectura en los centros históricos68VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

pero tampoco le gusta la contemporánea de vanguar-dia. ¿Qué nuevos sectores de población asumirían endefinitiva el papel dirigente que antes tuvo la burgue-sía, imponiendo sus gustos, valores y modos de vida?

La parálisis lleva a la muerte y finalmente al olvido.¿Pero cuán profundos y rápidos pueden ser los cam-bios sin disolverse en la entropía? Y aún más impor-tante: ¿cómo asegurar que sean reversibles, si llega elmomento de volver a cambiarlos? ¿Cómo conduciral cambio, antes que se imponga por sí mismo?

La vida puede reaparecer después de catástrofesterribles, ¿pero será la memoria tan persistente? Lasnuevas especies, paisajes y edificios no son un sustituto

para los que desaparecieron y las nuevas memorias nopueden revivir las ya olvidadas. ¿Cambiará la clonaciónhumana esta situación o será tan falsa y peligrosa comola clonación arquitectónica? En todo caso, ¿qué tipo demundo no tan feliz sería ése, compuesto sólo por gentey edificios perfectos?

Escapar de un mundo cada vez más hostil, pararefugiarnos en nuestro pequeño dominio privado,puede parecer una solución para quienes escogen en-vejecer hasta un final tranquilo en la cama, sin asumirlos riesgos de su tiempo. Pero ese espacio personal ycómodo también será finalmente invadido. ¡Mejoractuar antes!

más vulnerables. El hiperdesarrollo desenfrenado queafrontan algunas grandes ciudades asiáticas, copiandolo peor de Occidente, es un aviso ominoso; pero la solu-ción no es cerrarse al mundo. Durante un tiempo loscubanos tendremos que coexistir con la vieja limitaciónde la falta de dinero, junto a la nueva amenaza de muchodinero que entre demasiado rápido. Peor todavía es queesas agresiones gentilmente envaselinadas pueden reci-birse con una sonrisa por los incautos nativos, y tomar-las como una señal de desarrollo traída por otros nuevosconquistadores. Los cambios rápidos pueden traer dañosirreversibles para la ciudad, la economía y la sociedad;pero ningún cambio es igualmente malo. Siempre esmejor hacer a tiempo los cambios inevitables, antes deque se impongan por sí mismos. Hacer que se haga esmás importante que hacer.

Preguntas, preguntas…Ya que no es posible, y ni siquiera deseable, conser-varlo todo, ¿hasta donde llegar, qué escoger, y quié-nes lo deciden?

La integración por contraste es más creativa quepor analogía. Pero, ¿en qué nivel de ruptura puede ha-cerse ese contraste? Y, una vez que se acepta una in-tervención contrastante buena, ¿cómo evitar las malas?Las concesiones siempre están presentes en cualquieroperación de diseño, sea con el sitio, programa y pre-supuesto, como con las técnicas, materiales, normati-vas, reglamentos y los gustos de los decisores. ¿Cuántasconcesiones pueden permitirse antes de clasificar

como oportunismo y traición artística, ignorando ade-más al usuario que deberá cargar toda su vida con unmal edificio?

La diversidad es fundamental para cualquier formade vida. Pero, ¿cómo lograr que coexista con la homo-geneidad, para conseguir ese balance vital que deman-da una identidad auténtica? Las soluciones vernáculastienen mucho que enseñar, con una sabia adecuación alclima, contexto y tradiciones, pulida por el tiempo y losprocesos de prueba y error. Pero también reflejan po-breza, atraso y aislamiento. En un mundo tan cambiante,donde las influencias llegan en racimos, sin dar tiempoa decantarse, ¿podremos salvar lo bueno y librarnosde lo malo? ¿Cuánta variedad puede permitirse antes dezambullirnos en el caos y cuánta coherencia sin vol-verse aburridos?

Las obras aisladas de grandes arquitectos elevanel rasero de calidad, pero las superestrellas muchas vecesdesprecian al usuario, la tradición y el espíritu del lugar.Sin embargo, las nuevas intervenciones que chocancon el gusto predominante pueden convertirse en fu-turos iconos e incluso paradigmas. ¿Deberá permitir-se a los genios romper reglas que los comunes estánobligados a cumplir? ¿Quién pasa la raya entre el un-gido y la masa?

La participación comunitaria es políticamentecorrecta, pero puede llevar a la demagogia y el popu-lismo, que irónicamente son conservadores. La gentetiende a no apreciar el valor cultural de la arquitectu-ra antigua, asociándola con vejez, deterioro y atraso;

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Construir en lo construido

Construir en lo construidoArq. Guillermo Vázquez Consuegra

Ampliación y recalificación de los museos del Capitolio de Roma con la creación de una gran sala en el jardín romano, 1923-2005Arq. Carlo Aymonino

Arquitectura contemporáneay la ciudad histórica en laexperiencia italianaArq. Enrico Bordogna

Alternativas para tres caries urbanasen la Ciudad de México Arq. Felipe Leal

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73 Construir en lo construido

Retornar a México, un país cuya hospitalidad y gene-rosidad es largamente conocida por los españoles, esun gran placer para mí. Además, como el año pasadotuve el honor de recibir el premio Arpafil, en el marcode la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, yasólo me falta hacer un proyecto en México, pues a losarquitectos nos gusta proyectar y construir en aque-llos países y ciudades que amamos intensamente.

En este trabajo me gustaría mostrarles cuatro pro-yectos que tienen que ver con el tema de este encuen-tro, son intervenciones que se desarrollaron en el marcode la ciudad histórica. El primero de ellos será elMuseo de la Ilustración de Valencia —o bien, si quere-mos, llamémosle Museo del Iluminismo o Museo delSiglo de las Luces— que se encuentra en el centro his-tórico de dicha ciudad y que forma parte de un magní-fico conjunto arquitectónico hospitalario, el HospitalGeneral de Valencia, demolido hace ahora treinta años,aunque se mantienen algunos restos.

El segundo proyecto será una intervención sobreuna hacienda de olivar en Tomares, una pequeña pobla-ción cerca de Sevilla, al otro lado del río. Un tema muyinteresante, porque las grandes haciendas de olivarfueron generadoras de los núcleos urbanos próximosa la ciudad de Sevilla. El proyecto propone una interven-ción sobre una hacienda para convertirla en el edificiodel Ayuntamiento de Tomares.

Después, mostraré la intervención en el viejoarsenal del puerto de Génova para convertirlo en elMuseo del Mar. Es otro proyecto de intervenciónsobre un edificio histórico en la cornisa marítima de laciudad de Génova.

Construir en lo construido Arq. Guillermo Vázquez Consuegra

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pág. 76 | Fig. 5Museo de la Ilustración de Valencia

pág. 77 | Fig. 6Ayuntamiento de Tomares, Sevilla

Por último, me gustaría enseñarles el proyecto delMuseo Nacional de Arqueología Subacuática en la ciu-dad de Cartagena. Es un edificio que está a punto deabrir sus puertas en quince o veinte días; por lo tanto,las imágenes que mostraré en esta charla serán las pri-meras que se vean del edificio. Se trata de una construc-ción ubicada exactamente en el muelle de Alfonso XII,edificado por delante de las murallas marítimas de laciudad de Cartagena, es decir, es una construcción entrela ciudad y el mar, un privilegiado territorio donde la ciu-dad termina y empieza el mundo.

Museo de la Ilustración en ValenciaEl Museo de la Ilustración es un proyecto que se constru-ye en esta mancha roja de la ciudad, aquí encontramosla vía de circunvalación del Centro Histórico y en este grantriángulo se ven los restos del Hospital del los PobresInocentes, también conocido como el Hospital Generalde Valencia, complejo importantísimo del siglo XVI, de-molido en el año de 1974, a excepción de algunos ele-mentos que se advierten en la imagen que de este lugarse presenta, por ejemplo: la doble crujía del hospital (con-vertido hoy en biblioteca), la pequeña iglesia de SantaLucía y otra pequeña construcción: el Capitulet.

La demolición afectó a casi todo el complejohospitalario, por ello el proyecto —resultado de unconcurso— establecía la construcción de un edificiocuyo perímetro de edificación venía si no determinadosí bastante condicionado por las bases del concurso. Eledificio debía adoptar la forma y volumetría dadas.Sólo hubo pequeñas modificaciones, pequeños movi-mientos como vuelos o retranqueos que permitieronal edificio escapar de la estricta regulación impuestapor el Plan de Reforma Interior del Centro Histórico dela ciudad de Valencia.

Nuestra propuesta tuvo que adecuarse, por tanto,al perímetro de edificación fijado, aunque con unas pe-queñas intervenciones que las califico así porque pien-so que son pequeñas, si bien importantísimas, ya quetienen que ver con la dimensión urbana de la arquitec-tura, una preocupación que transita de forma obsesivapor todos mis proyectos.

Un pasaje bajo el edificio va a permitir poneren contacto una parte de la ciudad con los jardines delHospital. Soy de los arquitectos que entiende que, aveces, las aparentes limitaciones de un proyecto pue-den constituir un trampolín de oportunidades, creo queéste es uno de los retos fundamentales de nuestraprofesión: convertir las aparentes limitaciones en oca-siones de proyecto.

Acometimos el proyecto, porque no se trata deun museo convencional de objetos, sino de un museode ideas, de un museo sobre la Ilustración. De mane-ra que estas ideas iban a ser formalizadas a través deuna secuencia de espacios que debían mucho, en sufiguración, a composiciones pertenecientes a otras dis-ciplinas: teatro, cine, música, etcétera.

El proyecto se compone de tres cuerpos que sederivan de la geometría impuesta por la normativa; en elcuerpo más alargado establecimos una serie de rampasque permitían organizar una secuencia de salas que ibana constituir la exposición permanente del museo, unassalas con una pendiente muy suave. El corredor y las salasse funden y convierten en un espacio fluido y continuo.En el otro cuerpo paralelo íbamos a localizar las zonasmás privadas o más internas del museo: la administracióny la biblioteca, por ejemplo, quedarían unidas por un ele-mento central, un gran vacío que constituye el vestíbulodel edificio. Por lo tanto, es un museo donde la organiza-ción de los recorridos va a definir su orden espacial.

En la planta baja, se sitúa el pasaje que va a daracceso por una parte a las exposiciones temporales ypor otras a las exposiciones permanentes; también reu-bican la cafetería, la librería, la zona de administracióny el gran vestíbulo, que es el elemento que traba, queune estas dos piezas, con un acceso exterior, pero tam-bién desde el propio pasaje.

Esta pieza es de gran envergadura y habla delcarácter institucional del edificio. Aquí vemos un mo-delo que pone en evidencia la consistencia, la sustanciarotunda, la densidad del edificio. Y como les decía, el pasopúblico bajo el edificio habla de la voluntad de revitali-zación de todo el sector urbano dentro del cual el edifi-cio se establece. El patio inglés, nosotros le llamamos

de este modo, va a permitir que las funciones ubica-das en el piso enterrado gocen de la luz, como si fue-sen espacios situados en planta baja.

En la sección del edificio se planeó un ascensorque llevaría al usuario a la cota superior, desde la cual apa-recería el sistema de rampas suaves que al final termina-rían de nuevo en el vestíbulo, desde donde se podríaacceder a las dependencias situadas en el nivel inferior.El salón de actos, a través de un espacio intermedio,podría recibir la luz directamente del patio inglés.

En su construcción hemos utilizado pocos y bue-nos materiales porque, claro, la elección de los materia-les es importantísima para la expresión arquitectónicadel proyecto. Cómo utilizar dos materiales de maneraque la propia expresividad de cada uno se acreciente ensu contacto. En definitiva, estamos hablando del deta-lle constructivo; por ejemplo, las lámparas, las lumina-rias de vidrio, que se sitúan en el vestíbulo, al estar encontacto con las chapas de acero corten permiten queel vidrio acentué sus cualidades, se haga más frágil,transparente y luminoso o la luz que resbala por losmuros de la biblioteca, utilizada aquí en su condicióncasi matérica, resalta y pone en valor los paños de made-ra; es importante la canalización de la luz a través de unprisma que va a iluminar, en este caso, unos restos ar-queológicos; o en el caso de las salas de exposicionestemporales donde las sustracciones en el forjado permi-tirán llevar la luz a las salas de exposiciones temporalesen la cota inferior, en la cota bajo rasante.

Son importantes los materiales porque, eviden-temente, la arquitectura alcanza su razón de ser cuandose construye o, dicho de otra manera, cuando se ma-terializa. Un proyecto aún no es arquitectura, es comouna partitura que necesita ser ejecutada para conver-tirse en algo real. En nuestro caso, la arquitectura dejade ser proyecto cuando se transforma en objeto mate-rial, cuando se materializa.

En las imágenes vemos el salón de actos a travésdel foyer, observamos las rampas y los detalles a los queme refería antes, son detalles constructivos que no pue-den ser consideradas elementos autónomos. Cuandoun detalle constructivo se convierte en algo autónomo

llega a ser un elemento superfluo, en la misma medidaque se vuelve superflua la utilización de tantos materia-les que terminan convirtiéndose en un extenso mues-trario o la exhibición retórica del lujo de los materiales.

Jardines del hospital Otra imagen que se muestra corresponde al plano delhospital, que está señalado en rojo o, mejor dicho, per-tenece a los edificios que escaparon de la demoliciónmasiva en el año de 1974. Nos referimos, por tanto, alcrucero de la enfermería, pues había otro que fue de-molido, precisamente en el espacio vacío hemos cons-truido nuestro edificio. Una pequeña capilla (capitulet)y la también capilla de Santa Lucía.

En gris, aparecen algunos de los elementos queponemos en valor, como la restitución del jardín o estacruz que se ha convertido en la Biblioteca Provincialde Valencia. Hay otra operación —ya la veremos mástarde— de rescate arqueológico de la antigua iglesiadel hospital, pretendemos ponerla al descubierto (sucimentación, claro está) para convertirla en una sala delpropio jardín, es un trabajo que no sólo supone unaacción arqueológica sino, desde el punto de vista de laarquitectura, una voluntad de conseguir un espacio muycualificado dentro de la variedad de espacios que vamosa proponer en el jardín.

También muestro nuestra propuesta actual: eledificio, el crucero, la capilla de Santa Lucía y el restodel espacio obtenido tras la demolición que después fueconvertido en un pequeño jardín que sirvió para alojarlos materiales arqueológicos o la vegetación sobrantede la ciudad de Valencia. Podemos ver cómo a través deuna serie de columnas puede sugerirse un claustro y unalocalización de elementos arqueológicos que podríanengañar a aquellos que quisieran entender que el es-pacio actual pudiera tener algo que ver con lo que fueel viejo hospital. Nuestra propuesta trata de introducirun orden, una unidad en toda la intervención, hoyfracturada con la introducción de piezas tan ajenas y tandiversas, como el propio edificio del museo, una escuelade hostelería y un edificio nuevo que se incorporó mástarde al territorio de la intervención.

pág. 72 | Fig. 1Museo de la Ilustración, ValenciaFig. 2Museo Nacional de Arqueología Subacuática,Cartagena

Figs. 3 y 4Museo de la Ilustración, Valencia

74 75 Construir en lo construidoVII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

3 4

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Proponemos un nuevo acceso al jardín a travésde la calle Hospital, con las 24 columnas que se hallanaún íntegras en el jardín del edificio, construyendo unaespecie de límite que va más allá de lo que es un simpleperímetro, una especie de sala hipóstila a cielo abiertoque va a ser el elemento de filtro entre la ciudad y elinterior del jardín.

Ayuntamiento de Tomares El segundo proyecto que quiero mostrarles es la inter-vención sobre una antigua hacienda de olivar en Tomares.Un pueblo que está a dos o tres kilómetros de Sevilla, delotro lado del río, en la comarca del Aljarafe, que era bá-sicamente una comarca de olivar.

Las haciendas de olivar son probablemente lasconstrucciones rurales más interesantes desde el puntode vista arquitectónico de la baja Andalucía. Son grandesconstrucciones que tienen su origen en las villae romanas,

que después pasaron a ser alquerías musulmanas. Losárabes introdujeron el jardín a su organización construc-tiva. De manera que son grandes construcciones organi-zadas en torno a uno o dos grandes patios, muy cerradasal exterior; son edificios muy introvertidos.

En general, cuentan con dos patios, uno que sedenomina patio del señorío, que es donde se construyela vivienda del propietario, con una arquitectura de reso-nancias más cultas y más urbanas, pues se trata de laresidencia del dueño que pasará largas temporadas du-rante el verano, así como en los periodos de recoleccióny verdeo de la aceituna, por lo tanto, se trata de un patiomás urbano, y después se encuentra el patio de laborque permite organizar a su alrededor todas las zonas detrabajo de la hacienda.

La destacada presencia de la portada de ingresoen su fachada principal, el acceso secundario que con-duce directamente al patio de labor; la torre del señorío,

77 Construir en lo construido

La intervención que proponemos toma comoreferencia geométrica la del viejo edificio de la bibliote-ca, que llevaba ya más de cinco siglos construido. Lageometría después se va a formalizar mediante la intro-ducción de un pavimento continuo, que será el mismoen toda la intervención. Se trata de un manto de piedraapoyado en la geometría cartesiana, que toma comoreferencia la disposición del crucero de la enfermeríavieja (hoy biblioteca pública), sobre este tapiz aparece-rán toda una serie de episodios que contribuirán a dotara los jardines de los elementos necesarios: espacios ver-des, estanques, juegos de niños.

Uno de los temas principales del jardín fue la in-troducción de sus límites, debido a que aún se mantie-ne la primera línea de sillares del hospital que no fuedesmontada. La propuesta mantiene la cota elevada deljardín actual, de manera que los accesos se siguen pro-duciendo a través de las portadas existentes, cubiertas

ahora por pérgolas metálicas que ayudarán a construirel transito al interior del jardín.

En un espacio vacío junto a nuestro edificio plan-teamos una depresión en el suelo para comunicarnoscon el sótano, buscando así un nuevo acceso al propioMuseo. Una serie de rampas accederán a este patio de-primido, en el que alojaremos todos los materiales ar-queológicos que no tengan un gran valor, armando, almismo tiempo, un jardín de naranjos que evoque a losjardines musulmanes que sitúan la copa de los árbolesa la altura de los paseantes.

Otra de las intervenciones importantes será aque-lla que se llevará a cabo sobre la iglesia, será una ope-ración de rescate arqueológico pero, al mismo tiempo,será la introducción de una pieza más en los jardines, seaccederá a una especie de sala a “cielo abierto” bajo lacopa de los árboles, para protegerse del ruido de la calleGuillén de Castro, que circunvala la ciudad histórica.

76VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

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las torres de los molinos de la aceituna, la espadañade la capilla son elementos figurativos de un acentuadocarácter urbano y más que un edificio sugieren o propo-nen, en buena medida, un proyecto de ciudad.

La hacienda de Santa Ana es una hacienda que elAyuntamiento había ya intervenido antes de encargarnosel proyecto; contaba con algunas obras de remodela-ción en su interior, sin embargo, nosotros pensamos queno eran acordes con su arquitectura ni con su calidadespacial, por lo tanto, decidimos demoler todo lo que sehabía construido en el interior de la hacienda. Por ejem-plo, las cuatro ventanas que se observan, correspondena la intervención del Ayuntamiento, seguramente existíauna sola ventana igual que la otra que ocupa una posi-ción simétrica. La introducción de un nuevo forjado, estaespecie de tugurización del edificio produjo una seriede espacios de muy escasa calidad.

