Monografías de Arquitectura y Vivienda€¦ · Le Corbusier, 1922-1965 La vida pública Le...

5

Transcript of Monografías de Arquitectura y Vivienda€¦ · Le Corbusier, 1922-1965 La vida pública Le...

Page 1: Monografías de Arquitectura y Vivienda€¦ · Le Corbusier, 1922-1965 La vida pública Le Corbusier, 1922-1965 Public Life El pacto con la naturaleza El creador plástico: La idea
Page 2: Monografías de Arquitectura y Vivienda€¦ · Le Corbusier, 1922-1965 La vida pública Le Corbusier, 1922-1965 Public Life El pacto con la naturaleza El creador plástico: La idea
Page 3: Monografías de Arquitectura y Vivienda€¦ · Le Corbusier, 1922-1965 La vida pública Le Corbusier, 1922-1965 Public Life El pacto con la naturaleza El creador plástico: La idea

Monografías de Arquitectura y Vivienda

DirectorLuis Fernández Galiano

Consejo de RedacciónRicardo Aroca Luis Fernández-Galiano Pedro Gómez Blázquez Ignacio González Pérez Ramón Muñagorri Antonio Vélez Secretario del Consejo Antonio Vélez

RedacciónJusto F. IsasiAlfonso MuñozMercedes ReigDiseño gráficoJavier AlauJusto F. IsasiFernando de MiguelProducciónFernando de MiguelCarolina Lozano, auxiliarSecretaríaMarisa Martín Beaumont

Edita S. G. V.(Sociedad Estatal de Gestión para la Rehabilitación y Construcción de Viviendas) S. A.Presidente:Ramón Muñagorri Triana

Redacción y suscripciones:Casado del Alisal, 5. 28014 Madrid Tels. 22738 97/227 3008

Publicidad: Mercedes MedinaPaseo de la Castellana, 105. 28046 MadridTel. 4556029Distribuye: Hermann Blume Rosario, 17. 28005 Madrid Tels. 2659200/09

Precio del número: 1.300 ptas. (IVA incluido) Suscripción anual (4 números):España: 4.800 ptas. (IVA incluido)Extranjero: 50$ USA

Fotocomposición: Fernández Ciudad, S. L. Fotomecánica: Gráfico Hispano y Marfil Impresión: Omnia, T. G. A.A & V . S.G.V., 1987 Depósito legal: M. 24870 - 1987

LE CORBUSIER (I)Los trabajos y los días, 1887-1965 De Jeanneret a Le CorbusierLife and works, 1887-1965 From Jeanneret to Le Corbusier

6 H. Allen BrokksJeanneret en La Chaux-de-Fonds Los años de formaciónJeanneret at La Chaux-de-Fonds The Formative Years

14 Vincent ScullyLe Corbusier, 1922-1965 La vida públicaLe Corbusier, 1922-1965 Public Life

El pacto con la naturalezaEl creador plástico: La idea y la miradaThe Pact with NatureThe plastic Creator: Ideas and Gazes

28 Luis Fernández-Galiano La mirada de Le Corbusier Hacia una arquitectura narrativaLe Corbusier’s GazeToward a Narrative Architecture

36 Simón MarchánComposición y proyectoModernidad y clasicismo en la obra tempranaComposition and ProjectModernity and Classicism in the Early Works

44 Francisco Calvo SerrallerDoctor Le Corbusier v Mister JeanneretDr. Le Corbusier and Mr. Jeanneret

50 Stanislaus Von Moos Le Corbusier y LoosLe Corbusier and Loos

Page 4: Monografías de Arquitectura y Vivienda€¦ · Le Corbusier, 1922-1965 La vida pública Le Corbusier, 1922-1965 Public Life El pacto con la naturaleza El creador plástico: La idea

El maestro y su sombra Perspectivas y balances críticosThe Master and his Shadow Perspectives and Critical Evaluations

58 Josep Maria MontanerLe Corbusier y la tercera generaciónLe Corbusier and the Third Generation

66 Antón G. CapitelLa influencia en EspañaThe influence in Spain

70 Alan ColguhounLa significación de Le CorbusierThe Significance of Le Corbusier

81 Resumen en inglés English Summary

Page 5: Monografías de Arquitectura y Vivienda€¦ · Le Corbusier, 1922-1965 La vida pública Le Corbusier, 1922-1965 Public Life El pacto con la naturaleza El creador plástico: La idea

Le Corbusier, de la nieve al mar

Le Corbusier, el arquitecto que nos prometió máquinas de habitar, terminó construyendo máquinas de emocionar. El más influyente —y acaso el más grande— de los arquitectos de este siglo fue, ante todo, un desmesurado artista plástico, un creador de formas polifónico y proteico, un orquestador magistral del escalofrío en la retina.

«Lo importante es mirar», reiteraba el que definió la arquitectura como el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz. Su mirada abrió los ojos de sus contemporáneos a la belleza de las máquinas, de los tra n s a t lá n -ticos o las aeronaves; pero no fue por eso menos sensible a la elocuencia poética de las formas naturales o a la emoción exacta de la geometría.

