MONOGRAFÍA etnias de mexico

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HUASTECOS La cultura Huasteca es una civilización prehispánica mexicana de Mesoamérica. A partir de las evidencias arqueológicas conocidas, se piensa que sus orígenes se remontan al 1000 a.c., aunque el período más productivo de su civilización se considera que haya ocurrido durante el posclásico mesoamericano, entre la declinio de Teotihuacan y el surgimiento del imperio azteca. Los huastecos se autodenominan teenek (contraccion de Te' Inik, "gente de aquí"; tambien conocidos como los Huaxtecos, Wastek) y hablaban el idioma huasteco, una lengua de la familia maya. Los huastecos actuales son descendientes de los portadores de la cultura huasteca precolombina, y desde la época anterior a la llegada de los españoles comparten su territorio étnico con otros grupos, especialmente los nahuas. La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) calculaba que en el año 1995 vivían en México alrededor de 200 mil integrantes del grupo étnico. I. UBICACIÓN Los huastecos son un pueblo indígena descendiente de los mayas quienes se desarrollaron en una vasta región de México conocida como la Huasteca. Esta región comprende el norte de Veracruz, el sur de Tamaulipas, la Sierra Gorda de Querétaro, partes de los estados de San Luis Potosí e Hidalgo y, en mucho menor medida, algunas zonas del estado de Puebla.

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HUASTECOSLa cultura Huasteca es una civilización prehispánica mexicana de Mesoamérica. A partir de las evidencias

arqueológicas conocidas, se piensa que sus orígenes se remontan al 1000 a.c., aunque el período más

productivo de su civilización se considera que haya ocurrido durante el posclásico mesoamericano, entre

la declinio de Teotihuacan y el surgimiento del imperio azteca.

Los huastecos se autodenominan teenek (contraccion de Te' Inik, "gente de aquí"; tambien conocidos

como los Huaxtecos, Wastek) y hablaban el idioma huasteco, una lengua de la familia maya.

Los huastecos actuales son descendientes de los portadores de la cultura huasteca precolombina, y desde

la época anterior a la llegada de los españoles comparten su territorio étnico con otros grupos,

especialmente los nahuas. La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI)

calculaba que en el año 1995 vivían en México alrededor de 200 mil integrantes del grupo étnico.

I. UBICACIÓN

Los huastecos son un pueblo indígena descendiente de los mayas quienes se desarrollaron en una vasta

región de México conocida como la Huasteca. Esta

región comprende el norte de Veracruz, el sur de

Tamaulipas, la Sierra Gorda de Querétaro, partes de

los estados de San Luis Potosí e Hidalgo y, en mucho

menor medida, algunas zonas del estado de Puebla.

El territorio muestra una gran variedad ecológica:

costas, planicies, llanuras y estribaciones montañosas.

Sin duda, los huastecos prefirieron los climas cálidos, a

veces extremos, ya que sus asentamientos nunca

rebasaron los 1000 msnm.

Este territorio presenta mayor diversidad de la que podría atribuírsele a primera vista. Las llanuras

ocupan casi toda la parte norte y alternan al sur con colinas de arenisca calcárea más dura. La actividad

volcánica, apaciguada desde hace mucho tiempo, dejó en diversos sitios escurrimientos de lava y filones

de basalto que la erosión ha puesto en relieve. Las zonas montañosas son atravesadas en gran parte por

torrentes caprichosos, de crecientes enormes y brutales, mientras que grandes ríos perezosos dibujan sus

meandros entre llanuras pantanosas.

Huasteca veracruzana

En el estado de Veracruz la Huasteca se localiza hacia el extremo norte, desde el río Cazones hasta el río

Tamesí. Se subdivide en dos regiones; Huasteca Alta y Huasteca Baja. También se distinguen dos núcleos

principales: uno alrededor de la ciudad de Tantoyuca y otro en los municipios, cabeceras y rancherías o

congregaciones en la sierra de Otontepec.

La población teenek veracruzana se localiza en los municipios

de Tantoyuca, Tempoal, Tantima, Chinampa de Gorostiza,

donde viven también mestizos en las cabeceras municipales; en

Tancoco conviven con comunidades nahuas. En esta población,

así como en Chinampa, Chontla, Tantoyuca, Tempoal y Tantima

la población teenek rebasa el 50%, mientras que en Cerro Azul

y Naranjos sólo una quinta parte pertenece a este pueblo.

Su relieve es llano y de bajos lomeríos y su clima cálido. Está

irrigada por varios ríos y lagunas entre los que destacan el río Tuxpan y la laguna de Tamiahua; la ciudad

más importante de la Huasteca veracruzana es la ciudad y puerto de Tuxpan. Una de sus zonas

arqueológicas más importante es el castillo de Teayo. La Huasteca veracruzana es la más extensa en

territorio, y famosa por la variedad de sus platillos, que además de los tradicionales en toda la región,

como el Zacahuil (un gran tamal de maíz quebrado) se complementa con pescados y mariscos típicos de la

costa veracruzana, la música y los sones junto con el vestuario también son parte de ello.

Huasteca potosina

Se denomina Huasteca potosina al área huasteca dentro del estado de San Luis Potosí. Incluye una

multitud de municipios entre los que destacan Ciudad Valles, Aquismón, Axtla de Terrazas, Tanquian de

Escobedo, Tampamolón, Tanlajás, Huehuetlán, Xilitla, Tamazunchale, Matlapa, Huehuetlán, Tamasopo,

Ébano, Coxcatlan, Tamuín y Tancanhuitz.

Huasteca tamaulipeca

En Tamaulipas, la Huasteca se encuentra ubicada en la zona sur del estado, limitada por la Sierra de

Tamaulipas al Norte, Veracruz y San Luis Potosí al Sur, la Sierra Madre Oriental al Occidente y el litoral del

Golfo de México al Oriente. Abarca los municipios de Gómez Farías, Xicoténcatl, Ocampo, Antiguo Morelos,

Nuevo Morelos, Mante, González, Altamira, Aldama, Madero y Tampico.

En esta región están comprendidas las estribaciones de la Sierra Madre Oriental, la sierra de Tamaulipas,

la sierra de San José de las Rusias y el Bernal de Horcasitas cuyo imponente otero, que se levanta solitaria

en la llanura, sirve como símbolo geográfico de Tamaulipas.

El sistema fluvial que la irriga es abundante, ya que sus principales corrientes cuentan con innumerables

afluentes que desembocan en el río Tamesí, que a su

vez une su caudal al Pánuco casi en la desembocadura;

en los ríos Barberena, Tigre y Carrizal.

El régimen pluvial de la Huasteca es irregular, teniendo

como consecuencia un clima cálido subhúmedo. Cuenta

con recursos mineros de oro, zinc y plata en la región

montañosa y con chapopoteras en Altamira y Aldama.

También se han hallado importantes restos fósiles de

grandes animales en su territorio.

Como asiento de los Huastecos, pueblo que disfrutó de las riquezas de una tierra fértil, irrigada por

numerosas corrientes de agua, de los beneficios del litoral y de la protección de la Sierra Madre Oriental

para alcanzar un alto grado de desarrollo, la Huasteca cuenta con diversas muestras físicas de dicha

cultura, así como la huella que su arte e ilustración imprimieron en sus habitantes de la región.

Huasteca hidalguense

En el estado de Hidalgo, la Huasteca abarca la porción noreste del territorio, incluyendo ocho municipios

(Atlapexco, Huautla, Huazalingo, Huejutla de Reyes, Jaltocán, San Felipe Orizatlán, Xochiatipan y

Yahualica). En todos estos lugares, la población indígena es mayoritaria, representando aproximadamente

el 85% del total de habitantes de la zona. La ciudad más importante es Huejutla.

Huasteca queretana

Esta región comprende los municipios de Jalpan de Serra, Landa de Matamoros, Arroyo Seco, Pinal de

Amoles y Peñamiller, que conforman la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda. También comprende el

municipio de San Joaquín, conocido como la Catedral del Huapango.

Huasteca poblana

Esta huasteca no está bien delimitada, pero entre los municipios que se conocen más por sus sones

huastecos están Huehuetla, Tuzamapan de Galeana, Caxhuacán y Cuetzalán.

II. ESTRUCTURA SOCIAL

La agrupación básica de los teenek es la familia. Las familias se agrupan por lazos de sangre en solares que

ocupan tres o más familias nucleares que se apoyan entre sí.

La obligación de ayuda mutua incluye a amistades y a

compadres. Los lazos familiares y de vecindad son la base de

los grupos productivos y del trabajo recíproco. La mujer

teenek se distingue en la comunidad por guardar y

transmitir la cultura (lengua, medicina tradicional,

elaboración de artesanías, obtención de alimentos en el

medio, etcétera), por ser activa en materia política y por

llevar la mayor carga de trabajo de la unidad doméstica. En ocasiones ella es el pilar y la figura central del

núcleo familiar.

La mujer, en ocasiones, es elegida por la comunidad para participar como autoridad civil en las

representaciones agrarias de las comunidades, con los jueces o delegados municipales, y en las comisiones

para asuntos de interés comunitario. El sistema de cargos cívico-religioso ha desaparecido en el norte de

Veracruz, y actualmente de las cuestiones religiosas locales se encargan grupos de individuos reconocidos

por su participación. Al igual que los "alumbradores" o curanderos teenek, los rezanderos descubren sus

facultades en un sueño, con un accidente personal o con alguna incapacidad física. El cuerpo de

rezanderos, los grupos de danzas y de las velaciones en las iglesias son las autoridades paralelas más

comunes; ellos son los guardianes de la tradición teenek y se mantienen un poca al margen de las

autoridades civiles y religiosas.

En época de siembra de maíz o frijol, la familia y los grupos de trabajo recíproco tienen mayor convivencia

y refuerzan los lazos sociales interfamiliares. La familia en cuya parcela toca la ronda de trabajo colectivo

ofrece una comida a los participantes en la mano vuelta al terminar la jornada laboral. En la cosecha se

reparten cantidades variables del producto, de acuerdo con la importancia social de cada trabajador.

La migración va en aumento; los hombres adultos salen a trabajar en tareas agrícolas o ganaderas, los

jóvenes como obreros y empleadas domésticas que van a trabajar por temporadas en algunas ciudades

cercanas como Poza Rica, Tantoyuca, Tampico, Naranjos y Cerro Azul, y algunas no tanto como la ciudad

de México o incluso hacia Estados Unidos. Algunos se establecen definitivamente en las ciudades, desde

donde envían dinero a su lugar de origen. Los jóvenes migrantes regresan a su comunidad en los días

festivos. Ellos son un factor de cambio, pues aprenden comportamientos extraños a la comunidad. Algunos

migrantes regresan con el afán de mejorar las condiciones de su grupo y de su comunidad y se convierten

en líderes agrarios y profesionistas.

III. VIVIENDA

Las viviendas de los huastecos consisten en chozas hechas de palos de madera unidos por mecates, techo

de paja seca, suelo de tierra, en las cuales el 83.35% no cuentan con drenaje ni excusado, el 74.22% con

piso de tierra.

Viven en pequeños núcleos de población dispersos en áreas rurales. Viven en casas con techos de palma y

con paredes de adobe o madera. Cuando se casan, las mujeres van a residir con la familia del esposo, en

cuyo solar se les construye una casa habitación. La casa y el cultivo de maíz y de frijol se hace por ayuda

mutua entre familiares, vecinos y allegados.

Sus casas son rectangulares, un extremo se

utiliza como cocina, el otro se usa como sala y

dormitorio. La mayoría de ellas tienen un

tapanco que sirve de almacén agrícola y de

enseres. El techo de palma está sostenido por

otates y los muros están estucados. Horcones de

chijol, amarrados con bejuco o clavos, forman el

esqueleto de la estructura. El solar se cerca con

alambre de púas o con empalizadas de otate;

fuera de la casa, en el solar, se construye una letrina común.

En las cabeceras municipales se suelen utilizar materiales industriales como tabique, concreto, lámina de

asbesto, varilla y cemento. Las casas céntricas y los edificios institucionales están hechos con estos

materiales.

En cuanto a los servicios públicos, existen muchas carencias como la falta de luz en las calles, así como

también en viviendas u otros lugares y el agua potable; pocas escuelas educativas y servicios bajos en

medicinas.

IV. VESTIMENTA

Los huastecos son de baja estatura, con piel morena, cabello negro y lacio, generalmente son fuertes y

gozan de buena salud. Las mujeres son muy hábiles alfareras y excelentes bordadoras.

Entre los huastecos se acostumbra principalmente los vestidos de manta. Se distinguían de otros pueblos

mesoamericanos por su costumbre por practicar la deformación craneana tabular en tres formas: erecta,

oblicua y mimética; así como por la limadura de dientes. Pintaban su cabello con diferentes colores y

tatuaban su cuerpo. Usaban brazaletes y adornos de plumas. Los huastecos se perforaban el septum y los

lóbulos con el propósito principal de utilizar ornamentos de

concha y hueso. Se sabe gracias a la información que brindan las

esculturas y las figurillas que gustaban de la pintura corporal y la

escarificación. Otro de sus elementos distintivos era el gusto de

andar desnudos total o parcialmente. Aún que los informantes

nahuas insisten en señalar la tendencia huasteca hacia la

desnudez, las narraciones del siglo XVI nos los presentan como

un pueblo que gustaba de ataviarse de forma muy variada con elegante joyería elaborada con conchas y

caracoles, que se combinaban con ornamentos de oro y finas plumas. Sahagún nos habla también de las

elegantes mujeres huastecas que se teñían el cabello de rojo o amarillo y portaban el quexquémitl.

El traje femenino actualmente consiste en una blusa de artisela en colores rosa

o azul, adornado con alforzas en la pechera, cuello alto y mangas amplias. Falda

de enredo, llamada "lacbé" o "lakap", es negra de percal y se sujeta con un

ceñidor. Sobre la blusa acostumbran llevar el quexquémitl al que nombran

"thaymlab" esta es una prenda singular que consta de dos rectángulos de tela

cosidos en forma especial para formar una especie de capa cerrada que al

introducirse por la cabeza y ponerse sobre el torso, quedan un pico hacia

adelante y otro hacia atrás. Es de manta blanca completamente cubierta de

bellos bordados con estambre de colores.

Los bordados son

generalmente motivos

tradicionales, tales como

el "árbol de la vida",

animales, flores o cruces

de brazo doble. Llevan

también una bolsa

decorada con los mismos

motivos. Característica

importante es la forma de

arreglarse el cabello, con un tocado que es réplica exacta del que se ve frecuentemente en las figurillas

arqueológicas: un rodete alrededor de la cabeza en forma de corona, llamado "petob", que hacen de

madejas de estambre en colores y luego aseguran pasando el cabello alrededor desde la nuca hasta la

frente.

La indumentaria masculina tradicional es muy simple, la

usan únicamente las personas de edad avanzada. Consiste

únicamente de camisa y calzón de manta, ajustado a la

cintura por un ceñidor.

Por lo general los huastecos andan descalzos o llevan

huaraches, sombrero de palma, así como un imprescindible

morral de fibra de "zapupe".

V. FESTIVIDADES IMPORTANTES

Las prácticas religiosas huastecas giran en torno de la planta del maíz, así como sus condiciones de

reproducción y de los trabajos que para cultivarla requiere. El maíz es según ellos el principio rector, el eje

de ordenamiento de la historia, de la cosmogonía y de la vida cotidiana. Sin el maíz, "an ithith", no se

concibe la historia, la fiesta ni la vida. En las creencias huastecas, la humanidad está hecha de maíz, por lo

que exigen respeto a su alma, al "Ipak", personaje que concentra historia, vida y atributos y en

consecuencia del grupo mismo.

La vida religiosa y ceremonial actual de los huastecos —basada en elementos prehispánicos y católicos-

trasciende a aspectos cotidianos de su existir y de su entorno. En ella son fundamentales y

complementarios los puntos cardinales, particularmente el este del teenek tsabal mítico, lugar en que

descansan las almas de los curanderos, músicos y danzantes, y de donde provienen las lluvia; así como su

contraparte, el oeste, que aloja las almas de la gente común; asimismo sus cuevas, entrada al mundo de las

potencias divinas, constituyen lugares de culto y comunicación con lo sobrenatural.

Como elemento característico de las etnias

campesinas dependientes de los recursos que les

proporciona su medio ambiente, veneran

particularmente a los dioses relacionados con el ciclo

agrícola: el trueno (dios de la lluvia), la tierra (diosa

de la fertilidad), el Sol y la Luna.

Para los teenek, cada uno de los componentes de la

naturaleza se encuentra impregnado de potencias

benéficas y peligrosas, dependiendo de cómo se usen;

el comportamiento de ciertos animales es indicador del futuro, de la venida de las lluvias y del éxito en las

cosechas; asimismo, a través de ciertas plantas pueden conocer el pasado o el futuro y de diagnosticar una

enfermedad.

La danza constituye un elemento de expresión artística y ceremonial muy peculiar entre los nahuas y

teenek de la Huasteca; en ellas los nahuas aluden a la

conquista, mientras que los huastecos representan a sus

señores antepasados. Destacan la "danza pequeña" o tzacan-

son, la danza de las Varitas, la Malinche, el Rey Colorado, el

Gavilán o el Volador, entre otras, cada una con un significado

particular. Durante sus fiestas patronales acostumbran

muchas danzas. Una de ellas es malitzin o matlachines, que se

interpreta por varias parejas. Es religiosa agradeciendo los beneficios recibidos, la realizan los serranos

huastecos fieles a sus tradiciones. Está dedicada a Pulic Paylomlamb, el sol y Pulic Mimbab, la tierra.

Veneran también al sol, al fuego, a la lluvia al viento y la muerte. Además reconocían diversas deidades por

lo general femeninas, consagrándolas a la fecundidad, "Ix Cuinan", era las más extendida y popular, al

agrado después de los Mexicas del Centro de México también le rindieron culto bajo el nombre de

"Tlazoltéotl".

Los teenek comunican su historia y su relación con el medio a

través de la danza. La danza de la Malinche es la interpretación de

la Conquista; otras danzas son: de los Negros, del Gavilán, de la

Rama de Navidad; también realizan bailes escolares en las fiestas

cívicas.

Las fiestas más importantes en la Huasteca, incluidas las que

celebran los teenek, son la del Carnaval, la del santo patrono y la

de muertos. Estas festividades están íntimamente relacionadas con la agricultura y la alimentación y su

contenido prehispánico se hace manifiesto en las peticiones de lluvia y acción de gracias por buena

cosecha. La fiesta se acompaña con danzas, comidas

especiales y bebidas alcohólicas, como cerveza y

aguardiente.

Dentro de las ceremonias y festejos importantes en los que

ejecutan sus danzas, se encuentran las relacionadas con las

actividades agrícolas; en ellas se pide colectivamente

permiso a la naturaleza para la siembra, se solicitan las

lluvias y una buena cosecha. También se baila en la fiesta de Todos Santos y Fieles Difuntos, y en las

particulares celebraciones a los santos patronos de cada pueblo, como san José, san Isidro, Santiago

Apóstol, san Agustín y san Miguel, entre otros.

VI. ALIMENTACIÓN

La base de la economía familiar del grupo huasteco es la agricultura, practicada bajo la forma tradicional

de roza-tumba y quema. Maíz, frijol, calabaza, yuca y camote son sus

productos agrícolas y de recolección básicos de subsistencia; entre los de

carácter comercial sobresalen los cultivos de caña de azúcar, ajonjolí, arroz

y cacahuate, además de frutales como naranja, plátano, piña y mango. En las

estribaciones de la sierra el cultivo del café representa una importante

fuente de ingresos a la economía familiar.

La comida tradicional es el tamal, el atole, el cacahuate, el zacahuil, el mitzo y también pollo con masa. La

Huasteca nos ofrece exquisitos guisos regionales:

como el plato huasteco (enchiladas con cecina,

frijoles refritos, pollo y chorizo), las enchiladas

huastecas (enchiladas rojas de chile seco

acompañadas de queso fresco de grano, con cecina

y frijoles) y los frijoles huastecos (servidos con

chile chipotle, aguacate y queso), el zacahuil, es el

platillo representativo usado comúnmente en

festividades importantes consiste en una mezcla

de maóz quebrado, especias, chile rojo, carne de cerdo o pollo, envuelto en hojas de plátano y cocinado en

horno de barro por varias horas, suele medir de 1 a 3 metros. Los bocoles, gorditas rellenas de guisado,

pemoles son galletas de harina de maíz, tamales huastecos envueltos en hojas de plátano.

