MEMORIAS DE UN GUERRILLERO José de Jesús Morales Hernández

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Jos de Jess Morales Hernndez

MEMORIAS DE UN GUERRILLERO

Primera vez publicado: Guadalajara, Jalisco, Mxico, 2006, por el autor. Versin digital: Por el autor, 2010. Transcripcin/HTML para el MIA: Juan R. Fajardo, mayo 2010. Derechos: Se publica aqu con el acuerdo y a instancias del autor. Esta obra se publica bajo la licencia Reconocimiento-Compartir Igual 2.0 de Creative Commons. Al citar o reproducir la obra, favor de sealar a Jos de Jess Morales Herndez. como el autor y a Marxists Internet Archive (marxists.org) como la fuente de la misma.

ndiceDEDICATORIA NOTA AL AUTOR PREFACIO I. DEL RANCHO A LA CIUDAD II. NACIMIENTO DEL FRENTE ESTUDIANTIL REVOLUCIONARIO III. LA VIDA EN LA CLANDESTINIDAD IV. EL ASESINATO DE ARNULFO PRADO ROSAS EL COMPA V. LA VIDA EN PRISIN VI. LA MUERTE DE JUAN MANUEL RODRGUEZ MORENO EL CLARK Y EL NACIMIENTO DE LA LIGA COMUNISTA 23 DE SEPTIEMBRE, LA UNIN DEL PUEBLO Y EL FRAP VII. MI CADA A LA PRISIN DE BARRIENTOS VIII. LA EJECUCIN DE DOS DE LOS FUNDADORES DE LA LIGA COMUNISTA 23 DE SEPTIEMBRE IX. LA MUERTE DE ENRIQUE GUILLERMO PREZ MORA EL TENEBRAS X. REPLIEGUE DE LAS FUERZAS REVOLUCIONARIAS XI. CAPTULO JURDICO: LA VIOLACIN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y LAS GARANTAS INDIVIDUALES EN LA GUERRA SUCIA

Guerra de GuerrillasJ. J. Morales Hernndez

Memorias de un guerrillero

DEDICATORIA

A mi amada esposa Maria de Jess Pastora Rodrguez Tern y a mis cuatro queridos hijos Carlos Ernesto, Yudmila, Patricia y Rene Isaac que vivieron tantos momentos difciles a consecuencia de la osada de su padre de participar en la lucha libertaria. A mis padres que no alcanzaron a ver que su hijo sobrevivi, y que dondequiera que se encuentren sepan que los am y que an los conservo en mi corazn. A mis hermanos de sangre, sobre todo Ral y a mis hermanos de lucha que cayeron en combate y como un homenaje para ellos y con el reclamo siempre presente de los desaparecidos. De los desaparecidos nadie sabe dnde estn ahora, no tienen tumba, estn dispersos de la patria. Nadie sabe dnde enterraron los asesinos estos cuerpos, pero ellos saldrn de la tierra a cobrar la sangre cada en la resurreccin del pueblo. Mi agradecimiento al Doctor Ramn Gil Olivo por su valiosa colaboracin en la correccin metodolgica del texto. Al Licenciado Luis Fernando Martnez Hernndez por su paciencia en la captura de la informacin vertida en este texto. Al Doctor Ramiro Vzquez por su aliento e impulso para la realizacin de este trabajo y al Doctor Mario Rivas Souza por la claridad que me dio con sus conocimientos tcnicos y cientficos forenses. No son las calles lo que duele sino lo que dejamos en ellas, Un encuentro fortuito que determin toda nuestra existencia y ya jams fuimos los mismos, un libro convertido en cenizas abandonado en un baldo, un compaero desangrando herido prfugo sin brjula ni puerta donde entrar para curar las profundas heridas. No son las calles lo que duele, son los muertos nuestros muertos los que no me dejan dormir ni vivir y a veces ni morir.

- Enrique Macas Loza.

NOTA AL AUTOR: "EN VEZ DE LA DESMEMORIA"

Tenemos que evitar que la amnesia de uno sea el olvido de muchos. Es la invitacin que a travs de su obra nos hace Jos de Jess Morales Hernndez. Nuestra humanidad doliente ha vivido largos siglos de minutos de silencio honrando a quienes por ideales y principios cayeron en lucha. Otros que simplemente bregaron por vivir una maana fueron aniquilados sin saber porqu. Hace 60 aos en Hiroshima y en Nagasaki, desde el cielo cay la infernal lluvia de partculas atmicas que masacr a millares de nios, hombres y mujeres. Fue el hombre injusto y sin razn quien sembr la tierra de dolor y mancill a la especie. Hoy nada ha cambiado tanto. Parece que la leccin an no es aprendida. La injusticia, el odio y la devastacin continan arrasando la tierra. Pero no todo ha de ser desesperanza, Chuy Morales en hora buena nos trae su obra contra la desmemoria. Desde Morelos, Emiliano Zapata y Francisco Villa, hasta los jvenes revolucionarios de los aos 70 en Guadalajara, las pginas de este libro dan cuenta de sucesos que marcaron las vidas de muchos. Esos hechos no pueden ser pasto del olvido. Los aos de las dcadas de 1960 y 70 han dejado improntas indelebles en las conciencias de millones de seres humanos en nuestra Amrica Latina. Vimos a los pueblos en el rol de protagonistas de la historia. Hubo en medio de la lucha instantes aciagos y de victorias. La muerte del guerrillero heroico, Ernesto Che Guevara, fue un duro golpe a las ansias libertarias de nuestros pueblos, y las masacres de estudiantes universitarios en Mxico y en otras latitudes pretendieron detener el camino hacia la justicia y la democracia. La Revolucin cubana era ya una realidad. El triunfo de Salvador Allende en Chile fue otro paso. La victoria de Vietnam otro signo de las posibilidades antiimperialistas. La resistencia de los pueblos desde hace 500 aos nace de la tierra y por la tierra. El escenario de batalla sern los campos, las sierras, y luego las aldeas, y los espacios urbanos. Donde haya injusticia habr lucha. Donde haya conciencia y unidad habr victorias. La violacin secular de los derechos humanos ha sido sistemtica en cada rincn del mundo. Las clases dominantes han sido implacables en ese cometido. El abuso, el engao y la mentira histrica son el rostro y la ponencia de los usurpadores del poder. Amrica Latina registra ms de cien mil desaparecidos por razones polticas en las ltimas dcadas. Los ndices de analfabetismo, la explotacin infantil, el desempleo y otras crueles expresiones del sistema neoliberal imperante son todas formas del genocidio fundado en la avaricia y la inhumanidad. Hoy las alternancias partidarias en los gobiernos son la expresin del espurio juego poltico y del fraude de la misma clase social que se resiste a dejar el poder. Esa clase ha usado y usar la violencia armada cada vez que perciba el riesgo de perder sus privilegios. Cruzan los tiempos y todas las geografas los ejemplos heroicos de millares de hombres limpios, que en nuestra Amrica y en el mundo ofrendaron sus generosas vidas por ideales y principios.

Esos luchadores constituyen referentes ticos de las nuevas generaciones de hombres y mujeres que se suman a las batallas por la dignidad. Cuando hay otros hombres que toman en sus manos las antorchas transformadas en ideales, quienes han cado viven y vivirn. Es el genio creador del vate Pablo Neruda que lo dice en sus versos del Canto General, en su magistral poema Alturas de Macchu Picchu :

Sube a nacer conmigo, hermano. Dame la mano desde la profunda zona de tu dolor diseminado. . No volvern tus ojos taladrados. Mrame desde el fondo de la tierra, labrador, tejedor, pastor callado. . Mostradme vuestra sangre y vuestro surco, decidme : aqu fui castigado, . Sealadme la piedra en que casteis y la madera en que os crucificaron, . Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta. Las luchas de nuestros ancestros son nuestra historia. El canto pico de nuestros poetas, y el pincel esparcido de nuestros muralistas, son nuestra memoria que hace invencibles a los pueblos. Carlos Poblete Avila* Profesor de Estado Chile, agosto de 2005 * Ex prisionero poltico de la dictadura militar fascista chilena.

PREFACIO

Esta es una pequea e inicial contribucin testimonial, surgida de la necesidad que tenemos de reconstruir paso a paso episodios de nuestra historia tan segmentada, demolida y amnesiada, es urgente ya reconocer que debemos caminar guiados por la mira de la objetividad y en el sentido inverso a como lo hace la ciega desmemoria, nuestra actitud y nuestros aportes deben ser libres de perjuicios, tan solo deben contar los superiores intereses de nuestro pueblo. Con el planteamiento de una vivencia personal en el movimiento armado que se desarrollo en los aos setentas se pretende aclarar tantas cosas inciertas que han dicho narradores por odas y con el objetivo de que no se tergiverse la historia narro mi participacin en lo particular en razn de que no puedo ni debo narrar hechos que no me constan y por justicia a mis compaeros y hermanos de armas para que queden registrados en la historia en su verdadera dimensin. Ahora, despus de haber egresado de la facultad de derecho, a la cual regrese a las aulas despus de tantos aos (por razones obvias) hago un anlisis jurdico, acciones armadas y algunas otras experiencias propias de la misma lucha as como tambin de la inmensidad de violaciones cometidas por el gobierno en la denominada guerra sucia. Este movimiento revolucionario que se suscita en los aos setenta nace con una propuesta de reformas democrticas al interior de la Universidad de Guadalajara, planteando una sociedad ms justa y con las mismas oportunidades, fueron demandas irrenunciables que planteamos en nuestro movimiento y que se confrontaron con las estructuras del conservadurismo y la represin de ese rancio y caduco capitalismo que tanto dao ha causado y que an sigue vigente. Por lo que nuestras demandas son an ms legitimas. Es de vital importancia reconocer que nuestro movimiento se nutre de una plyade de militantes y de dirigentes con una formacin poltica, acadmica e ideolgica provenientes de diferentes corrientes de varias partes del pas lo que definitivamente elev nuestro nivel poltico-ideolgico ya que nosotros provenamos de un barrio de pandilla denominada vikingos, con bastante experiencia en la lucha callejera. La violencia en la poltica tiene un papel capital y es el rasgo caracterstico del poder poltico o del poder del gobierno. El estado tiene el monopolio de la violencia a travs de uno o de varios aparatos especializados como la polica o el ejrcito que disponen absolutamente en contra de cualquier grupo de oposicin de la sociedad. El recurso al medio extremo de la violencia muchas veces pone de manifiesto la gravedad de una situacin de injusticia y la legitimidad de las reivindicaciones del grupo revolucionario o la ilegitimidad de quienes gobiernan. Las ideas marxistas-leninistas y maostas fueron el marco ideolgico que dio forma a una serie de practicas revolucionarias de impugnacin de los poderes polticos existentes en la mayora de los pases de Latinoamrica, principalmente en la dcada de los sesenta. El gobierno en un doble discurso, promovi la apertura democrtica y adopto posiciones progresistas en la poltica exterior, en tanto que al interior operaba la guerra sucia contra estudiantes y grupos de jvenes que buscaron en la guerrilla una opcin de cambio. Lus Echeverra lvarez fue quien dio la orden para eliminar la guerrilla a cualquier costo. Los conflictos sociales de finales de los sesenta y los setenta se originaron entre otros por la carencia o limitaciones de los canales de expresin poltica, que gener en muchos sectores (maestros, campesinos, ferrocarrileros y mdicos, entre otros) el coraje haca un gobierno caracterizado por su rigidez, corrupcin y autoritarismo.

