Mensajero 193

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Año 7 No. 193 Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla Domingo 22 de noviembre de 2015 Donativo: $5.00 www.mensajero.mx TLALNEPANTLA CUAUTITLÁN IZCALLI ECATEPEC TEOTIHUACÁN TEXCOCO NEZAHUALCÓYOTL VALLE DE CHALCO Mensajero Año Internacional de la Vida Consagrada Pág. 2 Pág. 15 Pág. 10 Pág. 6 Pág. 8 Esperanza y desafíos Mensaje de los Obispos en su 100 Asamblea Plenaria Pág. 9 Tener fe y tener misericordia... #somosmisioneros digitales Los laicos y las obras de misericordia Cómo vivir el Adviento en familia Utilizar a Dios para justificar terrorismo es una blasfemia

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Periódico Católico de la Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla.

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Año 7 No. 193 Provincia Eclesiástica de Tlalnepantla Domingo 22 de noviembre de 2015 Donativo: $5.00 www.mensajero.mx

TLALNEPANTLA CUAUTITLÁN IZCALLI ECATEPEC TEOTIHUACÁN TEXCOCO NEZAHUALCÓYOTL VALLE DE CHALCO

MensajeroAño Internacional de la Vida Consagrada

Pág. 2

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Pág. 8

Esperanza y desafíos

Mensaje de los Obispos en su 100 Asamblea PlenariaPág. 9

Tener fe y tener misericordia...

#somosmisionerosdigitales

Los laicos y las obras de misericordia

Cómo vivir elAdviento en familia

Utilizar a Dios para justificar terrorismo es una blasfemia

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2 MensajeroVoz del PastorDIRECTORIO

Excmo. Sr. D. Carlos Aguiar Retes

Arzobispo de Tlalnepantla

Excmo. Sr. D. Ricardo Guízar Díaz

Arzobispo Emérito de Tlalnepantla

Excmo. Sr. D. Guillermo Or�z Mondragón

Obispo de Cuau�tlán

Excmo. Sr. D. Francisco González Ramos

Obispo de Izcalli

Excmo. Sr. D. Oscar Roberto Domínguez

Cou�olenc, M.G

Obispo de Ecatepec

Excmo. Sr. D. Onésimo Cepeda Silva

Obispo Emérito de Ecatepec

Excmo. Sr. D. Guillermo Francisco Escobar

Galicia

Obispo de Teo�huacán

Excmo. Sr. D. Juan Manuel Mancilla Sánchez

Obispo de Texcoco

Excmo. Sr. D. Héctor Luis Morales Sánchez

Obispo de Nezahualcóyotl

Excmo. Sr. D. Víctor René Rodríguez Gómez

Obispo de Valle de Chalco

Excmo. Sr. D. Efraín Mendoza Cruz

Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

Excmo. Sr. D. Jorge Cuapio Bau�sta

Obispo Auxiliar de Tlalnepantla

Excmo. Sr. D. Francisco Ramírez N.

Obispo Auxiliar Emérito de Tlalnepantla

DIRECTOR GENERAL

Mons. Víctor René Rodríguez Gómez

Presidente de la Comisión Provincial para la

Pastoral de la Comunicación

DIRECTORA EN TURNO

Abril Villanueva

SUBDIRECTORMons. Luis Mar�nez Flores

DIAGRAMACIÓN Y DISEÑOSamuel Nájera

COLABORADORES

Equipo de la Pastoral de la Comunicación de

la Provincia Eclesiás�ca de Tlalnepantla.

Registro en trámite.

Mensajero Es una publicación catorcenal de la Provincia

Eclesiás�ca de Tlalnepantla. Se distribuye en la

Arquidiócesis de Tlalnepantla y en las Diócesis de

Cuau�tlán, Izcalli, Ecatepec, Texcoco,

Teo�huacán, Nezahualcóyotl y Valle de Chalco.

[email protected]

Estamos a unos días del inicio del Año Jubilar de la Miseri-cordia, otorgado a la Iglesia por el Papa Francisco, en el que esperamos vernos favorecidos a pesar de nuestras faltas. El ser misericordioso de Dios se constata concretamente

en tantas acciones de la historia de la salvación donde su bondad prevalece por encima del castigo y la destrucción. "Él perdona todas tus culpas, y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de gracia y de mise-ricordia" (MV 6).En el año jubilar la Iglesia se pone en movimiento para

explicar, enseñar y promover esta gracia de la Misericor-dia de Dios, proponiendo las distintas formas en la que cada bautizado puede ejercer esta misericordia o como dice el Papa, ser "Misioneros de la Misericordia". Por el bautismo y nuestra pertenencia a la Iglesia, cada uno según su estado, participa del sacerdocio y la misión de Cristo.En realidad tener fe es tener la determinación de conver-

tirse en discípulo de Jesucristo, asumiendo los sentimien-tos y las actitudes que tuvo Él, inspirándonos con su ejem-plo, tratando de "ser misericordiosos como el Padre es misericordioso".La fe y el amor misericordioso se expresa en variadas

formas, como aprendimos desde niños con las siete obras de misericordia espirituales y siete corporales. Pero la visión y la experiencia de los pobres en esta materia suele ser ejemplar, como la de Don José, conocido feligrés de una Parroquia de Valle de Chalco, quien cierto día se acer-có a las oficinas de la parroquia, para pedir una “Misa especial... para interceder por unos ladrones”.

Ante la sorpresa y desconcierto de la secretaria parro-quial expuso sus motivos: el día anterior habían entrado a su pequeño negocio de reparación de bicicletas unos ladrones, que le robaron todo lo que tenía, su herramienta, sus refacciones y las bicicletas que sus clientes le habían dejado para reparar. Don José había logrado equipar su taller con mucho

esfuerzo y sacrificio, este era su único sustento, por lo que se encontraba muy triste y preocupado, siendo de avanza-da edad difícilmente podría encontrar un empleo y no tenía otro modo de ganarse la vida.La secretaria le preguntó la intención por la que quería

ofrecer su Santa Misa y él respondió que quería ofrecerla “por los ladrones que habían robado en su negocio, para que les vaya bien, Dios les bendiga y ya no tengan necesi-dad de robar”. La secretaria, al no saber cómo anotar la intención, fue con el Párroco para consultarle. El padre se sorprendió ante la bondad de esta persona, que después de haber sufrido un daño, no quiere nada malo para los ladro-nes, sino la bendición de Dios y hacer oración por ellos.Los valores cristianos aprendidos en la infancia siguen

iluminando la vida de Don José, como sucede especial-mente entre los pobres, los de la fe sencilla, sin que se pier-da la llama del amor fraterno. El aprendió desde niño que al sufrir un mal, lo importante es perdonar y devolver bien por mal. Le roban el manto y da también la túnica.Esta es también la misericordia como la entiende el Papa,

cuando nos enseña que al dar y compartir, no hay que dar lo que nos sobra sino de lo que, incluso, necesitamos para vivir.

† Víctor René Rodríguez GómezObispo de Valle de Chalco

22 de noviembre de 2015

Tener fe y tener misericordia...

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3Mensajero Editorial22 de noviembre de 2015

Durante los meses de octubre y noviembre en las vicarías de la Dióce-sis de Teotihuacán se realizaron una serie de conferencias con las que pro-ponemos ofrecer algunas herramientas para formar un espíritu crítico de modo que sean capaces de juzgar con una visión objetiva la realidad, para no dejarse llevar superficialmente por las propuestas que ofrecen una visión dis-torsionada e incompleta de la realidad. La degradación de las costumbres, de

los valores morales y la ética han veni-do a derivar en una situación de inesta-bilidad social violenta con consecuen-cias graves en la familia, la economía,

la política, la Iglesia y en general las instituciones que se han visto rebasadas en sus funciones.Se hace necesaria una reeducación de

la sociedad, rehaciendo el tejido social, enseñando y promoviendo valores auténticos y universales. El núcleo central sigue siendo la familia, pues ahí se forman los actores de la sociedad.Participaron más de quinientos

padres de familia. Estos eventos se realizaron con la colaboración de la Fundación Konrad Adenauer y el Insti-tuto Mexicano de Doctrina Social Cris-tiana (IMDOSOC).

Siempre que nuestra vida transita por caminos pedrego-sos, es lento nuestro paso, inseguro y difícil, sentimos sombras y frío en el alma, y quizá pensamos que Dios se ha olvidado de nosotros. No podemos tener claridad y con-fianza porque estamos teme-rosos de lo que pueda aconte-cer. Todos hemos pasado por momentos así, sin embargo, la forma como enfrentamos estas situaciones es muy per-sonal.

Las personas que tiene forta-leza espiritual muchas veces se han curtido en medio de adversidades extremas y aun-que todas estas experiencias son individuales y únicas, no se pueden comparar ni medir, debemos tomar esos testimo-nios como enseñanzas para superar la adversidad.

Es tan grato sentir que en medio de nuestra problemáti-ca o situación, las personas cercanas; amigos, conocidos o amables anónimos y descono-cidos tienden una red de soli-daridad hacia nosotros con el

infinito regalo de su oración.La oración que nos ofrecen y

regalan es cálida luz que nos acompaña, que nos cobija y anima a enfrentar y resolver nuestras dificultades, que nos brinda eso intangible para recobrar la confianza de que la mano amorosa del Dios de la vida se extiende dulcemente para acariciar nuestra alma adolorida.

