Museos de Terquecia de Francisco Sánchez Sánchez, que abrió su primera farmacia en Terque en...

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Museos de Terque Año X nº 116 Octubre 2015 Apología Radical de las Cosas Viejas Las preparaciones farmacéuticas hasta mediados del XIX, incluían materias del reino animal que hoy nos sorprenden: ranas, asta de ciervo, castor, esperma de ballena, víbora, insectos como la cantári- da o arácnidos como el alacrán. Nos encontramos con extravagantes recetas que los avances en la medicina y la terapéutica fueron dejan- do en meros vestigios de la antigua botica galénico-arábiga. Parte de esa farmacia, llego hasta la segunda mitad del XIX, como la recoge la Farmacopea Española publicada en 1865. Código oficial usado por las profesiones médicas, para la elaboración de las preparaciones far- macéuticas y uso en la asistencia de las enfermedades. Una de estas preparaciones que recogía era el Aceite de Alacranes (Oleum Scor- pionum). “Alacranes vivos, ocho onzas. Aceite de olivas, tres libras. Ahóguense los alacranes en aceite; añádase un poco de agua; caliéntese a fuego suave hasta evaporar toda la humedad; pásese por un lienzo, y fíltre- se por papel. Se usa en fricción en el hipogastrio, para promover la escreción de la orina.” La Farmacopea Matritense de 1823, recomendaba en su prepara- ción tanto el aceite común como el de almendras amargas. Francisco Díaz Alcalá (1527-1590) en el primer tratado de urología que se conoce, lo recomendaba para combatir el cólico nefrítico “ es utilísimo remedio anodino una tortilla de huevos hecha de aceite de alacranes.” Andrés Laguna (1510-1559) afirmaba que “El aceite de alacranes fortifica y asegura contra la pestilencia y contra cualquier veneno. Aplicado a los riñones deshace las piedras.” Su indicación más repetida, era la de facilitar la salida de la orina y la de los cálculos renales, por medio de fricciones en los riñones y pu- bis, en aquellos “que no orinaban corriente y claro.” La Farmacopea Universal de 1829, también lo recomendaba en las uretritis crónicas, en forma de inyección (mercurio dulce, un drac, aceite de alacranes una onza y bálsamo tranquilo dos onzas.) Aunque todavía fue incluido en la Farmacopea Oficial de 1865, las críticas a su uso comenzaron a hacerse generalizadas en publicacio- nes científicas de aquellos años “¿Qué acción terapéutica distinta de la que le sea propia al aceite de oliva puede tener el rimbombante Aceite de Alacranes, aun comprendidas en la Farmacopea Oficial? Absolutamente ninguna… resolvamos abandonarlo a las viejas hechi- ceras…” La Gaceta de la Sanidad Militar. 1884. En 1898, se decía hoy el uso medicinal del aceite de alacranes ha decaído notablemen- te.” Aun así, en 1902, se seguían preparando en las farmacias, y su uso seguía siendo un remedio popular y utilizado. La prestigiosa re- vista femenina La Moda Elegante, en una relación de remedios domésticos lo recomendaba “ se prepara en las farmacias sin receta médica y se usa para calmar dolores del bajo vientre y para favorecer la expulsión de la orina. Este aceite se vende desde diez céntimos los 15 gramos.” El frasco que presentamos y que contenía el Aceite de Alacranes, se puede datar en último tercio del siglo XIX y pertenece a la farma- cia de Francisco Sánchez Sánchez, que abrió su primera farmacia en Terque en 1875, trasladándola a Alhabia unos años después. Mide 25 x 10 cm. esta fabricado en vidrio trasparente con capsula y tapón esmerilado. El tapón se usaba para evitar la entrada de aire y prote- ger el contenido del frasco. Presenta una etiqueta de fabrica esmal- tada a mano. Aun conserva restos del aceite. Es una de las joyas que muestra la Botica del Museo Etnográfico de Terque. Oleum Scorpionum

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Museos de Terque Año X nº 116 Octubre 2015 Apología Radical de las Cosas Viejas

Las preparaciones farmacéuticas hasta mediados del XIX, incluían

materias del reino animal que hoy nos sorprenden: ranas, asta de

ciervo, castor, esperma de ballena, víbora, insectos como la cantári-

da o arácnidos como el alacrán. Nos encontramos con extravagantes

recetas que los avances en la medicina y la terapéutica fueron dejan-

do en meros vestigios de la antigua botica galénico-arábiga. Parte de

esa farmacia, llego hasta la segunda mitad del XIX, como la recoge la

Farmacopea Española publicada en 1865. Código oficial usado por las

profesiones médicas, para la elaboración de las preparaciones far-

macéuticas y uso en la asistencia de las enfermedades. Una de estas

preparaciones que recogía era el Aceite de Alacranes (Oleum Scor-

pionum).

