Michal Kalecki Lucha de Clases y Distribucion Del Ingresso Nacional 1971

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Lucha de clases y distribución del ingreso nacional 1 (1971) I. Hasta hace relativamente poco tiempo, se aceptaba en general que si se au- mentaban los salarios, las ganancias disminuían pro tanto. Aun cuando en el análisis de otros fenómenos, la ley de Say no se cumplía, por lo menos no estrictamente, en este caso la preservación del poder adquisitivo no se cuestio- naba. Y el análisis del aumento o de la reducción de las tasas salariales aborda- ba las consecuencias físicas de esta redistribución absoluta de las ganancias en salarios o viceversa. En el caso del aumento de las tasas salariales, se acentuaba la reconstrucción de los bienes de capital o de producción conforme al mayor gasto en bienes salariales y el menor desembolso orientado a la inversión y al consumo de los capitalistas; así como también la tendencia a un mayor desem- pleo como resultado de la sustitución de la mano de obra que se había vuelto más costosa por el capital. Aun cuando incluso actualmente un número bastante considerable de econo- mistas argumentaría de esta manera la falacia de este enfoque, el mismo es ampliamente reconocido, aunque diversos economistas pueden debatirlo de manera algo diferente. Yo construyo mi contraargumento a partir de un sistema de economía cerrada y un aumento proporcional de todas las tasas salariales. Supongamos que en un período corto, los costos salariales anuales aumenta- ron como resultado del aumento de las tasas salariales en W. Podemos supo- ner de manera realista que los trabajadores gastan todos sus ingresos y que los gastan inmediatamente. Por oposición, puede suponerse que el volumen de la 1 Publicado originalmente en la Revista Kyklos.

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Distribución del ingreso mediante la óptica de la lucha de clases.

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  • Lucha de clases y distribucindel ingreso nacional1

    (1971)

    I. Hasta hace relativamente poco tiempo, se aceptaba en general que si se au-mentaban los salarios, las ganancias disminuan pro tanto. Aun cuando en elanlisis de otros fenmenos, la ley de Say no se cumpla, por lo menos noestrictamente, en este caso la preservacin del poder adquisitivo no se cuestio-naba. Y el anlisis del aumento o de la reduccin de las tasas salariales aborda-ba las consecuencias fsicas de esta redistribucin absoluta de las ganancias ensalarios o viceversa. En el caso del aumento de las tasas salariales, se acentuabala reconstruccin de los bienes de capital o de produccin conforme al mayorgasto en bienes salariales y el menor desembolso orientado a la inversin y alconsumo de los capitalistas; as como tambin la tendencia a un mayor desem-pleo como resultado de la sustitucin de la mano de obra que se haba vueltoms costosa por el capital.

    Aun cuando incluso actualmente un nmero bastante considerable de econo-mistas argumentara de esta manera la falacia de este enfoque, el mismo esampliamente reconocido, aunque diversos economistas pueden debatirlo demanera algo diferente. Yo construyo mi contraargumento a partir de un sistemade economa cerrada y un aumento proporcional de todas las tasas salariales.

    Supongamos que en un perodo corto, los costos salariales anuales aumenta-ron como resultado del aumento de las tasas salariales en DW. Podemos supo-ner de manera realista que los trabajadores gastan todos sus ingresos y que losgastan inmediatamente. Por oposicin, puede suponerse que el volumen de la

    1 Publicado originalmente en la Revista Kyklos.

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    inversin y del consumo de los capitalistas se decide antes del corto perodo encuestin, y no se ve afectado por el aumento de salarios durante ese perodo.