Hay fotografías que se muestran la sala de reu-niones, el salón de plenos del Ayuntamiento. En algu-nos de los espacios, el mobiliario y el deplorable tipo dearquitectura que se había incorporado; por ejemplo,puede observarse el acceso al despacho del Alcalde. Laimagen corresponde al patio de labor, al que se accedíapor la entrada secundaria, por este arco, vemos tambiénla torre del señorío, las demoliciones y el estado anteriora nuestro proyecto.

Es importante advertir que cualquier tema de in-tervención es siempre un problema de interpretación dela arquitectura existente. La actitud que preside la inter-vención no permite exagerar la relación antigüedad-cali-dad, es decir, la permanencia indiscriminada de lo viejo,sino que demanda actuar decididamente demoliendotodos los elementos carentes de valor arquitectónico,constructivo o histórico, con la voluntad de introducir unanueva arquitectura que pueda convivir con naturalidadcon el edificio existente. Se trataba de escuchar al viejoedificio, que sea el viejo edificio el que nos de las pistasde cómo intervenir, porque para nosotros los concep-tos de conservación y de renovación no son encontradoso antagónicos, por el contrario, las preexistencias cons-tituyen un material estimulante para el nuevo proyecto.Las preexistencias adoptarán ese tono circunstancial que

les permita acomodarse con lo nuevo, ponerse a dispo-sición del nuevo proyecto.

Nuestra postura fue la del rechazo a una acti-tud fetichista o conservacionista del pasado; pues paranosotros sólo el pasado es capaz de vivir vigorosamen-te en el presente si tiene la capacidad de transformarse.Por lo tanto, el edificio renovado habrá de ofrecer unaimagen teñida de contemporaneidad, porque se debea un tiempo y a unas circunstancias actuales.

La organización en planta de la hacienda seríala siguiente: el acceso al frente, la fachada principal, unprimer patio de acceso, de acogida, el patio del ficus;el patio de la fuente o, en este caso, el patio del señorío(aquí me refiero a la vivienda del propietario) y el patiode labor, donde a su alrededor se encontraban todas lasdependencias agrícolas.

Es un proyecto de renovación, pero, al mismotiempo, de nueva planta, una condición doble que hacíaaún más dificultosa la tarea. Aquí está el jardín. Lo im-portante era encontrar la posibilidad de que el jardín seconvirtiese en filtro y vestíbulo abierto, en un espacio deintermediación entre la ciudad y el Ayuntamiento

En estas tres imágenes aparecen el estado primi-tivo, el estado tras las demoliciones y el estado final delproyecto. Se percibe la nueva construcción en formade “T”, que también se acomoda en esta secuencia depatios. En definitiva, el proyecto se deja llevar por lasindicaciones del viejo edificio y construye un patio más;manteniendo y enriqueciendo los patios que están enbuen estado y que cuentan con una buena calidad ar-quitectónica, armando una secuencia continua y lumi-nosa que va desde el primer patio de acceso, el patiodel ficus, hasta el patio último, el patio de los limone-ros, incorporando la salida hacia el jardín.

El jardín (como sucedía con el del Hospital) man-tiene la vegetación y cambia su estructura interna, lospequeños paseos van a conectar las nuevas zonas deacceso al jardín con accesos del público, al salón de ple-nos; los patios van a convertirse no solamente en patiosde iluminación, sino también en áreas de estancia, enforo de encuentro de los ciudadanos. El edificio, más alláde convertirse en un edificio administrativo, quiere ser

también un foro de encuentro para la ciudad, donde seoferten nuevos espacios; ahí, por ejemplo, ahora se orga-nizan los conciertos de guitarra flamenca; en otro sitio,los cines de verano, que son cines abiertos. Realmente esun edificio muy usado por la comunidad. Me gustaba laidea de que el jardín perteneciera a la hacienda, por ellopensaba que ese jardín debía de ser cerrado, secreto, esdecir, perteneciente al edificio, y no abierto a la calle.Uno de los temas importantes en esta intervención fue,pues, la recuperación del jardín como una pieza más deestancia de nuestro edificio.

Hagamos un recorrido por el edificio, la imagencorresponde a la fachada que hemos reconstruido par-cialmente. Hemos pintado de blanco todo el edificio paradar continuidad a lo viejo y a lo nuevo. Se observa el ves-tíbulo del edificio, el patio del ficus y al fondo se perci-be el patio del señorío.

Nos alejamos tanto del camuflaje historicistacomo de la discontinuidad de la tradición moderna.Dicho de otra manera, no hicimos hincapié en la super-posición de las dos arquitecturas, la arquitectura nuevay la arquitectura existente. Hemos transitado entre ambosextremos por una ancha vía que llamamos la tercera vía.El establecimiento de las relaciones de analogía con eledificio existente nos permitió conseguir una trabazónarmoniosa con lo viejo, evitando el sobresalto, el shock,logrando una suave transición hacia lo nuevo. Aquí, porejemplo, hemos hecho una escisión en el muro para per-mitir una relación visual y física entre el patio del seño-río y el patio de labor.

La entrada secundaria, la entrada al patio delabor la ocupa la policía municipal. Lo interesante de estapropuesta es que todos los espacios de trabajo se vanabriendo a zonas abiertas muy distintas en su confor-mación. Claro, los patios son parte de nuestra cultura,como en México, sin duda alguna y tienen un origenromano y árabe. En Sevilla, cuenta un cronista de laciudad que cuando el propietario quería construir unacasa le decía a su arquitecto “constrúyame patios ybuenos corredores y si queda espacio hágame habita-ciones”. El patio es un elemento que considero impor-tantísimo en un edificio público, porque introduce una

escala humana en el edificio, acerca al hombre a la ins-titución, además de proponer una intensa relación conla naturaleza.

Los espacios de transición me interesan muchísi-mo, porque son espacios ambiguos de intermediación,de comunicación entre el patio y el jardín. La propuestaque llamamos la tercera vía es capaz de producir unacontinuidad formal e histórica con el edificio existente através de esta serie de espacios de transición.

Los espacios de transición me parecen muy fas-cinantes. Creo que fue Debussy quien dijo que la músi-ca no está en las notas, sino entre las notas; pero losignificativo de la frase es que nos permite extrapolar ypensar, con Deleuze, en una vida indefinida, constituidano de momentos, sino de entre momentos. El valor delintervalo. La poética moderna se produce y se manifies-ta en los ámbitos intersticiales, en la presencia enigmá-tica del intervalo. Es como el aire entre las palabras paraque respiren. Y en este sentido me gustaría decir queel valor de estas arquitecturas, si lo tuviesen, habríaque hallarlo más en estos espacios de transición que enlas propias construcciones.

Hay una imagen correspondiente a aquella otraque mostré en la ponencia, con la basura amontonadadelante, ahora se encuentra en su lugar el nuevo patiode los limoneros. Hemos intervenido en el viejo almacénde trajes, construyendo un lucernario para llevar la luznatural al espacio interior convertido ahora en sala deusos múltiples.

Hablando de la tercera vía, esa imagen es para-digmática porque muestra el nuevo edificio y el viejo in-tervenido. Es un proceso muy subjetivo y muy complejoel de la intervención sobre lo construido. Creo que pode-mos hablar de una estrategia ideológica de conjunto,pero con la voluntad de atender de forma individual ypor separado a cada uno de los episodios que lo compo-nen. Tenemos, por una parte, el edificio existente, porotra, la intervención y, por último, la tercera fase que esla idea total, el nuevo edificio, donde el todo es mayorque la suma de las partes.

En el nuevo patio de los limoneros, una arqui-tectura nueva convive con naturalidad con el edificio

78 79 Construir en lo construidoVII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

Figs. 7 y 8Ayuntamiento de Tomares, Sevilla

págs. 80-83 | Figs. 9-13Museo del Mar, Génova

págs. 84-87 | Figs. 14-19Museo Nacional de Arqueología Subacuática,Cartagena7 8

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83 Construir en lo construido82VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

fue la de envolver al edificio en una suerte de celofánde vidrio y de aluminio, de manera que esa nueva en-voltura se separe de las fachadas en función de lasnecesidades espaciales que se requieran; por ejemplo,en la Fig. 11 se ve la fachada principal, aquí vemos ungran vestíbulo, que servirá como espacio de acogida,un gran espacio vestibular, entre la fachada de vidrioy la fachada existente, un espacio con las dimensio-nes la escala adecuadas a un gran edificio institucio-nal, bien lejos de la escala doméstica de un edificio dealmacenes portuarios. Por otra parte, en este edificio,entramos directamente el espacio de las bóvedas decañón; por lo tanto, pensé que era importante tam-bién construir un espacio de transición entre la calley el edificio.

En las plantas podemos advertir cómo sería laintervención: el nuevo edificio se estira hacia fuera hastaencontrar la línea de la marquesina quebrada, introdu-ciendo en planta baja librería y en la planta superior lacafetería con una terraza abierta sobre la dársena, sobreel mar. Respetaríamos la estructura del edificio.

En la fachada trasera del edificio nos parecía per-tinente, ya que entendíamos que se trata casi de unasección, que apareciese esta superposición de arcadas.Se trataba más de una sección que de una fachada. Enel interior, ubicamos uno de los elementos fundamen-tales del contenido del museo, la galera genovesa, queentendíamos era importante introducir con toda suarboladura y que ocupaba el volumen de los tres ni-veles. Nuestra propuesta conllevaba, por tanto, la

demolición de dos arcadas para introducir en una delas bóvedas la galera. La comisión de patrimonio nonos permitió demoler las dos bóvedas, sino sólo una, locual no tenía sentido, porque no permitía la recons-trucción de la galera con toda su arboladura, sinosolamente la introducción del casco. Esa fachada exul-tante y luminosa, luciéndose hacia el exterior, ya no eraposible conseguirla.

Tengo croquis que muestran cómo modificar estafachada, ahora que la galera no tenía tres niveles, sinodos. Pensamos en unos paneles que consiguieran cier-ta oscuridad para la nueva sala. La envolvente de vidriodel nuevo edificio, una fachada cambiante en fun-ción de los movimientos del Sol y de las característicasclimatológicas, hace partícipe al edificio del ambien-te natural. Ésta es ahora la nave de la galera, con dosniveles y el espacio vestibular, dejando a la derecha latienda y la cafetería, con un doble acceso y el mostra-dor de información.

El itinerario de visita parte de las escaleras degranito con una atmósfera de penumbra, pero muyagradable, que irá ganando luminosidad, la luz va des-colgándose desde el techo a través de la caja de vidrio,el nuevo faro de la dársena

De esta manera se proponía convertir la fachadalateral, que mira a la ciudad, en una enorme vitrina, en laque la galera genovesa, luminosa tras los gruesos con-trafuertes, constituye el panel anunciador del museo.

En su interior, el cuerpo que aloja los dos es-plendidos tramos de escalera de granito será donde la

existente. Esta construcción corresponde al territoriodel despacho del alcalde, mira a un pequeño patio quea su vez es un elemento de intermediación, una especiede área de respeto entre el edificio y el jardín público.En el jardín, manteniendo la vegetación existente, sehan trazado nuevos caminos que son ahora las nuevasvías de acceso. Un elemento importante ha sido el delagua, esta estancia o habitación del agua resuelve larelación con la cota superior de la parcela, el acceso aljardín desde la calle a través de este nuevo espacio detransición, que aprovecha la presencia en el subsuelode un abundante acuífero subterráneo.

Se trata de un espacio que es abierto, pero almismo tiempo cerrado, un poco al estilo de Barragán.Ahora que estamos aquí, en este auditorio, me gustadecirlo, porque considero a Luis Barragán un magníficoarquitecto, ha sido un referente no sólo en este proyec-to, sino en otros en que he tratado los espacios exterioresdesde una intensa relación de convivencia fluida entrearquitectura y naturaleza.

Museo del Mar en GénovaEl tercer proyecto es el del Museo del Mar en Génova ytrata el tema de la rehabilitación y puesta en valor de losrestos del viejo arsenal del puerto de Génova. En la ima-gen aparece lo que era el viejo arsenal, así como loque aún se mantenía en el momento de nuestra inter-vención. Como ven ustedes, aparecen aquí sólo cuatrocrujías cubiertas por una serie de bóvedas de cañón yde contrafuertes en el muro lateral para compensar los

empujes de las bóvedas. En los grabados del siglo XVII, semuestran esbeltas arcadas que hablan de una construc-ción de bóvedas de cañón. Pero se trata de un edificioque a lo largo del tiempo ha ido cambiando completa-mente. Las arcadas han sido transformadas en un viejocaserón, con un tejado a dos aguas y unas cubiertasquebradas en la gran marquesina, cuando se convirtióen almacenes portuarios.

En el siglo XIX se convierte en un edificio neoclá-sico que ofrecía una fachada discreta en su composición,con una gran marquesina. Su situación durante el sigloXX es distinta, con la construcción de dos montacargasexteriores en los extremos de la fachada y galerías entreellos de hormigón para posibilitar el acceso al interiordel edificio. Es la imagen que el concurso preveía quedebía mantenerse, puesto que había sido consolidadaa lo largo de los últimos años en la dársena del puertode Génova. Pero, tras un análisis de la evolución histó-rica de nuestro edificio, comprobamos cómo éste harechazado todas aquellas fachadas que se la han idoanteponiendo, porque al principio estaba construido congrandes arquerías y bóvedas de cañón, y más tarde,cuando dejó de ser arsenal, en el interior se constru-yeron dos pisos, para aumentar el aprovechamiento yobtener así una superficie mucho mayor para el nuevouso del edificio.

¿Cuál fue nuestra intervención? No podíamosmantener esa fachada, vulgar y ruinosa. El rotundo cam-bio de uso previsto para este hermoso edificio parecíaexigir un nuevo cambio de imagen. Nuestra propuesta

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85 Construir en lo construido84VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

exposiciones temporales se prolonga hasta alcanzar elborde del muelle, gestionando su relación con el mar através de un gran ventanal, paisaje de luz y de mar.

El espacio urbano entre los dos edificios es aco-tado por el gran lucernario y el largo muro de hormigóncoloreado del Centro Nacional de Investigaciones. Elpaso a través del edificio del lucernario permite conec-tar el mar con la plaza interna, donde situamos la rampade acceso al museo.

La zona de exposición permanente, con grandesespacios bañados por la luz, alcanza una altura de 15metros. Aunque se trata de un edificio relativamentepequeño aquí adquiere una dimensión insólita. El pasode la ciudad a través del edificio permite conectar laplaza y el borde marítimo de la ciudad. La cafetería seabre al gran vacío interior del lucernario.

Por otra parte, el edificio más largo, prismáticoy opaco corresponde al Centro Nacional y alberga lazona de exposiciones temporales, la biblioteca y las fun-ciones más internas del propio edificio.

La última imagen muestra de nuevo el espaciourbano entre las dos construcciones. El nombre delmuseo recorre el largo muro ciego de hormigón colore-ado del Centro, evocando en su diseño su condiciónde volumen emergente, de museo sumergido.

Este espacio urbano es de transición, de in-termediación, entre la ciudad y el edificio. Espaciosperdidos de la mediterraneidad que considero nece-sario recuperar para la arquitectura contemporá-nea. Porque considero que la arquitectura más queel diseño de un objeto debe proponer la creación deun lugar.

intervención encuentre los resultados más sugerentes.A los dos tramos de escalera se le añadirá un nuevo sis-tema de rampas que permitirá acceder a la sala mirador.Este espacio, ahora estrecho y oscuro, quedará bañadopor la luz cenital que desde esta caja de vidrio se desli-zará por los viejos muros. La sala-mirador, cerrada y acris-talada, pero a cielo abierto, reservada a los temas deastronomía, se configura ahora como el nuevo faro queilumina la dársena de Génova.

Museo Nacional de Arqueología Subacuática en CartagenaEl siguiente proyecto se construye en esta ciudad carac-terizada por una imponente y hermosísima geografía,vemos la dársena y el lugar donde el edificio va a serconstruido, sobre un muelle abierto hacia la misma.

El Museo Nacional de Arqueología Subacuática esun edificio que se desdobla en dos piezas, una prismática

que se dispone en paralelo a una calle de intenso tráficoy otra con una arquitectura más orgánica, más abierta,más libre y que, entre ambas, conforman un espacio quees una plaza en el interior de su arquitectura.

Al tratarse del tema de arqueología submarina,considero pertinente la idea de que el usuario del museose adentre en el interior de la Tierra, en referencia almundo subacuático y subterráneo de donde procede elpatrimonio sumergido, objeto de la exposición. La expe-riencia de entrar se percibe como la metáfora de unainmersión en el mar. El edificio emerge a superficie conestos dos elementos: el Centro Nacional y el lucernariodel museo excavado. Entre ambos, situamos una ampliarampa descendente que conduce al visitante al interiordel museo. Este espacio urbano, donde situamos larampa, es plaza pública y al mismo tiempo vestíbuloabierto del nuevo museo, es ciudad y al mismo tiempoes arquitectura. Bajo tierra, una de las piezas destinada a

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El proyecto para la reorganización de los museos delCapitolio de Roma tiene una historia muy larga y pro-blemática. En relación con ello, les propongo algunosdatos sobre las principales etapas del trabajo para en-tender lo complejo del proyecto y, contemporáneamen-te, el extraordinario esfuerzo realizado por el Municipiode Roma y el organismo —la Sovrintendenza per i BeniArchitettonici del Comune di Roma— que se ocupa delpatrimonio arquitectónico.

1993-1995Se comisiona el proyecto para realizar la cobertura delJardín Romano sobre el modelo de la vieja sala proyec-tada por Virgilio Vespignani en 1876, que se demolióen 1902 en ocasión de los trabajos de recuperacióndel Templo de Júpiter Capitolino. El nuevo salón ten-drá que albergar el frontón del templo de Apolo Sosiano,la reconstrucción de una parte de la celda del templode Apolo Sosiano, la revalorización de los restos delmuro del templo de Júpiter Capitolino ocultado comopared fronteriza con estructuras realizadas en princi-pios del siglo XX.

El proyectoLo que se piensa es construir una estructura de acero yvidrio, una sala muy alta, debido a que las piezas recom-puestas del templo de Apolo Sosiano son altas: unos17 metros; la cobertura de la sala está constituida porun armazón de mallas anchas, de acero, de un metropor un metro y por un centímetro que gira para luegoser una pared autosostenida con un módulo doble haciael frente del jardín Caffarelli; pero todavía no se han

89 Construir en lo construido

Ampliación y recalificación de los museos delCapitolio de Roma con la creación de una gran sala en el jardín romano,1923-2005Arq. Carlo Aymonino

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mada de la planta de la plaza del Capitolio. Sin embargo,la elipse está cortada sobre el borde en corresponden-cia con el muro de cimientos del templo de JúpiterCapitolino, este corte introduce un fuerte elemento diná-mico en el espacio de la sala y —para quien entra en lasala desde los museos capitolinos— hace que converjala atención sobre lo que se descubriría poco después: lasextraordinarias ruinas arqueológicas del muro romano.

