Memorias de África La India - ceav.info · Texto y fotografías: Román Hereter LA GRAN AVENTURA...

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de la Ruta Clásica hasta el verde atractivo de Kerala Texto y fotografías: Román Hereter LA GRAN AVENTURA La India:

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Memorias de Áfricade África

Memorias de ÁfricaKenia: safaris fotográficosy mucho más

Texto y fotografías: Román Hereter

LA GRAN AVENTURA

de la Ruta Clásica hasta el verdeatractivo de Kerala

Texto y fotografías: Román Hereter

LA GRAN AVENTURA

La India:

La India... cinco letras mágicas capaces de compendiar todo un subcontinentemisterioso, una combinación entre la sencillez y la opulencia, entre el

materialismo y la espiritualidad. No es fácil comprender la India. Dicen quees necesario empezar a recorrer sus caminos, dotado de una especial

predisposición. Dicen también que, tras contemplar el lento caminar de supueblo, a la India, o se la ama o se la odia. Lo que sí es cierto es que a

nadie puede dejar indiferente.

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LA GRAN AVENTURA

la India, para muchos menos influenciada por lasdominaciones externas, en un recorrido que sueleiniciarse en Madrás y finalizar en Cochin. La mayo-ría suelen quedarse hipnotizados por la bellezadel estado de Kerala, por lo que en muchas ocasio-nes esta “tierra de dios” centra una estancia difícilde olvidar. Algunos preferirán optar por las grandesciudades de Bombay y Calcuta. Otros se decan-tarán por los majestuosos y relajantes paisajes deLadakh y Cachemira. En este artículo vamos arealizar una panorámica de todos estos lugares.

La ruta clásica

La ruta clásica se inicia en Delhi, la capital delpaís. El auténtico desarrollo de esta gran ciudadllega en los siglos XVI y XVII, cuando se construyenla Fortaleza Roja, para dar esplendor a los empe-radores mogoles; la Jamaa Masjid, mezquita másgrande del país; y la tumba de Humayum, mausoleoinspirador del Taj Mahal. Mucho antes, en el sigloXII, ya se había levantado el que fuera minaretemás alto del mundo, el Qutb Minar, de 73 metrosde altura, y mucho después vinieron los edificioscoloniales británicos y el Raj Ghat, lugar de inci-

neración de uno de los artífices de la Independen-cia, Mahatma Gandhi.

Son estos los lugares más visitados de la capitalque se completan con los templos más represen-tativos de las diversas religiones que conviven enel país (hindú, musulmana, sij, jaín, bahal, etc.) ycon la plaza Connaught, auténtico corazón de laciudad y símbolo de su progreso.

Agra es la ciudad del Taj Mahal. Normalmentey a lo largo de los tiempos ha sido la fe y la vanidadlo que ha forjado la historia de la arquitectura. Enel caso del Taj Mahal se trata del amor y la muerte.El amor del emperador Sahah Jahan por su espo-sa, que tras un fecundo matrimonio con 13 hijos,murió al día siguiente de dar a luz a una preciosaniña. Corría el año 1629 e inmediatamente des-pués se inició la construcción del impresionantemausoleo de mármol blanco, cuyos trabajos ocu-paron a 22.000 personas durante diecisiete años.Su hermosa cúpula, sus minaretes ligeramenteinclinados hacia fuera para mejor la perspectiva ylas incrustaciones en piedras preciosas y caligrafíaslo convierten en la más perfecta joya del arte mu-sulmán de la India. En Agra, también hay que rea-lizar una visita a la Fortaleza Roja, construida por

Su extensión es tal, que nunca puede plantearseun viaje global por todo el país. Sus distancias,sus infraestructuras limitadas, sus más de mil dos-cientos millones de habitantes, sus cambios clima-tológicos y su infinidad, obligan al viajero a acortarsu periplo y marcar un itinerario posible y asequible.En la mayoría de las ocasiones un primer viajetranscurre por la parte norte del país, en lo que se

conoce como ruta clásica que transcurre por eltriángulo formado por Delhi, Agra y Jaipur, con al-gunas extensiones radiales. Una buena combi-nación donde confluyen el colorido del Rajastán,la monumentalidad de la época Mogol, el colonia-lismo inglés, y la sencillez de un pueblo divididoen castas y preocupado por la reencarnación. Unsegundo viaje suele ocuparse de la parte sur de

LA INDIA CLASICA

En la doble páginaanterior: Doble páginaanterior. Tumba deHumayun en Delhi,auténtica precursoradel Taj Mahal, que consu mármol blanco,constituye elmonumento másespectacular de laIndia, en la página dela derecha. Bajo estaslíneas, jóvenes de lapoblación deJaisalmer, en eldesierto del Thar.

