MIQUEAS estudio

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MIQUEAS Nombre Este libro lleva el nombre del profeta Miqueas, el mismo que aparece en una forma más extensa en Jueces 17:1, 4, Michayahu. En la Septuaginta aparece como Michaias y en la Vulgata como Michaeas. Autor Toda la profecía es la obra del mismo profeta. Era de Morasti, lugar que probablemente debe ser identificado con Moreseth-gath del 1:14. Su ministerio se efectuó durante los días de Jotam, Acaz, y Ezequías. A la luz de Jeremías 26:18 el cual declara que Miqueas pronunció las palabras del 3:12 durante el reinado de Ezequías, podría deducirse que Miqueas fue un contemporáneo joven de Isaías. Los antecedentes históricos del libro, son los mismos que se encuentran en las primeras porciones de Isaías, aun cuando Miqueas no exhibe el mismo conocimiento de la vida política de la capital como lo hace Isaías. Esto es posible que se deba al hecho que Miqueas era del campo (a Moreseth generalmente se le identifica con Beth Jibrim). La escuela de la crítica negativa moderna, no admite que Miqueas haya sido el autor de toda la profecía. Eissfeldt, por ejemplo, habla de la paternidad literaria del libro de la siguiente manera: Los capítulos 1 al 3 son genuinos, y obra de Miqueas, con la excepción del 2:12, 13. El encabezado (1:1) es secundario, pero el 1:2-8 fue pronunciado antes de la destrucción del reino del norte. El 1:9-16 proviene de la situación ya sea del año 701 o del 711. El resto de la sección no contiene ninguna alusión a situación específica alguna. Eissfeldt piensa que es muy difícil decidir acerca de la integridad del4:1- 5:8 y del 2:12, 13. Los argumentos que se aducen en favor de que este pasaje sea genuino, vale la pena tomarlos en cuenta, pero Eissfeldt cree que es mejor pronunciarse en contra de su integridad. Por una parte, el añadir promesas secundarias, debilita amenazas tales como el 3:12. El 4:1-5 aparece también en Isaías y es muy probable que esta haya sido originalmente una profecía anónima la cual se atribuyó en un libro a Isaías y aquí se le atribuye a Miqueas.

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MIQUEAS

Nombre

Este libro lleva el nombre del profeta Miqueas, el mismo que aparece en una forma más extensa en Jueces 17:1, 4, Michayahu. En la Septuaginta aparece como Michaias y en la Vulgata como Michaeas.

Autor

Toda la profecía es la obra del mismo profeta. Era de Morasti, lugar que probablemente debe ser identificado con Moreseth-gath del 1:14. Su ministerio se efectuó durante los días de Jotam, Acaz, y Ezequías. A la luz de Jeremías 26:18 el cual declara que Miqueas pronunció las palabras del 3:12 durante el reinado de Ezequías, podría deducirse que Miqueas fue un contemporáneo joven de Isaías. Los antecedentes históricos del libro, son los mismos que se encuentran en las primeras porciones de Isaías, aun cuando Miqueas no exhibe el mismo conocimiento de la vida política de la capital como lo hace Isaías. Esto es posible que se deba al hecho que Miqueas era del campo (a Moreseth generalmente se le identifica con Beth Jibrim).

La escuela de la crítica negativa moderna, no admite que Miqueas haya sido el autor de toda la profecía. Eissfeldt, por ejemplo, habla de la paternidad literaria del libro de la siguiente manera: Los capítulos 1 al 3 son genuinos, y obra de Miqueas, con la excepción del 2:12, 13. El encabezado (1:1) es secundario, pero el 1:2-8 fue pronunciado antes de la destrucción del reino del norte. El 1:9-16 proviene de la situación ya sea del año 701 o del 711. El resto de la sección no contiene ninguna alusión a situación específica alguna.

Eissfeldt piensa que es muy difícil decidir acerca de la integridad del4:1- 5:8 y del 2:12, 13. Los argumentos que se aducen en favor de que este pasaje sea genuino, vale la pena tomarlos en cuenta, pero Eissfeldt cree que es mejor pronunciarse en contra de su integridad. Por una parte, el añadir promesas secundarias, debilita amenazas tales como el 3:12. El 4:1-5 aparece también en Isaías y es muy probable que esta haya sido originalmente una profecía anónima la cual se atribuyó en un libro a Isaías y aquí se le atribuye a Miqueas.