El movimiento estudiantil sin duda fue uno de los que cobr mayor relevancia como conflicto social de finales de los sesenta, y su movilizacin cont con el apoyo y la identificacin de otros sectores que se convirtieron posteriormente en grupos guerrilleros. Se hizo caso omiso a las garantas constitucionales y los derechos humanos para combatir a elementos de la guerrilla. Estos hechos no solo afectaron a militantes guerrilleros, la represin alcanzo a familiares, amigos e incluso a personas ajenas al movimiento armado. Entre 1946 y 1947 nace la Direccin Federal de Seguridad (DFS), la cual jug un papel primordial en la guerra sucia al ser un servicio de inteligencia y de espionaje al servici del Estado y as controlar la esculida disidencia hasta su desaparicin en 1985. La DFS estaba compuesta por un gran nmero de agentes e informantes, estableciendo sus redes de espionaje y fuerza poltica, los operadores de esta institucin fueron Fernando Gutirrez Barrios, Javier Garca Paniagua, Jos Antonio Zorrilla Prez y en el contexto de la guerra sucia destaca la participacin entre otros de Miguel Nazar Haro quien se convirti en un personaje clave en la guerra sucia de Mxico, en sus manos estaba la operacin del grupo paramilitar Brigada Blanca que operaba de forma clandestina aparecida durante los setenta, especializada en reprimir y perseguir a travs de la tortura y desaparicin de las personas. La brutalidad con la que eliminaron a sus opositores tuvo la aceptacin tacita y complicidad de los medios de comunicacin y de grupos e intereses que consideraban que se era el precio que deba pagarse por mantener el desigual control econmico y la paz social. Este grupo destac por su crueldad y la impunidad para cometer todo tipo de crmenes de lesa humanidad. Entre ellos 532 desapariciones que hoy son indagadas, independientemente de las ejecuciones que realizaron. Si hubieran hecho un anlisis profesional que evaluara la real amenaza que representaba para el sistema el grupo guerrillero, no hubieran optado por la brutalidad y el exterminio de este grupo con su legtimo derecho a la protesta, ya que como se ver ms adelante ningn movimiento guerrillero signific un problema de seguridad nacional.Diferentes etapas del proceso revolucionario

VIKINGOS La pandilla del barrio de San Andrs, llamados Los Vikingos se convirtieron en el principal grupo de apoyo extra-universitario para la conformacin del FER. FRENTE ESTUDIANTIL REVOLUCIONARIO (FER) En los primeros aos de la dcada de los setenta, se empezaron a alzar voces atacando a la FEG de reformista, corrupta, incondicional del Estado y antidemocrtica. Esta oposicin, alent la formacin del Frente Estudiantil Revolucionario (FER) que surgi en septiembre de 1970 como una propuesta estudiantil democratizadora y como respuesta a las condiciones que prevalecan al interior de la Universidad de Guadalajara, sobre todo en lo que se refiere a una ausencia de democracia y a practicas de imposicin, represin y corrupcin en la misma. PRINCIPALES GRUPOS GUERRILLEROS URBANOS DEL PAS DURANTE LOS SETENTA

Entre 1971 y1972 en diversos estados del pas Distrito Federal, Chihuahua, Nuevo Len, Sinaloa, Durango y Jalisco la constante fueron diversas acciones armadas como forma de oposicin y enfrentamiento con el Estado, que lanz una fuerte envestida contra los movimientos guerrilleros y que si bien logr desmantelar algunos, no fue con todos. Como se mencion previamente fueron varios los movimientos que operaron en la clandestinidad, se abordara de manera ms detallada la conformacin de la Liga Comunista 23 de Septiembre, el FRAP y la UP. El nombre de la Liga se inspiro de varios elementos: Liga, por la organizacin que fundaron Carlos Marx y Federico Engels: La liga de los justos opcin en lugar de partido. Comunista, porque expresaba el objetivo histrico del proceso revolucionario y 23 de septiembre, en honor a la Guerrilla de Arturo Gmiz en Chihuahua. Tras la fuerte envestida por el Estado y exterminio de los disidentes, sumado a las propias limitaciones de la LC-23 se dio una transformacin para 1977, ao de mayor cantidad de desaparecidos a manos del gobierno, entonces al parecer ya no haba mas miembros estudiantiles sino obreros y como en aos anteriores sus militantes fueron muertos o desaparecidos. El peridico clandestino Madera editado por la liga habra interrumpi su edicin en el nmero 52, ao de 1980. Al parecer ya no exista ms la LC-23. La mayora de los jvenes que optaron por la lucha armada aos despus, fueron muertos o desaparecidos. La guerra secreta que libr el gobierno mexicano contra la guerrilla borr de la historia a decenas de estudiantes, campesinos y trabajadores, que empuando las armas para combatir la injusticia y lograr un pas mejor. Nos piden que olvidemos, que perdonemos, pero si olvidamos o nos da amnesia seremos traidores a nuestros muertos, nuestros desaparecidos, a sus familiares, a nuestros indgenas, pero sobre todo a nosotros mismos. No podemos olvidar para que no se distorsione la historia, al fin y al cabo qu es la historia?. La historia es mula del tiempo, depsito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente y una advertencia de lo que puede venir. Que la verdad no sea slo historia porque en el ahora, en el presente, se sentir el dolor de la injusticia an ms.CAPITULO I Del rancho a la ciudad

Nac el 18 de junio de 1947 en una ranchera cercana a la poblacin de Arandas, Jalisco. Mi padre, Jess Morales Padilla, era campesino y luchador agrarista. Mi madre, Agripina Hernndez Hernndez, se dedicaba al hogar y al cuidado de sus 14 hijos, de los cuales solamente quedamos mi hermana Maria Guadalupe, Josefina, Miguel, Manuel, Maria y mi hermano Ral, el menor de todos y yo, el resto ya haba fallecido, la mayora pequeitos, es lo que sucede en las rancheras marginadas al igual que en los pueblos indgenas (una simple diarrea es causa de muerte). Nuestra casa no era sino un cuarto de cuatro paredes de piedra con los agujeros tapados con lodo, con su techo de teja y en el patio un aguacate y un capuln, rboles que haba sembrado mi padre. Un arroyo corra como a cincuenta o sesenta metros y la nica casa que se miraba en los alrededores era la de mis abuelos maternos.

Casa donde nacimos doce de los catorce hijos, ranchera ubicada a tres horas a pie de la poblacin de Arandas Jalisco.

De ese rancho nos trasladamos a vivir al rancho Las limas, en el municipio de Degollado, Jalisco. A la edad de tres aos all desarroll mi primera actividad laboral cuidndole las chivas a un seor vecino de la ranchera. Yo las llevaba a pastar. Solamente una vez se me perdi una chiva y fue una movilizacin de toda mi familia hasta que la encontramos. Mis padres y mis hermanos se dedicaban a la siembra y a m me encantaba ayudarles cuando vea que el resultado del esfuerzo empezaba a dar frutos y brotaba de esas incipientes semillas su producto, la milpita, el jitomate, meln, sanda, y los primeros jitomates que salan me los coma. En ese ambiente transcurri mi infancia, entre juegos y trabajo, sobre todo al lado de mi hermano Ral, hasta la edad de siete aos que fue cuando emigramos a la ciudad de Guadalajara, vendiendo mis paps la casita que tenamos en busca de mejores oportunidades. Llegamos a Guadalajara en un camin de volteo con nuestras pocas pertenencias y todos amontonados arriba. Nuestro nuevo hogar fue una casita que compraron mis padres con la venta de la casa del rancho. Estaba en el barrio de San Andrs, casa demasiado humilde donde durante muchsimos aos nos iluminbamos con velas para leer o estudiar o simplemente para tener un poco de luz hasta que falleci mi hermano Manuel, y cuando estbamos velando su cuerpo vieron que no tenamos luz elctrica y nos la pusieron los compaeros de trabajo de mi hermano fallecido. Como mi padre haba emigrado a los Estados Unidos, mi madre trabajaba en una tortillera para sostenernos y al irnos a la escuela mi hermano Ral y yo pasbamos con ella, nos daba unas tortillas con sal, que nos saban riqusimas, y nos bamos muy contentos a la escuela primaria Lzaro Crdenas, vestidos de pantaln roto y huarachitos. A lo largo de mis estudios de primaria siempre tuve el deseo de estrenar unos zapatos, deseo que se me cumpli hasta que entramos a la secundaria. Cuando nos sentbamos a la mesa a comer, era una alegra estar todos juntos y mi madre muy al pendiente de que todos comiramos lo suficiente, aunque eran ms tortillas que frijoles las que tenamos que comer para llenarnos. Pero era hermosa esta convivencia, disfrutar del cario de mi madre y mis hermanos, extraando la ausencia de mi padre.

Posteriormente, mi hermano y yo nos fuimos a estudiar a la Escuela secundaria Nmero 2 para varones que tena como director al profesor que ms he querido en toda mi vida por su sencillez y su humildad y por el apoyo incondicional que les daba sobre todo a los ms humildes, el profesor Vctor Manuel Cadena Aguayo. Este maestro que yo quise tanto me imparta la clase de matemticas y cuando me haca alguna pregunta referente a la clase y no le saba contestar por estar distrado, l se molestaba y me llamaba: Muerto..!, y como no le escuchaba, me gritaba: Momia!. Y as hasta la fecha se me qued lo de El Momia. Un da estando yo en la planta alta de la escuela observando haca abajo a mis compaeros jugar en el patio, v que mi hermano andaba trenzado a los golpes con otro compaero de la escuela, cuando de pronto llega uno de los maestros al que le apodbamos El Chocolate, por prieto, el cual no nos quera por rebeldes, y les grita que se separaran pero pegndole con el puo a mi hermano. Al ver esto corr y le quito la escoba al mozo que barra el patio y me lanzo sobre el maestro a cobrarle la afrenta, pero al ver que voy corriendo sobre de l garrote en mano, arranca haca la direccin a refugiarse. Me quedo al lado de la puerta esperando a que salga, le avisan al director y me manda llamar, reclamndome muy enojado: As que palitos para tus maestros? Contestndole yo, llorando de rabia e impotencia: Pos, maestro, este cabrn le peg a mi hermano. Y me dice: Lrgate a tu casa! Te vienes maana a clases! Me fui entre muy enojado y asustado... y desilusionado, porque vi que el maestro que admiraba tanto no era lo justo que yo crea, pues me estaba reprimiendo delante del maestro que le haba pegado a mi hermano. Y asustado porque si se enteraba mi madre de mi expulsin de la escuela, le iba a hacer pasar un mal rato y yo tambin iba a pasar un mal rato, pues mi madre era de carcter fuerte. Yo no le coment nada hasta ver si el director me iba a expulsar o no. Al da siguiente estaba el director esperndome en su carro a la bajada del camin. Morales, ven sbete! me llam. A lo que yo contest con cierto sentimiento haca l porque no me haba apoyado ante la injusticia del maestro: No, maestro, aqu me voy a pie. Te digo que te subas! me insisti con voz ms firme. Y por fin me sub. Y comenz a decirme: Mira, yo s lo que t sientes por tu hermano. Est bien, pero acurdate que un maestro es como nuestro padre, hay buenos y hay malos, pero lo tienes que respetar. Al decirme esto, lo vi de reojo y volv a sentir el mismo afecto y admiracin que senta por ese hombre justo y comprensivo. En ese tiempo Guadalajara era una ciudad grande, pero no tanto como ahora. No llegaba ni al milln de habitantes. Y San Andrs era un pueblo que se lo fue tragando la ciudad hasta convertirse en un barrio ms con su gran parque arbolado, el San Rafael, su alberca siempre cubierta de hojas, sus frontones, sus canchas de fut y de basket. Hasta ah llegaba la ciudad. Las calles eran empedradas o de tierra, y alrededor del parque y ms all eran milpas, un viejo