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LA INDIA

LA INDIA CLASICA

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el emperador Akbar Jehan.A 38 kilómetros de Agra se levanta Fathepur

Sikri, la ciudad fantasma. Levantada para conme-morar el nacimiento del emperador mogol Akbar,se trata de una extraña mezcla de la arquitecturahindú con la sarracena, y hoy está completamentedesierta ya que tuvo que ser abandonada por faltade agua. El color rojizo de la piedra areniscacontrasta con el mármol blanco de la mezquita desu patio principal, que conjuntamente con la puertamás alta de la India, constituyen los lugares máspintorescos de la urbe olvidada.

Colorista Rajastán

Pero uno de los Estados con más personalidadde la India es, sin duda, el Rajastán. La tierra delos rajás ofreció una mayor resistencia a los inva-sores musulmanes primero y británicos después,construyendo fortalezas inexpugnables y consti-tuyéndose como auténtico bastión del hinduismo.Ciudades amuralladas en medio del desierto, cas-tillos encaramados en los riscos rocosos y caminospolvorientos son características comunes delRajastán.

Las imágenes de GranMezquita de Delhi, lossaris de colores de las

mujeres y losespectaculares hotelesde Jaipur, preceden auna de las puertas del

fuerte de Amber.

En la doble páginasiguiente: mercado de

Jaipur, lugar deincineración de los

maharajás y el famosoPalacio de los Vientos.

A la derecha: loselefantes en la India,

han sido utilizadosdesde épocas

inmemoriales tanto enla guerra como en el

transporte.

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Todos ellos son fácilmente perceptibles en Jaipur,la capital del estado, también llamada “la ciudadrosada”. Con solo pisar sus calles, el viajero sepercata de la diferencia con respecto a Delhi. Lasmujeres con sus saris de colores, los hombres consus turbantes, las carretas tiradas por came-llos...Un mundo rural que sin embargo confluye en unacapital capaz de impresionar por la monu-mentalidady refinamiento de sus edificios. El Pa-lacio delMaharaja se levanta en el centro de la ciudad,fuertemente vigilado por su guardia per-sonal, y enél todavía vive Saway Bhawani Singh Muc, el actualMaharajá de Jaipur que tuve la oportunidad deconocer hace ya algunos años. Retirado ya de sucarrera militar, dedica todo su tiempo a sus negociosentre los que figura el Rambagh Palace, convertidoahora en hotel de lujo. Junto al Palacio del Maharajase extiende el Jantar Mantar, un observatorioastronómico que demuestra la afición de Jai SinghII por esta ciencia. El Palacio de los Vientos, edificioque permitía a las mujeres de la corte contemplarlos desfiles sin ser vistas, el lugar de incineraciónde los Maharajas, el Valle de Galta y la excursiónal fuerte de Amber, donde se suele subir a lomosde elefante, com-pletan las visitas a los enclaves

más interesantes de la ciudad que puedenalternarse con las com-pras de la buena artesaníaestatal y los espec-táculos folclóricos que tienenlugar diariamente.

No muy lejos se levanta la pequeña localidadde Samode que posee un hotel con un exquisitolujo oriental.

Profundizando en el Rajastán

Udaipur es una bella ciudad situada junto al ríoPichhola, que dispone además de un lago en elque se levanta el palacio Jag Niwas, convertido enla actualidad en otro hotel de lujo. Pero sin du-da,lo que impresiona más de la "ciudad blanca", comotambién se conoce a Udaipur, es la fortaleza delsiglo XVI construida en mármol y granito. Udaipures el centro de la vida artesanal, mercantil y socialdel Rajastán.

Jodhpur recibe el sobrenombre de "la ciudadazul", porque muchas de sus casas están pintadascon este color. Frente a una inmensa roca de 121metros de altura, se levanta otra fortaleza inexpug-nable, el Fuerte Meherangarh, construido en 1459por Rao Jodha dominando todo el entorno circun-

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dante. Mucho más moderno es el Palacio de UmaidBhawan, cuya obras se iniciaron en 1929 para com-batir el hambre de la población con motivo de unasequía. Hoy es un hotel de lujo, además de la resi-dencia del Maharajá de Jodhpur.

