Mi proyecto de vida- FERNANDA GALINDO

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MI PROYECTO DE VIDA MARIA FERNANDA GALINDO LOPEZ- 1C

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MI PROYECTO

DE VIDA

MARIA FERNANDA GALINDO LOPEZ- 1C

DOFA

¿QUÉ ME HACE FELIZ?

A mí me hace feliz un abrazo sincero de una persona que yo quiera

Hacer las cosas de la manera correcta

Tener a mi familia unida

Poder contar con una educación de alta calidad

¿HACIA DONDE ME VEO YO?

Me veo en un futuro, como una excelente profesional integral

 

¿QUE SIENTO POR MÍ?

Siento respeto, orgullo, y sentido de pertenencia.

Mi cuerpo es un regalo de Dios y por eso lo valoro

¿CUALES SON MIS DEBILIDADES?• Mi abundancia de pereza

• La falta de voluntad que he adquirido a raíz de los problemas que me suceden

• Soy terca y no dejo ir las cosas.

• Me cuesta trabajo mantener un balance entre mi vida y mi estudio

• Ser demasiado exigente

• Procrastinar

• Hablar demasiado

• Dejo que las cosas me

afecten fácilmente

• Poco organizada

• Ansiedad

• Temor

• El pasado me atormenta

¿CUALES SON MIS AMENAZAS?

Hacerme daño a mi misma por mi baja autoestima

Causar malas impresiones por decir cosas que no debo

Me cuesta trabajo desprenderme de mi pasado

Mis enfermedades

Trabajar bajo presión porque pospongo la mayoría

Fallar en mis metas propuestas

Perder personas importantes en mi vida

Mi déficit de atención

¿CUALES SON MIS FORTALEZAS?

Soy muy buena gente

Perseverante

Soñadora

Intuitiva

Amistosa

Sigo adelante aunque

se caiga el mundo

Responsable

Afectuosa

Atenta

Divertida

Siempre trato de hacer sonreír a los que me rodean

¿CUALES SON MIS OPORTUNIDADES?

• Salir adelante gracias a mi estudio

• Ser una persona que contribuya al progreso de la ciudad

• Aprender cada día algo nuevo de cada persona

• Aplicar mis conocimientos en la realidad en la que vivimos

• Amar y ser amada

• Darle felicidad a las personas que me quieren

• Ser la mejor estudiante de la universidad Santo Tomas

• Cumplir todos los sueños que tengo

LA HISTORIA JAMAS

CONTADA

Hace mucho tiempo, exactamente el día 19 de octubre de 1996, una niña tuvo problemas al nacer, nació sin poder respirar y el diagnostico no era nada bueno, Dios hizo un milagro al poner toda la sabiduría, para poder salvarla, en las manos del doctor. Así es como empieza la historia de mi vida…

La cual comprende 6.647 días, desde el día en que Dios decidió que yo tenía que vivir, porque tenía un gran proyecto, mi reto era descubrir ese tesoro guardado especialmente para mí.

Luego de que pase casi un mes en una incubadora, luchando, era hora de irme del hospital y enfrentarme yo sola a la vida, sin ayuda de máquinas.

Tuve constantes citas médicas de rutina con mi “superhéroe”, así lo llamo yo, para ver si había mejorado o no. El pronóstico era que yo iba a tener dificultades de aprendizaje, esto quiere decir que yo siempre iba a estar un paso atrás de mis otros compañeritos y me resultaría mucho más difícil entender las cosas, incluso existía la posibilidad de que mi cuerpo no aguantara y muriera dentro de los primeros años.

Mis padres al enterarse de esto, tuvieron mucho miedo de perder su segunda hija, me bautizaron en mis primeros meses de vida y pedían que esa luz que había llegado a sus vidas, no se apagara.

Sus plegarias fueron oídas, mi “superhéroe” quedo impresionado al ver mi progreso en el colegio, ocupaba los primeros lugares y era muy lista.

Hice párvulos y transición en el Jardín Infantil Nacional, donde me hice amiga de una extrovertida niña, llamada Paola González.

Recuerdo perfectamente mi primer día de primero de primaria, en el Colegio Nacionalizado Femenino de Villavicencio, era un ambiente diferente, al que no estaba acostumbrada, veía muchas niñas mayores que yo y me sentía indefensa, ya que estaba acostumbrada a mi pequeño jardín.

Mi hermana, fue una de las personas más importantes en mi etapa escolar, porque ella estudiaba en el Femenino, así que ya tenía más experiencia que yo en algunas cosas, me orientaba y me decía que no tuviera miedo y fuera muy juiciosa para no tener problemas con la profesora.

La grata sorpresa fue que después de una semana, Paola, llego a mi salón, era la nueva alumna. Lo que yo no sabía es que ella se iba a convertir, con el paso del tiempo, en una de mis mejores amigas, estudiamos todo el bachillerato juntas, éramos inseparables, nos seguiremos apoyando mutuamente hasta que Dios quiera.

En nuestro hogar, había algo que faltaba, hace trece años seguramente Dios revisó nuestra estructura familiar y notó que había 3 mujeres y un hombre.

