Mujeres y Representación

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MUJERES Y REPRESENTACIÓN Diagnóstico sobre la participación política de las mujeres (concejalas y alcaldesas) en el marco autonómico municipal e indígena. Elecciones subnacionales bolivianas: municipales y territorios indígena campesinos. 2010

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MUJERES YREPRESENTACIÓNDiagnóstico sobre la participación política de las mujeres

(concejalas y alcaldesas) en el marco autonómico municipale indígena. Elecciones subnacionales bolivianas: municipales

y territorios indígena campesinos. 2010

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MUJERES Y REPRESENTACIÓNDiagnóstico sobre la participación política de las mujeres

(concejalas y alcaldesas) en el marco autonómico municipal e indígena. Elecciones subnacionales bolivianas: municipales

y territorios indígena campesinos. 2010

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Depósito Legal

AutorAsociación de Concejalas de Bolivia – ACOBOL

Coordinación y Elaboración conjunta María Eugenia Rojas Valverde - Directora Ejecutiva ACOBOLGloria Ardaya Salinas - Consultora Encargada

Equipo de Trabajo Mariana P. Sanz ArdayaJessy López Gonzales Daniel Vargas BarrenecheaAngélica Mendoza Blacutt

Primera Edición

Con el apoyo deDERECHOS Y DEMOCRACIA D&D

MUJERES Y REPRESENTACIÓNDiagnóstico sobre la participación política de las mujeres (concejalas y alcaldesas) en el marco autonómico municipal e indígena. Elecciones subnacionales bolivianas: municipales y territorios indígena campesinos. 2010

Asociación de Concejalas de Bolivia – ACOBOL, 2011

Todos lo derechos reservados

Derechos de Autor:Obra protegida por los derechos establecidos por la Ley 1322 de Derechos de Autor y por elDecreto Supremo 23907 y por tanto, registrada en el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual –SENAPI. Reservado todos los derechos. Queda prohibida la reproducción total o parcial del presente texto, sin la autorización de los titulares del Copyright, bajo sanción establecida por las leyes bolivianas y por convenios internacionales.

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1. CONTEXTO E INTENCIONES 7

2. ANTECEDENTES 10

3. LAS MUJERES Y EL PODER LOCAL 19 3.1. LAS ELECCIONES DEL 4 DE ABRIL 23 3.2. LOS RESULTADOS LOCALES 28

4. QUIENES SON LAS ELEGIDAS Y QUIENES LAS PROMUEVEN 36

5. LA REELECCIÓN 41

6. LAS TAREAS PENDIENTES. LOS PROBLEMAS DE LA PRESENTACION DE LAS MUJERES 42

7. TAREAS 43

8. BUENAS PRÁCTICAS PARA FOMENTAR EL ACCESO DE MUJERES A LOS PUESTOS DE TOMA DE DECISIÓN 45

9- REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS INSTITUCIONALES 47

10- BIBLIOGRAFÍA 50

SUMARIO

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PRESENTACIÓN

La Asociación de Concejalas de Bolivia (ACOBOL) pone a su disposición la publicación Mujeres y Representación que incluye datos sobre la participación política de las mujeres en el ámbito municipal, departamental y nacional; es el fruto de las reivindicaciones de diversas organizaciones de mujeres, entre ellas, ACOBOL que desde hace más de diez años viene impulsando la participación política de las mismas. Los resultados de las elecciones del 4 de abril de 2010 demuestran los avances cuantitativos que se han logrado al contar con un 43% de representación de mujeres en el cargo de concejalas y un 7 % de alcaldesas. Cabe mencionar que por primera vez se eligieron en listas separadas al alcalde y/o alcaldesa y concejal (a), se eligió 22 alcaldesas por voto directo.

Las normas que se aprobaron a favor de las mujeres partiendo de la Constitución Política del Estado, la Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas impulsado por ACOBOL y la Ley del Régimen Electoral ha permitido usar la coerción hacia los partidos políticos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas para que incorporen a las mujeres en las listas de candidatos (as), esto ha permitido aumentar la participación política de las mujeres en el ámbito municipal en 24%. En el caso del ámbito departamental, solamente se postularon tres mujeres para acceder al cargo de gobernadoras lo que representa un 7% y ninguna fue electa. Los datos del ámbito nacional son mas o menos alentadores, actualmente se cuenta con una representación del 23% en diputados con relación a 16% del mandato anterior 2005 y un 44% en calidad de senadoras con relación a 4% de la gestión 2005.

El presente estudio hace un análisis sobre datos cuantitativos de la representación de las mujeres en el nivel municipal, departamental y nacional, lo que permite conocer la inclusión de las mujeres en la toma de decisiones; y probablemente se constatará que aun existe resistencia en organizaciones políticas de reelegir a las mujeres para postularse a estos cargos.

Frente a lo expuesto aún quedan tareas pendientes que se seguirán trabajando en alianza estratégica con otras instancias.

Elvira Colque CondoriPRESIDENTA NACIONAL DE ACOBOL

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1CONTEXTO E INTENCIONES

Varios trabajos producidos en el país1 en instituciones públicas y privadas o redes asociativas como la Asociación de Concejalas de Bolivia, ACOBOL y desde otras internacionales como Plan Internacional dan cuenta de la alta participación de las mujeres en la vida social, económica, cultural y política del país. Específicamente, en la vida política, las mujeres bolivianas no son “recién llegadas”, pero sí queda claro que no son bienvenidas. En su entrada al sistema político deben enfrentar un sinnúmero de dificultades para ingresar a la representación y más difícil aun, es su permanencia estable en el sistema político formal u otras instituciones de carácter mas social o económico, tanto públicas, como privadas.

A través de diversos mecanismos, el sistema político, social, cultural y familiar realiza, implícita y explícitamente un conjunto de acciones y omisiones destinadas a que las mujeres, salgan del espacio público de la política y reasuman aquellas tareas determinadas por la división sexual del trabajo. En ese marco se inscriben todas las formas de “acoso” y formas de violencia de las que son objeto y que están relacionados con presiones y hostigamientos políticos, sexuales, psicológicos y físicos destinados a que las mujeres abandonen la representación política y regresen a su “lugar natural” definido por la división sexual del trabajo y otorgado al mundo femenino. En el país, persiste y sigue vigente, una cultura política patriarcal que relega a las mujeres a actividades típicamente femeninas en las que excluye su acceso a “lo público”.

En efecto, las mujeres bolivianas cuando ingresan, no permanecen establemente en el sistema político formal ni logran la llamada “profesionalización” política. El “oficio político” es una faena que se adquiere en el mediano y largo plazo y que requiere de un prolongado aprendizaje en procesos de concertación y negociación cotidianos. Por ello, requiere de dedicación exclusiva ya que se trata de una tarea de aprendizajes permanentes, los mismos que están en constante transformación y cambio. Consideramos que la concertación y la negociación son las principales actividades

1 En el presente trabajo, no incluiremos citas bibliográficas para agilizar su lectura. La bibliografía se incluye al final del mismo. Las estadísticas y cuadros presentados, sin embargo, llevan la fuente correspondiente.

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de la política una vez que se ha definido su contenido y fines en un contexto determinado. Pero para concertar y negociar, es preciso debatir y pensar deliberadamente el futuro en el marco de una comunidad política nacional aspirada. Y la política lo que busca es la profundización de la democracia y la superación de las inequidades y desigualdades existentes.

Por las razones antes mencionadas y otras, en general, el acceso de las mujeres al sistema político formal, no es considerado una meta por parte de los actores sociales e institucionales del país y, especialmente por aquellas sino, un “turno” y, a veces una eventualidad o un medio para acceder a otros espacios menos conflictivos y más “aptos” para el desempeño de actividades relacionadas con su condición de mujeres. En este trabajo, estamos convencidas de que se trata de un derecho y un deber con cuyo ejercicio sale beneficiada la sociedad y el Estado en su conjunto. Pero el beneficio sería mayor si ellas permanecieran más tiempo en el sistema político e iniciaran un largo recorrido a su interior. Son muy escasas las mujeres que permanecieron establemente en el sistema político a lo largo de sus vidas. Por diversos motivos y al margen del compromiso y capacidad demostrada, las mujeres terminan al margen del sistema político2 .

Pese a las limitaciones señaladas, la presencia creciente de las mujeres en “lo público”, constituye un avance significativo y el país, y ellas en particular, están recorriendo por una nueva experiencia, el de hacerlas/se visibles y mostrarlas/se como “aptas” para el desempeño político y público. Su ingreso no es gratuito y responde a largas luchas sociales y políticas, individuales y colectivas, organizadas a través de diversos métodos de lucha y orientaciones, sean clasistas o nacionales, democráticas y/o revolucionarias. Muchas de ellas, han tenido y tienen la práctica de transitar por el sistema político lo que representa un “cambio” significativo en sus vidas y aquella, no volverá a ser igual una vez que han pasado por los espacios de la representación política. También las instituciones por las que transitan, resultan beneficiadas. Más para bien que para mal, las mujeres en general, se muestran satisfechas por esa “experiencia”, pero son muy pocas las que quisieran repetirla. Y las que quisieran hacerlo, son limitadas ya que tampoco, el sistema político les ofrece oportunidades para la reelección, la permanencia en aquel cargo y consolidar liderazgos que trasciendan el nivel local. Y no se trata de mal desempeño, sino de permanencia de una cultura política masculina y patriarcal donde se ejerce el poder sobre las mujeres. Las razones de estas limitaciones son múltiples y se expresan en las historias de vida de aquellas, pero su indagación, no forma parte de esta presentación.

Sin embargo no queremos dejar de mencionar que, en última instancia, se reitera, es la división sexual del trabajo y la vigencia del orden patriarcal en todos los órdenes de la vida pública y privada, los que impiden el acceso y, peor aún, la permanencia de las mujeres en la organización de la vida colectiva y la representación social y política.

En esta presentación, queremos reiterar: primero, que las mujeres no son recién llegadas a la política y a la representación; segundo, que el sistema político boliviano, al margen de los actores político-ideológico que lo componen –derecha, centro o izquierda- no permite la vigencia de la equidad en la representación política, invisibilizando y perjudicando a las mujeres; tercero, esta exclusión de las mujeres se da, al margen del ordenamiento constitucional y legal vigente; cuarto, en muchos sentidos, el sistema político formal, “captura” liderazgos sociales femeninos ya consolidados fuera de él, especialmente en el ámbito local para, oportunistamente, proyectarlas a la lid electoral y sacar réditos; quinto, las mujeres, a pesar de lo que se sostiene públicamente,

2 Un caso paradigmático, lo constituye, Lydia Gueyler Tejada, ex Presidenta de la República.

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presentan altos niveles de escolaridad e instrucción, lo que en teoría, las habilitaría para un buen ejercicio de la representación, así como también, le otorgan a la representación, el espacio y el tiempo necesarios para el ejercicio de la misma; sexto, la precariedad del mandato, interiorizado en la subjetividad femenina, hace que las mujeres, “no inviertan” en la representación que portan. Al ser constituidas como seres “para los demás”, no consideran “legítimo” invertir en el logro de su propia representación y consolidación de su liderazgo. No consideran “moral” que el dinero de la familia sea utilizado en su campaña electoral, por ejemplo; séptimo, mientras dura la representación política, las mujeres trabajan más que los hombres y éstos requieren mayor cantidad del trabajo de las mujeres. Las mujeres deben “probarse” y “probar” capacidades que no se exige que demuestren los hombres en la representación. Por último, el sentido común de que el acceso a la representación es pasajero, hace que las mujeres sean sujetos “pulpos” y no abandonen actividades personales, familiares y/o profesionales que les permita “volver” en cualquier momento a ellas, sin otorgar la dedicación “exclusiva” que requiere la representación política. Su espacio privado, siempre las espera aunque éste sea también espacio de violencia. Pero se trata de una violencia “fruto del amor” y en la relación conyugal.

