MUSEO DEL TRAJE. CIPE Depto. de Difusión: difusion.mt ... · Museo del traje. CIPE, Madrid....

20
NOVIEMBRE MODELO MES DEL 2012 Capa de visón, años 20 Por: Rodrigo de la Fuente Sala:"Vanguardias y moda" Domingos a las 12:30 horas Duración 30 minutos Asistencia libre y gratuita Los modelos más representativos de la exposición

Transcript of MUSEO DEL TRAJE. CIPE Depto. de Difusión: difusion.mt ... · Museo del traje. CIPE, Madrid....

/MT043604/

MUSEO DEL TRAJE. CIPEAvda. Juan de Herrera, 2. Madrid, 28040

Tel. 915504700 Fax. 915504704Depto. de Difusión: [email protected]

http://museodeltraje.mcu.es

NOVIEMBREMODELO MESD

EL

20

12 Capa de visón,

años 20Por: Rodrigo de la FuenteSala:"Vanguardias y moda"

Domingos a las 12:30 horasDuración 30 minutosAsistencia libre y gratuita

Los modelos más representativos de la exposición

MODELO DEL MES. CICLO 2012

En estas breves conferencias, que tendrán lugar en las salas de exposición, se analizaráe interpretará un modelo de especial importancia entre los expuestos. A los asistentesse les entregará gratuitamente un cuadernillo con el contenido de la conferencia.

Domingos, 12:30 horasDuración: 30 minutosAsistencia libre

ENERO: Vestido masculino "a la francesa", s. XVIIILucina Llorente

FEBRERO: Casa de muñecas modernista, 1910Lorena Delgado

MARZO: Ama de cría, 1910-1950Ana Guerrero y Américo Frutos

ABRIL: Mono de Rudi Gernreich, ca. 1960Juan Gutiérrez

MAYO: Vestido de Mitzou, 1969-70Concha Herranz

JUNIO: El correo de la moda: álbum de señoritas, 1862María Prego

SEPTIEMBRE: Capa y vestido, 1920-1930Marina Martínez de Marañón

OCTUBRE: Bonete, 1500-1525Elvira González

NOVIEMBRE: Capa de visón, años 20Rodrigo de la Fuente

DICIEMBRE: Cartel de Anís del Mono de Ramón Casas.Teresa García

Descubre más sobre la programacióndel Modelo del mes. Si tienes un teléfonocompatible, descárgate un lector decódigos QR O BIDI.

La piel ha sido y sigue siendo un material fun-damental para entender la historia de la indu-mentaria. Frente a los textiles, que son unelemento que podríamos considerar comocotidiano y usual, las pieles son algo extraor-dinario y como tal, portadoras de un grannúmero de significados que nos hablan deaspectos como el concepto del lujo y la sun-tuosidad, la comodidad y el confort, la eti-queta y el protocolo de un determinadomomento.

Para analizar estos aspectos tomaremoscomo ejemplo esta capa realizada en piel devisón blanco y fechada hacia 1921. Es largahasta la rodilla y tiene un cuello amplio dondecierra con un botón de pasamanería de sedanegra con adornos de vidrio también negrosque imitan el azabache y que es el únicoadorno ajeno a la suntuosidad de la propiapiel que lleva la prenda. Una gran capucha,que sirve tanto para cubrir la cabeza cuando

se despliega como para proteger el cuellocuando está plegada a la espalda, completael conjunto.

En cuanto al interior, la capa va forrada con ungrueso terciopelo negro de algodón, que creaun juego de claroscuros entre el interior y elexterior, que se vería cuando la capa semoviese, al no tener mayor cierre que elbotón del cuello. Este juego de colores entreel blanco y el negro nos remite a combina-ciones tradicionales en el arte de la peletería,en concreto el uso del manto invernal delarmiño, totalmente blanco pero con la puntade la cola negra. El empleo de esta piel parala realización de mantos y capas imperiales yreales desde la Edad Media, e incluso la com-binación de estos colores en un motivo herál-dico, el armiño, hizo que dicha combinacióncristalizase y se mantuviera hasta nuestrosdías.

