Miller Henry - Fragmentos Escogidos

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    FRAGMENTOS ESCOGIDOS

    H E N R Y M I L L E R

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    En la tumba que es ahora mi memoria la veo a ella, a la que am msque a nadie, ms que al mundo, ms que a Dios, ms que a mis propiascarne y sangre. La veo pudrirse en ella, en esa sanguinolenta herida deamor, tan prxima a m que no podra distinguirla de la propia tumba. Laveo luchar para liberarse, para limpiarse del dolor del amor, y sumergirsems con cada forcejeo en la herida, atascada, ahogada, retorcindose en lasangre.

    Veo la horrible expresin de sus ojos, la lastimosa agona muda, lamirada del animal atrapado. La veo abrir las piernas para liberarse y cadaorgasmo es un gemido de angustia. Oigo las paredes caer, derrumbarsesobre nosotros y la casa deshacerse en llamas. Oigo que nos llaman desde lacalle, las rdenes de trabajar, las llamadas a las armas, pero estamosclavados al suelo y las ratas nos estn devorando. La tumba y la matriz delamor nos sepultan, la noche nos llena las entraas y las estrellas brillansobre el negro lado sin fondo.

    Pierdo el recuerdo de las palabras, incluso de su nombre que pronuncicomo un monomanaco. Olvid qu aspecto tena, qu sensacin produca,cmo ola, mientras penetraba cada vez ms profundamente en la noche dela caverna insondable. La segua hasta el agujero ms profundo de su ser,hasta el osario de su alma, hasta el aliento que todava no haba expirado desus labios. Busqu incansablemente a aquella cuyo nombre no estabaescrito en ninguna parte, penetr hasta el altar mismo y no encontr nada.

    Me enrosqu en torno a esa concha de nada como una serpiente deanillos flameantes, me qued inmvil durante seis siglos sin respirar,mientras los acontecimientos del mundo se colaban y formaban en el fondoun viscoso lecho lleno de moco. Vi el Dragn agitarse y liberarse del dharma

    y del karma, vi a la nueva raza del hombre cocindose en la yema delporvenir. Vi hasta el ltimo signo y el ltimo smbolo, pero no pudeinterpretar las expresiones de su rostro. Slo pude ver sus ojos brillantes,enormes, luminosos, como senos carnosos, como si yo estuviera nadandopor detrs de ellos con los efluvios elctricos de su visin incandescente. ()

    As caminamos, dormimos y comimos juntos, los gemelos siameses aquienes Dios haba juntado y a quienes slo la muerte podra separar.Caminbamos con los pies para arriba y las manos cogidas. Ella se vestacasi exclusivamente de negro, salvo algunos parches purpreos, de vez encuando. No llevaba ropa interior, slo un vestido de terciopelo negro

    saturado de perfume diablico. Nos acostbamos al amanecer y noslevantbamos justo cuando estaba oscureciendo. Vivamos en agujerosnegros con las cortinas cerradas, comamos en platos negros, leamos librosnegros. Por el agujero negro de nuestra vida nos asombamos al agujero

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    negro del mundo. El sol estaba oscurecido permanentemente, como paraayudarnos en nuestra continua lucha intestina. Nuestro sol era Marte,nuestra luna Saturno; vivamos permanentemente en el cenit del averno. LaTierra haba dejado de girar y a travs del agujero en el cielo colgaba porencima de nosotros la negra estrella que nunca destellaba. De vez en cuandonos daban ataques de risa, una risa loca, de batracio, que haca temblar anuestros vecinos. De vez en cuando cantbamos, delirantes, desafinados, enpuro trmolo. Estbamos encerrados durante la larga y oscura noche delalma, perodo de tiempo inconmensurable que empezaba y acababa al modode un eclipse. Girbamos en torno a nuestros propios yoes como satlitesfantasmas. Estbamos ebrios con nuestra propia imagen, que veamoscuando nos mirbamos a los ojos. Entonces, cmo mirbamos a los dems?Como el animal mira a la planta, como las estrellas miran al animal. O comodios mirara la hombre, si el demonio le hubiera dado alas. Y, a pesar detodo, en la fija y estrecha intimidad de una noche sin fin, ella estabaradiante, alborozada.

