MIGRACIÓN DE FALCONIFORMES Y (CICONIA SPP.) POR … · parte se refiere a las dos campafias...

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.\l>rj:iiiicos (Mciops apiaster). (Foto cortesía de Arturo SARRÓ.)

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  • .\l>rj:iiiicos (Mciops apiaster).

    (Foto cortesía de Arturo SARRÓ.)

  • MIGRACION DE FALCONIFORMES Y CICO;VlA SPI'. POR GlJ3RALII'AK.-11, ANALISIS DESCRI P- TlVO DEL VERANO-OTONO 1972 (")

    Contenido de esta Segunda Parte:

    .A. Generalidades y Aclaraciones.

    1. Precedentes. 2. Sobre las cifras de recuento. S. Más sobre conducta de los migrantes eii el Estreclio. 4. Migración de cruce según sectores y vientos. 6. Horario de migracion. 8 . Comparación con e1 Bósforo y otras zonas.

    B. Resumen descriplivo por especies.

    Referencias bibliográficas. (Parte 111 : apartes diarios de la campaña verano-otoño 1972, se publica siliiul-

    thnearnente como folleto separado.)

    1. Precedentes

    Remitimos a la Parte Primera de este estudio, ya piiblicada :(BERNIS, 1973). Allí expusimos plan y método y discutimos algunos .problemas que plantea el recuento de Rapaces y Cigüeñas en migra- ción por el Estrecho, en patticular los de la repetición en dos o más .observatorios, cruce o no cruce de las aves, e interferencia con las aves locales. Se dio también cuenta detallada de los observatorios utilizados, su ubicación (mapa figura 2!), horario diario de acción .en cada ano de eilos, y lista nominal de co1.aboradores (GEMRA).

    Aunque en la citada Parte Primera, se hizo breve alusión a una primera campaña durante la primavera 1972, lo expuesto en dicha

    (.) Publicado en el Volumeii Especial de ARDEOLA, en homenaje a1 doctor J. A. Valverde.

  • parte se refiere a las dos campafias subsiguientes en los veranos- otofios de 1973 y 1973. La de 1972 se mantuvo ininterrumpidamente desde el 1 de agosto hasta el 14 de octubre, totalizando 77 dias de.accion, y es la que se analiza detalladamente en esta Segunda Parte del estudio. La carnpaíia .de 1973 se redujo a tres estancias. que totalizan 32 días de accibn: 11 dias a fin de julio más el l." de. agosto, 15 días en .septiembre, y 6 en octubre.

    Deben confrontarse en la Paste Primera los diarios generales. de aves que cruzan el Estrecho en 1972 (Tabla IV!) y en 1973. (Tabla V) ; también las gráficas d e cantidades diarias de paso de cada especie de ave (figuras 1221) y el diagrama fenológico gene- ral referido al año 1972 (figura 22).

    La Parte Primera incluyu asimismo un anticipo resumido sobre- el origen y afluencia de las distintas especies de Falconiformes y Cigüeñas que migran por Gibraltar.

    Llamamos ya la a2ención en Ia Parte Primera, sobre algunas. deducciones que revelan o confirman nuestras dos primeras cam- pañas de estudio de verano-otoño. Una deducción, era que varias. de las especies de Rapaces se cuantifican según cifras muy supe- riores a lo antes conocido o previsto, 10 que permite tener por. primera vez iina idea piloto sobre lo que podrían ser sus respec- tivas poblaciones totales mínimas en el SW de Europa, o e n incluso {ejemplo del Perítk) en e l continente europeo.

    La afirmación de EVANS de que no es posible conocer la rnagni- tud de las poblaciones de Rapaces europeas en base a recuentos por los estrechos de Gibraltar y Bósforo, tiene sin duda funda- mento, pero está formulada a nuestro juicio con excesivo pesimis- mo y (con referencia a Gibraltar) dicho autor la funda sobre recuen- tos que consideramos francamente incompletos o insuficientes para las especies más veleras, pues ya se sabe que con los Falco spp. y demás especies no propensas a canalizarse por los estrechos l a s cifras obtenidas en los estrechos poseen un valor nulo o despre- ciable.

    Sobre el posible valor demográfico de las cifras de recuento d e especies veleras en los estrechos, resulta ilustrativo el ejemplo de. Ciconiu cico;nia. Es la Única especie de que se posee por otra con- ducto un conocimiento aceptable sobre la magnitud real de las po- blaciones que deben atravesar por el Estrecho de Gibraltar. Durante

  • N - SO. Niho Fig. l.-División del frente español del Estrecho de Gibraltar en los dos Sectores, Occidental y Oriental, a que hace continua referencia este estudio. Se han perfilado 10s montes y macizos montañosos que sobresalen por encirnq

    ?e la cota de 300 metros s. n. m.

  • el verano-otoño de 1972 contamos por Gibraltar (1) más de 16.300 .aves en cruce. Un cálculo propio actualizado, largo de explicar, 'basado en censos de nidos ocupados en España y diversa bibliogra- .fia demográfica para Europa occidental y Portugal, deduce como posible población posnupcial mínima por Gibraltar la de 36.000 aves, es decir, algo más del doble de lo recontado en el Estrecho ese afio.

    Hay motivos para pensar que algunas especies de Rapaces vele. r a s se recuentan .(en campaña completa!) bien por debajo del 40 por 100 de población del paso real. De otras quizá se haya recon- tado en el Estrecho más del €8 por 100. Pero aún dando por

    .sentada esta insuficiencia (por lo demás insuperable) de las cuanti- :ficaciones de la migración visible en los estrechos, no puede negar- se que el hecho de obtener por primera vez recuentos del orden .del 40-50 por 100 de las poblaciones reales que afluyen a partir ,de amplias áreas continentales conocidas, es un avance importante .para Ia ornitología demográfica, sobre tado si se considera que de .algunas de las especies recontadas no se tenía todavía ni la más vaga idea sobre la grosera magni,tud de sus poblaciones.

    Otra revelación de nuestras campañas se refiere a .la distribu- ción global de las aves que cruzan el Estrecho de Gibraltar, según 'los diferentes sectores a oriente y occidente del estrecho total. :Sólo una campaña ininterrumpida y muy prolongada, cubriendo .aceptablemente los 35 Km. que .median en línea recta desde Punta Paloma hasta más allá del istmo de La Línea, pudo permitir, al

    -fin, una imagen más completa y más consecuente. Ls recuentos d e ornitólogos británicos afincado3 casi exclusivamente en el Peñón de Gibraltar, aparecen ahora como insuficientes. Esto es cierto para la generalidad de las especies, y resulta de una insufi- ciencia casi dramática con relación a varias de ellas, por ejempIo .IYieraaitus pennatus y Circaitus gallitus.

    Una serie de anteriores afirmaciones incorrectas o gratuitas ,sobre la migración de las aves planeadoras por Gibraltar, pueden hoy darse por definitivamente rectificadas, en parte ya gracias a 'los últimos estudios de los británicos, pero más bien gracias a

    - -

    (1) En este estudio usamos n menudo el tCrrnino iGibraltar~ para designar t o d o el tramo del Estreclio. Es importante la aclaración, pues en Ias publica- ciones de los británicos el mismo termino s e refiere con frecuencia exclusiva- .mente al Peiión de Gibraltar.

  • N I G R A C I ~ K DE FALCONIFORMES Y aCICONIAi POR GIBRALTAR, PARTE 11 493

    .nuestras tres iiltimas cainpañas de veraiio-otoño. IRBY Iiabia'escrito que la migración de oto50 en Gibraltar es menos manifiesta que la de primavera, cuando la realidad y lo lógico es todo lo contra- r io . Recientemente (2) ya LATIIBURY & EVANS (1973) reconocen que la migración de otoiío ocurre a mayor escala que la de primavera, y que la supliesta relevancia de ésta es debida a que hasta 1967 'los diferentes .ornitÓlogos eii acción por Gibraltar habían prestado bastante más atención a la inigracióii primaveral. LATHBURY (1968)

    .dice que las ((rutas)) de otoño son llamativamente similares a las de primavera (se refiere al Peiíbn), pero lo cierto es que en pri- mavera se produce una enorme dispersión de ((rutas)) a consecuen- d a det efecto de los vientos laterales, y las aves inciden extraordina- riamente repartidas a lo largo .de un trecho costero español que -según días y vientos .puede abarcar desde cerca de Cádiz hasta las prorimidades de Málaga, como mínimo, mientras que en Otoño la partida de los cruces se concentra casi inexorablemente sobre un

    .:tramo mucho más breve, que se extiende desde la vecina playa a Tarifa, hasta el lado marino del Este del Peñón. Además, el efecto de la deriva .de los flujos. (a que dedicamos aquí especial atención) .!lega a ser en primavera fenomenal en ciertos días de viento fuerte.

    Diversos ornitologos britátiicos habían iiisistido el supuesto de .que los pasos concretos de Falconifo~mes por el Estrecho se pro- ducen reinando vientos de componente \Y, cuando la verdad es

    -que hay también mucha y inuy considerable migración de cruce soplando vientos de componente E, frecuentísinos en el Estrecho. A causa de esos vientos del E, importantes fliijos migratorios

    .escapan com,pletarnente, no ya a un observador radicado en el Peñón, s k o incluso a observadores situados en el tramo español .que medra entre Punta Carnero y el Grradalmesí.

    EVAVS & L.ATHBURY (1973)) admiten que podría darse también mucha ni.igraci611 de Rapaces con vientos del Este, sin haber sido testigos de la miiy importante y frecuente que se da con esos vientos, e ig.norando por tanto ciertos detalles sobre la forma y circunstancias en que tal migración tiene lugar. A la vista .de nues- tras voluminosas y persistentes observaciones en todo el Estrecho, no convence el hipot6tico esquema migratorio qiie dichos autores postulan, basa,dos en el efecto de capas de viento a dos alturas,

    (2) EL estudio de LAWDURY '& EVANS de 1078 no pudo ser considerado en :nuestra Primera Parte por haberse publicado muy poco antes.

  • wia inferior y otra superior, y en la formación de corrientes ascen- dentes. Creen. por eiem~lo. que la casi nula migración observada desde el Peñón reinando vientos del Este, puede explicarse porque. las aves pasen muy altas, fuera del alcance del observador, volan- do en una capa alta donde soplen vientos de componente W. No. llegamos qiie esta si~tiiación se produzca alguna vez, pero a nuestro juicio, lo que ocurre en la mayoría de los días con vientos del Este,. es que los flujos, altos o bajos, pasan sobre el tra.mo español deI. Estrecho sin alcanzar e1 Peñón y ni siquiera el sector de Punta Carnero, como dijimos arriba.

    Por lo demás, EVANS & LATHBURY, refiriéndose al Estrecho en. su 'Conjunto, y basados también en parte sobre la información. obtenida por HOUGHTON con el radar, admiten que se produzca migración por el Estrecho con toda case de vientos, pero que. soplando los del E las aves descenderían «rara vez)) hasta hacerse- visibles al observador. Esto Último esta. completamente en des-. acuerdo con Ias machaconas y persistentets observaciones nuestras. de tres sucesivas campañas. Nos parece ya sospechosamente sig- nificativo que se diga que en agosto y septiembre la migración se manifiesta sobre todo a primera hora de la tarde (en el Peñónl) y que los repetidos autores digan que ((most moming movements. take place above visible rangea. Apunta aquí una prueba más sobre. insuficiencia de que adokcen las observaciones desde sólo el Peñón. A este respecto creo que nuestras gráficas horarias globales y lo- que decinios en cada especie sobre tipos y variabilidad de gráficas o espectros horarios día a día, son datos contundentes. También nos extraña sobremanera Ia aparente ignorancia, si no silencio, d e los británicos acerca de las conductas migratorias de retencibri, que se producen con presencia masiva de aves sobre todo en días de vientos fitertes del E, y tampoco vemos en sus publicaciones ninguna alusión explícita al importante hecho de la deriva del: flujo que se produce en bastantes días.