Lo espectacular del ambiente está garantizadopor la construcción de la cávea y del dispositivo arqui-tectónico que prevé en correspondencia con la escalina-ta un techo más bajo en el plan tecnológico, todo esmuy evidente: la estructura maestra está constituidapor columnas de acero (d = 70 cm); esta estructura sos-tiene el paquete de recubrimiento que está hecho deuna malla maestra, en láminas de acero de 2 m x 2 mcon un espesor de 2 cm; la altura es variable hasta un

máximo de 1.65 m. La protección está constituida porpaneles triangulares de vidrios estructurales (espesor12 float claro y una losa de seguridad de 6 mm concouche selectiva para optimizar la función antisolar delpanel transparente) unidos en cobertura con selladoresa base de silicón, sostenidos por dispositivos de apoyoen acero inoxidable, capaces de resolver tanto las con-diciones de vínculo y de apoyo como las de apoyo delvidrio en los vértices con diferentes alturas de los pane-les triangulares colocados sobre la superficie en formade elipse, todas las instalaciones son sobre la pared yestán contenidas en una crujía sostenida por una pe-queña estructura de metal cubierta de tabla roca, pisohormigonado al estilo veneciano en la parte elíptica,piso y escalones en travertino.

Traducción: Cristina López Villafranco

93 Construir en lo construido

realizado las necesarias exploraciones arqueológicas;el presupuesto es de diez mil millones de liras, unoscinco millones de euros.

1996-1999Ésta es la etapa de la excavación de exploración: se des-cubre el muro de cimientos, se libera el muro romanoen sobrealzado, que fue muro fronterizo con el jardínCaffarelli. En esta etapa, hay una modificación del pro-grama: ya no habrá que albergar a Apolo Sosiano, sinoa la estatua de Marco Aurelio; además, los muros decimientos del templo de Júpiter Capitolino son tan im-ponentes que merecen quedar a la vista y debidamen-te visibles, es más, “musealizados”.

El nuevo proyectoLa presencia de Marco Aurelio tiene tres consecuenciasa nivel arquitectónico:

1) favorece la formación de una estructura espa-cial con una polaridad visual fuerte, dada precisamente,por la imponente estatua del emperador, esto apoya laconstrucción de una forma geométrica más cercana alcírculo que al cuadrado o al rectángulo;

2) favorece un ambiente más espectacular;3) permite reducir la altura del aula.

La presencia del muro de cimientos, liberado sobre elfrente hasta la cuota de imposta (–7 m) propicia unaestructura espacial más compleja que exalta la secciónvertical, por lo tanto, de alguna manera, exalta la es-tratificación, que es uno de los aspectos de la identidadde la ciudad de Roma.

1999-2005Es la fase de la puesta a punto del proyecto final. La figu-ra que toma relevancia es la elipse, no casualmente reto-

92VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

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Sin recurrir a casos de estudios específicos, desarrolla-ré algunas consideraciones más generales sobre lasmodalidades que han caracterizado en Italia la rela-ción entre arquitectura moderna y ciudad histórica.Justamente, la modalidad en mi opinión es lo que dis-tingue la experiencia italiana de otras experienciascontemporáneas de la arquitectura moderna en otrasnaciones europeas durante los años entre las dos gue-rras mundiales y durante la posguerra, y hacen del ita-liano un caso original. Efectivamente en la experienciaitaliana la relación con la ciudad, con la historia y conla tradición tiene como testigo las numerosas piezas queconstituyen reconocidas obras maestras de la arquitec-tura del siglo XX.

Sin embargo, en ellas existe una característicapeculiar que define tal relación, la cual reside en una per-sistente matriz clásica, en el cometido de un legado clá-sico, que imprime a la arquitectura italiana una particularmedida, una capacidad de adhesión a los valores de lahistoria, de la tradición, del ambiente construido, esta-bleciendo con ellos una relación que es contemporánea-mente de continuidad y de innovación, una capacidadde introducir en la ciudad heredada por la historia losvalores de la modernidad y de la contemporaneidad,pero sin rescindir sus lazos con el pasado. Incluso cuan-do ha producido una renovación formal profunda, reali-zando obras adscribibles a la vanguardia, la arquitecturamoderna italiana nunca ha roto su relación con la histo-ria, de la cual siempre ha extraído su alimento e inspira-ción, en un lazo de autenticidad por encima de cualquierrevival y de cualquier formalismo. Esta síntesis es loque quisiera demostrar.

95 Construir en lo construido

Arquitecturacontemporánea y ciudad histórica en la experienciaitalianaArq. Enrico Bordogna

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Sin embargo, durante los últimos años, Italiaparece haber entrado completamente en la condiciónde la llamada “arquitectura de la globalización”. Susciudades más grandes, como Milán, Roma, Turín yVenecia, al igual que las grandes capitales mundiales,llaman a los protagonistas del llamado sistema de losarquistar a realizar una serie de grandes intervencio-nes que, no obstante, parecen absolutamente extrañasa la cultura de la ciudad italiana, intervenciones en lascuales la arquitectura se reduce a una especie de marcapublicitaria, de formas extravagantes, cuyo objetivofundamental parece el de la investigación del perfor-mance cada vez más estupefaciente, de la cultura delrécord, del efecto especial. La arquitectura, vaciada detoda tarea tipológica y representativa pierde su signifi-cado civil y se convierte en escenografía, hecha de ima-gen, puro estilismo, se vuelve completamente extrañaal contexto físico y cultural en el cual está inserta.

Por lo tanto, en contraposición a estas recien-tes tendencias, que hoy parecen dominar las políticasarquitectónicas de las ciudades italianas, puede ser útilreconsiderar algunas de las obras que en mi opinión re-presentan, en cambio, la tradición auténtica con la cualla capacidad de la arquitectura italiana se relaciona con laciudad histórica, relación en la cual el sentimiento dela tradición clásica, incluso en intervenciones en ocasiónde transformaciones radical de la ciudad, ha sido, por de-cirlo de algún modo, un factor que garantiza una rela-ción positiva entre lo antiguo y lo nuevo.

En realidad, durante la década de los treinta delsiglo pasado, la incidencia de este legado clásico no semanifestaba sólo en la arquitectura, sino también —y talvez en mayor medida— en la pintura, que tuvo con laarquitectura una relación muy importante de recíprocainfluencia. Existe un crítico de gran agudeza, EdoardoPersico (1900-1936), que en 1935 en las páginasCasabella, la principal revista italiana de arquitecturamoderna, sostenía que del mismo modo en que la ar-quitectura corbuseriana se alimentó del cubismo deBraque y de Picasso, la arquitectura de Gropius se ali-mentó del neoplasticismo de De Stijl, así la arquitecturamoderna italiana habría podido encontrar su originalidad

alimentándose del gusto de la pintura metafísica. Enlas muchas plazas de Italia de Giorgio de Chirico, uni-versalmente conocidas, pero también en obras de auto-res que no tienen una dirección metafísica, sino másbien una influencia expresionista o novecentista, comoMario Sinori en Milán o Scipione en Roma, el tema delpaisaje urbano —ya sea el de la plaza suspendida en unamítica fijeza del tiempo o los expulsados paisajes dela periferia industrial de Milán, o los lugares trasfigu-rados de la tradición urbana y monumental de Roma—,el sentimiento de la ciudad y de la historia se impo-ne como elemento dominante, vivo y palpable que emi-grará, precisamente, como disposición y sensibilidadcultural, incluso en la arquitectura.

Al tener que ser necesariamente sintético, con-sidero que existen dos obras que, más que otras, ex-presan en forma paradigmática, casi intencionalmentesimbólica, esta esencia clásica de la arquitectura mo-derna italiana.

La primera es el Salón de Honor, realizado pre-cisamente por Edoardo Persico, el crítico y arquitectoque mencioné hace un momento, en el Palacio de Artede Milán, en ocasión de la VI Trienal de 1936. Es unapequeña sala blanca de intenso lirismo, que tiene elsemblante de un templo con una columnata clásica,exaltada por el grupo escultórico en yeso blanco (doscaballos y una figura de mujer) de Lucio Fontana, colo-cado en perspectiva en el fondo. El bosquejo prepara-torio tiene la misma intensidad de la realización. Sinembargo, Persico no alcanzó a verlo, ya que murió unpoco antes, a los 37 años de edad, en enero de 1936,en circunstancias controversiales (profundamente cató-lico, fue uno de los poquísimos arquitectos modernosrigurosamente antifascista). Pero en este Salón de sus-pendido y rarefacto purismo, él deja una obra maestraque es contemporáneamente testimonio moral, im-pregnado de espiritualismo casi religioso.

La segunda obra es el Danteum, un proyecto norealizado, elaborado por Giuseppe Terragni (1904-1943)y Pietro Lingeri, con la participación del pintor MarioSironi, en 1938 y destinado a Roma, en el área de losForos Imperiales, frente a la Basílica de Massenzio. El

Danteum es una alegoría del poema dantesco, la alego-ría de una alegoría, desarrollado a través de un recorridoascendente que desde el ingreso, a través de la “selvaoscura” y las salas del infierno y del purgatorio, llega a ladel paraíso y culmina con la sala del imperio, en un ho-menaje al régimen fascista. Una obra de tono casi expre-sionista, en la cual la referencia a lo clásico se tiñe dearcaísmo, asumiendo también en este caso, tal vez sólocomo presentimiento, el valor de testimonio (es uno delos últimos proyectos importantes de Terragni, quienpoco tiempo después partiría a la guerra, hacia el fren-te ruso, del cual regresaría exhausto tanto física comoespiritualmente en enero de 1943, para morir a los 39años en julio del mismo año).

Son dos obras de intensísimo valor simbólico,en las cuales lo clásico y lo moderno parecen compe-netrarse hasta la simbiosis. Más allá de la dimensiónfuncional o constructiva, lo que cuenta es la capacidadde evocación ideal, de testimonio de una tensión moralimpregnada de espíritu clásico, que es una característi-ca entre las más importantes y distintivas de la arqui-tectura moderna italiana en el panorama europeo.

Ahora, demos un salto y consideremos la posguerra y los años cincuentaEn Italia, la guerra fue un trauma que atacó directa-mente también a la arquitectura y a sus protagonistas.Como se sabe, porque ellos mismos lo admitieron, todoslos maestros del racionalismo italiano, con rarísimas ex-cepciones, se adhirieron de buena fe y con convicciónal fascismo, del cual se separaron hasta finales de ladécada de los treinta, después de la promulgación delas leyes raciales en 1938 y de la entrada en la guerraa lado de la Alemania nazi. Por otra parte, el régimennunca había obstaculizado la arquitectura moderna eincluso en una fase inicial la había apoyado, además,durante los años treinta, la había cuando menos tole-rado en coexistencia con las tendencias más tradicio-nalistas o académicas.

Pero, en los primeros años posteriores a la guerrala desilusión por el régimen y el trauma de la guerra pro-dujeron, en los sobrevivientes, una exigencia de rescate

moral, una especie de instancia de expansión catárticaque llevó a la arquitectura italiana, precisamente enmanos de sus más importantes maestros, a una profun-da revisión de los postulados universitarios del raciona-lismo centroeuropeo. Revisión que se realizó con baseen dos componentes constitutivos de la experiencia dela arquitectura italiana de la posguerra: por una parte, larelación entre arquitectura y ciudad, y por otra la rela-ción con la historia y la tradición.

En esta obra de renovación, sobresalen dosmaestros reconocidos, Ernesto N. Rogers (1909-1969)y Giuseppe Samonà (1898-1983): dos “grandes viejos”de la arquitectura italiana de la posguerra, quienes fue-ron considerados como la conciencia crítica y guía delos intelectuales en las páginas de Casabella Continuità(Rogers) y la dirección del Instituto Universitario deArquitectura de Venecia (Samonà).

Ernesto N. Rogers, nacido en 1990, enseñaba enMilán, pero desempeñó un papel fundamental en laorientación y formación cultural a través de la revistaCasabella Continuità, de la que fue director de 1953a 1965. En cambio Samonà, nacido en 1898, dirigió elInstituto Universitario de Arquitectura de Venecia (IUAV)de 1944 a 1968, al cual invitó a enseñar a los mejores ar-quitectos modernos italianos, a quienes los ambientesacadémicos tradicionalistas todavía dominantes man-tenían fuera de los ámbitos universitarios.

Rogers y Samonà sostenían dos posiciones com-plementarias y decisivas para el desarrollo de la arqui-tectura moderna italiana de la posguerra. Rogers planteóel tema de la responsabilidad hacia la tradición y comoparte de este tema, más operativo, la construcción enlas preexistencias ambientales (que en Italia significasobre todo el ambiente de las ciudades históricas, ade-más del paisaje natural); sostuvo que el problema noera tanto el de no hacer, sino el cómo poder hacer. Alque se agregaba un corolario igualmente importan-te: que no era posible definir a priori las formas deintervenir en los contextos históricos, con normas y pa-rámetros considerados “objetivos” y “omniválidos”, fi-jados de una vez por todas y válidos en cualquier lugar,aunque, como toda intervención, ésta exige ser evaluada

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pág. 94 | Fig. 1 G. De Chirico, Piazza italiana, 1922Fig. 2 E. Persico, Salone d’Onore al Palazzo dell’Arte, VITriennale, Milano, 1936

Fig. 3 G. Terragni, P. Lingeri, Progetto per il Danteum,Roma, 1938-40Fig. 4 M. Sironi, Paesaggio urbano con camion, 1920Fig. 5 BBPR, Museo del Castello, Milano, 1954Fig. 6 F. Albini, Museo del Tesoro di San Lorenzo,Genova, 19523 4 5 6

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o incluso instalaciones para exposiciones temporales, querevisten gran valor demostrativo. Porque durante la dé-cada de los cincuenta, cuando Italia apenas había salidode la guerra y se encontraba en condiciones económicasdifíciles, con frecuencia el tema del museo y de la insta-lación temporal ofrecía a los maestros de la arquitecturaitaliana la oportunidad de trabajar “por metáfora”, casicomo si la instalación museográfica representara in vitrouna metáfora de la ciudad, una especie de prueba deautor de cómo ellos mismos habrían intervenido en elcuerpo de la ciudad real, cuando existieran la condi-ciones. Obras como el Museo de Palazzo Bianco (1951)y el Museo del Tesoro de San Lorenzo (1952) en Génova,de Franco Albini (1905-1977), el Museo del CastelloSforzesco en Milán (1954), de los BBPR (Belgioioso,Peressutti, Rogers), el Museo de Castelvecchio en Verona,1959, de Carlo Scarpa (1906-1978) o, finalmente, la ins-talación extraordinaria para la Exposición de la silla

italiana durante los siglos en el Palacio del Arte para laIX Trienal de Milán (1951), de Ignazio Gardella (1905-1998), son todas obras en las cuales el sentimiento y lacultura de la ciudad son evidentes y perceptibles. Es sufi-ciente pensar en cómo los BBPR integran en un ala delCastello Sforzesco una puerta de la Milán medieval,donde los restos arqueológicos están instalados de talforma que acentúen la separación del contenedor, a suvez un monumento histórico de la ciudad; como si contal instalación también quisieran sugerir, metafórica-mente, una modalidad de relacionar lo nuevo con loantiguo. Y, tal vez con mayor razón, se pueden hacerconsideraciones análogas con respecto al arcaísmohipogeo del Tesoro de San Lorenzo de Albini o a la Expo-sición de la silla italiana durante los siglos, de Gardella,donde la articulación del recorrido ascendente, presididopor las sillas como si fueran personajes históricos, remiteclaramente a un valor urbano.

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“caso por caso”, según las diferentes especificidadescontextuales. Este criterio de “caso por caso”, Rogerslo entendía también como un criterio de responsabilidadde la arquitectura, moral e intelectual, cuyo actuar nopuede ser confiado ni mucho menos garantizado, a nor-mas o vínculos de orden burocrático.

Por otra parte Giuseppe Samonà, en su direccióndel IUAV y durante toda su enseñanza, luchó por la uni-dad disciplinaria entre arquitectura y urbanística, comorecita el título de un libro de 1975 que reúne muchosde sus escritos y según una convicción que había ins-pirado una de sus obras precedentes muy importante:L’urbanistica e l’avenire della città, publicada en 1959(la fecha es importante, porque da testimonio de lainfluencia conjunta ejercida por Rogers y Samonà enlos años cincuenta). La tesis fundamental de la obraes que la arquitectura más que como objeto en sí,como obra tecnológica o de diseño, tiene un valor

en cuanto que logra relacionarse con la ciudad, con-vertirse en elemento de construcción de la ciudad. Unaobra de arquitectura, según Samonà, es prioritaria-mente un hecho urbano y adquiere valor a partir desu capacidad para responder a problemas urbanos yde asentamientos, en términos funcionales, tipológi-cos, expresivos.

Pues bien, ambas enseñanzas, la relativa a la res-ponsabilidad hacia la tradición y al problema de laconstrucción en las preexistencias ambientales, segúnun criterio de “caso por caso”, y la unidad arquitectura-urbanística, esto es, el valor urbano de la arquitectu-ra, fueron decisivos en la cultura de la posguerra y aúnhoy constituyen un punto de referencia operante.

En apoyo de estas consideraciones mostraré,como mera referencia, algunos ejemplos de obras cuyodestino es el museo, pequeñas intervenciones que tie-nen que ver con disposiciones e instalaciones de museos

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pág. 98 | Fig. 7 G. Samonà, E. Trincanato, Edificio per la Sede Inail,Venezia, 1950-1956

pág. 99 | Fig. 8 BBPR, Torre per negozi, uffici e abitazioni in PiazzaVelasca, Milano, 1950-1957

Fig. 9 G. Canella, P. Bonaretti, Istituto Tecnico G.B. Bodoninel Giardino Ducale, Parma, 1985-2001Fig. 10 Gardella, Casa di abitazione alle Zattere, Venezia,1954-1958

Fig. 11 M. Ridolfi, W. Frankl, Progetto per il Palazzo degliUffici Comunali, Terni, 1990-1996Fig. 12 A. Rossi, Cimitero di San Cataldo, Modena, 1971-1978

pág. 102 | Fig. 13 L. Semerani, G. Tamaro, Ospedale dei SS. Giovannie Paolo, Venezia, 1978-1996

pág. 103 | Fig. 14 C. Aymonino, Complesso residenziale Monte Amia-ta al Quartiere Gallaratese, Milano, 1967-1972

En estas intervenciones, la relación con las pre-existencias ambientales se desarrolla como por ensimis-mamiento o por empatía, en la cual la “petición deciudad” remite a una relación con la historia y la tradi-ción, que no reconduce cualquier norma abstracta.

Cabe mencionar que en los años cincuenta y se-senta la literatura y sobre todo el cine del realismo y delneorrealismo, así como la pintura durante la década delos treinta, hicieron una contribución importante a laarquitectura. Autores como Rossellini, Pasolini, Visconti,De Sica y otros supieron plasmar en su filmografía unainstancia de la realidad que en el clima de la posguerraera ampliamente sentida en la sociedad italiana y que setraducía sobre todo en la urgencia por representar lascondiciones de la vida urbana de las clases populares, o,inclusive, en Pasolini, del subproletariado, en esa especiede “epopeya de la periferia” que fue el escenario de susprimeras e inolvidables películas.

Instancia de realidad que fue también acompa-ñada paralelamente por una obra de renovación expre-siva y lingüística, según una línea de nueva “iniciaciónfigurativa” que se involucró también con la arquitectura,comprometida a reaccionar ante las degeneracionesdel international style.