Pero sin duda uno de los enclaves que mássorprenden al viajero es Jaisalmer, "la ciudaddorada". Situada en pleno desierto del Thar, cercade la frontera con Pakistán, fue fundada en 1156por el Maharaja Jaisal Singh. Rodeada por unamuralla de cinco kilómetros de longitud y 99 torresdefensivas, conserva en su interior los "havelis",suntuosas mansiones construidas para los ricoscomerciantes de la Edad Media. Las ventanas sonsencillamente excepcionales y parecen más unaobra de delicados orfebres que el trabajo de arqui-tectos y escultores. Las estrechas calles de Jaisal-mer, repletas de edificios de piedra arenisca amarilla,contrastan con las casas de abobe construidas enel exterior y habitadas por los nómadas del desierto.El colorido de los saris de sus mujeres y las joyasque llevan a diario, llaman la atención por su riqueza,que contrasta con su sencilla forma de vida.

La ciudad de Ajmer, sagrado lugar de peregri-nación los musulmanes, el lago de Pushkar, consu importante mercado anual de camellos, el MonteAbu, con el templo Vimala Vasahi y las ciudadesde Bikaner, y Ranakpur, pueden completar un intere-sante recorrido del estado con más personalidadde la India.

Extensión a Benarés

Benarés es la ciudad sagrada de la India. Aorillas del Ganges se levanta una urbe ligada comoninguna otra a la muerte. Durante el día los pere-grinos acuden a las orillas del río para celebrar susbaños rituales en los "ghats", mientras un poco másallá, arden sin prisa los cuerpos de los fallecidosen plena incineración. Caminar por las calles deBenarés o deslizarse junto a la orilla del Gangesen una embarcación sobrecoge a cualquiera. Y esprecisamente aquí donde se produce la decisióndel viajero sobre la India. Algunos se sentirán orgu-llosos de continuar su camino ... Otros sólo pensaránen volver algún día y desplazarse por los senderosdel sur.

No muy lejos se levanta Kahurajo, donde selevantaron entre los siglos X y XI bajo el reinadode la dinastía Chandela una serie de templos, queen un total de 22, presentan una armonía excep-cional, rodeados por un entorno apacible. Las es-culturas eróticas que los adornan llaman la atenciónde los visitantes. El templo de Kandariya, con susuniones amorosas, el de Chitragupta, el de Laksh-mana, con escenas guerreras y eróticas en su friso,y el Vishwanata, que alberga algunas de las mejoresesculturas religiosas, son algunos de los másinteresantes.

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LADAKH, CACHEMIRA Y OTRAS ZONAS DEL NORTE

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En la página de laizquierda. Las danzasdel Hemish Festival, enel monasterio delmismo nombre, sesuceden sobre losserenos paisajes delLadakh. Bajo estaslíneas, pintura mural delMonasterio de Alchi,realizada en el siglo XI.

Junto a estas líneas, elCortán del MonasterioBajú, en Gyantsé.

Ladakh o la "tierra de los pasos elevados" esun territorio delimitado en el norte por las montañasKunlun y la cadena de los Himalayas por el sur,habitado por una población de ascendencia indoariay tibetanos que no supera los 260.000 habitantes.En ocasiones ha sido llamado el “pequeño Tíbet”debido a la gran influencia que ha tenido por partede la cultura tibetana. Antaño, tuvo importancia porsu ubicación estratégica en el cruce de importantesrutas comerciales, pero desde que las autoridadeschinas cerraron a mediados de la década de 1960las fronteras con Tíbet y Asia Central, el comerciointernacional mermó considerablemente.

La mayoría de sus habitantes son budistastibetanos y el resto, básicamente musulmaneschiitas. El budismo llegó a Ladakh desde Cachemiraen el siglo II, cuando gran parte de su zona estey el oeste del Tíbet, aún practicaban la religiónBon. El viajero budista del siglo VII, Xuanzangdescribe la región en sus relatos. En el siglo VIII,Ladakh tuvo enfrentamientos a causa de la ex-pansión tibetana que venía desde el este y la

influencia china ejercida desde Asia Central através de los pasos de las montañas, y el pro-tectorado sobre Ladakh cambió frecuente-mente de manos entre China y el Tíbet. En elaño 842 Nyima-Gon, un representante realtibetano tomó Ladakh aprovechando el des-membramiento del imperio tibetano, y estable-ció una dinastía independiente en el territorioque favoreció una segunda propagación delbudismo, importando ideas religiosas desde lazona noroeste de India, particularmente desdeCachemira.

En el siglo XIII al enfrentarse con la con-quista islámica del sureste asiático, Ladakhoptó por buscar y aceptar la guía del Tíbet entemas religiosos, siendo asolada a lo largo decasi dos siglos, hasta 1.600, por ataques e in-vasiones de los estados musulmanes vecinos,que condujeron a un debilitamiento y fracturadel territorio, y la conversión parcial de algunosde sus habitantes al Islam.

