Microeconom a y Macroeconom A

download Microeconom a y Macroeconom A

of 8

description

MICRO Y MACROECONOMIA

Transcript of Microeconom a y Macroeconom A

  • 1

    MICROECONOMA Y MACROECONOMA: UNA DISTINCIN POCO CLARA

    Hugo Ferullo (Universidad Nacional de Tucumn)

    El saber econmico con pretensiones cientficas se ocupa: - de describir, explicar y predecir fenmenos sociales muy complejos (pensemos en las consecuencias negativas que genera en la fraccin ms vulnerable de un pas los desrdenes provocados por grandes actores econmicos dedicados a especulacin desmesurada en mercados de capitales, por ejemplo), - provocadas por la accin conjunta de sujetos muy complejos (despus de todo, se trata de seres humanos), - que interactan entre s de manera muy compleja (las conductas de los agentes se retroalimentan muchas veces entre s, se producen efectos en cascada, etc.).

    Frente a este ambicioso temario de cuestiones a abordar, la propuesta cientfica de la microeconoma tradicional consiste en reducir drsticamente la complejidad tanto del fenmeno humano como del fenmeno social que define el campo donde ocurren los fenmenos econmicos.

    Con el fin de simplificar el sujeto econmico individual, los primeros pasos de la teora microeconmica se dirigen a la construccin de un homo economicus, que define las caractersticas esenciales de un individuo ideal y que se considera la unidad de anlisis de toda la construccin terica posterior. Como es bien conocido, dos grandes presupuestos permiten deducir de manera previsible la conducta de este homo economicus: el primero, le impone un comportamiento perfectamente racional, definida la racionalidad en un sentido estrictamente instrumental; el segundo, asigna al inters individual el papel de nico mvil para actuar, lo que equivale a decir que el sujeto acta siempre movido solamente por su propio inters. De esta manera, el homo economicus se comporta siempre como un oportunista cuyo nico incentivo o razn para obrar es la bsqueda de alguna ventaja personal, ventaja que el respeto por la racionalidad impuesta a su comportamiento lo obliga efectivamente a materializar.

    La simplificacin de la naturaleza de la realidad social practicada por la teora microeconmica neoclsica no es menos heroica que la sustitucin que sta hace del ser humano individual concreto por la figura idealizada del homo economicus. Como resultado de este segundo gran ejercicio simplificador, el mundo social del que la microeconoma termina ocupndose no es slo un mundo donde ciertas cosas complicadas son dejadas de lado (prctica simplificadora que se impone a cualquier cientfico); es un mundo especficamente construido de manera tal que los resultados de los actos de los sujetos, previamente transformados en homo economicus, sean los esperados, esto es: un mundo donde el mecanismo de mercado transforme la accin de muchos individuos, que slo buscan sus beneficios privados, en un bien social o colectivo maximizado. La vieja frmula de la mano invisible se emplea todava hoy metfora de las mgicas consecuencias no intencionadas de la accin individual interesada.

    La aparicin de una teora del funcionamiento de los mercados competitivos (la teora de los precios) es el aporte fundamental del pensamiento microeconmico. La microeconoma se confunde con esta teora, que permite deducir las leyes de funcionamiento de los mercados a partir del estudio del comportamiento de sujetos individuales (consumidores y firmas), que se mueven cada uno buscando simplemente el mximo de su bienestar individual (el mximo de la utilidad en el caso del consumidor; el mximo de ganancia en el caso de la firma). La economa se convierte, as, en la ciencia de la eleccin racional y deviene, en la terminologa moderna, una teora microeconmica centrada en el anlisis de la conducta del agente individual.

