Moreno - Huidos, Maquis y Guerrilla

28
Huidos, maquis y guerrilla: una década de rebeldía contra la dictadura Francisco Moreno Gómez Catedrático de Instituto Prelilllinares Se ha dicho que el fenómeno huidos-maquis-guerrilla (los tres tér- minos coetáneos a los hechos, en cuya polémica no queremos entrar) constituyó, en la inmediata posguerra, la última batalla de la causa republicana. Posiblemente es así, aunque el fenómeno reviste multi- plicidad de planos, aspectos y matices. Para empezar, la raíz de los hechos hay que buscarla en la cruel, exhaustiva y terrible represión franquista que se generalizó después de la victoria. La victoria de la venganza. En consecuencia, ante la persecución y acoso de los derrotados en 1939, una minoría optó por echarse al monte y huir de la quema. Fue el afán de supervivencia la primera motivación del fenómeno del maquis, lo cual establece la primera y principal diferencia con otros casos de resistencia en la Europa de la II Gran Guerra, como los maqui- sards en Francia o los partisanos en Italia y Yugoslavia. El carácter fugitivo de los españoles les mantuvo siempre, aún después de orga- nizados en guerrillas en 1944-1945, en un ti po de guerrilla a la defensi va. Pocas veces tuvieron actividad verdaderamente ofensiva, lo cual era imposible ante un régimen totalitario y policial fuertemente atrincherado en su victoria. Casi nunca provocaban los «encuentros», sino que los esquivaban. No fue, por tanto, una guerrilla convencional, sino muy peculiar y muy condicionada por la maquinaria represiva del régimen. Los nutridos grupos de huidos que merodeaban por las principales montañas españolas, armados y en abierta rebeldía contra la dictadura, AYER

Transcript of Moreno - Huidos, Maquis y Guerrilla

  • Huidos, maquis y guerrilla:una dcada de rebelda

    contra la dictaduraFrancisco Moreno Gmez

    Catedrtico de Instituto

    Prelilllinares

    Se ha dicho que el fenmeno huidos-maquis-guerrilla (los tres tr-minos coetneos a los hechos, en cuya polmica no queremos entrar)constituy, en la inmediata posguerra, la ltima batalla de la causarepublicana. Posiblemente es as, aunque el fenmeno reviste multi-plicidad de planos, aspectos y matices. Para empezar, la raz de loshechos hay que buscarla en la cruel, exhaustiva y terrible represinfranquista que se generaliz despus de la victoria. La victoria de lavenganza. En consecuencia, ante la persecucin y acoso de los derrotadosen 1939, una minora opt por echarse al monte y huir de la quema.Fue el afn de supervivencia la primera motivacin del fenmeno delmaquis, lo cual establece la primera y principal diferencia con otroscasos de resistencia en la Europa de la II Gran Guerra, como los maqui-sards en Francia o los partisanos en Italia y Yugoslavia. El carcterfugitivo de los espaoles les mantuvo siempre, an despus de orga-nizados en guerrillas en 1944-1945, en un tipo de guerrilla a la defensiva.Pocas veces tuvieron actividad verdaderamente ofensiva, lo cual eraimposible ante un rgimen totalitario y policial fuertemente atrincheradoen su victoria. Casi nunca provocaban los encuentros, sino que losesquivaban. No fue, por tanto, una guerrilla convencional, sino muypeculiar y muy condicionada por la maquinaria represiva del rgimen.

    Los nutridos grupos de huidos que merodeaban por las principalesmontaas espaolas, armados y en abierta rebelda contra la dictadura,

    AYER 4;~*2001

  • 112 Francisco Afore,lO Clmez

    fueron reconvertidos en guerrilleros por iniciativa del PCE, entre] 944Y 1945, como consecuencia de tres factores. Uno, la situacin europeadel avance victorioso de los aliados contra el fascismo italoalemn;otro, el estado de euforia de los exil iados espafoles que haban inter-venido en Francia en la resistencia contra los nazis y en la liberacinde este pas; tercero, la poltica frentista y antifascista que haba pro-piciado el PCE desde J942 con la clebre plataforma de Unin Nacional.La guerrilla surgi en 1944 como el brazo armado de Unin Nacional,y as se export a Espafa, despus de haberse ensayado ya en Francia,exitosamente, contra la invasin nazi. Las cosas en Espafa seran muydiferentes. No habra victoria, sino una espantosa tragedia. Pero estedesenlace lo conocemos hoy a toro pasado. En aquella encrucijadadel avance victorioso de los aliados, el panorama difera totalmente.Por ello cundi la organizacin guerrillera entre los huidos del Norte(Len, Galicia, Asturias y Santander), los huidos del centro (Montesde Toledo y Sierra Morena, del Tajo al Guadalquivir) y los huidosdel Sur (Cordillera Penibtica: Granada, Mlaga y Cdiz). El caso deTeruel y Valencia fue diferente, porque apenas merodeaban huidos poraqu, y la organizacin guerrillera surgi ex novo, con exiliados espafolesenviados desde Francia, desde comienzos de 1945. Luego se fueronincorporando muchos autctonos de la zona levantina. Por otro lado,se desarroll un esbozo de guerrilla urbana en Madrid y Barcelona.De todo lo cual, los estudios son hoy da todava incompletos y dispersos,y abundan ms los estudios de anlisis que los estudios de reconstruccinde los hechos. Pero difcilmente se pueden aventurar anlisis, si nose conoce antes lo que ocurri J.

    I A fecha de hoy no abundan los estudios de reconstruccin de hechos sobrela guerri Ila en Espaa. Se COl1lenz con la buena aportacin de 1li-r.. 1-:, H.: A guarilla(wt?/ranquista en Galicia, Vigo, Xerais, 1980, Y JI oposicin poltica al ji-wuJuisrno,Barcelona, Crtica, 1983. Despus aparecieron reconstrucciones sobre Len (SI-:I{){A'iO,S.: l.a guerrilla ant?/raruJuista en Len (/9J6-/95/), Junla de Castilla y Len, 1(86),sobre Crdoba (1\10I{l

  • Huidos, maquis y guerrilla: una dcada de rebelda contra la dictadura

    La prinlera fase o perodo de huidos

    Es la fase ms olvidada por la historia, al igual que en los documentosoficiales. En las estadsticas de la Guardia Civil se reconoce que nose poseen datos de los aos 19:39-1942, y muy pocos de 1943 2; esdecir, quedan sin contabilizar los cuatro primeros aos del conflicto.Y, sin embargo, antes de 1943 la actividad del maquis fue intenssimay con una mortandad considerable, tanto en Len, Galicia y Asturiascomo en Extremadura, los Montes de Toledo, La Mancha, Sierra Morenay la Penibtica granadina. Slo en la zona de Levante no existi estefenmeno previo de los huidos. Y no se olvide que muchos gruposde huidos databan ya de la temprana fecha de 1936, a consecuenciade la primera oleada represiva de los golpistas, como en Len, Galicia(Asturias a partir de 1937), Extremadura y Huelva, es decir, los quese quedaron aislados de la zona republicana y, por otra parte, conel paso cerrado a la frontera portuguesa. Los extremeos y los onubensesfueron pronto aniquilados :1. Slo los del Norte lograron, en parte, sobre-vivir hasta la posguerra.

