Mónica Oltra€¦ · vecinos, donde nadie, aparentemente, sabe de la vida de nadie. Y así tan...

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1 Mónica Oltra: Revista SocioCultural Valencia Abril 20 16 - 3 EJEMPLAR GRATUITO "La corrupción es un síntoma de una democracia enferma" Mónica Oltra:

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Mónica Oltra:

R e v i s t a S o c i o C u l t u r a l V a l e n c i a A b r i l 2 0 1 6 - N º 3 E J E M P L A R G R AT U I TO

"La corrupción es un síntoma de una democracia enferma"Mónica Oltra:

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Mamá, ya no quiero ser artista. Víctor J. Maicas.

Mónica Oltra: "La corrupción es síntoma de una democracia enferma". Arantxa Carceller.

La importancia de los símbolos franquistas. Eduardo Montagut Contreras.

Resolución de conflictos en la escuela. Iris Carceller.

El lado bueno de las cosas. Mar Ortiz.

Gabriel Miró y los gitanos. Rafael Narbona.

Yo, Charles Darwin. Justo Serna.

Marcello y su musa en La dolce Vita. Eduardo Beltrán Jordá.

El Ayuntamiento de Valencia. Isabel Genovés Estrada.

El ser humano "3". María Carbonell.

La modernidad republicana de Valencia. Joan Josep Soler Navarro.

Cracovia. Núria Castany.

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Abril. 2016. Primavera. Tres meses han pasado desde nuestro anterior número y el mundo se ha agitado y estremecido entre lágrimas y sangre. Idomeni. Pacto UE- Turquía. Conflictos. Irak. Refugiados. Isla de Lesbos.

Al Qaeda. Pakistán. Daesh. Bruselas. Hambre. Boko Haram. Trata de Personas. Siria... Y podríamos seguir… y también añadir la lista que tenemos en casa. Paro. Desahucios. Pacto. Violencia Machis-ta. Elecciones. Pobreza. ¿Qué está pasando?

Una vez, Frank Sinatra dijo que en el mundo, todos somos veci-nos. Yo tengo vecinos varios, desde esos que llaman a tu timbre con la excusa de la sal, o de los que te dicen un buenos días junto a una sonrisa profident, o de aquellos que te preguntan qué tal por mero protocolo, hasta, de aquellos que en el ascensor tan solo hacen un gruñido a modo de saludo o jamás dicen nada. Pero nadie se molesta. Nadie se inmiscuye en la vida del otro. Extraños compartiendo escalera, edificio, barrio, y puede que hasta alguna inquietud. Yo no sé a qué tipo de vecinos se refería Sinatra, pero si se fijan el mundo se ha convertido en una gran comunidad de vecinos, donde nadie, aparentemente, sabe de la vida de nadie. Y así tan ricamente, como diría mi abuela. Pero no. De rico, no tiene nada. Porque el mundo, al igual que en una comunidad de vecinos, está lleno de voces, de risas, de lágrimas, de historias, de canciones, de un sinfín de ecos y colores. Y no podemos ignorar lo que pasa en el segundo piso, sobre todo, si oímos llantos todos los días. O lo que le pasa al del quinto, que ha cambiado el super-mercado por el contenedor de la calle. O la del sexto, que jubilada y viuda convive con toda una caterva de nietos, hijos, yernos o nueras. Y esas lágrimas del segundo, el hambre del quinto, o la pobreza del sexto, son también el reflejo de lo que ocurre más allá de nuestras fronteras. Pero en lugar de sentir empatía, solidaridad o compromiso, miramos hacia otro lado. Y sí, el mundo seguirá gi-rando, pero ya no será el mismo. Y sin saberlo, creo que nosotros tampoco seremos los mismos.

Pero no quiero ser agorera. Yo quiero invitarles a que lean estas páginas, a que aprendan, disfruten y si les apetece reflexionen. Ay!!, me olvidaba. Y en abril Valencia se vestirá de fiesta, la gran fiesta del libro que inundará los Jardines de Viveros. Y habrá libros, de todos los gustos y sabores, ojeen, compren, lean, y sobre todo, no dejen de preguntarse nunca. Porque fíjense que yo desde hace unos días, mientras preparábamos este ejemplar que ahora tienen en sus manos, oí decir a una mujer, sí, ustedes la conoce-rán, le llaman Mònica, y de apellido Oltra, sobre la crisis de los refugiados que “algún día alguien se preguntará dónde estaban los valores de Europa, que busquen en los lodos de Idomeni”. Y surgieron más preguntas, y no sé muy bien por qué me acordé de mi barrio, de mi comunidad de vecinos, y sin dejar de mirar la bola del mundo que preside mi escritorio, me acordé de Mafalda y yo también me quise bajar de este mundo. Pero al mirar a la niña que odia la sopa por encima de todo, me di cuenta que éste también es un mundo por el que vale la pena luchar.

Quizás no andaba tan desatinado Sinatra.

Arantxa Carceller

Directora de la revista Los ojos de Hipatia

Directora: Arantxa Carceller / Subdirectora: Isabel Genovés Estrada

Diseño y Maquetación: Domi Martínez.

Ilustraciones: Martín Sánchez Arnau / Fotografía: Joan Josep Soler, Núria Castany y Arantxa Carceller.

Colaboradores: Víctor J. Maicas Safont, Eduardo Montagut Contreras, Iris Carceller, Mar Ortiz, Justo Serna, Eduardo Beltrán Jordá, , Núria Castany, Joan Josep Soler y María Carbonell.

Impresión: Kolor Litografos - Encuadernación: Royo

Depósito Legal: V-875-2015 / ISSN: 2444-3492 Información y Publicidad: [email protected]

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ganar dinero sin demasiado esfuerzo, es decir, que sueñan con ser estrellas de Gran Herma-no, Sálvame o cualquier otro programa de este tipo”, me acabó diciendo durante aquella tertu-lia literaria (o sea, que muchos ya no sueñan con ser artistas, tal y como indico en el título de este artículo).

Así es, según parece, ese anhelo de los go-bernantes por promocionar unos medios de comunicación que apuesten por la tele-basura para que así el ciudadano medio evite la tenta-ción de pensar, ha desembocado no solo en ese individualismo exacerbado que ellos buscaban potenciar, sino también en el fomento de una sociedad que prefiere “el pelotazo” antes que integrarse en una comunidad que sea capaz de valorar todo aquello que la cultura nos ofrece. Y por triste que parezca, la realidad es la que es, pues si se fijan, hoy en día, por ejemplo, es capaz de vender más libros Belén Esteban que cualquier otra persona que haya dedicado una considerable parte de su vida a potenciar una actividad que ha dado tanto a la humanidad como es el caso de la literatura y el pensamien-to crítico y razonado.

En fin, pues como ustedes creo que ya sa-ben, esto es lo que hay, pero pese a todo, es decir, pese al auge de la tele-basura, pese al menosprecio de los dirigentes a las asignatu-ras académicas de humanidades y pese a ese incremento del individualismo exacerbado que prefiere el éxito rápido al precio que sea, pues como digo, a pesar de todo eso por suerte toda-vía somos muchos los que somos capaces de sonreír e ilusionarnos si oímos hoy en día en boca de algún adolescente aquello de… “mamá, quiero ser artista”.

Porque el arte en todas sus expresiones es mucho más que una simple forma de vida: es una verdadera pasión que hace que nos sinta-mos vivos en todo momento, además de seres libres, reflexivos y, a pesar de todo lo comenta-do, enormemente esperanzados.

Haciendo memoria, recuerdo que aquella frase que durante mi juven-tud hizo popular Concha Velasco y en la que decía aquello de “mamá, quie-

ro ser artista”, llegó a significar de alguna forma no solo el título de un espectáculo teatral y mu-sical, sino también algo así como una consta-tación de que la cultura, en general, empezaba a tener el respeto que se merecía. Y es que en líneas generales, hasta la llegada de nuevo de la democracia dedicarse al mundo de la cultu-ra tenía, en muchos casos, unas connotaciones peyorativas. Porque exceptuando lógicamente a los artistas con relumbrón, formar parte del mundo de la cultura en general (ya no solo acto-res, sino también escultores, escritores, pinto-res y otras ramas del arte) suponía en muchas ocasiones que uno fuera considerado como una especie de bohemio al que no le gustaba dema-siado trabajar. “A ver si te vas a convertir en un titiritero o en un vago”, les decían muchos pa-dres a sus hijos o hijas cuando expresaban cla-ramente que su ilusión era dedicarse a explotar esos talentos ocultos que sus progenitores no sabían, o no querían, ver.

Sí, hace unos años, muchos adolescentes soñaban en convertirse en actores, en pintores

Víctor J. MaicasPeriodista y escritor

OPINIÓN

Mamá:

ya no quiero ser artista

o en escritores pues por fin la sociedad había sabido reconocer de alguna forma todo aquello que el mundo de la cultura le ofrece a nuestra alma y a nuestra mente. Pero paradójicamente, desde hace un tiempo esto ya no es así puesto que, como me dijo un profesor en un club de lectura donde se estaba comentando el conte-nido de una de mis novelas, “tengo muy difícil conseguir que los alumnos se apasionen por la literatura o por algún otro tipo de arte, pues no son pocos los que me han dicho directamen-te y sin tapujos que ellos lo único que quieren es hacerse famosos por la vía rápida para así

Foto: Arantxa Carceller

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POLÍTICA

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Fotos y Texto: Arantxa CarcellerPeriodista

La Comunidad Valencia se ha convertido en el foco mediático de la corrupción. ¿Cómo se va ac-tuar ante esta pandemia que ha sangrado nuestra comunidad?

“A mí me da mucho coraje que se identifique co-rrupción con la Comunidad Valenciana. Yo creo que lo que hay que hacer es identificar corrupción con los corruptos. Y en este caso, corrupción es Partido Popu-lar de la Comunidad Valenciana y del resto de España. La trama corrupta de la libreta de Bárcenas está ligada al PP, no al pueblo valenciano. Me parece injusto que se nos identifique con su corrupción. La corrupción es un síntoma de una democracia enferma. Las causas de la corrupción están en la falta de mecanismos que tiene y ha tenido la democracia para defenderse de los corruptos y de los corrompedores. A mí siempre me gusta señalar que la corrupción tiene dos partes, para que alguien coja un fardo de billetes, tiene que haber alguien que los ponga encima de la mesa. Esta otra pata de la corrupción muchas veces se olvida. Por lo tanto, con estas salvedades, asociemos corrupción a quien ha sido participe de esa corrupción, que ha sido el PP, y a aquellos corrompedores que han soborna-do y utilizado para beneficio propio, por un lado, para saquear las arcas públicas, y por otro, el PP para per-petuarse en el poder de una manera ilegítima e ilegal,

con esa presunta financiación ilegal del partido. De manera que el dinero que tenía que ir al interés gene-ral, de los valencianos y valencianas, volvía al partido y, con eso, se perpetuaban en el poder. Y alrededor de esto, todo un entramado basado en tres ejes: los gran-des eventos, la especulación urbanística y la gestión de los residuos. Las tres grandes patas de la corrup-ción del PP, porque son un ámbito donde se mueven cantidades muy grandes de dinero y es muy fácil de-traer. En este tipo de operaciones, tanto de eventos, especulación urbanística y gestión de residuos, se mueve mucho dinero en muy poco tiempo. Y eso per-mite detraerlo de una manera fácil, sobre todo, cuando los controles democráticos han sido débiles. Nosotros lo que hicimos desde el principio fue atacar la causa. Destapar esos mecanismos de control que estaban fa-llando. Pero el dinero o había desaparecido o estaba en alguna cuenta en Suiza. El mal ya estaba hecho. De ahí, cuando nosotros asumimos el gobierno hicimos la transparencia del buen gobierno, y, lo que estamos ha-ciendo, sobre todo, es intentar que el dinero desviado vuelva a las arcas públicas. Porque ahora los ciudada-nos no se conforman con que los corruptos vayan a la cárcel, lo que quieren es que devuelvan el dinero. Está en nuestro empeño recuperar hasta el último céntimo que se ha robado, dentro de las dificultades que tiene, porque ya sabemos que estas personas tienen muchos medios y maneras para hacer desaparecer el dinero. En cualquier caso, vamos a perseguir a los corruptos y a conseguir este objetivo".