Desde este punto de vista se deben recordaralgunas obras maestras de la arquitectura italiana queresultan interesantes, además de por su valor intrínseco,precisamente por el desarrollo proyectual que ha marca-do su realización. Por ejemplo, entre 1951 y 1957, losBBPR realizaron en el centro de Milán la Torre Velasca, unedificio alto con varias funciones (negocios, oficinas, resi-dencial) que no es un rascacielos terciario de tipo inter-national style, susceptible de surgir en cualquier ciudaddel mundo capitalista, sino que tiene los rasgos de unatorre fortificada que habría podido alzarse sólo en Milány de la cual desea retomar las características (más idea-les que reales, en verdad) del taller de la arquitectu-ra del siglo XV, de la Milán filaretiana (la Torre Velasca seencuentra en directa proximidad al Hospital Mayor deMilán, proyecto de Filarete de mediados del siglo XV yactualmente sede de la Universidad Estatal y de la Basílicapaleocristiana-románica de San Nazaro). Pero lo que me

interesa subrayar es cómo el proyecto inicia con una solu-ción en vidrio y acero, de estereometría purista de cortea la Mies van der Rohe, que después sufrió progresiva-mente una serie de variaciones, ensombrecimientos, ree-laboraciones hasta llegar a asumir el carácter torreadoy mural del edificio realizado. La Velasca es símbolo ymonumento de la arquitectura italiana de la posguerra,y dirá Rogers que ésta “ha deseado resumir culturalmen-te, y sin recalcar el lenguaje de ninguno de sus edificios,la atmósfera de la ciudad de Milán, la inefable y sinembargo perceptible característica”.

Unas diligencias proyectuales análogas carac-terizan la Casa habitación en las Zattere, realizada porGardella en Venecia sobre el Canal de la Judería, entre1954 y 1957: también en este caso el proyecto partecon una solución racionalista y, poco a poco, llega ala realización más atenta a los valores ambientales, a laluz, a los colores, a las formas de la ciudad de Venecia,según una “interpretación ruskiniana” de Venecia, comodirá Samonà.

Son numerosas las obras que podrían recordar-se como apoyo de esta línea de revisión formal, peroaquí es suficiente citarlas, sin ningún comentario: eledificio para la sede Inail en Venecia, 1950-1956, deGiuseppe Samonà y Egle Tricanato; la sede del Partidode la Democracia Cristiana en el EUR, en Roma, 1955-1958, de Saverio Muratori (1910-1973); la sede de laCaja de Ahorro de Florencia, 1953-1957, de GiovanniMichelucci (1891-1990); el llamado Taller de Erasmo,una librería anticuaria en Turín, 1953-1956, de RobertoGabetti (1925-2000) y Aimaro Isola (1928), un edifi-cio importante en cuanto a que es la ópera prima dedos jóvenes destinados a convertirse a su vez en maes-tros, junto con otros coetáneos sobre los cuales sehablará más adelante; el proyecto para el Palacio delas Oficinas Municipales, en Terni, 1964-1967, la últi-ma obra importante de Mario Ridolfi (1904-1984) yWolfgang Frankl (1907-1994). Todas obras que, aunen la diversidad de las respectivas poéticas, están uni-das por la misma búsqueda de una profunda regene-ración figurativa y expresiva, que, a través del regresoa la ciudad y a la reapropiación de la historia y de la

tradición, permitiera superar la herencia del movimien-to moderno y, sobre todo, la homologación del inter-national style, en el cual parecía haberse vulgarizadodurante la posguerra, la “jactancia del formalismomodernista”, como dirá Rogers.

Ahora concluiré. Entre la década de los sesentay la de los setenta en Italia, como en muchas partes delmundo, se asiste a una transformación profunda de lasociedad, un proceso general de renovación que al sermovilizado desde las fábricas y desde las escuelas hatocado progresivamente a todas las instituciones eco-nómicas, culturales, civiles.

La arquitectura italiana ha participado activa-mente en este proceso y a través de una nueva gene-ración de protagonistas, nacidos grosso modo entre1925-1926 y 1930-1933, y alumnos de los maestrosque hemos visto anteriormente, en particular de Rogersy de Samonà, ha sentido la necesidad de dejar atrás unaidea de arquitectura como algo tal vez muy preciosopero circunscrito a intervenciones puntuales, puntifor-mes, para regresar, en cambio, a cargar la arquitecturade una personalidad de transformación conjunta de laciudad y de la sociedad.

Esquemáticamente y a posteriori, creo que sepuede decir que tal cambio se ha desarrollado segúndos líneas muy diferentes y casi opuestas entre ellas.Por una parte, una línea que está representada por losadministradores y los arquitectos que trabajan para laciudad de Bolonia, una ciudad con gobierno comunis-ta muy iluminado y generalmente apreciado tambiénpor quien no participaba en la misma coalición. Aquíla tarea reformadora de la arquitectura se concentróen el problema de la conservación del Centro Histórico,a través de un plan general de restauración y de sanea-miento de las secciones urbanas más degradadas, quetuvo el gran mérito de afrontar el tema del manteni-miento de la población obrera y popular en el centro,combatiendo la especulación inmobiliaria que desea-ba su expulsión, pero proponiendo también inter-venciones más discutibles desde el punto de vistadisciplinario, en cuanto estaban fundadas en la idea delrestablecimiento tipológico y estilístico que, en muchos

casos, rayaba casi en el falso histórico. Una línea que,sustancialmente, sería un error liquidar en forma mo-ralista, porque elaboró instrumentos claramente efi-caces sobre el plano técnico y administrativo de lapolítica urbana, pero que sobre el plano disciplinariotal vez estaba más retrasada de lo que estaba sobre elplano político-administrativo.

Por otra parte, se desarrolló otra línea, pro-pugnada por los maestros Rogers y Samonà, y sobretodo por sus alumnos (los que nacieron entre 1925 y1931 que mencioné, y de los que veremos algunasobras), cuya principal característica era asumir laarquitectura como fenómeno urbano y en cuyo inte-rior residía la cuestión tipológica y su relación con laforma de la ciudad se convertía en el punto central yde mayor originalidad, según la cual habría debidorenovarse la arquitectura italiana. Por lo tanto, erauna línea que, previendo el compromiso genérica-mente político y progresista, colocaba en el centro desu investigación específicamente disciplinaria, llaman-do a la arquitectura a responder con sus instrumentos(funcionales, tipológicos, expresivos) a las preguntasplanteadas por una sociedad en transformación, alas expectativas postuladas por la emergencia denuevos temas y nuevos comportamientos. En mi opi-nión, en este ámbito de investigación, reside el rasgomás original y calificado de la arquitectura italiana enlas últimas décadas y sus protagonistas son nuestrosmaestros de hoy.

Aquí veremos algunas imágenes, seleccionadascasi por “tipo”, de algunas obras de estos maestros dehoy (que citaré en orden alfabético inverso, para poderconcluir con la “A”, en homenaje al profesor Aymoninoque está aquí presente): Luciano Semerani (1933),Gianugo Polosello (1930-2007), Aldo Rossi (1939-1997),Roberto Gabetti (1925-2000), Aimaro Isola (1928),Guido Canella (1931) y Carlo Aymonino (1926). Sonarquitectos (junto con algunos otros, sobre los cualesno podré hablar por cuestiones de tiempo) sustancial-mente coetáneos, caracterizados por una fuerte cohe-sión generacional y también por una igualmentemarcada caracterización individual. Al provenir de una

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ser observada en su conjunto como una experiencia uni-taria y muy original en el panorama internacional, yhaya dado, también en el cambio de las sucesivas esta-ciones culturales, fascinantes contribuciones aún hoycargadas de indicaciones relacionadas con el tema de la

“Revitalización de los centros históricos” y, en particu-lar, en lo que se refiere al tema de “La arquitectura dehoy, entre la ciudad histórica y la actual”.

Traducción: Cristina López Villafranco

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cepa común de experiencias y de intereses en la épocade su formación en la escuela de Rogers y Samonà,sucesivamente desarrollaron líneas de investigación yde construcción poéticas personales y diversificadas,sin que nunca haya disminuido un terreno unitario y derelevante confrontabilidad, una orientación artística eintelectual común, y asimismo, creo que puedo decir-lo, un tejido constante de relaciones de amistad y deestima personal.

Al ver las imágenes de sus trabajos, aunque aquíno sea posible comentarlas una por una, resultan eviden-tes algunas características: la vocación urbana de suarquitectura, la voluntad de cada oportunidad proyec-tual, independientemente del destino funcional (ya seapara residencia, instrucción, hospital, centro civil, etc.), desiempre construir edificaciones que se conviertan enparte de la ciudad, con la complejidad tipológica y mor-fológica propia de una pieza de ciudad; además de la

capacidad, en los aspectos más específicamente formalesy expresivos (y transcribiendo en lenguaje contemporá-neo la tradición figurativa y contextual de la arquitecturadel pasado, incluso la clásica o hasta “arqueológica”) decargar sus arquitecturas con un particular valor simbólicoy representativo, haciendo de ellas en cada ocasión, ycada uno con su propia y muy particular línea expresiva,un hecho de identidad colectiva, monumentos civiles.

Para concluir, espero que las consideracionesque he intentado desarrollar en esta intervención hayanresultado pertinentes al tema que se ha abordado eneste foro. Efectivamente, estoy convencido de que laarquitectura moderna italiana —la desarrollada entre lasdos guerras mundiales, la que va de la posguerra hastala década de los sesenta y aquella referente a las déca-das más recientes con el papel decisivo de nuestrosmaestros actuales, en actual desarrollo y a través de laaportación diferenciada de cada protagonista— puede

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La convocatoria de este encuentro resulta oportuna parareflexionar sobre los temas de intervención contemporá-nea y recapitular sobre la ciudad actual.

Recordemos la frase: “A cada época su arte yal arte su libertad”. Considero que es fundamental reno-var, pero también creo que es importante respetar elpasado, de hecho, las obras del presente y las del futu-ro, con el transcurso del tiempo, se volverán pasado.

El centro histórico de nuestra ciudad ha vividonumerosas modificaciones, como muchos otros centroshistóricos en el mundo que han sufrido transformacio-nes por diversas razones: obras viales, deterioros, si-niestros, conflictos civiles o militares. Así, el nuestro hasufrido como consecuencia de una serie de oquedades.

Deseo centrarme en los casos de tres espaciosde la Ciudad de México, a los cuales me referiré como“caries” u “oquedades”. La primera “caries”, a la queharé referencia es la correspondiente a la Plaza Tlax-coaque, que se localiza en las calles 20 de Noviembrey Fray Servando, y de la que hubo un concurso Inter-nacional convocado por el gobierno de la Ciudad deMéxico, el cual ganó un equipo conformado por los ita-lianos Antonio Espósito y Elena Bruschi.

La segunda “caries” será la Plaza de la Repú-blica, en la que se asienta el Monumento a la Revo-lución. Con el tiempo, la plaza fue ocupada por elcorporativismo de la vieja estructura del aparato polí-tico que gobernó México y, con el desmoronamientodel mismo, la plaza se vino abajo, en la actualidad esun área subutilizada.

El tercer caso es la Plaza Garibaldi, un lugar decarácter simbólico y de gran atractivo turístico, por ser

Alternativas para tres caries urbanas en la Ciudad deMéxico Arq. Felipe Leal

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vestido; es una plaza que por su emplazamiento estáconectada hacia la calzada de Tlalpan (una de las prin-cipales avenidas de la ciudad, de vía rápida), que desem-boca en la calle 20 de Noviembre y tiene como rematea las torres de la Catedral.

Otra forma de acceder a la plaza Tlaxcoaque espor la diagonal 20 de Noviembre, que se encuentraprácticamente cerrada por la obstrucción de automó-viles. De modo que es casi imposible un acceso cómodopara los transeúntes, lo cual es producto de una polí-tica que no pensó en la ciudad como un conjunto, sinoque se centró únicamente en resolver el paso de vehícu-los, dejando aislada la plaza.

Más adelante, en un periodo no muy grato parala historia de la ciudad, sirvió de asiento a la policía capi-talina, convirtiéndose en un espacio donde se cometie-ron una serie de abusos contra la ciudadanía. Al sersede de la policía generó una distancia en la concien-cia de los ciudadanos.

Por su emplazamiento y sus edificios perimetra-les, resulta una plaza compleja, que se convirtió conel tiempo en una oquedad, en una de sus “caries”. Noobstante, tiene un área verde que es bastante rescata-ble. Hay que decir, también, que la plaza y la iglesia cadadía tienen menos actividades, las misas se han reducidoy, ahora, se oficia sólo tres días por semana. Por toda estasituación de vulnerabilidad en que se halla este sitio esque la propuesta de Antonio Espósito y Elena Bruschiresultó tan oportuna. Tuve la fortuna de formar partedel jurado del Concurso Internacional al que convocó

el gobierno de la Ciudad de México, del cual resultaronganadores estos arquitectos que, además, hoy se en-cuentran aquí presentes.

Se decidió seleccionar su trabajo partiendo delanálisis de que las plazas del Centro Histórico son espa-cios duros, dicho de otro modo, son lugares donde domi-na el pavimento, las construcciones y la vegetación. Supropuesta resultó creativa, porque ponderaba la necesi-dad de instalar jardines, pero no sólo abordaba el temaambiental, sino también incluía el tema cultural. Algomuy atractivo de este trabajo fue que planeó un progra-ma en el que hacia el 2010 el espectador podrá teneruna visión distinta del lugar; en lugar de observar edifi-cios desordenados, disfrutará de una área verde, par-que con actividades culturales y recreativas, como las quese celebran en el Zócalo, que repercutirán en la reacti-vación del corredor 20 de Noviembre.

Aquí se muestran algunas de las vistas del inte-rior, donde la vegetación, tiene un carácter envolvente.

Presentaré a ustedes, de forma detallada, loselementos que caracterizan a la Plaza de la República.Este lugar sostiene un monumento que es fruto de unedificio que quedó inconcluso; el arquitecto CarlosObregón Santacilia lo diseñó como un homenaje a laRevolución mexicana, con un lenguaje constructivo quefuera una clara alegoría de la misma; por ello resultóuna edificación elevada por una serie de cimientos ex-traordinariamente robustos que hasta hoy la mantienenen perfecta estabilidad; empero, el monumento ocupólo que iba a ser el vestíbulo de pasos perdidos de un

el antiguo asiento de la música ranchera, representadapor los mariachis, el popular tequila y la vida nocturna,pero que hoy se encuentra en franco deterioro.

Las tres “caries” se encuentran en la parte cen-tral de la Ciudad de México, aunque geográficamenteno están en el núcleo del centro de la ciudad, sí perte-necen todavía a su demarcación, donde se identifica unsistema de plazas ligado a la Plaza Mayor, llamada tam-bién Zócalo o Plaza de la Constitución, que es el asientode los poderes políticos, religiosos y comerciales, conuna enorme carga simbólica.

Todas las plazas del centro histórico, a partir dela Plaza Mayor, aparecen en los cuatro puntos cardina-les como adiciones de ésta. Así como “Roma es laciudad de las adiciones”, mencionaba el embajadorde Italia, de origen romano, el Centro Histórico de laCiudad de México también es un cúmulo de adicionesarquitectónicas.

Desde los años cuarenta hasta los años setentadel siglo XX, la ciudad sufrió muchas adiciones, construc-ciones públicas de menor altura que fueron creciendo yse convirtieron en sumas arquitectónicas de una morfo-logía no del todo moderna. En las dos últimas décadasdel siglo pasado, se vieron situaciones dramáticas: laaparición de desastres naturales, como los sismos de1985 y la privación de muchos espacios públicos con elfenómeno de la economía informal.

El Centro Histórico de la Ciudad de México, en suslugares públicos, e incluso en algunos de sus edificios, hasufrido la irrupción del comercio informal; y a pesar de

que el año pasado su primer perímetro fue liberado dedicho problema, hoy queda la interrogante de qué hacercon muchos de estos inmuebles, pues no existe mer-cado inmobiliario que los oferte. Hace falta revitalizar lasconstrucciones que están ahí, muchas de las cuales ade-más fueron afectadas no sólo por el comercio ambulan-te, sino también, por el abandono y el mal uso.

La falta de una política pública que ejecutara demodo adecuado la normatividad provocó otro tipode servicios: estacionamientos improvisados y lavado deautos, es decir, generó un uso indebido de suelo que haido interfiriendo en el ordenamiento de la ciudad.

Aquí se muestra una imagen aérea de la Ciudadde México. En la parte central podemos observar laPlaza Mayor, así como los tres espacios “cariados” cita-dos; la Plaza Tlaxcoaque, ubicada exactamente en eleje 20 de noviembre, que se orienta al Sur de la ciu-dad; la Plaza Garibaldi, que se encuentra en el costa-do Norponiente; y la Plaza de la República, ubicadaen el costado Poniente del Zócalo. En estos tres cos-tados encontramos, en realidad, posibilidades de res-cate desde una visión contemporánea.

El primer punto que presento a ustedes es laPlaza Tlaxcoaque. Como ya señalé, se realizó un con-curso internacional en fecha reciente. Lo que se ve en laimagen es mucho más amable de lo que sucede. A pesarde quedar ahogada por una pequeña capilla de nogran valor arquitectónico, se han construido alrededorde ella algunos edificios y se han desarrollado activida-des comerciales dedicadas sobre todo a la industria del

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109 Construir en lo construido108VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

La Plaza de la República tiene 49,000 metros,mientras que el Zócalo tiene 46,800, es decir, estaplaza es más grande que la Plaza Mayor de la ciudadde México y, aunque tenga una connotación distin-ta de ésta, ambas se encuentran interconectadas.

En el fenómeno de Paseo de la Reforma, es im-portante destacar que se ha convertido en un corredorverde, un parque lineal, con arboledas y andadores, queha permitido que la avenida sea más peatonal. Por otraparte, este reordenamiento ha permitido el cruce entrecolonias. Se ha convertido en un corredor de carácterfinanciero-comercial-turístico-habitacional, que ha acti-vado toda la ciudad y ha generado una mayor cerca-nía con la plaza.

Si nosotros hiciéramos una toma aérea delMonumento a la Revolución, observaremos que tieneun mirador que ya no es utilizado por el público, peroen el que se tienen distintas vistas de la ciudad, por

ejemplo, de toda la Avenida Juárez que desembocaen el Zócalo. En una imagen se ve el Frontón México, unedificio de gran valor arquitectónico, que ahora se en-cuentra abandonado; también vemos edificios de carác-ter comercial y otros de muy mala factura.

En suma, es una plaza que está subutilizada, enla que se ha desaprovechado el valor que encierra.Reactivando el espléndido mirador, su bóveda de cobre,sustituyendo los pavimentos quebrados, rehabilitandolas bancas deterioradas y el propio Museo Nacionalde la Revolución Mexicana, que se encuentra en el sóta-no del monumento, al que se le puede sacar provecho;desarrollando en él una visión más contemporánea yotorgar un sentido novedoso al espacio.

La intención es reforzar el eje entre la Plaza dela República y el Zócalo. Las separa únicamente doskilómetros, una distancia razonable para caminar encualquier ciudad. Para concretar este proyecto habría

importante edificio: el Palacio Legislativo, el cual nuncallegó a construirse.