    Por supuesto que si se postula que la microeconoma define cabalmente la naturaleza de todo fenmeno econmico, cualquier aspecto macroeconmico tiene

  • 2

    que ser explicado apelando necesariamente a la ayuda de algn mtodo reduccionista. De hecho, la afirmacin de que el anlisis del fenmeno individual es una condicin necesaria y suficiente para conocer lo que ocurre en el nivel ms profundo de la sociedad, constituye un supuesto que se postula en el inicio mismo de la construccin del edificio terico de la microeconoma. Este supuesto inicial, que se presenta generalmente bajo la frmula de individualismo metodolgico, es lo que sirve de base para fundamentar la necesidad absoluta que tiene la economa de basar su construccin terica en el anlisis de la conducta del individuo.

    De todo lo anterior se deduce fcilmente la bsqueda obligada de micro fundamentos de todo fenmeno macroeconmico. Slo del estudio cientfico del comportamiento econmico del sujeto individual pueden surgir los fundamentos bsicos del pensamiento econmico con pretensiones de ciencia, lo que significa que, si contamos con una buena teora microeconmica, el estudio de la macroeconoma no podra aportar nada verdaderamente nuevo a la ciencia econmica. Llevando las cosas al extremo lgico de este supuesto, podramos decir, entonces, que estudiar macroeconoma resultara, en el fondo, un ejercicio superfluo.

    Ahora bien, la macroeconoma surge, en el marco de la gran crisis de los aos 30, como resultado de un profundo malestar producido por esta teora microeconmica dominante. Este malestar no se extiende, por supuesto, a todo lo elaborado por la ciencia de la economa en su corriente microeconmica neoclsica; por el contrario, si nos limitamos al tema del intercambio en mercados competitivos, todo el mundo reconoce que mucho saber puede extraerse de las enseanzas microeconmicas tradicionales. El problema central est en las cosas que quedan sin explicar cuando aceptamos este estrecho marco de anlisis microeconmico.

    La Macroeconoma Frente a los Supuestos Microeconmicos

    El punto de partida del pensamiento macroeconmico es una profunda crtica a los presupuestos sobre los que se construy la teora microeconmica. Al reduccionismo individualista de la microeconoma basada en la conducta de un homo economicus, el pensamiento macroeconmico lo confronta con la conocida acusacin de Keynes asociada a la llamada falacia de composicin, que consiste en aplicar una falsa analoga entre la conducta de las unidades econmicas individuales y la economa como un todo, pensando que lo que tiene sentido para cada unidad (para cada hogar o para cada empresa) tiene necesariamente el mismo sentido para la economa en su conjunto.

    Para graficar esta analoga, basta con recordar la prctica usual de apelar al comportamiento econmico de Robinson Crusoe para deducir de la conducta de este personaje solitario absolutamente todo lo que necesitamos saber sobre la economa globalmente considerada. En contra de esta prctica, el razonamiento macroeconmico no se asienta necesariamente en lo que pensamos que resulta racional cuando analizamos la conducta de las unidades individuales de la economa. Antes bien, puesto que la lgica de las acciones individuales puede desembocar en una irracionalidad colectiva, el estudio de la macroeconoma no puede basarse exclusivamente en la lgica que se aplica al estudio del comportamiento individual.

    Sin desconocer la importancia que tiene el conocimiento de los elementos para entender lo que pasa en el todo, para explicar los fenmenos macroeconmicos complejos tenemos necesariamente que abandonar la apuesta reduccionista. En macroeconoma, lo complejo tiene mucho ms que ver con la naturaleza de las interacciones que con la naturaleza de los elementos en interaccin. Entender lo complejo es una labor difcil, pero hay un componente indispensable para ello:

  • 3

    cuidarse bien de reducir el todo a las partes1. Slo si entendemos cabalmente este asunto, podemos aspirar a conocer las diferencias de fondo que separan a la macroeconoma de la microeconoma.

    En relacin con el otro gran presupuesto del pensamiento microeconmico, aqul que hemos asociado a la mano invisible, lo que hay que subrayar, muy en particular, es que el mundo social concebido por la teora microeconmica constituye un sistema cerrado. Este tratamiento de la sociedad como un sistema cerrado es lo que permite que los modelos microeconmicos puedan moverse en un mundo imaginario, donde la deduccin de los eventos que interesan al pensamiento microeconmico resulta garantizada por la existencia de regularidades que el conocimiento deductivo permite explicar cabalmente.