    Incluso reinando vientos fuertes del W, no cabe esperar que la mayoría de la migración pase directamentet desde el Peñón a. Africa. Insistiendo lo adelantado en la Pa.rte Primera, proporciona- mos ahora abundante información contraria a ese aserto, tanto en el apartado A.3, como sobre todo en el resumen descriptivo del' apartado B de esta Segunda Parte. Soplando vientos del W, que- es cuando se detecta migración desde el Peñón, una fracción consi- derable de aves, quizá todas' bastantes días, cruzan la ' ~ a h í a de-

  • M I G R M I ~ N DE PNLONIFORMES Y cCICONIA. POR GIBRALTAR, PARTE II 496

    Algeciras y sobrevuelan más tarde el tramo espafiol de Algarrobo: Punta Carnero. Muchos ,días el flujo de aves viene primero (por l a mañana) más internado, sobrevolando al Norte de Sierra Carbo- nera hacia Los Barrios o hacia Algeciras, en tanto que por -la -tarde al menos una fracción de eBas entran por el tramo Punta Getares-Punta Carnero después de haber atravesado la Bahía por su tramo Sur de E a W (a veces entran del ESE!), como viniendo directamente de1 Peñón o incluso del mar afuera al Sur del Peñón. Esta situación, pensamos que podría explicar la usual o más fre- cuente manifestación del paso en el P'eñón, notada por los britá- micos, y a f a que hemos aludido arriba.

    El estudio con radar publicado por HOUGHTOX en 1970 se refiere a la migración en primavera, por lo cual no corresponde conside- rarlo aquí. El mismo autor ha realizado también prospecciones con ra.dar en otoño, pero que sepamos, no han sido publicadas hasta la fecha (1974). De sus prospecciones en otoño sólo tenernos una breve y fragmentaria idea a través de lo poco que dicen EVANC & LATHBL~RY (1973), quienes tuvieron acceso a alguna de las filma- cienes registradas. De acuerdo con e1 radar, la posible migración d e aves veleras (hay también muchos y variados otros migrantes diurnos por el Estrecho l ) se proyecta sobre todo e1 hinterland vecino al Estrecho del lado español (otoño) y del lado marroquí ,@rimavera), pero interesaria conocer detalles de su correlación en .cada momento con los diversos sectores y vientos reinantes. Nada nos extraña la detección concreta de flujos de aves con radar citada por dichos autores volando sobre el mar tanto en días de .oto50 como de primavera hasta 15 millas más al Este del PeFíÓn. En otoño hemos presenciado alguna vez desde La Línea o desde -Cerro Alto bandadas (probablemente Pemb) volando hacia SW U SSW sobre el mar a una distancia tal, que se perdían como pun- tos en los anteojos Zeiss de X 12 aumentos. Cruces muy alejados sobre el mar al Este del Peñón, creemos sin embargo sean raros .en otoño, aunque los consideramos iin hecho frecuente en prima- vera a consecuencia de la fuerte deriva con vientos fuertes del W ,que sufren las aves partiendo del tramo de Ceuta. Sobre esto tenemos también bastante que decir, pero quede 10 de primavera para otra ocasión.

    No dudamos que los estudios con radar en e l Estrecho son prometedores, pero será preciso interpretarlos contrastando cui- dadosamente con la ya muy considerable información acumulada

  • gracias a los persistentes y significativos espectáculos de la migra- cibn visible directa. Una de las observaciones con radar de. Hou~~~row en otoño se refiere posiblemente a Perwis y se halla muy de acuerdo con nuestros datos. La comentamos en el Resumen descriptivo por especies (Parte B), en donde volvemos. a replantear en algunas de ellas criticamente ciertos hechos y pro- blemas apuntados por otros aritore;, entre ellos también el de la aparición excepcional\^) de hl.iercinetxs peninakrs y C,ircaeks galli-. czcs por e1 Peñón, reinando vientos de componente Este.

    Quedan sin duda importantes problemas por despejar.

    Deseamos resaltar en forma visible que, todo a lo largo de este. trabajo, donde no se diga lo contrario, las cifras de aves compu-, tadas se refieren exclusivamente a aquellas aves que cruzaron eP: Fstrecho en la fecha de referencia. Esto es importante, pues muchos dias se observan fracciones d e aves en movimiento, a. veces incluso en enorme cantida,& pero que por una u otra causa no cruzan.

    Todo a lo largo se utilizan cifras mayores para cómputos de , aves que seguramente cruzan, y cifras menores (como exponentes de las mayores) para aves de posible cruce aunque no constatado. por los observadores, y también para aves de cruce seguro que- p d r i a n repetir total o parcialmente con las ya incluidas en la. cifra mayor correspondiente. Ejemplo :

    Muchas cifras de recuento publicadas en la Parte Primera han- sido rectificadas al revisar detenidamente todo el dosier de anota- ciones de campo para elaborar el presente análisis descriptivo. Las rectificaciones alteran en general muy levemente las cifras antec publicadas y, en todo caso, las sumas gIobales de aves por GbraI-, tar sufren así una muy ligera variación, unas veces para más (la minoría) y otras para menos (la mayoría). Un aclterisco (*) indica. que la cifra correspondiente ha sido rectificada. La rectificación puede afectar a la cifra grande, a la pequeña, o a ambas, segíra casos. Ejemplos :

  • M ( G R A C ~ ~ K DE FALCO~.~PORYES Y aClCONlAB POR GIBRALTAR, PARTE 11 497

    ~ o t a l Falconif. el l..IX : decía 3.284 1-140 ......... dice aliora : '3.2R8 1.11.e Total Neophron el 7.IX: decia 107 ......... dice ahora : '142 Total Circa¿+:us el 29.IX : decía 048 '1s ......... dice aliora : ,648 *:o

    3 Mós sobre la co?id.itcla gotwnl de los wtigrnirtrs e ~ i cl Esti-ccl~o,

    Eti la Parte Priniera (1. c.) Iieinos descrito difererites tipos de. conducta, resaltando casi siempre la importancia preponderante del factor viento. No ser& necesario repetir Jas características qiie, posee el vuelo de las aves veleras. Debemos remitir, muy espe- cialmente, a lo dicho allí acerca de hechos y conceptos como: inercia migratúria, enfundamiento, desgaje, internamiento, sedi- mentación estratégica, sedimentacibn al dormidero, flotación,. flotación-sedimentación alternativas, y reciclaje, entre otros.

    Conviene quizá comentar ahora algo más sobre cuatro tipos de conducta también importantes, a saber, la de aflujo, la de inci- dencia sobre la costa, la de cruce o travesía y el desplazamiento* de flujos. Pero antes vayan niievas aclaraciones acerca del proble- ma de la retencibn y repe2ición.

    Retencidn 31 repetición. $Hemos explicado lo que es la retención y a,lgunas de siis modalidades .en la Parte Prímera (l. c.). Recorda- remos qrie la retención se refiere al heclio vulgar de que una parte. mayor o menor de las aves que afluyen son retenidas del lado de acá del Estrecho y, por tanto, no cruzan el dia en que son obser-- vdas. Estas aves plantean ciertos djas un problema djfícjl al mo- mento de hacer los cómputos de cruce.

    Hay retenciones claras cuya interpretación no ofrece dificultad. Un ejempIo es el d e las aves que afluye11 en las Gltimas horas del' día, cuando el observador es testigo directo de su internamiento

    ,

    hacia las lomas o sierras del hinterland costero, o cuando el mismo, observador ve dónde y cómo se sedimentan para pernoctar.

    Pero con frecuencia, a lo largo del día, en las horas en que otras. aves están sin diida cruzando, se observan partidas, grupos o indi-. viduas aislados que vacilan con pertinaces vuelos maniobreros,, flotaciones, internamientos fugaces o repetidos, e incluso recicla- jes. Esta conducta se despliega sobre la linea de costa, o a un nivel más o menos interior del hinterland próximo, de modo que, a pesar del empeño del observador, no termina de aclararse si:

  • 488 ARDWU, VOL. 2L (ESPECIAL) (1WÓ)

    esas aves cruzan o no cruzan el Estrecho a la postre. Cualquier especie plantea eventualmente este problema, pero 'ante tado las veleras eminentes y en particular Ciconia spp., Milvus spp., Circae- ius, y Hiercaetrss pennatus.

    En días de gran aflujo de migrantes y viento fuerte se produ- cen así cotables retenciones. Una de las situaciones retentivas más espectaculares culminó el día 21.VIII.72, a base sobre todo de M i h s migrans, después de haber soplado durante 6 días consecu- tivos vientos fuertes o muy fuertes de componente E. Aquel día .se llegaron a observar más de 6.000 aves en movimiento por el Estrecho, sin que ninguna o casi ninguna cruzara.

    El destino final de una parte de las aves retenidas en tal o cual día, no es fácil de averiguar. Esta es una razón más para el empleo de cifras pequeñas en las tablas diarias de cbmputo de cruce (V. A-2). Son aves que pudieron volverse a ver al día si- guiente o en otros días inmediatos. De aquí surge un posible error de repetición que siempre hemos procurado soslayar, aunque no puede ser totalmente eliminado.

    El problema de la acumulación de aves y su posible repetición e n dias sucesivos no queda satisfactoriamente resuelto. Merece ser investigado con una atención especial que todavia no le hemos dedicado. El problema ofrece mayor interés con Circa.etus y H. pen- wtus, dos especies cuyas cifras totales de cómputo de cruce podrían .tener por esta razón un exceso de quizá 20 por 100 o más sobre la cifra real de cruce durante la campaña de 1972.

    Aflujo. .Con este término nos referimos al largo vuelo de des- plazamiento que aporta aves migratorias del lejano hinterland hasta l a zona del Estrecho. Evidentemente, el aflujo se reinicia cada .nuevo día a partir de zonas más o menos distantes. En un mismo dia diversas aves o diversas partidas reanudan el movimiento migra- torio despegando de dormideros que pueden situarse, bien en el '&trecho mismo, bien en su vecino hinterland, o bien a 30, 50, 100, .o a más de 200 km del Estrecho.

    El modo de afluir las aves sobre la zona del Estrecho, puede teducirse a tres modalidades generales según que respectivamente soplen vientos de componente E, de componente W, o que reine ~elat iva calma. Esto quedó explicado en Ia Parte Primera e ilustra- d o allí coii las figuras 7-11.

  • I ) I c ~ ~ P ) I c ~ sub.rr 111 costa. Cuando soplan vietitos de través, cosa Iiabitunl ei; el Estreclio, los aflujos siielen s~ifrir una primera infle- sión .del arrumbamieiito qlre traiaii, para incidir sobre la costa con propósito de criizar. Esta inflexión es particularmente evidente en :iflujo.i ciiie llegan de travgs, volando a mediana o baja altura cuando el viento sopla con relativa fuerza. Corresponde a lo que liemos llamado ctdesgaje)) en la Parte Primera, cuando la conducta de incidencia afecta a aves siieltas o grupos de ellas, pero no a todas las qiie vienen en el afltijo. Idas incidencias tienden a ser más o menos normales a la línea de costa y de aquí el efecto de infle- sión, piics los afliijoc generales llegaii al Estrecho generalmente

  • 600 ARDEOLA, VOL. 21 (ESPECIAL) (1WS)

    efectiva travesía. Esto se tiota tnml~ién eii las baiidadas de ci- giieñas.

    En días de calma o viento suave la inflesióii de cruce puede no ser necesaria. Esos dias, aves que afluyen altas y con gran inercia migratoria mantienen acaso «iia sola direccióii (sin inflexiones) para las tres fases : aflujo, incidencia sobre la costa y cruce.

    No pocas veces puede11 observarse también dos o más direc- ciones de crace simultáneas según diferentes lotes o estratos de aves tanto en las de distinta como de igtial especie. Qiieremos decir que, por eiemplo, a utia misma hora, unas aves parten crlt- zando hacia SSE y otras hacia S i~ r o SSW.

