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INTRODUCCION: El mtodo etnogrfico Jos Antonio Camacho-Zamora Antroplogo ~ socilogo Esta idea de un progreso posible, probable, o necesario, s arraigaba en la certeza de que el desarrollo de las artes, de las tecnologas, del conocimiento y de las libertades seria beneficioso para el conjunto de la humanidad.. ..La cuestin de saber quin era el sujeto que en verdad era vctima de la falta de desarrollo, el pobre o el trabajador, o el analfabeta, ha seguido planteada durante los siglos XIX y XX. J. F. LYOTARD (1992): La Posmodernidad.. Barcelona, Gedisa.

El concepto de etnografa, compuesto de los elementos griegos ethnos (pueblo, agrupo humano) y graphein (describir), aparece en el horizonte intelectual europeo entre los siglos XVIII y XIX. Se nos muestra ya socialmente consolidado en diccionarios a partir de 1823, como aquel vocablo que designa el estudio del inventario tnico en funcin de las caractersticas lingsticas de los pueblos (Petit Robert 1983: 74). A medida que la sociedad se transformaba, y se fueron tambin desarrollando otras especialidades de las ciencias humanas y sociales, esta conoeptualzacin se fue modificando. Paralelamente se han ido transformando tambin la percepcin y la conciencia de los procedimientos utilizados en la aprehensin de los rdenes de realidad que son la materia prima de ese conocimiento, es- decir, de lo que desde una ptica epistemolgica se designa como el mtodo etnogrfico. La etnografa, producto de la perspectiva modernista del Occidente europeo, se consolida en el interior del cuadro definido por los dogmas del Racionalismo, de la Ciencia Positiva, de la Evolucin y del Progreso, en un acuerdo pleno con la filosofa cientista reinante en la poca de sus comienzos. No obstante, el etngrafo, en su prctica de trabajo se ve expuesto a otras realidades culturales, por lo que rechazar ciertas normas impuestas por su sociedad de origen y ceder a la presin de las evidencias, descentrndose, lo que en muchos casos le har dudar no solamente del sistema filosfico establecido, sino tambin de toda filosofa (Camacho y Pardo 1994:23). Una tal actitud le llevar, en sus comienzos, a propugnar un tipo de conocimiento que se ubicaba a medio camino entre el saber narrativo y el saber cientfico, pues - . . el saber cientfico no es todo el saber, siempre ha estado en excedencia, en competencia, en conflicto, con otro tipo de saber, que para simplicar llamaremos narrativo. - .(1989:22). Acorde con las argumentaciones de este autor el saber narrativo es aquel que cristaliza en el relato, y este a su vez se convierte en la forma privilegiada de lo que se ha dado en llamar el saber tradicional por oposicin al saber cientfico de 1factura occidental (Lyotard 1989:435). En razn de ello, al fin y al cabo prisionera de su tiempo, este rechazo de toda filosofa hace a la etnografa tomar, o acomodarse a, ciertas posiciones del positivismo reinante, para modificar paulatinamente, aunque slo de una manera parcial, esa ptica narrativa. Nacen as algunas escuelas o corrientes que impulsarn una etnografa positivista, pero otros por el contrario se mantuvieron fieles a la perspectiva de ese saber marginal inicial, lo que gener debates que le ha permitido a la visin etnogrfica mantener una cierta especificidad frente al conocimiento positivista imperante (Camacho & Pardo 1994). El Occidente, por medio de la etnologa, al buscar la sistematizacin de esos relatos que constituyen la legitimacin de una cultura como alteridad y como identidad, adopta una perspectiva cientfica para interrogarse sobre la validez de los enuncadda narrativos. Al someterlos a la argumentacin y a la prueba de los principios positivistas buscar clasificarlos de otra manera. Surgen as los conceptos de mentalidad salvaje, primitiva, subdesarrollada. atrasada, alienada, formada por opiniones, costumbres, autoridad, prejuicios, ignorancias, ideologas (Lyotard 1989:56), como elementos clasificatorios vlidos de toda otra alteridad cultural en oposicin a aquella avalada oficialmente por los aparatos jurdicopolticos de los estadonaciones del Occidente.. Esta situacin se nos muestra ya bastante gastada hoy en da, pues ni el idealismo ni el positivismo de esa poca pueden pretender continuar regentando el quehacer.y el saber humanista contemporneo. Las condiciones sococulturales que le dieron una justificacin posible se han modificado de manera radical en nuestros das. 1 El mtodo se define como un conjunto de procedimientos intelectuales regulares y explcitos que se emplean paradescubrir o acceder aun conocimiento o saber sistematizado. La metodologa es, entonces, el estudio de los mtodos o conjunto de procedimientos intelectuales que se utilizan para alcanzar un conocimiento sistemtico en diversas reas del saber..