Entre otros platillos típicos de la región, su alimentación se complementa con pescados y mariscos típicos

de la costa veracruzana y tamaulipeca.

NAHUASEl término "nahua" deriva del vocablo náhuatl, gentilicio y nombre de la lengua de una de las etnias de

Mesoamérica más importantes histórica, cultural y numéricamente. En su acepción de idioma, náhuatl

significa "hablar con claridad", "hacer buen sonido", "que suena claro"; entendido como denominación

étnica, se traduce como "sagaz" o "astuto".

Los nahuas son un grupo de pueblos nativos de Mesoamérica, fueron

ancestros de los mexicas y otros pueblos antiguos de Anáhuac que

tenían en común la lengua náhuatl. Actualmente el término

mexicano es su autodenominación y mexicanero (en el estado de

Durango). Su nexo principal era su lengua, el náhuatl o nahuat,

además de grandes similitudes en su religión y cosmovisión. Son

nahuas los pueblos prehispánicos de Texcoco, Tlaxcala, Chalco,

Cholula, Azcapotzalco, Acolhuacán y los Mexicas entre otros,

destacan estos últimos por la fundación de Tenochtitlán y su

influencia sobre los otros pueblos de la región y con los estados de

Morelos, Michoacán e Hidalgo.

I. UBICACIÓN

Los descendientes directos del pueblo Nahua, específicamente los hablantes de esta lengua, constituían en

2005 un poco más del 1.3% de los hablantes de alguna lengua indígena originaria, al sumar 4,153; y se

encontraban diseminados, en su gran mayoría, en municipios de la zona conurbada con la ciudad de

México y el oriente del estado. Son los descendientes de quienes habitaron la Gran Tenochtitlán y las

riberas de los lagos que la circundaban. También existe población Nahua en algunos municipios del valle

de Toluca y el sur del estado.

El crecimiento urbano, en gran parte de la zona conurbada del estado, ha absorbido municipios, pueblos y

comunidades, incluidas casi todas las de origen Nahua. Sus habitantes han visto cambiar su forma de vida

tradicional, al ser integrados a la vida de la ciudad, aunque la gran mayoría conserva la esencia de su

cultura y tradiciones. Sus condiciones de vida ya son diferentes a las de los pueblos y comunidades

indígenas marginadas de las zonas rurales del sur del estado, pues los indicadores socioeconómicos de la

mayoría de los municipios urbanos son de menor marginalidad y con una mayor cobertura de servicios

públicos.

En la actualidad, diez municipios cuentan con asentamientos de población indígena Nahua que preservan

su identidad. Los cuales se enmarcan de la siguiente manera: muy alta marginación: Temascaltepec*; alta

marginación: Sultepec, Tejupilco, Malinalco y el recientemente creado municipio de Luvianos; uno de

media marginación: Joquicingo; tres de marginación baja: Xalatlaco, Tenango del Valle y Amecameca; y

uno de muy baja marginación que es Texcoco. Se identifican en estos diez municipios, un total de 45

comunidades con 10 y más personas hablantes de lengua Náhuatl.

En la actualidad, los nahuas constituyen el grupo indígena mayoritario en la República Mexicana, y se

localizan desde Durango hasta el sur de Tabasco, con una distribución dispersa aun en el interior de

algunos estados con considerables porcentajes de población de hablantes del náhuatl. En donde existen

núcleos poblacionales abundantes, los nahuas se encuentran comúnmente conviviendo con otras etnias,

hecho que ha dado como resultado múltiples fenómenos de intercambio cultural; este factor, aunado a la

diversidad de ambientes en que se asientan, ha generado particularidades culturales en cada uno de estos

pueblos.

El XI Censo general de población y vivienda (1990) reveló a

nivel nacional una cifra de 1 457 161 nahuas, de los cuales

259 833 pertenecían al grupo etario de cero a cuatro años, y 1

197 328 al de cinco y más años.

El estado de Puebla es el que cuenta con el mayor registro, el

cual asciende a 362 966 hablantes de lengua náhuatl de cinco

y más años de edad, concentrados principalmente en la sierra

Norte, en especial en los municipios de Huitzilan, Cuetzalan,

Pahuatlán y Zongozotla. Le sigue Veracruz, en donde se

detectaron 294 711 integrantes de la etnia, distribuidos a lo largo de toda la entidad. Los asentamientos

* El municipio de Temascaltepec con asentamientos de población indígena originaria de los Pueblos Nahua y Matlatzinca.

de mayor importancia poblacional, al norte del estado, se ubican en la región huasteca, donde destacan los

municipios de Chicontepec, Ixhuatlán de Madero, Benito Juárez, Ilamatlán y Temapache; al centro del

estado sobresalen los municipios de Zongolica, Tehupango, Soledad de Atzompa, Rafael Delgado y Mixtla

de Altamirano; y al sur, en el istmo veracruzano, destacan los municipios de Pajapan, Mecayapan y

Cosoleacaque.

En San Luís Potosí, los resultados del levantamiento censal arrojan un total de 122 664 hablantes de

lengua náhuatl, concentrados principalmente en la región huasteca, en especial en los municipios de

Tamazunchale, Axtla de Terrazas, Xilitla, Coxcatlán, San Martín Chalchicuautla y Tampacán.

En Hidalgo se ubicaron 188 530 nahuas, la mayoría concentrados en la región huasteca, principalmente

dentro de los municipios Huejutla de Reyes, San Felipe Orizatlán, Huautla, Yaualica, Atlapexco y

Xochiatipan, además de otros núcleos del centro y norte del estado, entre los que destacan los municipios

de Tlanchinal, Tehuacán de Guerrero, Zimapán y Tianguistengo, y, al sureste, Acaxochitlán.

En Guerrero, la población nahua, que ascendía a 116 131 hablantes de cinco años y más, tiene sus

principales núcleos en el centro de la entidad, en los municipios de Chilapa de Álvarez, Zitlala, Eduardo

Neri y Mártir de Cuilapa; en la región Montaña Mixteca de Guerrero sobresalen los municipios de Tlapa de

Comonfort y Olinalá; y, al norte Tepecoachilco de Trujano y Copalillo.

En el Distrito Federal, se estimaba un total de 25 556 hablantes de lengua náhuatl, la mayoría de los cuales

son migrantes que radican en la capital de la república; sin embargo, aún existen importantes

asentamientos de población nahua (2 898) en la delegación de Milpa Alta, cuyos orígenes se remontan a la

época prehispánica.

En Tlaxcala se registraron 19 388 individuos del grupo. En el estado de Morelos se encuentran

distribuidos en 16 municipios, con una población de 14 179 hablantes del náhuatl y con una mayor

concentración en diferentes pueblos de los municipios de Cuautla, Puente de Ixtla, Tétela del Volcán,

Temixco y Tepoztlán.

En Michoacán se registraron 2 798 nahuas; la mayoría se encuentra en la región costera, en el municipio

de Aquila.

En Durango y Nayarit se localiza un grupo hablante del náhuatl, conocido como mexicanero, cuya

población ascendió a 579 y 519 hablantes, respectivamente. Este grupo es tratado en el capítulo de los

tepehuanes, ya que ambas etnias presentan múltiples afinidades culturales y comparten el mismo hábitat.

II. ESTRUCTURA SOCIAL

El vocablo nahua significa hablar con claridad, con autoridad o conocimiento, aunque en algunas regiones

los nahuas se refieren a sí mismos como

macehuale, Campesinos, tal vez

haciendo referencia a la antigua

división clasista de la sociedad nahua

que dividía a la población en pillis y

macehuales. Estos últimos eran la Gente

del común, los tributarios, casi siempre

campesinos.

La estructura social de los nahuas se

conforma por asentamientos

comunales con cabeceras municipales grandes. Una serie de barrancas, riachuelos, manantiales y ríos

hacen que esta región tenga una presencia importante de agua. Su sistema de culto es sincrético-católico,

chamanismo, culto agrario y a los muertos y cultura mesoamericana.

A diferencia de otros grupos indígenas del Estado de México, la mayoría de la población Nahua se asienta

en municipios urbanos, por lo que ya no cultiva la tierra y está empleada permanentemente en los

sectores secundario y terciario de la economía.

Los Nahuas asentados en zonas rurales,

sustentan su economía básicamente en

la agricultura de temporal, con cultivos

de maíz, fríjol, haba y avena; por lo

general, su producción, al igual que en

los otros pueblos indígenas, se realiza

en tierras ejidales y comunales, se

destina al autoconsumo y para la venta,

si tienen remanentes. De manera

complementaria apoyan su economía

con la cría de ganado ovino, porcino y

en mayor proporción con aves de corral. Los integrantes de este pueblo también emigran hacia la ciudad

de México y los municipios de la zona conurbada en busca de empleo temporal e ingresos

complementarios.

III. VIVIENDA

En la región norte las casas son demasiadas pequeñas. En el clima templado tienen paredes de caña,

carrizos, calehual y sus pisos son de tierra, con techos de dos aguas, el fogón se forma con tres piedras

colocadas en el suelo. En las poblaciones mayores y las cabeceras municipales la vivienda es de

mampostería con uno o más cuartos y una cocina. En la montaña las casas son construidas con la ayuda de

los vecinos.

La población Nahua de las zonas urbanas, generalmente concluye su instrucción primaria, tiene mejores

oportunidades para continuar sus estudios a nivel medio básico y superior, y cuenta en promedio con más

servicios públicos como electrificación, agua potable y drenaje.

En contraposición con los anteriores datos, las comunidades Nahuas de municipios rurales presentan

indicadores que muestran un alto déficit de servicios públicos, infraestructura y equipamiento. Esta

situación requiere un trato diferenciado y adecuado para los requerimientos de la población Nahua de las

zonas urbanas y la de las zonas rurales del estado.

IV. VESTIMENTA

Los jóvenes y algunos adultos se visten a la usanza mestiza: pantalones de fibras sintéticas o mezclilla y

camisa a cuadros o rayas; sin embargo, entre los ancianos y entre las mujeres se utiliza todavía la ropa

tradicional: calzón y camisa de manta, y huaraches de vaqueta para los hombres; blusas, naguas y zapatos

de hule de diversos colores para las mujeres.Las mujeres con sandalias de mecate algunas mujeres visten

con enderedos de color azul o blanco con un hermoso revozo chilapeño para los hombres calzon camisa

de manta y huaraches de vaqueta.

En la actualidad, la vestimenta tradicional ya sólo se usa en las fiestas de la comunidad y en ocasiones

especiales; el vestido del hombre consistía en calzón y camisa de manta, huaraches y faja,

preferentemente de color rojo, enredada en la cintura, que puede ser de diferente color. La mujer vestía

blusa blanca bordada de flores y un chincuete de cambaya sostenido con una faja multicolor.

V. FESTIVIDADES IMPORTANTES

Los nahuas que emigran y los que viven en las zonas urbanas, mantienen vínculos de identidad con su

comunidad y con sus antecedentes culturales, a través de la familia y de su participación en las

festividades religiosas de los santos patronos de sus respectivos poblados, así como en la organización

social que con ese propósito generan.

Estos pueblos realizan sus fiestas con la magnificencia que sus limitados recursos les permiten. En todas

sus celebraciones la misa católica y los actos litúrgicos dan pauta a las celebraciones colectivas y a las

particulares. Es decir, la iglesia los reúne y las danzas son el punto por el cual tiene sentido ser de un

determinado pueblo. En estas fiestas se presentan alrededor de 15 danzas diferentes, entre las que

destacan las de las Ramas, Tecuanes, Pastoras, Chinelos, Gañanes, Aztecas, Tenochmes o Apaches,

Contradanza, Moros, Tres Potencias, Sayones e Inditas.

En estas localidades nahuas las celebraciones más importantes son la fiesta patronal, el carnaval, Semana

Santa, Todos Santos y Navidad. A nivel estatal son importantes las Ferias de Cuaresma (religiosas y

comerciales) que van de acuerdo con el periodo de cuaresma del calendario católico, a las cuales asisten

los nahuas que cumplen con promesas religiosas y comercian productos como alimentos, herramientas,

artesanías, ropa, etcétera. Este ciclo inicia el primer viernes en Amecameca, continúa el segundo en

Cuautla, el tercero de Tepalcingo, el cuarto en Atlatlahucan, el quinto en Mazatepec y el sexto en

Amecameca nuevamente.

Los castillos, los cohetes, las corridas de toros, la fiesta en general, son parte de esos pocos momentos en

que los habitantes se olvidan de los largos periodos de trabajo o de angustia por la sequía, la lluvia, el

granizo o las heladas.

VI. ALIMENTACIÓN

La alimentación de los nahuas se compone vegetales y granos,

tales como quelites, quintoniles, maíz, cacao, frijoles, semilla

de amaranto o alegría (huauhtli), chile de diferentes especies,

pepitas de calabaza, papas de varios tipos, aguacates,

chilacayotes, huauzontles, nopales, alga espirulina, yerba santa

o acuyo, achiote, la herbácea conocida como chipilín, epazote,

palmitos, vainilla, chaya, jitomate, tomate, cebollín, ejotes,

hongos, algas, verdolagas, malva, mezquite, flor de colorín, xoconostles y chayotes.

Entre las frutas de las que se compone su alimentación se encuentran la piña, plátano, chirimoya (anona),

mamey, guayaba, peruétano, zapote amarillo, negro y blanco, papaya, guanábana, chicozapote, chirimoya,

más de 20 variedades de ciruela, nanche, pitahaya, uva silvestre (tololoche), tuna, mora, cacahuate y

capulín.

La cocina prehispánica, incluía varios guisos cotidianos y comidas de

temporada que se servían en las principales fiestas en honor a los

dioses, así como a los diferentes cultivos agrícolas que se

relacionaban con el clima de las estaciones del año.

Tenían varias formas de endulzar los alimentos por medio de mieles

de maíz, de maguey, de abeja y de otros vegetales. Entre las bebidas

consideradas en rituales, destacaban el chocolate y el pulque, respectivamente.

OTOMÍESEl otomí es un pueblo indígena que habita un territorio discontinuo en el centro de México. Está

emparentado lingüísticamente con el resto de los pueblos de habla otomangueana, cuyos antepasados han

ocupado la Altiplanicie Mexicana desde varios milenios antes de la era cristiana.

No hay certeza sobre el significado preciso del vocablo otomí. En otomí, otho significa no poseer nada, y

mi, establecerse. Estas dos palabras podrían interpretarse como pueblo errante. También se puede

considerar que otomí proviene del náhuatl otocac, el que camina, y mitl, flecha; asimismo, se puede

derivar de totomitl, flechador de pájaros o aves. Si tomamos en cuenta los distintos significados, el

término otomí se puede definir como "cazadores que caminan cargando flechas". En su lengua, los otomíes

se autodenominan Hña Hñu, que significa hablantes de otomí o gente otomí.

I. UBICACIÓN

Al igual que otros grupos indígenas, los otomíes, o ñähñu, no ocupan un territorio continuo sino que se

encuentran dispersos en varios estados de la República mexicana: Estado de México, Querétaro, Hidalgo,

Puebla y Veracruz; en Tlaxcala se localiza el pueblo

otomí de Ixtenco y en Guanajuato existen pueblos

de origen otomí en los que su lengua casi ha

desaparecido; el Distrito Federal registra también

hablantes de otomí, debido a la migración.

Apegándonos al criterio lingüístico, los otomíes

habitan en 14 de los 121 municipios del Estado de

México. En orden de importancia están Toluca,

Temoaya, Jiquipilco, Morelos, Otzolotepec, Chapa

de Mota, Lerma, Aculco, Amanalco, Huixquilucan,

Xonacatlán, Timilpan y Zinacantepec. La mayoría de estos municipios se ubican en dos regiones: la

noroeste, Atlacomulco-Timilpan, y la región centro, Toluca-Lerma.

Actualmente, los otomíes habitan un territorio fragmentado que va del norte de Guanajuato al sureste de

Tlaxcala. Sin embargo, la mayor parte de ellos se concentra en los estados de Hidalgo, México y Querétaro.

De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de

México, la población étnica otomí sumaba 646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000, lo

que les convierte en el quinto pueblo indígena más numeroso del país. De ellos, sólo un poco más de la

mitad hablaban el otomí. Al respecto, cabe decir que la lengua otomí presenta un alto grado de

diversificación interna, de modo que los hablantes de una variedad suelen tener dificultades para

comprender a quienes hablan otra lengua. De ahí que los nombres con los que los otomíes se llaman a sí

mismos son numerosos: ñätho (valle de Toluca), hñähñu (valle del Mezquital), ñäñho (Santiago

Mezquititlán en el Sur de Querétaro) y ñ'yühü (Sierra Norte de Puebla, Pahuatlán) son algunos de los

gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a sí mismos en sus propias lenguas, aunque es

frecuente que, cuando hablan en español, empleen el etnónimo otomí, de origen náhuatl.

Las características del hábitat de los

otomíes son variadas, pues cuenta con

valles, bosques y montañas. La planicie

más alta es el valle de Toluca, con una

altura de 2 683 msnm; al noroeste se

encuentran valles como Acambay,

Tixmadejé, Plan de San Bartolo y El Pastor.

La región es atravesada por el monte de

las Cruces, la sierra del Monte Alto y Monte Bajo, así como la sierra de San Andrés Timilpan, y es irrigada

por el río Lerma. Los climas predominantes en la región son el templado subhúmedo y frío, las lluvias se

presentan en verano y las heladas en invierno.

II. ESTRUCTURA SOCIAL

La familia nuclear formada por el padre, la madre y los hijos, constituye la unidad básica de las

comunidades de este pueblo indígena. La autoridad principal

está representada por el padre, quien, con la madre, educa,

enseña y transmite las costumbres y hábitos culturales del

grupo. Cada miembro de la familia tiene bien definido su

trabajo. Los hombres cultivan la tierra, construyen y reparan

la casa, cuidan el ganado y participan en el trabajo

comunitario; las mujeres elaboran los alimentos, limpian la

casa, lavan la ropa y crían los animales domésticos. En los

tiempos de siembra y cosecha toda la familia participa en esas actividades.

Hoy día, aunque la elección de casarse es propia de la pareja, contraer matrimonio por lo civil y ante la

Iglesia sigue siendo requisito fundamental para los otomíes. Otra relación muy respetada son los vínculos

de compadrazgo, que surgen en el bautizo y se consideran como la vinculación simbólica más importante

en este grupo indígena.

Las comunidades otomíes están divididas en cuarteles o barrios. En cada uno de éstos hay un

representante, que es elegido por el delegado municipal y el pueblo. Este representante tiene la función de

servir como intermediario entre su comunidad y los representantes del gobierno municipal. Los otomíes

conservan la mayoría de los cargos religiosos tradicionales, como son los mayordomos y fiscales, aunque

hoy día la elección es voluntaria. El trabajo comunitario, conocido como "faena", todavía perdura entre las

comunidades de esta población indígena.

La organización política de los pueblos otomíes se centra en torno al ayuntamiento constitucional.

Por su ubicación geográfica, cercana a la capital del país, esta zona se ha visto favorecida con el

mejoramiento y modernización de sus vías de comunicación y transporte. Al norte del estado destaca la

carretera federal que parte del Distrito Federal y pasa por Toluca, con destino al estado de Querétaro; esta

carretera atraviesa la región noroeste, en la que se asienta la mayor parte de la población otomí. El estado

cuenta con vías férreas importantes, transportación terrestre diversa y un aeropuerto, que se ubica en la

capital del estado.

En las cabeceras municipales hay servicio de energía eléctrica, casetas telefónicas, telegráficas y de

correos, estaciones de radio, parques y centros deportivos. En las localidades donde habitan otomíes, los

servicios públicos básicos como agua potable, energía eléctrica y drenaje son deficientes.

En cuanto a servicios educativos, algunas poblaciones indígenas cuentan con primaria y secundaria; para

tener acceso a la educación media, los estudiantes se trasladan a las cabeceras municipales, y a la capital

del estado, para el caso de la educación superior.

En esta región, diversas instituciones ofrecen servicios de atención a la salud, entre otras, el Instituto

Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Secretaría de Salud y el Instituto de Seguridad Social al Servicio de

los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Este servicio se proporciona en las cabeceras municipales y sólo en

algunas localidades rurales.