    Adems, para que la vida social produzca eventos regulares totalmente deducibles, la microeconoma necesita postular un mundo de relaciones entre individuos que estn totalmente aislados unos de los otros y que se comportan como tomos. Slo en un mundo idealizado de esta manera pueden garantizarse la aparicin de eventos que se desencadenan regularmente, con total independencia del contexto en el que las cosas ocurren2. Dicho de otra forma, como nada interfiere en las relaciones que aparecen en el accionar conjunto de los individuos, los resultados de la teora son perfectamente deducibles y predecibles. De esta manera, el postulado que lleva a considerar la vida social como un sistema cerrado, plantea una de las grandes paradojas de la teora microeconmica moderna que se basa en decisiones individuales libres pero que, al mismo tiempo, estn condenadas a producir un resultado global predeterminado.

    En el pensamiento macroeconmico iniciado por J. M. Keynes, el sistema social configura un sistema necesariamente abierto, lo que significa que cosas totalmente nuevas pueden irrumpir sin que resulte posible preverlas completamente. En un mundo de personas libres, el resultado de la interacciones entre individuos es siempre contingente: las cosas ocurren siempre de alguna manera (de una manera), pero pueden ocurrir (o haber ocurrido) de otra manera diferente. Esto significa que, en el mundo social, los eventos no ocurren necesariamente siguiendo una trayectoria pasible de ser siempre conocida con antelacin, lo que equivale a decir que los procesos sociales nacidos de interacciones contingentes no estn predeterminados ni son absolutamente predecibles3. No existe, en definitiva, un futuro dado al que necesariamente nos sentimos atrados por una suerte de punto de equilibrio preestablecido, hacia el que estamos obligados a arribar con independencia de las elecciones que tomemos. Por lo tanto, mientras que un sistema cerrado permite deducir regularidades con la sola ayuda de la lgica y de las matemticas, en los sistemas sociales no abundan para nada las regularidades que permitiran predecir con razonable exactitud la ocurrencia de eventos futuros.

    La realidad social est compuesta no slo por individuos totalmente autnomos y definidos por propiedades fijadas de manera absoluta (por leyes psicolgicas o de cualquier otro dominio interior) sino tambin, y sobre todo, por fenmenos que emergen de las relaciones entre individuos. La vida social no se compone de agentes individuales que actan como tomos, aislados unos de otros, sino de individuos que se definen siempre en relacin con otros; un deudor, por ejemplo, se constituye en relacin con un acreedor, lo mismo que un empleado se define en su relacin con un

    1 SOL Ricard. Redes Complejas: Del Genoma A Internet, Editores Tusquets, Barcelona 2010, pg.

    222. 2 El trmino tomo hace referencia justamente al hecho de que las consecuencias de sus movimientos y

    acciones acarrean siempre los mismos efectos, cualquiera sea el contexto en el que tiene lugar el movimiento o la accin. Esto significa que nada puede interferir en la accin de estos tomos, lo que garantiza la prediccin terica certera de los efectos de esta accin. 3 Lo que hoy es generalmente aceptado en el mundo del saber cientfico es que el mundo fsico y

    biolgico (no slo el mundo social) no estn totalmente determinados sino que evolucionan produciendo fenmenos emergentes radicalmente novedosos.

  • 4

    empleador. Adems, las caractersticas esenciales de la vida social son el resultado de las acciones de individuos cuyo mvil hay que buscarlo en un conjunto de valores morales diversos, lo que nos lleva a concluir que la interaccin de los individuos que componen una sociedad define un campo poblado de fenmenos harto complejos, muchas veces imposibles de aprehender cabalmente apelando al simple estudio de la conducta individual tipo (o promedio). El mtodo reduccionista adoptado por la microeconoma est decididamente mal equipado para captar la complejidad de la vida social, dentro de la cual los fenmenos econmicos tienen lugar.