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Aunque todava asoman algunos remanentes como piezas paleontolgicas, son muy pocos los que, por ignorancia o por inercia, se apegan hoy dogmticamente o de una manera indiscriminada a cualquiera de ellos y, de manera concomitante a las interpretaciones de la realidad que se derivan de tales postulados. Hasta muy recientemente, el concepto de etnografa se ha utilizado en la jerga etnolgica o antropolgica para referirse a la descripcin y anlisis de grupos humanos lo suficientemente reducidos para que puedan ser aprehendidos por un nmero pequeo de investigadores y acorde con mtodos usualmente no ... [cuantitativos] con el objetivo de una reconstitucin lo ms fiel posible, de los diversos aspectos de la vida de cada uno de ellos (aspectos: ecolgico, tecnolgico, econmico, jurdico, poltico, religioso, familiar, etc.)... con el propsito de poner en evidencia las lgicas subyacentes a esos procesos de significacin. Por razones .. prcticas y tericas su campo de inters se limit largo tiempo al estudio de las llamadas sociedades primitivas, pero al final de la primera mitad del presente siglo el planteamiento de sus principios epistemolgicos ha permitido la aplicacin del mtodo al estudio de grupos humanos que pertenecen a - . O [las llamadas sociedades complejas occidentales u occideritalizadas.] (Panoff & Perrin 1973:98), constituyndose de esta manera en el gran metarrelato de la altridad cultural que ha forjado el Occidente europeo. En las condiciones actuales, desde lo que se podra denominar la perspectiva posmodernista, esa constitucin de un metarrelato como saber cientfico sobre el saber narrativo de la alteridad cultural ha comenzado ha ser sistemticamente contestado. La semilla de una tal perspectiva la vemos consolidarse en los primeros aos de la dcada de 1970 con la llamada nueva antropologa o antropologa crtica que surge en Francia con nombres como R. Jaulin, J.. Monod, S. Noscovici, S. Adotevi, y otros. A partir de la dcada de 1980, he ispirado en algunos autores franceses como J. Derrida, J. Greimas.:o M. Foucault, se muestra con ms fuerza en Norteamrica como una antropologa posmoderna cuyo foco principal de inters s la desconstruccin del discurso etnogrfico de los clsicos y de una crtica sistemtica hacia la prctica del trabajo de campo que es vista como una cultura del relato sobre los saberes narrativos de otras culturas, y cuya traduccin nunca logra ser completa. Entre los representantes ms conspicuos de este enfoque tenemos a J. Clifford, D.. Teadlock, R. Shweder, M. Agar, S. Tyler, por citar algunos (Geertz et al 1991). EL METODO En esencia, en una perspectiva epistemolgica la encuesta etnogrfica, desde el principio mismo de su aplicacin sobre el terreno, se muestra particularmente fiel a lo que podemos definir como lo esencial de la lgica operatoria del sujeto en el campo del conocimiento tal y como esta ha sido establecida por Piaget, es decir, los procesos de equilibrio cognoscitivo por compensaciones activas del sujeto en respuesta a las transformaciones perturbadoras del entorno (Piaget 1986:1141). En el mtodo etnogrfico, un tal conocimiento operatorio se practica efectivamente por aproximaciones equilibrantes, por un juego de anticipacin y de retroalmentacin entre el observador y los sujetos bajo observacin. Esto es lo que debe, en esencia, el permitir alcanzar conexiones lgicodeductivas entre los hechos, es decir, la elaboracin de modelos lgicos que den cuenta de lo real por medio de la expresin verbal, y en algunos casos posibles, por medio de expresiones lgicomatemtico (Gutwirth 1973:776). El mtodo etnogrfico encuentra entonces, desde esta perspectiva epistemolgica, en el estudio de numerosos aspectos de las llamadas sociedades contemporneas de cualquier tipo que sean, aplicaciones eficaces para lograr un conocimiento de otras lgicas sociales, o de las culturas no oficiales, a las que de otra manera seria poco probable acceder. El mtodo etnogrfico est, ciertamente, basado