    Tena dos caones, como una escopeta, era un toro hembra con una

    antorcha de acetileno en la matriz. Cuando estaba en celo, se concentrabaen el gran cosmocrator, los ojos se le quedaban en blanco, los labios llenosde saliva. En el ciego agujero del sexo, valsaba como un ratn amaestrado,con las mandbulas desencajadas como las de una serpiente, con la pielerizada de plumas armadas de pas. Tena la lascivia insaciable de ununicornio, el prurito que provoc la decadencia de los egipcios.

    Qu era la vida en la tierra slida para nosotros que estbamosdecapitados y unidos para siempre por los genitales? La vida era un joderperpetuo y negro en torno a un poste fijo de insomnio. La vida era escorpinen conjuncin con Marte, en conjuncin con Mercurio, en conjuncin conVenus, en conjuncin con Saturno, en conjuncin con Plutn, en conjuncin

    con Urano, en conjuncin con el mercurio, el ludano, el radio, el bismuto.()

    La razn por la que es difcil contarlo es porque recuerdo demasiado.Recuerdo todo, pero como un mueco sentado en las rodillas de unventrlocuo. Me parece que durante el largo e ininterrumpido solsticioconyugal estuve sentado en su regazo y recit el discurso que ella me habaenseado. Me parece que debi ordenar al fontanero jefe de Dios que

    mantuviera brillando la negra estrella a travs del agujero en el techo, debide mandarle que derramase una noche perpetua. Imagin simplemente queella hablaba sin cesar, o es que me haba convertido en un mueco tanmaravillosamente amaestrado, que interpretaba el pensamiento antes de quellegara a los labios?

    Tena el don de la transformacin, era casi tan rpida y sutil como elpropio diablo. Despus de la de la pantera y la del jaguar, la transformacinque mejor se le daba era la de ave: la de garza salvaje, la de ibis, la deflamenco, la de cisne en celo. Tena una forma de bajar en picado de repente,como si hubiera avistado un cadver maduro, lanzndose derecho a lasentraas, arrojndose inmediatamente sobre los bocados preferidos el

    corazn, el hgado o los ovarios- y remontando el vuelo de nuevo en un abriry cerrar de ojos. Si alguien la descubra, se quedaba quieta como una piedran la base de un rbol, con los ojos no del todo cerrados, pero inmviles, con

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    esa mirada fija de basilisco. Si la aguijoneaban un poco se converta en unarosa, una rosa intensamente negra con los ptalos ms sedosos y de unafragancia irresistible.

    Qu apacible nuestra vida de paloma y buitre en la oscuridad!Exceptuando el alucinante agujero en el techo, una vida en el tero casiperfecta. Pero all estaba el agujero como una fisura en la vejiga- y no habaorina que pudiera pasar con una sonrisa. Mear larga y libremente, s, perocmo olvidar la grieta en el campanario, el silencio no natural, lainminencia, el terror, la fatalidad del otro mundo? Comer hasta hartarse, sy maana otro hartazgo, y maana y maana, y maana pero al finalqu? Al final? Qu era el final?

    Un cambio de ventrlocuo, un cambio de regazo, un desplazamiento deleje, otra grieta en la bveda qu? Qu?

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    I

    Vivo en la Villa Borghese. No hay ni pizca de suciedad en ningn lado, niuna silla fuera de su lugar. Aqu estamos todos solos y estamos muertos.Anoche Boris descubri que tena piojos. Tuve que afeitarle los sobacos, nisiquiera as se le pas el picor. Cmo puede uno pescarse piojos en unlugar tan bello como ste?. Pero no importa. Puede que no hubiramosllegado nunca a conocernos tan ntimamente Boris y yo, si no hubiese sidopor los piojos.Boris acaba de ofrecerme un resumen de sus opiniones. Es un profeta deltiempo. Dice que continuar el mal tiempo. Habr ms calamidades, msmuertes, ms desesperacin. Ni el menor indicio de cambio por ningn lado.El cncer del tiempo nos est devorando. Nuestros hroes se han matado oestn matndose. As que el hroe no es el tiempo, sino la intemporalidad.Debemos marcar el paso, en filas cerradas, hacia la prisin de la muerte. Nohay escapatoria. El tiempo no va a cambiar.