Estos y otros factores, hacen que el ejercicio de la representación política de las mujeres, tenga un alto costo personal, el mismo que estará marcado por las distintas “historias de vida” que portan cada una de las mujeres. En general, en el ejercicio de la representación, no cuentan con el apoyo familiar o del mercado para la realización de la segunda jornada laboral o la doméstica, la que siguen realizándola.

En estas consideraciones, no olvidamos que la formación social boliviana es “abigarrada”, en términos de Zavaleta y donde se sobreponen varios modos de producción y donde se originan cultura y comportamientos diferenciados. En efecto, la adscripción regional tendrá una importancia fundamental en el número de representantes electas y en los casos de “acoso” y “violencia” política producidos y denunciados. En ese contexto, existen regiones donde la ciudadanía se ejerce más que en otras o, en su defecto, la ciudadanía social sobrepasa o invisibiliza el ejercicio de la ciudadanía civil y política y viceversa. Ambos ejercicios no son contradictorios y, por el contrario, se complementan mutuamente.

En otros trabajos, también se ha mostrado que pobreza y participación política de las mujeres tienen relación positiva. Es decir a mayor pobreza de los territorios, menor participación de mujeres en la representación y en el espacio público.

Finalmente, el trabajo muestra que las elecciones municipales pasadas constituyen un hito en la participación política de las mujeres en la representación local ya que duplica porcentajes anteriores, aunque este incremento no expresa el mandato constitucional y es ampliamente deficitario en el caso de las mujeres alcaldesas y asambleístas o nulo como en caso de Gobernaciones, subgobernaciones o ejecutivos seccionales de desarrollo.

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En la década de los ochenta y 1990, la mayoría de países de América Latina estuvieron marcados por procesos de consolidación de sus regímenes democráticos, a través del reestablecimiento de los Estados de Derecho y el fortalecimiento de los procesos de elección de representantes de los poderes legislativos y gobiernos locales.

Paralelamente a estos procesos, las organizaciones feministas y de mujeres plantearon la necesidad de incorporar una estrategia que permitiera la promoción de mujeres en espacios de decisión, en un tiempo en el que, se constataba la sub representación femenina y la ausencia de agendas de género. Para ello, exigen a los Estados, cumplir con la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) que fue adoptada por la resolución 34/180 de la Asamblea General de Naciones Unidas el 18 de Diciembre de 1979.

Fundamentalmente, se exhortaba a cumplir el artículo 4 de dicha convención donde se plantea: “la adopción por los Estados partes de medidas especiales de carácter temporal encaminadas a acelerar la igualdad de facto entre el hombre y la mujer no se considerará discriminación en la forma definida en la presente convención, pero de ningún modo entrañará, como consecuencia, el mantenimiento de normas desiguales o separadas; estas medidas cesarán cuando se hayan alcanzado los objetivos de igualdad de oportunidad y trato”3.

En el artículo 7 de la misma convención se plantea que “los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la vida política y pública del país y, en particular, garantizarán a las mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a:

3 Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW), Parte I Artículo 4.

2ANTECEDENTES

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a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles para todos los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas;

b) Participar en la formulación de las políticas gubernamentales y en la ejecución de éstas, ocupar cargos públicos y ejercer todas las funciones públicas en todos los planos gubernamentales;

c) Participar en organizaciones y en asociaciones no gubernamentales que se ocupen de la vida pública y política del país”4.

Los países de la región comenzaron el proceso de ratificación de dicha convención, en parte por las presiones internacionales y de los movimientos de mujeres y feministas, logrando la ratificación desde el año 1980 (Cuba el primero) hasta 1990 (Bolivia el último).

A partir de ello comenzó el debate sobre la incorporación en las legislaciones de la llamada “ley de cupo”, todo ello con un fuerte apoyo en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, donde en su plataforma de acción se exhorta a los países a “Adoptar medidas, incluso, cuando proceda, en los sistemas electorales, que alienten a los partidos políticos a integrar a las mujeres en los cargos públicos electivos y no electivos en la misma proporción y en las mismas categorías que los hombres”.

Asimismo, se planteó “Examinar el efecto diferencial de los sistemas electorales en la representación política de las mujeres en los órganos electivos y examinar, cuando proceda, la posibilidad de ajustar o reformar esos sistemas” y se emplazó a “Adoptar medidas positivas para conseguir que exista un número decisivo de mujeres dirigentes, ejecutivas y administradoras en puestos estratégicos de adopción de decisiones”5. En la Declaración del Milenio de la Organización de Naciones Unidas, se insta a los gobiernos a tomar medidas concretas para garantizar la participación de las mujeres en la política. En el Objetivo 3, “Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer”, el indicador para monitorear su cumplimiento es la proporción de puestos ocupados por mujeres en espacios de decisión.

En la Plataforma para la acción de Beijing, en uno de sus objetivos estratégicos, se expresa la necesidad de “adoptar medidas para garantizar a la mujer igualdad de acceso y la plena participación en las estructuras de poder y en la adopción de decisiones”.

Mediante las leyes de cuotas o acciones positivas, que consisten en fijar un porcentaje mínimo de representación femenina en los puestos de gobierno o en los partidos políticos, se trata de contrarrestar los obstáculos que enfrentan las mujeres para acceder a cargos con poder de decisión. Sobre estos temas volveremos más adelante.

4 Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW), Parte II artículo 7.5 IV Conferencia Mundial sobre la Mujer.

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Como se ha señalado anteriormente, las mujeres fueron actoras centrales en los principales actos fundacionales y refundacionales del Estado y de la sociedad boliviana. Esta participación no ha sido reconocida. A partir de la promulgación del voto universal6 de 1953 y la implantación de la democracia representativa en Bolivia en 1982, es mayor el reconocimiento, pero no es parte de la agenda del sistema político boliviano. Como ocurre en el último tiempo, se tiende a olvidar la memoria de la democracia y, especialmente la municipal que, en 2010, se deberían celebrar 25 años de su implantación en que por primera vez, se organizan elecciones municipales en las principales ciudades del país, por voto universal y una vez aprobada la Ley Orgánica de Municipalidades.

Como se ha mencionado, el inequitativo acceso a la representación política por parte de las mujeres, no se debe a la ausencia de vigencia de la democracia representativa o de mecanismos legales que impidan el mismo sino a la vigencia de una cultura política autoritaria y patriarcal de origen “occidental” o “ancestral originario” como se verá más adelante.

A partir de la vigencia del voto universal y las constituciones políticas del Estado aprobadas, se consagra la igualdad de sexos y se sanciona la discriminación de cualquier tipo. En lo posterior y en vías de superar “inequidades” existentes, se aprueban sendas normas destinadas a poner en vigencia la “igualdad de oportunidades”, e incluso, acciones afirmativas como aquellas aprobadas en 1997 que dictaminaba que “al menos” el 30% de mujeres debían ingresar en las listas para candidatos al Congreso Nacional, o aquella introducida en el Código Electoral de 1999 donde se garantizaba la igualdad y alternancia en las listas de candidatos en el ámbito local.

En las primeras elecciones nacionales de 1956 en que se ejerce el voto universal, Emma Gutiérrez de Bedregal y su suplente, Lidia Gueyler, son las primeras mujeres que acceden a la representación como diputadas por el departamento de La Paz, como se observa en el gráfico 1 y cuadro 1.

6 De acuerdo con la Constitución de 1945, las mujeres letradas pudieron acceder a la ciudadanía y ejercer el derecho a elegir y ser elegidas en elecciones subnacionales en municipios urbanos y que se hizo realidad en las realizadas en 1948 y 1949.

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Como se observa en el cuadro anterior, ni la Ley de reformas y la Complementación al Régimen Electoral, más conocida como la “Ley de Cuotas” de 1997, ni el mandato constitucional aprobado en 2009, han logrado que las mujeres en el país accedan a la representación de manera igualitaria y equitativa. En los años de democracia representativa y a partir del voto universal, el Congreso Nacional, ahora Asamblea Legislativa Plurinacional, no ha logrado cubrir con mujeres titulares electas, el número de escaños que elige en las legislaturas cuatrianuales. Es decir, 130 diputadas mujeres y 36 senadoras mujeres. Ello, al margen de cualquier patrón de hegemonía vigente.

A nivel de la representación local, el acceso de las mujeres no ha sido mejor que en el plano nacional como se ha demostrado ampliamente. Hasta las elecciones de 2004, las mujeres no

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habían superado el 20% de la representación local como concejalas titulares y no habían destacado el 5% de mujeres electas en los ejecutivos municipales, que en el periodo 2004-2009, alcanzó al número de 13 el cual levemente se elevó en el periodo preelectoral de 2010, debido a la renuncia de algunos alcaldes para habilitarse como candidatos a la reelección.

La participación de las mujeres en el nivel local, presenta enormes dificultades al margen de la acción institucional de ACOBOL y de la voluntad de las propias mujeres. Desde la implantación de la democracia representativa en el subsistema municipal en 1985, las mujeres no han superado el 20% como elegidas. Como se ha mencionado anteriormente, la democracia municipal se implantó en 1985 con la aprobación de la Ley Orgánica de Municipalidades. En aquel año se realizaron elecciones municipales después de casi cuatro décadas desde la última realizada en 1949 que se realizó a través de voto calificado y en vigencia de la democracia “censitaria”.

En la primera elección municipal realizada en 1985 y efectuada por voto universal y que abarcaba fundamentalmente a municipios urbanos y centrados en las capitales departamentales y El Alto, se eligieron 108 concejales y de los cuales, solo 20 eran mujeres, es decir, el 18.5%. Volveremos sobre esta cifra ya que aquella no cambió en lo fundamental, hasta 2010, pese a los procesos cualitativos y cuantitativos desatados a lo largo de 29 años de vigencia de la democracia representativa. En la práctica, hasta 1994 en que se promulga la Ley de Participación Popular, los municipios no estaban plenamente constituidos y delimitados. Aquellos estaban reducidos al ámbito urbano pese a que es en este periodo donde se constituyen más secciones municipales. Hasta entonces, 1994 en el campo, lo que se escogía en rigor, era al agente cantonal, cargo formal, sin ningún poder real.

En las primeras elecciones municipales realizadas en el país por voto universal, libre, individual, directo, obligatorio y secreto, los departamentos de Beni y Pando logran incorporar a un mayor número de mujeres en la representación local. Aun teniendo menos municipios que otros departamentos, en Beni y Pando más mujeres son electas en la representación local y, por el contrario, el departamento de Cochabamba que no elige a ninguna. Se trató de una primera elección donde el sistema político nacional comienza a adaptarse a una nueva modalidad de representación y al inicio de constitución de sistemas políticos locales.