en las relaciones concretas con lo real que es a la vez el fundamento, pero no por ello condicin suficiente, de todo conocimiento y de sus esquemas lgicos. Es el sujeto, como ente cognoscente quien a partir de esa lgica operatoria que le permite la utilizacin de esquemas o estructuras lgicodeductivas discrimina en el caos de los fenmenos de lo real, aquellos que en funcin de esas mismos estructuras se convierten en datos. Para todo grupo humano la relacin con el mundo es ampliamente vivida a travs de los valores y los ritmos domesticados y socializados en sistemas simblicos (o semiticos) que marcan el alternar de los contrarios, complementarios en su oposicin (Leroi Gourhan 1965). A lo real normativo y vivido se le atribuye entonces un significado, por parte del grupo mismo, pero tambin y con mucha frecuencia por parte de los otros, en razn de diferencias: pertinentes ms o menos organizadas de manera consciente. Una encuesta de tipo etnogrfico va a tratar precisamente de captar de manera lo ms sistemtica posible esas diversas diferencias pertinentes que luego relaciona, por comparacin o generalizacin y siguiendo una estructura lgicodeductiva, con otros fenmenos socioculturales, tanto en el orden de lo sincrnico como de lo diacrnico. Sin esta operacin la investigacin que se emprenda no lograra alcanzar ms que la categora de un mero inventario. Pero la percepcin de diversas diferencias pertinentes no puede realizarse sin que el

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observador o investigador en cuestin se esfuerce por verlas, es decir, si no se da a la tarea de diferenciar, clasificar, ordenar o reconstruir los hechos a partir de un esquema o una estructura lgico deductiva determinada:.., la relacin de orden es siempre relativa a la accin de ordenar, an en los casos en los que un orden es dado ...[perceptiblemente y.. en la realidad (como en un hilera espacial o en una secuencia temporal A, B, C,...)..(Piaget 1986:386) Cualquier encuesta cientfica, an al nivel ms neutro, s ello es posible, tal como aquel de una medida espacial o temporal, no implica la aprehensin de hechos brutos, sino que procede inevitablemente por clasificacin, seriacin, ordenamiento, deduccin y estructuracin. En ese sentido, la encuesta de tipo etnogrfico implica adems la aprehensin voluntaria de una masa de materiales no directamente pertinentes para el anlisis cientfico en curso, :lo que puede dar la impresin de un registro ms o menos pasivo. Mucho se ha hablado en consecuencia del trabajo de induccin del enfoque etnogrfico, segn el cual, de una cantidad de hechos particulares, se induce sistemas ms generales. En esa direccin, un tal mtodo puede prestarse a dos tipos de crtica correlativos: una gran masa de materiales es difcil de ordenar y su organizacin ser siempre arbitraria. La aprehensin de los hechos buscar siempre un conocimiento interesado (Habermas 1986), por lo que es siempre ordenadora, organizadora, constructiva, y finalmente deductiva. Ese modo inductivo inicial de l~ encuesta etnogrfica no es ms, en consecuencia, que una aprehensin deductiva, slo que ms amplia y provisional. La encuesta etnogrfica no es en ese sentido, pues, ni arbitraria ni gratuita. El ir y venir entre las directrices de la encuesta, los materiales relacionados de una u otra forma con esas directrices, las hiptesis de investigacin que se fundamentan en el sistema lgicoterico del investigador, deben servir, por medio de fenmenos de equilibrio y estructuracin en relacin dialctica, para alcanzar resultados de un conocimiento sistemtico, con la condicin de que funcione la inteligencia del investigador como un ordenador general, crtico y lcido de esos procesos mltiples y complejos. As, las deducciones, clasificaciones, puestas en orden y reacomodamientos de la informacin, adquiridos en la encuesta etnogrfica por medio de las tcnicas de la observacin y la entrevista, son siempre esquemticas y con lagunas, y por lo tanto, requieren de algunas precauciones. No