Otro tema candente: el paro. ¿Qué mecanismos se están llevando a cabo para revitalizar la econo-mía?

“Tenemos dos grandes líneas de trabajo, una que afecta al sector público, donde tenemos una ratio por empleados públicos muy baja, de las más bajas de España. Necesitamos ampliar nuestra plantilla de em-pleados públicos que es una manera de crear empleo, y teniendo en cuenta que por cada euro que se invierte en creación de empleo público hay un retorno de 1,3€, es una inversión no un gasto. Tengamos en cuenta que una persona que tiene trabajo es una persona que paga impuestos, consume, y por tanto, paga el IVA. Eso es lo que mueve el motor en una economía de mercado como la nuestra. En el ámbito privado, qué estamos poniendo en marcha, planes de formación que permi-tan que muchas de las personas que se descolgaron del mercado laboral puedan tener una inserción, y que sean puestos de trabajo que permanezcan en el tiempo. Por otro lado, cambiar las bases en las que se asienta nuestro modelo productivo.

¿Cómo? Primero la reconversión ecológica de la economía. Ahí hay mucho empleo que crear y es un empleo sostenible. Por un lado, preserva el planeta y por otro, genera trabajo de calidad. La segunda pata es el bienestar social, tiene que ser un motor econó-mico. Desplegar la ley de autonomía personal, para generar puestos de trabajo, que por otro lado tiene un retorno de bienestar social, sobre todo, para las perso-

nas más vulnerables o que están en una situación de dependencia. Lo que podríamos llamar la sociedad de los cuidados, de la cual puede vivir mucha gente como cuidadores, fisioterapeutas, trabajadores sociales, etcétera. La tercera pata sería la cultura. La cultura es una herramienta de emancipación, también es un motor económico importante. Tenemos que cambiar barbaridades como el 21% del IVA, y promocionar des-de lo público que la cultura también es una forma de ganarse la vida. Y luego basar nuestra productividad y competitividad en el I+D+I, esto ya afectaría más a la empresa privada. Pero debemos competir a través de redes de empresas de proximidad y que basen su productividad y su competitividad en el I+D+I porque si queremos competir con salarios, siempre habrá al-guien que trabaje por un cuenco de arroz o semiescla-vitud, y eso no genera un bienestar compartido. Hay que mejorar la productividad de las empresas. Las empresas se han dedicado en este país, sobre todo, a vender y financiar sus productos, pero falta mucha for-mación en cómo producir, que es lo fundamental. Ten-dría que ser lo primero que una empresa se plantease. ¿Cómo produzco? Y una vez se sabe cómo produzco, me planteo cómo vendo y cómo financio un producto. Pero aquí, se ha construido la casa por el tejado. Las asociaciones empresariales, yo creo, deberían entrar también en esta línea de mejorar la productividad a través de procesos de logística mejores, procesos de producción eficientes. Yo creo que estas son las cuatro patas de un modelo productivo para crear empleo es-table y poner la economía al servicio de las personas”.

Tenemos cifras altas de desahucios y pisos va-cíos. Se está reubicando a esas personas desahu-ciadas en pisos vacíos, pero ¿no se podrían aplicar mecanismos para frenar esos desahucios, que ya de por sí son traumáticos?

“Hemos aprobado el anteproyecto de ley de función social de la vivienda, es la primera ley que presenta este gobierno. Me parece muy paradigmático que el primer proyecto de ley que presentamos tenga que ver con la vivienda concebida como un derecho como lo regula nuestra constitución, y no como un bien de in-versión o un bien especulativo como hasta ahora se ha entendido. A partir de ahí hay medidas muy innovado-ras como las que afectan a los grandes tenedores que son aquellos que tienen más de diez viviendas, o a las entidades bancarias que acumulan viviendas, muchas de ellas rescatadas con dinero público. No puede ser que tengamos medio millón de casas vacías en esta comunidad y que haya gente en la calle. En principio queremos aplicar medidas positivas para animar a que esas viviendas vacías estén en el mercado a través de alquileres asequibles que no supongan más de un 25% de la renta familiar. Pero también contemplamos medidas sancionadoras a medio y largo plazo, para aquellos grandes tenedores de viviendas o entidades bancarias que no pongan a disposición de la sociedad ese bien que lo que cubre es un derecho. De momento, topamos con las restricciones de la legislación”.

Educación. CIEGSA. Otro agujero. ¿Cómo reto-mar las riendas hacia una educación pública y de calidad?

“El curso que viene arrancará con más de cuatro-cientas aulas que este curso, lo cual nos va a permi-tir bajar la ratio por aulas y ofrecer un mejor servicio. Ya hemos presentado el plan de infraestructuras, ya que hubo un agujero de mil millones de euros a tra-vés de la empresa pública, CIEGSA, que se dedicó a saquear, y a construir con sobrecostes insostenibles. Las infraestructuras salían un tercio más caras que si se construían directamente desde la Conselleria. Esto obviamente ha servido para saquear dinero público. El nuevo gobierno ha presentado el plan de infraestruc-tura, priorizando a los que están en una situación más penosa, para dignificar las infraestructuras. Hay niños que han estado siempre en barracones. Y sobre todo estamos elaborando un proyecto muy interesante, Primavera Educativa, que tendrá lugar en mayo en el cauce del río Turia, donde vamos a reflexionar, sobre todo, qué pasa dentro del aula. Es muy importante te-ner infraestructuras dignas, pero mucho más impor-tante saber qué pasa dentro del aula, para formar a personas libres, personas que tengan conocimientos pero que también tengan un pensamiento crítico, que sepan pensar y desenvolverse en el mundo. Para mí esto es casi lo más valioso, es menos vistoso desde el punto de vista político, porque siempre es más vistoso inaugurar un colegio”.

Hablemos ahora de sanidad, de copago y las me-didas del gobierno valenciano.

“El tema del copago lo impone el decretazo de Ra-joy de 2012, desde el gobierno valenciano hemos com-pensado el copago de los pensionistas y las personas que tienen algún tipo de discapacidad. Pero el copago seguirá existiendo mientras no se derogue desde Ma-drid. El mal está en Madrid. Tenemos otros grandes retos. La sanidad se ha ido privatizando poco a poco, y nosotros queremos devolverla a la gestión pública. Ya que la cifras, así lo demuestran y sobre todo los es-tudios de la OCDE, la sanidad más ineficiente y cara del mundo es la más privatizada, que es la de EEUU. Nuestra sanidad cuesta un tercio por cabeza de lo que cuesta la sanidad en EEUU, y es evidentemente mucho mejor porque tiene vocación universal, y sobre todo en comunidades como la nuestra, con personas migran-tes que vienen de fuera, o las españolas migrantes, que se marchan fuera y a los noventa días perdieron la co-bertura sanitaria. En la Comunidad Valenciana hemos recuperado ese derecho universal, pero volvemos a lo mismo, el mal está en el descretazo del 2012 de Rajoy que ha de ser revertido con el cambio del gobierno de España. Luego también es muy importante la oferta de empleo público que vamos a lanzar para primavera porque tenemos una falta de personal gravísima. He-mos heredado una falta de personal muy grave, tam-bién los recortes como digo de Rajoy y, el hecho de que prácticamente seamos un Estado y una comuni-dad intervenidas nos obligan a que cuando alguien se

jubila no podamos sustituirlo. Solo se puede sustituir uno de cada diez. Esto está laminando prácticamente la administración pública. El dogma neoliberal plantea que hay que adelgazar la administración, y lo que al final persigue es que aquí tengan derechos los que se los puedan pagar. Y desde nuestro punto de vista eso no puede ser. El derecho existe y los poderes públicos deben garantizarlo”.

Otra tema fundamental que debemos poner en-cima de la mesa es la violencia machista, más allá de los semáforos paritales y que debería convertirse en una cuestión de Estado. ¿Qué se está haciendo?

“La violencia de género es la opresión más brutal de las desigualdades que todavía coexisten en nuestra so-ciedad entre hombres y mujeres. Todavía tenemos una brecha salarial del 20%, lo que significa que por el mis-mo trabajo una mujer tiene que trabajar muchas más horas que un hombre. Hace falta un pacto de Estado, efectivamente, con políticas integrales de protección. Hace falta que los mensajes se dirijan al agresor. A la víctima no se le puede pedir el esfuerzo que se le está pidiendo, denuncia, llama. Hay que dirigirse al agresor y a la sociedad: al agresor para hacerle saber que tiene a toda una sociedad enfrente, y que vamos a por él; y a la sociedad porque tiene que romper los muros en los cuales tiene lugar la violencia de género. Tenemos que entender que éste no es un problema privado, cuando alguien oye llantos, golpes, en casa de su vecino lo que tiene que hacer es llamar a la policía, proteger a esa víctima. No podemos pedirle a ella que denuncie. Y por eso nuestra última campaña, de la Generalitat Valenciana, se dirigía al agresor. Era una campaña enfocada a un público joven, No me toques el wasap, porque controlar a tu pareja a través de algo tan sencillo como es el wasap también es violencia. También llevamos a cabo acciones transversales desde la Conselleria de Justicia y de Empleo, a través de las clausulas sociales que estamos introduciendo en la contratación pública, para que den más puntos contratar a mujeres en situación de violencia, porque la independencia económica es fundamental para rehacer la vida de una víctima. Aquí indudablemente necesitamos la complicidad del gobierno de España”.

Por último, y respecto al futuro gobierno de Es-paña, ¿habrá pacto o nuevas elecciones?

“Habrá pacto, porque las elecciones sería tanto como decirle a la gente que ha votado mal. Yo no acepto que nadie me diga que he votado mal, ni acepto que nadie me diga que tengo que cambiar de voto. Y si yo no lo acepto, por qué otra persona tiene que aceptarlo. La gente ha votado lo que ha querido votar y lo que ha considerado oportuno. En un hipotético escenario de nuevas elecciones lo que se estaría demostrando es la incapacidad de los que salieron elegidos para gestionar el voto de la gente. Por tanto, si los que tenían que gestionar ese voto no han podido hacerlo, si hay nuevas elecciones espero que no se presenten ninguno de ellos”.

La corrupciónes un síntoma de una democracia enferma"

Vicepresidenta del Gobierno de la Comunidad Valenciana

Mónica Oltra:

La atenta mirada de Hipatia entrevista a una de las mujeres más relevantes de la política valenciana, que más de un pulso marcó al gobierno de Francisco Camps durante sus años en la oposición, hasta ganarse el voto de muchos valencianos y valencianas. Les habla-mos de Mónica Oltra, actual vicepresidenta, portavoz y consejera de Igualdad y Política Inclusiva de la Generalitat Valenciana, y una de las líderes de la coalición Compromís, con quien hemos conversado sobre algunos de los puntos claves para revitalizar el tejido social, económico y político de la sociedad valenciana.

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HISTORIA

La Ley de Memoria Histórica de 2007 establece que los escudos, insignias, placas y otros ob-jetos o menciones conmemorativas de exalta-ción personal o colectiva del levantamiento mi-

litar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura deberán ser retirados de los edificios y espacios públi-cos. La retirada no se aplicaría cuando concurriesen razones artísticas, arquitectónicas, o artístico-religio-sas protegidas por la ley. Como es bien sabido es una cuestión que ha generado, como casi todas las relativas a esta Ley, una intensa polémica. En este artículo pre-tendemos demostrar la importancia de los símbolos referidos en esta disposición legislativa partiendo de la convicción de la imperiosa necesidad de que se cumpla lo dispuesto.