CAPA DE VISÓN, AÑOS 20

1

Fig 1. Capa de visón, ca. 1921. Museo del traje. CIPE, Madrid.MT043604

Esta capa fue propiedad de “La Maravilla”,nombre artístico de Esperanza AlonsoRincón, una bailarina de flamenco muy cono-cida en España y Sudamérica en los años 20y 30.

El significado de la piel en la cultura occi-dental

La piel fue, sin lugar a dudas, el primer mate-rial utilizado por el ser humano para cubrir sucuerpo, aunque aún no está claro cuándocomenzó a utilizarla. La piel, como materialorgánico, se degrada fácilmente y por des-gracia no deja huellas en el registro arqueoló-gico. En todo caso, podemos inferir, porcomparación con pueblos contemporáneosde cazadores y recolectores, que los mismosanimales que servían de alimento serían tam-bién la fuente de las pieles con las que secubrirían, entre las que se encontraban elciervo, el bisonte, la cabra montesa y piezasde caza menor como el conejo, la ardilla… Enalgunos yacimientos se han hallado restos

óseos con claros indicios de haber sido mani-pulados por el ser humano, de animales que,en épocas ya históricas, han sido exclusiva-mente utilizados por su piel, como porejemplo martas en La Spezia o glotones enyacimientos alemanes; pero no podemosestar seguros de si fueron cazados exclusiva-mente para el uso de su piel o por motivos ali-mentarios. Sí han quedado restos en elregistro arqueológico del instrumental utili-zado para la preparación y elaboración de lapiel; así desde el Paleolítico Medio se ha iden-tificado una herramienta lítica, la raedera, des-tinada a limpiar de carne, y quizás también depelo, las pieles y dejarlas preparadas para elcurtido.

Posteriormente, ya en época del PaleolíticoSuperior, se han encontrado agujas, pun-zones e incluso bastidores para empujar lasagujas fabricados en hueso y marfil, lo que yaindica que en esta época los humanos mani-pulaban las pieles para conseguir que seadaptasen a las formas que deseaban. Peroninguna de estas evidencias arqueológicas

MODELO DEL MES DE NOVIEMBRE

2

Fig 2. Danza de Cogul, Roca de los Moros. Cogul, Lleida.

demuestra que las pieles se utilizaran para lacubrición del cuerpo, ya que se podrían usarpara la construcción de cabañas o tiendas decampaña impermeables. Sin embargo, no esdescabellado pensar que, dadas las condi-ciones climáticas de la edad de hielo, loshumanos se cubrieran con estas pieles; y nosólo esto, sino que incluso pretendieran con-seguir ciertas formas y adaptarlas al cuerpohumano.

La prueba final del uso de la piel la tenemosen las pinturas del Levante español delMesolítico (Fig. 2), donde se representa porprimera vez una figura humana, que aparececubierta con largas faldas fabricadas en piel,que continuarán utilizándose en las primerassociedades históricas, como es el caso delkaunakés sumerio (Fig. 3), una larga falda depiel de oveja, con su vellón, que empieza aser usada hacia el final del IV milenio a. C. Laaparición de las primeras especies animalesdomesticadas facilitó el acceso al materialpero no supusieron por tanto un cambio en laconcepción de las prendas.