En los municipios mexiquenses de Acambay, Aculco, Chapa de Mota, Huixquilucan, Jiquipilco, Lerma,

Morelos, Otzolotepec, Temoaya, Timilpan, Xonacatlán y Zinacantepec se concentran la mayor parte de los

hablantes de otomí.

III. VIVIENDA

La vivienda original otomí ha cambiado

constantemente. Los materiales tradicionales como el

adobe, el tejamanil y la madera, han sido sustituidos por

materiales más modernos. Actualmente las viviendas

son de dos o tres cuartos, cocina y sala comedor; las

paredes están construidas con tabique o tabicón, los

techos son planos y de concreto y las puertas y ventanas

son de fierro. La mayor parte de las viviendas cuenta

con su cocina tradicional que conserva el "fogón"

colocado en el suelo, que es un espacio pequeño en

forma circular rodeado de cuatro o cinco piedras. La distribución del espacio en el cual están construidas

las viviendas otomíes se divide en casa-habitación, cocina tradicional, patio, huerto familiar, granero o

zincolote, donde se guarda el maíz, y corrales para animales de traspatio.

IV. VESTIMENTA

En cada estado la vestimenta femenina y masculina varía según las

condiciones climáticas:

La vestimenta tradicional, de las mujeres del grupo otomí en el estado de

México, consiste en un chincuete o enredo de lana o de manta muy

amplio y largo, a manera de falda, de color blanco, azul, amarillo, negro,

con líneas verdes, anaranjadas y amarillas; y una blusa de manta o de

popelina de color blanco, de manga corta, con bordados de flores. Es

característico de la indumentaria otomí el uso del quexquémetl, de

algodón o lana en varios colores y toda la ropa es adornada con adornos

florales.

La vestimenta femenina en el estado de Tlaxcala, consiste en un chincuete de lana que suele ser de color

negro, una blusa bordada con motivos florales y animales sobre el cuello y los brazos de la blusa. Se usa el

senidor bordado para sujetar el chincuete, el rebozo y los huareches.

V. FESTIVIDADES IMPORTANTES

Las fiestas que celebran los otomíes del Estado de México

se enmarcan en el calendario religioso católico. Festejan a

la Virgen de la Concepción, San Pedro, San Miguel, San

Juan, Virgen de Loreto, Santiago Apóstol y otros más.

Para llevar a cabo una fiesta, en cada comunidad se forma

una comitiva, la cual se encarga de recolectar una

cooperación en cada barrio o cuartel. El dinero

recolectado se utiliza para la compra de adornos, juegos

pirotécnicos, comida y música. Un autor señala que los rituales festivos se convierten en un espacio que

permite a los otomíes reencontrarse con los suyos, con sus raíces; les permite, además, reproducir valores

tradicionales, así como reafirmar su identidad como integrantes de un grupo social definido. En estos

festejos, su participación se debe a un compromiso de fe y a un sentido de cohesión étnica.

Si bien la religión está influenciada por el catolicismo, subsiste en algunas localidades, sobre todo en las

más aisladas, un sustrato más tradicional, particularmente en lo que se refiere al culto a los muertos, la

creencia en el nagualismo y la causalidad de las enfermedades y su curación.

Entre los otomíes, el matrimonio era de carácter

endogámico, concertado entre los padres de los

contrayentes, a través del patrón de petición de la

novia y entrega de regalos a su familia hasta lograr

su consentimiento. En la actualidad, las más de las

veces, el matrimonio se da por elección propia y

cuando ocurre dentro de la localidad, el novio suele

prestar su servicio prematrimonial en la casa de los

padres de su futura esposa.

En el ámbito cultural, la familia, la música, la danza, la tradición oral, el sistema de cargos para la

organización de las principales festividades religiosas de la comunidad, el rito, el culto religioso, y más

recientemente, a través de su Centro Ceremonial Otomí, han sido elementos fundamentales para la

expresión, conservación y preservación de la identidad y personalidad de este pueblo indígena del Estado,

poseedor de un amplio patrimonio cultural e histórico.

En la organización social del pueblo otomí se han conservado formas y autoridades tradicionales, que le

han permitido conservar la unidad social de sus comunidades y también preservar su identidad cultural.

En los aspectos religiosos destacan los cargos de mayordomos, fiscales, cargueros, topiles, rezanderos y

cantores, entre otros, que tienen una gran importancia en la vida cotidiana de cada comunidad.

VI. ALIMENTACIÓN

En las temporadas "libres" del ciclo agrícola, los hombres y mujeres otomíes emigran hacia las zonas

metropolitanas de las ciudades de Toluca y México, con objeto de emplearse en el sector secundario o

terciario de la economía, a fin de complementar sus ingresos. Las mujeres generalmente se emplean como

trabajadoras domésticas.

La actividad tradicional de los otomíes es la agricultura, dedicada especialmente a la producción de maíz

para el autoconsumo; también siembran frijol, chile, trigo, avena, alfalfa, cebada, papa y haba. Los cultivos

se realizan con técnicas y herramientas tradicionales. También se practica la ganadería lanar, porcina y

equina. Como complemento de la subsistencia familiar se crían animales de traspatio, como guajolotes,

gallinas y pollos. Además, crían ovejas, cerdos, vacas, caballos y especies menores como pollos y conejos,

entre otros, ya sea para autoconsumo o para la venta, sin que ello les genere ingresos económicos

suficientes. En diversos municipios, los otomíes se dedican también a la producción y comercialización de

artesanías y otros productos útiles para el trabajo doméstico.

La caza furtiva y la

deforestación en la

región han originado

que diversas especies

de flora y fauna se

encuentren en peligro

de extinción.

La alimentación básica

de las familias otomíes

consiste en tortillas de maíz, frijoles, huevo, quelites, quintoniles, malva, queso y, en algunas ocasiones,

carne de pollo o de res. En cuanto a bebidas, acostumbran tomar café, atole, té de diversas hierbas,

refrescos y pulque.

MIXTECOSLos mixtecos, el cuarto pueblo indígena más numeroso de México, después de los nahuas, los mayas y los

zapotecos, se llaman a sí mismos en su idioma Ñuu Savi, lo que en español significa “Pueblo de la lluvia”.

El territorio histórico de este pueblo es La Mixteca, una región montañosa que se ubica entre los actuales

estados de Guerrero, Oaxaca y Puebla. En esta zona se han encontrado presentes de hace miles de años,

probablemente desde una época anterior a la del cultivo del maíz, que ocurrió alrededor del año 5000 a. C.

I. UBICACIÓN

Los antepasados de los actuales mixtecos se asentaron en un vasto territorio que abarca el noroeste del

estado de Oaxaca, el extremo sur del estado de Puebla y una franja en el oriente del estado de Guerrero.

Los nahuas llamaron a esta región Mixtlan, “Lugar de nubes”, o Mixtecapan, “País de los mixtecos”. Desde

la llegada de los españoles, en el siglo XVI, es conocida como la Mixteca.

Este territorio se caracteriza por poseer altas

montañas y valles estrechos con pequeños

arroyos. Tres zonas forman la región Mixteca:

Mixteca Baja: zona noroeste del estado

de Oaxaca y sudoeste del estado de

Puebla

Mixteca Alta: noroeste del estado de

Guerrero y oeste de Oaxaca.

Mixteca de la Costa: corresponde a la

Costa Chica, que es dividida entre los

estados de Oaxaca y Guerrero.

II. ESTRUCTURA SOCIAL

En la época precolombina, la región mixteca estaba densamente poblada. Se ha estimado que en 1522

cuando el conquistador español, Pedro de Alvarado, viajó por la región Mixteca y hallo un territorio

densamente poblado con más de un millón de habitantes.

La sociedad Mixteca era estratificada y jerarquizada. En la cima de la pirámide social se encontraba el

gobernador de cada reino independiente mixteca junto a los nobles mixtecos que se encargaban de la

administración. Luego le seguían los comerciantes, artesanos, campesinos, siervos y esclavos.

Los mixtecas se organizaron políticamente en reinos independientes (Ciudades-Estado) gobernada por

una elite hereditaria. El rey o cacique mixteca era el gobernador supremo y jefe del ejército mixteca, era

apoyado por los funcionarios y consejeros, que eran de origen noble, en la recolección de tributos y de

servicios de la población.

Este sistema político de reinos independientes o

cacicazgos alcanzo su apogeo durante el periodo

postclásico temprano (800 d.c - 1200 d.c). Los reinos

mixtecos estaban interconectados entre sí a través de

alianzas políticas y matrimoniales. A menudo los reinos

mixtecos luchaban entre sí.

Hoy en día, la mayoría de los pobladores mixtecos se

dedican a las labores agrícolas, pero hay una creciente

clase media mixteca, formada por maestros, trabajadores del gobierno, técnicos, políticos, funcionarios de

salud, y otros profesionales.

III. VIVIENDA

La Vivienda en la Cultura Mixteca, se puede apreciar que sus casas eran de una planta rectangular, y con

varas (otate, ramas, adobe y estructura de horcones),

techos de palma y la utilización de hojas para las

paredes.

Además en las casas no se tenían ventanas y una sola

puerta, hecha de varas de otate o madera se convertía

en el único acceso y ventilación de la choza.

Las características que se componían de dos

habitaciones, una era utilizada para comer, y la otra

para dormir y almacenar enseres. En algunas ocasiones especiales se agregaba una tercera habitación

como bodega o baño de temazcal.

El mobiliario interior consistía en una mesa de madera, bancos recortados de un tronco de árbol, de petate

y en ocasiones el uso de hamacas.

En la cocina se utilizaba un metate, comales, cucharas de madera, cántaro, ollas de barro, molcajetes,

cestos de paja para guardar los comestibles y además para el fogón se utilizaban tres piedras.

IV. VESTIMENTA

La Vestimenta de la Cultura Mixteca, varía esto dependiendo de la clase social y las posibilidades que tenía

cada persona.

En la Clase Noble Militar y Sacerdotal, se puede apreciar su vestimenta y adornos impresionantes, esto lo

hacia la clase de la sociedad mixteca. Además de que usaban las joyas como pectorales, anillos, aretes,

brazaletes eran comunes en estas clases sociales.

En la Clase baja donde se encontraba la gente del pueblo, como son los artesanos, los agricultores, su

vestimenta no era tenían colores como los vestidos de los empleados de las sociales altas, ya que solo

cubrían su cuerpo con ropas de manta sin el uso de joyas.

Se puede apreciar en las mujeres en general el uso de un vestido de manta y un rebozo.

La vestimenta de los mixtecos de la Costa chica de Oaxaca consiste, para la mujer: en una enagua hecha a

base de tela tejida con algodón y teñida con extracto de caracol de colores vivos con tonalidades

purpúreas, mandil hecho a base de tela de algodón, un huipil hecho a base de tela de algodón.

V. FESTIVIDADES IMPORTANTES

En la región mixteca se mantienen algunas creencias de origen prehispánico como son ciertos ritos

propiciatorios de la fertilidad agrícola y prácticas curativas realizadas en las cimas de los cerros, en cuevas

y en los santuarios regionales como Santa María Juquila ubicada en el área de los pueblos chatinos.

En cuanto al culto a las imágenes católicas, en cada comunidad constituye una responsabilidad de las

crofadías o asociaciones que tienen a su cargo el cuidado de los templos y de las imágenes, y los gastos

necesarios para la celebración de las fiestas marcadas en el calendario, entre ellas pueden mencionarse

como las más importantes, la del Carnaval, Semana Santa, Todos los Santos y Navidad.

En las celebraciones festivas de carácter comunal y

familiar, sobre todo durante los actos religiosos y

sociales relacionados con el ciclo de la vida, la

contratación de conjuntos musicales tradicionales

es indispensable, teniendo gran popularidad las

bandas de música de viento y los conjuntos de

instrumentos de cuerdas. Las ejecuciones

preferidas son "las chilenas" o sones típicos de la

región que también se emplean en la

representación de algunas danzas.

Entre las de mayor relevancia en la Mixteca podemos citar las siguientes: en la parte poblana de la Mixteca

Baja tenemos a los tecuanes y los maromeros mientras que en las mixtecas oaxaqueñas proliferan las

variantes de la danza de los moros y cristianos y del tigre, como los chilolos y los tejorones. Por su gran

colorido y vistosidad resaltan las comparsas de "el macho, los diablos y los rubios" que se presentan en los

municipios de Tecomaxtlahuaca y Juxtlahuaca de la Mixteca Baja. En su vestuario se distingue el uso de

máscaras, chicotes y chivarras o chaparreras de piel de cabra con largo pelambre.

Entre los aspectos culturales de origen prehispánico que se mantienen hasta la fecha, destaca por su

importancia en la región Mixteca y en los pueblos de los valles centrales, el juego de pelota, una variante

de juego practicado con las manos tradición que mantienen viva los oaxaqueños que habitan en las

ciudades de México, Puebla, Orizaba, Cuernavaca y Fresno en el estado de California del vecino país del

norte.

Este juego se realiza atendiendo a tres variantes denominadas en función del

tipo de pelota que se utilice: de hule, forro y de esponja. Según sea el caso, se

usan guantes o manoplas de diferente tamaño y forma.

La cancha recibe el nombre de pasajuego o patio de juego, donde se llevan a

cabo las competencias que pueden ser de uno a uno, de dos a dos, de tres a

tres, mientras que en las competencias de "compromiso" o contiendas

concertadas entre conjuntos deportivos o distintos pueblos, cada equipo

competidor está integrado por cinco jugadores.

VI. ALIMENTACIÓN

La Alimentación de la Cultura Mixtecas, dicho pueblo se basaba

en la elaboración de platillos con: maíz, chile, calabaza, a veces se

acompañaba de pescado, guajolote o algún otro pájaro silvestre.

Dicho pueblo no era muy comerciante, no abrí sus fronteras para

el intercambio de productos con otros pueblos. La alimentación

de los mixtecos era diferente a los demás, lamentablemente es

porque no era fértil la tierra y sólo se producía maíz y chile.

Los platillos más representativos de dicha cultura son las

tortillas, los tamales y el atole de maíz.

LOS PUREPECHASEste pueblo indígena de las regiones lacustre y montañosa, del centro de Michoacán, se llama a sí mismo

P'urhépecha, y cada uno de sus integrantes es un p'urhé o p'uré que significa gente o persona; esto implica

una autoafirmación como seres humanos y pueblo en general.

Desde la Conquista y hasta hace unos cuantos años, este pueblo era conocido como tarasco; sin embargo,

esta denominación es externa y les fue impuesta por los conquistadores.

I. LocalizaciónEl actual área p'urhé se extiende a lo largo de 6 000

km2 de los 60 000 que tiene el estado de Michoacán,

en la región norcentral de la entidad. Esta área se

ubica entre los 1 600 y 2 600 msnm y se le denomina

P'orhépecheo o Purhépecherhu, que significa "lugar

donde viven los p'urhé". El área se ha subdividido

tradicionalmente en cuatro regiones: Japóndarhu

(lugar del lago), Eráxamani (Cañada de los once

pueblos), Juátarisi (Meseta), la ciénega de Zacapu y

antiguamente se agregaba otra región: Jurhío (lugar de la tierra caliente).

La población p'urhépecha se concentra sobre todo en 22 municipios: Coeneo, Charapan, Cherán, Chilchota,

Erongarícuaro, Los Reyes, Nahuatzen, Nuevo Parangaricutiro, Paracho, Pátzcuaro, Periban, Quiroga,

Tancítaro, Tangamandapio, Tangancícuaro, Tingambato, Tinguindín, Tocumbo, Tzintzuntzan, Uruapan,

Zacapu y Ziracuaretiro; sin embargo, los hablantes de la lengua p'urhé se distribuyen en 95 de los 113

municipios del estado.

Las localidades indígenas se caracterizan por tener un asentamiento de tipo compacto; hay municipios y

poblados que tienen anexos, esto es, localidades periféricas con unas cuantas viviendas, por lo que en tal

caso, se puede hablar de asentamientos mixtos. La población mestiza vive sobre todo en los centros

urbanos que rodean el área.

II. InfraestructuraEl área p'urhé puede considerarse como relativamente bien dotada de vías de comunicación. Desde la

década de los treinta funciona la carretera federal México-Morelia-Guadalajara y la estatal que une

Carapan-Cherán-Paracho con Uruapan. Posteriormente se construyó la carretera Uruapan-Melchor

Ocampo, hoy Lázaro Cárdenas, en la costa del Pacífico. Actualmente la mayoría de las localidades p'urhé

están unidas por carreteras, caminos revestidos y brechas, a excepción del municipio de Charapan, cuyo

acceso es deficiente. La población se transporta por estas vías a través de un diversificado sistema de

autobuses, combis y taxis. También existen 170 km de vías férreas, en donde destaca la línea México-

Apatzingán.

En cuanto a aeropistas, tienen servicio permanente las de Uruapan, Los Reyes, Pátzcuaro, Zamora y

Zacapu.

Con respecto a los servicios de salud, las poblaciones medianas y pequeñas del área cuentan generalmente

con clínicas de la Secretaría de Salud o unidades médicas rurales del IMSS-Solidaridad.

III. Antecedentes históricosEl actual grupo p'urhépecha deriva de una mezcla de grupos chichimecas, nahuas y pretarascos que

habitaron las riberas e islas del Lago de Pátzcuaro, a finales del siglo XII. Los p'urhépecha-uanacaze

establecieron su señorío en Tzintzuntzan, Ihuatzio y Pátzcuaro, desde donde empezaron a extender sus

dominios a la región del río Balsas, Jalisco, Colima,

Zacatula y Guanajuato; en el oriente se aliaron a los

matlatzincas para pelear contra los mexicas. Estos

últimos pretendieron someterlos, por lo que se dieron

grandes batallas desde mediados del siglo XV entre

mexicas y p'urhépechas, a pesar de lo cual el área

p'urhé nunca fue sometida al dominio mexica.

En cuanto a su cultura material, este pueblo destacó

por el empleo de instrumentos agrícolas de cobre,

hecho excepcional en el área mesoamericana. Existía

una estratificación social en cuya pirámide estaba el

rey, cazonci o irécha, al que le seguían los señores,

principales o acháecha, y finalmente los sacerdotes. En la base de la pirámide se hallaban comunidades de

campesinos y pescadores, artesanos y mercaderes.

De su vida ceremonial destacaba la fiesta equataconsquaro, dedicada al dios Curicveri, la deidad más

importante del panteón purhé, a quien honraban durante 20 días y cuya celebración reunía a todos los

pobladores de la región. El último día culminaba con la narración de la vida de sus antepasados que daba

el sacerdote mayor a todos los señores y gente de la provincia.

Nuño de Guzmán inició la conquista de Michoacán en 1521, cuando gobernaba Tangaxoán II, sin que los

p'urhé opusieran resistencia.

Durante el periodo colonial, la sociedad p'urhé sufrió grandes

cambios, como por ejemplo, se interrumpió la interacción entre las

tierras altas y las bajas; se introdujo una nueva tecnología agrícola y

nuevas especies vegetales y animales; desaparecieron los oficios

destinados a satisfacer la economía de prestigio del antiguo grupo

gobernante como el arte plumario, el pulimento de piedras

preciosas, la platería, etcétera, y se combatió a los especialistas de la

medicina indígena. Las instituciones del dominio colonial como la

encomienda, los pueblos realengos y el tributo se impusieron a los

vencidos, además del aprovechamiento y expoliación de los

recursos naturales de las tierras indígenas; se introdujo el cultivo extensivo de la caña de azúcar en las

tierras bajas, se trajo gran cantidad de mano de obra esclava para la explotación de las minas; se reordenó

geopolíticamente el territorio y se reformularon las comunidades agrarias.

El siglo XIX estuvo marcado por la reordenación de la tenencia de la tierra. La población indígena de la

zona de la Cañada, la región lacustre y el contorno sur del área p'urhé, sufrieron procesos de despojo

desde los años setenta, que se vieron acompañados de alzamientos campesinos.

El periodo revolucionario estuvo marcado en la región por las continuas incursiones de combatientes de

diversos signos que amenazaban a las poblaciones, y cuyos habitantes estaban en constante movilización

de los pueblos a los cerros y viceversa. Localmente se configuraron los bandos de los "agraristas"

(revolucionarios y anticlericales), contra los "conservadores" (católicos y antirrevolucionarios). La figura

local más importante de este periodo fue la del coronel Casimiro López Leco, oriundo de Cherán y

organizador de grupos fijos y móviles de autodefensa armada.

