Misericordia miraday prefiero morir amándote antes que vivir un solo instante sin amarte. Te amo,...

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Misericordia en la Cuaresma 2010 mirada

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Entrar en Cuaresma es inaugurar un tiempo fuerte de penitencia y conversión... aprovecha la oportunidad.

Entrar en Cuaresma es una llamada a salir de nosotros, de nuestras casas, de nuestros prejuicios, de nuestros intereses, gustos y comodidades... sal de ti y ves hacia el otro.

Entrar en Cuaresma es afrontar la realidad personal y dejarse juzgar por la Palabra de Dios... descúbrete, acéptate, conviértete.

Entrar en Cuaresma es dejar poner nuestro corazón en la sintonía del corazón de Dios... practica la com-pasión que hace hermanos.

Entrar en Cuaresma es vaciar nuestras manos, saber renunciar a nuestras seguridades, a aquello que nos esclaviza... libérate para poder abrazar.

Entrar en Cuaresma es saber caminar con otros creyentes que buscan a Dios siguiendo a Jesús en Espíritu y en Verdad...

¡Buen camino, herman@!

Edita:Franciscanos Conventuales (OFMConv.)Departamento de Pastoral Juvenil y VocacionalC/Eloísa de la Hera, 7 - 28035 [email protected] · www.pazybien.org

El evangelio de este miércoles de ceniza (Mt 6, 1-6.16-18) nos propone tres herramientas para combatir con eficacia el mal del mundo; tres recursos para mantener el tipo: la limosna, la oración y el ayuno. La buena voluntad no basta si no ponemos en juego estas mediaciones.

• La oración invita a mirar las cosas y la vida más allá de nosotros mismos, con los ojos del Padre, colgados de él, como lo hizo Jesús, seducido por el pro yecto de fraternidad de Dios, apasiona do por su sueño de nueva humanidad;

• el ayuno cultiva la sensibilidad y se convierte en una crítica y una apuesta, como en la mejor tradición profética: critica nuestros excesos, que dejan sin lo imprescindible a las mayorías del pla neta y apuesta por una cultura de la aus teridad y la solidaridad, más sobria y ecológica;

• la limosna grita en nosotros que nada es “mío” si lo nuestro es la fraterni dad y una vida de hijos.

Jesús trabajó con estas herramientas y con ellas se fue abriendo camino en el desierto de la vida. Pero, además, las ma nejó desde la humildad. Y ese fue su ta lante y su habilidad: “Cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha... cuando recéis no seáis como los hipócritas... cuando ayu néis no andéis cabizbajos”. Es decir, con el convencimiento de estar haciendo el mundo de Dios, y no afirmando la propia justicia. Ese es el sacrificio que a Dios le gusta.

Cipriano Díaz Marcos

17 febrero

Oramos al inicio de esta CuaresmaSeñor Jesús: Tú que dijiste a los apóstoles: “Ven y sígueme”. Hoy también

sentimos tu voz invitándonos a cami nar. Danos fuerza para no desfallecer y valentía para se guir tu camino. Querernos recorrerlo con nuestro esfuerzo y tu evangelio. Acompaña y guía nuestros pasos, y haznos llegar juntos a la Pascua de la luz y de la vida, de la verdad y la justicia, del amor y la amistad. Amén.

Tres herramientas y un talante

miércoles de ceniza

“Se han multiplicado las cruces. Hay cruces de todos los tamaños y en todos los luga res, cruces de madera y de metal, en salones y escaparates, artísticas y toscas, de ador no o como signo de devoción. Y también como estandartes y bandera de enfrenta-mientos. La abundancia de cruces ha desactivado la fuerza explosiva de la Cruz de Cristo como expresión del poder abusivo de los hombres y del amor gratuito hasta la muerte. La cruz es la prueba de fuego que discierne a víctimas y victimarios, a cruci ficados y crucificadores, a quienes están de un lado y del otro.

Hablar de crucificados y poner la cruz como centro de la Cuaresma no significa afán masoquista y reductor. La cruz es una realidad pública y diaria en la que se concen tra el poder que mata y el amor que salva”.

Homilética, 2003/2, pág.103

18 febrero 19 febrero

Oración por los sacerdotes en el Año SacerdotalJesús, Buen Pastor, que has querido guiar a tu pueblo mediante el ministerio de los sacerdotes: ¡gracias por este regalo para tu Iglesia y para el mundo!

Te pedimos por quienes has llamado a ser tus ministros: cuídalos y concédeles el ser fieles.

Que sepan estar en medio y delante de tu pueblo, siguiendo tus huellas e irradiando tus mismos sentimientos.

Te rogamos por quienes se están preparando para servir como pastores:que sean disponibles y generosos para dejarse moldear según tu corazón.Te pedimos por los jóvenes a quienes también hoy llamas:que sepan escucharte y tengan el coraje de responderte,que no sean indiferentes a tu mirada tierna y comprometedora,que te descubran como el verdadero Tesoro y estén dispuestos a dar la

vida “hasta el extremo”.Te lo pedimos junto con María, nuestra Madre, y San Juan María Vianney,

el Santo Cura de Ars.

Así oraba San Juan María Vianney, así oramos también hoy nosotros

“Te amo, mi Dios,y mi único deseo es amarte hasta el último respiro de mi vida.

Te amo, oh Dios infinitamente amable,y prefiero morir amándote antes que vivir un solo instante sin amarte.

Te amo, Señor,y la única gracia que te pido es aquella de amarte eternamente.Dios mío, si mi lengua no pudiera decir que te amo en cada instante,quiero que mi corazón te lo repita tantas veces cuantas respiro.

Te amo, oh mi Dios Salvador,porque has sido crucificado por mí,y me tienes acá crucificado por Ti.Dios mío, dame la gracia de morir amándotey sabiendo que te amo”. Amén.

En este primer domingo de cuaresma, vemos un Jesús que se enfrenta a las tentaciones del desierto. No era fácil salir victorioso. El pueblo de Israel no lo logró, comenzó a crear ídolos y plantearse su relación con Yahvé de una manera alejada de Él. Pero Jesús no actúa así, Jesús no se deja vencer por los demonios de este mundo.

A lo mejor esta experiencia de Israel la estás pasando ahora: la desolación, la desgana, el cansancio, las ganas y ansias de salir corriendo hacia delante o de dejarlo todo y salir corriendo en otra dirección a la que caminas. Son tentaciones cotidianas en tu vida de cristiano, y todo ello vivido en el gran desierto de tu ciudad.

Analiza tu situación desde tu vida diaria poniendo nombre a las dificultades (tentaciones) que impiden vivir de una manera coherente y responsable tu compromiso de cristiano. Date cuenta de esas dificultades, sin angustias, sin derrotismos, sino desde la presencia del Señor que te quiere ayudar a cambiar. Él no va a obrar el cambio si tú no le echas una mano. Elige cambiar, elige convertir esas tentaciones en vía de crecimiento, de madurez, de compromiso… de ejemplo para los demás, como Jesús que se fue a predicar el Evangelio.

Francisco Sinovas

«Jesús volvió del Jordán, lleno de Espíritu Santo; durante cuarenta días el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mien tras el diablo lo ponía a prueba. Todo aquel tiempo estuvo sin comer y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo:

-Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.Jesús le contestó:-Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre”.Después, llevándolo a una altura, el diablo le mostró en un instante todos los

reinos del mundo y le dijo:-Te daré todo ese poder y esa gloria, porque me lo han dado a mí y yo lo doy

a quien quiero; si me rindes homenaje, todo será tuyo.Jesús le contestó:-Está escrito: “Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo pres tarás servicio”.Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en el alero del tem plo y le

dijo:-Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está

es crito: “Encargará a sus ángeles que cuiden de ti y te guarden”, y también: “Te llevarán en volandas, para que tu pie no tro piece con piedras”.

Jesús le contestó:-Está mandado: “No tentarás al Señor

tu Dios”.El diablo, acabadas las pruebas, se

marchó hasta su mo mento».Lc 4, 1-13

20 febrero 21 febreroPrimer Domingo

Nuestros desiertosCuando amamos, nos gusta estar juntos, y cuando estamos juntos, nos gusta hablar. Cuando amamos resulta molesto tener siempre mucha gente alrededor.Cuando amamos, nos gusta escuchar al otro, solo, sin otras voces que nos estorben.

Por eso los que aman a Dios han amado siempre el desierto; Y por eso, a los que le aman, Dios no puede negárselo.

Y estoy seguro, Dios mío, de que me amas y de que en esta vida tan saturada, atrapado por todos los lados por la familia, los amigos y todos los demás,no puede faltarme ese desierto en el que se te encuentra.

Nunca vamos al desierto sin atravesar muchas cosas, sin estar fatigados por un largo camino,sin apartar la mirada de su horizonte de siempre.Los desiertos se ganan, no se regalan.Los desiertos de nuestra vida no se los arrancamos al secreto de nuestras horas humanas más que violentando nuestras costumbres, nuestras perezas.

No se trata de aprender a perder el tiempo.Hay que aprender a estar solo cada vez que la vida nos reserva una pausa. Y la vida está llena de pausas que podemos descubrir o malgastar.

