[Muestra] Análisis y tendencias del sector farmacéutico. Marzo 2014

6
Mazz PUBLIC RELATIONS & PUBLIC AFFAIRS Calle Velázquez, 27 E-28001 Madrid Public Affairs & Government Relations DESK RESEARCH ANÁLISIS Y TENDENCIAS DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA: EL NUEVO MODELO DE COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA Marz0 2014 T. +34 914 263 889 F. +34 914 263 804

Transcript of [Muestra] Análisis y tendencias del sector farmacéutico. Marzo 2014

Page 1: [Muestra] Análisis y tendencias del sector farmacéutico. Marzo 2014

MazzPUBLIC RELATIONS & PUBLIC AFFAIRS

Calle Velázquez, 27E-28001 Madrid

Public Affairs & Government RelationsDESK RESEARCH

ANÁLISIS Y TENDENCIASDE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA:

EL NUEVO MODELO DE COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA

Marz0 2014

T. +34 914 263 889F. +34 914 263 804

Page 2: [Muestra] Análisis y tendencias del sector farmacéutico. Marzo 2014
Page 3: [Muestra] Análisis y tendencias del sector farmacéutico. Marzo 2014

Introducción

Entender el escenario en el que operamos se nos antoja como primordial para tomar las mejores decisiones posibles. ¿Qué sentido tendría poner en marcha una estrategia o un plan de acción sin antes estudiar lo que nos rodea?

Este informe tiene por objetivo recopilar los resultados del esfuerzo que realiza-mos en Mazz, día a día, para entender los contextos y las (nuevas) realidades en los que operan nuestros clientes de la industria farmacéutica. El hecho de compar-tirlo responde a nuestra voluntad de aportar ‘insights’ que puedan luego servir a quien lo necesite en el establecimiento o fortalecimiento de sus relaciones públicas.

Mazz presta sus servicios, principalmente, en las áreas de Comunicación, Public Affairs y Government Relations. El contenido de este informe puede, ocasional-mente, traspasar estas fronteras ya que, entendemos, las líneas de división son muy finas y es frecuente que el estudio de asuntos no directamente relacionados con los propios sea capaz de aportar ideas y visiones nuevas.

La metodología utilizada para el estudio y análisis de las distintas tendencias que se van abriendo camino en un sector tan importante como el sanitario es la del ‘desk research’. La lectura, análisis, categorización y ordenación de la información es una técnica laboriosa, pero son las aportaciones de la comunidad de expertos las que permiten entrever mejor las líneas generales que marcan el rumbo y el ritmo de las propias tendencias.

Si bien el ‘desk research’ tiene grandes ventajas (y más gracias a la cantidad y calidad de la información disponible), no está exenta de presentar alguna debili-dad. La subjetividad con la que se aborda la clasificación sólo puede ser relativiza-da por un sistema científico de análisis de contenidos, y aun así podría cuestionar-se la validez de los resultados.

Este informe, más que presentar conclusiones basadas en el método científico, aspira a aportar una visión de los cambios que podrían estar afectando a la industria farmacéutica y el sector sanitario en el desarrollo y gestión de sus relaciones institucionales. Por supuesto, en la era de la conversación y de la interrelación social, cualquier opinión al respecto será bienvenida y presentada como una aportación enriquecedora.

Análisis, tendencias e industria farmacéuticaPublic Affairs & Government Relations

3

Page 4: [Muestra] Análisis y tendencias del sector farmacéutico. Marzo 2014

Contexto político

Si algo está caracterizando el actual contexto político español son los recortes presupuestarios, fruto de la presión que recibe el Gobierno para reducir el déficit del Estado. Tras una primera parte de legislatura marcada por la contención del gasto público y a menos de dos años para las próximas elecciones generales, la asignatura pendiente del Ejecutivo que preside Mariano Rajoy es la de la creación de empleo. Actualmente, el número de personas desempleadas aún supera la escalofriante cifra de los 4,5 millones de parados.