Es una plaza totalmente rectangular que seconecta con Reforma, la Avenida Juárez, la Alameda yel Zócalo. En ella tenemos la posibilidad de desarrollarun espacio perimetral de carácter civil, con edificacionesnuevas en sus alrededores, como las existentes hoy en elPaseo de la Reforma, las cuales han reactivado a las colo-nias que le son aledañas: la Cuauhtémoc, San Rafael,Roma, Juárez y, por supuesto, la Tabacalera que es lamás cercana.

Muchos de los edificios de factura reciente enla Ciudad de México se desarrollaron en Santa Fe y en elextremo sur de la ciudad, de modo que es necesariovolver la mirada a la región central; en materia construc-tiva, por ejemplo, el Paseo de la Reforma cuenta con im-portantes edificaciones nuevas que oscilan entre losveinte y los treinta niveles.

El gobierno de la Ciudad de México hizo una seriede acciones sobre Paseo de la Reforma: mejoró sus pavi-mentos, implementó áreas verdes, se ocupó de la ilumina-ción. Durante seis años subsecuentes ha permitido nuevasconstrucciones en esta importante avenida; actualmentehay cuatro o cinco de gran altura que se encuentran enconstrucción. Si la crisis económica lo permite, evidente-mente, hay que dar posibilidades para que el Centro cadadía viva más y mejor. También aquí se observa el trazo deReforma que muestra, a través de sus edificaciones, dife-rentes momentos de la historia del país, recordemos queeste corredor tiene sus orígenes en el siglo XIX.

Los últimos años, pues, han presentado políticasde revitalización de diversas áreas del Centro Histórico;los nuevos hoteles frente a la Alameda y la Secretaría deRelaciones son una palpable muestra. Se han activadotambién opciones de vivienda, con el objetivo de revita-lizar esta área central de la ciudad.

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pág. 108 | Fig. 5 Plaza Bicentenario, imágenes de la pradera pétreainterior

pág. 109 y 110 | Figs. 6 y 7Museo del Tequila y el Mezcal

Fig. 8 Plaza Garibaldi, vista aérea

pág. 112 | Fig. 9 Plaza de la República, corte transversal

pág. 113 | Fig. 10 Monumento a la Revolución, vista nocturna

110 111 Construir en lo construidoVII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

pág. 104 | Fig. 1 Vista exterior del Monumento a la RevoluciónFig. 2 Plaza Garibaldi, vista aérea

pág. 106 | Fig. 3 Plaza Bicentenario, vista aérea desde el Norte

pág. 107 | Fig. 4 Plaza Bicentenario, vista aérea desde el Sur haciael Zócalo de la Ciudad de México

Este sitio está contenido por edificios que seencuentran abandonados, a pesar de que se han pin-tado fachadas y se ha pavimentado, las obras de repa-ración se encuentran suspendidas. Hace falta unarenovación integral, en el sentido de activar edificios,de renovarlos y no caer nada más en el “fachadismo”.

Se muestra aquí uno de los pequeños recove-cos que tiene la plaza, donde había algunos teatros derevista o centros de espectáculo que han cerrado porla inseguridad y el decaimiento del lugar. También seobserva el mercado de La Lagunilla con una tradiciónde venta de antigüedades los fines de semana.

Observamos en esta imagen el Museo Nacionalde Arte, la Plaza Tolsá y aquí la plaza Garibaldi; un po-co de lo que se ve de noche, una verbena, con un ambien-te bastante inseguro que ha provocado la disminucióndel turismo. Se requiere de un trabajo profundo: accionesque reorienten a los indigentes, medidas arquitectóni-cas que renueven los predios; desde luego, conservandolas construcciones necesarias, pero, tal vez, incorporan-do a otro tipo de propietarios. Un proyecto urbano inte-gral que considere medidas sociales y económicas.

Se observa en otra imagen el corredor de la calleHonduras, el cual une a Garibaldi con La Lagunilla. Nohay ninguna actividad cultural en el interior, sólo vivien-das. Se necesita trabajar en el saneamiento del entorno,hace falta involucrar en este proceso a los vecinos de lazona. Para ello estamos realizando un análisis de los pre-dios. ¿Cuáles se pueden adquirir?, ¿cuáles resultan sus-ceptibles de transformarse?, ¿cuáles son lo que sirvenpara vivienda?

Crear estrategias que concedan un uso distin-to de la plaza, en mecanismos que permitan no sólo alos habitantes, sino también a los visitantes disfrutarde un ambiente agradable y seguro. Sería recomenda-ble entrar a la plaza caminando, llegar, por ejemplo,por La Lagunilla, por la Plaza Santo Domingo o por laPlaza Tolsá, el tránsito vehicular sólo debería restringirseal Eje Central. Ésta es una idea de conectividad peato-nal mucho más agradable. Es la propuesta de un reco-rrido en el que se podrían ir encontrando tiendas ydiversos servicios antes de llegar a la Plaza Garibaldi,

una manera de estimular que se deje el automóvil y sedisfrute el trayecto a pie.

Actualmente, la plaza cuenta con un pórtico,un kiosco y unas esculturas de los ídolos de la canciónvernácula, mal ubicadas, que, eso sí, sirven de asien-to a los indigentes. Ésta es la entrada por la Plaza dela Concepción y, éste es el callejón de Montero, unacceso muy agradable que se puede reforzar, con edi-ficios de vivienda, juegos infantiles y algunos jardines.

Aquí se encuentra la Lagunilla, el corredor de lacalle Honduras se puede ligar con ella, colocando en éllas esculturas de los ídolos de la canción ranchera, queson importantes para muchísimas personas, sobre todopara los emigrantes que se identifican con estos símbo-los y se toman una foto con ellos: Pedro Infante, JuanGabriel y José Alfredo Jiménez, por mencionar sólo a losmás conocidos. La mayoría de los visitantes acuden albar llamado Tenampa, se toman una foto y se retiran.

Garibaldi podría convertirse en un rincón de tra-dición gastronómica y musical de primer nivel. Para ello,habría que recuperar algunas casonas y volverlas res-taurantes o comercios, así como conservar el Tenampay las tradiciones del mariachi. Es preciso crear serviciosde primera calidad, tal es el caso de una escuela delmariachi. Sobre todo porque la mayoría aprende esteoficio de modo empírico. Dicha escuela podría instalar-se en el lugar que actualmente ocupa una casa de indi-gentes de la junta de asistencia privada, la cual podríareubicarse en otra zona.

Otra medida para convertir atractiva esta plaza,sería la instalación de un Museo del Tequila y del Mezcal—donde actualmente se encuentra un pórtico—, con-taría con una fachada vegetal de agaves que respetelos paños y las alturas. Recordemos que el paisaje aga-vero de Jalisco está catalogado por la UNESCO comoPatrimonio Cultural de la Humanidad y que en SanSebastián, España, existe un Museo del Whisky.

Podrían diseñarse algunas fuentes secas queden frescura y ordenen el espacio. Mientras que elmuro del mercado San Camilito, que ahora sirve de pi-zarrón para el graffiti, podría tornarse vegetado, con-firiendo un nuevo atractivo al lugar, que tendría que

que resolver los cruceros peligrosos, de modo quepara el peatón sea posible cruzar con seguridad estavía interconectada.

Hoy el área de la Plaza de la República es unvacío urbano, una “caries”, con posibilidades extraor-dinarias de desarrollo. La idea no es sólo rescatar elmonumento, con su mirador y su museo, sino tam-bién ofrecer al público un estacionamiento subterrá-neo que sirva para filtrar los autos que comúnmentellegarían al Centro, un estacionamiento de seis nivelesen la parte inferior; aquellos conductores que vie-nen del Norte o del Poniente les resultará más prácti-co estacionar su auto aquí y no introducirse a lascalles del Centro.

Sería muy recomendable incorporar un siste-ma de autobús circular, como el que existe en la CiudadUniversitaria, conocido como Pumabús. En este casopodría identificarse como Centrobús, que cruzara laAlameda, entrara por la calle Madero y llegara al Zócalo,convirtiéndose en una opción de transporte para las per-sonas que dejen su auto en este estacionamiento hipo-tético. Tales medidas permitirían gozar más de la ciudady caminar mucho más en ella. El planteamiento es acti-var la plaza rescatando un monumento.

De hecho, ya existe otro proyecto de transportepúblico, por parte del gobierno de la Ciudad de México,que se centra en una ruta que seguirá un tranvía; sinembargo, todavía está en licitación, pero la propuestadel recorrido es unir diversos puntos con la estación deBuenavista, donde llega el ferrocarril Suburbano y, conél, la gran cantidad de personas.

El recorrido del tranvía iría de la Plaza de laRepública, tomaría Avenida Juárez, dariá vuelta enla calle López, luego por 16 de Septiembre, tocandotangencialmente el Zócalo y Pino Suárez, despuésdaría vuelta antes de llegar a Arcos de Belén, toca-ría el convento de la Merced y llegaría hasta donde seencuentra el mercado Abelardo Rodríguez, en la parteOriente del Centro Histórico, con el fin de impulsar lazona en la que se han retirado los ambulantes, peroen la que todavía es muy importante generar nuevasactividades: centros culturales y diversos espacios para

estudiantes y jóvenes, para que sea posible disfrutaresta parte extraordinaria de la ciudad. Ya retornandoel tranvía pasaría frente a la Avenida Hidalgo, por elcostado norte de la Alameda y regresará finalmentehacia Buenavista.

Con estas alternativas de transporte público sepuede reducir el uso del automóvil, tan perjudicial paralos centros históricos y estimular, al mismo tiempo, otrotipo de movilidad.

Tengo algunas imágenes de lo que podría serla plaza, el monumento en su totalidad; su mirador re-cuperado, una fuente construida como obra de arte, conagua, luces y sonido. Se muestra el Frontón México quedesde luego se preserva. Es importante activar la parteque se encuentra a nivel calle corredor. ¡Qué la calle seade los peatones! Se trata de ubicar subterráneamente alos autos y dejar en la superficie al transporte público.Se deben de reforzar los elementos simbólicos de laciudad con servicios contemporáneos.

Se observa también un corte en la parte inte-rior del Monumento. Con la posibilidad de retomar laidea que se desarrolló en Turín, Italia, con la MoleAntonelliana, sitio del cine y un elevador en la partecentral. Italia ha demostrado que cuenta con ejem-plos de renovar monumentos históricos con ideascontemporáneas.

En el Monumento a la Revolución se puede di-señar un elevador con cables de acero, casi impercep-tibles, que suba por la parte central y llegue al mirador;un elevador que tenga unos tensores y una cabina casiinocua; mientras que la caja quede escondida en estepunto de la parte superior del monumento, recupe-rando el mirador.

Finalmente, la tercera oquedad o “caries”, conla que cerraré mi intervención, es la Plaza Garibaldi, unlugar desconfigurado, vinculado del Centro Histórico. Elprimer equívoco que encierra este sitio es que se pensósu entrada por el Eje Central, incluso hace algunos añosse construyó un estacionamiento subterráneo que seencuentra, por fortuna, en buen estado. Garibaldi pa-dece problemas sociales muy marcados: en el día sepuede observar a niños conviviendo con indigentes.

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identificarse con una oferta de comida mexicana confia-ble, con una oferta económica menor a las de los res-taurantes que se construyan alrededor. Éstas son lastres “caries” urbanas que presenta el centro de laCiudad de México y que, considero, con las propues-tas expuestas, podrían sanar.

Bibliografía recomendadaCALVINO, Italo, Las ciudades invisibles (Madrid: Siruela,1998).COLQUHOUN, Alan, Arquitectura moderna y cambio his-tórico (Barcelona: Gustavo Gili, 1978).CURTIS, William J. R., Modern Architecture since 1900(Englewood Cliffs, N.J.: Prentice Hall, 1987).FRONT FRANSI, Jaime, “Usos y abusos de los espacios his-tóricos”, Bitácora Arquitectura 17.

KOOLHAAS, Rem, La ciudad genérica (Barcelona: GustavoGili, 2006).LÓPEZ PADILLA, Gustavo, Desarrollo moderno de ciuda-des con valor patrimonial (Ensayo, 2006).NORBERG-SCHULZ, Christian, Principles of ModernArchitecture (Amsterdam: Andreas Papadakis Publisher,2000).PIANO, Renzo, La responsabilidad del arquitecto(Barcelona: Gustavo Gili, 2005).ROSSI, Aldo, La arquitectura de la ciudad (Barcelona:Gustavo Gili, 1971).SUMMERSON, John, The Classical Language ofArchitecture (Boston: MIT Press, 1987).VENTURI, Robert Complexity and Contradiction inArchitecture (Nueva York: Museum of Modern Art,1966).

112VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

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Arquitecturacontemporánea en contextoshistóricos

Centro Histórico de Mérida: dos proyectosArq. Augusto Quijano

Inserciones en el área central de la Ciudad de MéxicoArq. Teodoro González de León

Retos y objetivos en el diseño de proyectos en centros históricos:proyecto de finalización del CentroCultural de EspañaArq. Javier Sánchez

La arquitectura del presente en el espacio históricoArq. Alfonso de Maria y Campos Castelló

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117 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

Cuando terminé de estudiar en la Ciudad de México,regresé a Mérida en el año 1979. Ahí había pocos arqui-tectos y como su desarrollo comenzó entre los años1980, 1981 y 1982 se encargaban muchos proyectos.En esa época yo era muy “chavito”, como se dice: real-mente muy joven y solicitaban un hotel u otra cosa, yahí estaba, empezando a trabajar y empezando a co-meter todos los errores que se hacen siempre al iniciode una profesión.

Posteriormente, la ciudad fue creciendo sin bor-des ni límites, como una gran mesa de billar, verde yplana. En 1998, con la buena fortuna de que obtuvimosel premio, a unos arquitectos y a mí, nos tocó partici-par en un proyecto para el Centro Histórico, se trataba deun edificio que se ubicaría en la plaza principal de Mérida.Mucha gente pensaba que los arquitectos jóvenes noteníamos interés de hacer obras en el Centro Histórico.A mí, particularmente me hubiera gustado mucho haberseguido participando en este tipo de propuestas, perodesgraciadamente, casi siempre, forman parte de pro-gramas que centran principalmente su interés en la ima-gen y la regeneración de los edificios.

En una imagen se muestra la ciudad de Mérida.La vista es de una de las fotos satelitales tomadas en elaño 2007. Como se puede notar, aquí estamos en unode los ejes cardinales del Centro Histórico, un gran table-ro organizado de Norte a Sur y de Oriente a Poniente.Todas las carreteras que van salen de diferentes pobla-dos y generan el esquema radial de la ciudad, a par-tir de ese centro cuadriculado, a manera de granparrilla, podemos notar todos los desarrollos que hay.Hay estacionamientos de casas en las que urbanamente

Centro histórico de Mérida: dosproyectosArq. Augusto Quijano

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119 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

La siguiente foto es de 1974. En ella se ve cómose empezaba a demoler “El Olimpo”. Era una pieza muyfuerte ubicada en esquina, que manejaba la vuelta conun arco que continuaba en el Palacio del Ayuntamiento;el pórtico era el mismo de la calle que le continuaba; alentrar a la plaza este elemento servía para girar y abrir-se a la plaza principal. Y éste fue el análisis que hicimosRoberto, Jorge Carlos y yo.

También mostre una imagen de la plaza, entendi-da como un gran patio de la ciudad, en la que se conec-tan otros patios, que, a su vez, se conectan con el Palacio;patios internos que tenían atrás al Ayuntamiento yuna serie de tensiones con la Catedral y sus torres.Vemos un pasaje que remata con la torre del reloj delAyuntamiento. Nos damos cuenta de las relaciones y lastensiones que estaban fuera del edificio y hacían quese abriera. Pero, por otro lado, también se daban estasintrínsecas relaciones entre los patios, que hubo quetomar en cuenta para poder trabajar el proyecto. Nuestraidea de esquema arquitectónico era intentar atrapar todolo abierto y meterlo en este terreno. Queríamos un espa-cio público, un espacio en espiral que fuera permeable,que permitiera el traspaso y que recibiera, de algunamanera, en sus pórticos a la gente, la cual lo identifica-ría como un espacio de reunión interior.

Fue un trabajo formal, de lo público a lo privado,en el que estuvimos jugando una serie de cosas. Porsupuesto que se suscitaron planteamientos conserva-dores de otros arquitectos que apostaban por cons-truirlo tal como era. Nosotros somos de la opinión de

que “la arquitectura se convierte en un fiel reflejo delmomento en que se construye”, claro que había quetomar en cuenta el “espíritu” de la primera época, sucontexto y su ambiente. Sin embargo, pensamos queera ilógico reconstruir un edificio con crujías de 5 metros,el objetivo era crear en él un centro cultural, con audi-torios (que tendrían entre 12 y 15 metros de ancho) yespacios de exposición para pinturas. El programa noera una restauración ni una reincorporación o un reuso,sino que la convocatoria había sido lanzada para cons-truir un edificio nuevo que pudiera tener las carac-terísticas anteriores, pero con las comodidades querequería su nueva función.

Pensamos que debíamos ir trabajando con el cri-terio de lo público a lo privado, con una estructura espa-cial que permitiera relacionar el Palacio del Ayuntamientocon los elementos interiores, los cuales tendrían quemanifestarse con una actitud totalmente contempo-ránea. ¿De dónde surgía esta idea? La tradición ar-quitectónica hablaba de que el espacio anterior teníauna carga de encierro; se conformaba de una serie decuartos que se iban conectando a través de pasos. Asíque lo que nosotros hicimos fue descomponer o re-componer ese carácter en una modernidad en la quepretendimos crear una planta libre que configurara es-pacios nuevos, pero cuya reinterpretación fue resulta-do de un análisis de esa crujía inicial.

En cuanto a imagen tenía un ritmo y una seriede trazos, los cuales permitían una lectura de la parte ex-terna de los espacios. Fue así que pudimos interpretar

118VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

no hay nada; también se puede ver grandes manchones,todo arbolado, masas en las que los especuladores y losdesarrolladores quieren hacer muchas casas. Hacia elNorte vemos lo desarrollado; hacia el Sur lo subde-sarrollado; el aeropuerto está inserto en la ciudad y esotiene sus ventajas. Por ejemplo, hoy pude dormir un pocomás y llegar en 16 minutos.

En otra imagen se observa el centro de la ciudad,con su plaza. Ahí se ubica la zona en la que nos tocó par-ticipar en el primer proyecto del que les hablé. Comoven, todo tiene una escala baja, uno o dos niveles conpatios (esta foto es de 2008); pueden ver como está elambiente en la ciudad.

Aquí se ve la zona principal: la Catedral, elPalacio de Gobierno, el Palacio del Ayuntamiento y lazona del mercado.

La Catedral de Mérida parece que se trajo deLima, Perú. Pareciera como si el DHL de aquella épocase hubiera equivocado de encargo, pues la Catedralde Lima, a su vez, da la impresión de haber sido lle-vada de Mérida. Mérida se halla entre las primeras ciu-dades que fundaron los españoles, se instaló en 1542sobre las ruinas de una ciudad maya llamada Tho’.

También presento acá el Centro Cultural deMérida, lo diseñé junto con Jorge Carlos Zoreda yRoberto Azcona. El concurso apareció en 1997, traba-jamos en el proyecto en 1998 y la construcción la ter-minamos en 1999.