    El reduccionismo microeconmico nos propone un camino nico para llegar a entender las economas modernas en toda su complejidad: para entender el todo complejo (la economa), tenemos que analizar meticulosamente sus partes aislables (las familias, las firmas y los mercados individuales); entender el funcionamiento de estas partes es condicin necesaria y suficiente, reza el lema microeconmico, para deducir correctamente (por simple suma) el funcionamiento del sistema econmico complejo. Como, de acuerdo a la apuesta microeconmica, la vida econmica est compuesta por agentes independientes (aislados, atomizados), todo fenmeno macroeconmico o socioeconmico slo es explicable (y, en principio predecible) en trminos de las decisiones de los agentes individuales y de las relaciones de intercambio en los mercados. As, la forma microeconmica de entender los fenmenos econmicos est condenada a dejar decididamente de lado los aspectos centrales de la vida econmica moderna.

    La Macroeconoma Frente a las Fallas de los Mercados

    Por poco que observemos la realidad, lo que vemos es que los resultados que surgen del funcionamiento concreto de los mercados se alejan de manera sustancial del ideal que la microeconoma predice. El funcionamiento competitivo de los mercados no es nunca puro ni perfecto. Como nadie puede poner juiciosamente en dudas el hecho que los mercados funcionan con fallas de distinto tipo, la cuestin bsica que surge de esta constatacin elemental consiste en preguntarse si algunas de estas fallas pueden llegar a tornar imposible los resultados que se esperan de la accin equilibradora y benvola de la mano invisible o si, por el contrario, ninguna de estas fallas invalida, como se afirma desde la teora microeconmica, sus enseanzas ms significativas. Una de las fallas ms flagrantes que cuestiona de manera profunda el funcionamiento ideal de mercados competitivos est relacionada con el viejo tema que se conoce como poder de mercado, concentrado en grandes actores privados en situaciones monoplicas.

    El problema central de la existencia, en las economas modernas, de una dosis significativa de poder concentrado en grandes grupos privados es, como ha sido sealado con insistencia durante todo el desarrollo histrico del pensamiento econmico moderno4, la capacidad que ese poder otorga a quienes lo detentan para influir de manera decisiva en el diseo del orden institucional que se impone a la sociedad. Ahora bien, cualquier economista que acepta hoy la validez cientfica del

    4 En el Libro Primero, captulo VIII de la Riqueza de las Naciones, por ejemplo, refirindose a la puja

    salarial de su poca, Adam Smith escribe: El operario desea sacar lo ms posible, y los patronos dar lo menos que puedan. Los obreros estn siempre dispuestos a concertarse para elevar los salarios, y los patronos, para rebajarlos. Sin embargo, no es difcil de prever cul de las dos partes saldr gananciosa en la disputa, en la mayor parte de los casos, y podr forzar a la otra a contentarse con sus trminos. Los patronos, siendo menos en nmero, se pueden poner de acuerdo ms fcilmente, adems de que las leyes autorizan sus asociaciones, o por lo menos no la prohben, mientras que, en el caso de los trabajadores, las desautorizan En disputas de esta ndole los patronos pueden resistir mucho ms tiempo A largo plazo, tanto el trabajador como el patrono se necesitan mutuamente; pero con distinta urgencia. Como puede verse de manera ms que clara en esta cita de quien se reconoce como fundador del pensamiento econmico moderno, el poder de mercado estuvo siempre presente el las economas capitalistas.

  • 5

    modelo microeconmico estndar (aqul que se conoce en la literatura como modelo neoclsico o racional choice), sabe muy bien que existen situaciones monoplicas y de poder de mercado, as como otras muy conocidas fallas de mercado. De hecho, una buena parte de la literatura microeconmica tradicional se ocup siempre, y se sigue ocupando, del anlisis pormenorizado de estas falencias y, por supuesto, de las consecuencias que stas provocan en los resultados que se deducen del modelo estndar. Es por eso que el nacimiento de lo que hoy llamamos macroeconoma est relacionado mucho ms con una falla sistmica de las economas modernas de mercado, no fallas de algunos mercados imperfectos; las economa de mercado son intrnsecamente inestables, y es esta constatacin lo que sirve de base al pensamiento macroeconmico que se forj despus de la gran crisis de mercado iniciada en al ao 1929.