balneario, y detrs corran arroyos de aguas cristalinas, con un remanso conocido como Las piedrotas. En esa etapa de mi vida, que rondaba entre los 17 o 18 aos, ya nos reunamos un numeroso grupo de amigos en el jardn de San Andrs, que era el corazn del barrio, franqueado por sendos templos a cada lado, con su kiosko al centro, su delegacin municipal a un costado, sus portales de arquera antiqusimos, con su banda musical tocando en el kiosko cada ocho das agregando los das festivos, como el 15 de septiembre, viendo las peleas de box con un ring improvisado ah. No por otra cosa el barrio dio boxeadores de la talla de Efrn El Alacrn Torres, Vicente El Tortas Garca, Jess Papelero Estrada. Y despus de las funciones de box suba a otro entarimado el grupo musical orgullo del barrio, Los Freddys, interpretando aquellas canciones romnticas, siendo uno de sus miembros mi amigo y compaero desde la primaria, Artemio Chvez, que tocaba el requinto y haca la segunda voz. Y en la esquina del jardn haba una nevera donde se escuchaba msica, que por lo general era el rock and roll. Esa era nuestra vida. Y nuestras reuniones eran para hablar de la novia y de la escuela. Nadie usaba drogas, porque era parte de la formacin que nos haban inculcado nuestros padres y porque no lo aceptbamos y si algn otro barrio golpeaba a alguno de nuestros amigos bamos por la revancha y les metamos tremendas garrotizas. Se fue creando entre nosotros un sentimiento de hermandad, territorial, incluso de clase. El nombre de los vikingos surgi como surge la necesidad de identificarse para cualquier barrio y nosotros, considerando que los vikingos nrdicos como conquistadores haban sido bravos, bueno, pues con ese nos quedamos. Nunca imaginamos lo que sucedera a esos amigos de adolescencia y a nuestras familias.

La ignorancia y la pobreza.

Si yo he nacido de un vientre desdichado y con pobreza fue tan solo para hacerme defensor de los humildes. Miguel Hernndez. Era tanta nuestra pobreza que en el mes de junio de 1970 mi madre se senta muy enferma y me pidi que le trajera al sacerdote para que la confesara, contestndole yo: No, mam, ellos no curan, te traigo al medico. Y me dice muy alterada: Que me traigas al padre! Y voy y lo traigo, pero, al momento de estar confesando a mi mam, yo pensaba recargado en la puerta de la casa: con que le voy a pagar al padre, si no tenemos dinero?. En eso sale el sacerdote, saco mi pistola 45 y le digo: No le voy a pagar, padre! Contestndome asustado: De qu, hijo? Pues de la confesin le digo.

A lo que me respondi todava blanco del susto: No es nada, las confesiones no se cobran. En ese momento sent que me tragaba la tierra por la ignorancia a la que te orilla la pobreza.

Comienzos de mi participacin poltica

Ya como estudiantes de preparatoria, mi hermano estaba en la Preparatoria de Jalisco y yo en la Preparatoria Nmero 2, comenzando as mi actividad y participacin en poltica estudiantil, lanzando candidatos a las presidencias de sus respectivas sociedades de alumnos, lo que abarcaba desde secundarias hasta facultades. An no tenamos ninguna organizacin estudiantil, simplemente eran candidatos vikingos en contra de la organizacin oficial denominada Federacin de Estudiantes de Guadalajara (FEG). No era cuestin electorera, sino de luchar y manifestar nuestra inconformidad que por tu condicin de clase te crea una rebelda natural, de esta forma se estaba dando una trinchera de lucha. Los primeros presidentes de escuelas que logramos imponer a sangre y fuego fueron: Oscar Gonzlez en la Escuela Preparatoria de Jalisco, con otros grandes dirigentes vikingos como Bonifacio Meja Segundo, Enrique Bustos, mi propio hermano Ral Morales, Jorge Gutirrez, conocido como Jorge Prieto, Julito, El Bruce, El Tonal, El Guicho Puya. Estas elecciones lograron ganarse incluso en contra de la decisin del propio Carlos Ramrez Ladewig, el idelogo de la FEG, al trmino de las elecciones en las que incluso no hubo candidato por ellos. Nos fuimos a celebrar el triunfo al parque San Rafael, que se llen de miles y miles de jvenes participando al lado de los vikingos. Que hermoso se vea el parque!. En la Preparatoria nmero 2 se logr imponer tambin por la fuerza como presidente a Javier Prieto Aguilar en el turno matutino y por la tarde se logr tambin triunfar de manera violenta en las elecciones quedando como presidente Sergio Aguayo Quezada El Monaguillo. En el nivel de secundaria venan despuntando muy fuerte ya incorporndose a la preparatoria varios dirigentes excelsos entre los que ms destacaban eran Arnulfo Prado Rosas El Compa, Enrique Guillermo Prez Mora El Tenebras, Jos Lus Carrillo El Vaquita, Joel El Cuernavaca, Ral Lpez Melendres El Petro, El Pelagallos, El Jericallo, etc. De todos estos compaeros, especialmente El Compa y El Tenebras, ingresaron a la Preparatoria nmero 4 y lograron de manera natural imponer su liderazgo junto con Efran Gonzlez Cuevas El Borre, y Eligio lvarez Carvajal. Para estas alturas, entre conquistas de escuelas dentro de la Universidad de Guadalajara y la suma de la mayora de los barrios, se conforma lo que sera gran parte del ncleo vikingo, el cual vio la necesidad de organizarse. Y se pens en una forma de organizacin. Se nombraba un representante por cada barrio que se sumaba a nosotros (que normalmente era el lder natural que se distingua por ser el mejor para los golpes) y tenamos reuniones cada semana con todos los jefes de barrio y los presidentes de escuelas, en fin todo lo que se sumaba organizativamente a nosotros lo llambamos Los Vikingos de San Andrs. Llegamos a un punto culminante cuando de todos los barrios de Guadalajara slo dos no eran nuestros. Uno era el de Los cuquis, que controlaba el tristemente celebre Carlos Morales Garca, alias El Pelcuas. El otro era el que controlaba el barrio de Los trojes, controlado por Rigoberto Palacios, que haba sido luchador de lucha grecorromana, y Jaime Abundio, que era instructor del pentatln, organizacin paramilitar de extrema derecha. Ambos barrios y sus dirigentes eran pilares de la nefasta organizacin paramilitar llamada FEG.

Cuando nosotros apoyamos las candidaturas de los tres compaeros que eran los candidatos vikingos a las presidencias de Preparatoria Jalisco, Preparatoria 2, Escuela vocacional, estando yo por la tarde en la Preparatoria nmero 2 apoyando a nuestro candidato Sergio, se hizo una batalla campal contra los candidatos opositores y la FEG que los apoyaba, de la cual sal con un brazo roto consecuencia de un tubazo que me pegaron y me lo rompieron y un rozn de bala en la pierna izquierda. Dur tanto rato la campal que hubo tiempo para que llegaran nuestros amigos de los barrios ms cercanos para apoyarnos y la balanza se inclin a nuestro favor. Ya con mi brazo enyesado, continuamos por la noche con la cacera de los golpeadores de la FEG y al que encontrbamos se llevaba tremenda garrotiza. Uno de los que encontramos fue subido a una camioneta y desnudo se le abandon a la orilla de la ciudad, despus de darle su merecido. Al da siguiente fuimos al edificio central de la Universidad de Guadalajara no recuerdo a qu, como unos cinco o seis compaeros, entre los que iba El Compa, Giblas, Fernando El karateca, al cual con toda intencin lo habamos invitado, y yo. Llevbamos unas varillas debajo de las chamarras porque presentamos que ah nos encontraramos en su guarida a nuestros constantes enemigos, lo cual se confirm. Nos rodearon y nos pidieron que nos furamos a la vuelta a darnos de golpes con ellos, les pedimos que escogieran cada uno a su rival y as fue. Perdimos la primera pelea, que fue Jaime Giblas. Cay con la nariz rota nuestro amigo, y anmicamente nos merm porque no estbamos acostumbrados a perder, pero la segunda pelea la ganamos con Fernando El Karateca, que con sus conocimientos en las artes marciales rpidamente dej fuera de combate a su oponente. Yo esperaba dentro de m que no me retaran porque traa mi brazo enyesado a consecuencia de la fractura. Con este triunfo nos sentimos un poco mejor, aunque bamos empatados, una perdida y una ganada. De pronto salta uno de nuestros mejores lderes, Arnulfo Prado Rosas El Compa. T conmigo! seal con el ndice a un tipo muy corpulento. Yo pens: Hubieras escogido a otro. Pero en eso grit: Para que veas como se rifan los vikingos! Y dicindolo y soltndole una rfaga de patadas y golpes, con lo que el otro rpidamente se rindi, diciendo: Ah muere. Pero El Compa le contest: No, nada de que muere, t eres el presidente de la Preparatoria 3 y all sigue. Pero no, El Compa se inscribi en la Preparatoria nmero 4, no por temor, sino por un acuerdo que tuvieron l y El Tenebras de conquistar dicha preparatoria que no era nuestra, pues ya tenamos conquistadas la preparatoria de Jalisco, la preparatoria nmero 2, la Vocacional y ellos se fueron a conquistar la cuatro, con su liderazgo y combatividad no haba duda de que lo iban a lograr y lo lograron. Estas golpizas se convirtieron en una costumbre ya que por lo regular casi a diario se desarrollaban en las escuelas, en los barrios, porque donde los amigos de los barrios pidieran el apoyo de los vikingos ah estbamos siempre. Esto nos fue curtiendo fsicamente y a no tenerle miedo a la polica. Sin quererlo se fueron dando una de las condiciones necesarias para el desarrollo y fortalecimiento de un movimiento revolucionario: el enfrentamiento con la polica en la pelea callejera, lo que va proporcionando experiencia y a no temerles. Si a esto se le suma una formacin ideolgica tenemos como resultado un potencial cuadro dirigente. Sin siquiera darnos cuenta, esto

nos fue proporcionando una presencia, un prestigio y un crecimiento. Por ello, cuando por las circunstancias, estas confrontaciones contra un brazo armado del Estado como lo era la FEG, se fueron sumando, hasta convertirse en movimiento armado, todas las organizaciones que surgieron de l o que se aproximaron a l, queran entre sus filas a los militantes del FER con descendencia vikinga. Siempre que participaban en una operacin militar ellos se sentan muy seguros del xito si participaba en la operacin un ex miembro vikingo o del FER. Quiero aclarar que poltica e ideolgicamente estbamos bastante atrasados, pero ya en nuestras filas sentamos gran simpata por el figura del Che, por Ricardo Flores Magn, por la pureza de Zapata, y quisimos darle forma y sentido y comenzamos a abrevar de ellos para dar esa lucha diaria al interior de la misma Universidad y democratizarla, conformando un frente comn de todas las corrientes de lucha, ya que las condiciones as lo exigan. Para ste momento ya se haban incorporado compaeros con ms claridad ideolgica, acadmica, provenientes de todas las corrientes polticas de izquierda que haba en el interior de la Universidad y que vean el potencial que ramos en masa haciendo esa conjugacin del pensador con el forjado en la lucha diaria. Los entonces dirigentes de la Universidad de Guadalajara en la persona de Carlos Ramrez Ladewig ante el crecimiento cualitativo y cuantitativo que estbamos teniendo optaron por expulsar del seno de la misma a los dirigentes ms identificados por su liderazgo para as truncar el avance que se vena dando y liquidar el desarrollo de nuestra lucha. Uno de los primeros expulsados fui yo. Pero eso no sera suficiente para detenerme.CAPITULO II Nacimiento del Frente Estudiantil Revolucionario