    Varios miles de personas huyeron a los montes en 1939 y 1940,acosados por la represin del dictador. La huida apenas preocup alrgimen, atareado al principio en aniquilar a los miles de presos enlas crceles mediante miles de consejos de guerra y fusilamientos. Pri-mero acabaremos con stos, y luego con los del monte, decan. En1940 se utilizaron contra los huidos expediciones de tropas del Ejrcito,de la Legin, de Regulares, Caballera y Somatenes, en los puntosms conflictivos. Hubo compaas de Regulares en Len, Asturias, enCiudad Real (Almadn, Puertollano), en Crdoba, etc. Tropas de Caba-llera en Toledo (Navahermosa), una Bandera de la Legin en Crdoba.Pero estas tropas ms bien se dedicaban a aterrorizar a la poblacin

    l,a l." AKrupacin Guerrillera del Ejh-cito de r,'xtremadura y Centro, Talavf'ra df' laKf'ina. Arrahal, 200 l. ('n prf'lIsa). Sobre toda la zona Centro-Sur de Espaia. acahode dar al pblico mi investigaci6n l,a resistencia armada contra Franco. Tragedia delnuuuis y La guerrilla. Barcelona. Crl ica. 200 l.

    2 As lo t"\'conoce ACI:AIlO SAI\UIEZ. F.: EL nuuJIlis en Esparza, Madrid. San Martn,197:J. pp. 24X ss .

    .\ De los huidos de I(J:~() en Extn'llladura ha esnilo VlLA, J.: 1,(1 guerriLLa arlli-./iaruuisla en r,'xlrenuuLura. Badajoz. Universitas. 1()8. y sohre los fugitivos de Hudva,sotlwtidos a horrihle matanza en 1(n7. contamos con f'1 magnfico esludio de E:-iI'I'iO:-i\.F.: l,a Guerra Ci;i! en l/ue/m. Huelva. Diputaciln Provincial, 1()()(.

  • 114 Francisco Moreno Gmez

    rural en vez de perseguir a los huidos. A partir de 1941 el protagonismode la represin pas casi ntegramente a la Guardia Civil; se inventaronlos destacamentos en el campo, en determinados cortijos, con acuar-telamiento permanente de patrullas de guardias, y se crearon las Com-paas Mviles, cuyas dotaciones se destinaron expresamente a la per-secucin de huidos.

    Con todo, conviene anticipar que el rgimen todava no haba adqui-rido verdadera conciencia del problema del maquis, slo consideradoun problema de rebelda y prfugos de la justicia, que no tardaranen ser aniquilados. Ni haba tenido lugar todava ni el rgimen podaan imaginar la derivacin poltica que el fenmeno tomara a partirde 1944, con las infiltraciones desde Francia y la operacin del Vallede Arn. Por esta razn no conviene hipervalorar el problema de losmaquis hasta esa fecha, porque se podra llegar a cone1usiones errneas,como ha sido el caso de quienes han aventurado que Franco no entren la 11 Guerra Mundial debido al problema del maquis, 10 cual estotalmente inverosmil, por la sencilla razn de que en 1940-1941,fechas en las que podra haber ocurrido tal beligerancia, el rgimenno haba adquirido conciencia an del problema del maquis ni muchomenos, porque tal problema se desencaden con posterioridad.

    El perodo de huidos es el ms oscuro por la precariedad de datos.Ya sabemos que la Guardia Civil no empez a tomar datos en seriohasta 1943. Las cifras de este perodo resultan imprecisas, pero deconsiderable importancia. A comienzos de 1939, nada menos que 800huidos asturianos intentaron escapar por el puerto de Tazones (14 deenero de 19:39), en una operacin frustrada que se sald con 50 muertos 1.En los montes de Casayo (entre Orense y Len) se ocultaban antesde 1942 ms de SO hombres. Y por todo el Norte, los huidos se contabanpor centenares antes de la formacin de las guerrillas. En Galicia,de los 870 guerrilleros que computa Bernardo Miz'" gran parte deellos proceden del perodo de huidos, aunque reconoce el problemade no hallar datos anteriores a 1943. En cualquier caso, el nmerode huidos en el Norte de Espaa fue considerable, unos provenientesdel tiempo de la guerra, otros posteriores a la terminacin de la misma,tanto en Len-Galicia, como en Asturias y en Santander.

    1 SEIlIl\i'\O, S.: op. cit., p. 1.s3.VV.AA.: El movimiento guerrillero de los rUlos cuarenta, Madrid, FIM, 1990,

    p. .sS.

  • fluidos. IIIW/IS v [.;uf'rrilla: lllUl dcada dI' rl'/)('/d[(/ cOlltro la dicladll ro liS

    Los huidos de Len y Galicia fueron los primeros en el]('Lwdrarseen un organigrama guerrillero, ya en la primavera de 1942, cuando24 de ellos se reunieron en los montes de Ferradillo (ponferrada) yfundaron la Federacin de Guerrillas de Len-Galicia. Tena ('arderpluripartidista, aunque con mayora socialista. Poco despus, la IIt~gadade algn ('uadro ('omunista ms hizo que la Federacin se adhirieraa UN. Tambin en 1942, los asturianos constituyeron otro organismoguerrillero: el Comit de Milicias Antifascistas, con idntica hegemonasocialista. Pero ambos organismos t~ntraron en nisis en 1944, cuandoel peE inici la campafla general de organizacin guerrillera y, envez de sumarse a estos citados organismos, cre el Ejrcito Guerrillerode Gali('ia y la Agrupacin de Asturias-Santander.

    En cuanto al Este de Espaa encontramos una excepci{m: apenasexistieron huidos anteriores a 1944. Fue despus de las invasiones

    dt~ 1944-1945 cuando surgi el fenmeno. En cambio, en el Sur deEspaia, en la cordillera Penibtica, prolifer el plantel de huidos desdefinal de la guerra, incluso antes. En Mlaga (por Ronda y Alora) deam-bul la partida del Tabarrito desde 19;n. Logr sobrevivir hasta 1942.Otra partida, la de Chaparro, tambin de 19:n, fue rpidamente ani-quilada. En el mismo ao surgi la de Casares, la ms numerosay duradera, por Sierra Bermeja, algunos de cuyos miembros sobrevivieronhasta 1950. El ms popular de los malagueos fue Manolo el Rubio(pedro Prez Hidalgo), con un largo historial de luchador antifranquista,convertido al final en uno de los topos ms (~lebres. La partida de

    l~os Morenos de Cortes apareci en 1940 en Jimena de la Fronteray actu entre Mlaga y Cdiz. En 19:~9 se ech al monte El Narl)o,en la zona de Antequera. Desde 1940 acta por trmino de Marbellael grupo de Man~elino y Palmero, al igual que los hombres deEl Pellejero. Los hombres de Diego el de la Justa actan porlas mismas fechas por los trminos de Teba y Ardales. Los de ElHubio de Brecia, por Con y Alhaurn de la Torre. En 1941 surgipor la misma zona y Alhaurn el Grande la partida de Perejil yCarasLwia, que prolongaron su existencia hasta 1949. Por ltimo,se puede citar la partida de El Calderilla, que acta en 194:~ porArchidona y Antequera. Todo ello revela que el perodo de huidosen la sierra de Mlaga fue muy nutrido y agitadsimo.