“Alacranes vivos, ocho onzas. Aceite de olivas, tres libras. Ahóguense

los alacranes en aceite; añádase un poco de agua; caliéntese a fuego

suave hasta evaporar toda la humedad; pásese por un lienzo, y fíltre-

se por papel. Se usa en fricción en el hipogastrio, para promover la

escreción de la orina.”

La Farmacopea Matritense de 1823, recomendaba en su prepara-

ción tanto el aceite común como el de almendras amargas.

Francisco Díaz Alcalá (1527-1590) en el primer tratado de urología

que se conoce, lo recomendaba para combatir el cólico nefrítico “ es

utilísimo remedio anodino una tortilla de huevos hecha de aceite de

alacranes.” Andrés Laguna (1510-1559) afirmaba que “El aceite de

alacranes fortifica y asegura contra la pestilencia y contra cualquier

veneno. Aplicado a los riñones deshace las piedras.”

Su indicación más repetida, era la de facilitar la salida de la orina y la

de los cálculos renales, por medio de fricciones en los riñones y pu-

bis, en aquellos “que no orinaban corriente y claro.” La Farmacopea

Universal de 1829, también lo recomendaba en las uretritis crónicas,

en forma de inyección (mercurio dulce, un drac, aceite de alacranes

una onza y bálsamo tranquilo dos onzas.)

Aunque todavía fue incluido en la Farmacopea Oficial de 1865, las

críticas a su uso comenzaron a hacerse generalizadas en publicacio-

nes científicas de aquellos años “¿Qué acción terapéutica distinta de

la que le sea propia al aceite de oliva puede tener el rimbombante

Aceite de Alacranes, aun comprendidas en la Farmacopea Oficial?

Absolutamente ninguna… resolvamos abandonarlo a las viejas hechi-

ceras…” La Gaceta de la Sanidad Militar. 1884. En 1898, se decía “

hoy el uso medicinal del aceite de alacranes ha decaído notablemen-

te.” Aun así, en 1902, se seguían preparando en las farmacias, y su

uso seguía siendo un remedio popular y utilizado. La prestigiosa re-

vista femenina La Moda Elegante, en una relación de remedios

domésticos lo recomendaba “ se prepara en las farmacias sin receta

médica y se usa para calmar dolores del bajo vientre y para favorecer

la expulsión de la orina. Este aceite se vende desde diez céntimos los

15 gramos.”

El frasco que presentamos y que contenía el Aceite de Alacranes,

se puede datar en último tercio del siglo XIX y pertenece a la farma-

cia de Francisco Sánchez Sánchez, que abrió su primera farmacia en

Terque en 1875, trasladándola a Alhabia unos años después. Mide 25

x 10 cm. esta fabricado en vidrio trasparente con capsula y tapón

esmerilado. El tapón se usaba para evitar la entrada de aire y prote-

ger el contenido del frasco. Presenta una etiqueta de fabrica esmal-

tada a mano. Aun conserva restos del aceite. Es una de las joyas que

muestra la Botica del Museo Etnográfico de Terque.

Oleum Scorpionum

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Dirección y textos: Alejandro Buendía Muñoz. Diseño José Luis Segura García. Colaboradores: Lourdes López Romero, Manuel Ruiz. C/ Real, 17 CP 04569 Terque (Almería) Tlfno./ Fax: 950 64 33 00. Colabora: Ayuntamiento de Terque. Edita: Asociación de Amigos de los Museos de Terque. Depósito Legal: AL-38-2006. ISSN: 1885 - 9801. Periodicidad mensual.