La oración personal y la soli-daria que fraternal y cariñosa-mente nos regalan los demás es bálsamo para nuestras heri-das, es lluvia fresca en la ari-dez de nuestras crisis, es ele-mento esencial para construir la esperanza que nos guíe para resolver nuestras batallas.

Cuando ofrecemos de cora-zón una oración por alguien, una causa o una situación, nos transformamos en una porción del corazón generoso y amo-roso de Dios, porque tende-mos ese lazo fraternal hacia alguien.

Orar por alguien es un com-promiso personal que nos alimenta y nos retribuye por-

que nos hermana con nuestros semejantes, inclusive desco-nocidos o lejanos, porque les ayuda a buscar o renovar la esperanza para sentirse cobi-jados y amparados por Dios nuestro Padre.

Sembremos la oración en nuestras vidas, la cosecha obtenida será siempre de dul-ces y perennes frutos para el alma, con ellos obtendremos la fortaleza para enfrentar las adversidades. Pensemos que siempre estamos “en manos de Dios”. Descubrirlo, experi-mentarlo y vivirlo es la pleni-tud de nuestra vida.

La mañana y la tarde son momentos privilegiados para orar, para sentirnos y vivirnos “en manos del Señor”; el pri-mero para despertar a la vida de Dios en nosotros; el segun-do para descansar y abando-narnos en manos del Creador.

Elevemos nuestro corazón a Dios a través de la oración. Él siempre está a la escucha y esperando por nosotros.

Elevemos nuestro corazón a Dios a través de la oración

“Reeducando rehacemosel Tejido Social”

Por: M. Elena SánchezCodipacs Teotihuacán

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4 MensajeroCaminar Diocesano

En la Diócesis de Valle de Chalco estamos viviendo nuevos tiempos. Desde los ejercicios espirituales a finales del mes de agosto del año en curso nuestro Señor Obispo Don Víctor René Rodríguez Gómez externó a todo el presbiterio la nece-sidad de realizar un cambio en las diversas comisiones diocesanas, ya que algunos responsables de las mismas tenían bastante tiempo en el servicio. La intención es la de poder ofrecer una respuesta a las nuevas necesidades que van surgiendo pro-pias de los tiempos actuales. “Cuando hay un cambio tenemos

la oportunidad de volver a empezar, volver a ilusionarnos y revitalizar el caminar de la diócesis”, son pala-bras de nuestro Señor Obispo con las cuales nos anima a continuar, a servir y acompañar. Hemos de recordar que los cargos son ante todo de servicio, para la comunión y no para el poder, no es una “carrera eclesiástica”. “Es mejor que muchos hagan poco

y no que pocos hagan mucho”, esta es la frase con la que nuestro Señor

Obispo nos invita a la comunión y la participación; los elementos más importantes en el trabajo que todas las comisiones deben de tener en cuenta, es realizar una pastoral orgá-nica; es decir un trabajo conjunto entre las diferentes comisiones, de forma complementaria.Agradecemos infinitamente a los

encargados salientes, que han pues-to las bases de todo el trabajo que ahora se tiene, su entrega y apoyo ha sido enriquecedor y su ejemplo moti-vador para seguir; su esfuerzo y sacrificios se ven reflejados en la proclamación de nuestro “Plan Dio-cesano de Pastoral”, con todos sus elementos conforme a la metodolo-gía prospectiva. Doce años se dice fácil, pero no lo

ha sido pues hubo momentos de estudio, investigación, corrección, trabajo de campo, si así lo podemos decir. Por eso reconocemos y valo-ramos este gran aporte.En estos días los nuevos encarga-

dos de las comisiones tendrán que ponerse al corriente con los trabajos que ya se han realizado, así como

los proyectos a realizar, y los que van de salida ayudarán a los nuevos a involucrarse más en los cargos encomendados, para conocerlos mejor y que esta transición pueda desarrollarse de la mejor manera, encaminándolos para poder darle continuidad.Nuestro compromiso va en futuro,

estos cambios que se están dando; como ya lo dijo nuestro Obispo, nos dan una gran esperanza para seguir caminando conforme al Plan Dioce-sano de Pastoral y así lograr nuestro ideal “Una Iglesia con rostro huma-no, que sea la más segura, la más digna y la más bella del mundo”.

22 de noviembre de 2015

En camino de la comunión

Por: Pbro. Martín Soria GonzálezVicario de Pastoral

Después de cinco años de nuestro pri-mer Plan Diocesano de Pastoral (PDP), el cual estuvo proyectado para el quin-quenio 2010-2015; ahora vivimos un kairós para nuestra diócesis de Cuautit-lán, ya que con la mirada puesta en Dios, bajo la mirada maternal de la Siempre Virgen María de Guadalupe y de la mano de nuestro tata San Juan Diego, emprendemos el segundo PDP.

Las acciones correspondientes a esta segunda etapa han comenzado en este año 2015, en primer lugar con el obispo y sacerdotes de la diócesis, quienes

tuvimos nuestra semana de formación teológico pastoral, que esta vez tuvo como tema central la Espiritualidad de Comunión y los modelos de la Metodo-logía Prospectiva; posteriormente vivi-mos nuestros Ejercicios Espirituales, teniendo como eje central la Espiritua-lidad de Comunión; siendo conscientes de que todas las acciones pastorales han de fundamentarse en la comunión, para que tengan una proyección verda-deramente eclesial e incidencia en la sociedad, extendiendo el Reino de Dios.

Otra de las acciones para la renova-ción de la acción pastoral fue la cele-bración de la VI Asamblea Diocesana de Pastoral, en la que junto con los EPAP's y en un clima de comunión y participación, revisamos nuestro cami-nar pastoral diocesano, desde la erec-ción de la diócesis hasta hoy en día (visión retrospectiva); posteriormente reflexionamos sobre la necesidad de retomar las acciones pastorales de reno-vación teniendo como fundamento la Espiritualidad de Comunión y, a partir de aquí, mirar hacia el futuro con espe-

ranza aplicando la Metodología Pros-pectiva. En otras palabras, hemos mira-do el pasado con gratitud, el presente con entusiasmo y el futuro con esperan-za. Después de revisar los trabajos de la VI Asamblea, continuaremos con la conformación de los equipos de anima-ción pastoral en los distintos niveles -decanato, vicaría y diocesano- con la intención de que dichos equipos acom-pañen los trabajos pastorales, recomen-zando por la primera aproximación al problema fundamental y la puesta en marcha del modelo de situación.

“Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol”

(Eclesiastés 3, 1)Por: Pbro. Jesús Melquiadez Gadea Navarro

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5Mensajero Caminar Diocesano

El pasado viernes 30 de octubre en la catedral de Izcalli nos reunimos junto con nuestro obispo Don Francisco Gon-zález Ramos para unirnos a la oración de la Iglesia pidiendo a Dios, por mediación de la Virgen María, por las misiones.Octubre es conocido en la Iglesia

como el mes del Rosario porque el día 7 celebramos la fiesta litúrgica de la Virgen María en la bella advocación del Rosario, pero también, este mes, es en la Iglesia universal el mes de las misio-nes porque, cada año, el tercer domingo de octubre la Iglesia nos invita a ser conscientes de nuestra tarea misionera

como bautizados, además, nos invita a pedir por los hombres y mujeres que dentro de la Iglesia han consagrado su vida a la tarea evangelizadora en luga-res de misión.Este ha sido el querer, el propósito y el

deseo de nuestro obispo y de nuestra diócesis, desde hace un año cuando fuimos erigidos como una nueva Igle-sia particular: la unidad, especialmente a Dios, a su santísima Madre y a la Igle-sia. Nos unimos en la voluntad y en la tarea porque creemos que la misión es de todos; nos unimos en la oración por-que sabemos que sin Dios la tarea es irrealizable; nos unimos a la Virgen María, estrella de la nueva evangeliza-ción que nos lleva al encuentro de Cris-to; nos unimos a todos los bautizados porque somos conscientes de que la misión es de todos y de cada uno, es de la comunidad eclesial, es de quienes creemos en Cristo, el enviado de Dios.Cabe decir que, las misiones y la devo-

ción a la Virgen María, son entre sí, realidades que no van nunca separadas como si se tratara de algo completa-mente diverso; basta recordar aquella

escena de la visita de la Virgen María a su parienta Isabel, donde María, con Jesús en su seno, llega hasta las monta-ñas de Judea para ayudar a Isabel que también estaba en cinta, y cuando Isa-bel escuchó el saludo de María, se llenó de júbilo y el niño saltó en su seno. Esto era lógico pues María llevaba dentro de sí al Salvador del mundo, llevarlo y darlo a los demás es causa de alegría y redención, de esta manera, María se convirtió en evangelizadora, en apóstol y misionera, al llevar a Cristo a los demás. Pero eso no paró ahí como si se tratara de un hecho aislado, María siguió y sigue siendo misionera y evan-gelizadora en muchos pueblos; lo fue con nosotros, en el pueblo mexicano cuando en el Tepeyac quiso quedarse con nosotros y traernos a su Hijo como lo hizo con su parienta Isabel. Y así, de la misma manera o muy semejante, lo ha hecho con otros pueblos.Que la dulce Señora del cielo, nos

asista con su intercesión para seguir llevando a Cristo por todas partes, espe-cialmente en nuestra naciente iglesia diocesana.

México, D.F. 14 de noviembre 2015. El Arcipreste de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe dio la bienveni-da a la Diócesis de Texcoco que es reco-nocida como la primera en hacer un acto de desagravio por el atentado que sufrió la Sagrada Imagen de la Virgen un día como este del año 1921.