    Estamos ahora en el otoo de mi segundo ao en Pars. Me mandaron aqupor una razn que todava no he podido desentraar.No tengo dinero, ni recursos, ni esperanzas. Soy el hombre ms feliz delmundo. Hace un ao, hace seis meses, crea que era un artista. Ya no lopienso, lo soy. Todo lo que era literatura se ha desprendido de m. ya no hayms libros que escribir, gracias a Dios.Entonces, ste?. ste no es un libro. Es un libelo, una calumnia, unadifamacin. No es un libro en el sentido ordinario de la palabra. No, es uninsulto prolongado, es un escupitajo a la cara del arte, una patada en el culoa Dios, al Hombre, al Destino, al Tiempo, al Amor, a la Belleza... a lo que lesparezca. Cantar para ustedes, desentonando un poco tal vez, pero cantar.

    Cantar mientras la palman, bailar sobre su inmundo cadver.Para cantar primero hay que abrir la boca. Hay que tener dos pulmones yalgunos conocimientos de msica. No es necesario tener un acorden, niuna guitarra. Lo esencial es querer cantar. As, pues, esto es una cancin.Estoy cantando.

    II

    Ahora slo hay una cosa que me interesa vitalmente, y es consignar todo loque se omite en los libros. Que yo sepa, nadie est usando los elementos del

    aire que dan direccin y motivacin a nuestras vidas. Slo los asesinospueden extraer de la vida, en grado satisfactorio, lo que le aportan. La pocaexige violencia, pero slo estamos obteniendo explosiones abortivas. Lasrevoluciones quedan cegadas en flor, o bien triunfan demasiado deprisa. Lapasin se consume rpidamente. Los hombres recurren a las ideas, comedhabitude.No se propone nada que pueda durar ms de veinticuatro horas.Estamos viviendo un milln de vidas en el espacio de una generacin.Obtenemos ms del estudio de la entomologa, o de la vida en lasprofundidades marinas, o de la actividad celular.El telfono interrumpe esta reflexin, que nunca habra podido llevar atrmino. Alguien viene a alquilar el piso...

    Parece que mi vida en Villa Borghese ha acabado. Bien, tomar estaspginas y me largar. Siempre pasan cosas. Parece que dondequiera que voyhay un drama. Las personas son como los piojos: se te meten debajo de la

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    piel y se entierran en ella. Te rascas y te rascas hasta hacerte sangre, perono podes despiojarte permanentemente. Donde quiera que voy las personasestn echando a perder sus vidas. Cada cual tiene su tragedia privada. Lalleva ya en la sangre, infortunio, hasto, afliccin, suicidio. La atmsfera estsaturada de desastre, frustracin, futilidad. Rascarse y rascarse... hasta queno quede piel. No obstante, el efecto que me produce es estimulante. Enlugar de desanimarme, o deprimirme, disfruto. Pido a gritos cada vez msdesastres, calamidades mayores, fracasos ms rotundos. Quiero que elmundo entero se descentre, que todo el mundo se rasque hasta morir.-

    III

    Cielo azul y despejado de nubes lanudas, rboles macilentos que seextienden hasta el infinito, con sus oscuras ramas gesticulando como unsonmbulo. rboles sombros, espectrales, de troncos plidos como la cenizade un habano. Un silencio supremo y enteramente europeo. Postigosechados, tiendas cerradas. Aqu y all una luz roja para sealar una cita.

    Fachadas abruptas, casi repulsivas; inmaculadas, salvo por los manchonesde sombra proyectadas por los rboles. Al pasar por la Orangerie, recuerdootro Pars, el Pars de Maughan, de Gauguin, el Pars de George Moore.Pienso en aquel terrible espaol que sobrecoga al mundo entonces con sussaltos de estilo a estilo. Pienso en Spengler y en sus terriblespronunciamientos, y me pregunto si no se habr perdido el estilo, el estiloelegante. Digo que esos pensamientos ocupan mi mente, pero no es cierto;hasta despus, hasta que no he cruzado el Sena, hasta que no he dejadoatrs el carnaval de luces, no dejo jugar a mi mente con esas ideas. Por elmomento no puedo pensar en nada... excepto que soy un ser sensibleapualado por el milagro de esas aguas que reflejan un mundo olvidado. A lo

    largo de las orillas, los rboles se inclinan pesadamente sobre el espejoempaado; cuando el viento se levante y los llene con un murmullorumoroso, derramarn algunas lgrimas y se estremecern, mientras pase elagua en torbellinos. Eso me corta el aliento. Nadie a quien comunicar nisiquiera parte de mis sentimientos...