En las elecciones de 1987, disminuyen aun más las mujeres en la representación local y sobre la base del mismo número de concejales electos. En esta elección, en tres departamentos del país, ninguna mujer es electa para la representación local. Se refiere a dos departamentos de tierras altas y uno del sur del país, ahora señalado como de tierras bajas. También cabe señalar que las elecciones municipales de 1987, se realizan, por primera vez, de manera no concurrente con las elecciones presidenciales nacionales, por su realización en periodos de cada dos años.

En la elección de 1989, hay un incremento de los/las concejales/as totales del país en un número poco significativo. Se pasa de 108 a 128 concejales. Sin embargo del incremento general, el número de mujeres concejalas, no varía significativamente y, se ratifica la ausencia de mujeres electas en el departamento de Chuquisaca y, sobresale La Paz, por la elección de 3. También cabe señalar que en esta elección, el departamento de La Paz está sobrerepresentado en relación a otros por el impacto de la ciudad de La Paz y El Alto. También como característica de esta elección, se debe mencionar que es la primera vez que las tierras altas eligen más mujeres concejalas que en las tierras bajas.

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En la elección de 1991, hay un incremento significativo del número de concejales/as totales del país. Por la Ley 1113 de 19 de octubre de 1989, se modifica el Art. 13 de la Ley Orgánica de Municipalidades. Esta Ley, solo se aplica en la elección de 1991 y determina que se elijan 13 concejales en capitales departamentales; 11 concejales en poblaciones de más de 100.000 habitantes; 7 concejales en capitales de provincia y en ciudades y poblaciones que cuenten con más de 10.000 habitantes y, finalmente 5, en las sesiones municipales. La promulgación de la ley anteriormente mencionada produce una enorme inflación de concejales en el país. Sin embargo de la ampliación de este número -2.643 concejales- la presencia de mujeres en la representación local, disminuye, porcentualmente, en relación a las dos anteriores elecciones ya que no se alcanza ni siquiera al 10% del total de electos. En esta elección destacan los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija que incluyen a más mujeres, otra vez, porcentualmente, que el resto de los departamentos.

Las elecciones de 1993, se rigen por el mismo patrón dictado por la Ley 1113 y el incremento de nuevas realidades territoriales, aumenta la cifra total de concejales. También en estas elecciones, se observa un leve incremento de mujeres en la representación local. Como en las anteriores elecciones, destacan el mayor número de mujeres en la representación local de la hoy llamada “media luna oriental”.

En esta elección, el incremento de la suma global de concejales llega a 2.787. En lo posterior, la Ley de Participación Popular, sancionada en abril de 1994, otorga una nueva racionalidad al territorio y, especialmente a los municipios rurales e intermedios del país. A partir de esta Ley se crean 314 municipios y se instituye la elección de 1.699 concejales.

Como ha sido ampliamente difundido, la primera elección con posterioridad a la Ley de Participación Popular y con el ejercicio de la ciudadanía electoral a los 18 años, fruto de una reforma constitucional de 1995 y mayor inclusión de los ámbitos rurales, no implican una mayor democratización en la apertura a las mujeres en cargos de representación local. Por el contrario, es la elección de menor presencia femenina en la representación municipal, desde que se impuso la democracia municipal en el país.

Las elecciones municipales de 1995, se realizan en el marco de la aplicación de la nueva racionalidad territorial, ejercicio de la ciudadanía electoral a partir de los 18 años y también, la Constitución establece que las elecciones municipales se realizarán por periodo de cinco años, al igual que las presidenciales.

En 1999, se introduce también una nueva reforma electoral establecida en la Ley 2006 –Ley de Municipalidades- en el Art. 9 que determina que “los concejales serán elegidos en proporción al número de habitantes de los municipios y el número máximo de once, de la siguiente manera: a) Población de hasta cincuenta mil, cinco concejales b) Por cada cincuenta mil habitantes adicionales o fracción, dos concejales hasta llegar al máximo establecido c) Las capitales del Departamento tendrán once concejales”. Este ordenamiento está vigente hasta la actualidad.

También se debe señalar que en estas elecciones se introducen las modificaciones de la Ley de Cuotas asumidas por la Ley de Municipalidades de 1999.

Las elecciones municipales de 2004, son cuantitativamente y hasta entonces, importantes en cuanto permiten que 343 mujeres lleguen a la titularidad de los respectivos concejos municipales. Es, además, la primera vez que se llega al 18.97% de la representación y se supera aquella alcanzada

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en la primera elección de 1985 que alcanzaba al 18.52% y, ello, al margen de los mecanismos y acciones afirmativas implantadas en el país, durante el actual proceso democrático7.

En suma, durante el periodo 1985-2004, la incorporación de mujeres en la representación política del nivel local, fue deficitaria y alcanzó al 20% de concejalas titulares. Las elecciones de 2010, sin lograr cumplir con el ordenamiento constitucional, son un avance significativo en la participación política de las mujeres en el nivel local. No ocurre lo mismo, con las elecciones nacionales y con las departamentales y regionales. El siguiente gráfico, es ilustrativo del avance de la representación política en el nivel local y entre 1993 y 2010.

Como se ha señalado, las elecciones de 2010, se realizan con un nuevo marco normativo constitucional y legal, expresado en la nueva Constitución Política del Estado que sanciona y garantiza la igualdad de género.

También, la nueva Constitución Política del Estado, aprobada por referéndum nacional, el 25 de enero de 2009, consagra un nuevo ordenamiento territorial incluido entre los Artículos 269 y 305. En sus treinta y seis Artículos, diseña la Estructura y Organización Territorial del Estado. Para efectos del presente trabajo, solo señalaremos los más importantes y con referencia a los temas que nos competen.

7 Mediante la modificación de la Ley de Reforma y Complementación al Régimen Electoral, conocida como Ley de Cuotas, se introdujo en 1997, la obligatoriedad de incluir, al menos, 30%. En 1989, se ratificó la Convención Sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, También, se promulga el DS 24864 para la Igualdad de Oportunidades entre hombres y mujeres y se aprueban tres planes que rigen las políticas públicas de equidad de género: el Plan Nacional de Equidad de Género, el Plan Nacional de Prevención y Erradicación de la Violencia en razón de género y el Programa de Reducción de la Pobreza Relativa a la Mujer. Actualmente se ha aprobado el Plan Nacional para las mujeres por parte del Viceministerio de Igualdad de Oportunidades.

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Así el Artículo 269, señala que: I Bolivia se organiza territorialmente en departamentos, provincias, municipios y territorios indígena originario campesinos.II. La creación, modificación y delimitación de las unidades territoriales se hará por voluntad democrática de sus habitantes, de acuerdo a las condiciones establecidas en la Constitución y la Ley.III. Las regiones formarán parte de la organización territorial, en los términos y las condiciones que determinen la Ley.

Asimismo, el Artículo 270, menciona que: Los principios que rigen la organización territorial y las entidades territoriales descentralizadas y autónomas son: la unidad, voluntariedad, solidaridad, equidad, bien común, autogobierno, igualdad, complementariedad, reciprocidad, equidad de género, subsidiariedad, gradualidad, coordinación y lealtad institucional, transparencia, participación y control social, provisión de recursos económicos y preexistencia de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, en los términos establecidos en esta Constitución.

También, el Artículo 272, define los alcances de la autonomía señalando que: La autonomía implica la elección directa de sus autoridades por las ciudadanas y los ciudadanos, la administración de sus recursos económicos, y el ejercicio de las facultades legislativa, reglamentaria, fiscalizadora y ejecutiva, por sus órganos del gobierno autónomo en el ámbito de su jurisdicción y competencias y atribuciones.

Otro aspecto importante está señalado en el siguiente Artículo 276: Las entidades territoriales autónomas no estarán subordinadas entre ellas y tendrán igual rango constitucional.

El Capítulo Cuarto, está destinado a la Autonomía Municipal y en el Artículo 283 dice: El gobierno autónomo municipal está constituido por un Concejo Municipal con facultad deliberativa, fiscalizadora y legislativa municipal en el ámbito de sus competencias; y un órgano ejecutivo, presidido por la Alcaldesa o el Alcalde.

El Artículo 284, señala que las concejalas y concejales son elegidas y elegidos mediante sufragio universal y el número de concejales electos.

El Artículo 285, menciona los requisitos de la elección, el periodo del mandato y la reelección por un periodo.

El Artículo 287, en su parte II, refiere que: La elección de las Asambleas y Concejos de los gobiernos autónomos tendrá lugar en listas separadas de los ejecutivos.

En el Capítulo Séptimo referido a la Autonomía Indígena Originaria Campesina, en el Artículo 289, define que: La autonomía indígena originaria campesina consiste en el autogobierno como ejercicio de la libre determinación de las naciones y los pueblos indígena originario campesinos, cuya población comparte territorio, cultura, historia, lenguas, y organización o instituciones jurídicas, políticas, sociales y económicas propias.

Los siguientes artículos muestran los alcances de la misma en torno a territorio, normas y cualidad

Artículo 290. I. La conformación de la autonomía indígena originario campesina se basa en los territorios ancestrales, actualmente habitados por esos pueblos y naciones, y en la voluntad de su población, expresada en consulta, de acuerdo a la Constitución y la Ley.

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II. El autogobierno de las autonomías indígenas originario campesinas se ejercerá de acuerdo a sus normas, instituciones, autoridades y procedimientos, conforme a sus atribuciones y competencias, en armonía con la Constitución y la Ley.

El Artículo 291. I. Son autonomía indígena, originario, campesinas los territorios indígena, originario, campesinos, y los municipios, y regiones que adoptan tal cualidad de acuerdo a lo establecido en esta Constitución y la Ley.

El Capítulo Octavo de la Constitución, marca la Distribución de Competencias, definidas en el Artículo 297 como privativas, exclusivas, concurrentes y compartidas.

Según el Artículo 302, son competencias exclusivas de los gobiernos municipales autónomos, en su jurisdicción, un total de 43 y las que le sean transferidas o delegadas. En contraposición, el Artículo 303, señala que La autonomía indígena originario campesina, además de sus competencias, asumirá las de los municipios, de acuerdo con un proceso de desarrollo institucional y con las características culturales propias de conformidad a la Constitución y a la Ley Marco de Autonomías y Descentralización. Asimismo, que la región indígena originario campesina, asumirá las competencias que le sean transferidas o delegadas. De acuerdo con el Artículo 304, Las autonomías indígena originario campesinas podrán ejercer 23 competencias exclusivas, 4 competencias compartidas y 10 competencias concurrentes.

Pero además del marco territorial, la NCPE, sanciona y garantiza la igualdad y equidad entre hombres y mujeres.

En suma, de la organización territorial del Estado, el nivel municipal está en desventaja en relación a otros.

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En Bolivia existen 337 municipios en los que se eligen, ahora directamente, alcaldes/as y donde se votan a 1.885 concejales/as titulares y en la misma cifra, suplentes. Otras fuentes oficiales, señalan que son 1.8318.

En la actualidad, la Constitución Política del Estado, en su artículo 284, establece que los concejales y las concejalas serán elegidos mediante sufragio universal, por un periodo de cinco años y se elegirán de acuerdo a lo establecido en el Código Electoral y el Régimen Electoral Transitorio, en listas separadas de las candidatas y los candidatos a alcaldesas y alcaldes, como lo establece el Artículo 287 de la Constitución Política del Estado.