En este año 2015, particularmente, se presenta la diócesis con gratitud ante los pies de nuestra Tonantzin Kuatlaxu-pe para agradecer a Dios por la clausura del año dedicado a la Vida Consagrada, que en palabras del Pbro. Gonzalo Morales, Vicario Episcopal para la Vida Consagrada, fue un año lleno de alegría, que regaló fraternidad y amis-tad entre las comunidades, ayudó a los Consagrados a reconocerse y valorarse en su ser y quehacer, dejando retos qué afrontar y vivir, así como también for-taleció su participación en el Plan Dio-cesano de Pastoral, en las estructuras, en la misión y los niveles de pastoral.

También se ofrecieron los resultados

de los trabajos realizados en este año durante las asambleas parroquiales, de decanato, vicariales y a nivel diocesa-no. “Ofrecemos el trabajo y resultados de nuestra IV Asamblea Diocesana de Pastoral celebrada este año, para que los frutos nos ayuden a impulsar las condiciones de la primera fase de la primera etapa del Plan Diocesano de Evangelización y Renovación Pastoral, enfocados en tres aspectos principales: estructuras pastorales, sectorización parroquial y procesos de Evangeliza-ción, con la finalidad de que los agentes de pastoral de la Diócesis de Texcoco, debidamente formados y capacitados, vivan el proceso evangelizador y lle-guen hasta las periferias a través de la sectorización”, fue lo que el Pbro. Eras-to Pacheco, Vicario de Pastoral, expre-só a los fieles que participaron de esta Peregrinación diocesana.

Y finalmente, ante el llamado del Papa a vivir el año de la Misericordia con la Bula Misericordiae Vultus, Mons. Juan

Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco exhortó a los sacerdotes, reli-giosas y fieles laicos a estar atentos a preparar y participar en los eventos que con esta ocasión se realizarán en toda la Diócesis, Parroquias y sus sectores, y que en esta Iglesia particular tendrá el objetivo de vivir las bienaventuranzas y practicar las obras de misericordia, a fin de ser imagen del Padre y casa de misericordia en cada estructura pasto-ral, sector parroquial y en el proceso evangelizador. El lema será “Casa de misericordia, misericordiosos como el Padre”, se bendecirá la puerta de la Misericordia el 8 de diciembre de 2015, en la Santa Catedral de Texcoco a las 20:00 hrs. Los templos para peregrinar y recibir la indulgencia plenaria en nuestra diócesis de Texcoco son:

Vicaría San Antonio: Iglesia Catedral; Vicaría San Andrés: Parroquia de San Andrés y el Divino Salvador en Aten-co; Vicaría Santo Domingo: Parroquia Santo Domingo de Guzmán y el San-tuario del Sagrado Corazón; Vicaría de nuestra Señora de Guadalupe: Parro-quia Divina Providencia y Parroquia Jesús de la Misericordia; Vicaría San Vicente: Parroquia San Vicente Mártir y el Señor de la Misericordia.

Agradecemos a Totahtzin, nuestro amadísimo Padre el don infinito de su Hijo Totekotzin, nuestro Señor Jesu-cristo que nos distinguió, ya no desde la Cruz sino desde su inmensa gloria con el don privilegiado de ser puestos, como el mismo discípulo amado, San Juan bajo el cuidado especial de la San-tísima Virgen.

22 de noviembre de 2015

Rosario misioneroPor: CODIPACS Izcalli

Caminando hacia Ella

Por: Alberto Mazariegos

56 Peregrinación Diocesana al Tepeyac

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Caminar Diocesano Mensajero6

El pasado 7 y 8 de noviembre se realizó el VII encuentro diocesano de comuni-cadores en nuestra Diócesis de Ecate-pec, la cita fue en el Centro Universita-rio Oparin en San Cristóbal Centro.

En este encuentro se abordaron temas como “el ser y quehacer del comunica-dor digital católico (misionero digital), “Iglesia comunicada y comunicadora”, “Aplicación de elementos Instituciona-les” y “usos y abusos en el manejo de la redes sociales”, sin faltar el tema más importante que fue “La espiritualidad del comunicador”.

Los temas fueron impartidos por el Pbro. Antonio Camacho M.G, secreta-rio ejecutivo de la CEPCOM, Cristian Quintana y Janet Pedraza colaborado-res de la CEPCOM y Mons. Luis Martí-nez, director de CODIPACS Ecatepec.

Asistieron alrededor de 60 comunica-dores, representando las parroquias que forman el territorio diocesano, la presencia de nuestro Obispo Mons. Oscar Roberto Domínguez M.G. fue vitalizadora, haciendo conciencia en los participantes a dar lo mejor de sí mismos en el trabajo de la pastoral de la comunicación, difusión que se da a través de los medios de comunicación como la página diocesana, redes socia-les y periódico mensajero: “No se puede proclamar la palabra sin vivirla, hay que dar testimonio vivo de la fe en Cristo” palabras que dejaron huella en el sentir de los asistentes.

Se dio el cierre del encuentro con la misa en la catedral de San Cristóbal el

domingo a las 11:00 hrs, celebración que presidió Mons. Blas Heriberto

Flores, Vicario General de la Diócesis, junto con el Pbro. Antonio Camacho

M.G., el Pbro. José Guadalupe Fitz y Mons. Luis Martínez.

Durante el mes de noviembre el CLAT (Consejo de Laicos de la Arquidiócesis de Tlalnepantla) ha abierto a los fieles de Tlalnepantla y diócesis vecinas, una invitación a conocer de manera más profunda la Carta Apostólica Bula de la Misericordia de Su Santidad Francisco. Por medio de las conferencias imparti-das en parroquias de la Arquidiócesis.La primera que se llevó a cabo el 9 de

noviembre en la parroquia Jesús del Monte en Huixquilucan, fue impartida por el teólogo Juan Antonio Ibarra Var-gas. Y la segunda por M.C. Norma Peschard el 11 de noviembre en la pa-rroquia de Corpus Christi en Atizapán.Durante estas dos conferencias que se

ofrecen de manera gratuita a la concu-

rrencia, ha sido satisfactoria y quienes han asistido comentan la entera grati-tud hacia Dios por la misericordia que ofrece a los hombres y que la Iglesia Católica administra amorosamente.Invitamos a todos nuestros aprecia-

bles lectores a la tercera conferencia que se llevará a cabo el próximo 23 de noviembre en el Colegio Sucre. Cto. Circunvalación Ote. 24 Cd. Satélite, Naucalpan. Con horario de 07:00 a 09:00 PM. Y que será impartida por el teólogo Juan Antonio Ibarra Vargas.¡La misericordia de Dios es para

todos!¡Te esperamos! ¡No faltes!

22 de noviembre de 2015

Carta Apostólica Bula de la Misericordia del Papa Francisco

#somosmisionerosdigitales: Encuentro de pastoral de la comunicación

Por: CODIPACS Ecatepec

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7Mensajero Caminar Diocesano

Este domingo 22 de noviembre cele-bramos a Santa Cecilia, universalmen-te conocida como patrona de la música. Su nombre quedó desde antiguo inclui-do en la Plegaria Eucarística I, o Canon Romano.

Las noticias que nos han llegado de ella, fueron redactadas hacia fines del siglo V, y están revestidas de un manto de leyenda. Cecilia es presentada como una joven educada en la fe cristiana que pertenecía a una de las familias patri-cias de Roma, y que sintió la vocación de consagrase virginalmente a Cristo, pero otro era el parecer de su padre quien resolvió casarla con el joven pagano Valeriano. El día de las bodas, en medio de la música y la fiesta, ella se retiró a cantar a Dios en su corazón y a pedirle que la ayudase a cumplir el propósito que Él mismo le había inspi-rado. También se narra que Cecilia fue arrestada y juzgada, por Almaquio quien la sometió a diversos tormentos que ella soportaba cantando, hasta que finalmente el prefecto determinó que fuera decapitada. Aun con elementos legendarios, el relato es como una pro-longación de las enseñanzas del Evan-

gelio: “Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará” (Mt 16,25).

Entre los distintos rasgos de su marti-rio, hay uno que la tradición ha retenido y privilegiado por encima del resto, elevándolo a la categoría de símbolo distintivo de esta santa: la gozosa ala-banza y el canto que ella elevaba a Dios en medio de las pruebas y tormentos.

Desde el medioevo Santa Cecilia es considerada patrona de los músicos y se la representa ejecutando el órgano y cantando. Esto nos lleva a otro aspecto que es materia de frecuente reflexión por parte del Magisterio de la Iglesia, sobre todo desde el pontificado de San Pío X hasta nuestros días. Disponemos de abundantes documentos acerca de la intrínseca relación entre el arte y la liturgia, entre la belleza y el misterio que se celebra, sobre todo entre el canto litúrgico y el culto eucarístico. Desde siempre la Iglesia ha sido, y quiere seguir siendo, la casa donde el arte encuentra su mejor e inagotable fuente de inspiración.

En su carta a los artistas del 4 de abril

de 1999, al referirse a los músicos, el Papa Juan Pablo II decía: “La Iglesia necesita también de los músicos. ¡Cuántas piezas sacras han compuesto a lo largo de los siglos personas profun-damente imbuidas del sentido del mis-terio! Innumerables creyentes han ali-mentado su fe con las melodías surgi-

das del corazón de otros creyentes, que han pasado a formar parte de la liturgia o que, al menos, son de gran ayuda para el decoro de su celebración. En el can-to, la fe se experimenta como exube-rancia de alegría, de amor, de confiada espera en la intervención salvífica de Dios” (n. 12).