Si bien España crece, en términos generales, todos los análisis indican que la recuperación será lenta y que, hasta bien entrada la segunda mitad de esta década, no se verán resultados claros de una revitalización total de la economía.

La política farmacéutica del Estado, que es dirigida de forma centralizada desde Madrid, ha ido al compás de esta situación de restricciones. La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, acapara una de las primeras posiciones en el escalafón de los “ministros más ahorradores”. Si bien algunos datos indican un crecimiento del gasto en Sanidad, los índices relativos al gasto en farmacia siguen en caída libre: según la OCDE, la diferencia entre España y la media de los países de la Eurozona se agranda, año a año.

El Gobierno es consciente de la importancia (social y política) que tiene preservar la ejemplaridad y calidad de nuestro Sistema Nacional de Salud, pero sin renunciar a su sostenibilidad. A lo largo de 2013, desde el MSSSI se ha hecho hincapié en nuevas herramientas para conseguir alcanzar este difícil

equilibrio: cabe destacar la puesta en marcha de los Informes de Posicionamiento Terapéutico (IPT) y la promoción activa de los Acuerdos de Riesgo Compartido.

Estos dos mecanismos, en su origen, tienen un fin común: el mejor aprovechamiento del dinero público. Cada euro cuenta; los fondos malgastados son también fondos que no se aprovechan para inversiones que pueden ser altamente rentables en términos de salud.

En todo caso, lo que parece pedirle la Administración del Estado a los laboratorios farmacéuticos son: 1) entender el contexto en el que comercializan sus productos y servicios, 2) una transparencia más rigurosa al proporcionar información y 3) más responsabilidad en la argumentación de la innova-ción.

Lo que algunos perciben como nuevas amenazas por parte del ente regulatorio-administrativo, otros lo

Asumiendo que las empresas del sector farmacéuti-co concibe gran parte de la innovación terapéutica, es indiscutible afirmar que su papel es fundamental en la cadena de valor de la sanidad.

Innovar en farmacia significa buscar nuevos paradig-mas y ‘benchmarks’ en cuanto a eficiencia, seguri-dad, calidad de vida de los pacientes, etc. Para ello, es necesaria una inversión que el Estado debe fomentar, siempre consciente del papel que juega la industria en el sistema.

“La industria debe adquirir una consciencia del papel de los otros agentes sectoriales y, en particular, del rol de la Administración”

Pero también, la industria debe adquirir una consciencia del papel de otros agentes sectoriales y, en particular, del rol de la Administración del Estado, cuyo primer objetivo pasa por buscar un equilibrio sostenible entre la calidad del Sistema Nacional de Salud y su viabilidad en términos de coste-eficiencia.

Sin olvidar que el papel de los laboratorios es aumentar su propio valor en beneficio de sus accionistas y propietarios, es importante subrayar que, para alcanzar determinados objetivos comer-ciales, hoy, es imprescindible entender el contexto y a los agentes que conforman el escenario en el que operan. Parece inexorable la necesidad de alineamiento en algo tan importante (y a la vez frágil) como los fundamentos de la sociedad del bienestar.

Algunos informes señalan la conveniencia de que las empresas del sector se transformen progresiva-mente en socios/‘partners’ de alto valor estratégi-co. Interpretando que, hasta el momento actual, los laboratorios eran considerados meros suministrado-res, impera hoy la idea de la reconversión en agentes sectoriales que multipliquen el valor aportado, contribuyendo de forma activa a los objetivos generales de optimización de costes, coste-eficiencia de los servicios, portfolios orientados a satisfacer necesidades de primer orden, etc.

El precio que debe pagar el sector privado por esta reconversión, a largo plazo, es infinitamente menor que el retorno que previsiblemente obtendrá. Principalmente, porque dejará de ser únicamente el proveedor de una serie de productos para pasar a ser un agente activo en la aportación de valor a toda la cadena. Y cuanto más rica sea la cadena, más enriquecimiento para los agentes de ésta.

De forma individual, las empresas que aporten un mayor valor al conjunto del sistema serán percibidos como “mejores” socios por los distintos ‘stakehol-ders’, y gozarán de una tácita protección por su importante contribución al conjunto de los esfuer-zos.