Además, de acuerdo con Jeremías 26:18, Miqueas proclamó solamente amenaza y no promesa de restauración.

Por lo que toca al resto de las partes de esta sección, contiene pensamientos que en otros lugares ocurren solamente en pasajes de una época posterior, así como el 4:6, 7 y el 5:6, 8 la reunión del pueblo disperso de Dios; el 4:8-14, la expectación escatológica de la destrucción de los enemigos de Jerusalén.

El pasaje 5:9-14, nos recuerda de Isaías 2:6-8 y probablemente se le ha cambiado de una amenaza original en contra de la nación, a una amenaza en contra de pueblos extranjeros; el 6:1-8 probablemente también es de Miqueas, así como el 6:9-16 y el 7:16. Por otra parte, el 7:7-20, pertenece a una época posterior, probablemente a la segunda mitad del sexto siglo A. C., cuando se originaron los poemas de Isaías 56-66. De hecho, existen ciertas similitudes entre los dos. Además, así como el 4:1 - 5:8 más el 2:1-13 (promesa) estaba relacionado al 1-3 (amenaza), así también el 7:7-20 (promesa) está en relación con el 5:9 - 7:6 (amenaza). Se puede explicar esta

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doble serie de amenaza y promesa por una parte, asumiendo que hubo al principio dos colecciones de las profecías de Miqueas de amenaza. A cada una de ellas se le suplementó más tarde con una conclusión de promesa. O es posible que hubiera una colección de material genuino el cual se amplió no sólo con una conclusión de salvación (Heilsweissagung), sino que también se amplió en medio, ya que el 3:12 parece que requiere también esa conclusión. Al principio, se insertó el 4:1-5, y más tarde otras profecías similares de salvación.

Como contestación a la opinión de Eissfeldt, se pueden proponer las siguientes consideraciones:

El carácter del libro es algo parentético. Miqueas no presenta un argumento largo y sostenido, sino más bien, como Isaías (en la última parte de su libro) pasa de un asunto a otro. Es este hecho lo que parece sostener (aunque en realidad no es así) una paternidad literaria plural de la profecía.

Nos es imposible otorgar la validez de cualquier posición que por razones teológicas nieguen al período de Miqueas las ideas de salvación que se encuentran en el libro. No existe ninguna evidencia objetiva para manifestar que tales ideas no hayan existido ya en los días de Miqueas. Hay sin duda en Miqueas muchos pasajes que son mucho muy similares en carácter a aquellos que encontramos en los escritos de sus contemporáneos. El insistir que estos últimos pasajes se deben asignar a una época posterior, debido a ciertos intereses en favor de una teoría naturalista acerca del desarrollo de los puntos de vista religiosos de Israel, es un procedimiento absolutamente inexcusable.

Por último, no podemos apelar legítimamente a Jeremías 26:18 para mostrar que los mensajes de Miqueas estaban constituidos únicamente por amenazas. Es necesario recordar que Jeremías había sido declarado digno de muerte por haber proclamado la destrucción que se aproximaba. Sin embargo, algunos de los príncipes dijeron en efecto que como Jeremías había hablado en el nombre de Jehová, no era digno de muerte. Y algunos de los ancianos declararon que en los días de Ezequías, Miqueas había hablado en forma similar. Por tanto, la referencia a Miqueas, era sólo para establecer una comparación entre la acción de este profeta en cierta ocasión y la situación actual de Jeremías. De ninguna manera se le puede considerar como una caracterización de todas las profecías de Miqueas, y el apelar a este pasaje para demostrar que Miqueas habló solo amenazas, es ciertamente injustificable.

Análisis

I. Miqueas 1:1 - 2:13. Amenazas en contra de Israel y Judá

(1) 1:1. El Sobrescrito. A este sobrescrito se le puede considerar como la obra del mismo Miqueas. Cuando menos, no existe razón suficiente como para negárselo. Si Miqueas no lo escribió, lo podemos considerar como la obra de un escriba quien lo añadió bajo inspiración divina.

(2) 1:2-16. La ira de Dios en contra de Samaria y Judá. Tanto Samaria como Judá son perversas y Jehová las castigará. El “Oíd” introductorio del 1:2 aparece también en e13:1 y el 6:1. No existe razón suficientemente fuerte como para negarle a Miqueas el1:5b, 6, 8, 9. No debemos forzar el lenguaje figurativo de esta descripción de tal manera que la separemos de su armonía con los hechos históricos del 722 A. C. Debemos aplicar el vívido cuadro de la destrucción de Samaria que Miqueas nos pinta, al destino de la nación misma, y no se debe considerar como una descripción detallada de lo que le acontecerá a la ciudad física.