Una foto de principios del siglo XX muestra laCatedral, la Plaza Principal, el Palacio del Ayuntamiento,

un edificio llamado El Olimpo, la Casa del Alguacil (laedificación más antigua de la plaza), el Palacio deGobierno con su patio, el Ateneo Peninsular (de fina-les del siglo XIX y principios del siglo XX). Podemos dar-nos una idea del juego de patios y sus conexionesinternas. Todo esto nos sirve para entender el contex-to histórico en general. Este edificio armaba perfecta-mente la plaza.

En mi ponencia presente otra foto, que puedeser de 1957 o 1960, en la que podemos identificar elTeatro Peón Contreras, la Plaza de la Iglesia de la TerceraOrden de la Compañía de Jesús, el Palacio de Gobierno,el Palacio del Ayuntamiento, y, otra vez, el edificio ElOlimpo, que contaba con billares y locales de comercio;de hecho, era un edificio de carácter comercial, pero en1974 se demolió para hacer una tienda de telas. El Ayun-tamiento hábilmente compró el inmueble, con el fin deevitar que se llevara a cabo semejante tienda.

De 1974 a 1997 le faltaba un edificio a la plaza,en otras palabras, parecía que la plaza estaba “chimue-la”. Debido a esta situación surge el concurso al que mereferí, cuya iniciativa tenía la finalidad de que se constru-yera una extensión del Ayuntamiento, como un plan cul-tural que sirviera también para eventos protocolarios.

Ahí observamos una esquina vacía, era la plazaen la que se reunían los trovadores. Realmente la lec-tura que importa hacer en este sitio es sobre la rela-ción de las colindancias; conectaba con la plaza delAyuntamiento y con otra plaza, y salía por otra calle.Era un lugar por el que la gente cruzaba.

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una contemporaneidad a base de planos. Generamos unanueva lectura del edificio, sin perder las característicasdel contexto anterior.

Hubo una reinterpretación histórica de la plantaoriginal con un traspatio, nosotros también usaríamosesta planta, pero crearíamos un nuevo patio conecta-do a la diagonal con un pórtico de la Casa del Alguacil,para realmente generar el espacio para el auditorioy para las salas de exposiciones (que estarían en la plan-ta alta), nosotros generamos también la idea de un tras-patio. La idea del pórtico, el patio y el traspatio erantípicos de estas y muchas construcciones en Mérida.

La fachada original por supuesto se reinterpretó,pero se tomó en cuenta el Palacio del Ayuntamiento, yaque se pensaba en el ritmo que se establecía entre ambasedificaciones. Roberto Azcona hacía un juego onomato-péyico, decía: “No es lo mismo hacer un marco con baseen planos que hacer un marco con un ritmo de tac-tac-tac-tac, un poco más duro que el ritmo de la plaza, quees más bien de dum-dum-dum-dum”.

Insertamos en este juego de planos una serie depiezas para lograr el ritmo deseado, pero igual lo rela-cionábamos así: la mayor altura en proporción con laparte superior de este gran espacio abierto para poderrecomponer la fachada en un lenguaje contemporáneo.

No había posibilidades de tener un patio conlos mismos materiales que hay en el Centro Histórico,caracterizados por su condición limpia y blanca, porlo que decidimos apoyarnos en algo que ya habíamoshecho en años anteriores, manejar el prefabricado delconcreto que se hace en la región, con base en purapiedra; no usamos arena, porque ésta al ser salitrosano funciona; entonces utilizamos polvo y piedra fina,en vez de grava, aunque también sale de la piedragravilla. Todos los componentes salen del mismo ele-mento: la piedra de banco; el único componente ex-terno que tenemos es el cemento, que sirve para hacerel aglutinamiento. Pensamos, en este caso, que elconcreto, piedra del siglo XX, según Le Corbusier, ade-más nos podía servir para trabajar la idea del juegode planos, de piezas que podíamos ir logrando cons-truir en un orden.

Éste es el conjunto donde se ven ya las carac-terísticas, las proporciones, las dimensiones; vemos unpatio cuadrado en el que se circula, por decirlo de algu-na manera. Geométricamente, al estar muy desorga-nizada la planta, nos permitió ordenar y conectar lasdiferentes piezas con el Palacio del Ayuntamiento;es decir, resolvimos un problema de geometría con lasdiferentes proporciones que teníamos en la figura delterreno y del programa arquitectónico.

En una imagen se pueden apreciar el pórtico, laentrada por la esquina, en diagonal, por el otro pórticoque viene aquí arriba. Entrábamos como en los pala-cios, en contra de la escalera, atravesando el lugar —lapromenade arquitecturale de Le Corbusier que permitíatraspasar los espacios—, circulándolo y descubriendo loque hay en el traspatio. La gente podía entrar y conec-tarse al siguiente patio y, a su vez, encontrarse contodos los patios públicos de esta manzana.

En la planta alta tenemos salas de exposiciones,la zona de la mediateca, la interneteca y algunos otrossalones que nos habían proporcionado como progra-ma. En el traspatio tenemos un planetario que quedaincluido en un medio nivel, en el que sólo sale la partesuperior, aquí se puede apreciar el corte en el traspatio.Por ahí se entra al planetario y por la parte de arriba seconecta uno a los demás patios.

Los elementos prefabricados eran fáciles de irdeterminando, ésta es la composición de todas las par-tes. Nuestra idea era que el edificio, en su composición,fuera con base en planos. A distancia, parecía que eledificio siempre estuvo ahí; sin embargo, conforme unose acerca, uno se da cuenta de que el edificio es con-temporáneo y no tiene pecho de paloma, ni una seriede tratamientos. Las columnas prefabricadas de todo eltiro completo salen casi como su imitación y las diferen-tes piezas nos dan el lenguaje que queríamos lograr.

En otra imagen se observa la relación que está-bamos buscando, estos angelitos los recompusimoscon esta pieza, el arco lo manejamos a otro nivel, labalaustrada de piedra la resolvimos; el arco, la transi-ción con base de piedra, fue trabajado con otro ritmo,siempre de piedra y el remate mismo. Se puede notar

algo: las características eran prefabricadas, incluso laconstrucción de las banquetas iban a ser de placasprefabricadas con una pequeña “L”, que a final decuentas no pudimos hacer por falta de recursos.

Desde la Casa del Alguacil, se observa que en elcentro de la ciudad no hay ninguna alteración, es den-tro del edificio donde aparece una máquina que dirigelas piezas, pueden apreciar las escalas para los interio-res que estábamos trabajando.

Otra vista es la que tienen los arcos contra elinterior, que genera una línea de luz. Observen todas lasconexiones que hicimos con este material de polvo depiedra blanca. Se puede leer un poco lo que queríamoslograr, vean esta serie de líneas cuyo ritmo es muy ver-tical, como el que existe en el Palacio del Ayuntamiento.

A distancia, parece que el edificio y su entornosiempre han existido, pero cuando alguien se acercapuede leer que realmente es una conjunción de planos;placas de piedra prefabricadas que permitieron el cam-bio de ritmo que se refleja en el edificio de enfrente.Viendo ahora las imágenes, pienso que qué horriblesquedaron los balcones, están pesadísimos. Hoy segu-ramente, diez años después, haría algo diferente. Sinembargo, a pesar de todas las críticas que hoy puedahacer, lo cierto es que el alma del edificio es totalmen-te contemporánea, su estructura, su planteamiento ysu corazón son absolutamente contemporáneos.

La dialéctica entre interior y exterior se da muchoen el diseño de los espacios en Yucatán, es una en la quea veces no sabemos si el interior es asoleado o el exteriores sombreado; la relación con lo de fuera es muy impor-tante, se vuelve fundamental tomar en cuenta la hume-dad y los vientos que provienen del Caribe y cruzan porla península, por ejemplo. En este caso que presento austedes, dicha dialéctica siempre estuvo presente.

Pero, veamos también el ritmo del que habla-ba Roberto Azcona, el dum-dum-dum que viene de acáy entra aquí, aunque no nos gustaran los arcos. Estoque continúa en la calle 62 es lo que remata al edifi-cio, que da la vuelta a la plaza principal.

También nos preocupaba que no pareciera quela piedra está sobrepuesta, nos interesaba que vieran

que estaba atornillada, que era una placa y que teníaun ritmo, incluso, de altura. Queríamos que se notaralo que estábamos haciendo.

En otra imagen se puede apreciar la parte su-perior, el tratamiento por fuera, mucho más elabora-do dentro y la continuidad del pórtico del Palacio delAyuntamiento, en la que esta misma balaustrada, al serde punta, permite tener una transparencia total.

La entrada, para muchos era como la de un esta-dio de futbol, un túnel, un juego de formas que daba unaespecie de cruces, o mejor dicho, de grecas mayas, peroque siempre se remataba con algo. Había un patio atrás,la escalera aparece en la imagen, el pórtico se lee comoun espacio que pertenece, al mismo tiempo, adentro queafuera. No es un patio marcado como tal, sino más bienuna composición “parte de fuera y parte de dentro”.

En los efectos de luz no bajan serpientes mayasde los muros, pero jugar con el Sol es algo que nos gustahacer a los yucatecos; nos gusta producir sombras ydemás. Aquí vemos una llovizna de luz, que propiciatrabajar en otro nivel. Así como aquí, ya cambió el inte-rior, es mucho más liso, mucho menos trabajado: el ba-randal es de cristal, aunque con base en planos, generael efecto contemporáneo del que he venido hablando.Y esto es lo que se ve atrás, el traspatio es totalmentecontemporáneo. La iluminación, integrada al edificio,tiene diferentes tonalidades: es más pesada abajo ymás ligera arriba.

El caso del Mercado Lucas de GálvezEn la imagen se presenta el Mercado Lucas de Gálvezy el de San Benito, querían trazar esto que se ve ahí;el Ayuntamiento había hecho una serie de proyectospara la zona, ya que quería ocupar este terreno, conel fin de regenerar otras plazas que había alrededor.El estado del sitio era éste, un terreno baldío horripi-lante que, casi, sigue estando así.

En la imagen, apenas son las ocho de la maña-na y ya se ven los ventiladores puestos, la cochinita pibil(un platillo típico de Yucatán) o los mariscos, junto ala ropa, o dicho de otro modo, la ropa junto al gas.Todo un desastre…

120 121 Arquitectura contemporánea en contextos históricosVII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

pág. 116 | Figs. 1 y 2 Centro Cultural de Mérida “El Olimpo”

pág. 118 | Fig. 3 Ciudad de Mérida

pág. 119 | Fig. 4 Mercado de San Benito, 2004

Fig. 5-8Mercado de San Benito, 2004

págs. 121-125 | Fig. 7-14 Centro Cultural de Mérida “El Olimpo”65 7 8

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125 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

constructores yucatecos. Para mí es muy importante quela luz se maneje de varias maneras: diáfana, indirecta ydifusamente. Es fundamental jugar con el Sol, recorde-mos que la luz es un material de la arquitectura.

Se puede observar el gran “huacal” que permitela ventilación, para que no se perciban malos olores. Aquí,vemos cómo se va armando todo. Los puestos mismos,siempre sacan a vender cosas, así que pensamos, pues deuna vez se las sacamos. Los pasillos no pueden ser mayo-res de 1.80 metros, porque alguien se puede poner enfrente o en medio. Entonces los pasillos son de 1.80,2.70 y 2.60 metros las calles principales, cuando mucho.

En esta imagen, podemos ver pozos de luz queiluminan desde la parte de abajo.

Actualmente todavía no se abre esta gran plazapara leer el portal de granos de unas arcadas preciosas.El Palacio Federal de Correos quedaría en el centro, entredos parques. En las imágenes se ve como está ahora.Sacaron las jaulas, el que iba dentro se quiso salir. Apesar de que el giro de las salchichonerías estaba origi-nalmente destinado a lugares con techos, los locatarios

se repartieron de modo diferente y pusieron techos paraque no les roben los jamones. Los ductos de gas dispues-tos originalmente en lugares específicos, ahora se venpor donde sea, aquí se ve una llave que llega a no sédonde. Lo mismo pasa con el agua. Son cosas que hizola parte política, que desvirtuó las consideraciones deldiseño original.

¿A qué conclusión podría llegar con lo que heexpuesto? Lo importante es el espacio no las formas,aunque, casi siempre, nos vayamos con la piel, con el“cómo se ve”, no con el “cómo se usa”. Un poco, comoen la vida cotidiana, que dejamos de interrogarnoscómo somos por dentro. Análogamente sucede con loscentros históricos, eludimos pensar en qué está suce-diendo con la actividad que se genera en los interiores.

Podría afectarme que el proyecto que cons-truí, junto con Javier Méndez, no fue respetado porlos locatarios, pero sé que allí está el espacio memo-rable y quien entre se va a llevar algo, pues percibiráal menos los doce metros de altura con una vitalidadllena de luz.

124VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

En otra imagen vemos el mercado anterior, quees un edificio funcionalista, muy interesante, diría yo.

La propuesta urbana era crear un sistema de es-pacios abiertos. Pasar uno que estaba en un sitio a otro.De modo que si el edificio se iba, quedaba este pórticoen el portal de granos (uno de los edificios más antiguosde la ciudad). La visualización del edificio de correos(un edificio de importante valor histórico) quedaría libe-rada de la presencia del edificio funcionalista. Habíaunos “kiosquitos” de los años cincuenta del siglo pasa-do que nadie ha podido quitar, si los eliminamos que-daría un paseo de jardines.

Actualmente se ven las masas, los vacíos y losllenos. Nosotros íbamos a producir una zona de volú-menes y vacíos; de manera que al insertar el edificio,pudiéramos continuar la retícula que se había perdidoy generar un espacio adicional.

Aquí mostramos nuestra idea: un mercado prin-cipal, un contenedor, como un gran “huacal” ventilado.Queríamos que el mercado funcionara de las 5 de lamañana a las 11 de la noche, que un mismo puesto pu-diera tener variación de comidas durante todo el día yno sólo en la mañana.

El mercado se distribuyó; en la planta baja, loca-les para flores, frutas, verduras, mariscos, carnes; en laplanta alta, locales para artesanías. Pero, ¿qué pasó?No quedó así, nosotros diseñamos, concienzudamente,la distribución de los locales; sin embargo, a la hora deocupar el mercado, los líderes comerciantes lo hicieronsin ninguna consideración práctica. Entonces empezó

un problema de ocupación que originó una serie desituaciones diferentes.

Hay una imagen de la línea que conformába-mos en la plaza nueva, que queríamos quedara atrásde la ciudadela. La zona de alimentos se designaba dela siguiente manera: la comida rápida se localizaríaabajo; los caldos y la comida corrida estarían situa-dos arriba. En la noche, con los panuchos, los turistasiban a estar felices dentro.

Miremos un poco la idea de cómo articular laapertura de ese gran espacio, al fondo, se percibe elPalacio Federal de Correos. Lo otro era un espacio abier-to que podía ser interesante. En el interior del mercadoque realizamos, diseñamos unas líneas de luz que mar-caban la circulación a las salidas, que sirvieran como laguía que buscan los marinos en las estrellas. Esto mismoes lo que permitía la apertura al exterior. Todo estabaprefabricado. Columnas completas de 15 metros, de unsolo tiro, del piso al último nivel; las mismas losas yavenían con las trabes hechas; en algunos casos, habíaque armarlas una por una, según el sentido.

Aquí, podemos leer cómo se iban insertando estaespecie de persianas que permitían la entrada de luz, unaidea retomada del edificio funcionalista que vimos.

La obra concluida se muestra también. El mer-cado se quedó, no pudieron derruirlo. En la imagenque vemos la obra concluida, se puede apreciar que lafachada poniente es más cerradita. ¿Cómo puedehaber masa aunque haya transparencia? La relacióncon el exterior y con el manejo de luz es propia de los

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127 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

Banco Nacional de México (Banamex Capuchinas)Ampliación del antiguo edificioCiudad de México, 1986-1989 (Medalla de Oro,Segunda Bienal de Arquitectura Mexicana, 1992)

El edificio se levanta en un terreno de 2500 metroscuadrados. Está situado en la esquina de VenustianoCarranza y Palma, en el Centro Histórico de la Ciudad deMéxico y se integra al antiguo Palacio de los Condesde San Mateo de Valparaíso —una de las más impor-tantes edificaciones del barroco mexicano, construidaen 1772 por Francisco Guerrero y Torres—, en el queel Banco Nacional tiene su oficina matriz desde hacemás de un siglo.

El proyecto es un ejercicio de integración y diá-logo entre dos arquitecturas: la fachada completacuadra con el mismo paño y altura del edificio colo-nial, como en la antigua tradición urbana, y rematala esquina con un cuerpo alto en forma similar. Laforma en “H” de las ventanas, tradicional de la arqui-tectura civil del siglo XVIII de la Ciudad de México, seinterpreta con el mismo ritmo, en forma contemporá-nea, con base en un sistema de parteluces verticalescolocados a 45º del paramento.

En planta —a semejanza del colonial— el edi-ficio se organiza alrededor de un patio cuadrado que seva estrechando en los pisos superiores: parte de 2 x 2entrejes en planta baja, 1.5 x 1.5 en el piso principalde oficinas y 1 x 1 en los dos pisos superiores, que alo-jan los comedores de la dirección y de los empleados.Estos dos pisos están remetidos en forma escalonada

Inserciones en el área central de laCiudad de MéxicoArq. Teodoro González de León

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129 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

con terrazas pergoladas, cuyas vistas están orientadasa las cúpulas de azulejos del edificio colonial.

Como puede observarse en la planta, el proyec-to incorporó parte de un edificio que fue seriamentedañado en los sismos de 1985 y cuya demolición totalera imposible, dado que en los primero niveles estabanalojadas algunas instalaciones vitales para el banco. Laposición de la estructura fue un resultado de lo anterior.

Las fachadas son de concreto (colado en sitio)cincelado a mano, mezclado con grano de mármol yarena de tezontle rojo, con lo que se logra una tonalidadrojiza que armoniza con el tezontle del edificio colonial.

Ubicación: Venustiano Carranza, esq. conPalma, Centro Histórico

Propietario: Banco Nacional de MéxicoArquitectos: Teodoro González de León

Abraham ZabludovskyColaborador: José María LariosDiseño de interiores: Luis de RegilDiseño estructural: Colinas de Buen, S. A.Proyecto eléctricoy de aire acondicionado: Tecnoproyectos, S. C.Proyecto hidráulico y sanitario: G. H. A. y Asociados, S. A.Constructor: DISAÁrea construida: 13,640 m2

Fotografía: Pedro Hiriart

pág. 126 | Fig. 1 Museo de Arte Popular (MAP), Ciudad de México

Fig. 2Colegio Nacional, Ciudad de México

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131Arquitectura contemporánea en contextos históricos

Colegio NacionalRemodelación del antiguo Convento y Colegio de la EnseñanzaCiudad de México, 1993-1994 (Medalla de Plata, IV Bienal de Arquitectura Mexicana, 1996)

El Convento y Colegio de la Enseñanza fue concebidopor Ignacio Castera a fines del siglo XVIII. El edificio estáubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México yha cambiado de destino y de función siete veces en dos-cientos años. En los años cuarenta, El Colegio Nacional seinstaló en la porción que rodea el patio norte; en 1988se asignó el resto del edificio para uso de la institución.