obstante, en la medida en que el trabajo de reflexin sea practicado sistemticamente, este permitir el desarrollo y avances de la encuesta, dialcticamente alimentados por nuevas informaciones, lo que lograr asegurar esta adaptacin equilibrante, esta ciberntica de la investigacin, las que son precisamente la ventaja funda~. mental del mtodo de la encuesta etnogrfica. En una palabra, no puede haber una verdadera aplicacin del mtodo etnogrfico si no es por la larga impregnacin del observador con los sujetos bajo estudio, lo que requiere siempre de perodos largos para que pueda realizares adecuada y confiable mente. En ese sentido, existe una marcada diferencia entre la prctica etnogrfica y otros enfoques o perspectivas del paradigma cualitativo. Estos ltimos, quiz por herencia de la visin positivista clsica, buscan algunas veces encajar procedimientos investigativos de tipo cuantitativo en un marco cualitativo o apoyarse exclusivamente en datos obtenidos por medio de tcnicas de encuesta estadsticas para dar un enfoque cualitativo; con lo que .crean una suerte de monstruos intelectuales cuya coherencia interna y su pertinencia informativa o explicativa son muy magras, sino inexistentes (Bourdieu P. 1983:6768). Las limitaciones de empleo del mtodo etnogrfico dependen, por otro lado, tambin de los recursos. Un solo investigador no logra peinar ms que un campo restringido; varios investigadores pueden reunir experiencias sectoriales cuya confrontacin y utilizacin comunes pueden permitir el reforzar la ventaja que hemos citado hace un momento. Por otro lado, en las sociedades de corte moderno la existencia de archivos y de otros tipos de datos facilita las acciones preliminares y la contrastacin o triangulacin en el procesa de la encuesta etnogrfica. Adems, una de las caractersticas esenciales de un razonamiento lgico, operatorio y vlido, es su reversibilidad en cada una de sus etapas. En el mtodo etnogrfico esta reversibilidad consiste en el retorno permanente a la informacin directa sobre el terreno, que hay que confrontar dialcticamente con los grandes desarrollos lgicos o teoras. En esto se encuentra la ventaja de disponer, de acuerdo con el mtodo de la encuesta inductiva, de numerosas informaciones, sobre las que uno puede, por medio de nuevos reagrupamientos, acceder a una reversibilidad del proceso, tal y como la plantea Piaget (1986). En la perspectiva de la llamada etnologa clsica, -un lugar privilegiado se le ha dado tradicionalmente a la descripcin de tipo holstico, ya que la mayor parte de sus trabajos se relacionaban con una Terra Incognita. Desde este ltimo punto de vista, y voLviendo a los orgenes, la descripcin holistica ofrece grandea ventajas para los investigadores etnogrficos en el estudio de sociedades contemporneas. El principio de esta descripcin ofrece tambin otras ventajas, y precisamente en el mbito de la encuesta sobre el terreno, o trabajo de campo. De primera entrada, esto obliga al investigador a recoger una informacin lo suficientemente rica para que la descripcin puede llevares a cabo. En ese sentido, los constructos del metarrelato del saber cientfico etnogrfico se elaboran a partir 4.de saberes no cientficos que hemos denominan mas arriba como saber narrativo. Por otro lado, para describir hay que ver y sobre todo mirar, lo que requiere de un descntramiento del sujeto, en un sentido piagetiano del trmino, en

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relacin con la cultura del grupo estudiado: la descripcin es pues fuente de una mayor sistematizacin En fin, la descripcin plantea la posibilidad de diversas operaciones de sistematizacin ulteriores, en particular la confrontacin de informaciones ms inmediatas con otras informaciones y anlisis adquiridos en investigaciones diferentes, ya sea por el mismo o por otros investigadores, lo que puede permitir el sobrepasar los estudios puntuales y alcanzar construcciones ms generales, a partir de una confrontacin y amalgama de los textos resultantes.