Ya en la década de los veinte del presente siglo, destaca la lucha de Primo Tapia, líder p'urhépecha que

encabeza un movimiento agrarista con la formación de la Liga de Comunidades Agrarias de Michoacán y

posteriormente la Liga de Comunidades y Sindicatos Agraristas en el estado de Michoacán, que permitió a

las comunidades la recuperación de tierras.

En la moderna sociedad p'urhé prevalecen las estructuras y formas de organización de la época

prehispánica que han sido refuncionalizadas continuamente en etapas posteriores. Entre estas estructuras

se encuentra la Guatápera prehispánica, foco de organización de las mayordomías, además del hospital

colonial, los barrios, las cofradías y una gran cantidad de funcionarios y cargos específicos.

IV. LenguaEl idioma p'urhé no tiene parentesco lingüístico cercano con ninguna de las lenguas originales que se

hablan en México. Se reconocen tres

variantes dialectales: la de la región

lacustre, central y serrana.

En el registro de los censos se puede

apreciar la sensible disminución de los

hablantes de la lengua p'urhé a lo largo del

tiempo; sin embargo, a partir de 1980 ha

dado inicio un movimiento de apoyo a

través de la Academia de la lengua purhé y

el trabajo del Centro de Investigaciones de

la Cultura p'urhépecha, para el fortalecimiento de esta lengua con el establecimiento de su abecedario.

V. SaludLa salud es considerada por los p'urhépechas como un resultado de la armonía con la naturaleza y del

cumplimiento de las normas comunitarias y familiares.

En relación con la medicina tradicional encontramos diversas especialidades entre los terapeutas, la

mayoría de los cuales son mujeres mayores de 55 años y entre quienes encontramos: curanderos

(tsinájpir, xurhríjki, eshperi), parteras (pikurpiri), sobadoras (parhíjpiri), brujos (sïkuame), hueseros (sesi

atsintani unicha, juturuntani unï), hierberas (uitsákua mítiasti, uitákua jamantspini) y finalmente los

mollereros (ukata).

Las principales causas de demanda de atención de la población en materia de salud son: la rinofaringitis,

gastroenteritis y padecimientos osteomusculares.

VI. ViviendaLas viviendas tradicionales pueden ser de adobe o de madera. Las casas de adobe se construyen en las

regiones del Lago y la Cañada y hacia Los Reyes y Tingüindín, mientras que las de madera se hacen

fundamentalmente en la sierra, aunque cada vez más, ambas han sido sustituidas por construcciones con

materiales modernos: tabique, tabicón, techo colado, láminas de asbesto, cartón o zinc.

La construcción generalmente es de planta cuadrada, con techo de cuatro aguas, tapanco y puertas de

golpe. Además de habitación, la vivienda es utilizada como taller artesanal y bodega de productos

agrícolas. Al construirse una casa nueva, se ponen anillos y aretes usados en las cuatro esquinas de las

habitaciones. Al terminar la construcción, se sacrifica un chivo y se cuelga de las vigas que forman el

triángulo principal de la casa. Por fuera se coloca una cruz.

La vivienda p'urhé incluye uno o dos conjuntos de casas, en la

mayoría de los casos, para albergar al hijo mayor, una vez

casado. Generalmente la cocina se construye aparte. También

tienen un pequeño huerto familiar donde se mantienen

animales domésticos, se siembran verduras, árboles frutales y

plantas medicinales.

VII. Territorio, ecología y reproducción socialEl área p'urhépecha presenta un relieve muy accidentado, producto de su origen volcánico que se remonta

al Terciario o Cuaternario, cuando se presentó una gran actividad magmática que derramó grandes

cantidades de lava.

Los suelos de la meseta son muy porosos y aun con la presencia de lluvias torrenciales de entre 1 260 y 1

500 mm de precipitación media anual. El agua es absorbida rápidamente, formándose corrientes

subterráneas que se vierten en tres ríos: el Cupatitzio, que nace en Uruapan, el Duero que nace en Carapan

y el Chivo que nace al oeste, y otro que nunca aflora pero que posiblemente alimenta al Lago de Pátzcuaro.

La mayor parte del área, particularmente la meseta, presenta climas templados subhúmedos con lluvias

en verano. En la parte sur de la región se presentan tres subtipos: el templado húmedo, el semicálido

húmedo y el semifrío subhúmedo, todos con abundantes lluvias en verano. En la Cañada, al norte de la

región, encontramos clima semicálido subhúmedo con lluvias en verano.

En cuanto a la vegetación, encontramos serranías meridionales con presencia de pinos y encinos y la

altiplanicie o bajío con una vegetación dominante de matorral xerófilo, siendo frecuentes también los

pastizales y el bosque espinoso con presencia de acacias. En la región del lago encontramos dos tipos de

ecosistemas: terrestres y acuáticos.

La fauna es de afinidad neártica, en la que encontramos venado cola blanca, puma americano, coyotes,

ardillas, tuzas, tejones, zorrillos, y otros; entre las aves una gran cantidad de especies de chupamirtos,

cuervos, pájaros bandera, tordos y zanates; entre las acuáticas: patos, jacanas, garzas y otras; la

herpetofauna está presente con varios géneros y entre la fauna acuática la más importante son los peces

blancos, sardinas, charales, trucha y carpas.

La economía del pueblo p'urhé ha estado sustentada en actividades primarias tales como la agricultura, la

pesca, la recolección y la cacería. En el sector secundario son importantes la producción de artesanías y el

comercio. Mención especial merece el intercambio entre la tierra fría y la tierra caliente de la costa, de las

materias primas fundamentales.

Las unidades familiares realizan una gran cantidad de actividades para la reproducción social y la

obtención de ingresos, por ejemplo, un autor señala como actividades distintivas la agricultura, el tejido

de tule, la pesca, el comercio, el trabajo asalariado en la agricultura o la producción artesanal de madera y

la migración temporal.

Actualmente las familias p'urhé practican una economía ya

muy diversificada, en relación con la introducción en la

región de relaciones mercantiles y de apertura del área al

turismo nacional e internacional. A la agricultura, la pesca,

la caza, la explotación forestal, las artesanías y el comercio,

debemos agregar la ganadería iniciada hacia el siglo XVI y

la incipiente industria textil, forestal y de carne vacuna

cuyos comienzos se remontan hacia finales del siglo XIX,

así como al procesamiento de carne de pescado y textiles

iniciado hacia la década de los setenta del siglo XX.

El Lago de Pátzcuaro tiene un relativamente conservado

hábitat a pesar de presentarse procesos de deforestación y

erosión del suelo; la contaminación es moderada y sólo

tiende a ser crítica en la parte cercana a la ciudad de

Pátzcuaro. Esto se debe fundamentalmente a que las

comunidades indígenas de la región del lago han estructurado un manejo colectivo de conocimientos y

actitudes que han favorecido el uso sustentable y conservacionista de la naturaleza.

En este manejo colectivo destaca el que la apropiación indígena de los recursos naturales se basa en el

principio de la diversidad de recursos, por encima de la especialización y en un conocimiento global del

entorno que tiene que ver con el conjunto de actividades productivas.

Después de 1940 es notable el incremento de la migración de la población p'urhé hacia Estados Unidos; en

algunas comunidades la población migrante asciende al 25% o 35%. Estos trabajadores migrantes

contribuyen económicamente de manera importante en la realización de obras públicas en sus

comunidades de origen.

VIII. Organización socialEs frecuente entre los p'urhé la organización familiar extensa. Generalmente la vivienda se adecua a este

tipo de organización, pues se construyen varias unidades de habitaciones que comparten un mismo patio

y un mismo solar.

Regularmente la pareja va a vivir a la casa de los padres del esposo. Al interior de la familia, la herencia es

repartida entre todos los hijos de manera igualitaria, aunque es usual que las mujeres vendan su parte a

sus hermanos, puesto que irán a vivir a casa de los suegros.

Las comunidades están divididas en barrios, cada uno de los cuales es precedido por un santo patrono.

Los barrios tienen funciones administrativas y ceremoniales.

Los cargos tradicionales son de carácter civil y religioso y su número varía de comunidad a comunidad; en

Angahuan, por ejemplo hay 20 cargos, de los cuales los de regidor, alcalde y prioste son obligatorios. El

espacio de organización de estos cargos es la Guatápera.

También existen autoridades oficiales, entre quienes destacan el jefe municipal de tenencia, los jueces, el

representante de bienes comunales, el consejo de vigilancia y el juez del registro civil, entre otros.

IX. Cosmogonía y religiónEl panteón p'urhépecha prehispánico estaba

dividido en tres grandes grupos: los dioses

mayores, los dioses mediadores y los dioses

menores. Entre los mayores se encontraba

Curicaueri, Xaratanga, Thares Upeme y

Uazoríquare; entre los mediadores estaban Curita

Caherí, Siruncia Arhan y Auicanime; entre los

últimos se consideraban a los dioses ancestrales del grupo: Zirita-cherengue, Uacúsecha, Tingárata,

etcétera. Estas divinidades se representaban como águila, fuego, piedra, tuza, caimán, etcétera, y de esta

forma intervenían en la vida cotidiana de los p'urhé.

Este pueblo concebía que su origen era divino, por eso en La Relación de Michoacán la historia comienza

en el cielo y la segunda parte continúa en la tierra.

Actualmente el panteón p'urhé se ha transformado. Kuerájpiri es el creador, el dios primario engendrador.

De él son hijos Tatá Jurhiáta, el Padre Sol, y Naná Kutsi, la Madre Luna. Las deidades p'urhépechas están

ligadas a los elementos fundamentales de la naturaleza: el señor Rayo, el señor de la Lluvia, el señor de la

Tierra y el señor del Cielo o firmamento.

X. FiestasDe acuerdo con datos proporcionados por un censo levantado por una institución estatal, en Michoacán

había 520 danzas y otras 156 en desuso.

Las danzas del ciclo de la cosecha (otoño-invierno) son las de los Viejitos, los Huacaleros, los Jóvenes y los

Negritos, además de Dos bailadores, la danza del Pescado (en la región del Lago) y las de Pastores y

Vaqueras. El ciclo se cierra con las danzas del carnaval.

Las danzas del ciclo primavera-verano comienzan con el Corpus, donde los gremios bailan y se hace una

gran fiesta para todo el pueblo. Se trata de la gran fiesta del trabajo, pues en ella destaca el gremio

preponderante de cada comunidad. En la sierra es importante el oficio de panalero; en las poblaciones del

Lago, el gremio de los pescadores sobresale en la fastuosidad de la fiesta; los agricultores, que toman parte

en la fiesta de todas las comunidades, tienen también un espacio de representación en esta fiesta.

Relaciones con otros pueblos

Recientemente se ha dado un fuerte proceso de autoafirmación étnica entre los p'urhé, visible a través de

publicaciones, discos, programas de radio, estructuración de organizaciones y demandas que reivindican

el idioma, la historia y la tierra. Los p'urhé se saben descendientes de un gran pueblo que rivalizó

militarmente con el imperio mexica, y frente al mestizo, se saben poseedores de atributos originales y

superiores.

Cuando se refieren en español al mestizo, lo reconocen como gente criolla, mestiza o gente de razón, pero

en su propio idioma utilizan términos como: ch'kata eska o "el que mira con el color de la mugre" (se

refiere a los ojos verdes de los extranjeros que se parecen al color de las aguas estancadas); turisi, de

donde se deriva turisi uangási o persona medio loca; tamanda arájchaluni, o el que viene de fuera,

cruzando los montes y brincando los troncos.

LOS SERISLos seris se llaman a sí mismos Konkaak, lo cual quiere decir en su lengua "la gente". El término seri

proviene en cambio de la lengua yaqui y significa "hombres de la arena".

I. LocalizaciónActualmente habitan en dos localidades de la costa desértica del estado de Sonora: Desemboque,

municipio de Pitiquito, y Punta Chueca, municipio de Hermosillo.

Periódicamente y de acuerdo con los ciclos de pesca, radican también en diversos campos pesqueros

distribuidos a lo largo de su territorio de aproximadamente 100 km de litoral. El territorio konkaak

comprende un área aproximada de 211 000 ha al nivel del mar, y está integrado por una parte continental

y por la isla de Tiburón.

II. InfraestructuraHacia el sur, Punta Chueca se comunica mediante un camino de terracería con el poblado de Bahía Kino,

de donde sale la carretera de 105 km que conduce a la ciudad de Hermosillo. Hacia el norte, Desemboque

se comunica por medio de una carretera de 156 km con la ciudad de Caborca, Sonora.

Durante muchos años, se entraba o salía de la región mediante el transporte en vehículos particulares o de

instituciones gubernamentales.

En los poblados seris, las casas habitación están distribuidas a lo largo de calles no pavimentadas. Carecen

de drenaje, luz eléctrica y agua potable.

Cada poblado cuenta con un cuarto frío donde

se almacenan los productos de la pesca antes

de ser vendidos. Cada uno tiene, también,

instalaciones escolares para estudiantes de

nivel preescolar y primario.

III. Antecedentes históricosEl territorio konkaak tenía, antes de la llegada de los españoles, como límites naturales el mar, las cadenas

montañosas y el desierto de Encinas. Sobre la costa desértica, hacia el sur, limitaba con el río Yaqui, al

norte con el desierto de Altar, al este llegaba hasta Horcasitas y al oeste, además de la costa, ocupaba islas

cercanas como Tiburón, San Esteban, Patos y Alcatraz. El área que recorría el grupo abarcaba lo que

actualmente son catorce municipios de Sonora, pues era un pueblo nómada cuya movilidad giraba en

torno a los recursos acuíferos y a los ciclos de la flora y fauna básicos para su supervivencia. Se presume

que en la época prehispánica estaban organizados en seis bandas, divididas a su vez en clanes. No existía

jefe de clan ni de banda, y sólo era nombrado para cumplir tal función el individuo más capacitado en

épocas extraordinarias, como la guerra, así como en tiempos difíciles de escasa recolección, caza y pesca.

La mujer tenía un papel económicamente importante, pues se

encargaba de la recolección que garantizaba el sustento diario, por

lo cual estaban organizados en clanes de estructura matriarcal.

Por su cultura, los konkaak eran la antítesis de lo que necesitaban

los españoles: su territorio no era fácilmente aprovechable, no

tenían riquezas acumuladas, no producían lo suficiente para hacer

redituable la conquista y eran inútiles como mano de obra para

cultivar y servir, ya que desconocían esas actividades. Por ello,

los seris conservaron durante más tiempo que otros pueblos

indígenas, su autonomía y su cultura. Durante el periodo colonial,

los contactos más estables se dieron entre los seris y los jesuitas,

quienes intentaron concentrarlos en pueblos para evangelizarlos

y enseñarles labores agrícolas. Ninguno de sus esfuerzos tuvo éxito y los seris siempre regresaron a la

vida del desierto, por lo que fueron considerados como un grupo belicoso, dedicado al pillaje, robo y

matanza del ganado de los blancos.

Los españoles primero y los mexicanos más tarde, reaccionaron ante los konkaak, no con políticas de

conquista y colonización, sino de exterminio. Eso condujo al aniquilamiento casi total del grupo.

Cabe remarcar que los seris nunca fueron formalmente conquistados y, menos aún, evangelizados y

pacificados. Poco a poco fueron confinados a la parte más inhóspita de su territorio, diezmados en su

número y obligados a aceptar intercambios no siempre ventajosos con los colonizadores no indígenas.

Ya para el periodo independiente se había desarticulado el sistema de organización de bandas y habían

perdido casi la totalidad de sus dominios en la tierra continental. No obstante, fue a lo largo de los dos

primeros tercios del siglo XIX cuando fueron más perseguidos y prácticamente aniquilados tanto por los

soldados como por los rancheros mexicanos, quienes mediante la nueva tecnología podían utilizar los

recursos naturales que aún quedaban en manos de los seris; algunos de éstos lograron huir y refugiarse en

la isla Tiburón.

La escasez de agua y animales para la caza, además de diversas

enfermedades, fueron los factores predominantes para que los seris

abandonaran su refugio en la isla Tiburón y volvieran a incursionar en

tierras continentales, primero para contratarse temporalmente como

armadores (comerciantes de pescado) y rancheros, después para

establecerse definitivamente. Entre las causas externas que permitieron

su retorno con éxito está principalmente la crisis de 1929, que provocó

grandes migraciones de pobladores empobrecidos hacia ciudades y

centros agrícolas del norte y noreste del país, lo que aumentó el consumo de pescado y otros productos

marinos de menor precio que la carne de res.

Desde ese momento, los seris empezaron a tener como elemento esencial de su economía el intercambio

comercial y la utilización del dinero en sus operaciones de mercado. Con ello se inicia un periodo en el

cual se suceden con mayor velocidad y profundidad los cambios en su estructura organizativa y cultural.

A su retorno de la isla Tiburón los seris se establecieron a lo largo de la costa, hasta

que en 1936 el entonces presidente de la República, general Lázaro Cárdenas,

atendiendo a sus demandas de apoyo, promovió su organización en cooperativas de

pescadores, les proporcionó el equipo necesario y los concentró en el poblado de

Bahía Kino. Sin embargo, al irse colonizando cada vez más este poblado por

pescadores no indígenas, los seris se trasladaron a Desemboque, usando como

campamentos ocasionales algunos campos intermedios. En 1970 fue reconocido su

territorio cuando el presidente Luis Echeverría les dotó en ejido una franja costera de 91 000 ha, lo que

corresponde al 0.5% de la superficie total del estado. En 1975, con varios decretos más, el mismo

presidente declara el Canal del Infiernillo como zona de pesca exclusiva seri, y les otorgó simbólicamente

como posesión comunal la isla Tiburón, decretada a su vez como zona de reserva ecológica.

IV. LenguaLa lengua de los konkaak forma parte de la filum o estirpe Hokano, al que también pertenecen el

coahuilteco (noreste de México) y el tlapaneco. Sin embargo, la lengua seri forma parte de la familia

seriyumana, lo que significa, por un lado, que su relación más estrecha y reciente se encuentra con el

yumano de la parte norte de la península de California, y, por otra, que esta lengua contrasta totalmente

con la de los vecinos hablantes de idiomas uto-aztecas, como el pima, pápago, yaqui y mayo que

pertenecen a otro filum o estirpe relativamente reciente en el área. Actualmente la mayoría de la

población es bilingüe y, en algunos casos, hasta trilingüe, pues

además del seri hablan español e inglés.

Los seris mantienen su lengua con gran vitalidad y en lugar de

adoptar términos del español para designar los nuevos

elementos culturales que se han agregado a su vida, continúan

creando términos nuevos.

V. SaludEs casi nulo el conocimiento que se tiene sobre la existencia de terapeutas y técnicas tradicionales entre

los seris. Aunque poseen conocimientos sobre algunas plantas que utilizan para curar enfermedades leves,

recurren con frecuencia a la medicina alópata para los partos y para los padecimientos importantes.

Por otra parte, el proceso de sedentarización que ha sufrido el grupo provocó cambios en su dieta y

patrones de consumo, lo que ha generado diversos problemas de salud como obesidad, ceguera,

enfermedades gastrointestinales y pérdida de los dientes.

VI. ViviendaEn los campos pesqueros todavía es posible encontrar casas tradicionales. Son paravientos de hierbas

acomodadas encima de un armazón de ocotillo, doblados y amarrados, los cuales forman una especie de

túnel. Sirven para una sola familia y son adecuados para una vida nómada. En los poblados, las casas son

mayoritariamente de block, concreto y techo de lona o asbesto, aunque es posible todavía encontrar

algunas viviendas de madera, adobe o ambos con techos de lámina de cartón. Por lo general constan de

cocina, comedor, baño y uno o dos dormitorios.

Este tipo de vivienda fue promovido y apoyado por el

gobierno federal y estatal entre 1974 y 1984, y 1984, pero

debido al tipo de materiales empleados en la construcción y

a su orientación física, son calurosas en verano y frías en

invierno, por lo que de ninguna manera pueden

considerarse adecuadas para las condiciones climáticas y

culturales del grupo. Por ello, la mayor parte del tiempo las

familias seris continúan viviendo y trabajando en las

enramadas construidas en los patios o directamente en la playa.

VII. ArtesaníasEl trabajo artesanal consiste actualmente en el tallado en madera de palo fierro, el tejido de coritas

(canastos) y la elaboración de collares. El tallado de palo fierro fue iniciado, según se cuenta, en 1964 por

don José Astorga Encinas, en un momento crítico para la tribu, la cual necesitaba ingresos monetarios para

sobrevivir.