Los romanos desarrollaron una práctica que, en rea-lidad, no crearon ellos, porque hay antecedentes en las civilizaciones mesopotámicas y egipcia, conocida por la locución latina de la damnatio memoriae. Consistía en condenar el recuerdo de un considerado enemigo del Estado después de su muerte. Esta condena era com-petencia del Senado. Cuando se dictaba se procedía automáticamente a eliminar toda mención o imágenes del condenado en los espacios públicos, y hasta se pro-hibía usar su nombre. Hubo muchos emperadores que sufrieron la damnatio memoriae.

Esta práctica de borrar de la historia y la memoria a personajes y/o etapas fue seguida posteriormente, y hay muchos casos que se pueden citar. En la Roma pa-pal hubo pontífices que desterraron la memoria de al-gún antecesor, y hay situaciones parecidas en la Venecia medieval. Ya en nuestro tiempo, Stalin se convirtió en un ejemplo mayúsculo de ejercicio de la damnatio me-moriae porque todos los líderes bolcheviques depurados fueron borrados completamente en las imágenes, y sus escritos desaparecieron de las bibliotecas y librerías. Hasta mencionarlos estaba prohibido. En nuestro país el franquismo se encargó sistemáticamente de borrar casi todos los rastros de la Segunda República y de sus pro-tagonistas, al considerar que su recuerdo era intolerable por el supuesto daño que aquel régimen habría hecho a España.

¿Lo que dispone la Ley de Memoria histórica en el caso de los símbolos franquistas es una versión actual de la damnatio memoria? Creemos que no es así, aunque haya sectores o personas que defiendan la destrucción

de esos símbolos en una suerte de venganza frente a un régimen que generó tanto dolor en muchos españoles y españolas. En todo caso, somos radicalmente contrarios a que se destruyan los símbolos, pero deben ser retira-dos en un brevísimo plazo de tiempo, sin más demoras y sin excusas, como la de los supuestos altos costes que generarían estas acciones.

Los regímenes políticos, las civilizaciones y los paí-ses emplean los espacios públicos para reflejar sus va-lores y recordar y homenajear a los personajes o colecti-vos destacados por algún motivo. Cualquier visita a una ciudad europea nos permite comprobar la proliferación de monumentos, placas, nombres de calles y plazas que recuerdan hechos, personajes y situaciones sobre las que se basan sus respectivas historias y hasta su pro-pio presente. Las localidades francesas están llenas de menciones y monumentos en recuerdo de sus muertos en la Gran Guerra, por ejemplo. Si paseamos entre las maravillas artísticas de las ciudades italianas encontra-remos con relativa frecuencia placas con menciones a los héroes de la resistencia frente al fascismo. Podemos escribir páginas y páginas con ejemplos de todo tipo. ¿Sería comprensible y legal que en ambos países hubie-ra monumentos que recordaran al régimen de Vichy o al de Mussolini? Todos sabemos la respuesta. En nuestro país sigue habiendo nombres de calles y monumentos que glorifican el golpe, la guerra como supuesta cruzada de liberación, la larga dictadura, y a sus protagonistas. En Francia e Italia fue derrotado el fascismo, eso sí con evidente ayuda extranjera, pero en España se adaptó a los tiempos de la Guerra Fría, y evolucionó hasta su desaparición casi cuarenta años después que naciera. Es cierto que sobrevivió no sólo gracias a la comprensión sazonada con mala conciencia de las potencias occiden-tales, y por el establecimiento de un régimen de terror, sino también por el apoyo de una parte importante de la sociedad española, argumento que suele ser empleado por los defensores de la memoria del franquismo como una etapa positiva de la Historia española. Pero fue una implacable dictadura desde el primer hasta el último día, basada en valores que conculcaron todos y cada uno de los que constituyen los pilares de una democracia, y su homenaje público diario supone un insulto a la memoria de otra parte muy importante de españoles y españolas que sufrieron en su día o que sin sufrir no toleran la exal-tación de una guerra, de una dictadura y de unos princi-pios contrarios radicalmente a las libertades.

La importancia de los Resolución de conflictosEduardo Montagut ContrerasDoctor en Historia Moderna y Contemporánea

Pero una democracia tiene una obligación funda-mental con los ciudadanos y ciudadanas, con las nuevas generaciones, y hasta con los extranjeros y extranjeras. Esa obligación es la de preservar los restos materiales de su Historia en el más amplio sentido. El franquis-mo supone una larga etapa de la Historia contemporá-nea de España y sin su estudio no se puede entender a este país. Los abundantes restos materiales que ha dejado deben pasar a museos, espacios donde deben contextualizarse como ocurre con los restos materia-les de otros momentos históricos. En esos espacios de exposición adquirirán una dimensión histórica, peda-gógica, perdiendo su valor de exaltación. Por eso los símbolos franquistas son muy importantes, como los de cualquier etapa histórica. Destruirlos supondría un ejercicio de desmemoria que los españoles y españolas no merecen, haciendo que una democracia se parezca a una dictadura con sus bárbaras prácticas.

símbolos franquistasIris Carceller

Maestra

En las presentes líneas queremos dar un enfoque sobre la resolución de conflictos en el aula, pero no sin antes definir conceptos claves y re-lacionados con la resolución de conflictos. Todo ello siempre enlazado con la escuela, base primordial para una educación en valores como puede ser el respeto y la convivencia.

comunicaciónconvivenciamediación

en la escuela:

En primer término, me gustaría hacer un pe-queño recorrido por el concepto de convivencia

el cual es la base fundamental para llevar a cabo una adecuada resolu-ción de conflicto, porque ya no solo el conflicto es algo violento o físico, sino que va más allá y también llega a los conflictos verbales o de conviven-cia por diferentes razones como raza, sexo, ideología, entre otros.

La convivencia la entendemos como la relación que se establece entre los miembros de la comunidad educativa. Esta relación debe supe-rar la mera coexistencia o tolerancia del otro e implica respeto mutuo, la aceptación de las normas comunes, la aceptación de otras opiniones y estilos de vida, y la resolución por medios no violentos de las tensiones que se produzcan en la relación. Las relaciones de convivencia deben sus-tentarse en:

1. Autoconocimiento: conocerse a uno mismo con sus defectos y virtudes, así como saber apreciarlos. Es un concepto relacionado con la autoestima.2. Autonomía y autorregulación: estos dos conceptos van relacionados ya que la “independencia” de una persona debe estar controlada por uno mismo.3. Razonamiento moral.4. Capacidad de diálogo: es la forma más efectiva de resolver un conflicto, ya que es la capacidad de hablar con los demás sin tener que llegar a una situación violenta tanto verbal como física.5. Capacidad para transformar el entorno: crear escenarios de convivencia con el fin de crear empatía por ambas por partes.6. Comprensión crítica: cuando las personas hacen una comprensión objetiva de lo sucedido sin tomar parte en los diferentes posicionamientos del conflicto.7. Empatía y perspectiva  social: por mi parte es uno de los pilares más impor-tantes de la convivencia, ya que es la capacidad de ponerse en el lugar del otro (empatía) y no solo ver la convivencia de forma individual y egoísta, sino que ver la convivencia tal cual es, como el conjunto de varias personas de diferentes lugares y maneras conviviendo en un mismo espacio.8. Competencia social: es las habilidades sociales, entendidas como conductas aprendidas de forma natural que se manifiestan en situaciones interpersonales, socialmente aceptadas y orientadas a obtener reforzamientos ambientales o au-torefuerzos.9. Resolución pacífica de conflictos: donde relacionamos también la comunica-ción y la educación.

EDUCACIÓN

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9www.losojosdehipatia.com.es

En la escuela, se debe recoger un Plan de convivencia donde se plasmen las actuaciones encaminadas a mejorar tanto los espacios físicos del centro, como las situaciones de apren-dizaje e interrelación. La convivencia en los centros pone en relación a los distintos agentes

educativos con el alumnado; por tanto los Planes de Convivencia deben expli-citar medidas y actuaciones específicas partiendo de las siguientes líneas de actuación:

1. Profesores y alumnos: Debe diseñarse un Plan Regional donde se prevean medidas y actuaciones de la Consejería de Educación encamina-das a reforzar equipos de profesores con capacidad de interrogarse, de cuestionar, de compartir, de innovar, de valorar, de decidir éticamente, y de comprometerse en un proyecto común; capaces, también, de escuchar y sentir a los otros, de trabajar desde un modelo colaborativo, de mediar y de manejar sus emociones y sentimientos.

2. La familia: Es impres-cindible conectar las acciones edu-cativas del profesorado con las que tienen lugar en la familia.

Encontramos cuatro tipos de conflictos que pasamos a definir:

1.- Conflicto Manifiesto: se conoce el conflicto entre las partes, los implicados conocen el problema del conflicto.

2.- Conflicto Endémico: son aquellos conflictos que se perciben como norma-les, ya que los implicados llevan mucho tiempo conviviendo con él.

3.- Conflicto Enmascarado: son aquellos conflictos que no se han resuel-to, por tanto el problema está latente. Se intenta resolver otros conflictos que van surgiendo pero no se trata el conflicto real.

4.- Conflicto Institucionalizado: cuando un conflicto no se puede resol-ver por las partes, pasa a competencia de las instancias sociales formales o ju-rídicas.

Otro de los conceptos a definir, es la CO-MUNICACIÓN, entendida como el proceso por el que dos o más personas se transmi-ten información. Las personas somos seres sociales gracias a la comunicación, ya que entre nosotros hay un entendimiento tanto a nivel lingüístico como corporal (comunica-

ción no verbal). Encontramos tres estilos de comunicación:

1.- Estilo pasivo: se evitan mostrar sus sentimientos y pensamientos al res-to por miedo a que no se les acepten, que no se les comprendan, que puedan ofender a otras.

2.- Estilo agresivo: sobrevaloran sus opiniones e infravaloran las de los de-más. No respetan los derechos del otro y se aprovechan y eligen por él.

3.- Estilo asertivo: este tipo de estilo da la misma importancia a sus opinio-nes y creencias que a las de los demás. Expresa lo que piensa de forma directa, abierta, respetando en todo momento a la otra persona aunque no coincidan.

Y por último, definir la EDUCACIÓN, par-te fundamental de una resolución de con-flictos adecuada. La entendemos como El proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, cos-tumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la palabra, pues está presente en todas nuestras accio-nes, sentimientos y actitudes. Por lo tanto es un proceso de socialización formal de los

individuos de una sociedad. Encontramos cuatro estilos educativos:

1. Estilo Autoritario: es un estilo donde no hay comunicación, donde todo se impone sin razonamiento ninguno, donde se hace lo que el educador dice, exceso de normas.

2. Estilo Permisivo: no existen casi normas y en muchas ocasiones no se cumplen, se quiere evitar el conflicto, no suelen aplicar casi castigos, quieren evi-tar los conflictos.

3. Estilo Sobreprotector: pocas exi-gencias respecto a su nivel de madurez, se le premia al niño con frecuencia, no suele haber castigos, suelen evitar todos los conflictos, suelen conceder a los ni-ños todo lo que quieren o justifican las cosas que no han hecho los niños del todo bien.

4. Estilo Asertivo: aplican normas, tienen normas adecuadas a la madurez del niño, dialogan mucho con los niños, utilizan con frecuencia los refuerzos po-sitivos de forma verbal, se premia y se castiga al niño cuando es necesario y fo-mentan la autonomía del niño.