En momentos en que el país y el mundo entero se cimbra por cualquier evento, pero principalmente cuando es san-griento, como lo sucedido en París, los agentes de pastoral de la Diócesis de Nezahualcóyotl, laicos, obispo, presbí-teros, seminaristas y vida consagrada, en un ambiente de diálogo, participa-ción y disponibilidad, Celebra la Dió-cesis de Nezahualcóyotl su bajo el signo de la Espiritualidad de Comu-nión.Que todos esos sectores de la Iglesia

descubran la Espiritualidad de Comu-nión como nuevo estilo de vida, asu-miéndolo como el alma de nuestro caminar en el proceso diocesano de renovación pastoral, es el objetivo en que trabajaron todos de la esta XI Asam-blea Diocesana.

Al inaugurar los trabajos, el Obispo de Nezahualcóyotl, Héctor Luis Morales Sánchez, aseveró que para enfrentar estos tiempos si nos consideramos seguidores de Jesús debemos ser fieles Él, “por eso estamos aquí para reafir-mar nuestra fe en Jesús resucitado, poner en Él nuestra confianza y mante-nernos siempre detrás de ÉL. Es el buen Pastor en quien debemos confiar”.Ante una nutrida asistencia de repre-

sentantes de todas las parroquias y capillas de esta iglesia particular, con-gregados en la Catedral Señor de la Misericordia, Monseñor Morales Sán-chez aseveró que los seguidores de Jesús tenemos mucho que ofrecerle.Pero que si consideramos que “no

tenemos algo que ofrecer, diríamos como en el comercio, mejor cierra y

vámonos”. En ese sentido Monseñor puntualizó que debemos confiar en las palabras de Jesucristo “yo estaré con ustedes hasta la consumación de los tiempos”.El Obispo diocesano refirió que

“estamos aquí precisamente porque queremos ser discípulos de Ël y estar siempre detrás. Porque cuando el discí-pulo se ha puesto delante de Jesús, sola-mente ha querido ser piedra en la igle-sia, Pedro se adelantó una vez al Señor, por eso el Señor lo aparto de su camino, no piensas según Dios, sino según los hombres”.Al dirigirse a los asambleístas, reiteró

“Por esa razón estamos aquí, ante todo porque queremos seguir a Jesús, servir a Jesús y estar con Jesús, servirlo a través de nuestros hermanos”.

Al dar la bienvenida a los trabajos diocesanos indicó que “el mal no tiene las fuerzas para vencer al bien, es todo lo contrario el mal se vence a fuerza del bien”.Cabe destacar que la XI Asamblea

Diocesana se celebró del 16 al 19 de noviembre bajo el lema “la Espirituali-dad de Comunión, base y alma del ser y quehacer”.Los trabajos diocesanos, desde el

mismo primer día, se quedó claro que los católicos deben abrirse a la refle-xión profunda de los cambios políticos, sociales y económicos que se viven en México y en el mundo entero, para comprender nuestro quehacer como integrantes de una sociedad, sin perder de vista el humanismo de Jesucristo.

22 de noviembre de 2015

Santa Cecilia, un acto continuo de alabanza

Por: Pbro. Adrián Reyes CastañedaDiócesis Valle de Chalco

Celebremos la Fe

Mantenernos siempre detrás de Cristo, dice Obispo de Nezahualcóyotl

XI Asamblea DiocesanaPor: José Luis Ramírez

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8 MensajeroIglesia y Actualidad

Ahora sabemos que la Iglesia es madre y maestra, y siempre lo ha sido, y en medio de los avances y en el postmo-dernismo preguntémonos:

¿La Iglesia es madre y maestra en el mudo actual? O ¿sólo creemos que es madre y maestra? Por ello nace otra pregunta ¿Qué debería hacer la madre y maestra del mundo actual?

La Iglesia es madre de creyentes, de fieles que día a día van caminando a una gran velocidad, el mundo fluye con nuevas ideas siempre y nuevas formas de pensar a veces no tan correctas. La Iglesia analiza a la sociedad y de conti-nuo piensa que sería lo mejor para ella, a la luz del Evangelio y a la luz de una moral más cristiana. Pensemos en el aborto, suavizado desde el discurso de la libertad y con el nombre de interrup-ción del embarazo, muchos caen en este discurso que en su interior intenta justificar el asesinato de niños que aún no nacen.

Así para poder ver a la Iglesia como verdadera madre y maestra, debemos también conocer la doble responsabili-dad sacerdote-laico, la ayuda de la Igle-sia al hombre (GE. 41) y lo que ella recibe del mundo de hoy(GE. 44). Por eso es imposible creer que un párroco pretenda conocer una realidad que lo

rodea sin que antes salga hacia ella; debe involucrase, salir, dialogar, cono-cer, solo entonces podrá ayudar y acom-pañar, dialogar y evangelizar. Así lo mismo sucederá con el laico, debe acer-case para conocer y entender a la Igle-

sia que lo ama como una madre a sus hijos, y por ello, lo forma y educa. Y de ambos lados se debe evitar el discurso de justificación sobre su propio deber. No celebro misa porque no van, no voy a misa porque no hacen misa. Esforcé-

monos por romper este primer círculo vicioso y comprometámonos con nues-tra fe.

El Papa Francisco ha expresado su “profundo dolor” por los ataques terro-ristas que han ensangrentado Francia, causando numerosas víctimas. “Utili-zar el nombre de Dios para justificar este camino es una blasfemia”, aseguró con determinación.

Luego de rezar el Ángelus desde la ventana del estudio pontificio que da a la Plaza de San Pedro manifestó tam-bién que “tanta barbarie nos deja cons-ternados y uno se pregunta cómo puede el corazón del hombre idear y realizar hechos así de horribles, que han trastor-nado no solo a Francia sino al mundo entero”.

“Al Presidente de la República Fran-cesa y a todos los ciudadanos ofrezco la expresión de mi más profunda condo-lencia”.

“Estoy cerca en particular de los fami-liares de cuantos han perdido la vida y a los heridos. Ante tales actos intolera-

bles, no se puede no condenar la incali-ficable afrenta a la dignidad humana”, dijo el Papa.

“¡Quiero reafirmar con vigor que el camino de la violencia y del odio no resuelve los problemas de la humani-dad!, exclamó. “Les invito a ustedes a unirse a mi oración: confiemos a la misericordia de Dios las indefensas almas de esta tragedia”.

“Que la Virgen María, Madre de mise-ricordia, suscite en los corazones de todos pensamientos de sabiduría y propósitos de paz. A Ella pedimos pro-teger y velar sobre la querida nación francesa, sobre Europa y sobre el mundo entero”.

Después, el Pontífice y todos los fieles congregados en la Plaza perma-necieron unos segundos en silencio y a continuación rezaron el Ave María.

La Iglesia ha enseñado siempre, y

sigue enseñando, una evidencia muy sencilla: la paz es posible. Más aún, la Iglesia no se cansa de repetir: la paz es necesaria. Ésta se ha de construir sobre las cuatro bases indicadas por Juan XXIII en la Encíclica Pacem in terris: la verdad, la justicia, el amor y la liber-

tad. Se impone, pues, un deber a todos los amantes de la paz: educar a las nue-vas generaciones en estos ideales, para preparar una era mejor para toda la humanidad.

Fuente: aciprensa.com

22 de noviembre de 2015

Utilizar a Dios para justificar terrorismo es una blasfemia

La Iglesia, madre y maestraPor: Seminarista Yobani Damián de Jesús

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Iglesia Universal/Iglesia México 9Mensajero

Los Obispos de México reunidos en nuestra Centésima Asamblea Plenaria, saludamos a todo el pueblo de Dios, y a todos los mexicanos, deseándoles toda clase de bendiciones.

Con gran alegría hemos recibido la noticia de la próxima visita pastoral del Papa Francisco. Para los católicos el Sucesor de Pedro es el principio visible de la unidad de la Iglesia. Estamos con-tentos porque la visita pastoral del Santo Padre fortalecerá nuestra fe, alentará nuestra esperanza y nos impul-sará a ser testigos del amor misericor-dioso. Nos da gusto saber que nuestra alegría es compartida por muchos mexicanos que reconocen el liderazgo moral y aprecian el testimonio del Papa Francisco.

El Papa viene a confirmarnos en la fe que, como él mismo nos ha enseña-do, «nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida» Por ello, la visita del Papa nos consuela y nos con-forta. La fe tiene la capacidad de ilumi-nar toda la existencia, es como una luz que orienta nuestro camino. Estamos seguros que en medio de las situaciones difíciles que vivimos en nuestra patria, el mensaje del Papa renovará en noso-

tros las ganas de luchar por un mundo y un México mejor.

El Papa viene a alentarnos en la esperanza que nos permite recorrer el camino de la vida con alegría. Hoy más que nunca, en medio de tanto sufri-miento de nuestro pueblo, no podemos permitir que nada ni nadie nos robe la esperanza, que es regalo de Dios, que nos da impulso y fuerza nueva para vivir cada día y que nos proyecta hacia un futuro cierto, de amor, de justicia y de paz. Esperamos al Papa Francisco como mensajero de la paz. Su minis-terio pastoral nos abrirá nuevos hori-zontes al comunicarnos la alegría del evangelio de donde brota el entusiasmo y la generosidad para que todos los discípulos del Señor seamos construc-tores de comunidad y artesanos de la paz.