Esto no sucede únicamente en el sector farmacéuti-co, es una tendencia global principalmente espolea-da por las exigencias de sociedades en constante cambio y desde el propio sector privado: las empre-sas están adquiriendo la consciencia de no ser únicamente agentes económico-industriales, sino de jugar un papel muy relevante en la configuración de las comunidades en las que operan.

entienden como una oportunidad para repensar el modelo de colaboración público-privada. Hoy, más que nunca, es necesario compartir las mismas prioridades y preocupaciones. Sanidad pública y financiación de medicamentos sí, pero en un marco contextual marcado por la búsqueda y construcción de los pilares de la sostenibilidad del sistema.

“Lo que algunos perciben como nuevas amenazas por parte del Estado, otros lo entienden como una oportunidad para repensar el modelo de colaboración público-privada”

Como comentábamos anteriormente, la competencia de la política farmacéutica del Estado corresponde al Gobierno central; así lo dice la Constitución Españo-la. Es relativo a las Comunidades Autónomas implementar las políticas que se diseñan desde Madrid. La relación con los distintos gobiernos autonómicos, que no ha estado exenta de polémica y que ha provocado incluso que algunas regiones se hayan negado a aplicar diversas medidas de ahorro/recaudación, también caracteriza el escena-rio político-sanitario de los últimos años tanto como la capacidad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para promover textos legislativos paralelamente a los cauces parlamentarios conven-cionales.

El papel de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados ha sido menos relevante que en otras legislaturas en la configuración del corpus regulato-rio implementado durante la legislatura. La vía del Real Decreto Ley y la mayoría absoluta en las cámaras congresuales son la mejor forma de que un Gobierno ejerza la iniciativa y el poder legislativo prácticamente en solitario.

El panorama, sin embargo, está próximo a cambiar: a lo largo de los próximos 18 meses los españoles estamos llamados a votar a nuestros representantes

en el Parlamento Europeo, las asambleas autonómi-cas y las Cortes Generales del Estado. Si bien la ventaja electoral del Partido Popular sobre el Partido Socialista es aún cómoda, pocos se atreven a pronosticar que la lista que presente Mariano Rajoy vaya a conseguir una nueva mayoría absoluta en el Congreso.

De producirse una nueva victoria electoral del Partido Popular en 2015, todo indica que la presión parlamentaria será más fuerte. Esto supondría una verdadera oportunidad a la hora de abrir nuevas líneas de trabajo y comunicación con los órganos y diputados del Congreso y del Senado.

Contrariamente a lo que se pueda esperar, cuando se abordan en las Cámaras asuntos muy técnicos en los que es necesario tener un conocimiento preciso de la materia, la participación externa es bienvenida: la provisión de información transparente es una gran ayuda para quien debe formarse un juicio sobre algo que, quizás, sólo conoce superficialmente.

¿Qué empresa del sector puede ser, hoy, un ente económico-industrial aislado de las comunidades? ¿Qué laboratorio, que tiene en sus manos el tratamiento de enfermedades, puede ser un mero suministrador? ¿Acaso no está sometido al escrutinio permanente a través de los medios de comunicación, las redes sociales, los distintos observatorios públicos y privados, etc.?

Todo nos conduce a abordar las relaciones entre ‘stakeholders’ de una forma más abierta, transpa-rente, colaborativa...

El Informe Bernat Soria, promovido por Abbott, en el año 2011 ya apuntaba que es necesaria “la despoliti-zación de la sanidad española” y “fomentar la relación entre Industria Farmacéutica, Administra-ción y profesionales sanitarios, para desarrollar un triángulo de transparencia, de confianza, pero también de autonomía”. “No será posible acometer ninguna acción efectiva de manera unilateral”, se apuntaba en las conclusiones del informe, “la Industria debe trabajar de forma conjunta con el gobierno, los profesionales sanitarios y el resto de agentes de salud, valorando las necesidades prioritarias de una sociedad donde se produce un aumento continuo de la demanda y por lo tanto, con un mercado creciente en cuanto a medicamentos”.