© Asociación de Amigos de los Museos de Terque. Derechos reservados. Las noticias y artículos que figuran en la presente publicación pueden reproducirse con fines educativos, citando la procedencia. Ninguna parte puede reproducirse con fines comerciales sin el consentimiento ex-preso del Museo de Terque. www.museodeterque.com

“En este año se presentó Miguel Ortega, ciego y tocador de vihue-

la, solicitando se le satisfaga su penoso trabajo, de dos noches y dos

días y medio que ha estado tocando la tarantela, a un enfermo a

quien le pico este animal… se cree fuera de peligro y se acordó que

le administrador le satisfaga 60 reales.”

Actas de la Junta de Caridad. Hospital Santa María Magdalena. Al-

mería 25 Febrero 1815. Archivo Diputación Almería.

Entre los animales venosos que poblaban los campos de Almería,

destacaban, los alacranes, las víboras y la tarántulas. Las realmente

peligrosas no era la tarántulas, sino una pequeña araña venosa la

Latrodectus, con la que se confundía, y cuya mordedura atacaba al

sistema nervioso central, mientras que la primera, solo producía

síntomas locales. Las informaciones de su presencia se multiplican

en España a partir del XVIII, especialmente en La Mancha en los

meses de verano.

Se denominaba tarantulados, a los picados por ellas, y su curioso

tratamiento como vemos en la cita de inicio, no lo aplicaban los

médicos si no los músicos: guitarristas, tocadores de vihuela o

violín. Entre los síntomas que se describen de los tarantulados esta-

ban “postración, debilidad, ansiedad, palpitación del corazón, opre-

sión del pecho.”

Los músicos hacían sonar en sus instrumentos la Tarantela, danza

procedente de Tarento, en Apulia, Italia, región donde abunda este

arácnido. Esta es una danza rápida y movimiento muy vivo, cuya

música sacaba del adormecimiento en el que caían los enfermos y

los excitaba a bailar y “sacudir los músculos” y por medio de los

sudores disipar el veneno. El rápido movimiento debía provocar

una sudoración profusa, que ayudaría a eliminar el veneno, evitan-

do a su vez que los músculos de agarrotaran.

“El que se veía en la agonía con voz lánguida y desmayada, si acaso

la tiene, cubierto de sudor, y falto de fuerzas, suspira con ayes tris-

tes como que se desahoga, empieza a mover los pies, dedos y ma-

nos sintiendo al mismo tiempo alegría y alivio en los síntomas, y

después los demás miembros. Continuada la música, crece el movi-

miento hasta ponerse en pies, y empieza a bailar con tal fuerza,

velocidad y arreglo, que es la admiración de los concurrentes.

Auméntese la admiración viendo bailar con tanta ligereza al que en

el momento anterior estaba postrado en tierra, exánime y desmaya-

do, y con tal arreglo al compás como si fuera el más diestro maestro

de danza… suda , se pone en la cama, y toma un caldo u otro ali-

mento ligero. Sigue el sudor. Desvanecido éste vuelve al baile del

mismo modo por la música, y se ejecuta lo mismo otra y otra vez,

hasta que ya esta no le mueve, creyéndose entonces curado.” Así

nos lo cuenta Francisco Xavier Cid, en su obra sobre el Tárantismo,

publicada en 1787. Y dice también “me dixeron los guitarristas que

de dos en dos horas descansaba y volvía al bayle. A la mañana si-

guiente le hallé dormido, pero advertí en él, como estaba, algunos

remisos movimientos como trémulos, pero sin embargo de que

dormía no dexaban de tocar, que como eran dos, descansaba uno y

tocaba otro.“

El enfermo se solía curar

en cuatro días aunque

describe casos de veinte,

incluso. “Pero si se ocu-

rrió tarde con la música,

acaso no se curará, o sui

se curase, no será radical-

mente. No se podrá exter-

minar enteramente el

veneno, por haberse vio-

lado alguna entrañá, en

cuyo caso tienen los enve-

nenados todos los años su

recidiva. Se hacen tristes,

melancólicos, huyen de

las concurrencias, aman

la soledad.”