Pues así estamos hechos, y no podemos preferirte sin un pequeño combate:Haz, Señor, que entre en el desiertopese a todas mis debilidades.Acompáñame y permanece siempre conmigo. Amén

Cfr. Madelaine Delbrél, “La alegría de creer”, pág.99

22 febrero 23 febreroMartín Nació llorando, como nacen todos los niños. Pero al llanto de Martín se le ade lantó el

de su madre. En el quinto mes de embarazo, su marido se largó de ca sa sin explicaciones. El llanto de Miriam era un llanto y era una espada; buscaba la causa de una decisión que no comprendía, pero buscaba en balde. Martín nació con los mimos sucios de una madre desnutrida para los afectos. Sus brazos eran dema siado frágiles para sostener toda la demanda de ternura del recién nacido. Martín vi vía en su cuna, en la habitación amarilla, con un cuadro de Pinocho y un televisor. A Martín le fascinaba el televisor. Su primer año fue el más determinante de su vi da. Mientras Miriam manchaba la alfombra de su cuarto con la ceniza de los ciga rrillos y se la oía toser, Martín abría los ojos al mundo gracias al televisor. Allí es taba todo: el hombre del tiempo, John Wayne, los terremotos, el hip-hop, la aprobación de los Presupuestos del Estado, los rinocerontes en libertad, el índice Dow Jones... Las imágenes le provocaban toda la alegría que su madre había olvidado. Las imá genes le enseñaron a reírse. Su madre no le des pertaba por la mañana, ni le daba la mano para ir al colegio. El autobús lo recogía a las siete en punto y él se las componía para llegar desayunado y con los pantalones limpios.

De lejos, todo iba bien; era Martín Rodríguez Vilela, se sentaba en el puesto tres de la fila dos, un auténtico felino de las matemáticas. Pero de cerca daba mie do: todos procuraban evitarlo, porque destilaba un componente de enajenación que asustaba. No es que fuera agresivo; más bien lo contrario, en su debilidad ha bía un escondido desconocimiento para las relaciones humanas. El día que Martín se enamoró fue el más triste de su vida. Sabía que Rocío era la chica que le rondaba, la que nunca huía de él como de un apestado, la chica de las sonrisas diferentes. Pero Martín era incapaz de mostrar sus cartas, porque ni si quiera sabía quién era. Rocío lo abandonó con tristeza y él volvió al silencio de las matemáticas.

Cuando su madre murió, Martín no derramó una sola lágrima; nadie llora la muerte de los desconocidos. A los cuarenta años, cuando pidió su primera manta para dormir en la calle Martín... Martín no sabía nada de su padre. Sólo se acordaba de los padres que había visto por televisión. Entonces paró a la primera persona que se le cruzó por la calle y le pre guntó: «Por favor, ¿dónde puedo encontrar a mi padre?»

entresacado de Javier Alonso Sandoica

“Alfa y Omega”

Superar la tentaciónEn algún lugar he leído que hace unos años la BBC rodó una película

sobre Jesús en Tierra Santa y tuvieron muchas dificultades para filmar las tentaciones de Jesús. Por fin decidieron describirlo como una sombra en la arena y me resulta muy útil esta imagen para reconocer las tentaciones, que son también como una sombra. Muchas veces me he visto muy acompañado por ella, sin rostro, sin ruidos, sin forma definida, formando parte de mi caminar ordinario o incluso haciéndose sombra amiga, pero sombra al fin y al cabo. Es capaz de hacerte comer piedras en lugar de panes, sin que te des cuenta hasta después de haberlas comido; es capaz de hacerte pensar que lanzarte al vacío es una solución y cuando estás en el suelo rematarte... y he aprendido que sólo se pueden superar cogidos de la mano del Espíritu; sólo se pueden superar adentrándose en territorios (desiertos) en los que la sombra no pueda desaparecer para conocerla bien, aprender cómo se mueve, dejar que camine a nuestro lado…; sólo así se puede ser libre para abrazar a Cristo en la cruz y no a su sombra…

24 febrero 25 febrero

OraciónSeñor Jesús, tú fuiste tentado, seguramente fuiste tentado

muchas veces, repetidas veces. El consuelo, el valor... lo encontraste fuera de ti mismo. Te mantuviste firme en tus convicciones a pesar de todo. Hoy me siento muy consolado por ti, por lo que tú has vivido, y te siento enteramente solidario en mi tentación, te siento cercano, a mi lado, dentro de mí, dándome fuerza, impulso y valor para decir a la sombra: “márchate”.

Señor de mi vida, te necesito y quiero que mi corazón lo repita sin cansarse, necesito la compañía de tu Espíritu. Te necesito para perseverar en la hora de la prueba y aceptar con valentía que la sombra forma parte de mi vida. Te necesito para resistir en la tentación y no huir de ella, sino para hacerle frente en tu nombre y ser capaz de expulsarla de mi corazón, de mi pensamiento. Te necesito para permanecer firme en mis convicciones a pesar de la resistencia del sistema en el que vivimos. Te necesito para perseverar en el encuentro contigo y, al encontrarte, darte un abrazo. Te necesito... siempre. Amén

Roberto Freire

Hay cruces casi «inevitables»...ciertas edades, ciertos climas, ciertos trabajos, ciertos caracteres, ciertas convivencias, ciertas palabras, ciertos silencios, ciertos momentos, ciertos... Y uno debe asumirlas.

OraciónSeñor, sé que no puedo hacer nadapara añadir o quitar un solo segundo a mi vida;sé que hay borrascas y anticiclones aunque yo prefiera siempre justo lo contrario;sé que podría tener un trabajo mejor pero tengo el trabajo que tengo;sé que el carácter de algunas personas a veces me supera;sé que hay convivencias que no entiendo;sé que hay palabras que borraría para siempre del diccionario;sé que hay silencios que duelen y momentos por los que me gustaría no tener que pasar nunca...Sé, Señor, que hay muchas cosas en mi vida que son inevitables y que debo asumirlas; ¡tantos desiertos por los que debo pasar para crecer en fidelidad a tu Evangelio!Dame la fuerza necesaria para hacer de la experiencia del DESIERTO una oportunidad para conocerme más a mi mismo y adherirme más a ti; dame la fuerza necesaria para abrazar las cruces casi “inevitables”, asumirlas y crecer con ellas. Amén

Oscar Alonso

Señor de los desiertos,hiciste del hombre un hermano con las manos sin nada.Y del hermano forjaste un puebloy en medio del pueblo plantaste tu tienda como morada.Le diste el pan bien repartido; le diste el agua, y sus labios bebieron un tus palmas.

Le hablaste, Amigo, con los ojos, la boca, sin palabras,al corazón endurecido y arrancaste su costra hecha plegaria.Has hecho al hombre palabra tuya,has hecho al hombre de pan de hogaza,has hecho al hombre de luz de hermano,has hecho al hombre de fuentes purascon ritmo libre de agua escapada.

María: Tú has vivido el ritmo de Dios,y en tu marcha, has sabido marcar cada pasocon la fuerza del agua, del pan, del hermano y la palabra.Como lluvia, ha caído en tus manos,y has bebido la Vida en el Agua,has comido la Carne en el Pan,has sabido guardar la Palabra,y tus ojos han visto en el hombreal hermano que es pueblo en la marcha.

María, nuestro éxodo es duro:nuestro pan ya no es pan;nuestra agua sabe a barro y no arranca la sedque llevamos clavada en el alma;nuestra voz está ronca y el silencio es soledad para el hermanoque espera de la voz amiga la llamada.

María, cada hombre camina soloy el desierto, sin el ritmo de Dios, nos cansa.Llévanos tú de la mano,guíanos tú en nuestra marcha.

Composición de fr. Juan C. Blanco a partir de textos de Mazariegos,

“Santa María de la liberación”, pp. 66 – 67.

26 febrero 27 febrero

Vivo, Señor, en mi desierto de angustias y miserias.Vivo, Señor, en mi desierto de infidelidades.Vivo, Señor, en mi desierto de penas e historias que me atan.Vivo, Señor, en un desierto en el que me cuesta trabajo escuchar tu voz.

Libérame y escucha mi voz que te llama.Libérame y sácame de mi Egipto.Libérame y abre mis ojos para buscarte.Libérame y tiéndeme tu mano fuerte.Libérame y condúceme a tu desierto, Señor.

En tu desierto, Señor, quiero vivir de otra cosa que no es pan.En tu desierto, Señor, quiero ser fiel a tu Palabra.En tu desierto, Señor, quiero caminar dándote la mano.

En tu desierto, Señor, quiero dar frutos y hacer que de mí manen amor y misericordia.

En tu desierto, Señor, sé que encontraré tu Vida, sé que encontraré mi vida.

Entraré en tu desierto, Señor.Me despojaré de todo lo que me oprime.

Dejaré que me hables y me seduzcas.Porque quiero hacerme fuerte en ti.

Porque quiero en tu desierto, Señor,tener las manos disponibles

para abrazar tu Cruz.

Susana López

En tu desierto, Señor María, llévanos tú de la mano

Todos nos quedamos maravillados en una noche estrellada, en un amanecer o atardecer, en un paisaje natural lleno de vida…

También es cierto que cuando algo sobrepasa nuestras capacidades quedamos atónitos, sin poder explicarlo o manifestarlo verbalmente, y, si lo hacemos, lo hacemos “más o menos”.

