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OPTATIVA: HISTORIA, MEMORIA Y VIOLENCIA POLÍTICA EN LA ARGENTINA RECIENTE 1955-1983 EL USO DE LA MEMORIA PARA LA LEGITIMACIÓN DEL PODER Algunas consideraciones para entender el uso de la memoria y por quienes detentan el poder Nicolás Darío Lamas L.U. 711635/712945

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EL USO DE LA MEMORIA PARA LA LEGITIMACIN DEL PODER

INTRODUCCINEl en presente trabajo se intenta dar cuenta de algunas consideraciones para comprender como es usada la memoria por quienes detentan el poder. En este sentido, la memoria se convierte en un objeto de disputa, es decir cmo se busca la apropiacin de la memoria para la justificacin y legitimacin del poder.Se hace referencia en este trabajo a como porque la memoria se encuentra limitada, es decir se tiene en cuenta los recortes y selecciones de los recuerdos que la memoria contiene, algunas veces por el olvido que necesariamente se produce al no poder recordar todos los datos del pasado, pero fundamentalmente por los silencios que son promovidos por quienes detentan el poder, que de alguna manera no se adecan a sus intereses. Tambin se resalta exaltacin de algunas fechas o aniversarios, espacios o conmemoraciones que posibilitan al poder obtener el consenso de la sociedad para la legitimacin de su poder. Queda en claro que solo se toman en cuenta algunas consideraciones, y que el debate de la memoria como legitimacin del poder abri camino a numerosos anlisis sobre la cuestin

La memoria en la historiaEn Argentina los estudios acadmicos que implican la construccin del pasado, sobre todo el reciente, a travs del uso la memoria, han tenido en la ltima dcada una verdadera explosin, registrndose un gran numero de trabajo en curso, organizacin de jornadas especficos, cursos completos e inclusive programas completos de programas de posgrado referidos a la memoria en general, en particular sobre temas que Luis Alberto Romero llama los aos del dolor. Esto entronca con un fuerte desarrollo acadmico internacional, y la existencia de referentes tericos significativos. Respecto a los resultados, se trata por ahora de un campo en proceso de constitucin. Hay muchos trabajos, sobre todo de investigadores muy jvenes, que solo de manera gradual estn empezando a alcanzar el nivel de publicaciones significativas[footnoteRef:1]. [1: Romero, Luis Alberto, La violencia en al historia argentina reciente: un estado de la cuestin, FONDO DE CULTURA ECONOMICA BUENOS AIRES. 2001 pag. 119]

Todo acto de memoria se interroga por su fidelidad, sin hallar jams respuestas definitivas. Lejos de la idea de un archivo, que fija de una vez y para siempre su contenido, la memoria se encarga de deshacer y rehacer sin tregua aquello que evoca. Y sin embargo, no deja de inquietarse, con razn, por la fidelidad de su recuerdo.[footnoteRef:2] [2: Calveiro, Pilar Poltica y violencia. Una aproximacin a la poltica de los aos setenta Bs. As. Editorial Norroa, 2008, pg. 8]

EL USO DE LA MEMORIA:A travs del uso de la memoria se ha posibilitado hacer nuevas formas de construccin de la historia; su apropiacin ha permitido legitimar el accionar de gobiernos e instituciones, e incluso fomentar la realizacin de nuevos emprendimientos de carcter poltico y social que influyen decididamente en el pensamiento de la sociedad y en la reconfiguracin de su identidad.La memoria es un recuerdo desde el presente, que conlleva una visin y una interpretacin del pasado compartida por una sociedad, pero que adquiere sus propias caractersticas en cada individuo, al punto en que las memorias de diferentes individuos acerca de un hecho en particular pueden tener distintas connotaciones, lo que lleva a dar cuenta de ese pasado de forma distinta. Este hecho en particular puede ocasionarse debido a que, a pesar que los distintos actores sociales puedan haber vivido un mismo acontecimiento, seguramente lo hicieron desde posiciones o lugares distintos, que de alguna manera terminaron repercutiendo de distintas maneras en cada persona.Ahora bien (y en donde hace hincapi este trabajo), muchas veces la memoria se ve limitada y condicionada a la hora de dar cuenta los hechos del pasado, por la evidente razn de que no se puede recordar todos los datos para la reconstruccin del pasado, que en una medida significativa constituye un olvido, es decir, que solo se recuerda lo significativo. Pero cuando hay intereses de por medio, sea para la configuracin de una identidad o legitimacin de algn proceder, la construcciones de la memoria se silencian. Estos dos fenmenos, olvido y silencio, son contrapartidas de lo que conocemos como memoria.Elizabeth Jeln en su trabajo Los trabajos de la memoria (2002) hace referencia a una forma de olvido profundo, el definitivo, que responde a la borradura de hechos y procesos del pasado, producidos en el propio devenir histrico. Estas borraduras y olvidos pueden ser productos de una voluntad o poltica de olvido y silencio por parte de actores que elaboran estrategias para ocultar y destruir pruebas y rastros, impidiendo as recuperaciones de memoria en el futuro[footnoteRef:3]. [3: JELN, Elizabeth, Los trabajos de la memoria, Siglo XX editores, Madrid, 2002, pp.1-62]