La elaboración de las coritas es una actividad que se practica desde la época prehispánica. Sus formas

tradicionales son globulares o extendidas; su producción es muy laboriosa, ya que exige una gran

inversión de tiempo, que varía entre un mes, si es pequeña (20 ´ 20 cm), hasta uno o dos años si es muy

grande (1.5 ´ 1.5 m). Cuando se termina una de estas piezas se hace una

ceremonia especial. Debido al elevado costo de las coritas, en especial las

grandes, son compradas principalmente por extranjeros.

Los collares, de variados e innovadores diseños, se elaboran con

caracoles, conchas, vértebras de víbora de cascabel y de pescado,

semillas y, últimamente, también con chaquira. Es un trabajo artesanal

que, al igual que los otros, ocupa un tiempo más o menos constante entre

las mujeres, si bien se obtiene de él menos ingresos que con las coritas o

las figuras de palo fierro. No obstante precisamente por su bajo precio, tiene un mayor mercado en el

resto del país.

Territorio, ecología y reproducción social

El territorio actual de los konkaak tiene una superficie total de 211 000 ha, de las cuales 91 000 fueron

dotadas por la vía ejidal y 120 000 por vía de dotación comunal. Por la extensión territorial con la que han

sido dotados y por el poco número de miembros de la tribu, los seris, junto con los lacandones, pueden ser

considerados como los indígenas con mayor posesión de tierras en el país. Sin embargo, en el caso de los

seris, las difíciles condiciones ecológicas de su hábitat hacen muy difícil su aprovechamiento. En general,

la superficie de su territorio es plana, salvo algunas elevaciones, como la sierra Seri en la costa y la sierra

Konkaak en la isla Tiburón, con 1 218 m sobre el nivel del mar.

Los suelos son por lo general delgados, en algunas partes hasta con un 80% de pedregosidad, y, aun

cuando hay áreas con dunas, éstas son pobres en nitrógeno y materia orgánica. Por su textura, los suelos

son de tipo francoarenoso y arenoso en los valles. Por sus características permeables no cuentan con ríos,

lagos o corrientes importantes, salvo el río de San Ignacio, que nace en la sierra cercana y desemboca

cerca de Desemboque, pero que es temporal y de poco caudal. La isla Tiburón está provista de cinco

aguajes que no son suficientes para sostener a la población seri. Los flujos hidráulicos subterráneos que

pudieran llegar a la altura de Punta Chueca son previamente explotados por los colonos de la costa de

Hermosillo mediante pozos profundos y captaciones de la presa Adalberto Rodríguez.

En esta región, el clima es caluroso con precipitaciones pluviales de 75 a 200 mm por año; el principal tipo

de clima es sumamente seco o desértico. Es posible registrar temperaturas mínimas de 8.5°C bajo cero en

los meses de diciembre a febrero y de 49.5°C entre los meses de junio y agosto. Con tales características, el

desarrollo de la agricultura ha sido hasta ahora imposible y aun la ganadería se ha topado con dificultades,

pues el índice de agostadero es de 50 a 60 ha por cabeza de ganado y sin manantiales o pozos de agua. Por

tanto, la principal fuente de aprovechamiento de sus recursos sigue siendo los casi 100 km de litoral que

poseen para su uso exclusivo. Pese a la aridez del

desierto que habitan, los seris aprovechan la flora y

la fauna de la zona. Así, la pesca, junto con el tallado

de palo fierro y la elaboración de coritas y collares,

son las principales fuentes de ingresos para la

familia seri. La pesca comercial es redituable sólo

de los meses de septiembre a mayo, lo cual se

complementa con la venta de artesanías. La pesca

de autoconsumo que se realiza durante todo el año

se complementa con la caza y la recolección de otras especies alimenticias, con el fin de mejorar

eventualmente la dieta. Sin embargo, el territorio seri, actualmente muy rico en recursos pesqueros y con

gran potencial turístico, ha sido invadido en algunas partes por población no indígena.

Los seris no acostumbran salir de su territorio en busca de trabajo, y aun dentro de él, difícilmente

aceptan contratarse como asalariados; nunca han aceptado la existencia de un patrón, un contrato por

horario y la asignación de tareas preestablecidas y definidas por otros.

VIII. Organización socialA través de las relaciones de parentesco, los seris llegaron a establecer sistemas de ayuda recíproca y de

distribución de recursos que aseguraban la supervivencia total del grupo. Destaca el mecanismo

denominado kimusi ("buscar comida"), el cual da derecho a todo miembro de la tribu a procurarse parte

de la comida que se consuma en cualquier parte de la comunidad sin necesidad de una invitación previa; o

bien, el kanoaa ana koit, derecho a pedir pescado para comer a cualquier panga que llega del mar. Otro de

los mecanismos es el amaj, que se pone en marcha en la fiesta de pubertad de las doncellas y en los casos

de muerte, cuya función económica es el intercambio de bienes materiales entre las diferentes familias del

grupo.

Con la integración formal de los konkaak a la vida nacional, se han visto obligados a nombrar una serie de

autoridades tales como el consejo supremo, el comisariado ejidal, el consejo de bienes comunales, una

sociedad cooperativa pesquera y una sociedad

cooperativa de consumo artesanal. No obstante, la

variedad de autoridades y el gran número de leyes

y normas derivadas de los reglamentos de cada

forma de organización han resultado en el

incumplimiento de las leyes, además de traer

conflictos en la interacción de las autoridades y en

su relación con la población.

IX. Cosmogonía y religiónLos seris no desarrollaron un sistema de gobierno religioso-festivo muy complejo. Su interpretación del

mundo, sus ritos, sus fiestas y demás manifestaciones culturales tienen un carácter estrechamente

relacionado con la naturaleza y con los aspectos biológicos y sociales de la reproducción del grupo.

Así, sus principales ritos están vinculados con el nacimiento, con el inicio de la pubertad y con la muert e;

sus canciones y relatos giran en torno al mar, los tiburones, las zorras y las antiguas hazañas de héroes y

guerreros. Al no haber sido evangelizados formalmente,

carecen de los elementos católicos que se encuentran en

otros grupos indígenas.

En la zona seri no hay ninguna iglesia católica ni

sacerdotes de este culto. Existen dos templos

protestantes. A pesar de todo, mantienen en su lengua y

sus prácticas esa matriz cultural que los asocia

directamente con la naturaleza.

X. FiestasSus principales fiestas siguen siendo las de la pubertad, la llegada de la caguama de los siete filos, los ritos

de muerte y los asociados con el inicio del año nuevo seri y el término de la elaboración de las coritas. Para

la organización de sus fiestas continúa presente la cooperación de los miembros de la tribu (amaj).

Para sus ceremonias emplean zumbadores de madera, sonajas de hojalata, percutores hechos con jícaras

invertidas sostenidas sobre agua y el omichihuatli, que es un raspador o palo estriado que se raspa con

otro para que suene sobre la vasija invertida.

Relaciones con otros pueblos

Los principales contactos de los seris son con la población no indígena de Bahía Kino y Hermosillo, y se

dan en el ámbito del comercio y los servicios. Las relaciones con otros indígenas de Sonora han sido

propiciadas por instituciones gubernamentales

que han promovido consejos de índole política.

Tienen además un intenso contacto con

extranjeros, principalmente estadounidenses,

en el ámbito comercial y religioso; su trato con

ellos es cordial, en cambio existe resentimiento

contra los mexicanos debido al recuerdo de las

matanzas y luchas por apoderarse de su

territorio.

LOS CHOLES, WINIK O TZELTAL

Los choles son los Winik, del vocablo maya que significa "hombre, varón"; son "los milperos", los hombres

creados del maíz que viven y explican su existencia en torno al maíz, alimento sagrado otorgado por los dioses,

principio y fin de la vida, y eje central de su concepción del mundo.

I. Localización

La región chol se ubica en la parte noroeste

del estado de Chiapas; colinda al norte y al

noroeste con el estado de Tabasco y con el

municipio de Catazajá, Chiapas; al sur con

los municipios de Simojovel, Yajalón y

Chilón; al este con el municipio de La

Libertad; y al oeste con el municipio de

Huitiupán.

Los choles habitan principalmente en los

municipios de Tila, Tumbalá, Sabanilla,

Catazajá, La Libertad, Salto de Agua,

Palenque, Ocosingo, Yajalón, Huitiupán y

Chilón.

II. Infraestructura

En la zona, los choles cuentan con servicio de correo, telégrafo, teléfono, señales de radio y televisión; escuelas

primarias y albergues.

Las vías de comunicación son el principal problema de la región. Los caminos que unen las cabeceras

municipales entre sí y con los poblados localizados en la selva son de terracería, lo que dificulta a los

productores la comercialización del café y, por lo tanto, se ven obligados a vender a intermediarios a precios

muy bajos.

En Tumbalá y Sabanilla hay primaria y secundaria. Los municipios cuentan con servicios de hospedaje,

preparación de alimentos, asistencia profesional, etcétera. Turísticamente esta zona es importante, pues

cuenta con bellos paisajes, varias zonas arqueológicas e iglesias coloniales.

III. Antecedentes históricos

La conquista de la selva chiapaneca se inicia hacia 1530. A partir de 1559, el fraile dominico Pedro Lorenzo

convence a los indígenas que habitaban en el interior de la selva para que se trasladen a su orilla y formen ahí

sus poblados, con la finalidad de evangelizarlos. De esta forma, los tzeltales se trasladan a Bachajón y Ocosingo;

los pochutlas a Ocosingo y los choles hacia lo que hoy es Palenque, Tila, Tumbalá; Yuyuxlumil (Río amarillo),

Octiopá y San Pedro Sabana. Durante una época se da la esclavitud de los choles en las encomiendas españolas

de Chilón, San Pedro Sabana y Yuyuxlumil.

Debido al aislamiento en que vivían, sus condiciones de vida no cambiaron, pues pasaron de la encomienda a la

finca. Durante la Revolución mexicana, la independencia de Chiapas y su anexión a México, y la Guerra de

Reforma, sólo participaron como carne de cañón para alimentar las revueltas intestinas y como fuerza bruta

apta para todo tipo de trabajo.

Con la llegada de compañías alemanas e inglesas, la región se convirtió en una gran finca explotadora de

maderas preciosas. Por los grandes problemas para transportar la madera a los centros comerciales, en 1874

los finqueros introdujeron el cultivo de café, convirtiendo la región en una importante zona productora. Los

choles estaban en condición de mosojantel, mozos de finca, con un sistema similar al peonaje por deuda de las

antiguas haciendas.

Hacia 1936, la Reforma Agraria dividió las grandes fincas

cafetaleras. Algunos terrenos tenían cafetales ya en

producción, por lo que esto representó la transformación

de la economía que pasó del cultivo de la milpa al

monocultivo de café. La demanda y el precio aumentaron,

lo que alentó aún más su cultivo y el abandono de las

milpas y la actividad artesanal.

IV. Lengua

La lengua chol pertenece a la familia mayense; junto con el chontal de

Tabasco y el chortí, forma el grupo cholano o chontalano. Las variantes

más importantes son las de Tumbalá (ch'ol) y Tila; también varían las

formas del chol hablado en Sabanilla y en Salto de Agua.

V. Salud

Los choles consideran que la enfermedad es la consecuencia de alguna transgresión del hombre, de la

infracción de una regla impuesta por la sociedad y castigada por las divinidades; también puede ser provocada

por un miembro de la comunidad que pide ayuda a los dioses.

La función del curandero chol es la de un amigo, psicólogo, confesor, doctor y reequilibrador: él reúne al

enfermo con las personas más cercanas a éste, los interroga minuciosamente sobre sus pensamientos y

acciones que pudieron haber provocado la enfermedad; de esta manera restablece la armonía del enfermo en

particular y del universo en general. La iniciación de un curandero se puede lograr a través de varias maneras:

una fuerte enfermedad, de sueños donde el Señor de lila le da el conocimiento, de haber nacido con nagual o

con la iniciación por un sabio de la comunidad. El curandero diagnostica la enfermedad a través del pulso;

pulsar en chol es lak'el a ch'ujlel o ital ch'ujlel: sentir el ch'ujlel.

Las enfermedades más comunes se relacionan con la tierra,

con los dioses del inframundo, con las divinidades celestes,

con los xibaj que se quedaron fuera de la cueva y con los

hombres que ya tienen un pacto con los xibaj; los choles

piden ayuda a Ch'ujtiat para sanarse.

Los curanderos, yerberos y parteras son retribuidos en

especie, no como un pago sino como regalo. Al final de la

curación se les ofrece una comida.

VI. Vivienda

La casa chol es una choza rectangular sostenida con seis horcones de ch'ute o de cintok, que van enterrados en

el suelo. Amarran a éstos barras horizontales, recubren la estructura con bajareque, una mezcla hecha de

barro, estiércol y paja. El techo es de palma y zacate y el piso de tierra apisonada.

La casa consta de un solo cuarto que tiene dos puertas, una que da al exterior y otra al patio interior, y una o

dos pequeñas ventanas. Algunas tienen un anexo que sirve de cocina, gallinero o bodega. Las casas se

encuentran dispersas, escondidas en la vegetación y cerca de los ríos. En las cabeceras municipales hay una alta

densidad de población indígena cuyas casas son de concreto, con techo de lámina y puertas y ventanas de

hierro.

VII. Territorio, ecología y reproducción social

La región consta de tres zonas: la primera es montañosa y comprende

parte de los municipios de Tila, Tumbalá y Sabanilla; la segunda

comprende el lado este de la serranía central, donde se encuentra el

valle de Tulijá y los valles de Limar y Cinal; la tercera zona comprende

parte de la serranía que se extiende desde el municipio de Palenque

hasta el fin de las llanuras que limitan el municipio de Ocosingo.

De las montañas se forma el sistema hidráulico de la región. Los

principales ríos son el Tulijá, y el Puxcatán, el primero nace en la sierra

central y el segundo en los cerros ubicados al sureste de Petalcingo y de

Sabanilla y desemboca en el río Tulijá. Ríos de menor caudal en esta

región son: Bascán, lxtialjá, Chinal, Pulpitillo, Sabanilla, Agua Blanca,

Yaská, Chamula, Chientijá, San Nicolás y Jolpauchil.

El régimen pluvial de la región oscila entre los 3 000 y 5 000 mm; se registran lluvias todo el año, la máxima

precipitación se da entre julio y enero. Predomina el clima cálido y húmedo, con temperaturas medias anuales

que fluctúan entre los 24 y los 26°C. En las tierras bajas y en el valle de Sabanilla el clima es cálido-húmedo, con

lluvias en verano y una temperatura media anual de 22°C. En el extremo sur de Sabanilla, en el este de

Tumbalá y en Salto de Agua, hay un clima semicálido-húmedo con una temperatura media anual superior a los

18°C.

La vegetación natural es de selva subperennifolia. Los choles

mantienen una profunda estima hacia la naturaleza que los

rodea, sin embargo, la región se ha deforestado, pues las zonas

de bosques son explotadas por kaxlanes (mestizos) de

compañías privadas.

En la selva se encuentran boas, iguanas, tortugas (plana y cocodrilo), zopilotes rey, armadillos, jabalíes,

mapaches, murciélagos, puercos espín, tamborcillos, tejones, tlacuaches, venados, tigrillos, ardillas, zorros,

gavilanes, loros, pericos y garzas. En el área destinada para el ganado hay por lo menos ocho variedades de

pasto. Debido a la caza practicada por los mestizos, muchas especies mayores de animales están en peligro de

extinción.

La base de la economía chol es la agricultura, sobre todo el cultivo de café, la

milpa (maíz, frijol, calabaza) y de frutas. Las mujeres cultivan una pequeña

huerta de legumbres y plantas medicinales. Crían ganado bovino, equino,

porcino y diversas aves de corral. En los grandes ríos se pescan robalos,

mojarras, almejas, camarones, caracoles, piguas, cangrejos y tortugas. Los

productos agrícolas y ganaderos se destinan al autoconsumo.

Debido a la escasez de tierras, hay una creciente migración chol, ya sea porque

tienen terrenos muy pequeños o porque no cuentan con ellos.

VIII. Cosmogonía

Ch'ujtiat, el señor del Cielo, creó la Tierra, Tumbalá es el yutbal-lum, el ombligo, el lugar donde se formó la

Tierra. Después creó los 12 chuntie winik parecidos a los hombres, para cargarla. La Tierra es plana, ellos se

cansan de cargarla y cuando quieren cambiar de hombro, la Tierra se mueve y hay temblores. También creó a

los primeros hombres, parecidos a los chuntie winik, pero no inmortales, quienes vivieron y fueron ingratos con

Ch'ujtiat, el cual envió un diluvio para matarlos a todos; cuando cesó la lluvia vio que había algunos chuntie

winik vivos y los convirtió en monos, que de tanto miedo se subieron a los

árboles. A los niños que habían muerto sin culpa en el diluvio los mandó al

cielo como estrellas. Después del cataclismo todo estaba triste y muerto,

pero de pronto nació niox pimel, la primera planta, después de la que nació

mucha vegetación. Ch'ujtíat se animó a crear a los dos tiomi yem alob,

otros primeros hombres y los hizo con cierta inteligencia pero tenían que

aprender y usar la experiencia. Ellos crecieron, recorrían la tierra y al llegar

a una enorme cueva encontraron piedras en forma de tigres; uno de los

niños entró y acarició un pequeño tigre, logrando que viviera; el otro niño,

celoso, mató a su hermano, pero el tigre lo volvió a la vida. "El niño llamó

wuj al tigre y el tigre llamó Xun'Ok al niño". Llegado el momento, Ch'ujtiat

entregó lxik a Xun'Ok como esposa; fue así como comenzó la nueva generación, Xun'Ok e lxik son los primeros

padres, los na'al.

Después de un tiempo apareció sobre la tierra Ch'ujnia con su hijo Askun; ambos tenían poderes especiales.

Askun tuvo un hermanito, Ijtzin igual que él sin padre. Al ver que el niño tenía mejor pensamiento y mejor

corazón que él, le tuvo mucha envidia y quería matarlo, invitó a Ijtzin a comer miel, subió a un árbol y en lugar

de darle miel le tiró 12 bolitas de cera. Ijtzin formó 12 tuzas con la cera y éstas comenzaron a comer las raíces

del árbol donde estaba Askun, quien cayó en mil pedazos, con los cuales Ijtzin creó a los animales. Chu'jnia se

entristeció mucho por la muerte de su hijo hasta que Ijtzin le regaló un gran conejo para consolarla; madre e

hijo brincaron juntos al cielo, Ijtzin se hizo sol y Ch'ujnia se volvió luna.

Una vez que los hombres conocían ya los frutos y los animales, Ch'ujtiat consideró que había llegado el

momento de que conocieran el alimento más sabroso, el ixim, el "maíz".

Los hombres vivieron felices sólo por un tiempo, pues a los xibaj les gustaba comerse a los hombres. Ch'ujtiat

envió nuevamente a su hijo a la Tierra, quien los dominó y los encerró en una cueva, pero no todos quedaron

ahí, pues algunos hicieron pacto con los hombres, y por eso muchos hombres tienen xibaj.

En el mundo subterráneo, en Wits Ch'en, reina la paz, no hay dolor

ni maldad. Ch'ujtiat pobló el mundo subterráneo con varios wots

ch'en (espíritus juguetones, benéficos), mediadores entre el

mundo celeste y el mundo terrestre.

IX. Fiestas

La existencia de los choles, como grandes agricultores, gira en torno al calendario agrícola y al comportamiento

de la naturaleza. El maíz, elemento central de su cultura, es considerado como un dios. Muchas de las fiestas

pueden interpretarse como ritos dirigidos al maíz y a su ciclo agrícola. Después de preparar las tierras de

labranza celebran ritos relacionados con la muerte del "dios del maíz". A éstos los suceden otros ritos para la

siembra (fiesta de la santa Cruz), relacionados con las lluvias y la

fertilidad agrícola. Finalmente, las ceremonias dedicadas a la

cosecha del maíz (fiesta de santa Rosa, el 30 de agosto).

Además del calendario católico y a pesar de que desde hace

cinco décadas se dedican sobre todo a la producción de café, no

parece haberse minado las bases de su cultura y aún conservan

sus antiguos calendarios agrícolas.

