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     Ana María Goetschel1

    El primer concurso de Miss Ecuador fue enla ciudad de Guayaquil en 1930. ¿Cómo sevivió ese acontecimiento en Quito y qué sig-nificado tuvo para los imaginarios de ese en-tonces? El artículo introduce elementos histo-riográficos que contribuyen a analizar eseproceso en términos de las representacionesde las mujeres2.

    La ciudad

    En las décadas del 20 y 30 del siglo pasado,Quito seguía siendo percibida como una ciu-dad conventual, aunque en realidad empeza-ba a experimentar cambios. Como efecto dela incipiente modernización de la sociedad,de la educación y de las comunicaciones, seprodujeron transformaciones en la cotidiani-dad de los sectores medios y altos de la socie-dad quiteña. El acceso al cine, al teatro o a sa-

    lones de entretenimiento provocó transfor-maciones en las costumbres. Incluso las capas

    populares accedieron a representaciones tea-trales y de cine, también la radio se fue gene-ralizando a partir de esos años.

    Las imágenes de mujeres

    En ese contexto, ¿cómo eran representadas lasmujeres? Las imágenes que proporcionan lasrevistas de literatura y variedades eran de mu-

     jeres espirituales y románticas, distantes y be-llas, casi divinas. Las mujeres de clase alta eran la inspiración, las musas de los JuegosFlorales, las “Damas de la Corte de Amor” y de los Carnavales. Pero también comenzarona aparecer en esas mismas revistas, imágenes“modernas”: mujeres que participaban de ma-nera activa en la vida mundana y empezabana practicar deportes.

    En la revista Caricatura , fundada por inte-lectuales quiteños de clase media y alta influi-dos por el modernismo, coexisten esos dos ti-pos de imágenes. Por un lado, la figura de una mujer “delicada, fina, esbelta, indiferente, pa-

    risina, escapada de los lienzos de Fragonard ode los dibujos de Willete”. Es la imagen de untipo de mujer a la que se podía divisar “tras losvisillos” o que acudía a espacios sociales redu-cidos. En la calle, se decía, “se la ve pasar demodo ágil y grácil, breve el pie y menudo y li-gero el paso, dejando en el ambiente una di-vina estela de perfumes y en los oídos la can-ción de sus sedas”3. Pero también estaban “lasgentiles y adorables niñas” que practicaban el

    y misses:

    Goetschel, Ana María, 2004, “Musas, ondinas y misses,espereotipos e imágenes de las mujeres quiteñas en losaños 30 del siglo XX” en ICONOS No.20, Flacso-Ecuador, Quito, pp. 110-113.

    Musas,

    ondinasestereotipos e imágenes

    de las mujeres quiteñas en los

    años treinta del siglo XX

    1 Investigadora y profesora asociada de Flacso-Ecuador.

    2 Este artículo, preparado para Íconos , retoma elemen-tos de un trabajo anterior: Ana María Goetschel,

    2002, Imágenes de mujeres. Amas de casa, musas y ocu-  paciones modernas. Quito, primera mitad del siglo XX ,Museo de la Ciudad, Quito.

    3 Revista Caricatura No. 15, Archivo de la Biblioteca  Aurelio Espinosa Polit.

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    patinaje “resbalándose en un vértigo...palpi-tantes de fatiga las rosas de los senos y flotan-tes las faldas ligeras que, con adorable compli-

    cidad, dejan admirar las bien contorneadaspantorrillas aprisionadas en la sutil malla de la seda de la media”4. Estas figuras de mujerescomienzan a surgir en los espacios de la vida mundana de la socie-dad: en las fiestas delCarnaval y de Inocen-tes, en la vermouth delcine, en la sala de pati-naje, en el Teatro Su-cre. Se habla también

    de las artistas, las con-certistas, las pianistas:“doblemente bellas,porque son bellas...y porque son artistas”.Esas imágenes de mu-

     jeres seducen al hom-bre de ese entonces y,en parte, son resulta-do de construccionesculturales en las queentraron en juego tan-to elementos localescomo internacionales.

    Pero estas imáge-nes no sólo estabanpresentes en las revis-tas masculinas como Caricatura , sino en laspropias revistas editadas por mujeres. La re-presentación romántica de las mujeres tam-bién formaba parte del imaginario femenino.