CaminArt, Camins de Cultura i d´Art es una cooperativa cultural valenciana que

realiza rutas alternativas para enseñar la ciudad de Valencia de una forma diferente

a como se viene haciendo hasta ahora para divulgar el Patrimonio histórico y cultural,

tanto entre los turistas como los valencianos. El principal objetivo de CaminArt es

dar a conocer aquello que normalmente queda al margen de las rutas turísticas

tradicionales, a través de rutas dinámicas y participativas, se muestra la Valencia

clásica y turística y, aquellos rincones, espacios, llenos de secretos, poniendo en valor

el Patrimonio artístico desconocido. En este sentido, Valencia es una ciudad con un

potencial cultural y patrimonial enorme que ofrece grandes posibilidades. caminartvlc.wix.com/caminart

No es posible el desarrollo de habilida-des y destrezas básicas relacionadas con el aprendizaje de la convivencia sin la implica-ción de la familia que garantice al alumnado espacios y climas de convivencia facilitado-res de ésta.

3. La Comunidad Educativa y la Comu-nidad Social: La Comunidad Educativa ha de abordar la elaboración de los planes de convivencia de centros, lo que supondrá un proceso de cambio en la mentalidad indivi-dual y colectiva de cada sector respecto a la concepción y planteamientos de la convi-vencia y requerirá la corresponsabilidad de todos los sectores.

Por ello los planes de convivencia debe-rán garantizar la formación de esta comuni-dad educativa, la reflexión y el debate inter-no y los espacios de convivencia.

Una vez establecido el concepto de con-vivencia vayamos más allá y adentrémonos en lo que es tanto el conflicto como su reso-lución dentro del centro escolar.

En primer lugar, el CONFLICTO es aquella situación natural, donde dos o más personas están implicadas por estar en desacuerdo res-pectos a opiniones, intereses, necesidades, valores… Y en la escuela  ¿Dónde surgen es-tos conflictos? En la toma de decisiones, en la mala o nula comunicación, por el liderazgo del grupo, frustración, excesivo trabajo, etcé-

tera.

Dentro del conflicto encontramos tres partes diferenciadas. Por un lado, las

personas, las cuales son las impli-cadas en el conflicto directamente.

Por otro, el proceso, el cual enten-demos como los distintos caminos en los que puede derivar el con-flicto. Y por último, el problema, el cual es el núcleo central, es la pre-gunta a la que antes debemos de dar respuesta: ¿Qué ha pasado?

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El lado bueno

10 Los ojos de Hipatia

las emociones se han mantenido en el acerbo fi-logenético precisamente por su utilidad. Es útil sentirse alegre, y es útil sentirse triste, airado, o con miedo. Sólo cuando estas emociones se ma-nifiestan en contextos en los que pierden su utili-dad pueden generar desequilibrios: si mi miedo (que era útil) se extrapola a contextos donde no es necesario, se puede producir una fobia, que es limitante, que no me ayuda y que me desequi-libra.

Partiendo de esta idea de que las emociones son lo que son, útiles, lo que sí que podemos implementar son estrategias que nos ayuden a reconocer nuestras emociones, a evaluar su pro-cedencia y utilidad y a aceptar su presencia en nuestra vida como parte de nosotros mismos.

Una de estas estrategias es el Reencuadre. El reencuadre nos permite abrir la mente para poder evaluar la realidad poliédrica en la que vivimos. Y es que en la vida vamos a tener que enfrentar situaciones y experiencias positivas y negativas. Y lo que hemos aprendido es a vivirlas en blanco y negro. Las positivas son positivas y las negativas, negativas. Sin más discusión. Pero como he apuntado la realidad es mucho más poliédrica y divergente que este planteamiento tan simplista. Si nos paramos a pensar deteni-damente nos daremos cuenta de que en aquellas situaciones en las que nos equivocamos, en las que alguien nos indicó algo que le disgustaba de nosotros o en las que nos corrigieron, fue-ron las situaciones en las que más aprendimos. Fueron experiencias negativas que trajeron algo positivo: un aprendizaje vital para no cometer el mismo error una segunda vez. Y eso es muy importante. El reencuadre parte de la idea de que todo lo que ocurre tiene una intención posi-tiva. Una intención positiva no significa que sean experiencias positivas en sí mismas, sino que a la corta, a la media o a la larga, nos daremos cuenta del beneficio que hemos obtenido de esa experiencia, qué hemos aprendido, cómo nos ha cambiado, qué estrategia o herramienta aplica-mos, cuál fue su eficacia, cómo podríamos ha-berlo hecho mejor, qué es lo que no debo volver a hacer. Y ahí radica el verdadero pensamiento

11

EDUCACIÓN SALUD

El lado bueno de lasDe hace un tiempo a esta parte todos

hemos oído hablar del pensamiento positivo, de aquello de sonreír a la vida para que te devuelva la sonrisa,

de que hay que buscar la felicidad en todo lo que hacemos, vemos, pensamos y decimos. Y pro-bablemente muchos de nuestros lectores hayan probado a hacer alguna de estas cosas o incluso todas. ¿Y qué tal? ¿Cómo os ha ido? Me imagi-no que muchos de vosotros me diríais que fatal, que eso no funciona. Y tendríais toda la razón del mundo.

Hace poco me preguntaron “el pensamiento positivo ¿es positivo en sí mismo?”, y la respues-ta es NO. El que yo sólo le sonría a la vida para que ésta me devuelva otra sonrisa (en forma de algún beneficio), no es únicamente un pensa-miento limitado sino que incluso se podría califi-car como un pensamiento mágico. Si he pasado una mala noche, o me duelen las muelas, sonreír al espejo (o a la vida) me va a servir de bastan-te poco. Porque mi cerebro no es tonto, y no se cree aquellas cosas que no son ciertas. No se va a dejar engañar por muy positivo que sea mi pen-samiento, ante una realidad que de positiva no tiene mucho.

Yo a este tipo de estrategias, las denomino “el pensamiento positivo de las frases del Face-book”. Seguro que todos habéis leído en redes sociales todos esos mensajes positivos atribui-dos a famosos pensadores y que se supone que tienen el poder de actuar como fórmula de la fe-licidad. Pues bien, esto no funciona así.

Tenemos que reconocer que esa búsqueda de la “Felicidad open 24 horas”, es un tanto ab-surda. Mi objetivo vital no debería ser sentirme permanentemente en un estado de Felicidad cer-cano al nirvana, al éxtasis teresiano. Si ponemos los pies en la tierra seremos conscientes que junto a la felicidad también existe el sufrimiento, y muchas emociones más. Y todas tienen algo en común: que son ÚTILES. Nos han acostum-brado a clasificar las emociones en buenas y malas: la alegría, buena, la tristeza, mala. Este reduccionismo no es más que eso, un reduccio-nismo bastante inútil e incluso peligroso. Todas

positivo. Un pensamiento que es proactivo, que nos mueve a la acción, que nos permite ver la oportunidad de crecer, de hacer cambios gene-rativos con cada experiencia o reto que la vida nos plantea.

Si nos olvidamos de esa búsqueda de la Fe-licidad abstracta, sin sentido, basada en estos presuntos pensamientos positivos que el cere-bro no se cree, acabaremos frustrados, airados y agresivos. Todo lo contrario a lo que andábamos buscando. Más nos vale implementar estrategias que, como el reencuadre, nos permitan poseer nuestras experiencias, aprender y seguir apren-diendo de ellas, y en definitiva, que nos ayuden a ser proactivos y apreciar el lado bueno de las cosas.

Mar Ortiz FernándezPsicóloga

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cosas

Los estilos educativos y comunicativos que hemos propuesto son los existentes, por ello no significa que todos los estilos sean válidos para una adecuada resolución de conflictos. Por lo tanto, adentrémonos en lo que realmente nos interesa: RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS.

Entendemos la resolución como las téc-nicas y vías de actuación para llegar a un entendimiento entre las partes en disputa. Para todo ello, debemos fomentar actitudes basadas en la autoestima, comunicación, cooperación y búsqueda de soluciones, siempre envueltos en una actitud positiva y empática. Para llevar a cabo un buen trabajo hay que seguir tres pasos importantes:

Primer paso. Reconocer y aceptar las pro-pias emociones y las emociones de los de-más.

Segundo paso. Identificar que generó el conflicto.

Tercer paso. Que ambas partes expresen lo qué han vivido,  lo qué han interpreta-do, lo qué han sentido tanto de uno mismo como de la otra parte.

El instrumento principal para llevar a cabo la resolución de conflictos es la ME-DIACIÓN, la cual se utiliza cuando ambas partes no llegan a un acuerdo sin la coope-ración de una persona externa al conflicto. Se trata de un proceso voluntario, tanto para las partes como para el mediador, y son

las partes las que proponen a una persona imparcial que intervenga en el proceso.

El mediador no establece culpabilidades ni sanciones. Tampoco decide, solo guía la decisión de las partes durante el proceso, ya que su único interés es facilitar el mejor acuerdo entre las partes. Dicho acuerdo no puede ser impuesto por el mediador, sino que depende exclusivamente de las partes.

Este proceso tiene detrás una serie de es-trategias que el mediador debe conocer y sa-ber aplicar, es decir, requiere una formación previa. Puede haber personas que tengan una predisposición natural hacia la media-ción porque tiendan a ser ecuánimes y ob-jetivas, pero el papel de mediador requiere una buena preparación.

Cuando se presenta un conflicto, se produ-cen diferentes formas de reaccionar ante el mismo. Se suelen clasificar en cinco grupos:

LA COMPETICIÓN: Conseguir lo que quiero, hacer valer mis objetivos es lo más importante. Se busca la eliminación de la otra parte por exclusión o discriminación. Responde al modelo yo gano-tú pierdes.

LA ACOMODACIÓN: Con tal de no en-frentarme a la otra parte, ni planteo mis ob-jetivos ni los hago valer. Se deja que la otra parte haga lo que quiera. Responde al mode-lo yo pierdo-tú ganas.

LA EVASIÓN: No me enfrento a la otra parte, por miedo o porque pienso que el con-flicto se resolverá por sí solo. Se pretende

evitar el conflicto, pero de hecho este sigue su dinámica. Responde al modelo yo pier-do-tú pierdes.

LA COLABORACIÓN: Conseguir mis objetivos es importante, pero también man-tener la relación con la otra parte. Se pro-cura encontrar una solución positiva para todas las partes implicadas. Responde al modelo yo gano-tú ganas.

LA NEGOCIACIÓN: Sé que es difícil conseguir mis objetivos al 100%. Me confor-mo con lograr una parte. Se intenta lograr un término medio. Responde al modelo yo minigano-tú minipierdes.

En los centros escolares se está exten-diendo cada vez más la aplicación de pro-gramas de mediación entre iguales, un tipo de mediación en la que no es un profesor el que media entre los alumnos, sino otro alumno elegido por aquellos entre los que existe un conflicto.

Pero, además, este tipo de mediación potencia claramente la competencia para la autonomía e iniciativa personal. Si los alumnos son capaces de gestionar sus pro-pios conflictos y buscar soluciones razona-bles, es una forma clara de prepararse para afrontar otro tipo de conflictos que surgirán en su vida adulta.

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DarwinCIENCIA

Yo, CharlesDarwin

DarwinDarwin

Darwin

DarwinJusto Serna

Catedrático de Historia Contemporáneade la Universitat de València y Escritor.

Ritualmente, como cada año b celebra-mos el aniversario de Charles Darwin. Darwin es una referencia inevitable para todos nosotros, un sabio. Vivi-

mos bajo su imperio conceptual y bajo su idea de lo terrenal. Eso nos obliga a reconstruir parcialmente a Darwin para entendernos mejor.

El día 12 de febrero de 1809, Charles Darwin nace en Shrewsbury, West Midlands, Inglaterra. De él depende una parte de la concepción del mundo de la que somos deudores y herederos. Pero la de Darwin no es sólo una concepción: es una explica-ción científica. Si sólo fuera una concepción, enton-ces ésta se basaría en la certidumbre y en la conje-tura, en la constatación y en la fe. Una concepción es un marco a partir del cual se inviste de sentido lo que se ve. Pero en el caso de Darwin su concepción es una teoría científica. Ha pasado, pues, el examen de la observación sistemática, de la recopilación de datos, de su contraste; el examen del laboratorio, por decirlo así; el examen de las pruebas que reco-pila. Pero el científico no es un observador ordina-rio, alguien que se afana por mirar como los demás; es alguien que mira de un modo excepcional con el fin de explicar precisamente lo ordinario, eso que por estar a vista de todos resulta invisible.