Las fiestas son de carácter comunitario y generalmente las celebraciones empiezan en la víspera de la fiesta; las

misas celebradas en los templos por los sacerdotes son precedidas y/o sucedidas por ritos realizados en la casa

de los mayordomos. Los tatuches y los mayordomos dirigen estos ritos y se hacen acompañar por los músicos;

las mujeres llevan a la fiesta alimentos y bebidas.

Tila es uno de los centros religiosos más importantes de la región chol; ahí se encuentra el Cristo Moreno, el

Cristo curandero. A este Cristo "autóctono", símbolo de la identidad chol y al mismo tiempo de la fertilidad,

protector de los curanderos y patrón de Tila, se le festeja el 15 de enero (señor de Esquipulas), el 3 de mayo

(santa Cruz), en Semana Santa (Cristo en el Monte Calvario) y del 14 al 18 de junio (Corpus Christi).

En Tumbalá las principales fiestas son: la Candelaria, el 2 de febrero; señor del Pozo, el 23 de marzo; san Miguel

Arcángel, el 8 de marzo; la santa Cruz, el 3 de mayo. En Palenque, la fiesta del patrono es del 1° al 5 de agosto;

san Francisco de Asís, el 5 de octubre; Virgen de Guadalupe, el 12 diciembre. En Sabanilla se festeja al señor de

Esquipulas del 1° al 5 de enero; señor de la Misericordia, el 25 de junio; san Miguel Arcángel, el 8 de marzo. En

Salto de Agua, la Trinidad, el 1° de junio; virgen de la Concepción, el 8 de diciembre; Virgen de Guadalupe, el 12

de diciembre; sagrada Familia, el 31 de diciembre.

Otra fiesta importante es la del Carnaval; en Tumbalá se hace entre el 2 y el 8 de febrero, y se presenta la

danza del Tigre.

X. Relaciones con otros pueblos

En la región chol, los mestizos poseen las mejores tierras, controlan el transporte, el comercio y el poder

político. Por esta razón, los choles suelen estar subordinados a ellos. La defensa de sus tierras es el motivo más

frecuente de conflictos entre choles y mestizos. Los choles mantienen una estrecha relación con sus vecinos

tzeltales, tzotziles y zoques, pues todos ellos tienen un interés común frente a los mestizos: la defensa y

restitución de sus tierras.

LOS ZAPOTECOS

El término zapoteco proviene del vocablo náhuatl Tzapotécatl, que significa "pueblo del Zapote". La

denominación les fue impuesta por los mexicas debido a la profusión de árboles de zapote en los territorios de

los Ben'Zaa o "gentes de las nubes", término en zapoteco con que se identifican entre ellos.

Los zapotecos no constituyen un grupo cultural homogéneo; la etnografía los agrupa en cuatro ramas:

zapotecos de Valles Centrales, del Istmo de Tehuantepec, de la Sierra Norte o Juárez y zapotecos del Sur. Al

interior de cada una existen, a su vez, diferencias culturales, históricas y lingüísticas específicas. Esta

monografía se refiere a los zapotecos de Valles Centrales.

I. Localización

Los Valles Centrales de Oaxaca se ubican en la parte centro del estado. La región es una de las ocho en que se

divide geográfica y administrativamente la entidad. Limitan al oeste con la región de la Mixteca, al noroeste

con la Cañada, al norte con la Sierra de Juárez, al este

con el Istmo de Tehuantepec y al sur con la Sierra del

Sur. En conjunto abarcan 89 municipios en los distritos

de Ejutla, Etla, Ocotlán, Tlacolula, Zaachila, Zimatlán y

Centro; con una extensión total de 4 873.65 km2. Las

alturas oscilan entre los 1 318 msnm en su punto más

bajo en el municipio de Santa María Zoquitlán; llegando

a 2 050 msnm en San Miguel Peras, Zaachila.

II. Infraestructura

En la región existen caminos con una longitud total de 1 260.90 km, que representan casi el del total de

caminos en la entidad. De la ciudad de Oaxaca parten dos carreteras que la comunican con el Distrito Federal,

además están los caminos Oaxaca-Tuxtepec, Oaxaca-Puerto Ángel y, como continuación de la Panamericana, el

tramo que parte de la ciudad de Oaxaca, pasa por el Istmo de Tehuantepec y vincula la entidad con Veracruz,

Chiapas y Centroamérica.

El uso del ferrocarril se remonta a 1892. En el distrito Centro se encuentra el aeropuerto internacional Benito

Juárez, y en el distrito de Tlacolula operan pequeñas pistas para avionetas, todas de terracería.

El abastecimiento de agua se obtiene fundamentalmente de

pozos y, en algunos casos, del drenaje, pero ésta no es potable.

En las localidades al pie de las serranías se surten de ojos de agua

y arroyos temporales. Gran parte de las localidades no cuentan

aún con servicio de luz pública y doméstica. En cuanto a las

telecomunicaciones, Valles Centrales cuenta con la mayor

cantidad de aparatos telefónicos del estado; existen 15 administraciones de telégrafos y correos. Debido a las

características topográficas de la zona, la señal de televisión es bastante irregular.

Los servicios de salud presentan aún rezagos muy grandes, tanto en número de establecimientos, como en la

calidad del servicio. Las clínicas pertenecen a varias instituciones gubernamentales: Secretaría de Salud,

Insituto Mexicano del Seguro Social, Instituto de Seguridad (IMSS) y Servicios Sociales de los Trabajdores del

Estado (ISSSTE)

En 1986 funcionaban en la región 344 escuelas preescolares y 625 escuelas primarias; la educación secundaria

o de nivel medio básico se realizaba en 18 secundarias federales, 49 telesecundarias, 17 particulares y una para

trabajadores. Había para ese entonces nueve secundarias agropecuarias. Actualmente hay cinco preparatorias

particulares y dos que dependen de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO). Se contaba

además con un Centro de Estudios Técnicos Federales y un Centro de Estudios Técnicos Industriales y de

Servicios. Había dos planteles de la Escuela Normal Superior. Para estudios de educación superior está la

UABJO

III. Antecedentes históricos

Si bien esta zona estaba ya ocupada desde fechas anteriores, se estima que los primeros pobladores de habla

zapoteca arribaron a la región de los Valles Centrales a principios de 1 500 a.C. La parte fundamental de la

historia prehispánica de Valles se inicia alrededor de 500 a.C. y culmina con la llegada de los conquistadores en

1521. Este periodo se divide en dos etapas: la de los centros urbanos (500 a.C.-750 d.C.), donde se forman los

primeros grandes asentamientos como Monte Albán. Ésta fue una época de florecimiento de la arquitectura,

las artes y las ciencias. La etapa de los señoríos siguió a ésta; abarcó de 750 a 1521. Se crearon una serie de

señoríos autónomos relacionados entre sí por alianzas matrimoniales y

políticas. Las sedes más conocidas de estos centros son Mitla, Yagui y

Zaachila. En estos periodos se desarrollaron a plenitud los sistemas

hidráulicos que sustentaban a las poblaciones y centros ceremoniales y

político religiosos. De acuerdo con las relaciones geográficas de Cuilapan y

Teozapotlán, que datan de 1581, la llegada de grupos mixtecos a los Valles Centrales se dio alrededor del año

1280. Antes de la conquista, el crecimiento demográfico generó entre los zapotecos y sus vecinos mixtecos

presiones para controlar los mejores terrenos agrícolas, especialmente en las fronteras de las áreas que

ocupaban ambos pueblos indígenas. En esta situación, el Imperio azteca somete a los pueblos de los Valles

Centrales a un fuerte tributo a partir del siglo XV.

La conquista se realizó de forma relativamente pacífica puesto que

los zapotecos se aliaron con los europeos en contra de los aztecas.

En 1529 se constituyó el Marquesado del Valle de Oaxaca, otorgado

a Cortés. Para proteger los dominios de los colonizadores hispanos,

Cortés otorga la categoría de ciudad a la antigua guarnición azteca

que había en el lugar, creándose así la ciudad de Oaxaca.

Los zapotecos sufrieron la disminución demográfica que trajo

consigo la conquista; las epidemias y los trabajos forzados determinaron que se redujera ostensiblemente su

número, por lo que se introdujeron esclavos negros a los valles. La evangelización fue obra de dominicos,

quienes arribaron a Oaxaca en 1529, ésta dio por resultado un sincretismo religioso entre las creencias

prehispánicas y las católicas; los frailes dominicos se constituyeron en los primeros terratenientes no indígenas

de los valles. Durante la etapa inicial de la colonia fueron otorgadas encomiendas a los españoles, éstas no

implicaban la posesión de la tierra y por este motivo muchas comunidades pudieron retener sus tierras, y el

avance de las estancias y haciendas no alcanzó las proporciones que tuvieron en otras regiones del país.

Durante la Colonia, Oaxaca se destacó en la producción de textiles, ésta decayó con la competencia de las

manufacturas inglesas de algodón y la producción de la grana cochinilla que se exportaba a Europa. Este tipo

de producción se derrumbó hacia fines del siglo XIX con la introducción de anilinas y tintes químicos.

Durante los turbulentos años del siglo XIX, la población zapoteca se mantuvo, en términos generales, al margen

de las revueltas y conmociones sociales que caracterizaron este periodo. Durante la lucha por la Independencia

tuvieron lugar en los Valles Centrales algunos hechos relevantes, como la toma

de la ciudad de Oaxaca por Morelos en 1812 y la de Tlacolula, por Matamoros.

Asimismo, el pueblo de Cuilapan fue testigo del fusilamiento del general Vicente

Guerrero.

El triunfo de la causa liberal, lidereada por el zapoteco serrano Juárez, implicó

para las comunidades la pérdida de tierras a consecuencia de la aplicación de las

Leyes de Reforma. Por tal motivo, algunos pueblos indígenas de los distritos de

Zaachila y Zimatlán se adhirieron al gobierno imperial de Maximiliano que proclamaba el reconocimiento de las

tierras comunales. Durante el siglo XIX, la población de Valles Centrales fue víctima de diversas epidemias que

diezmaron a la población; entre las más significativas estuvieron las de viruela en 1829 y 1859, la de cólera en

1833 y la de fiebre amarilla en 1884; además se resintieron los efectos de una gran hambruna.

Durante la Revolución, los indígenas oaxaqueños fueron carne de cañón, sujetos a la leva, y sin una idea clara

de los motivos que provocaron la lucha armada. Durante esta etapa se tiene noticia de dos levantamientos en

apoyo a la causa maderista. Como consecuencia de la instauración del nuevo estado revolucionario, la Reforma

Agraria restituyó tierras comunales a las comunidades de los valles, y creó algunos ejidos. En 1926, como

consecuencia del movimiento agrarista, se fundó la Confederación de Partidos Socialistas de Oaxaca, que dio

paso al surgimiento de la Confederación de Ligas Socialistas de Oaxaca.

IV. Lengua

El zapoteco pertenece a la familia lingüística zapotecana del grupo otomangue. Es un idioma tonal, del cual

existen diversas variantes en la entidad. En Valles Centrales hay diferencias subregionales que hacen difícil la

comunicación entre hablantes de los distintos distritos y,

como acontece en el distrito de Tlacolula, entre poblados de

la misma jurisdicción administrativa, donde las comunidades

aledañas a la sierra están influidas por las variantes zapotecas

serranas. En términos generales se puede afirmar que el

zapoteco de Valles Centrales se subdivide a su vez en las

variantes de Etla, Zaachila, Tlacolula, Ejutla y Ocotlán.

V. Salud

La medicina tradicional juega un papel importante dentro de las prácticas culturales zapotecas. Conciben la

enfermedad como un mal del alma que se manifiesta en trastornos físicos concretos. Los terapeutas son de

ambos sexos, sus especialidades son: yerberos, parteras, hueseros,

chupadores-pulsadores y adivinos, rezadores y espiritistas. La

formación de los especialistas se lleva a cabo mediante la transmisión

oral y hereditaria de los conocimientos, y a partir de la observación y

de la práctica. En las curaciones emplean diversas especies vegetales

y animales, las curaciones se realizan con rezos y rituales diversos. El

contacto de los médicos tradicionales con el mundo occidental ha influido en la incorporación de elementos y

sustancias externas diversas: pastillas, aceites y lubricantes, gasas y vendas esterilizadas, jeringas, etcétera.

VI. Vivienda

En los poblados alternan indistintamente casas de

bajareque con techo de zacate, construcciones de adobe

con tejas o edificadas con cemento, ladrillo y techo colado

o lámina de asbesto. Esta situación muestra las diferencias

económicas existentes al interior de cada comunidad. Con

excepción de los poblados grandes, cuya calle principal

está relativamente pavimentada, la mayor parte de los

pueblos presenta calles en que prevalecen la piedra y la

tierra apisonada.

VII. Artesanías

La especialización artesanal de las comunidades se remonta al periodo prehispánico y constituye el motor

fundamental de la compleja red de mercados regionales. Se puede afirmar que las artesanías zapotecas de los

Valles Centrales presentan grandes áreas de especialización, entre las que destacan la producción de barro, el

tejido de fibras duras y los textiles de lana y algodón, así como el trabajo de la piedra, la madera, la fabricación

de mezcal y el curtido y trabajo de pieles. En mayor o menor medida estas actividades están ya determinadas

por los requerimientos de un mercado externo no zapoteca, que controla y establece los precios de venta,

impone cuotas de producción e influye poderosamente

en la paulatina transformación de los sistemas de

trabajo tradicionales. Hoy en día, la producción de

textiles, de objetos de barro y otros se hace, en muchos

casos, a destajo, por encargo de compradores a través

de los talleres o de la unidad familiar, lo que implica

también la pérdida de técnicas tradicionales y el manejo

irracional de los recursos naturales.

VIII. Territorio, ecología y reproducción social

Los Valles Centrales es una región constituida por

tres valles de altura: el valle de Etla, el de Tlacolula y

el de Zimatlán-Zaachila-Ocotlán. La longitud de los

valles oscila entre 20 y 30 km, formados por terrenos

planos y semiplanos que separan la Sierra Madre del

Sur de la Sierra Madre de Oaxaca. En la región existen

cuatro subcuencas hidrológicas pertenecientes a la

vertiente del Pacífico: Etla, Tlacolula, Zimatlán y la

subcuenca de Ocotlán y Ejutla. Las corrientes superficiales que riegan los Valles Centrales son escasas y de poco

caudal; el Río Atoyac, formador del Río Verde, es la principal fuente de abastecimiento de agua superficial,

principalmente en el valle de Etla. Actualmente, luego de miles de años de cultivo intensivo, queda poca

vegetación original. La injerencia del hombre ha ocasionado variaciones climatológicas regionales como la

pérdida de humedad, la desertificación y la irregularidad del periodo de lluvias. A causa de estos cambios la

vegetación dominante ahora es de tipo xerófita, asociada al chaparral, especialmente guamúchiles, mezquites,

cactáceas, agaves y pastos. En las regiones de tipo subárido, como el valle de Tlacolula, existe vegetación

caducifolia: fresnos, zapotes y amate. Hay una fuerte deforestación debida al consumo regional de madera y a

su demanda comercial que ha provocado una reducción del caudal de los ríos, la erosión del suelo y la

disminución o extinción de especies de la flora y fauna.

El clima de la región es templado subhúmedo, en invierno prácticamente no llueve. La temperatura promedio

oscila entre 18° y 22°C. El promedio de precipitación pluvial es de 600 mm, aunque hay años de mucha sequía

lo que explica el interés de los campesinos en la perforación de pozos y obras destinadas a retener el agua. El

uso del suelo en los Valles Centrales está destinado básicamente a tres actividades: agricultura de

autoconsumo y comercial; pastoreo agrícola de caprinos y recolección. La agricultura sigue siendo el medio de

subsistencia básico para los campesinos zapotecas. A excepción del distrito Centro, la población depende para

su sustento fundamentalmente de las labores agrícolas.

Actualmente, la agricultura en la región es de subsistencia (maíz-

chile-frijol-calabaza) y comercial. Esta última, como en todo el país,

ocupa las mejores tierras, acapara y concentra los créditos y

monopoliza la escasa asistencia técnica gubernamental. Aparte de

la milpa se da gran importancia al cultivo de hortalizas y frutales,

destinados al mercado local que, junto con forrajes, son los

principales productos que les permiten ingresos monetarios.

Complemento de las labores agrícolas son la cría y venta de animales domésticos. El pastoreo de caprinos y

bovinos se realiza bajo el régimen de libre pastoreo. En cuanto a la emigración, existen importantes núcleos de

familias zapotecas en la ciudad de México, Chiapas, Veracruz y en diversos sitios de Estados Unidos, lugares a

los que migran en búsqueda de mejores oportunidades.

IX. Organización social

Dentro de las comunidades, las relaciones sociales se basan en la

reciprocidad, sobre todo en el intercambio de mano de obra o

bienes. La Guelaguetza es una forma institucional de dicha

reciprocidad, en la cual los participantes corresponden en especie

y a solicitud de una de las partes de este proceso. Este tipo de

intercambio forma parte de la organización social en las

mayordomías, fandangos y en la construcción de viviendas. La

Guelaguetza es un patrón cultural, heredado de los sistemas

mesoamericanos de ayuda mutua.

El tequio o servicio comunitario obligatorio es el pilar del trabajo comunal. Los hombres mayores de edad

tienen la obligación de donar su trabajo un determinado número de días para efectuar obras de beneficio

comunal: caminos, escuelas, riego, etcétera. Quien no puede participar, paga un peón como contribución. Esta

forma tradicional de organización es un elemento central de la cohesión social comunal, pero no está exenta

de las transformaciones provocadas por las relaciones mercantiles.

Por otro lado, el sistema de mercados comunica a los valles con otras regiones de la entidad. Así, los mercados

conforman una amplia unidad económica y social, que pone en contacto a distintos pueblos, donde el español

constituye la lengua franca. Dentro de las relaciones intercomunitarias los mercados regionales cíclicos y la

especialización productiva revisten particular importancia.

X. Cosmogonía y religión

Como en la mayoría de las poblaciones indígenas mesoamericanas, el culto a las

deidades prehispánicas se mezcló con la religión impuesta por los

conquistadores, dando como resultado un sincretismo religioso. Como

consecuencia del dominio colonial, se instituyó el sistema de cargo que

actualmente constituye un cuerpo de autoridades de los pueblos indios. En esta

zona destacan los topiles y los mayordomos, que se encargan de realizar el culto

anual que gira en torno a determinados santos en las comunidades. Hoy en día,

en las comunidades de Valles Centrales, dichas estructuras están en un proceso

de desgaste.

XI. Fiestas

Existen diversos tipos de festejos: los de carácter familiar que incluyen bautizos, bodas, matrimonios y ritos

funerarios. En estas fiestas existe una amplia gama de padrinazgos que cubren los gastos de las diferentes

etapas de las ceremonias; para los padrinos esto implica un alto gasto económico. Donde persiste la división en

barrios es frecuente la presencia de festividades alusivas a los patrones de los mismos. A nivel comunitario,

cada poblado festeja, por lo menos, la fiesta del santo patrón, donde se mezclan danzas tradicionales con

grupos tropicales y norteños. También es frecuente la presencia de ferias con juegos mecánicos, puestos de

comida y juegos electrónicos. La organización de estos festejos está a cargo de comités electos por las

autoridades. Destacan las celebraciones de la Cruz de Mitla el 1 de enero, La Candelaria, el Carnaval y la Virgen

de la Soledad, patrona de la ciudad de Oaxaca

LOS MAYAS

El nombre del grupo mayense conocido como maya yucateco, probablemente se deriva de maya'o mayab; el

término maya' se refiere al nombre del territorio, y se da a una serie de palabras afines como maya'wiinik:

hombre de Yucatán, maya' xiiblal, maya'xch'uupal, maya't'aan:

varón, mujer y lengua de Yucatán, respectivamente.

Otro posible significado de la palabra maya' sería ma'ya'ab:

poco, no mucho; esto es, el lugar donde había poca gente o de

gente escogida. Puede ser también una derivación de la

expresión: ma'yaan ja', "no hay agua" o "lugar donde no

abunda el agua". Incluso podría derivarse etimológicamente de

máay ja': sitio o lugar donde se sedimenta o asienta el agua, donde existen cenotes en cuyo fondo se

sedimenta el agua filtrada, pues máay significa polvo fino.

I. Localización

Los mayas de la península se localizan en los estados de Quintana Roo,

Campeche y Yucatán.