    Si ahora subdividimos la economa en tres departamentos, que producen bie-nes de inversin (I), bienes de consumo para los capitalistas (II) y bienessalariales (III) e incluimos en cada uno de ellos los productos intermediosrespectivos se desprende que el empleo en los dos primeros departamentosno se ve afectado por el aumento salarial. Por ende, si denotamos con W

    1 y W

    2

    los costos salariales (wage bills) en estos departamentos medidos segn lasantiguas tasas salariales, y con a la fraccin en la cual se aumentan los salarios,obtenemos a (W

    1 + W

    2) para el incremento de los salarios agregados en los

    Departamentos I y II. Las ganancias en estos dos departamentos disminuyenpro tanto (siempre que no hayan aumentado los precios de sus productos, locual en todo caso se da por sentado en el argumento sobre la base de lapreservacin del poder adquisitivo).

    Sin embargo, la posicin en el Departamento III es bastante diferente, debidoal gasto inmediato de los beneficios adicionales de los trabajadores obtenidoscomo resultado del aumento salarial. Especialmente el incremento de los cos-tos salariales de los Departamentos I y II, igual a a (W

    1 + W

    2), inevitablemente

    debe hacer que las ganancias del Departamento III aumenten pro tanto. Enefecto, las ganancias de este departamento equivalen a los beneficios obteni-dos de la venta de bienes salariales que no son consumidos por los trabajado-res de este departamento a los trabajadores de los Departamentos I y II. Porconsiguiente, el incremento de los costos salariales en estos departamentos,a (W

    1 + W

    2) equivale a un aumento igual de las ganancias del Departamento

    III. Esto puede ocurrir ya sea por el aumento de la produccin en este depar-tamento o por el aumento de los precios de sus productos.

    Por consiguiente, la ganancia total permanece invariable, puesto que la prdi-da de los Departamentos I y II equivalente a a (W

    1 + W

    2) queda compensada

    por un aumento igual en el Departamento III. Se desprende que no ocurreninguna redistribucin absoluta de las ganancias en salarios y, por lo tanto,quedara demostrado que el argumento basado en la ley de Say es una falaciapor lo menos en relacin con el corto perodo considerado.

    Esta ltima salvedad es esencial, puesto que puede argumentarse que la dismi-nucin en el volumen de la inversin y del consumo de los capitalistas comoresultado del aumento salarial, aunque no sera inmediato, ocurrira de todasmaneras con retraso, digamos, en el siguiente perodo corto. Y esto sera ciertosi los capitalistas por lo menos decidieran reducir su inversin y su consumoinmediatamente despus de haber acordado aumentar los salarios. Pero inclu-

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    so esto es improbable, puesto que sus decisiones se basan en la experienciaactual; y sta, segn lo descrito arriba, muestra que no se registra ningunaprdida en las ganancias totales en el corto perodo que sigue al aumentosalarial y, por ende, no habr razn para reducir la inversin ni el consumo delos capitalistas en el siguiente perodo. Si los capitalistas no toman inmediata-mente la decisin de esta reduccin sobre la base del mero hecho del aumentosalarial, no la tomarn tampoco posteriormente. Y, como resultado, las ganan-cias no se contraern en el siguiente perodo tampoco. El argumento sobre laredistribucin de las ganancias en salarios como resultado de un aumentosalarial segn la ley de Say es, por consiguiente, errneo, incluso si considera-mos todas las ramificaciones de este evento.

    Lo mismo es vlido obviamente en el caso de una reduccin salarial: no ocurri-r un aumento de las ganancias ni en el corto perodo que sigue a la reduccinsalarial ni posteriormente.

    2. Hasta ahora, hemos supuesto que, cuando aumentan los salarios, los preciosde los bienes de inversin y de los bienes de consumo para los capitalistaspermanecen invariables, lo cual estaba de acuerdo con la teora de laredistribucin de las ganancias en salarios en la misma medida del aumentosalarial. (La seccin anterior corresponda en cierto sentido a la reductio adabsurdum de esta teora). No obstante, en efecto esto es improbable que ocu-rra: estos precios ms bien aumentarn como resultado del impacto del aumen-to salarial quiz no en el corto perodo que sigue directamente al aumentosalarial, pero s posteriormente. Sin embargo, para examinar este asunto ascomo otras repercusiones del aumento salarial o de la reduccin salarialdebemos saber ms acerca de la formacin de precios en el sistema que esta-mos considerando.