    No revisti

  • Il

    un campo de c()Jl('entracitln en 1();{()). A su grupo se unieron en 1()40dos clchrt's anarquistas: Los Qw'ro (hermanos Antonio y Jos{< QueroI{ohles, t'vadidos d

  • fluidos. 1I/1lf{uis l guerrilla: ulla d/;('(I(/a de relwlda cOII/m la di('/(/(Ium 117

    dearon durantt' 194;{ y I()44 (', Y en dlas deslac(, el gran luchadorJoaqun Cenluri(,n, exiliado en Argd, y luego c(lt>hre gut'rrillt,ro enMlaga. En novit'mhre de I94;{ consla un auge de la organizaci()n ('omu-nista cn Mlaga y en Melilla, organizaci(,1I que cay(, t'n Idlrero enI()!1/1, con ()O detenidos, un grupo de los cuales fue fusilado.

    En agosto de 1()44 aterriz(, Santiago Carrillo (~n Argdia y con llas cosas camhiarotl, porque rolllpi(, los contados t~nlre los tlorleanlt'-ricanos y los exiliados espafoles. ~:I mismo plane(, adentrarse en Espalla('on un grupo, pero al final fue Ram(,n Vas (un experimentado ('onlllnistamadrilefo exiliado, oriundo de Vallecas) el que enlr(, en tierras deMlaga a finalcs de novit'mlm' dt, I()14, Y fund(' el llamado (j." Balall(,n;IWro no addantemos w'onlt>('imientos y cOlwluyamos que d perododt, huidos en d Sur tuvo una temprana eslimula(,j(,n poltica y pre-glterrillera.

    Sin duda, los lugares de Espafa que mayor nmero de huidos vieronaparecer en 1

  • IIB Fml/cisco /1;lorel/o (;lllll'Z

    hatallones de Trahajo, ms los que se negahan al servicio militar fran-quista y los que se vean acosados por palizas y malos tratos. Mstarde empezaron tamhin a huir los que, siendo enlaces, se veandescu hiertos.

    En la Sierra Morena de Jan proliferaron tamhin los grupos dehuidos desde I{B9, corno el grupo de El Vidrio y El Portugus(entre Mannolejo y Andjar), el grupo del granadino Salsipuedes(al que luego sustituy6 El Cencerro), el grupo de Los Chaparros(comunistas de Huelma, que no se entn~garon en l 9:~9), el grupo deEl Checa (otro granadino), el de Costilla (de Alcaudde), El KojoTerrinches (de Ciudad Keal), el tro de El Perdiz (de Bailn) yvarios grupos ms, huen nmero de ellos evadidos de las crceles fran-quistas. Su nnwro de hajas en el perodo de huidos, 85 hasta 1944,casi se iguala con C

  • Huidos, maquis J guerrilla: una dcada de rebelda contra la dictadura 119

    surgi el conflicto. El 6 diciembre 1940 lleg al Este de Cceres lagran marcha de huidos -unos 40- procedentes de Crdoba y Bada-joz, entre ellos el clebre Francs, Chaquetalarga, Corruco, etc. ().Nada ms entraron en Cceres, el teniente coronel Gmez Cantos monten clera y volvi a sus viejos mtodos africanistas: aplic el paseoa 30 vecinos de Ala y La Calera, como terapia preventiva contra laayuda a los huidos. Tambin aparecieron por Cceres los toledanosde Quincoces. Todos llevaron, de momento, vida discreta. Otros regre-saron a Crdoba, pero El Francs se qued para siempre en lassierras cacereas, fue creando redes de enlaces, los cuales empezarona huir al monte en 194:~ y 1944 al verse descubiertos. De esta forma,los huidos autctonos se fueron sumando a los forneos.

    Los huidos de Badajoz, casi todos evadidos de crceles y camposde concentracin, no echaron races en su provincia, sino que se afi-cionaron a corretear las provincias vecinas. As, El Chato de Mal-cocinado prefera internarse en sierras de Crdoba y de Sevilla. Losde Cabeza del Buey se inclinaban por el Valle de Alcudia (CiudadReal). Los de Navalvillar de Pela (

  • 120 Francisco }foreflo Cmez

    para dotar de mano de obra a este Gobierno y al alemn. Muchosfranceses se declararon en rebelda y crearon los primeros maquis(campamentos en el monte), para escapar a los trabajos obligatorios 10.

    Tambin a diferencia con la lucha antifascista europea, la resistenciaespaola tuvo siempre, en mayor o menor medida, un carcter defensivoms que ofensivo; siempre con ese sello inicial de huida y escapadade la represin dictatorial. En algn lugar lo hemos escrito: los huidosy los maquis espaoles, forzados por las circunstancias, casi siemprecorrieron delante de la Guardia Civil; muy pocas veces, detrs.

    En cualquier caso, los huidos representaron el ltimo testimoniode una Repblica que se resisti a darse por vencida, de una democraciaque dio con estos hombres su ltimo suspiro de vida frente al golpismomilitar de 1936 y de un movimiento obrero que se resista a claudicary que hunda sus races en los inicios del siglo xx, fortalecido enla crisis de 1917, en las agitaciones del trienio bolchevique(l918-1920), en las luchas contra la dictadura primorriverista, y sobretodo, en aquel gran ejercicio de derechos y libertades que trajo laRepblica de 1931, con la consiguiente pedagoga emancipadora queesta primera democracia supuso para la masa proletaria. Luego, la granempresa defensiva de la Repblica en la Guerra Civil ense a aquellamasa obrera o republicana a ser protagonista de su destino. Demasiadaconciencia democrtica para darlo todo por perdido en 1939. De ahque una minora, la ms rebelde, huyera a los montes en ] 9:~9 y 1940,inicialmente.

