Mi viejo potro. Atahualpa Yupanqui

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Mi Viejo Potro Tordillo Atahualpa Yupanqui. Argentina. En la esquina del potrero estaba echao mi tordillo, como esperando a la muerte pa descansar un ratito. Las quijadas medio moras entecau y como un vicio entre las vistas cansadas de tiempo, sol y caminos le enredaban el paisaje los zumbos del mosquerío. ¡Malaya triste destino los caballos argentinos! Yo andaba emparvando un pasto cuando frenó con gran ruido un camión lleno de fletes zainos, bayos, ruanos, pintos el hombre me ofertó plata pa llevarse mi tordillo le dije: no muchas gracias pa que lo quiere me dijo si ya no sirve pa nada y yo le pago ahora mismo y en vez de que muera aquí que muera en el frigorífico. ¡Malaya triste destino los caballos argentinos! Le di las gracias de nuevo por no voltearlo de un chirlo después atiné a decirle: Siga nomás su camino déjelo al flete que muera la muerte que él ha elegido en su cielo y su paisaje en su tierra y su camino ande termina el alambre y empiezan los espinillos. ¡Malaya triste destino los caballos argentinos! No tenga miedo ni pena mi viejo potro tordillo, que a usted no lo lleva naide pa'l lao de los frigoríficos me via quedar medio solo cuando usted se me haiga ido después que lo h aiga enterrao via plantar un arbolito una sombra pa la sombra del recuerdo de un amigo será como verlo cerca como tenerlo conmigo en su cielo y su paisaje en su tierra y su camino ande termina el alambre y empiezan los espinillos.

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Mi Viejo Potro TordilloAtahualpa Yupanqui. Argentina.

En la esquina del potrero

estaba echao mi tordillo,

como esperando a la muerte

pa descansar un ratito.

Las quijadas medio moras

entecau y como un vicio

entre las vistas cansadas

de tiempo, sol y caminos

le enredaban el paisaje

los zumbos del mosquerío.

¡Malaya triste destino

los caballos argentinos!

Yo andaba emparvando un pasto

cuando frenó con gran ruido

un camión lleno de fletes

zainos, bayos, ruanos, pintos

el hombre me ofertó plata

pa llevarse mi tordillo

le dije: no muchas gracias

pa que lo quiere me dijo

si ya no sirve pa nada

y yo le pago ahora mismo

y en vez de que muera aquí

que muera en el frigorífico.

¡Malaya triste destino

los caballos argentinos!

Le di las gracias de nuevo

por no voltearlo de un chirlo

después atiné a decirle:

Siga nomás su camino

déjelo al flete que muera

la muerte que él ha elegido

en su cielo y su paisaje

en su tierra y su camino

ande termina el alambre

y empiezan los espinillos.

¡Malaya triste destino

los caballos argentinos!

No tenga miedo ni pena

mi viejo potro tordillo,

que a usted no lo lleva naide

pa'l lao de los frigoríficos

me via quedar medio solo

cuando usted se me haiga ido

después que lo haiga enterrao

via plantar un arbolito

una sombra pa la sombra

del recuerdo de un amigo

será como verlo cerca

como tenerlo conmigo

en su cielo y su paisaje

en su tierra y su camino

ande termina el alambre

y empiezan los espinillos.

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¡Malaya triste destino

los caballos argentinos!