El más moderno de los arquitectos fue también el último gran arquitecto clásico.

Transformó el lenguaje de su arte con la precisión y la violencia de Picasso o Joyce, sin dejar de proclamarse heredero del linaje de Ictinos y Miguel Angel. Se formó en el experimentalismo insomne de las vanguardias, pero aprendió aún más de Santa Sofía y de la Acrópolis.

Su grandeza y su miseria se confunden con las de la arquitectura moderna. Construyó villas blancas de gramática precisa y delicada, bloques gigantescos y musculosos de vivienda colectiva, edificios religiosos rigurosos y líricos; persi-guió la protección de un estadista que le permitiera realizar sus sueños urbanos, megalómanos y premonitorios; creyó encontrar su Luis XIV en Pétain y acabó hallándolo en Nehru, para el que construyó en la India una ciudad monumental, hermosa, trágica y desolada.

Polemista y visionario, escribió varias decenas de libros para convertir a sus coetáneos al credo moderno; sus palabras han envejecido más que sus formas, pero Hacia una arquitectura, publicado en 1923, será recordado como el manifiesto más importante del siglo. Con un ojo en el presente y otro en la historia, supervisó la edición de su obra arquitectónica completa en ocho volúmenes imprescindibles que hicieron girar a la disciplina sobre sus goznes y que son a un tiempo catálogo razonado, biografía autorizada y autorretrato apologético.

Una década larga de investigación en los Archivos de la Fundación Le Corbusier —abiertos a principios de los años setenta— ha permitido a historia-dores y críticos ampliar ese retrato, desdibujando los rasgos que el arquitecto se atribuyó a sí mismo y a su obra. El filósofo y demiurgo aparece hoy como un artista inseguro e intenso, un buscador hipersensible en las fuentes oscuras de lo irracional, una mirada permeable y esponjosa ante los mensajes cifrados de la forma. Su obra purista temprana despierta más admiración por su sintaxis que por su lógica; en su expresionismo tardío se escuchan voces arcaicas y ecos sur reales.

Quizá las nuevas perspectivas críticas que valoran más al poeta que al reformador, no hagan sino reproducir tardíamente el mismo camino que el arquitecto transitó en su prolongada peripecia vital. Los 78 años que separan su nacimiento en La Chaux-de-Fonds de su muerte en el Mediterráneo representa, a fin de cuentas, un itinerario de conocimiento que llevó a Le Corbusier del fundamentalismo a la sensualidad, de las certezas a las emociones, de las ideas a las formas, de la nieve al mar.

Luis Fernández Galiano

A&V (1987) 9

Le Corbusier, the architect who promised us machines á habiter, ended up building machines á emouvoir. The most influential and perhaps the greatest o f 20th-century architects was, above all, a boundless plastic artist, a polyphonic and protean creator o f forms.

La clef, c’est: regarder... repeated the man who defined architecture as the wise, correct and magnificent play of volumes in the light. His vision opened his contemporaries eyes to the beauty of machines, ships and planes, but at the same time he was just as sensitive to the poetic eloquence of natural forms and the exact emotions o f geometry.

The most modern o f architects was also the last great classical architect. He transformed the language of his art with the precision and violence of Picasso or Joyce while proclaiming himself the heir of Michelangelo and Ictinus. He was trained in the sleepless experimentalism o f the vanguard but learned even more from the Acropolis and St. Sofia.

His grandness and his wretchedness are those of modern architecture. He constructed delicate and precise white villas, gigantic and muscular apartment blocks and lyric and rigorous religious buildings. He sought the protection o f a statesman so he could carry out his megalomanic and foreboding urban dreams. He thought he had found his Louis XIV in Petain and he ended up finding him in Nehru, for whom he built a monumental, beautiful, tragic and desolate city in India.

He was a polemicist and a visionary who wrote several dozen books to try to convert his contemporaries to the modern creed. His words have suffered more from age than his forms, but Vers une Architecture, published in 1923, will be remembered as the century most important manifesto. With one eye on the future and the other on history, he oversaw the eight-volume edition o f his complete works, a combined catalogue, authorized biography and apologetic self portrait that turned the discipline upside down.

Since the archives o f the Le Corbusier Foundation were opened in the early 1970s, historians and critics have had more that a decade in which to broaden that portrait and reinterpret the qualities that Le Corbusier attributed to himself and his work. Today the philosopher and the demiurge appear as an intense and insecure artist, a hypersensitive seeker in the dark depths o f irrationality, a penetrating gaze before the coded messages o f form. His early purist work is admirable more for its syntax than for its logic, while one can hear archaic voices and surreal echoes in his late expressionism.

In may be that the new critical perspectives that place more importance on the poet than the reformer are merely reproducing the same path travelled by the architect in his long vital journey. The 78 years separating his birth in La Chaux-de-Fonds from his death in the Mediterránea represent, after all, an itinerary o f knowledge that led Le Corbusier from fundamentalism to sensuality, from certainty to emotions, from ideas to forms, and from the snow to the sea.

3