    Recal>iiiilaildo lo dicl-io etl párrafo5 aiiteriores, vamos a descri- bir varias modalidades de mwirniento general, sin que sean t0da.s las posibles.

    (Ejeinplo l." Se da con vieiito tle cotnpoilente E (especialinente SE) moderado: o.) nfliijo del lejaiio hinterland NW a lo largo del litoral y vecino hinterland costero del tramo Cádiz-Vejer-Tarifa, qiie paca a! fin sobre la Sierra de Sati Bartolorné, Sicsra de Enme- dio, Valle del Santuario de La L u z y tramo qrie media entre Tarifa y Cerro de E1 Tesoro ; b ) incidencins solve Ia costa (1." in- flexión) a lo largo del tramo Tarifa-desembocadura del río Viñas (uSector Occidentala) : y c) travesía con 2." inflexión a partir del referido tramo. Esta modalidad fue observada inuchos días.

    Ejemplo 3." Se da coi1 vieiito de compoi.ienre E moderado e iiicliiao algo fuerte, para especies o lotes de aves que afluyeti con mayor inercia migratoria: n) afliijo como en el ejemplo anterior pero más internado y .que se prolonga en iin enfiindamiento más profiiiido liacia el sector oriental. viniendo las aves con rirmhos más a ESE (en vez .de más a SE del ej. anterior). habiendo sobre- volado La Janda. los valles entre Ias Sierras de El Paredón y Ojén, o entre la de Ojén y Niño : h ) incidencia sobre la costa (primera iiiflexióit) después de 11ordenr las Sierras de Tda Liina y del Alga- rroho, tcdavía algo lejos .de la línea costera. volalido ahora hacia & SSE liasta alcanzar Irc costa sohte el tramo Torre del Guadal-

    mesí-Piinta Carnero (((Sector Orlciitnl») : y c) cruce a partir de diclio tramo, generalmente previa leve inflexión para arrumbarse hacia SE.

  • r c i < ; ~ . \ c ~ i & U+: i ~ . ~ i . ~ ~ ~ s i 1 . ~ ~ 1 : 5 l F . 3 Y uCICONIAD POR GIBRALTAR, I ' A R ~ L 11 601

    Ej~iiip10 :3."e dn réiiiaiido vieiitos de cotnponentc Mi mode- rados o iiiclii~o firertei: ( 1 ) nfliijo del lejaiio hiilterland KL a lo largo de 13 costa y 1-eciiio Iiinterlaiid, costero ,de1 tramo quc pasando entre Estrpoiia y Sierra Bermeja, sigiit luego entre la Sierra tlel Arca y Pltrita >lala! y rnáj tarde eirtre San Hoqiie y La Liriea (rii~os ivele.;). eiifiindando al fin vnriablemeiite -3rgiiii sitir;icioiies- liasin 1;i Sierra de La L i ~ ~ i a . Iiasta la Siei-ra dcl .Al$-:irrobo, o liasta ei tr;i;iio Piiiita cle San García-Punta Cas- ile.ro ; b) inflesi011 de iiícideiicia a la costa hacia Sur 9 SSW, para nlrntizar lu 1íiic:i de co.:ta inás nc6. o más allá del tramo Piiiira Carnero-rio C;usdaltnesi (((.Sector 0rientnl)i) ; y i) seguilda inflexióii par:) criiz:i: ci 13treclio coi) ririiilios SC\V o S\.\' a partir de dicbo trnnio. Este cjeinplo ~c detecto. coii nlgiitias \.;ii-iaiites, prrictica- ilieilte todo.; los días tle vieiito \i' no escesi\yaiiien~e siiave, pero ianibién algu!~os dias en que soplo con relativa siiavidntl.

    Los tres ejenlp10.s descritos piiedeii ofrecer variantes J. comyli- caciones. Vna (le éstas piiede coiisistir en que parte de las aves en alliijo se enfiiiitlan más profiindaniente y teriniiiaii poi criizar ( ~ i es qiie criizaiz) d e d e iin iiivel bastante más n l Este o al Oeste (cegíin \:ieiiros) de lo itidicado. Así por ej.. cii !a citiiacion del ejemplo 3.", es mriy frectieiite qiie iina parte de las aves que aflu- yeron cniiio se di jo del lejano !iiiíterIai-id YE?

  • maneras: nj coi1 suficietites observadores el flujo se detecta pri- mero eii el observatorio A, y más tarde, ciiaiido éste lo pierde, suce- sivamente en los observatorios B y C situados más al E u W (según vientos) del primero; o b) trasladando paulatinameiite hacia E u W el puesto de observación, para perseguir el desplaza- miento del flujo. Esta segunda mollera es rnái; efectiva, pues aparte de realizarse con especifica atencion al hecho, soslaya mejor el iiiconvenient,e de la repeticióii de los reciientos, y, por ello, se em- pleó con alguna frecuencia.

    hubo días con vientos del W eii qirc un iiitenso fliijo se empieza a detectar a primera Iiora de la mañana por el extremo del Sector Orieiital desde Algarrobo, Algeciras o Punta de Can Garcia, y, eri b segunda mitad de la mañana se le controla sucesivamente desde 10s observatorios de Piierto del Biijeo y Piierto del Calrito, para después, por la tarde, desde los de Cazalla e incluso Tarifa en el extremo opuesto del Sector Occidental, llegando rara vez a pasar este flujo ya muy mediada la tarde -todavía con intensidad- por la zona al W de Tarifa, cruzan d.^ aun las aves el Estrecfio fácil- mente después de sobrevolar la playa qiie media entre Tarifa y el río de la Vega.

    Menos raro es el caso contrario de desplazatniento (de W a E), s o b e todo reinando ~ i e n t o s fuertes de componente W. Este caso fue motivo de nuestra particiilar preociipación n causa de la mayor distancia a qiie había que llegar para detectarlo (desde el istmo de La Linea) y sobre todo, a caiisa de no tener nosotros acceso al Peiibn. Muchos dias el desplazamieiito de fliijo de W a E se detectb bien dentro de un ámbito qiie 110 relmaba del tramo entre Bujeo- Guadalmesi y Algeciras-,Punta Carnero. Son dias en qiie el aflujo principal comienza bordeando por el Norte la Bahía de Algeciras o atraviesa primero por el tramo septentrional de ésta, y acaba sobre- volando la Bahía por sil tramo meridional (rtrta Peíión-Ptinta Carnero). Algunos dias el desplazamiento pudo rebasar esta íxltima linea, partiendo ciertas cantidades de aves directamente desde las prosimidades del Peñón hacia Africa. escapando por tanto a naestra detección. Creemos que en 1972 esta pérdida de aves tia sido muy pequeña, pero no podemos afirmar lo mismo para nuestra reciente campaña de 1974, y nos parece que las bajas cifras obtenidas en ella, sensiblemente inferiores a las de 1072, sean debidas en parte a esto.

  • En In Parte Priníera (1. c.) hicinios algiino: come.ntario:: geiie- rales cobre el regimeii de vientos qiie prevalece en e! Estreclio d e Gibraltar y sil influjo en la migración de aves veleras. S o ~ c r á necesario repetirlos. Se coiicliiye qiie en Ciibraltar se dan iiiias con- diciones dr trare4a bastaiite partictilares, y qiie las aves leeleras enciientran nqlii iiiia 1,nrrern qlie licnios calificado (le esencialiiieiite diliárnica. ademk de ii-ii~y cambiante, segiiii dias, esto eii relaíivo contraste coi1 lo qiie ocarre en el Bósforo y eii otras zonas donde se Iia estiidiatlo tarnliiéii In travesía de estas aves.

    Diiraiite I;i cntnpaiía de verano-otoño 1972, tiiibo 39 dias con vielitos pei'sisteiite; ,de compoiiente E : :M días coi1 viento.; per.=is- tentes de compoiieiite W. y 9 días de calma relativa, con \lieiitos variables y siiaves o qile ptidieroii soplar deiitro da1 mismo dia siice- sivanlente clesde direcciones aiitagóiiicaa.

    Coiirietanieiite, hiibo vientos 2 E persiste~ites eii 15 dias (le agosto. 12 días de. septiembre y 5 días de octiibrc. Hubo vientos + W persistentes en los 2 Únic,oc días coinpiitados de f i i i de jiilio, 14 días de agosto. 33 ,dias de septienil>re y 7

  • Reinando vientos de Levante, se produce sobre el Peíión de Gibraltar una fuerte corriente de elevación a la qiie se debe el copete u cthongon nuboso que esos días se forma sobre el Pelióii. Ev~ws & LATHBURY, como se ha dicho atrás, creen que importantes corrientes de elevación como la citada, pueden tener importancia para el curso y ,dis!ribiición de los flujos de migraiite; veleros por el Estrecho. Dichos autores resaltati también Ia posible importait- cia de la estratificacióii de los vieiitos de través. Respecto a la corriente de .elevación sobre el Peñóii, creemos es un fenomeiio muy local y que no se proditce en los otros muchos relieves que liay por Ins nmplitiides españolas del Estrecl~o. Cuaiido soplan Levantes, las sierras espaíiolas, y concretamente las qiie aquí ilama- mos ((sierras centrales)) (Ojéti-Corza-Calirito-Biijeo-.4lgarrol>o-Liinn. etcétera) se suelen encapotar con iiiibes-t~iehlas secaiites qiie haceii visera al lado cotitrario del vieiito eii ti11 contiriuo hacerse y des- hacerse, y por el resto se ven izu!)es de mediana o baja altiira qtie pasan veloces clarametite inipulsadns por el Levante.

    La estratificación de vientos y sti posible repercusión en el movimiento migratorio de ayes veltras es uii prolilema que nos lia preocupado constantemente, pero qiie a fuer de observar día tras día los flujos de aves en diversas zonas del Estrecho y de sil Iiin- terland, creemos poder coiiiprender para la generalidad de los días. La posibilidad de qjie pasen flcijos inuy altos imposibles. de ,detec- tar, nos parece remota. Con «impo$ible>i queremos decir por capas superiores a los 3.000 m. de altitiid sobre el siielo ; otra. cosa es la posibilidad de perder aves qiie pasan tnuy altas por falta de nteii- cibn, preocupaciúii insistida por nirestro querido colega y coIri1)ora- dor, &ir. Thiollay. La eiiornie migración de cruce qiie Iieinos con- trolado día a día en el Estreclio es rnuclix de ella a baja altlira (ine- nos de 100 m.) y el mayoritario resto a altiirac medianas o niediano- altas ,(entre 100 y 1.000 m. sobre el siielo) y es precisameiite en esas alturas medianas y mediailo-altas donde. hemos prociirndo de- termiliar la direccióii del viento, que muchos días. era claramente revelado por el movimiento de las nli1)e.s. Nuestra experieizcia es que el mismo tipo de vieiito sopla todavía en capas algo sliperiores a Ixs de la máxima aItiira de viielos. Más arriba. eso sí, eii niveles superiores a 3.000 ó 4.000 metros, liemos notado bastantes dias capas de riubes que se intievtn en otra direccibri. pero repetimos, no creemos que esas altiis capas teiigan qiie ver con Ia migración de las aves veleras.

  • Otra cosci ;o11 10s vieiitos v;iriiililea o persisteiites que se pro- duccii miiclios d i i l ~ eii 1:i c;ip;i iiifima de la atniósfera. Estos vieiitos iriferior?~ piledeir ii)llriir la c-.;tt.iifegi;i y hnsta In dirección de viielo de aves que por iiii;i ii otra caiija iiaii pertlido altura y viielaii cerca de los suelos, pero no sirve11 para coiiocer la tónica ecilica del día, qiie iieiic dada por los vientos de mediana nltiiríi. '\'jentos infinios de tlireccióii coii'iriiiin o .diccord:iiirc coi1 el viento general o de capas iiiedirinas, Iieinos podido obj.ei-\rnr ,diversos días y a ciertas horas en i:no ti otro traiiio del tnar del Estrecho (11urno de iiavíos!), y son rebtivamerite frectieiltes sobre contji~ente de! traino orjcntal del Estreclio, y sobre la I3aIiía de Algeciras, mientras que eii el tramo occideiir;il el vieiito iiifi~iio slielc iilaiitelierse eit concordaitcia coi1 el de capas iticdiaiias.