Esta forma de tratamien-

to, pervivió en Andalucía

hasta entrado el siglo XX,

como informaba la Cróni-

ca Meridional de Almería, el 26 de julio de 1902 “En Osuna y otros

pueblos inmediatos de la provincia de Sevilla, se ha presentado este

año una verdadera plaga da tarántulas, no solo en el campo, Sino

en las casas de la ciudad. Como la picadura es venenosa y origina

una perturbación nerviosa que, por tradición, se cura al son de la

guitarra, hay en Osuna una porción de tocadores que se dedican á la

curación de picaduras de tarántula. Se han formado considerable

número de Sociedades, en las cuales, mediante una pequeña cuota,

que asciende este año á 35 céntimos, un tocador de fama rasguea

en la guitarra «La Tarántula» y acompaña a los parientes y amigos

del enfermo, que, rodeando la cama de este, cantan: «Salga, salga,

salga la pica / y ese bicho que ha picado que no vuelva a picar

mas.»

El enfermo baila furiosamente en la cama, suda copiosamente y el

virus venenoso desaparece, siquiera lo deja maltrecho y maduro

para unos cuantos días. Como ni los médicos, ni las autoridades, ni

otras personas que por su cultura pudieran conseguirlo, hacen nada

por combatir esa preocupación, los tocadores de media Andalucía se

han concentrado este verano en Osuna, El Rubio, Lentejuela y otros

pueblos, donde hacen su agosto, mientras bailan que se las pelan

Ios que «tienen er bicho».

Carlos Almendros en su libro “Mojácar rincón de embrujo”, publica-

do en 1969, hace referencia al baile de la araña “Desaparecida tan

extraña práctica, de ella quedó el baile «de la araña», que se acom-

pañaba con canciones alusivas a su origen; como puede verse por

esta letra: ¡Qué araña maldita. Qué fea y qué graja! Yo al verla corr-

ía. Que no me alcanzara. Pero la maldita Me picó en la pata, Y con

el veneno Y el dolor bailaba. Sin tregua ni punto. Que no sosegaba.

¡Y dale, que dale, Y baila, que baila!.”

El que baila su mal espanta. La Tarantela

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Museo de la

Escritura Popular

Sin admitir relaciones, 1936

“ Santa Cruz 26– 3-36

Distinguido amigo: Recibi tu carta y no he contesta-

do antes por haber estado en cama, ya que estoy

mejor lo hago para manifestarte que quedo muy

agradecida por lo que me propones pero no puedo

aceptar puesto que ahora no pienso en admitir rela-

ciones de nadie, pero esto no es obstáculo para se-

guir tratándonos con afecto y como sinceros amigos

como hasta ahora lo hemos sido.”

Carta de M. V. desde Santa Cruz de Marchena a un

pretendiente.

Cartas devueltas, 1943

“Almería 17-5-43

Pepe te mando tus cartas y fotos, espero que a vuel-

ta de correo me mandes las mias , y fotos que te dí y

la que te llevastes de mi casa, no tengo gusto que las

tengas.

Doy gracias a Dios por que me ilumino para que te

despidiese, y por conocerte a tiempo, por que un

hombre como tu, no se merece una mujer que tenga

dignidad como yo.”

Carta de L.S. desde Almería a un pretendiente.

Gilda, 1948

“ Granada 25-1-48 ...No se si te contaría que las ni-

ñas de al lado me enemistaron casi con un preten-

diente que yo tenía. Pues ahora que el otra vez quer-

ía arreglarse conmigo se han metido en medio y

están todos los días juntos. ¿Qué te parece las ami-

gas?

El día del bautizo estaba él en la puerta esperándola

y ni siquiera lo saludé, y a las 8 nos fuimos Rojo y yo

al Royal , que todos los jueves y sábados dan baile, y

nos encontramos con ellos. El puso una cara que no

quiero contar y tuvo la caradura de sacarme a bailar

pero Rojo dijo que no.

Tu figúrate el humor mío que tendré, lo que doy gra-

cias a Dios porque ellos se van dentro de unos días a

Cádiz donde han destinado al padre, y en cuanto a él

ya Dios le dará su merecido por sinvergüenza, aun-

que en realidad el no tiene la culpa de que las otras

sean unas frescas ¿no te parece.?

Estuvimos en el cine Paco, mi hermano y yo viendo

nada menos que “Gilda”... No se que más contarte

porque puedes suponerte mi estado de animo y la

poca gana con que voy incluso por el paseo... ”

Carta de M. S desde Granada a su amiga A. S. en

Alhabia

Las Palabras Moribundas

Zorro: tiras de orillo o piel que unidas y puestas en un mango sirven para sacudir

el polvo de muebles y paredes. Su uso prolongado hacia que acabaran sucios, con

las tiras rotas, de ahí viene la expresión “estar hecho unos zorros” cuando el as-

pecto de algo es desaliñado o deplorable.