Ante tal situación y por solidaridad de género, envió al seno de nuestra familia a un robusto y hermoso bebé varón, llamado David Galindo.

De este modo ya no estaría solo el pobre padre contra las tres mujeres y se equilibró un poco la balanza (el nuevo hombre compartiría los garrotazos que antes le tocaban solo a su padre).

-Hacía falta un poco de humor en esta historia-

Bueno, para ser justos, también para compartir los besitos, abrazos y demás pechiches que nos prodigan. Gracias Dios mío por tan hermoso regalo.

“MI BEBE”

En segundo de primaria, ya tenía más confianza en mí misma, hasta el punto de llegar a participar en un concurso de ortografía con niñas de todas las edades, aunque no gane, fue una bonita experiencia, despertó mi amor hacia la escritura. Obtuve medallas de honor durante cuatro años consecutivos, no puedo negar que fue gracias a mi dedicación.

Mi papá, es la persona mas importante de mi vida, después de Dios. Él es un hombre muy trabajador, luchador, ha sacado su familia adelante sin quejarse, humilde, paciente; él es un ejemplo para mí de sencillez, porque de él he aprendido que no necesitamos tener dinero para ser felices. Yo lo amo y sin él, no sabría que hacer.Solo me queda agradecerle todo lo que hace por nosotros con el estudio.

En tercero de primaria, a mi mamá le salió un contrato de trabajo en Cundinamarca, lo que significaba que iba a tener que estar lejos de todos nosotros, fue uno de los momentos más duros porque yo era una pequeña niña que aún no estaba dispuesta a separarse de su madre. Ella se llevó a mi hermano, porque era tan solo un bebé que necesitaba del tiempo completo de ella.

Marco gran parte en mi ese hecho, por ejemplo en que yo fuera como soy ahora. Ya no tenía quien me tuviera la comida apenas llegara del colegio, quien me ayudara con las tareas, quien estuviera al mando de la casa, toda esa responsabilidad la tome yo, aprendí a valerme por mi misma desde muy pequeña, ya que mi papa y mi hermana se la pasaban ocupados en sus deberes.

Ella venia cada fin de semana que podía, aunque no era lo mismo, hubo muchas peleas por parte de mis padres, hasta un punto en el que se iban a separar porque mi papa la sentía muy lejos.

A mi mamá le tocaba muy duro, el lugar de trabajo de ella era en unas lomas, y para llegar allí tenía que caminar 6 horas con mi hermanito, cuando contaba con suerte, habían personas de la comunidad que le prestaban un burrito o un caballo para que no se cansara tanto.

Pero su amor era tan grande que lo hacía porque la situación económica que teníamos no era una de las mejores.

Fui creciendo y aprendiendo, sabía que la manera en que le iba agradecer a mis padres era estudiando.

Era tan solo una niña de 6 años cuando tuve mi “primer amor” y “mi primer beso”, sentí las llamadas “maripositas en el estómago”, fue uno de esos amores que uno nunca va a olvidar.

Mi familia estaba pasando por muchos problemas, como la ida de mi hermana de la casa, eso fue algo que me dolió demasiado porque me sentí más sola que nunca, a pesar de todas las típicas peleas que teníamos, ella era mi ejemplo a seguir, pero la relación de ella con mi mamá no era muy buena.

Una de las anécdotas que nunca faltan en un encuentro familiar es contar cuando me operaron; el día en que me detectaron apendicitis, era un 24 de diciembre de 2007, fue un mes de muchas emociones, por una parte, mi familia estaba al fin reunida, y por otra, tuve que estar por un mes sin hacer actividad física.

Pasaron los años, mi gusto por el baile se estaba despertando, cada vez que pasaba un video con alguna coreografía, yo empezaba a imitarlo. En el colegio crearon un grupo de danzas, así que aproveche e ingrese. Al principio era muy tímida, y por esa misma timidez no me soltaba tanto como las otras niñas de mi grupo, pero gracias a mi buen profesor, Ernesto Alvarado, perdí cualquier miedo de subirme a un escenario y bailar.

Desde ese día, he venido desarrollando mucho ese talento con el que nací, he estado en el grupo de danzas folclóricas “Los Caporales” desde el 2008.

Un día, mi papá decidió inscribirme en un curso de inglés para que yo aprendiera ese idioma, ya que él siempre me decía que se lo iba a agradecer algún día. Al inicio, iba a clases prácticamente obligada, con pereza, sueño, no entendía nada de lo que hablaban los profesores; así que deje de ir, pero mi papa siempre estuvo ahí impulsándome a seguir ese camino, le debo mucho a él, porque él hizo que yo me pusiera esa meta de terminar lo que empecé.

Después de unos meses, el inglés se me empezó a facilitar, hasta el punto que ya nadie me sacaba del “Instituto American System Service”. El día de mi grado de inglés fue uno de los más felices de mi vida, mis papas estaban demasiado orgullosos, fue un “plus” que adquirí desde pequeña, y que hasta el día de hoy no he dejado de practicar.