El sistema empleado para la asignación de escaños es el de representación proporcional, utilizando la división de los números naturales (Ley 4021, Art. 71, y Reglamento para las Elecciones Departamentales y Municipales, Art. 27).

En el sistema de representación proporcional, los votos obtenidos por cada agrupación se dividen de forma correlativa entre 1, 2, 3, 4, 5, etc. Luego, los cocientes de estas divisiones se ordenan de mayor a menor y sirven para asignar los escaños proporcionalmente, de esta manera las agrupaciones que obtengan los más altos cocientes obtendrán más escaños.

Estos representantes serán elegidos de acuerdo al número de habitantes de los municipios según el Censo del 2001; y en número máximo de 11, de la siguiente manera (Código Electoral, Art. 94), como se ha señalado anteriormente.

• Enmunicipiosconhasta25.000habitantesseránelectos5concejalesoconcejalas.

8 Los datos oficiales de la OEP publicados en mayo de 2010.

3LAS MUJERES Y EL PODER LOCAL

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• Enmunicipiosconhasta50.000habitantesseránelectos7concejalesoconcejalastitulares.

• Enmunicipiosconhasta75.000habitantesseránelectos9concejalesoconcejalastitulares.

• Y en los municipios con más de 75.000 habitantes serán electos 11 concejales oconcejalas municipales titulares con sus respectivos suplentes.

La determinación de concejales/as a nivel nacional y de acuerdo a la reglamentación anterior es la siguiente y donde se consideran criterios de equidad territorial. La distribución esta reflejada en el cuadro 2.

La existencia de municipios en el país no está determinada por razones de población. La fragmentación territorial responde a otros criterios políticos y clientelares fundamentalmente. La mayor parte de ellos, se crearon durante el actual proceso democrático y sin respetar la Ley de Unidad Políticas Administrativas, UPAs. Así se tiene por ejemplo, que el departamento de La Paz, tiene 85 municipios frente a Santa Cruz, que tiene solo 56, con población más o menos equivalentes. Más inequitativo aún es el caso de Oruro y Tarija que, con similar población, el primero tiene 35, frente a 11 municipios de Tarija. También la inequitativa estructura territorial municipal, se expresa en el número de concejales/as departamentales que dice de su desigual e inequitativo ordenamiento territorial. En ese contexto, La Paz, es el departamento más sobrerepresentado, con el 24.2% de la representación nacional, mientras que Tarija, es el más subrepresentado, con el 3.8% de la representación nacional.

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Dentro de los 337 municipios mencionados anteriormente están incluidos, los 11 municipios que han optado por convertirse en autonomías indígenas originario campesino, de acuerdo a referéndum realizado, por esos municipios, en 2009. Pero existe una diferencia. Las autoridades electas, desempeñarán sus funciones de manera provisional hasta que sean reemplazadas por otras instituidas en los respectivos Estatutos de las Autonomías Indígena Originario Campesinas (Reglamento para las Elecciones Departamentales y Municipales, Art. 28). Los municipios indígenas originario campesinos por departamento, son los siguientes:

Como se observa en el cuadro precedente, la inmensa mayoría de municipios con estas características, están ubicados en tierras altas donde destacan los departamentos de Chuquisaca con tres, Oruro con cuatro, La Paz con dos y Potosí con uno. Entre los departamentos de tierras bajas, sólo Santa Cruz alberga un municipio localizado en Charagua, provincia de Cordillera. Los departamentos de Cochabamba, Tarija, Beni y Pando, no tienen ninguno pese a que en su territorio, albergan a la mayor parte de las nacionalidades originarias reconocidas por la Constitución Política del Estado.

Concejalas Titulares en los Municipios con Autonomías Indígenas

En los 11 municipios indígenas se eligieron un total de 55 Concejales (las) Titulares, de este total, 23 son Concejalas (43%). Si se compara este porcentaje con la representación nacional, en ambos casos alcanza al 43% de presencia femenina en los Concejos Municipales. En ninguno de ellos, se eligió a una alcaldesa.

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Composición del Concejo Municipal en los 11 Municipios con Autonomías Indígenas

La representación de las mujeres en estos concejos llega al 43%, frente a un 57% de participación masculina. Los datos muestran que los municipios con mayor representación son: Charazani y Villa Mojocoya con un 60%. Los demás municipios reflejan en su mayoría un 40% de representación, con excepción de Chayanta que solamente muestra un 20% de representación femenina en el Concejo, como se observa en el gráfico 3.

Concejalas Titulares Elegidas por Organización Política

En los Municipios Indígena Originario Campesinas, no rigió el mandato constitucional de elección de candidatos (tas), que expresa: “de acuerdo a sus normas, instituciones, autoridades y procedimientos,

Representación de Concejalas Titulares a Nivel Nacional

No. Concejalas

Titulares

786 43% 43%23

No. Concejalas

Titulares

Porcentaje deRepresentación

Porcentaje deRepresentación

Representación de Concejalas Titulares en Municipios con Autonomías Indígenas

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conforme a sus atribuciones y competencias, en armonía con la constitución y la ley”; sino que fueron los partidos políticos, quienes determinaron los (las) candidatos (tas), y por ende a los (las) ganadores (ras), tal como lo muestra el gráfico 4.

3.1. LAS ELECCIONES DEL 4 DE ABRIL

Son varias las normas que regularon el procedimiento, el desarrollo, la vigilancia y el control del proceso electoral del 4 de abril de 2010. Entre las principales, se señalan las nuevas y las viejas y que expresan la transición de la reforma política que se está operando en el país. Aquellas son:

1. La Constitución Política del Estado (aprobada mediante referéndum del 25 de enero y promulgada el 7 de febrero DE 2009).

2. La Ley del Régimen Electoral Transitorio (Nº 4021 del 14 de abril de 2009).

3. El Código Electoral.

4. La Ley de Convocatoria a Elecciones Regionales de enero de 2010.

5. La Ley de Convocatoria a Asambleístas regionales de la región Autónoma del Chaco Tarijeño, Ley 002 de 5 de febrero de 2010.

6. La Ley de Partidos Políticos.

7. La Ley de Agrupaciones Ciudadanas y Pueblos Indígenas.

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8. La Ley de Municipalidades.

9. El Reglamento para las Elecciones Departamentales y Municipales del 4 de abril de 2010 aprobado mediante resolución Nº 045/2010 de el Órgano Electoral Plurinacional el 16 de enero de 2010 y elevada a rango de Ley (Ley 002 de 5 de febrero de 2010).

10. Las directivas emitidas por el Órgano Electoral Plurinacional para la ejecución del proceso.

En las elecciones del 4 de abril pasado, se eligieron a cinco autoridades, dos municipales y tres departamentales en cada uno de los municipios. La duración del mandato de las autoridades electas, será de cinco años. En total se contabilizan alcaldes de 337 municipios, 1.831 concejales –dependiendo de las fuentes-, 9 gobernadores y consejeros departamentales –en número determinado por cada departamento-, además de autoridades indígenas originario campesino en los departamentos con municipios de esas particularidades.

Las características y preferencia de emisión del voto válido fue el voto vertical, el voto cruzado, voto en blanco y voto nulo.

El padrón electoral boliviano bordea los cinco millones de electores y las mujeres, según el Órgano Electoral Plurinacional, sobrepasan a los hombres por 96.324 electoras. En cuanto a la distribución por género, las mujeres representan el 50,95 por ciento del total de ciudadanos habilitados, mientras que los varones llegan al 49,05 por ciento.

La distribución por grupos de edades dentro del Padrón muestra que los ciudadanos jóvenes, cuyas edades van de los 22 a 30 años, constituyen el grupo mayoritario con 1.279.152 habilitados, lo que representa el 25,28 por ciento del total. Le siguen los ciudadanos comprendidos entre los 31 y 40 años con 1.118.475 habilitados, lo que representa el 22,10 por ciento del total.

En abril pasado, efectivamente votaron 4.401.235 personas y representó el 87% del total de 5.059.394 electores habilitados.

En el marco del Régimen Electoral Transitorio (RET), Ley 1420, y el reglamento emitido por el OEP, se trató de allanar los vacios del RET para que los potenciales votantes, eligieran a alcaldes y concejales en una papeleta y, en otra a Gobernador y Consejeros Departamentales por Territorio y Población.

En el caso de las mujeres, el reglamento, en concordancia con la Constitución Política del Estado, estipula en su Art. 6, parágrafo II lo siguiente:“En los casos de la elección de una sola candidatura en una circunscripción, la igualdad y alternancia de género se expresará en titulares y suplentes, debiendo incluir en el total de dichas circunscripciones a por lo menos el 50% de candidatas mujeres en puestos titulares.”

Esto significaba que los partidos y agrupaciones ciudadanas debían respetar la paridad en el conjunto de candidaturas titulares tanto locales como departamentales, pero especialmente aquellas nominaciones por territorio (provincia) a la Asamblea Departamental, que se elegiría.

El seguimiento realizado por ACOBOL y organizaciones sociales y políticas de mujeres a las listas presentadas y aprobadas por la Corte Nacional Electoral –ahora Organismo Electoral

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Plurinacional, OEP- mostró que este principio no fue cumplido por ninguno de los partidos y agrupaciones ciudadanas e indígenas, como muestra la lista de candidatos/as y, más aún, los resultados. La imposibilidad de hacer cumplir sus propios instrumentos legales por parte de la OEP, evidenció fallas de procedimiento por parte del máximo organismo electoral y cuarto poder del Estado el que omitió el cumplimiento del referido Art. 6 y tampoco actuó con posterioridad al evento electoral y, en los hechos no se sancionó a ningún partido político o agrupación ciudadana por tal incumplimiento.

Esta ausencia de garantía para el cumplimiento constitucional, se reflejó en el escaso número de mujeres candidatas, especialmente en las listas de candidaturas departamentales territoriales que solo ascendieron al 20% y a 7% en las de gobernaciones, hecho que tuvo consecuencias importantes en los resultados finales.

En efecto y con complicidad de todo el sistema político y, especialmente de el Órgano Electoral Plurinacional, los partidos políticos y agrupaciones ciudadanas e indígenas no cumplieron con la inclusión de 50% de mujeres en las listas de candidaturas titulares, principalmente en lo que respecta a las candidaturas para Asambleístas por territorio y a las de gobernación, aunque también esta observación y en menor medida, se aplica para las candidaturas municipales, vulnerando lo dispuesto en la Constitución Política del Estado, en la Ley de Régimen Electoral Transitorio (LRET) y en el Reglamento para las Elecciones Departamentales y Municipales.

Este incumplimiento de la legislación auguró la escasa elección de mujeres en la representación política departamental que ahora señalamos. Las candidaturas departamentales carecieron de rostro femenino y el resultado, no se hizo esperar. El sistema político, no considera “aptas” a las mujeres para otorgarles la responsabilidad de dirigir la gestión política y la gestión de políticas públicas de un departamento.

En efecto, como se puede observar en todos los casos de las asambleas departamentales, las mujeres acceden a candidaturas a suplencias con escasa posibilidad de alguna vez, ser titulares. En menor medida, lo mismo ocurre con las suplencias en el caso del concejo municipal, como se verá en lo posterior.