La seleccin de determinados recuerdos de la memoria para la construccin de una historia oficialista (en la que necesariamente deben intervenir historiadores profesionales para darle un carcter ms legitimador) permite configurar un relato poltico que posibilita a quienes detentan el poder engrandecer su figura, lo que conlleva a reforzar su postura.Tambin una de las estrategias de cualquier gobierno, sobre todo si es nacional, es dar lugar a las conmemoraciones que son recordadas en cada pas. En este sentido, se otorga una mayor importancia y trascendencia a algunas fechas y aniversarios que recuerdan hechos del pasado, es decir, se da una mayor difusin a aquellos acontecimientos que por alguna razn estn ligados al gobierno: sea porque la protagonizaron actores polticos con la cual se identifican sus ideologas; sea porque fueron hechos que dieron protagonismo al partido poltico al que integran; o hechos negativos que marcaron a la sociedad en los cuales intervinieron personajes polticos opositores a su ideologa o proyecto de estado (aqu seria apelar a los recuerdo negativos en los que fueron protagonistas sus opositores).Es as como, en la medida en que hay diferentes interpretaciones sociales y polticas del pasado, las fechas de conmemoracin pblica estn sujetas a conflictos y debates. El mismo acontecimiento es recordado y conmemorado de diferentes maneras por la derecha, el centro o la izquierda (o sus mltiples variantes). El sentido de las fechas cambia a lo largo del tiempo, a medida que las diferentes visiones cristalizan y se institucionalizan, y a medida que nuevas generaciones y nuevos actores les confieren nuevos sentidos segn sus propios intereses.Jeln (2008) menciona otro aspecto importante en la conformacin de la memoria, son las marcas en el espacio, los lugares. Monumentos, placas recordatorias, nombres de calles y de barrios y otras marcas son las maneras en que actores oficiales y no oficiales tratan de dar materialidad a las memorias, y sobre todo, configura la identidad de una sociedad. Pero ac aparece otra vez los intereses particulares de quienes ejecutan estas acciones en los distintos espacios. Por ejemplo la proliferacin de monumentos y estatuas que tienen en comn materializar la memoria de recuerdos que vinculan a una misma ideologa (poltica) que no necesariamente representa el pensamiento de toda una sociedad.Este fenmeno sin duda implica la lucha de grupos sociales y polticos que actan como emprendedores de la memoria. Se producen luchas y conflictos por el reconocimiento pblico y oficial de esos recordatorios materializados, entre quienes lo promueven y otros que los rechazan o no le dan prioridad que los impulsores reclaman.Josefina Cuesta Bustillo en su trabajo memoria e historia. Un estado de la cuestin (1998) considera que los gobiernos y los poderes pblicos no dejan de ser imponentes mquinas de memoria o de olvido institucionalizado, decretando el recuerdo, el olvido, la amnista, la amnesia, la condena o el perdn, desde los nombres de calles, el calendario, los homenajes o las honras fnebres [] frente a la accin del olvido se alzan organizaciones no gubernamentales[footnoteRef:4]. [4: CUESTA BUSTILLO, Josefina, memoria e historia. Un estado de la cuestin, en Cuesta Bustillo editor, Memoria e Historia, Marcial Pons, Madrid, 1998, pp.203-246]

Federico Guillermo, Lorenz en su obra la memoria de los historiadores sostiene que el proceso de elaboracin y aceptacin de los discursos genera una gama de respuestas posibles. Fragmentos del pasado son incorporados o silenciados, siempre reelaborados en funcin de factores ideolgicos, generacionales, culturales o histricos. El espacio pblico aparece como un territorio donde los distintos discursos acerca del pasado confrontan, se oponen, complementan o excluyen[footnoteRef:5]. [5: LORENZ, Federico, la memoria de los historiadores, en Lucha armada en la Argentina, revista trimestral, ao I, n1, pp.64-70.]