    Lo que en modo alguno puede admitirse es que en los primerosaos el fenmeno de los huidos, dispersos e inconexos, causara especialespreocupaciones al rgimen, y mucho menos, que tales huidos, con-siderados como simples prfugos que enseguida seran aniquilados, inter-firieran o condicionaran la poltica internacional de Franco. Algunosopinadores, e incluso historiadores, siguen deslizando la inverosmilcreencia de que la existencia de los huidos (no la guerrilla: estamoshablando de 1940-1941) disuadi a Franco de entrar al lado de Hitleren la Il Guerra Mundial. Esta observacin es pura fantasa, por lasencilla razn de que en las fechas en que tal entrada en guerra podrahaberse prod ucido, 1940-194], el problema de los del monte carecaen absoluto de virulencia y el rgimen tena confianza en acabar prontocon aquellos rojos inadaptados, pequeo incordio residual de la guerra.

    lO YI'~TA ROIJI{ILO, \1.: "lnlrodu('cit1, t>n Historias de 1/1IM/ts ('1/ el Pirineo aragonps,Jaca (Hlwsca), ]999, p. ]8.

  • Huidos, maquis X guerriLLa: ulla dcada de rebelda contra la dictadura 121

    Hasta que la II Guerra no se acerc a su desenlace, el rgimen notuvo la menor conciencia del posible peligro de la guerrilla. Atribuirlea sta virtualidades antes de organizarse puede conducir a un importanteerror de anlisis I l.

    Por otra parte, las fuentes franquistas han manipulado siempre losmotivos de la huida a la sierra, basndose en supuestos crmenes ypresentando a los huidos como fugitivos de la justicia. Tal explicacincarece de rigor histrico. Slo una minora (ni siquiera un 10 por 100)huyi) por responsabilidades penales. La mayora huy por responsa-bilidades polticas y por el acoso de la represin. El mayor contingentede huidos procede de las evasiones de las crceles, campos de con-centracin y campos de Trabajo, cuando en 1939 y 1940 se hallaroncon sorpresa ante una represin inesperada, prdiga en torturas y penasde muerte. Los que no se entregaron en 19:~9 fueron minora. La segundagran oleada de huidos al monte fueron los enlaces descubiertos o que-mados. Tambin, los desesperados por el ambiente hostil creado porlos vencedores contra los vencidos en los pueblos, que les haca lavida imposible. Por otro lado, huyeron muchos mozos al ser llamadosal servicio militar franquista. Para muchos jvenes con conciencia demo-

  • 122 Francisco lV/oreno Gmez

    mediante la lucha de guerrillas. El fenmeno fue, principalmente, unatransposicin a Espaa de los mtodos de lucha antifascista en Europa,yen ese contexto hay que situar la configuracin definitiva del fenmenoe iniciar su anlisis. El PCE empez a disear la guerrilla, primerocomo resistencia o maquis en Francia, a lo largo de 1942, a travsde la poltica unitaria, frentista o frentepopulista de Unin Nacional,cuyo objetivo era la restauracin republicana y democrtica. En estesentido apuntan todos los documentos, declaraciones, discursos, art-culos, etc., que se conservan. No existe fundamento alguno para pensarque el PCE pretendi con la lucha armada ningn objetivo puramentecomunista o estalinista, como pretenden algunos autores del tardofran-quismo. La guerrilla, primero en Francia y luego en Espaa, surgicomo el brazo armado de Unin Nacional (ms tarde, Alianza Nacionalde Fuerzas Democrticas, y, por ltimo, el Consejo Nacional de Resis-tencia). Siempre se busc una entidad poltica de convergencia, consu correspondiente Ejrcito, bajo el impulso inicial de los dirigentesCarmen de Pedro y Jess Monzn.

    La primera fase del proyecto, la de Francia, constituy un xitoarrollador. Los maquis o guerrilleros espaoles llevaron el peso de lalucha contra los nazis en todo el medioda francs, liberaron ms de18 departamentos, Toulouse pareca ms una ciudad espaola que fran-cesa, y adems intervinieron decisivamente en la liberacin de Parsen el verano de 1944. A partir de ah, en toda la base del exilioespaol empez a cundir la consigna: Ahora, Espaa!, Todos contraFranco y la Falange!, Tenemos que derribar a Franco, antes quecaiga Hitler 12. Y as se cre el clima propicio para la operacin Re-conquista de Espaa o invasin del Valle de Arn, con otro grannmero de infiltraciones por todo el Pirineo. La operacin del Vallede Arn (19-28 de octubre de 1944) o guerra de los 10 das hasido hasta ahora mal reconstruida y analizada en los pocos escritosque se han publicado sobre el tema. Demasiados tpicos y escasa inves-tigacin, salvo el trabajo pormenorizado de Daniel Arasa 1:\. Las memoriasinditas de Lpez Tovar, as como las de Mariano, han aportado

    12 Estas consignas estn documentadas en el momento histrico, en el peridico!ALelta, nm. 14. octubre ele 1944, rgano de la 204 Divisin, en los documentos privadosele Vicente Lpez Tovar.

    J:l AI{\~\. D.: A;ros 40: Los maquis y el PCE. Rarce!olla. Argos-Vergara, 1984.

  • Iluidos, I/Hu/uis V gut'rriLLI/: /UW dl:('(1(11/ de relwLdl/ cO/llra /a die/l/dura 12:~

    despus una gran c1arificacin sobre este hecho histrico 11 Prinlt'-ramente, la operacin fue un gesto testimonial para estimular la atencinde los aliados respecto a la interven(~in en Espaa, y no pretendatanto la repetida insurrecci()I] nacional, sino reconquistar un pequeoterritorio que sirviera de base para un gobierno provisional de UninNacional. En segundo lugar, la operacin ni fue una db/'icle, ni unfiasco, ni una escabechina, sino un ataque y una retirada en orden.Los maquis muertos en el Valle no superaron los 2S (Lpez Tovarhabla de una docena). Finalmente, el papel de salvador otorgadoa Santiago Carrillo respecto al final de la operacin tampoco parececierto. Carrillo apareci por Boss()st el 28 de octuhre al

  • 121 Fral/cisco llorel/o (;11/U'z

    el t'xiliado madrilefo llatlln Vas Fernndez, con Joaqun Centuriny otros, reorganizaron a los huidos y dit'ron forma al ." Batalln enlas sierras de Mlaga. La Agrupacin Guerrillera de Lt'vante daba talll-hit'-n sus primeros pasos. En t'l Norte, a finalt's dt' 1()44, slll'gi enLa Corulla la 2." Agrupacin Guerrillera, ampl iada poco despLH~s atoda Galicia con el nomhrt' dt' Ejt'-rcito Gu(~rrillero dt' Galicia l.,. End Centro, las cosas fllt'ron bastante rpidas. El ;) noviemhrt' I()44 st'('onstituy( etl las estribaciones dt' Grt'dos, l>ajo las dire('[ri('t's de Uni(nNacional, la Agrupacin de Extrt'madura, ('on Carlos como jefe, yAngd como segundo. El 14 de novit'lllbrt' st' constituy al Sur ddPuerto de San Vicente (t'ntrt' Cct>n~s y Badajoz) la Agrupacin Guerri-llt'ra dt' Toledo, con .los Manzallero como jd'e (se disolvi( un allOdespu(~s y se sum a la dt~ Extrt'madura). A finales dt' I ()44 o comit'nzosdt' 194;-) se constituy la 2," Agrupacin, la de Ciudad Heal, ('on Ham(nGuerreiro ,Julio cotllO jeft'. La ." Agrupacin (dt'spus, S."), la deAlhact'tt', st' constituy el 2S dt' st'ptiemhrt' dt' 194;') ct'n'a de Villarro-bledo, por iniciativa de Carlos, qut' todas las fuentes idt'ntifican conJess Bayn, el jefe dt' la l." Agrupaci(n, IWro es un t'ITOL Se tratade Pedro Hodrguez Conzlez (