En resumen, la síntesis estadística de los datos de Asambleístas departamentales por territorio de todos los departamentos reflejaba ya que las mujeres, una vez más, fueron limitadas a cumplir el rol de suplentes en las candidaturas: 80% de puestos suplentes en las listas de asambleas territoriales fueron ocupadas por ellas, mientras que el 80% de los titulares correspondió a los hombres. De esta manera, las mujeres tuvieron limitaciones y restricciones y fueron excluidas de la posibilidad de acceder a puestos decisivos y con lo cual se incumplió con su derecho a la participación política equitativa como establece la Constitución Política del Estado.

También, cabe señalar que sólo el 7% de mujeres fueron candidatas para gobernaciones. Es decir que de 45 postulantes, sólo 3 (7%) fueron mujeres. Todas las candidaturas titulares para el puesto de Gobernador o Gobernadora de las listas de partidos y agrupaciones de Pando, Tarija, La Paz, Chuquisaca, Potosí y Oruro son ocupadas por hombres (29 candidaturas en estos departamentos). En Cochabamba, Santa Cruz y Beni existe únicamente 1 mujer por lista (3 en total, con una gran diferencia en relación a las 16 candidaturas masculinas en esos departamentos) y con lo cual, se incumplió con la normativa emanada de la OEP y señalada anteriormente. A su vez, el artículo 9 de la Ley de Régimen Electoral Transitorio es bastante claro al mencionar que “Las listas de

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candidatas y candidatos a (…) Asambleístas Departamentales, deberán de respetar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, de tal manera que exista un candidato titular varón y enseguida una candidata titular mujer, una candidata suplente mujer y un candidato suplente varón, o viceversa”.

En cuanto a la representación política relacionada con el análisis de las listas de candidaturas departamentales por población mostró importantes avances hacia la paridad donde se alcanzó un 48% de candidatas mujeres en los 7 departamentos que tienen esta modalidad de elección -los departamentos de Pando y Beni sólo eligen a sus representantes por territorio-. Sin embargo, la paridad en la presentación de candidaturas sólo se cumplió a cabalidad en el departamento de La Paz donde efectivamente se presentaron al 50% candidatas mujeres y 50% hombres para asambleístas por población. En el resto de los departamentos los porcentajes oscilan entre el 43% (Chuquisaca) y 49% (Pando).

En suma, en las elecciones de abril de 2010, se eligieron a las siguientes autoridades ejecutivas departamentales:

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También en el caso de la representación departamental, existe una fuerte inequidad en la representación tanto territorial como por población. La representación a la asamblea departamental por población oscila entre los distintos departamentos. Los resultados para las mujeres fueron negativos en general, como se muestra en el cuadro 5.

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Sin embargo, de los resultados desventajosos para las mujeres en los que se obtienen el 39.5 por ciento, estos son más significativos que aquellos obtenidos para la asamblea departamental por territorio. En esta elección y a diferencia de otros resultados, la media luna oriental, ostenta bajos resultados para mujeres con la excepción de Tarija, departamento que obtiene los mejores resultados electorales nacionales en esta categoría con el 46.7%.

El cuadro 6 muestra los resultados obtenidos para la Asamblea Departamental y representación por territorio.

La representación departamental por territorio ante la Asamblea es mayoritariamente favorable a los hombres que obtienen el 82.1% de la titularidad, frente al 17.9% de las mujeres. También en el caso de las suplencias las mujeres son desfavorecidas en tanto, solo logran el 76.4% de la representación.

En relación a las gobernaciones, todas fueron concedidas, de acuerdo a la elección, a candidatos hombres, por lo que no se requiere mostrar los resultados a través de un cuadro.

3.2. LOS RESULTADOS LOCALES

Los resultados electorales realizados en abril pasado, muestran que en los 337 municipios existentes, se eligieron a 22 alcaldesas por el voto directo ciudadano. Esto significa el 7% del total de alcaldes elegidos. En relación a las elecciones municipales de diciembre de 2004, existe un avance del 40%, pues en ese año las burgomaestres favorecidas por el voto –entonces indirecto- fueron sólo 14. Pese al número de alcaldesas electas, ello no significa avance ya que hasta la última elección, ya existía un número similar de mujeres en ejercicio del ejecutivo municipal.

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En efecto, como se ha señalado ya en otros trabajos, una vez más se reitera las constantes que se han observado en el periodo democrático y la representación política y que refieren a las siguientes:

1. La mejor representación política de las mujeres están ubicadas en la media luna oriental.

2. Los municipios más urbanos ostentan los mayores niveles de representación femenina

3. Los municipios más pobres, tienden a excluir a las mujeres de la representación mientras los que expresan más desarrollo humano, otorgan más “igualdad de oportunidades” para las mujeres en el acceso a la representación

El siguiente gráfico es ilustrativo de lo afirmado líneas arriba:

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Los siguientes gráficos también muestran los niveles de acercamiento a la equidad en la representación en las ciudades capitales y El Alto.

En efecto, el comportamiento electoral de las ciudades capitales, y de la ciudad de El Alto, estuvo muy cercano a la equidad.

En 9 de los 10 Concejos la representación es de 5 concejalas frente a 6 concejales. En el caso de Oruro, la representación es inversa 6 a 5.

Las elecciones más significativas están relacionadas con dos alcaldesas ganadoras en capitales departamentales -Cobija y en Oruro- y en las listas del Movimiento al Socialismo y el Movimiento Sin Miedo, respectivamente, primera y segunda mayoría electoral a nivel nacional. En Cobija (Pando) Ana Lucía Reis, del MAS, la alcaldesa electa ganó con el 54% de la votación, mientras que en Oruro, Rocío Carolina Pimentel, del MSM, fue electa como alcaldesa con el 39% del voto ciudadano.

A nivel departamental, La Paz, por el nivel de sobrerepresentación municipal que ostenta, registra el mayor número de alcaldesas electas, donde 6 de 21 candidatas fueron ganadoras. Las seis alcaldesas paceñas, representan sólo el 7.1% de los 85 municipios existentes en el departamento. También cabe señalar que Soledad Chapetón, candidata de Unidad Nacional y en el Municipio de El Alto, obtuvo una alta votación que la ubicó en segundo lugar. Similar situación ocurrió con Elizabeth Salguero, como candidata del Municipio de La Paz.

Los municipios que eligieron una Edil municipal son: Santiago de Huata, Comanche, Pelechuco, Taraco, Calamarca y San Pedro de Tiquina; todos municipios pequeños que eligen solo a cinco concejales/as. A La Paz, le siguen los departamentos de Oruro y Pando con cuatro. En tercer lugar, Santa Cruz, con tres alcaldesas electas cada uno.

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En Pando las alcaldesas electas están en: Cobija, Puerto Rico, y Nueva Esperanza. Este número representa el 20% del total a nivel departamental, considerando que aquí existen 15 municipios. Las alcaldesas son Ana Lucía Reis, Rita Modesta Rueda Garzón, Margarita Jiménez Aramayo, respectivamente.

En Oruro, se eligieron a cuatro alcaldesas ubicadas en los municipios de Oruro ciudad, Corque, Escara y Belén de Andamarca. Ellas son Rossío Carolina Pimentel Flores, Jacquelin Marlene Choque Alá, Betty Zenteno Tito y Catalina Soto Huanca, respectivamente.

En Santa Cruz las alcaldías comandadas por mujeres son: Fernández Alonso, Cuatro Cañadas y Ascensión de Guarayos. Las tres alcaldesas representan el 5.4% de los 56 municipios que hay en este departamento. Ellas son Angelina Vargas Ferrufino, Dominga Fernández Magallón y Élida Urapuca Ariori, respectivamente.

En cuarto lugar, con dos alcaldesas electas por departamento, se encuentran Beni, Cochabamba, y Potosí.

En Beni, de los 19 municipios que hay en el departamento, los dos que están al mando de alcaldesas electas son Loreto y San Ramón. Ellas son Gaby Vania Balcázar Ribera y Margoth Arriaga Damm, respectivamente. Ambas con trayectorias de mujeres en la representación local.

En Cochabamba, se trata de los municipios de Pasorapa y Toco, donde fueron electas dos mujeres como Ejecutivas municipales. Ellas son Cintia Guisela Ávila Rojas y Jannedt Flores Ferrufino, respectivamente. Las dos alcaldías representan el 4.2% de un total de 47 municipios.

En Potosí fueron electas dos alcaldesas en las localidades de Tomave y Tahua. Ellas son Judith Carmen López y Felicida Flores Condori, respectivamente.

Por último, se ubican los departamentos de Chuquisaca y Tarija, con una alcaldesa electa por departamento. La alcaldesa de Tarija fue elegida en el municipio de Yunchará y se trata de la nueva burgomaestre Gladis Valentina Alarcón Farfán; mientras que en Chuquisaca se trata de Noemí Sara Echalar Aramayo, electa en Camargo.

Por organización política, los resultados también dan cuenta de que es el MAS el partido que registra la mayor cantidad de alcaldesas: 18 de las 25 electas, lo que significa el 76%. Consenso Popular, apoyó a que fueran electas, tres alcaldesas en Pando.

Con una alcaldesa cada uno, a Consenso Popular, le siguen: el Movimiento Sin Miedo, el Consejo de Ayllus Taraku Marca, CAOTM, el Pueblo Unido, PUN, Primero el Beni. El cuadro 7 ejemplifica los triunfos por departamento.

También, como se señaló anteriormente, en la misma fecha se eligieron autoridades municipales en los once municipios de autonomías indígenas originarios campesinas, en los cuales ninguna mujer fue electa como autoridad edil. Las concejalas titulares que se eligieron en número de cinco por cada municipio, fueron electas como titulares, 23 concejalas y 26 suplentes. Los asambleístas por territorio, dentro de las circunscripciones indígenas originarias campesinas, correspondió la titularidad a los varones, como se observa en el cuadro 8.

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Elección de concejales/as

Como se ha mencionado, los concejales/as fueron elegidos de conformidad al número de habitantes de los municipios y en número máximo de once (11) y un mínimo de cinco (5) como ordena el Código Electoral.

Los gobiernos municipales de las nueve capitales de departamento de todo el país eligieron un total de once (11) concejales/as, al margen de la población que tengan.

Los/as concejales/as son elegidos en votación universal, directa y secreta por un periodo de cinco años, siguiendo el sistema de representación proporcional.

La OEP todavía no ha presentado los datos desagregados por sexo de las y los concejales/as. Los cuadros que se presentan han sido elaborados manualmente sobre datos parciales, por lo cual se sugiere tomarlo con las precauciones pertinentes. Así se tiene que un análisis pormenorizado de los datos oficiales, muestran ausencias de algunos concejales que, como se mencionó, el número mínimo es de cinco. En muchos casos, también se observa la ausencia el número completo de suplentes, para citar algunos ejemplos.

Cabe señalar también que si bien existe consenso sobre el número de municipios y, por tanto, de alcaldes que se eligen en el país, no ocurre lo mismo sobre el número de concejales/as a nivel nacional y departamental. Los datos oficiales, por ejemplo, en muchos municipios, no consignan el número establecido de concejales/as, entre sus resultados oficiales. Unas fuentes señalan la existencia de 1885, mientras que otros afirman que serían 1831 concejales/as en total. Tomamos la última cifra por ser la publicada oficialmente por el Órgano Electoral Plurinacional. Hecha la aclaración, se presentan los resultados. Una vez más, se constata que las “tierras altas”, pese a estar sobrerepresentadas en relación a su población –el departamento de La Paz, por ejemplo, tiene casi el 25% de la representación local nacional-, eligen a menos mujeres como representantes locales o departamentales. Chuquisaca siempre fue un caso atípico.