El cambio fundamental en el uso y significadode las pieles se debe no tanto a la RevoluciónNeolítica y la domesticación de plantas y ani-males, sino a la generalización del hilado y eltejido. Desde las técnicas de la cestería, pro-bablemente se llegó al tejido, aún en unaépoca anterior a la domesticación y a lasedentarización. Pero la existencia del telar nosupuso un abandono de la piel, mucho máscómoda y fácil de conseguir en las socie-dades de agricultores y ganaderos. Hubo queesperar a las sociedades complejas delCalcolítico y la Edad del Bronce para que eltejido se generalizara. Sólo en este tipo desociedades puede dedicarse parte delesfuerzo común al cultivo y preparación deplantas no destinadas a la alimentación(como el algodón o el lino) o a la cría de ani-males no dedicados exclusivamente a la

obtención de carne sino de productos secun-darios (como la lana o el pelo), que están másallá de la pura supervivencia. Así, las antiguastécnicas del hilado de fibras (retorcidas unassobre otras permiten la obtención de un hilolargo y uniforme) y del tejido (entrecruza-miento de hilos transversales y longitudinalesgracias a la invención del telar, que permitefabricar largos paños) pudieron generalizarseen toda la sociedad. Incluso, aparecieronartesanos especializados en estas artes,dedicados a fabricar tejidos destinados a lasclases dominantes y a la exportación.

A partir de entonces las pieles se convertiránen un elemento extraordinario que comuni-cará cierta información que quien las vistedesee transmitir al resto de la sociedad. Paraempezar, en estas sociedades el uso de las

CAPA DE VISÓN, AÑOS 20

3

Fig. 3: El Intendente Ebil-Il de Mari, 2500 - 2340 a. C.

Museo del Louvre, París.

pieles se asociaba a lo primitivo. En la mayoríade los mitos de la creación del hombre de lassociedades agrícolas y ganaderas se indicaque los primeros hombres se cubren conpieles. Fuentes tan distintas como la Biblia olos textos de Confucio así lo indican. Y nosólo los primeros hombres se cubren conpieles, los autores clásicos hablan de los bár-baros, hombres poco avanzados y ajenos a lacivilización, como seres cubiertos con pielesusualmente de animales peligrosos, aso-ciando el salvajismo del animal al de su por-tador. Por ejemplo, Diodoro de Sicilia nos diceque los celtas se vestían con pieles de lobo;Tácito, que los germanos se envolvían enpieles de animales manchados y bestiasmarinas provenientes del oceáno exterior (Fig

4); y Amiano Marcelino indica que los hunosse cubrían con pieles de rata de los bosques.El tejido se configura así como un elemento

civilizador, mientras que la piel mantiene, aúnhoy en día, ciertos valores de primitivismo y“salvajismo”.

La idea de la piel como ejemplo de primiti-vismo no siempre tiene esta carga negativa;en ocasiones todo lo contrario: los profetas,los eremitas, los personajes ajenos, volunta-riamente o involuntariamente a la civilizacióntambién se cubren con pieles. El ejemplo enla cultura occidental sería san Juan Bautista(Fig. 5), que se cubre, según la Biblia con unapiel de camello. Otros santos ascetas comoMaría Magdalena, santa María Egipcíaca… setapan con pieles en la iconografía cristianacomo ejemplo de su alejamiento del mundocivilizado (que en este caso se asocia al mal yal pecado) y su vida en un mundo sencillo ynatural, en cierto modo “primitivo”, dearmonía con la divinidad. También aquellos

MODELO DEL MES DE NOVIEMBRE

4

Fig 4.Germania Antiqua, lám. 16, 1616, Philip Clüver.

Fig 5. Altar de Isenheim (Frag). 1512-1516,Matthias Grünewald. Museo

Unterlinden, Colmar.

personajes ajenos a las ciudades, porejemplo los pastores, idealizados en la litera-tura a través de las églogas e idilios deTeócrito, en griego, o de Virgilio, en latín, secubren total o parcialmente con pieles, ymuestran así su cercanía a la naturaleza y suingenuidad primitiva.