    En el contexto de esos años la belleza corpo-ral estaba estrechamente relacionada con la belleza moral y eso se muestra en la revista Flora 5. En su “Álbum” son publicadas foto-grafías de la “Belleza Quiteña”: “bellísimo li-rio del pensil quiteño, en el cual brotan a pro-fusión flores odoríferas de olímpica hermosu-

    ra”; la belleza guayaquileña; la belleza de Ba-hía de Caráquez y otras bellezas de ciudadesdel Ecuador, todas ellas jóvenes bonitas de al-

    ta sociedad, como también “Damas Distin-guidas”. Lo interesante es que al mismo tiem-po, existen otras secciones: “Galería de muje-res intelectuales del Ecuador” y “Galería de

     Artistas Ecuatorianas”,por lo general poetisas y escritoras.

    Las fotos de mujeresbellas aparecen comoun factor de adorno y distinción en las revistas

    y publicaciones. En la revista Claridad , porejemplo, se publican fo-tos de damas de la alta sociedad como la de do-ña Rosario Zaldumbidede Tobar y Borgoño dequien se dice: “aristo-cracia, virtud y alma ge-nuinamente grandesforman la personalidadde la distinguida dama quiteña, quién con subelleza enaltece las pá-ginas de esta revista”.

     Al hacer un “JustoHomenaje a la Mujer

    Ecuatoriana” y mencionar su labor de apostola-do y las mujeres destacadas de la Historia y la Biblia, se hace una apología romántica y lírica de la mujer:

    “La mujer con su piedad, con su dulzura y encanto embellece y perfuma el hogar. A la mujer el poeta le ofrece sus versos, los políti-cos se inclinan hacia ella, los tiranos y los sol-dados se rinden avasallados, la Patria es de la mujer... Por eso en forma de un crisantemo ode una rosa recibe Mujer Ecuatoriana esta flory colocadla en el precioso buquet que embal-sama el hogar de hija, de esposa y de madre”6

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    4 Revista Caricatura No. 15, Archivo de la Biblioteca  Aurelio Espinosa Polit.

    5 Flora , Revista Femenil Ilustrada de Literatura, Artes y Variedades, fundada en 1917 en Quito por las maes-tras Celina y Rosaura Galarza.

    6 Claridad , Revista Universitaria de Literatura, Arte y Ciencia, Quito, 1926, bimestral.

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    t  em

    as La imagen que sobresalía era, sin duda, la 

    tradicional y aunque incorporaba elementos“mundanos” lo que estaba en el fondo era la 

    idea de la hija, esposa o madre virtuosa.

    Los juegos

    florales

    La revista Claridad organizó durantealgunos años los“Juegos Florales”,concursos de poe-

    sía cuyos ganadoresaclamaban a las rei-nas de belleza. Enlos Juegos Floralesde l927-1928,“Fiesta de la Aristo-cracia de la Belle-za”, triunfó Hum-berto Salvador(quién más tardesería un importan-te representante dela literatura social)con su poema “Sin-fonía de los Andes”

    y fue el encargado de aclamar a la “Reina de la Belleza del Ecuador”Isabel León y Aguirre7. En esta revista el mayor número de foto-

    grafías correspondió a la proclama-ción de las reinas de belleza: Aída Arteta y su

    Corte de Honor, las princesas del Rocío (Eu-genia Velasco Gangotena), de las Flores(Blanca Escudero Moscoso) y las reinas deprovincias quienes eran aclamadas por lospoetas de esa época: César Carrera Andrade,Pío Jaramillo Alvarado, Manuel Agustín

     Aguirre, César Estupiñán Bass, algunos de loscuales pertenecían a los sectores medios y queal igual que Salvador se convertirían más tar-de en pensadores y dirigentes sociales.

    Las misses

    Sin embargo, las imágenes más mundanas y 

    “modernas” correspondieron a las “Misses”,las reinas de belleza que fueron elegidas en1930 para representar al Ecuador, por prime-ra vez, en un concurso internacional en Mia-mi. El concurso en Quito fue organizado tam-bién por la revista Claridad y constituyó todoun acontecimiento social. La nómina de la mayor parte de las representantes de las parro-quias dan cuenta de jóvenes de la alta sociedadquiteña y las cuatro finalistas elegidas por un

     Jurado de connotados intelectuales fueron:

