Descripcin narrativa

La descripcin narrativa tiene como propsito central el evocar la impresin producida por

personas, lugares, paisajes y objetos a travs de explicar sus diversas partes y

circunstancias.

Mi necrologa

Hay dos cosas en el proceso de la vida humana, que no se tiene control y ni se sabe

cundo a cada uno nos llegara el momento. Esos dos momentos contingentes, son el

nacimiento de uno y la muerte.

Eran las cuatro de la madrugada, del da lunes del ao de 1997, esa maana fue la ms

tenebrosa, oscura, fra y muda; muy extraa e indiferente ante las emociones de las

personas que en vida me amaron. La mujer que me amo y comparti su vida por ms de

cincuenta aos conmigo, me espero pacientemente y helada bajo aquella sabanas que

mucho tiempo fue nuestro cmplice de intimidad conyugal. No se imagin que yo su

amado volvera, pero congelado e inerte, pues la inevitable muerte; haba concertado

una cita conmigo, aunque yo no quera, pues ella no muy fcil lo aceptara.

Aunque alegue y objete, la muerte dijo: yo vine por ti y no me ir sin ti, y me dijo fra

como siempre, a m no me interesan y conmueven tus apegos--. Yo en defensa de esa

insensible decisin que la muerte haba tomado por mi dije--Esprame por favor; djame

por lo menos despedirme de mi compaera, de mis hijos, de mis perros y flores, que

seguro extraaran y sufrirn mi ausencia.

--ella se enoj y me regao, diciendo con mudos gritos; que ensordecieron el llanto de mi

corazn --. Tanto tiempo tuviste y lo mal gastaste en vanos pleitos con tu esposa e hijos.--

Y ahora me dices djame despedirme para luego seguirte.

Ya no hay tiempo para ti, me dijo la muerte; con una sonrisa fra y calculadora. Ya no hay

tiempo para esos placeres que da la amistad y el amor; remato. Y me clavo su terrible y

doloroso aguijn en el corazn.

Unos minutos ms tarde me mire en ese oscuro cajn, que los vivos le llaman atad.

Alrededor de mi insensible y frio cuerpo, se arremolinaron mis parientes y muchos

dolientes, que con lgrimas saladas y amargas, decan entre dolorosos sollozos, ay, ay, ay;

como nos duele perderte.

Mi gran amigo, tomo la palabra y con un nudo que le amarraba la garganta; emiti un

mensaje pstumo a mi favor, tratando con ellos consolar a todos a su alrededor. l, dijo:

se ha ido nuestro buen amigo y hermano Sal, si a un viaje con retorno largo se ha ido.

Pero, nos deja su ejemplo, su historia de vida y sus alegras que en nuestra memoria

vivirn, ellas no se marcharan. Autor Pbro. mnistrosaul@hotmail.com