En cierta medida, en relación con esta idea devincular pieles y primitivismo, está el uso de

las pieles por guerreros y líderes militares. Esuna asociación muy antigua y se remontatambién a las primeras sociedades com-plejas; por ejemplo, la imagen de Hérculesvistiendo la piel del león de Nemea (Fig. 6), oMenelao con una piel de leopardo en la Iliada,que llega hasta la multitud de uniformes mili-tares que desde el siglo XVIII han incorporadoalgún elemento de piel animal (el gorro de oso

CAPA DE VISÓN, AÑOS 20

5

Fig 6.Herakles y Atenea, Kylix de figuras rojas, 480 - 470 a. C. Python (alfarero) y Duris (pintor).

de la guardia real inglesa o la piel de oso, leo-pardo, lobo…, dependiendo del regimientode los húsares, etc.) (Fig. 7). Estas pieles,obviamente, no muestran el primitivismo dequienes las portan, sino su victoria sobre eseprimitivismo, sobre la irracionalidad o falta decivilización del enemigo. El soldado se cubrecon la piel del animal que ha vencido, del ene-migo caído, y en parte, se reviste de sus pro-piedades y adquiriere la fuerza, la destreza yla valentía del lobo, el oso o el león, animalespeligrosos que muestran del valor del que loporta. En este uso, se mezcla también uncarácter de protección frente el mal. El llevarencima un elemento capaz de causar mal,como puede ser un animal salvaje, perohabiendo desactivado su capacidad para

dañar, hace que el que porte este “amuleto”esté protegido frente a males similares.

Frente a estas ideas, los actuales abrigos ycapas de piel no tienen, al menos a primeravista, esta lectura en clave primitiva. Para quela piel pierda esta carga necesaria que seatrabajada intensamente, que se aleje de suforma animal y que se adapte a las necesi-dades y deseos humanos, que la civilizaciónla obligue a adaptarse al cuerpo. Esta es labase de la peletería tal y como la conocemoshoy en día. Y este trabajo civilizatorio implicauna mano de obra extraordinariamente espe-cializada tanto para la consecución de laspieles (cazadores y tramperos expertos en lacaptura del animal sin estropear ni manchar el

MODELO DEL MES DE NOVIEMBRE

6

Fig 7.Oficial de cazadores a la carga, 1812, Théodore Gericault.Museo del Louvre, París.

pelajes) como para el curtido y preparaciónde las pieles (curtidores) y, finalmente, en sucorte y costura (peleteros); todo ello hace quela piel se convierta en un artículo de lujo.

Para reforzar esta idea, desde muy tempranose comenzó a establecer una jerarquía en eluso de las pieles de los distintos animales, deforma que no todas fueran dignas de versesometidas al largo proceso de fabricación: noes lo mismo la piel del conejo que la de lamarta. Se valora la suavidad, la longitud delpelo, el color, la flexibilidad. Las especies pre-feridas son las de la familia de los mustélidos(visón, armiño, marta, marta cebellina) y lasfocas. Más adelante se sumarán también losfélidos (leopardo, lince, tigre…). La piel se

convierte así en símbolo de jerarquía y estatussocial. Esto es patente en el uso de la piel dearmiño en las capas de los reyes de Franciadesde la Edad Media, un uso totalmente ale-jado del bárbaro y del santo. La piel aquíindica lujo y distinción, una posición política,social y económica diferenciada, y superior ala del resto de la sociedad (Fig. 08). En partepuede considerarse una herencia de la pieldel héroe y el guerrero, pero a esta lectura sesuma con un enorme peso del valor econó-mico y el símbolo social. El rey es un guerreroy se cubre con pieles, pero es sobre todo unelemento civilizador, y las pieles no son lasmismas que las del resto de sus tropas.Tienen que ser de mayor calidad para indicarla mayor calidad personal del que las luce. Yano se busca el animal peligroso, sino el animalextraño, escaso, difícil de atrapar, para dejarclaro la separación entre quien la porta y elresto. Las clases altas imitarán a los sobe-ranos en este uso y la piel quedará indisolu-blemente ligada en la sociedad occidental allujo.

La historia de la piel

Esta vinculación entre la piel y el lujo que lacivilización occidental configura es esencialpara entender la evolución del uso de la pielen la indumentaria europea y americana, yasí, a medida que el concepto de lujo cambiea lo largo del tiempo, cambiará también elempleo de la piel en la sociedad.