El Papa viene a impulsarnos en la caridad, pues «las manos de la fe se alzan al cielo, pero a la vez edifican, en la caridad, una ciudad construida sobre relaciones, que tienen como fundamen-to el amor de Dios.» Esperamos al Papa como misionero de la misericordia, pues viene a anunciar a Cristo, el rostro visible de la misericordia de Dios. ¡Qué necesitados estamos en México de renovarnos en el amor benevolente de Dios que abre para nosotros caminos de

reconciliación y de paz que se recorren a través de la cercanía, el consuelo, la compasión y el perdón!

Este pueblo de México que visita el Papa vive situaciones de desconcierto y de esperanza. A los Obispos mexicanos nos duele profundamente todo lo que lesiona o amenaza la vida digna de las personas. Nos preocupa la posible lega-lización del uso lúdico o recreativo de la marihuana, el deterioro ecológico, la desigualdad social, la acentuación de la pobreza, el calvario de los migrantes y las diferentes violencias que atentan contra la dignidad de las personas.

Reconocemos los esfuerzos de distin-tos actores sociales comprometidos en la transformación de esta compleja realidad. La crisis que pesa sobre el país es también una oportunidad para estimular nuestra creatividad, para tejer redes de solidaridad, para cons-truir condiciones de paz y para cuidar nuestra casa común. Ojalá cada día sean más quienes se sumen a estos esfuerzos.

Los Obispos de México queremos hacerlo desde nuestra misión pastoral y nos inspira el tiempo de gracia del Año de la Misericordia. Este año jubilar nos permite poner nuestra atención en aspectos esenciales de la vida cristiana.

Jesús nos muestra el rostro misericor-dioso del Padre y nos pide ser miseri-cordiosos como Él, al salir al encuentro del dolor y sufrimiento de los enfer-mos, ancianos, presos, migrantes, de las familias, de los jóvenes y de toda persona que pasa necesidad. La cultura del encuentro nos pide desarrollar nues-tra capacidad de escucha, crecer en nuestra compasión para consolar y ofrecer acompañamiento a las víctimas de las violencias y fortalecer nuestras capacidades para seguir aportando en la construcción de la paz.

La visita del Papa Francisco a nuestra patria en el Año de la Misericordia nos fortalece en estos propósitos, pues viene a confirmarnos en la fe y ésta, por su conexión con el amor «se pone al servicio concreto de la justicia, del derecho y de la paz.»

Para recibir al Papa hemos de prepa-rarnos adecuadamente. No sólo de manera logística y mediática sino prin-cipalmente espiritual, eclesial y pasto-ral; de modo que se abra nuestro cora-zón, nuestra mente y todo nuestro ser para reconocer en las palabras del Vica-rio de Cristo, la voz de Dios que nos invita a una conversión pastoral para continuar con dinamismo misionero la transformación de nuestra Iglesia.

Confiamos que la alegría de la visita del Papa a México sea un aconteci-miento significativo. Invitamos a todos los fieles católicos y personas de buena voluntad a estar atentos a su enseñanza, en la que sin duda encontraremos inspi-ración y aliento para contribuir al pro-greso de nuestra Patria por caminos de justicia y de paz.

Que las celebraciones guadalupanas nos dispongan a iniciar el Año de la Misericordia en cada una de las dióce-sis con la presencia y el testimonio de María, Madre Misericordiosa, que vino a nuestro pueblo para acercarnos la ternura de Dios.

† José Francisco, Card. Robles O.Arzobispo de Guadalajara

Presidente de la CEM

† Eugenio Andrés Lira RugarcíaObispo Auxiliar de Puebla

Secretario General de la CEM

22 de noviembre de 2015

Esperanza y desafíos

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10 MensajeroFamilia

Ya estamos por terminar el año litúrgi-co, y eso significa que comenzamos uno nuevo con el Adviento. Esta temporada de preparación para la

venida de nuestro Salvador debemos realizarla en familia. ¿Cómo? Pues aquí les dejo 5 Tips para tener un Adviento diferente.

PRIMERO. EXPLÍCALES A TUS HIJOS EL VERDADERO

SENTIDO DEL ADVIENTOSi nuestros hijos están pequeños es

muy difícil que comprendan en su tota-lidad el significado del Adviento.Por eso es importante que les expli-

quemos que Adviento significa camino de preparación, que debemos pasar las siguientes semanas con una actitud diferente para preparar nuestro corazón y hacerlo digno para que ahí habite el niñito Jesús.Si nuestros hijos ya están más grandes

podemos explicarles que es necesario trabajar para mejorar nuestra forma de ser y que además debemos ofrecer todos nuestros esfuerzos para que Jesús sea el dueño de nuestra vida.Otro punto importante es que debe-

mos crear conciencia en nuestros hijos de que el evento que se va a dar el 24 de diciembre en la noche, es el nacimiento de nuestro Salvador, y que por lo mismo es el cumpleaños de Jesús, por lo que cada uno de nosotros debemos darle un regalo esa noche y por eso nos preparamos durante ese tiempo, para darle el mejor regalo que es un corazón puro.Es muy importante que nosotros tam-

bién tengamos claro lo que es el Adviento para ser congruentes con lo que les estamos diciendo a nuestros hijos.

SEGUNDO. PREPARA UNA ESTRATEGIA FAMILIAR

Claro podemos planear una serie de acciones para realizar en familia duran-te todo el Adviento.Con mis hijos hemos realizado varias

actividades como son poner una cuenta de su color cada vez que hacen un sacri-ficio o una obra buena y las ponemos en un cofrecito que le entregamos al niñito Jesús cuando lo arrullamos el 24 en la noche.También les hice una vestimenta del

sacerdote con los colores del Adviento que son morados así no olvidamos en que época estamos. Esto es muy fácil ya que las hice de fieltro, así no tuve que cocerlas.

TERCERO. HAZ UN CALENDARIO DE ADVIENTOSi comenzamos el Adviento con un

programa de actividades para realizar en familia nos será más fácil vivir un Adviento más intenso y mejor enfoca-do a llegar bien preparados a la Navi-dad.Podemos hacer un calendario con

estas actividades y les podemos pedir a nuestros hijos que nos ayuden a decir qué actividades vamos a realizar cada día.Luego las podemos poner a la vista de

todos en la casa, puede ser en un calen-dario de cuadros grandes o en una cajo-

nera pequeña para que cada quien lo consulte, sólo es cuestión de imagina-ción y de pensar en lo que más les gusta a nuestros hijos.

CUARTO. QUE LA VIDA FAMILIAR GIRE AL REDEDOR

DEL ADVIENTODebemos pensar en actividades que

podamos realizar todos los miembros de la familia. Deben ser actividades sencillas pero que nos ayuden a prepa-rar el corazón para el nacimiento de nuestro Señor.Y pueden abarcar todos los aspectos

de la vida familiar, por ejemplo, dejar de comer en exceso, no pelear entre hermanos, obedecer a la primera o hacer ejercicio.Se trata de vencer nuestras debilida-

des y superarlas; se trata de ser mejores personas para ser más agradables a los ojos de Dios.Con mis hijos, además, cambiamos la

decoración de la casa para recordarnos que estamos en tiempo de preparación.

Y QUINTO. TODOS DEBEMOS PARTICIPAR

No es posible realizar estas activida-des si no somos nosotros los protago-nistas de este cambio, nuestros hijos nos deben ver activos en la realización de las actividades que propusimos rea-lizar día con día.Es importante que lo hagamos alegres

y no renegando porque nuestros hijos están aprendiendo más de nuestras actitudes que de nuestras palabras y así afrontarán ellos la actividad.En realidad el Adviento puede ser una

gran oportunidad de limar asperezas, perdonar, corregir fallas o aumentar nuestras demostraciones de cariño y piedad familiar y esto nos ayuda mucho a crecer como familia.Ojalá este año en que están las cosas

tan difíciles en nuestro país podamos vivir un Adviento de un cambio fami-liar y así logremos tener un cambio en la sociedad.¡Que Dios los bendiga!

En el marco de la reflexión surgida por el sínodo celebrado hace un par de semanas, me permito aquí resaltar algu-nos aspectos que recoge un artículo del padre Antonio Cabrera respecto al sen-tido y la misión de la familia.

La familia no es una simple costum-bre social, o una forma que impone la autoridad o un remedio para las debili-dades humanas. La respuesta la encon-tramos en el mismo designio de Dios sobre el hombre pues ha creado al hom-bre a su imagen y semejanza y lo ha llamado a la existencia por amor, por ello podemos concluir varias cosas:

Somos criaturas: Dios es el Creador y

nosotros las criaturas. Dios tiene un plan sobre mí que soy criatura. Este plan, esta llamada personal que Dios me hace la inscribe en mi ser y por consiguiente la capacidad y la respon-sabilidad de amar y de comunicarme. El amor me viene de lo alto.

Estamos llamados a realizar algo: por tanto el amor es la vocación, la llamada fundamental e innata de todo ser huma-no.

Somos libres de elegir: y nuestra ver-dadera libertad está en elegir esta voca-ción al amor.

Somos criaturas con un cuerpo y un espíritu: El hombre está llamado al

amor en su totalidad unificada, es decir, alma que se expresa en un cuerpo. En virtud de esta unión sustancial con un alma espiritual, el cuerpo no puede ser reducido a un complejo de órganos, tejidos y f unciones, sino que es parte constitutiva de la persona, que a través de él se manifiesta. El amor abarca también al cuerpo.