Marta Philp en su trabajo Memoria y poltica en la historia argentina reciente: una lectura desde Crdoba, hace un notable aporte a esta cuestin, al considerar que todo poder trata de ganarse el consenso para que se le reconozca como legtimo, transformando la obediencia en adhesin. El poder poltico acude al pasado para construir una memoria que pretende ser la memoria colectiva de todo el pueblo; dicha construccin es parte del proceso de legitimacin de un modelo poltico cuya definicin es disputada por distintos actores[footnoteRef:6]. [6: Philp, Marta, Memoria y poltica en la historia argentina reciente: una lectura desde Crdoba, Editorial de la Universidad nacional de Crdoba, Crdoba, 2009, cap. 1.]

As se va produciendo una lo que se conoce como imaginarios polticos, entendidos como representaciones colectivas articuladas en torno a ideas cuyas imposicin y circulacin en el espacio pblico son el resultado de las luchas por el poder, donde el mbito de lo imaginario y lo simblico ocupan un lugar central; en lo que pretende dar lugar a la configuracin de una identidad, en medio de luchas por la propiedad o la apropiacin de la memoria.Se debe tener en cuenta otra situacin: que el largo silencio sobre el pasado, lejos de conducir al olvido, tambin puede ser la resistencia que una sociedad civil impotente opone al exceso de discursos oficiales. Al mismo tiempo, esta sociedad transmite cuidadosamente los recuerdos disidentes en las redes familiares y de amistad, esperando la hora de la verdad y de la redistribucin de las cartas polticas e ideolgicas.

CONCLUSINLas consideraciones planteadas anteriormente permiten dar una idea de cmo quienes detentan el poder, realizan distintas estrategias para lograr una mayor legitimacin. En este sentido, la memoria es una herramienta que les permite asentar un pensamiento que est muy relacionado con intereses particulares que muchas veces no estn a la vista. Es as que se busca la apropiacin de la memoria para manipular los recuerdos en fin de intereses privados, generalmente polticos. Estos recuerdos muchas veces son silenciados, o por el contrario, sobre-exaltados con tal de provocar un consenso en la sociedad que d cuenta de una legitimacin del poder de quienes gobiernan.As se apreci como, por ejemplo, los aniversario, conmemoraciones y los distintos espacios son reacomodados y resignificados de acuerdo a las intenciones que tengan quienes detentan el poder. Pero no se debe olvidar que la misma sociedad tambin produce su propio silencio, muchas veces como alternativa a los constantes embate de discursos oficialistas que reivindican constantemente un hecho de la historia, y ante esto quienes buscan alejarse de los discursos polticos de quienes detentan el poder, optan por dejar a un lado el recuerdo de un determinado hecho,

BIBLIOGRAFIA Calveiro, Pilar Poltica y violencia. Una aproximacin a la poltica de los aos setenta Bs. As. Editorial Norroa, 2008 CUESTA BUSTILLO, Josefina, memoria e historia. Un estado de la cuestin, en Cuesta Bustillo editor, Memoria e Historia, Marcial Pons, Madrid, 1998, pp.203-246 JELN, Elizabeth, Los trabajos de la memoria, Siglo XX editores, Madrid, 2002, pp.1-62. LORENZ, Federico, la memoria de los historiadores, en Lucha armada en la Argentina, revista trimestral, ao I, n1, pp.64-70. Philp, Marta, Memoria y poltica en la historia argentina reciente: una lectura desde Crdoba, Editorial de la Universidad nacional de Crdoba, Crdoba, 2009, cap. 1. Pollak, MEMORIA, OLVIDO Y SILENCIO Romero, Luis Alberto, La violencia en al historia argentina reciente: un estado de la cuestin, FONDO DE CULTURA ECONOMICA BUENOS AIRES. 2001