“La Industria debe trabajar de forma conjunta con el gobierno, los profesionales sanitarios y el resto de agentes de salud”

Estas afirmaciones tienen en la actualidad la misma vigencia pues es lento el avance en este camino de transformación de proveedores industriales a socios estratégicos de la cadena de valor.

Pero, ¿cómo abordar el cambio? ¿Qué decisiones son necesarias para acometer esta reconversión y desarrollar el nuevo modelo de colaboración público-privada?

No existe una única respuesta, pero algunos elemen-tos deben prevalecer en todas las líneas de trabajo: la voluntad de liderazgo y de transformación deben guiar los esfuerzos por jugar este nuevo papel, así como la transparencia en las intenciones y la profesionalización de las relaciones institucionales, para ser capaces de diseñar estrategias innovadoras y acciones que nos diferencien de la competencia.

Análisis, tendencias e industria farmacéuticaPublic Affairs & Government Relations

4

Page 5: [Muestra] Análisis y tendencias del sector farmacéutico. Marzo 2014

Si algo está caracterizando el actual contexto político español son los recortes presupuestarios, fruto de la presión que recibe el Gobierno para reducir el déficit del Estado. Tras una primera parte de legislatura marcada por la contención del gasto público y a menos de dos años para las próximas elecciones generales, la asignatura pendiente del Ejecutivo que preside Mariano Rajoy es la de la creación de empleo. Actualmente, el número de personas desempleadas aún supera la escalofriante cifra de los 4,5 millones de parados.

Si bien España crece, en términos generales, todos los análisis indican que la recuperación será lenta y que, hasta bien entrada la segunda mitad de esta década, no se verán resultados claros de una revitalización total de la economía.

La política farmacéutica del Estado, que es dirigida de forma centralizada desde Madrid, ha ido al compás de esta situación de restricciones. La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, acapara una de las primeras posiciones en el escalafón de los “ministros más ahorradores”. Si bien algunos datos indican un crecimiento del gasto en Sanidad, los índices relativos al gasto en farmacia siguen en caída libre: según la OCDE, la diferencia entre España y la media de los países de la Eurozona se agranda, año a año.

El Gobierno es consciente de la importancia (social y política) que tiene preservar la ejemplaridad y calidad de nuestro Sistema Nacional de Salud, pero sin renunciar a su sostenibilidad. A lo largo de 2013, desde el MSSSI se ha hecho hincapié en nuevas herramientas para conseguir alcanzar este difícil

equilibrio: cabe destacar la puesta en marcha de los Informes de Posicionamiento Terapéutico (IPT) y la promoción activa de los Acuerdos de Riesgo Compartido.

Estos dos mecanismos, en su origen, tienen un fin común: el mejor aprovechamiento del dinero público. Cada euro cuenta; los fondos malgastados son también fondos que no se aprovechan para inversiones que pueden ser altamente rentables en términos de salud.

En todo caso, lo que parece pedirle la Administración del Estado a los laboratorios farmacéuticos son: 1) entender el contexto en el que comercializan sus productos y servicios, 2) una transparencia más rigurosa al proporcionar información y 3) más responsabilidad en la argumentación de la innova-ción.

Lo que algunos perciben como nuevas amenazas por parte del ente regulatorio-administrativo, otros lo

Asumiendo que las empresas del sector farmacéuti-co concibe gran parte de la innovación terapéutica, es indiscutible afirmar que su papel es fundamental en la cadena de valor de la sanidad.

Innovar en farmacia significa buscar nuevos paradig-mas y ‘benchmarks’ en cuanto a eficiencia, seguri-dad, calidad de vida de los pacientes, etc. Para ello, es necesaria una inversión que el Estado debe fomentar, siempre consciente del papel que juega la industria en el sistema.

“La industria debe adquirir una consciencia del papel de los otros agentes sectoriales y, en particular, del rol de la Administración”

Pero también, la industria debe adquirir una consciencia del papel de otros agentes sectoriales y, en particular, del rol de la Administración del Estado, cuyo primer objetivo pasa por buscar un equilibrio sostenible entre la calidad del Sistema Nacional de Salud y su viabilidad en términos de coste-eficiencia.