    Eii u11 Apéndice (piil)licado coiiio follcto separntlo), datiios (le- talles itieteorol6gicos dia a día.

    Ida tlistrit)iiciÓii y calidad del relieve en la zoiia española del Esrreclio fiierorl tarnbieo comeiitadas en la Parte Primera (l. c.). Allí dijinios qtie uii eje ceiitral de sierras mayores, arriimbando de N N N W ;I SSSE (figura 2, 1. c. !) permite distinguir dos sec- lore.; qiic el;yeci~ic;riiios coiiro 3cc-ioi- Urcidc-ir./nl y Sccror Oieieí i tnI, aunque nliora ~ 6 l 0 coi1 relación al frente de costas, y tal como se iiidica eii la adjiintn figura l.

    &!I~iclios días la inayoria (si 120 todas) las aves que cruzan el Estreclio, parteii por el Sector Orieiital ; inirchos otros dias, en cambio, parten por el Sector Occidental, y algiinos dias el ciitce de aves se reparte tnQs o ineiios eqiiitativamente entre ambos sec- tores.

    13 cii?di-o J (.A y '53) rcsiiiiie Iíi

  • Migrociótr segúu viortos y sectorcs del Estreclio. Yerci~to-otoiio 19'72 A. Falcoiiif orincs (global)

    Vianto A r e s wind -

    ( N . O días) Tor~rrs AVW

    (n. dayr) S e c t ~ r occidental Ssctoi oriental

    * E 8.B24 1.966 10 283 (32 días) 27.220 31.362 68 682

    Q ~ V 1.718 (9 dfas) 16.376

    m Otrns aves * 281

    D. Palcorci~ori~res excluido Pertis

    A v e s viento Tor~rrs A V E S

    fn.' dias) Sector occldentat Sector oriental

    =Otras aves, se refiere a pequeñas frdcciones adicionales de Pernis, M . tnigrans, Circaetirs, Bicteo y H. genmtus (véase en cada una de estas espe- cies). Las aves indeterminadas especificamente se excluyen de estos cuadros.

  • Descriptivo. Allí puede verse que se percibeii difereiicias a veces marcadas eiirre tinas y otras especies de aves y que, al menos en parte, dichas diferencias apareceti como significativas. E s posible realizar todo uri análisis de correlacioiies eiitre vientos, sectores y conductas, pero quizá convenga esperar Iiasta disponer de datos coiivenienteme~ite procesados de varias otras campaiias de .estudio. Nos corista ya que eii la campaña de 1974, el panorama de distri- bucióii según vieritos y sectores tiene bastante de común con 1072, pero tamhíéti hay algutias diferencias sensibles.

    T.;is ;iiiotacioi~é:; (le ;\ve: rrlice O posible crtke de los obser- vadores, se agriiparon cija a dia eri periodos de mecliii eii ~iicdia liora. Pero por razones de .espaciaciÓii gráhca, los análisis aquí elaborados se han rengnipado segUii inter\~nlos de hora eii liora. Estos aiiilisis se oíreceii a modo de gráficas o espectros (eii 3: IZesiinieii Descriptivo por Especies).

    Como decimos, las gráficas o espectros liorarios se rcliereii a aves eii cracc o qiir parece qiic van a crtizar. Esto quiere decir que piictlrii diferir coi1 los qiie sesiiltariair si se Iitil,iera computado hora a llora la cantidad bruta d e aves qiie se ve eii ti>o\-imieiito. Ciertos dias eii que hay poco o tiiiigiin cruce pero muchas aves en movilniento. Ia diferencia (le 10.5 res~iltados es importante, pero en el global de diris. la iiitrodticcioti de los citaiitos de aves -todas eii movimierito- sólo procliicirí;i peqiieiias diferencias en la gráfica o espectro resultantes.

    Eli la parte descriptiva se coiiientari ta,ti11i&n las gráficas o es- pectros que resultan separadamente para cada día. Estos varían con.sideral)lemeiite de iiiios (lías a otros (aun descartando coino 110 sigiiificativoc los días de poco paso). Una parte de los dias tlan gráfica o espectro similar o paralelo al glol~al. pero son miiclios los días qiie .ctiscord;lii Ilamativamerite clel esqiiema global. En casi todas las especies se perciben dias de una sola cúspide (yiie piiede ser por la maiíana o por la tarde.), dias con ,dos ciispides (geiieral- mente uiia mayor) y días con marcada pei~dtilación. cs decir: con varias cii'rpicles (geecieralmente una mayor) y varias bajas o ceses tot;~les de paco.

    Las gráficas o espectros liornrios g1ols;lles de C;il,r;iltnr d:iii en

  • casi todas las especies un culmeli Único o priiicipal dtv16i.o d r la n~atiaour, aunque en unas es mas tempranero que eii otras. Algunas especies dan un subculmen menor durante la tarde y no faltan o'tros casos sing~ilares .(véase parte .descriptiva).

    Cuando se iiitegreii datos análogos de otras cnniparias ya reali- zadas o en proyecto, será la llora de precisar Iiasta que puiito 105 rasgos de gráficas y espectros son significativo5 para las especies implicadas y para Gibraltar. Se a l m a hoy bastante en esto de Ins gráficas e histograrnas, pul~licándose muchos de íi~dole banal o que solo r e f l r~an el azar ,de los escasos datos inaiiejados, cuando no las iiisiificieiícias o arbitrariedades de método del autor.

    De todos modos iio liemos resistido la teiitacion de comparar nuestros espectros y gráficas horarias eii Gibraltar, con las de otros atitores qrie hati cuantificado horariarneiite el paso ,de rapaces en diversas zonas del Mediterráneo o Europa. Esto lo hacemos ceparadamente en varias especies en la parte descriptiva. Aquí, .y con carácter general, podemos r eco rg r que eii el Bósforo (según I'ORTER & WII.LTS) el griieso de las aves veleras pasa a filial de la macana y primera llora de la tarde eri la énoca verano-otoño, y que en el mismo Estreclio, en primavera (segiiii C o ~ t s t ~ s 19: CROXALL) pasa el grueso entre las 10 y 1 4 lioras, con máximos flujos cer- canos a las 12 horas. Tanto los citados autores, como varios otros que ciiantifican migración horaria .de Rapaces, advierteil, como no.iotros, grandes diferencias .de unos .días para otros, reconociendo a las veces qrie el esquema horario de migración es «tan variable como imprevisible)).

    N o es ~osili le. en genera1. dar iriia explicación concreta a los rasgos que nianifiestítn los espectros o grálicos 11or:irios. Día a día, la progresión horaria de los migradores por zonas de conflnencia y canalización, como son los estrechos, depende sin duda de mil- chos factores, que son de sentido comíin a la hora de teorizar, pero qtie eií sii mayoría escapan a todo coiitrol para el investiga- d o r : sitiiacióri y distancia de partida y iiiagiiitud ,de 10s ~líicleos de aves qiie se ponen cada riiievo día eii movimiento. \felocidrid de progresión de cada uno, que, a su vez, depende mucho de la dirección e intensidad de los vientos que. unos y otros núcleos vayan encontrando en sii camino, efectos del relieve en las diferen- tes rutas de afluencia, variable presteza migratoria de las aves implicadas, retenciones, etc. No obstante, en In í gráficas horarias

  • NI(;IZ,\CI~)E; L)B L:hLCOKII:ORNES Y RCICONIAD POR (;ll?l\.\l.fAll, L'i\H'CE II 609

    de ciertos (lías coiicretos apareceil rasgos cuya cairsa si es cxpli- cable, corno piiedc vcrse eii iiiiestros comeiitarios de la parte deora retrasado sobre el oficial entonces vigeiiie eii l.ales adolecen de i i i i ; ~ leve distorsioii c-11 el seiitido d e dereclia a izqiiierda. Pero dado qiie las difcrriicias cle los días liiz en la latitud ,de Tarifa iinplican i r r i retr;ti;o eii I;i salida del sol de iie niás de '1 1ior:i 1C; iniiiutos desde el 1 de agosto hasta el 14 de octubre, la citada distorsion rio es grave. Otra cosa seria eii 1;~ latitud de l'¿ilstei~l~ii.

    6. Co?~?.pnració~t con el Bósforo y otras zo9los

    El E s ~ r e c h o de E1 Bosforo, eli el extremo orieiital del Medi- terráneo, y e1 .Estreclio de Gil~raltar en el extremo occidental, des- tncaii, coi1 tii~iclio, coi110 zo~ ias priiicip;iles de coiiceiitración del paso d e Falcoi i i f~rmes y Cigüelias eií latitudes niediterráiieas. La rnuy g ran inayoria cle esas aires qiie anida.n en Europa, y aúri bastantes que aiiidaii en Asia iior-occidental y centro-occidental, atraviesan por uno ii otro de esos dos estrechos cada vez que ernigran al Africa tropica!, doiide vaii a iii\reri~ar, y ciiaiido regresan de sus cuarteles de iiivieriio africaiios para distril>uirse nuevameiite por sii amplio ámbito de iiidificncióii del Paleártico occidental.

    En !o relativo a carializacicín por los Estreclios hay dentro de la* Fnlcoi~jforrne.~ a1gtiiia.q excepciones importaiites y otras rela- tivas. Esta; cscepcioiies fiieroii ya ceñaladn; y coinentndas por MOREAU (1 %:3').

    l.as csccpcioiies iii1portalite.c se refieren n 105 li:.iicoiiec y cer- nícalos (Falcónidas), iniicho menos veletas qlie otras rapaces,, y cliie prircíen socteiier por largos trayectos virelos Iiatidos, o con batidos alteriiando con l>revex p!aneos, siii r i~cesidad de recurrir a corrici~tes térmicas. -4 c a u x de ello las Palcói-iidas riiigrádoras &traviesa11 el inar Mediterráneo por .ciialqiiiera de sus anchuras, y no re caririlizan. o .se canalizan muy poco por lo.; estrec!ios.

    L a s excepciones relatí\~;is s e refieren a los í ~ ~ ~ i i l i i c h o s (C.1rczrs

  • ssp.) y al Aguila Pescadora (Pa~zdio~~) . Aquellos so11 maestros del plai~eo rasante y parece que no dudati en atravesar el mar aprove- chando los más variados vientos y corrientes, .incluso las turbu- lencias que produce el oleaje, aunque esto último nunca lo liemos visto en Gibraltar. El Aguiía Pescadora es un potente volador, capaz de sostener si llega el caso vuelos batidos, y que iio titubea ante el mar, donde, por lo demás, puede pescar y comer fácilrneiire en caso de necesidad.

    Nuestra experiencia en Gibraltar, sin embargo, es que los Circ26s spp. y quizá también Pandion, tienden a canalizarse ai rneiios moderadamente por el Estrecho. De otro modo no se explican siis habituales reacciones al viento allí, ni su relativa alta frecueiicia de paso por la zona de mínima travesía, confluyendo Iiacia las puntas del continente.

    Pero trjmpoco las Falconiformes más veleras, ni las Cigüeñas, atraviesan siempre el Mediterráneo por los dos cortos estrecl~os de sus extremos. Una minoría, en general, eso sí, demasiado redu- cida, pero que para algunas especies ya no puede calificarse de accidental, atraviesa el Mediterráneo por varios otros tramos. Se sabe que Iiay relativa migración (saltando de isla en isla), a trrirés del Mar Egeo, y particularmente a través del entrante de mar que contiene Chipre (STEWART & CHRISTENSM), y a través del Canal de Sicilia. Muclio más radicada, liasta ser casi niila, por iio decir accidental es la migraci8n de Hapaces velerns n través del Óvalo que contiene las Islas Baleares.