    En primer lugar, nos abstraeremos de todos los factores semimonopolsticos ymonopolsticos, es decir partiremos del supuesto de la llamada competenciaperfecta. Permtanme aadir inmediatamente que ste es un supuesto suma-mente irrealista, no slo en el caso de la fase actual del capitalismo, sino inclu-so para la denominada economa capitalista competitiva de los siglos pasados:con seguridad esta competencia fue siempre en general sumamente imperfec-ta. Cuando se olvida su condicin real de modelo prctico, la competenciaperfecta se convierte en un mito peligroso.

    Como se desprende del argumento que se present en la seccin anterior, elvolumen del consumo y de la inversin de los capitalistas se mantiene en elcorto perodo que sigue al aumento salarial y, en consecuencia, tambin semantiene posteriormente. Partiendo del supuesto de la competencia perfecta y

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    de que las curvas de la oferta mostrarn en algn momento una tendenciaascendente, el aumento de las tasas salariales debe causar un aumento propor-cional en los precios a niveles dados de las producciones respectivas quiz noen el primer perodo corto, sino ms bien posteriormente. En consecuencia, lasganancias en los Departamentos I y II aumentarn en la misma proporcin quelos salarios, es decir I + a veces.

    Ahora es fcil demostrar que el volumen de produccin y consumo de bienessalariales tambin permanece invariable. En efecto, en este caso, las gananciasdel Departamento III, como en los otros dos departamentos, aumentan en laproporcin del aumento salarial, es decir I + a veces; ahora bien, como semencion en la seccin I, las ganancias en el Departamento III son iguales a losbeneficios obtenidos de la venta de los bienes salariales a los trabajadores delos Departamentos I y II y, por lo tanto, deben aumentar en la misma propor-cin que los salarios en estos departamentos, es decir I + a veces. Si el volumende produccin y consumo de los bienes salariales aumentara o disminuyera,no sea aplicara el caso que se describi arriba.

    Por lo tanto, con competencia perfecta, el volumen de produccin en los tresdepartamentos permanece invariable, al tiempo que su valor aumenta en cadauno de ellos I + a veces. En esta proporcin aumentan, por consiguiente, loscostos salariales totales y las ganancias totales, es decir que la distribucin delingreso nacional permanece invariable.

    En consecuencia, una vez demostrada la falacia de la teora basada en la ley deSay que sostena que los movimientos salariales tienen un impacto directo y degran alcance en la distribucin del ingreso nacional, nosotros llegamos ahora alextremo opuesto, que no influyen de manera alguna en esta distribucin. Peroesta conclusin se basa en el supuesto insostenible de la competencia perfecta.De hecho, slo al abandonar este supuesto y entrar al mundo de los oligopoliosy la competencia imperfecta, estamos en capacidad de llegar a alguna conclu-sin razonable sobre el impacto de la negociacin salarial en la distribucin delingreso2 .

    3. En efecto, una parte importante de la economa puede representarse de mane-ra plausible mediante un modelo muy diferente al de la competencia perfecta.

    2 Abstraemos en este caso de la influencia del aumento del nivel de precios en la tasa deinters, al suponer tcitamente que la oferta monetaria proveniente de los bancos es elsti-ca. En otras circunstancias, la mayor demanda de dinero habra aumentado la tasa de inte-rs, lo cual afectara adversamente la inversin y, por consiguiente, las ganancias. Pareceimprobable que este efecto tenga gran importancia, especialmente porque los cambios de latasa bancaria se reflejan en una escala muy reducida en la tasa de inters a largo plazo.