II. Infraestructura

En la península, la red de carreteras cubre más de 10 000 km que benefician a los municipios de las tres

entidades. Además, por Chetumal pasa la carretera internacional que comunica con Belice y Guatemala. La

zona cuenta con terminales de autobuses, taxis, microbuses y de ferrocarril.

Hay aeropuertos en Mérida, Yucatán; en Cancún, Chetumal y Cozumel, Quintana Roo; y en Campeche. En el

oriente y sur de la península hay pistas de aterrizaje para avionetas. En los centros urbanos hay servicio postal,

telegráfico, de telex, telefónico, fax público, radio, sistema de satélites y servicios radiomarítimos, televisión

por microondas, por cable y por satélite; el canal 13 de Mérida produce un noticiero semanal en maya.

Destacan los puertos de Campeche, Progreso, Celestúm, Ciudad del Carmen y Chetumal. Además cuentan con

lugares de atracción turística como Cancún, Cozumel, Isla Mujeres, Telchac, Chierulub, Dzilam de Bravo, los

astilleros de Lerma, Ciudad del Carmen, etcétera.

III. Antecedentes históricos

Hace unos 4 500 años un grupo proto-maya se estableció en Los Altos Cuchumatanes en el actual

departamento de Huehuetenango, Guatemala; posteriorrmente, los mayas ocuparon los estados de Yucatán,

Campeche, Quintana Roo, Chiapas, parte de Tabasco, las repúblicas de Guatemala y Belice, y las partes

occidentales de Honduras y El Salvador.

La cultura maya se ha dividido para su estudio en tres periodos

históricos: el Preclásico (2500 a.C.-300 d.C.), el Clásico (300-900

d.C.), y el Postclásico (1000-1541 d.C.).

Durante el periodo Clásico se consolidó la teocracia dirigente de

las ciudades-Estado, dándose la más alta expresión de la

arquitectura religiosa y suntuaria; las ciencias matemáticas, el

calendario, la escritura, las bellas artes y la astronomía. Desarrollaron técnicas hidráulicas y de cultivos

intensivos, lo que permitió alimentar a una numerosa población. A mediados del siglo X, alrededor del año 900

d.C., las ciudades de la civilización maya fueron abandonadas.

En el Postclásico (1000-1524/41 d.C.), se reestructuró la sociedad maya debido a las influencias de grupos del

Altiplano central mexicano, a través de los putunes de Tabasco que migraron a la península: los itzáes y los

xiues. Hacia el año 987 se registró la llegada de Quetzalcóatl, difundiéndose el culto a Kukulcán (Serpiente

Emplumada). Este periodo se caracterizó por una intensa actividad mercantil en un área que abarcaba desde el

Altiplano central mexicano hasta Honduras. La ciudad-Estado más importante fue Chichén Itzá, destruida en el

año 1250 d.C.

La sociedad maya estaba altamente estratificada: en la cúspide se

encontraba la nobleza, políticos, sacerdotes y militares de alto rango; en

seguida se encontraba un sector medio formado por campesinos ricos,

profesionistas especializados y altos funcionarios y, por último,

campesinos, pescadores y artesanos denominados macehuales. En el

último estrato estaban los esclavos.

A la llegada de los conquistadores, los mayas se resistieron a la invasión;

los españoles tardaron 19 años en someter el norte y parte del centro de

la península, mientras que algunas provincias del oriente, del noreste y

del sur se mantuvieron rebeldes o j-wíit-es, física y culturalmente

alejadas del dominio español.

Los españoles impusieron la encomienda, que

permitió controlar la mano de obra nativa y

obtener tributo. En la segunda mitad del siglo

XVIII, el sistema de encomienda fue sustituido

por la hacienda maicero-ganadera por medio

de la cual los nativos quedaban como

asalariados endeudados.

Hacia 1820, los criollos se apropiaron de más

tierras comunales de los mayas e

incrementaron la producción de henequén y de caña de azúcar, cultivos que desplazaron al maíz.

En 1847 se inició la Guerra de Castas, en la que los mayas luchaban por la recuperación de sus tierras y de sus

ancestrales derechos culturales; después de tres años de guerra, los insurrectos llegan a sitiar las ciudades de

Mérida y Campeche; posteriormente, las tropas indígenas se retiran y los yucatecos aprovechan la oportunidad

para recuperarse militarmente.

Para 1850 los rebeldes se internaron en la selva del oriente y sureste peninsular, en lo que actualmente es el

estado de Quintana Roo. Desde allí reorganizaron sus ataques mediante tácticas guerrilleras. Hacia 1890 ya

habían reestructurado su vida social en torno a sus creencias religiosas milenaristas, la agricultura y las

actividades defensivas de guerrilla. Para 1901, las tropas federales arrasaron con el santuario "Chan Santa

Cruz" (hoy Carrillo Puerto), bastión de los rebeldes, quienes se retiraron a otros poblados de la selva. En 1904 la

parte oriental de la península es convertida en territorio nacional.

Hacia 1920, atraídos por la bonanza del chicle, gente de diversas partes del país llegaron a las regiones

boscosas quintanarroenses; sin embargo, los mayas rebeldes organizaron sus propias cuadrillas de trabajo y no

permitieron la entrada de extraños a su territorio; se pacificaron hasta 1936, llegando a acuerdos con las

autoridades gubernamentales mediante los cuales sus nueve pueblos, reconocidos como zona maya, fueron

dotados de un ejido en el centro de Quintana Roo.

Durante el Porfiriato, la situación social en el norte de

Yucatán era deplorable para los campesinos mayas y

los inmigrantes de origen yaqui, chino y coreano,

quienes trabajaban como peones acasillados en los

gigantescos plantíos de henequén, que abarcaban unos

50 km2 alrededor de la ciudad de Mérida. Después de

la Revolución, se otorgó a estos trabajadores escasas

parcelas de poco rendimiento. La manipulación del

poder económico y político del grupo mestizo fue un obstáculo para que el reparto agrario fuera aplicado en

forma efectiva. Entre 1920 y 1930 la tierra repartida fue mínima y casi toda ella, fuera del área henequenera.

Entre 1935 y 1938, bajo el régimen del presidente Lázaro Cárdenas, se llevó a cabo la expropiación del 70% de

las tierras de las haciendas henequeneras y se incluyó a los peones acasillados entre los beneficiarios. A partir

de 1938 se estableció el "gran ejido" henequenero organizado colectivamente con campesinos y ex

hacendados, ahora pequeños propietarios, integrando una comisión reguladora de la producción que duraría

hasta 1955; esta organización funcionó como una inmensa plantación estatal que no benefició a los indígenas.

En 1955, el gobierno federal tomó el control de los ejidos henequeneros, disolviendo la comisión y colocándola

bajo responsabilidad del Banco Nacional de Crédito Ejidal, sin embargo, la posesión de las máquinas

desfibradoras, continuó en poder de los ex hacendados.

En 1963 fue creada la empresa paraestatal Cordemex, S.A. de C.V., misma que centralizaría toda la producción

industrial henequenera; ésta sólo generó beneficios económicos y políticos a un pequeño número de

funcionarios, por lo que en mayo de 1992, después de muchas protestas por parte de los cordeleros y

campesinos, fue decretado el cierre definitivo de Cordemex. A los trabajadores del henequén se les dio una

mínima indemnización.

IV. Lengua

De acuerdo con la clasificación lingüística, el maya pertenece al grupo maya-

totonaco que ha gozado de un desarrollo literario, especialmente durante la

época de la denominada Guerra de Castas en la segunda mitad del siglo XIX,

cuando los documentos oficiales eran escritos en maya.

Esta lengua es hablada por los nativos peninsulares y por una gran parte de la

población mestiza que la utiliza como un elemento de interacción en sus

relaciones sociales. Las zonas agrícolas maiceras presentan los porcentajes más altos de población monolingüe

de maya.

Las mujeres emplean más la lengua maya que los hombres, y las nuevas generaciones hablan más el español

que el maya, pues este idioma es relegado al ámbito doméstico.

V. SaludLos mayas consideran que las enfermedades pueden ser de origen natural o provocadas por hechizos, envidias,

o por seres sobrenaturales. Las enfermedades naturales o lu'um kaabil se deben a la constitución misma de la

persona; las sobrenaturales ik'naal (viento) pueden ser provocados por "la pérdida del alma", los "malos aires",

el "mal de ojo", la brujería o el desequilibrio entre los alimentos considerados como "fríos" o "calientes".

Los mayas acuden preferentemente con

curanderos, y algunos de ellos tienen

conocimientos de acupuntura; las comadronas

atienden los partos de indígenas y mestizas.

Con los términos de j-meen (el que hace porque

sabe) o de yum k'in (el señor del culto solar) se

designa a los especialistas; los más reconocidos son los "yerbateros" o curanderos (ts'a ts'aak); los médicos

diagnosticadores que indican qué "mal viento" o "aire" causó la enfermedad, y en ocasiones curan al enfermo;

los yoot'o'ob, masajistas que expulsan la enfermedad provocada por "vientos" o "aires" que se alojan en los

músculos y tendones; y el utskinaj bak (huesero). El nojoch aj k'aansaj o "gran maestro" aconseja en caso de

conflictos personales y dirige varios rituales; los j-meeno'ob o santiguadores que con sus rituales neutralizan las

fuerzas naturales, y sobrenaturales, que causan el "viento de agua" del mediodía, que sopla del poniente o

chik'in'ik.

VI. Vivienda

Las casas de los mayas peninsulares son de planta absidal,

redondeada en los dos extremos, con paredes de varas

entretejidas (bajareque), techos de dos aguas de hojas de guano,

palma o zacate, sobre una base de tierra apisonada (buk'tun). En

estas construcciones se emplean bejucos para las ligaduras en

lugar de clavos.

En la construcción de la vivienda participan los varones de la familia, y en ocasiones reciben ayuda de parientes

y amigos. En los poblados grandes existen técnicos especializados, que trabajan en "cuadrillas" y perciben un

salario.

El mobiliario es sumamente sencillo en los lugares más apartados, mientras que en los poblados mayores se

multiplica con enseres y muebles modernos. Se compone generalmente de sillas de madera con asientos de

cuero, bancos de tronco, una mesa, hamacas de hilo de henequén o de algodón; petacas de palma, cestos de

bejuco para las semillas y para la ropa, roperos, baúles y máquinas de coser. En la cocina tradicional está un

fogón (k'oben) y diversos utensilios, algunos tienen estufas de gas.

VII. Artesanías

Los mayas de la península elaboran múltiples artesanías, empleadas

para la decoración, el uso doméstico, el ritual y el suntuario. La

cerámica artesanal se compone de escudillas, tazas o "apastes",

cántaros o tinajas, comales, ollas y juguetes de barro.

La más antigua técnica de cerámica es el modelado a mano y cocido

a ras del suelo en hornos cerrados hechos de mampostería y

paredes de tierra, arcilla y piedra. Ticul, Mana, Akil, Maxcanú y

Uayma (en Yucatán) y Tepakán (en Campeche), producen artículos de barro.

Respecto a los textiles aún se utiliza en el oriente de Yucatán un pequeño telar en el que se elaboran flecos

para orillar las servilletas. Los bordados, ya sean a mano o en máquina de coser se producen en toda la

península. Además, se tejen hamacas con fibra de henequén.

En algunas localidades de Yucatán y Campeche -como Mérida, Ticul, Tekax, Valladolid, Calkiní, Campeche y el

Puerto de Campeche-, se practica la orfebrería, utilizando las técnicas del fundido del metal y el laminado; con

esta técnica hacen rosarios y pulseras de filigrana de oro y coral. En Campeche, Progreso y Mérida, se hacen

artículos de concha de abulón, de coral negro y de caparazón de tortugas de carey.

La talabartería se practica en Mérida, Umán, Espita, Valladolid, Ticul, Tekax, Motul, Mérida, Sotuta, Maxcanú;

en la ciudad de Campeche fabrican alpargatas, bolsas, carteras, cigarreras, valijas y portafolios, que se

comercializan en toda la península y en el sureste mexicano.

En Ticul y Halachó, Yucatán; Becal y Nunkiní, Campeche; y en la "zona maya" quintanarroense se manufacturan

sombreros, cestas, canastas, bolsas y petates con hojas de palma de guano y de jipi; manteles, bolsas y

servilletas de henequén y artículos hechos a base de bejuco y carrizo. En Dzityá, Tixhualatun y Muna trabajan la

piedra labrada.

VIII. Territorio, ecología y reproducción social

En toda la península de Yucatán predominan los terrenos calcáreos, pedregosos y, en general, planos. El clima

es templado subhúmedo, con precipitaciones pluviales que oscilan entre los 600 y los 1 500 mm anuales. En

Quintana Roo y Campeche el clima es cálido, húmedo y subhúmedo, con lluvias en verano; la temperatura

promedio es superior a los 22°C; la precipitación pluvial

anual oscila entre los 1 000 mm en el norte, a los 2 000

mm en el sureste.

En Yucatán, el monocultivo tradicional henequenero

significó la reducción del espacio para el cultivo del maíz,

y con el desplome de la industria henequenera los

terrenos son abandonados y convertidos en matorrales.

Durante las dos últimas décadas, el desarrollo de las

zonas urbanas, de la ganadería y el incremento de la citricultura, han modificado significativamente la

superficie boscosa que se ha reducido de 19 millones de ha, a sólo 9 millones. Esta área era la reserva de

especies vegetales comestibles, maderables y medicinales.

Según datos estadísticos, el 45% de los campesinos han emigrado a Cancún, Isla Mujeres, Cozumel o Mérida,

en busca de trabajo. El fenómeno migratorio es creciente. Los recién emigrados se enfrentan con problemas

como son asentamientos irregulares, empleos subcalificados y mal pagados, viviendas de mala calidad,

etcétera. La migración al extranjero es, principalmente, hacia Belice, Guatemala, Estados Unidos y Canadá.

IX. Organización social

En la pirámide social se encuentran en primer término los

"blancos" o ts'oulo'ob, quienes detentan el control político y

económico de la región. En este grupo también están los ricos

comerciantes de ascendencia siria y libanesa, que migraron a la

península a principios de este siglo.

En segundo lugar se encuentran los "mestizos finos", quienes se

reconocen como descendientes de la desaparecida aristocracia

maya; visten ropa suntuaria que indica su estatus económico y se precian de hablar "la maya" con soltura y

elegancia.

Después, se encuentra el gran conglomerado de los "mestizos"; la mayoría de éstos hablan maya y español. En

las ciudades se ocupan como obreros, artesanos, comerciantes o empleados públicos; en los pueblos y en las

aldeas pueden ser ejidatarios, peones, pequeños propietarios, profesores, etcétera.

Los "mayeros" o macehuales son campesinos predominantemente monolingües, que habitan en las áreas

maiceras alejadas de los centros urbanos. En el pueblo de Xocen Cah, los macehuales se identifican como la

"raza de la Cruz" y se organizan en torno al culto de la cruz de piedra, la "del centro del mundo".

Finalmente estarían los "macehuales rebeldes" o jwíit'o'ob o koompas descendientes de los insurrectos de la

Guerra de Castas, quienes habitan en la región central del estado de Quintana Roo y se organizan en torno al

culto milenarista de la Cruz Parlante. En la actualidad, éstos no superan los 10 mil.

Cada municipio tiene un presidente, así como consejales o ediles, jueces de paz y policías. Estas autoridades

están subordinadas a los gobiernos de cada estado. En los pueblos indígenas de la parte central de Quintana

Roo, hay cargos militares de general, comandante, capitán y sargento; junto con el nojoch tata, los escribientes

(sagrados) y los rezadores, conforman un selecto grupo que está integrado a la administración municipal.

Para un acuerdo matrimonial, los padres del joven realizan varias visitas a la casa de la familia de la muchacha,

llevando bebida y cigarros; en la última visita, si es concertada la boda, llevan pan y chocolate. En la ceremonia

llamada múujul o "entrega de la dote", el joven lleva a la novia diversos objetos suntuarios, comida y bebida

para esa ocasión; el novio realiza el ja'ankabil "servicio del yerno", que es trabajo en las labores agrícolas.

La relación de compadrazgo es importante en lo que se refiere al bautizo católico y al bautizo tradicional,

denominado jeets meek', "abrazar a horcajadas"; para "abrir" el entendimiento, tanto a las niñas como a los

varoncitos, durante la ceremonia les colocan en las manos los utensilios de trabajo relacionados con su sexo.

X. Cosmogonía y religión

Según los mayas de la antigüedad, el universo estaba compuesto por trece planos celestes y nueve

subterráneos; cada uno de ellos estaba bajo la regencia de una deidad determinada. La tierra constituía el

primer plano de los trece que habitaban los dioses buenos llamados Oxlajun-ti'-k'u', en los nueve de abajo,

habitaba el grupo de los dioses malignos, conocidos como Bolon-te'-K'u'; en el último de estos planos estaba el

infierno o metnal, regido por Aj Puch, "Señor-Destructor o de la Muerte".

Los fenómenos naturales que más influencia tienen

en la vida de la gente son las lluvias, los vientos, los

truenos y los relámpagos. Para estar en buenos

términos con todos los dioses y espíritus que mueven

estas fuerzas, el hombre maya emplea la persuasión y

el ruego a través de fórmulas mágicas y ceremonias

rituales. Para ellos, el mundo sobrenatural es tan real

y efectivo como el mundo material.

De acuerdo con los nativos de Yucatán, existen siete cielos sobre la tierra, cada uno de los cuales tiene un

agujero en el centro; una ceiba gigantesca se yergue en el centro de la tierra y extiende sus ramas pasando por

esos agujeros a través de los diversos cielos hasta llegar al séptimo plano donde reside "El Gran Dios" de los

ts'uulo'ob ("blancos"). Por medio de este árbol las almas de los muertos pasan de un cielo a otro, hasta llegar al

más alto donde, por fin, permanecen.

En los planos inmediatamente inferiores al que ocupa "El Gran Dios" (Jáyal Dios), están distribuidos todos los

demás dioses conocidos como Yumtsilo'ob, así como los "guardianes" de los animales silvestres y los K'ak'as

báalo'ob, que son espíritus maléficos o demoniacos.

En antiguas leyendas se menciona la destrucción de mundos anteriores al actual; los dos primeros fueron

devastados por un diluvio. Después de esto, vinieron los macehualo'ob de los que descienden los mayas

actuales. En la primera época habitaron los p'uuso'ob o "pequeños-seres-con grandes-poderes"; después

vivieron los itza'es, que fueron "hombres santos" y a los que se atribuye la construcción de grandes edificios,

por medios mágicos. Posteriormente, aparecieron los mayas que vivieron en esos mismos lugares, pero no

edificaron nuevas construcciones.

Los mayas fincan su visión del mundo en torno del cultivo del maíz. En algunos lugares aún se rinde culto a

deidades mayas prehispánicas como los cháak-es o dioses de la lluvia, a quienes se les ofrecen ceremonias

anuales denominadas ch'a cháak con objeto de atraer las lluvias y obtener buenas cosechas en las milpas.

También se venera a los "dueños" de todas las cosas y animales, a los YumtsiIo'ob.

Cada pueblo posee un santo patrono y en algunos lugares hay "cofradías" que se encargan de cuidar su imagen

y de hacer su fiesta anual. En la "zona maya" de Quintana Roo, el Nojoch Tata o Gran Padre mantiene los

rituales para la "Cruz Parlante" protectora del grupo de los cruzo'ob o "rebeldes".

XI. Fiestas

En Yucatán y Campeche, además de las festividades y ritos organizados en honor de las deidades mayas, se

celebran fiestas del santoral católico, como las de los santos patronos, la fiesta a la Santa Cruz y la Semana

Santa. En el centro del estado de Quintana Roo destacan las fiestas en honor de la Santa Cruz; que coinciden

con el inicio de la temporada de lluvias, así como el Sábado de Gloria, fecha en que se enciende el fuego nuevo,

llamado tumbul k'aak' o tumben k'aak'.

Entre los mayas se veneraba y festejaba a

la deidad de la lluvia, llamada Cháak, para

que lloviera y se obtuvieran buenas

cosechas.

La fiesta inicia en la casa del mayordomo,

"diputado" o kuch-es; él y sus ayudantes

costean buena parte de la misma; los

gastos ascienden a millones de pesos. El

hecho de ser mayordomo da mucho

prestigio social.