    IV

    "Soy un hombre que deseara vivir una vida heroica, hacer el mundo mssoportable a su vista. Si en algn momento de debilidad, de relajacin, de

    necesidad, me desahogo dejando escapar un poco de clera ardientecristalizada en palabras -un sueo apasionado, envuelto y atado enimgenes- entonces... tmenlo djenlo... pero no me molesten!""Soy un hombre libre... y necesito mi libertad. Necesito estar solo. Necesitomeditar sobre mi vergenza y mi desesperacin en soledad; necesito el sol ylos adoquines de las calles sin compaa, sin conversacin, cara a caraconmigo mismo, con la compaa exclusiva de la msica de mi corazn.Qu quieren de m?. Cuando tengo algo que decir, lo digo. Cuando tengoalgo que dar lo doy.Su inquisitiva curiosidad me revuelve el estmago! Sus cumplidos mehumillan! Su t me envenena!. No debo nada a nadie. Slo sera responsable

    ante Dios... Si existiera

    V

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    Camin entre los altos edificios hacia el frescor del ro y vi las luces elevarsecomo cohetes entre las costillas de los esqueletos. Si yo era verdaderamenteun gran ser humano como ella deca, en ese caso, Qu significaba esaidiotez babeante que me rodeaba?. Era un hombre con cuerpo y alma, tenaun corazn que no estaba protegido por una bveda de acero. Tenamomentos de xtasis y cantaba con chispas ardientes.Cantaba al Ecuador, a sus piernas de plumas rojas y a las islas que seperdan a la vista. pero nadie oa. Una bala de can disparada a travs delPacfico cae en el espacio porque la tierra es redonda y las palomas vuelanpatas para arriba.La vi mirarme a travs de la mesa con ojos apesadumbrados; la pena,extendindose hacia adentro, se aplastaba la nariz contra su espina dorsal;la mdula batida hasta la piedad se haba vuelto lquida. Era tan ligera comoun cadver flotando en el Mar Muerto. Los dedos le sangraban de angustia yla sangre se converta en baba.Con el hmedo amanecer lleg el repique de campanas y por las fibras demis nervios las campanas tocaban sin cesar y sus badajos me martilleaban

    en el corazn y retumbaban con frrea malicia.Era extrao que las campanas repicaran as, pero ms extrao todava elcuerpo que revienta, esa mujer convertida en noche y sus palabras comogusanos royendo el colchn. Segu adelante bajo el Ecuador, o la espantosarisa de la hiena de mandbulas verdes, vi el chacal de cola sedosa y pom-pom y el leopardo moteado, todos olvidados en el Jardn del Edn. Yentonces su pena se dilat, como la proa de un acorazado y el peso de suhundimiento me llen los odos. Aluvin de lgamo y zafiros deslizndose,vertindose, por las neuronas alegres y el espectro empalmado y las bordassumergindose.O girar las cureas con la suavidad de una pata de len, las vi vomitar y

    babear: el firmamento se hundi y las estrellas se volvieron negras. El negroocano sangrando y las estrellas meditabundas engendrando pedazos decarne fresca e hinchada, mientras por encima revoloteaban los pjaros y delalucinado cielo caa la balanza con mortero y pistadero y los ojos vendadosde la justicia. Todo lo que aqu se cuenta se mueve con pies imaginarios porlos paralelos de globos muertos; todo lo que se ve con las cuencas vacas seabre como hierba en flor. De la nada surge el signo del infinito; bajo lasespirales eternamente ascendentes se hunde lentamente el agujeroprofundo. La tierra y el agua asociados hacen versos, un poema escrito concarnes y ms fuerte que el acero o el granito. a travs de la noche infinita, la

    tierra gira hacia una creacin desconocida.