Durante la Edad Media, el uso de la piel estámuy extendido y ya existe, desde las primerasetapas, una clara jerarquización en su uso.Las normativas del gremio de peleteros, unode los gremios más poderosos de las ciu-dades medievales, especificaban las pielesque debían ser utilizadas por cada estamentode la ciudad. Así, la nobleza podía emplearmarta, marta cebellina o armiño; la burguesía,

CAPA DE VISÓN, AÑOS 20

7

Fig 8. Luis XIV de Francia, 1701, Hyacinthe Rigaud. Museo del Louvre, París.

castor, nutria, liebre o zorro; y el pueblo, lasmás sencillas, como oveja, lobo o cabra. Enesta época, comienza un intenso comercio depieles desde los puertos bálticos de Riga,Tallin y Nóvgorod, hacia las ciudades deEuropa central (especialmente Brujas yHamburgo) en una estrecha red comercialque atravesaba los mares Báltico y del Norteconocida como Liga Hanseática y que final-mente acababa en las ciudades mediterrá-neas (Génova, Venecia, Bizancio…). A partirde esta época, la economía rusa se basará enparte en la explotación de los recursos pele-teros de sus bosques y la exportación a laszonas donde los bosques habían desapare-

cido y este será uno de los motivos de laexpansión rusa hacia Siberia, y finalmenteAlaska para buscar nuevos cazaderos depieles, dada la importancia que tenía suexportación en su balanza comercial.

Las pieles llegaban a las ciudades europeassin trabajar y era labor de los curtidores ypeleteros, dependiendo de la organizacióngremial de la ciudad, prepararlas para su uso.El proceso del trabajo de la piel se mantienehoy en día sin grandes variantes respecto a laEdad Media, ya que parte del valor de lamisma sigue siendo su labor artesanal. La pielse descarna y se lava de forma suave paraquitarle la suciedad y la grasa natural; des-

MODELO DEL MES DE NOVIEMBRE

8

Fig 9.El matrimonio Arnolfini, 1434, Jan van Eyck. National Gallery, Londres.

pués se realiza el piquelado; es decir, sesumerge en una preparación de sal y ácidospara preparar la piel para el curtido, que con-siste en la adición de diversas sustanciasbásicas (taninos vegetales, orina, amo-niaco…) para hacer que la piel no se descom-ponga y se transforme en un cuero suave yflexible. A continuación, la piel se engrasapara que mantenga su elasticidad, se seca yse le quita el exceso de grasa. Finalmente sealisa y la piel ya está lista para su cortado ycosido.

En los siglos medievales, la piel no solía utili-zarse como material exclusivo para crear unaprenda de indumentaria, sino que se aplicabacomo forro de tejidos, usualmente de seda olana, es decir que apenas se veía (Fig. 9). Paradejar ver la calidad del forro, este asomaba enlas orlas de mangas, cuellos y bajos. Otrasveces se aplicaban pequeñas franjas en elexterior, en la zona de los hombros o elescote. También se utilizaba en zapatos ysombreros.

La llegada del Renacimiento no altera en granmedida el uso de la piel en Occidente; sigueoculta en el interior de los vestidos, aunquecon mayor frecuencia sale al exterior en formade pellizas, capas y chamarras. Aunque tantohombres como mujeres lucen pieles, es signi-ficativo que sean los varones los que mues-tran un mayor uso en los retratos de la época(Fig. 10). El cambio fundamental no tiene lugarpor tanto en la configuración de la indumen-taria, sino que se produce por la aparición denuevas zonas de caza, los bosques deNorteamérica, explorados por franceses eingleses, que se convertirán en una fuertecompetencia para las pieles rusas. La explo-ración de Canadá por los franceses estuvovinculada desde el principio al deseo deencontrar una alternativa barata a las cos-tosas pieles rusas, para evitar su importación,que desequilibraba el presupuesto del estado