Decidimos darle forma organizativa a todo el potencial que tenamos en barrios y escuelas. Fue as como nacieron las Juventudes Juaristas. Pero si dejamos de llamarnos vikingos y comenzamos a llamarnos Juventudes Juaristas fue por la necesidad de abrir una brecha hacia la va democrtica, pero tambin porque la represin era cada da ms intensa. Sin descanso, la polica asolaba nuestros barrios. Las razzias eran constantes. Por ello, este cambio lo hicimos por estrategia, para calmar un poco la represin policaca. Por esta razn hicimos incluso una alianza poltica con la familia Zuno. Esta alianza no era ideolgica sino poltica. Ellos queran recuperar la Universidad de Guadalajara, que alguna vez tuvieron y que perdieron por haberse involucrado Jos Guadalupe Zuno Arce en el movimiento ferrocarrilero. Esto a la postre permiti que Carlos Ramrez Ladewig les diera golpe de Estado y les quitara el control de la misma y la convirtiera en un feudo personal. Con l surgi la FEG como brazo de control poltico-policiaco. Y nosotros aceptamos esa alianza por nuestra histrica persistencia y tozudez de democratizar la universidad. Dicha alianza a mi no me daba buena espina, ya que lo primero que hicieron los Zuno fue expulsar de la organizacin a nuestro mximo dirigente Manlio Fabio Macias Rivera, Flavio. Esto a m me molest sobremanera, porque con que autoridad moral lo hacan?. La unidad que habamos cuidado durante tantos aos comenz a resquebrajarse. Surgieron las divisiones, pues algunos compaeros se dejaron deslumbrar pensando que podan obtener alguna posicin poltica o econmica. Yo, en lo personal, hice una defensa frrea de Flavio. Ante algunos de mis propios amigos haca yo la observacin de que mejor era romper con esa alianza, pues lejos de beneficios nos iba a perjudicar. Pero por otra parte tena una deuda moral con Andrs Zuno, pues una de las veces en que fui detenido, l, junto con Flavio y mis amigos de San Andrs me rescataron de las mazmorras de la Procuradura amenazando incluso al procurador. En esa ocasin as obtuve mi

libertad. Pero esa deuda para m no representaba nada, porque primero eran mis amigos de infancia y el proyecto en el que venamos trabajando durante tantos aos.La toma de la casa del estudiante

La primera accin que se realiz de esa alianza entre vikingos o Juventudes Juaristas y los Zuno en contra de la dirigencia de la Universidad o de la Federacin de Estudiantes de Guadalajara, fue la toma de la Casa del Estudiante de la FESO (Federacin de Estudiantes Socialistas de Occidente). Dicha casa se encontraba en la calle de Coln, en el jardn Aranzazu y pegada al templo del mismo nombre. Esta casa era el lugar a donde llegaban compaeros de otros Estados del pas que carecan de recursos y ah se podan alojar a lo largo de sus estudios. El da 23 de septiembre de 1970 se tom la casa por asalto a las dos quince de la maana, ya que dicho edificio era controlado por los hampones de la FEG y golpeaban o expulsaban a los que simpatizaban con nosotros. Y optamos por esta medida por dos razones: una para proteger a nuestros amigos; y la otra, para castigar a los mafiosos abusivos, lo que se decidi un da antes en una reunin previa en una casa que se encuentra localizada en el Sector Reforma. Para esta primera accin se formaron tres grupos. Un compaero se brinc por el templo de Aranzaz que colindaba con la casa y abri la puerta sigilosamente, permitiendo que se introdujera el primer grupo, detrs el segundo y luego el tercero. Yo iba en el segundo grupo y llevaba una pistolita de cachas de madera muy rusticas. Pero yo ya me senta el Che. Me senta orgulloso pues pensaba que era nuestra primera accin revolucionaria. Segn nosotros esta accin llevaba buenas dosis de tctica militar. A las tres de la maana expulsamos en puros calzones a estos execrables y nefastos inquilinos. El problema radic al amanecer, pues la casa fue rodeada por todo tipo de policas. De pronto la pregunta era: Qu hacer ahora?. Y yo tena un doble problema. La polica me andaba buscando, ya que unos das antes haba balaceado a Carlos Olivares (era uno de los fegistas que viva en nuestro propio barrio) fracturndole una pierna con uno de los disparos, y el sujeto que lo acompaaba se haba salvado por llevar un libro en el brazo izquierdo: el libro detuvo la bala, que iba directa al corazn. La razn de esta agresin fue por abusivos, ya que acababan de golpear a uno de los compaeros ms chicos, a quien le decamos El trucha y que era primo hermano del Compa. Y ahora estbamos acorralados en la Casa del Estudiante. Despus de la toma y expulsin de los mafiosos, qued conformado el Frente Estudiantil Revolucionario (FER). Algunos nos decan que por qu no le ponamos Federacin como la antagnica y la respuesta fue que no, porque ramos un frente de lucha, recuerdo que una de mis responsabilidades junto con Arnulfo Prado Rosas fue seguir controlando las preparatorias para seguir conservando el contacto con nuestros amigos y simpatizantes, porque tenamos responsables de secundarias y otros de facultades. El primer acuerdo fue salir a la calle para no enclaustrarnos pues la Casa se estaba convirtiendo en una trampa. Aqu el problema era que estbamos a merced de ellos y que nos detuvieran. No sabamos que giro iban a dar las cosas y vivamos una gran incertidumbre por lo que se recurri al apoyo de nuestras bases en las escuelas. A la salida de la Casa del Estudiante nos topamos con las miradas amenazadoras de la polica. Creo que para ese momento Carlos Ramrez Ladewig y compaa no tenan el apoyo total del gobierno para reprimirnos, motivo por el cual salimos en el momento justo y nos dirigimos a llevar el mensaje de rebelda a diferentes escuelas. La primera fue la Escuela Vocacional. La respuesta fue muy eufrica ante el mensaje del Frente Estudiantil Revolucionario. Siempre tratamos de ocultar las pocas armas que traamos, pero con ello

queramos decir que ramos diferentes, que era urgente hacer la limpia al interior de la Universidad. La siguiente escuela que visitamos fue la Facultad de Ciencias Qumicas con el mismo resultado y en esta escuela fue an mejor el recibimiento. Estbamos tratando con gente de mayor capacidad poltico-ideolgica. Porque en esta escuela haba cuadros que militaban en la Juventud Comunista, gente plenamente comprometida con la lucha social y que posteriormente algunos de ellos se involucraran en la guerrilla. Posteriormente visitamos la Escuela Politcnica. Creo que eran como las once treinta de la maana y estando en plena arenga los oradores del FER de pronto llegaron algunos carros con miembros de la mafia, entre ellos el Presidente de la Federacin de Estudiantes de Guadalajara, Fernando Medina La, gritando improperios y disparando a mansalva desde los vehculos. Empezaron a caer compaeros por las rfagas disparadas y como el nico que se haba bajado de los vehculos fue su presidente, ante nuestra respuesta tambin cayo herido, el cual al terminar la agresin fue trasladado por nuestros compaeros en un acto humanitario a un hospital para que fuera atendido. Cuando estaba tirado herido nos coment que prefera morir a manos nuestras ya que estaba seguro que sus propios amigos lo iban a acribillar por la espalda, argumentando que necesitaban un mrtir y ese era l. El que lo haya dicho fue otra de las razones por las que se le traslad al hospital. Puede ser que sea esta una de las razones por la cual finalmente perdi la vida?. Exterminar al FER vala eso y mucho ms. Los compaeros lo dejaron a las puertas del hospital por avenida Francia y huyeron para no ser detenidos. Medina La falleci posteriormente. Braulio Surez fue uno de los compaeros heridos en esa lluvia de balas. Recibi un tiro en el cuello y otros en la espalda. Fue llevado a una casa por San Andrs con el fin de darle atencin mdica, falleciendo ah recostado en la cama. El compaero que viva en esa casa nos deca muy acongojado: Y ahora qu le voy a decir a mi mam?, pues en buen problema lo estbamos metiendo. Se decidi trasladarlo cerca del lugar de los hechos para que fuera recogido por una ambulancia. Despus de la balacera ocurrida en el politcnico yo me fui a esconder a la casa de mis paps y ya ms tarde llegaron Flavio (que ya haba regresado nuevamente a tomar las decisiones en el grupo), Arnulfo Prado Rosas, El compa, Ren Delgado Becerra, El perico, Alfredo Campaa Lpez, el Ingeniero Enrique Guillermo Robles Garnica, Juan Manuel Rodrguez Moreno, El Clark, y otros ms que de momento no recuerdo. Ah me entregaron la primera nota periodstica que sali en El Sol de Guadalajara despus de los acontecimientos. En su encabezado deca: EL MOMIA EMPEZ LA BALACERA. No alcanzaba a comprender la magnitud ni el grado de violencia a que se iba a llegar slo por la osada de pedir la apertura democrtica en la Universidad. En lugar de en las aulas, ahora tenamos que reunirnos, discutir, organizarnos secretamente en las sombras. Desde esa primera reunin la pltica se desarroll en torno a los acontecimientos, el rumbo que haban tomado y el qu hacer?. La tarea era reagrupar toda la infraestructura que habamos construido durante tantos aos en escuelas y barrios, ahora que todos ramos fugitivos y nos encontrbamos sin rumbo y sin direccin, pero s con un inmenso coraje por la arbitrariedad y la impunidad y el mayor deseo de luchar. En un intento desesperado intentamos hacer el ltimo esfuerzo de que nos reconocieran al FER como organizacin poltica estudiantil, la indemnizacin de los primeros muertos y la libertad de los primeros presos polticos que eran Jos Natividad Villela Vargas, Eleuterio Lpez Navarro, Becerra, Blair, El Larva, detenidos en la casa del estudiante el mismo da en la madrugada, y Enrique Guillermo Prez Mora, Bonifacio Mejia Segundo, detenidos en Michoacn a donde se haban ido a refugiar. En total eran once, ya que yo