    Isabel León Aguirre, Ana Andrade Thomas, Ana Lucía Mancheno y Blanca EscuderoMoscoso8. Sin embargo, por lo apurado delconcurso o por el pudor de las quiteñas, úni-camente enviaron fotos. En Guayaquil, final-mente, fue elegida como Miss Ecuador SarahChacón, una chica de “clase media”, quien enuna reñida competencia triunfó sobre la aris-tocrática Blanche Yoder9. En las crónicas de la época se menciona que después las candidatasconcurrirán a la ciudad del cine, Hollywood,donde han sido invitadas para la impresión deuna película parlante. En las elecciones finalesen Miami resultó “Señorita Hispanoamérica”“una bella maestra de escuela” la panameña Emellana Raez, quedando en segundo lugar“Miss Costa Rica”, Julia Salazar, “a pesar de sunegativa para cumplir con una de las prescrip-ciones del concurso que obligaba a las partici-pantes a desfilar ante el Jurado por la playa entrajes de baño”. Se dice que: “la señorita Sala-

    zar asistió a la playa con un vestido decorosode dama y a las insinuaciones del Jurado con-testó que prefería escuchar la música del maren traje de visita antes que contemplar las olasen frágil vestido de ondina”.

    El entusiasmo que parece haber desperta-do este primer concurso de Miss Ecuador nofue bien visto por todos los sectores. Hubo vi-

    Supuestamente la

    representación de "mujer bella"

    va en contra de su verdadera

    esencia: ser romántica,

    madre virtuosa o mujer 

    inteligente. Pero, ¿son realmente

    contradictorias estas posiciones? 

     A mi criterio, todas estas

    imágenes tienen en común que

    hacen referencia a una visión

    estereotipada de lo que

    constituye "ser mujer".

    7 Claridad , Libro de los Juegos Florales Nacionales,Quito, 1 de enero de 1930.

    8 El Comercio , “Las elecciones de la señorita Ecuador”,9 de febrero de 1930.

    9 Ribadeneira, Jorge, “Tiempos Idos: Sara, la Miss de1930”, en Últimas Noticias , 3 de abril de l987.

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    siones contrarias porque se decía que el con-curso: “contradice la imagen romántica de lofemenino”. En una editorial se menciona que

    “estas exhibiciones de cuerpos hermosos entrajes de baño ocultan dentro de todo el fineconómico” y constituyen un signo del mun-do moderno: “de este mundo inquieto…dogmático y escéptico, avaro e idealista, con-tradicción viviente, enigma inmenso” dondeconviven desde la sublime Hermana de la Ca-ridad hasta la ridiculez de las aclamaciones y los entusiasmos en pos de las mujeres quedescubren y lucen sus cuerpos, porque la na-turaleza los ha hecho bellos”. Se plantea que:

    “honrar exageradamente a una mujer por serbella, halagarla, premiarla es supina ligereza einjusticia extrema”. Se dice que el oro de la sociedad capitalista que será arrasado por elbolchevismo amenaza corromperlo todo, y por el oro se distrae a las mujeres de sus debe-res y se les quita la tranquilidad del alma”. Pa-ra el autor de este artículo, en el que se con-

     jugan criterios morales tradicionales y socia-listas, las mujeres “deben principiar a defen-derse... no tienen por fin ostentar la melena y pintarse los labios, fumar y adquirir manerashombrunas... deben ser intensamente muje-res y ser madres, las madre del hombre segúnla carne o según el espíritu de la obra socialque realice”10.

    Se trata de un debate que refleja puntos devista aparentemente contradictorios y que,con algunas variaciones, todavía están presen-tes: “los concursos de belleza cosifican a lasmujeres y contribuyen a poner en crisis su

    imagen de mujeres virtuosas, sociales o ma-ternales”. Supuestamente la representación de“mujer bella” va en contra de su verdadera esencia: ser romántica, madre virtuosa o mu-

     jer inteligente. Pero, ¿son realmente contra-dictorias estas posiciones?

     A mi criterio todas estas imágenes tienen

    en común que hacen referencia a una visiónestereotipada de lo que constituye “ser mu-

     jer”. Desde este punto de vista no importa tanto ser una hermosa Miss , una mujer inteli-gente o una virtuosa madre. Lo realmente im-portante es el uso y la connotación que tenga para las propias mujeres. Porque estas con-cepciones pueden aludir igualmente a rolesprefijados de antemano por alguien o algo (elmercado, la moral o el intelecto) cuyo poderde decisión esté por fuera de las mujeres. Eneste sentido, ¿no sería más interesante para todos, como muchas han empezado a hacerloy como han defendido algunas corrientes fe-ministas, que las mujeres decidamos sobrenuestra propia imagen y nos convirtamos demanera flexible y cambiante en lo que quera-mos ser?

    10 El Día , “El tiempo de las Misses”, Página Editorial,22 de marzo de 1930.

    Elección de Miss Ecuador 1930

       B  a  n  c  o

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