El edificio estaba muy alterado al comenzar surestauración. Se partió de un proyecto flexible, en el quevariaron los criterios de reestructuración y aprovecha-miento del espacio conforme se avanzó en los trabajosy debido a los hallazgos que surgieron al destaparlosas y remover aplanados. Se encontraron graves dañosestructurales y alteraciones desafortunadas que lo en-sombrecían e impedían percibir sus cualidades, entrelas que destaca la enfilada de tres patios iguales queconservaban su integridad arquitectónica.

Se descubrieron 20 arcos y 49 nichos (de las cel-das del convento) de piedra cortada que ahora enri-quecen los muros del Colegio. Se abrieron vanos (yaexistentes) para crear perspectivas entre los tres patios,con sus efectos de luz y sombra. En las dos crujías inter-medias se introdujeron tragaluces y entrepisos de vidrio,para inundar de luz la planta baja. Se cambió tambiénel esquema cromático: aplanados de mezcla con arena

rosa del Valle de México en los muros, madera clara enpuertas y viguerías, concreto con grano de mármol blan-co cincelado en arcos y marcos nuevos.

Ahora el edificio cuenta con una biblioteca quese desarrolla en los tres niveles del ala oriente, nuevasaulas, área de cómputo y administración, cafetería ylibrería, sala de consejo, comedor y aula mayor. Pararealizar esta última, que se ubica en el primer piso enla doble crujía del sur, se demolió el segundo entrepisoy se creó un gran espacio de doble altura, con un pasi-llo-galería perimetral que cumple con la capacidad eimagen requeridas por El Colegio Nacional.

Ubicación: Luis González Obregón 23, Centro Histórico

Arquitecto: Teodoro González de LeónColaborador: Arq. Miguel Barbachano OsorioDiseño de interiores: Arq. Luis de RegilDiseño estructural: Colinas de Buen, S.A.Proyecto aire acondicionado: DYPRO

Proyecto eléctrico: COESA Ingeniería, S.A.Proyecto hidrosanitario: GHA y Asociados, S.A.Iluminación: STARCO

Audio y video: Agustín Garcia GaribayConstructor: Inmobiliaria Hapeco,

S.A. de C.V.Área remodelada: 7,400 m2 (aprox.)Fotografía: Pedro Hiriart

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133 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

“80 años de Juan Soriano”Exposición temporal, Plaza de la ConstituciónCiudad de México, 2000

Se construyó una plataforma escalonada de 900 metroscuadrados rellena de grava de mármol blanco paraexhibir nueve esculturas monumentales de animales rea-lizadas en bronce por el artista mexicano. Fue una inter-vención urbana efímera que, durante tres meses, hizoconvivir el arte con todo género de manifestaciones yprotestas políticas.

Arquitecto: Teodoro González de LeónMuseografía: Miguel CervantesFotografía: Pedro Hiriart

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Museo de Arte Popular (MAP)Remodelación del Antiguo Edificio de BomberosCiudad de México, 2001-2006 (Medalla de Plata, IX Bienal de Arquitectura Mexicana, 2006)

El Museo de Arte Popular está situado en el antiguoedificio de Bomberos, diseñado en 1928 por el arqui-tecto Vicente Mendiola. Según los críticos es su mejorobra y el mejor ejemplo de art decó que existe en laCiudad de México, por lo que se convirtió de inmediatoen una construcción emblemática de la misma. A pesarde los cambios de uso que ha experimentado y de lafalta de mantenimiento, se encontraba en buen estado.Sus generosos espacios libres requirieron de interven-ciones sencillas para adaptarlo a su nueva función.

El acceso se encuentra en el arco central de lafachada sur. Desde el vestíbulo, que aloja la taquilla,tienda y cafetería, se ingresa al patio.

El patio, cubierto por una bóveda esferoide decristal, está concebido como un espacio de usos múltiplesy es el punto de partida del circuito de visita a los cuatropisos de exhibición. El público inicia su recorrido por lassalas del cuarto piso, al que accede por dos elevadorespanorámicos situados en el lado oriente del patio. Luego,desciende a los siguientes pisos, alternado por dos esca-leras: una nueva de forma helicoidal, con placas curva-das de acero de suave pendiente —localizada dentrodel torreón de la esquina—, y la original del edificio.

Las salas de exhibición están iluminadas única-mente con luz artificial (salvo el cuarto nivel que cuentacon tragaluces); las ventanas se encuentran bloqueadaspor mamparas, colocadas a 70 cm de la fachada paraevitar la entrada del Sol, dada la fragilidad de los ob-jetos y para aumentar el área de exhibición. Se creóun pasillo de servicio para los sistemas de ventilación.Las mamparas, iluminadas y pintadas de colores alusivos

al arte popular de México, se ven desde el exterior sinromper con el diseño arquitectónico.

Todos los servicios del museo (bodegas, talleres,centro de documentación y oficinas) están agrupadosen seis niveles que ocupan un entre-eje al Ponientedel edificio.

Ubicación: Revillagigedo 11, Col. Centro Alameda

Propietario: Gobierno del Distrito FederalArquitecto: Teodoro González de LeónColaborador: José Arce GargolloProyecto de museografía: Jorge AgostoniDiseño estructural: Colinas de Buen S.A. de C.V.Proyecto aire acondicionado: Ingeniería en Aire

y Control S.A. de C.V.Proyecto eléctrico: Ingeniería Eléctrica y Servicios,

S.A. de C.V.Proyecto hidráulico y sanitario: Garza Maldonado

y Asociados, S.C.Construcción: CAV Diseño e Ingeniería,

S.A. de C.V.Grupo Farla, S.A. de C.V.Leyva Méndez Construcciones, S.A. de C.V.Diseño Suco, S.A. de CV.

Seguridad e instalaciones especiales: Logen, S.A. de C.V.Área remodelada: 7,218 m2

Fotografía: Pedro Hiriart

135 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

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137 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

Remodelación de la Plaza de la ConstituciónCiudad de México, 1999

Éste es uno de los tres proyectos premiados en el con-curso abierto que convocó el gobierno de la Ciudad deMéxico. Propone la creación de un paseo arbolado, conuna doble hilera de jacarandas, sobre el costado po-niente de la plaza y alrededor de la masa pétrea de laCatedral. El paseo es una pantalla transparente quedivide el área cívica de la plaza del área comercial y deesparcimiento, que desde la época virreinal se desarro-lló en el costado poniente. El espacio introduce verdor ycolor con el árbol emblemático de la ciudad de México.En primavera, toda la plaza sería un evento de floración.

El pavimento de la plaza es una malla ortogo-nal —cuidadosamente estudiada— que coincide conlos ritmos de ventanas, puertas y pilastras de los cuatroedificios que circundan la plaza. La malla actúa comoreferencia de escala para el observador.

El proyecto proponía una fachada, en forma decelosía, transparente, a las ruinas del Templo Mayor,para restablecer los paños edificados de la traza delcentro histórico, destrozados por las excavacionesarqueológicas.

Arquitecto: Teodoro González de LeónColaborador: Antonio Rodríguez Cruz

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139 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

Quiero compartirles la experiencia del proyecto definalización del Centro Cultural de España. Fue unconcurso por invitación que se llevó a cabo en el 2004,lo realicé con un par de amigos cercanos: José Castilloy Saidee Springall.

La primera parte del proyecto la hizo AlfonsoGovela, detrás del Sagrario de la Catedral. Desde mipunto de vista, los proyectos siempre tienen datos quedevelan parte del problema que se va a tratar, contie-nen los ingredientes principales con que se va a edificaruna construcción. Pero un proyecto complementario deotro proyecto, y complementario de un contexto histó-rico de gran valor y de gran carga simbólica, se convier-te en una especie de traje a la medida, se torna en unplan que no podría desarrollarse de manera alguna enningún otro lugar. Esta condición contextual me intere-sa mucho en la arquitectura, es decir, me importa cono-cer su relación con el sitio, con el lugar, darme cuenta detodo lo que un espacio nutre a un proyecto.

En este trabajo, les mostraré algunas imágenesde lo que ha sido el Centro Cultural de España duranteel tiempo, ésta es la parte donde intervino con gran vi-talidad Alfonso Govela, veamos algunas de las imáge-nes del trabajo que hizo en el Centro Cultural de España,es un espacio que se ha convertido en un vestíbulo dela calle de Guatemala y que la envuelve.

Me parece que tuvimos dos aciertos que nos per-mitieron ganar el concurso. El primero fue no presentarfachadas. Tal decisión fue muy importante, pensamosque la fachada requería de muchísimo trabajo y queen tres semanas era imposible llevar algo adelante. Elsegundo acierto fue que, teniendo un lote de 20 metros

Retos y objetivos en el diseño de proyectos en centros históricos:proyecto definalización del CentroCultural de EspañaArq. Javier Sánchez

Page 71: Memoria Dere Vital i Zac i On

de ancho sobre la calle de Donceles, nos decidimos a volarel claro completo, haciendo un par de muros estructu-rales con una serie de contrafuertes que nos permitie-ran tener los 20 metros de espacio para poder crear unespacio polifuncional y versátil, con la posibilidad detransformarse y reinventarse todo el tiempo.

Aquí se ve ya un trabajo de fachada, obviamentese hizo después. Realmente creo que las cosas impor-tantes de un proyecto tienen que ver con el sitio, consaber relacionarse con lo que está, con lo que uno tieneen el contexto construido. Finalmente, los ciudadanosformamos parte de ese contexto, lo que menos importaes el protagonismo de un proyecto, lo que más impor-ta es la lectura urbana de un lugar, ya sea que perte-nezca a un barrio o al propio centro histórico.

Uno de los temas que han sido siempre impor-tantes es el de la altura de los paramentos contiguos;en este caso, teníamos juntos al Colegio de Cristo y alHotel Catedral; ambos tienen alturas muy distintas,producto de épocas diferentes. Nos tocaba, entonces,mediar la relación entre un edificio de 25 metros dealtura y otro de 12 metros.

Llevado incluso a un contexto más amplio, a lacinta de la calle, ustedes pueden ver como hay una hori-zontalidad que de repente cambia de escala y luegovuelve a bajar. Es parte de la condición del Centro, sobretodo de esta parte norte, donde hubo intervencionesque tuvieron otra altura, heredada del siglo pasado. Hoynos toca trabajar con lo que está.

En la primera fase del concurso, teníamos un es-pacio muy sencillo, como les decía, un par de murosestructurales en las colindancias, un espacio libre decolumnas y de muros en corte. Lo que planteábamos esque pudiera haber un espacio de ingreso, que se convir-tiera en un gran vestíbulo, en una calle que conectara elpaso, a través del edificio de Govela, con la salida haciala calle de Guatemala; es decir, queríamos generar un an-dador peatonal y cultural, que se volviera un puenteentre la calle de Guatemala y la calle de Donceles.

Encima del andador pondríamos un espacio paraun teatro, un espacio de usos múltiples, luego una galeríay después un espacio adicional de talleres. Pensábamos

también en un sótano para poder almacenar las piezasde las distintas exhibiciones que se lleven a cabo. Eraun proyecto sencillo que mantenía la escalera actualdel Centro Cultural de España, la cual se convirtió enuna pieza central. Nuestro proyecto ensambla con ella,a partir de tal unión empiezan a generarse situacionesde continuidad entre la parte que hizo Govela y laparte de nosotros; la escalera fue siempre el temamedular del ensamble.

Aquí, se muestra la escalera, con una graduaciónmuy importante. Ahí se puede leer la idea de cómopasar de un lado a otro, entre una calle y otra.

En estas imágenes se ve el proceso de trabajo, enel que hubo muchas ideas para la fachada, ya que par-ticipamos colectivamente en muchas juntas en dondese reunían el cliente, el INAH y Sitios Patrimoniales; siem-pre estuvimos hablando del proyecto, discutiendo sobrelas posibilidades que habían para la fachada.

Como se puede observar, el proyecto fue evo-lucionando poco a poco, en algún momento empeza-mos a pensar que la lectura de vanos y macizos de todala cinta podía ser un dato importante para la fachada,cuando menos en la primera parte del proyecto. Habíamomentos en que nos salíamos de control y empezá-bamos a jugar con la cubierta, a proponer cosas fuerade lugar, pero nos ayudaban las reuniones para en-tender el planteamiento. Aprendimos mucho en estadiscusión continua con todos los involucrados, pues es-cuchábamos ideas, las discutíamos, regresábamos alorigen y volvíamos a plantear ideas.

Llegó un tiempo, ya casi en la última parte, cuan-do el proyecto empezó a tomar otra escala. Empezamosa ver que existía la posibilidad de que el edificio pu-diera negociar con la altura del Colegio de Cristo y delHotel Catedral. Eso permitió que el proyecto creciera. ElCentro Cultural de España, desde que se lanzó el con-curso e incluso durante todos estos años que llevamostrabajando, ha madurado hasta el momento en que loreplanteamos y lo llevamos a una ampliación de progra-ma. Aquí se muestran algunos de los últimos esquemas.Tratamos de que hubiera una especie de escalonamien-to entre el Colegio de Cristo y el Hotel Catedral.

Estas maquetas nos ayudaron también. La calle deDonceles tiene un ancho bastante pequeño, es una calleen la que se ve la perspectiva en escorzo, se lee fuga-da; sin embargo, empezamos a pensar que ésa era lamanera en la que teníamos que verla, el proyecto tratóde entender cuáles eran los ángulos visuales desde estacalle y empezar a trabajar con eso.

Estos cortes son importantes, porque tanto elproyecto de Govela como el nuestro se ensamblan enla escalera; además, comenzamos a generar un espaciovacío entre el Colegio de Cristo y la estructura de nues-tro proyecto, una especie de callejón que se convirtieraeventualmente en este paso, en este puente entre lascalles de Guatemala y Donceles, de tal manera que laestructura de el Centro Cultural de España se alejarade la estructura del Colegio de Cristo y garantizáramosla no afectación de la estructura del Colegio. Al gene-rar esta “berma” logramos, obviamente, separarnos.El espacio al que me refiero se observa a continuación.

La imagen siguiente es un dibujo del sótano. Enlos sótanos hay sobre todo instalaciones de montaje yde bodega, pero en el primero apareció un vestigio quesi bien ya teníamos documentado de alguna manera,nos fue llevando casi al centro de uno de los sótanos.Ante este nuevo dato, generamos un espacio, que esun museo de sitio, de modo que parte de los serviciosque estaban ubicados aquí se perdieron, empero el pro-yecto ganó un espacio de exhibición, un espacio vivoque muestra esta triple capa de lo prehispánico, lo colo-nial y lo contemporáneo.

El proyecto en este momento evolucionó: el pasopeatonal tuvo que dar casi la vuelta, como está dibu-jado, por el espacio que generamos a un costado. Todala carga de la estructura se fue sobre el Hotel Catedral.Estamos hablando de un espacio de usos múltiples, aquíse puede entender el vacío de los pasos de gato; éstees el teatro; aquí estamos en el nivel del mezanine; luego,tenemos una galería de exposición en donde se haceel primer cambio de altura; ahí, estamos a la altura delColegio, el edificio se echa para atrás, tanto del ladodel Colegio, como del lado de la calle de Donceles ge-nerando una terraza. Cuando uno ve en perspectiva la

calle, el volumen alto se coloca en un segundo planodesde la calle de Donceles y sobre el Colegio apareceun nuevo volumen que hace esquina y que empieza atomar la altura del Hotel Catedral, de tal manera quela sala tiene una salida y una terraza habitable que apro-vecha el espacio que se produce por la solución detodos los proyectos. Posteriormente vienen un parde niveles en donde hay espacios para seminarios,talleres de niños y cine.

Como se puede ver el proyecto de adición, desobreposición de programas, siempre va de la manode la estructura y, volumétricamente, de todo el trabajoque se hace con la manzana. Aquí se pueden mirar algu-nas fotos del proceso. Ésta es parte del museo, comoestá ahora construido, evidentemente en proceso.

Si me voy ahora a la Plaza Seminario, que seencuentra ubicada atrás del Centro Cultural de España,digamos hacia la calle de Guatemala, puedo platicar-les que nos preocupaba la volumetría que se dife-renciaba del paramento de la calle de Donceles, nospreocupaba que no tuviera una aportación hacia laPlaza Seminario y hacia el Zócalo.

Las fotos que muestro enseñan la altura de nues-tro proyecto, que se ve aquí en los tonos morados, detrásde la fachada. El proyecto no va a tener un impacto enningún lugar de la calle de Guatemala.

La idea del paso tiene mucho sentido, si pensa-mos que el Centro está lleno de pasos peatonales, elpasaje Catedral es una referencia; entonces, se propo-ne entrar al Centro Cultural de España por la calle deGuatemala y salir por la calle de Donceles o viceversa.Las conexiones provocarán que se contagie la partenorte del Centro con este programa cultural y que im-pulsemos una postura peatonal entre las dos calles.

Aquí se observan algunos larguillos de la calle deDonceles y el Colegio de Cristo. En general, los arqui-tectos desean hacer los edificios lo más transparente-mente posible; mas, no coincido con esa postura, yaque al trabajar en el Centro Histórico, no se puede pen-sar en la transparencia, aquí necesitamos materialesque envejezcan, que adquieran la pátina del tiempo, quetengan textura, que tengan relación con otras épocas

140 141 Arquitectura contemporánea en contextos históricosVII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

pág. 138 | Fig. 1Sala de exposiciones CCEMx

Fig. 2 Acceso a nuevo edificio desde la calle Donceles,CCEMx

pág. 142 | Fig. 3 Vista desde la Terraza del segundo piso hacia lacalle Donceles, CCEMx

pág. 143 | Fig. 4 Vista del nuevo edificio desde la calle Donceles,CCEMx

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celosías es que de dentro hacia fuera funcionan exacta-mente al revés, son muy transparentes y empieza a haberuna relación de colores, texturas, sombras y claroscuros.

Ahora se muestra la terraza en el nivel dondenos introducimos, la parte del museo de sitio, ubicadaen el primer sótano; ésta es la calle de acceso que comu-nica eventualmente con Guatemala.

La idea de la celosía provino de este edificio,ubicado en Donceles, que fue un sanatorio para muje-res con problemas mentales, y que tiene un trabajode piedra muy orgánico, con líneas que no son orto-gonales. Nosotros lo reinterpretamos y lo tomamoscomo una referencia para trabajar la celosía del CentroCultural de España.

143 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

en las que la técnica era diferente. Por lo tanto, si que-ríamos que este edificio envejeciera, necesitábamostrabajar la fachada en una especie de doble celosía:una hecha de piedra, de concreto, que dialoga con elColegio y una extrapolación de líneas que tomamosdel Colegio y las referimos al proyecto.

Detrás de esta primera celosía hay una segundaque está hecha de acero. Así, cuando uno lee la facha-da, desde la calle, se observa un diálogo muy directocon la arquitectura del Centro Histórico, pero cuandouno entra al proyecto y mira hacia fuera se vuelve muytransparente, esta idea de la doble celosía le da unatransparencia casi absoluta.

Vemos algunos cortes que muestran las relacio-nes de altura, pensando que nuestro proyecto no sobre-pasará la altura del Sagrario y vemos también cortes dela volumetría que ya les he comentado, pero aquí pode-mos mirarla con más detalle. Obsérvese toda la relación

con la escalera de Govela, en la que tuvimos que cons-truir una parte nueva para poder continuar con elúltimo nivel.