¿Qué es una mente científica?, se pregunta en cierta ocasión Charles Darwin. Su contestación es entrañablemente decimonónica. Es científica aquella mente que intenta “universalizar su cono-cimiento bajo leyes generales”, se contesta Darwin. Es ésta una respuesta que no habría disgustado a Auguste Comte o a Karl Marx, por citar sólo a dos autores tan alejados de la investigación del natura-lista inglés.

¿Autores? ¿He dicho autores? Charles Darwin escribió una célebre Autobiografía cuya lectura ac-tual resulta simplemente deliciosa, aleccionadora,

una escuela de ironía y de observación, precisamente. Bre-vísima. Aunque dice escribirla sin haberse “esmerado nada en cuanto al estilo”, la obra de Darwin es franca, incisiva y entretiene como pocas: es tan sutil en la descripción de tipos y situaciones como la de su contemporáneo John Stuart Mill, que es un modelo autobiográfico para el Ochocientos.

Según dice Janet Browne, su biógrafa, “por encima de todo lo demás, fue indiscutiblemente un autor”. ¿Darwin, un autor? Calificar así a un científico no es precisamente el mayor elogio que puede hacérsele: nos lo acerca a los novelistas.

Releemos la Autobiografía de Darwin, editada póstuma-mente. Digo “releemos” y me corrijo. La nueva edición que se presentó hace unos años en castellano por Martí Domíngez en la editorial Laetoli (2009) no era exactamente la versión que yo había leído tiempo atrás. Mi primera aproximación a la Autobiografía es un texto amputado y aligerado por los re-toques de Francis Darwin y Emma Wedgwood, hijo y viuda de Charles. “Resulta muy interesante analizar de qué mane-ra recortaron, recondujeron y, sencillamente, manipularon la Autobiografía de Darwin, con el objeto de presentarla con el aspecto menos polémico posible”, precisa Martí Domínguez.

Echemos un vistazo, releamos las partes ya conocidas y examinemos con inocencia lo que ignorába-mos. Las ciento y pico páginas nos llevan directamente al Ochocientos.

El niño Darwin parece robusto y con ese punto de picardía que nunca perderá. Su familia y su entorno lo ven como un jovencito bien despierto, atento observador desde fecha temprana, amante de la naturaleza. Hacia 1876, cuando escribe la Autobiografía recuerda su infancia con cierto detalle, su afán coleccionista, sus cacerías de animales, las clases de su hermana Caroline, las lecciones en la escuela local, la inocencia traviesa de aquel muchachito. La madre fallece tempranamente, cuando el joven Charles cuenta ocho años, y las evocaciones del adulto son tiernas y compasivas e irónicas. Se sorprende siempre corriendo, convencido entonces de que sus habilidades motoras son una gracia de Dios; se sorprende también de la crueldad y de la piedad infantiles de que es capaz, robando nidos, matando lombrices, golpeando algún ca-chorro que no llega a aullar; se sorprende, en fin, doliéndose de sus punibles acciones, con sentimiento de culpa. No era tan travieso, pues. Eso sí: tenía mal acomodo en el colegio. Las primeras clases en las aulas fueron para él “un mero espacio vacío”, un lugar en el que forzaban a los muchachos con aprendizajes me-morísticos de cosas inútiles. Leen, sí, recitan versos de Virgilio u Homero, disfrutan con odas de Horacio,

pero sus avances son irrelevantes. “Cuando dejé el colegio no era ni avanzado ni retrasado para mi edad; creo que todos mis maestros y mi padre me consideraban un muchacho corriente, más bien por debajo del nivel intelectual normal”, admite. “Para mayor mortificación mía, mi padre dijo una vez: “Lo único que te interesa es la caza, los perros y cazar ratas, y vas a ser una desgracia para ti y para toda tu familia” ¿Qué decir de dicho diagnóstico? ¿Qué decir del futuro que le espera a ese muchacho? Esas preguntas tienen fácil respuesta si las leemos en clave paterna.

En realidad, algunas de las páginas más diver-tidas de la Autobiografía son las que el naturalista dedica a Robert Waring Darwin, su padre. Lo re-cuerda voluminoso, con una corpulencia intimida-toria. Lo menciona con ironía y ternura. Del padre –médico de profesión– admiró su capacidad para acercarse a los demás, para ponerse en el lugar del enfermo, para ganarse su confianza. Tanto era así, que la palabra de Robert Waring Darwin parecía tener efectos terapéuticos. Como un psicoanalista avant la lettre, lo primero que hacía era dejar hablar a los pacientes: a las pacientes, precisa el hijo. Así se desahogaban y, muy frecuentemente, lo que en principio parecían dolencias físicas acababan diag-nosticadas como padecimientos psíquicos. Darwin dedica páginas de admiración a esta habilidad que tanto bien hizo, añade. ¿Bien? ¿No sería acaso la treta de un hábil manipulador? No, responde el hijo. En Robert Waring Darwin había la entrega humana del médico rural y una particular capacidad de ob-servación.Sabía conjeturar a partir de lo meramen-te superficial y sabía predecir el curso de la enfer-medad valiéndose de su aguda mirada: un finísimo observador dispuesto a ver las maravillas del mun-do, dispuesto a viajar para aprender, para coleccio-nar estableciendo series.El coleccionismo fue una práctica habitual entre los burgueses del Ochocien-tos, pero ese juego solía limitarse al placer que pro-curaba el tesoro acumulado. En cambio, en Darwin, las piezas se interpelaban y lo reclamaban, creando cadenas y contextos que ya no existían o que eran invisibles. Se formó en la Universidad de Edimbur-go y en la de Cambridge, cursando estudios de me-dicina y teología, materias que no le dispensaban gran satisfacción. En realidad, “ninguna de mis de-dicaciones”, dice, “fue, ni de lejos, objeto de tanto entusiasmo ni me procuró tanto placer como la de coleccionar escarabajos”. ¿Podemos imaginar algo así? Una tarea aparentemente irrelevante es el prin-cipio de una habilidad científica.

El viaje en el Beagle (1831-1836), surcando mares, recalando en islas y costas remotas, anotando sus registros, cuaderno que más tarde publicará, le permite descubrir lo inesperado.

La aparición de El origen de las especies (1859), que tanto escándalo provocará trastorna el orden del mundo y de las concepciones científicas. La realización de diferentes investigaciones sobre el mundo natural, con minucia erudita y entusiasmo poético será práctica de Darwin. Todo ello nos muestra a un científico tenaz: un observador atento a lo minúsculo. Del indicio extrae información general, de la huella obtiene datos circunstanciales, del resto saca noticia de otro tiempo que ha sobrevivido hasta hoy. Lo pe-queño deviene grande, ley general, ley de funcionamiento.

¿Y Dios? Selección natural y supervivencia de los más aptos son algunas de las fórmulas expresivas que resumen la teoría evolucionista y que pronto hicieron fortuna. No puedo extenderme en ello porque mi competencia en este ramo es escasa. Para nuestros fines, es más interesante detenerse en Dios. ¿Qué papel finalmente reservamos a Dios a partir de Darwin? ¿Qué dice el naturalista a este propósito? ¿Dios nos mira?

Conviene recordar la censura, las censuras que amputaron la primera edición de Autobiografía. No fueron las únicas, desde luego: los familiares de Darwin consideraron que las ironías o los sarcasmos que el naturalista se permitía para enjuiciar a sus contemporáneos eran expansiones indebidas.

Muchas descripciones de colegas o de amigos o de coetáneos simplemente desaparecieron para no herir sensibilidades o susceptibilidades, según. ¿Coetáneos? Las menciones que hace a la figura de Dios –nuestro eterno coetáneo, digamos– son las más censuradas. En la Autobiografía, Darwin manifiesta in-credulidad y escepticismo, entendiendo por tales la duda acerca de las verdades reveladas y el racionalis-mo frente a los prodigios. Llega a ello poco a poco, tras sus observaciones, tras sus investigaciones. ¿Un Dios irascible, un Dios benevolente, un Dios diseñador? Admite lo increíble que es el Antiguo Testamento, “versión manifiestamente falsa de la historia del mundo, con su Torre de Babel, el arco iris como signo” o con una Providencia dominada por “los sentimientos de un tirano vengativo”. Por eso, no admite la eviden-cia de los milagros, su supuesta obviedad: “cuanto más sabemos acerca de las leyes fijas de la naturaleza más increíbles resultan éstos”, unos prodigios que sólo pueden aceptarse por seres humanos “ignorantes y crédulos”. Pero no menos dudosa es la historia del Jesucristo: es un Dios bondadoso, sí, pero desmentido permanentemente por el sufrimiento del mundo. “Por más hermosa que sea la moralidad del Nuevo Testa-mento, apenas puede negarse que su perfección depende en parte de la interpretación que hacemos ahora de sus metáforas y alegorías”. El mundo es un espacio de conflicto sin fin. En conjunto, admite Darwin, los Evangelios son literatura, bella literatura que explota y explora lo sublime, con un Dios que hace del prodi-gio su modo de manifestarse. Se cree en Dios contra toda evidencia, añade, porque hemos sido educados en el hábito de creer.

¿Y la moral? Entonces, si no hay Dios, ¿qué nos frena o qué nos justifica? Si no hay castigo eterno o recompensas definitivas, ¿cuál puede ser la regla de vida? Podría pensarse que ya no hay nada que detenga el carácter depredador o avasallador de los humanos, regidos por “la norma de seguir únicamente sus impulsos e instintos más fuertes”. ¿Es así? Darwin niega ese ciego destino, ese comportamiento pura-mente pulsional. “El ser humano”, dice el naturalista, “mira al futuro y al pasado y compara sus diversos sentimientos, deseos y recuerdos”. El ser humano es capaz de demorar su satisfacción más primitiva y, por tanto, es capaz de seguir “los instintos sociales”. ¿Y qué es eso?

El freno que nos impone la civilización y que aceptamos para vivir en común y para sobrevivir: el pago inmaterial que recibimos de los demás, la ayuda, el reconocimiento. El individuo no es sólo un ser egoísta: también tiene sentimientos altruistas, nos dice Darwin. Si actúa por el bien de los demás, recibirá la apro-bación de sus prójimos y conseguirá el amor de aquellos con quienes convive”, precisa. Si le quitamos esa visión victoriana –la prevención que el naturalista manifiesta ante las “pasiones sensuales”–, la conclusión de Darwin es la de la moral laica aún pudorosa. Para él y para tantos otros después, la ética no empieza con Dios, sino con los individuos estableciendo relaciones humanas: justamente cuando de los demás esperan respeto y buen trato, justamente cuando a los demás dispensan reconocimiento.

Artículo íntegro en la Web.

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El AyuntamientoEl Ayuntamientode la ciudad. Hay que tener en cuenta que en ese momento no era nada más que una posibilidad, ya que estamos hablando de la periferia de la ciudad. Se quería crear una gran plaza mayor en Valencia, en este espa-cio se construyó la Casa de la Enseñanza donde se trasladará el Ayuntamiento. Una plaza que ha sufrido desde el comienzo va-rias remodelaciones hasta llegar al momen-to actual. También se remodelaron zonas adyacentes y se eliminó el barrio de pesca-dores, donde ahora podemos ver el edificio de Correos. La Plaza que ahora conocemos del Ayuntamiento desde 1987, fue: Plaza de San Francisco (1423-1840), General Espartero (1840-1843), de Isabel II (1843-1868), de la Libertad (1868-1874), de San Francisco (1874-1899), de Emilio Castelar (1899-1939), del Caudillo (1939-1979), del País Valenciano (1979-1987). Para conocer la ubicación del antiguo convento de San Francisco recomiendo consultar el plano del Padre Tosca (1704).