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    Cada empresa en una industria calcula el precio de su producto p aumentan-do su costo directo u, que est compuesto de los costos medios de los salariosms la materia prima, a fin de cubrir sus gastos generales y obtener ganancias.Pero este recargo o margen comercial depende de la competencia, es decir dela relacin entre el precio resultante p y el precio medio ponderado de esteproducto p

    para la industria en su conjunto. O:

    (1)

    donde f es una funcin creciente: mientras menor sea p en relacin con p ,

    mayor se fijar el margen comercial. De la frmula (I) obtenemos:

    (2)

    Debe acotarse que la funcin f puede ser diferente para distintas empresas deuna industria. Reflejarn las influencias semimonopolsticas mencionadas arri-ba, que se derivan de la competencia imperfecta o del oligopolio. Mientras msintensivos sean estos factores, mayor ser el f ( p

    /p) que corresponda a una

    relacin p /p dada. Los precios p sern en general diferentes para distintas

    empresas en razn de las diferencias en los costos directos u y en las funcionesf.

    El sistema de precios est determinado. En efecto, con s empresas en unaindustria, debern determinarse s + I valores de precio, es decir p

    1, p

    2,... p

    s, p y la

    misma cantidad de ecuaciones: s ecuaciones del tipo (2) y una que determinep en trminos de p

    1, p

    2,... p

    s.

    Si todos los costos directos u, con funciones f dadas, aumentaran I + a veces, lomismo ocurrira con todos los precios p

    1, p

    2,... p

    s. En efecto, esta solucin satisfa-

    ce las ecuaciones (2), porque u por suposicin aumenta I + a veces y( p

    /p) permanece invariable.

    Sin embargo, si el costo directo uk aumenta slo para una empresa (nuevamente

    con funciones f dadas), es fcil comprender que pk aumenta en una proporcin

    menor, porque p entonces no aumentar en la misma proporcin que u

    k.

    4. Puesto que los precios p de un producto por lo general no son iguales, loanterior es vlido estrictamente a la competencia imperfecta o al oligopoliodiferencial, pero no al monopolio u oligopolio no diferencial. No obstante, en

    = fP

    p

    p - u

    u )(

    p = u I + fP

    p )([ ]

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    efecto, con la excepcin de las materias primas bsicas que se producen fre-cuentemente en condiciones que se acercan a la competencia perfecta, la ma-yora de los productos tienen precios diferenciales. (No olvidemos que produc-tos absolutamente idnticos con los mismos costos de transporte, pero diferen-tes perodos de entrega pueden tener precios diferentes.)

    Por lo tanto, parece una aproximacin relativamente buena a una economareal si suponemos que est compuesta del modelo descrito arriba y que laformacin de precios en el sector de las materias primas bsicas concuerda conla de la competencia perfecta.

    Imaginemos ahora que en un sistema cerrado de este tipo, las tasas salarialesen todas las industrias aumentan en la misma proporcin, I + a veces. Fcil-mente se desprende que todos los precios tambin aumentarn I + a vecessiempre que no cambien las funciones f en las industrias para las cuales son

    relevantes. Se desprende que si se cumplieran estas condiciones, deberamosllegar a la misma conclusin que en el caso de la economa prefectamentecompetitiva de la seccin 2 que un aumento general de salarios nominales enuna economa cerrada no cambia la distribucin del ingreso nacional. Lo mis-mo sera vlido en el caso de una disminucin de los salarios nominales. Noobstante, argumentaremos que las funciones f s dependen de la actividadsindical.

    5. La existencia de elevados mrgenes comerciales es un incentivo para que lossindicatos fuertes negocien mejores salarios, puesto que saben que las empre-sas tienen medios para pagarlos. Si se satisfacen sus demandas, pero no secambian las funciones f, los precios tambin aumentan. Esto conducira a unanueva ronda de exigencias de mayores salarios, y el proceso continuara y losniveles de precios seguiran aumentando. Pero con seguridad a ninguna indus-tria le gusta este proceso que hace que sus productos sean cada vez mscostosos y, por lo tanto, menos competitivos en comparacin con los produc-tos de otras industrias3. Para resumir, el poder de los sindicatos limita el margencomercial, es decir hace que los valores f ( p

    /p) sean menores que los que

    existiran si no actuaran los sindicatos.