Se trata de un desierto de gran altitud, dado

Ladakh, Cachemira yotras zonas del norteque los Himalayas crean una zona sin lluvias, alevitar la entrada en el área de las nubes del monzón.La principal fuente de agua es la precipitación enforma de nieve que cae en las montañas. Durantesiglos, Ladakh disfrutó de una economía estableque permitía autoabastecerse mediante el cultivode cebada, trigo y arvejas, y cuidando ganado,especialmente yak, vacunos, ovejas y cabras. Abajas alturas se cultiva fruta, mientras que laszonas elevadas de la región de Rupshu se reservanpara los pastores nómadas. En el pasado, el excesode producción era canjeado por té, azúcar, sal yotros bienes.

Arquitectura monacal yemancipación de la mujer

La arquitectura de Ladakh posee influenciastibetanas e indias, y la arquitectura monacal reflejaen gran medida el estilo budista. Muchas casas ymonasterios se construyen en sitios elevados ysoleados que miran hacia el sur. Una característicadistintiva de la sociedad local es el elevado statusy grado de emancipación que disfruta la mujercomparado con el que posee en otras áreas rurales

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LADAKH, CACHEMIRA Y OTRAS ZONAS DEL NORTE

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El Templo de Oro de lalocalidad de Amristar, en

el Punjab, es el mássagrado para los sijs.

Muchacha deCalcuta, la ciudadmás importante delGolfo de Bengala.

de la India. La poliandria fraternal y la herencia porel primogénito fueron comunes en Ladakh hastacomienzos de la década de 1940, cuando los mis-mos fueron declarados ilegales por el gobierno deJammu y Cachemira, aunque aún perduran enalgunas áreas del estado.

Tradicionalmente no existía educación formalcon excepción de la ofrecida en los monasterios.Normalmente, un hijo de cada familia era obligadoa aprender la escritura en tibetano para poder leerlos libros sagrados.

Leh, la capital y elMonasterio Hemish

En la capital, que se levanta a una altura de3.650 metros sobre el nivel del mar y posee unapoblación que ronda los 30.000 habitantes, desta-can los restos del palacio que era la residencia dela familia real de Ladakh, y es similar a una copiareducida del palacio Potala en Lhasa.

Las danzas religiosas son una parte importantede la vida cultural de Ladakh. El monasterio Hemish,enclave destacado del budismo Drukpa, es el centrode un festival anual que se celebra a comienzosde julio, las danzas del cual narran historias deluchas entre el bien y el mal, finalizando con la

victoria del bien.El monasterio, oculto en los alto de una ser-

penteante garganta de montañas al sur del ríoIndo, fue establecido en 1672 por el rey SengeZampar Gyalva y es el más grande y próspero delos monasterios de Ladakh. Anualmente se reali-za el festival en honor del guru Padmasambhava,que introdujo el budismo en el Tíbet, donde se des-pliega un gigantesco Thangka, un tapiz o banderabudista pintado o bordado, que tradicionalmentees colgado en monasterios o altares familiares yocasionalmente llevado por monjes en procesionesceremoniales religiosas. Su nombre procede lapalabra 'than' quiere significa plano y el sufijo 'ka'que se traduce como pintura. El Thangka es portanto un tipo de pintura realizada sobre una super-ficie plana, que puede ser enrollada. El formatomás común del Thangka es el rectangular con sueje más extenso en dirección vertical. Originalmen-te, las pinturas thangka se hicieron populares entrelos monjes itinerantes ya que las pinturas en rolloseran fáciles de transportar de monasterio en mo-nasterio. Estos thangka eran importantes herra-mientas de enseñanza, ya que mostraban escenasde la vida del Buda.

Un tema popular de los Thangka es “la ruedade la vida”, que es una representación visual de

las enseñanzas del Abhidharma, o Arte de la Ilu-minación. Mientras que para algunas personasestos son solo coloridos tapices, para los budistas,estas pinturas religiosas tibetanas poseen unabelleza que se interpreta como una manifestaciónde lo divino, y por lo tanto son visualmente esti-mulantes.

El Monasterio Alchi

El pequeño poblado de Alchi es famoso por laexistencia de uno de los más antiguos monasteriosde Ladakh, principalmente conocido por sus es-pectaculares pinturas murales del siglo XI. Elmonasterio fue construido por el gran traductorRinchen Zangpo. Las pinturas de las paredes sonalgunas de las más antiguas de la región y reflejanlos detalles artísticos y espirituales tanto del budismocomo del hinduismo. Otros monasterios interesantesque vale la pena visitar en el Ladakh son los deLikir y Thikse y los palacios de Shey y Stok, ademásde contemplar los varios atractivos de la ciudadde Leh y los espectaculares paisajes de la zona.