El matrimonio es el "lugar" donde se hace posible la donación total de un

hombre a una mujer es, es decir, en esa elección consciente y libre con la que el hombre y la mujer aceptan la comuni-cación íntima de vida y amor que Dios mismo ha querido. En contraposición a lo que hemos dicho, el mundo en que vivimos rechaza muchas de estas ideas: se puede hablar de justicia, de familia, de amor pero no tienen como punto de referencia a Dios.

22 de noviembre de 2015

El designio de Dios sobre el matrimonio y la familia

Por: Lic. Marco A. Rivera

Cómo vivir el

Por: Silvia del Valle / [email protected] / www.tipsmama5hijos.com

Adviento en familia

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11Mensajero @joven

La frivolidad es permisiva y temeraria. Por eso considera timoratos a los padres prudentes y responsables.

Como no tiene nada que perder, no tiene nada que defender. Sólo quien valora algo y lo tiene en mucho, no lo expone a riesgos innecesarios. La per-misividad carece de valores. La indeci-

sión o la comodidad de los padres aca-ban en permisividad. Los valores no son transables por las costumbres o modas del momento. No se someten al abuso de las mayorías, reales o aparen-tes. Lo que la mayoría hace o dice hacer no puede elevarse a la categoría de valor, aunque pese en el ambiente.

No es nada novedoso comprobar que la mayoría camina por un plano incli-nado hacia la facilidad. ¡Tantos cuida-dos para que los hijos pequeños no jueguen con fuego, en tanto que a los hijos adolescentes se les deja entrar en la hoguera como si nada!. ¿Por qué se teme tanto disgustar al hijo adolescen-

te, cuando justamente es la permisivi-dad lo que los hace temibles?

La permisividad es la comodidad del momento, pero trae consigo muchas incomodidades posteriores. Hay padres que mantienen una ignorancia culpable de lo que hacen sus hijos ado-lescentes fuera de casa. El frívolo es la caricatura del adulto, ya que no pasa de ser un adolescente que no maduró y al que le quedan grandes las responsabili-dades, afrontándolas con caprichosa inmadurez.

La frivolidad no tolera el paso de los años, porque se identifica con los falsos valores de la juventud. Al ver que esta se le escapa, intenta sujetarla aferrán-dose a las modas de los jóvenes. El adolescente que anda en malos pasos rehúye la vida de la familia, y sólo se siente a gusto con sus cómplices. Es triste comprobar que hay padres que se preocupan más del precio de las accio-nes, que de las acciones morales de su hijo. ¡Qué lástima! Tanto éxito en la vida profesional a costa de que la pro-pia familia sea un fracaso. "¡Haz lo que quieras! Me da lo mismo".

"Me das lo mismo" Es cierto. No siempre se dice así, textualmente, en ese tono, pero eso es lo que se quiere decir. Quitarse los hijos de encima es una expresión terrible, pero cuántos padres practican este deporte temera-rio, por indolencia, por comodidad, por desinterés, o simplemente por falta de valores o por valores equivocados.

Tomado de “Sentido común y edu-cación en la familia” ACI prensa

Los jóvenes de hoy en día, se quieren comer el mundo, sienten que por estar en esta hermosa etapa de la vida, pue-den hacer lo que quieran, se sienten invencibles y que pueden hacerlo todo. Muchas veces se sienten atacados y de pronto no comprendidos en el momen-to en el que se les llama la atención o se les prohíbe hacer algo, se les alteran las hormonas, y quieren que de una u otra forma se haga lo que ellos quieren o pretenden.

Aunque estas actitudes no se justifi-can, si se pueden entender dado que hoy el día para los jóvenes el mundo les ofrece un sinfín de opciones. Supuestas e innumerables amistades a través de

las redes sociales, aparatos electróni-cos, celulares inteligentes, etc. Y entre más cosas materiales tienen a su alcan-ce, más alejados se encuentran de Dios. Para los padres de familia es difícil el inculcarles la fe dado que hoy en día muchos de los papás o mamás tienen que salir a trabajar y esto dificulta la relación y comunicación con los hijos.

Son dos tiempos totalmente diferen-tes los que vivimos actualmente y lo que vivieron nuestros padres. La socie-dad es otra cosa, un entrono mucho más abierto, la diferencia entre hombres y mujeres esta mucho menos marcada.

Es entonces que hay que buscar un equilibrio donde padres e hijos se

encuentren igualmente felices y con-tentos. Para lograr hacer que los jóve-nes se den cuenta de que las personas que les dieron la vida solo quieren su bien y que buscan lo mejor para ellos. Tratando de lograr que los chicos se vean involucrados en actividades que sean de mayor beneficio para ellos, como el hacer deporte o alguna activi-dad extraacadémica que los ayude a sacar el estrés.

Si un chico o una chica no están bien, buscara la felicidad por medio de los placeres y evitando al máximo los dolo-

res, a los jóvenes les gusta todo en exce-so, les gusta la fiesta, los amigos, salir, manejar, y no les parece ni les gusta que se les diga nada cuando están divirtién-dose o pasándola bien.

Hay que tratar también de mantener sana nuestra sociedad libre de vicios, libre de mentiras y envidias que al fin y al cabo son las que nos han ido consu-miendo poco a poco, hay que darle a cada quien lo que le corresponde. Un mundo justo es un mundo feliz.

22 de noviembre de 2015

Un mundo justo es un mundo feliz

Por: CODIPACS Teotihuacán

Algunas ideas sobre la permisividad de los padresPor: Diego Ibáñez Langlois

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12 MensajeroDios te llama

Al inicio de un nuevo ciclo escolar, siempre se tienen ilusiones, sueños, anhelos y esperanzas de cambio y transformación para la vida personal y comunitaria de nuestro seminario, que como centro de formación de los futu-ros sacerdotes de nuestra diócesis de Nezahualcóyotl, ha de estar en conti-nua renovación en el entusiasmo, en la dedicación, en el servicio y en la cons-trucción de una comunidad cada vez más unida y armónica, cuyos princi-pios sean los del Evangelio.

La vida de la Iglesia, en los tiempos actuales exige de sus pastores y de quie-nes se preparan para el ministerio sacerdotal, un compromiso profundo como discípulos y misioneros, que vivan un encuentro personal con Cris-to, que los impulse a vivir profunda-mente su ser de hijos de Dios y herma-

nos en Cristo, con la proximidad y cer-canía de quien se sabe profundamente amado por Dios. Siendo así que, quien está en su proceso de configuración con Cristo, Cabeza y Esposo de la Iglesia, que ha de ser a imagen del Buen Pastor, ejemplo de Vida para la vivencia de la caridad pastoral, cualidad distintiva del sacerdote diocesano.

Durante el presente ciclo escolar 2015-2016, tenemos como objetivo fundamental la construcción de una comunidad de seminario unida y frater-na, donde formadores y formandos, conscientes de ser una comunidad diná-mica, tengamos actitudes nuevas de humildad, respeto, obediencia, pruden-cia y fidelidad a Jesús, el Señor, que nos ha llamado a la vida de hermanos. En las tareas que cada uno tenemos, de formar y de formarnos, tengamos en

cuenta que somos hermanos, que esta-mos en camino de ser “hermanos entre los hermanos”.

Los presbíteros, colaboradores del Orden de los Obispos, somos ante todo servidores en medio de la comunidad. Por ello, quienes nos encontramos en el seminario ejerciendo el ministerio, somos hermanos y acompañantes, para quienes en el futuro apacienten el Pue-blo de Dios. De ahí la convicción de que nuestro discipulado y apostolado, en la configuración con Jesucristo, Maestro, Sacerdote y Pastor, sea pro-fundo y auténtico.

Nuestra comunidad del Seminario Mayor San José, con éste nuevo impul-so al iniciar un nuevo curso, ha de pro-curar mantener el entusiasmo, de lo que nos une, que es el llamado de Dios, la vocación, primero a ser hijos y, luego, a ser administradores de su gracia en el ministerio por el Sacramento del Orden.

Tengamos presente que somos parte

de la Iglesia, Esposa y Cuerpo de Cris-to; por ello, procuremos siempre la unidad, con actitudes nuevas de gene-rosidad, humildad, obediencia, respeto y fidelidad, concretizadas en la viven-cia de comunidad. Que seamos los primeros que creamos que es posible vivir comunidad en el Seminario. De ahí que desterremos la rivalidad, la descalificación, el resentimiento, el egoísmo, la envidia, la codicia y la fri-volidad; en suma lo que nos daña el corazón y aleja de las personas.

Que sigamos teniendo la ilusión de tener una actitud alegre y comprometi-da, para formar una comunidad unida y fraterna que propicie la vivencia de la caridad, siendo pacientes y comprensi-vos, animando, suscitando y promo-viendo nuestra propia vocación a las generaciones que vienen detrás de noso-tros.

Visita el portal diocesanowww.diocesisdeneza.mx

Hola amigos del Mensajero, soy Anto-nio Luna, un joven con inquietud misionera, desde niño he sentido cómo Dios me llama a servirlo en su Iglesia en la tarea de llevar a Cristo a los pue-blos que no lo conocen. Esta inquietud me ha metido en algunas dificultades, comenzando con mis familiares. Recuerdo que desde muy niño jugaba con mis primos a celebrar la misa, y algo que recuerdo muy bien, era la homilía donde los invitaba a llevar el Evangelio a otros lugares, y les dejaba de tarea poner en sus libretas de escuela una estampa del Sagrado Corazón de Jesús que yo mismo les regalaba, y que tenía porque cuando iba al catecismo nuestra catequista nos las daba como premio por cumplir con las tareas.