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Los datos anteriores muestran la necesidad de reformar el sistema electoral para que efectivamente el sistema electoral exprese la conversión de votos en escaños de la manera más transparente y equitativa la realidad territorial, social y donde las mujeres estén efectivamente mejor representadas.

Como se señaló anteriormente, las elecciones de abril de 2010, en su expresión municipal, han significado un avance importante en relación a las anteriores realizadas en el actual proceso electoral. En efecto, después de 25 años de democracia municipal, solo en estas elecciones se consiguió elegir al mayor número de representantes locales desde la vigencia del voto en elecciones locales. Los resultados constituyen un salto cualitativo que las mujeres deben conservar y profundizar. Los datos oficiales consignan los siguientes resultados:

Como puede observarse, los datos no consignan la totalidad de concejales/as electos. Es preciso que las instancias asociativas, trabajen en la generación de información desagregada por sexos que permitan análisis más rigurosos. Sin embargo de la parcialidad de los datos, se puede observar que el departamento de La Paz, es el que menos concejalas elige, pese a la sobrerepresentación que ostenta, le sigue, Tarija, Chuquisaca y Potosí. Como ha ocurrido en anteriores procesos electorales, la “media luna oriental”, presenta comportamiento electoral más equitativo e igualitario en relación a la elección de mujeres. Destacan en este contexto, Pando que elige a más mujeres que hombres como concejalas titulares y entre la que se incluye la alcaldesa de la ciudad capital y Beni que elige a 55 alcaldesas y a 56 alcaldes. Es decir que Pando y Beni, son en los hechos, los departamentos que cumplen efectivamente con el mandato constitucional y el ordenamiento legal. Le sigue Oruro que ya había expresado comportamientos electorales tendientes a la equidad en anteriores elecciones. En esta oportunidad, elige al 46.5 % de sus representantes locales del sexo femenino.

Como ha ocurrido en procesos electorales anteriores, la media luna oriental presenta las mayores cifras de autoridades femeninas electas. Sin embargo, en esta oportunidad, llama la atención que Santa Cruz, no se aproxime a los resultados obtenidos en Beni y Pando, por ejemplo.

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También, la información preliminar muestra que, como se ha reiterado en anteriores elecciones, las mujeres, ocupan preferentemente las suplencias con lo cual, tienen escasas posibilidades de ejercer la titularidad del mandato. Sin embargo de lo señalado anteriormente, la alternancia, aunque esta sea subordinada, ha sido, de lejos, más respetada que en anteriores elecciones. En los hechos se trata de un 43% de mujeres electas frente a un 57% de los hombres, con lo cual hay un incremento de más del doble en relación a concejalas electas, por ejemplo en 2004. Asimismo, en las elecciones locales, la cuota ha sido más respetada en relación con las elecciones departamentales. Para ello, han sido absolutamente importantes las acciones de representación, incidencia y cabildeo llevadas adelante por las organizaciones sociales, políticas y asociativas de mujeres frente al Estado y la sociedad, tanto como frente a la Corte Nacional Electoral ahora Órgano Electoral Plurinacional.

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QUIENES SON LAS ELEGIDAS Y QUIENES LAS PROMUEVEN

Cuantitativamente, el Movimiento al Socialismo, MAS-IPSP, ganó en la mayoría de los municipios del país, habiendo obtenido el 50% de los votos, pero más el 73% de la representación local. Le sigue el Movimiento Sin Miedo, MSM, con el 14%, pero con el 5% de la representación y el Movimiento Verde con 12%, Unidad Nacional. Los resultados finales dan al Movimiento al Socialismo, victoria en más de 200 municipios; al Movimiento Sin Miedo en 22 y al Movimiento verde en 14. Las victorias de los verdes están localizadas en el departamento de Santa Cruz. El resto de alcaldías fueron ganadas por agrupaciones ciudadanas sin alcance regional. En suma, el Movimiento al Socialismo ratifica su condición de partido mayoritario y nacional tanto como el Movimiento Sin Miedo y Unidad Nacional que también son nacionales, pero minoritarios en relación al MAS. Como se mencionó anteriormente, el MAS es el partido, por su condición de mayoritario, que promovió a más mujeres en sus listas. Es una asignatura pendiente, el analizar quienes son las electas, situación que se conocerá a través de información cualitativa. En todo caso, por la información de prensa, las mujeres electas ostentan la condición de militantes y de invitadas por los respectivos partidos.

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De las 22 Alcaldesas electas, 16 pertenecen al MAS, lo cual representa el 73%. Con 2 representantes (4%) resalta la agrupación ciudadana Consenso Popular (CP) y finalmente, se encuentran: el Movimiento sin Miedo (MSM), Consejo de Ayllus Taraku Marca (CAOTM), Pueblo Unido (PUN) y Primero el Beni (PRIMERO), con una alcaldesa respectivamente y como se observa en el gráfico 9.

ALGUNOS PERFILES DE ALCALDESAS

Hasta la actualidad ha sido difícil conseguir la información relacionada con las 22 alcaldesas electas, al margen de los municipios por los que asumieron como ejecutivas municipales. Mencionaremos algunas sobre las que existe información y están relacionadas con aquellas que fueron electas en las ciudades capitales de departamento. Las restantes han sido electas en municipios pequeños y todo indica que no tenían un liderazgo que trascendiera el espacio local. Para evitar la discriminación por origen, se continúa con la investigación de sus respectivas historias de vida y ciclos vitales por los cuales transitan.

La PazBlanca Rosa Rovira Miranda, Municipio Santiago de HuataMicroempresaria

Mónica Betzabe Paxi Ríos, Municipio ComancheNo existe información, ni referencias.

Delia Valencia Arenas, Municipio PelechucoNo existe información, ni referencias.

Virginia Lecoña Alejo, Municipio TaracoNo existe información, ni referencias.

Nelly Rodriguez, Municipio San Pedro de TiquinaEx concejal del municipio de Tiquina, según ella fue designada “por las bases” para que sea la candidata a una concejalía en su municipio.

CochabambaCintia Guisela Ávila Rojas, Municipio PasorapaNo existe información, ni referencias.

Jannedt Flores Ferrufino, Municipio TocoNo existe información, ni referencias.

PotosíFelicidad Flores Condori, Municipio TahuaForma parte del Movimiento al Socialismo desde su primera gestión de gobierno.

Judith Carmen López, Municipio TomaveJudith Carmen López tiene 36 años de edad, dentro de su formación ha obtenido el título de Secretariado Médico Ejecutivo. Inició su actividad política el año 2002, como Promotora Municipal del PADEM en el municipio de Tomave; el año 2005 fue elegida como Secretaria General de la Federación Sindical Única de Mujeres Campesinas del Sud Oeste “FSUMCAS”, desde entonces ha ido apoyando la gestión del Movimiento al Socialismo y brindando el apoyo al Presidente Evo Morales.

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Durante la gestión 2007 -2008 se ha desempeñado como secretaria y coordinadora de la Brigada Parlamentaria. En la gestión 2009 ha trabajado como asistente administrativa de los Recursos Evaporíticos en COMIBOL.

Ha sido elegida mediante voto directo en la modalidad de voto secreto como candidata para alcaldesa en un ampliado del MAS, en el que han participado los 12 cantones del municipio de Tomave.

TarijaGladis Valentina Alarcón Farfán, Municipio YuncharáAbogada titulada de la Universidad Mayor y Autónoma Juan Misael Saracho de Tarija, fue invitada por el Movimiento al Socialismo para su postulación, es su primera incursión en el espacio político, tiene dos hijos, nació el 5 de abril de 1973.

Santa CruzÁngelina Vargas Ferrufino, Municipio Fernandez Alonzo Abogada y comunicadora social de profesión, con 39 años de edad, es casada y madre de familia, productora de caña de azúcar, fue Oficial Mayor de Administración del Gobierno Municipal de Fernández Alonzo, empezó a trabajar en la Defensoría de la Niñez y Adolescencia y el SLIM en el mismo municipio, fue candidata a la Asamblea Constituyente (suplente), actualmente es alcaldesa del municipio Fernández Alonzo.

Dominga Fernández Magallón, Municipio Cuatro CañadasTécnico superior en Agropecuaria, Universidad Católica Boliviana de Santa Cruz, tiene 38 años de edad, es casada, madre de familia, antes de ser alcaldesa, asesoró a los pequeños agricultores de éste municipio en la ONG Oficina de Asistencia Social de la Iglesia Católica Nacional (OASI), ocupó el cargo de Extensionista Agrícola en Plan Internacional, se incorporó a la actividad política por las demandas y necesidades de las comunidades más alejadas de su municipio en el que actualmente funge como primera autoridad del municipio de Cuatro Cañadas.

Élida Urapuca Ariori, Municipio Ascensión de GuarayosRepresentante de la Central de Organizaciones de los Pueblos Nativos Guarayos (COPNAG), Técnica Superior en Contaduría General, estudios realizados en la población de Ascensión, tiene 34 años de edad, es casada, prontamente madre de familia, ha realizado un curso presencial sobre Derechos en América Latina de Pueblos Indígenas, auspiciada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, fue acreedora de una beca por ésta organización desde octubre 2006 hasta enero 2009, el curso fue efectuado en España, Suiza Ginebra y en Nueva York – Estados Unidos. Estos estudios fueron realizados por ser dirigente indígena de la CIDOC. Antes de ser alcaldesa fue dirigente regional de la Central de la Organización de los Pueblos Nativos Guarayos, actualmente asiste a reuniones y actividades políticas de las organizaciones de los pueblos indígenas “…para socializar y compartir experiencias y conocimientos, siendo que son espacios políticos y estratégicos para continuar aprendiendo…” como indicó textualmente.

BeniGaby Vania Balcázar Ribera, Municipio LoretoEx concejal municipal de Loreto.

Margoth Arriaga Damm - Municipio San RamónAsumió la función de Alcaldesa Municipal del Municipio de San Ramón – Beni por la gestión 2000 – 2005, entre el 2000 – 2001 formó parte del directorio de la A. M. B. Asociación de

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municipios de Bolivia, el 2002 recibió una plaqueta de reconocimiento de UMOPAR NACIONAL en Chimoré Chapare, por el apoyo a la institución donando terreno para la construcción de un cuartel en el municipio de San Ramón y de esa forma luchar contra el narcotráfico, asistió al encuentro BI NACIONAL RONDONIA – BENI RUMBO AL PACÍFICO en Costa Marqués – Brasil.- en el que se trató de la aproximación comercial e integración inter – oceánica en busca de mecanismos que viabilicen su ejecución, facilitando la integración comercial. Ejecución de los tratados internacionales ya acordados, en el tratado de Petrópolis., el 2003 apoyó al municipio de San Ramón con el proyecto “Apoyo a la Productividad de Cultivos de Plátano” iniciándose como primer municipio productivo en el departamento, financiado por la Fundación Trópico Húmedo” de Montero del departamento de Santa Cruz, obteniendo el segundo lugar en el Beni en la presentación de Experiencias de trabajo, entre el 2002 – 2004.- formó parte del directorio de AMDEBENI, Asociación de Municipios del Beni, en la función de Vicepresidenta, participó en ese periodo del primer Congreso Latinoamericano de ciudades y gobiernos locales EXPERIENCIA AMERICANA convocado por la FAM - Bolivia, Federación de Asociación de Municipios de Bolivia realizado en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, organizó y presidió la Mancomunidad Mamoré (M.M.) ubicada en la provincia de Mamoré en el departamento Beni. Tambien fue invitada en representación de su municipio por la CONGI Coordinadora de ONGs. En el ámbito Municipal, “EL ROL DE LAS ONGs EN EL AMBITO MUNICIPAL”, habiéndose seleccionado y destacado por una brillante gestión en relación a otros municipios del departamento, asistió a dos congresos de ACOBOL representando al Beni uno en Sucre y el otro en Cochabamba.

