Midiendo la calidad asistencial de los servicios de Anestesiología

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7 69 (Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2010; 57: 69-70) EDITORIAL Midiendo la calidad asistencial de los servicios de Anestesiología Las encuestas a los pacientes sobre su satisfacción y per- cepción de seguridad clínica en las prestaciones sanitarias recibidas se están incorporando progresivamente en los programas de análisis y mejora de la calidad asistencial ofrecida. Así, en el presente número de la Revista Española de Anestesiología y Reanimación, Mira et al 1 , en una excelen- te y concreta Carta al Director exponen datos importantes que conviene resaltar. El nivel de satisfacción de los pacientes con los cuidados periquirúrgicos fue, mayorita- riamente elevado, se sintieron considerados e informados y los resultados clínicos obtenidos fueron también muy pró- ximos a los esperados. No obstante, cuando los pacientes tuvieron que soportar aplazamientos en la fecha de la inter- vención quirúrgica, no recibieron visita preoperatoria por parte del Servicio de Anestesiología o se percibieron sensa- ciones desagradables y no esperadas en el momento de des- pertar de la anestesia, la percepción de satisfacción y segu- ridad clínica disminuyó de forma considerable. Son datos muy relevantes que invitan a la reflexión profesional. El riesgo que se asume cuando se evalúa la calidad a tra- vés de las encuestas de satisfacción de pacientes es que éstas tienden a sobreestimar la satisfacción percibida, espe- cialmente cuando se centran en la detección de resultados clínicos de baja relevancia para el resultado perioperatorio esperado. En tales situaciones, la validez de dichas encues- tas es relativa. Un mal resultado clínico no siempre es sinó- nimo directo de defectos en la calidad asistencial ofrecida y, a la inversa, una asistencia defectuosa no siempre deriva en resultados adversos. Existen factores no controlables como la comorbilidad y el estado físico (categoría ASA) de los pacientes, el tipo de cirugía o el propio cirujano que tie- nen influencia directa sobre los resultados y, para acabar de hacer complejas las cosas, los resultados definitivamente adversos en Anestesiología son, por fortuna, muy infre- cuentes y pueden ocurrir en ausencia de defectos de calidad asistencial 2 . Otros factores importantes en la evaluación de la per- cepción de satisfacción y seguridad de la asistencia recibi- da son subjetivos; la calidad percibida siempre es un balan- ce entre la calidad esperada y la recibida y en este balance influyen tanto las experiencias previas del paciente como aspectos de calidad técnica (lo que se recibe), calidad fun- cional (cómo se recibe) y aspectos de calidad corporativa (imagen que, para el paciente, tiene la entidad sanitaria que presta el servicio). Por eso y tal como detecta el trabajo de Mira et al 1 , las encuestas de satisfacción de los pacientes deben utilizarse para detectar y corregir aspectos de la organización sanita- ria. Los pacientes estarán más satisfechos si hay buenos resultados clínicos, si hay buena organización y si se sien- ten respetuosamente tratados e incorporados a la decisión terapéutica. Según la definición de calidad de los servicios sanitarios propuesta por el Institute of Medicine (IOM) 3 y adaptándo- la a nuestra especialidad, debemos considerar calidad de dichos servicios al "nivel en el que los cuidados anestésicos mejoran la posibilidad de buenos resultados perioperatorios de los pacientes, en función del conocimiento profesional disponible" y debe ser evaluada en función de las siguien- tes seis dimensiones: – Seguridad: Evitar yatrogenia en todas y cada una de las fases de los cuidados anestésicos, desde la consulta de evaluación preoperatoria al control del dolor postoperatorio en planta de hospitalización. – Eficacia: Aplicar tratamientos basados en la evidencia científica para todos los pacientes y evitar infra y sobre-tra- tamientos, así como tratamientos sin valor añadido demos- trado. – Servicios sanitarios centrados en el paciente: Aplicar tratamientos y cuidados que sean concordantes con las pre- ferencias, necesidades y valores de los pacientes y garanti- zar que los valores de los pacientes guían todas las deci- siones clínicas. – Celeridad: Reducir esperas y/o retrasos que pueden ser peligrosos para quienes reciben el tratamiento. – Eficiencia: Evitar gastos innecesarios, incluido gastos de materiales, reiteración de pruebas preoperatorias o retra- sos en la gestión de los programas quirúrgicos. – Equidad: Ofrecer cuidados que no varíen en función de características personales de los pacientes como sexo, raza, creencias, localización geográfica o nivel socioeconó- mico. Para todos estos objetivos, el Servicio de Anestesiología tiene una situación estratégica que le permite ser motor y líder de la calidad asistencial perioperatoria. Conseguirlo es misión de todo el equipo, liderado por los responsables del mismo y apoyado en el compromiso de todos. Lo impor- tante es asegurar que los equipos de anestesiólogos tienen la oportunidad y han conseguido desarrollar todas las habi- lidades técnicas de nuestra especialidad y también todas las habilidades no técnicas que como médicos nos son requeri- das en el siglo XXI 4,5 . Dichas responsabilidades profesionales se refieren al cuidado clínico y humano de los pacientes, al auto-cuidado de nuestra propia formación profesional con actualización de conocimientos científicos y habilidades y al desarrollo de una cultura de autoevaluación de nuestras propias prác- ticas para poder compararnos con los estándares existentes. También al desarrollo de habilidades para el trabajo en equipo y para la comunicación con los colegas y los pacientes. Sólo así podremos asegurar que estamos trabajando para la primera y gran responsabilidad de un departamento de Anestesiología que es la calidad en los cuidados clínicos de los pacientes quirúrgicos y críticos a quienes presta sus ser- vicios. V. Moral Jefe de Servicio. Servicio Anestesiología y Reanimación. Hospital Sant Pau. Barcelona.