En el mtodo etnogrfico hay, pues, interaccin equilibrante y ciberntica entre las operaciones de la encuesta sobre el terreno, la descripcin y la axiomatizacin general. Este ir y venirentre los diferentes niveles de una investigacin cientfica es, en definitiva, lo propio de las operaciones cognoscitivas vlidas, puesto que son reversibles. A la luz de los progresos ms recientes en epistemologa general, y de las puestas en marcha de lo que se ha dado en llamar una visin posmodernista, podemos ver bien que en lo que respecta al mtodo etnogrfico, este no es ni artesanal ni fuera de moda, como se pretendi durante algn tiempo. Por el contrario, su flexibildad, su capacidad de adaptacin y de asimilacin, por sus modalidades autorreguladoras y cibernticas puede constituir una estructura operatoria consistente y de amplia aplicabilidad, en razn de numerosas interrogantes en el campo de las Ciencias Sociales cuyo saber tiende a ser ms circular que acumulativo, ya que siempre busca dar respuesta a las mismas o similares interrogantes, pero no dentro de las mismas condiciones histricas ni para el mismo tipo de sociedades. En fin, el mtodo etnogrfico es, en sus aspectos constitutivos, un proceso de aprehensin de ciertos rdenes de realidad sociocultural caracterizados usualmente por su alteridad en relacin con la experiencia cultural del observador. Este ltimo se acercar al terreno con algunos esquemas o estructuras lgico deductivas que podramos llamar sus esquemas de inteligibilidad. Tales esquemas de inteligibilidad no son en ltima instancia ms que aquellas visiones del mundo, ms o menos sistematizadas, que en nuestro argot denominamos teoras o escuelas de pensamiento. A partir de tales esquemas de inteligibilidad, y de un razonamiento lgico, operatorio, en el que la reversibilidad en cada uno de sus peldaos consiste en el retorno permanente a la informacin directa sobre el terreno, se confronta dialcticamente con los grandes desarrollos lgicos o teoras, tanto los materiales recolectados como la interpretacin que pretende drseles. Finalmente, los elementos a los que venimos de pasar revista podran ordenarse, para no resistirnos a la tentacin del saber cientfico de la modernidad y para darle una mayor inteligibilidad, en una secuencia lgica, cuyo sentido esta dado por su mutua influencia: condiciones de aproximacin y de insercin en el grupo humano estudiado, la duracin de las observaciones sobre el terreno, la constatacin etnogrfica (primero como fenmeno y luego como dato), y la disciplina_de la_triangulacin (en el sentido de un encuentro o agrupacin de informaciones que provienen de fuentes diferentes que permiten establecer un hecho, la existencia u ocurrencia de un fenmeno) como la nica rueba~ de la que dispone la prctica etnogrfica. El hecho de poder manejarse con relativa libertad y confianza dentro de un grupo humano dado, una cultura particular, o un sector de una sociedad ms amplia, requiere de tiempo y de ciertas estrategias. La interaccin social con fines etnogrficos es un proceso. Nadie puede pretender llegar como un extrao a un determinado lugar e iniciar interrogatorios sobre modos de hacer, de pensar y de sentir, sin que las personas a las que se cuestiona no sientan invadida su intimidad. La negociacin que el investigador debe hacer para establecerse sin gran perturbacin dentro del grupo a estudiar no posee recetas, ea decir no hay procedimientos formados o estandarizados. Todo depende de cada situacin y de las circunstancias, que varan de un caso a otro, pero que en ltima instancia siempre requieren de tiempo y de paciencia para lograr la confianza de los sujetos con loe cuales se trabaja. Esto nos lleva :a tratar otro