  • Iluidus, IIHH{uis .\ guerrillu: III/U d(;('udu de relwldu ('ul/lm lu di('/wlum

    Lo~ or~ani~l'allla~~uerriller()~dt, la~ pl'ineipale~ A~rupaeione~

    Estahlecer la ('omposicin real de las diferenL('s Agrupa

  • 12 Fml/cisco Morel/o GlllWZ

    2) La Agrupacin GuerriLLera de A~lu.rias-Sanlander (con ramifi-caciones en el norte de Palencia y en el nordeste de Len), se cita('omo jefe a Jacinto Surez Alonso, Jos, Quirs o Hoxiu.

    Jefes de guerrillas: Jos Femndez Prez, Pin de Dimas; AdolfoQuintana Castaln, Quintana; Andrs Llaneza Rozada, El Citano;Manuel Ruhio Conzlez, Los Huhios; Bernah Ruene Santoheria,Bernab; Joaqun Trigo Fernndez, Xoqui; Lisardo Garda Carda,Lisardo; Aladino Surez Gonzlez, Aladino; Manuel FemndezPen, Flrez; Manuel Martnez Sariego, Martnez; Juan FernndezAyala, J uan n.

    El cmputo, por dehajo de la realidad ciertamente, se cifra porLimia Prez en 250 guerrilleros (l4:~ muertos y l07 detenidos o super-vivientes). Las cifras de, entre otros, el teniente coronel Aguado Snchez,son ms ahultadas.

    :~) En el Alto Aragn .Y CalaLllIla, se hace una mezcla poco rigurosaentre guerrilla rural y urbana, comunistas y anarquistas. Se suhrayaque se trataha de maquis procedentes de Francia, que constituan losprincipales puntos de paso al pas vecino y se hallahan en contactocon los exiliados del otro lado del Pirineo. Anotan como mandos msdestacados:

    Jefes de guerrillas: Valeriano Gonzlez Asturias, fJrole; NarcisoVillelas Lpez y un tal Antonio, Francisco Sahater Llopart, Quico;Jos Luis Faceras; Marcelino Massana Bancells, Massana; RamnVila Capdevila, Caraquemada; Narciso Roch Saurina, Tit y Gafas;Eusehio Moreno Planisolis, f{uhio; Hamn Nonato Expsito, Alber-to; Ramn Grilo Zaragoza, El AmericallO; Manuel CoscuJluelaLacambra, Julio.

    El cmputo del documento aparece bastante incompleto, con 1] 5guerrilleros (96 muertos y 19 supervivientes), teniendo en cuenta lagran rea geogrfica (guerrilla rural de Huesca y guerrilla urbana deBarcelona, amhas muy nutridas en todo el perodo).

    4) La Agrupacin GuerriLLera de Levanle (Valencia y CasteJIn,con parte de Teruel y de Cuenca) estuvo mejor controlada por la GuardiaCivil lB y su organigrama aparece ("on ms detalle. Esta Agrupacin,organizada ex novo por el PCE en 1945, con personal experimentadovenido de Francia, se convirti en la ms consistente, la ms polticay en la predilecta del partido, de manera que los autores comunistas,

    lB En pi Sprvicio Histrico dp la I)CCC existen largas relaciones nominales dt>los guerrilleros de la ACL.

  • /Juidos, maquis y guerrilla: una dcada de rebelda contra la dictadura 127

    cuando disertan sobre la guerrilla, no toman en consideracin las demsAgrupaciones y slo hablan de la AGL 19. sta se hallaba dividida,curiosamente, en cuatro Sectores, con los siguientes mandos:

    Jefe: ngel Fuertes Vidosa, Mao o Antonio.Jefe de EM: Francisco Corredor Serrano, Pepito.Ayudante: Juan Ramn Bea Martn, El Nez.Comit poltico: Jess Caellas Aymerich, Carlos; Manuel Prez

    Cubero, El Rubio, y Florencio Villn Garca, Florencio.S." SECTOR. Jefe: Atanasio Serrano Rodrguez, Capitn.Ayudante: Rafael Galindo Royo, El Mauro.Enlace: Francisco Serrano Valen), Bienvenido.Jefes de guerrillas: Marcelino Garda Ruiz-Prez, Segundo; Fran-

    cisco Mariano Campillo, Rafael; Pedro Merchn Vergara, Paisano;Rafael Galindo Royo, El Mauro; Prudencio Yuste Rives, Emilio;Roberto Casto Soria, Roberto; Martn Molina Prez, Elas.

    1] ." SECTOR. Jefe: Florin Garda Velasco, Grande.Jefe politico: ngel Ruiz Toledo, Vas y Chaval.Enlace: Emilio Argiles Jarque, Francisco.Jefes de guerrillas: Roberto lvaro Durn, Ceferino; Luis Garda

    Brian, Fules y Chato; Mariano Luz Hernndez, Bienvenido; Fran-cisco Martnez Lara, Vitini; Julin Ramos Ramos, Frasquito; Gon-zalo Collado Salinas, Angelillo.

    17." SECTOR. Jefe: Germn Amorrortu Martnez, Manso.Jefe poltico: Miguel Rovira Conejo, Baltasar.Enlace: Lucio Manilo Muoz, Mao.Jefes de guerrillas: Francisco Serrano Irazo, Francisco; Manuel

    Prez Cubero, El Rubio; Florencio Villn Garda, Florencio; JosAguera Martnez, El Jorge.

    23." SECTOR. Jefe: Jess Caellas Aymerich, Carlos.Jefes polticos: Adelino Prez Salva, Teo, y Jos Linares Beltrn,

    Valencia.Jefes de guerrillas: Mateo Martnez Martnez, Mateo; Jos Gonzlez

    Lpez, Peque y Rubn; Joaqun Boj Bayod, Joaqun; Julio MartnBoj, Lucas; Francisco Monforte Julin, Juan; Teresa Pla Meseguer,Pastora y Durruti; Jos Linares Beltrn, Valencia.