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(Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2010; 57: 69-70) EDITORIAL

Midiendo la calidad asistencial de los servicios de Anestesiología

Las encuestas a los pacientes sobre su satisfacción y per-cepción de seguridad clínica en las prestaciones sanitariasrecibidas se están incorporando progresivamente en losprogramas de análisis y mejora de la calidad asistencialofrecida.

Así, en el presente número de la Revista Española deAnestesiología y Reanimación, Mira et al1, en una excelen-te y concreta Carta al Director exponen datos importantesque conviene resaltar. El nivel de satisfacción de lospacientes con los cuidados periquirúrgicos fue, mayorita-riamente elevado, se sintieron considerados e informados ylos resultados clínicos obtenidos fueron también muy pró-ximos a los esperados. No obstante, cuando los pacientestuvieron que soportar aplazamientos en la fecha de la inter-vención quirúrgica, no recibieron visita preoperatoria porparte del Servicio de Anestesiología o se percibieron sensa-ciones desagradables y no esperadas en el momento de des-pertar de la anestesia, la percepción de satisfacción y segu-ridad clínica disminuyó de forma considerable. Son datosmuy relevantes que invitan a la reflexión profesional.

El riesgo que se asume cuando se evalúa la calidad a tra-vés de las encuestas de satisfacción de pacientes es queéstas tienden a sobreestimar la satisfacción percibida, espe-cialmente cuando se centran en la detección de resultadosclínicos de baja relevancia para el resultado perioperatorioesperado. En tales situaciones, la validez de dichas encues-tas es relativa. Un mal resultado clínico no siempre es sinó-nimo directo de defectos en la calidad asistencial ofreciday, a la inversa, una asistencia defectuosa no siempre derivaen resultados adversos. Existen factores no controlablescomo la comorbilidad y el estado físico (categoría ASA) delos pacientes, el tipo de cirugía o el propio cirujano que tie-nen influencia directa sobre los resultados y, para acabar dehacer complejas las cosas, los resultados definitivamenteadversos en Anestesiología son, por fortuna, muy infre-cuentes y pueden ocurrir en ausencia de defectos de calidadasistencial2.