Cachemira, famosa por la belleza de sus ríos,lagos y bosques, era uno de los destinos más so-licitados entre los viajeros que visitaban la Indiadel Norte, pero un período de inestabilidad política,freno los viajes durante décadas. Su capital,Srinagar, situada a la orilla de los ríos Dal y Jhalumdestaca por las grandes barcazas convertidas encasas de lujo, por el mercado flotante de verdurasque se celebra a diario, por los jardines mogolesy por la gran mezquita. Muy cerca de la inestablefrontera con Pakistán se encuentra Gulmarg, fa-moso por su paisaje montañoso.

Al sur de Cachemira se extiende el estado deHimachal Pradesh con bellas vistas hacia elHimalaya. Al sudoeste encontramos el Punjab, conAmristar y el famoso santuario sagrado de losSikhs: el Templo de Oro.

La macrourbes de Bombay yCalcuta

El puerto de Bombay, la segunda ciudad delpaís, centro industrial y mercantil, es el punto departida para recorrer las regiones occidentalesdonde destacan la Isla de Elephanta, con lostemplos rupestres dedicados a Shiva; los templosrupestres de Ellora hindúes, búdicos y jainistas,construidos entre los siglos VII y XI; los templos ymonasterios búdicos de Ajanta; los parquesnacionales de Nawegaon y Tadoba; Aurangabadcon el mausoleo construido en memoria de la pri-mera esposa de Aurangzeb e inspirado en el TajMahal; y Goa, antigua capital de los portuguesesque dejaron bellas construcciones coloniales y fa-mosa ahora por sus playas.

En el extremo nororiental destaca el estado deBengala, con la mayor ciudad de la India: Calcuta.

Bulliciosa, auténtico babel de razas, creencias re-ligiosas y desigualdades económicas, proponeentre sus visitas el templo de Kali, la mezquita deestilo mogol Nakhoda, el jardín botánico y el museoindio, aunque la ciudad sorprende más por suconglomerado urbanístico y humano que por susmonumentos. Las estribaciones de los Himalayas,los paisajes de Darjeeling y Sikkim y el ParqueNacional de Kazikaranga, con algunos ejemplaresde rinoceronte unicornio, pueden completar la visitaal golfo de Bengala.

Mucho más al sur encontramos el estado deMysore o Karnataka, con sus playas y plantacionesde cocoteros, sus templos de Belur, Halebid, ySomnathpur, su reserva de animales de Bandipury sus ciudades históricas y arqueológicas comoHampi, Badami, Pattadakal, Aihole, y Bangalore.

Hyderabad, capital del estado de Andhra Pra-desh, debe su antiguo esplendor a la riqueza delas cercanas minas de diamantes. El carro Minar,el arco de triunfo, la mezquita Juma y el Museo deArte Oriental y Occidental, son algunas de susactuales joyas.

LA INDIA DEL SUR

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LA INDIA DEL SUR

Sin tantas influencias externas como en el norte,algunos mantienen que para descubrir la esenciade la India, hay que viajar por el sur. Entre Madrásy Cochin se suceden una serie de ciudades contemplos espectaculares, zonas donde crecen laspreciadas especias y bellos canales por los quenavegar.

Madrás es hoy la cuarta ciudad de la India, trasCalcuta, Bombay y Delhi. Fundada a mitad del XVIIpor el imperio británico en fase de expansión, hallegado a ser la metrópoli comercial del sur, unagran ciudad industrial y la capital del país tamil.

Se tiene conocimiento que tras la época antiguaen que marineros griegos de Alejandría bajo elimperio romano comerciaban con la costa de Coro-mandel, los portugueses establecieron desde 1524una factoría en Santo Tomé, allí donde según latradición el apóstol santo Tomás encontró la muerte.

En 1639, la Compañía Inglesa de la Indias Orien-tales obtuvo autorización para construir un fuerteen Madraspatnam, el St. George, el que sería elprincipal asentamiento inglés en la India hasta quea fines del s. XVIII, Madrás perdería la supremacíaen provecho de Calcuta y de Bombay. No muylejos se levanta Mahabalipuram, el antiguo puertode los Pallava donde se pueden contemplar algunasobras maestras de la escultura india como el Des-censo del Ganges o los Cinco Rathas que datande mediados del s. VII. Delante del mar, defendidocon dificultad contra los embates furiosos por unaplataforma rocosa, se alza el templo de la costa,símbolo de las ambiciones de los Pallava. Este

edificio, dedicado a Shiva, está rematado por dostorres piramidales de desigual altura. Frente al mar,un lingam de piedra pulida refleja el sol naciente.