Sin olvidar que el papel de los laboratorios es aumentar su propio valor en beneficio de sus accionistas y propietarios, es importante subrayar que, para alcanzar determinados objetivos comer-ciales, hoy, es imprescindible entender el contexto y a los agentes que conforman el escenario en el que operan. Parece inexorable la necesidad de alineamiento en algo tan importante (y a la vez frágil) como los fundamentos de la sociedad del bienestar.

Algunos informes señalan la conveniencia de que las empresas del sector se transformen progresiva-mente en socios/‘partners’ de alto valor estratégi-co. Interpretando que, hasta el momento actual, los laboratorios eran considerados meros suministrado-res, impera hoy la idea de la reconversión en agentes sectoriales que multipliquen el valor aportado, contribuyendo de forma activa a los objetivos generales de optimización de costes, coste-eficiencia de los servicios, portfolios orientados a satisfacer necesidades de primer orden, etc.

El precio que debe pagar el sector privado por esta reconversión, a largo plazo, es infinitamente menor que el retorno que previsiblemente obtendrá. Principalmente, porque dejará de ser únicamente el proveedor de una serie de productos para pasar a ser un agente activo en la aportación de valor a toda la cadena. Y cuanto más rica sea la cadena, más enriquecimiento para los agentes de ésta.

De forma individual, las empresas que aporten un mayor valor al conjunto del sistema serán percibidos como “mejores” socios por los distintos ‘stakehol-ders’, y gozarán de una tácita protección por su importante contribución al conjunto de los esfuer-zos.

Esto no sucede únicamente en el sector farmacéuti-co, es una tendencia global principalmente espolea-da por las exigencias de sociedades en constante cambio y desde el propio sector privado: las empre-sas están adquiriendo la consciencia de no ser únicamente agentes económico-industriales, sino de jugar un papel muy relevante en la configuración de las comunidades en las que operan.

entienden como una oportunidad para repensar el modelo de colaboración público-privada. Hoy, más que nunca, es necesario compartir las mismas prioridades y preocupaciones. Sanidad pública y financiación de medicamentos sí, pero en un marco contextual marcado por la búsqueda y construcción de los pilares de la sostenibilidad del sistema.

“Lo que algunos perciben como nuevas amenazas por parte del Estado, otros lo entienden como una oportunidad para repensar el modelo de colaboración público-privada”

Como comentábamos anteriormente, la competencia de la política farmacéutica del Estado corresponde al Gobierno central; así lo dice la Constitución Españo-la. Es relativo a las Comunidades Autónomas implementar las políticas que se diseñan desde Madrid. La relación con los distintos gobiernos autonómicos, que no ha estado exenta de polémica y que ha provocado incluso que algunas regiones se hayan negado a aplicar diversas medidas de ahorro/recaudación, también caracteriza el escena-rio político-sanitario de los últimos años tanto como la capacidad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad para promover textos legislativos paralelamente a los cauces parlamentarios conven-cionales.

El papel de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados ha sido menos relevante que en otras legislaturas en la configuración del corpus regulato-rio implementado durante la legislatura. La vía del Real Decreto Ley y la mayoría absoluta en las cámaras congresuales son la mejor forma de que un Gobierno ejerza la iniciativa y el poder legislativo prácticamente en solitario.

El panorama, sin embargo, está próximo a cambiar: a lo largo de los próximos 18 meses los españoles estamos llamados a votar a nuestros representantes

en el Parlamento Europeo, las asambleas autonómi-cas y las Cortes Generales del Estado. Si bien la ventaja electoral del Partido Popular sobre el Partido Socialista es aún cómoda, pocos se atreven a pronosticar que la lista que presente Mariano Rajoy vaya a conseguir una nueva mayoría absoluta en el Congreso.