    Antes de 1960 pocas observaciones metódicas sobre paso de aves veleras se habian publicado de latitudes mediterráneas. Del Bósforo hay las antiguas (no rnet0dicas) de Relon, las que reali- zaron en el pasado siglo ALL*OW & VIAN, y las .debidas más tarde a .STEINF.~TT (1032) y a MAWE (1938). De Steinfatt plrede decirse .que es el principal iniciador de las observaciones cuantitativas sobre migración visible en latitudes mediterráneas.

    Sobre Gibraltar, antes de 1966, había los antiguos datos de IRBY (incluyendo observaciones de Favier) y tina serie de observacioiies esporádicas o no metódicas de diferentes autores, sobre todo britá- nicos, qu l se publican a partir de fines del pasado siglo y primeras cinco décadas d e éste.

    El paso d e aves veleras a través del Canal de Sicilia se conocía tambien desde. hace tiempo. El Canal de Sicilia separa Túnez (Punta d e .Cabo Bon) de Sicilia y supone nada menos que 145

  • bf I ( :HAc~~K DE FAI.COS1FOHYUS Y aCICONYAJ POR GIBRALTAR, IB.41 O O D W ~ N (1949). S.IHUOHS (1RUI) y GLLIOT & ki\.Iox~ (1%").

    Para cl &tia/ de Sicilia: STEIXII.(CIIER (105.S) y las recientes oliscrvacioi>es de Tliiallay. iio publicadas que coiiocemos en parte por comunicnci6ii verbal di- recta. Y I I D lejos. pnra Ins Islas de Multa 1;i muy recietite de BISAMAN & GALEA (19?4), .íp:irte la anterior de I.occ~ (110).

    En lxise a la informacion contenida en la bihliog.rafía reseñada, es posible Iiacer comparacioiies entre Gilxaltar y las otras zoiias, tanto en cuanto a la diversidad o espectro de aves implicadas en cada iiiia. coino eii cuanto al volrimen de las poblaciones ctiantifi- cadas, y en lo qiie se refiere a ciertas características del tnaviiiiiento migratorio en función de vientos y geografía.

    Conviene, sin embargo, proceder con cautela al establecer comparaciones. Por lina parte, la experiencia acumcilada lioy. nos

  • dice que solo canipaiías muy prolongadas pcriniteii con~pletar la imagen general y particular de la migraciói~ por la zona. Una campaiía breve o con lagunas plrede perder importantes flujos .de algunas especies, o la mayor parte de la niigración de otras, segúii se ha pociido pateiitizar recientemente tanto en el Bosforo como eii GibraItn;. La niuy prolongada e interrumpida campaíía de PORTER & M ~ I L L ~ S en el Bósforo es particularmente interesante para com- parar coi? las nuestras de Gibraltar. Por ello hacemos tnuy fre- cuentes a1iisioire.s al estudio d e dichos autores en lo qite sigue y particularmente en nuestro ulterior Resiimen descriptivo por es- pecies (1).

    Por otra parte, a la hora de coinparar, es preciso coiisiderar qiie tanto el espectro cuantitativo como la croi~ología fenológica de la migracioii pueden variar bastante de iinos aíios a otros en una y la misma zona. A este respecto es aleccionador lo publicado para 14 años consecutivos de Falsterbo, Siiecia (ROSEN, 1966). Las varia- ciones de año en afío se deben a un conlplejo de causas diversas, entre ellas la variable bondad de la reproducción, y las condjcjones meteorolcigicas prevalentes en las zonas de nidificación y sobre todo a lo largo de las bandas migratorias que coodircen a la zona de estudio. Por ejemplo, vientos. iinidireccionales excepcionalmente persistentes pueden hacer derivar flujos enteros por derroteros ~desacostumbradom, ocasionando cifras de reciiento mucho más bajas en la zona .de observación.

    Una tercera consideración al comparar datos d e dos zonas, es la diferencia de fechas (años). Debido a la fuerte y a veces rápida declinación qiie han sufrido diversas poblaciones de Falconiformes, puede ocurrir que la especie hoy aquí recontada en escasa cantidad, pasara hace 10, 50 ó 100 años mucho más abundante.

    Aparte lo dicho, algunos recuentos publicados en pasados años piieden contener errores importantes cuando en dos especies rela- tivamente similares, fue confundida una por otra. Buenos ejem- plos de esto se liaii dado con Accipiter brcviprs/7tisus, Aqliila )O- mcrri,iici./clonga, o Fulco tin?a+t9toit';~s-naumn~mn.i. Confiisiones gor- das de Pcv#~is con Bzc.teo también han ocurrido varias veces.

    -- -7 (l} La campafía comparada de PORTER & W u r s , s e refiere al aiío 1960. Pos-

    teriórmente se ha realizado alguna otra campaña en El B6sfot0, pero sus resul- tados no estuvieron a nuestro alcance cuando redactamos este trabajo.

  • El B'6sfo1.0. EII todo el verano-otofio de 1906, PORTER & \\ 1~1.1:; (=; 1'. k \ \ .) iiit.ilt;Lll ZT,U.OI)ll migrantes eritre I:alcoiiifor- mes y Cigüeñas. Niiestro recueiito equivaleiite del verano-otoño de 1073 eii Gibraltar soii 207.000 aves.

    La cifra superior det Bósforo es debida al enorme volumen que allí tiene la migracióii de Cicoitia ciconia, que fue dicho ario del ordeii de 217.000 aves, frente a sólo 16.300 recontadas eii Gibraltar en el 72.

    Eii cambio, la cifra total de Falconiforiiies en injgración por Gibraltar fiie eii 1972 niuy superior a la del Bósforo eii IOFG: 100.000 Falcoiiiformes por Gibraltar, frente a sólo 38.000 por el Bósforo.

    Dainos a cotitiniiación la lista de los principales rnigrailtes que criizan el Dósf.oro en verano-otoño. por ortleii tlecreciente de t.;intirlnd (1'. \P- \\'.. coi3 c i fa ; retlondeadas) :

    t'icc,iii;i ciconin.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . T3ute.o huteo..

    Pernis npivorus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cicociiii iiigrii

    ,4ccipiter badiitcjiiisii;: ..................... 12qrtiln pomaricin;ctnis,gn.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . Biilviis niigrniis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . CircaZtus g a 11' icus.. ........................ Neopliron pcrcnopterris.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hierníiettis pennatiis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fnlco tin~iunc~iltts/iinc~n~i~~t~~i ...............

    Cii:ilitnti\~niiiei~te e1 eypecti-o inigratorio del Bósloro difiere de Giliraltnr poir la preseiicia de ,.l ccipitrr bndirrs, A qrtiln pomnri?tn y .-l. c-1n11,nn >. pnr oliservnrse también regiilnrmeiite (P. EI. 'VV. y oti-al; siitores ! ') \.aria?: especies el? peqiiefia cnntidatl o raras. qtie tio se veii por Gihrnltar. tales como .4r,q.~piits nin~rnrhr~s, Cirritj ?~~nrror~r- i t s . Fi.ilrn ~ ( . s p o - l i ~ i ~ t s y Fnlro clin.~irg. De las dos espe- c i e ~ de .4rr iPi tcr . es hndiits la dominniite all~í. y de las dos Aqttiln tloi~iiiia al parecer mticho A . fon?nr?'nn. Puede compararse el an- terior c.-pectro del Riicforo con el eqiiivaleiite de Gi1)ralt;ir (1972):

  • ..................... Keopliron percnopterus.. 3.700 Buteo buteo. ................................. 2.600 Circus pygargus .............................. 1.700 Falca tinnunculus. ........................... 1.200

    .............................. -4ccipiter nisus. 9% Fafco naumanni . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ti40

    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Circus aeruginosus 360 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. Ciconia nigra , 209

    Falco subbuteo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . S 7

    Todas las especies de la lista de Gibraltar pasan tambiéii por el Bt>sloro, entre ellas Gyps ftrlvus, no enlistado por iio detectar- se migraiites eii 1972, pero si observado en migración por Gibral- tar en 1974. (Más detalles comparativos en el Resumen descriptivo por Especies.)

    Co»l dc S.icil.in (Túnez/Sicilia). Los datos piihlicados se refie- reii sobre todo a migracj8n en primavera, que sin diida es allí re.lati\iarnente más manifiesta qiie en otoño, aunque la más recien- te iiiformacióri revela qi1.e el paso de verano-otoño tiene, al menos para \*arias ,especies, tanto volrimen como el de primavera, o iil- ctiiso mayor voliitnen, según ociirre con Pcr>tis qiie es el ave ve- Iera de migrncióii relativametite más r e g u l ~ r y voliiminosa, piies llega a criizar el Canal de Sicilia en cantidad del orden de millares. Es también relativamente notable la migración de M i h s mzi~raris. Aparte Accipiter otras aves veleras relativamente cornliiles n través de Tiinez-Sicilia son los Circits, pero éstos sobre todo en primavera y tanto C. nertr,cirt.osti.s, como C . ~iincrour~rs, viéndose taml>iéii coi1 frecuencia C. f~.qovgus y C. tyo'?r.crts. Se citan tam- bién migrantes escasos pero regtilares de Circni;fiis gnlliciis y Pnit- díott 11alioi;trrs. Las Palcónidas (no ya típicas veleras! 1 se mani- fiestan relativamente mucl~o y variadas por Cabo Bon, con migra- ción ahiindante de F n l c ~ ti71.7>rtwclrk1s y hastante notable de F. slrb- hltlco, además de F . z~esp~rtir,lrs. F . n n ~ ~ ? ? i n i ~ ~ t i y otras. En realidad la mayoría si no todas las Rapaces que migran por Gibraltar se cotiocen tamhién como migraiites a través del Caiial de Sicilin. siquiera seo a modo de viaieros esporádico?.

    Fnfsfcrbó (Siiecia). Po r la persistencia de los recuentos efec- tuados eii este observatorio, y porque es probable qiie ciertas frac- ciones de Falconiformes qiie criizan el Báltico por Falsterhó lle-

  • M T G R A C I ~ N DE FALCONTPORYES Y tCICONIAi POR GIBRALTAR, PARTE 11 515

    guen después a Gibraltar, hacemos frecuentes alusiones a Fals- terbó en la parte descriptiva. De 14 años consecutivos de recuen- tos, salen como cifras otoñales medias las siguientes (ROSEN): Btcteo bzrteo e 17.000, Pernis apivo~us & 7.900, Accipiter tiisus & 5.900. Otras especies de Rapaces se reciientan allí en caiitida-

    .des de 1-3 cientos o menores.

    En el Bósforo dominan vientos del NE durante el verano y atoño. Según P. & W. dichos vientos soplaron en 74 días de -un total de 114 de observaciones. Los vientos son en general allí silaves y el tiempo que prevalece en esta época es cálido, soleado .Y con buena visibilidad. De mañana suele gozarse relativa calma, soplando aIgo más viento a partir de las 12 horas, piidiendo al-

    .canzar fuerzas de 3 y 4 e.n las tardes. Los migrantes veleros cruzan casi normalmente las dos costas paralelas y próximas de .este estrecho, volando con rumbos de W a E, o de W,NW a ESE. En días de viento Sur los rumbos viran algo hacia SE, situación -que puede concidir con los más intensos pasos de Ciconin cieonk. Otras aves, tales como Ciconia ltigrn, las Aqftila spp. y los Buteo suelen dar en el Bósforo siis cúlmenes migratorios al dulcificar .el viento. Un viento N.E fuerte puede provocar cierta acumulación de aves releras en los llanos del hinterland vecino a Etambul . Así. pues, las condiciones meteoroIógicas en el Bósforo son bas- tante más ~iniformes y favorables para las aves veleras que en Gibraltar. Lo mismo puede decirse de otras zonas del Mediterrá- neo oriental y Oriente prbximo donde se ha observado la migra- 4th de Rapaces. En Elat, por ejemplo, dominan vientos de com- .ponente Norte de mayo a octubre y llegan a soplar el 96 por 100 de los días del mes de septiembre (SAFRIEL). De condiciones .metereológicas en el Canal de Sicilia no disponemos de informa- 4Ón. Sólo sabemos qile en otoño son frecuentes los vientos de zomponente Siir y que la principal migración ociirre con eqos .vientos.