Pero en nuestro mundo, nos hemos acostumbrado a no ver esas “pequeñas maravillas” y hemos pasado a fijarnos en milagros que pasen las líneas de lo meramente natural; queremos lo espectacular, queremos actos de magia, un atardecer o una noche estrellada ya no nos dice nada.

¡Cuándo seremos capaces de saber que la maravilla del amor de Dios, su rostro transfigurado, se muestra en esas personas que saben decir siempre sí ante los retos actuales del cristianismo!

Ahora mismo debemos hacernos la pregunta de si realmente contemplando lo maravilloso del rostro de Cristo, me puedo quedar con una actitud sólo de contemplación o de mero espectador, queriendo hacer “mi tiendita” para sentirme cómodo y “bien” y no ver lo que significa el contemplar el rostro de Cristo y querer el compromiso de llevarle a los demás.

Francisco Sinovas

«Unos ocho días después de este discurso cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a la montaña a orar. Mientras ora ba, el aspecto de su rostro cambió, y sus vestidos refulgían de blancos. De pronto, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecieron resplandecientes y hablaban de su éxodo, que iba a completar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; pero se espabilaron, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras és tos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:

-Maestro, viene muy bien que estemos aquí nosotros; po dríamos hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

No sabía lo que decía. Mientras hablaba se formó una nube que los cubrió. Al entrar en la nube se asustaron. Y sa lió de la nube una voz que decía:

-Éste es mi Hijo, el Elegido. Escuchadlo.Cuando cesó la voz, Jesús estaba solo. Los discípulos guardaron el secreto y, por

el momento, no contaron a nadie lo que habían visto».Lc 9, 28-36

28 febrero 28 febrero

Segundo Domingo

Discernimiento

Para estar contigo,me libero de mi alforja (mis preocupaciones); me quito las gafas (mis visiones);olvido mi agenda (mis negocios);guardo la pluma en el bolsillo (mis planes); arrincono el reloj (mi horario);me despojo de mi ropa (mis ambiciones); me desprendo de mis joyas (mis vanidades); renuncio a mi anillo (mis compromisos);me quito los zapatos (mis ansias de huida); dejo, también, mis llaves (mi seguridad) para estar sólo contigo,el único verdadero Dios.

Y, después de estar contigo...

Tomo las llaves, para poder abrir tus puertas.Me calzo los zapatos, para andar por tus caminos. Me coloco el anillo, para comprometerme contigo. Me adorno con las joyas, para asistir a tu fiesta. Me visto la ropa, para salir a tu amplio mundo. Recupero mi reloj, para vivir al compás de tu tiempo. Cojo mi pluma, para escribir tus pensamientos. Recobro la agenda, para no olvidar tus citas conmigo, mis citas contigo, a lo que soy muy propenso.Me pongo las gafas, para poder ver el mundo a tu modo. Y cargo con mi alforja, para llevar y sembrar tus promesas.

1 marzo 2 marzoUn momento especial para Brasil…Nos encontramos con un país de 180 millones de habitantes,

donde 50 millones pasa hambre. Un país que después de 350 años de esclavitud continúa marginando a la población negra (más de la mitad del país) y continúan existiendo situaciones de esclavitud.

…Se encargaron bien de hacerles saber que ellos eran inferiores

durante la época colonial y dividieron el color de la piel en mil y una tonalidades, de manera que hay negros, pardos claros, pardos oscuros, morenos,... y así un millón. Todo para diferenciarlos de los blancos. Ahora, el trabajo de aquellos que luchan por la igualdad de razas, el mayor esfuerzo, lo ponen en devolver la autoestima a los descendientes afro. Una cosa que te impresiona mucho es que en las 7 u 8 telenovelas que cada día puedes ver, en ninguna sale ni un solo negro si no es para servir una mesa o ser chofer de una familia rica. No hay ni una teleno vela donde un negro se enamore de una negra, sea un amor imposible y después de 560 capítulos, termine con un beso de ellos dos en una playa y juntos para siempre...

De los indígenas, para qué vamos a hablar. El exterminio de pueblos ente ros se lleva a cabo cada vez que el hombre blanco, decide que

quiere una tierra para él porque allí hay algo que le interesa.El problema de los sin tierras, es otro junto con el debate de la reforma

agra ria. Consiste en la repartición de las tie rras, que ahora está en manos de lati fundistas y la mayoría de la gente que sólo quiere un trocito para

cultivar y dar de comer a su familia, no puede. Eso le está costando al Señor Lula, sudor y sangre.

Por un lado, la Iglesia está haciendo mucho en algunos aspectos. Así, la “pas-toral das crianzas” (niños) se ha extendi do por todo el país y hacen un trabajo maravilloso. Se encargan de formar agentes de salud dentro de las mismas comunidades para ayudar a las familias con la educación, la alimentación... de los niños. Les enseñan la medicación contra las diarreas (a hacer el suero casero), les enseñan el valor de los ali mentos, ayudan a las madres con la edu cación para adultos, control del niño sano, ...un montón de cosas. Lo mejor es que parte de las comunidades, así el trabajo se perpetua en el tiempo.

…Creo que Brasil está viviendo un momento especial y nosotros damos gra-cias a Dios por estar aquí para compartir lo con ellos.

Besos a todos y juntos en la oración.

Manolo y Paula, Laicos Misioneros en Brasil“Antena Misionera”

Para estar contigo

Ulibarri, Fl.

En cuaresma oramos cantando Escuchar…pero es sin huir de la sombra como mejor se puede apreciar la luz, anticipando

las posibilidades que ésta tiene… me gusta imaginar que un foco permite que me concentre en algo concreto para tomar decisiones sobre ello, por ejemplo,

cuando intuyo una vocación, una llamada de Dios. En estos momentos es importante retirarse a un lugar apartado y orar, esperando que se ilumine

nuestra vida, esperando que el pequeño foco de luz inicial se haga más y más grande hasta llenarlo todo de unidad y sentido. Pero antes será

necesario buscar la voluntad de Dios, con la clave fundamental de aprender a escuchar su voz y entender su lenguaje. Restaurar la

memoria en un intento de reconocer cómo Dios sale al paso de la vida, de aprender a distinguir su voz de otras voces parecidas,

de escuchar y entender a Dios. Y luego volver a casa sin “escandalizarse por las dificultades, por los rechazos, por las

tribulaciones y perseverar en el clima de la alabanza sabiendo que no se nos pide solucionar todos los problemas, sino ser

signo de una iniciativa gratuita, fiel, poderosa, paciente, exigente y misericordiosa”… al llegar, podremos estrechar

la cruz con nuestros brazos y con mayor libertad…

3 marzo 4 marzo

Tuyo soyYo no soy nada y del polvo nací,pero tú me amas y moriste por mí.Ante la cruz sólo puedo exclamar: “Tuyo soy, tuyo soy”.

Toma mis manos, te pido,toma mis labios, te amo,toma mi vida, oh Padre, tuyo soy, tuyo soy.

Cuando de rodillas te miro, oh Jesús,veo tu grandeza y mi pequeñez.¿Qué puedo darte yo? sólo mi ser.Tuyo soy, tuyo soy.

OraciónSeñor, “toma mis manos,”

haz que se liberen de todas sus ataduras,haz que dejen de ser algo inútil;

vuélvelas generosas, que sean unas manos que acogen,

unas manos que abrazan la cruz.

Señor, “toma mis labios,” que dejen de pronunciar falsas promesas

y que de ellos surjan palabras de vida.

Señor, “toma mi vida,” es todo lo que te puedo ofrecer:

la pongo en tus manos.

Señor, desde lo profundo de mi corazónsólo puedo gritar que soy tuyo,

que soy tu hijo y que Tú eres mi Padre en quien confío.

Amén.

Verónica Pinilla

OraciónSeñor Jesús, no he reparado

siempre en el riesgo que supone seguirte en la entrega de la fe, la intemperie que produce, la sensación de desasimiento y, muchas veces, de soledad ante la misión del Reino. Sin embargo, llamaste a algunos para la aventura de subir contigo a la montaña sin saber a dónde ibais. Jesús, el riesgo me hace dudar, aunque también me motiva.

No me importa que el viento sea contrario, no me preocupa que la montaña sea alta, porque sé que tú estás ahí y eso me basta...

Roberto Freire

Carta de María a un jovenQuerido hijo:Dios, tu padre, me pide que te escriba unas líneas. Está preocupado porque te ve

demasiado obsesionado por conseguir las cosas que te ofrece la sociedad y pasas de Él. El mundo te dice que hay que mirar las cosas desde arriba, porque sólo el que tiene dinero, fama y poder es feliz. Sin embargo, Él quiere que te recuerde que mi Hijo, tu hermano Jesús, nació acá abajo, entre la gente sencilla, humilde y pobre, y desde abajo comenzó a construir el Reino de Dios con la única fuerza del amor.