Vendo: sinónimo de zorro. Con este nombre se denomina en Andalucía al mismo

objeto de limpieza. De aquí la expresión “estar hecho un vendo.” Cuando uno

esta exhausto, agotado.

La tarántula e un bicho mu malo,

no se mata con piedra ni palo

que juye y se mete

por tós los rincones

y son mu malinas

sus picazones.

¡Ay mare! no sé que tengo,

que ayé pasé po la era

y ha prencipiaíto a entrame

er mal de la temblaera.

¿Será que a mí me ha picao

la tarántula dañina,

y estoy toitico enfermao

por su sangre tan endina?

¡Te coman los mengues,

mardita la araña

que tié en la barriga

pintá una guitarra!

Bailando se cura

tan jondo doló...

Ay ay ay

¡Malhaya la araña

que a mí me picó!

No le temo a los rayos ni bala,

ni le temo a otra cosa más mala.

Que me hizo mi pare

más guapo que er Gallo,

pero a ese bichito

lo parta un rayo.

¡Ay, mare! Yo estoy malito,

me está entrando unos suores

que m'han dejaito seco

y comio de picores.

¿Será que a mí ma picao

la tarántula dañina,

y por eso me he quedao

más dergao que una sardina?

¡Te coman los mengues,

mardita la araña

que tié en la barriga

pintá una guitarra!

Bailando se cura

tan jondo doló...

Ay ay ay

¡Malhaya la araña

que a mí me picó!

Zarzuela La Tempranica de J. Romea y

Gimenez. Estrenada en 1900

(Youtuve: Diana Navarro canta la

Guajira de la tarántula.)

A la izquierda grabado en el libro de F. Herrera y M. Weber, "DANZAS en la

música del Laúd, Guitarra y Vihuela . Arriba imagen de músicos tocando la

tarantela a una enferma. Archivo bridgpuliausa.it

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Museo Etnográfico - Museo Provincial de la Uva del Barco - Cueva de San José – La Modernista. Tienda Tejidos- Museo de la Escritura Popular

Viaje al Tiempo detenido

La imagen nos lleva a Agosto de 1934, a la Puerta de Purchena,—en aquellos días plaza de Ramón y Cajal– . La fotografía pertenece a un

recorte de prensa, de 12 x 12 cm. firmada por el fotógrafo Domingo Fernández Mateos. El pie dice “ Por primera vez ha habido en esta

capital con motivo de las fiestas tradicionales, quema de fallas. Aludía a la entrada de la uva Almeriense en América.“ La incorporación

de este espectáculo a las feria levanto un gran interés. Como vemos el monumento fallero lo coronaba un torreón de la Alcazaba. En la

escena, bajo el fondo de la Estatua de la Libertad se representaba a “… un yanqui provisto de una lupa y examinando un racimo de uva.”

Haciendo referencia a las dificultades para la exportación de nuestras uvas al mercado de norteamericana por la infección de la mosca

mediterránea. En otros de sus lados, se representaba una escena de faena uvera con dos mujeres y un hombre embarrilando. En la falla

no faltaron elementos satíricos o de crítica “Hay en la fila algunos personajes que si no por el rostro, por lo menos por la traza y adimen-

tos se reconocen perfectamente y que fueron objetos de graciosos diálogos.” Entre ellos estaba José Guirado Román, presidente de la Di-

putación, “le han colocado en una mano un gran rosario y en la otra una hoz y un martillo, símbolos del Partido Comunista.”

Diario de Avisos

“ Señorita joven y no mal parecida con siete mil pesetas de renta desea contraer

matrimonio con caballero joven de buenas referencias. Acompañen fotografía

dirigiéndose a la lista de correos.” El Radical. Almería. 30 Marzo. 1913

“Caballero en buena posición, culto y de intachable conducta desea contraer

matrimonio con señora o señorita que reúna iguales condiciones. Escribir a apar-

tado de correos.” Diario de Almería. 22 Septiembre 1931

Libro de Visitas

“ Con mi reconocimiento y admiración a Ale-

jandro y los suyos por esta inmensa labor irre-

petible.” Andrés García Ibáñez. Pintor. 13 de

septiembre 2015