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(3) 2:1-13. Las razones del desagrado divino. El 2:1-11 contiene una descripción de las prácticas pecaminosas del pueblo y una declaración del propósito de Jehová al traer el castigo. En los versículos 12, 3 se da un anuncio de la liberación futura.

No existe razón suficiente para negarle a Miqueas la promesa del 2:12, 13. Estos versículos forman un clímax a la primera sección del libro. Se puede explicar el cambio del asunto por medio del carácter fragmentario del libro.

II. Miqueas 3:1 - 5:15. Juicio seguido por la restauración

(1) 3:1-12. Una segunda denunciación en la cual el profeta describe aún más el pecado del pueblo, culminando en el anuncio de la destrucción de Jerusalén, v. 12. (Observe la similitud de la fraseología, “monte de la casa”, entre el pasaje que se reconoce como genuino y el pasaje en disputa 4:1).

(2) 4:1 - 5:1. El establecimiento del glorioso reino de Dios. El 4:1-3 ocurre con pequeñas variaciones en Isaías 2:2-4. Es posible que Miqueas posea el original, pero también es posible que ambos profetas hayan utilizado material de una profecía anterior aún a ellos. De cualquier manera, la profecía en Miqueas tiene una conexión más íntima con los versículos que siguen que en el cas do Isaías. Sin duda que estaba en boga en el siglo octavo A. C. promesas tan gloriosas acerca de la futura salvación. Si a los profetas del siglo octavo se les niegan tan extraordinarias promesas, entonces esos profetas se convierten únicamente en críticos, hombres que condenan el pecado y demandan arrepentimiento pero que no ofrecen ninguna esperanza para el pueblo. Compárese también el 4:3 con Joel 3:10; 4:7 con Isa. 24:24; 4:9 con Isa. 13:8 y 21:3; 4:13a con Isa. 41:15, 16; 4:13b con Isa. 23:18.

(3) 5:2-15. El nacimiento del nuevo Rey y su reino. En el versículo 2 se declara el nacimiento del Rey Mesiánico. Se expone su humanidad en el hecho que él debe venir de Bethlehem, y su verdadera divinidad en que los lugares de su salida (motsa' othau) son desde el principio (miggedem), desde los días del siglo (mime 'olam, Compárese el 5:5 con Isa. 9:6; el 5:13 con Isa. 2:8.

III. Miqueas 6:1 - 7:20. Castigo del pueblo y misericordia final de Dios.

(1) 6:1-16. La queja de Dios acerca de su pueblo. La controversia de Jehová consiste en el hecho que El ha hecho mucho por su pueblo, pero este es rebelde.

El pueblo, evidentemente personificado o representado por un orador desconocido, pregunta como puede acercarse a Jehová. En seguida se da la respuesta, que es necesario la obediencia humilde a su voluntad. Compárese el 6:2 con aseas 4:1 y el 12:2; el 6:4 con Amós 2:10; el 6:7 con Isaías 1:11; el 6:8 con Isaías 1:17 y aseas 6:6; el 6:11 con Óseas 12:7; el 6:14 con aseas 4:10. Estas comparaciones, sugeridas por Revn, claramente demuestran la relación del capítulo respecto a la profecía contemporánea del libro.

(2) 7:1-20. Reproche y promesa. Compárese el 7:1 con Isaías 24:13 y aseas 9:10; el 7:2 con Isa. 57:1; el 7:3 con Isa. 1:23 y aseas 4:18, el 7:10 con Joel 2:17; el 7:11 con Amós 9:11. Debe observarse que existe una similaridad entre el 7:7-20 Isaías 40-66. Esto no significa que alguno de ellos sea postexílico.

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Confieso que no puedo encontrar ninguna razón legítima para negar que estos versículos le pertenezcan a Miqueas. Wellhausen trata de encontrar un gran abismo entre los versículos 1-6 y los versículos 7:20. Pero es injustificable afirmar que ni siquiera se tiene en el pensamiento la consolación del pueblo en los versículos 1-6. La verdadera explicación es que aquí, como en otros lugares.