Vuélvete hacia Dios, lo necesitas; tienes que hablarle, escucharle, sentirte cerca de Él en la oración. Ya verás: Él no defrauda nunca. Te hará comprender que, cuanto más te olvides de ti mismo y vivas para los demás, más feliz serás, porque

estarás más lleno de Él. Te olvidarás de las cosas que la sociedad de consumo te ofrece y, cuando tengas que usarlas, lo harás sin rendirles el corazón,

porque tu corazón le pertenece a otro y tu tesoro está lleno de otra clase de riquezas. Sentirás que tu vida se llena de sentido. Trabajarás por hacer un

mundo mejor hasta consumir tus fuerzas. Y al final, cuando veas que la labor te sobrepasa, entenderás que estás trabajando en la obra de Dios,

y que tú sólo eres un obrero en ella, incapaz de entenderla del todo y de terminarla por completo, pero seguro de que algún día se

acabará gracias al esfuerzo de otra mucha gente, que como tú, decidió hacer caso a Dios y hacer lo que Él les pedía.

El camino es difícil, pero no es imposible. Te lo digo yo, que lo seguí la primera. Me dirás yo lo tuve fácil por ser

la Madre de Jesús. No es cierto: yo también tuve que buscar constantemente la voluntad de Dios. Desde

que le dije que sí, anduve en búsqueda y en inquietud constantes. A mí también me costó

aprender a ver las cosas desde Dios. Me costó reconocer a su Hijo en el pesebre y, sobre todo, en la cruz. Hasta que comprendí que el arma de Dios es el amor y que no hay mayor amor que dar la vida por los demás.

Hijo, hazme caso. Verás cómo así es como realmente se es feliz. Un beso.

María, tu madre.

Misión Joven, Adaptación de fr. Juan C. Blanco.

5 marzo 6 marzo

En una nube, SeñorEstoy aquí, Señor, cerca de ti, pero no te veo.Estoy aquí, Señor, a tu lado, pero no te pienso.Estoy aquí, Señor, casi tocándote, pero no te siento.Estoy aquí, en una nube, Señor.

Y es que me recorre un escalofrío;es que estoy lleno de incertidumbre;es que me asusto y no sé que hacer;porque no sé dónde estás, no sé cómo encontrarte,porque no sé quién eres ni de qué modo buscarte.

Quizá no te escuche, Quizá no descifre tus señales;Quizá me parezca todo tan difícil…Quizá no quiera verte, pensarte ni sentirte…Quizá esté a gusto aquí, en una nube, Señor.

En la nube, Señor, dame claridad para caminar firme en tiy reconocer tus signos.En la nube, Señor, dame valor para afrontar lo que cada díapones en mi paso.En la nube, Señor, dame entrega para alabarte y hacerte vida en mi vida.En la nube, Señor, dame decisión, para abrir mis manos a tu Cruz.

Susana López

Hoy Cristo desenmascara una preocupación presente en muchos hombres de nuestro tiempo. Y es la preocupación de pensar que los sufrimientos de la vida tienen que ver con la amistad o enemistad con Dios. Cuando todo va bien y no hay grandes angustias o desconsuelos, creemos que estamos en paz y amistad con Dios. Y puede ser que realmente no suframos grandes ahogos y a la vez estemos con Dios, pero Cristo nos muestra que no es así la forma de verlo.

¿Acaso los miles de personas que mueren en los atentados padecieron de esa forma porque eran más pecadores que nosotros? Por supuesto que no, pues Dios no es un legislador injusto que castiga a quienes pecan. Mejor es preocuparnos por nuestra propia conversión y dejar de juzgar a los demás por lo que les pasa en la vida: Que si este vecino se fue a la bancarrota porque no daba limosna o que si al otro se le dividió la familia porque no iba a misa o al de más allá se le murió un hijo porque decía blasfemias. Dejemos de calcular cómo están los demás ante Dios e interesémonos más por nuestra propia conversión. Los acontecimientos dolorosos de la vida no son la clave para ver la relación de Dios con nuestro prójimo. Por ello, dirijamos hacia Dios nuestra vida y preocupémonos más por nuestra propia conversión.

Francisco Sinovas

«En aquel momento se presentaron algunos a contar a Je sús que Pilato había mezclado la sangre de unos galileos con la de las víctimas que ofrecían. Jesús les contestó:

-¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los de más, porque acabaron así? Os digo que no; y si no os enmen dáis, todos vosotros pereceréis también. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os enmendáis, todos vosotros pereceréis también.

Y añadió esta parábola:Un hombre tenía una higuera plantada en su viña, fue a buscar higos y no

encontró. Entonces dijo al viñador:-Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta hi guera y no lo

encuentro. Córtala. ¿Para qué, además, va a es quilmar el terreno?Pero el viñador le contestó:

-Señor, déjala todavía este año; entretanto, yo cavaré y le echaré estiércol; si en adelante diera fruto..., si

no, la cortas».Lc 13, 1-9

7 marzo 7 marzoTercer Domingo

¡Danos otra oportunidad!¡Danos, Señor, otra oportunidad!,otra posibilidad de convertirnos, otra ocasión de empezar de nuevo.Ya sé que hay días en que tienes motivos para desesperar de nuestra tierra. Hace ya veinte siglos que tu Palabra se hizo carne:¡veinte siglos en los que no has dejado de gritamos: «Convertíos y creed la Buena Noticia»!

Y nosotros seguimos agrediéndonos y haciéndonos sufrir mutuamente, inventando armas cada vez más perfectas para matarnos unos a otros, explotando las riquezas de la tierra sin ser capaces de compartirlas, dejando que millones de seres humanos mueran de hambre, ignorando la soledad de nuestro vecino...

Más de veinte siglos llevas tú enviando a cada generaciónprofetas que griten en nuestro desierto: «¡Dad frutos que den fe de vuestra conversión!». Y nada parece cambiar bajo el sol...

Sé muy bien, Señor, que tendrías razones de sobra para impacientarte y montar en cólera...

Pero escucha el clamor de tu Hijo Jesús, la oración de todos los santos, los de ayer y los de hoy, que te piden una nueva oportunidad para salvar a nuestra pobre tierra:¡Padre, tú que eres lento a la cólera y rico en amor, ten piedad de tu pueblo; sé paciente un año más!

M. Hubaut: Orar las parábolas, Sal Terrae p.117

8 marzo 9 marzoUn sacerdote con los enfermosTreinta años de amistad y de fe

compartida me unen a las gentes que viven y se comprometen en la Frater. Mi vocación primero, y mi sacerdocio después, han estado vinculados a los proyectos y actividades concretas de este movimiento evangelizador que trata de vivir la fe comprometido con el mundo del dolor y del sufrimiento humano, que encierra la experiencia de enfermedad o limitación física...

La gente de la Frater somos personas afectadas por graves limitaciones físicas, o por graves enfermedades crónicas que condicionan terriblemente los más mínimos detalles de la existencia. Somos gentes que dan la cara a la muerte: contagiados, no por las muchas y diversas enfermedades con las que nos hemos acostumbrado a funcionar, sino por la fuerza del amor, la fuerza de la fragilidad..., que brota de los que viven, sufren y gozan con fe.

En la Fraternidad aprendemos a sufrir y a curar, a llorar con serenidad y esperanza, a morir un poco cada día, sin amargura ni desesperación; y sobre todo a vivir con dignidad, en pie, con la camilla a cuestas (Mt 9, 6), pero en camino. Una alegría misteriosa hace fuerte nuestra debilidad y nos conduce a intuir que la misericordia y el amor llenan la tierra de hermosas posibilidades, de justicia y de salud. La Fraternidad nos hace, también, un poco profetas, para gritar frente a la injusticia y la arrogancia de los fuertes y los poderosos, frente al dolor y la marginación de una espiritualidad superficial y cómoda: el dolor y el sufrimiento humano no es querido por Dios, y sólo puede ser cristiano en la medida en que se sufre como consecuencia de una opción que, por amor, te lleva a asumir la suerte de tu hermano, la persecución o la muerte, siguiendo las huellas de Cristo, que pasó por la Cruz por amor a los pobres. La expresión: Es la voluntad de Dios, utilizada como recurso fácil frente a la enfermedad incurable o la discapacidad física, a poco que se tenga sentido común y sensibilidad bíblica, será utilizada para apuntar precisamente todo lo contrario: es voluntad de Dios que el hombre sea feliz, que se realice plenamente, que luche contra el mal, que acompañe solidariamente a los que sufren, con sagrado silencio, con respeto al dolor de las personas y al misterio de la fragilidad humana.

Jose María Marín Sevilla “Alfa y Omega”

EsperanzaCuando todo parece perdido, Dios está presente. La cuaresma es un

tiempo bonito que nos ayuda a renovar la esperanza y para ello recibimos la herramienta de la austeridad, de la sencillez, de la libertad de tantos y tantos condicionantes que se apoderan de nuestras vidas hasta secarnos. A veces nos quedamos tan secos que nos morimos. En otras ocasiones, alguien está dispuesto a interceder por nosotros, a cavar a nuestro alrededor, a sanar nuestras raíces, a echarnos una mano y hacer que demos nuestro mejor fruto… Es una suerte vivir así, porque la aparente inutilidad de las cosas, la aparente inutilidad de los tiempos sin flores ni frutos, esconde una vida hasta el último instante y, aún después de muerto, un tronco seco puede hacer una buena lumbre que ilumine y dé calor a todos los de casa. La cruz de Jesús también estaba hecha de un tronco seco, inútil, dispuesto para un abrazo de amor definitivo entre ambos, Jesús y el tronco seco, el abrazo de dar la vida y de producir una esperanza que no se ha terminado y que sostiene a cuantos caminamos en esta vida.