Nos centramos en el edificio del Ayunta-miento de Valencia, que en 1854 fue trasla-dado a la Casa de la Enseñanza de forma provisional. La Real Casa de la Enseñanza

Isabel Genovés EstradaHistoriadora del Arte

de Valenciade Valenciaera un centro docente para niñas pobres, que mandó construir entre los años 1758 a 1763 el arzobispo Andrés Mayoral. La Real Casa de En-señanza giraba en torno a un patio claustral de or-den toscano en estilo neoclásico formado por tres pisos. El Ayuntamiento se quedó definitivamente en este edificio, que sufrió numerosas modifica-ciones entre los años 1904 y 1942, añadiéndole nuevas dependencias. Además de diversas inter-venciones en el devenir de su historia.

El actual edificio del Ayuntamiento de Valencia ocupa una manzana entera de unos seis mil me-tros cuadrados, con fachadas a cuatro calles, la portada principal que es la de la Plaza del Ayunta-miento, la parte trasera es la de la calle Arzobispo Mayoral, la de la derecha que recae en la calle de la Sangre, su nombre se debe a que la Casa de la Enseñanza fue construida en terreno de la desa-parecida Archicofradía de la Sangre, y la fachada de la izquierda que recae en la calle Periodista Azzati.

La fachada principal estaba situada en la calle de la Sangre, se modificó hacia la plaza dotándolo de una nueva fachada diseñada por los arquitec-tos Carlos Carbonell Pañella y Francisco Mora Berenguer. La zona del edificio que está entre las calles Arzobispo Mayoral y de la Sangre, muy mo-dificado es lo que fue el antiguo Colegio de Ense-ñanza. El edificio está compuesto por una planta baja y dos pisos.

El cuerpo central de la fachada es de gran belle-za, está coronado por la torre del reloj, que tiene tres pisos, el último de ellos con balcón rematado por un frontón, está torre la remata un carrillón de metal añadido en 1930. Este cuerpo central está en marcado por dos torres cuadradas. Con tres cuerpos, el primero la planta baja, se accede por una puerta adintelada. El segundo lo forma un balcón a la altura del primer piso y a la altura del segundo piso una ventana con un balcón más pequeño, formando un arco de medio punto. Es-tos balcones están flanqueados por dos grandes

columnas corintias de fuste estriado, en su parte inferior hay relieves de amorcillos y cartelas que son obra de Ricardo Tárrega. El tercer cuerpo sobresale de la cornisa, en él encontramos esculturas exen-tas en mármol, que representan las cuatro virtudes cardinales, La Justicia y La Prudencia son obra de Carmelo Vicent y La Fortaleza y La Templanza que son obra de Vicente Beltrán. En el centro de las figuras hay una ventana con una columna a cada lado. El cuerpo central termina con una balaustrada con pináculos en los extremos y en el centro el escudo de la ciudad sobre un frontón partido.

La fábrica de los muros está compuesta por un zócalo de mármol y paramento almohadillado en el resto de la planta baja. Aquí hay tres puertas de acceso. En el primer piso tres vanos con balcón y con frontón, el espacio enmarcado por tres pilastras corintias. En el segundo piso tres vanos más pequeños. Encima de la cornisa una balaustrada con pequeños obeliscos en línea con las pilastras.

En los laterales dos torres cúbicas con cúpula que termina en linterna, las tejas son de cerámica cobriza, de reflejo metálico. Siguen como el resto de la fachada con planta baja y dos pisos, y un tercero que va por encima de la cornisa. En ellas vemos balcones y ventanas.

El famoso balcón que vemos en el cuerpo central fue añadido en 1967, fue diseñado por Francisco Mora y lo finalizó José L. Testor Gómez. Es de piedra apoya en cuatro columnas. Debajo se encuentra la puerta principal del edificio. Dentro del ayuntamiento la puerta que da acceso al balcón es de ma-dera con arco de medio punto. En las enjutas hay dos medio relieves en mármol que representan la Administración y la Justicia obras de Mariano Benlliure. Encima de la cornisa en el centro vemos dos figuras femeninas desnudas que sujetan el escudo municipal, en bronce, representan a Las Artes y a Las Letras, obra también de Benlliure.

En la fachada que recae a la calle de la Sangre, como ya hemos señalado anteriormente, estaba la portada principal de la Real Casa de la Enseñanza. Actualmente parece una ventana, tiene reja, en su

La primera casa consistorial va-lenciana estuvo situada desde la conquista en 1238, en un edificio que estaba entre las

plazas de la Almoina y del Arzobispo. En 1311 Jaime II autorizó que se vendiera, y con lo conseguido que se construyera una nueva. La Casa de la Ciutat, se construyó en los jardines que ahora vemos al lado de la sede de la Generalitat Valenciana, al comienzo de la calle Caballeros. En 1342 ya estaba funcionando, a lo largo del tiem-po el edificio sufrió varias intervenciones, según las necesidades que iban surgien-do. En sus salones se realizó a veces una decoración lujosa, en 1418 la asamblea municipal acordó que se hiciera una nue-va sala. Estaba destinada a las reuniones de los Jurats y funciones representativas, se trataba de la Sala dorada (cambra dau-rada), fue decorada con una bella techum-bre, que hoy podemos ver en el Salón del Consulado de la Lonja de Valencia. El edi-ficio seguía el mismo modelo que las ca-

sas señoriales tanto en composición de su fachada como en la distribución de su es-pacio. Todo giraba en torno a un patio cen-tral, que era el que daba luz y ventilación a las diversas estancias. Era de tres plantas más los entresuelos, el acceso lo daba una escalera de piedra, dividida por una mese-ta. A parte de los diversos usos que tuvo, fue la primera cárcel para hombres y mu-jeres. En 1585 los presos provocaron un incendio que provocó graves daños en el edificio. Esta primera sede fue derribada en su totalidad entre los años 1859 y 1860 (Serra, 2003).

Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX en Valencia van surgiendo nuevas necesidades urbanísticas. Para ello se acometen grandes remodelaciones, como fue el derribo en 1891 del antiguo convento de San Francisco, que después de la desamortización se había convertido en cuartel de caballería. Obteniendo así un gran solar, al que con el tiempo se que-ría convertir en el centro neurálgico

Fotos: Arantxa Carceller

14 Los ojos de Hipatia

ARTE

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EXPOSICIONESARTE

parte superior tiene el escudo prelacial del arzo-bispo y una inscripción en la que se lee: REAL CASA DE ENSEÑANZA DE NIÑAS Y COLE-GIO DE EDUCANDAS. En el siguiente cuerpo, encima de esta puerta hay un balcón, era el de autoridades, en su parte superior podemos leer AYUNTAMIENTO, esta era la fachada principal antes de acometer las obras. De los dos accesos de esta fachada uno de ellos es la portada de la desaparecida iglesia de la Archicofradía de la Sangre. Es de dos cuerpos, puerta abajo y balcón arriba, con pilastras jónicas acanaladas. Esta fa-chada se ordena sobre un zócalo de piedra, en la planta baja dos portadas de acceso y el resto son vanos. En el primer piso cinco balcones, los más grandes encima de las portadas. En el segundo cinco vanos, seis pilastras delimitan los espacios, terminan en una cornisa denticulada, un tímpano corona la fachada.

Pasamos al interior del edificio por la facha-da principal encontrándonos con la escalera de mármol italiano, de estilo neoclásico por la que

se accede al piso superior, realizada en 1924. El Salón de fiestas, que también se llama de cristal, se inauguró en 1929 por el rey Alfonso XIII. El sa-lón mide unos veintidós metros de largo por diez metros de ancho, está cubierto con una bóveda de cañón con lunetos. Llaman la atención sus vi-drieras de colores, y las dos lámparas de araña de cristal de bohemia. En el techo hay tres pinturas de Salvador Tuset, que son las alegorías de la tie-rra, el cielo y el mar valenciano.

El Salón de Plenos o Hemiciclo es de forma semicircular. Sobre las puertas de acceso pode-mos ver unas pinturas sobre alegorías de Valen-cia, que son obra de Luis Dubón. Las columnas y pilastras son de granito alemán, con ornamenta-ción de bronce, y de mármol italiano son portadas y testero.

En 1935 se inauguró el Museo Histórico Muni-cipal, en lo que había sido la iglesia de la Casa de la Enseñanza, la Capilla de Santa Rosa de Lima, después de ser reformada. Posee piezas muy in-teresantes, como el plano de Valencia (1704) del

Padre Tosca. En una de sus salas se puede admi-rar un techo artesonado de madera, obra de José Sanmartín. Quizás la sala más importante sea la Sala Foral, que corresponde casi totalmente con la Capilla de Santa Rosa de Lima. La portada re-cae en la calle Arzobispo Mayoral, que es la origi-nal, al igual que la bóveda o las pinturas murales de José Vergara.

El edificio del Ayuntamiento fue declarado Mo-numento Histórico Artístico Nacional en 1962.

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Bibliografía:

GRAU MESTRE, L. (2000), Ayuntamiento de Va-lencia. Antigua Casa de la Enseñanza, Iglesia de la Sangre y Capilla de Santa Rosa de Lima, Valen-cia, Ayuntamiento de Valencia.

SERRA DESFILIS, A. (2003), La Casa de la ciu-dad de Valencia en los siglos XIV y XV. En: MIRA, E.; ZARAGOZÁ CATALÁN, A. coor. Una arquitec-tura gótica mediterránea, 2 vols., Valencia, Gene-ralitat Valenciana, p. 159-162.

Hasta el 22 de mayo de 2016 nos reen-contramos en el MuVIM de Valencia con las obras originales y carteles de creadores valencianos que realizaron

obras de arte figurativas entre regímenes y gobi-ernos como la dictadura de Primo de Rivera, la II República, la Guerra Civil y los primeros años de la dictadura de Franco.

Innovaciones y Pervivencias en el Arte Fi-gurativo (1928-1942) es el subtítulo de la mu-estra realizada con fondos principalmente de la Diputación de Valencia y el préstamo de otras instituciones y colecciones privadas, comisa-riada por el actual director del MuVIM, Rafael Company y Amador Griñó.

Más de 280 piezas entre pinturas, esculturas, carteles, periódicos, revistas, sirven para revisar un ajetreo creativo donde Josep Renau, Ricardo Boix, Alfred Claros, Manuel Monleón y Arturo Ballester son nombres relevantes al servicio de los ideales revolucionarios, pero la muestra tampoco olvida a los cartelistas que sirvieron al franquismo, como Juan Cabanas o Teodoro Del-gado, que en su obra llamaban a la unidad de las tierras de España. Esculturas de Ignacio Pina-zo, piezas de Francisco Bolinches, una portada de la revista “Time” del 1939 con una fotografía de Franco.

Pero antes, la Plaza de la República en el hall del MuVIM nos prepara para los contrastes pro-pagandísticos que vamos a observar. Una vez entrados en la exposición, nos reciben La Repú-blica que simbólicamente es femenina. El lienzo “Alegoría de la República Española” (1931) de Teodoro Andreu, y el retrato de Alfonso XIII.

Valencia con Madrid y Barcelona, fue una de las tres sedes sucesivas del gobierno de la II Re-pública a lo largo de la guerra. Pero se debe co-nocer igualmente que nuestra capital también se convirtió, como estas dos ciudades, en uno de los tres principales centros difusores de las imágenes -iconos- de las luchas republicanas.