Mis padres siempre vieron esta inquietud como algo pasajero, como un

juego de niños y cuando fui creciendo, comenzaron a preocuparse un poco porque yo seguía insistente en hacer una experiencia de misión, creo que ellos no se oponían a que abrazara la vida religiosa, pero les costaba mucho la idea de que me fuera lejos de ellos porque de entre las muchas realidades que me hacían ver para que desistiera era exactamente la de la distancia, el peligro de otros lugares, el no vernos durante largos periodos de tiempo, la soledad, la incomprensión de ciertos pueblos para nuestra religión, incluso, hasta los idiomas y las lenguas.

Yo nunca desistí, en la escuela me preocupaba por ubicar geográficamen-te algunos países, sus costumbres y sus lenguas. Imaginaba que en otros luga-res, hablarían sólo el inglés, y entonces, me propuse ponerle empeño desde la

primaria. Ahora que soy más grande, me doy cuenta con mayor consciencia de que aquello que me decían mis padres es cierto, es una realidad, pero también es un reto, y no quiero echarme para atrás, quiero tomar el reto entre mis manos, no por un capricho sino por algo que se ha ido haciendo cada día más grande dentro de mí. Siento que Dios me ama y me ha visto con miseri-cordia, y quisiera que esto que siento, otros hermanos en el mundo lo sepa y

experimenten.Sé que en la Iglesia vivimos un año

dedicado a la vida consagrada, y que el Papa lo haya proclamado me hace sen-tir que es un signo de que Dios me llama a comprometer mi vida en esta tarea de la Iglesia; y si alguno se pre-gunta que si tengo miedo, les diría que sí, pero me da más miedo sentir la lla-mada de Dios en mi corazón y no res-ponder, sentir que debo anunciarlo y quedarme mudo.

22 de noviembre de 2015

Inquietud misionera

Por: Antonio Luna

Hermanos entre los hermanos

Por: Pbro. Lic. Felipe Salazar CervantesDiócesis de Nezahualcóyotl

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Delante a los desafíos gigantescos que se presentan a la Iglesia en América Latina y el caribe al alba del Tercer milenio, quisiera compartir con ustedes la alegría de ser discípulos y el privile-gio de ser misioneros de Jesucristo, participando cinco puntos de orienta-ción de una pastoral de la cultura en clave transversal, para una auténtica evangelización inculturada, siguiendo el modelo de María, en quien la Palabra se hizo carne.1. Frente la difusión mediatizada de

imágenes deformes sobre Dios, el hom-bre, la mujer, la familia, la vida, la pas-toral de la cultura propone la antropolo-

gía cristiana, nacida de una experiencia de nueva iniciación en la fe.La fuerza del kerygma, la catequesis,

la liturgia, la homilía dominical y la comunión son el cimiento sólido para reformular una hodierna cultura cristia-na que dé nueva savia a las familias y a las comunidades de fe.2. Frente los alejados por ignorancia

religiosa, relativismo y secularismo, que alimentan las diferentes formas de sectas, sincretismo e indiferentismo, la pastoral de la cultura propone la expe-riencia existencial de la “proximidad” y el acompañamiento en pequeñas comunidades de fe que generen una

cultura de comunión y arraigo compar-tida con alegría.3. Frente la erosión de la vida cristia-

na, la pastoral de la cultura propone la presentación atrayente del Misterio de Cristo, Hijo de Dios e Hijo de María. La devoción popular es un excelente ins-trumento pastoral para tocar efectiva-mente y expresar culturalmente la dimensión de lo inefable en la vida cotidiana de una fe, plenamente acogi-da, totalmente pensada, fielmente vivida.4. Frente las situaciones aplastantes

de miseria y desamparo, desigualdad social y pobreza, frente al desempleo y migración de los jóvenes, a la violen-cia, la pastoral de la cultura promueve una cultura de la solidaridad fraterna a todos los niveles de la vida social: fami-liar, local, de instituciones guberna-mentales, públicas y organismos priva-dos. Una cultura de la solidaridad fra-terna que afirma que su amor preferen-cial por los pobres implica: “promover a todos los hombres y a todo el hom-bre”, como lo subraya la encíclica Popu-lorum progressio que el Pablo VI.5. Frente la avalancha de información

mediática y mentalidad virtual que generan confusión, desorientación y uniformidad cultural, la pastoral de la cultura propone para una adecuada educación humana y cristiana, que abarque de la familia a la parroquia, así

como, de escuela a la universidad, los centros culturales católicos, como lugar privilegiado, para identificar y proponer, nuevos horizontes y lengua-jes que toquen la fibra existencial de los latinoamericanos en una nueva cultura audiovisual.“Hacia una pastoral de la cultura reno-

vada en la fuerza del Espíritu”; la savia del Evangelio de Jesucristo posee un suplemento de alegría y belleza, de libertad y sentido, de verdad, de bon-dad, de amor para las culturas. Vivir y participar la amistad con Cristo, es evangelizar la cultura con la parresía propia del apóstol, inundando los ambientes de la familia, la educación, la comunicación, la vida pública, los escenarios de migración, de culturas rurales, indígenas y afro americanas, y la cultura adveniente en las grandes megápolis, con la experiencia de fe en el Resucitado. Evangelizar la cultura nace del amor apasionado a Cristo encontrado en la oración, celebrado en la liturgia eucarística dominical, más conocido y amado en la homilía que acompaña al Pueblo de Dios en la misión de inculturar el Evangelio en la historia, ardiente e infatigable en la caridad samaritana que conforta a los hermanos heridos en la vida.

Fuente. Catholic.net

1Mensajero 3

La Arquidiócesis de Tlalnepantla cuen-ta con un tesoro invaluable de cultura y las riquezas estructurales de los 39 templos creados en los siglos XVI al XVIII contenidos el territorio de dicha Iglesia Particular la vuelven una joya para nuestra nación ya que por su anti-güedad y riqueza artística son patrimo-nio cultural de nuestro país.

Desde su historia prehispánica hasta la modernidad, la tierra de en medio (Tlalnepantla) alberga en su haber innu-merables aportaciones culturales.

Dentro del territorio arquidiocesano existen museos que recolectan la vida, las creencias y la organización política y religiosa de los pueblos otomíes y tepanecas, de igual manera la evolu-ción tecnológica e industrial que han hecho de Tlalnepantla una prospera

ciudad. A lo largo de los siguientes números

de esta sección de nuestro periódico El Mensajero tenemos la intención de compartir con nuestros lectores algu-nas de esa riquezas, presentaremos la obra cultural de los templos, dentro de los cuales hay pinturas, esculturas y retablos que se crearon con una finali-dad: evangelizar haciendo cercano lo invisible, representaciones de Jesús, la Virgen y los Santos, que se pueden admirar y de las que queremos compar-tir su histórico valor, que va más allá de la técnica y la edad, pues han servido durante generaciones para la educación y evangelización de los fieles.

La devoción popular que enmarca a las imágenes y lugares sagrados aumenta el valor de las obras artísticas,

pues pasan de ser arte valioso a ser las expresiones mismas de fe que los pue-blos tienen hacia Dios, y las manifesta-ciones que el mismo Dios tiene para acompañar a su pueblo.

No te pierdas las siguientes ediciones donde conoceremos la historia de dos

preciosas joyas de la diócesis “La Vir-gen de los Remedios” primer imagen religiosa en llegar a América y traída de manos españolas y “El Señor de las Misericordias” imagen antigua venera-da en la catedral de Tlalnepantla.

Iglesia y Cultura22 de noviembre de 2015

Los Bienes Culturales al servicio del Evangelio

Por: Dimensión de bienes culturales y arte sacro de la Arquidiócesis de Tlalnepantla

Por una pastoral de la cultura, para una auténtica evangelización inculturada

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1 Mensajero4 Sección Infantil

La siguiente semana damos inicio al calendario litúrgico con el Adviento. En este tiempo la vestimenta del sacerdote y el altar es color morado.Es un tiempo de preparación a la Navidad y cada semana tiene un

significado.1ª semana VIGILANCIAEsperando la venida del niño Dios, con nuestra familia, evalua-

mos qué estamos haciendo mal y en qué podemos mejorar en nues-tra vida y hacia los demás, en la casa, la escuela y donde sea que convivamos diariamente.2ª semana CONVERSIÓNPreparando el camino. ¡Jesús llega! Nos reconciliamos con Dios

por medio de la confesión y nos preparamos interiormente para su llegada.3ª semana TESTIMONIOMaría, la madre de Jesús, nos da ejemplo de servicio y ayuda, se

prepara a ser la madre de Jesús y está dispuesta a ayudar a quien lo necesita. Como ella tenemos que dar ejemplo y estar dispuestos a ayudar en todo momento.4ª semana ANUNCIOAprendemos de María y aceptamos a Jesús como la luz del mun-

do, con las semanas anteriores nos reconciliamos con Dios, nues-tra familia y amigos, estamos preparados y en espera de la gran fiesta para ¡vivir la Navidad en armonía y alegría!

22 de noviembre de 2015

¡Próximos al Adviento!