10 marzo 11 marzoHay cruces como «de temporada»...cruces de Adviento, cruces de Cuaresma, cruces de Semana Santa, cruces de entierro y funeral, cruces de ayuno y abstinencia, cruces de ante-examen, cruces de Casa de Ejercicios, cruces de «Campaña en favor de...», cruces de... No me fío mucho de esas cruces.

OraciónSeñor, si hay algo que tengo claro en mi vida,es que quiero seguirte. Pero he de reconocer que muchas veces el camino no es fácil: Necesito que me recuerden varias veces durante las cuatro semanas de Adviento que estás por llegar...Necesito que me ayuden a ser consciente de que seguirte implica pasar cuarenta días de desierto como tú hiciste...Necesito que me laven los pies, que me preparen un trozo de madera con el que parezca que estoy abrazando tu cruz, necesito música y fiesta para sentir la verdadera alegría de tu Resurrección...Necesito que me inviten “a no cenar” una noche para concienciarme de que muchos de tus hijos siguen muriendo de hambre...Necesito vivir un gran problema para darme cuenta de que un examen no es el fin del mundo...Necesito que hagan unas convivencias para poder hacer un hueco y encontrarme contigo...Haz, Señor, que todo esto no se convierta en cruces de desconfianza. Que sea capaz de esperarte con mi corazón y mis manos rebosantes de ESPERANZA,que sea capaz de salir a tu encuentro por mí mismo, sin que sea necesario que los demás me empujen a ello. Amén

Beatriz de León RuizVanesa López Gómez

OraciónCaminar hacia ti, Dios, es una experiencia única en la vida, aunque nos encontremos con momentos de

dificultad, porque puedo descubrir a tu lado que no hay nada, nada, nada, que pueda separarme

de tu amor. Siempre estás tú ahí, llamando constantemente, tendiendo tu mano

constantemente, abriendo tu corazón constantemente.

Padre Bueno, esto lo creo así y eso me da la certeza de que tú estás con nosotros, conmigo, y no hay nada tan fuerte que esté contra mí y me pueda derribar si estoy contigo.

Lo mejor de todo, lo mejor que me ha sucedido en la vida es el regalo de Cristo que tú me has dado, la fe en él, la pasión por él, el amor que me atrae irresistiblemente hacia él en este seguimiento emprendido.

“Pase lo que pase, que me pase contigo, Señor”. Un abrazo. Amén

Roberto Freire

Parábola de la mujer de los ojos clarosUna tarde, la Mujer se dirigió a la fuente, y el sendero por el que cada día caminaba,

se hizo estrecho y oscuro. Alguien, una extraña luz, le dijo que precisamente era aquel el verdadero camino que llevaba a la fuente.

- Pero ¿cómo? ¿Si yo no conozco este camino; si siempre marché por el otro?- Pero ahora no basta esa agua ni esa fuente; tu familia crecerá, y el agua de ese

pobre cántaro sólo llegaría a engañar su sed. Sigue este otro camino: allí descubrirás la Fuente que saciará a todos.

Y empezó a caminar. Y se hizo de noche. Y Ella, asustada, se puso a llorar, desesperada. Pero la extraña luz la iba guiando; y siguió... Hasta que un día, la extraña luz, que ya en algunas ocasiones pareció nublarse, se apagó. Ella no podía creer que la oscuridad reinara para siempre, y sentada al borde del camino, esperó... ¡Bien poco le quedaba ya en las alforjas! Ella lo guardó celosamente hasta que llegara de nuevo la luz. ¡Estaba segura de que regresaría!

Oyó unos pasos. Cargado con un fardo de miseria, venía un peregrino. Al pasar junto a ella, se detuvo y la miró. Los dos se unieron en su pobreza. Pero, mientras la Mujer esperaba lo que nunca dudó, el peregrino lloraba destrozado, porque aquel camino no le llevaba a ninguna parte. Su fardo de miseria era lo único que tenía y la esperanza, la última de sus pérdidas. De repente, la extraña luz que había iluminado el interior de la Mujer, volvió. Ahora inundaba su ser entero, y sus ojos, hasta entonces negros como el azabache, se hicieron resplandecientes como el mismo sol. El peregrino la miró, extasiado. Y en su pobre fardo, se obró el milagro: unas alforjas llenas y un cántaro que se iba llenando poco a poco del agua que salía del cántaro de la Mujer. Y la Mujer – ahora ya de los ojos claros – y el peregrino saciado, se unieron en el camino hacia la Fuente eterna.

Detrás de éste, llegaron más peregrinos. El cántaro de la Mujer no se acababa: todos bebían, entusiasmados con su agua. Aquellos ojos claros les guiaban y ellos seguían el camino oscuro en espera, como Ella, de la Fuente que no se agotaba. Los peregrinos

hablaban lenguas distintas y sus vestidos eran reflejo de los lugares lejanos de donde procedían. Pero allí, en el camino, siguiendo a la Mujer, todos se unieron,

pues todos tenían la misma esperanza: encontrar la Fuente. Y siguieron caminando, comiendo de la misma alforja, bebiendo del mismo

cántaro,... y la Mujer siempre delante, iluminando el camino con la luz de sus ojos claros.

Adaptación de fr. Juan C. Blanco de “Parábola de la mujer y el peregrino” Molins, M.ª v.,

María peregrina de la fe, pp. 69 – 71

12 marzo 13 marzoEn la espera, SeñorTantas veces, Señor, te hablo y te digo: “Aquí estoy”.Tantas veces, Señor, soy el primero en salir al pasocuando hablan de nosotros, los cristianos;tantas veces, Señor, intento seguirte desde mis circunstancias…

Pero miro a mi alrededor y veo que algo fallay pronto me desanimo; tardo poco en vencerme y en cubrir mi rostro;tardo poco en pensar que no soy capaz de cambiar nada,y que mi trabajo, mi esfuerzo por mostrarte a los otros, es escaso.

Quiero ser, Señor, como un niño,que mira con ilusión todo lo que le rodea,que arriesga por aquello en lo que cree,que camina con confianza si alguien le tiende la manoy que siempre, siempre, más o menos tiempo, sabe esperar.

Por eso, Señor: en la espera, conviérteme a la vida;en la espera, acaba con los límites que me desesperan;en la espera, ayúdame a desbordar esperanza;en la espera, Señor, quiero abrazar tu Cruz, esperanza de todos.

Susana López

Dejar la casa paterna significa mucho más que alejarse de un lugar en un momento determinado: significa negar la realidad espiritual de nuestra pertenencia a Dios. Cuando vamos a nuestro aire, hemos tenido la experiencia de que todo va de maravilla. No tenemos a nadie que nos diga lo que tenemos que hacer, contamos con los “amigos”, música, aventuras en tierras lejanas, etc. Pero puede ser que actuamos así porque no vemos que nos estamos engañando, que eso que vivimos no es real y que no nos está haciendo crecer como personas; no nos percatamos de que los fundamentos de nuestra vida no están en aquellos lugares lejanos, sino en nuestra casa paterna.

Nosotros también somos hijos pródigos cada vez que pedimos la herencia a Dios para alejarnos de Él. Somos hijos pródigos cada vez que buscamos el amor donde no podemos encontrarlo. No es fácil recorrer el camino de la vida sin la ayuda de un Padre que nos ame, nos comprenda y nos anime.

Uno de los grandes retos de la vida espiritual consiste precisamente en reconocernos pecadores delante de Dios y pedirle su misericordia. Porque la historia que hoy nos narra el evangelio no es una simple novela entre muchas otras. Es la historia de cada una de nuestras vidas llamadas a reconciliarnos con el Padre. Él nos espera con los brazos abiertos para darnos de nuevo su amor.

«Recaudadores v descreídos solían acercarse en masa para escucharlo. Los fariseos y los letrados lo criticaban diciendo:

-Ése acoge a descreídos y come con ellos (...). Entonces les propuso Jesús esta parábola:

Un hombre tenía dos hijos; el menor le dijo a su padre: -Padre, dame la parte de la fortuna que me toca.

El padre les repartió los bienes. No mucho después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo como un perdido. Cuando se lo había gastado todo, vino un hambre terrible en aquella tierra y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se puso al ser vicio de uno de los naturales de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos, pues na die le daba de comer. Recapacitando entonces, se dijo:

-Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundan cia, mientras yo estoy aquí muriéndome de hambre. Voy a volver a casa de mi padre y le voy a decir: “Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros”.

Entonces se puso en camino para casa de su padre. Su pa dre lo vio de lejos y se enterneció; salió corriendo, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. El hijo empezó:

-Padre, he ofendido a Dios y te he ofendido a ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo.

Pero el padre les mandó a los criados:-Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un ani llo en el dedo y

sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío se ha bía muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y se le ha en contrado.