fui el procesado nmero doce de esta balacera. Algunos opinaban que no haba salida, que slo nos quedaba la va armada. La verdad es que no sabamos qu rumbo seguir, y es que de pronto de la noche a la maana tenamos que hacer vida clandestina por seguridad y despedirnos de nuestras familias. No llegamos a ningn acuerdo concreto, y Flavio y yo nos fuimos a la ciudad de Mxico en la comisin de hacer llegar un documento de la posicin del Frente Estudiantil Revolucionario a Lus Echeverra lvarez, presidente electo y yerno de Jos Guadalupe Zno Hernndez. Llegamos a la casa de Jos Pags Rebollar, director de la revista Siempre! y en la cual se encontraban el obispo de Cuernavaca, Morelos, Sergio Mndez Arceo (por cierto hombre de principios) y se encontraba ah por que quera conocer a los miembros del FER. Tambin estaba el comentarista de noticias Jacobo Zabludowski, y uno de los ms altos dirigentes del movimiento del 68 Toms Cervantes Cabeza de Vaca y otros ms que no conoca. Dimos el mensaje y nos trajeron la respuesta: Nosotros no tenemos porqu tratar con mugrosos. A buen entendedor, pocas palabras. Qu casualidad!, utilizar hasta el mismo calificativo despectivo que nuestros histricos enemigos de la FEG utilizaban. Como una muestra del apoyo incondicional que Luis Echeverra le estaba brindando a la Federacin de Estudiantes de Guadalajara (FEG), vino a Guadalajara el doce de octubre de 1970 para inaugurar el nuevo edificio de la FEG, una mole en la calle Carlos Pereira nmero 100. Con esto le declaraba la guerra al Frente Estudiantil Revolucionario. Nos regresamos a Guadalajara, contactamos a nuestros amigos y nos reunimos en una casa por el rumbo de la Plaza de la Bandera y ah les comentamos el resultado del ltimo intento por la va democrtica. Ahora pasbamos a la etapa de construccin de las nuevas fuerzas de la revolucin donde la tarea estratgica sera, por tanto, la de organizar, movilizar y unificar la voluntad popular para combatir y seguir avanzando. Cuando se cancelan todas las opciones para quienes tienen un proyecto de transformacin social y de justicia para los grupos desamparados del pas, entonces el futuro es violento. La capacidad en cuestin de principios y planteamientos era muy diversa, pero quien no planteara la lucha armada era descalificado y sealado de demcrata, pacifista, pequeoburgus y hacindoles la invitacin de que el que quisiera dar el salto a la lucha armada tomara todas las precauciones ya que iba de por medio la vida. Se hizo mucho hincapi en la importancia de la lectura para elevar el grado de conciencia y el nivel poltico-ideolgico para poder tener con claridad la propuesta de construccin de la nueva sociedad y el porqu era caduco el sistema capitalista. Se dio la consigna de formar cuadros profesionales poltica y militarmente. Todo eso se discuti en esa primera reunin. Nos despedimos vindonos al rostro, seguros de que algunos de los que nos encontrbamos ah reunidos ya no nos volveramos a ver por algn desafortunado encuentro con el enemigo, pero era un compromiso continuar con el desarrollo de nuestras tareas ya que estbamos seguros de que la revolucin triunfara. Acordamos citas, contactos y continuar con el trabajo poltico-armado con toda nuestra estructura, la que era muy difcil restablecer por la intensa persecucin. Ahora se nos presentaba la urgente necesidad de recuperar recursos. Comenzamos las expropiaciones, convirtindonos de grupo democrtico en grupo armado y dando el salto cualitativo a la clandestinidad de 1970 a 1973 como FER.

Nuestra primer manifestacin impresa ya en la clandestinidad, despus del asesinato de nuestros compaeros en la Escuela Politcnica el 29 de septiembre de 1970.

Aqu comprendimos que Carlos Ramrez, amo y dueo de la Universidad de Guadalajara y de la Federacin de Estudiantes de Guadalajara (FEG), haban conseguido el apoyo por la deuda que le cobraron al Gobierno Federal por la traicin al movimiento estudiantil de 1968. Recordemos que la nica universidad del pas que no apoy el movimiento del 68 fue la de Guadalajara e inclusive reprimieron a la comisin que vino a solicitar el apoyo. La alianza que se haba realizado con la familia Zuno qued rota. A m no me extra en lo absoluto que en los primeros balazos huyeran ya que venamos de extraccin diferente y nuevamente cada quien se qued con los suyos, ellos a su trinchera al lado del gobierno, y nosotros a la nuestra, la brega callejera. El Gobierno del Estado en acuerdo con la Universidad de Guadalajara decide demoler la casa del estudiante a raz de la balacera el da anterior.La demolicin de la casa del estudiante

Al da siguiente, treinta de septiembre, llegan militares vestidos de civil. Al mando del 17vo regimiento de caballera estaba el General Francisco Garca Castellanos. Son detenidos treinta miembros del FER y consignados solamente once ya que yo fui el procesado doce, en este expediente de la toma de la casa del estudiante, en mi posterior detencin. En el asalto a la casa

del estudiante iban unos trescientos militares en autos civiles. Se dividi la fuerza en una actuante y otra de reserva. La que actu fue la del cuarto batalln de infantera del cuartel colorado. Golpearon a los estudiantes y se los llevaron al cuartel colorado y al tercer regimiento de caballera en Ocotln, y a otros los mandaron al veintin regimiento de caballera de Sayla. Se envi una catapulta y se derrib el edificio bajo la orden de dejarlo hecho tierra limpia.La intolerancia y el resultado de sta

Analizando del porqu una simple propuesta democrtica haba sufrido un giro tan violento, la respuesta era sencilla: la FEG era un brazo ms del pulpo del sistema As como las organizaciones obreras nacieron para controlar y reprimir llegado el caso a los trabajadores, y as como tambin las organizaciones campesinas haran lo mismo con aquellos que supuestamente representaban, as a la FEG le tocaba desempear ese papel con los estudiantes de la Universidad de Guadalajara y si ese control se perda entonces entraran en funcin los cuerpos represivos, policacos, militares y paramilitares. Y esto fue lo que finalmente ocurri y se intensificara en Guadalajara. La deuda del 68 del gobierno hacia la FEG quedara saldada con esta represin sangrienta contra los militantes del FER. Nosotros entendimos que el FER quedaba sealado como el grupo a combatir con todo el podero militar. Nos llevaron a un punto sin retorno. Solamente nos quedaba la fortaleza de nuestra dignidad y oponerle a las fuerzas reaccionarias la fuerza revolucionaria. Sabamos que la voluntad de un hombre con principios no es fcil de doblegar. Sabamos tambin que la violencia siempre ha nacido de gobiernos ilegalmente constituidos, llmense militaristas, totalitaristas, siempre disfrazados de gobiernos democrticos. El 7 de Febrero de 1972 aparece el primer nmero del rgano de prensa del comit coordinador del Frente Estudiantil Revolucionario llamado EL VIKINGO dedicado a la memoria del comandante Genaro Vzquez Rojas, quien haba fallecido el dos de febrero de 1972 y que en este nmero se lea: Ustedes como nosotros, escogimos el difcil camino de la lucha porque no quisimos pertenecer a una generacin ms de apticos y castrados ideolgicamente. Tratbamos de fortalecernos poltica y militarmente mediante el hostigamiento y constituirse en verdadera fuerza militar frente al enemigo y tener esa capacidad de ponerlo a la defensiva con diferentes mtodos para crearle el desconcierto y su debilitamiento moral. Por su parte, la Universidad de Guadalajara en el ao de 1972, para encubrir sus nefastas fechoras y darse tintes de democrtica, invita al presidente chileno Salvador Allende el cual vena enfundado de un merecido prestigio ganado a pulso por haber sido electo democrticamente en contra de la voluntad del imperialismo yanqui. En su conferencia magistral en el auditorio que ahora lleva su nombre dijo aquellas frases celebres Ser joven y no ser revolucionario es hasta una contradiccin biolgica. De seguro que estas frases les retumbaron hasta los odos porque precisamente quienes lo invitaron fueron los reaccionarios de la FEG. Nosotros entendimos que el motivo de su presencia se deba a la necesidad de fortalecer los lazos polticos y econmicos que cualquier gobierno tiene que hacer con pases an de ideologas diferentes, con tal de darle bienestar a su pueblo. Seguro era un reclamo a sus anfitriones, pues l saba de sus antecedentes represores, aunque algunos no se dieron por aludidos. Nos quedo muy claro que las fuerzas y corrientes del conservadurismo, del retroceso, de la intolerancia y el oscurantismo estaban apropiadas del destino nacional. Para el FER se cerraron los espacios para continuar en trminos legales. Es en este momento que el recurso o no de las armas se convierte en el gran dilema para el FER.

En el desarrollo de los acontecimientos es ste uno de los momentos ms significativos, puesto que las posiciones de los grupos antagnicos quedaron bien definidas. Una de las pocas salidas para el FER en tanto qued expuesto como un grupo en rebelda, lo llev como organizacin a sujetarse a un cambio gradual de postura que implic en un primer momento la reduccin de sus miembros. Son los filtros naturales que se dan en todos los movimientos: por un lado estn los militantes que de acuerdo a sus principios y su compromiso no tienen ningn problema para continuar en la lucha, y por el otro estn aquellos a los que los mueve otro tipo de intereses personales. Estos inmediatamente abandonan la lucha. Muchos se quedan en el paso de una situacin de calma a una situacin de intranquilidad. En nuestro caso, la situacin a la que se enfrentaron muchos, de un da a otro, fue de hallarse repentinamente en condiciones de alto nivel de riesgo. Se puede hablar de un momento intermedio entre la toma de la casa del estudiante y la conformacin de los grupos de ataque que terminaran siendo la representacin guerrillera en nuestra ciudad, esto, hacia el ao de 1973. La fase 1970-1973 se distingui por ser una era de violencia juvenil no nada ms en Jalisco, era un fenmeno nacional despus de la represin del 68. La de nosotros el 29 de septiembre de 1970 y la del 10 de junio del 71.

. CAPITULO III La vida en la clandestinidad

La clandestinidad es una forma tctica que nos permite evadir la represin y la agresin de la burguesa en el poder, protegindonos en y con el pueblo. El sujeto clandestino es un hombre comn, que utiliza los recursos legales del enemigo para evadirlo, que aprende a la convivencia diaria con las masas, que ante cada acierto o accin revolucionaria no espera adulaciones y calla modestamente, la clandestinidad como forma tctica nos permite: La acumulacin y preservacin de nuestras fuerzas; garantizar la continuidad del movimiento revolucionario, estar fuera del circulo del poder del enemigo; no presentar un frente definido al estado burgus para evitar que nos destruya. La vida en la clandestinidad es azarosa, la muerte te asecha a cada instante, la respiras, la sientes, la transpiras, ves en cada persona, en cada sombra, un polica, tienes que volverte invisible, la fuga es constante, la vida sufre un cambio radical al tener que abandonar la seguridad del hogar, la convivencia diaria con tus padres, hermanos, amigos, la esposa, los hijos, el peligro constante a perder la vida, pero todo por un ideal: la justicia social!. La prctica con la teora revolucionaria forman un conjunto de elementos indispensables para que al mismo tiempo que elevas tu capacidad terica-militar fortaleces tu moral revolucionaria, la disciplina, la lectura para adquirir esa capacidad poltico-militar pasando a la ofensiva y llegar a un grado superior de lucha, la que finalmente fuimos pasando paulatinamente a la defensiva por el gran podero militar del enemigo. Precisamente por la falta de visin de crear tambin la tctica de retirada segn la estrategia planteada por Sun Tzu, nos creo una catastrfica derrota. Tena razn Hctor Eladio, aunque tambin en la Liga se argumentaba que no haba por qu prolongar la guerra y simplemente si no quieres bajas, no combatas. Para desarrollar el grado ideolgico sostenamos al interior de la organizacin constantes seminarios que consistan en encerrarnos por periodos de una semana toda la dirigencia para el estudio y el anlisis poltico y organizativo. Recordando una de las conclusiones a las que llegamos