    Como cmputo de guerrilleros de la AGL este informe ofrece lahabitual cifra muy por lo bajo: 280 (143 bajas y 137 supervivientes),

    1') As Sf' ohsf'rva, por ejemplo, f'1l Pi ltimo nmero rtf' Mundo Obrero, junio de2001, p. 16, antes ('i lado.

  • 128 Francisco Moreno Cmez

    cuando en el estudio de Fernanda Romeu se llegan a relacionar 8;18guerrilleros en Levante.

    S) La 1. fl Agrupacin, como las dems de la zona centro, apareceestructurada en divisiones. Se constituy tempranamente, en noviemhrede ] 944, Y actuaba entre Cceres y Toledo, con los mandos siguientes:

    Jefe: Jess Bayn Gonzlez, Carlos.Jefe de EM: Manuel Tabernero Antona, Lyon.Jefe poltico: Amador Masa Snchez, Tarzn.Delegado de propaganda: Agustn Fraile Ballesteros, Santiago.Enlace: Manuel Mndez Jaramago, Manoln.12 Divisin. Jefe: Pedro Daz Monje, Francs, y Julio Navas

    Alonso, Fabin.Jefe de EM: Santiago Luna Muoz, Tronchn.Delegado de guerrillas: Avelino Barroso Escudero, Hecaredo.Jefes de guerrillas: Jernimo Curiel Gmez, Gacho; Manuel Estre-

    lla Estrella, Parrala; Eusebio Moreno Marcos, Durruti; GeranioAnt()!1 Garrido, Pinto; Antonio Len Villa, Calandrio.

    l:~ Divisin. Jefe: Joaqun Ventas Cita, Chaquetalarga.Jefes de EM: Luis Rodrguez Lpez, Sancho, y Eduardo Lpez

    Tena, Segovia.Jefes de guerrillas: Francisco Blancas Pino, Veneno; Jos Man-

    zaneroMarn, Manzanero; Eugenio Herrera Garca, Maqui, Ma-drileo y Rafael.

    14 Divisin. Jefe: Jess Gmez Hecio, Quincoces.2." jefe: Saturio Cmez Recio, Quijote.Jefes de EM: Fausto Navas Navas, Viruta, y Francisco BIas Home-

    ro, Soria.Delegado poltico: Julin Lpez Jara, Angel.Jefes de guerrillas: Fernando Gmez Lpez, Petroski; Juan Cmez

    Romn, Cal y

  • Huidos, Inaquis y guerrilla,' una dcada de reheldia contra La dictadura 129

    Otros miembros del EM: Bernardo Lpez Jimnez, Robles; AndrsNfez Pahlo, Campos, y Donato Garda Gonzlez, Arnlza.

    Jefes de guerrillas: Aquilino Blanco Lpez, Lucero; Cndido dePaz Torrejn, Moreno; Teodoro Igual Paniagua, Bravo; Javier dela Cruz de la Cruz, Ramn.

    La suma de efectivos de la La Agrupacin la cifra la Guardia Civilen 220 guerrilleros (211 muertos o capturados y 9 supervivientes),referidos nicamente al perodo de guerrilla organizada.

    6) La 2.(/ Agrupacin, de Ciudad Real, aparece (~on los siguientesmandos:

    Jefe militar: Dionisio Castellanos Garda, Palomo.Ayudante: Miguel Padilla Camello, M icheln.Jefe poltico: Hamn Guerreiro Gmez, Julio.Jefes de propaganda: Manuel Guerreiro Gmez, Antonio, y Honorio

    Delgado, Ren.21 Divisin. Jefe: Francisco Expsito Prieto, Torrente o Gafas.Ayudante: Vctor Padilla Ana, Aragn.Jefes de guerrillas: Manuel Martnez Bueno, Trapichea; Manuel

    Durn Carrasco, Sevillano hijo; Francisco Osuna Galiot, Vidrio;Antonio Len Villa, Calandrio.

    2:~ Divisii'n. El informe confiesa no conocer sus mandos, perofueron los siguientes:

    Pedro el Cruel (hasta verano 1946) y Comandante Honorio(desde venlllo de 1946, en que se adhiri a sta la 22 Divisin, mandadapor Manco de Agudo, el cual deleg en C. Honorio).

    Jefes de guerrillas: Vicenle Rubio Bahiano, Pedro el Cruel; Fran-cisco Blancas Pino, Veneno; Jos Cardoso Armada, Terremoto;Manuel Camacho Ruhio, Re(~oha.

    Grupo del Valle de Alcudia. Con dos pequefas guerrillas inde-pendientes: la de Francisco Cmchado Silveira, Lazarele, y la de LuisLpez Fernndez, Lechuga. Aqu, el informe yerra al incluir a JulinCaballero y a Sincolor, ambos de la :ta Agrupacin (Crdoha), node Ciudad Real.

    El cmputo que ofrece Limia P

  • Francisco Moreno Gmez

    a mI citada publicacin La resistencia armada contra Franco(pp. 266 ss.).

    8) La Agrupacin Roberto o de Granada-Mlaga se estructuren los batallones 6. 0 y 7. 0 , habiendo sido mandado el primero porRamn Vas, y luego ambos, por Jos Muoz Lozano, Roberto.

    6. 0 Batalln. Jefe: Antonio Jurado Martn, Felipe. Sebastin Mar-tn Vozmediano, Sebastin.

    Jefes de guerrillas: Jos Garda Mufloz, Ceferino; Antonio NflezMontosa, Crescencio; Indalecio Garda Snchez, Mariano; VicenteMartn Vozmediano, Vicente; Jos Centurin Jimnez, Pepe; Anto-rlo Extremera Carpas, Lucio.

    7. 0 Batalln. Jefes: Manuel Lozano Laguna, Lozano, y Jos DazDurn, Moiss.

    Ayudantes: Juan Ortiz Lpez, Valero, y Antonio Garda Romero,Bautista .

    Jefes de guerrillas: Luis Almendro Mufloz, Luis; Antonio GardaRomero, Bautista; Juan Alaminas Palacios, Teodoro; Manuel PrezRubiflo, El Pablo; Francisco Lpez Prez, Polopero; Manuel Cal-dern Jimnez, Ramiro; Antonio Hernndez Garda, Cruz; ManuelFajardo Ruiz, Senciales.

    Segn el informe de Limia, en el que se omite mencin a los hermanosQuero entre otros, por esta Agrupacin pasaron 340 guerrilleros (303bajas y 37 supervivientes).

    9) Por ltimo, y sin contar las guerrillas urbanas de Madrid yBarcelona, el organigrama nacional guerrillero se cierra con la Agru-pacin Fermn Galn, cuyo jefe fue el ex guardia civil republicanoy anarquista Bernab Lpez Calle, que actu en la Serrana de Ronday parte de Cdiz.