    Ahora bien, este poder se manifiesta en la escala de aumentos salariales que lossindicatos exigen y logran. Si se demuestra una mayor capacidad de negocia-cin a travs de logros espectaculares, se produce un movimiento descendentede las funciones f ( p

    /p) y se reducen los mrgenes comerciales. En estas

    circunstancias, ocurre una redistribucin de ingreso nacional de las ganancias

    3 A pesar de que por mantener la simplicidad partimos del supuesto de que todas las tasassalariales se aumentan de manera simultnea en la misma proporcin, consideramosrealsticamente que las negociaciones estn teniendo lugar por industria.

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    4 Esto, sin embargo, est sujeto a la siguiente salvedad. Como resultado del aumento de laproduccin total, habr un aumento en los precios de las materias primas bsicas, inter alialas materias primas que emplean por igual el Departamento I o II y el Departamento III.Esto, aunque es bastante improbable, puede contrarrestar la influencia de la disminucin delos mrgenes comerciales en los Departamentos I y II previa distribucin del ingreso entreganancias y salarios. En cualquier caso, sin embargo, las ganancias totales aumentarn enuna proporcin menor que los costos salariales totales.5 Sujeto a la salvedad anloga a la planteada en la nota al pie de pgina previa.

    en salarios. Pero esta redistribucin es mucho menor que la que se obtendra si losprecios fueran estables. El aumento de los salarios se traslada a los consumidoresen gran medida. Y los aumentos salariales normales por lo general no alteran lasfunciones f, mientras que en otras circunstancias los mrgenes comerciales puedentender a aumentar debido a la mayor productividad de los trabajadores.

    6. Imaginemos que un aumento salarial espectacular reduce en cierto modo losmrgenes comerciales, de manera tal que ocurre una redistribucin del ingresonacional de las ganancias en salarios. Ahora bien, se desprende de la seccin Ique las ganancias del Departamento III aumentarn en la misma proporcin quelas tasas salariales. Pero, en vista de que ocurre una redistribucin de las ganan-cias en salarios como resultado de la reduccin de los mrgenes de ganancia eneste departamento, los costos salariales en el Departamento III aumentan msque las tasas salariales, es decir hay un aumento en el empleo y en la produccinen este departamento. En consecuencia, la produccin y el empleo permanece-rn invariables en los Departamentos I y II, a la vez que aumentarn en elDepartamento III. O el volumen de la inversin y del consumo de los capitalistasno variar, pero el consumo de los trabajadores aumentar. Esta expansin delempleo y de la produccin total es factible, porque de hecho nuestro modelo dedeterminacin de precios semimonopolstica, como se describi en la Seccin 3,presupone la existencia de excedente de capacidad.

    En cuanto al valor (monetario) de los costos salariales, ste claramente aumenta-r en una proporcin mayor que las tasas salariales. No obstante, las gananciastotales aumentarn menos que las tasas salariales: en efecto, las ganancias en elDepartamento III aumentan proporcionalmente a las tasas salariales; el empleoen los Departamentos I y II permanecer invariable, pero las ganancias en losDepartamentos I y II aumentan menos que las tasas salariales, como resultado dela disminucin de los mrgenes comerciales en estos dos departamentos4.

    Si disminuye el poder del sindicato, se invertira el proceso que se describiarriba. El empleo y la produccin en los Departamentos I y II permaneceraninvariables, pero en el Departamento III disminuiran. O el volumen de inversiny de consumo de los capitalistas permanecera invariable y se reducira el consu-mo de los trabajadores. Por ende, se reduciran la produccin total y el empleo.El valor de los costos salariales se reducira ms que las tasas salariales, mientrasque el valor de las ganancias se reducira menos que las tasas salariales5.