El 2006, asumió el cargo de Diputada Nacional y entre el 2006 – 2007 fungió como Secretaria del Comité de Género y Asuntos Generacionales de la H. Cámara de Diputados, entre el 2007 – 2008, fue responsable de las actividades de UMPABOL, Unión de Mujeres Parlamentarias de Bolivia en el departamento del Beni, fue Vocal de la Comisión de Política Social de la H. Cámara de Diputados. El 2009 fue Vocal de la Comisión de Desarrollo Sostenible de la H. Cámara de Diputados ese mismo año, asistió a un Congreso Internacional en Londres convocado por el Leader Ship Institute, en la cual recibió capacitación para captar recursos y cumplir sus objetivos personales, institucionales y Políticos. Actualmente, asumió nuevamente el cargo de Alcaldesa del Municipio de San Ramón.

PandoAna Lucía Reis Melena, Municipio CobijaNació el 17 de julio de 1970 en Porvenir, Pando. Es casada. Tiene cuatro hijos. Tiene una amplia carrera profesional, política y social. Es Administradora de Empresas hotelera desde el 2000. Presidió la Organización de Administración de Empresas de Pando; Organización Mundial Hotelera; Organización de Mujeres Parlamentarias de Bolivia; Asociación de Mujeres Parlamentarias de Bolivia y la Liga Interparlamentaria.

Boliviano-Brasileña. Además, ejecuta proyectos de salud de lucha contra el cáncer de cuello uterino que los relanzará como alcaldesa. Es conocida como una mujer bastante emprendedora y dinámica.Desde 2006, trabaja con el partido oficialista. fue diputada uninominal por el MAS, y anteriormente, entre 2002 y 2005 lo fue por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Formó parte del comando de campaña de Gonzalo Sánchez de Lozada en su departamento, que posteriormente permitió la victoria del ex Presidente en 2002, y cuatro años después fue invitada al MAS.

Ana Lucía Reis tiene como objetivo de su gestión “Buscar el diálogo con la oposición”. Fue electa con el 53 por ciento de la votación. En su gestión está segura de que habrá diálogo. No tiene ni tendrá ningún conflicto con los concejales, sin importar de qué partido sean. Considera que tendrá

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apoyo del Gobierno ya que viene trabajando con el MAS, por Cobija, con el ex alcalde Luis Flores (asumió el cargo por vacancia de Luis Becerra), que trabajó a favor del Gobierno desde 2006. Es una lidereza social y política. Es la primera alcaldesa electa en la historia de Cobija aunque en la década de 1980, Nelly Viera de Maradey ocupó el cargo de alcaldesa pero no fue elegida por votación. Quiere un departamento donde los esposos apoyan a las mujeres para que estudien, se superen y donde exista igualdad. Entre las primeras obras y tareas que realizará, esta el dotar de agua potable, ya que sólo el 30 por ciento de los barrios de Cobija tiene agua y otros sólo tienen entre dos y tres veces al día y un hospital de tercer nivel. También apoyará a la economía y al turismo. Cobija es el mayor exportador de castaña en el mundo y posee zona franca. Es la ciudad con mayor índice de crecimiento económico del país.

Rita Modesta Rueda Garzón, Municipio Puerto RicoMilitante de la Agrupación Ciudadana CONCENSO, es su primera vez en la incursión política.

Margarita Jiménez Aramayo, Municipio Nueva EsperanzaNo existe información, ni referencias.

OruroRossío Carolina Pimentel Flores, Municipio Oruro Invitada por el Movimiento Sin Miedo (MSM), Rocío Pimentel ganó las elecciones para alcaldesa de la ciudad de Oruro con el 39,9%. Casada, dos hijos. Es periodista formada en la universidad pública de Oruro y con 13 años en el ejercicio de la profesión. Realiza el programa de análisis Enlace. Se destacó como ejecutiva y miembro del Sindicato de la Prensa. Es una profesional que realiza varias jornadas de trabajo.

Antes de ser invitada por el MSM, Rocío ya era una lidereza social y un referente en la ciudad. Cualquiera le llamaba para hacer denuncias. Ha tenido mucho apoyo de las mujeres y considera que su triunfo es una forma de reivindicación de los medios, pues los periodistas han sido muy maltratados. Le fue difícil ingresar a la política. Lo asumió como un acto de rebeldía. La gente votó por ella porque es periodista y piensa retornar a ese oficio, luego de culminar su mandato municipal.

Derrotó al candidato del MAS, el ex senador Félix Rojas. Ha convocado a todas las instituciones de Oruro para definir las prioridades del Municipio. Piensa gobernar la Alcaldía con la mejor gente.

Catalina Soto Huanca, Belén de AndamarcaRepresentante de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originario – Bartolina Sisa y de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia.

Jacquelin Marlene Choque Ala, Municipio CorqueNació el 27 de febrero de 1968, tiene 43 años es casada. Antes de ser alcaldesa ejerció su profesión de Ingeniera agrónoma en la institución CIPCA de La Paz.

Betty Zenteno Tito, Municipio EscaraFolklorista

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Aunque todavía no se tienen datos comparativos consolidados, se puede sostener que la posibilidad de reelección de mujeres y de hombres en general, ha sido reducida por el predominio de la rotación en los cargos de representación política. En efecto, han sido muy pocas las mujeres reelectas y ello, al margen de la voluntad personal y política de muchas de ellas. Las definiciones sobre la permanencia de uno u otro liderazgo, se realizó al interior de las cúpulas de los partidos y agrupaciones ciudadanas e indígenas y sin considerar los méritos de las involucrados y los deseos de permanecer en la representación política.

En nuestra política institucional, se considera que la permanencia de las mujeres en la representación política es importante en tanto se utilizan capacidades políticas y técnicas ya adquiridas con enormes esfuerzos personales e institucionales. No se habla de la permanencia indefinida de mujeres en la representación, pero sí, de una permanencia que permita que aquellas se consoliden como recursos comunitarios y societarios y que el aprendizaje realizado redunde en otras instancias de la representación.

Con la permanencia de más mujeres en el poder, se construye una masa crítica que se expresa en el mejor funcionamiento de la sociedad y en las estructuras sociales y políticas. También, la permanencia de las mujeres en la representación permite la utilización de capacidades políticas adquiridas por las mujeres a lo largo del ejercicio de la representación. Las capacidades adquiridas refieren a capacidades políticas y a capacidades en la gestión de políticas públicas.

5LA REELECCIÓN

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LAS TAREAS PENDIENTES. LOS PROBLEMAS DE LA REPRESENTACION DE LAS MUJERES

Existen muchos instrumentos y mecanismos nacionales e internacionales que promueven la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. A nivel internacional se tiene la Plataforma de Acción Mundial, PAM; la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, sus siglas en inglés) y la Declaración del Milenio, para citar algunas. Internamente, la Constitución Política del Estado permitiría aumentar y equilibrar la participación de las mujeres en la gobernanza democrática. Sin embargo de los mecanismos e instrumentos señalados anteriormente, persiste la discriminación en contra de las mujeres en todos los ámbitos de la vida y hasta ahora, no existe una esfera especialmente pública que responda a las mujeres y se responsabilice por la garantía de sus derechos. En efecto, existe la constatación de que el logro de progresos para este sector, demanda responsabilidades en todos los niveles –públicos y privados- personales e institucionales y también, la necesidad de seguir en la implantación de un enfoque de derechos, como demanda nuestra Carta Magna. Ello implica, por ende, la necesidad de implantar en el país y en sus principales instituciones públicas, el concepto y la práctica de la rendición de cuentas, lo que aporta un “valor agregado” a la democracia, al desarrollo y a la equidad.

En ese contexto, la rendición de cuentas permite la determinación de los garantes de derechos y sus responsabilidades. Los funcionarios con atribuciones para ejercer poder –en este caso, el Órgano Electoral Plurinacional- deben hacerse responsables, de explicar y rendir cuentas de sus acciones por -acción u omisión- en cuanto al incumplimiento cumplimiento de los mecanismos legales que garantizan la participación equitativa de hombres y mujeres en la representación política.

Es ampliamente conocido y reconocido que las mujeres en cargos de dirigencia política despiertan desconfianza, pero también expectativas. Su presencia en política está asociada con éxitos y frustraciones, pero a las autoridades, lo que les asigna la Ley, es el cumplimiento de la misma, especialmente cuando existe, como en nuestro país, una relación desequilibrada entre géneros que implica desventajas para las mujeres, como demuestra la vivencia cotidiana donde aquellas experimentan individual y colectivamente prácticas inequitativas, tanto en el ámbito público como privado.

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El logro de la equidad es una acción política colectiva y no individual y puede generar acciones o marcos programáticos de género en las mujeres que ejercen el poder o no. Dado que las mujeres no pueden evitar ser concebidas como tales, se comportan públicamente según esa percepción. Lo fundamental para comenzar a lograr cambios en la cultura política es que la sociedad se acostumbre a ver mujeres en el ejercicio del poder y su accionar, se convierta en hechos cotidianos.

Lo simbólico en este caso –su presencia pública-, juega un papel importante ya que se muestra que ser mujer y ejercer el poder, no son contradictorios. El género en el poder no es neutral en términos de impacto simbólico, genera discurso y corporeidad. Tiene consecuencias sobre la subjetividad de hombres y de mujeres. Lo fundamental es que las mujeres traspasen poder social, político, simbólico a otras mujeres y no asuman la representación como un acto individual.

Las mujeres son diversas. No existe la “mujer” boliviana. Están marcadas por la edad, la historia familiar, religiosa, el origen socioeconómico y político tanto como por sus experiencias de discriminación por su condición de género en su biografía personal y en sus respectivas carreras políticas.

A riesgo de reiterar lo conocido, es importante insistir en la necesidad de construir mecanismos de información y vigilancia para eliminar los estereotipos de género que hace que las autoridades consideren a las mujeres como sujetas de segunda categoría. No olvidar que es importante, celebrar audiencias públicas para informar permanentemente sobre los avances. Por ejemplo, denunciar los resultados electorales y establecer mecanismos de reparación cuando se considera que se han producido acciones injustas en contra de las mujeres y por razón de género.

Otro elemento central es la responsabilidad de los actores institucionales estatales y no estatales. Es preciso fortalecer el Mecanismo institucional gubernamental de género, ahora ampliamente devaluado. Para ello, se insiste, es preciso consolidar una masa crítica que permita el seguimiento permanente de políticas y de la rendición de cuentas y, los cupos son un mecanismo de rendición

7TAREAS

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de cuentas. Con las mujeres en el ejercicio de la representación se está creando una masa crítica que beneficiará al Estado y a la sociedad boliviana.