aspecto medular del mtodo etnogrfico: la larga impregnacin sobre el terreno con los grupos estudiados. ESI. mtodo etnogrfico, para desarrollarse de una manera adecuada a los principios que hemos venido estableciendo a lo largo de este trabajo, requiere de tiempo, de largas estadas sobre el terreno. Estas estadas pueden ser de dos tipos: intensivas o extensivas. La estada intensiva consiste en un trabajo sobre el terreno por varios meses o aos. Esta ha sido la frmula ms empleada por los antroplogos clsicos, y la mejor vista hasta hace pocos aos, entre la comunidad de antroplogos, como garanta de un trabajo confiable. La modalidad extensiva hace referencia al hecho de pasar cortos, pero numerosos, perodos con la poblacin con la cual se trabaja. Este tipo de estada es la que ms se aplica en los tiempos actuales por razones diversas. Una de estas razones es que la _ prctica antropolgica de tipo clsico, con viajes a comarcas lejanas, financiados por instituciones diversas por un ao o ms, forman parte de una poca ya pasada. Por otro lado, los pases centrales

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en el campo antropolgico (InglaterraUSA, Francia, Alemania, etc.) se han visto obligados a volver a casa y realizar el trabajo de campo en sus propias sociedades, lo que ha demandado reexaminar tambin todo el sustrato epistemolgico de la prctica etnolgica (Aug 1959:1933). Adems, este es el tipo de trabajo de campo que ms se emplea en los estudios antropolgicos que los antroplogos hacen actualmente en su propio pas, tanto por razones econmicas como metodolgicas. sta modalidad tiene la ventaja de poder hacer efectiva en toda su extensin la reversibilidad sobre la que hablsemos anteriormente, pues le facilita al investigador el contrastar y triangular numerosos aspectos e interrogantes sobre el terreno mismo en cada uno de sus viajes. La constatacin etnogrfica, como lo plantea J. Porer (1973:792) se lleva a cabo en un campo social en el que con mucha frecuencia, en los perodos iniciales del trabajo, uno se limita a explorar nicamente los aspectos ms visibles o tangibles, cuando en la realidad estos se manifiestan en mltiples planos o niveles. En ese sentido podemos distinguir entonces tres niveles principales de esas realidades sociales tales como lo experimentan sus propios actores: la realidad vivida, la realidad formalizada, y la realidad representada. La primera designa los comportamientos reales, lo hechos vividos, es decir las costumbres, la tica social en su acepcin ms amplia. Se distingue de la realidad formalizada (en la que se ubica todo el aparato jurdico e institucional) en la medida en que se oponen el hecho vivido y el derecho como regla, el principio y la manera como este es aplicado, el decir y el hacer, el discurso y la prctica (Kilani 1989:47). Este primer nvel, es divido siguiendo siempre a Poirer(1973: 792)- en una realidad manifiesta que puede ser explcita o implcita, una realidad inaparente, que no esta marcada por ninguna prohibicin, pero que est fuera de la tica oficial. Tal es el caso de la etnografa de la sexualidad que presenta una brecha entre la moral terica (realidad representa da).y la norma jurdica (la realidad formalizada), los comportamientos practicados de manera abierta (realidad manifiesta explicite. o implcita) y la realidad inaparente, nivel en el que se expresa el verdadero consenso del grupo. Y finalmente la realidad secreta, que es el campo de las prohibiciones, sacralizadas o no. La realidad formalizada es aquella que, como lo planteramos anteriormente, rene los estereotipos y los arquetipos sustentados oficialmente por el grupo y que estn codificados en un cuerpo de reglas