Y empezaron el banquete.El hijo mayor estaba en el campo. A la vuelta, cerca ya de la casa, oyó la música y

el baile; llamó a uno de los mozos y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó:-Ha vuelto tu hermano, y tu padre ha mandado matar el ternero cebado, porque

ha recobrado a su hijo sano y salvo.Él se indignó y se negó a entrar; pero el padre salió e in tentó persuadirlo. El hijo

replicó:-Mira: a mí, en tantos años como te sirvo sin desobedecer nunca una orden tuya,

jamás me has dado un cabrito para comérmelo con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, matas para él el ternero cebado.

El padre le respondió:-Hijo mío ¡si tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo! Además, había que

hacer fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo se había muerto y ha vuelto a vivir, se había perdido y lo hemos encontrado».

Lc 15, 1-3, 11-32

14 marzo 14 marzo

Misericordia

Cuarto Domingo

Francisco Sinovas

Tantos años trabajando en tu hacienda,conversando contigo y comiendo a tu mesa

como uno más de la familia, y no sé nada de ti.

No conozco los surcos de tu rostro ni recuerdo el timbre de tu voz.

No sé todavía el color de tus ojosni he aprendido el ritmo de tu corazón. ¡Ay!

Eres todavía como un recién llegado siendo tan cotidiano y tan cercano.

Tan nuevo y sin estrenarcomo si hubiera estrechado por primera vez,

hoy, tu mano,cuando he sentido

la pasión turbadora y serena, ahora mismo, de tu compañía.

Tantos años trabajando en tu hacienda y comiendo a tu mesa,

y eres nuevo todavía para mí, Dios mío.

Loidi, P.

15 marzo 16 marzoLas dos vidas de AndrésAndrés Pineda tiene 18 años y ya ha vivido dos vidas, por lo menos. Niño de

la calle en Co lombia, la primera acabó a los 11 años, con más errores y aventuras que muchas otras vi das. Entonces su suerte cam bió y su voluntad hizo el resto. “Las primeras imágenes de mi infancia están relacionadas con el maltrato que nos daba mi padre”, ha explicado duran te una breve visita a Madrid. “Mi padre era alcohólico. Golpeaba a mi madre y más de una vez a nosotros, los ocho hijos. Tres de los chicos, con Iván al frente, decidi mos desafiarlo huyendo de ca sa”. Andrés tenía 5 años.

“En la calle no hay más oportunidad que sobrevivir”, recuerda. Pedían limosna o ro baban, y él, el más pequeño, se limitaba a ayudar. Iván, ade más, le enseñó a leer. “Me mar có la actitud de la sociedad. Conocí los dos extremos: la gente solidaria y los que nos consideraban escoria”.

Los enemigos de los niños eran los adalides de la limpieza social. “Buscaban liquidarnos. La policía, con la aprobación del vecindario, hacía redadas y nos llevaba a naves alejadas. Nos ordenaban que nos quitá ramos la ropa y nos lanzaban agua con mangueras a presión. Luego nos soltaban en cual quier descampado”.

Un policía los detuvo, Iván escapó y Andrés pasó a depen der de Bienestar Social. Tal como le había alecciona do su hermano, Andrés se cam bió el nombre y solicitó depen der de una organización que trata de sacar adelante a chava les de la calle, Paz y Coopera ción, ahora conocida como Ni ños de Papel.

“En Niños de Papel he en contrado afecto, ésta es mi fa milia”. Vive en la casa que aco ge a los chicos mayores y está a punto de salir de la institución. “Dentro de seis meses obten dré la independencia”, dice. Su próxima cita será matricularse en la colombiana Universidad Industrial de Santander.

Inmaculada de la Fuente

De nuevo hoy por primera vez

Misericordia

La cuaresma nos invita a reflexionar sobre el bien que a todos nos hace en la vida un gesto de misericordia, misericordia como actores o misericordia contemplada como espectadores, pero sólo con el tiempo te das cuenta de que son así las cosas… sostener una mano, escuchar a un amigo o a un enemigo, querer y dejarse querer... En el entierro de un sacerdote diocesano de Zamora escuché decir a una de sus catequistas: “gracias, Félix, siempre amigo de tus amigos y de tus enemigos”. Cuánta misericordia contenida en tan pocas palabras. Pero sólo con el tiempo te das cuenta de que las cosas son así. La cuaresma nos invita a reflexionar sobre nuestros sentimientos de misericordia tantas veces ocultada en nombre de la justicia, como si no tuviéramos derecho a sentir. La cuaresma nos invita a no apresurarla o forzarla, porque no podemos dar nada que no tengamos primero. Pero sólo con el tiempo te das cuenta de que así son las cosas.

17 marzo 18 marzoPadre, vuelvo a tiQuerido Padre, cansado vuelvo a ti;haz que conozca el don de tu amistadvivir por siempre el gozo del perdóny en tu presencia tu fiesta celebrar.Pongo en tus manos mis culpas, oh Señor,estoy seguro de que eres siempre fiel;dame la fuerza para poder andarbuscando en todo hacer tu voluntad.

Padre, yo busco tu amor;Padre, vuelvo a ti.Mira que tu hijo soy,Padre vuelvo a ti.

Lo reconozco, a veces olvidéque eres mi Padre y que a mi lado estás,que soy tu hijo y me aceptas como soy;sólo me pides: “vive en sinceridad”.Quiero sentirte cercano a mí, Señor;oír tu voz que me habla al corazón;sentirme libre desde tu libertad,ser signo vivo de la fraternidad.

OraciónPadre, es verdad que yo busco tu amor pero...¿Cuántas veces olvido que estás a mi lado?¿Cuántas veces olvido que me aceptas como soy?¿Cuántas veces olvido que eres mi Padre?¿Cuántas veces olvido que soy tu hijo?¿Cuántas veces prefiero la comodidad de mi vida?¿Cuántas veces prefiero vivir sin la sinceridad que Tú me pides?¿Cuántas veces prefiero afirmar que estoy cansado?¿Cuántas veces prefiero no escuchar tu voz?A veces, mis olvidos y mis preferencias hacen que mi vida resulte vacía, por eso, Padre, hoy vuelvo a Ti. Acógeme y dame fuerza para seguir caminando.Ayúdame a hacer tu voluntad y a ser fiel a tu Palabra. Amén

Verónica Pinilla

OraciónHoy, a la puerta del colegio que hay al lado de casa he presenciado un encuentro. He

visto a un niño que se reencontraba con sus padres. Venían de un largo viaje, venían de adoptar a un hermano para su hijo y al verlos soltó su cartera y se lanzó a su encuentro sin fijarse en las escaleras, sus padres soltaron sus abrigos e hicieron lo mismo sin importarles nada… Así de libre quiero ir yo a tu encuentro, Dios mío, en esta cuaresma, libre y dispuesto para el abrazo de la más grande experiencia de la vida, para el abrazo de tu misericordia. Se me encoge el corazón sólo de pensarlo y, sencillamente, sólo puedo decir que eres lo más importante que me ha pasado en la vida. Amén

Roberto Freire

En cuaresma oramos cantando

Un sí como el de María

El sí de María es:Un sí permanente: pues dijo sí

y nunca se volvió a atrás.Un sí gozoso, dicho en positivo, no contrariado, ni angustiado.

Un sí gratUito, pues nada pide a cambio.Un sí hUmilde, no desde la autosuficiencia,

sino desde la pequeñez y la pobreza.Un sí libre, dicho desde la lucidez y el amor,

y no desde el miedo o la imposición.Un sí responsable, bien consciente,

bien pensado y decidido, aceptando las consecuencias.

Un sí confiado, porque pone su fuerza en Dios.Un sí creyente, fruto de la fe; un sí al misterio.

Un sí enamorado, como el de una novia, porque Dios es todo su amor.

Un sí maternal, con entrañas y anhelo de madre, abierto a la ternura y la misericordia.

Un sí de plenitUd, porque no es el sí de una persona sino el sí de todas las personas:

el sí de todos los pobres de Dios, los que sólo confían en Él,

los que todo lo esperan de Él; el sí de todos los creyentes,

el sí de todos los profetas que obedecen y se entregan y cantan al mundo nuevo,

el sí de todos los mártires que ponen su vida en Dios hasta el fin.

Un sí entregado, pues pone toda su vida en manos del Padre.Un sí reparador, por todos los “noes” pronunciados,

por todas las rupturas con Dios.María, ayúdanos a decir sí.

MISIÓN JOVEN,Adaptación de fr. Juan C. Blanco

19 marzo 20 marzoEn tu casa, SeñorPadre, no dejo de pedirte cuentas y me largo de tu casa.Padre, no dejo de abandonarte y malgastar tu riqueza.Padre, no dejo de buscar “dependencias” que cumplen sólo con mi ley.

Y Tú lo acoges con cariño y sin protestas.Y Tú esperas con ternura porque soy hijo tuyo.Y Tú me muestras con alegría tu única ley.Y Tú, Padre mío, derrochas en mí misericordia.

Me levantaré, mi Dios, no te dejaré.Me levantaré, mi Dios, quiero renacer.Me levantaré, mi Dios, estaré contigo.Me levantaré, mi Dios, volveré a ti.