Durante el asedio de Madrid por las tropas fran-quistas, buena parte de la producción de carte-les en defensa de la República se hicieron en la ciudad de Valencia, lo que explica el reconocido prestigio y gran capacidad técnica de los talle-res litográficos e imprentas existentes, así como por la presencia en la capital valenciana de des-tacados artistas y cartelistas tanto valencianos como de otras procedencias, que pusieron su relevancia e ingenio a disposición de las autori-dades políticas y organizaciones obreras.

Estos creadores de obediencia ideológica de izquierdas utilizaron, cuando correspondía, es-téticas realistas -y por tanto, tradicionales- para facilitar la comprensión de los mensajes por parte de las masas y la consiguiente adhesión a la causa.

Paralelamente a esta efervescencia marcada por el enfrentamiento violento, las entidades valencianas Acción de Arte y la Unión de Escri-tores y Artistas Proletarios (UEAP) se unieron en AIDC, la célebre Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura. Se dice a menu-do que, “un cartel es un grito en la pared”, y en consecuencia puede afirmarse que, en la Valen-cia inmersa en la guerra, los muros gritaban a cada paso: lo hacían entre las explosiones de las bombas lanzadas por la aviación de Mussolini, aliada de Franco; gritaban sobre las estructuras de los imprescindibles refugios antiaéreos; exhi-bían su utilidad en poner letras, trazos y colores a las manifestaciones y pretensiones de la revo-lución política izquierdista y de la maquinaria militar; lanzaban sus mensajes al borde de los ataques iconoclastas contra los edificios religio-sos y sus contenidos; e igualmente, los carteles convivían con la represión ejercida sobre aque-llas personas –miembros del clero o laicas- con-sideradas como enemigas de clase y como par-te de una «quinta columna» que, emboscadas codiciaría la victoria de los nacionales.

Joan Josep Soler NavarroMiembro del ICOM-UNESCO

La modernidad republicana de

Valencia

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LITERATURA

La muchacha de cabello rubio que aparece en la última secuencia de  La dolce vita  (1960) de Federi-co Fellini, mirada como una figura

metafórica, tiene similitud con el ideal –perdi-do– del escritor/artista que aspira a la belleza creativa y eterna. Paola (Valeria Ciangottini), la misma adolescente, ya había aparecido, coinci-dentemente, en el único momento en que Mar-cello (al que interpreta su homónimo Marcello Mastroianni) se propone escribir la que será presumiblemente su novela ansiada,  bajo los toldos de un restaurante de playa.

a su vez está “envuelto en una extraña luz de irrealidad”, según palabras de Enrico. Es aque-lla vieja idea de asimilar (y no tanto suprimir) la contingencia con la perdurabilidad, heredada de la modernidad romántica, quizás la versión “subjetivista”, individualista y esteticista, del complejo dilema cristiano entre el cuerpo y el alma, cuyo antecedente es platónico.

Pero las ideas de esencialidad y perennidad parecen no ser reales/vitales, o al menos se presentan desde un existencialismo extremo, patológico e irracional en la breve aparición del personaje de Steiner. Las ideas de perdura-bilidad forman parte de la compleja definición de lo absoluto que tal vez perfilan al personaje de Steiner, y cuyo idealismo –suponemos– que

La dolce vita Eduardo Beltrán JordáEscritor.

CINE

Realidad vital vs idealismo artístico

Una idea, la de la belleza, “que perdure”, “cla-ra y pura”, “sin retórica ni adornos”, como dice el propio Marcello en la secuencia donde él y su novia pasan una velada en casa de su amigo Enrico Steiner (Alain Cuny). En esta secuencia se comparará este ideal de belleza a un cuadro de Morandi, que los dos amigos contemplan, y donde se refleja el motivo tradicional de la “na-turaleza muerta”, un erudito pretexto para la fi-losofía del arte, mediante el cual hablar sobre el concepto estético de “rigor, precisión y obje-tividad, donde nada parece casual”, pero que

de Federico Fellini

Gabriel Miró (Alicante, 1879 - Madrid, 1930) es uno de los mejores prosistas de la Edad de Plata, pero su obra

apenas se lee. Para algunos, sólo es un autor costumbrista, apegado a lo rural y con un estilo innecesariamente moroso, que impide a sus novelas adquirir el rit-mo necesario para emocionar al lector. Ortega reconoció su maestría formal, pero le acusó de malograr el conjunto con un esteticismo que convertía cada pá-gina es un deslumbrante (y extenuante) prodigio, incompatible con la construc-ción de una trama y unos personajes. Yo no aprecio nada de eso. Miró no es un au-tor costumbrista, pues rehúye el tópico y el color local. Su mirada es profunda, crí-tica e innovadora. No es un espectador, sino un testigo que viaja al fondo de las cosas, expresando su malestar cuando

presencia una injusticia. Su visión de España no es autocomplaciente. No le tiembla la pluma al hablar de la violencia que soportan los niños, los animales, las mujeres y los grupos sociales más vulnerables. Más cerca de Ortega que de Unamuno, sueña con la reforma social de un país política y culturalmente atrasado, pero sortea con elegancia la trampa del radicalismo, que sí sedujo al último Valle-Inclán. Su pasión por el campo no es una veleidad provinciana, sino la expresión de una honda inquietud espiritual. Al igual que un fenomenólogo, Miró ob-serva la naturaleza, intentando capturar esencias, no simples reflejos. Su prosa se muestra tan exigente como la de Proust, Joyce o Virginia Woolf. No hay esteticismo, sino una aguda exigencia intelectual que no cesa de buscar el punto de encuentro entre la palabra y la materia.

“Gitanos” es una estampa o capítulo de Años y leguas, su último libro. Publicado en 1928, el protagonista una vez más es Sigüenza, trasunto o posible heterónimo de Miró, que deambula por el Levante como un peregrino con sed de absoluto. El escritor siempre profesó un cris-tianismo semejante al de Pérez Galdós, lejos de cualquier forma de intolerancia o dogmatismo. Su ternura con los más débiles nace de su identificación con las enseñanzas del Sermón de la Montaña. Poco amigo de penitencias, su literatura rebosa misericordia y un ardien-te deseo de renovación espiritual e institucional. El obispo leproso (1926) ha pasado a la historia como una obra anticlerical. Miró estu-dió con los jesuitas y se mostró muy crítico con su modelo de enseñan-za, autoritario e intransigente. Sin embargo, ese punto de vista convive con una fe firme, sin fisuras. No es Unamuno, atrapado por terribles dudas. Al igual que el prelado de El obispo leproso, Miró cree que es posible otra Iglesia, con un mensaje más humano y compasivo, opues-ta al fanatismo y la dureza de corazón. “Gitanos” es un ejemplo de la sensibilidad del verdadero cristiano, que “no odia porque sabe com-prender” y manifiesta “sentimientos de paz, porque ama” (Es Cristo que pasa). El capítulo comienza con una alusión humorística al trabajo literario, que presupone orden, disciplina, claridad. Sigüenza se rodea de libros, tabaco y promesas, pero su sosiego se quebranta cuando una mosca logra burlar la red metálica concebida para cortar el paso

a los insectos. En un pequeño cuarto encalado, con una mesa sin barnizar y unas sillas de esparto, una mosca “con sus ojos hinchados de color café” y su trompa latiendo, puede ser más perturbadora que “un grito”. La irrupción de una avispa añade dramatismo a la situa-ción, pues su aguijón puede hundirse dolorosamente en la carne. Sigüenza logra aplastarla con un “bárbaro golpe”. Después, contempla de cerca “su cintura, su vientre, su corpezuelo afilado, su vello estremecido”. La muerte no ha logrado borrar su belleza. El escritor puede parapetarse en una trama de palabras, pero el mundo nunca se cansará de convocarle, mos-trándole la ambivalencia de la vida, con su carga de sufrimiento y sus explosiones de júbilo.

Sigüenza se asoma al balcón y se embriaga con “la avidez del verano”. En el medio rural, se nota más el peso del tiempo, el tránsito “del paisaje tierno a los campos en rastrojos”. De repente, se escucha la voz “maja y zalamera” de un gitano, que habla con la labradora del casalicio donde el escritor se ha alojado. Se trata de una labradora “vieja y desmedrada” que no disimula su miedo ante “un mozallón, roído de viruela, con un alboroto de tufos de prin-gue, la mirada caliente y los colmillos blancos como de mastín”. Al joven le acompaña “una tribu andrajosa”, con niños sucios, viejos flacos como galgos, mujeres con ropa mugrienta y jumentos que tiemblan de hambre y miedo. El conjunto desprende una sombra lúgubre, casi podrida, que se tiende en el camino como un animal extenuado. El gitano pide un costal de paja para “una mujer enferma, que no tiene dónde recostarse, lo mismo que la Virgen San-tísima”. La labradora se niega con terquedad, alegando que la paja no es de su propiedad, sino de los campesinos que trillan en la era. El gitano gime, se desespera, escupe y acecha el interior de la casa, con ojos de aguilucho. Sigüenza interviene, pidiéndole contundentemen-te que se marche con su gente. Su puño crispado en el bolsillo de la americana insinúa que tal vez esconde un arma. El gitano baja la cabeza y, humillado, se retira, no sin murmurar y maldecir. La rabia y la consternación se reflejan en la mirada de viejos, mujeres y niños, que reemprenden la marcha, levantando “un polvo y vaho de muladar”, mientras se lamentan de su negra suerte. La labradora agradece a Sigüenza su gesto, con una exclamación que parece “un salmo”. El escritor vuelve a su aposento y saca la mano del bolsillo, depositando sobre la mesa una petaca de cuero, el estuche de unos anteojos, yesca para hacer fuego y una pluma estilográfica. En su rostro resplandece “una sonrisa de buen sabor de vida”. Piensa que ha obrado como un héroe.

A la caída de la tarde, Sigüenza parte hacia el pueblo más cercano para realizar unas com-pras. La labradora le advierte que los gitanos quizá le esperen en un recodo del camino para vengarse, especialmente si se entretiene demasiado y anochece. Sigüenza está a punto de desistir, pero el orgullo le anima a no renunciar a su plan. Se adentra en la carretera, escrutando la lejanía. Cuando llega a su destino, despuntan las primeras estrellas. Entra en la tienda y hace sus compras, rodeado de labradores y mujeres de negro. Aún le queda tiempo de subir a la diligencia y no hacer el camino de vuelta de pie y a oscuras, pero quie-re demostrarse a sí mismo que no tiene miedo. Se despide del tendero, comentando que espera tener suerte y no toparse con los gitanos. Está a punto de narrar su proeza, pero el comerciante se adelanta, explicándole que ya están muy lejos: “Yo los vi. No tenían paja; y una de sus mujeres daba compasión porque había parido en el suelo como una borrega…”.

El conmovedor texto de Gabriel Miró es un acto de desagravio particularmente necesario en nuestras letras. Aún cuesta digerir las duras e injustas palabras de Cervantes en La gi-tanilla (1613) sobre una comunidad que ha sufrido toda clase de ultrajes y persecuciones. Las grandes dotes de narrador de Gabriel Miró se ponen de manifiesto en este capítulo. El paisaje no es un telón de fondo, sino una realidad viva y cambiante que se concierta con las emociones de los personajes. Sigüenza no es un simple contemplador. Su aguda conciencia estética y moral alumbra un lenguaje sensual, pictórico, reflexivo. Comencé a leer a Gabriel Miró en ediciones sueltas. En 1931 apareció en Madrid la primera edición de sus obras completas, elaborada por los “Amigos de Gabriel Miró”. En 1942, Biblioteca Nueva publicó toda su obra en un solo volumen. Entre 2006 y 2008, la Biblioteca Castro reunió todos sus libros en tres volúmenes, incluyendo sus dos primeras novelas, repudiadas por el autor, y va-rios textos inéditos. Se hizo cargo de la edición Miguel Ángel Lozano Marco, catedrático de la Universidad de Alicante, que elaboró excelentes estudios introductorios y una exhaustiva y selecta bibliografía. Gabriel Miró es uno de nuestros clásicos más olvidados, pero en sus libros fulgura la belleza y se intuye la eternidad.