guarnecidas por una sancin precisa. La realidad representada se desarrolla en diversos planos diferenciados. El de los ideales colectivos, el de las re interpretaciones, el de la esttica, y aquel del teatro social que representa casi siempre el grupo. El primero es aquel de las representaciones ideales (en moral, en esttica) elaboradas en el cuadro del psiquismo consciente. El segundo es aquel de la imagen ue el grupo se hace de si mismo, 3~)El tercero es el de la representaciones literarias o artsticas, que algunas veces expresan el consenso del grupo, otras las tensiones, o las desensiones. El ltimo es aquel de la vida representada, que se nos pone en evidencia por medio de los rituales, de las relaciones interpersonales, o de las imgenes que el grupo trata de dar de s mismo hacia el exterior. Los intrincados principios de la constatacin etnogrfica nos hacen desembocar, sin que requiramos de gran prembulo, en la necesidad de una triangulacin de toda informacin etnogrfica recogida sobre el terreno. La triangulacin hace referencia al proceso mediante el cual el investigador con el propsito de darle una mayor confiabilidad o desecharla contrasta la informacin obtenida por medio de una o varias fuentes de sus interlocutores, al someterla al criterio de otras personas del .grupo con el cual se trabaja, o con otras fuentes primarias o secundarias, como lo pueden ser testimonios, documentos, estadsticas, registros, fotografas, etc. Estos son diferentes niveles que la prctica etnogrfica debera tomar siempre en cuenta, aunque no hemos hecho ms que un boceto de los ms fciles de identificar, desde una perspectiva del saber cientfico de factura occidental, para un ordenamiento de los relatos del saber narrativo que constituyen en esencia eso que se ha dado en llamar la cultura de un grupo humano (Lyotard 1989:45). Es indiscutible que en tanto que cientifizacin de un saber narrativo, el resultado siempre ser parcial e incompleto, aunque por supuesto siempre mejor que aqul que se asiente. sobre prejuicios, antagonismos o rivalidades. Hubisemos querido construir un relato sobre el mtodo etnogrfico como un producto del saber narrativo de nuestra propia vivencia emocional, ms acorde con lo que consideramos debe ser la verdadera experiencia etnogrfica, pero como deca A. Mtraux a P. Clastres : Para poder estudiar una sociedad.., es preciso que esta est ya corrompida. Por ello, para que un informante pueda examinar su propio sociedad o su grupo, plantendose la cuestin del funcionamiento de sus instituciones, y de manera concomitante, el de su propia legitimidad, debe hacerlo con una visin de: etngrafo, es decir, con una visin de un de saber que se denomina a si mismo cientfico.

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Al someter a la argumentacin y la prueba los enunciados narrativos de cualquier tipo, el saber cientfico los ordena y clasifica, legitimndoles para darles otra naturaleza o desecharlos, en fin, para corromperlos en los trminos de Mtraux. Y a fin de cuentas, es lo que hemos hecho con nuestro discurso sobre el mtodo etnogrfico, pues del relato, del saber narrativo, hemos pasado a la sistematizacin, a la racionalizacin, es decir: a la corrupcin de ese saber. En sus reflexiones acerca del fracaso de su encuesta etnogrfica entre los Ache, Pierre Clastres manifiesta Y por eso, -los Ache aceptaban los regalos que no pedan, rechazando los intentos de dilogo porque eran lo bastante fuertes para no necesitarlo: empezaramos a hablar cuando, quiz en un paso claro de la inocencia a la consciencia, estuviesen enfermos [o corrompidos en el sentido de Mtrauxj. (M. Catry 1978:4)

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