De producirse una nueva victoria electoral del Partido Popular en 2015, todo indica que la presión parlamentaria será más fuerte. Esto supondría una verdadera oportunidad a la hora de abrir nuevas líneas de trabajo y comunicación con los órganos y diputados del Congreso y del Senado.

Contrariamente a lo que se pueda esperar, cuando se abordan en las Cámaras asuntos muy técnicos en los que es necesario tener un conocimiento preciso de la materia, la participación externa es bienvenida: la provisión de información transparente es una gran ayuda para quien debe formarse un juicio sobre algo que, quizás, sólo conoce superficialmente.

¿Qué empresa del sector puede ser, hoy, un ente económico-industrial aislado de las comunidades? ¿Qué laboratorio, que tiene en sus manos el tratamiento de enfermedades, puede ser un mero suministrador? ¿Acaso no está sometido al escrutinio permanente a través de los medios de comunicación, las redes sociales, los distintos observatorios públicos y privados, etc.?

Todo nos conduce a abordar las relaciones entre ‘stakeholders’ de una forma más abierta, transpa-rente, colaborativa...

El Informe Bernat Soria, promovido por Abbott, en el año 2011 ya apuntaba que es necesaria “la despoliti-zación de la sanidad española” y “fomentar la relación entre Industria Farmacéutica, Administra-ción y profesionales sanitarios, para desarrollar un triángulo de transparencia, de confianza, pero también de autonomía”. “No será posible acometer ninguna acción efectiva de manera unilateral”, se apuntaba en las conclusiones del informe, “la Industria debe trabajar de forma conjunta con el gobierno, los profesionales sanitarios y el resto de agentes de salud, valorando las necesidades prioritarias de una sociedad donde se produce un aumento continuo de la demanda y por lo tanto, con un mercado creciente en cuanto a medicamentos”.

“La Industria debe trabajar de forma conjunta con el gobierno, los profesionales sanitarios y el resto de agentes de salud”

Estas afirmaciones tienen en la actualidad la misma vigencia pues es lento el avance en este camino de transformación de proveedores industriales a socios estratégicos de la cadena de valor.

Pero, ¿cómo abordar el cambio? ¿Qué decisiones son necesarias para acometer esta reconversión y desarrollar el nuevo modelo de colaboración público-privada?

No existe una única respuesta, pero algunos elemen-tos deben prevalecer en todas las líneas de trabajo: la voluntad de liderazgo y de transformación deben guiar los esfuerzos por jugar este nuevo papel, así como la transparencia en las intenciones y la profesionalización de las relaciones institucionales, para ser capaces de diseñar estrategias innovadoras y acciones que nos diferencien de la competencia.

Análisis, tendencias e industria farmacéuticaPublic Affairs & Government Relations

5

Conclusiones

Las conclusiones que formulamos son altamente positivas y esperanzadoras: a la vez que se están abriendo nuevos caminos para la colaboración público-privada, las perspectivas de futuro no hacen sino ahondar en esta vía, que parece la única viable para alcanzar un gran consenso en torno a las prioridades en materia político-sanitaria.

Page 6: [Muestra] Análisis y tendencias del sector farmacéutico. Marzo 2014

El nuevo modelo de colaboración público-privada

// TENDENCIAS

Asumiendo que las empresas del sector farmacéuti-co concibe gran parte de la innovación terapéutica, es indiscutible afirmar que su papel es fundamental en la cadena de valor de la sanidad.

Innovar en farmacia significa buscar nuevos paradig-mas y ‘benchmarks’ en cuanto a eficiencia, seguri-dad, calidad de vida de los pacientes, etc. Para ello, es necesaria una inversión que el Estado debe fomentar, siempre consciente del papel que juega la industria en el sistema.

“La industria debe adquirir una consciencia del papel de los otros agentes sectoriales y, en particular, del rol de la Administración”

Pero también, la industria debe adquirir una consciencia del papel de otros agentes sectoriales y, en particular, del rol de la Administración del Estado, cuyo primer objetivo pasa por buscar un equilibrio sostenible entre la calidad del Sistema Nacional de Salud y su viabilidad en términos de coste-eficiencia.

