Mujeres de Fe

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Mujeres de Fe: Sara, de la Risa al Gozo Dia de La Mujer La historia de Sara, la mujer de Abraham, es de esas historias que uno dificilmente creería, sin embargo las historias de fe así son, Dios comienza con nada y realiza proezas. Esta mujer fue de la risa o incredulidad a transformarse en una madre de multitudes. La historia de Sara, la mujer de Abraham, es de esas historias que uno dificilmente creería, sin embargo las historias de fe así son, Dios comienza con nada y realiza proezas. Esta mujer fue de la risa o incredulidad a transformarse en una madre de multitudes. Sara probablemente se sonrió cuando oyó las palabras de su esposo. ¿Cómo podía ella creer esa disparatada historia? «¡Dios me habló!», decía él. «Me prometió ponerme por cabeza de muchas naciones, ¡a mí! ¡A un hombre de 99 años! ¡Y lo va a hacer por medio de ti!» La reacción de Sara a la noticia de su esposo debió ser muy parecida a algo que nosotros hemos sentido. Se rió. «Tengo 90 años; ya no puedo darte hijos. ¡Tiene que haber un error!» Pero no lo había. Dios retó a Sara con las palabras: «¿Hay para Dios alguna cosa difícil?» (Gn 18.14). Al cabo de nueve meses, el nacimiento de un niño fue la respuesta. A Dios le encanta hacer lo imposible. Lo único que Él exige para actuar en nuestras vidas, es una fe que esté en consonancia con la verdad de su Palabra. La historia de Sara representa algo mucho más grande que la experiencia de una mujer. Demuestra la búsqueda sin descanso de Dios por cada uno de nosotros. Pese a sus desaciertos y a su persistente falta de fe, Sara fue testigo de que Dios convierte lo «imposible» en realidad. También nosotros podemos ser testigos de lo mismo.

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Diversidad de historias de las mujeres dela biblia

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Mujeres de Fe: Sara, de la Risa al GozoDia de La Mujer

La historia de Sara, la mujer de Abraham, es de esas historias que uno dificilmente creería, sin embargo las historias de fe así son, Dios comienza con nada y realiza proezas. Esta mujer fue de la risa o incredulidad a transformarse en una madre de multitudes.

La historia de Sara, la mujer de Abraham, es de esas historias que uno dificilmente creería, sin embargo las historias de fe así son, Dios comienza con nada y realiza proezas. Esta mujer fue de la risa o incredulidad a transformarse en una madre de multitudes.

Sara probablemente se sonrió cuando oyó las palabras de su esposo. ¿Cómo podía ella creer esa disparatada historia? «¡Dios me habló!», decía él. «Me prometió ponerme por cabeza de muchas naciones, ¡a mí! ¡A un hombre de 99 años! ¡Y lo va a hacer por medio de ti!»

La reacción de Sara a la noticia de su esposo debió ser muy parecida a algo que nosotros hemos sentido. Se rió. «Tengo 90 años; ya no puedo darte hijos. ¡Tiene que haber un error!»

Pero no lo había. Dios retó a Sara con las palabras: «¿Hay para Dios alguna cosa difícil?» (Gn 18.14). Al cabo de nueve meses, el nacimiento de un niño fue la respuesta. A Dios le encanta hacer lo imposible. Lo único que Él exige para actuar en nuestras vidas, es una fe que esté en consonancia con la verdad de su Palabra.

La historia de Sara representa algo mucho más grande que la experiencia de una mujer. Demuestra la búsqueda sin descanso de Dios por cada uno de nosotros. Pese a sus desaciertos y a su persistente falta de fe, Sara fue testigo de que Dios convierte lo «imposible» en realidad. También nosotros podemos ser testigos de lo mismo.

Mujeres de Fe: Ana, la Mujer que Oro a DiosDia de la Mujer

Ana fue una mujer de Dios, una mujer que por su fe y su entrega alcanzó el favor de Dios. La Biblia se encarga de darle el lugar que se merece, y con ella encuentran su lugar las mujeres cristianas de hoy.

Ana fue una mujer de Dios, una mujer que por su fe y su entrega alcanzó el favor de Dios. La Biblia se encarga de darle el lugar que se merece, y con ella encuentran su lugar las mujeres cristianas de hoy.