    La Macroeconoma Frente a la Microeconoma

    El desarrollo completo del aparato terico de la microeconoma, que culmina con la demostracin de la existencia de un equilibrio general de todos los mercados, constituye una explicacin pretendidamente global del fenmeno econmico moderno, que aparece como un sistema de mercados competitivos interconectados. Como tal, no necesita de ninguna otra teora que complete su discurso, puesto que se trata de un discurso integrador de todo el campo de lo econmico. Ahora bien, si siempre existieron dudas sobre esta pretensin totalizadora, la experiencia agudamente traumtica de la crisis de los aos 30 potenci enormemente estas dudas. En condiciones de derrumbe de mercados, la idealizacin del mundo humano y social propia de la teora microeconmica, que parece alejar al cientfico de la economa de los ms significativos problemas concretos, resulta decididamente muy difcil de defender.

    Una de las claves para entender las razones ms profundas que pueden explicar el surgimiento del pensamiento macroeconmico, durante la primera mitad del siglo XX, radica en la necesidad de repensar crticamente la visin microeconmica idlica de la realidad, donde lo que prima son condiciones ideales de eficiencia y de estabilidad, que se consiguen espontneamente, sin la participacin necesaria de ninguna autoridad reguladora, de ninguna poltica pblica, de ninguna institucin de apoyo al mercado o correctiva de sus efectos.

    Los puntos que listamos a continuacin son slo algunas de las cuestiones y preguntas frente a las que la economa tradicional (la microeconoma) no ofreca, en momentos de la crisis de los aos 30, respuestas claras:

    - el problema de los ciclos en las economas modernas, sobre todo en sus fases recesivas;

    - la presencia masiva de desempleo involuntario; - la inestabilidad intrnseca de las economas modernas de mercado y la

    conciencia clara de la necesidad de polticas econmicas; - el efecto desequilibrante del dinero cuando se atesora, en lugar de ser un

    ahorro que se canaliza sin trabas hacia una inversin; -los aspectos crticos de la especulacin financiera ms cerca de un casino que

    de un mercado eficiente. La macroeconoma naci para pensar estos temas crticos a partir de una

    reforma sustancial de los pilares clsicos de la teora heredada de la microeconoma. En este marco, ms que una rama complementaria de la microeconoma, la macroeconoma surge como una propuesta de refundacin de la teora econmica, buscando dar respuestas prcticas (o polticas) a los grandes problemas concretos que perturban todo el tiempo, con mayor o menor intensidad, la marcha de las economas modernas.

  • 6

    Ms all de la simplificacin que impone toda prctica de pensamiento en trminos de modelos, no tiene mucho sentido reducir el mundo de la economa a una situacin terica ideal donde los grandes problemas de coordinacin estn ausentes por definicin. Esto es lo que propone la microeconoma tradicional (y la macroeconoma obsesionada por brindar, a cualquier costo, fundamentos microeconmicos de la macroeconoma). El tema central de la macroeconoma consiste en analizar si el sistema econmico moderno, globalmente considerado, tiene o no la capacidad intrnseca (a travs de mecanismos automticos) de autorregularse de la mejor manera (tendiendo a un equilibrio donde, con la sola ayuda de los mercados, todo pasa de manera ptima en el ms perfecto de los mundos)5. No existe ninguna cuestin macroeconmica de envergadura que no se relacione, de manera directa o indirecta, con la posicin que se asuma frente a esta capacidad autoregulatoria del sistema.