Porque en tu casa, Señor, me aceptas como soy.Porque en tu casa, Señor, me amas sin límites.Porque en tu casa, Señor, me llamas hijo.Porque en tu casa, Señor, abres tus brazos y me acoges con bondad.

Susana López

La verdadera grandeza es poder decir: “Yo te acojo”; y en esta escena se encuentra el contraste entre el frío ejecutor de la ley –en el cual podemos identificarnos nosotros, los hombres-, y el verdadero ofendido, que es Dios, el Señor de todo...

Hagamos de esta escena una cuestión personal. ¿Sé amar olvidando los errores de los demás? ¿Soy capaz de acoger incondicionalmente y perdonar? ¿Ocurre que pido a Dios que me acoja siempre, pero soy incapaz de acoger a los que viven en mi entorno?

Jesús se hace cargo de nuestros pecados, de nuestras intransigencias, de nuestra inconstancia. Lo hace sin abrir la boca, como un cordero llevado al matadero. ¡Cuántas veces nos convertimos en jueces, pensando que podemos lanzar la primera piedra sobre las debilidades de los que nos rodean, olvidando las veces que Jesús nos ha dicho al oído: “Ve y no peques más”!

Francisco Sinovas

«Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se pre sentó de nuevo en el templo; acudió el pueblo en masa; él se sentó y se puso a enseñarles. Los letrados y fariseos le traje ron a una mujer sorprendida en adulterio, la pusieron en me dio y le preguntaron:

-Maestro, a esta mujer le han sorprendido en flagrante adulterio; la Ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlte ras; tú ¿qué dices?

Le preguntaban esto con mala idea, para tener de qué acu sarlo. Jesús se inclinó y se puso a hacer dibujos con el dedo en el suelo.

Como insistían en la pregunta, se incorporó y les dijo:-A ver, el que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.Volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra.Al oír aquello se fueron saliendo uno a uno, empezando

por los más viejos, y él se quedó solo con la mujer, que seguía allí delante. Se incorporó y le preguntó:

-¿Dónde están los otros? ¿Ninguno te ha condenado?Contestó ella:-Ninguno, Señor:Jesús le dijo:-Pues tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuel vas

a pecar».

Jn 8, 1-11

21 marzo 21 marzo

Quinto Domingo

Acogida

Tus dibujos en el sueloTus dibujos en el suelohan tenido un efecto sorprendente:el círculo moralista y acusador se ha roto y, a solas contigo, por primera vez,me he sentido libre.

Tus dibujos en el suelohan sido el primer espejo no engañoso que me ha hecho ver mi rostro triste, mi ser pobre y vacilante,mis miedos de siempre.

Tus dibujos en el suelohan creado un silencio penetrante, pues han puesto al descubiertola trágica parodia que vivimos cuando nos creemos diferentes.

Tus dibujos en el suelome han devuelto la dignidad perdida, cuando tu dedo suave y firme,con el polvo de siempre y mis lágrimas perdidas, ha plasmado mi nuevo rostro sonriente.

Después te has incorporado, serenamente has mirado mis ojos, me has besado como nadiey has dicho al aire: Vete y vive; ya sabes. Y yo no me he atrevido a abrazarte.

Pero llevo tus dibujos del suelo tatuados en mi piel para siempre.

Ulibarri, Fl.

22 marzo 23 marzoEn busca de una oportunidad

Sentada en un banco del pa tio de la escuela de hostelería, Hind, de 25 años, espera su turno para ser entrevistada por una empresa española de restauración. “¿Que por qué me quiero ir a España?”. “Tengo un empleo en Marraquech, en una escue la de hostelería, en el que gano 225 euros mensuales y pago 90 de alquiler. Me gustaría matri cularme en la filial marroquí de una escuela de turismo fran cesa, pero cuesta 4.500 euros. Es un sueño inalcanzable”.

Hanane, de 30 años, en el límite de edad para ser contrata da, ha renunciado a un empleo de teleoperadora en Rabat, con una nómina de 315 euros, para poder acudir a la entrevista de trabajo. “Aceptar ese puesto conllevaba empezar siguiendo asiduamente una formación y no podía ausentarme ni unas horas”, afirma. “He preferido venir aquí, aun arriesgándome a volver al paro si no apruebo”.

“No sólo estamos aquí por que aspiramos a un sueldo co rrecto”, resalta Mohamed, de 26 años, cocinero en un restau rante oriental de Rabat. “Yo he venido porque estoy harto de trabajar 13 horas al día y siete días a la semana, sin apenas va caciones, por tan solo 162 eu ros.

Hind quiere aprender ges tión, pero otros jóvenes esperan ser contratados para poder ma tricularse en una universidad es pañola, aunque sea a distancia...

Cruzar el Estrecho será, para los jóvenes aprobados, iniciar una nueva vida. “Estamos espe ranzados pero también asusta dos”, reconoce Hanane quien, como la mayoría de los candida tos, nunca ha salido de Marrue cos e ignora casi todo del veci no pese a que habla correcta mente el castellano. Aunque só lo sea de oídas, Francia es el país que mejor conocen.

¿Sabe que los españoles, a juzgar por los sondeos de opi nión, tienen mal concepto de los marroquíes? “No me diga”, responde Hind. “Habrá que de mostrarles que están equivoca dos”, subraya Hanane, y todos los demás aspirantes a emigrar secundan su respuesta.

Ignacio Cembrero

AcogidaEstamos al final de la cuaresma y tenemos delante de nosotros una escena

inigualable. Jesús escribe en la arena del suelo mientras escucha acusaciones, insultos y amenazas.. No hace gran cosa, no discute, no juzga ni a los acusadores ni a la mujer, no señala a nadie, sencillamente escribe en la arena del suelo. El Evangelio deja la escena abierta y se me antoja que la mujer se levanta en un gesto de dignidad recuperada, con el miedo a ser mirada por todos disipado, con la cabeza erguida y el corazón ensanchado por las palabras escuchadas: “tampoco yo te condeno”. La cuaresma nos invita a hacer este ejercicio de libertad personal y común que nos hace crecer como individuos y como iglesia: “tampoco yo te condeno”. Y la escena me recuerda aquellas palabras de Francisco de Asís: “que no haya en el mundo hermano que, por mucho que hubiere pecado, se aleje jamás de ti después de haber contemplado tus ojos sin haber obtenido tu misericordia, si es que la busca. Y, si no busca misericordia, pregúntale tú si la quiere…”

24 marzo 25 marzoHay cruces que te «atrapan»…

te atrapa la droga,te atrapa el placer,te atrapa la pasión, te atrapa el dinero, te atrapa el juego, te atrapa el falso amor, te atrapa la envidia, le atrapa el poder, te atrapa la famate atrapan... Huyo de este tipo de cruces.

OraciónCuando miro a Francisco de Asís

en ese cuadro que está abrazándote, Jesús, en la cruz, siento que es un gesto ¡tan humano por parte de ambos en un trance tan complicado!

...Gracias, Jesús por este gesto tan humano, tan carnal, tan fraterno… Señor, en este camino de seguirte sé que hay muchas ocasiones que tampoco yo tendré dónde reclinar la cabeza, pero sé también, Jesús, que podré ir a los brazos de nuestro Padre y allí depositar mis pensamientos y pensarlos de nuevo sin máscaras, sin justificaciones, sin prisas y sin temores… Sólo así voy haciendo camino en este seguimiento que me has dado, sin detenerme demasiado, porque mi meta, mi morada definitiva está al final de la ruta… Tú, Padre, eres mi rumbo mejor; tú, Jesús, eres mi señal mejor; tú, Espíritu Santo, eres mi fuerza mejor para seguir adelante, desde el bautismo… Amén

Roberto Freire

OraciónSeñor, ayúdame a discernir lo que quieres para mi, a acoger el proyecto de vida que me tienes preparado:Que no necesite evadirme de la realidad con dosis equívocas de euforia,que sólo me llevan a caer en la más profunda depresión...Que no me ciegue con falsas pasiones, que sé que sólo me permiten disfrutar un instantey se esfuman sin darme más que un placer momentáneo...Que no me haga esclavo de creer que el dinero es lo más importante, el dueño absoluto de la vida y la felicidad del hombre...Que no caiga en el error de intentar manejar la vida de la gente, como si de un juego se tratarao de vivir como si mi propia vida fuera un simple juego de niños...Que no me obceque en buscar el Amor fuera de ti, ya que por mucho que lo intente, sólo en ti está el Amor verdadero...Que no busque compararme con los demás, sino que busque mi propia identidad y sepa conformarme y ser feliz con ella...Señor, dame la fuerza necesaria para huir de estas cruces y haz que sepa ACOGER tu plan para mi. Amén Beatriz de León Ruiz

Vanesa López Gómez

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre y, junto a ella, al discípulo que él tanto quería, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Después dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquel momento, el discípulo la acogió como suya (Cfr. Jn 19, 25–27).