Gab

riel M

iróRafael Narbona

Escritor y Crítico Literario

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y los gitanos

Marcelloy su musa en

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"3"

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CINE MÚSICA

"3"María CarbonellRedactora Musical

El Ser Humano, alter ego del músico valenciano Gonzalo Fuster, sacó a la luz hace casi ya un lustro su faceta más íntima para iniciar un viaje de

obstinación empedernida en el que siempre ha pisado con firmeza senderos inusitados con infinitos recovecos; su universo sonoro podría definirse como un laberinto entrópico "no apto" para oyentes acomodados. Un arte-sano de la canción volátil que se aleja del es-tatismo para romper en cada trabajo con los terrenos ya explorados y llegar con la experi-mentación a nuevos matices sonoros.

"3", su cuarto trabajo, publicado por el se-llo granadino Luscinia, supone un salto más arriesgado que sus predecesores. Nueve cor-tes enfrascados en un ferviente afán por la composición en los que hace perdurar el alma de sus anteriores trabajos ("Elvis" y "Stein" podrían ser un buen ejemplo de ello), en los que al mismo tiempo revisita alguno de los le-gados musicales de Ontario y Trinidad (como es el caso de "Amiga fría" y "Expropietario de Bélgica").

La constante ruptura con lo anterior le hace cambiar el timón de la nave en el proceso de grabación, saliendo de los estudios El Sótano de Dani Cardona para sumergirse durante una semana en "Río Bravo" junto a los im-

pitasoundprom.blogspot.com.es

prescindibles Xema Fuertes y Cayo Bellveser, productores del disco. Un trabajo medido en una unidad de tiempo que logra capturar en instantáneas la narración de un film brillante.

Hay discos a los que es difícil llegar a la pri-mera, requieren ese proceso de múltiples es-cuchas para que acabe madurando y cobran-do sentido en la percepción del oyente. El Ser Humano vuelve a retozar con los contrastes de las estructuras, turbar con los arreglos y encriptar con la lírica. Un disco con una mez-cla de estilos inigualable que reúne a la psico-delia, el folk, el pop y al folclore, entre otros, en un curioso entramado sonoro que alumbra un universo inventado por la idiosincrasia de un ser humano excepcional.

Los ritmos bailables que ya se entreveían en "Egresión" en cortes como "Cierto Opti-mismo", vuelven a estar presentes con cierto aire tropical en "Mis Raíces" y "El Hilo"; este último un "rara avis" tanto en sus arreglos como en las armonías vocales que salta de la oscuridad a la luz con una gloriosa elegan-cia. La cara estratosférica asoma en "Levi Strauss" con la voz en falsete y el punto de mira en los zaragozanos El Niño Gusano. En "Mystique" abandona el simbolismo de su lírica para dejar espacio a la opinión. Y en "Amiga fría" los arreglos de guitarra, cambios

de ritmo, el toque aflamencado y unos coros fulgurantes consiguen uno de los cortes más redondos de “3”. El cierre del disco lo pone "Tito", una especie de canción de cuna, una dosis de vitamina con el pulso de una rápida guitarra en una canción lenta, en la que la par-te instrumental en forma de orquesta pone fin al nuevo flamante ideario de El Ser Humano.

Ser HumanoEl

se transforma en un maniqueísmo radical en el que surge un inexplicable suicidio, y un infan-ticidio con sus propios hijos. Acto trágico que Fellini deja abierto sin ninguna explicación. Posiblemente  la paradoja vital e ideal de Stei-ner, pueda ser sugerida por el propio Fellini, en la pesadumbre creativa y moral, que se trasla-dada en la decepción creativa e ideal de aquel Marcello que quiere –aunque no intente– ser un literato. Digamos que nos conduciría de un en-foque introvertido a otro manifiesto; la entriste-cida incoherencia existencial de Steiner se tras-pone en descreimiento nihilista en Marcello. La oculta antítesis vida/idea de Steiner, bajo nues-tro criterio, desencadenaría el desengaño de Marcello sobre el idealismo que había proyec-tado en su amigo, y que este parecía encarnar.

En la mencionada secuencia última, el grupo de noctívagos vividores que acompaña a Marce-llo, ya decayendo su diversión, y parece ser, can-sados del agotamiento del vacío de sensaciones, pero aún ávidos de novedades por la mañana, contemplan un alboroto de pescadores recogien-do con sus redes una manta marina en la playa.

El animal es presentado por los comentarios del grupo como un monstruo. Parece, además, y por lo dicho, un símil del mundo monstruoso, “malo-liente” y canallesco, de una sociedad “dilapidado-ra de vida” –según palabras de Jordi Bernal (1) –; esa sociedad, ese mundo, a pesar de estar muer-to,  le “sigue mirando” a uno, como dirá Marcello irónicamente, cuando la cámara está enfocando el ojo del animal marino en primer plano. (2)

Para Jordi Bernal, en esta última secuencia ve-mos la pérdida de la “inocencia”. Pero inocencia es falta de consciencia, y aunque Marcello abra las manos alzando los brazos en señal de resig-nación, lo que va perdiendo es la inconsciencia, y aquí vemos más la pérdida del ideal vital y crea-tivo que representa la muchacha. La inspiración se marcha avisando. La musa, en su perfil físico, representa “uno de esos ángeles que aparecen en las iglesias”, como dirá Marcello; y demuestra la alegría de vivir (obsérvese la naturalidad y la ex-troversión de la chica). Son ideales de pureza, in-comunicada, difícil de escuchar, como vemos en la imposibilidad de diálogo entre el protagonista y la adolescente. Sin embargo, Paola, comprensi-va, con una sonrisa en los labios, parece respetar la distancia entre ambos caminos (entre esfuer-zo y  holgazanería, incluso entre contingencia y permanencia),  además de ser tolerante con la inconstancia volátil del periodista bohemio y su propio destino. Es el final de la película. Fellini nos seduce con una manifestación cinematográ-fica, sostenida por la prolijidad del vitalismo y la tragicomedia contemporánea.

La dolce bellezzaEn 2012, Byung-Chul Han publicó La socie-

dad del cansancio (Herder), un ensayo breve don-de trasmite el esquema del agotamiento de una sociedad sobreexpuesta a la trasparencia (la “tri-butaria”, no la ética). Una sociedad auto-exigida por la impostura del estrés actualizador, que le hace víctima y verdugo al mismo tiempo del tra-bajo y el consumo como vehículos capitalistas de actuación, autoexplotación y autoextenuación. Para orientarnos en otro camino, alude a una

interiorización de lo exhausto para salvar una es-pecie de utopía del descanso y la no acción.

En 2013 se estrenó la película La Gran Be-lleza de Paolo Sorrentino. Destacó por un reco-nocimiento popular y especializado, con premios europeos y norteamericanos. Revisitaba las par-ticularidades de la dolce vita, pero esta vez era ya una dolce vita cansada. Su protagonista, Jep Gambardella (Toni Servillo) estaba muy cansa-do. Como Marcello, se dedicaba al periodismo, aunque Jep sí tuvo un solo éxito con su primera novela. Los recursos estéticos y tecnológicos (el montaje; el diseño de producción; la iluminación; la infografía de animales –jirafa y flamencos–; algunas vistas exteriores de Roma, o de sus in-teriores palaciegos o mausoleos; la música líri-co-conceptual de un minimalismo trascendental con Arvo Pärt, nos hacían preguntarnos por el contraste entre ironía y vida, frente a estética y verdad. Además nos preguntábamos donde se ubicarían estas ideas en cada director. Si algo había en común entre ambos realizadores era que “el viaje siempre es imaginado y el arte es un truco”, que es lo que aparecía escrito al principio del filme, La Gan Belleza.

No obstante, la pretenciosidad o la vanidad social que satirizaba Federico Fellini en La dolce vita, se presentaba con la película de Sorrentino, ya aburrida. Lo que Federico Fellini mostraba en La dolce vita, con los ideales que se escapa-ban por una existencia desorientada, la experien-cia del errar, el reverso de la angustia existencial –el hedonismo–, Paolo Sorrentino en La Grande Bellezza lo convertía en indolencia y decadencia: las musas se habían hastiado.

***(1) Jordi Bernal, “La dolce vita. Las ilusiones

perdidas”, Dirigido, 359.

(2) En nuestra interpretación, el protagonista de la película intuye, dentro de esa itinerancia despreocupada de la vida hedonista y superficial, que la creatividad no esforzada, ni trabajada, es su muerte creativa, y que su realidad es su decadencia, a la que no sabe dejar de lado: siempre le está observando.

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presiones diarias de sus habitantes, algunas de ellas escritas por Roman Polanski durante su niñez en el gueto.

La plaza principal de Podgorze, alberga el recuerdo de haber visto deportar a miles de per-sonas hacia Auswichtz. Durante la ocupación nazi se llamó la plaza de Adolf Hitler pero hoy, es la Plaza de los Héroes del Gueto. En ella se yerguen 18 sillas de distintos tamaños, en me-moria a todos aquellos que fueron obligados a dejar todas sus pertenencias antes de partir en su viaje hacia la muerte. En una de las esqui-nas de la plaza, vemos la farmacia Pod Orlem o Bajo el águila, conocida porque su propietario Tadeus Pankiewicz fue el único polaco no judío al que los nazis permitieron seguir en el barrio una vez convertido en gueto. Tadeus es recorda-do como un héroe, ya que desafió a los nazis y repartió medicamentos de manera clandestina entre todos aquellos judíos abatidos por la en-fermedad y el desgaste.

Podgorze fue el escenario del gueto judío en Cracovia, los nazis desalojaron a todos los polacos que residían en la zona y obligaron a toda la comunidad judía que hasta el momento convivía en el barrio de Kazmierz, a trasladarse hasta allí. Las calles de Podgorze guardan silen-cio, pues parece que no han recobrado todavía el aliento tras todo lo visto y soportado en aque-llos años.

VIAJES

CracoviaCracovia es una ciudad pequeña que

se deja recorrer a pie, al pasear por sus calles uno siente la historia de cada barrio y de la ciudad en su con-

junto. Una de las zonas más atractivas es el ba-rrio judío de Kazmierz. Visitar las sinagogas o el cementerio son algunos de las actividades a rea-lizar durante el día. Pero es al anochecer cuan-do el barrio saca a relucir su parte más jovial y bohemia. Las calles apenas iluminadas por los rótulos de los bares se llenan de gente que van de un local a otro. Uno de los puntos de encuen-tro es Wolnica o Plaza del Mercado. La calle que la rodea está repleta de bares y la misma plaza está llena de puestos de comida rápida.

El fast food por excelencia es el Zapiekanka, media barra de pan con una base de champiño-nes, tomate y queso que se sirve caliente y con un chorro de kétchup picante. El plato estrella son los Pierogi, un híbrido entre las empanadi-llas y los ravioles. Los hay con distintos y diver-sos rellenos, repollo y setas, queso y tomate, es-pinacas y quark, incluso los hay con chocolate. Otras opciones gastronómicas son los Milk Bar o bares de leche, son locales de herencia comu-nista que abrieron con el propósito de ofrecer menús económicos y accesibles a toda la pobla-ción.

Al otro lado del río Vístula encontramos Po-dgorze, el barrio obrero. No es una zona muy concurrida por los turistas a pesar de que el mu-seo de Arte Contemporáneo y la Fábrica Museo de Schindler están ubicados en esta área. En el museo de Schindler, el visitante puede hacerse una idea de cómo era la vida en la ciudad bajo la ocupación nazi, a través un recorrido interacti-vo que le acercará a la esencia de aquellos días. También muestra notas personales con las im-

Núria CastanyPeriodista afincada en Berlín

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efervescencia bohemia

Fotos: Núria Castany

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