Moises de Miguel Angel

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Sobre la consideración de la “constelación psíquica” en Freud Nilson Beltrán Bohórquez “En un ataque de cólera, [Moisés] quiso levantarse de golpe y cobrar venganza olvidado de las Tablas. Pero superó la tentación: ahora permanecerá sentado con furia domeñada, con una mezcla de dolor y desprecio. Tampoco arrojará las Tablas de suerte que se despedacen contra la piedra, ya que justamente por causa de ellas enfrenó su cólera, dominó su pasión para rescatarlas. Cuando se entregó a su indignación apasionada, no pudo menos que descuidar las Tablas, apartar la mano que las sostenía. Entonces empezaron a deslizarse, corrieron peligro de destruirse. Esto le hizo recapacitar. Recordó su misión y por ella renunció a la satisfacción de su afecto. Su mano retrocedió y rescató las Tablas que caían antes que pudieran hacerlo.” La anterior cita es la conclusión a la que llega Freud en su análisis (interpretación) de El Moisés de Miguel Ángel , el cual trata de una escultura del año 1509 del artista renacentista. Esta pretensión por parte del autor se debe a su interés de decir algo concreto al “simple admirador”, lo cual corresponde a darle un significado a la obra. El goce que obtiene Freud de la contemplación de una obra de arte y, en especial de esta obra de Miguel Ángel es debido a la extracción de conceptos de la pieza, pues le interesan más que los aspectos formales, debido a esto él no se deja conmover si no sabe las razones de ese placer. Ante la oscuridad de las obras de arte para nuestro entendimiento, hay quizá una condición necesaria de los efectos de la pieza en el entendimiento, es decir, no sabemos en muchos casos que representan las obras por sí mismas, lo cual produce una

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Page 1: Moises de Miguel Angel

Sobre la consideración de la “constelación psíquica” en Freud

Nilson Beltrán Bohórquez

“En un ataque de cólera, [Moisés] quiso levantarse de golpe y cobrar venganza olvidado de las Tablas. Pero superó la tentación: ahora permanecerá sentado con furia domeñada, con una mezcla de dolor y desprecio. Tampoco arrojará las Tablas de suerte que se despedacen contra la piedra, ya que justamente por causa de ellas enfrenó su cólera, dominó su pasión para rescatarlas. Cuando se entregó a su indignación apasionada, no pudo menos que descuidar las Tablas, apartar la mano que las sostenía. Entonces empezaron a deslizarse, corrieron peligro de destruirse. Esto le hizo recapacitar. Recordó su misión y por ella renunció a la satisfacción de su afecto. Su mano retrocedió y rescató las Tablas que caían antes que pudieran hacerlo.”

La anterior cita es la conclusión a la que llega Freud en su análisis (interpretación) de El Moisés de Miguel Ángel, el cual trata de una escultura del año 1509 del artista renacentista. Esta pretensión por parte del autor se debe a su interés de decir algo concreto al “simple admirador”, lo cual corresponde a darle un significado a la obra.

El goce que obtiene Freud de la contemplación de una obra de arte y, en especial de esta obra de Miguel Ángel es debido a la extracción de conceptos de la pieza, pues le interesan más que los aspectos formales, debido a esto él no se deja conmover si no sabe las razones de ese placer. Ante la oscuridad de las obras de arte para nuestro entendimiento, hay quizá una condición necesaria de los efectos de la pieza en el entendimiento, es decir, no sabemos en muchos casos que representan las obras por sí mismas, lo cual produce una desorientación en nuestro entendimiento conceptual. En la obra de arte nos cautiva la reciprocidad del propósito del artista junto con su representación sensible, esta conjunción hace que nosotros aprehendamos la obra. Esa aprehensión se da en nosotros como una reproducción que se dio en el artista, es decir, la constelación psíquica que originó la fuerza pulsional para la creación en el artista se reproduce también en nosotros. En conclusión, la obra posibilita el análisis si es la expresión eficaz en nosotros de los propósitos del artista, lo cual quiere decir, que nosotros podamos extraer ciertos conceptos de la obra.

Cuando Freud habla de la “constelación psíquica” me parece inquietante que esta “constelación” se reproduzca en el observador de la obra, además, cuando el mismo Freud no desarrolla esta idea de que es tal expresión. Quizá se refiere a una cierta configuración mental y/o cerebral, y si es el caso, ¿en verdad se da esta reproducción? Es decir, Miguel Ángel transmitió su propósito por medio de la representación sensible (Moisés) a Freud, aunque Freud no sepa si en verdad tal propósito era consciente o inconsciente por parte de Miguel Ángel. Pues Freud dice que el artista renacentista no podría ser tan ingenuo después de hacer su análisis de esta obra…