Ésta fue la fachada durante muchos años delCentro Cultural de España hacia Donceles, así la presen-tamos en el concurso, aquí empezamos con algunasideas de cómo hacer esta relación entre el Colegio deCristo y el Centro Cultural.

Miremos también algunas maquetas. Aunquesiempre se quedan cortas, sobre todo en el tema de latextura, sí nos dan una relación del color, debido a queen nuestro proyecto la celosía interna es de acero; vemoscómo el color rojizo dialoga con el tezontle y la partede concreto dialoga con la piedra.

En estas otras fotos de las maquetas, la celosíaprovoca que la luz entre filtrada y se produzca una sen-sación de cierre. La lectura lejana podría hacer pensar quela fachada está muy cerrada, pero lo maravilloso de las

142VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

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145 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

Pretendo solamente enunciar la dialéctica entre lonuevo y lo existente en la ciudad, que no debe leersecomo una disyuntiva, sino como una confluencia enri-quecedora cuando se acota con normas urbanas cohe-rentes y claras, fincadas en la trama y en la urdimbre dereferencias y señales sedimentadas por el tiempo y gra-badas en el imaginario colectivo. Estas normas debentener como objetivo la salvaguarda de la memoriamaterial y el mejoramiento de la calidad de vida en losantiguos asentamientos.

El debate sobre este tema viene de muy lejos, yala obra de Gustavo Giovannoni Viejas ciudades y edili-cia nueva, de 1931 dejaba su impronta en la Carta deAtenas y sus conceptos básicos resurgen en la Cartade Venecia de 1964.

Sin embargo, es hasta la III Asamblea General delInternational Council on Monuments and Sites (Icomos)en Hungría “Arquitectura Moderna en Conjuntos y Mo-numentos Históricos”, de 1972, organizada por PietroGazzola y Raymond Lemarie, cuando se pone en lamesa la preocupación creciente por este tema de la si-guiente forma:

1. Que la introducción de la arquitectura con-temporánea en los conjuntos de edificios anti-guos es factible, en tanto que para el esquemade planeación la misma población reconozca altejido urbano existente como marco de referen-cia para su futuro desarrollo. 2. Que tal arquitectura contemporánea, que haceuso de las técnicas y materiales actuales, se in-sertará en el tejido antiguo sin afectar la calidad

La arquitectura del presente en elespacio históricoArq. Alfonso de Maria y Campos Castelló

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son el testimonio del valor de un enfoque valiente queasume su cambio.

El problema es cómo hacer convivir las arqui-tecturas antiguas con las nuevas y cómo reutilizar laspreexistentes. Es indiscutible que, a veces, hay quecambiarlas pero sin caer en lo kitsch.

El arquitecto inglés William J. R. Curtis, refirién-dose a la nueva arquitectura en España, menciona que

existe la creencia de que la posición de Sevillaentre las urbes globales mejorará por hacer edi-ficios espectaculares, para poder enseñar a laprensa, argumentando que son obras del starsystem arquitectónico. Es lo que hace diez añospasó en Bilbao. Esto es muy naif. Primero porqueno siempre funciona y, segundo, porque la formade producir arquitectura de estas megaestrellasprovoca hiperproducción. Trabajan en 25 ciuda-des al mismo tiempo. Su trabajo sólo consisteen ofrecer una determinada imagen. No implicabuena arquitectura ni buenos lugares. Son, digá-moslo así, meras atracciones.6

Por lo general, existe una idea de la arquitectura tradi-cional muy superficial; algunos profesionales que inter-vienen en contextos históricos lo interpretan desde elpunto de vista de la decoración arquitectónica. No dilu-cidan qué es lo relevante del pasado.

Vivimos en un mundo que necesita equilibrio,especialmente con la naturaleza. Esto tieneque ser tenido en cuenta por la arquitectura.Los edificios de cristal no son una solución. Esmejor recuperar lo bueno de la tradición conlas formas contemporáneas. Se trata de enten-der los principios y ser capaces de trasladarlosal presente.7

Lo importante es la visión urbana a largo plazo. “Elequilibrio entre lo antiguo y lo nuevo”.8

La forma arquitectónica de la ciudad es ejempli-ficada por sus monumentos singulares, cada uno delos cuales presenta una individualidad por separado.Una singularidad que define sus valores culturales. Laarquitectura llega a ser monumento cuando se vuelveun icono, cuya virtud y naturaleza son excepcionales,expresando colectivamente el valor acumulado por laciudad y por sus habitantes.

Las siguientes palabras son de Richard Rogers:

con mi socio Renzo Piano construimos el CentrePompidou de París. Concebimos un edificio queno fuera un monumento, sino un lugar para lagente, donde se dieran cita distintas edades,intereses y culturas. Las nuevas ideas precisan denuevas formas, y esto sirve para todos los edifi-cios que albergan nuestras funciones cotidianaso nuestras instituciones, sean casas, oficinas, uni-versidades, escuelas, hospitales o museos. Losedificios sin esta flexibilidad entorpecen el avan-ce de la sociedad al inhibir nuevas ideas.9

En México y en el mundo, cada vez más, surge la tenden-cia de construir edificios que atrapan la mirada del es-pectador y que conquistan el sitio, sin las que importenlas características históricas, morfológicas y socialesdel mismo; lo hemos podido atestiguar en la ciudad deMéxico, desde principios de la década de los noventa,con la proliferación del “individualismo”, como un inten-to de aproximarse a la arquitectura. Actualmente, por logeneral, las edificaciones corresponden más a las necesi-dades comerciales de las compañías y consumidores quea las de usuarios y habitantes de la ciudad; es decir, seconvierten en iconos-antiurbanos y no en monumentos.

Otra consecuencia es la incomprensión del víncu-lo entre el monumento y el espacio urbano basado en

147 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

estructural o estética del mismo, en la medida enque se permita el uso apropiado de volumen,escala, ritmo y apariencia.3. La autenticidad de los monumentos históri-cos o los conjuntos de edificios existentes debenser considerados como un criterio de base y debeprohibirse, totalmente, cualquier imitación queafectara su valor artístico o histórico. 4. La revitalización de los monumentos o conjun-to de monumentos, con nuevos usos, es legíti-mo y recomendable.

Más tarde, la restauración integral propuesta en laDeclaración de Amsterdam (1975), que se nutre dela experiencia de Bolonia, sostiene que “la arquitectu-ra de hoy, al construir el patrimonio del mañana, debeutilizar todos los medios para asegurar una arquitectu-ra contemporánea de alta calidad”.1

Aldo Rossi, en su Arquitectura de la ciudad, men-ciona que

la forma de la ciudad es siempre la forma deun tiempo de la ciudad; y existen muchos tiem-pos en la forma de la ciudad. En el transcurso dela vida del ser humano la ciudad cambia entor-no a él, las referencias no son las mismas, vemoscómo increíblemente las viejas casas de nuestrainfancia y la misma ciudad se transforman, detal manera que a menudo se cancelan nuestrospropios recuerdos.2

En las distintas épocas se ha mantenido un patrimonioarquitectónico de primer orden. La arquitectura nos per-mite hacer una de las lecturas más inmediatas de unaépoca y de la sociedad que la ha creado.

Para Jean Nouvel “la arquitectura es una petri-ficación de momentos de la cultura, por lo que todaobra verdaderamente arquitectónica puede ser consi-derada una obra de arte”.3

La arquitectura responde al momento en que fueconcebida, debido a que asume la expresión de los re-querimientos de una época, de su evolución técnica,cuya expresión es a través de la sensación y la emociónde una determinada corriente de pensamiento.

Particularmente, a Jean Nouvel le “sorprende laarquitectura que toca el paso del tiempo y la conscien-cia del instante, en relación con la conciencia de la eter-nidad y a cómo eso se expresa a través de la luz”.4

El patrimonio construido transforma su uso a lolargo de la historia, excepto en algunos monumentosemblemáticos. Para actualizar una ciudad, la maneraapropiada es respetar lo antiguo pero sin copiarlo, sinconvertirlo en caricatura; es decir, a través de la inter-pretación de las formas tradicionales, las ideas antiguaspueden reinterpretarse en edificios nuevos.

“Un ejemplo puede ilustrar este hecho. CuandoBrunelleschi construye San Lorenzo, en Florencia, alre-dedor de 1420, rompe con el estilo gótico imperantey realiza la primera iglesia renacentista. Pero no por ellocrea un nuevo medio social; más bien simboliza nue-vos objetos culturales”.5 La ruptura podía haberse hechode tal forma que influyera en el medio social. Esto habríaocurrido si su solución no hubiera sido aceptable como“escenario” para el rito litúrgico. El medio social exis-tente exigía que el edificio de la Iglesia simbolizaraciertos valores culturales con los que no podía “expe-rimentar” el arquitecto.

Otro ejemplo es en la Piazza della Signoria enFlorencia, donde la galería clásica de los Uffizi, cons-truida por Vasari, dialoga formidablemente con el es-plendor medieval del Palazzo Vecchio. O en Venecia,donde las elegantes arcadas clásicas de la Piazza SanMarco enmarcan la catedral bizantina. Todos ellos

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6 Curtis J. R., William, El Parasol es un escándalo: privatiza y vul-gariza el uso del espacio público, entrevista de Carlos Mármol(Sevilla, España, 2008).7 Ibídem.

8 Ibídem.9 Rogers, Richard, Ciudades para un pequeño planeta (Barcelona,España: Gustavo Gili, 2000), 76-80.

1 Declaración de Amsterdam, Año Europeo del PatrimonioArquitectónico 1975, (Ámsterdam: Países Bajos).2 Rossi, Aldo, L’Architettura della cittá, (Padova, Italia: Marsilio Editori,1966), 55.3 Jean Nouvel, “Escuchar a Nouvel”, entrevista de Andrés D. Abreu(La Habana, Cuba, 2005).

4 Ibídem.5 Norberg-Schultz, Christian, Intenciones en arquitectura (Barcelona,España: Gustavo Gili, 2001), 80.

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149 Arquitectura contemporánea en contextos históricos

México, en la calle de 5 de Mayo; las rehabilitacionesdel Colegio de Niñas y el Palacio de Iturbide realizadospor Ricardo Legorreta y, para no separarnos de este sitio,el proyecto en curso de realización de la ampliación deesta Casa de España, realizado por Javier Sánchez.

Otro reto es la conservación y puesta en valor delos barrios que conforman las ciudades históricas. Unabuena arquitectura contemporánea “llevada a cabo conintegridad y talento —que no afecte a las zonas más deli-cada— puede complementar mejor al antiguo vecinda-rio que las máscaras de “trajes” históricos. Yuxtaponer

viejos y nuevos edificios es una práctica que cuenta conuna larga y honrosa tradición en nuestras ciudades”.11

Termino mi participación parafraseando a RichardRogers “La conservación es, evidentemente, preferiblea la demolición de un buen edificio y su sustitución porotro anodino, pero eso no significa que los edificiosdeban preservarse impidiendo toda innovación. No hayque restar ninguna importancia al hecho de insuflarnueva vida al legado arquitectónico”.12

27 de octubre de 2008

148VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

la perspectiva, que ha sido consagrada, por la memo-ria histórica, en una “forma simbólica”; la inserción de lasnuevas arquitecturas deben considerar la escala de lacalle, de la plaza y del dosel urbano para no provocarlaceraciones en el contexto histórico.

Existe otra tendencia que es comparar la arqui-tectura con la escultura, en el entendido que la arquitec-tura puede equipararse con un objeto escultórico, cuyodestino no es para vivir en el interior, pero sí, esencial-mente, para ser observado desde el exterior.

Toda arquitectura nueva aspira a obtener elcrédito de edificio importante, como un elemento ico-nográfico de gran relevancia dentro de los paisajes urba-nos; en ciertas ocasiones, son elementos fuera de escalaque intentan demostrar y resaltar sus cualidades artís-ticas, simplemente por el hecho de ser clasificados comoedificios “inconcebibles”, que finalmente son rechaza-dos por la ciudad.

Por otra parte, la arquitectura de hoy debe res-ponder a los requerimientos cambiantes de la socie-dad, también debemos considerar cómo adaptar unsinnúmero de edificios existentes en las zonas de mo-numentos históricos que no cumplen esa premisa.

Dejando aparte la conservación de edificios demayores dimensiones o de culto de masa, la preserva-ción de nuestro legado arquitectónico origina una seriede cuestiones importantes.

El patrimonio construido ha sido siempre reha-bilitado, reutilizado y revitalizado; sus instalaciones oespacios se han renovado durante su existencia en un

proceso lógico, sin que medie un celo excesivo por suestricta conservación, que tiende a desbaratar el con-texto histórico. Así, los edificios resultan menos flexi-bles, más caros de reconvertir e inhiben posibles nuevasactividades. “Todavía resulta peor la práctica de man-tener la fachada y construir una estructura totalmenteajena en su interior, solución que reduce un edificiointeresante a su cáscara historicista —un “legado” quecamufla un edificio comercial moderno, en muchoscasos banal“.10

Por el contrario, la historia nos enseña que inclu-so nuestros mejores edificios se pueden actualizar pararesponder a las nuevas necesidades, creando un diálo-go entre lo antiguo y lo nuevo. Veamos los siguientesejemplos: Carlo Scarpa y el Castelvecchio de Verona o ala Sackler Gallery de la Royal Academy londinense deNorman Foster, I. M. Pei en el Louvre ha demostradoque cuanto mejor sea el edificio, mayor es la necesidadde una respuesta de alta calidad, tanto conceptual comode ejecución que genera la continuidad cultural que haoriginado su forma actual, con la pirámide de cristalinserta en el espacio público histórico.

Entre otras intervenciones contemporáneas en elcontexto histórico, quiero mencionar las de TeodoroGonzález de León en la sede de Banamex, en el ColegioNacional y la afortunada inserción del Museo Tamayo,en el antiguo Bosque de Chapultepec; las adecuacio-nes de José Luis Benlliure en los edificios del Banco de

10 Ibídem. 11 Ibídem. 12 Ídem.

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153 Conclusiones

Las ponencias y las mesas de discusión del VII EncuentroInternacional de Revitalización de Centros Históricos seenfocaron en una línea fundamental: la conservacióny puesta en valor de las referencias edificadas del pa-sado, con la presencia de nuevas arquitecturas que ex-presen su pertenencia al tiempo actual.

Todas las conferencias aportaron ejemplos elo-cuentes de intervenciones contemporáneas en contex-tos patrimoniales, de cómo construir en lo construidosin menoscabo del mensaje formal de la arquitecturadel pasado.

A lo largo de tres días, quedó claro que los cen-tros históricos, y la ciudad en su totalidad, constituyen“una adición de arquitecturas”, como mencionaronalgunos ponentes; se logró un consenso respecto de quelas intervenciones en los conjuntos históricos requie-ren de la presencia de arquitectura contemporánea,todos los conferenciantes compartieron sus visionesprácticas, perspicaces, agudas y poéticas de cómo lograrproyectos actuales que logren insertarse armoniosa-mente en un contexto histórico.

Como se expresó en este foro, es posible rein-terpretar la arquitectura antigua con un lenguaje con-temporáneo, las imitaciones historicistas que copian lasformas y decoraciones de un conjunto o de un edificiopatrimonial no son admisibles; la intervención que tienecomo objetivo mimetizar las obras tras una falacia his-tórica renuncia a la actividad creativa y se convierte en unformalismo de poco valor. La arquitectura actual debeutilizar conceptos de intervención sobre lo ya existentecon relaciones analógicas o por contraste entre lo anti-guo y lo nuevo, con la finalidad de que la transición re-sulte verdadera y coherente.

Los materiales y sistemas constructivos jueganun papel relevante, debido a que guardan relación consu tiempo. Hoy en día, las técnicas edificatorias tienenuna vida más corta que las que primaban en el pasa-do. La paradoja de la actualidad es que la cultura de lapermanencia y la perennidad ya no es una premisa.

Por otra parte, la inserción de la arquitecturanueva en contextos históricos exige una atención espe-cial y constante de parte de los organismos responsables

Conclusiones

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154VII Encuentro Internacional de Revitalización de Centros Históricos

de la tutela del patrimonio cultural, público y privado;así como de los arquitectos urbanistas, arquitectos delpaisaje, ingenieros, historiadores, quienes trabajan enel vasto sector de la reordenación del territorio.

El VII Encuentro Internacional de Revitalizaciónde Centros Históricos ha sembrado la semilla de lareflexión en los campos de la arquitectura y el urbanis-mo, de la restauración y la conservación del patrimoniohistórico, artístico y de paisaje, a partir de las experien-cias española, italiana, chilena, cubana y mexicana.

Con ello, se reafirmó que el uso y destino de losmonumentos y conjuntos históricos se justifican en elarco del tiempo cuando la sociedad los revalora, así comose ponderó la conservación de los signos patrimoniales,para que sigan relatando su historia.

La ciudad, escribió Italo Calvino, nos dice su pasa-do, lo contiene como las líneas de una mano, escrito enlos ángulos de las calles, en las rejas de las ventanas,en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de lospararrayos, en las astas de las banderas, surcando a suvez cada segmento por raspaduras, muecas, incisionesy cañonazos.

La arquitectura de hoy se constituye como elinstrumento que la ética histórica nos ofrece para la re-vitalización y puesta en valor de los asentamientos an-tiguos, que las futuras generaciones podrán disfrutaren toda su autenticidad.

ANA MARÍA LARA GUTIÉRREZ

JESÚS OYAMBURU

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Elena MadrazoDirectoraAgencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo

Carmelo Angulo BarturenEmbajador de España en México

María Dolores Rios PesetConsejera de CulturaEmbajada de España en México

Jesús Oyamburu FernándezDirector Centro Cultural de España en México

Alfonso de Maria y Campos CastellóDirector GeneralInstituto Nacional de Antropología e Historia

Paloma Ibáñez VillalobosDirectoraDivisión de Ciencias y Artes para el DiseñoUniversidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco

COMITÉ CIENTÍFICO DEL ENCUENTRO

Instituto Nacional de Antropología e HistoriaSaúl Alcántara Onofre y Ana María Lara Gutiérrez

Centro Cultural de España en MéxicoCler Gil Shandro, Julien Paris y Salvador Aceves García

Istituto Italiano di CulturaFranco Avicolli

AGRADECEMOS LA COLABORACIÓN DE

Istituto Italiano di CulturaFundación Harp Helú

EDICIÓN DE LA MEMORIA

CoordinaciónJulien Paris

Corrección de estiloLuis Abdallan CondeBrenda Ruíz de Velasco AldanaAstrid Velasco Montante

DiseñoTaller de comunicación gráfica

EditorCentro Cultural de España en México

Créditos

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Agradecimientos Este proyecto no hubiera sido posible sin la colaboraciónentusiasta de

Jesús OyamburuAlfonso de Maria y Campos CastellóSalvador Aceves GarcíaSaúl Alcántara OnofreAna María Lara GutiérrezCler Gil ShandroRuth González GarcíaKarina Torres VegaDiego San VicenteCarlos González GuerraJulien ParisMuseo Franz Mayery la participación de todos los ponentes

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VII Encuentro de Revitalización de Centros Históricos

Se terminó de imprimir en agosto de 2009, en los talleres de Stellar Group. La impresión se realizó en papel couché semi mate de 135 gramos. Para su formación se utilizó la tipografía Frutiger de Adrian Frutiger, 1976. Se imprimieron 1000 ejemplares.