    La microeconoma apuesta, como es bien sabido, por una coordinacin espontnea (sin participacin de ningn planificador) y ptima (el resultado es eficiente, en el sentido de Pareto), como fruto del funcionamiento libre y competitivo de los mercados, de los muy diversos planes de los agentes individuales que compiten entre s en el mundo de la economa. En contra de esta apuesta cndida, lo que la macroeconoma asume es la presencia habitual de muy significativas fallas de coordinacin, lo que exige abocarse al estudio de los serios problemas que estas fallas pueden ocasionar en el funcionamiento global de los sistemas econmicos modernos.

    Cuando analizamos la distincin entre la microeconoma y la macroeconoma, todo aparece como si a la microeconoma le sera permitido construir un mundo idealizado donde la precisin resulta posible, mientras que la macroeconoma debera responder siempre al objetivo de buscar respuestas concretas a problemas que se observan efectivamente en las economas reales, a sabiendas que la complejidad de la realidad permite muchas veces slo un abordaje cualitativo (o muy difcil de cuantificar de manera precisa). Esta es una de las tensiones centrales de la macroeconoma actual, con un centro que se apoya en los fundamentos micro de la macroeconoma, donde impera la ambicin desmedida de conocimiento general y preciso, y una periferia que parte de los problemas reales ms agudos de las economas modernas, buscando entender y solucionar cuestiones de coordinacin que acarrean eventualmente burbujas especulativas, crisis globales de liquidez, desempleo involuntario de larga duracin, etc.

    Cuando la cuestin clave de la coordinacin y sus posibles fallas se elude por el simple hecho de que parece no cumplir con los estndares actuales de precisin o de rigurosa exactitud, el problema que se plantea no es slo que se desconoce a la ambigedad como elemento central de virtualmente toda situacin macroeconmica real; omitiendo toda referencia a los defectos de la coordinacin propia del mecanismo de mercado, lo que se inhibe es, lisa y llanamente, la bsqueda de una comprensin cabal de las diferencias que existen entre las dos grandes orientaciones que dividen el campo de la enseanza macroeconmica actual: por un lado, la orientacin clsica, que apuesta a modelos de mercados autorregulados con soluciones perfectamente coordinadas (modelos que no son ms que una suerte de microeconoma ampliada) y, por otro lado, la orientacin keynesiana, donde los mercados pueden muy raramente conducir a estas soluciones idealizadas, lo que torna a la economa incapaz de generar una coordinacin apropiada sin ayuda de una poltica de estabilizacin (y donde un pensamiento genuinamente macroeconmico tiene verdaderamente cabida).

    De acuerdo con la segunda de las orientaciones sealadas, la primera prioridad de la macroeconoma es mejorar nuestra comprensin de los mecanismos de los grandes desastres econmicos, de cmo evitarlos y de qu hacer cuando

    5 Afirmar que ste es el tema central de la macroeconoma es otra forma de diferenciarla de la

    microeconoma, donde la cuestin primordial es la eficiencia en el uso de recursos escasos.

  • 7

    invariablemente ocurren6. Los ataques de todo tipo que recibi el paradigma terico dominante desde la irrupcin de la crisis del ao 2007, centrados bsicamente en la incapacidad terica para predecir fenmenos desastrosos de tamaa envergadura y, sobre todo, de proponer soluciones consensuadas una vez ocurrido el problema, permiten concluir que la situacin de nuestra disciplina no es demasiado saludable, muy a pesar del optimismo desmesurado que invadi a la profesin de economistas en torno al gran consenso logrado en los ltimo cuarenta aos, segn el cual la comprensin aparentemente cabal de los fundamentos micro de la macroeconoma se pensaba como un avance terico decisivo, capaz de proveer una solucin definitiva para el viejo y grave problema del ciclo econmico.