    VI

    Hay cosas, ciertas cosas relativas a mis viejos dolos, que me hacen venirlgrimas a los ojos: las interrupciones, el desorden, la violencia, sobre todo,el odio que despertaron. Cuando pienso en sus deformidades, en losmonstruosos estilos que eligieron, en la pomposidad, el tedio de sus obras,en todo el caos y la confusin en que se revolcaron en los obstculos queacumularon a su alrededor, me siento exaltado. Todos ellos estabanhundidos en sus propios excrementos. Todos ellos hombres que se explayan

    exageradamente. Tanto es as, que casi siento la tentacin de decir:"Mustrenme a un hombre que se explaye exageradamente y les mostrar aun gran hombre!". Lo que se considera su "exageracin" es mi debilidad, es

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    la seal de la lucha, es la propia lucha con todas las fibras adheridas a ella,el aura y ambiente mismo del espritu disconforme. Y cuando me muestren aun hombre que se exprese perfectamente, no dir que no sea grande, pero sique no me atrae... Echo en falta las cualidades que me sacian.-

    VII

    Cuando pienso en la tarea que el artista se asigna implcitamente es la dederrocar a los valores existentes, convertir el caos que lo rodea en un ordenpropio, sembrar rivalidad y fermento para que, mediante la liberacinemocional, los que estn muertos puedan ser devueltos a la vida, entonceses cuando corro gozoso hacia los grandes e imperfectos, su confusin mealimenta, su tartamudez es msica divina para mis odos. Veo en laspginas bellamente ampulosas que siguen a las interrupciones, lastachaduras de las intrusiones mezquinas, de las sucias pisadas, por decirloas, de los cobardes, mentirosos, ladrones, vndalos, calumniadores. Veo enlos msculos hinchados de sus lricas gargantas el asombroso esfuerzo que

    hay que realizar para hacer girar la rueda, para reanudar el paso donde tehas detenido. Veo que tras las molestias e intrusiones diarias, la vil yreluciente malicia de los dbiles y los inertes se encuentra el smbolo delpoder frustrante de la vida, y quien quiera crear orden, quien desee sembrarrivalidad y desacuerdo, porque est imbuido de voluntad, ese hombre ha deir a parar una y otra vez a la hoguera y a la horca. Veo que, tras la noblezade sus gestos se oculta el espectro de la ridiculez de todo ello... que no sloes sublime, sino tambin ridculo.

    VIII

    En un tiempo pens que ser humano era el objetivo ms alto que poda tenerun hombre, pero ahora veo que estaba destinado a destruirme. Hoy mesiento orgulloso al decir que soy "inhumano" que no pertenezco a loshombres ni a los gobiernos, que no tengo nada que ver con credos niprincipios. No tengo nada que ver con la maquinaria crujiente de lahumanidad: Pertenezco a la tierra!. Digo esto con la cabeza reclinada en laalmohada y siento los cuernos que me brotan en las sienes. Veo a mialrededor a todos esos antepasados mos bailando en torno a la cama,consolndome, incitndome, flagelndome con sus lenguas viperinas,sonrindome y mirndome de reojo con sus siniestras calaveras. SOY

    INHUMANO!. Lo digo con una sonrisa demente, alucinada y voy a seguirdicindolo aunque lluevan cocodrilos. Tras mis palabras se encuentrantodas esas calaveras siniestras que sonren y miran de reojo, unas muertas ysonriendo hace mucho tiempo, otras sonriendo como si tuvieran trismo,otras sonriendo con la mueca de una sonrisa, el sabor anticipado y lasconsecuencias de lo que ocurre siempre. Ms clara que nada veo mi propiacalavera sonriente, veo el esqueleto bailando al viento, serpientes saliendo dela lengua podrida y las ampulosas pginas de xtasis sucias de excrementos.E incorporo mi lodo, mi excremento, mi locura, mi xtasis al gran circuitoque circula a travs de los subterrneos de la carne. Todo ese vmitoespontneo indeseable, de borracho, seguir manando sin cesar, a travs de

    las mentes de los que han de venir, a la vasija inagotable que contiene lahistoria de la raza. Codo a codo con la raza humana corre otra raza de seres,los inhumanos, la raza de los artistas que estimulados por impulsos