    También en Falsterbó (Suecia) las condiciones meteorológicas ,son en verano-otoño relativamente uniformes y favorables. Alter- .nan vientos de componente + NW (que permiten atravesar el mar a muchas aves volando altas y con viento de cola) con otros ,vientos de componente SE, 10s cuales reducen la migración de cruce y canahan a baja altura las aves en vuelo trabajoso pico a viento.

  • 616 ARDEOLA, VOL. (ESPBCIAL) (1876)

    B) RESUMEN DESCRIPTIVO POR ESPKIES (verano-otoño, 1973)

    Ciconia ciconia, Cigüeña Común

    Podririrnos extendernos mucho comentando la migración d e esta especie, pero omitimos infinidad de detalles y dejamos de abordar varios aspectos que quedan para la monografía sobre Ci- güeñas que tenemos en proyecto.

    l." Total de aves en cruce: *16.2671,0b1. Por Gibraltar pasa toda la'población ibérica, más una reducida cantidad de aves ex- traibéricas que proceden de Alemania occidental (al Oeste del Elba), Holanda y Alsacia.

    La Cigiieña Común es una de las aves que vino sufriendo fuerte declinación en Europa occidental desde hace por lo menos 40 años. Hay mucha bibliografia que documenta esta declinaci6nJ a base de censos generales prácticamente en to'da el área de cría, pero no podemos entrar aquí en más detaIles (destacan los estudios de Schüz, y de Schiiz & Srijj, y nuestros censos generales y reite- rados muestreos en España). De 1932 a 1958, las poblaciones d e Cigüeñas extraibkricac que migran por Gibraltar disminuyen ya aproximadamente en tin 50 por 3 0 0 . La disminución es tambiérr sensible hasta 1968 y después. Nuestro censo general de España en 184$ dio 14.508 nidos ocupados; el de 1967 dio 12.680 nidos ocupados; y el reciente de 1974 ha dado 7.339 nidos ocupados, Según esta y más bien otra información propia inédita, la poblaci0n de Cigüeñas españolas ha sufrido una reIativa brusca merma a partir de 1970, y es probable que la población en 1.972 fuera muy poco diferente que en 1974.

    Suporiiendo en Portugal una disminución paralela sobre los 3.000 y pico nidos que censó Santos Junior en 1965, teniendo en. cuenta la conocida dism'inución hasta 1968 y después en Ias Ciglie-- ñas extraibéricas que pasan por Gibraltar, y estimando -según PO-- blaciones- un índice de producción entre 1,6, y 2 jóvenes en mi-- gración por pareja adulta (que para el cómputo por Gibraltar nos parece alto, un a50 con otro), deducimos aria población posnupciaY en migración por el Estrecho para el período 1970-74, del orden de, 36.000 aves, es decir, un poco más del dobk que la cifra de cómputo de cruce obtenida por nosotros en el Estrecho en 1972. El comei-i-. tario que merece este recubrimiento del recuento sobre la probable- población real, se hizo arriba (ver A.1).

  • Y I G R A C I ~ N DE FALCOE;IFORMES i ~ C I C O N I A D POR GIBRALTAR, PARTE 11 617

    2. Periodo migratorio. Teniendo solo en cuenta los datos de 3972 y 73, el periodo migratorio principal por Gibraltar seria del It8.VII-22.VIII (véase fig. 13 en Parte Primera). En el Bósforo, según PORTER & WILLIS, el período principal en 1966 fue del 14.VIII-3.IX. Días de máximo cruce eii Gibraltar eii 1972: S.VI11 (3.376 aves) y 11.VIII (3.553 aves); eri el Bósforo fueron el 14.VIII (> 43.000 aves) y el 1.IX (> 50.000 aves). Se puede deducir una diferencia del orden de casi 15 días entre los ciilmenes de migra- ción de ambos estrechos, yendo retrasada en el Bósforo.

    3. Cruce según vientos y sectores. En 1972 más del 06 por 100 de aves cruza el Estrecho partiendo del Sector Occidental (véase fig. l), y más del 80 por 100 lo cruzaron reinaiido vientos de componente W, como piiede verse más detalladamente en el cuadro siguiente :

    Ciconio ciconia

    Migración se& vieiitos y sectores del Estrecho Verano 1872 (1.VIII-28.1X, $. 2 y 28.VII)

    Vlento wind

    A v e s Dias de cruce

    (days act. crossing) --- TOTAL AVES

    Sector Sector > por > por - cruce * occidental oriental occid. orienl. ----

    Días siii cruce s61o para cl pcrio

  • 518 ,~RULOLI. VOL. 21 (ESPECIAL) (lm)

    bandos de Cigüeña iin día que soplaba viento del Este francamente fiierte.

    4. Conducta migratoria. Muchas Cigiieñas que pasan por Gibraltar han pernoctado la víspera en unas pocas localidades que se reparten por las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. Es posi- ble, aunque no probable, que alglinas bandadas puedan cruzar en e l día el Estrecho partiendo de los campos de concentración prernigratoria de Extremadura y Sur de Castilla la Nueva. Dispo- nemos de amplia información que no podemos desarrollar aquí. Cerca del Estreclio las dos principales zonas de partida son: las Marismas del Guadalquivir, y los llanos y lomas de La Janda. En la Janda las ci@eíías,en migración utilizan una serie de dormi- deros, siendo los más frecuentados en estos últimos afios los de El Pedregoso (varios), El Conejo, Los Dcrramaderos y Acícar.

    Algunos días de viento fuerte, parte de las Cigüeñas que inciden sobre el Estrecho no cruzan, y, en vez de internarse de nuevo hacia La Janda u otras zonas distintas, se quedan a dormir en lomas o bosquetes del vecino hinterland, sobre todo en los valles de! Santuario de la Luz, en sus lomas, o en boquetes de las laderas circundantes. Algunas noches quedan allí uno o más millares.

    El aflujo hacia el Estrecho es en bandadas de muy variable magnitud. Una vez en las cercanías del Estrecho, varias bandadas pueden fundirse en una sola mayor, como también ocurre con frecuencia que grandes bandadas, al maniobrar vacilantes, terminen por disgregarse en dos o más menores. En 1972 no se computci con detalle la sociabilidad y el horario de aflujo (según hemos hecho en 19741, pero de los registros diarias puede entresacarse el siguiente resumen incompleto de sociabilidad en el área del Estrecho -

    En cruce En aRujo o maniobra, sin cruzar

    ......... Grupos de 1- 10 aves Bandadas m 11- 30 i . . . . . . . . .

    8 S 81- 80 S . . . . . . . . . 1 a 61- 1% . . . . . . . . . 8 a l a - 2 4 0 . .........

    r 2 4 l - 480 S . . . . . . . . . D b 4 8 1 - 9 @ # . . . . . . . . . i *MI-2.000 a . . . . . . . . .

    muchos muchas

    6 8 4 5 1 2

  • M I G R A C I ~ S DE FALCONJFORMES Y cCICONIAJ POR GIBRALTAR, rARTE 11 519

    PORTER & WILLIS señalan en el Bósforo bandadas de hasta 11.000 aves.

    El aflujo hacia Gibraltar de las Cigüeñas silele ser ya en si muy maniobrero, aunque raros días muy favorables se ver1 venir las bandadas altas y decididas desde el más lejano I~orizonte interior y cruzan sin vacilación el Estrecho. L o normal en e1 aflujo es que ratos de giro, a veces muy largos, alternen con deslizamientos en dirección al Estrecho. Si el viento sopla con intensidad los giros y maniobras se prolongan hasta consiimir la paciencia del obser-. vador, y ptiede no llegar a haber incidencia sobre la costa, internándose de nuevo las bandadas hacia La Janda u otra zona de vivaqueo. Zonas más frectientemente sobrevoladas en giros de afhrjo (o intento de aflujo) son: la propia coinarca d e La Jaiida, y las Sierras de Facinas, San .Bartolomé y Enmedio. En días ,de vien.to W el aflujo suele ser fácil y rápido, acercándose las ban- dadas al Estrecho con viento de c o h Iateral.

    La conducta de incidencia y cruce varía mucho según días a tenor del viento, y en lino y el mismo día pueden iiotarse marcadas. diferencias de conducta según diferentes bandadas. Como hemos dicho, algunos días hay aflujo muy decidido que se continúa sin cambio por la incidencia a la costa e incluso por el crtice. Lo más, frecuente es que la incidencia sobre la costa se complique con múltiples giros y desplazamientos de ir y venir, qiie ponen a prueba la paciencia del observador y su pericia, piies es fácil coiii- p i ta r el mismo bando dos o más veces (o sus disgregaciones) a1 cabo d e 20, 30, 60 o más minutos. creyendo que se trata de aves diferentes cada vez.

    Reinando vientos de componente E. la mayoria d e las bnndad:is cruzan por el tramo entre Punta Carnorro y Tarifa. e incliiso algti- na vez más al Este, sobrevolando la playa que media entre Tarifa y La Feña. Soplando vientos d e componente W, las bandadas inciden generalmente sobre un tramo costero más amplio, entre Cazalla y la Sierra de1 Cabrito, y a veces, aunque pocas. afluyen por el Sector Oriental. Siendo los vientos V-ii algo fuertes, pueden prolongarse mucho las evoluciones sobre la costa y mar costero contigrro por el tramo Punta Carnorro-Arroyo Viíías. y entonces los cruces más frecuentes son partiendo del tramo a uno y otro lado de Cascabel. Con esos mismos vientos, hemos visto varias veces que algiina bandada, después de evolucionar algr'in rato sobre la

  • 620 ARDEOU, VOL. 21 (ESPECIAL) (lB76)

    costa, opta por posarse en las lomas de la línea costera, aunque pronto vuelve a emprender los vuelos.

    Internamientos después de haber incidido sobre la costa, son frecuentes en días de vientos algo fuertes, tanto con Estes como con Oestes, pero se producen también en días calmados o apa- rentemente muy favorables. Otro hecho observado muy a menudo es el retroceso parcial de aves que ya iban en bandada de cruce sobre el m a r ; lo normal entonces es que la mayoria cruza y una minoría se vuelve, pero otras veces los timoratos regresan en peqiieños grupos o como aves aisladas.

    G R A F I C A GLOBAL, VERANO 1.972

    (28 dios de cruce 1.

    Histograrna de c Ú t m e n e s dlarlos: c u l m e n e n dla c o n > 3.000 oves

    > 700 . m " " .l > 100 m

    5- 6- 7- 8- 9- 10- 11- 12- 13- 14- 15- 16- 17- 18- 19 HORARIO

    Figura 2

    6. Horario de cruce. Máximo nhmero de aves registradas en cruce en una hora: 3.100, el día 7.VJII de 9 a 10 horas. Dia a dia, 10s cúlmtnes horarios de cruce variaron relativamente poco en esta especie de ave. Hubo 3 días con chlmen de 8-9 h ; 7 días de 9-10h; y 5 dias de 10-11 h. En esos 15 días figuran todos los de más de 700 aves en cruce. Cúlmenes más retrasados se dan en días con menos aves, de entre los que tuvieron más de 100: 1 día de 11-12 h ; 1 día de 12-13 h ; y el 1 día de 15 a 16 h. En la figura 1 puede verse e1 horario global de cruce y un histograma. de chlmenes diarios:

  • M I C R A C I ~ I * ' DE 1:ALCONlPORMES Y iCICONIAs POR GIBRALTAR. PARTE 11 521

    Se ve que el horario global tiene un cúlmen muy acusacio y uii ~subcúlmen leve. Recuerda a1 de Ma'lvtls rnigra?~ (fig. 5), rnigrador casi coétaneo, aunque culmina apenas una hora más tarde que .éste, y el subcúlcumen es casi dos horas después.