    Jefes de guerrillas: Alfonso Snchez Gmez, Potaje; Jos JimnezSnehez, Cazallero; Salvador Guzmn Ruiz, Carasucia; JuanGuerrero Seplveda, Conejo; Diego Gmez Garda, El de la Justa;Rafael Ruiz Laborda, Ezequiel; Vicente Burgos Rueda, Bailaor;Pablo Prez Hidalgo, Manolo el Rubio; Jos Blanco Trujillano, Blan-quito.

    Calcula el informe en 50 hombres estos efectivos (44 bajas y 6supervivientes), cifra demasiado baja, teniendo el gran listado que publi-c para Cdiz Prez Regordn 21.

    21 PI::ln:z l:colw\i\, M.: F;[ maquis en la prolJincia de Cdiz, Sevilla, Ruhlan, 1987.

  • fluidos, 1l/.(l(Iuis y guerriLLa: lI/W d("(/da de relwldia ('ollira la dictadura l:n

    f~sk sera, en sntesis, el esqueleto de aquella utpica resistenciacontra el rgimen de Franco, a travs de un informe apenas tenidoen ('lienta en las puhlicaciones sohre el terna y pocas veces citado,sohre el que hay que advertir que sus principales lagunas residen enlos halatwes cuantitativos, casi siempre por dehajo de la realidad. Cier-tamente, el teniente coronel Eulogio Limia no era experto en estadstica,

    Mito!oi y realidade!oi en el ma(lui!oi

    La escasez de investigaciones de cierta profundidad sohre el maquiso guerrilla ha derivado en un exceso de mitos no cientficos sohreel terna, en un haz de opiniones infundadas y en gran nmero de anlisisapresurados. Contra el mito y la leyenda se impone la investigaciny la necesidad de reconstruir los hechos. Una vez reconstruidos, procedenel anlisis y las conclusiones. Resultara prolijo pasar revista al crecidonmero de tpicos infundados sohre el maquis, pero al menos convienedeshacer los ms recurrentes.

    Para empezar, se ha escuchado y ledo con frecuencia que la guerrillacareci de apoyo social, y se ha querido ver en ello la raz de sufracaso. No es cierto. Si hien no se dio el apoyo social que huhierasido conveniente, existi mucho ms apoyo del que habitualmente secree. Las redes de enlaces de que se rode no slo la guerrilla, sinoya antes los huidos, fueron extraordinarias. Cientos y (~ientos de cam-pesinos, artesanos y gente variopinta de caseros y pohlados dahansu apoyo ms o menos activo o simpatizaban con la guerrilla (caseros,guardas, carhoneros, pastores, etc.). No se trataha slo del campesinado,sino de todo un conglomerado social que hunda sus races en el recuerdode la Rephlica destruida, en la tradicin pequeoburguesa republicanay en las enseanzas del movimiento ohrero, todava no extinguido. Luego,cuando lleg el trienio del terror (1947-1949), no es que la guerrillaperdiera el apoyo social, sino que este apoyo fue destruido por la repre-sin, el paseo, la ley de fugas y el terror. Para hacerse una ideade la cuanta del apoyo popular a la guerrilla baste recordar que 60.000personas fueron a parar a la crcel en este perodo en toda Espaapor complicidad con los del monte. Fuentes de la Guardia Civil hanreconocido 20.000 detenidos 22. Pero las mismas fuentes oficiales acon-

    12 ACllII)O SA,,"UlI:I, F.: F,l maquis en Espaiia. Madrid, San Martn. 197:1. p. 2:10.

  • Fmllcis('() l/orello (;()"/I'Z

    st'jan que csa cifra st' muItipliqlw por :~ o por 4. Prucha dt' t'lIo pucdcser el caso dt' Toledo, dondt' st' COtllputan ms dt' S.OOO detenidos,slo t'n t'sta provincia, dcsdc 1()41 a 1948 (aunque no todos caenhajo el ('O)](,t'pto de ('m>lict's) ~;. En cualquicr caso, todo cstudio pro-vincial pont' en t'vidt'll

  • Iluidos. 1//(/(/IS 1- gUl'rriLlu: 11/111 d
  • U4 Frallcisco lHorel/o Gmez

    de Levante 2.'. Aqu empieza y aqu acaba la cuestin de la ayudat~xterna a la guerrilla, que no tuvo nUlwa ms fondos que los propiosde sus secuestros y golpes econmicos.

    Por otra parte, el repertorio de tpicos sobre el maquis es muyextenso. No fue un problema de orden pblico, como han pretendidolos historiadores del franquismo, sino un conflido poltico, de resistenciaa la dictadura. No se trataba de fugitivos de la justicia (la franquista),incursos en responsabilidades penales (salvo exigua minora), sinofugitivos de la represin, de las torturas, de las penas de muerte yde los trabajos forzados con que la dictadura castigaba a los vencidos.Luego, la guerrilla propiamente dicha no la cre el PCE ex fW[}O, sinomediante la reconversin militar de una masa previa de huidos, a laque aadi algunas de(~enas de militantes y cuadros directivos enviadosdesde el exilio. Foco especial de tpicos ha sido el episodio hisU)ricode la invasifm del Valle de Arn (octubre de 1944), segn se indicms arriba. ste y otros aspectos del fenmeno deben ser entendidosdentro del contexto de la lucha antifas(~ista europea de mediados dela dcada de los cuarenta, con la nica diferencia de que los franceses,italianos o yugoslavos salieron vidoriosos (incluso los exiliados espaolesencuadrados en el maquis), y los espaoles del interior resultaron losnicos derrotados, y, por tanto, quedaron marginados de cualquier reco-nocimiento e incluso de la historia. Finalmente, hay que aadir quela guerrilla antifranquista acab trgicamente y vdima, no slo dela represin de Franco, sino tambin del aislamiento internacional yla inhibicin de los aliados, que consideraron sus intereses ms seguroscon Franco que con una restauracin de la Repblica. Ya durante laGuerra Civil la poltica franco-britnica haba pradicado similar inco-herencia. Antes, con la farsa del Comit de no intervencin. Ahora,con la nueva farsa de la guerra fra. Entre Franco y las democraciaseuropeas cerraron el paso a la oposicin armada antifranquista.

    El caos final de la guerrilla y la cuestin de la desconvocatoria

    Un error ya tradicional (que parece transmitirse de padres a hijos)es la afirmacifm de que la guerrilla fue desconvocada por el PCE enoctubre de 1948, bajo la supuesta consigna del cambio de tctica,

    Li CIl()~, 1: Ahriendo camino. Relatos de Ilfl guerrillero cornunista espaiol, Pars,Librairie du Clollt', Ebro, 1971, y Barcelona, ATE, 1977.