francés, tal y como concebía la economíaColbert, el poderoso ministro de finanzas deLuis XIV. Pronto los ingleses quisieron parti-cipar de ese comercio que reportabaenormes beneficios y a mediados del sigloXVII estalló la llamada Guerra de los Castores,en la que los algonquinos, apoyados por sussocios franceses, se enfrentan a los iro-queses, apoyados por ingleses y holandeses.La victoria de estos últimos fue utilizada por laCorona británica para asentar su poder enNorteamérica y finalmente hacerse con elterritorio de Canadá en 1763, gracias alTratado de París. Compañías privadas tam-bién participaban de este comercio, como la

CAPA DE VISÓN, AÑOS 20

9

Fig 10.Daniele Barbaro, ca. 1566, Paolo Veronese.Palacio Pitti, Florencia.

Compañía de la Bahía del Hudson o laCompañía del Noroeste, que incluso llegarona enfrentarse militarmente entre ellas por elcontrol de los cazaderos del norte deCanadá. La Compañía de la Bahía delHudson sigue siendo aún hoy en día una delas principales comercializadoras de pieles anivel mundial.

Habrá que esperar al siglo XIX para que la his-toria de la piel dé un enorme giro. Al parecer,es en 1847 cuando se fabrica el primerabrigo totalmente realizado con piel al exte-rior, forrado el interior con un textil, justo alcontrario de cómo se venía haciendo desde laEdad Media. En este caso, se trata de unabrigo de piel de foca confeccionado por lacasa Revillon, en París. Además, a partir deahora, la piel comienza a concebirse como unelemento fundamentalmente femenino; elvarón empieza a utilizar cada vez menos lapiel hasta que casi desaparece totalmente delguardarropas masculino. En esto tiene unagran importancia la ideología de la época. Poruna parte, las normas sociales exigían delvarón burgués del siglo XIX una imagen deseriedad y respetabilidad, en la que la indu-mentaria fuera el reflejo de sus valores, entrelos que debían destacar el honor, la laborio-sidad, la gravedad…; todo para generar unasensación de confianza en el resto de loscaballeros de su entorno, potenciales clienteso socios de sus compañías industriales ocomerciales. La piel era un lujo, un adornoinnecesario además de una muestra de debi-lidad, ya que un abrigo de paño era más quesuficiente para hacer frente al frío. La mujer encambio debía ser el escaparte en el que seluciera la riqueza y el poder de la familia, porlo que debía ir siempre a la moda y luciendoen todo momento un vestuario adecuado yespléndido, realizado por las principalescasas de moda. Que aparezca en estemomento la piel en el exterior, después dehaber estado oculta en el interior de las

MODELO DEL MES DE NOVIEMBRE

10

Fig 11.Paseo en la nieve, 1860, James Tissot. Colección privada.

prendas durante más de un milenio, tiene quever con este deseo de impactar al resto defamilias burguesas de la ciudad con unaimagen de riqueza y elegancia sin igual.Además, como seres débiles y delicados,debían abrigarse bien, frente los rigores delinvierno.

Sin embargo, el deseo de lucir el patrimoniofamiliar a través del vestido femenino o lasupuesta debilidad de la mujer, no fue la únicacausa que permitió este cambio. La ideologíadel siglo XIX establecía una profunda dife-rencia entre el varón, elemento utilizado por lacivilización en su marcha hacia el progreso, y

la mujer, que era vista como la parte vincu-lada aún a la naturaleza de la humanidad. Lamujer puede así identificarse con esos ele-mentos primitivos (positivos o negativos) a losque la tradición occidental ha vinculado eluso de las pieles. Y como ocurría entonces, laimagen que pretende mostrar puede serdoble: la ingenua ama de casa que necesitaal varón para poder desarrollarse en elmundo (Fig. 11), o la peligrosa femme fatalemundana, que puede llevar al hombre a superdición (Fig. 12). Ambas como imagen de lanaturaleza, ya sea como madre o como pre-dadora.