Dios no nos iba a dejar solos, al ver que mi familia estaba muy desunida, decidió mandar un angelito del cielo para que nos unificara, y ese angelito fue la hija de mi hermana, mi sobrina María de los Ángeles, el día en que nació se sintió una paz en el corazón de todos. Mi mama y mi hermana se reconciliaron, mi familia estaba de nuevo unida, era imposible resistirse ante tanta ternura que irradiaba, fue una de las bendiciones más grandes que hemos tenido.

MI PRINCESA

Ya era tiempo para yo, siendo una niña, me convirtiera en una mujer, mis 15 años no fueron como siempre los soñé; aun cuando todo parecía estar mejorando, nos llegó una mala noticia al hogar, a mi mama le detectaron cáncer de seno. Fue una batalla día a día por parte de ella, nunca desistió, dio su pelea hasta el último día en que su corazón latió.

Mujer bella y luchadora, nos enseñó tanto en esta vida, que me falta tiempo para agradecerle. Durante los dos años que ella tuvo su enfermedad, a pesar de estar totalmente destruidos por dentro, teníamos fe en que ella se sanaría por completo.

Dios decidió que el lugar en el que ella debía estar, era a su lado, así que eligió llevársela en un viaje sin tiquete de devuelta el día 13 de septiembre de 2013. En ese punto de mi vida, yo estaba desesperada, no hallaba las respuestas a todo lo que tenía guardado en mi corazón, no hallaba de dónde sacar fuerza para seguir.

Mi familia:

Cada persona que aparece en esas fotos y los que me faltaron, los voy a llevar siempre en mi corazón, cada uno tiene algo bueno que yo he aprendido, son muy valiosos y soy feliz cuando estamos unidos en familia.

Mi tía, mi abuela y mi hermana, son mis mejores amigas porque me conocen perfectamente y siempre quieren lo mejor para mi. Dios me los bendiga siempre a todos.

Esa fuerza por la que tenía que levantarme era mi hermanito, tan solo con 12 años, con una vida por delante y muchas cosas por aprender; ese día me di cuenta que tenía que cumplirle la promesa que le hice a ella de no dejar nunca solo al “bebé”, así lo llamaba ella.

Me gusta recordarla en sus momentos felices, cuando viajamos en familia, las bromas que nos hacía, en sus cumpleaños, y más momentos en los que nunca dejo de sonreír

Dos meses después, era mi graduación de 11, había culminado una etapa más de mi vida, la vida del estudiante es el sacrificio y su recompensa, el triunfo. Ese día triunfo se lo dedique a mi mamá, porque aunque no pudo estar en carne, estuvo presente en los corazones de todos.

Era el momento de decidir qué camino tomar, muchas carreras, muchas universidades, muchas oportunidades y puertas abiertas, pero no era el momento adecuado para decidir, ni las mejores condiciones. Hice dos semestres de “Medicina Veterinaria y Zootecnia” en la Unillanos, la razón por la que escogí esa carrera fue porque no sabía qué hacer con mi vida, y pensé que ese era mi destino.

Obtuve muy buenas calificaciones y promedio, pero las notas no me daban esa felicidad que anhelaba encontrar, me costó mucho aceptarlo, y sabía que de la decisión que tomara iba a depender mi vida.

Así que retire papeles, fui a citas con una psicóloga, quien me ayudo a orientarme por lo que realmente quería, ate muchos nudos que tenía sueltos y me lleve de valor para continuar.

He contado con la ayuda de mis amigas Camila Zarate y Paula Zarate en todo momento. Les agradezco mucho. Las quiero.

Tenía que desprenderme de todo lo que no me dejaba avanzar. Derrame muchas lágrimas pero si no lo hacía, no iba a poder liberarme de lo que me ataba al pasado. En ese proceso de empezar desde cero, conocí a un hombre, llamado Nicolás Valbuena, encontré paz, alegría, amor, respeto y esperanza en él; era tiempo para aceptar a alguien en mi vida, era inevitable no enamorarme de una persona que solo me sacaba sonrisas de donde no las había. Hoy en día puedo decir que, después de Dios y mi familia, él es muy importante para mí, de su mano he encontrado el norte.

En el momento en que recibí la llamada que me decía “usted fue aceptada en el programa de Ingeniería ambiental, bienvenida a su Universidad Santo Tomas”, no podía contener tanta emoción, compartí esa felicidad con mi familia. En el 2015, tuve el primer día de estudio en el claustro, tenía muchos nervios, he confirmado que esta carrera me da la satisfacción que quería obtener.

Cada vez que me esmero y obtengo buenos resultados en cada materia, me acerco más a la perfección, porque eso es lo que a mí me da “felicidad”. Mi universidad es el móvil por el que puedo llegar a cumplir mi meta de ser la mejor ingeniera ambiental del mundo, he conocido muy buenos profesores, los cuales no desisten en impulsarnos a que investiguemos, quieren que seamos, incluso, mejores que ellos.

He conocido grandes personas en la universidad, cada uno me ha brindado su sincera amistad y de ellos he extraído sus mejores cosas.

Hoy en día, mi familia y yo, luchamos día a día por seguir adelante juntos, con amor y respeto, sin olvidar la ayuda de Dios.

“Ser la mejor versión de mi

cada día”