  • Huidos, maquis y guerrilla: una dcada de rebelda contra la dictadura B5

    a raz de la visi ta que en esa fecha hizo a Stalin la direccin delPCE (Ibrruri, Carrillo y Francisco Antn); pero nada ms lejos dela realidad. El objetivo de la entrevista por parte de Stalin no fueotro que asegurarse la ortodoxia del PCE frente a la ruptura del Kremlincon Tito, al que Carrillo haba visitado en el mes de febrero. El temade la guerrilla en Espaa fue all absolutamente marginal. Dolores Ibrru-ri present ante el Papa rojo un breve informe sobre Espaa, Stalinensalz la lucha del pueblo espaol, no habl de dar marcha atrsen la guerrilla, sino que se limit a recordar un mandamiento leninista,que era no descuidar la infiltracin en las organizaciones enemigas.A partir de ah fue Carrillo el encargado de tejer y destejer mitosy leyendas. Prueba de que en 1948 no ocurri desconvocatoria algunaes el hecho de que en 1949 Carrillo estuvo alentando la creacin deuna nueva Agrupacin Guerrillera en Catalua. Y en ese ao florecanlos Consejos de Resistencia (otra especie de Unin Nacional) en laAgrupacin Guerrillera de Levante, como referente poltico de la orga-nizacin armada. Cuando amaneci 1950, Mundo Obrero segua aren-gando la lucha guerrillera, y a ninguna sierra de Espaa haba llegadoninguna nota o consigna de desconvocatoria. Haba reuniones en Pars,se discuta, se ponderaba, se vea el callejn sin salida... pero nadiese atrevi a venir al monte a poner el cascabel al gato. Adems, en1950, ya casi no era necesaria tal cosa. La represin del rgimen sehaba encargado de lanzar por su cuenta la desconvocatoria de loscementerios, porque a esas alturas no quedaba casi ningn guerrillerovivo. La nica iniciativa al respecto ocurri en la AGL, cuando enagosto de 1950 se envi a Jos Gros desde Pars a Levante, en misininformativa a raz del desastre de Santa Cruz de Moya. Al verano siguien-te, 1951, Jos Gros regres a Pars, y fue entonces, y slo entonces,cuando Carrillo dio la orden de evacuacin de los restos de la AGL,objetivo que se tard en cumplir un ao ms, ya que hasta la primaverade 1952 no fue posible salir para Francia con los ltimos 26 super-vivientes de la AGL, con la Guardia Civil pisndoles los talones, porqueen un ltimo encuentro haban perdido al gua encargado de con-ducirlos a la frontera. sta fue la nica desconvocatoria y evacuacinque llev a cabo, tarde y mal, el equipo de Carrillo, seguramente porqueno pudo o no supo o no se atrevi a otra cosa. En resumen, nadani nadie puso en marcha desconvocatoria o evacuacin alguna de guerri-lleros. Y una prueba ms de esa falta de estrategia fue la actitud delequipo de Carrillo hacia los guerrilleros que consiguieron la evacuacin

  • U6 Francisco iV!oreno Gmez

    por su cuenta y nesgo. Mis ltimas investigaciones han revelado unan~alidad desconocida y sorprendente. Todos los guerrilleros que con-siguieron escapar a Francia fueron mal recibidos por la direccin carri-llista. El 20 de septienlre de 1943 logr cruzar la frontera FranciscoExpsito Torrente o El Cafas, con sus tres compaeros. Leamossu testimonio: ... fuimos tachados de cobardes y desertores, y selamenta de que se vieron condenados al ostracismo ms absoluto 21>.El 5 de diciembre de 1943 entr en Francia Gerardo Antn Pinto,de Cceres. La respuesta fue el vaco y la marginacin 27. El 13 deseptiembre de 1949 pas a Francia el toledano Jos Manzanero. EnPars la direccin del partido se neg a recibirlo. Tras mucha porfa,le pidieron la redaccin de un informe. La respuesta fue el silencioy el ostracismo. En la tarda fecha de 19S1 logr entrar en el pasvecino el leons Francisco Martnez Quico. El resultado fue el mismo:cuarentena y marginacin. Son datos inslitos sacados a la luz en miltimo libro de investigacin. A partir de ah, habr que poner en cuestinmuchas creencias, anlisis y tpicos. Algo parece evidente: el puntodbil del PCE en la empresa guerrillera fue la torpeza del punto final,no la realidad del prin(~ipio, que en 1945 fue coherente con el contextohistrico que se viva. Es decir, el PCE conect plenamente con laresistencia armada europea de 1944-1945, pero no supo actuar antela posterior realidad de la guerra fra.

    En este confuso panorama, la guerrilJa antifranquista sufri un ca-tico final. Toda derrota es catica, desordenada y trgica, desde queel mundo es mundo. No existen derrotas en orden. Acosados en elinterior por una represin terrible, que desde 1947 no dud en poneren prctica todos los mecanismos de la guerra sucia (sobornos, dela-ciones, torturas, ejecuciones sumarias y paseos) contra guerrillerosy contra enlaces, y olvidados en el exterior por las democracias europeas,los maquis asisten, al filo de 1950, a su propio funeral, vindose caeruno tras otro de manera irremediahle. No es cierto que al final laguerrilla derivara en bandolerismo, como tambin se lee de manerainfundada, sino todo lo contrario. En principio, los maquis no hicieronnunca al final nada que no hubieran realizado al principio (accionesde suministro, golpes econmicos, represalias, etc.), con la diferenciade que al final se tornan mucho ms discretos, ms sigilosos, por temora la represin, y ya apenas aplican represalias, porque son muy pocos,

    :!() E\I'()~IT() Pnn:TO., F.: \Ilctllorias., int-:ditas., texto 1l1ecallografiado.2~ Tt'stimonio oral d(' C('ranlo Anln. "Pinlo. C('t'l"t's. t'ntr('vistas t'n varias ft'chas.

  • Huidos, lIuuuis y guerriLLa; una dcada de reheLda conlra La dicladura l;n

    viven aislados, incluso en parejas. Sus acciones se reducen y se dis-tancian, todo lo contrario del pretendido bandolerismo.

    En definitiva, el fenmeno histrico del maquis no logra depurarsede todo un conglomerado de tpicos y mitos por una sencilla razn:por falta de investigacin histrica. En cuanto se acomete una inves-tigacin -y existen muy pocas que merezcan tal nombre- los tpicossuelen saltar hechos aicos. Es cierto: la historiografa espaflOla actualha concretado muy pocos esfuerzos en la reconstruccin rigurosa yexhaustiva de la resistencia armada antifranquista. Abundan las apro-ximaciones, pequeas calas, anecdotarios, los trabajos de mbito muyreducido y algn trabajo divulgador y de refrito, pero se echan enfalta las investigaciones profundas y amplias, de nueva aportacin apartir de nuevas fuentes, sin olvidar las habituales y sin desdear,por supuesto, el testimonio oral. La verdadera historia de la guerrillaantifranquista se habr culminado en Espaa cuando tengamos sobrela mesa los cuatro grandes libros de las cuatro grandes zonas guerrilleras:el gran libro del Norte, el gran libro del Este, el gran libro del Centro-Sury el gran libro del Sur granadino y malagueo.