CAPA DE VISÓN, AÑOS 20

11

Fig 12. Arreglo en negro nº 5. Retrato de Lady Meux, 1881, James McNeil Whistler.

Academia de Bellas Artes de Honolulú.

Los cambios en la moda facilitaron la apari-ción de una “alta peletería”, de la mismaforma que surgió una “alta costura”. El fin delas crinolinas y los polisones permitieron laaparición en la última década de siglo de laprenda que hoy asociamos con el uso de lapiel, el abrigo de pieles, confeccionado porentero en piel vista y con forro de satén o ter-ciopelo, que se convertirá a principios delsiglo XX en el ejemplo más claro del lujo y ladistinción, exclusivamente femenino, almenos hasta la década de 1970, en la que seempiezan a realizar también para los varones.

En esta época hay también cambios en laspieles elegidas para la confección de lasprendas por dos motivos. Por una parte, a

principios de siglo aparecen las primerasgranjas de visones en Estados Unidos yCanadá, lo que implica un abaratamiento delmaterial y un acceso más fácil a este tipo deprendas; así, al igual que en resto de los tex-tiles, aparece un prêt-à-porter de peletería,con piezas confeccionadas por tallas prepa-radas para abastecer el mercado de la clasemedia. Además se generaliza el uso de falsosvisones, martas o armiños, fabricados conpelo de conejo, tratado y teñido para imitarlos originales, con precios aún más bajos yresultados cada vez mejores.

Esta difusión del uso de la piel entre lasclases medias llevó a la alta peletería a buscarnuevas pieles que sustituyesen las que

MODELO DEL MES DE NOVIEMBRE

12

Fig 13.Jean Harlow y Robert Taylor, ca. 1937. Los Ángeles TimesPhotographic Archive. UCLA Library.

habían sido banalizadas por la nueva produc-ción industrial. Y, gracias a la expansión colo-nial anterior a la I Guerra Mundial por Asia yÁfrica, llegan a las peleterías europeas y ame-ricanas la nuevas pieles de felinos: tigres,panteras, leopardos…, todas con unmoteado difícil de imitar y por tanto muyexclusivas y muy del gusto orientalizante yexótico que se impone en Occidente a partirde la primera década del siglo XX. También,gracias a la cría en cautividad, aparecennuevas variedades de las pieles ya trabajadasanteriormente, como el visón blanco, azul orosa, muy caros en esta época y por tantotambién signo de distinción.

El Star System de Hollywood será el granescaparate de estas prendas. Las imágenesde las estrellas envueltas en pieles darán lavuelta al mundo gracias a los modernosmedios de comunicación y se convertirán enel modelo a imitar por cientos de mujeres (Fig.

13). En España, a menor escala, nuestrasestrellas de la copla y el baile, así como lasactrices de teatro y de las primeras películas,también difunden esta moda, sobre todo gra-cias a las fotografías de las primeras revistasilustradas en español como Blanco y Negro oEstampa (Fig. 14).

La peletería hoy

Después de la II Guerra Mundial, la peleteríavive su momento de esplendor, al igual que laAlta Costura, gracias al desarrollo económicosin precedentes de esos años. Sin embargo,a partir de los 60, nuevas ideas van acomenzar a poner en entredicho esta indus-tria. Por una parte, los nuevos usos en elmundo de la moda hacen que la piel sea vistacomo un elemento demasiado formal, pocoapto para las nuevas tendencias vinculadas ala juventud que nace a partir de esos años.Pero sobretodo será el movimiento ecologista

el que se oponga a la industria peletera, cues-tionando la ética de unos usos que exigen lamuerte de seres vivos únicamente para con-feccionar un artículo de lujo, es decir, de dife-renciación social. Aunque la industria peleterano ha desaparecido, cada vez está más con-testada desde diversos sectores sociales enlas sociedades occidentales. Sin embargo, enlos nuevos países emergentes, el uso depieles se está generalizando entre cada vezmás población, lo que impulsa a las empresaspeleteras a enfocar su oferta hacia esos mer-cados.