    En el Bósforo (F'. & W.) la gráfica g1ol)aI horaria da un máximo entre 12-13 horas, y «n submáximo entre 11-12 11 ; allí, el .80 por 100 ,de aves cruzan entre las 9-1u horas.

    6. Otros datos. En 1072 no se piiso ciiidndo eii distiliguir jóvenes de adultos en las bandadas, pero se anotó varias veces 'la presencia d e jóvenes mezclados a adultos en el mismo bando. El B.VII1, un joven con ala quebrada y suturada que vuela, mal, pernocta en las lomas del Santuario. El mismo día, en iina de las 'bandadas en crrtce se observa un alfe qice sólo tiene tina pata. la otra reducida a mitñón. El día 12.VII1, en otra brindada, va un

    .ave que vriela con una pata colgante y dedos entreabiertos.

    Ciconia ?ii.qrn, Cjgiieña Negra

    1. Total de aves en cruce: YO9 I Z s . La gran mayoría de las .aves que cruzan por Gibraltar debe pertenecer a la población ibé- r ica (véase Parte Primera) d e Ia cual conocemos un total de va- .rias docenas de localidades de cría. No se sabe casi nada sobre kvernada de Cig-üeña Negra en Africa Occidental. Recientemen- ,te (Roux in litt.), se ha observado una bandada de 15 aves en el 'SW de Mauritania.

    2. Período migratorio. En 1972 se perfila el de 9.IX-2.X (vén- .se fig. 33 en Parte Primera), pero la escasez y cortedad de obser- .vaciones en octubre no permitió deslindar mejor el periodo. Días ,de máximo cruce: el 27.IX (31 aves) y el 30.TX (3OSs aves). Las .oi,servaciones en el Bbsforo para el año 1966 se extknden del l(i.VI11-%.X, con cúlmenes a fin de I X y primeros de X, y má- .ximo diario el 23.1X (992 aves), aunque todavía 110 aves el W.X. C o n estos datos, parece que los períodos migratorios son casi .sincrónicos en ambos estrechos.

    3. Crtlce según vientos y sectores. Más del 80 por 300 cruzan .en 1972 por el Sector Occidental, y más del 60 por 300 soplando .vientos de componente Este. En esto último difiere de C. c-ironin, .pero es preciso notar que la cronología migratoria es bastante diferente en ambas especies. Criice mayoritario con vientos Estes

  • se dio tambikn eti HieraaPtus pennotus y Circaetus gnllicus, que son migradores relativamente coetáneos de C. nigro. Más detalIes- en el cuadro siguiente :

    Migración segiin vientos y sectores del 'Estrecho \!erano-otoño 1972 (25.VIII-14.X)

    Viento - Sector Sector

    occidental oriental -- -- --

    Dias de truca Dias sin TOTAL AVES-

    > p o r >por = oceid. otient. - - - -- --

    104

    L O + o 2 + 1 - 2 132 >O

    8 + 1 2 + 1 - 11 40 1

    4 + i 3 - - 37

    9 Los dias sin cruce son: 8 de ellos de viento fuerte o fuertecillo y B d e viento moderado.

    4. Conducta migratoria. Afluye sobre el Estrecho en solitario. o formando peqiieños grupos. ProbabIemente la agrupación en partidas mayores ocurre ya en las proximidades del Estrecho. Aquí, podemos dar el siguiente espectro de sociabilidad en 1972,. referido a aves en cruce y también a algunas aves en movimiente por la zona, pero qire no cruzan en el día que fueron anotadas:

    Aves solitarias ............ 30 veces Grupo de 2 aves ......... 13 a

    B 3 b ......... 11 a a . 4 D ......... 2 , 8 B 5 B ..,....s. 5 B

    ......... 3 0 , 1 B r 7 ~ ......... I r

    B 3 8 3 ......... 1 s .

    Bando de 9 aves ......... 3 veces. b o ......... 1 B D B U , ......... 2 s B 1 1 2 r ......... 1 B ~ 2 3 r ......... 1 r ~ 2 4 S ......... 1 *

    ~ 2 5 ~ ......... 1 B D l ......... l e

  • M I C R A C I ~ X DE PALCORIYORYES Y aCICOYIAi 1i)R GIBRALTAR, P A R E 11 62Q

    &Iornentánearnetite alguiia Cigüeña Negra se vio girar mezclada a grupos o bandadas de diversas Rapaces, pero en general esta cigüeña manifestó una conducta muy independiente.

    Al incidir sobre Ia costa, criiza unas veces sin demora y con decisión, pero con mayor frecuencia, especialmente si sopla viento, titubea y evoluciona recorriendo de traves el vecino hinterland del Estrecho en uno y otro sentido. Varios días se controlaron el-olucio~ies diiraiite más de iina hora, y una vez, el 12.IX, cierta bandada de 12 aves trasiega de allá para acá el vecino hinterland y la costa diirante más d e 5 horas, sin cruzar al fin. Esta conducta sugiere que algunas de las Cigüeñas Negras computadas en cruce hayan repetido .de un día ,para otro. Cruces se observaron bien en todo; los sectores del Estrecho, aunque, como se ha dicho, inayoritariamente por el Sector Occidental, y aquí, sobre t odo por el tramo Tarifa-Cascabel. El día 30.VII.1, 3 aves exploran a las 18 horas las laderas arboladas de la Torre del Bujeo, sin duda para pernoctar allí.

    5. Horario de cruce. La gráfica global horaria piiede verse cii la figura 3. Sii b s e estadística es reducida y, además, la ten- dencia maniobrera antes comentada no permitió conocer a lg~inas veces la hora exacta de cruce. Si hemos d e dar crédito a dicha

    GRAFICA GLOBAL, VERANO- OTONO 1.973

    H O R A R I O

    Figura 3

    . ,

    .L 100 A 1 l I \ - 1 I

    - 80 29 dlas de cruce , , 37 dios b ..VIO / j . : :

    - 60

    I

    5 - 6- 7- 8- 9- 10- 11- 12- 13 14- 15- 16- 17- 16 19

  • gráfica, el cúlmen promedual de cruce (aparece brusco) seria algo "más tardío que en el horario de C. ciconia, aún contando con el .acortamiento de los días de septiembre-octubre respecto de los de julio-agosto. Se nota también mayor proporción de aves tempra- neras que en C. ciconb (esto más en la grafica de movimiento global sobrepuesta a la de cruce en la citada figura), y un suple- mento de tarde qtie quizá se debe en parte a aves vacilantes .y retenidas

    También en el Bósforo (P. & W.), esta especie da un horario m á s estirado a lo largo del día que C. cico~tia, pero con cúlmen .promedual entre 10-11 horas, es decir, anterior al de nuestra gráfica

    6. Otros datos. En 1972 se vieron con alguna frecuencia ,inma.duros del año, pero no se tomó nota metódica de ello. Consta, .por ejemplo, una bandada de 12 aves el día lB.T.X, en la que iban .al menos 6 inmaduros mezclados con adultos. El 28.VII1, un ave trasiega el Estrecho volando con una pata colgante.

    .Pa~~d ion ?ia&Zti*s, Aguila Pescadora

    1. Total aves en cruce: 61 I d , cifta relativamente alta para una especie que no tiende a canalizarse por 10s estrechos, tenien- do también en cuenta Ia gran distancia de donde proceden proba. 'blemente la mayoría de las aves que pasan por Gibraltar. La me- ,dia de 14 años por Falsterbo (ROSEN) son 65 aves, con máximo .de 118 aves una temporada.

    2. Periodo migratorio. El 80 por 100 de las aves observadas eruzaron por Gibraltar en 1972 entre 5.IX-1.X, con promedio del 50 por 100 en 17.IX. Máximos diarios: el 8.IX (7 aves) y el B . I X (8 aves) (v. fig. 14 en Parte Primera). En la latitud de Falsterbo, ROCEN da 16.VIII-25,IX como período de apreciable manifesta- ción y por allí son raros los migrantes después de finalizar sep- tiembre. Parece pues que hay un notable retraso de fechas en Gibraltar con relación a Falsterbo, pero.que entra en 10 previsi- ble. Nuestra gráfica de figura 14 (1. c.) tiene dos máximos, uno .en la primera decena de septiembre y otro en la tercera (éste ma- yor). El histograma de EVANS & LAT~BURY también posee 2 má- ximos, pero el segundo, menor, cae ya en octubre.

  • 3. Cruce segiin vientos y sectores. En 1972 más del 70 por 100 cruzaii por el Sector Orieiita! y aproximadamente 50 por 100, reinando vientos de cornpoiieiite Este. Más detalles en el cuadro siguiente :

    Migración según vientos scctorcs del Estreclio Verano-otoño 1972 ( i l .VIII-14.X)

    A v e s

    Viento - Días de sin TOTAL AVES Sector Sector cruce obser. Occid. Oriental

    ..-a-.--

    4. Conducta migratoria. Las aves afluye11 eii general soli- tarias, aunque a veces dos o tres casi juntas. Con s u vuelo potente, se las ve viajar incluso en días de viento fuerte. El dia 22.VITI un ave estuvo algún rato posada frente a Cascabel antes de con- - t imar viaje. El día 27.VIII otro ave, sin duda viajera, pesca du- rante algún rato en la ría del Palmones.

    5 . Horario de criice. Máximo de aves en una hora : 3, en tres difereiites días. El aspectro horario global se estira bastante a Io largo del día y culminó entre las 10-11 horas, como puede verse a continuación :

    'Horas.. ... . .. . .. 6-8 7-8 8-9 9-10 10-11 11-12 1213 13-14 14-16 1516 16-17 17-18 A v e s ... ... ... ... 1 3 1 2 2 8 5 1 1 1 9 1 6 1 5 6 1 0 6 3 0 '

    P~rrtis npiz~o?ns, Halcón Abejero

    1. Total aves en cruce: *117.175e-'12, cifra miiy siiperior a todo 10 previsto a1 revisar la bibliografía sobre migración y po-

  • 626 ARDEOLA, VOL. 21 (ESPECIAL) (lWQ

    blaciones de Europa no Oriental. Dadas las características de este- gran migrador en el Estrecho, no creemos que la cifra citada- posea más de un 10 por 100 de repeticibn, de modo que es razo- nable admitir que en 1972 se detectaron como mínimo 100.000 aves en cruce. Estamos convencidos de que las que pasaron fueron. bastantes más, pues nos consta que algunos dias perdimos fliijos importantes, aparte lo dicho en A . l sobre recubrimiento de los. recuentos.

    En e3 Bósforo se señala una migración de Pernis mis de diez veces menor que por GibralSar. PORTER & WILLXS dan 9.000 aves. escasas para toda la temporada de 1966, y STE~NFATT, 3!5 años antes,. cuenta 7374 desde el 1S.IX-1.X, cogiendo probablemente el grueso. del paso visible aquel aíio.

    De n.uestra alta cifra en Gibraltar pueden deducirse varias al-. ternativas. Una, que todavía no se tiene ni siquiera una idea apro- ximada sobre la .magnitud de las poblaciones que anidan en EX Centro y Norte de Europa, suponiendo que sea sólo esa la proce- dencia del grueso de los Pernis por Gibraltar. Otra altrnativa es que, contra lo que hasta ahora se admite (V. después), irnportan- tes poblaciones de PernLs de más al Este de Europa convergan: también sobre Gibraltar.

    En base a recuperaciones de aves anilladas y observación de. migración visible por el Báltico y Europa Centro-oriental, se cree, saber que la población de Pernis de Finlandia emigra rodeando, por el Este el Golfo de Finlandia, y, atravesando el Centro-Este, europeo y Países Balcánicos, alcanza al fin el Bósforo, aunque un= parte de las aves se arrumba más al Sur y atraviesa por Italia- y probablemente luego por el Canal de Sicilia. Las aves que pasan por eI Bósforo serían reforzadas por otras poblaciones que crían, ' en el Este y SE de Europa. Hay, sin embargo, al menos una. reciiperación en España de ave anillada eii Finlandia.