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    desconocidos, toman la masa inerte de la humanidad y mediante la fiebre yel fermento de que la imbuyen, convierten esa pasta hmeda en pan y el panen vino y el vino en cancin.Con el abono muerto y la escoria inerte producen una cancin que secontagia. Veo esa otra raza de individuos saqueando el universo, dejandotodo patas para arriba, con las manos vacas, siempre tratando de agarrar yasir el ms all el dios inalcanzable: matando a todo lo que est a su alcancepara calmar al monstruo que les roe las entraas. Lo veo cuando searrancan los pelos en su esfuerzo por comprender, por aprehender lo que eseternamente inalcanzable, lo que veo cuando braman como bestiasenloquecidas y se precipitan dando cornadas, veo que est bien y que noqueda otro camino. Un hombre que pertenezca a esa raza ha de subir allugar ms alto y arrancarse las entraas, mientras pronuncia palabrasincoherentes. Est bien y es justo, porque debe hacerlo! y todo lo que sequede corto con respecto a ese espectculo espantoso, todo lo que sea menosescalofriante, menos aterrador, menos demencial, menos embriagador,menos contagioso, no es arte. El resto es falso. El resto es humano. El resto

    corresponde a la vida y a la ausencia de la vida.

    IX

    Hoy tengo conciencia de mi linaje. No necesito consultar mi horscopo ni mirbol genealgico. De lo que est escrito en las estrellas, o en mi sangre, nos nada.S que desciendo de los fundadores mitolgicos de la raza. El hombre que selleva la botella sagrada a los labios, el criminal que se arrodilla en elmercado, el inocente que descubre que todos los cadveres apestan, el fraileque se levanta las faldas para mearse en el mundo, el fantico que explora

    las bibliotecas para encontrar la palabra: todos ellos estn fundidos en m,todos ellos provocan mi confusin, m xtasis. Si soy inhumado es porque mimundo ha sobrepasado sus lmites humanos, porque ser humano parecealgo pobre, lastimoso miserable, limitado por los sentidos, restringido porpreceptos morales y cdigos, definido por trivialidades e istmos. Estoyechndome el jugo de uva por la garganta y descubro la sabidura en l, peromi sabidura no procede de la uva, mi embriaguez no debe nada al vino.-

    X

    Quiero desviarme de estas altas y ridas sierras donde se muere uno de sedy de fro, de esta historia "Extratemporal" de este absoluto de tiempo yespacio en que no existen ni hombres, ni animales, ni vegetacin, donde sevuelve uno loco por la soledad, por el lenguaje que es slo palabras, dondetodo est desenganchado, desencajado, descompasado en relacin con lostiempos. Quiero un mundo de hombres y mujeres, de rboles que no hablen(Porque ya se habla demasiado en el mundo, tal como es!), de ros que telleven a algn lugar, no ros que sean leyenda, sino ros que te pongan encontacto con otros hombres y mujeres, con la arquitectura, la religin, lasplantas, los animales: ros que tengan barcos y en los que los hombres seahoguen en el mito y la leyenda y los libros y el polvo del pasado, sino en el

    tiempo y el espacio y la historia. Quiero ros que hagan ocanos comoShakespeare y Dante, ros que no se sequen en el vaco del pasado.Ocanos, s! que haya ms ocanos, ocanos nuevos que borren el pasado,

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    ocanos que creen nuevas formaciones geolgicas, nuevas perspectivastopogrficas y continentes extraos y aterradores, ocanos que destruyan yque preserven al mismo tiempo, ocanos en los que podamos navegar,zarpar hacia nuevos descubrimientos, nuevos cataclismos, ms guerras,ms holocaustos. Que haya un mundo de hombres y mujeres con dnamosentre las piernas, un mundo de furia natural de pasin, accin, drama,sueos, locura, un mundo que produzca xtasis y no pedos secos.Creo que hoy ms que nunca hay que procurar conseguir un libro aunqueslo tenga una gran pgina: hemos de buscar fragmentos, astillas, uas delos pies, cualquier cosa que tenga mineral dentro, cualquier cosa capaz deresucitar el cuerpo y alma.-