era: El desarrollar la lucha revolucionaria a su mxima expresin y la movilizacin poltica para fortalecer la unidad y elevar su conciencia. Una tarde ya obscureciendo fui con mi padre y mis hermanos, ya que mi madre poco tiempo atrs haba fallecido y tena ganas de verlos. Salt por una casa que daba exactamente a espaldas de la de mis paps, nos dimos un fuerte y efusivo abrazo, comentndome mi pap que tuviera mucho cuidado, pues observaba a diario gente sospechosa parada enfrente, en las esquinas, carros con gente dentro hacindose seas con los que estaban plantados. Lgico, l tema que en cualquier momento se diera el enfrentamiento si lograban detectarme y tuvimos una larga discusin poltica. Yo le argumentaba, tratando de justificar mi conducta y de aminorarle su sufrimiento y mortificacin, que si ellos como generacin haban perdido la revolucin de 1910-1917 al asesinarles a sus lideres los Villa, los Zapata, los Flores Magn etc., yo no debera ser tan cobarde como para exigirle que an a su avanzada edad se regresara para que continuara la revolucin y nos dieran una sociedad ms justa, eso sera irresponsabilidad de mi parte y poca hombra. Yo senta la obligacin moral de levantar su bandera y ser un continuador de su lucha y le recordaba que l haba luchado por los mismos ideales y eso lo haba convertido en el hombre justo, solidario y con mucha sensibilidad que yo admiraba. Pero l slo me contestaba: Hijo, te van a matar. Y yo insista, no tanto para convencerlo, sino para aminorar su pena, ya que mi madre tena poco de fallecida y l senta que su hijo en cualquier momento poda ser asesinado, pero definitivamente nunca lo pude convencer con mis argumentos. En eso estbamos, cuando tocaron a la puerta, y me dice mi pap: Escndete! Corr al primer cuarto de la casa que da a la calle, con el rifle abr poquito la cortinita de la ventana y observ que era la polica, sintiendo el peligro que estaba corriendo mi padre por la cobarda que siempre demostraron estos asesinos, pero ya los tena a tiro y al primer movimiento de peligro fcilmente los eliminara. En ese momento mi pap abre la puerta y le preguntan desde unos vehculos varios tipos malencarados: Don Chuy, dnde anda Chuy chico? Mi pap les contesta: No s, pues hace mucho que no lo veo!, Los policas de una forma agresiva le dicen: Se me hace que usted es de los que hay que darle en la madre para que hablen! Contestndoles mi padre: Permtanme tantito Entrando a la casa agarra su pistola 45 y saliendo nuevamente a la puerta, les dice: Ahora si, dganme que quieren, hijos de la chingada! A mi no hay cabrn que me la deba y este vivo, todos estn en el panten Ellos saban que mi padre haba participado en la lucha cristera y haba tenido un papel relevante al fusilar a un pelotn de soldados y a un general despus de hacerles que escribieran la carta de despedida a sus familiares, segn me platic mi padrino de bautismo, cuando me platicaba que buscara entre las cosas de mi pap una aguilita, con la que se haba quedado cuando fusil al general. Saban que se enfrentaban a un hombre bragado.

No, Don Jess! le dijeron los policas. Ya sabemos quin es usted, pero es que su hijo trae muchas rdenes de aprehensin. Uno de ellos insisti: Dgale a Miguel que queremos hablar con l! Miguel era el mayor de mis hermanos. Cuando se retiraron inmediatamente le di un fuerte abrazo a mi padre y a mis hermanos, lloramos un rato, me desped saltando las bardas de las casas de atrs por donde siempre llegaba, ya que el frente siempre estaba vigilado. Al siguiente da mi hermano fue a ver al comandante policiaco a ver para que lo quera, dicindole el jefe policiaco que yo contaba con varias ordenes de aprehensin e incluso que haba una fuerte recompensa a quien me capturara vivo o muerto. Treinta mil pesos era la recompensa. Mira, te voy a decir que hago yo por mi hermano le respondi mi hermano Miguel. No s qu hagas tu por los tuyos!, Pero si algo le pasa a mi hermano, a ti y a toda tu familia los voy a matar, y si tienes perros hasta ellos tambin. El comandante le respond: Yo no tengo por qu tener ese problema, Mi hermano le dice: Pues ya te dije. Y se retir del lugar. A los quince das volv a regresar a la casa de mis padres para saber si todava los seguan molestando, nos volvimos a abrazar. Y como v que en la banqueta de la calle estaba un buen nmero de mis amigos de infancia de ah de la cuadra, sal con gusto a saludarlos a sabiendas del peligro que corra, pero no poda negarme el gusto de platicar con ellos. Al verme salir de la casa todos se sorprendieron, dicindome: Qu estas haciendo aqu? Te traen muchas ganas! En eso estbamos, cuando de pronto sin darme cuenta un carro negro y sin luces ya estaba muy cerca de nosotros y corro al interior de la casa hasta la azotea. Mis amigos corren por diferentes rumbos y comienza la balacera. Yo les disparaba de arriba de la casa, cambindome de lugar constantemente y ellos apostados en el carro me disparaban haca arriba, prolongndose durante un buen rato el intercambio de disparos. Luego se retiraron y baj inmediatamente con la pistola en la mano, preguntando por mis amigos. Observando en el piso vidrios regados como consecuencia de los disparos sobre el carro y un charco de sangre, me qued un poco consolado pensando que no se haban ido limpios. Busqu y encontr a todos mis amigos, faltndome solamente uno. Mi temor era que lo tuvieran ya en las torturas. Pero cual fue mi sorpresa al verlo venir por media calle con otro sujeto que lo traa abrazado por el cuello. Yo me cubr en un rbol que estaba afuera de una casa y mi pistola en la mano. Me pregunt porqu no avanzaba y quin era el sujeto que vena con l. No se vea muy bien ya que era de noche, pero veo que le quita el brazo de encima y se viene haca m, y me doy cuenta que no se vena porque lo traa encaonado. Y cuando se acerca, mi amigo me dice: Mira cmo me dejaron!

Y veo que le haban sacado un ojo, se lo haban reventado y vena sangrando. En ese momento me grita el polica desde media calle: Ya chingaste a tu madre, ahora si no te nos pelas! Contestndole yo: Pues ya chingaste a la tuya! Y comienzo a dispararle, cae herido y le sigo disparando en el suelo donde cay herido y corro y me meto a la casa y subo hasta la azotea, parapetndome nuevamente. Y ya no se arrimaron los carros ni a recoger a su herido o muerto, yo no lo saba, ah estaba tirado. En ese momento llega en su carro un vecino que viva enfrente de mi casa al que le decamos El Bonanza y le grito: No te estaciones, scame de aqu! Contestndome temeroso: S. Por lo que bajo inmediatamente y me subo a su vehculo. Al arrancar puse mi cabeza en direccin al poste entre las dos puertas con mi pistola en la mano, ya que en la esquina estaba uno de los vehculos policacos. Al pasar junto a ellos, esperando yo sus disparos me llev una gran sorpresa, ni me dispararon ni les dispar. Mi amigo me llev hasta el pueblo de Zapotlanejo. Nuevamente no pudieron atraparme. Pero lo que quedaba atrs era la incertidumbre de mi pap, mi esposa, mis hermanos, de si haba logrado escapar. Esta vez jug un papel muy importante mi suegra, que tambin nos acompaaba hasta Zapotlanejo, la que regres con la buena noticia de que s haba logrado escapar. Tom un autobs y me traslad a la ciudad de Mxico. Ya estando yo en la ciudad de Mxico, me escond en una casa cerca del templo de la Villa y all me alcanz un amigo, Flavio, que me inform que mi hermano Ral haba sido detenido como represalia por no haber podido atraparme, y que para soltarlo le ponan como condicin que les dijera dnde poda estar escondido, pero mi hermano, que es de lo ms integro, no les dijo nada, y en consecuencia lo mandaron consignado a la penal por el delito que yo haba cometido. Por fortuna, no dur mucho tiempo en prisin. Tambin me enter que el polica que haba quedado tendido en el suelo, herido, y del que yo casi estaba seguro que haba fallecido porque le vace todo el cargador de mi pistola, aunque puede ser que por lo oscuro no le acert todos los tiros, y al que le apodaban El Tigre, no haba fallecido. Despus me enter que solamente era madrina de la polica. Despus de tres das de bastantes charlas y anlisis prolongados acerca del desarrollo de los acontecimientos en Guadalajara, confirmbamos, con gusto, de como iba subiendo de manera muy acelerada el nivel de la combatividad de los compaeros. Fuimos a comprar vveres, rastrillos, jabn, y al llegar a la esquina sorpresivamente nos sale la polica. Quietos! nos gritan. Yo iba leyendo un peridico entre mis manos y por lo tanto distrado. Y tratan de ponerle las esposas a Flavio, pero rpido de reflejos corre esposado de una sola mano y yo corro en sentido opuesto, me introduzco por la puerta de una casa que se encontraba abierta y por las azoteas corro y bajo a una vecindad, quedndome ah un buen rato sin saber lo que haba pasado con mi amigo. Los inquilinos de la vecindad no me delatan e incluso me dicen ya se retiraron, ya puedes salir. No tena a donde ir y regres a la misma casa donde me refugiaba. A los ocho das lleg Flavio con otros amigos y sal inmediatamente a su encuentro preguntndole que cmo se haba quitado las

esposas que se llevo puestas, respondindome que se meti la mano en su bolsa del pantaln y nunca la sac hasta llegar a Guadalajara y ya estando ah los amigos se las quitaron. Me invitaron a una reunin por el rumbo de Tlatelolco, ya que me comentaron que ah se encontraban unos cubanos y era importante que estuviramos ah para hacer intercambio de experiencias y opiniones, por lo menos a mi me pareca muy interesante conocer el punto de vista de alguien que su revolucin si haba triunfado. Cuando menos yo en mi concepto los tena en un plan ms elevado y que sus aportaciones tenan que ser muy valiosas y que por lo menos podramos tener contacto a travs de ellos con otros movimientos guerrilleros de otros pases. Llegamos a una finca de la cual no puedo sealar ya que tenamos por costumbre caminar con la cabeza inclinada haca abajo para no ver nombres de calles ni nmeros como medidas de seguridad de tus compaeros y de tu organizacin. Al encontrarnos en el interior de la casa en una sala muy grande con una mesa al centro y varias sillas alrededor comenzamos la discusin sobre el lineamiento poltico, estrategia, forma organizativa, etc. Todo marchaba bien hasta que para nuestra mala suerte llega la polica, parece ser que era un lugar ya conocido y detectado por la misma. Yo desconoca que no era segura, sino no hubiera ido. Esta casa estaba disfrazada como fabrica de fundicin o algo parecido. Al irrumpir la polica, corr y me met en uno de los hornos, y como estaba muy oscuro no vieron donde me ocult y los dems no se donde se escondieron ya que solamente los cubanos se quedaron ah sin molestarlos, slo hacindoles preguntas sobre nosotros especialmente sobre m. Me arrim a la ventana que tena la luz prendida y yo vea a los cubanos pero ellos a mi no y los vi todos asustados, preguntndose entre ellos que por cierto eran tres: Oye, quienes son estos? Luego vi que Flavio y su amigo Hctor entraron al cuartito al lado de los cubanos. Sal de donde estaba oculto y cuando entr se me quedaron viendo sorprendidos, preguntando que dnde me haba escondido. Pensaban que me haba brincado las bardas. Vmonos! les dije y salimos agazapados. Nos subimos al carro de Hctor sin saber si los policas estaban cerca todava, retirndonos rpidamente de ese lugar y les hice mi comentario en forma de reclamo: Este lugar es muy peligroso, para otra ocasin tengan cuidado a dnde vamos y con quin vamos. Nos regresamos a la ciudad de Guadalajara a continuar con el trabajo estructural y a darles aliento a los compaeros, sobre todo a los ms chicos que los habamos dejado abandonados, slo que el trabajo revolucionario as lo requera y, bueno, ellos mismos deberan tener su propia iniciativa sino no bamos a poder crecer. Pero la represin era muy fuerte y nos fuimos a Citala, una poblacin muy cercana a Guadalajara, Wenceslao Martnez Ochoa, Antonio Garca Mendoza, Rafael, Flavio y yo. En este pueblo nos dimos una buena relajada, tomando leche recin ordeada, nos dbamos nuestros paseos a caballo y como nadie nos conoca tuvimos un buen reposo, pero el trabajo deba continuar y adems por la carencia econmica, nos regresamos a Guadalajara a hacer la primera expropiacin.La primera expropiacin