Kanchipuram fue capital de la dinastía Pallavaen los siglos VII y VIII, centro de una brillante culturay una de las siete ciudades sagradas de la Indiaantigua. Todavía hoy, la única ciudad santa del suracoge a una multitud de peregrinos que acuden altemplo de Kailashanatha, dedicado a Shiva, señordel monte Kailas, y que data de comienzos del VIII.El templo principal está coronado por una hermosatorre piramidal.

Tiruchirapalli o Trichy es la cuarta ciudad deTamil Nadu, impulsada desde un peñasco de 83metros de altura que siendo la única prominenciasobresaliente en medio de la llanura, muy prontoadquirió suma importancia estratégica en las gue-rras entre los Chola y los Pandya, por lo que seconstruyó el Rock Fort, al que se asciende por unaescalera de 434 peldaños, que atraviesa un conjuntoreligioso repartido en varios pisos. Desde la galeríaconstruida en torno al santuario se divisa la ciudadcon su magnífico paisaje, el majestuoso río Kaveriy todo el campo circundante. Al norte, los gopuramsdel gran templo de Srirangam emergen por encimadel tapiz verde de la vegetación.

La India del Sur

Tanjore, la capital de los Chola entre los siglosX y XII, es una pequeña ciudad al amparo econó-mico de Trichy, pero sigue siendo un centro artísticode una riqueza excepcional. El templo de Brihadish-wara es indiscutiblemente la obra maestra de laarquitectura dravídica. Su vimana, que se divisadesde el campo circundante, se eleva gloriosamen-te hacia el cielo para recordar a su fundador y laépoca que le vio nacer: el año mil, un período deconquistas por parte del imperio Chola, que alcan-zaba entonces el apogeo de su poderío.

Madurai parece una aldea impregnada de olora vaca, tan típico de esta región de Tamil Nadu.Pero se trata de un enorme conglomerado de callespolvorientas, anchas, repletas de gente y de atascosde rickshaws. Y por encima de los techos, divisadasdesde lejos, vislumbradas en la perspectiva de unacalle, sobresalen las torres del templo dedicado aMeenakshi, diosa de los ojos de pez, uno de loslugares de culto más fascinantes de toda la India.De todos los templos del sur, es el más extraordi-nario. No sólo por su arquitectura o por la profusiónbarroca de esculturas que adornan sus gopurams,sino por la increíble vibración que lo anima.

Kerala ofrece el verde de los arrozales, de losbosques de palmeras y cocoteros hasta el mar;del maquillaje del actor de la danza Kathakali ysus paisajes están entre los más bellos del país.

La ciudad de Cochin puede ser la última etapade un recorrido por el sur de la India o la primerade una estancia para conocer a consciencia elesplendor de esta “tierra de dios”.

Página de laizquierda: Coloridode las imágenesdel temploKapalesshavara.Bajo estas líneas,uno de los cincoRathas deMahabalipuram,esculpido en elsiglo V.

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Este estado federal acumula los paisajes másbellos de la India, especialmente perceptible cuandose llega procedente de las extensiones secas,rojas y desoladas del oeste del vecino estado deTamil Nadu. Los olores también son diferentes. Seacabó el polvo y el perfume de la vaca y aparecenlas fragancias vegetales de los bosques y de lascolinas cultivadas de café, té y especias.

La historia antigua de Kerala está marcada porla aparición de un imperio, el de los Chera, quereinaron desde su capital Kodungallur entre lossiglos I y IV de la era cristiana. El período que vadel año 300 al 700 resulta muy confuso. Los Cheraentraron en conflicto con los Pallava, los Chola ylos Pandya, siendo invadidos y derrotados regular-mente por sus vecinos. Sin embargo, es en estaépoca, hacia el año 700, cuando Kerala proporcionaa la India uno de los más importantes reformadoresdel hinduismo: Sankaracharya.

Múltiples contactos con el exterior

Llegaron por mar los musulmanes, pero conun talante completamente diferente de la invasiónmusulmana en el norte de la India, que no dejósentir sus efectos en el sur hasta el s. XIII. Losmusulmanes, en Kerala, se integraron en la vidade la población, adoptando las costumbres y elmodo de vida de ésta. Fundaron en Calicut un im-portante principado, el de los Zamorin, que reinaronhasta la llegada de los portugueses y aún después,cuando Kerala quedó dividida entonces en peque-ños reinos rivales. La llegada de los portugueses,y luego de los holandeses, no haría más que ahon-dar estas diferencias respecto al resto de la India.