    de Trpico de Cncer

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    "Con la niera de mi hija estando una noche en el bao, despus de haberpermanecido ah durante un tiempo sospechosamente largo, comenc apensar ciertas cosas. Decid espiar por el ojo de la cerradura y comprobarpor m mismo qu suceda, para mi sorpresa estaba parada frente al espejoacariciando su pequeo gatito, casi hablndole. Me excit tanto que alprincipio no supe qu hacer. Volv a la habitacin, apagu las luces y meacost en la cama, esperando que ella saliera. Mientras estaba acostado ahtodava poda ver su sexo peludo y los dedos que parecan tamborilear sobrel. Me abr el pantaln para que mi miembro se refrescara en la oscuridad.Trat de hipnotizarla desde la cama, o por lo menos hacer que mi miembrola hipnotizara. Ven ac puta, me repeta, y pon ese sexo sobre m. Debehaber recibido el mensaje inmediatamente, porque un instante despus seabra la puerta y tanteaba en la oscuridad para encontrar la cama. No dijeuna palabra, no hice el menor movimiento. Slo mantuve mi mente fija en susexo, que se mova silenciosamente en las tinieblas como un cangrejo.Finalmente estuvo al lado de la cama. Ella tampoco dijo una palabra.

    Solamente se qued ah silenciosa y cuando yo deslic mi mano entre suspiernas movi un poco su pie para abrirlas. No creo que jams haya tocadoalgo ms jugoso en mi vida. Era como un engrudo corriendo por sus piernasy si hubiera tenido carteles hubiera podido pegar una docena o ms.Despus de unos momentos, tan naturalmente como una vaca inclina sucabeza para pastar, ella se inclin y lo tom en su boca. Le introduje cuatrodedos, frotndola hasta sacarle espuma. La boca de ella esta llena y le jugose le derramaba entre las piernas. No dijimos una palabra. Slo un par demanacos trabajando pacficamente en la oscuridad, como sepultureros. Erauna paradisaca manera de hacer el amor."

    /

    La mujer raras veces re, pero cuando lo hace es como un volcn.Cuando la mujer re, lo mejor que puede hacer el hombre es largarse alstano refugio contra ciclones. Nada quedar en pie ante la carcajadavaginal, ni siquiera el hormign armado. Cuando se le despierta la capacidadde rer, la mujer puede superar en risa a la hiena o al chacal o al gatomonts. De vez en cuando se la oye en una reunin de linchadores. Significaque se ha quitado la tapa, que todo vale. Significa que va a salir de caza yten cuidado, no te vaya a cortar los cojones. Significa que, si se acerca la

    peste, ELLA llega primero, y con enormes correas te arrancarn la piel atiras. Significa que se acostar no slo con Tom, Dick y Harry, sino tambincon el Clera, la Meningitis y la Lepra: significa que se tumbar en el altarcomo una yegua en celo y aceptar a todos los que se presenten incluido elEspritu Santo. Significa que demoler en una noche lo que el pobre hombretard, con su habilidad logartmica, cinco mil, diez mil, veinte mil aos enconstruir. Lo demoler y se mear en ello, y nadie la detendr, una vez queempiece a rer en serio.

    /

    Hay conchas que ren y conchas que hablan; hay conchas locas,histricas, en forma de ocarinas y conchas lujuriantes, sismogrficas, queregistran la subida y la bajada de la savia; hay conchas canbales que se

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    abren de par en par como las mandbulas de una ballena y te tragan vivo;hay tambin conchas masoquistas que se cierran como las ostras, con unaperla o dos dentro; hay conchas ditirmbicas que se ponen a bailar encuanto se acerca el pene y se empapan de xtasis; hay conchaspuercoespines que sueltan sus pas y agitan banderitas en Navidad; hayconchas telegrficas que practican el cdigo Morse y dejan la mente llena depuntos y rayas; hay conchas polticas que estn saturadas de ideologa y queniegan hasta la menopausia; hay conchas vegetativas que no dan respuesta,a no ser que las extirpes de raz; hay conchas adventistas que huelen comolos adventistas del Sptimo Da y estn llenos de abalorios, gusanos,conchas de almeja, excrementos de oveja y de vez en cuando migas de pan;hay conchas mamferas que estn forradas con piel de nutria e hibernandurante el largo invierno; hay conchas navegantes equipadas como yates,buenas para solitarios y epilpticos; hay conchas glaciales en los que puedesdejar caer estrellas fugaces sin causar el menor temblor; hay conchasdiversas que se resisten a cualquier clasificacin y descripcin, con las quete tropiezas una vez en la vida y que te dejan mustio y marcado; hay conchas

    hechas de pura alegra que no tienen nombre ni antecedente y estas son lasmejores de todos, pero a dnde han ido a parar?de Trpico de Capricornio

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