Debido a la escasez de recursos y a las tareas de organizacin, decidimos realizar la primera expropiacin. Era una expropiacin porque eran recursos que recuperbamos de los explotadores que les robaban a la clase trabajadora y que con los cuales financiaramos el movimiento

revolucionario, porque el robo es de los vulgares delincuentes y la expropiacin es de los revolucionarios. Para esta expropiacin ya habamos recibido informacin de que en cierta empresa podamos obtener buenos recursos, pero cometimos el error de no verificar la informacin. Nos trasladamos Antonio Garca Mendoza, Wenceslao Martnez Ochoa, un compaero de ascendencia china que slo saba que se llamaba Rafael, y yo. Llegamos al lugar indicado. A m me tocaba desarmar al guardia, pero al encaonarlo con mi pistola me sent impactado al ver que este seor tena un exagerado parecido a mi padre. Mi actitud cambi radicalmente, pidindole de favor que me entregara su arma, lo cual pareca absurdo tratndose de una expropiacin. Y l me deca: Tese quieto. Y yo me preguntaba en medio de la confusin: cmo desarmarlo sin lastimarlo? Hasta que afortunadamente lleg Wenceslao por detrs y le sac la pistola. Esto me dej ms tranquilo y ya me lo llev al interior dicindole: Vngase, seor, por favor y subo a un cubculo que se encontraba en la parte alta de la empresa en donde se localizaba el gerente. Sub por l, encaonndolo para que bajara a abrir la caja fuerte que se encontraba en otra oficina en la parte baja. Con el gerente mi actitud fue otra y le indiqu que la abriera apuntndole a la cabeza, ste se arrodill para girar la perilla de la caja fuerte y despus de un rato voltea su rostro desencajado, descolorido a verme y cruza sus manos en signo de imploracin diciendo: Virgencita de Guadalupe, porque me haces esto! Y yo le deca: brela cabrn! A lo que el me contestaba: Espreme, espreme, espreme. Y continuaba tratando de abrirla y despus de otro nuevo intento volva nuevamente su rostro haciendo otra exclamacin Dios mo, qu hice para merecer esto! Al ver que nunca iba poder recordar el nmero de la combinacin debido al pnico que lo invada, les dije a mis compaeros que nos furamos, y nos retiramos sin un solo cinco. Y al salir volv a ver a aquel seor de estatura baja, casi de la misma edad, arrancherado, de mirada noble, y de alguna forma satisfecho de que este seor en ningn momento se amedrent, me record ms a mi padre. Lo vi con cierta ternura y nos retiramos.La boda de Mario el loco

Por esos das hicimos otra expropiacin que s tuvo xito y el vehculo en el que la habamos realizado lo abandonamos. Y me comenta Jos Concepcin Ruiz Michel, Mario el Loco, que se iba a casar. Y por no tener vehculo para llevar a su futura esposa a la iglesia, fue por el mismo que habamos abandonado. Grave error, ya que un vehculo que se utiliza en alguna accin violenta siempre se queda la polica vigilndolo por algunos das para ver quien regresa. Pero Mario, que era muy osado, fue por l para que lo arreglramos con flores y llevrselo al templo, y mientras lo lavaban los compaeros Mario y yo estbamos jugando con unas espadas que l tena en la azotea de la casa de Republica. Estbamos muy contentos porque l pasaba a mi gremio de los casados, adornamos el carro con flores y fuimos al templo donde l se iba a casar, y en otro vehculo nos fuimos Wenceslao, una compaera hermana de Lus Jorge Melndez Luevano, quien posteriormente morira trgicamente enseando a otros compaeros la preparacin de una bomba, misma que le explot en sus manos, Antonio Garca Mendoza, Rafael el de ascendencia

china y otros compaeros que estaban en el interior del templo para cuidar que Mario saliera bien librado de su boda. Fue un momento de mucha tensin, ya que el temor de que la polica apareciera en cualquier momento era grande. Por el nerviosismo y al no separar en ningn momento mi mano de la pistola 45 fajada a la cintura y con cartucho cortado y sin seguro, se me dispar un tiro y Mario pensando que se haban armado los balazos hecha mano de una escopeta recortada que traa a un costado cubierta con su bonito smoking. El sacerdote asustado los declara rpidamente marido y mujer y da por terminada la misa. Le expliqu a Mario que no haba ningn problema, que por accidente se me haba disparado la pistola. Y todava tuvimos la osada de en la noche ir a la fiesta, en esta fiesta nos encontrbamos todos los compaeros que andbamos escondidos, cada uno con su gabn y con su respectiva arma debajo del mismo. La polica se enter de nuestra presencia y no se anim a llegar, Mario se dio un reposo, se fue de luna de miel a Mazatln y nosotros continuamos con la tarea revolucionaria. Algunos nos suponen heroicos, sufridos, sacrificados, abnegados, sin saben que ambamos la clandestinidad porque ambamos a nuestro pueblo y no comprendern nunca que fuimos dichosos porque ambamos la irregularidad, el silencio, la accin, el aire puro de la clandestinidad, por haber roto las cadenas de la esclavitud y quitarnos la venda de la ignorancia y sentirnos libres de toda atadura burguesa. El miedo que tuve fue por ser responsable del peligro del otro. Cuando te encuentras con tu lucha, brota la felicidad, an si no dura ms que el tiempo de un suspiro. Los ojos del pueblo destilan lgrimas y odio y se preguntan: luchar o resignarse? No lo dudamos un instante pues estbamos comprometidos con nuestro pueblo y los ideales Guevaristas. No cambiaran su vida de aqu en adelante por una oportunidad de ser libres? Podrn tomar nuestra vida, pero no nuestra libertad. Slo que si la lucha a nosotros nos produca felicidad a nuestros seres queridos les produca incertidumbre y dolor. A mi esposa al no tener la certidumbre de donde estaba su marido, ya que la polica le deca que ya estaba muerto y ella les contestaba: pues entrguenme el cuerpo, me imagino cuanto dolor padeci cuando ley cinco veces mi muerte en los peridicos. Una de ellas deca que me encontraron en la barranca destrozado, pero que me haban identificado, que el muerto era Jess Morales El Momia, otra de las noticias que le sobre mi muerte fue en la que murieron unos compaeros que venan de la ciudad de Mxico, creo que eran del FRAP. Antes de llegar a la piedad, Michoacn, se encontraron con un retn militar, creo que eran tres compaeros los que sacaron sus granadas, bajaron a los pasajeros del autobs y las detonaron antes que dejarse detener. Pero los peridicos daban la noticia que uno de los muertos fue identificado como Chuy El Momia. Ms otras tres que no recuerdo como me mataron. Yo lo tomaba con tranquilidad, pero me imagino el sufrimiento de mi amada esposa, mi padre y mis hermanos. La nostalgia de reencontrarme con mi esposa, de ver a mis queridos hijos, me apachurraba el corazn, pero este dolor lo sustitua anteponiendo mi conviccin de que haba que pagar el precio que fuera an a costa de mi propia vida por la libertad de mi pueblo. Como es posible que Ernesto Che Guevara siendo argentino tena un conocimiento tan preciso acerca del gobierno Mexicano?, al decir: es en Mxico donde la podredumbre ms grande est cubierta por formas pseudo democrticas de convivencia. En todo este periodo de la vida clandestina la participacin revolucionaria es conjunta de todas las corrientes que habamos conformado el FER, y que por las divergencias ideolgicas y de liderazgo termin por conformarse despus de 1973 las tres organizaciones guerrilleras: La Liga Comunista 23 de Septiembre, Las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo y la Unin del Pueblo.

Yo en lo personal intent unificar a las organizaciones ya que mis compaeros del FER militaban en las diferentes organizaciones guerrilleras y no estbamos acostumbrados a las divisiones entre nosotros, pero la incrustacin de cuadros extraos con bastante capacidad nos produjo una profunda divisin. Los miembros del FER que queran participar en la lucha revolucionaria se encontraban con la disyuntiva de participar en alguno de los tres grupos guerrilleros o de acuerdo a la relacin de amistad o por el anlisis personal para decidir a qu grupo se integraban. Como el avance ideolgico era muy precario en los miembros del FER no quedaba de manera clara en cual organizacin participar para no hacerlo por cuestiones de afinidad o amistosas y si no queras equivocarte pero tampoco conocas en profundidad los planteamientos de cada una de estas organizaciones. El FER qued totalmente fragmentado. Yo no tena ningn problema para platicar con todas las directrices, pero en la pltica que tuve con Enrique Guillermo Prez Mora El Tenebras me comentaba de lo equivocado que estaban las dems organizaciones acusndolas de militaristas y llamando a Lucio Cabaas de forma despectiva como el peln y a los de la UP como los bomberos. Luego estuve en otra casa escondido en la calle Moro que ahora se llama Federalismo platicando con la dirigencia de la Unin del Pueblo y estos acusaban a la Liga de pequeo burguesa, de provocadores, de lanzar a toda su estructura a un suicidio colectivo, se hacan el reclamo de unas armas, en fin que inclusive estaban a punto de una confrontacin entre organizaciones revolucionarias, aunque sta situacin me produca desconcierto y desconsuelo, no se poda hacer gran cosa para unificar. Estbamos en esa platica en la calle Moro tratando yo de convencer a los de la Unin del Pueblo del dialogo, cuando lleg el comandante guerrillero Lucio Cabaas Barrientos y la dirigencia de la UP y Lucio se encerraron a platicar, charla en la que no me permitieron participar. Cosa que me produjo malestar ya que yo admiraba a Lucio porque era el icono de la guerrilla rural. Dej una mochila con cartuchos de dinamita, la cual nos llevamos Lus Jorge Melndez Luevano El Tiburn y yo a una casa donde le quitamos lo sudado a los cartuchos y ah me ense a desarmar las granadas para quitarles la dinamita que traen en el interior para aprovecharla en algn artefacto explosivo sustituyndola por plvora con el cuidado de quitar la espoleta y volverla a poner. Nunca ms volv a ver al profesor Lucio Cabaas.CAPITULO IV El asesinato de Arnulfo Prado Rosas El Compa