    Meior datada está la migración de tos Pernds que emigran por. Falsterbo, esencialmente de procedencia sueca. A lo largo de 14% años de recuentos metódicos en otoño, la media por temporada. son 7.000 aves, con máximo de 88.600 un año (ROCEN). La migra-. ción de estos P ~ r n i s se ha observada y cuantificado a través de Dinamarca y el NSV de Alemania (WESTERNHAGEN, RISTOW), desde, donde se arriimhan hacia SW para atravesar en diagonaI Francia y España, hasta alcanzar el Estrecho de Gibraltar. Pero los Pernis suecos son sólo una minoría de los que cruzan el Estrecho. Es m i s

  • X J O R A C I ~ K DE I;Al.CONIFORMES Y uCICO?il.4* POR GIBRAI.TAR, P.IRTE 11 627

    -que probable que con ellos vengan también todos los de Centro- Europa occidental (donde el grueso corresponde a Francia y Ale- mania), y, por supuesto, los que anidan en la Península Ibérica. Hay en España recuperaciones de P e r ~ ~ i s anillados como pollos en Suiza, Dinamarca y Alemania meridional, aparte de unas pocas recuperaciones de suecos. Hoy sabemos q u e el número de Pernis que anidan en la Península Ibérica es mucho más del ((medio cente- nar de parejas)), que yo dije en la Parte Primera (pág. I8G). Proba- blemente en bspaña anidan como minimo vartos cientos -de parejas, repartidas casi todas por el Norte, desde Galicia y León, hasta Gerona

    La experiencia nos dice que la probabilidad de perder importan- tes flujos migratorios de Perni~ es grande. Vuelan muy altos a las veces, en apretados cordones, y tienden a concentrar el grueso de su migracióii en unos pocos d:as de cada temporada. Por ello no nos extrañan las flojas cifras obtenidas por autores que nos prece- dieron en Gibraltar, y aún tenemos la sospecha de que en el Bósfo- ro mismo, si no en otras zonas no lejanas de Asia Menor, pase en cantidades todavía insospechadas. Llama la atención que en Falcterbo el recuento de Pernb en migración varia considerable- mente de unos años a otros, concretamente de sólo 1292 el año 1943, hada 36.000 el año 1950. UI,FSTRAND se mostró ya escéptico acerca del significado d e los recuentos en Falsterbo, e insinúa qiie tan grandes diferencias de un año para otro pudieran ser debidas al efecto de los vientos prevalentes, los cuales ciertos derivarian el flujo por zonas que escapan a los observadores. Recientemente se ha visto que los Pera& no pasan sólo por el Bósforo estricto. sino que cantidad de ellos sabrevuelan a veces el pleno Mar de Mármara (SOGARD et al, ex h m . 4 ~ & GALEA).

    i Q u é destino tienen en Africa tantas decenas de miles de Pemis que cruzan por Gibraltar? Este es otro interesante problema a di- lucidar, dado que e n Africa tropical occidental la presencia inver- ~ i n l d e esta especie está parcamente datada. EI frecuente en paso por la Costa de Marfil, y se conocen recuperaciones en Ghana, Togo, Camerón, aparte del Congo, de aves anilladas en Suecia, Alemania y FinIandia, aunque lac finlandesas pudieron entrar más bien viniendo por el Bósforo. En el Congo parece ser u n inver- natite común, pero muchos P c m i i ~ alcanzan Africa Austral.

    La migracjón ulterior de los Per9ii.s qtie han cruzado el Bós- foro parece qLie sigiie en diagonal por Anatolia, sobrevuela la zona

  • del Golfo de Iskenderún (CAMER,~N 82 al.) y sigue por la costa de Siria y Líbano (gran pas.0 por Harissa: NIELSEN & CURISTEN- SEN), continuando por Sinaí hacia el Africa Oriental, EcuatoriaI y Austral (?).

    Se ha acusado también considerable migración de Pentis so- bre Ghipre, isla relativamente alejada en el mar (STEWART & CHRISTENSEN). En otro lugar nos hemos referido a k migración monoritaria (pero del orden de miles) a través del Canal de Si- cilia.

    2. Periodo migratorio. Eii 1972 el periodo principal fue del 28.VIlI-12.IX y destaca como muy breve entre los de todas las Rapaces. Máximos diarios el 6.1X (13.70'1 aves) y 8.IX (*11.529 aves) (I7éase fig. 15 en Parte 1."). E n el Bósforo el grtieso de- aves pasa en unos añas a mediados de IX (STEINFATT, NISBET &. SMOW.~), y otros años a fines de VIII y primeros de IX (P. & W., BALANCE PE LEE), de modo que no puede apreciarse sensible diferen-, cia fenológica con Gibral.tar. El histograma de tres otoños para e l Peñón de Gibraltar que dan EVANS & LATIIBURY, es casi concor- dante en su gran cúlmen con nuestro periodo principal del 72.

    Por Falsterbó, el periodo principal comienza a mediados d e VI11 y el grueso cruza desde fines de VI11 a mediados de IX , variando la fecha promedual más de diez días de unos años a otros. La comparación con Gibraltar debe hacerse, por tanto, en el mismo año, pero no hay datos de Falsterbó en 1972. Probable- mente el viaje a través de Europa es muy rápido. El escaso pasB a través d e los colls de los Alpes cirlminó un año de1 1519.IX (THIOLLAY, 1966-67).

    Diversos autores aluden al hecho de qne el grueso del paso d e los Pernis se concentra en tinos pocos días. En 1966, en el Bósforo. (P. & W.), cruzaron el 60 por 100 de todas las aves en 2 dÍas. (!X y 31.VIII). Un año, en Falsterbó, todo el período de paso no dtiró más de 9 días.

    3. Criice según vientos y sectores. En 1972 más del 80 por Y 00. de ave5 cruzó en Gibraltar por el Sector Oriental y aproximada- mente un 60 por SO0 atravesó reinando vientos de compo~ente W, Más detalles en el siguiente cuadro :

  • Y I C R A C I ~ N DE PALCONIFORMES Y cCICONIAB PüR GIBRAL'IAR, PARTE 11 624

    Pernis apivorus

    Migracibn segUn vientos y sectores del Estrecho Verano-oto60 1912 (7.VIII-14.X)

    A v e s Dias de cruce

    Viento cruce* sin TOTAL AV#, Sector Sector ) por > por =

    occidentkl oriente1 occ. orient ----

    8B

    otros días 87 107

    Sin cruce: todos los dins dc * E son dc viento fuerte y los de * W' son uno de viento fuerte y los restantes de viento moderado o suave, percl caen ya fucra del periodo priricipnl de migracioit.

    Una de las características migratorias de Pcrqlis es su ma-. yor capacidad viajera frente a otras Rapaces planeadoras cuando las condiciones meteorológicas no son favorables. En GibraItar los. hemos visto cruzar abundantes y decididos en días de fuerte vien- to W, e incluso con viento E relativamente fiierte, c~iando otras Rapaces vacilan mucho y son retenidas totalmeiite o en gran parte del lado acá del Estrecho. P. & W., en el Bósforo, dicen que hubo paso apreciable de Pemis algunos días de viento fuerza 5-6, cuando otras Rzpaces no o apenas pasaban.

    Normalmente Ios Pemis cruzan la Península Ibérica a través de su tercio oriental (incluido todo e1 Pirineo). En el Centro de Es-. paña, y más al Oeste, la observación de Pernis en paso otoñal puede considerarse excepcional. En cambio es corriente sil obser- vación a través de las serranías de. Teruel y Valencia. Vayreda cita en Gerona ((grandes bandadas». Reinando vientos persistentes.

  • del W se dejan sentir en cantidad eti la plana de Valeiicia, a juzgar po r lo que dijo Arévalo Baca. Eti primavera ec menos improbable ver Pevt~is desviados hacia el interior de España, reinando vientos de Levante. Una vez hemos victo bandadas en migracion por la provincia de Ciudad Real. Con los Ponientes los Pernis se ciñeti más a las costas orientales españolas y entonces pueden verse en las Islas Columbretes e incluso las Baleares. La presencia de Pernis e n paso por la provincia de Almería es conocida reinando fuertes vientos de Poniente. En cambio, con vientos de Levante aparecen a veces bandadas cerca de Cádiz (datos nuestros) e incluso en Ir\ provincia de Huelva, por ejemplo en las Marismas del Guadal- quivir (Chapman & Buck, MOUNTPORT & FERCUSON-LEES).

    4. Conducta migratoria. El espectácufo de los Pernis en viaje por Gibraltar, es de lo más impresionante, tanto por la cantidad de aves que afluyen hora tras hora, como por la decisión y maes- tría con que despliegan sus facultades veleras. Giros sobre térmicas alternan con deslizamientos en la direccibn del viaje, cuya veloci- dad media de desplazamiento es relativamente alta en comparación con la de Milanos, Calzadas y Culebreras. Este más rápido des- ~lazamiento no sólo resulta gracias a una velocidad actual algo mayor a la de esas otras aves, sino también a causa de que los Pernis se entretienen menos que ellas en los giros y maniobras, sobre todo cuando las condiciones atmosféricas son poco favora- bles. En condiciones de iguaidad, hemos observado también el trasiego de los Pernh volando por alturas en promedio superiores a las de los Milanos, con los cuales, sin embargo, se mezclan a menudo, aunque más correcto sería decir que son los Milanos los que se mezclan con los Pernir. En días serenos o con viento susve, los Pernk pasan altos o muy altos, hasta quedar reducidos a puntitos que sólo se detectan poniendo mucho cuidado al pasar sobre la vertical del observador.

    En días de fuerte aflujo pasan en formaciones interminables, verdaderas hileras de lotes pocos distantes entre sí, que se estiran po r muchos kilómetros, y que .hemos podido seguir o constatar penetrando mucho en el hinterland. Normalmente las «ruedas» o bandadas en giro de elevación agrupan de 50 a 200 aves, pero a veces hasta varios centenares. Mayores ruedas o aglomeraciones se prodticen cerca de la costa, o sobre el vecino mar costero, antes d e proceder al cruce del Estrecho.

    Con vientos fuertes lo9 Pwnis acusan todos los tipos de con-

  • ducta de retención qiie tarnbikii afe.ctaii a las rcstaiites aves veleras, esto es, 1s flotación, flotación y sediinentacioii, el flujo leiito, los iiiternamientos, el vuelo bajo pico a viento, etc., aunque casi todo ello coi1 nieiios \.eliemeiicia qiie los Milanos. Ko sor) tati propensos como éstos a sedimeiirar por los suelos, y prefieren posarse en árboles o arbiistos. Loa que iizciden sobre el Estreclio en las Últimas horas del día, van a posarse en bosqiies de las laderas de las sierras, aunque algunas veces también en matorrales o árboles de las lornas costeras.

    HOUCHTON (y ex EVANS & LATI.IUURY) al detectar Ia migración con radar desde el Peñón señala .dos tipos de registros interesantes, por tener qiie ver probablemente coi1 Pernis. Uno, el de ecos (tanto en primavera como en otoño) sobre e1 mar, a bastantes millas al Este del Peñón, que ya hemos comentado en A.1. E1 otro se refiere a cadenas de ecos acusadas por la pantalla el dia 13. IX .'il, paralelos en su curso a la costa cspaiiola al YE de G,ibraltar y que Juego siguen en parte, como línea de ecos, por lo que serían las colinas de Algeciras, inflexionando Iiacia SW para pasar sobre Tarifa (esta derivación hacia .el Oeste quizá exagerada?) para luego cruzar el Estrecho arribando a Africa por la zona del Yebel h'luza; pero en parte, los referidos ecos, siguieron por Ia costa oriental espa- ñola del Estrecho, dorlde inflesionarian a Siir para cruzar arribando también u11 poco al W .de Ceuta. El día eii ciiestión soplaba viento W moderado. La lejana afluencia de esos ecos, y toda