En el siglo XV nació un gran reino en el sur, elde los Thiruvati de Travancore, cuyo soberano másimportante fue Mathandavarma, ya en el siglo XVIII.El mapa histórico de Kerala quedó definido de la

siguiente manera: los hindúes de Travancore ocu-paron el sur, los moplah o musulmanes de Calicuthabitaron en el norte del estado, mientras en elcentro vivían los cristianos de Kottayam. Cada co-munidad dominaba la región que circunda su ciu-dad correspondiente, y así sigue siendo en nues-tros días.

Fort Cochin, emporio comercial

Cochin es diferente de las otras ciudades delsur. De sus calles estrechas, bordeadas por muroscubiertos de musgo, de los horizontes llanos desus islas con casas de planta baja donde el cieloparece confundirse con el agua, se desprende unamisteriosa emoción. Al despuntar el alba sobre labahía, únicamente el lento pasar de las barcos ybarquitas de vela pone una nota de movimientoen la quietud de la atmósfera que alcanza su puntoálgido durante la puesta de sol, cuando el discosolar se pone por el mar y las estructuras de las

redes de pesca se recorta a contra luz.Cochin es el lugar de encuentro entre Europa

y la India. Una vieja ciudad llena de nostalgias,donde llegó Vasco de Gama en 1502, cuatro añosdespués de haber desembarcado en Calicut. Aquímurió en 1524, en el fuerte de Cochin que el rajáhabía permitido construir a los portugueses, y sutumba se puede contemplar en la iglesia de SanFrancisco, a pesar de que su cuerpo fuera trasla-dado a Portugal catorce años después.

En el siglo XVII se instalaron los holandeses,hasta que en 1773 el sultán de Mysore se apoderóde ella y la mantuvo bajo su dominio hasta 1795.A partir de esta fecha, Cochin pasó a depender delos ingleses, formando parte más tarde de la pre-sidencia de Madrás.

El palacio holandés no tiene de holandés másque su nombre, ya que en realidad fue construidopor los portugueses en 1557 a petición del rajá deCochin, que hizo de él su morada, aunque mástarde sí fuera ocupado por los holandeses. En suinterior se pueden ver palanquines del siglo XVIIIutilizados por los rajás, y, sobre todo, bellísimaspinturas murales que representan escenas delRamayana y episodios de la vida de Krishna.

Para explorar la histórica ciudad no hay mejoropción que hacerlo andando. El fuerte Emmanuelfue el bastión portugués que se alza como símbolode la alianza estratégica que existía entre elMaharajá de Cochin y el monarca de Portugal, queda nombre a la fortaleza construida en 1503 y re-forzada en 1538. Caminando un poco más lejos,se encuentra el cementerio holandés, consagradoen 1724 y administrado por la Iglesia del Sur dela India, que acoge los cuerpos de algunos euro-peos que abandonaron sus tierras para expandirsus imperios coloniales.

La plaza Vasco da Gama constituye un paseoestrecho y un lugar ideal para observar los puestosde marisco que se extienden frente a las redes depesca chinas, que suben y bajan. Estas redes fue-ron erigidas aquí entre los años 1350 y 1450 porlos comerciantes de la corte de Kublai Khan.

Rumbo al lago Periyar

El sonido mismo de la palabra Thekkady evocaimágenes de elefantes, cadenas interminables demontañas y plantaciones de especias aromáticas,junto a extensiones de campos de té. En el bosquede Periyar, se extiende una de las mejores reservasde vida salvaje en la India, donde habita el tigre yalgunos elefantes asiáticos, además de otrasespecies.

Tras un paseo en barca por el llamado lagoPeriyar, que en realidad es un pantano, se puededisfrutar de un masaje de la medicina tradicional.El Ayurveda evolucionó alrededor del 600 a.C. Enla India. Este nuevo sistema de la medicina hacíahincapié en la prevención de las dolencias del

El esplendor de Kerala

EL ESPLENDOR DE KERALA

El color verde esdenominador comúndel estado de Kerala, ypor ello los pescadorespintan sus barcas contonos rojos, ocres yazules que contrastancon el paisaje.