Otros factores importantes en la evaluación de la per-cepción de satisfacción y seguridad de la asistencia recibi-da son subjetivos; la calidad percibida siempre es un balan-ce entre la calidad esperada y la recibida y en este balanceinfluyen tanto las experiencias previas del paciente comoaspectos de calidad técnica (lo que se recibe), calidad fun-cional (cómo se recibe) y aspectos de calidad corporativa(imagen que, para el paciente, tiene la entidad sanitaria quepresta el servicio).

Por eso y tal como detecta el trabajo de Mira et al1, lasencuestas de satisfacción de los pacientes deben utilizarsepara detectar y corregir aspectos de la organización sanita-ria. Los pacientes estarán más satisfechos si hay buenosresultados clínicos, si hay buena organización y si se sien-ten respetuosamente tratados e incorporados a la decisiónterapéutica.

Según la definición de calidad de los servicios sanitariospropuesta por el Institute of Medicine (IOM)3 y adaptándo-la a nuestra especialidad, debemos considerar calidad de

dichos servicios al "nivel en el que los cuidados anestésicosmejoran la posibilidad de buenos resultados perioperatoriosde los pacientes, en función del conocimiento profesionaldisponible" y debe ser evaluada en función de las siguien-tes seis dimensiones:

– Seguridad: Evitar yatrogenia en todas y cada una delas fases de los cuidados anestésicos, desde la consulta deevaluación preoperatoria al control del dolor postoperatorioen planta de hospitalización.

– Eficacia: Aplicar tratamientos basados en la evidenciacientífica para todos los pacientes y evitar infra y sobre-tra-tamientos, así como tratamientos sin valor añadido demos-trado.

– Servicios sanitarios centrados en el paciente: Aplicartratamientos y cuidados que sean concordantes con las pre-ferencias, necesidades y valores de los pacientes y garanti-zar que los valores de los pacientes guían todas las deci-siones clínicas.

– Celeridad: Reducir esperas y/o retrasos que pueden serpeligrosos para quienes reciben el tratamiento.

– Eficiencia: Evitar gastos innecesarios, incluido gastosde materiales, reiteración de pruebas preoperatorias o retra-sos en la gestión de los programas quirúrgicos.

– Equidad: Ofrecer cuidados que no varíen en funciónde características personales de los pacientes como sexo,raza, creencias, localización geográfica o nivel socioeconó-mico.

Para todos estos objetivos, el Servicio de Anestesiologíatiene una situación estratégica que le permite ser motor ylíder de la calidad asistencial perioperatoria. Conseguirlo esmisión de todo el equipo, liderado por los responsables delmismo y apoyado en el compromiso de todos. Lo impor-tante es asegurar que los equipos de anestesiólogos tienenla oportunidad y han conseguido desarrollar todas las habi-lidades técnicas de nuestra especialidad y también todas lashabilidades no técnicas que como médicos nos son requeri-das en el siglo XXI4,5.

Dichas responsabilidades profesionales se refieren alcuidado clínico y humano de los pacientes, al auto-cuidadode nuestra propia formación profesional con actualizaciónde conocimientos científicos y habilidades y al desarrollode una cultura de autoevaluación de nuestras propias prác-ticas para poder compararnos con los estándares existentes.También al desarrollo de habilidades para el trabajo enequipo y para la comunicación con los colegas y lospacientes.

Sólo así podremos asegurar que estamos trabajando parala primera y gran responsabilidad de un departamento deAnestesiología que es la calidad en los cuidados clínicos delos pacientes quirúrgicos y críticos a quienes presta sus ser-vicios.

V. MoralJefe de Servicio. Servicio Anestesiología y Reanimación.

Hospital Sant Pau. Barcelona.

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BIBLIOGRAFÍA

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Century. Pg. 5-25 Institut of Medicine. Disponible en:http://books.nap.edu/catalog/10027.html.

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5. Accreditation Council for Graduate Medical Education. Medicalcompetences for anesthesiologist's excellence. Disponible en:http://www.acgme.org/outcome.

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