CAPA DE VISÓN, AÑOS 20

13

Fig 14. Esperanza Alonso Rincón, "La Maravilla",fotografía de recorte de prensa, ca. 1921.

Museo del Traje. CIPE, Madrid. MT-FD011268

MODELO DEL MES DE NOVIEMBRE

14

Bibliografía

- AYALA, E.: La industria de la piel. Animales peleteros. Ministerio de Agricultura, Madrid,1946.

- BOUCHER, F.: Historia del traje en Occidente. Montaner y Simón, Barcelona, 1967.

- DELORT, R.: L’histoire de la fourrure de l’antiquité a nos tours. Edita, Lausanne, 1986.

- EIROA, J. J.: La prehistoria i. Paleolítico y Neolítico. Akal, Madrid, 1994.

- TAPBIOLES, J.: Tratado de peletería. Luis Miracle, Barcelona, 1944.

- VV.AA.: Hombrea, animales y pieles. S.L., Federación Española de Peletería Fina, 1986.

MIS NOTAS:

15

MODELO DEL MES DE NOVIEMBRE

16

Textos Rodrigo de la Fuente es licenciado en Historia del Arte por la UniversidadComplutense de Madrid, donde se especializó enArte Contemporáneo. En 2004 se incorporó comoAyudante de Museos al departamento de EdadModerna del Museo Arqueológico Nacional y pos-teriormente en 2008 como Conservador en elMuseodel Traje. CIPE, donde actualmente desem-peña su labor en la sección de IndumentariaContemporánea.

Corrección de estiloAna Guerrero

MaquetaciónMª José Pacheco

** Todas las imágenes de este folleto corresponden a piezas de la

Colección del Museo del Traje, CIPE; son imágenes de dominio

público o están liberadas bajo licencias libres

NIPO: 030-12-096-0

MODELO DEL MES. CICLO 2012

En estas breves conferencias, que tendrán lugar en las salas de exposición, se analizaráe interpretará un modelo de especial importancia entre los expuestos. A los asistentesse les entregará gratuitamente un cuadernillo con el contenido de la conferencia.

Domingos, 12:30 horasDuración: 30 minutosAsistencia libre

ENERO: Vestido masculino "a la francesa", s. XVIIILucina Llorente

FEBRERO: Casa de muñecas modernista, 1910Lorena Delgado

MARZO: Ama de cría, 1910-1950Ana Guerrero y Américo Frutos

ABRIL: Mono de Rudi Gernreich, ca. 1960Juan Gutiérrez

MAYO: Vestido de Mitzou, 1969-70Concha Herranz

JUNIO: El correo de la moda: álbum de señoritas, 1862María Prego

SEPTIEMBRE: Capa y vestido, 1920-1930Marina Martínez de Marañón

OCTUBRE: Bonete, 1500-1525Elvira González

NOVIEMBRE: Capa de visón, años 20Rodrigo de la Fuente

DICIEMBRE: Cartel de Anís del Mono de Ramón Casas.Teresa García

Descubre más sobre la programacióndel Modelo del mes. Si tienes un teléfonocompatible, descárgate un lector decódigos QR O BIDI.

/MT043604/

MUSEO DEL TRAJE. CIPEAvda. Juan de Herrera, 2. Madrid, 28040

Tel. 915504700 Fax. 915504704Depto. de Difusión: [email protected]

http://museodeltraje.mcu.es

NOVIEMBREMODELO MESD

EL

20

12 Capa de visón,

años 20Por: Rodrigo de la FuenteSala:"Vanguardias y Moda"

Domingos a las 12:30 horasDuración 30 minutosAsistencia libre y gratuita

Los modelos más representativos de la exposición