También es preciso insistir en el sistema electoral que pone obstáculos a la elección de mujeres. Está probado hasta la saciedad que el método mayoritario obstaculiza la elección de mujeres, mientras que el método proporcional electoral, es más amigable con la diversidad social boliviana y con la representación de las minorías. Está claro que no consideramos minorías a las mujeres, pero en los hechos, en el país, son consideradas como tales.

Por ello, es preciso trabajar en indicadores de desempeño más preciso y mejorar los incentivos y mandatos más firmes. Estos, para ser efectivos, tienen que ser públicos, transparentes y establecidos como política pública a través de su institucionalización.

También tener claro que la financiación de la igualdad por sexos se traduce en el apoyo a empoderamiento de las mujeres tanto en la esfera pública como privada. En la esfera política, el empoderamiento significa que una vez en el poder, las mujeres deben encontrar la manera de utilizar su poder para empoderar a las demás, para lo cual, necesitan crear agrupaciones fuertes y conseguir aliados estratégicos.

Como muestra la información empírica, la implantación de una Ley de Cuotas ha tenido más desventajas que ventajas, en tanto su implantación ha sido dificultosa. Es un proceso largo como demuestran también las comparaciones internacionales. En países donde tuvo más éxito, han sido países que demuestran una amplia voluntad política e instituciones políticas eficientes, y con lo cual han logrado una verdadera inclusión de las mujeres en la organización de la vida colectiva y en la construcción nacional, tanto como en el sistema político. En las actuales elecciones, se ha logrado aproximarse a la cuota en concejalías, pero no en el acceso al ejecutivo municipal. Las alcaldesas electas no llegan al 8% y ello representa un ejemplo de discriminación y ausencia de igualdad de oportunidades que hay que remediar y trabajar para cambiar esos patrones masculinos de cultura política.

Como se ha reiterado a lo largo del presente trabajo, el padrón electoral boliviano bordea los cinco millones de electores y las mujeres, según el Órgano Electoral Plurinacional, sobrepasan a los hombres por 96.324 electoras. En cuanto a la distribución por género, las mujeres representan el 50,95 por ciento del total de ciudadanos habilitados, mientras que los varones llegan al 49,05 por ciento. Este dato que suele ser invisibilizado, tiene que ser un argumento central a la hora de aplicar las normas y para construir la información desagregada por género. La misma que debe estar disponible de forma asequible, ordenada y oportuna.

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BUENAS PRÁCTICAS PARA FOMENTAR EL ACCESO DE MUJERES A LOS PUESTOS DE TOMA DE DECISIÓN

El proceso de adquisición del oficio político es largo y requiere un diseño personal e institucional que defina las metas y los recursos. Una manera de trabajar este proceso es a través de la implantación de llamadas “buenas prácticas”.

El concepto de buenas prácticas se utiliza en una amplia variedad de contextos. Si bien éste surge en el sector privado, se incorpora en los diversos saberes y disciplinas. Los elementos comunes respecto de los elementos mínimos que constituyen lo que se denomina una buena práctica:

• Surgeapartirdelaconstatacióndeunanecesidadodéficitasuperar

• Suponequemejoraelproblemadetectado

• Esinnovador

• Sebasaenevidenciacontrastable

• Presentagarantíadecontinuidad

• Generancambios

• Esreplicable

• Hayresponsabilidadyrendicióndecuentas

El concepto ha sido utilizado en varias experiencias nacionales e internacionales. Por ejemplo, para Naciones Unidas, las buenas prácticas son definidas por criterios que conlleven un cambio real en la igualdad de género; que tengan un impacto en la política pública, creando un marco institucional para llegar a la igualdad de género. Esto incluye legislación, la normativa y la asignación de recursos y permita que sean comprobablemente innovador y replicable, además de sostenibles.

En muchos países para llevar adelante el proceso de adquisición del oficio político, requiere de un observatorio de Igualdad de Género que permita propiciar la autonomía de las mujeres, entendida ésta

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como las posibilidades concretas para ejercer sus derechos en un contexto de igualdad de género y de dignidad humana en ámbitos marcados por la desigualdad de género. Ello en un contexto de debate permanente. Saber de donde se parte y hacia donde llegar. En este caso se trata de ingresar y permanecer en el sistema político. Un mecanismo para ello es la paridad que, al menos en teoría, permite erradicar las desigualdades que afectan a las mujeres, las que se encuentran en la base de las instituciones políticas, económicas y sociales. La democracia paritaria se sustenta en la igualdad sustantiva de los sexos. Esta no sólo implica el reconocimiento de derechos de las mujeres, sino tambien, la redistribución de poder y recursos entre hombres y mujeres. La igualdad sustantiva abarca tanto el espacio público como el privado, implicando finalmente un nuevo ordenamiento social, un nuevo contrato social, que permitan la corresponsabilidad de hombres y mujeres en lo público y en lo privado. Para ello se debe fomentar la presencia de mujeres en espacios de toma de decisión. Ello también implica la incorporación de políticas destinadas a la corresponsabilidad en la vida domestica y/o familiar. Ello supone, introducir un conjunto de acciones concretas, obligaciones y sanciones por su no cumplimiento tanto para el sector público como el privado.

Estas tareas no son fáciles como lo demuestra el camino rceorrido a lo largo de casi treinta años de vigencia de la democracia en Bolivia, pero es preciso iniciar el proceso institucionalizando las políticas. Para ello es preciso diseñar medidas o “biuenas prácticas de efecto extensivo y la capacidad de impacto que tenga en el Estado y la sociedad bolivianas. Las medidas tienen que tener efecto público para que logren grados de adhesión ciudadana que acompañen las medidas y tenga resultados empíricos esperados y efecto en términos culturales.

Como se ha señalado, estas medidas deben mantenerse en el tiempo y dejar atrás los efectos “sunchu luminarias”, debe ser parte de la agenda de las mujeres, al apuntar a un cambio cultural en la medida que visibiliza una temática, incorpora una nueva mirada de la realidad, sin perder la memoria histórica de las mujeres. Pero además de la importancia del proceso es preciso conseguir resultados y eficacia de las acciones.

Las acciones a emprender deben ser integrales y no solo las que corresponden al nivel local. Es preciso avanzar en una agenda de las mujeres bolivianas que situe su presencia en todos los campos de los poderes públicos y privados. Esto implica contar con recursos de diversa índole así como capacidades políticas para, permanentemente situarse en la coyuntura y en el largo plazo al mismo tiempo. El pensar deliberadamente el futuro político de las mujeres implica un proceso de capacitación y formación permanentes, así como también ejercer la responsabilización y la rendición de cuentas; medidas de obligatoriedad en el cumplimiento de las normas y acciones de exigibilidad, incidencia y lobby que apunten a la implantación de la igualdad.

Finalmente, este conjunto de medidas y acciones tiene como base la pregunta de cómo se construye una buena democracia, una democracia inclusiva, que reconoce a las mujeres como sujetas políticas cuya participación en el ámbito de lo público, político y particularmente en la toma de decisiones, pasa a ser un elemento constitutivo de lo que se denomina una democracia de calidad.

Desde esta perspectiva una buena democracia, es una democracia paritaria, entendida como un régimen que reconoce desigualdades, discriminaciones y que requiere un nuevo contrato social, en el que las fronteras de lo público y lo privado se desperfilan, haciendo primar la ética de la corresponsabilidad en ambas esferas.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICASINSTITUCIONALES

Sistematización y Codificación “Acoso y Violencia en Razón de Género”, busca reflejar a la sociedad nacional e internacional las denuncias sobre Acoso y Violencia Política para ser la base de futuras estrategias en beneficio de las mujeres Alcaldesas y Concejalas. El documento está estructurado en 4 módulos: el primero, ofrece una descripción del trabajo y servicio institucional de ACOBOL para la defensa de lo derechos de las asociadas en el ejercicio de sus funciones, principalmente en la lucha contra el acoso y violencia política; el segundo, presenta los elementos conceptuales básicos y ejemplificados para entender la codificación utilizada por ACOBOL para el registro de casos recibidos durante las gestiones 2000 – 2009; el tercero, aclara de manera puntual el artículo 6 del Proyecto de Ley Contra el Acoso y Violencia Política en Razón de Género; y el cuarto, reúne los anexos que complementan la información de todo el documento.

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Información sobre la Acción, es un documento basado en la publicación original en inglés Gender-based Political Violence in Bolivia, On World Action 2010, cuyo contenido hace un recuento histórico del proceso normativo respecto a los derechos de los pueblos indígenas y de las mujeres, los mismos que han sido reconocidos con la nueva Constitución Política del Estado que ha permitido una amplia participación política de las mujeres. Sin embargo, el texto expresa también que con la incursión en el ámbito político y público de las mujeres se ha acentuado una amenaza latente en contra del ejercicio político de las mismas en todos los niveles de gestión, ampliamente trabajada y documentada por ACOBOL en los últimos 11 años, que le ha permitido a nivel mundial elaborar el primer proyecto de Ley Contra el Acoso y Violencia Política en Razón de Género.

El boletín describe 11 años de un arduo proceso liderado por ACOBOL para garantizar la participación femenina en espacios de decisión política que ha encontrado numerosos obstáculos dando lugar a situaciones de acoso y violencia política que atentan contra la integridad física y mental de las mismas, se expone los conceptos y definiciones de acoso y violencia política, los datos de las denuncias que se han registrado desde el 2000 al 2009 y el proceso de elaboración del Proyecto de Ley Contra el Acoso y la Violencia Política en Razón de Género

La separata CONCEJALA en su versión Nº 4, refleja que después de 25 años de vigencia de la democracia municipal en Bolivia se ha favorecido definitivamente la participación política de las mujeres, tanto en la Constitución Política del Estado como en el marco de las nuevas autonomías, como resultado del permanente accionar del movimiento social, político y asociativo de las mujeres del país, donde la representación femenina alcanza el 43% de representación tanto en las Autonomías Municipales como en las Autonomías Indígena Originario Campesinas.

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El libro Sistematización de la experiencia de las mujeres en la participación política, asociativismo y gobiernos municipales, señala que las mujeres no son “recién llegadas” a la política, pero que su ingreso y presencia, no es bienvenida ni aplaudida, en el libro se trata de ver a las mujeres urbanas y rurales en la representación local y en procesos de empoderamiento, ante las enormes dificultades para incorporar el enfoque de género en la gestión subnacional, y el impacto de ACOBOL en la consolidación del espacio local como escenario de participación política de las mujeres, así como las debilidades y fortalezas que ostenta, se analiza también el proceso de asociativismo municipal en Bolivia y en el contexto internacional.

La presente publicación sobre Diagnóstico Participativo refleja los resultados del diagnóstico participativo orientado a identificar las prácticas que dificultan y facilitan la participación política de las mujeres, la misma que se constituye en una base para la propuesta de acciones que contribuyan a una mayor incidencia política en los espacios públicos favorables a las mujeres.

El libro sistematiza la experiencia del proyecto “Mujeres en el Poder Local” en el que se impulsó un proceso de participación política importante de la mujer concejala en los espacios de decisión a través de un plan de formación política, que permitió el desarrollo de programas y materiales didácticos modélicos para capacitar a mujeres electas y fortalecer capacidades de gestión para un mejor desempeño durante su gestión municipal, tratando de superar la invisibilidad y venciendo los estereotipos de género.

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