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cuerpo, además de curarlas. Seguida por los Dra-vidianos y los arios, esta medicina ha sido prac-ticada desde entonces. Hoy, constituye un sistemanaturalista completo que depende del diagnósticode humores del cuerpo para lograr el balancecorrecto. El Ayurveda no cree en el tratamiento dela parte afectada solamente, sino que consideraal individuo como un todo. Haciéndolo de formanatural para revitalizarlo, eliminar todos los dese-quilibrios tóxicos del cuerpo y así recobrar la

resistencia y la buena salud.El clima de Kerala, la abundancia natural de

bosques con una riqueza de hierbas y plantasmedicinales, y la estación fresca del monzón, re-sultan las mejores épocas para los paquetescurativos y restaurativos del Ayurveda. Los textostradicionales indican que el monzón es la mejorestación para el programa de rejuvenecimiento.La atmósfera se mantiene fresca y libre de polvo,abriendo al máximo los poros del cuerpo, hacién-dolo más receptivo para la terapia y los aceitesherbarios aplicados durante los distintos tipos demasajes.

Laberinto de canales

Volviendo de Periyar hacia la llanura, en lacarretera que une Thekkady con Kumarakom, sesuceden las plantaciones de café y té. La villa deKumarakom abarca un conjunto de pequeñas islasen el lago Vembanad, y es parte de la región deKuttanad. Su santuario de aves se extiende a tra-vés de 14 acres es un lugar predilecto de las avesmigratorias y un paraíso para los ornitólogos y unaparada adecuada antes de realizar un paseo enbarcaza por los backwaters, una red de casi 1000kilómetros de canales, deltas, estuarios y lagosnavegables que alojan múltiples y hospitalariospueblos de pescadores que viven como hacecientos de años, con sus rústicos utensilios y lascaracterísticas redes chinas, utilizadas desde elsiglo XIV. También son típicos de la zona loscampos de arroz o té, que conforman un paisaje

asombroso y una reserva ecológica salpicada deexóticos espacios naturales.

Conocida como “la Venecia de Oriente”,Alappuzha siempre ha tenido un lugar de honoren la historia marítima de Kerala. Hoy en día, esfamosa por sus regatas, vacaciones en los back-waters, playas, productos marinos y la industriade la fibra de coco.

Las casas barco actuales constituyen la versiónreelaborada de los Kettuvallams de los tiemposantiguos, barcazas de arroz utilizadas para llevartoneladas de arroz y especias. El Kettuvallam o'barco con nudos' se llama así porque todo el barcose construía solamente con nudos de fibra de coco.

Hoy en día, las casa barco poseen las como-didades de un buen hotel con habitaciones amue-bladas, baños modernos, acogedores salones, unacocina, e incluso un balcón para la pesca, o paradisfrutar de las vistas panorámicas de la vida delos backwaters. El barco está hecho de planchasde madera de Jack unidas con fibra de coco quese recubre posteriormente con una resina cáusticanegra hecha a partir de granos de anacardohervidos. Con un mantenimiento cuidadoso, unKettuvallam puede durar varias generaciones.

Cuando los camiones modernos sustituyeroneste sistema de transporte, alguien encontró unanueva forma para mantener estos barcos, casi to-dos ellos de más de 100 años de antigüedad.Mediante la construcción de habitáculos especialespara alojar a los viajeros, estos barcos siguieronnavegando alcanzando una gran popularidad hoyen día. Sólo en Alappuzha hay más de 500 bar-cos casa que se pueden utilizar como alojamientodurante dos o tres días o simplemente para realizaruna excursión de un día completo, antes de disfru-tar de un final de viaje en alguna de las playas deKerala.

Ningún viaje a Kerala resulta completo sin lacontemplación de un espectáculo Kathakali, unestilo de danza-teatro clásico, en la que se narranleyendas hindúes, inspiradas en el Mahabharata,el Ramayana y el Bagavata Purana, que los dosbailarines-actores personifican en escena medianteun complejo lenguaje de pasos de danza, gestosde las manos y expresiones del rostro. El Kathakalipertenece a la vertiente masculina de la danza clá-sica india, por lo que los dos personajes son repre-sentados por hombres, aunque uno interpreta auna mujer, generalmente con la cara pintada deamarillo. El otro, aparece maquillado en verde, unocolor que está muy presente en el estado de Kerala.

De la monumentalidad del Norte con su rutaclásica, hasta el verdor del estado de Keralapasando por los paisajes montañosos del Himalaya,las macrourbes de Bombay y Calcuta o los caminospolvorientos del Sur con sus templos ancestrales,la India deja una imborrable huella en el que lavisita, no dejando a nadie indiferente.

EL ESPLENDOR DE KERALA

Las redes chinas parala pesca y los comerciosde especias se alternancon las embarcaciones

para recorrer esteinmenso laberinto de

canales y las columnasdel Hill Palace, la quefuera residencia de la

Familia Real de Cochin.