XII. Relaciones con otros pueblos

Las diferencias sociales en la península se evidencian en la estructura residencial; los mestizos ricos y algunos

ts'uulo'ob (blancos, ricos) ocupan la parte central de la población, en tanto

que los macehuales pobres viven en la periferia. Existen muchos términos

peyorativos con los que "los blancos" designan a las personas de origen

maya; la mayor parte de estos términos son vocablos mayas o derivaciones

de palabras mayas.

En el pueblo de Chichima, al sur de Valladolid, los nojoch máak (integrantes

del consejo de ancianos) mantienen una dura disputa con los representantes

de los partidos políticos; lo mismo sucede en la zona maya del estado de

Quintana Roo, donde los representantes oficiales del gubernamental Consejo

Supremo Maya son repudiados por los koampas o "rebeldes".

LOS TOTONACAS

De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Náhuatl o Mexicana, el término totonaca es el plural de totonacatl y

se refiere a los habitantes de la provincia de Totonacapan. Algunos autores han señalado que el término

"totonaco" significa "hombre de tierra caliente".

En la lengua totonaca este vocablo se compone por los términos tu'tu o a'ktu'tu referente al número "tres" y

nacu' que significa "corazón". Los totonacas emplean este término en el sentido de que Cempoala, Tajín y el

Castillo de Teayo son los tres centros representativos del grupo; los tres centros o tres corazones de su cultura.

I. Localización

Los totonacas habitan a lo largo de la planicie costera del estado de

Veracruz y en la sierra norte de Puebla, donde predomina un

paisaje montañoso.

En el estado de Puebla los municipios que tienen un número

importante de hablantes de esta lengua son Ahuacatlán, Amixtlán,

Camocuautla, Caxhuacán, Coatepec, Galeana, Huehuetla,

Huauchinango, Hueytlalpan, Ignacio Allende, lxtepec, Jalpan,

Jopala, Jonotla, Olintla, Pantepec, San Felipe Tepatlán, Tepango, Tepetzintla, Tlacuilotepec, Tuzamapán de

Galeana, Zacatlán, Zapotitlán, Zihuateutla, Zongozotla, Zoquiapan y la capital del estado. En Veracruz, los

municipios que destacan por su densidad de hablantes de totonaco son: Cazones, Coahuitlán, Coatzintla,

Coxquihui, Coyutla, Chumatlán, Espinal, Filomeno Mata, Mecatlán, Gutiérrez Zamora, Papantla, Tecolutla,

Tlahuatlán y Zozocolco.

II. Infraestructura

Actualmente, cualquier comunidad con más de 600

habitantes tiene por lo menos una escuela primaria, y cada

municipio por lo menos una secundaria. Las poblaciones de

Huauchinango, Papantla, Zacapoaxtla y Zacatlán cuentan con

una preparatoria, hospitales y centros de salud; las comunidades más aisladas dependen de las clínicas médicas

del IMSS-Solidaridad.

III. Antecedentes históricos

El antiguo Totonacapan tenía como límite norte el río Cazones, al sur el río Papaloapan, al oeste llegaba hasta

Acatlán de Pérez en Oaxaca y al norte limitaba con la sierra de Puebla. Durante el Horizonte Preclásico o

Remojadas Inferior, su población tuvo contacto con poblaciones de los valles de Puebla, Tlaxcala y la Cuenca de

México. A fines del Preclásico e inicios del Clásico, en la zona de río Blanco Papaloapan (de contacto olmeca)

hubo fuertes movimientos de población hacia la costa y el centro de México; ésta participó en el proceso de

formación de la cultura teotihuacana.

En el periodo Clásico Temprano o Remojadas Superior 1 aparece el barroquismo, en las formas y el empleo de

moldes para la cerámica. El Horizonte Clásico o Remojadas Superior II (siglos VI-IX) es el periodo de mayor

esplendor, su mayor exponente es el Tajín. Para fines del siglo IX, la cultura totonaca entra en decadencia.

En el Postclásico Temprano o Tolteca (900-1200) se generalizó la metalurgia; se incrementaron los

intercambios con los pueblos del valle de Puebla, Tlaxcala y la Cuenca de México, y se difundió el uso del

calendario tolteca-mexicano.

En el periodo Postclásico Tardío o Histórico (1200 a 1521) los totonacos fueron dominados por la Triple Alianza,

sujetos a fuertes tributos y a la represión de sus insurrecciones.

Con el fin de quitarse el yugo mexica, este grupo apoyó a

los españoles en la conquista de México; pero ellos a

cambio les impusieron una nueva religión y fuertes

servicios. El contagio de enfermedades devastó en 90% a

la población india.

Las autoridades totonacas pervivieron hasta mediados del

siglo XVII, cuando los españoles dividieron sus jefaturas y

constituyeron los llamados "pueblos de indios", para tener

más control sobre ellos. Los siglos XVII y XVIII fueron de relativa tranquilidad para los totonacas, la escasez de

metales en la zona y las dificultades para el acceso no la hacían atractiva para los españoles. Su relativo

aislamiento les permitió reorganizar sus sistemas culturales en formas autónomas frente a la dominación

española; a veces lograban negociaciones, a veces se enfrentaban al genocidio.

En el siglo XIX, los totonacas participaron en el movimiento

independentista con su líder Serafín Olarte. En 1836-1838 Mariano

Olarte, hijo de Serafín, encabezó una insurrección aliado con los

federales, en contra de los centralistas. Bajo el gobierno de Santa

Anna su territorio fue dividido, la franja costeña fue cedida a

Veracruz, con lo cual el estado de Puebla perdió su salida al mar; los

totonacas se separaron entre los de la costa y los de la Sierra. Durante

el periodo republicano en la Sierra de Puebla se afianzó el Grupo de

los Tres Juanes de la Sierra Norte de Puebla, liberales de importancia

política en el ámbito regional, estatal y federal, que participaron en la Batalla del 5 de Mayo en Puebla, al

frente de tropas indígenas nahuas y totonacas. Este grupo impulsó cambios en la educación, obras públicas, y

un sistema de plazas comerciales mestizas. Su injerencia en la región significó la apertura de espacios para los

mestizos, pues al mismo tiempo propiciaron el despojo de tierras a los indígenas debido a los "deslindes".

La Revolución mexicana coincidió con un debilitamiento del poder de los Juanes. Los indígenas se lanzaron a

recuperar sus tierras; muchas comunidades lograron sus objetivos y expulsaron violentamente a los mestizos

de ellas, pero en los años treinta los mestizos logran recuperar algunas tierras.

La industria petrolera establecida en la costa veracruzana a fines del siglo XIX, en su continua expansión, ha

privado a muchos indígenas de sus tierras y no ha sido capaz de absorber la mano de obra desplazada.

IV. Lengua

El idioma totonaco y el tepehua pertenecen a la familia

totonacana, y son parte del tronco macro-maya. El censo de

1990 registró 207 876 hablantes de esta lengua; la mayoría

de ellos reside en Puebla y en Veracruz, además en el Estado

de México, Distrito Federal, Quintana Roo, Tlaxcala,

Tamaulipas, Campeche, Hidalgo y en menor proporción en

Jalisco.

V. Salud

Sus médicos tradicionales son parteras, curanderos y brujos indígenas o mestizos. Las parteras auxilian a las

mujeres durante la gestación y el parto; proporcionan cuidados especiales a la madre e hijo mediante baños de

temazcal y plantas medicinales. Ellas creen en la influencia de la luna sobre las mujeres y en la dicotomía de lo

frío y lo caliente; algunas utilizan fármacos alópatas.

El curandero totonaco conoce el uso de las

plantas medicinales para aliviar los males

físicos y mentales, cura el cuerpo y el alma.

Recurren a sus servicios tanto indígenas como

mestizos; cura a hombres y a animales. Cobra

por sus servicios según la enfermedad y la

seriedad del caso; adquiere su oficio por las

enseñanzas de un especialista. A veces sufren

la persecución de las autoridades municipales

por recetar sin licencia médica.

El brujo posee poderes sobrenaturales que no tiene el curandero; conoce el uso de las plantas, sabe cómo

hacer hechizos y maleficios. Ha obtenido su poder de fuentes sobrenaturales; puede hacer que una persona

recobre la salud, la pierda y hasta causarle la muerte. Su maleficio sólo puede contrarrestarlo otro brujo más

poderoso. Acusado de tener pacto con el demonio, sin embargo, suele ser un hombre religioso que se

considera a sí mismo católico. En su casa tiene un altar con flores, figuras de santos, veladoras y figuras

recortadas de papel amate, que representan a los seres sobrenaturales. Los brujos suelen ser consultados

también por mestizos; ocupan una posición de poder, paralela al sistema de cargos y generalmente tienen una

posición económica holgada.

Además de ellos, algunas religiosas católicas se encargaron de dispensarios médicos; misioneros protestantes

atienden en sus templos; y los pentecosteses realizan "curaciones milagrosas" mediante oración.

VI. ViviendaEn la zona de Papantla la casa totonaca es de planta

rectangular o cuadrada, con techo de zacate, palma u hoja

"misanteca". Las paredes son de varas colocadas

verticalmente, algunas están recubiertas con lodo. La casa

consta de una sola habitación empleada como cocina y

dormitorio. En los solares crían aves de corral y tienen un temazcal para los baños de vapor; en algunas casas

que producen miel cuelgan los panales en las paredes.

En la zona de Jalapa, la casa tiene un tapanco para almacenar maíz y para colgar las mazorcas que se

emplearán como semillas. Las casas católicas cuentan con un altar en el que colocan imágenes religiosas. El uso

de materiales industrializados para la construcción de casas va en aumento.

VII. Artesanías

En general, las artesanías totonacas son para uso familiar y

ceremonial. Se confecciona indumentaria tradicional que consiste en

faja, blusa y quexquémitl; gran parte de ella se hace en telar de

cintura, y sólo algunas veces con telas industrializadas; además, en el

telar se elaboran servilletas, manteles y toallas. Los totonacas de

Papantla utilizan el hilo de algodón o de acrilán, y tejen con la técnica

de confitillo, cuyo terminado final queda con una textura afelpada.

Además se fabrican cestos, vasijas, juguetes e incensarios de barro;

máscaras de madera y ornamentos de palma.

VIII. Territorio, ecología y reproducción social

Actualmente los totonacas conservan estrategias ancestrales de aprovechamiento de los

microagroecosistemas; poseen parcelas de tierra en diferentes altitudes y sobre laderas con distintas

pendientes, así diversifican su calendario agrícola, siembran diversos productos y aprovechan mejor la fuerza

de trabajo familiar.

A mediados del siglo XIX se les impuso el cultivo de algodón, remplazado después por la caña de azúcar, que

entró en crisis por su poca rentabilidad.

Posteriormente se les impuso el café, cultivado

intensiva y extensivamente; por su alto precio

mejoró el estándar de vida de los totonacas, pero los

hizo más dependientes de alimentos traídos de

fuera. El intento de diversificar la producción

agrícola y ganadera acarreó fuertes inversiones, a

veces incosteables, ante el mercado deprimido para

sus productos.

En la zona costera la industria petrolera ha contaminado el agua y el

suelo. Los bosques templados en la sierra norte de Puebla y la selva

tropical húmeda de las llanuras veracruzanas sufren una tala

inmoderada; esto ocasiona la desaparición de fauna que era para los

totonacas una importante fuente alimenticia. Se han extinguido el

venado cola blanca, el venado temazate, el jabalí o pecarí de collar y

probablemente el tepezcuintle.

La reproducción social de los totonacas se basa en la diversificación

de sus grupos domésticos o familias, tanto nucleares como extensas.

A principios del siglo XX, los totonacas de la Sierra migraban

temporalmente a comunidades totonacas de la costa veracruzana. A partir de los años cincuenta, con la

apertura de carreteras y el fortalecimiento del sistema educativo, sus desplazamientos fueron hacia las

ciudades cercanas y el Distrito Federal. Actualmente se observan inmigraciones permanentes y temporales,

estas últimas, de corto, mediano o largo plazo. Los estados con mayor población totonaca son Veracruz y

Puebla; les siguen el Distrito Federal, el Estado de México, Quintana Roo, Campeche, Tlaxcala y Tamaulipas. La

migración se da por la escasez de empleo, de tierras y condiciones de marginalidad social; o por la búsqueda de

mayores expectativas económicas, sociales y educativas en las ciudades.

IX. Organización social

Entre los totonacas domina la familia extensa. Un nuevo matrimonio procura vivir cerca de la familia del

marido. La herencia de padres a hijos se efectúa hasta la muerte del padre; cuando esto ocurre se forman

nuevas unidades domésticas.

Los totonacas de la Sierra heredan al primogénito; los totonacas de la costa reparten la herencia en partes

iguales entre los hijos varones. Los hombres de una elevada

posición económica suelen tener más de una esposa.

El matrimonio se realiza a temprana edad, y tradicionalmente

un intermediario hacía la petición de la novia; en la actualidad,

la novia es "robada" sin una petición formal. Aún se acostumbra

el "pago" por la novia. Esto es como una compensación por la

fuerza de trabajo que la mujer daba a su familia y que se pierde;

se paga con bienes, dinero o trabajo.

El compadrazgo entre los totonacas crea una red en las relaciones

personales y laborales. Hay compadres de bautizo, de matrimonio,

y de sepultura. Se tiene noticia de una ceremonia para iniciar a un

niño a la sociedad totonaca, que es cuando cumple ocho años. La

fiesta dura varios días y se conoce como el banquete de los

compadres, o el "compadres tlacuas"; esta ceremonia está en

riesgo de desaparecer o se realiza clandestinamente.

Cada adulto varón dedica un día de la semana al trabajo

comunitario o faena. Los mestizos y los totonacas adinerados

pagan este servicio a las autoridades. La faena se basa en cuadrillas

conformadas por trabajadores que residen en un mismo barrio de

la comunidad; los protestantes conforman una cuadrilla que sólo trabaja en asuntos desligados de la religión y

no consumen alcohol.

En el sistema de cargos religiosos están en primer término los fiscales, después los mayordomos y por último

los topiles. El topil es un hombre soltero que vigila la iglesia y hace las veces de mandadero; los mayordomos

patrocinan las fiestas patronales. Existen de cuatro a ocho fiscales que forman un consejo de ancianos que

supervisan las ceremonias, las fiestas y eligen a los ocupantes de los cargos. El escaso prestigio que ofrecen

estos cargos los hacen cada vez menos atractivos.

Los cargos civiles son el de presidente municipal, secretario (tan importante como el primero), agente del

ministerio público, juez auxiliar, juez de paz, tesorero; regidores de hacienda, salubridad, obras públicas,

agricultura y educación; y policía. Los cargos se ejercen por tres años a excepción del de secretario que dura

más tiempo. Los mestizos tienden a acapararlos. Los jueces y el agente del ministerio público administran la

justicia en el interior de las comunidades, en caso de delitos graves se recurre a las autoridades externas. El

ejército federal interviene cuando ocurren delitos relacionados con el tráfico de armas, el cultivo de enervantes

y asesinatos masivos.

X. Cosmogonía y religión

El sistema de creencias de los totonacas es sincrético;

en él se da la combinación de símbolos y de signos

reelaborados en mitos, rituales, ceremonias, etcétera,

cuyo origen se encuentra en la cultura indígena

mesoamericana y en aspectos del cristianismo popular

ibérico. El catolicismo de los indígenas totonacas

combinó elementos de ambas tradiciones para crear

una religiosidad propia; ésta enfatiza la existencia de

seres sagrados que tienen dominio sobre aspectos y

entornos particulares del mundo, como son iglesias, cuevas o cerros.

Los seres sagrados, como los santos católicos y las imágenes prehispánicas denominadas "antiguas" que tienen

poderes mágicos, exigen atención por parte de los hombres; por esto hacen las celebraciones religiosas, a

cambio de las cuales ellos retribuyen con salud, buenas cosechas y bienestar en general. Son los curanderos y

brujos quienes conocen mejor esta "costumbre" o tradición cultural.

Algunos de estos seres se vinculan con la agricultura; el sol, Chichini, es el dueño del maíz y se le asocia con las

diferentes figuras de Cristo. En la mitología totonaca, éste aparece como un héroe civilizador que encuentra el

maíz y enseña a la humanidad cómo sembrarlo y cosecharlo. La luna es un ser sagrado masculino, también

llamado Manuel, que atrae a las mujeres y es útil en las peticiones de magia. Es rival del sol y lucha contra él

durante los eclipses.

El dueño de los truenos, Aktsini, hace llover e influye en la milpa. Se le asocia con algunos seres celestiales,

como los arcángeles de la tradición católica y el apóstol Santiago. El trueno es uno de los dioses totonacas más

antiguos, es representado como un viejo y se le relaciona con el agua. A la Virgen María la vinculan con el agua

de los pozos y de los manantiales. El señor del monte o dueño de los animales cuida del bosque y de la fauna

que allí habita; para cazar o talar los árboles se le debe pedir permiso a él. A pesar de la caza y la tala

inmoderada, aún se le tiene un gran respeto.

A partir de la década de los cincuenta, el Instituto Lingüístico de Verano se dio a la tarea de convertir a la

población indígena al protestantismo; sus tácticas de conversión dividieron a muchas comunidades en

facciones religiosas, que en ocasiones llegaron a enfrentamientos. En los últimos seis años su presencia se ha

reducido. A finales de los años setenta se fundaron templos Pentecosteses en la zona cuya doctrina tuvo gran

aceptación entre los totonacas.

XI. Fiestas

La fiesta más importante es la del santo patrón; algunos santos de los

pueblos vecinos son llevados a donde se celebra la fiesta patronal; se

realizan actividades deportivas, comerciales y religiosas (bautizos y

confirmaciones). La fiesta dura tres días y termina con un baile.

Una celebración importante en la región es la de Semana Santa; en estos

días salen en procesión las imágenes de Jesucristo, Jesús Nazareno, Santo

Entierro y la virgen de Dolores. Entre los totonacos esta fiesta se relaciona

con el sol, pues transcurre en la temporada de sequía y se hacen referencias

a Cristo, asociándolo con el sol.

Otra celebración en la que participa toda la comunidad es la de día de muertos. En las casas colocan un altar

con ofrenda; y las familias visitan el panteón para comerla allí; las campanas repican día y noche. Los

protestantes evitan el alcohol y los gastos excesivos.

Las fiestas implican fuertes gastos, mismas que, tanto protestantes como creyentes se rehúsan a sufragar.

Tradicionalmente la fiesta patronal era costeada por un mayordomo y su familia; ahora, la Iglesia católica

recomienda la formación de varios grupos que solventen los

gastos. En las fiestas totonacas no puede faltar la danza; la más

conocida es la de Los Voladores, que contiene elementos de

simbolismo solar, y ha logrado fama internacional. Otras

danzas son las de Moros y Cristianos, Tocotines, Negritos,

Tambulares, Tejoneros, Pastores y Huehues.

XII. Relaciones con otros pueblos

Las relaciones entre nahuas y totonacas han sido históricamente conflictivas; éstas tensiones persisten en la

actualidad. La presencia de nahuas en la región es resultado de varios procesos históricos, como son la

introducción de guarniciones militares mexicas para controlar a los totonacas, o por desplazamientos masivos

de nahuas a sus territorios.

La presencia mestiza entre los totonacas de la Sierra es reciente. Durante la Colonia, los españoles preferían

asentarse en la Bocasierra aunque había sacerdotes en unos 16 pueblos totonacos y ciertos funcionarios cuya

presencia era breve. En la costa veracruzana los totonacos sufrieron una mayor presión de los españoles

debido al control de los puertos naturales. El drástico descenso de la población totonaca debido a las

epidemias en el siglo XVI, permitió a los españoles repartirse las tierras y emplearlas para la explotación

ganadera y en plantaciones, e introducir esclavos de origen africano. La población negra reformula las

relaciones interétnicas, en muchos casos los esclavos son empleados como auxiliares militares de los españoles

para controlar a los totonacas.

En el siglo XIX se asentó población mestiza en la Bocasierra, donde están los grandes centros económicos; ellos

introdujeron programas educativos en la región e implementaron programas de aculturación para la población

totonaca; además, los comerciantes mestizos afianzaron una red comercial. En el siglo XX, en la zona de

Xocotepec de Juárez, se fortaleció la presencia de campesinos originarios de otras partes del país, quienes

recibieron dotaciones de tierras, por ello muchos indígenas totonacos perdieron las suyas. Actualmente existen

serios conflictos interétnicos y clasistas.

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