Ana es un ejemplo bíblico excelente de cómo se pide con fe. Estaba casada con un hombre llamado Elcana, al igual que otra mujer. Con el correr de los años, Penina la segunda esposa de Elcana le dio varios hijos e hijas, mientras Ana siguió estéril. Ana anhelaba tener un hijo propio.

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Por fin, en la festividad anual, Ana se fue a la entrada del tabernáculo y lloró con ruegos al Señor y una tristeza profunda, pidiendo un hijo y haciendo voto de entregárselo al Señor (1 S 1.10, 11). El Señor oyó la petición de Ana y la contestó. Nueve meses después ella tuvo un hijo llamado Samuel, quien llegó a convertirse en el profeta y juez de todo Israel.

¿Habría nacido Samuel si Ana no le hubiera pedido a Dios que le diera un hijo? La Biblia parece indicarnos que no. Samuel llegó al mundo en respuesta directa a la petición sincera y emotiva de Ana.

Tomado de; www.sigueme.net

La Semilla Asignada para TiTD Jakes

Tú tienes un compromiso predeterminado con Dios que ha sido fijado desde la fundación del mundo y ese compromiso no termina hasta que Dios diga que se acabó.

Dios me ha dado otro hijo en lugar de Abel.Génesis 4:25

Puedes pensar que tus mejores días están en el pasado, pero el simple de que estés viva confirma que Dios quiere que vivas. Él todavía no ha acabado contigo. Tienes un compromiso. Los ángeles te van ha tener acá hasta que Dios quiera. Ningún arma forjada contra ti prosperará mientras Dios te quiera aquí. 

Tu compromiso no terminará hasta que Dios diga que se acabó. Después de haber sufrido todo lo que sufrió por Caín y Abel, Eva todavía tenía una cita con Dios. A pesar de todo lo que había vivido, todo el dolor y el sufrimiento que había pasado, ella tenía que concretar una tarea específica “ Dios me ha dado otro hijo” dijo Eva. 

Tenía un compromiso con ese hijo. Lo llamó Set. Dios tiene otra promesa que hacer con tu nombre. Él te ha dado otra semilla a pesar de haber pasado por todo lo que has pasado, todo tu sufrimiento, todas tus lágrimas, todos tus fracasos y errores, todos tus prejuicios y equivocaciones, todas tus pérdidas... a pesar de todo eso, Dios tiene otro “ bebé” para que des a luz. No te rindas. No te des por vencida. No huyas. 

Dios tiene método para traerte a la bendición que ha preparado para que recibas. Cuando haces una cita, fijas el día y la hora en el presente para algo que va a suceder en el futuro. Eso es exactamente lo que Dios ha hecho al fijar un compromiso contigo. El destino señalado por Dios está prefijado. Él sabía por todo lo que ibas a pasar para llegar al lugar en el que te encuentras ahora.

A pesar de eso, Él tiene una cita contigo. Él no la ha cancelado. En el calendario de Dios todavía está pusto tu nombre. 

El diablo sabe que Dios tiene planes para ti. Esa es la razón por la que se empeña tanto para sacarte del medio.

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Él no quiere que vivas lo suficientemente como para que cumplas el compromiso que Dios tiene para ti. Él sabía que había más delante y sabía que era bueno. Él sabía que tenía que ver con la vida, por eso fue que intentó darte un golpe para acabar contigo. Él mandó problemas, tribulaciones y situaciones dolorosas para destruirte. Si tu te negaste a ser destruida por fuera, intentó más intensamente para destruirte interiormente.

Empieza a mirar hacia delante. Se está aproximando el día en el calendario de Dios doonde está escrito tu nombre. Hay algo bueno justo en el horizonte de mañana que es para tu vida, tu matrimonio, tu familia, tu trabajo, tu ministerio. Por cada cosa que perdiste un la vida, Dios tiene otra semilla. 

Por cada cosa que amaste y perdiste, Dios tiene otra semilla. Por cada cosa que perdiste y ya no puedes abrazar Dios tiene otra semilla. Cada vez que el diablo te diga que estás cayendo, que vas a morir, que te hundes, que ya no puedes esperar nada, dile: “ eres un mentiroso. Hay algo más. Tengo un compromiso con Dios. Él tiene para darme otra semilla para que yo dé a luz. Él me tiene reservado otro milagro”.

Dios te ha llamado con un propósito eterno. Donde te encuentras ahora no es a donde vas. Él todavía te tiene asignada una tarea para que concluyas.

Dios tiene reservada una semilla para que tú des a luz.