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    Puesto que la disminucin de los mrgenes comerciales tiende a aumentar laproduccin agregada, esto causara un aumento de precios de las materiasprimas bsicas, sujeto a las condiciones de la competencia perfecta, en relacincon los salarios. Como resultado, el aumento de la produccin y del empleo serestringira en cierta medida. De la misma manera, este factor limitara en ciertomodo la reduccin de la produccin y del empleo que ocasiona el aumento delos mrgenes comerciales.

    De lo anterior se desprende que un aumento salarial que refleje un mayorpoder sindical conduce contrariamente a los preceptos de la economa clsi-ca a un aumento del empleo. E inversamente, una reduccin salarial querefleje un debilitamiento del poder de negociacin de los sindicatos conduce auna reduccin del empleo. La debilidad de los sindicatos en una etapa dedepresin que se manifieste en la aceptacin de reducciones salariales contri-buye a profundizar el desempleo en lugar de mitigarlo.

    7. De lo anterior se desprende que la lucha de clases que se refleja en la negocia-cin sindical puede afectar la distribucin del ingreso nacional, pero en unaforma mucho ms sofisticada que la expresada por la doctrina poco refinada:cuando se aumentan los salarios, las ganancias disminuyen pro tanto. Estadoctrina resulta ser totalmente errnea. Las redistribuciones que ocurren: (a)estn relacionadas con una competencia imperfecta y un oligopolio generaliza-dos en el sistema capitalista; y (b) estn contenidas en lmites relativamenteestrechos. No obstante, el proceso de negociacin da tras da es uncodeterminante importante de la distribucin del ingreso nacional.

    Es importante sealar que es posible concebir otras formas de lucha de clasesdistintas a la negociacin salarial, que afectaran la distribucin del ingresonacional de manera ms directa. Por ejemplo, pueden adelantarse accionespara mantener bajo el costo de la vida. Esto ltimo puede lograrse mediantecontroles de precios que, sin embargo, pueden resultar difciles de administrar.Pero existe una alternativa: subsidiar los precios de los bienes salariales con elfinanciamiento de impuestos directos sobre las ganancias. Esta operacin, porcierto, no afecta las ganancias netas agregadas: el argumento es el mismo queel empleado en la seccin I en el caso de un aumento salarial. Lo mismo esvlido en el caso del efecto de los controles de precios. Y, si los partidospolticos en asociacin con los sindicatos en el parlamento no pueden llevar ala prctica estas medidas, puede utilizarse el poder de los sindicatos para mo-vilizar movimientos de huelgas de apoyo. La clsica negociacin salarial da ada no es la nica manera de influir en la distribucin del ingreso nacional enbeneficio de los trabajadores.

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    8. La redistribucin de las ganancias en salarios, como se describi en las ltimasdos secciones, es factible solamente si existe excedente de capacidad. De locontrario, es imposible aumentar los salarios en relacin con los precios de losbienes salariales, porque los precios estn determinados por la demanda, y lasfunciones f se extinguen. Regresamos entonces a la posicin descrita en la seccin2, en la cual el aumento salarial no podra afectar la redistribucin del ingreso.

    En las circunstancias existentes, el control de precios de los bienes salarialesconducira a la escasez de bienes y a una distribucin desordenada. Asimismo, elsubsidio de los precios de los bienes salariales (con el financiamiento de impues-tos directos sobre las ganancias) puede reducir los precios slo en el largo plazoal estimular la inversin en las industrias de bienes salariales.

    Sin embargo, debe acotarse que incluso el capitalismo contemporneo, en cuyocaso se evitan las profundas depresiones como resultado de la intervencin gu-bernamental, todava se encuentra en general bastante remoto de ese estado deutilizacin plena de los recursos. Esto queda bien demostrado por el hecho deque los precios de los bienes terminados se fijan sobre la base de los costos, enlugar de ser determinados por la demanda.

    IndicePresentacinIntroduccinBibliografa de la obra de KaleckiDos ArtculosSalario nominal y salario real (1939)Lucha de clases y distribucin del ingreso nacional (1971)