Dame, Señor, la alegría de descubrir a tu madrey tomarla como mía.Dame, Señor, la alegría de estar a la espera de tu palabra. como lo estuvo ella.Dame, Señor, la finura de acoger y hacer vida tu palabra como tu madre la acogió y vivió.Dame, Señor,ojos de sorpresa para contemplar y descubrir tu presencia en la debilidad de la vida.Dame, Señor,fe para conocerte y servirte en la gente que me rodea.Dame, Señor, manos para acogerte y tratarteen mis amigos y amigascomo María te acogió y te abrazó a Ti.

26 marzo 27 marzoEn tus brazos, SeñorSé que muchas veces estrecho mis brazos a alguien sin demasiadas ganas.

Sé que muchas veces tenso mis brazos y no acojo a quien mandas en tu nombre.

Sé que muchas veces prefiero abrazarme a mí mismoy satisfacer mis necesidades no auténticas.

En mi corazón siento que así no te encuentro.En mi corazón siento que así no te muestro.

En mi corazón siento que así yo te condeno.En mi corazón siento que así yo me peco.

Desde lo más profundo, quiero abrir los ojos.Desde lo más profundo, quiero abrir mis manos.Desde lo más profundo, quiero abrir mi mente.

Desde lo más profundo, quiero abrir mi corazóny acogerte a ti, mi Dios.

En tus brazos, Señor, acógeme y enséñame.En tus brazos, Señor, acógeme y limpia mi culpa.

En tus brazos, Señor, acógeme y dame un corazón misericordioso.

Dame tus brazos, Señor, y ayúdame a levantarme.

Susana López

María de nazaret, Madre de la iglesia Delegación Diocesana de PJ del Arzobispado de Sevilla, p. 8

Junto a la Cruz con María

«Jesús iba hacia Jerusalén, marchando a la cabeza. Al acercarse a Betfágé y Betania, junto al monte que llaman de los Olivos, mandó a dos de sus discípulos diciéndoles:

-Id a esa aldea de enfrente: al entrar encontraréis un bo rrico atado en el que nadie se ha montado nunca. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué razón lo desatáis, contestadle que el Señor lo necesita.

Ellos fueron y encontraron lo que les había dicho. Mien tras desataban el borrico, los dueños les preguntaron:

-¿Por qué desatáis el borrico? Contestaron ellos:-El Señor lo necesita.Se lo llevaron a Jesús, aparejaron el burro con sus mantos y ayudaron a Jesús a

montarse. Según iba él avanzando, al fombraban el camino con los mantos. Cuando ya se acerca ba, en la bajada del monte de los Olivos, los discípulos en masa, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los milagros que habían visto, diciendo:

-¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Del cielo paz y a Dios gloria!De entre la gente, unos fariseos le dijeron: -Maestro, reprende a tus discípulos.Él replicó:-Os digo que si éstos se callan gritarán las piedras. Al acercarse y ver la ciudad, le dijo

llorando:-¡Si también tú comprendieras en este día lo que lleva a la paz! Pero no, no tienes

ojos para verlo. Y la prueba es que va a llegar un día en que tus enemigos te rodeen de trincheras, te sitien, aprieten el cerco, te arrasen con tus hijos dentro, y no dejen piedra sobre piedra, porque no reconociste la oportuni dad que Dios te daba».

Lc 19, 28-44

Ramos pacíficospara denunciar toda injusticia,

para combatir toda opresión,para borrar toda frontera,

para superar cuanto divide a los hombres,para propiciar el desarme...,

para ofrecer un perdón sin condiciones,para cantar al hombre nuevo,

para acercar a los que están lejos,para enseñar a compartir,

para enseñar a hablar en una misma lengua, para aprender a rezar juntos,

para ser testigo del amor,para perdonar todas las deudas y los intereses.

Señor, aquí me tienes, haz de mi un instrumento de tu paz y de tu amor. Amén

Cenar con los amigos, abrirles el corazón sin miedo,

lavarles los pies con mimo y respeto, hacerse pan tierno compartido y vino nuevo bebido.

Embriagarse de Dios, e invitar a todos a hacer lo mismo.

Visitar a los enfermos, cuidar a ancianos y niños, dar de comer a los hambrientos y de beber a los sedientos;

acoger a emigrantes y perdidos,e invitar a todos a hacer lo mismo.

Enseñar al que no sabe,dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que se equivoca.Consolar al triste,

tener paciencia con las flaquezas del prójimo. Pedir a Dios por amigos y enemigos,

e invitar a todos a hacer lo mismo.

Trabajar por la justicia, desvivirse en proyectos solidarios, superar las limosnas.

Amar hasta el extremo,e invitar a todos a hacer lo mismo.

Ofrecer un vaso de agua, brindar una palabra de consuelo, abrazar con todas nuestras fuerzas,denunciar leyes injustas,

salir de mi casa y círculo. Construir una ciudad para todos,

e invitar a todos a hacer lo mismo.

28 marzo 1 abrilDomingo de Ramos

Un gesto solo, uno solo, desborda tu amor,que se nos ofrece como manantial de vida. Si nos dejamos alcanzar y lavar,todos quedamos limpios, como niños recién bañados, para descansar en su regazo, ¡Lávame, Señor! ¡Lávanos, Señor!

Cfr. Ulibarri, FI.

Juevessanto

Viernes santo

Sábado santoEn tus manosDentro de tu grito en la cruz caben todos nuestros gritos, desde el primer llanto del niño hasta el último quejido del moribundo.

Desde tu grito lanzado al cielo encomiendan su vida en las manos del Padre todos los que se sienten abandonadosen un misterio incomprensible.

Desde el desconcierto lanzado como quejade los que experimentaron tu amor alguna vez pero se sienten abandonados ahora,y sólo en la lucha contigo esperan su salida, desde todas las noches del espíritu,llega hasta tus manos de Padre nuestro grito.

En este grito tuyo último,dolor de hombre y dolor de Dios, inclinamos agotados la cabezay te entregamos el espíritu,cuando llegamos a nuestros límites,donde se extinguen los esfuerzos y los días y donde empezamos a resucitar contigo.

Benjamín Glz. Buelta, “La transparencia del barro”, p. 38

2 abril 3 abril

Estamos, casi sin darnos cuenta, como al inicio de la Cuaresma... de nuevo llevados al desierto, al silencio, a la aparente inutilidad y fracaso de todo lo prometido. Llevados al desierto a examinarnos de lo más importante, de lo único –a fin de cuentas- más importante: llevados al desierto a examinarnos en el amor.

Jesús, abrazado al árbol de la cruz, muere por amor a los hombres: el grano de trigo ha muerto y está sepultado en el seno de la tierra... para así producir abundante fruto.

Y yo ¿es el amor mi asignatura pendiente? ¿me quiero?¿quiero a los demás como a mi mismo?¿quiero a Dios por encima de todas las cosas? Hoy entro en el desierto para releer tu Pasión y dejarme interpelar por tus palabras, por tus gestos, por tus silencios...

Señor, en este Sábado Santo, llévame de la mano al desiertoy, de nuevo, acompaña mi sequedad, mi aridez, mis deseos... y abrazado a tu cruz muéstrame la riqueza infinita de ser pobre y crucificado, dame vida según tu Palabra, prepárame por dentro y por fueray haz que llegue a esta Noche Santa dispuesto a celebrar la Vidadespués de haber atravesado, contigo, este desierto que me acerca tanto a tiy me fortalece tanto a mi. Amén

Landi Alpefegu

En este Domingo-el más importante del año-gritamos alegres ¡Aleluya!Dios abraza a la humanidad entera desde la pasión inmensa que siente por nosotros.

¡El Señor ha Resucitado! ¡Aleluya!

Todas nuestras manos vacías, todas nuestras manos sucias, todas nuestras manos cansadas, todas nuestras manos llenas de cosas, todas nuestras manos amenazantes, todas nuestras manos... por la Resurrección del Señor quedan liberadas para abrazar con todas las fuerzas.

¡El Señor ha Resucitado! ¡Aleluya!

Hoy la Iglesia se engalana con sus mejores ropajes, inundada por tan inmensa Luz; hoy los creyentes sentimos y celebramos que la vida vence todas las sombras de muerte, que la Resurrección es esperanza para todos.

¡El Señor ha Resucitado! ¡Aleluya!

Hoy con Jesús, el Cristo, todos resucitamos, todos renovamos nuestro compromisode apostar por la vida y por el optimismo;por los buenos proyectos y por los más desfavorecidos;por los más indiferentes y por la paz sin condiciones;por el bien común, por la desapropiación que humaniza;por la liberación de toda atadura y por los hermanos antes que por nosotros mismos.

Gritemos con nuestra vida que ¡El Señor ha Resucitado! ¡Aleluya!

¡Feliz Pascua de Resurrección!

Oscar Alonso

¡El Señor ha Resucitado!

Jesucristo sigue llamando.Él es la salvación de todo hombre.

Su mirada transmite el amor que tiene por cada ser humano.

Déjate mirar para que te alcance todo ese amor, todo el amor que anhela tu corazón.

Y si te alcanza su gracia hasta el punto de que tu corazón rebose… no te cierres a su llamada.

Consagrar la propia vida a Dios, a su Reino, en su Iglesia, es algo que el mundo necesita hoy más que nunca.

Si todo esto resuena en tu corazón, no lo dejes marchitar.Compártelo.

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