Encuentra las siguientes palabras en esta sopa de letras:Ÿ VIGILANCIA

Ÿ CONVERSIÓNŸ TESTIMONIOŸ ANUNCIO

Ÿ DIOSŸ MARÍAŸ ADVIENTO

Ÿ NAVIDADŸ AYUDARŸ EJEMPLO

Page 15: Mensajero 193

1Mensajero 5La Luz y Sal del mundo

Quiero compartir con ustedes el testi-monio acerca de mi vivencia del encuentro con Cristo y mi servicio a la Iglesia. Yo crecí en medio de una fami-lia muy religiosa, mi madre fue cate-quista toda su vida, ella era una mujer entregada a sus labores domésticas y también una gran mujer de fe; mi padre, aunque fuerte y estricto fue un laico amante de la Eucaristía, pertenecía a la Adoración Nocturna y era muy celoso de sus deberes como adorador; además, los dos fervientes devotos de la misa, la comunión y el rezo del santo Rosario diario. Nosotros sus hijos, como era de esperarse, fuimos católicos convenci-dos de su fe; sin embargo, ninguno de los siete hijos, estuvimos comprometi-dos con nuestra fe y con la evangeliza-ción en la Iglesia.

Yo me casé cuando tenía 20 años de edad con un hombre muy bueno, por cierto, fiel devoto del Señor de los

Milagros. Educamos a nuestros hijos en nuestra misma religión, con la parti-cipación de la misa diaria y el cumpli-miento de todos sus sacramentos pero nunca nos acercamos más a la Iglesia. La oportunidad se dio cuando hace algunos meses, fui invitada a un retiro en mi parroquia por una de mis hijas; no fue fácil aceptar, a pesar de mi condi-ción religiosa, pero finalmente viví el retiro. Después del retiro, fui invitada a dar continuidad a lo vivido y aprendido en un grupo de la parroquia, feliz y espontáneamente acepté, y comencé a ser parte de un grupo que se evangeliza y además busca evangelizar a los demás a través de la caridad a los más necesitados.Si alguno se está preguntando cuál es ese grupo al que me uní, es el de Cári-

tas, y aunque considero que he tenido una vida muy feliz junto a mi esposo y a mis hijos, dar y compartir en nombre de Cristo me ha hecho una mujer plena. Nunca imaginé que acercarme a Dios de esta manera y ayudar a los hermanos me daría tanta paz y tanta felicidad; sé que esto apenas es el comienzo y que vendrán días de cansancio y dificultad, pero desde ahora, en mi oración le pido a Dios que lo que hoy vivo y siento sea una motivación para los momentos de aridez y dificultad. Además, agradezco a Dios que mi familia me permita y ayude a desempeñar este servicio en la Iglesia, pues esto, nos ha ayudado a unirnos más, a cooperar y a poner nues-tro granito de arena como familia en la ayuda y servicio a los más necesitados.

Recordando el Concilio Vaticano II que en Lumen Gentium 31 afirma: “los laicos son los fieles cristianos que, por estar incorporados a Cristo mediante el bautismo, constituidos en Pueblo de Dios y hechos partícipes a su manera de la función sacerdotal, profética y real de Jesucristo, ejercen, por su parte, la misión de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo… A los laicos pertenece por propia vocación buscar el reino de Dios tratando y ordenando, según Dios, los asuntos temporales. Viven en el siglo, es decir, en todas y a cada una de las actividades y profesio-nes, así como en las condiciones ordi-narias de la vida familiar y social con las que su existencia está como entrete-jida. Allí están llamados por Dios a cumplir su propio cometido, guiándose por el espíritu evangélico, de modo que, igual que la levadura, contribuyan desde dentro a la santificación del mundo y de este modo descubran a

Cristo a los demás, brillando, ante todo, con el testimonio de su vida, fe, espe-ranza y caridad”.

Teniendo en cuenta estas directrices, en el laico hay gran responsabilidad en el mundo y dentro de la Iglesia, si se toma en cuenta que es mayoría del Pue-blo de Dios, ¿en cuánto se puede trans-formar el mundo y la Iglesia, con una participación alegre, activa, consciente y libre? Tenemos en puerta el “Año de la Misericordia” y como laicos pode-mos seguir forjando el Reino de Dios entre nosotros, ya que nuestra partici-pación incorporada a Cristo en su fun-ción profética, sacerdotal y regia desde nuestro bautismo, es una llave que nos puede llevar a la santidad. El catecismo de la Iglesia Católica en su numeral 2447 dice: “Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espiritua-les (cf. Is 58, 6-7; Hb 13, 3). Instruir,

aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Las obras de misericor-dia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al des-nudo, visitar a los enfermos y a los pre-sos, enterrar a los muertos (cf Mt 25,31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres (cf Tb 4, 5-11; Si 17, 22) es uno de los principales testimo-nios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a

Dios (cf Mt 6, 2-4)”. Estas obras de amor, no le corresponden solo a los sacerdotes o religiosas, sino que son expresión de la fe de todo cristiano, con mayor razón de nosotros que estamos en el mundo aunque no somos del mun-do. Tenemos contacto directo con la familia, el mundo del trabajo, la políti-ca, la educación, la economía, la cultu-ra, etc. Tenemos la gran oportunidad de llegar a ser fermento de amor en un mundo tan necesitado de Dios. Ojalá los laicos seamos protagonistas en este Año de la Misericordia.

22 de noviembre de 2015

Los laicos y las obras de misericordia

Por: CODIPACS Ecatepec

Servir me hizo feliz

Por: Rosa María Castillón

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16 Mensajero2015-2016 Año Internacional de la Vida Consagrada

“La Iglesia es la portera, no la patrona de la Casa del Señor” En el umbral del Año de la Misericordia, que iniciará el 8 de diciembre con la apertura de la

puerta santa, el Papa Francisco explicó el 18 de noviembre que es “una puerta que se abre en la Iglesia para salir al encuentro de aquellos que por tantas

razones se encuentran lejos. También las familias están invitadas a abrir sus puertas para salir al encuentro de Jesús que nos espera paciente, y que quiere traernos su bendición y su amistad. Una Iglesia que no fuera hospitalaria o una familia cerrada en sí misma sería una realidad terrible, que mortifica el Evan-gelio y hace más árido el mundo”.

El obispo de Roma dijo ante la multi-tud de fieles y peregrinos en la plaza de san Pedro que “la puerta abierta nos habla de confianza, de hospitalidad, de acogida. La puerta es para proteger pero no para rechazar, y además no puede ser forzada, pues la hospitalidad brilla por la libertad de la acogida. Jesús siempre llama, siempre pide per-miso. Al mismo tiempo, la puerta debe abrirse frecuentemente, aunque sólo sea para ver si hay alguien que espera y que no tiene el valor ni la fuerza para llamar”.

El Sucesor de Pedro fundó su cate-

quesis en el evangelio de san Juan, donde Jesús se compara con la puerta del redil, en el que encontramos seguri-dad. “Una puerta por la que podemos entrar y salir sin temor. La Iglesia debe colaborar con Cristo como el guardián del que habla el evangelio, escuchando la voz del Pastor y dejando entrar a todas las ovejas que Él trae consigo”.

Antes de recordar que el 19 de noviembre es la Jornada Mundial de los derechos de la infancia, afirmando que “es un deber de todos proteger a los niños y anteponer su bien a todo otro criterio”, Francisco invitó a pedir a la Sagrada Familia, “que supo lo que sig-nifica encontrar una puerta cerrada, que ayude a los hogares cristianos a ser un signo elocuente de la Puerta de la Mise-ricordia, que se abre al Señor que llama y al hermano que viene”.

Los obispos de México, se reunieron en Asamblea Plenaria del 9 al 13 de noviembre en Lago de Guadalupe, Estado de México. Esta asamblea fue especial por varios motivos: fue la asamblea número 100, recordando que se reúnen dos veces al año, serían 50 años de este trabajo en comunión y participación que emanó del Concilio Vaticano II.

Por otra parte, se dio en el marco de la preparación de la Visita Pastoral del Papa Francisco a México el próximo año y también se evaluó el trabajo de las comisiones y dimensiones de los últimos tres años. En esta ocasión no se realizaron las elecciones para un nuevo periodo, se harán en la próxima Asam-blea Plenaria, con motivo de la próxima visita del Papa a nuestro país. El

Emmo. Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadala-jara y Presidente de la CEM, en su men-saje de apertura dijo: “queremos ver y leer la realidad o, mejor dicho, las reali-dades de hoy con los ojos de Dios, para encender e iluminar con la llama de la fe los corazones de los hombres, en un momento de desaliento y de crisis social, económica, moral y de predomi-nio de la negatividad… la Iglesia no puede permanecer callada; siguiendo a su Maestro y cumpliendo su mandato, anuncia el Evangelio, que es la procla-mación más clara de los derechos huma-nos, y denuncia todo aquello que se opone al verdadero desarrollo de la persona y de la sociedad”.

El 12 de noviembre, en conferencia de prensa, se dio a conocer el mensaje

de la Asamblea llamado: “Esperanza y desafíos”. En este documento, los obis-pos de México anuncian que el Papa viene a confirmarnos en la fe, a alentar-nos en la esperanza e impulsarnos en la caridad, en el marco del Año de la Mise-ricordia. No se debe hacer una prepara-ción logística y mediática sino princi-palmente “espiritual, eclesial y pasto-ral”. El Papa Francisco, por conducto

de su Secretario de Estado, Cardenal Pietro Parolin, les dijo: “Su Santidad alienta a los Obispos de esta nación (México) a que sigan esforzándose en la acción pastoral que ilumine el cora-zón de los hijos e hijas de este país con la luz de la fe”.

22 de noviembre de 2015

Asamblea 100 de los Obispos de México: esperanza y desafíos

Por: CODIPACS Ecatepec

Por: jesuita Guillermo Ortiz - Radio Vaticana

Abrir las puertas al encuentro de Jesús Él espera paciente y nos trae su bendición y su amistad