La penltima vez que haba visto yo a Arnulfo haba sido el 29 de septiembre de 1970, despus de la balacera del politcnico. Nos habamos reunido en la casa de mis padres donde lleg herido con un balazo en el taln, producto de dicha tiroteo. Estando tambin el compaero Flavio, el Ingeniero Garnica, Alfredo Campaa Lpez, Juan Manuel Rodrguez Moreno El Clark, Ren Delgado Becerra El Perico. Despus de analizar los acontecimientos nos despedimos con las respectivas palabras de tomar las precauciones necesarias, nos abrazarnos y nos despedirnos. Despus de un nuevo regreso de la ciudad de Mxico, llegu a la casa de mis padres, a la cual como de costumbre me haba brincado por atrs. No s cmo los compaeros supieron que yo estaba ah, pero como a las cuatro de la tarde llegaron Arnulfo El Compa, el ingeniero Garnica, Juan Manuel Rodrguez Moreno El Clark y Ren Delgado Becerra El Perico. Era el 23 de noviembre del ao de 1970. El Compa me comenz a plantear el nuevo rumbo que deba de tomar la lucha, comentndome que si la revolucin de 1910-17 la haban perdido nuestros padres, ya que les haban asesinado a sus lideres, los Villa, los Zapata y los Flores Magn, era obligacin de nosotros darle continuidad hasta ver triunfar la revolucin y construir la nueva sociedad socialista. Me dej

totalmente sorprendido por el salto cualitativo que haba dado Arnulfo en la lucha. Se haba convertido en el cuadro ms avanzado ideolgicamente. Qu agradable sorpresa me dio! Y enseguida me dijo: Oye, Chuy, vamos a una reunin que va a haber con los Zuno. T llmalos a cuentas y yo te asegundo. A lo que estuve de acuerdo, pues no nos importaba en absoluto su relacin. Era claro que pertenecamos a diferentes clases y cada quien regresaba a su lugar de origen y que aquel compromiso poltico (no ideolgico) que habamos pactado estaba roto, pero haba que aclararlo para que no hubiera confusin ni malos entendidos. Partimos en el vehculo que era del ingeniero Garnica. Recuerdo que era un Valiant. El mismo Garnica lo manejaba. A su lado derecho se sent el Clark, en el asiento trasero a mi lado izquierdo El Compa y a mi lado derecho iba El Perico. Yo iba sentado en el centro. Pasamos por el jardn de San Andrs, lo que nos trajo hermosos recuerdos. Bajamos por la calle de Javier Mina, yendo haca el centro y en el trayecto pasamos por la Penal, donde se encontraban entre nuestros compaeros presos El Tenebras, El Pocho, El Boni, El Villela. Todos volteamos a ver la penal y no hicimos ningn comentario. Voltee a ver a Arnulfo de reojo y al verlo hundido en sus pensamientos, le coment: Oye, no has visto a tu novia? Y le brillaron los ojos, rindose, y me contest: Si, anoche estuve con ella y hasta tomamos cafecito! Comentando tambin El Clark: Fjate, Chuy, que tuvimos que estarle haciendo guardia mientras l platicaba. Y me comentaron tambin que acababan de tener un enfrentamiento con gente de la FEG con los que se toparon en una llantera. De nosotros nadie result herido y de la otra parte no se supo el resultado. Nos quedamos todos callados en un hermetismo inexplicable, ya que haba mucho que platicar y volteo otra vez a ver a Arnulfo, llevaba la cabeza inclinada abajo, pensativo, triste. En qu pensaba? No lo s. Llevaba un rifle M-2 en sus piernas y una 45 en una sobaquera. Ren El Perico tambin llevaba un M-1 encima de las piernas. De los dos compaeros que iban adelante no recuerdo qu armas llevaban, pero largas no. Llegamos a la Calzada Independencia, subimos unas cuadras haca el poniente, bajando por la calle Juan Manuel y nos estacionamos en la esquina de Venustiano Carranza, en contra esquina del correo mayor, y les pregunto: Dnde es la reunin? Y me dice El Compa: A la otra cuadra. Sealndome la calle Independencia, y le digo: Pues vmonos para all Y me contesta: No seas gevn agregando enseguida: Qu arma traes?

Y sorprendido le contesto: Chin se me olvido en la casa! Pues la haba dejado sobre la cama cuando ellos llegaron, y como no regresamos y por el gusto de volverlos a ver, se me olvid. Entonces l me da el M-2, tres cajas de parque y tres cargadores. Garnica nos dice: Yo aqu los espero. Yo entenda que Garnica no quera llegar a la reunin porque saba que cuando menos yo no aceptaba a los del partido comunista por que los consideraba traidores y no confiaba en ellos. Ejemplos haba muchos: la traicin al Che Guevara, al movimiento estudiantil de 1968, y haban publicado un desplegado en el que se deslindaban de nosotros porque no compartan la lucha armada. Nos bajamos del vehculo y atravesamos la calle, yendo El Compa a mi lado izquierdo, El Perico de mi lado derecho y atrs de nosotros El Clark. Garnica se haba quedado en el carro. Al ir atravesando la calle yo vi un grupo en contra esquina de donde nos estacionamos y mi primera reaccin fue voltear a ver al Compa y luego al Perico, pero sin comentarles nada para que no pensaran que tena miedo. Supona que ellos tambin los haban visto y yo quera ver su reaccin, ver si haba peligro, pero no vi ninguna expresin en ellos. Calcul que no haba peligro y nos subimos a la banqueta. Pero repentinamente alguien sali desde atrs y sujet al Compa por la espalda. Con la mano izquierda lo agarr por la cara, tapndole la boca, y con la mano derecha lo encaon con una pistola en la espalda. El Clark se regres al vehculo con Garnica y El Perico peg el salto debajo de la banqueta protegindose atrs de un carro estacionado y yo no se cuanto rato me qued impvido por la sorpresa y en seguida salt atrs del Perico quien ya estaba con su M-1 en la mano, y yo desenfundando el rifle que momentos antes me haba dado El Compa y cortando cartucho. Apuntamos haca donde el tipo tena agarrado a Arnulfo y viendo cmo se quedaba girando los ojos de un lado para otro muy desorbitados y con su mano derecha tratando de tomar su pistola que traa en la sobaquera. Entonces le gritamos al tipo que lo tena encaonado: Sultalo y ah muere! Y l contest: Si me tiran aqu lo tengo! Se lo volvmos a repetir ya que los amigos del tipo se haban refugiado detrs de un carro del servicio social de la Universidad de Guadalajara. En ese momento vi cmo quitaba su mano izquierda de la cara de Arnulfo, quien hizo el intento de brincar haca donde estbamos nosotros, pero el otro le dispar no se cuantos tiros por la espalda, cayendo Arnulfo herido sobre la acera. Nosotros inmediatamente le disparamos, pegando nuestros impactos en la pared. No le podamos acertar ya que despus de los disparos que le hizo por la espalda al Compa, gir escondindose en la pared sacando la pura mano y volviendo a disparar sin asomarse haca donde nos encontrbamos nosotros. Entonces los sujetos parapetados detrs de la camioneta del servicio social de la Universidad de Guadalajara tambin nos comenzaron a disparar, acertndome un tiro en mi pierna izquierda. El rifle se me cay a unos pasos, lo volv a tomar y los busqu, pero ya iban huyendo rumbo de la Calzada Independencia.

Hay que pasarnos al otro carro me grit Ren, para acercarnos ms a la esquina y tener a tiro a este cabrn! Avanzamos haca el segundo carro, y cuando pensamos que podramos tenerlo a tiro, el sujeto ya iba a media cuadra corriendo. Le hicimos unos disparos, cay herido, no se de qu gravedad pero otro vehculo que tampoco habamos visto y que estaba en la otra cuadra haca el poniente, se aproxim y de l se bajaron varios sujetos, lo levantaron, lo subieron y se fueron.

Entonces nos quedamos El Perico y yo en el puro centro de las cuatro esquinas con los rifles en la mano y yo herido. Quieren saber quin asesin al compaero? comenz a gritar Ren. Fue la mafia fegista! Nosotros somos del Frente Estudiantil Revolucionario que nos hemos levantado en armas contra este gobierno asesino! Yo por mi parte vi mucha gente, y pensando que eran tambin parte de la emboscada que nos haban tendido, cre que este era nuestro final y le pongo la R de rfaga a mi rifle pensando en

vender cara mi vida. Pero recapacit y sacud la cabeza, dicindome: es gente inocente son slo mirones. Ren, est el Compa tirado! le grit al Perico. Vamos con l! Y entonces l termin su arenga y nos acercamos con el Compa. Se encontraba boca arriba con la cabeza haca Independencia y los pies haca Juan Manuel, traa botines color miel, pantaln de mezclilla, una playera blanca con su camisa a cuadros, desabotonada, su pelo un poco crecido, se nos quedaba viendo con su mirada muy triste y nos ve a los ojos a Ren y luego a mi y vi que hizo el esfuerzo por levantarse, pero no poda. Postr mi rodilla derecha ya que la izquierda la tena herida, puse su cabeza en mi brazo izquierdo porque en la derecha tena mi rifle. Viendo en su rostro un rictus de dolor y recordando a uno de los heridos de la escuela politcnica que haba recibido un tiro en la cabeza y comentaban que era muy necesario hablarles y que te respondieran para que al llegar al mdico tuvieran ms oportunidad de salvarse. De eso me acord y por eso le pregunt: Negro, qu paso? Lo de negro era de cario ya que su piel era de un color apionado. No me respondi, y le vuelvo a preguntar: Dnde te dieron? Y me dice: Aqu. Seal con el dedo su estmago y empez a escurrirle un hilillo de sangre por la frente y los ojos se le empezaron a poner color nube, sin brillo, y se le extravi la mirada e intent resistir la muerte cerrando los puos con mucha fuerza, tanta que se le mova su cabellera apretando sus dientes. Me volv haca la gente que se haba reunido ah, apuntndoles con mi rifle y dicindoles: Llamen a una ambulancia! Recargu su cabeza en el piso, ya que haba transcurrido bastante tiempo y en cualquier momento poda llegar la polica. Me volv y v que el carro en el que habamos llegado ya no estaba, pues se haban ido en l Garnica y El Clark. Vmonos le dije a Ren, no tarda en llegar la polica, los compaeros ya se fueron nos dejaron, y nos quedamos a pie. Nos retiramos por la calle Independencia y llegamos al lugar donde era la mencionada reunin. Ah una seora histrica nos dijo que nos furamos. Yo no vi a nadie ms. Continuamos nuestro camino con los rifles bajo el brazo, Ren escondindolo bajo su gabardina y yo bajo mi chamarra. Llegamos a la Calzada Independencia y al llegar a la calle de Jurez abordamos un taxi, dicindole que nos llevara rumbo a la Normal. En el trayecto, sacando su rifle, El Perico le dijo al chofer: Necesitamos tu carro! No te lo vamos a robar. Nos acaban de matar un compaero. No te preocupes por el y no avises a la polica. Bajamos al chofer y nos fuimos. Entonces me dijo Ren: Sabes qu Chuy, hay que dar la vida por el Compa. Vamos a la FEG a matar cabrones hasta que nos maten A lo que yo le contest:

Esta bien, pero vamos por un chofer para que se quede en el carro y tu y yo entramos disparando y luego tratamos de escaparnos, a lo mejor lo logramos Y me dice: Tienes razn, estoy muy confundido, no pienso bien. Y fuimos por un compaero que era muy bueno para manejar. Ya con l acompandonos les coment: Hay que aprovechar el viaje, mira aqu vive uno de ellos. Era por Avenida la Paz. Hay que ajusticiarlo. Y llegamos, tumbamos su puerta, y no haba nadie. En el trayecto llegamos a otro domicilio por Avenida vila Camacho y todas las luces estaban apagadas en seal de que no se encontraba nadie. De ah nos fuimos al barrio de Mezquitn donde vivan otros de los principales dirigentes de esa organizacin fascista. Al llegar estaba la puerta abierta. Nos introdujimos con toda la intencin de buscar la inmediata venganza. Era mucho el dao que nos haban causado con esta baja y queramos lo ms pronto posible castigar a los asesinos o a sus directores intelectuales. Para nuestra mala suerte no se encontraba nadie. La em