Sin olvidar que el papel de los laboratorios es aumentar su propio valor en beneficio de sus accionistas y propietarios, es importante subrayar que, para alcanzar determinados objetivos comer-ciales, hoy, es imprescindible entender el contexto y a los agentes que conforman el escenario en el que operan. Parece inexorable la necesidad de alineamiento en algo tan importante (y a la vez frágil) como los fundamentos de la sociedad del bienestar.

Algunos informes señalan la conveniencia de que las empresas del sector se transformen progresiva-mente en socios/‘partners’ de alto valor estratégi-co. Interpretando que, hasta el momento actual, los laboratorios eran considerados meros suministrado-res, impera hoy la idea de la reconversión en agentes sectoriales que multipliquen el valor aportado, contribuyendo de forma activa a los objetivos generales de optimización de costes, coste-eficiencia de los servicios, portfolios orientados a satisfacer necesidades de primer orden, etc.

El precio que debe pagar el sector privado por esta reconversión, a largo plazo, es infinitamente menor que el retorno que previsiblemente obtendrá. Principalmente, porque dejará de ser únicamente el proveedor de una serie de productos para pasar a ser un agente activo en la aportación de valor a toda la cadena. Y cuanto más rica sea la cadena, más enriquecimiento para los agentes de ésta.

De forma individual, las empresas que aporten un mayor valor al conjunto del sistema serán percibidos como “mejores” socios por los distintos ‘stakehol-ders’, y gozarán de una tácita protección por su importante contribución al conjunto de los esfuer-zos.

Esto no sucede únicamente en el sector farmacéuti-co, es una tendencia global principalmente espolea-da por las exigencias de sociedades en constante cambio y desde el propio sector privado: las empre-sas están adquiriendo la consciencia de no ser únicamente agentes económico-industriales, sino de jugar un papel muy relevante en la configuración de las comunidades en las que operan.

Análisis, tendencias e industria farmacéuticaPublic Affairs & Government Relations

6

¿Qué empresa del sector puede ser, hoy, un ente económico-industrial aislado de las comunidades? ¿Qué laboratorio, que tiene en sus manos el tratamiento de enfermedades, puede ser un mero suministrador? ¿Acaso no está sometido al escrutinio permanente a través de los medios de comunicación, las redes sociales, los distintos observatorios públicos y privados, etc.?

Todo nos conduce a abordar las relaciones entre ‘stakeholders’ de una forma más abierta, transpa-rente, colaborativa...

El Informe Bernat Soria, promovido por Abbott, en el año 2011 ya apuntaba que es necesaria “la despoliti-zación de la sanidad española” y “fomentar la relación entre Industria Farmacéutica, Administra-ción y profesionales sanitarios, para desarrollar un triángulo de transparencia, de confianza, pero también de autonomía”. “No será posible acometer ninguna acción efectiva de manera unilateral”, se apuntaba en las conclusiones del informe, “la Industria debe trabajar de forma conjunta con el gobierno, los profesionales sanitarios y el resto de agentes de salud, valorando las necesidades prioritarias de una sociedad donde se produce un aumento continuo de la demanda y por lo tanto, con un mercado creciente en cuanto a medicamentos”.

“La Industria debe trabajar de forma conjunta con el gobierno, los profesionales sanitarios y el resto de agentes de salud”

Estas afirmaciones tienen en la actualidad la misma vigencia pues es lento el avance en este camino de transformación de proveedores industriales a socios estratégicos de la cadena de valor.

Pero, ¿cómo abordar el cambio? ¿Qué decisiones son necesarias para acometer esta reconversión y desarrollar el nuevo modelo de colaboración público-privada?

No existe una única respuesta, pero algunos elemen-tos deben prevalecer en todas las líneas de trabajo: la voluntad de liderazgo y de transformación deben guiar los esfuerzos por jugar este nuevo papel, así como la transparencia en las intenciones y la profesionalización de las relaciones institucionales, para ser capaces de diseñar estrategias innovadoras y acciones que nos diferencien de la competencia.