    El acento puesto en los fundamentos microeconmicos equivale, de hecho, a un retorno hacia lo ms extremo de la orientacin clsica de la macroeconoma (el mote de nuevos clsicos sirve muchas veces para denominar a los economistas enrolados en esta lnea). El problema de esta orientacin, cuya explcita intencin de dar por muerta a la otra orientacin (la que hemos llamado keynesiana) qued irremediablemente frustrada a la luz del desastre econmico global provocado por el funcionamiento desregulado de los mercados financieros y el consiguiente imperio de la especulacin a niveles nunca antes alcanzado, radica en el simple hecho de que las grandes crisis de mercado (como las de 1929/30 y 2007/08) desnudan, con toda crudeza, lo iluso que resulta apostar por los mercados autorregulados (y nada ms) para resolver el problema de la coordinacin en las economas modernas.

    Frente a este panorama, cmo presentar la distincin entre micro y macroeconoma ante una audiencia que busca introducirse en el estudio de la economa como ciencia? Si miramos los textos ms usados en los cursos introductorios de nuestra disciplina, lo que se acenta es que se trata de diferentes miradas sobre un mismo objeto (la economa): la microeconoma observa las partes y la macroeconoma el todo; con la primera vemos de cerca y con la segunda vemos panormicamente desde ms lejos; la micro nos muestra la formacin de los precios en los mercados y la macro el comportamiento de los agregados clave; apelamos a la micro cuando lo que nos interesa es el largo plazo, mientras que la macro nos permite observar los problemas de corto plazo. Todas estas distinciones eluden olmpicamente las diferencias tericas sustanciales entre los dos campos, que construyen cada uno un objeto de estudio propio.

    En efecto, postulando un homo economicus como unidad de anlisis y apelando a la mano invisible como instancia nica de coordinacin de los intercambios, la microeconoma construye un mundo social harto simplificado, donde los problemas slo aparecen cuando abandonamos, por lo menos parcialmente, algunos de los supuestos iniciales. La macroeconoma, por el contrario, parte de la constatacin de los grandes problemas concretos de coordinacin que se observa en las economas modernas de mercado y busca construir una teora que los explique e intente resolverlos. Si pretendemos conservar, en los cursos generales de economa, la enseanza tanto de microeconoma como de macroeconoma, el respeto por la honestidad intelectual nos impone como condicin necesaria detenernos con un poco ms de cuidado en los argumentos sobre los que puede basarse, y justificarse, la distincin entre estas dos ramas del pensamiento econmico moderno. En base a los argumentos esgrimidos en este trabajo podemos decir que, ms que perspectivas de anlisis diferentes, la microeconoma y la macroeconoma constituyen dos paradigmas inconmensurables (en el sentido de Khun).

    Con el simple nimo de participar en el amplio debate que esta cuestin abre, y teniendo en cuenta la dimensin necesariamente emprica de la economa, podemos decir, para concluir, que la microeconoma parece adecuarse razonablemente bien al estudio del intercambio en mercados competitivos y en todas aquellas cuestiones econmicas sencillas que pueden ser abordadas, sin grandes mutilaciones, con los

    6 Ibdem, pg xiii.

  • 8

    supuestos simplificadores propios de este pensamiento individualista que acenta las virtudes del sistema de mercados (la eficiencia, la estabilidad, el equilibrio). Cuando cunde la creencia generalizada que los mercados desregulados son necesariamente eficientes y las crisis slo pueden aparecer como consecuencia de hechos raros y exgenos al funcionamiento propio de la economa, en estos momentos de mucha confianza en el sistema de mercados libres, la teora microeconmica puede tambin mostrar cierta fortaleza en trminos empricos.

    La macroeconoma, por su parte, prevalece claramente en la explicacin de los hechos econmicos en condiciones mucho ms generales, esto es: cuando cunde la incertidumbre sobre hechos futuros lejanos pero relevantes para la toma de decisiones presentes y cuando observamos significativos defectos o falencias en el funcionamiento real de las economas modernas de mercado (las crisis, el desempleo, las fallas de coordinacin). As, sin desterrar del mundo de lo econmico la complejidad humana y social, la macroeconoma ayuda a restaurar, de manera actualizada, el viejo campo de la economa poltica, reencauzando el pensamiento econmico hacia un sendero intelectual del que nunca debi apartarse.